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Infección urinaria

14 C. Rodrigo Gonzalo de Liria, M. Méndez Hernández,


M. Azuara Robles
Unidad de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Clínica. Servicio de
Pediatría. Hospital Universitario “Germans Trias i Pujol”. Universidad
Autónoma de Barcelona

La infección urinaria (IU) es un pro- modo que se puedan evitar las compli-
blema frecuente en los lactantes y niños, caciones y secuelas a largo plazo(1).
con una prevalencia aproximada del 2 al
5%. Alrededor del 5-8% de niños y niñas ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
menores de 2 años con fiebre sin una foca- El principal agente causal de IU, tan-
lidad definida tienen una IU1. En los pri- to en niñas como en niños, es E. coli. La
meros 4-6 meses de vida es más frecuen- vía de infección casi siempre es ascenden-
te en varones, cuando éstos no están cir- te, a partir de microorganismos proceden-
cuncidados como es lo habitual en Euro- tes del intestino que se encuentran en el
pa, con una relación niño/niña del orden área perineal y ascienden por la uretra has-
de 4-5/1. A partir de los 3 años la IU es ta la vejiga. Algunas cepas de E. coli pose-
mucho más frecuente en niñas, de modo en en su superficie factores de adherencia
que la padecen cerca de un 5% de las que facilitan la unión a la mucosa vesical
escolares, con una relación niña/niño supe- y el posterior desarrollo de IU. Otras bac-
rior a 10/1. terias de origen fecal que ocasionalmen-
La IU febril en los niños pequeños, te también causan IU son Klebsiella spp,
sobre todo los menores de 2 años, o la que Proteus mirabilis, otros bacilos entéricos
se presenta en niños con una anomalía grammnegativos y enterococos(2).
importante de les vías urinarias, especial- En los primeros años de vida se dan
mente reflujo vesicoureteral (RVU) inten- algunas circunstancias que favorecen la
so, obstrucción al flujo de orina o vejiga contaminación perineal con flora del intes-
neurógena, puede ocasionar daño renal tino, como son la incontinencia fecal, la
permanente. Esta es la principal razón por exposición –a veces prolongada– a las
la que es importante un diagnóstico pre- heces en los pañales y la fimosis fisioló-
ciso de la IU, un tratamiento eficaz y pre- gica. Los lactantes varones no circunci-
coz y hacer las investigaciones pertinen- dados probablemente tienen un riesgo
tes para descubrir la presencia de altera- especial de colonización uretral y vesical
ciones en el riñón o las vías urinarias, de debido a que la superficie interna del pre-
126 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica

pucio constituye un buen reservorio para riesgo de desarrollar lesiones cicatricia-


