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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES Y DEL AMBIENTE

INFORME FINAL

CAPACIDAD DE CAPTURA DE CARBONO DEL


Sphagnum maguellanicum Brid. Y Sphagnum
compactum DC.

PRESENTADO POR LOS ESTUDIANTES

DIAZ TAIPE ABEL

ASESOR

ING. ORELLANA MENDOZA EDITH PILAR

HUANCAYO – PERÚ

2017

I. TEMA DE INVESTIGACION
Capacidad de captura de carbono del Sphagnum maguellanicum Brid. y
Sphagnum compactum DC.

II. PLANTEAMIENTO Y FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


2.1. Planteamiento del problema

Las exportaciones del Sphagnum en el Perú van tomando cada vez más fuerza
debido a sus diversos usos en el mercado mundial principalmente en Estados
Unidos, China y Japón. Según el programa Sierra Exportadora, en los últimos 3
años se exportaron unas 60 TM, mientras que en el primer trimestre del 2009 el
volumen de exportación fue mayor a 20 TM. Estos incrementos en los
volúmenes de exportación hacen peligrar la perdurabilidad del recurso natural
(Condori, Piñatelli, Elías, & Rojas, 2012).
En el Perú el Sphagnum se distribuye a lo largo de la cordillera de los andes
siendo Junín uno de los departamentos más importantes de producción del
musgo blanco, según reportes; sierra exportadora en conjunto con 20
comunidades campesinas aprovechan este recurso de manera sostenible,
entre estas no se encuentra ninguna comunidad de la región Junín (Elías-letts
et al., 2012), la cual indica que en las comunidades de Junín se está
aprovechando el musgo de manera indiscriminada llevando a la desaparición
de este valioso recurso.

Durante los últimos años, tanto la comunidad científica como la sociedad en


general han mostrado una creciente preocupación en torno al cambio climático,
debido principalmente a las emisiones de gases de efecto invernadero que se
incrementaron un 70 % entre 1970 y 2004 (Rogner et al., 2007). Según el
Panel Inter-gubernamental sobre el Cambio Climático, se ha observado un
aumento en la temperatura media global del aire y los océanos, y se están
produciendo cambios en muchos sistemas físicos y biológicos (IPCC, 2007). Si
no se producen cambios en las políticas actuales sobre desarrollo sostenible y
mitigación del cambio climático, las emisiones globales de gases de efecto
invernadero continuarán aumentando durante las próximas décadas
conllevando un mayor calentamiento global que afectaría a áreas tan diversas
como la agricultura, los recursos hídricos, los fenómenos meteorológicos
extremos, la salud humana, etc.

Los gases de efecto invernadero se generan tanto de forma natural como por la
acción del hombre. Teniendo en cuenta los que son generados únicamente por
el hombre, la quema de combustibles fósiles es la mayor fuente de emisiones
aportando en torno al 75 % del dióxido de carbono y gran parte del metano y
del óxido nitroso (IPCC, 2001; Rogner et al., 2007). Parte de las emisiones son
generadas por fuentes dispersas como el transporte o el sector residencial y
comercial, sobre los cuales es más complejo llevar a cabo acciones.
Sin embargo, el resto de las emisiones se producen en focos estacionarios
donde sí es posible aplicar tecnologías que conlleven la captura de CO .En
este sentido, el sector eléctrico es uno de los mayores emisores de CO2.
Debido a la enorme magnitud de dichas emisiones, no es posible llevar a cabo
su mitigación mediante una sola tecnología, sino que es necesario aplicar una
combinación de las ya existentes, así como desarrollar nuevas alternativas que,
en conjunto, permitan abordar este objetivo. Además de las técnicas
relacionadas con la reducción de emisiones, como la generación de energía
eléctrica a través de otras fuentes como la energía nuclear o las renovables, o
el aumento en la eficiencia de los procesos, se están desarrollando nuevas
técnicas relacionadas con la captura de Co2 y el almacenamiento o
valorización del mismo (Herzog et al., 1997; IPCC, 2005). Entre ellas se ha
propuesto el uso de microorganismos fotosintéticos en general ya que
presentan una alternativa eficiente a la transformación del Co2 en productos
valorizables e incluso como biocombustibles (Skjånes, 2007; Figueroa et al.,
2008; González López et al., 2009).

2.2. Formulación del problema

2.2.1. Problema general


¿Cuál es la diferencia de capacidad de captura de carbono del
Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum compactum DC
?
Indagación: cual es
Unidad de análisis: Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum
compactum DC
Variable: capacidad de captura de carbono

2.2.2. Problemas específicos

a) ¿Cuál es la diferencia de capacidad de captura de carbono de


biomasa aérea del Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum
compactum DC?

a. Indagación: Cuál
b. Unidad de análisis: biomasa aérea
c. Variable: capacidad de captura de carbono

b. ¿Cuál es la diferencia de capacidad de captura de carbono de


biomasa subterránea del Sphagnum maguellanicum Brid y
Sphagnum compactum DC?

a. Indagación: Cuál
b. Unidad de análisis: biomasa subterránea
c. Variable: capacidad de captura de carbono
c. ¿Cuál es la diferencia de capacidad de captura de carbono en
biomasa de materia orgánica muerta del Sphagnum maguellanicum
Brid y Sphagnum compactum DC?

a. Indagación: Cuál
b. Unidad de análisis: biomasa de materia orgánica muerta
c. Variable: capacidad de captura de carbono

d. ¿Cuál es la diferencia de capacidad de captura de carbono en el


suelo del Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum compactum
DC?

a. Indagación: Cuál
b. Unidad de análisis: suelo
c. Variable: capacidad de captura de carbono

III. CONSTRUCCION DEL MARCO TEORICO

3.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION

 Antecedentes internacionales

En Chile Valdes Barrera, (2012) evaluó el contenido y balance de C en una


turbera de S. magellanicum en Tierra del Fuego, contenido de C en cada uno
de este ecosistema se estimó a partir de un inventario de la biomasa vegetal en
pie, el detrito y el suelo orgánico, conociendo la fracción de C por unidad de
masa en cada uno de estos componentes. El almacenamiento de C en el
ecosistema se estimó a partir del balance entre la productividad primaria neta
(PPN) y la respiración heterótrofa (Rhet). El balance entre estos flujos se
conoce como productividad ecosistémica neta (PEN). La PPN se estimó a partir
del crecimiento de la vegetación. La Rhet se estimó por la captación de las
emisiones CO2 generadas desde el suelo. El contenido de C en el turbera de
S.magallanecum fue de 247 +/-13 ton C /ha. Lo que indica que la turbera se
comportó como una fuente de carbono. (Valdes Barrera, 2012).

