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Camilo Andrés Albarracín Rojas.

Código: 1057547860.
El conocimiento.

Carlos Sabino (1992) en su libro El proceso de investigación afirma lo siguiente:

En nuestra vida cotidiana, en el trabajo, los estudios o la constante interacción social,

adquirimos y utilizamos una inmensa cantidad de conocimientos, tan variados como el universo

mismo: sabemos cuál es la llave que abre la puerta de nuestra casa y cómo cambia el semblante

de la persona que amamos, aprendemos cuantos electrones orbitan en un átomo de helio o la

fecha en que fue fundada nuestra ciudad. El conocimiento se nos presenta como algo casi

natural, que vamos obteniendo con mayor o menor esfuerzo a lo largo de nuestra vida, como

algo que normalmente aceptamos sin discusión, especialmente cuando lo adquirimos en la

escuela o a través de medios escritos de comunicación. (p. 4)

El conocimiento sin importar la carrera que estudiemos o si no llevamos una vida académica

hace parte de nuestras vidas desde el instante en que nacemos ya que nuestro cerebro y sus

conexiones a nivel neuronal se van entrenando para adoptar nuevos conocimientos por

instinto, hasta donde se conoce la historia del hombre ha sido el conocimiento pasado de

generación en generación lo que ha permitido la adaptación y supervivencia del ser humano.

Aun sin saberlo todos los días aceptamos nuevos conocimientos que nos permiten mejorar

como personas y como sociedad, sin importar si son conocimientos subjetivos y objetivos los

adquirimos y también los transmitimos.

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