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RevistaCOMUNICACIÓN ORIGINAL

de Ciencias Clínicas, 2007, Vol. 8, Núm. 2, Julio-Diciembre, pp. 50-58.

Diabetes sacarina:
la enfermedad crónica a finales del siglo XIX

Víctor Ríos Cortázar,*1 Resumen


Alejandra Gasca García,**
Rosario Urbina Becerra*
E n 1879 la Gaceta Médica de México publicó el trabajo del Dr.
Pablo Gutiérrez, un notable médico mexicano del siglo XIX, dedicado a la
diabetes sacarina. El propósito de la presente comunicación es identificar, a
partir de dicha publicación, el estado del conocimiento alcanzado por la medi-
cina respecto a la diabetes mellitus y su tratamiento hacia finales del siglo XIX.

Palabras calve: diabetes mellitus, historia, siglo XIX.

Artículo recibido 01 de diciembre de


2007.
Aceptado el 10 de diciembre de
2007.
Abstract
* Profesor Titular C. Departamento
de Atención a la Salud. U.A.M.
Xochimilco. I n 1879, the Gaceta Medica de Mexico published Dr. Pablo
** Asesora Titular de Área Clínica. Gutiérrez’s work, a notable Mexican physician of the XIX century, about Dia-
Departamento de Atención a la betes Sacarina. The purpose of the present communication is to identify, on the
Salud. U.A.M. Xochimilco.
basis of that publication, the development reached by medicine by the end of
1
Autor para correspondencia: the XIX century with regard to Diabetes Mellitus and its treatment.
Dr. Víctor Ríos Cortázar
Coordinación de Primer Nivel y Key words: diabetes mellitus, history, Nineteen century.
Salud Comunitaria.
Edificio A, 1er. piso, Pasillo exterior sur.
Universidad Autónoma
Metropolitana – Xochimilco.
Calzada del Hueso 1100 Colonia Villa
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México, D. F. C. P. 04960.
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DOCENCIA E INVESTIGACIÓN CLÍNICA