los microorganismos, y éstos –sobre todo les por una infección de orina, pero se
cuando el niño presenta una fimosis cerra- considera que el niño < 1 año tiene un alto
da– pueden ascender a través de la vía uri- riesgo y probablemente el niño de > 5-7
naria merced a un flujo retrógrado de ori- años prácticamente no tiene ningún ries-
na que se crea al final de la micción. Una go. Según los estudios gammagráficos,
vez colonizada la vejiga, la probabilidad parece ser que existe muy poco desarro-
de que se establezca una IU y las caracte- llo de nuevas cicatrices a partir de los 2-
rísticas de la misma dependerá de una 3 años(3).
serie de factores propios del paciente y de
otros relativos a la bacteria implicada. En DEFINICIONES
efecto, los niños que tengan una anoma- La IU engloba un grupo heterogéneo
lía de sus vías excretoras que provoque de condiciones que lo que tienen en
una obstrucción al flujo urinario o un común es la presencia de bacterias en la
reflujo vesicoureteral, tienen un riesgo orina. Puede afectar a la uretra o la veji-
mucho mayor de que la orina infectada ga (vías urinarias bajas) y a los uréteres,
llegue hasta el riñón y ocasione una pie- pelvis renal, cálices y parénquima renal
lonefritis. (vías urinarias altas). Desde el punto de
Numerosos estudios han demostrado vista clínico en algunas ocasiones es difí-
que es precisamente en los primeros años cil establecer el diagnóstico topográfico,
de vida cuando es máximo el riesgo de especialmente en los niños pequeños, ya
que una infección del parénquima renal que la sintomatología suele ser muy ines-
dé como resultado una lesión permanen- pecífica.
te del riñón con cicatrices. Y las conse- Con un criterio amplio y atendiendo
cuencias a medio y largo plazo del daño básicamente a los aspectos relevantes para
renal acaecido en la primera infancia pue- la práctica clínica pediátrica, considera-
den llegar a ser hipertensión arterial, pro- mos los siguientes términos y definicio-
blemas durante el embarazo e, incluso, nes:
progresión a insuficiencia renal crónica. • Pielonefritis aguda: es la IU que pre-
En contra de la creencia tradicional, estu- senta fiebre > 38,5° C asociada a sig-
dios prospectivos recientes han puesto de nos biológicos de inflamación, por
manifiesto que la práctica totalidad de IU ejemplo la proteína C reactiva (PCR),
del recién nacido no son de origen bacte- la procalcitonina o la velocidad de
riémico sino ascendentes. Aunque la inci- sedimentación globular (VSG) aumen-
dencia de hemocultivos positivos es muy tadas. Comporta un riesgo potencial
superior en las IU de los lactantes peque- de lesión renal con aparición de cica-
ños (10-30%) que en las de los niños trices corticales.
mayores (1-2%), la bacteriemia es conse- • Cistitis: es la IU localizada en la veji-
cuencia de la pielonefritis y no su causa(1). ga de la orina, que acostumbra a ser
No existe acuerdo en la literatura afebril, con presencia de síntomas mic-
sobre la edad hasta la que el niño tiene cionales y ausencia de dolor lumbar,
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y que no comporta riesgo de lesión del – Habitualmente afebriles o febricu-


parénquima renal. lares (≥ 38° C).
• Uretritis: poco frecuente en pediatría – Edad > 2 años (principalmente en
como entidad aislada, se manifiesta niñas).
también con síntomas miccionales sin – Síndrome miccional.
fiebre y, a menudo, con eliminación – Buen estado general.
de exudado tal y como se ve en ado- – Hidratación correcta.
lescentes. En niños más pequeños pue- – Ausencia de antecedentes perso-
de formar parte, prácticamente indife- nales o familiares de nefro-uropa-
renciable por la clínica, de balanopos- tía significativa.
titis, de vulvovaginitis o de cistitis. – Ausencia de antecedentes de IU de
• Bacteriuria asintomática: presencia riesgo o de repetición.
de un recuento significativo de bacte- – Poca o nula alteración de los reac-
rias en la orina en ausencia de signos tantes de fase aguda.
o síntomas clínicos.
La literatura anglosajona emplea con MANIFESTACIONES CLÍNICAS
frecuencia los conceptos de IU de riesgo Los síntomas varían en función de la
o complicada, como contraposición a la edad del paciente y de la localización de
IU de bajo riesgo, simple o no compli- la infección.
cada, adjudicándoles las siguientes carac- Las IU sintomáticas pueden clasificar-
terísticas(1): se a grandes rasgos, como ya hemos indi-
• Infecciones de riesgo o complicadas cado, en aquellas que afectan al parénqui-
(corresponden a las IU de vías altas): ma renal (pielonefritis aguda), con fiebre
– Fiebre > 38,5° C. como síntoma principal, y en las infeccio-
– Edad < 2 años (principalmente <6 nes limitadas a la vejiga (cistitis), con sin-
meses). tomatología miccional como dato funda-
– Mal estado general. mental.
– Aspecto tóxico. La distinción entre pielonefritis agu-
– Deshidratación. da y cistitis es muy importante, ya que
– Alguno de los siguientes antece- la afectación renal puede significar un ries-
dentes (asociados o no a los ante- go de alteración de la función de los riño-
riores criterios): recidivante, resis- nes, lo que nos obligará a ser más activos
tente a tratamientos previos o ante- en el tratamiento, los exámenes comple-
cedente de nefrouropatía. mentarios y el seguimiento de estos pro-
– Leucocitosis, cifras elevadas de los cesos, frente a aquellas infecciones limi-
reactantes de fase aguda (PCR > tadas al tracto inferior. No obstante, entre
30 mg/L, VSG > 30 mm/hora, pro- un 10 y un 20% de las infecciones sinto-
calcitonina > 1 µg/L). máticas no podrán catalogarse de forma
• Infecciones de bajo riesgo o no com- clara como de vías altas o bajas por lo que,
plicadas (corresponden a las IU de a efectos prácticos, las trataremos como
vías bajas): pielonefritis; de hecho, en los niños peque-
128 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica

