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Myriam Nemirovsky-

¿Trazar y son orizar letras o escribir y leer?.-

En U didáctica del lenguaje escrito, des infantiles, implica para los profesores
como en todo ámbito o área de enseñan- un complejo y lento Proceso de aprendi-
za, rige una concepción del objeto de es- zaje; a esta cuestión se dedica la parte fi-
tudio, del aprendizap y de los sujetos que nal del texto.
aprenden; son estas ideas las que final-
mente determinan la naturaleza, las ca- Los métodos de enseñanza
racterísticas y propósitos específicos de la de la lectura y la escritura:
acción didáctica. En este artículo se ana- premisas comunes
lizarán, primero, algunas de las premisas
más relevantes en las que se sustentan los Para iniciar comentaré cuatro ideas o pre-
distintos métodos de enseñanza de la lec- misas que subyacen a todos los métodos:
tura y la escritura; luego se apuntarán los fonético, onomatopéyico, de palabras ge-
fundamentos de nuestra Propuesta didác- neradoras, silábico, global, etcétera. Más
tica y algunos ejemplos que muestran la adelante cuestionaré estas ideas desde la
capacidad de reflexión y aprendizaje que perspectiva en la que propongo, junto
manifiestan los niños pequeños -desde con muchos otros, la enseñanza de la lec-
el inicio de la escolaridad- cuando se les tura y la escritura.
plantean situaciones didácticas intelec-
tualmente retadoras que se corresponden, 1. Lafragmentación del objeto de estudio
de alguna manera, con los retos qu€ en-
frentan los usuarios de la lengua escrita en Una de las características que subyacen a
la vida social. todos los métodos de enseñanza de la lec-
Asumir una opción distinta Para la tura y de la escritura es que el objeto de es-
enseñanza de la lectura y la escritura, a tudio se fragmenta, se corta en trozos; lo
la altura de las posibilidades y necesida- que básicamente diferencia a un método

'Docenre en de preescolar y de primaria du¡ante 20 aíros. Asesora y coordinadora de procesos de formación docente en el ámbito
"ulas
de la enseñanza de l" l".t*r", de la escritura y de la matemática. Ha participado en indagaciones didácricas.

Conferencia dictada en la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños, 10 de septiembre de 2003' México, Distrito
Fede¡al.
iTr.uru, y ,onor .ur- letras o escribir y leer?
I

- :-a - .-
aprendizaje, como adición de fragmen-
tos, ha estado vigente durante muchísimo
tiempo. Hoy en día sabemos que ni el len-
,'i-
ll
guaje escrito ni ningún otro objeto de es-
tudio se aprende de esa manera; en defini-
."1.

tiva, esa concepción distorsiona el objeto


de estudio y dificulta al sujeto la apropia-
ción del mismo.

.f': 2. El niño: una tabla raza


'.v
i': Otra característica que tienen todos los mé-
o todos es que suponen que el sujeto -{uan-
j do se incorpora a un proceso de enseñanza-
o
o está en el punto cero de conocimiento del
o
o
., objeto del que se trate. Como si previamen-
o te estuviera hueco, no hubiera nada al res-
E
* .,
pecto. Entonces, nuestra tarea es llenar ese
(5
L hueco, imprimir o colocar el conocimiento
o i'r
__ ¡i
] en ese sujeto vacío; así transformamos, se
supone, al sujeto: de quien nada trae hace-
de otro es el tamaño del fragmento que se mos alguien que sabe todo.Estaconcepción
selecciona: letra, sonido, sílaba, palabra o nos ofrece una imagen de omnipotencia del
frase. Esa idea, como sabemos, correspon- rol docente; imagen totalmente falsa, pero
de a la teoría aditiva, que supone que una atractiva.
persona aprende sumando trozos del ob- Esa idea corresponde a lo que en
jeto de estudio, hasta que -supuesramen- psicología se llamó teoría de la tabla raza,
te- se apropia del todo. ia cual, seguramente, estudiamos como
En matemática los fragmentos que una concepción no vigente, como parte
sueien elegirse son los números: primero de la historia de esta disciplina. Sin em-
se trabaja sobre el 1, después el 2, luego bargo, aunque sabemos que esta teoría ya
el 3; así se espera que el sujeto -trozo a no tiene vigencia, muchísimas prácticas
trozo- aprenda el sistema de numeración. escolares parecen sustentarse en ella; a las
Cuando se abordan los colores sucede maestras y a los maestros, en la práctica,
algo similar: el rojo, luego el azul, el ama- nos sigue resultando costoso hacerla a un
rillo... Habría que cuesrionar si lo cromá- lado. Desde luego, asumir que los niños
tico se puede entender como la suma de tienen ideas, hipótesis, saberes, que nun-
los diferentes colores. Esta concepción del ca están vacíos, ni en el punto cero, nos

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r8r0 8n r"i I
t0nlllch qd'¡ |

cuestiona, entre otras cosas, esa imagen de incluso totalmente absurdo, porque 1o

omnipotencia. único relevante lograr la ejercitación.