Giraldo, Zapata, & Montoya, (2006) realizaron un trabajo de investigación sobre


estimación de la captura y flujo de carbono en silvopastoreo de Acacia
mangium asociada con Brachiaria dyctioneura en Colombia donde sus
objetivos fueron estimar y evaluar el servicio ambiental de captura de carbono
en el SSP de acacia (Acacia mangium) con pasto brachiaria (Brachiaria
dyctioneura), bajo dos densidades de siembra de árboles (alta y baja),
ubicados en el municipio de Caucasia. Para estimar la biomasa de la pastura
se cosechó el forraje que se encontraba disponible exactamente sobre los
puntos de muestreo de las raíces; de ese modo fue posible establecer las
respectivas relaciones entre la biomasa aérea y radical. El pasto, una vez
cosechado y debidamente empacado, se llevó al laboratorio para determinar su
contenido de humedad y peso seco en una estufa de aire forzado a 80±1ºC.
Una muestra representativa para la determinación del carbono en el suelo se
obtuvo de 20 puntos de muestreo aleatorio por parcela. En cada punto se
utilizó un barreno sacabocado para extraer seis muestras de 15 cm de alto
hasta alcanzar 90 cm de profundidad. Se establecieron los siguientes estratos
en el suelo: 0-15, 15-30, 30-45, 45-60, 60-75 y 75-90 cm. Las muestras de
suelo en cada estrato se homogenizaron separadamente en recipientes para
obtener muestras representativas. La determinación del contenido de carbono
en el suelo se realizó en el Laboratorio de Suelos de la Universidad Nacional
de Colombia, Sede Medellín, mediante el método de combustión húmeda. Para
el cálculo de la existencia de carbono edáfico por hectárea (C t ha-1) se utilizó
la fórmula: C = a * d (t m-3) * Pm * fc. Obteniendo como resultado en el
tratamiento AD se estimaron 16,674 t C ha-1 en los primeros centímetros de
suelo (0-5 cm).

 Antecedentes nacionales

Quispe Navarro, Quispe Contreras, & Yaranga Cano, (2015) en la subcuenca


del Canipaco, Huancayo evaluaron la correlación de pesos de biomasa aérea y
radicular de las especies Calamagrostis vicunarum, Festuca dolichophylla y
Muhlenbergia ligularis y sus capacidades de almacenamiento de carbono.
Realizaron la recolección de datos en tres zonas representativas tomando en
cuenta factores como la fisonomía vegetativa, fisiografía, topografía y
exposición hacia los puntos cardinales, denominándolas zonas I, II y III,
equivalentes a tres poblaciones diferentes, las que fueron evaluadas aplicando
el método de muestreo simple con distribución sistemática. La extracción de
muestras vegetativas fueron tomadas al azar desde las parcelas, luego lavadas
y oreadas a temperatura ambiente bajo techo antes de su traslado a
laboratorios para el secado final, pesajes de biomasa y análisis del contenido
de carbono. Obtuvieron como resultados que los promedios de carbono
almacenados son: Calamagrostis vicunarum: 0,754 tC/ha; Festuca dolicophylla:
1,638 tC/ha y Muhlenbergia ligularis: 0,743 tC/ha. y como promedio de carbono
almacenado por las tres especies juntas alcanza a 3,14 tC/ha.

Medrano Yanqui, Chupan Minaya, & Vila Balbin, (2012) en el lago


Chinchaycocha-Junin, evaluaron la cantidad de carbono que almacena las
especies predominantes de flora del lago. Estudiaron tres ecosistemas dentro
del humedal: bofedal, pajonal, y totoral, las áreas fueron identificas con ayuda
de imágenes satelitales Landsat. El procedimiento estuvo basado en la
recolecion de muestras divididas en biomasa área, biomasa radicular y
muestras de suelo, hallándose el contenido de carbono en cada una. En el
totoral obtuvieron que Schoenoplectus californicus Var. Totota almaceno
30.65tC/ha y Juncos arcticus Var. Andicola 8.70 tC/ha. En el pajonal Deyeuxia
recta Kunth almacena 7.02 tC/ha en su biomasa área y 8.41 tC/ha en su
biomasa radicular. En el bofedal: Plantago tubulosa almacena 0.81 tC/ha en su
biomasa área y 1.88 tC/ha en su biomasa radicular, Eleocharis albibracteata
almacena 0.22 tC/ha en su biomasa área y 2.95 tC/ha en su biomasa radicular,
y Limosella australis almacena 0.22 tC/ha en su biomasa área y 0.38 tC7/ha en
su biomasa radicular. En el almacenamiento de carbono en suelos se
determinó 774,76 tC/ha en pajonales y 684.58 tC/ha en bofedales.

Ibrahim et al., (2007) estudiaron; Almacenamiento de carbono en el suelo y la


biomasa arbórea en sistemas de usos de la tierra en paisajes ganaderos de
Colombia, Costa Rica y Nicaragua. El paisaje en las tres áreas es dominado
por pasturas naturales y pasturas mejoradas con árboles y sin ellos; El objetivo
de estudio fue estimar el almacenamiento de carbono en la biomasa de
pasturas de diferentes usos de la tierra en paisajes ganaderos en Colombia,
Costa Rica y Nicaragua, con el fin de entender el aporte de los sistemas
agroforestales a la reducción de los impactos negativos del aumento del CO2
atmosférico sobre el clima global. Para lo cual establecieron al azar entre 20 y
30 puntos de muestreo (marcos de 0,25 m2) en cada repetición de los bancos
para evaluar la biomasa de gramíneas (Pennisetum purpureum). Cortaron toda
la biomasa al nivel del suelo, pesaron en fresco y tomaron una submuestra
(aprox. 200 g) para determinar su materia seca (60 grados hasta peso
constante). Emplearon el factor (0,5) para transformar valores de biomasa a
carbono. Como resultados Obtubieron 6.01 t/ha de carbono en Nicaragua y
7.09 t/ha de carbono en Costa Rica.

Nadler, Meza, Torres, & Jara, (2001) realizaron estudios sobre medición del
carbono almacenado en los bosques de la Reserva Nacional Malleco para la IX
región de Chile. La metodología que usaron para la vegetación herbácea fue
identificar una parcela representativa de 35 m x 35m, dentro de la parcela
ubicaron otras 2 mini-parcelas de radio 2 m donde recolectaron y pesaron
todos los arbustos, herbáceas y quilas. la medición consistió en cortar la
vegetación (arbustos, hierbas y quilas) a ras del suelo y pesar separadamente
los tres tipos de vegetación. Una muestra de cada tipo por parcela (por las dos
mini-parcelas) se recolectó para análisis en laboratorio. Obtuvieron como
resultados; 9.9 t/ha de carbono en la RNM.

Concha, Alegre, & Vicente, (2007) realizaron un estudio sobre determinación


de las reservas de carbono en la biomasa aérea de sistemas agroforestales de
Theobroma cacao L. en el departamento de San Martín, en dos provincias
(provincia de San Martin y Mariscal Cáceres), el proyecto tiene como objetivo,
conocer el potencial de captura de carbono en la biomasa aérea para
diferentes sistemas agroforestales de cacao asociados con especies frutales,
maderables e industriales. Los procesos de investigación del trabajo realizaron
en tres fases: una en campo, que consistió en el inventario dentro de las
plantaciones y el recojo de muestras; la segunda fase, periodo de laboratorio
que consistió en el secado de muestras; y la tercera fase, periodo de gabinete
que se fundamenta en el procesamiento, análisis e interpretación de los datos
para determinar la cantidad de carbono en cada uno de los sistemas
agroforestales que estudiaron. Para la cuantificación de carbono de la
vegetación herbácea y hojarasca determinaron en cuadrantes de 1 m2
representativos del área. Como resultados obtuvieron 6.8 t/ha en el sector
Choclino provincia de San Martín y 1.8 t/ha, 2.5 t/ha, 0.28 t/ha en el sector
Juanjui, Pachiza y Huicungu respectivamente pertenecientes a la provincia de
Mariscal Cáceres.