ños todas las IU acompañadas de fiebre Cuando la infección está localizada en


se consideran como si fueran pielonefri- las vías urinarias bajas: disuria, polaquiu-
tis. ria, micción dolorosa, urgencia miccional
o retención, dolor en hipogastrio, enure-
Clínica según la edad(2,4) sis; puede haber, como mucho, febrícula,
y a veces hay hematuria franca. De todas
Período neonatal maneras, lo que se conoce como síndro-
Como todas las infecciones del recién me miccional no siempre es debido a una
nacido, les manifestaciones clínicas sue- IU bacteriana.
len ser muy inespecíficas. La sintomato- La sintomatología puede sugerirnos
logía puede oscilar desde un cuadro sép- que un paciente tiene una IU, pero la con-
tico con mal aspecto, inestabilidad térmi- firmación diagnóstica radica en el estudio
ca, irritabilidad, letargo, rechazo del ali- bacteriológico.
mento, distensión abdominal, vómitos,
ictericia, o diversas combinaciones de DIAGNÓSTICO
estas manifestaciones, hasta un simple
estancamiento ponderal, con o sin anore- Diagnóstico de laboratorio
xia, vómitos o irritabilidad ocasional. A El diagnóstico definitivo sólo se pue-
partir de la semana de vida se puede pre- de establecer mediante un cultivo de ori-
sentar ya como un cuadro de fiebre aisla- na recogido, procesado e interpretado de
da. forma correcta.
En los niños y niñas incontinentes la
Lactantes y niños menores de 2 años muestra para cultivo debe obtenerse a tra-
Las manifestaciones clínicas son tan- vés de una punción suprapúbica o de un
to más inespecíficas cuanto menor sea el cateterismo vesical. El cultivo de la ori-
niño. Fiebre, vómitos, alteración del rit- na recogida en una bolsa de plástico adhe-
mo deposicional, estancamiento ponde- rida al perineo sólo es valorable si resul-
ral, anorexia, orina maloliente, hematu- ta negativo, pero cualquier cultivo posi-
ria, dolor abdominal, cambio de compor- tivo ha de confirmarse con un método fia-
tamiento (irritabilidad o apatía). No es ble. Por consiguiente, en los niños y niñas
infrecuente que la única manifestación sea que vayan a ser tratados inmediatamen-
un síndrome febril sin foco. En este gru- te con antibióticos por presentar un cua-
po de edad es muy poco frecuente la cis- dro séptico o porque exista sospecha de
titis aislada. IU deberá utilizarse ya de entrada la pun-
ción suprapúbica o el cateterismo vesi-
Niños de edad escolar cal(1).
Si se trata de una pielonefritis: fiebre, La muestra de orina deberá conservar-
escalofríos, vómitos, dolor abdominal, se refrigerada a una temperatura entre 0
dolor lumbar, malestar o sensibilidad dolo- y 4° C si la siembra del cultivo tuviera que
rosa acentuada en el ángulo costoverte- demorarse más de 20 minutos desde su
bral. obtención.
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TABLA I. Sensibilidad y especificidad de los componentes del


uroanálisis solos y en combinación.

Prueba Sensibilidad % Especificidad %


(límites) (límites)
Esterasa leucocitaria 83 (67-94) 78 (64-92)
Nitritos 53 (15-82) 98 (90-100)
Esterasa leucocitaria o nitritos 93 (90-100) 72 (58-91)
Sedimento: leucocitos 73 (32-100) 81 (45-98)
Microscopio: bacterias 81 (16-99) 83 (11-100)
Esterasa leucocitaria o nitritos 99,8 (99-100) 70 (60-92)
o leucocitos o bacterias