PRESENTACIÓN caso clínico atendido por él en octubre de 1878. En


seguida, en la segunda parte, expone un conjunto
La diabetes mellitus (DM) se define en la actualidad de conocimientos sobre aspectos centrales de la en-
como un grupo de enfermedades metabólicas caracte- fermedad, desde los epidemiológicos hasta los tera-
rizadas por hiperglucemia (aumento de azúcar en la péuticos, pasando por el problema de las causas y el
sangre) resultante de defectos en la secreción de diagnóstico; finalmente, en la tercera y última par-
insulina, en la acción de esta hormona, o bien de am- tes, el autor vuelve sobre aspectos relacionados con
bas condiciones.1 La DM ha sido reconocida como una su experiencia práctica en el diagnóstico y manejo
enfermedad por lo menos desde hace dos mil años; sin terapéutico de la enfermedad en cuestión, para con-
embargo, es hasta años relativamente recientes que se cluir sobre la pertinencia del tratamiento sugerido,
han ido alcanzando los consensos sobre su clasifica- y seguido por él, para la “curación de la diabetes
ción y diagnóstico.2 La historia de la DM alcanza un sacarina”. En el texto es notable la cuidadosa pre-
punto culminante con el descubrimiento de la insulina sentación de los tres apartados; en particular, el se-
en 1921, a cargo de Frederick Banting y Charles Best. gundo, como se verá con cierto detalle más adelante,
Señala Laín Entralgo3 que este hecho significó “el ver- está sustentado en autores relevantes en la naciente
dadero punto de arranque eficaz, tanto para el trata- medicina moderna de ese momento, en su mayoría
miento como para la comprensión fisiopatológica y de origen francés.
clínica de la diabetes mellitus”; para este autor la pa-
tología de la diabetes se ha transformado, desde aquel EL CASO CLÍNICO
año, en la patología de la insulina. Antes de este tras-
cendente suceso, la historia de la DM se caracteriza Los datos de identificación del enfermo permiten
por largos periodos, hablamos de siglos, en los que el saber que se trata de Don Francisco de la Mora, un
conocimiento de la enfermedad progresa de manera hombre casado, de 52 años de edad, de oficio labra-
lenta. No será sino hasta que se establezcan y consoli- dor en una de las múltiples haciendas que prolifera-
den las bases fundacionales de lo que actualmente co- ban en aquel estado hacia finales del siglo XIX. En
nocemos como medicina científica, esto es, durante el seguida el autor ubica el inicio del padecimiento en
siglo XIX, particularmente en su segunda mitad, que enero de 1876, fecha en la que su paciente comienza
se produzcan las transformaciones y los descubrimien- a presentar una serie de manifestaciones caracterís-
tos que desencadenaron dicho suceso. ticas de la enfermedad entonces llamada diabetes
En México, a inicios de 1879, la Gaceta Médica de sacarina, como una “sed insaciable que lo hacía be-
México, periódico de la “Academia de Medicina ber abundantemente” y “frecuentes ganas de arro-
de México”, publicó un trabajo denominado Diabetes jar la orina tanto de día como de noche, que le
Sacarina, firmado por el Dr. Pablo Gutiérrez,4 origi- interrumpen el sueño”. Después de probar algunos
nario de Guadalajara, Jalisco, en el que el autor ad- remedios caseros y haber tomado ioduro de sodio
vierte sobre las divergencias y aún contradicciones por indicación, probablemente, de un médico de
que encuentra en los escritos de la época sobre la Guadalajara, el paciente no obtiene mejoría por lo
enfermedad, con lo que su obra se acerca mucho a lo que acude con el Dr. Gutiérrez, el 3 de octubre de
que en la actualidad conocemos como un artículo de 1878.
revisión. La presente publicación tiene como propó- Los datos de la exploración reflejan un minucio-
sitos presentar, en primer término, el estado sobre el so ejercicio clínico: el médico encuentra en su pa-
conocimiento de la enfermedad que, de acuerdo con ciente postración “en demasía”, con la piel pálida y
la publicación del Dr. Gutiérrez, se tenía en México fría. Advierte signos de edema en cara, principal-
hacia el último tercio del siglo XIX.; asimismo, y en mente párpados, así como en piernas y pies. Otros
segundo término, señalar las opciones que elige el hallazgos dan cuenta de alteraciones
autor respecto al manejo terapéutico de la diabetes gastrointestinales, desde la “lengua seca y roja en la
como base para caracterizar la mentalidad médica punta” hasta “diarrea abundante, verdoso amari-
que lo guía en esas decisiones. llenta”, pasando por el hallazgo de “estómago e in-
testinos sensibles a la presión, con frecuentes cólicos
EL ARTÍCULO DEL DR. PABLO y tenesmo”, sin omitir el dato de la sed intensa y la
GUTIÉRREZ: DIABETES SACARINA pérdida de apetito. La información se completa con
otros datos del interrogatorio: “las frecuentes ganas
El trabajo publicado está organizado en tres par- de orinar (que) lo desvelaban” y el dolor intenso en
tes; en la primera el autor hace la presentación del los riñones, “la anafrodicia era completa”.

Ríos, et al.- Diabetes sacarina: la enfermedad crónica a finales del siglo XIX 51
COMUNICACIÓN ORIGINAL