Pinedo, Luccini, Herrera, Parodi, Matar, Barrea, Mechni y Masramón, (2015)


realizaron una investigación sobre cuantificación de la captura de CO 2 por la
flora nativa de totora en un humedal costero en Perú sus objetivos fueron
establecer un importante precedente investigativo en la región. Por otro lado,
generar conciencia política en las autoridades competentes para que tome
acciones correspondientes y priorice formular e implementar una política
ambiental que permita afrontar la crítica situación actual en el manejo de los
humedales. El área de estudio corresponde al Plan General de Manejo Forestal
en los humedales de Villa María, 153.14 ha que incluyen el manejo de totora
estimadas mediante mapas satelitales Landsat 8 y Google Earth. Delimitaron
áreas representativas para evitar zonas heterogéneas y así utilizaron el
muestreo aleatorio. Se determinaron 25 puntos, 5 correspondientes a totora.
De cada punto se tomaron muestras de la biomasa aérea y de la raíz con 3
repeticiones para una estimación estadística, cuadricularon la zona trazando
líneas que atraviesen toda el área, de estas cuadrículas se seleccionaron al
azar los puntos a muestrear, las que fueron localizadas en cada zona usando
un GPS navegador. Dentro de las cuadrículas seleccionadas aleatoriamente
colocaron un cuadrante de 1 m2 , del cual extrajeron por completo las partes
aérea y radicular. Con la finalidad de estimar la captura de CO 2 atmosférico,
previamente determinaron el carbono acumulado en la estructura vegetal en
las muestras de flora, parte aérea y radicular, trabajo realizado en el laboratorio
de la Universidad Agraria la Molina de Lima. Los resultados obtenidos en el
laboratorio indican que la biomasa aérea registró una densidad promedio de
9.91 kg/m2 , para la totora, la fracción de carbono en el peso seco en la parte
aérea es 0.5438 y en la parte de la raíz es 0.3444 se deduce que la cantidad de
dióxido de carbono atmosférico capturado por hectárea en la biomasa total de
la flora de totora en los humedales de Villa María es de 84.05 tCO 2/ha. Y
concluyeron que el servicio ambiental que aportan los humedales de Villa María
en la biomasa de las especies más representativas y de gran valor artesanal
como la totora llega hasta 84.05 tCO2/ha y Las especies herbáceas de gran
valor artesanal en los humedales de Villa María poseen gran servicio ambiental
contribuyendo significativamente a la reducción de emisiones de CO 2 gas que
produce efecto invernadero y calentamiento global. Por ello, los resultados
encontrados inciden sobre la necesidad de conservar este ecosistema logrando
un incremento en la biomasa y por lo tanto una mayor captación de CO2
atmosférico.
3.2. BASES TEORICAS

3.2.1. El carbono

En la naturaleza, el carbono se halla por doquier: en el agua bajo la forma de


compuestos carbónicos disueltos (carbonatos), y en el aire como dióxido
de carbono. Todos los organismos vivos son compuestos de carbono, que se
obtienen como resultado de los procesos metabólicos durante su crecimiento y
desarrollo, y que son liberados cuando éstos mueren. Aproximadamente, el
50% del peso seco de cualquier organismo lo constituye este elemento, por lo
que es uno de los más importantes de la vida (Smith, 1993).

Es un componente esencial de todos los seres vivos. Existe en su mayor parte


como dióxido de carbono en la atmósfera, los océanos y los combustibles
fósiles (carbón, petróleo y otros hidrocarburos). El dióxido de carbono en la
atmósfera es absorbida por las plantas y convertidas en carbohidratos y tejidos
a través del proceso de la fotosíntesis, como parte del ciclo del carbono
(Lapeyre, 2004).

3.2.2. Ciclo del Carbono

Es un ciclo biogeoquímico de gran importancia para la regulación del clima en


la Tierra, en él se ven implicados actividades básicas para el sostenimiento de
la vida. Comprende dos ciclos que suceden en distintas velocidades:

Ciclo biológico: comprende los intercambios de carbono (CO2) entre los seres
vivos y la atmósfera, es decir, la fotosíntesis, proceso mediante el cual el
carbono queda retenido en las plantas y la respiración que lo devuelve a la
atmósfera. Este ciclo es relativamente rápido, estimándose que la renovación
del carbono atmosférico se produce cada 20 años.

Ciclo biogeoquímico: regula la transferencia de carbono entre la atmósfera y la


litosfera (océanos y suelo). El CO2 atmosférico se disuelve con facilidad en
agua, formando ácido carbónico. El retorno del carbono a la atmósfera, se
produce en las erupciones volcánicas tras la fusión de rocas que lo contienen;
este último ciclo es de larga duración, el verse implicados los mecanismos
geológicos. Además, hay ocasiones en las que la materia orgánica queda
sepultada sin contacto con el oxígeno que la descompone, produciéndose así
la fermentación que lo transforma en carbón, petróleo y/o gas natural.

La explotación de combustibles fósiles para sustentar las actividades


industriales y de transporte junto con la deforestación es hoy en día, las
principales agresiones que sufre el planeta, con las consecuencias conocidas;
cambio climático; generado por el efecto invernadero, la desertificación, etc.
Esta problemática ha sido tocada en el “Convenio sobre Cambio Climático”,
aprobado en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y suscrito en la Cumbre de Río
el 11 de junio de 1992. El 11 de diciembre de 1997 los países industrializados
se comprometieron, en la ciudad de Kyoto, a ejecutar un conjunto de medidas
para reducir los gases de efecto invernadero. Después de muchas discusiones
para su ratificación el Protocolo de Kyoto entró en vigencia en febrero del año

2005. Este grafico puede verse representado en la Figura N° 01.

FIGURA N° 01: Ciclo del carbono. Smith (1993).

La reserva fundamental de carbono, en moléculas de CO 2 que los seres vivos


puedan asimilar, en la atmósfera y la hidrosfera. Este gas está en la atmósfera
en una concentración de más del 0,03% y cada año aproximadamente un 5%
de estas reservas de CO 2, se consumen en los procesos de fotosíntesis, es
decir que todo el anhídrido carbónico se renueva en la atmósfera cada 20 años.

La vuelta de CO2 a la atmósfera se hace cuando en la respiración los seres


vivos oxidan los alimentos produciendo CO2. En el conjunto de la biosfera la
mayor parte de la respiración la hacen las raíces de las plantas y los
organismos del suelo y no, como podría parecer, los animales más visibles.

El petróleo, carbón y la materia orgánica acumulados en el suelo son resultado


de épocas en las que se ha devuelto menos CO2 a la atmósfera del que se
tomaba. Así apareció el O2 en la atmósfera. Si hoy consumiéramos todos los
combustibles fósiles almacenados, el O2 desaparecería de la atmósfera (Smith,
1993).

