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TALLER

ULCERA POR PRESION, MASAJES Y EJERCCIOS

ONEIDA REYES LAZO

DOCENTE: NILSON RAFAEL QUINTERO LÓPEZ

FUNDETEC

SINCELEJO SUCRE

2019
ULCERA POR PRESIÓN

Las úlceras de decúbito (también llamadas «úlceras de presión» o «escaras») son


lesiones de la piel y del tejido que se encuentra debajo, que se producen como
resultado de una presión prolongada sobre la piel. En la mayoría de los casos, las
úlceras de decúbito se manifiestan en la piel que recubre las partes óseas del
cuerpo, como los talones, los tobillos, las caderas y el coxis.

Las personas que corren más riesgo de padecer úlceras de decúbito son las que
tienen una enfermedad que limita su capacidad de cambiar de posición o las que
pasan la mayor parte del tiempo en una cama o una silla.

Las úlceras de decúbito pueden aparecer rápidamente. La mayoría de las úlceras


se curan con tratamiento, pero algunas nunca se terminan de curar por completo.
Puedes tomar medidas para ayudar a prevenir y curar las úlceras de decúbito.

Síntomas

Estos son los signos de advertencia de úlceras por presión:

 Cambios inusuales en el color o la textura de la piel

 Hinchazón

 Drenaje similar al pus

 Una región de la piel que se siente más fría o cálida al tacto que otras

 Zonas sensibles

Las úlceras de decúbito se clasifican en diversos estadios según su profundidad, su


gravedad y otras características. El grado de daño de la piel y los tejidos varía desde
piel intacta roja hasta lesiones profundas que afectan el músculo y el hueso.
Zonas frecuentes de úlceras de decúbito

En las personas que usan silla de ruedas, muchas veces se producen úlceras de
decúbito en la piel en las siguientes zonas:

 Coxis o glúteos

 Escápulas y columna vertebral

 Parte trasera de los brazos y piernas donde se apoyan en contacto con la silla

En el caso de personas postradas en una cama, las zonas frecuentes son las
siguientes:

 Parte trasera o laterales de la cabeza

 Omóplatos

 Cadera, parte inferior de la espalda o coxis

 Talones, tobillos y la piel detrás de las rodillas

Cuándo consultar al médico

Si notas signos de advertencia de una úlcera de decúbito, cambia la posición para


aliviar la presión sobre esa zona. Si no ves mejoras en un plazo de 24 a 48 horas,
ponte en contacto con el médico.

Causas

Las úlceras de decúbito se producen por la presión contra la piel que limita el flujo
sanguíneo a ella. Otros factores relacionados con la movilidad limitada pueden
hacer que la piel se vuelva vulnerable al daño y contribuyen al desarrollo de las
úlceras de decúbito.

Los tres principales factores contribuyentes son:

 Presión. La presión constante en cualquier parte del cuerpo puede disminuir


el flujo sanguíneo a los tejidos. El flujo sanguíneo es esencial para transportar
oxígeno y otros nutrientes a los tejidos. Sin estos nutrientes esenciales, la piel
y los tejidos cercanos se dañan y, con el tiempo, pueden morir.

En las personas con movilidad limitada, este tipo de presión tiende a producirse
en zonas que no están bien protegidas con músculo o grasa y que se apoyan
sobre un hueso, como la espina dorsal, el coxis, los omóplatos, las caderas,
los talones y los codos.

 Fricción. Ocurre fricción cuando la piel roza con las prendas de vestir o la ropa
de cama. La fricción puede provocar que la piel frágil sea más vulnerable a las
lesiones, especialmente si la piel también está húmeda.

 Rozamiento. El rozamiento se produce cuando dos superficies se mueven en


dirección opuesta. Por ejemplo, cuando la cabecera de una cama está elevada,
puedes deslizarte hacia abajo en la cama. A medida que el coxis se mueve
hacia abajo, la piel sobre el hueso puede quedar en el mismo lugar,
básicamente haciendo tracción en sentido contrario.

