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A 40 AÑOS DEL MUNDIAL ‘78: UNA RUEDA DE PRENSA

SURREALISTA
Lisandro Raúl Cubas era militante
político y fue secuestrado el 20 de
octubre de 1976. Estuvo detenido en
la ESMA donde lo hicieron trabajar
en el área de Prensa. En ese contexto,
en abril de 1978 fue sacado del centro
clandestino de detención para que le
hiciera una entrevista a César Luis
Menotti, técnico de la selección
nacional de fútbol. El objetivo de los
militares era contrarrestar la campaña
internacional contraria a la
realización del mundial de fútbol en
Argentina. Para poder llevar a cabo la
entrevista le fabricaron en la ESMA
credenciales de periodista apócrifas.
Una fotografía publicada en el diario
La Nación el día 15 de abril de 1978
lo muestra a Lisandro participando de
la conferencia de prensa que daba el
entonces entrenador de la selección
nacional ese día. Tras concretarse la entrevista, Lisandro fue llevado nuevamente a la ESMA. El 19 de enero
de 1979 fue dejado en libertad y se exilió en Venezuela.

“Después de tres meses detenido la ESMA me pusieron a trabajar en el sótano. Aproveché el proceso de
simulación de ´recuperación´ y dije que había trabajado en Siete Días (aunque en realidad había trabajado en
la Editorial Abril, que era la que editaba la revista, pero en la parte de presupuesto). Nunca había tenido nada
que ver hasta ese momento con la cuestión de prensa, pero no lo dije y los marinos no precisaron mucho.
Eso me sirvió para incorporarme en el trabajo de prensa que hacían ahí adentro.

Estar allí era esperanzador independientemente de si tenías acceso a la información. Era como que tenías
una alta probabilidad de salir. Manejar información, además, te ponía en una mejor situación para moverte
en el espacio que tenías.

Todo esto también me sirvió después, cuando salí en libertad, porque desde hace más de treinta años que
participo en organizaciones de derechos humanos y siempre lo hice en el área de prensa, haciendo boletines
o en el área de comunicación.

Al primer lugar donde me llevaron a trabajar en la ESMA fue al sótano. Allí trabajé desgrabando
conversaciones de los ´pies telefónicos´, que eran mensajes que las organizaciones dejaban en un servicio
comercial que recogía las llamadas y luego las transmitía. El sistema había sido pensado para vendedores,
entonces los mensajes eran todos en clave: que uno enviara tantos litros de aceite o cuantas manzanas.
También podía ser: fulanito no va a mandar nada porque está gravemente enfermo. Ahí eso quería decir que
había pasado algo malo. Nosotros lo usábamos para comunicarnos, por supuesto en clave. Cuando los
militares se enteran allanan esas casas, aprietan a las personas que lo hacían e interceptan los teléfonos. La
verdad es que era un trabajo medio al pedo porque a pesar de poder saber lo que se decía, si los militares no
tenían el código, no servia para nada, salvo que el código fuera muy evidente.
Luego, también se creó en el sótano una oficina de diagramación, de fotografía y de acción psicológica,
donde fueron poniendo a cuadros de mayor nivel político. Los militares llamaban acción psicológica al
análisis político de la situación y a las posibles políticas para contrarrestarlo. Más tarde también hicieron una
sala de transcripción.

La ´pecera´* se crea en septiembre del 77. Desde septiembre a diciembre de ese año yo todavía iba a la
pecera con grilletes. Ya no usaba ´capucha´ sino anteojitos como de avión para el traslado entre capucha,
donde dormía, y la pecera. Después de la navidad del 77 me sacaron los grilletes.

Recuerdo que tmbién había un guardia adentro de la ´pecera´ durante los primeros meses que después se
quedó en la puerta pero del lado de afuera. Anotaba quien entraba y salía al baño y a qué hora. El paso a
pecera significó el alivio de no estar más abajo, donde uno escuchaba las torturas.

