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Empezando este capítulo, se define este modelo de investigación a partir de sus rasgos más
característicos y de las variaciones de aplicación que diferentes autores han propuesto. En términos
generales, este capítulo tiene un estilo descriptivo de lo que, en primer lugar, es para Latorre la
investigación-acción y, en segundo lugar, cómo otros autores han abordado este tema.
Así, muy temprano, el autor define la investigación-acción como “una indagación práctica realizada
por el profesorado, de forma colaborativa” (Latorre, 2007. Pág. 24) y tiene como objetivo corregir las
dinámicas del ejercicio pedagógico, pero por medio de la reflexión que deberá llevar a una acción de
cambio. Dicho de otra manera, la investigación-acción recoge un amplio repertorio de estrategias con
el fin de mejorar el sistema educativo que, a la larga, desembocará en mejoras sociales.
No obstante, a diferencia de otros tipos de investigaciones, esta tiene como cualidad principal que
demanda la acción, en palabras del autor, “el foco de la investigación será el plan de acción para lograr
el cambio o mejora de la práctica o propósito establecido” (Latorre, 2007. Pág. 28); esta cualidad es la
más relevante y, además, hace que se diferencie de otras investigaciones.
A pesar de que el capítulo recoge, de forma muy segmentada, la descripción de lo que varios autores
entienden por la investigación-acción, podemos decir que, a grandes rasgos, se trata de un proceso
reflexivo y no jerárquico de análisis e identificación de problemas al interior de las aulas y las prácticas
pedagógicas con el fin de que se construyan soluciones por parte de todos los afectados.
La investigación-acción práctica tiene como cualidad primordial que confiere todo el desarrollo de la
investigación a los profesores de manera que son ellos quienes distinguen y eligen los problemas a
tratar y, bajo una gestión autónoma, llevan el control de todo el proceso. Está claro, entonces, que este
tipo de investigación exige “la transformación de la conciencia de los participantes así como cambio
en las prácticas sociales.” (Latorre, 2007. Pág. 30)
La última modalidad, la emancipatoria, tiene como fin último expandir los descubrimientos de la
investigación a prácticas que van más allá del contexto educativo. De este modo, al tener como pilar
la teoría crítica, busca lograr la emancipación del profesorado -como en sus prácticas rutinarias, por
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Reseña escrita por Wendy Gómez Bautista y Laura Forero Giraldo para la clase de Antropología de la
Educación.
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ejemplo- para empezar, y terminar con la vinculación de “su acción a las coordenadas sociales y
contextuales en las que se desenvuelven.” (Latorre, 2007. Pág. 31)
Posteriormente, y para lograr que esta estrategia sea efectiva en el aula de clase, es necesario conocer
“para qué y para quién se investiga, ya que estos datos nos darán cuenta de los enfoques
epistemológicos, de legitimación, eficiencia y transformación social del colectivo”, el cual se usa,
asimismo, como objeto de estudio (Folgueiras-Bertomeu, Sabariego-Puig, 2018. Pág. 18).
Los mayores aportes de esta investigación son los cambios en la praxis, concepciones reflexión, toma
de decisiones, trabajo colaborativo e innovación. Es importante que los docentes se empoderen de su
rol social como agente generador de cambio -dentro y fuera de los ambientes pedagógicos- y difundan
las experiencias vividas y la transformación realizada.
Aunque este tipo de investigación es diferente debido a su narrativa sobre la acción, como resalta
Carmen del Pilar Díaz-Bazo en su artículo “La investigación-acción en la educación básica en
Iberoamérica. Una revisión de la literatura”, la reflexión y la autorreflexión desde y en la práctica es
fundamental y son pocos los que se guían por el enfoque sociocrítico y “resaltan su carácter
emancipador o la indagación autorreflexiva para comprender las prácticas o situaciones.” (Díaz-Bazo,
2017. Pág. 9)
La autora afirma, a su vez, que no solo se habla de mejorar una práctica, sino de darle relevancia al
carácter social y político que esta posee. Asimismo, existe una problemática al momento de aplicar
este tipo de investigación, pues su implementación es reducida dependiendo de los niveles y áreas,
mostrando allí una tensión entre los sistemas evaluativos y la innovación que conlleva realizar
investigación acción.
Podemos adicionar que, con respecto a la información encontrada de este tipo particular de
investigación, no es tan fácil encontrar grandes cantidades de publicaciones, lo cual podría señalar que
la investigación-acción de tipo pedagógico o se enfoca en exceso en la acción y no en la producción
académica o no es muy popular. Sin embargo, creemos que este tipo de investigación es realmente
favorable en el sentido de que abre camino a una verdadera transformación, pues tiene aspiraciones de
ir más allá del entorno educativo, por un lado. Por otro lado, considera, en teoría, a todos las personas
que participan del proceso educativo, suponiendo para ellos una participación igual en el proceso y
permite preguntarse por los criterios de calidad de la educación desde todas las perspectivas.
No obstante, también podemos decir que entre los limitantes encontramos que el tiempo de desarrollo
es muy largo y se pierde el proceso en el camino, temor al cambio, las condiciones de una institución
que imposibilitan este tipo de actividad; la continuidad suele no ser garantizada, la generalización de
resultados y la falta de inclusión de todos los involucrados en el proceso pedagógico.
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Referencias