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LUCIA BERLIN (1936-2004)

Prácticamente desconocida hasta 2014, el rotundo éxito de la escritora


Lucia Berlin llegó 10 años después de su muerte. Manual para señoras
de la limpieza (2015), una amplia recopilación de sus relatos (son 43)
Los derechos se han vendido a 30 países, y la traducción en español —
una de las más exitosas en el mundo— apareció en el sello Alfaguara en
2015 y ya va por la 16ª edición. Lleva más de 100.000 copias vendidas.
¿Dónde había estado esta prodigiosa escritora hasta entonces? ¿Cómo
había pasado desapercibida su voz? Calificada como “el secreto mejor
guardado de las letras estadounidenses”,
Berlin publicó solo relatos. No se dedicó profesionalmente a la literatura
sino que los fue escribiendo de manera esporádica
Una noche en el paraíso (22 relatos) se plantea como una continuidad,
Bienvenida a casa –a publicarse en 2019-, un relato autobiográfico.
Ojo con las modas: todos quieren tener su autor desconocido prolífico.
(caso Stoner de 1965, de John Williams Fiordo Editorial, Prohibido Morir
Aquí de 1971, de Elizabeth Taylor, La Bestia Equilatera ).

¿Cómo se construye un enigma?


Cuenta la historia que cuando Alice Munro ganó el Nobel 2013 y se la
catalogó como “la Chejov de Canadá” en relación al dramaturgo ruso,
comenzó una búsqueda de “otros Chejov”
Y que de una editorial llamaron a Lydia Davis (escritora estadounidense y
crítica, hizo el prólogo de Manual…) y sugirió precisamente a Berlin.
¿Cuánto hay de mito y de realidad en esta búsqueda?
Que trasciende? Es el artista, es su obra o es lo que se dice de ella?
Saber cómo vivió el artista nos habla más o menos de su obra?
Berlín nació en Alaska. Vivió en diferentes lugares de EEUU aunque El
Paso Texas fue su hogar. Se trasladaron post 2da Guerra a Chile y
estudió en México.
Dueña de una imponente belleza, su accidentada vida —tres maridos y
cuatro hijos antes de los 30 años— y la dura batalla contra el alcoholismo
en la que estuvo metida más de una década, añadían cierto malditismo a
su figura.
Para sacar adelante a sus hijos de los sucesivos divorcios y turbulencias,
trabajó en diferentes ocupaciones que aparecen muy a menudo en sus
relatos: profesora de universidad y de secundaria, telefonista en una
centralita administrativa de un centro hospitalario, mujer de la limpieza,
auxiliar de enfermería...
Releerla hoy en clave feminista es crucial. (son relatos de los 60, 70 y
80).
Sus relatos son crudos, los personajes son fascinantes, los finales son
tremendos.

El Pais (ESP)
Madres alcohólicas mantienen impecable la cocina; los maridos
abandonan a sus esposas y otros maridos, músicos de jazz, se pinchan
heroína; mujeres sin pareja estable limpian casas, ejercen de profesoras
y se rehacen para sacar adelante a unos hijos que las conocen y no las
culpan: Berlin forja una mirada, escondiéndose y mostrándose
simultáneamente, y fundiendo los hitos de su experiencia con máscaras,
heterónimos, personajes-Frankenstein, voces en primera y tercera
persona.

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