es

¿Cómo reaccionaríamos si en un pe-


3. Se aprende por ejercitación riódico leyéramos...

Otra idea que subyace a todos los mé- El gobierno tnexicano no ua a Pagar
todos de enseñanza de la lectura y la es- la deuda.
critura es que se aprende por repetición El gobierno mexicano no ud a Pdgar
y ejercitación. Es la base de muchísimos la deuda.
materiales impresos donde los niños tra- El gobierno mexicano no ua a Pagar
zan y fÍazan líneas rectas, Iuego curvas, Ia deuda.
para después llegar a planas de la letra a
o la e, luego las sílabas md, me... para lle- Cualquier lector diría: "¡Basta yal. . .
gar a "Mi mamá me amd'. Pareciera que quisiera que ampliaras de qué trata esa
para aprender hay que ejercitarse, el senti- noticia, quiénes promueven esa decisión,
do de lo que se haga no importa. Quino- qué implicaciones tiene...". Pero la reite-
ilustró así el sinsentido de estas prácticas ración es lo que se les plantea a muchos
(Figura 1). niños en sus aulas. Aunque pudiera pare-
Además, tal como manifiesta Mafal- cernos normal, no lo es. ¿Por qué un niño
da, el uso del posesivo "mi" significará que Ia tiene que estar sometido a este tipo de ta-
maestra se refiere a su madre, no a la mía. reas? ¡Y qué consecuencias tiene!
Algunas de las fichas o cuadernillos Esos materiales se utilizan en muchas
de ejercitación incluyen frases como "mi aulas, yo también los empleaba en mi labo'
nene tiene una mona", "Lola sale sola", docente durante años; hasta que fui ana-
"Susi amasa la masa"... que los niños tie- lizando, revisando, sistematizándo el cues
nen que copiar reiteradamente. Evidente- tionamiento a esas prácticas escolares ¡ a la

mente no importa qué dice allí, que sea vez, aprendiendo a trabajar de otra forma.

Figura 1

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Tomado de Toda Mafalda, Ediciones La Flor, Argentina, 1 998

ffi.]
I zT,urui.yronor.i.u, letras o escribiry leer?

4. Enseñar mediante situaciones escritura son muy diferentes de las que


exc /us i uam ente "es c o lares " sustentan los métodos. Para contrastar-
las, haremos un contrapunto de las cua-
Todos los métodos proponen situaciones tro premisas que hemos mencionado,
que sólo existen en ia escuela, como si fue- una a una.
ra decisivo y fundamental llevarlas a cabo
aunque sean completamente ajenas a otros 1. El objeto de estudio es el lenguaje esnito
contextos y lugares. Pero si fuera de Ia es- que existe en la uida social
cuela nunca se hacen es porque no son par-
te del uso social. Al respecto, Francesco To- En la sociedad tenemos novelas, periódi-
nucci escribió en el artículo "El nacimiento cos, cuentos, anuncios publicitarios, rece-
del lector", publicado en 1989 en Cuader- tas de cocina, cartas, etcétera, es decir, tex-
nos de Literatura Infantil y Juuenil: tos que no son una suma de fragmentos. Y
asumimos que alFaberizat consiste en con-
Un último equívoco que sugiere el libro de tribuir a que los suietos sean usuarios de
lecrura nace de su esencia individual e igual
los mismos, tanto que los lean como que
para todos. Tómese como absurdo a una
los produzcan. Esta es una diferencia cru-
treintena de adultos sentados en el mismo
sitio, por ejemplo en la sala de espera de una cial entre los métodos a los que nos he-
estación, que leen todos el mismo libro y mos referido y nuestra propuesta de alfa-
van más o menos por la misma página. Creo betización.
que quien entrase en dicha sala de espera Tenemos entonces que los méto-
miraría a su alrededor par¿ ver si no se rrata
dos, por una parte, trabajan sobre frag-
de una ficción (la filmación de una película)
y si no fuese así se preocuparía mucho. Es mentos pero, además, dichos fragmen-
una situación inquietante porque es absur- tos se refieren a un recorte del objeto de
da. En cambio, esto pasa en la escuela todos estuáio. En lugar de trabajar con el len-
los días y nadie se preocupa por el1o. guaje escrito, se limitan a ocuparse del
sistema de escritura, es decir, del conjün-
Así, los niños viven la escuela como una to de letras del alfabeto y las normas de
institución en la qlle se hacen cosas que uso de esas letras. En nuestra propuesra
sólo allí se realizan, absolutamente dife- el objeto de estudio es mucho más que
rentes y hasta contradictorias con situa- eso, implica promover la lectura y la es-
ciones de la vida extraescolar. critura de los textos sociales, no exclusi-
vamente el uso del sistema de escritura.
{Jna concepción distinta de la
¿Por qué?
enseñanza de la lectura y la escritura Porque sabemos que aunque un
sujeto sea experto en el uso del sistema
Las premisas que sustentan nuestra pro- convencional de escritura puede ser su-
puesta de enseñanza de la lectura y la mamente deficiente como lector y como
ler[ 8n É"] |
tmdücl¡ L/ |