3.2.3. CAPTURA DE CARBONO


La investigación en esquemas de captura de carbono (CC) por sistemas
naturales se encuentra relacionada con el estudio del valor de las funciones
ecológicas de los ecosistemas naturales. Aunque el concepto de ciclo de
carbono en la naturaleza y la capacidad de absorción del suelo y los océanos
ha sido conocido durante largo tiempo, no fue sino hasta 1976 que la idea de
los bosques como “almacenadores” de las emisiones de combustibles fósiles
fue propuesto por primera vez (WRI 2001). El renovado interés en esta función
ecológica de los ecosistemas terrestres aparece cuando investigadores y
administradores públicos empiezan a entender el valor total de la naturaleza
(VTN) y se enfocan a desarrollar esquemas para con- servar y restaurar dicho
valor. El VTN se considera como la suma del valor de uso directo e indirecto,
opción y existencia de la naturaleza (Department for Transport, Local
Government and the Regions 2002).
Cuando hablamos de la CC nos referimos a uno de los muchos valores de uso
indirecto del ecosistema, también conocidas como funciones ecológicas.
Los mecanismos para la CC que son viables actualmente se enfocan sólo en
un subproceso del ciclo de carbono en la naturaleza: la captura terrestre, y
específicamente en la CC por parte de ecosistemas boscosos. El IPCC
estimaba en su segundo informe de evaluación, que entre 60 y 87 GtC
(gigatoneladas) podrían conservarse o captase en los bosques para el año
2050, y que otras 23 a 44 GtC podrían 2 obtenerse de suelos agrícolas.
Actualmente se considera que las opciones de mitigación biológica son del
orden de 100 GtC (acumuladas) para el año 2050, lo que representa entre el
10% y el 20% de las emisiones proyectadas de los combustibles de origen fósil
durante ese período (IPCC 2001).
Estos mecanismos también consideran a los bosques como ecosistemas y no
como árboles aislados, reconociendo el hecho de que el suelo del bosque
contiene alrededor de dos tercios del carbono en los ecosistemas forestales
(Dixon et al. 1994).
En resumen, los sumideros terrestres de carbono se refieren al carbono
contenido en los ecosistemas forestales (vegetación viva, materia orgánica en
descomposición y suelo) y sus productos (maderables y no maderables,
combustibles fósiles no usados, etc.)
De manera análoga, los flujos o emisiones de carbono se relacionan con la
degradación tanto de los ecosistemas forestales como de sus productos.
3.2.4. Biomasa subterránea
Toda la biomasa viva de las raíces vivas. Las raíces pequeñas de menos de 2
mm de diámetro están excluidas porque éstas a menudo no pueden
distinguirse, de manera empírica, de la materia orgánica del suelo u hojarasca.
(Giec, 2003) Carbono en toda la biomasa de las raíces vivas. (Giec, 2003)

Sistema radical
Su órgano de anclaje son los rizoides, que no son raíces, ya que no cumplen la
función de absorber nutrientes, como lo hacen las raíces de las plantas
vasculares (Diaz et al., 2005)
Al igual que la inmensa mayoría de las plantas terrestres, muchos briófitos
establecen asociaciones micorrizógenas con hongos de diversas divisiones. La
distribución entre los grandes grupos de hepáticas (el linaje mejor estudiado) y
los taxones correspondientes de hongos asociados es muy distintiva, con lo
que, dada la posición basal de los briófitos entre las plantas terrestres, estos
estudios pueden permitir seguir las grandes líneas evolutivas de un proceso tan
importante en la biosfera como la simbiosis micorrizógena (Kottke & Nebel,
2005, Pressel et al., 2010)
(Bogino & Bravo, 2012) no encontraron diferencias significativas en la relación
biomasa aérea: biomasa subterránea, entre diferentes grupos de especies y
establecieron una ratio general de 0,25 para especies deciduas,
independientemente de la latitud o la textura edáfica en la que se desarrollen.

Esta simbiosis parece haber derivado en micoheterotrofía en el caso de la


hepática Aneura mirabilis, que a través de las micorrizas obtiene de abedules
todos los nutrientes que precisa, por lo que carece de clorofila (Bidartondo et
al., 2003).
Resulta llamativo que no se haya demostrado concluyentemente para los
musgos la asociación micorrizógena, aunque defiende esta denominación para
los hongos asociados a partes subterráneas de musgos que podrían favorecer
su crecimiento. Glime (2007)
Su órgano de anclaje son los rizoides, que no son raíces, ya que no cumplen la
función de absorber nutrientes, como lo hacen las raíces de las plantas
vasculares (Diaz et al., 2005)

3.2.5. Biomasa de materia muerta (turba)

Las turberas son el tipo de humedal más extenso del mundo, representan del
50 al 70 por ciento de todos los humedales y cubren más de cuatro millones de
km² (o el tres por ciento) de la superficie terrestre y del agua dulce del planeta
(Tapia Mansilla, 2008). Se caracterizan por la presencia de agua y una
vegetación característica. El suelo de turba, que suele tener muchos metros de
profundidad, está compuesto por materia orgánica y agua y es el resultado de
la acumulación de material vegetal parcialmente descompuesto. Las capas de
turba a veces tardan miles de años en formarse y conservan otros materiales
tales como granos de polen, objetos y restos humanos en buen estado,
ofreciéndonos una ventana única al pasado (Ramsar, 2015).

El principal componente biológico de las turberas, es el musgo Sphagnum, el


cual a su vez forma un ambiente pobre en nutrientes (baja concentración de
nitrógeno), ácido, anóxico y frío, descrito para las turberas en general. Estos
ecosistemas se conforman por estratos subyacentes originados por
acumulación de materia orgánica de origen vegetal en distintos estados de
degradación anaeróbica (sin la presencia de oxígeno) y un estrato superficial
biológicamente activo, conformado por asociaciones de especies, entre las que
predominan plantas hidrófilas con gran capacidad de retener humedad, en
especial los musgos del género Sphagnum. Se han diferenciado dos estratos
funcionales dentro de las turberas: el acrotelmo el cual es un estrato
oxigenado, poroso, y que generalmente tiene un espesor de 0,4-0,5 m; seguido
por un estrato anóxico, el catotelmo, el cual está permanentemente saturado de
agua y que puede llegar a medir varios metros (Loisel & Yu, 2013).

Formación de las turberas naturales. Durante las eras glaciales del Pleistoceno
(desde hace 1.6 millones hasta 10 mil años antes del presente), gran parte del
territorio de la Décima Región fue afectado por una intensa actividad glacial. En
el último ciclo glacial, hace 18 a 20 mil años, los hielos cubrieron el valle central
de la zona de Los Lagos, así como la mayor parte de la actual Isla de Chiloé
(Villagrán, 1988). Este tipo de ambientes, con historias glaciales recientes,

poseen un gran número de geoformas propicias para el desarrollo de turberas.

