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Exantemas
Exantemas
Introducción
Las enfermedades exantemáticas son un grupo de
patologías - generalmente infecciosas - cuya
manifestación más característica es una erupción
cutánea, asociada a una enfermedad sistémica (1,2).
Estas enfermedades continúan siendo un motivo de
consulta frecuente en Atención Primaria (1).
La piel es un elemento fácilmente accesible para su
exploración, sin embargo, tiene una capacidad
limitada de respuesta, lo cual conlleva que los
exantemas tengan una presentación cambiante; no
son patognomónicos de una única patología y, por
tanto, sólo constituyen un signo clínico que nos
puede ayudar a diagnosticar la enfermedad (2).
Las características del exantema son la pieza
fundamental de la evaluación, las que deben sumarse
a los antecedentes epidemiológicos, las
manifestaciones clínicas acompañantes y los
hallazgos al examen físico. En la mayoría de los
casos, no es necesario realizar exámenes
complementarios para hacer un diagnóstico (3). En
general se trata de enfermedades de evolución auto
limitada, sin embargo, realizar un diagnóstico certero
puede tener importancia tanto epidemiológicas
(contagio a población de riesgo - inmunodeprimidos o
mujeres embarazadas) (3), como para indicar un
tratamiento específico que evite complicaciones a
largo plazo (4).
La lesión cutánea de las enfermedades exantemáticas
es de carácter difuso, de aparición brusca, constituida
por distintos elementos: máculas, pápulas, vesículas,
pústulas, petequias, etc; los que generalmente están
asociados a fiebre (1). En el niño son numerosas las
patologías que cursan con exantema; algunas de ellas
de causa todavía desconocida y sin un tratamiento
efectivo (2).
Hoy en día algunas de estas enfermedades son
prevenibles mediante inmunizacion activa o vacunación.
Se encuentra bien documentado el hecho de que los
programas de inmunización han disminuido
considerablemente enfermedades como el sarampión y
la rubéola, sin embargo en los últimos años, debido a
campañas que imparten los movimientos anti-vacunas,
se han producido nuevos brotes a nivel mundial de
enfermedades que ya se encontraban erradicadas. Uno
de los mayores brotes de sarampión en el último tiempo
se produjo en el año 2016, en Rumania, donde se
contabilizaron 2.165 casos confirmados, de los cuales
13 acabaron fallecidos, donde la mayoría eran niños
menores de 2 años.
En nuestro país el sarampión se considera erradicado.
Sin embargo, por las migraciones desde países con
menor cobertura de vacunación y la emergente decisión
parental de rechazar las inmunizaciones para sus hijos,
se considera un cuadro clínico que debe conocerse a
fondo debido a su gravedad (1).
Historia Y Epidemiología
Las enfermedades exantemáticas se conocen desde
hace cientos de años. Clásicamente se describen 6
cuadros clínicos, según su orden de descubrimiento 1:
Etiopatogenia
La respuesta de la piel ante un agente infeccioso es
limitada y se produce por la liberación de sustancias
vasoactivas y mediadores de la inflamacion como
histamina, factor quimiotáctico de los eosinófilos, factor
de agregacion plaquetaria, etc. o por estimulos
antigénicos o inespecíficos, los cuales producen
alteraciones vasomotoras a nivel cutáneo. Se describen
cuatro mecanismos etiopatogénicos comunes que
podrían explicar la mayoría de estas respuestas (1):
Esquema 1: Mecanismos etiopatogénicos de los
distintos exantema
Generalidades De Exantemas
El primer paso para realizar un diagnóstico será
establecer si el proceso se trata de un proceso
infeccioso o no. La presencia de fiebre es un dato
fundamental; su ausencia constituye en todo momento
de la evolución del exantema un dato para dudar de la
etiología infecciosa de éste, aunque no la excluye
totalmente. Por tanto, para realizar una aproximación
diagnóstica debemos realizar, como siempre, una
adecuada anamnesis que nos ayude a establecer una
orientación diagnóstica y un tratamiento (2).
A continuación, se presentan - mediante un esquema -
las consideraciones a tener en cuenta para el
enfrentamiento de una enfermedad exantemática. Se
deben tener presente las siguientes características del
exantema: antecedentes mórbidos, tipo de lesión,
distribución, color, patrón morfológico, síntomas y
signos acompañantes.
Esquema 2: Características del exantema
Existen ciertas características propias de cada
exantema, por lo que a continuación se procederá a
describir cada uno de ellas para establecer un proceso
diagnóstico diferencial sistemático y acertado.