autor de textos. Dominar el sistema de


escritura es una condición necesaria,
pero en absoluto suficiente como garan-
tía para producir o interpretar textos de
manera aceptable o adecuada. De manera
que nos interesa que los niños se apropien
del lenguaje escrito como objeto social ¡
sin duda, queremos que al mismo tiempo
vayan siendo capaces de utilizar el siste-
ma convencional de escritura. Asumimos
el lenguaje escrito como obieto social, el o
¡c
6
cual tiene un sistema convencional de es-
ñ
critura peto n0 es un sistema convencio- co
c
nal de escritura. a
o
Distinguir el sistema convencional o
E

de escritura del lenguaje escrito es im- o


c
.o
prescindible para contribuir al avance de !
3
tr
los niños en el proceso de alfabetización.
U
Veamos una situación concr€ta: cuando U
o
un sujeto está escribiendo un texto -por
ejemplo, en nuestro caso: una planifica-
ción, una memoria, un informe- le sur- bremanera a la tarea de saber y conocer
gen dudas acerca de dicho texto, en oca- todas y cada una de las letras que están
siones se detiene, relee, se cuestiona, tal allí presentes.
vez lo retoma aI dla siguiente, comenta
y consulta con otros acetc de las inquie- 2. Los niños tienen conocimien:tos
tudes que está encarando. Pero esas du-
das no se refieren a si una palabra va con Los niños no son una tabla raza. Desde
a chica o b grande, con b osin á (aunque edades tempranas son sujetos que elabo-
también las pueda tener) sino que se re- ran ideas, hipótesis, saberes. Esos saberes
fieren al texto: cómo decir lo que quie- son diferentes a los nuestros, pero también
re decir, qué ampliar o ejemplificar, qué son diferentes entre los niños, aún cuando
modificar y ajustar. En ese sentido, la tuvieran la misma edad, porque dependen
producción de un texto implica resol- de numerosas variables que intervienen en
ver cuestiones que van mucho más allá ese proceso. Parte de nuestra tarea, cuando
del ámbito exclusivo del sistema de es- trabajamos con ellos, es conocer cuáles son
critura. Y en cuanto a la lectura podemos esos saberes, las ideas que tienen acerca de,
decir lo mismo: leer un texto excede so- en este caso, la lectura y la escritura.
| ,t uru, y ,onorirur. letras o escribir y leer?

3. La afabetización es un proceso exclusivamente escolares. En cambio, en


nuestra propuesta, asumimos la necesidad
Los saberes se modifican, se transforman, de organizar situaciones en el aula que, de
se amplían y profundizan, se cuestionan cierta manera, reproduzcan las condicio-
y reformulan. Y, respecto a la lectura y la nes en las que se realizan los actos de lec-
escritura, todos, incluso los adultos que tura y escritura en la vida social. Es decir,
Ieemos y producimos textos, estamos en Ios propios actos sociales de leer y de es-
proceso de alfal:erización. Nunca llega un cribir se constituyen en la escuela en situa-
momento en el cual alguíen ya sabe leer y ciones didácticas.
escribir, nunca ya esrá alfabetizado. Den- ¿Qué hace un sujeto cuando lee y
tro de cinco o diez años, seguramente, se- qué hace cuando escribe? ¿Qué estrate-
remos capaces de leer y de escribir mejor gias utiliza? ¿Qué conocimientos pone en
que ho¡ así como hoy lo hacemos mejor marcha? ¿De qué manera actúa para pro-
que hace cinco o diez años. ducir o para interpretar un texto? Es nece-
Concebir la alfabetización como un sario avanzar en el análisis de esas acciones
proceso de aprendizaje -una expresión muy para enseñar, para lograr organizar situa-
utilizada y aparentemente tan sencilla- quie- ciones didácticas dentro del aula donde la
re decir, entre otras cosas, que se inició en al- lectura y la escritura impliquen poner en
gún momento (no sabremos exactarnente juego las estrategias que cualquier lector
cuándo) y nunca se acaba. Así, cada niño o autor de un texto pone en juego en su
de la clase está, con respecto a sus compa- vida diaria.
ñeros y a los adultos, en un momento de su
proceso de alfabetización, seguramente más Algunos materiales
próximo y más distante de otros.
a unos con los cuales contar
Para avanzar en dicho proceso -en
lugar de plantear ejercitaciones y repeticio- Hay elementos que es relevante que estén
nes- sabemos que es necesaria la reflexión, presentes en un aula donde se busca pro-
el cuestionamiento, el análisis, así como la mover la lectura y la escritura. Algunos
discusión, la argumentación, la explicita- son opcionales, otros imprescindibles.
ción... De manera que es necesario diseñar
siruaciones didácticas en las que esas esrra- a) Fichero de nombres propios
tegias se pongan en juego en el aula.
Es un recurso que suele estar en la ma-
4. Situaciones didácticas equiualentes yoría de las aulas. Contamos con una di-
a las de la uida social versidad creciente de publicaciones donde
se fundamenta y ofrecen alternativas para
En el modelo de enseñanza que comenra- organizar momentos donde trabajar con
mos al inicio las situaciones de trabajo son este recurso.
rEf0En fl ¡
t0ndtcle A"l I