Figura N°02. Formación de las turberas naturales


Fuente: Tapia Mansilla, (2008)

Turberas secundarias o pomponales. Desde mediados del siglo XIX, al iniciarse


la colonización europea de las Regiones de la Araucanía y de Los Lagos, se
produjo una gran pérdida de cobertura de bosques, debido a la utilización de
madera o leña y al uso indiscriminado del fuego en la habilitación de terrenos
para la agricultura y la ganadería. Así, desde 1850 hasta hoy, han tenido lugar
los mayores procesos de explotación y destrucción del bosque nativo a gran
escala. Debido a las características de drenaje pobre de los suelos post-
glaciales, la tala del bosque puede tener efectos irreversibles sobre la
hidrología del ecosistema. La desaparición del dosel de los bosques templados
siempreverdes puede causar una reducción importante de la
evapotranspiración, produciendo inundaciones en tierras bajas y depresiones
con drenaje pobre.

Algunos de estos sitios anegados han sido colonizados por el musgo


Sphagnum, creando un paisaje parecido al de las turberas naturales, hacen
una distinción entre las turberas naturales y las turberas en formación llamadas
comúnmente “pomponales”. El componente principal sigue siendo el musgo
Sphagnum, pero éstas difieren de las turberas naturales en varios aspectos.
Los pomponales, por tratarse de sitios relativamente jovenes, presentan una
escasa acumulación de turba. Gran parte de estos, fueron originados por
quema o tala rasa de los bosques en sitios con drenaje pobre, lo cual les
concede un origen antropogénico (Tapia Mansilla, 2008).

Los costos económicos asociados con los daños a los servicios de los
ecosistemas pueden ser sustanciales: el daño de los incendios de 1997 del
sudeste de Asia a los sectores de la madera, el turismo, el transporte, la
agricultura y otros beneficios derivados o vinculados a los bosques se estima
en 4.500 millones de dólares EE.UU., además del coste real de luchar contra
los incendios. Y eso sin contar los costos médicos directos e indirectos
asociados a los efectos de la quema sobre la población. A más largo plazo, la
quema de turberas y las actividades de drenaje han conducido a aumentos
ingentes en las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo
significativamente al cambio climático. Se estima que el incendio de 1997 ha
contribuido en una cantidad equivalente de carbono del 13 al 40% de las
emisiones medias anuales mundiales de carbono provenientes de combustibles
fósiles: así, mientras que los impactos sobre la salud humana fueron
regionales, los producidos sobre la salud de la tierra fueron mundiales.
(Ramsar, 2008)

Almacenamiento de carbono y mitigación del cambio climático en el


mundo

Las turberas solo cubren el 3 % de la superficie terrestre del planeta pero


almacenan más carbono que todos los bosques de la Tierra – si se mantienen
húmedas. El uso irracional de este importante tipo de humedal puede alterar
los rasgos que hacen que las turberas sean tan importantes para el
almacenamiento de carbono a largo plazo. El drenaje de las turberas también
provoca la pérdida de carbono y suelo fértil, por ejemplo a través de graves
hundimientos del terreno y la intrusión de agua salada en zonas costeras bajas.
Se calcula que las turberas contienen al menos 550 Gt de carbono, es decir,
casi el doble de la cantidad almacenada en los bosques del planeta. No
obstante, al drenar las turberas se liberan cantidades enormes de dióxido de
carbono (CO2), por lo que su restauración es sumamente importante para
mitigar el cambio climático. (Ramsar, 2015)

3.2.6. Carbono en el suelo

El carbono orgánico del suelo (COS)

El carbono orgánico del suelo es un componente importante del ciclo global del
C, ocupando un 69,8 % del C orgánico de la biosfera (FAO, 2001). El suelo
puede actuar como fuente o reservorio de C dependiendo de su uso y manejo
(Lal & Kimble, 1998). Se estima que desde que se incorporan nuevos suelos a
la agricultura hasta establecer sistemas intensivos de cultivo se producen
pérdidas de COS que fluctúan entre 30 y 50% del nivel inicial. El carbono
orgánico del suelo, afecta la mayoría de las propiedades químicas, físicas y
biológicas del suelo vinculado con su: 1) calidad, 2) sustentabilidad y 3)
capacidad productiva. (Muhammad , y otros, 2007)

A = área (ha); ρ = densidad aparente del suelo (t m-3); fC = fracción de carbono


y Pm = profundidad de muestreo (m). Se hizo el ajuste de la densidad aparente
según el uso de la tierra sugerido por (Buurman, Ibrahim , & Amézquita, 2004).

Toda materia orgánica aérea o subterránea, viva o muerta (por Ej. en los
árboles, los cultivos, las gramíneas, las raíces). El término “biomasa”
corresponde a una definición común de la biomasa por encima del suelo y de la
biomasa por debajo del suelo. Toda la biomasa viva de las raíces vivas. Las
raíces pequeñas de menos de 2 mm de diámetro están excluidas porque éstas
a menudo no pueden distinguirse, de manera empírica, de la materia orgánica
del suelo u hojarasca. (Giec, 2003)

El suelo es un importante almacén de carbono (C). A nivel mundial, el suelo


almacena aproximadamente 1,500 Pg, lo cual es el doble de lo que almacena
la atmósfera (750 Pg) y casi el doble de la cantidad almacenada en la
vegetación (650 Pg) (Robert, 2001).
El secuestro de carbono en el suelo es el proceso de transformación del
carbono del aire al carbono orgánico, almacenado en el suelo. A través del
secuestro de carbono, los niveles de CO2 atmosférico pueden reducirse en la
medida que los niveles de carbono orgánico del suelo aumentan. Actualmente
el secuestro de carbono del suelo ha sido aceptado en muchos países del
mundo con el objetivo de contribuir a la reducción de la contaminación
ambiental, creando conciencia en las personas para lograr la estabilidad de sus
terrenos y además mejorando su producción creando así un ambiente de
bienestar de una manera sostenible. En general, las prácticas de manejo que
incrementan el carbono orgánico del suelo también reducen la erosión del
suelo, incrementan la producción y mejoran los recursos naturales (Espinoza,
2005).

La captura y retención de carbono en el suelo depende de factores definidos,


limitantes o reductores. Los factores definidos se refieren al origen del material
parental, las características geomorfológicas (pendiente y orientación de
ladera) y a la composición mineral del suelo. Los factores limitantes son la
producción primaria neta, la composición del bosque y el clima (temperatura y
humedad); mientras que los factores reductores incluyen la erosión,
deforestación y uso del suelo, los cuales pueden disminuir la acumulación de
carbono en el suelo (Fisher, 2000).

3.3. EL GENERO Sphagnum

Sphagnum es el género más abundante dentro de las briófitas, teniendo una


importancia considerable para la ecología y economía mundial (BUXTON et al.,
1996). Probablemente hay cerca de 150 especies reconocibles; sin embargo,
han sido descritas más de 300 (Schofield, 1985).

Clasificación:

- División : Bryophyta
- Clase : Sphagnopsida
- Orden : Sphagnales
- Familia : Sphagnaceae
- Género : Sphagnum
- Especie : 200-400 especies en el mundo (cosmopolita)

FUENTE: Schofield (1985).

