Delgado 1

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Filosofía y Letras
Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica
Delgado González Yosbeli
Seminario de Periodismo Interpretativo
Primavera 2019

El periodismo y el poder

El periodismo es ampliamente reconocido por su afán de comunicar verazmente-en principio-,

por medio del flujo de información que es manejado por una persona que mantiene una relación

con una fuente periodística más amplia que lo legitime o con una red independiente que le ayude

a la búsqueda y recolección de datos. No obstante, ya sea un periodista independiente o

legitimado por un corporativo, su manejo del discurso se reduce, en un primer golpe, a su

individualidad.

Esta individualidad maneja el saber, la información y en consecuencia, esto le brinda el

poder sobre aquellos usuarios que confíen en su doctrina. El saber y el poder van unidos en las

manos del periodista que emita un mensaje de interés para sus receptores. Ahora bien, el presente

texto hablará de la relación que guarda el periodismo y su potencial de poder, que desde una

perspectiva puede combatir contra esferas como el Estado, y por otro lado, también existe la

postura que denomina que puede funcionar como una extensión del mismo, todo depende de la

intención del periodista.

La primera postura señala la parte del periodismo que se opone al Estado: “El periodismo

remueve, escudriña, examina, documenta y difunde el ejercicio del poder y sus excesos. El poder

acota, burla y combate el escrutinio al que lo somete, el periodismo, al que reprime y extermina

si hace falta.” (Delgado, 2018).

No obstante, si bien es muy importante el foco de lo que el periodista persiga y que con

base a ello se direcciona, lo claro es que tiene poder sobre la información y sobre aquellos que la
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leen y confían en ella, pues esa confianza los hace ceder ante impulsos de pánico o de calma

-masivos. Y es que pese a que el periodismo sea defendido -algunas veces- como la libertad: “El

poder es control; el periodismo, libertad.” (Delgado, 2018), lo certero es que independientemente

de si los periodistas quieren manipular o no, sus usuarios se ven influenciados por sus posturas y

sus verdades, aunque el principio del periodismo sea la neutralidad, ésta es muy difícil de llevar

a cabo, en especial por la premura de las publicaciones; adjetivar neutramente es, quizá, hasta

algo poco congruente, a final de cuentas, sostiene la postura del periodista y su realidad subjetiva

-en cierto grado.

Y es que estas verdades fundan las acciones y pensamientos del pueblo, ya que muchas

veces los ojos de los periodistas son los ojos de la población que está lejos de los

acontecimientos que les incumben:

La importancia del periodismo en las sociedades democráticas guarda relación directa

con el saber y con el poder. Si la prensa -los medios en general- es una

pieza crucial en el sistema democrático se debe a que el periodismo genera

conocimiento público y el conocimiento es la base sobre la que se fundamenta

la acción política del pueblo: la valoración, la opinión y en última instancia

el voto y la movilización. (Diezhandino, 2007).

Es por ello que la situación de la libertad de prensa y el ascenso en los asesinatos de

periodistas se dificulta cada día más en países que necesitan de la desinformación de las acciones

del Estado, donde se censura la prensa por su evidente poder mediático influenciador,

comunicador, evidenciador y analítico. Actualmente los casos más evidentes son Rusia y China,
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otros un poco más cercanos a nosotros son Nicaragua y Venezuela, ello debido a que la

información moviliza a la población a nivel nacional e internacional. El poder de la prensa, en

lugares particulares se limita, llega a censurarse e incluso a violentarse.

El periodismo funciona como una red de voces que genera el movimiento de todo tipo de

información y que en principio debería dar datos sin un juicio que se incline por algo en

específico, no obstante es absurdo pensar que ello se logre, pero un abuso de adjetivos podría ser

una señal de alerta para un lector, el periodista tiene la labor de informar, no de convencer.