mos es también un recurso útil. Es una


fuente de información que los niños pue-
den usar con cierta autonomía, cuando
no recuerdan cuál es Ia letra que quieren
utilizar en cierto texto tienen allí una op-
ción de localizarla.
Ahora bien, hay que tener presente
que estos recursos son útiles para ayudar a
los niños en el proceso de avanzar respecto
al sistema de escritura pero no irnplica que
contando con ellos se constituirán en usua-
o rios competentes del lenguaje escrito.
6
u;
.g
-e
d) Biblioteca
-s,
Ío
6
o
l Aquí sí, llegamos a un punto imprescindi-
so
o ble: que haya en nuestras aulas una buena
) biblioteca a fin de propiciar situaciones de
d lectura y de escritura. Sin ello es impensa-
o
ble que un sujeto avance en su capacidad
de interpretar textos y de producir textos.
En el aula pueden faltar el fichero
b) Letras móuiles de nombres propios, las letras móviles o
Ios abecedarios y, sin embargo, podemos
Es útil disponer de ellas para múltiples realizar un trabajo didáctico coherente
situaciones en las que plantear reflexio- con esta propuesta si existe y se utiliza
nes vinculadas con las diferentes letras una buena biblioteca de aula. Por el con-
de nuestro sistema de escritura. Además, trario, la sola utilización de esos recursos
permiten producir textos con ellas, sin te- no marca coherencia con esta línea de al-
ner que trazar (eliminando así un aspecto fabetización.
de la escritura manual que implica cier- Si exclusivamente organizamos mo-
tos grados de dificultad, tal como se evita mentos en los cuales analtzar las letras -en
usando el teclado de la computadora). qué sitio va una u otra, con cuál empieza,
qué palabra tiene más letras, cuál menos-
c) Abecedario estaremos. en lugar de usar sa, se, si, usan-
do til. vez Manue/, Jauier, Alicia. Es decir,
Disponer de un abecedario en la pared rescatamos la necesidad de hacer activida-
con los diferentes tipos de letras que usa- des donde se reflexione acerca del sistema
I zTrurur. y ronor.iru, letras o escribrr y leer?

de escritura, de cuáles letras colocar, cuán- No significa que vayamos a leer en el


tasponer... pero si solamente se organizan aula de preescolar o de primaria un trata-
en el aula ese tipo de situaciones, se habrá do de física, pero cuando un ser humano
modificado el modo de abordar el sistema sabe que existen textos tan diversos, para
de escritura, pero el lenguaje escrito segui- resolver situaciones totalmente diferentes,
rá estando ausente. está más alfabetizado que si no lo sabe.
De ahí que disponer y utilizar la En una ocasión, en un aula de ni-
biblioteca de aula sea imprescindible, ños de 3 años donde había una biblioteca
más aún si la comunidad o el sector so- sumarnente surtida y diversificada, había
cial donde trabajamos carecen de textos. un libro muy grueso de historia medieval.
Cuando los niños cuentan en su medio En un momento dado, uno de los niños
familiar con una rica y diversificada bi- se acercó e intentó tomarlo, pero no pudo
blioteca -y con usuarios de esos tex- hacerlo por el volumen y por el peso, pi-
tos- no es tan decisivo que haya una en dió entonces ayuda a un compañero y, en-
el aula; el niño se está alfabetizando en tre los dos, tomaron el libro y con esfuer-
su entorno familiar y social. Pero cuan- zo lo llevaron hasta una pequeña mesa que
do los niños de nuestro grupo no tienen estaba en la biblioteca; se acomodaron y
esta alternativa cotidiana, la biblioteca de comenzaron a hojearlo, dando vueltas mu-
aula es Ia única posibilidad para que se- chas páginas alavez para un lado y para el
pan acerca de la existencia del lenguaje otro. De pronto uno de ellos, sorprendido,
escrito, sus funciones, diversidad, opcio- miró a su compañero y le dijor "¡Cuánto,
nes que abre, roles que nos permite ejer- cuánto!". Saber que hay libros que contie-
cer, etcétera. nen tanto, tanto escrito, aunque no se lea
La biblioteca de aula es una invita- de ahí ni una sola palabra, es estar más al-
ción a que los niños se vayan constituyen- fabetizado. Es ir conociendo el mundo le-
do en sujetos con pleno derecho de usar trado en el que queremos que participe.
la lectura y la escritura. Es una ventana al Incluso incorporar obras escritas
mundo letrado. A ese mundo letrado que- en otras lenguas. Tal vez no vamos a en-
remos que los niños entren, que lo usen señarles francés, ruso, chino o las diver-
haciéndolo suyo. Para ello es imprescindi- sas lenguas propias de México. Pero, diji-
ble que en el aula tengan textos de uso so- mos, queremos que la biblioteca sea una
cial, como hemos mencionado: cuentos, ventana al mundo letrado, y ese mundo
recetas, novelas, enciclopedias, libros de es plurilingüe.
historia, de física, periódicos, folletos pu- En una escuela del norte de España,
blicitarios, etcétera. Se trata de incluir en la maestra de una escuela rural había in-
la biblioteca de aula todo lo que seamos corporado libros de biografías de pintores
capaces de conseguir, aunque los niños y la biografía de Picasso estaba escrita en
tengan3,4o5años. francés. Visitando en una ocasión esa es-
mru 8n €1
[mlüda &*.É