El examen del enfermo incluyó el análisis de “la clínico manejado de manera semejante al presenta-
orina de 24 horas”, que “era de 9 a 10 cuartillos”, de do en la primera parte del escrito y del cual también
la que se advierte su coloración “amarillo pálido habría obtenido resultados aparentemente satisfac-
como de melaza, y rodeada de moscas que chupa- torios.
ban el azúcar”. El examen químico confirma la pre-
sencia de “gran cantidad de glucosa”. LA DIABETES SACARINA EN OTROS ESCRITOS
El tratamiento inicia el mismo 3 de octubre y se MEXICANOS ANTECEDENTES EN EL SIGLO XIX
prolonga hasta el día 28 del mismo mes en que “el
enfermo se creyó restablecido y se fue a sus quehace- El médico michoacano Juan Manuel González
res”. La evolución del caso se nos presenta práctica- Ureña (1798-1874) publicó, en 1822, año en el que
mente día a día, incluyendo desde luego el manejo obtiene su título de Doctor en Medicina por la Uni-
terapéutico, mismo que incluye tanto el tratamiento versidad de México, su “Memoria sobre Diabetes en
medicamentoso como las medidas generales, el plan general, y especialmente el que se conoce con este
alimentario y la actividad física prescritos. nombre en Michoacán”,5 obra que concibe este au-
Las medidas generales consisten en “mucho abri- tor, según nos refiere él mismo, desde su temprana
go” y “friegas estimulantes a base de trementina, juventud, con el propósito de establecer la diferen-
amoniaco y alcohol”. El plan alimentario es restric- cia que existe entre “el Diabetes” que se presenta en
tivo y basado exclusivamente en productos de ori- Michoacán y el que describen en aquel momento los
gen animal. Inicia con una taza de leche cada tres autores europeos. Algunas de las conclusiones a las
horas. Una semana después indica “seis cuartillos que llega el también benemérito y fundador de la
de leche, huevos tibios y jugo de carne”. Unos días primera Escuela de Medicina de Michoacán son las
después se agrega carne asada. siguientes:
Por lo que hace al manejo medicamentoso, éste
comprende inicialmente “píldoras de carbonato de 1. Existe una gran diferencia entre “el Diabetes euro-
potasa, sulfato de fierro y 12 centígramos de extrac- peo y el michoacano”, apreciable tanto por los
to de opio”. Este último se irá incrementando paula- síntomas que se presentan en uno y otro caso,
tinamente hasta alcanzar un gramo “para diez como por las causas y por “los efectos de la medi-
píldoras” (12 y 13 de octubre). Para los días 16, 17 y cación”.
18 del mismo mes reporta que “comenzó a dismi- 2. El Diabetes que se presenta en la capital del esta-
nuirse la cantidad de opio”. A partir de estos últi- do, Morelia, data de principios del siglo XIX en
mos días se aumenta el ejercicio indicado al paciente; que apareció por primera vez.
previamente los días 14 y 15 le había permitido “sa- 3. No debe hacerse la distinción del “Diabetes en
lir a andar a la hora del sol”. insípido y meloso”, como ya advertían autores
europeos citados por el propio González Ureña,
EL CONOCIMIENTO SOBRE LA DIABETES SACARINA: como Wilis (sic), refiriéndose a Thomas Willis,
LA REVISIÓN DEL DR. PABLO GUTIÉRREZ quien en 1679 habría hecho notar el sabor dulce
de la orina de los diabéticos.2 Aquí cabe precisar
Dos son las razones que, en la segunda parte de que Laín Entralgo6 señaló que la influencia del
su escrito, el Dr. Gutiérrez anota para haberlo pre- médico inglés Sydenham hizo posible que en el
sentado a la Gaceta Médica de México: Primero, por siglo XVIII, en Viena, Johann Peter Frank (1745-
la gravedad que reviste la enfermedad y la segunda 1821) describiera la Diabetes Insípida, estable-
razón, por las divergencias y las contradicciones que ciendo con ello su distinción con la Diabetes
encuentra entre quienes “han escrito sobre ella”;4 de Mellitus.
tal suerte que, sin que lo mencione de manera explí- 4. Consideró González Ureña que ambas formas de
cita con el documento se propone hacer la revisión la enfermedad corresponden a distintas etapas
ya referida para, con base en ella, fundamentar las de la misma.
opciones que elige para el diagnóstico y tratamiento 5. Mientras que el Diabetes europeo es una afección
de la enfermedad. De hecho la pertinencia de su elec- crónica, el Diabetes de Michoacán es “enferme-
ción terapéutica es reforzada, pasando de la revi- dad muy aguda”.
sión teórica que constituye la segunda parte de su
artículo a la que aquí hemos identificado como la En la propia Gaceta Médica de México, y su pre-
tercera parte, de carácter práctico, en la que expone, cedente “Periódico de la Academia de Medicina de
si bien de manera mucho más breve, un segundo caso Mégico” aparecen, entre 1836 y 1875, seis comuni-

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DOCENCIA E INVESTIGACIÓN CLÍNICA

caciones relacionadas con distintos aspectos de la EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIABETES


enfermedad, tres de ellas provenientes de autores SACARINA A FINALES DEL SIGLO XIX
nacionales y otras tres corresponden más bien a no-
ticias extranjeras. En el caso de las comunicaciones Volviendo al artículo del Dr. Gutiérrez, éste anota
mexicanas, las dos primeras son notas breves de los que la DM era una enfermedad pocas veces observa-
doctores Guillermo Julio Schiede7 y Manuel Carpio,8 da en Guadalajara; siendo director del Hospital de
respectivamente. Uno referido a la curación “del dia- Belén (actualmente Hospital Civil) refiere haber ob-
betes” por el creosote, empleado a dosis crecientes servado pocos casos a lo largo de los veinte años
en el tratamiento de un enfermo, y en el segundo que estuvo al frente de ese nosocomio. A mayor pre-
caso, se trata de una comunicación similar en la que cisión, señala que en 1860 hubo un total de 3,793
el Dr. Carpio refiere el empleo de la magnesia calci- enfermos ingresados, de los cuales apenas un caso
nada con resultados aparentemente satisfactorios. de diabetes sacarina tiene registrado.4
La tercera comunicación nacional de este periodo El mismo año en el que nuestro autor publica su
aparece en 1874,9 ya en la Geceta Médica de México, trabajo sobre la diabetes sacarina, la Gaceta Médica
a través de la cual el Dr. Vicente Fernández da cuen- de México da a conocer el estudio ganador del con-
ta de los estudios que había emprendido relaciona- curso convocado por la Academia de Medicina de
dos con el empleo del ácido litofélico como reactivo México sobre “La Mortalidad en México”. El gana-
para determinar la presencia de glucosa en la orina dor, el Dr. Demetrio Mejía, 13 presenta su “Estadísti-
de pacientes diabéticos. ca de Mortalidad en México”. Se trata, en realidad,
En el caso de las noticias provenientes del extran- de un amplio estudio sobre este tema en la Ciudad de
jero, en 1869 la Gaceta informa de la nota leída en la México que comprende el decenio 1869–1878.
Academia de Medicina de París, por Durand- De acuerdo con el documento, premiado con 300
Fardel10 acerca de la patogenia de la DM; en ella pesos, en este periodo “ocurrieron un total de 35 de-
resultan interesantes algunas de las conclusiones funciones debidas a la Diabetis, comprendiendo tam-
presentadas, como que la diabetes aparece de prefe- bién la Sacarina” (sic); esto es, un promedio de 3.5
rencia en los obesos y que, en relación a la terapéuti- muertes por año debidas a esta causa, ocupando el
ca, no existe un remedio eficaz contra la “diátesis lugar 77 de un total de 100 enfermedades.
úrica y sacarina ni contra la obesidad”, por lo que De cualquier manera, Don Pablo Gutiérrez advier-
encuentra que la higiene “es la que presta recursos te, siguiendo a Armand Trousseau, que el hecho de
preciosos contra estos estados diatésicos”; para con- que los médicos observen tan pocos casos probable-
cluir que el trabajo de Bouchardat sobre la utilidad mente no se deba a que sea tan rara, sino porque los
del ejercicio en la diabetes es interesante” y que “se- enfermos no acuden a los facultativos en el inicio de
ñala la verdadera dirección que debe seguir la inter- su padecimiento, por la razón de que no experimen-
vención médica en el tratamiento de dicha tan “grandes trastornos”, sino hasta que presentan
enfermedad”. síntomas graves.4
Una nota más, también breve, aparecida en la La preocupación por las tendencias al alza de la
Gaceta en 1874 11 informa de la conclusión a la que Diabetes aparece ya de manera muy clara desde las
llega el Dr. Botkin, de San Petersburgo, luego de primeras décadas del siglo XX. Von Noorden14 mues-
comparar el valor de “los alcalinos, marciales y los tra el comportamiento que, desde el último tercio del
arsenicales en (el tratamiento de) la glicosuria”, en siglo XIX hasta los primeros años del XX tuvo esta
el sentido de que éstos últimos, administrados a patología en la ciudad alemana de Berlín y en Ingla-
dosis pequeñas, disminuyen la cantidad de terra. En ambos casos se observan tendencias cre-
“glicósis en la orina”. cientes que van, en el caso de la ciudad germana, de
Finalmente, la sexta nota, aparecida en 1875, da tasas de prevalencia de 2.2 para hombres y de 1.2
noticia de un reporte de la Gaceta Médica de Pa- para mujeres, por 100 mil habitantes, en el periodo
rís, 12 en el que el autor, no señalado en el texto, in- 1871-1875 y hasta 20.7 y 12.3 respectivamente en el
forma de los experimentos que ha realizado para periodo 1901-1905. En Inglaterra la tendencia va de
determinar la conveniencia o no de permitir el con- 3.2 por 100 mil habitantes en 1866 a 9.6 por 100 mil
sumo de “frutos azucarados en ciertos límites en el en 1907. La conclusión del autor es breve pero enfá-
régimen diabético”, concluyendo que, salvo algu- tica: “El aumento de la Diabetes es bien evidente”.
nos de ellos, en el resto puede permitirse al enfer- Hacia mediados del siglo XIX, Fabre15 anota que la
mo que los consuma, en una proporción que no diabetes se observaba, sobre todo, entre los 25 y los
exceda de 100 g. 35 a 40 años de edad y, agrega, “parece ser más fre-

