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JUAN DE DIOS CASTILLO ENCINAS

Un fruto de la pascua es la caridad


UN FRUTO DE LA PASCUA ES LA CARIDAD
Juan de Dios Castillo Encinas

Alguna vez te has hecho la pregunta ¿cuál es mi fruto en este


tiempo de Pascua?, es algo absurdo verdad, pero muy cierto,
usando una analogía me atrevo a decir que la mayoría se cree una
deliciosa toronja, otro puede decir yo soy una mandarina, otro tal
vez diga yo soy una fresa, pero lo más significativo de un fruto, es
que alimenta, y ayuda a los demás. Sin embargo cuando habló
sobre el fruto de la pascua uno que es muy importante es el de la
caridad y esto lo digo porque una vez que hemos tenido un
encuentro con el resucitado es para que nosotros seamos capaces
de AMAR y DAR sin esperar NADA a cambio.

Hoy me atrevo a decir como dice un salmo: El Señor es


compasivo y misericordioso, de esta manera quiero responder a la
realidad que vivimos día a día, como lo es la indiferencia, el
egoísmo, la vanidad, hoy sin duda alguna percibimos la manera en
que Dios llama y lo hace por medio de cosas insignificantes cosas
que nos rodean por ejemplo con Moisés es por medio de la Zarza
ardiendo y ¿contigo hermano como te llama el Señor?, date esa
oportunidad y reflexiona esta pregunta que me hago y te hago,
pero volviendo al llamado de Moisés al estar en ese lugar el Señor
lo manda quitarse las sandalias pues el lugar que pisa es sagrado;
hoy nos invita a que nos quitemos lo que nos estorba para estar
delante de su presencia y eso que nos impide a veces estar ante el
Señor es: Egoísmo, soberbia, Egocentrismo, ceguera espiritual,
eso hay que quitarnos en la presencia de Dios y no sólo cuando
estamos en el templo sino a cada momento.

Por eso a la luz del Evangelio de san Juan veamos, como el


Señor se manifiesta a los discípulos, y el mensaje principal es: “La
paz con ustedes”, una paz que tanto necesitamos nosotros y que
la hemos ido perdiendo por nuestra indiferencia, por nuestra
frialdad, porque al igual que Tomas (apodado el Gemelo”
necesitamos ver para poder creer en la presencia real del Señor
Jesús en medio de nosotros.
Hoy por hoy el Señor se nos sigue apareciendo dándonos su
paz, y nosotros no tenemos tiempo para: ESCUCHARLO, VERLO,
SENTIRLO, y MUCHO MENOS BUSCARLO. Sin duda alguna nos
falta mucho para ser como las primeras comunidades cristianas,
que todo lo tenemos en común, y les digo porque, y seamos
realistas, no queramos tapar el sol con un dedo, porque no hemos
sabido dar frutos de caridad, nos gana la soberbia, el orgullo, las
envidias, los celos, y eso nos hace como Tomas nos pone en esa
postura hasta que no vea las señales de los clavos no creeré.

Querido hermano y hermana BASTA YA de pedir ver para


creer, NO HAY PEOR CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER, hoy te
invito a que mires la IGLESIA y veas lo que está sufriendo,
contempla al Señor en el pobre, en el que está solo, en el que
sufre, el enfermo, el preso, el calumniado, el difamado, que esta
PASCUA DEL SEÑOR no sea un recordar un hecho SINO es un
ACONTECIMIENTO que debe ser ENCARNADO en cada uno de
nosotros. Hoy hasta el mismo Papa Francisco por medio de su
Exhortación Apostólica Gaudate et Exsultate (Llamados a la
Santidad en el mundo actual), y también recordando los que
fueron aplastados por la torre de Siloé, hoy te pregunto ¿qué tipo
de torre nos aplastará en estos tiempos? Te digo cuales: la de la
indiferencia, la de la soberbia, la del querer ser más que los demás
no importa si está de por medio la dignidad de los demás, de ahí
que el mismo Señor Jesús nos da una oportunidad cada dia, pese
a tanto tiempo no hemos dado fruto y sabes por qué, porque el
con su sangre en la cruz ha saldado esa deuda nuestra que es el
PECADO, de ahí que el Papa Francisco nos invite a ser santos,
desde nuestro estado de vida, LAICO, MATRIMONIO, VIDA
RELIGIOSA, CLERIGO, con el testimonio y siempre llevando a los
demás al encuentro con el Señor.

En la actualidad cada uno de nosotros representamos la


higuera esa de la que el Señor hace alusión en una parábola, pues
nos hace recordar que con nuestra frialdad no somos capaces de
producir fruto, no somos capaces de querer cambiar y siempre
nuestros pretextos son: “para que, si me dejo me perjudican”,
“abusan de mí siempre”, “no me respetan”; a ti querido hermano y
hermana es momento de remover la tierra que tenemos en
nuestro corazón, de regarla y abonarla con la Palabra de Dios,
para así dar frutos en la caridad y juntos crear la civilización del
amor (como decía el Papa Beato Pablo VI) es decir transformar la
sociedad y ser más humanos y más hermanos.

Recuerda y no lo olvides: Dios se manifiesta en lo sencillo,


con Moisés en la zarza y hoy con nosotros con su RESURRECCIÓN,
de veras te invito a que te conviertas en instrumento de la gracia
de Dios y que así nosotros podamos sentir el llamado del Señor
que nos dice: Vayan y díganle a sus hermanos, la misericordia del
Señor es eterna, ALELUYA..

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