cuela, uno de los alumnos me dijo: "¿Sa-


bes que tenemos un libro en francés?", y
rápidamente trajo el libro, mostrándome-
lo, me comentó que los franceses ponen
unos "sombreritos" arriba de algunas Ie-
tras que nosotros no ponemos. Saber que
la escritura del francés uttliza ciertas mar-
cas gráficas específicas de esa lengua es es-
tar más alfabetizado que no saberlo. Por
eso no censuremos nuestra biblioteca
sino, como dijimos, incluyamos todos los
textos que seamos capaces de conseguir,
incluso en lenguas distintas a la que usa-
mos diariamente.

e) Soportes e instrumentos de esuitura


-9
u
El acto de escribir un texto empieza an- #q*^ o
-a
L
tes de realizar un rastro gráfr.co, comienza
cuando el autor toma la decisión de escri- WFsq** .9
o
cc

bir algo¡ según qué va escribir, elige un


soporte y un instrumento pertinente. No Señalemos también Ia importancia
escogemos lo mismo para elaborar la lista de que los niños vayan sabiendo que hay
de la compra o un informe profesional. instrumentos que son mucho más perti-
Por eso es conveniente que en el nentes para realizar trabajos plásticos y
aula los niños dispongan también de di- otros para producir textos. Incluso que,
versos soportes para escribir: hojas, pape- después de hacer un trabajo plástico utili-
les rayados o sin rayar, cuadernos, libretas, zando los instrumentos pertinentes según
agendas, fotocopias o papel de reuso, et- la técnica empleada, cuando decida poner
cétera. Tener en el aula diferentes soportes su nombre en dicho trabajo, que escoja un

para escribir permite dar al niño la opor- instrumento adecuado para la escritura.
tunidad de aprender a escoger el soporte
adecuado en cada circunstancia. f) Expositor pdra textos Przducidos
Y lo mismo sería extensivo respecto por los niños
a los instrumentos de escritura. De mane-
ra que los niños puedan escoger usar el lá- Disponer de un lugar específico en una
piz, el bolígrafo, el rotulador fino ¡ si es pared del aula para exponer los textos que
posible, la computadora. los niños escriben -así como hay un lugar

ffi:'"fr
#*---
I zTrurur. y ronor.irur leiras o escribir y leer?

donde se exponen sus dibujos o trabajos anota el título escogido. Cuando visité el
plásticos- implica también validar, legiti- aula un día jueves, el cartel que estaba co-
mar, lo que escriben. El que ambos expo- locado en una pared era el siguiente:
sitores -uno para los textos y otro para los
dibujos- estén claramenre diferenciados,
ayuda a que los niños avancen en el cono-
cimiento de que ambos son autónomos: la
escritura no necesira de la imagen para de-
cir lo que quiere decir el autor, la plástica
El payaso y la princesa
no necesita de la escritura para plasmar lo
que se plantea el autor.

Este cartel equivale a los anuncios


Nuestra propuesta de alfabetización
de películas, conciertos u obras de teatro,
en la práctica: dos experiencias
donde se informa acerca de la programa-
ción. Es decir, se trata de reproducir en el
Revisemos ahora dos experiencias ocurri-
aula un tipo de objeto que se utiliza so-
das en aulas donde se trabaja desde esta
cialmente y con la misma función.
perspectiva: la primera, una situación de
Ese día la maestra le pidió a un par
lectura desarrollada en una escuela in-
de niños -mientras ella estaba ocupada
fantil en España ¡ la segunda, una sirua-
con otros- que localizaran qué cuento ro-
ción de escritura protagonizada por un
caba luego leer: 'A ver... Lidia y Martín,
niño de primer grado de educación pri-
hoy es jueues, jueues, ¿qué cuento vamos a
maria en México. Ambos ejemplos nos
leer hoy?" AI lado del cartel estaba colo-
permitirán reflexionar sobre cuestiones
cado un calendario (el calendario era tal
cruciales de nuestra propuesra de alfa-
como el que hay en muchas casas, riendas
betización.
u oficinas; no hecho por un docente, sin
La primera situación se desarrolla en
dibujos ni elementos ajenos a los calenLa-
un grupo formado por niños de 4 y 5 aios,
rios que se usan en la vida social). Cuando
en una escuela de Andalucía. Pilar, Ia maes-
Lidia y Martín se acercaron al cartel Lidia
tra, utiliza sistemáticamenre un cartel don-
se detuvo ante el calendario y dijo: 'Aquí
de todos los viernes escriben el nombre de pone jueves" señalando el día marcado,
los cinco cuentos que se van a leer cada día
subió con su dedo hasta donde decíaJue-
de la semana siguientel. La selección de los ues. La maestra ha6ía enfatizado ei térmi-
cuentos la hace un pequeño grupo de tres no jueues con la intención de que los niños
o cuatro niños con ella y, conjuntamenre, tomaran en cuenra el nombre dei día co-
elaboran el cartel donde, para cada día, se rrespondiente, por ejemplo, planteándose:

1
La idea original se halla en Kaufman (1998)
[[rE sn +*r I
mnlüde t/ I

'A ver ¿cuál esla ju de jueves?", pero Lidia


acudió al calendario, y cuando dijo 'Aquí
pone jueves", Martín agregó: "Entonces
aquí... (y seid.ó Jueues en eI cartel).
En ese momento los dos niños usa-
ron el recurso de comparar dos textos:
uno sobre el que ya tenían un dato feha-
ciente [el calendario] y lo pusieron en re-
lación con otro del que no tenían ese dato
fel cartel] . Sigamos con detalle el razona'
miento de estos pequeños para resolver el
problema que les planteó la maestra:
Lidia: ¿Y aquí qué ponr? (mientras
señala el título del cuento El payaso y la
princesa).
o
Martín: (En voz muy baja) Es mult E
o
E
largo. 6

Lidia: ¿No dice Arlequin? d


o
É
Martín: ¡No! es ruuy largo, muy lar' E
go ! la leimos Arlequin lMartin usa un in-
dicador propiamente textual, la extensión
del título, y un conocimiento extra tex- Liüa E, e, e... (sigue repitiendo
tual, el hecho de que ese cuento ya se leyó para sí y luego señala PAYASO) Pa,Pa, P/t.
durante esa semana] Natalia: ¡Había uno de payaso! (apro-
Lidia: Empiez/l con la de Eua [Eva es vechando el elemento que aporta Lidia).
una niña de la clase] . Martín: Payaso, payaso...
Martín: E, e, e... Lidia: (Señala una a una las tres
En ese momento pasó Natalia, que primeras letras de payaso -PAY- esta-
era otra niña de la clase, se acercó a los dos bleciendo correspondencia biunívoca
compañeros que estaban trabajando. con las sílabas) Pd - yt - sa (pero luego
Natalia: Mira, es más largo que el de señala las siguientes -ASO- y pregunta)
los zapatos (señalando la línea donde decía ¿Y aquí? [Hace una lectura esrrictamen-
"Los zapatos de baile"). te silábica, por lo tanto, hay una letra
Martín: Si, abí pone los zapatos de p^r^ pa [P] , otra para la [A] y otra para
baile lMartín había sido parte del equi- s¿ [Y] , de modo que las otras tres letras
po que, el viernes anterior, había escogido "sobran"].
los cuentos de la semana, o sea, había sido Martín: ¿Y si busco en la biblioteca?
partícipe de la elaboración del cartel]. Natalia yLidia: ¿Qué uas a buscar?

sr'1r\h!
'N!

$.,H*'$
| ,r,oru, 1,
'ono,iru.
let'as o escribir y leer?

Natalia: Ya sabemos que es este (como


si dijera 'para qué le sigues dando vuekas,
si esto ya está resuelto').
Entonces, dudaron pero se lo lleva-
ron a la maestra.
Maestra: ¡Qué bien que lo han hecho!
Si, hoy u/tmos d leer el cuento "El payaso y
Ia princesa".
Los tres rieron con complicidad y
alegría.
Lo que estos tres niños han hecho es
un acto de lectura, aunque no lean de ma-
nera convencional. Cuando decimos que
es necesario que los niños lean desde el
inicio de la escolaridad, y que desarrollen
o
-e-
o
la capacidad lectora con autonomía, no
E
d queremos decir que lean cada una de las
6 lerras que escán puestas en un texto, sino
Í
o
6 que utilicen todos los indicadores y estra-
E
tegias posibles para realizar interpretacio-
nes de los textos que encaran.
Martín: El libro, me acueldo cutíl es Ahora veamos un ejemplo de cómo
el de payaso. escribe un niño que aún no lo hace de ma-
Las dos estuvieron de acuerdo. Mar- nera convencional y autónoma. Este ejem-
tín fue a la biblioteca, romó el libro co- plo lo recogí en México (Nemirovsky,
rrespondienre y regresó al cartel, colocó la 1999), en un aula de primero de prima-
portada del libro abajo de donde decía EL ria, en una escuela del Disrrito Federal. La
PAYASO Y LA PRINCESA en el cartel, y maestra había diseñado una actividad inte-
verificó letra a letra que todas las que esra, resante: contó a sus alumnos que tenía que
ban en la portada del libro fuesen las que hacer un inventario con todo lo que había
estaban en el cartel. en el aula y les pidió su ayuda; cada uno
Martín: ¡¡Es este, pone lo mismo!! debería hacer una lista de lo que había en
Lidia también verificó y se detuvo el aula, luego entre todos iban a unificar el
en la segundalínea porque, en la porta- inventario para que nada faltara.
da del libro, decía EL PAYASO (y abajo) Y Me senté junto a Eduardo, un niño
LA PRINCESA, Lidia enronces dyo: Y'la" de seis años y cuarro meses, quien comen-
de Laura (señalando LA en la segunda Ií- zó el trabajo con mucho entusiasmo. Para
nea, correspondiente a la princesa). cada palabra que quería escribir necesitaba