Pruebas de ayuda diagnóstica mediante punción suprapúbica o de más


(Tabla I) de 104 ufc/ml en cultivo de una muestra
En espera de los resultados del uro- procedente de cateterismo vesical(4). Los
cultivo, la orina recolectada en buenas recuentos entre 103 y 104 ufc/ml con éste
condiciones puede analizarse mediante método de recogida pueden correspon-
tiras reactivas (reacciones químicas con der a una IU, pero su interpretación que-
cambio de color) y examen microscópi- dará condicionada al grado de sospecha
co(1). Una prueba de nitritos positiva indi- diagnóstica, al tiempo transcurrido entre
ca que hay bacteriuria con elevada espe- la micción previa y el momento de la
cificidad (98%) y moderada sensibilidad cateterización, a la densidad de la orina
(50%). La prueba de la esterasa leucoci- emitida y a la rigurosidad de la recolec-
taria es bastante específica (80%) y sen- ción y procesamiento de la muestra. Si
sible (85%) para la detección de leucoci- el cuadro clínico es compatible, la orina
turia. El estudio microscópico de la ori- ha permanecido pocos minutos en la veji-
na también es útil para buscar leucocitos ga, está muy diluida o se han desprecia-
y bacterias. do los primeros mililitros que salen por
El análisis combinado mediante tira el catéter, el cultivo se considera positi-
reactiva y estudio microscópico permite vo.
alcanzar una sensibilidad del 99-100% Las muestras de orina recogidas en
(leucocituria o nutrituria o bacteriuria) con una “bolsa estéril” son inadecuadas para
una especificidad del 70-80%. cultivo y no han de utilizarse para esta-
blecer el diagnóstico de IU. La tasa de
Diagnóstico definitivo (Tabla II) contaminación de estas muestras en niños
Se considera una bacteriuria signifi- no circuncidados y en niñas es tan ele-
cativa el aislamiento de más de 10 2 vada, que sólo puede aceptarse como váli-
ufc/mL en el cultivo de orina obtenida do un resultado de cultivo negativo; con
130 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica

TABLA II. Interpretación delos resultados de l urocultivo según el método


de recogida de orina utilizado.

Método recogida orina Recuento colonias Probabilidad de infección


Punción suprapúbica > 100 ufc/ml Muy probable (> 99%)
Cateterismo vesical > 50.000 ufc/ml Muy probable (95%)
> 10.000 ufc/ml Probable
1.000-10.000 ufc/ml Posible
< 1.000 ufc/ml Improbable
Micción voluntaria
Niño > 10.000 ufc/ml Probable
< 10.000 ufc/ml Improbable
Niña > 100.000 ufc/ml Probable (80%)
10.000-100.000 ufc/ml Posible
< 10.000 ufc/ml Improbable

una prevalencia estimada de IU del 5%, TRATAMIENTO (Tabla III)(5-7)


el 85% de los cultivos positivos serían en En el período neonatal y hasta los 3
realidad resultados falsos positivos. meses de edad, se considera que cual-
En los niños y niñas continentes se quier IU puede afectar al riñón e, inclu-
debe recoger la muestra de la porción so, evolucionar a una sepsis, por lo que,
media de una micción voluntaria espon- tras extraer muestras para cultivo de san-
tánea, tras retraer el prepucio en los varo- gre y orina (y se realizará punción lum-
nes y mantener separados los labios vul- bar si existiese cuadro de sepsis), se ins-
vares en las mujeres. En estas condicio- taurará tratamiento siempre por vía
nes, en los varones se consideran signifi- parenteral y con dos antibióticos para
cativos recuentos superiores a 104 ufc/ml asegurar una adecuada cobertura anti-
y en las niñas recuentos a partir de 105 biótica. La mejor opción terapéutica es
ufc/ml. Sin embargo, en las niñas asin- asociar ampicilina con un aminoglucó-
tomáticas con más de 105 es preferible sido (habitualmente gentamicina) o con
confirmar el resultado con una o dos cefotaxima, a las dosis recomendadas
muestras más, mientras que en las niñas para la sepsis neo-natal. Cuando se ha
con sintomatología miccional pueden ser comprobado la resolución de las mani-
valorables recuentos por encima de 104 festaciones clínicas, se conoce el patrón
ufc/ml. de susceptibilidad a antimicrobianos del
En todos los casos de bacteriuria sig- agente causal y se ha descartado la exis-
nificativa hay que hacer un estudio de sen- tencia de una obstrucción significativa
sibilidad frente a los antimicrobianos al flujo urinario (por lo general, hacia el
potencialmente útiles para tratar la IU. 3º-4º día) se pueden sustituir los antibió-
Infección urinaria 131