Sphagnum está distribuido a través de todo el mundo y se extiende con mayor


abundancia en la porción templada fría del Hemisferio Norte, donde es la
vegetación dominante de los humedales (Schofield, 1985). En Chile han sido
identificadas 16 especies del género (Díaz et al., 2005). En la Isla de Chiloé
han sido descritas 5 especies (Villagrán y barrera, 2002):
- Sphagnum acutifolium Ehrh. Ex Schrad.
- Sphagnum cuspidatum (Ehrh.) Russ. y Warnst.
- Sphagnum falcatulum Besch.
- Sphagnum fimbriatum Wilst.
- Sphagnum magellanicum Brid.

Las especies anteriormente mencionadas, son muy comunes, especialmente


en las turberas, donde cubren uniformemente el piso.

3.3.1. Las briófitas.

Se conoce por briófitas a las plantas terrestres no vasculares y por traqueófitas


a las plantas terrestres vasculares. Las briófitas son pequeñas plantas
herbáceas que crecen muy cerca unas a otras formando cojines sobre rocas y
suelo, ó creciendo como epífitas sobre los troncos y las hojas de los bosques.
Las briófitas se pueden distinguir de las traqueófitas por dos importantes
características. La primera, es que en todas las briófitas la fase gametofítica,
que es la más persistente dentro del ciclo biológico, es haploide. La segunda,
es que las briófitas nunca forman tejido xilemático que contenga lignina, los
tejidos conductores de agua se encuentran en los esporofitos de todas las
plantas vasculares (Schofield, 1985).

Dentro de las briófitas se encuentra la división Bryophyta, la cual agrupa a


todos los musgos incluyendo al género Sphagnum. También se les llamaba
criptógamas, ya que sus órganos reproductivos los tienen ocultos (Díaz et al.,
2005).

Su estructura consta básicamente de un eje (tallo), que en el caso de las


briófitas se denomina “caulidio” y de apéndices fotosintéticos llamados “filidios”,
que son análogos a las hojas. Su órgano de anclaje son los rizoides, que no
son raíces, ya que no cumplen la función de absorber nutrientes, como lo
hacen las raíces de las plantas vasculares (Díaz et al., 2005a).

Sus filidios no tienen cutícula, que es una capa de cutina que está presente en
las plantas vasculares y que les sirve para evitar la desecación. Por eso, los
musgos crecen generalmente en lugares húmedos. Además, estos vegetales
dependen del agua para poder reproducirse. Los gametos masculinos deben
“nadar” hasta el órgano de reproducción femenino y lo hacen utilizando el agua
(Sherriffs et al., 2004).

Como no tienen cera protectora ni sistema de conducción de agua, sus niveles


de agua varían de acuerdo a la humedad ambiental y por eso se las llama
poiquilohídricas (Sherriffs et al., 2004). El ser poiquilohídricas y además ser
altamente tolerantes a la desecación, ha permitido que las briófitas resistan
períodos más largos de estrés hídrico que las plantas vasculares y que se
recuperen rápidamente a través de la rehidratación, pues la planta al no tener
estomas ni cutícula experimenta un libre intercambio de soluciones y gases a
través de toda su superficie. Así, las briófitas a menudo sirven como efectivas
trampas de agua y de nutrientes (Turetsky, 2003).

3.3.2. Ciclo de vida.

En las briófitas se pueden distinguir dos fases dentro de su ciclo de vida, ellas
son la fase gametofítica y la esporofítica. El gametofito contiene los órganos
reproductivos (arquegonios y anteridios); es la fase dominante y fotosintética
del ciclo, el gametofito puede ser folioso o taloso. El esporofito es el que
contiene las esporas, depende nutricionalmente del gametofito y su tiempo de
vida es más corto (Díaz et al., 2005a).

La reproducción sexual ocurre por la fusión de los gametos. Los espermios son
liberados por el anteridio. La ovocélula fecundada por el espermio dará lugar al
esporofito. El rol del esporofito es producir esporas, que son las diásporas por
las cuales las especies de musgos se dispersan y pueden colonizan terrenos
alejados.

Luego, la espora germina formando una estructura llamada protonema, la cual


finalmente dará origen a un nuevo gametofito (Díaz et al., 2005a).

3.3.3. Ecofisiología de Sphagnum.

El género Sphagnum presenta un crecimiento predominantemente apical e


indeterminado, por ello el ápice principal en el espacio es también el mismo
ápice en el tiempo (Clymo, 1970); Clymo y Hayward (1982), describen que los
caulidios crecen paralelos unos con otros. Los entrenudos del caulidio, a la
altura del ápice, no se elongan; esto da por resultado que las ramas y filidios
acompañantes formen una cabeza compacta llamada capítulo (Figura 1).
FIGURA 1: Partes de una hebra de Sphagnum.

FUENTE: Schofield (1985)

Los filidios viven uno o dos años; en ese tiempo el crecimiento de las ramas
que están por sobre los filidios crean una densa sombra y entonces estos
mueren. Las únicas partes que permanecen vivas bajo el ápice parecen ser las
yemas axilares. Estas comúnmente permanecen inactivas y eventualmente
mueren; pero si el ápice es destruido por medios artificiales (ejemplo por corte)
o accidentalmente (por ejemplo sequía) una o más yemas laterales pueden
comenzar a brotar de nuevo desde la zona que abarca los 10 cm bajo el ápice.
Esta supresión de las yemas laterales, similar a lo que se observa en las
plantas vasculares, en las cuales este fenómeno es controlado por hormonas
desde el ápice, sugiere que puede haber mayor transporte vertical en plantas
de Sphagnum de lo que comúnmente se supone (Clymo y Hayward, 1982).

Un aspecto peculiar de los musgos del género Sphagnum es la baja tasa de


descomposición del material muerto; por lo anterior, las plantas muertas se
acumulan como turba. Hay varias razones del por qué ocurre esto. Una es la
inusual baja concentración de nitrógeno en estas plantas, comúnmente menos
del 1% de la materia seca (Clymo y Hayward, 1982). No sólo hay una
correlación positiva entre la tasa de descomposición y la concentración de N,
sino que el incremento en la concentración de nitrógeno de las plantas por
fertilización incrementa la tasa de descomposición cuando las plantas mueren.
La segunda razón pueden ser las condiciones ácidas del medio, que son
producidas por el mismo Sphagnum (Clymo y Hayward, 1982). Las paredes
celulares de Sphagnum presentan una notable capacidad de absorción, siendo
capaces de absorber selectivamente iones básicos y liberar iones de
hidrógeno; así incrementa la acidez de su medio acuático (Schofield, 1985). La
tercera razón, por la cual las tasas de descomposición son muy bajas está
asociada con el ambiente permanentemente húmedo, condición que requieren
la mayoría de las especies de Sphagnum. No muy abajo del ápice (entre los 2-
20 cm bajo el ápice) la turba se encuentra saturada de agua (Clymo y Hayward,
1982). En este ambiente saturado de agua el oxígeno es un elemento que se
encuentra en bajísima concentración; esta condición, sumada a la acidez del
medio, dificulta la acción de algunos organismos descomponedores.