Dentro de la pecera siempre estuve en el área de prensa. Ahí habían traído del Ministerio de Relaciones
Exteriores dos teletipo: una de France Presse y otra de Asociated Press. Uno ahí tenía que recortar y ver qué
noticias del exterior hablaban de argentina. Después había que clasificarlas y hacer una evaluación en
términos de si era positiva, negativa o neutra. Eso se lo reportábamos a Pernía al principio y después a
Rolón, que eran los marinos que estuvieron a cargo de la pecera. Ellos después lo enviaban a Prensa de la
Cancillería.

Lo otro que nos obligaban a hacer en la Pecera era escuchar todas las noches Radio Argentina de Difusión al
Exterior, que era una radio que tenía la cancillería por onda corta y que le metieron mucha inversión para
competir con Radio Francia y otras que la gente aquí escuchaba para tener alguna noticia alternativa. Lo que
hacíamos nosotros era escucharla para hacer alguna evaluación. La mayoría de la programación de la radio
la hacía un periodista llamado Carmona, pero a nosotros nos hacían hacer al menos un artículo por día.

Haciendo ese trabajo estábamos Miriam Lewin, que después se hizo periodista en serio y en esa época era
muy chica, y yo. Después creo que pasaron algunos compañeros más pero temporalmente. Al lado nuestro
había unas chicas que clasificaban revistas.

Cuando volvíamos a ´capucha´ los compañeros recién detenidos no preguntaban por las noticias. Lo que
pedían era una palabra de aliento, comida, cigarrillos, que presionaras a la guardia para que lo llevaran al
baño y no tuvieran que hacer pis en un balde; cosas más de subsistencia.

Un día de abril de 1978, yo ya tenía como un año y ocho meses secuestrado, me hicieron hacerle un
reportaje a Menotti. Estaban buscando algo para contrarrestar el tema de la campaña de denuncias que había
por el mundial de fútbol de 1978. La idea de Rolón, que era el responsable del área en la ESMA, era ir a una
conferencia de Prensa y después hacerle un reportaje que iba a salir en la revista del Ministerio de
Relaciones exteriores, que es una publicación oficial que después se distribuía en todas las embajadas.
Aparte de las preguntas de índole futbolístico, Rolón quería sonsacarle alguna opinión favorable al proceso
militar.

Cuando me lo plantearon yo dije que sí, pero estaba claro que las preguntas no las iba a hacer y me acuerdo
que lo comentamos con algunos compañeros ahí adentro. Imagino que la pregunta que querían que hiciera
era cómo veía la organización del mundial o qué opinaba del apoyo de la gente al mundial. Algo que
seguramente Menotti iba a tratar de esquivar lo más posible pero que probablemente hubiera contestado. Por
eso pensaba que era mejor directamente ni hacer las preguntas.

Entonces, como había que entrar adonde estaba entrenando la selección, elaboraron estos documentos que
son falsos. Me hicieron dos: uno es de lo que sería un Colegio Profesional de Periodistas, y el otro, como si
fuera periodista de la Revista Confirmado. Se puede ver que las dos fotos mías son tomadas con la misma
ropa, pero no recuerdo si las sacaron el mismo día o en días distintos. Supongo que Rolón también debe
haber llevado carnets falsificados como yo, porque entramos juntos. Recuerdo que para la entrevista a mi me
compraron traje y corbata nuevos.
Se da la rueda de prensa. En ese momento el debate que había sobre la selección era eminentemente
futbolístico. Ahí no hago ninguna pregunta deportiva. Rolón tampoco. La noticia era que se iba a dar a
conocer a los convocados y había una polémica pública sobre dos figuras: el Beto Alonso o Maradona, que
tenía 17 años y recién despuntaba. El tema era si los incluían o no, pero Menotti no dijo nada al respecto.
Después de eso se va a un cóctel y en cuanto salimos le digo a Rolón que voy a hacerle la entrevista. Él me
dice que venía conmigo, pero le respondí que no, que ya estaba bastante nervioso y que la iba a hacer solo.
En todo caso, si quería después se lo presentaba.Yo quería estar solo para no tener la presión de Rolón o que
de pronto él hiciera una pregunta que yo no quería. Lo aceptó.