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COMUNICACIÓN ORIGINAL

cuente en hombres que en mujeres”, si bien advierte ban ya vigentes y vigorosas las tres mentalidades, o
que esta afirmación aún no había sido bien diluci- paradigmas fundacionales de la medicina moder-
dada. na: la anatomoclínica, la fisiopatológica y la
etiopatológica. Aparecidas históricamente de mane-
EL CONOCIMIENTO SOBRE LA DIABETES A FINALES ra más o menos consecutiva a lo largo de ese siglo,
DEL SIGLO XIX, SEGÚN EL ESCRITO DEL D R. estas vías, sin embargo, habrán de combinarse y su-
GUTIÉRREZ perponerse. Para la primera de ellas lo esencial en el
entendimiento y diagnóstico de la enfermedad es la
Como ha sido mencionado, en la segunda parte relación entre el signo y la lesión anatómica que le
de su artículo, el Dr. Gutiérrez pasa revista a una subyace; la mentalidad fisiopatológica es más bien
serie de conocimientos que en ese momento se te- de carácter procesal, de tal manera que lo esencial es
nían sobre la Diabetes, incluyendo los aspectos el desorden energético funcional del organismo. Fi-
epidemiológicos ya anotados en el punto anterior, nalmente, la mentalidad etiopatogénica pone el
las causas de la enfermedad, el diagnóstico y el ma- acento en la causa externa de la enfermedad. Para el
nejo terapéutico. Siendo un médico cuya formación año en el cual se produce el reporte del Dr. Gutiérrez
inicial ocurre en México y luego se amplia en Euro- que ahora nos ocupa, ésta última mentalidad aún
pa, posiblemente en Francia, en específico, donde está por ganar la presencia que ya tenían las dos
permanece tres años, resulta lógico que su exposi- anteriores; el hecho paradigmático que habrá de
ción se base principalmente en autores de ese conti- darle enorme vigor, el descubrimiento del bacilo
nente y de ese país. de la tuberculosis por Roberto Koch, ocurrirá cuatro
En primer término, el Dr. Gutiérrez ubica hacia años más tarde, en 1882. De la coexistencia
finales del siglo XVIII el inicio de un periodo de finisecular de estas tendencias en el cuerpo del sa-
profundización del conocimiento de la enfermedad; ber médico habrán de resultar tres procesos
expresamente anota: “Entonces (1778) Cauley (por interactivos: polémicas doctrinales, eclecticismos
Thomas Cawley) demostró en Inglaterra la presen- diversos e intentos de superación.
cia del azúcar en la orina” (de los pacientes diabéti- Teniendo presente este marco, es de hacer notar
cos). Si bien antes que él, en 1766, Mathew Dobson que, no obstante que se refiere a la existencia de di-
ya había mostrado la presencia de glucosa en la ori- vergencias respecto al origen de la enfermedad, las
na de los diabéticos,2 en cualquier caso se trata efec- posibles causas anotadas por Pablo Gutiérrez tie-
tivamente de un hecho importante en la historia de nen en común una fuerte orientación
la enfermedad, que marca el paso de un largo perio- anatomopatológica. De acuerdo con su recuento, una
do en el que la manifestación cardinal de la enfer- primera propuesta apuntaba a señalar un origen
medad es la poliuria, a este segundo momento en digestivo, según la cual la “glicosuria” provendría
donde lo relevante es precisamente la glucosuria.16 de un mal estado del estómago, que no haciendo di-
Asimismo, autores como O’Reilly y Kingsnorth,17 gestión, provocaría que las “sustancias proteicas se
Modlin y cols.,18 y Sutherland y Gruessner,19 toman- filtraran por los riñones”. Para otros autores se tra-
do como referencia un texto escrito por Cawley en taría más bien de alteraciones estructurales del ri-
1788,20 coinciden en señalar que se debe a este autor ñón, aunque el autor refiere de inmediato el rechazo
el haber asociado por primera vez, si bien de un modo que otros contemporáneos suyos ya habían hecho a
general, la diabetes con el páncreas, e incluso prefi- esta hipótesis, advirtiendo que quienes la formula-
riendo asignar al riñón enfermo la causa de la enfer- ban confundían “el efecto por la causa”.
medad, consecuencia lógica si se tiene en cuenta que Por último, anota el autor que otra explicación
en aquel momento el problema cardinal de la enfer- sugería que el aumento patológico de la función
medad estaba representado por la poliuria. secretora de azúcar por parte del hígado haría que
ésta saliera por la orina. Claudio Bernard, continúa
LAS CAUSAS DE LA DIABETES refiriendo, mostraba que “picando” en un punto del
piso del cuarto ventrículo se producía arbitrariamen-
Con la intención de establecer un marco histórico te la Diabetes, “ya simple, albuminosa o Sacarina”.4
que permita comprender las anotaciones del Dr. En su exposición, el Dr. Gutiérrez parece sugerir
Gutiérrez respecto a este punto, conviene hacer al- que la Diabetes podía tener su origen en la lesión de
gunas anotaciones previas a abordarlas. esa región anatómica; vale decir, tomando como re-
Escribe Laín Entralgo6 que hacia finales del siglo ferencia el experimento del C. Bernard, estaría in-
XIX, tanto en Europa como en América, se encontra- tentando la explicación que precisa el tejido