Otro aspecto particular, es la gran capacidad de retener agua que poseen las
especies del género Sphagnum. Para ello, sus caulidios y filidios poseen
células grandes con paredes provistas de perforaciones, que una vez muertas
permiten la entrada de agua en su interior (Blanco y Balze, 2004). Estas células
llamadas células hialinas, pueden absorber rápidamente el agua a través de
sus poros (de diámetro de 5-20 μm). Estas células pueden contener mucha
agua, pudiendo abarcar alrededor del 80% del volumen del musgo; además el
agua puede ser retenida con una succión de 10-100 kPa (Van Breemen, 1995).
Algunas especies de Sphagnum se ha visto que pueden absorber hasta 20
veces su peso seco en agua. La combinación de células porosas y de ramas
colgantes hace de cada planta una eficiente red de capilares (Schofield, 1985).
Van Breemen (1995) sostiene que cuando el nivel freático baja, la capilaridad
se incrementa. Se ha observado que especies del género Sphagnum que
incrementan su altura sobre el nivel freático poseen un incremento en la
capacidad de conducir agua, esto se explica por la capilaridad.

3.3.4. Principales usos del musgo Sphagnum.

El musgo Sphagnum es utilizado por productores de orquídeas, como sustrato


de propagación, como también se utiliza para envolver rosas y portainjertos de
árboles frutales que van a ser transportados largas distancias (Whinam y
Buxton, 1997). Crignola y Ordoñez (2002), comentan sobre algunos usos de
Sphagnum en la horticultura, “se utiliza como acondicionador de tierras de
cultivos agrícolas, cobertura de suelos, sustratos para jardines; para el
almacenaje de frutas, verduras y bulbos de flores que se envían al mercado
exterior; para cultivos hidropónicos; como materia orgánica para el cultivo de
champiñones; como sustrato en la aplicación de abonos muy solubles, ya que
estos se mantienen adheridos a Sphagnum impidiendo su lixiviación; como
material de cama de animales de establo”.

Históricamente, la turba de Sphagnum ha sido cortada en bloques y luego


secada, para ser quemada como combustible. El musgo Sphagnum seco y la
turba son pulverizados y utilizados como un valioso material aislante, también
utilizado para embalar, gracias a que sus células vacías encierran espacios
considerables de aire y siendo además un producto liviano (Schofield, 1985).
Industrialmente, la turba se utiliza para el tratamiento de aguas residuales,
dada su capacidad filtrante y poder absorbente (Crignola y Ordoñez, 2002). El
musgo Sphagnum es también reconocido por sus características antibióticas. A
partir de él, se ha extraído un compuesto fenólico llamado Sphagnol el cual ha
sido utilizado como agente curativo de enfermedades a la piel (Schofield,
1985).

IV. OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN

4.1. Objetivo general

a. Comparar la capacidad de captura de carbono de Sphagnum


maguellanicum Brid y Sphagnum compactum DC.

4.2. Objetivos específicos

a. Diferenciar la capacidad de captura de carbono en biomasa aérea de


Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum compactum DC.
b. Diferenciar la capacidad de captura de carbono de biomasa
subterránea de Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum
compactum DC.
c. Diferenciar la capacidad de captura de carbono en biomasa de
materia organica muerta de Sphagnum maguellanicum Brid y
Sphagnum compactum DC.
d. Diferenciar la capacidad de captura de carbono en el suelo de
Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum compactum DC.

V. HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN

5.1. Hipótesis general

a. La capacidad de captura de carbono del Sphagnum maguellanicum


Brid es mayor respecto al Sphagnum compactum DC por poseer una
mayor biomasa aérea es ahí donde se almacena más el carbono, y
por tanto será mayor la capacidad de captura de carbono en el
Sphagnum maguellanicum.

5.2. Hipótesis específico

a. La capacidad de captura de carbono en biomasa aérea del


Sphagnum maguellanicum Brid es mayor respecto al Sphagnum
compactum DC debido que la biomasa aérea es mayor.
b. La capacidad de captura de carbono en biomasa subterranea del
Sphagnum maguellanicum Brid es mayor respecto al Sphagnum
compactum DC. Debido que el sistema radical (raicillas) se encuentra
en mayor proporción en el Sphagnum maguellanicum Brid.
c. La capacidad de captura de carbono en biomasa de materia muerta
del Sphagnum maguellanicum Brid es mayor respecto al Sphagnum
compactum DC. Debido a que el Sphagnum maguellanicum Brid
posee mayores restos organicos por su mayor biomasa en general.
d. La capacidad de captura de carbono en el suelo del Sphagnum
maguellanicum Brid es mayor respecto al Sphagnum compactum DC.
Debido a que el Sphagnum maguellanicum Brid ocupara un mayor
espacio en el suelo y el carbono se almacenera en mayor cantidad.

VI. OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES

Variable Dimensión Indicador Unidad Instrumento Fuente


teórica de
medida
biomasa Peso seco Kg Balanza Hebra
aérea Peso verde Kg electrónica Hebra
capacidad Balanza
de electrónica
captura biomasa Peso verde Kg Balanza Raíces
de subterránea Peso seco Kg electrónica Raíces
carbono Balanza
electrónica
biomasa de Peso húmedo Kg Balanza Turba
materia Peso seco Kg electrónica Turba
muerta Volumen de muestreo m3 Balanza Turba
electrónica
Recipiente
regulado
Suelo Área m2 Cinta métrica Suelo
Peso de muestra Kg Balanza Suelo
Volumen aparente m3 electrónica Suelo
Profundidad de cm Recipiente Suelo
muestreo regulado
Regla

VII. METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION

7.1. Lugar ejecución

CENTRO POBLADO: Palta Rumi


DISTRITO: Parihuanca
PROVINCIA: Huancayo

Latitud: -11.9989 Longitud: -74.9486

7.2. Método de investigación


Descriptivo, porque no se manipulara las variables.

7.3. Tipo de investigación


El tipo de investigación es APLICADA, porque no se genera
nuevas teorías, por lo contrario se está aplicando teorías ya
existentes para comparar resultados

7.4. Nivel de investigación


Nivel Descriptivo correlacional, porque buscará especificar
propiedades, características y rasgos importantes de cualquier
fenómeno que se estudie.

7.5. Diseño de investigación


Diseño no experimental transeccional descriptivos, porque no
se manipulara las variables, y las muestras y datos se
obtendrán en un mismo tiempo y se analizar su incidencia e
interrelación en un momento dado.

7.6. Procedimiento metodológico de colecta de datos


7.6.1. Fase pre campo
Elección de la localidad para el presente estudio
Se contactará y coordinará con los agricultores dueños de los predios
de la comunidad de Paltarumi, para realizar el estudio, se buscara la
participación del grupo familiar para ubicar áreas con poblaciones de
musgos del genero Sphagnum dentro de su predio. Ubicados los
musgos se escogerá el grupo más representativo y se ubicará las
coordenadas del punto con GPS.

7.6.2. Fase campo

Definición del área de cobertura del proyecto


En un primer momento, el mapeo se realizará manualmente de forma
conjunta con los dueños de los predios donde serán establecidas las
parcelas. Posterior al mapeo realizado manualmente se definirá los
límites (perímetro de cada área) por medio del georeferenciamiento,
utilizando herramientas de Sistemas de Información Geográfica (SIG),
Cartografía y GPS.