Aunque ello se acota también a diferentes contextos, como los revolucionarios pues en

ciertas notas es difícil no hablar a un lector ideal que apoye cierta postura. El poder del

periodista, sirve a un ideal, como cada poder y en general, se diría que se debe al pueblo y por él

debería ver, a éste debería informar y por él abogar en la verdad.

El poder de los periodistas reside en cómo muestran otra historia o partes sombreadas de

una verdad legitimada, pues su “labor indispensable: el periodismo serio ha sido uno de los

contrapesos históricos al poder…”(Reyes, 2019) pues se refleja como “realmente revolucionario

en una oscurana de censura y propaganda: información, investigación, análisis, contraste.”

(2019). El periodismo se opone -por la naturaleza de su carácter- a otros poderes, debido a que

el flujo informativo, se convierte en una pieza indispensable dentro de una batalla que no se

limita a la comunicación, sino que alcanza a lo político e ideológico que estructura a una

sociedad completa.

El periodismo produce verdades y también tiene la capacidad de distorsionarlas, tiene

una “circulación circular de la información (Pierre Bordieu)” (Fernández, …) , y puede generar

una “trivialización o banalización de la opinión pública (Ignacio Ramonet)”(Fernández , …) .

Realmente, cumple la función de divulgar pero por ello mismo logra influir, crea un ciclo de
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información que cambia las historias o las forja de partes de verdades, de fragmentos que se

complementan con otros, así logra mostrar algo más panorámico. El conjunto de su búsqueda, la

información y su misma proximidad a la población crea una perspectiva de verdad legitimada

por la voz popular.

Sin embargo, como todo poder, se forja; por ello la tarea del periodista es en principio

“Ajustarse a los hechos, aportar evidencias, es condición para construir la credibilidad al que

aspira todo medio y periodista.”(Diezhandino, 2007), pues su poder de influencia reside en su

confiabilidad y eficacia sobre las voces de los otros. La voz del periodista que es legitimada por

la confianza del pueblo termina convirtiéndolo en un representante del mismo.

Pese a ello, “el periodista no es un guerrero y tampoco tiene una configuración que le

permita combatir, no es su objetivo y en vista de que los poderes a los que se opone, y con los

que regularmente se encuentra en materia de desiguales” (Dader, 2014), no es su objetivo el

enfrentamiento. Sin embargo, los periodistas sí están destinados al contraste, al choque, a la

oposición de voces, de verdades, memorias y hechos, por lo cual se requiere de la templanza,

estrategia y neutralidad de la voz de un periodista, que debe separarse de su yo, en un esfuerzo de

objetividad, pues su voz condensa una realidad casi siempre distinta a la de otro.

Referencias
Dader, JL, El periodista, entre el Poder. Revista Latina de Comunicación Social [en linea]
2014, (Enero-Diciembre) : [Fecha de consulta: 8 de marzo de 2019] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=81931771031> ISSN

Delgado, A. 2018. El periodismo ante el poder. Heraldo de México.México. Recuperado

de https://heraldodemexico.com.mx/opinion/el-periodismo-ante-el-poder/ en marzo de 2019.

Diezhandino, M.P. Pearson educación, Madrid, 2007, 282 pp. Recuperado de

https://www.unav.es/fcom/communication-society/es/resena.php?art_id=25

Fernández, F. (…). Sobre “ Cuarto Poder” y Democracia mediática. Recuperado de

https://www.upf.edu/materials/polietica/_pdf/medios1.pdf en marzo de 2019.
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Reyes, M.L. (2019). Ser periodista en tiempos de Maduro. New York Times. ES:
Opinión. Recuperado de https://www.nytimes.com/es/2019/03/13/periodismo-venezuela/ en
marzo de 2019.

Rico, A. (2018). Gobierno de Daniel Ortega está criminalizando a los periodistas

nicaragüenses. CNRadio: Colombia. https://www.rcnradio.com/internacional/gobierno-de-
daniel-ortega-esta-criminalizando-los-periodistas-nicaraguenses