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DOCENCIA E INVESTIGACIÓN CLÍNICA

lesionado, dando menor atención a los hallazgos de consumo de azúcar. En medio de estas controver-
orientación fisiológica que son la parte medular sias Joseph Von Mering y Oscar Minkowski, en 1885,
de los trabajos que sobre la glucogénesis hepática demostraron que la extirpación del páncreas en ani-
había desarrollado el prominente fisiólogo experi- males provocaba la aparición de síntomas de Diabe-
mental, y a cuyo marco corresponde el ahora célebre tes Sacarina de forma grave. A partir de este hallazgo
experimento.21 empezarían los esfuerzos encaminados a explicar
¿Conoció Pablo Gutiérrez estos trabajos de Claudio de manera específica el papel del páncreas en la gé-
Bernard?, el texto no permite saberlo; sin embargo, nesis de la Diabetes, mismos que culminarían hasta
al menos debió tener noticia de ellos a través de ya entrado el siglo XX con el descubrimiento de la
Trousseau. Si se cotejan el artículo del Dr. Gutiérrez insulina, en 1921, a cargo de Frederick Banting y de
con la lección sobre la diabetes contenida en el texto Charles Herbert Best.23
clínico de Trousseau,22 al que ya se ha hecho refe-
rencia, es posible identificar la coincidencia en au- EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO
tores y argumentos tomados por Gutiérrez del trabajo
de Trousseau. Sin embargo, aquél no retoma de éste Textualmente, Pablo Gutiérrez cita a Trousseau,
la amplia exposición que el clínico francés hace de para referir que, en el diagnóstico de la DM, “no bas-
los trabajos y las conclusiones que el notable fisiólo- ta la presencia de la azúcar en la orina”, sino que
go experimental había realizado sobre el metabolis- “es necesario que se presenten otros síntomas cua-
mo de la glucosa, y del papel central que atribuía a les son: una sed ardiente que obliga al paciente a
la función exagerada del hígado en la producción beber abundantemente; un aumento en la secreción
de azúcar, como causa de la Diabetes. de la orina, un apetito exagerado que obliga a comer
Hacia 1848 las investigaciones experimentales so- con mucha frecuencia”. El texto citado corresponde
bre la función glucogénica del hígado de Claude a la lección que Trousseau22 dedica a la Diabetes
Bernard le habían permitido llegar a las siguientes Sacarina y contiene una detallada exposición clíni-
conclusiones: ca de la enfermedad y de sus principales complica-
ciones, entre las cuales anota la candidiasis (“erupción
a) La sangre de las venas suprahepáticas contiene eccematosa que reside en las partes genitales y que es acom-
una mayor cantidad de azúcar que el resto de la pañada de un prurito a veces muy doloroso”), la
sangre. neuropatía (“accidentes nerviosos extraños”), el pie
b) El hígado normalmente fabrica azúcar. Este ór- diabético (“gangrenas espontáneas”) y la retinopatía
gano guarda en depósitos la fuente de la glucosa (“alteraciones orgánicas de la retina”); además de otro
en forma de materia glucógena. Este glicógeno es amplio conjunto de trastornos digestivos,
de nuevo transformado en el hígado en glucosa. pulmonares e incluso afectivos, de la libido (“las fa-
c) La punción del bulbo determina la glicosuria; des- cultades generatrices, a menudo exaltadas al principio de
pués de la sección de los (nervios) neumogástricos, la glucosuria, se debilitan y se pierden por completo”,
ocurre la ausencia de azúcar en el hígado. Según que Pablo Gutiérrez refiere como anfrodicia) y de
Rathery,16 a partir de estos hallazgos Bernard ha- salud mental (“la moral se afecta”).
bría concluido que la Diabetes resulta del Para el último tercio del siglo XIX la medicina ha-
hiperfuncionamiento del hígado. Al respecto, bía logrado un notable avance en el reconocimiento
pone en boca de Bernard la siguiente afirmación: clínico de la enfermedad. Appolinaire Bouchardat,
“El hígado peca por un funcionamiento dema- considerado el más brillante clínico en la historia de
siado activo, por una vitalidad exuberante”. Un la Diabetes, produjo la descripción clínica más com-
año antes de su muerte (1878), el fisiólogo fran- pleta y minuciosa de la enfermedad,24 que recoge en
cés publicó sus “Leçcons sur la Diabéte”. 3 un libro publicado en 1875,25 aunque previamente y
a lo largo de varios años había publicado una serie
Estas conclusiones dieron lugar a un periodo de de escritos relacionadas con la enfermedad.26-28 En-
fuertes polémicas entre quienes se adhirieron a ellas tre otros aportes, a este autor se debe el haber sido el
y quienes, con diversos argumentos, se les opusie- primero en proponer a la concentración de azúcar
ron. Von Noorden14 ubica esta polémica entre quie- en orina como un indicador de la condición clínica
nes intentaron explicar el origen de la Diabetes a del paciente,29 “de la misma manera que el compás
partir de una sobreproducción de glucosa y, por el guía al marino sobre océanos desconocidos”;30 así
otro lado, quienes lo hicieron a partir de la idea de también, a él se debe el haber iniciado la prepara-
que el problema residía en una disminución en el ción de dietas individuales para sus pacientes, e