Ése fue un momento entre conflictivo y emocionante. Me veía ahí y pensaba: ´y si aprovecho y le digo quien
soy, en qué condiciones estoy´. Lo pensé, lo pensé, lo pensé y al final me dije que no. Porque no sabía cómo
iba a salir. Por ahí se pudría todo porque él se ponía nervioso. Qué se yo. Así que preferí solamente hacerle
algunas preguntas. Cuando terminé, Rolón estaba por ahí dando vueltas así que se lo presenté. Él era muy
futbolero, así que si le daba la mano Menotti ya era bastante. ´El compañero es periodista también´, le dije.
Y bueno, así terminó. Cenamos en el predio con los demás periodistas y volvimos a la ESMA.

Al otro día desgrabé yo mismo la nota y la redacté. No me preguntaron nada. Así que después la llevaron al
departamento de prensa de la cancillería y la publicaron tal como la escribí (eso lo se porque después en la
ESMA yo pude ver que salió publicada).

Pienso que todo eso era posible porque el verso no solo se lo hacíamos nosotros a ellos, sino que lo hacían
ellos también para arriba. Por ejemplo, cuando hicieron un operativo para hacer un secuestro en Venezuela,
después uno escuchaba que se comentaban entre ellos que se la pasaban yendo al hipódromo, a la playa, se
quedaban con los vueltos, etc.

La revista en la que salió la nota era la típica propagandística donde se habla del agro, del turismo, etc. Se
editaba mensualmente y tenía una editorial que era política y eso sí era lo único que escribía el director que
era de la Cancillería. Lo otro eran artículos de interés general.

Hace poco, a través de un amigo que trabaja en la cancillería me enteré de que en el archivo casualmente
estaba toda la colección completa de 1978 menos ese ejemplar. De todas formas, guardo la esperanza de que
capaz en algún archivo de alguna embajada esté. Me hubiera gustado recuperarla para presentarla en el
juicio.

Lo que sí tengo es un recorte del diario La Nación del 15 de abril de 1978, al otro día de la conferencia,
donde aparezco yo en la foto y adelante mío está Rolón. Un testimonio gráfico donde no pueden decir ´yo no
estuve´, ´no estaba en esa época´. El recorte lo saqué de la ESMA porque al estar en el área de prensa nos
llegaban todos los diarios. Le hice una fotocopia al artículo, dejé ésa ahí, y me quedé con el original.

De esa época también conservo todavía un recorte de diario que está relacionado a la desaparición de mis
hermanos y que también pude sacar de ahí.

Otra cosa que me pasó cuando hice esa entrevista fue que cuando entramos al predio donde estaba la
selección y fuimos estacionar vi que había custodia militar y entre los tipos que estaban en la cancha de
fútbol reconocí a ´Pedro Morrón´, uno de los jefes de guardia en la ESMA. Esto quiere decir que tenían una
mayor presencia de la que pensaba. No hay que olvidarse de que la Marina, en la distribución de poder
político, tenía el Ministerio de Relaciones Exteriores pero también la presidencia del Ente Organizador del
Mundial donde estaba el contraalmirante Lacoste”

*NdR: ´Pecera´ era el nombre con que fue conocido un sector de la ESMA donde funcionaron oficinas en las que
hacían trabajar a algunas personas secuestradas. ´Capucha´ es otro sector donde alojaban a los detenidos. Ambos
funcionaron en el tercer piso. Para leer más sobre el funcionamiento de la ESMA puede entrar aquí.

*Testimonio de Lisandro Raúl Cubas registrado por Memoria Abierta el 10-08-2010.

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