TABLA III. Posibles opciones de tratamiento antibiótico empírico inicial


de las pielonefritis según la edad del niño.
a) Lactante < 3 meses Pasar a vía oral cuando se compruebe
• De elección: una buena respuesta clínica, con las
Ampicilina (100 mg/kg/día, pautas de antibióticos del apartado c) o
cada 6 h) + según antibiograma cuando se conoce el
Gentamicina (4-6 mg/kg/día, patrón de sensibilidad del
cada 24 h) microorganismo causal (habitualmente
• Alternativa: al cabo de 1-3 días).
Ampicilina + Cefotaxima Duración total: 10-14 días
(150 mg/kg/d)
c) > 3 meses con afectación leve
Pasar a vía oral en cuanto se compruebe (o moderada en > 12 meses)
una buena respuesta clínica y la ausencia • De elección:
de obstrucción al flujo urinario, y se Cefixima: 8-10 mg/kg/d,
conozca el patrón de sensibilidad cada 12 h
antibiótica del microorganismo causal • Alternativas:
(habitualmente al cabo de 3-5 días). Cefuroxima axetilo: 30 mg/kg/d,
Duración total: 10-14 días cada 8-12 h

b) > 3 meses con afectación Cuando se dispone de los resultados de


moderada/grave las pruebas de susceptibilidad
• De elección: antibiótica, se puede continuar con la
Gentamicina e.v. (o i.m.): misma pauta o cambiarla por otros
5-6 mg/kg/d, cada 24 h antibióticos de espectro más reducido
• Alternativas: como cotrimoxazol o cefadroxilo
Cefotaxima e.v.: 150 mg/kg/d, Duración total: 7-10 días
cada 6-8 h
Ceftriaxona e.v. o m.i.:
50-75 mg/kg/d, cada 12-24 h
Cefuroxima e.v. 150 mg/kg/d,
cada 8 h

ticos iniciales por un antibiótico apro- parenteral con un aminoglucósido como


piado por vía oral (v.g. amoxicilina, la gentamicina, o con una cefalosporina
cotrimoxazol, cefadroxilo o cefixima) como la cefotaxima. Una vez mejorada la
hasta completar 10-14 días de tratamien- sintomatología (afebril, buena tolerancia
to. oral) y conocido el resultado del urocul-
En el niño o niña de más de 3 meses tivo y el antibiograma, se continúa el tra-
con una IU febril y aspecto tóxico es con- tamiento por vía oral hasta completar 10-
veniente iniciar el tratamiento por vía 14 días.
132 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica

TABLA IV. Posibles estudios de imagen iniciales tras una primera IU.
1. En todos los niños y niñas < 1 año 4. Niños < 1 año sin sospecha de
con sospecha de PNA* PNA* y niños de entre 1 y 4 años
• Ecografía renovesical (ECO) en con sospecha de PNA pero sin
las primeras semanas criterios de alto riesgo
• Gammagrafía renal (DMSA) a • ECO renovesical
los 6 meses • Otros estudios en función del
• Si ECO o DMSA alterados: resultado
– Cistografía si ECO sugerente
de reflujo vésicoureteral *Criterios de PNA: al menos un criterio
(RVU) clínico + 1 criterio analítico
– Renograma isotópico si ECO
sugerente de estenosis Criterios clínicos Criterios analíticos
pieloureteral – Fiebre > 38,5 – PCR > 20 mg/L
2. En niños y niñas de 1 a 4 años con – Dolor lumbar – PCT > 1 ng/ml
sospecha de PNA* y criterios de – Afectación del estado general
alto riesgo**
• ECO renovesical (en un plazo **Criterios de alto riesgo de uropatía:
máximo de 4 semanas) – Infecciones recurrentes
• DMSA a los 6 meses – Signos de uropatía (chorro miccional
• Si ECO o DMSA alterados: anómalo, riñón palpable…)
– Cistografía si ECO sugerente – Microorganismo inusual
de RVU – Mala respuesta clínica a pesar de
– Renograma isotópico si ECO tratamiento correcto (fiebre > 48 h)
sugerente de estenosis – Alteración de la vía urinaria en
pieloureteral ecografías prenatales
– Presentación clínica inhabitual
3. En > 4 años con sospecha de (p. ej.: varón > 1 año)
PNA*: – Bacteriemia
• ECO renovesical – Sepsis
• Si se sospecha PNA previa a los
4 años: renograma isotópico con
cistografía indirecta
• Otras exploraciones en función
del resultado de las anteriores