"#:""h
ü.i-fu**
[Drr 0n 4*1 |
corlucft {./ I

consultar, reflexionar, cuestionarse; pero


denotaba interés y empeño en lograrlo.
Disponía de una hoja en blanco y unlápiz
de madera de la marca Berol MIRADO
(grabada en eIlápiz con letras doradas).
Comenzó a hacer su inventario y lo
iba comentando conmigo: "Puerta, puer-
ta, primero voy a poner puertd'. Indepen-
dientemente que me resultara gracioso
que en un inventario del aula se anorase
?uerta, así Io decidió Eduardo, y por lo
tanto le dije: Sí, claro, escribe puerta. En-
tonces él empezó: "8 p, pu, pu la de puer-
ta, pu, pu, puerta' (escribe PIJ), "ta, ta,
la a de ri' (agrega A, quedándole PUA).
a
Es una escritura propia de la fase silábi- -9-
o
co-alfabética donde, como sabemos, los E

niños ponen más de una letra para cada


:
6
d
o
sílaba pero no todas las letras correspon- cÉ
ñ
E
dientes a una escritura convencional. Ese
mismo procedimiento siguió para escribir
mesa [MSA1, y así sucesivamenre: cua- Eduardo: (Me muestra su lápiz y co-
derno [CADEO], libro [LBO], pizarrón menta) Voy a poner lápiz porque hay mu-
[PSAO], biblioteca tBLT,A.l. Fue un pro- chos lrlpices en el salón. (Luego mira su lápiz
ceso lento y laborioso. y exclama) y'cá dice lápiz! (mientras señala
Antes de seguir narrando lo suce- Berol MIRADO en su propio lápiz).
dido, debemos recordar que en el proce- Observadora: ¿Sí?
so de aprendizap del sistema de escritura Eduardo: (Me mira asombrado,
los niños pasan por un periodo en el que como si no entendiera por qué ponía en
piensan que cuando en algún objeto hay duda su certeza). La.. . la (mira su Iápiz y
algo escrito, lo que está escrito es el nom- señala la B -primera letra de BeroI-). Esa
bre del objeto; a lo cual se llama hipótesis esttí... (mirasu lista escrita en Ia hoja y en-
del nombre. Por eso suponen, por ejemplo, cuentra BLTA) acá. ¿Qué escribi acá? (por-
que en Ia escritura Marlboro dice cigarros, que una cosa es escribir y otra es recuperar
en Alpura, crema o leche. lo que ha sido escrito).
Cuando Eduardo llegó a elaborar Observadora: Ahí escribiste biblio-
su inventario de seis palabras la situación tec4, creo.
continuó de la siguiente manera. Eduardo: Ah, si. 8i... biblioteca, k-
I zTrurur. y ronorirur' letras o escribir y leer?

Lo que le ocurrió a Eduardo no le


pasa sólo a los niños de 5 o6 años sino a
todos los seres humanos. No basta que el
sujeto se enfrente a un dato que contra-
dice su hipótesis para ponerla en duda;
puede poner en duda el dato. Eso nos su-
cede también a los maestros: muchas ve-
ces no creemos que los niños tienen hi-
pótesis, que saben y piensan acerca de la
lectura, de la escritura... Y en ocasiones
preferimos seguir creyendo que son una
tabla raza para no poner en tela de juicio
la concepción educativa y nuestro propio
quehacer.
Cambiar de teoría es un trabajo
o
-e-
o
cognitivo arduo, difícil, lento y com-
E
6 plejo. Este proceso implica periodos en
o los que trabajamos y asumimos algunas
o
É.
alternativas didácticas contemporáneas,
E
pero en otros momentos volvemos a
usar las que conocemos de toda la vida.
piz, k... piz. No (vuelve a mirar su pro- Quizá hayamos trabajado siempre se-
pio Iápiz y observa la segunda palabra es- gún la teoría x, y un día decidimos ha-
crita: MIRADO). Acá (señala laM), ésta, cer una actividad que se sustenta en la
ésta la esnibí (busca en su lista y encuentra teoría y, pero luego volvemos a x, has-
MSA). ¿Qué dice acá? ta que a la semana siguiente retomamos
Observadora: Ahí habías escrito mesa. nuevamente alguna acrividad susteñta-
Eduardo: Sí, eso. Maa.. me... da en la teoria y, quizá dedicándole ma-
me... Iápiz... /a... La... me. Pero... (con yor tiempo que en la ocasión anterior.
expresión de gran sorpresa), pero enton- Puede suceder que en una misma jorna-
ces esto (levantando en alto su Iápiz) ¡no da escolar indiquemos a los niños que
es un lápiz! copien tnL, me, mi, mo, mu, varias veces
Aquí la hipótesis del nombre se impo- seguidas ¡ luego, les propongamos que
ne: si ahí no dice lápiz, el objeto no es un escriban un cuento.
lápiz. Es lo que podríamos denominar la En todo proceso de cambio de con-
fuerza de una bipótesis, que lleva al sujeto a cepciones educativas pasamos por mo-
negar la existencia de un objeto conocido mentos de oscilación y cuestionamiento
con tal de seguir sustentándola. donde, en Ia práctica, coexisten diferentes
Hr Gn #11
Gonlrch {.1 ¡