Estratificación del área del proyecto


Se estratificará todo el área de estudio tomado en consideración los
factores como: áreas con similares prácticas de manejo e historial del
uso del suelo, características del suelo, microclima, relieve (por
ejemplo, elevación, gradiente de inclinación), especies de musgos,
edad de la plantación de musgos, etc. La estratificación será conducida
de forma jerárquica, dependiendo de la importancia de los factores
esenciales en relación a los cambios en los stocks de carbono. Se
deberá realizar un mapa de estratificación del área. Finalmente, se
debe considerar una corrección o post-estratificación luego de los
resultados de las primeras mediciones de campo. La definición de los
estratos solamente tendrá sentido si estos reducen los costos de
muestreo y la complejidad del análisis. En este sentido, los estratos que
no presenten grandes diferencias entre los factores esenciales, podrán
ser agrupados.

Determinación del tipo y número de parcelas de muestreo


Tipo de parcela
El tipo de parcela que se establecerá será temporal
Tamaño de parcela
Se establecieron al azar 20 puntos de muestreo de 50cm x 50cm
(marcos de 0,25 m2) en los estratos representativos para evaluar la
biomasa de Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum
compactum DC. (Ibrahim et. al, 2007)

Colecta y almacenamiento de las muestras

Cada muestra retirada debe ser colocada en un saco adecuadamente


etiquetado (identificado). La etiqueta deberá poseer un número
específico para cada muestra. A su vez, esta identificación debe
coincidir con los datos de origen de la muestra y describir el tipo de
análisis a realizar. Esta información es registrada en un formulario de
campo, enviado junto con las muestras al laboratorio.
El formulario contendrá las siguientes informaciones:
 Número correlativo de la etiqueta del saco;
 Nombre o código de la propiedad;
 Tipo de muestra (ej. Biomasa aérea, biomasa muerta, raíces,
etc.);
 Profundidad de la muestra (solo para el caso de raíces y suelo);
 Código del tipo de estrato;
 Número de la repetición;
 Código del tipo de la parcela.
Recolección de biomasa aérea
El método que se aplicara es destructivo; este método consiste en
cortar toda la biomasa al ras del suelo y se colectara para llevar al
laboratorio y analizar el peso seco y el peso húmedo ó peso verde. De
cada muestra fresca se debe obtener una sub-muestra (200 g) que
debe ser guardada en bolsas (plásticas o de papel) debidamente
identificadas, que serán enviadas al laboratorio, para secado en horno-
estufa de aire forzado a 60oC, hasta obtener un peso constante,
determinándose así la relación entre materia seca y húmeda, y la
cantidad de carbono.
Recolección de biomasas de materia muerta (turba)
La recolección se realizará por horizontes (0-10, 10- 20, 20-30 cm, a
mas) con la ayuda de un barreno medido a 200 gramos. Estas muestras
serán debidamente etiquetadas y llevadas al laboratorio para obtener el
peso seco y húmedo. Cada una de las muestras de turba será
colectada con mucho cuidado para evitar la pérdida de material.
Recolección de biomasa subterránea
El muestreo se hará hasta 40 cm de profundidad con un barreno de
raíces, estratificados de acuerdo con las siguientes cuatro
profundidades del suelo: 0-10, 10- 20, 20-30 y 30-40 cm, se debe
registrar claramente la profundidad correspondiente de cada capa por
muestra colectada. En el laboratorio, las muestras de campo pasarán
por un proceso de tamizado y lavado para eliminar suelo y piedras,
restando únicamente raíces. Las raíces serán secadas en horno a 70oC
hasta obtenerse un peso constante, para determinar la relación entre
materia seca y húmeda y la cantidad de carbono. Posteriormente las
raíces serán pesadas, determinando la biomasa por unidad de
superficie.
Medición de carbono en el suelo

Se medirá el depósito de carbono del suelo a profundidades de por lo


menos 30 cm, dividiendo esta en tres horizontes (0-10, 10- 20, 20-30
cm). Esta es la profundidad en que probablemente ocurrirán variaciones
perceptibles en el depósito de carbono durante el periodo del proyecto.
Para cada profundidad seleccionada, deberán ser colectadas muestras
de suelo separadas para análisis de carbono orgánico, densidad
aparente y raíces finas.
En cada parcela se colectará tres muestras de suelo para cada
profundidad de muestra, utilizando un cilindro metálico con volumen
conocido (ej. barreno). Estas muestras serán mezcladas
(homogenizadas) en un mismo recipiente, para en seguida retirarse una
muestra compuesta (200 g) que será en un saco (de papel o plástico)
para ser llevada al laboratorio. Cada una de las muestras de suelo será
colectada con mucho cuidado para evitar la pérdida de material.

7.6.3. Fase gabinete

Se introducirá los datos y serán procesados con el software Microsoft


Excel, para luego ser derivados al programa SPSS 22 para que se
determine los estadígrafos.

7.7. Técnicas de procesamiento y análisis de datos


Se empleará la estadística no paramétrica: descriptiva
comparativa de Sphagnum maguellanicum Brid y Sphagnum
compactum DC. cuya contrastación estadística de significación se
realizará mediante la prueba de “t” considerando un nivel de
significación (α) = 0.05, mediante el software SPSS 22

8. ASPETOS ADMINISTRATIVOS
Actividad 2017 2018
Julio Agosto Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero

Formulación de la x x
hipótesis,
identificación de
metodologías y
planteamiento
general del tema de
investigación
Inicio del proceso de x
campo mediante la
definición del área de
cobertura y
estratificación del
proyecto
Determinación de x
tamaño, tipo y
numero de parcelas
de muestreo
Colección y x x
almacenamiento de
muestras de
Sphagnum
maguellanicum
Brid y Sphagnum
compactum DC
Medición de carbono x x
en el suelo
Ingreso y x x
procesamiento de
datos

Interpretación, x
comparación y
análisis de
resultados
Redacción del x x
informe

8.1. Cronograma de actividades

8.2. Presupuesto y financiamiento


Ítem Descripción Cantidad Costo Costo Total
Unitario
Materiales de Lapiceros 12 0.50 6.00
escritorio Cuadernos 2 4.00 8.00
Hojas bohn 200 0.05 10.00
Materiales de barreno 1 150 150
Campo Fichas para 200 0.1 20.00
descripción
Guantes 50 1.50 75.00
quirúrgicos
Bolsas 50 0.20 10.00
Rafia o cinta 70.00
de agua
Sacos o 50 0.3 15.00
costales
Pasajes Huancayo- 6 20.00 120.00
Paltarumi
Viáticos Desayuno 50 4.00 200.00
Almuerzo 50 4.00 200.00
Cena 50 3.00 150.00
Impresiones Información y 100 0.20 20.00
otros
Sub total 1054
Imprevistos Actividades Interrumpidas, 10% del total 105.4
materiales y otros del
presupuesto
Presupuesto Total S/. 1159.4

ANEXOS

REFERENCIA BIBLIOGRAFIA

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