En pacientes de más de 3 meses con vulánico, cotrimoxazol), en nuestro medio


IU febril pero sin afectación del estado probablemente la mejor opción terapéu-
general se puede dar el tratamiento por tica empírica inicial es la cefixima. La
vía oral ya desde el comienzo; aunque antibioticoterapia se mantendrá durante 7
existen diversas alternativas válidas (cefa- a 10 días. Las IU con características cla-
losporinas orales, amoxicilina-ácido cla- ras de cistitis (pacientes mayores de 1 ó 2
Infección urinaria 133

años, habitualmente niñas, con síntomas una propuesta de actuación que recoge las
miccionales y sin fiebre) son tributarias tendencias mayoritarias en estos momen-
de pautas cortas de tratamiento (3 a 5 días) tos(1,8).
por vía oral.
El objetivo fundamental del diagnós- CONTROL EVOLUTIVO
tico y tratamiento de las infecciones uri- Un niño o niña que haya sido diagnos-
narias es aliviar la sintomatología y pre- ticado de IU debe ser controlado por un
venir el desarrollo de daño renal, sobre- pediatra, debido al riesgo de recidiva en
todo cuando se habla de lactantes peque- los meses siguientes, a la posible existen-
ños(5). Para ello es necesario: cia de alteraciones estructurales o funcio-
• Erradicar el agente infeccioso. nales en el sistema nefrourológico y a la
• Documentar la integridad de las vías posibilidad de secuelas.
urinarias ya que es un factor que pue-
de agravar la infección o predisponer Quimioprofilaxis de las infecciones
a la infección de vías urinarias altas. urinarias
• Evitar las recidivas. Conviene utilizar quimioprofilaxis en
los niños con(1,11):
ESTUDIOS DE IMAGEN (Tabla IV) • Reflujo vesicoureteral intenso.
Las pruebas de imagen han de reali- • Uropatía obstructiva.
zarse de acuerdo con las consecuencias • Infecciones urinarias recidivantes aun-
que se derivarán del resultado que apor- que no tengan ninguna uropatía.
ten(8). Puesto que actualmente se acepta • Hasta practicar los estudios de imagen
que el reflujo vésicoureteral no suele ser iniciales después de la primera infec-
tributario de tratamiento quirúrgico y que ción de orina si incluyen una cistogra-
la profilaxis antibiótica no está indicada fía directa.
cuando es de intesidad leve o moderada, Los antibióticos más idóneos para la
ha disminuido considerablemente el inte- profilaxis son el cotrimoxazol (1-2 mg/kg
rés de realizar cistografías sistemática- del componente trimetoprim cada 24
mente en los niños y niñas con IU(9). Por horas) y la nitrofurantoina (1-2 mg/kg
otra parte, la gammagrafía renal pocas cada 24 horas). En los menores de 6-8
veces aporta información que modifique semanas se utilizan, de forma transitoria,
la actuación en la práctica clínica. En con- amoxicilina o cefadroxilo. Las demás
secuencia, en la mayoría de ocasiones no cefalosporinas orales y la amoxicilinaá-
se requieren –y es preferible evitar– prue- cido clavulánico no son nunca unas bue-
bas invasivas o que ocasionan irradia- nas opciones de quimioprofilaxis. La úni-
ción(10). ca excepción a esta regla podría ser la
En ausencia de un consenso con sufi- administración de una una dosis única ais-
ciente base científica sobre qué estudios lada de amoxicilina-ácido clavulánico (u
de imagen y cuándo deben llevarse a cabo otro antibiótico equivalente) unos 60
en niños y niñas de diferentes edades con minutos antes de realizar una cistografía
su primera IU, en la tabla IV se expone directa (con cateterización uretral) a un
134 Protocolos diagnóstico-terapéuticos de la AEP: Infectología pediátrica

paciente que no recibe quimioprofilaxis 6. Montini G, Toffolo A, Zucchetta P, Dall’A-


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