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COMUNICACIÓN ORIGINAL

incluso el haber desarrollado la preparación de un glo XX, época en la que aún resultaba difícil romper
pan de gluten, que no tuviera los inconvenientes con esa práctica entre los médicos tratantes del pa-
del pan ordinario para ellos, además de haber no- decimiento.
tado el beneficio del ejercicio sobre el control de la En general, los médicos de finales del siglo XIX
DM en sus pacientes, a quienes recomendaba están de acuerdo, consigna el Dr. Gutiérrez, en la
“ganarse el pan con el sudor de su frente”. necesidad de un régimen alimenticio en el tratamien-
to de la diabetes sacarina, si bien él se pronuncia
LA TERAPÉUTICA EN EL MANEJO DE LA D IABETES por un régimen a base de sustancias animales y del
SACARINA A FINALES DEL SIGLO XIX método lácteo que, argumenta, resulta de gran utili-
dad como en todas las enfermedades donde hay ane-
Don Pablo Gutiérrez termina la segunda parte de mia y debilidad general.
su artículo, anotando que, “siendo tan variable esta Como ya ha sido anotado, para esta época la ob-
enfermedad en sus síntomas, su marcha, sus com- servación clínica de los médicos ya había permitido
plicaciones y sus terminaciones, nada de extraño es establecer la existencia de una asociación entre la
que los métodos curativos tan recomendados, sean obesidad, la pérdida de peso y el mejor control
tan distintos y aun opuestos”. Así, pasa revista a metabólico del enfermo diabético y, en consecuen-
una gama de propuestas terapéuticas que prolifera- cia, habían incorporado, como parte del tratamiento
ban en la época. De acuerdo con su recuento, en lo de la enfermedad el régimen alimenticio e incluso el
que hace al recurso farmacológico la diversidad ejercicio como en el caso del ya citado Bouchardat.
abarcaba desde quienes sugerían el empleo de Desde luego, estas prescripciones no estaban exen-
alcalinos a los que preconizaron el empleo de ácido tas del ambiente de discusión y divergencia que do-
clorhídrico; mientras que otros más afirmaban ha- cumentaba Don Pablo Gutiérrez.
ber empleado con éxito el arsénico o la valeriana.4 Trousseau, refiere el Dr. Gutiérrez, se “rebela con-
Siendo una preocupación de este ilustre médico la tra esa severidad en el régimen (alimenticio) animal,
necesaria depuración de la terapéutica existente en porque llega a fastidiar a los enfermos y hacerles
su tiempo,31 no podía escapar a ella su revisión de la perder el apetito”; por lo que aconseja añadir algu-
DM y presenta un manejo terapéutico sustentado en nas frutas y “aun sustancias herbáceas asociadas a
los escritos de autores connotados, así como en los las carnes”.4
resultados observados en su propia práctica clínica,
de tal manera que entre unos y otros parece buscar CONCLUSIONES
establecer un correlato de fundamento-constatación.
La parte medular de su tratamiento farmacológico, La publicación del trabajo del Dr. Gutiérrez ocu-
dosis crecientes de opio, está sustentada, informa, rre en un momento que precede a los sucesos
en la demostración presentada por Bouchardat a la cruciales en la historia de la DM y que tendrán su
Academia Francesa de Medicina y en la referencia a punto culminante con el descubrimiento de la
Lacorche quien, en 1873, habría argumentado que insulina; la asociación de la enfermedad con el pa-