teorías, alternando actividades de un tipo a valorarse a sí mismo. Así lo cuenta el


y de otro. Durante ese proceso nuestra autof:
práctica puede ser incoherente, pero esa
incoherencia es parte de nuestro proceso No, la escuela no sólo les of¡ecía una evasión
de la vida de familia. En la clase del señor
de aprendizaje.
Bernard por lo menos, la escuela dimenta-
Esto no significa asumir una po- ba en ellos un hambre más esencial todavía
sición ecléctica. Alternar situaciones di- para el niño que para el hombre, que es el
dácticas sustentadas en diferentes teorías hambre de descubrir. [...] En la clase del se-
ñor German,2 sentlan por primera vez que
-porque todavía no logramos organizar
existían y que eran objeto de la más alta
la totalidad del trabajo en base a la teo-
consideración: se los juzgaba dignos de des-
ría que intentamos asumir- es lo que ge- cubrir el mundo. [...] Al final de cada tri-
neralmente sucede. Sin embargo, escoger mestre, antes de despedirlos para las vaca-
actividades de manera aleatoria, sin ana- ciones y de vez en cuando, si el calendario
lizar la teorla que subyace a cada una, es lo permitía, [el maestro] tenía la costumbre
de leerles largos pasajes de Les Croix de bois,
radicalmente distinto. De lo que se trata
de Dorgelés. [... ] Sólo escuchaba con toda
es de constituirnos en profesionales de la
el alma una historia que su maest¡o leía con
educación consistentes, comprometidos toda el alma, y que le hablaba otra vez de la
con una concepción educativa, lo cual nieve y su amado invierno, pero también de
implica un proceso prolongado y labo- hombres singulares... [...]
rioso de análisis, refexión, estudio, con- Y el dla, d final del año, en que ha-
biendo llegado al término del libro, el señor
trastación.
Bernard leyó con voz m¿ís sorda la muerte de
D., cuando cerró el libro en silencio, con-
Para terminar frontado con su emoción y sus recuerdos
para alzar después los ojos hacia la clase su-
mida en el estupor y en el silencio, vio a Ja-
Quiero compartir un fragmento del úl- cques en la primera fila que 1o miraba fijo,
timo libro de Albert Camus, El primer la cara bañada en lágrimas, sacudi{o por so-
hombre, que quedó inconcluso a raíz de llozos interminables, que parecían no cesar
la muerte accidental del autor. Es una nunca.
obra autobiográfica donde hace referen- -Vamos, vamos pequeños -dijo el se-

cia a su escuela, ubicada €n una zona po- ñor Bernard, con la voz apenas perceptible y
se puso de pie para guardar el libro en el ar-
bre de Argelia, donde vivía con su madre
mario, de espaldas a la clase.
y su abuela. Ellas no sabían leer y en su -Espera, pequeño -dijo el señor Ber-
casano había libros. En tercer grado de nard. Se levantó con esfuerzo [...] Revolvió
primaria Albert Camus tuvo un maestro en un cajón, lo cerró, abrió otro, sacó algo.

que le ayudó a descubrir la literatura y -Toma -dijo-, es para ti.

" Aquí el autor da al maest¡o su verdadero nombre.


iTrurur. y ,onoriru, leiras o escribir y leer?
I

Jacques recibió un lib¡o forrado con mios nobeles, pero estoy convencida de
papel de estfaza y sin nada escrito en la cu-
que tenemos sujetos mucho más capaces,
bierta. Aun antes de abrirlo supo que era Les
Croix de bois, el mismo ejemplar que el se-
con mayores posibilidades de las que a ve-
ñor Bernard les leía en clase. ces creemos. Tiabajando en la línea que
-No, no -dijo- es... Quiso decir: hemos esbozado, promovemos que los ni-
"Es demasiado bello". No encontraba las ños avancen tanto como sea posible s
palabras.
El señor Be¡nard meneó su vieja cabeza.
Referencias bibliogreífi cas
-El último dla lloraste, ¿te acuerdas? Desde
ese dla, el libro es ruyo. -Y se volvió para es-
conder sus ojos súbitamente enrojecidos. KRU¡r¿¡N, Ana Ma (1998), Alfubaiza-
ción temprana... ¿l después?, Buenos Ai-
Tieinta o cuarenta años después Al- res, Santillana.
bert Camus [el niño Jacques] ganó el Pre-
mio Nobel de Literatura; enrre las prime- Nrunovsrv, Myriam (1999), "'Esro no
ras cosas que hizo al recibir la distinción es un lápiz' o la fuerza de una hipótesis",
fue escribirle a su maesrro, el señor Ger- en Carvajal Pérez F. y Ramos García, J.
man fBernard]. (coordinadores), ¿Enseñar o aprender a es-
No pretendo afirmar que todos ren- cribir y leer?, Swílla, M.c.E.p.
gamos en nuestras clases potenciales pre-

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