Sarampión
Es una enfermedad de origen viral altamente
contagiosa, eliminada en gran parte del mundo gracias
a la implementación de programas de vacunación. En la
actualidad aún es capaz de originar brotes,
particularmente en población susceptible no vacunada
determinando alta carga de morbimortalidad (5, 6). En
zonas endémicas cobra anualmente más de medio
millón de vidas en menores de 15 años (1).
Ocasionalmente ocurren pequeños brotes entre
aquellos individuos en los que la vacuna no logró
desencadenar una respuesta inmune suficiente; esto se
observa en aproximadamente el 5% de los niños que
recibieron una dosis única de la vacuna de los 12 meses
de edad (1).
El sarampión fue introducido en América en el siglo XVII
por los colonizadores europeos causando cientos de
muertos entre los nativos, lo que facilitó la conquista (7).
Recién en el año 1954 J. Enders y T. Peebles informaron
sobre el aislamiento del virus del sarampión en la
sangre y secreciones de pacientes mediante la
inoculación en cultivos celulares humanos y de simios.
La primera cepa de virus, denominada Edmonston por el
paciente de quien se aisló, fue sub-cultivada en
diferentes tipos de líneas celulares para la preparación
de una primera vacuna experimental (8,9).
Agente etiológico
El virus sarampión es un virus de simetría helicoidal,
tipo ARN de polaridad negativa no segmentado,
perteneciente a la familia Paramyxoviridae y al género
morbillivirus (8).
Se transmite por aerosoles con puerta de entrada en el
aparato respiratorio o por contacto directo con
secreciones respiratorias, originando una enfermedad
sistémica. El ser humano es el único reservorio de este
agente etiológico (10,11).
Cuadro clínico
Luego de un período de incubación promedio de 10 días,
se inician los primeros síntomas conocidos como
pródromo (Figura 1), período caracterizado por fiebre
(en niños con peak hasta 39 a 40°C), coriza y/o tos,
conjuntivitis (si es severa puede causar lagrimeo y
fotofobia) y lesiones o manchas de Köplik (definidas
como patognomónicas), síntomas que se van
intensificando, dando paso en el día 14 post contacto a
la aparición del exantema de tipo morbiliforme o
máculo-papular generalizado (12).
Figura 1: Evolución temporal de las características
clínicas del sarampión. Tomado del manual para el
diagnóstico de laboratorio de la infección por los virus
del sarampión y de la rubéola. OMS, segunda edición
2006.
Los enfermos, se consideran infectantes desde cuatro
días antes hasta cuatro días después de la aparición del
exantema, período en el que tienen altas
concentraciones virales en sangre y en fluidos
respiratorios, y por la presencia de síntomas
respiratorios, se ve facilitada la difusión viral (6)
.
Complicaciones
Las complicaciones más frecuentes son la otitis media
aguda, el absceso retrofaríngeo y complicaciones
tardías no infecciosas como glomerulonefritis y fiebre
reumática (1).
Diagnóstico
El generalmente el diagnóstico es clínico, sin embargo,
lo ideal es confirmar con un cultivo faríngeo directo o
test rápido para la detección de antígenos SBGA (1).
Tratamiento
El objetivo del tratamiento de la escarlatina es el mismo
que para la faringoamigdalitis estreptocócica (1, 18): la
erradicación del SBGA. Esto se logra principalmente
con la administración de penicilinas. Esta puede ser
indicada vía oral como amoxicilina hasta completar 10
días o vía intramuscular como penicilina benzatina
600.000 UI en menores de 30kgs o 1.200.000 UI en
niños de más de 30 kgs. En pacientes alérgicos a las
penicilinas, se puede indicar macrólidos como
eritromicina o claritromicina por 10 días . No se
(1)
Rubéola
Es llamada también el “sarampión alemán”.
Inicialmente, se pensaba que la rubéola era una
variante relacionada con el sarampión o la escarlatina y
se llamaba "tercera enfermedad exantemática de la
infancia" o "sarampión de tres días". En 1866 Veale, un
médico escocés que servía como cirujano de artillería
real inglesa, propuso cambiar el nombre a rubéola, del
latín "rojo pequeño" (20).
Antes de que la vacuna contra la rubéola fuera
autorizada en los EEUU en 1969, la rubéola era una
enfermedad común que se producía principalmente
entre los niños pequeños. Las epidemias ocurrian cada
6 a 9 años, con el mayor número de casos durante la
primavera (21). La rubéola fue declarada eliminada (con
ausencia de transmisión endémica durante 12 meses o
más) de los EEUU en 2004. Sin embargo, todavía se
transmite comúnmente a nivel mundial. Debido a que la
rubéola sigue circulando en otras partes del mundo, se
estima que 100.000 niños nacen con síndrome de
rubéola congénita (SRC) anualmente (21).