“la curación de la diabetes debe dirigirse a evitar la pel del páncreas no deja de ser apenas una vaga
pérdida de las sustancias proteicas”, efecto para el referencia en el escrito de Thomas Cawley; es un
cual los agentes más poderosos serían el opio, el ar- momento que acerca el cierre del “largo preludio”,
sénico y la valeriana.4 término con el que se refiere Bliss a la historia previa
El diccionario de Fabre15 cita la recomendación de al descubrimiento de esa hormona.23 Es también, si
Bouchardat respecto al empleo de dosis sucesiva- se le compara con la lentitud característica de los
mente crecientes de opio y su afirmación de que éste avances en el conocimiento y el manejo de la enfer-
tratamiento “acierta bastante bien a moderar los ac- medad de los periodos previos, un periodo vertigi-
cidentes del diabetismo”, es decir, “disminuye el noso en el que tales avances se suceden con una
apetito, modera la sed, restablece la transpiración y velocidad que no había existido previamente. A nues-
disminuye notablemente la cantidad de orina”. tro modo de ver el entendimiento de la enfermedad,
Bliss23 señala que el empleo de este fármaco fue uno tanto de manera directa como indirecta, en la histo-
de los recursos más ampliamente empleados en el ria general de la medicina fue un campo que apun-
tratamiento de la DM hasta mediados del siglo XIX, taló la construcción de la medicina científica que
e incluso anota que es el último vestigio de las prác- hoy conocemos.
ticas fútiles en el manejo de la enfermedad y que Finalmente, un punto que llama la atención es el
habría permanecido hasta los primeros años del si- hecho de que ya los médicos decimonónicos exper-

56 Revista de Ciencias Clínicas, 2007; 8 (2): 50-58.


DOCENCIA E INVESTIGACIÓN CLÍNICA

tos en la diabetes advertían sobre la trascendencia 7. Schiede GJ. Curación del diabetes mellitus por el
en el manejo de la enfermedad de los aspectos rela- creosote. Periódico de la Academia de Medicina
cionados con lo que hoy denominamos estilos de de Mégico 1836; I: 75-6.
vida, como aquellos relacionados con la alimenta- 8. Carpio M. De la diabetes. Periódico de la Acade-
ción y la actividad física, en donde el papel activo mia de Medicina de Mégico 1836; I: 368.
del paciente también es señalado como parte esen- 9. Fernández V. El ácido litofélico como reactivo de
cial del tratamiento; las frases de Bouchardat en este la orina diabética. Gac Méd Méx 1874; 9: 308-13.
sentido son un buen ejemplo de ello y apuntan a un 10. S/a. Patogenia de la diabetes. Gac Méd Méx 1869;
campo de comprensión sobre el que aún hoy queda 4: 201.
mucho por explorar. 11. S/a. Efectos del arsénico en el diabetes. Gac Méd
En este escenario, el último trabajo publicado, has- Méx 1874; 9: 178-9.
ta donde sabemos, por Don Pablo Gutiérrez (1805- 12. S/a. ¿Deben excluirse completamente del régimen
1881), no obstante que lo escribe dos años antes de de los diabéticos las frutas. Gac Méd Méx 1875;
su muerte, no deja de ser un fiel reflejo del espíritu 10: 214-7.
renovador de la medicina que caracterizó su vida 13. Mejía D. Estadística de Mortalidad en México. Gac
profesional y que lo llevarían a ser considerado el Méd Méx 1879; 14: 273-301.
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COMUNICACIÓN ORIGINAL

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