Agente etiológico
El virus de la rubéola se clasifica como un togavirus
(familia Togaviridae), género Rubivirus. Se trata de un
virus RNA envuelto, con un único tipo antigénico que no
reacciona de forma cruzada con otros miembros del
grupo togavirus. El virus de la rubéola es relativamente
inestable y es inactivado por disolventes lipídicos,
tripsina, formalina, luz ultravioleta, pH bajo, calor y
amantadina (22).
La infección se transmite vía respiratoria por el
contacto con secreciones nasofaríngeas (1).
El periodo de incubación es de 14 a 21 días (23) y la
viremia empieza una semana antes del exantema y
finaliza 5 días después que éste ha terminado.
Actualmente se considera una enfermedad de
notificación obligatoria (1).
Cuadro clínico
Eritema Infeccioso
Es conocido como la “quinta enfermedad”. Es una
patología causada por Parvovirus B19. Fue descubierto
por primera vez en 1975, durante la detección del virus
de la hepatitis B en unidades de sangre en donantes
asintomáticos (28). La muestra 19 en el panel B (de ahí el
nombre de parvovirus B19) se leyó como resultado falso
positivo en un ensayo de inmunoelectroforesis (29).
Se comporta como una infección asintomática o
subclínica en la mayoría de los casos; el 89% de la
población tiene anticuerpos. Afecta más a preescolares
y escolares y aparece en brotes durante los meses de
invierno y primavera (1).
Agente etiológico
El parvovirus B19 pertenece a la familia Parvovirinae, la
cual infecta a mamíferos y aves. Es un virus pequeño
(26 nm), no envuelto, ADN de cadena sencilla y se
encuentra dentro de los virus ADN más pequeños en
animales (30).
El parvovirus B19 se transmite fácilmente de persona a
persona a través de la vía respiratoria. Aunque la
infección por parvovirus B19 no se asocia
particularmente con síntomas respiratorios, el virus se
ha encontrado frecuentemente en las secreciones
respiratorias durante la fase virémica de la infección (31).
Por lo tanto, se puede transmitir a través de contacto
cercano persona a persona, fomites, secreciones
respiratorias y/o saliva (31, 32).
El período de incubación estimado desde la exposición
a la aparición del exantema es generalmente una a dos
semanas (29).
Cuadro clínico
Artropatía.
Crisis aplásica transitoria en trastornos
hemolíticos crónicos.
Varicela Zóster
La infección por virus varicela zóster (VZV) causa dos
formas clínicamente distintas de enfermedad: la
varicela (peste cristal) y el herpes zoster (culebrilla). La
infección primaria por VZV produce una erupción
vesicular difusa. La reactivación endógena de VZV
latente, típicamente da lugar a una infección localizada
de la piel conocida como herpes zóster (39).
El ser humano es el único reservorio del virus. La
transmisión es directa persona a persona por contacto
con lesiones activas o por secreciones respiratorias. Es
una enfermedad endémica con brotes epidémicos
anuales. Presenta una alta contagiosidad y el periodo
de incubación oscila entre 14 a 21 días con mayor tasa
de contagio en los 2 días previos a la fase eruptiva y
mientras persistan las vesículas, aproximadamente 7
días(1).
La infección primaria por varicela en niños es
generalmente una enfermedad leve en comparación con
presentaciones más graves en adultos o pacientes
inmunocomprometidos. Desde la introducción de la
vacuna contra la varicela en 1995, las tasas de
infección, hospitalizaciones y mortalidad han
disminuido en los EEUU (39).
Agente etiológico
El virus de la varicela-zoster (VZV) es uno de los ocho
herpesvirus que se sabe que causan infección humana y
se distribuye en todo el mundo. Es un virus tipo ADN
dole cadena linear, perteneciente a la
familia Herpesviridae .(39)
Meningitis aséptica.
Miocarditis.
Aborto (rara).
Diagnóstico
Se realiza clínicamente. El diagnóstico puede ser más
difícil cuando está presente el enantema o el exantema
por sí solos. En la mayoría de las series de casos,
aproximadamente el 75% de los pacientes tienen tanto
el exantema como el enantema, y entre el 10 y el 15%
sólo tienen uno o el otro (47).
Cuando es necesaria la confirmación etiológica, se debe
obtener muestras de líquido de la faringe, heces y
vesículas para el cultivo celular o la amplificación
mediante PCR (48).
Tratamiento y profilaxis
Es sintomático. En caso de neonatos inmunodeprimidos
con infección crónica, miocarditis, o en general
pacientes gaves, se sugiere el tratamiento con
inmunoglobulinas con altos títulos de anticuerpos (1). No
existe profilaxis.
Articulares: Artritis.
Diagnóstico
El clínico, y está basado en los criterios descritos
anteriomente.
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