Factores de riesgo

Las personas corren el riesgo de presentar úlceras de decúbito si tienen dificultad


para moverse y no pueden cambiar de posición fácilmente mientras están sentados
o en cama. Los factores de riesgo son:
 Inmovilidad. Podría deberse a problemas de salud, una lesión de la médula
espinal u otras causas.

 Pérdida de percepción sensorial. Las lesiones de la médula espinal, los


trastornos neurológicos y otras enfermedades pueden ocasionar una pérdida
de sensibilidad. La incapacidad para sentir dolor o malestar puede hacer que
no se perciban señales de advertencia ni la necesidad de cambiar de posición.

 Nutrición e hidratación deficientes. Las personas necesitan suficientes


líquidos, calorías, proteínas, vitaminas y minerales en su dieta diaria para
mantener una piel saludable y prevenir la degradación de los tejidos.

 Enfermedades que afectan el flujo sanguíneo. Los problemas de salud que


pueden afectar el flujo sanguíneo, como la diabetes y la enfermedad vascular,
aumentan el riesgo de daño a los tejidos.

Complicaciones

Las complicaciones de las úlceras por presión, algunas de las cuales pueden poner
en riesgo la vida, comprenden:

 Celulitis. La celulitis es una infección de la piel y está relacionada con los


tejidos blandos. Puede causar calor, enrojecimiento e hinchazón en la zona
afectada. Las personas con lesión a los nervios a menudo no sienten dolor en
la zona afectada por la celulitis.

 Infecciones óseas y articulares. Una infección de una úlcera de decúbito


puede traspasar las articulaciones y los huesos. Las infecciones en las
articulaciones (artritis séptica) pueden dañar cartílagos y tejidos. Las
infecciones óseas (osteomielitis) pueden reducir la función de las
articulaciones y de las extremidades.
 Cáncer. Las heridas crónicas que no se curan (úlceras de Marjolin) pueden
evolucionar y transformarse en un tipo de carcinoma epidermoide.

 Septicemia. En raras ocasiones, las úlceras de la piel producen septicemia.

CLASIFICACIÓN

Las úlceras por presión se clasifican según el tejido cutáneo que comprometa, así:

Eritema no blanqueable

Epidermis - dermis
Hipodermis: TCS

Tejidos profundos

Las úlceras por presión presentan un aspecto clínico que va variando a lo largo de
su evolución. Inmediatamente antes de la formación de una úlcera por presión,
aparece en el área expuesta al riesgo una zona de presión, la cual se observa
clínicamente como un eritema que blanquea al hacerle digito-presión.

Cuando la zona de riesgo NO es liberada de la presión en un período de


aproximadamente 2 horas, esta zona se convertirá en una úlcera por presión grado
I, la cual clínicamente se presenta como un eritema que no blanquea a la presión.
También puede observarse como una mancha morada o violácea persistente.
La úlcera por presión grado II se caracteriza por comprometer tanto la epidermis
como la dermis (las dos primeras capadas de la piel). Al observarla se puede ver el
tejido rojizo con pérdida de la integridad de la piel, lo cual puede presentarse como
ampollas o como una laceración superficial.

La úlcera por presión grado III compromete además de la dermis y la epidermis, el


tejido celular subcutáneo (tejido graso). Se caracteriza por que drena un líquido
seroso o purulento cuando está infectada.

Las úlceras por presión grado IV son lesiones tan profundas que comprometen
tejidos como músculo, hueso, tejido cartilaginoso, vísceras, y demás estructuras que
sean sometidas a presión. Es frecuente observar tejido necrótico.
MASAJES

Cuando escucha la palabra “masaje” podría imaginarse recostado en una camilla


acojinada a media luz en un lujoso spa mientras un terapeuta le masajea
suavemente los músculos adoloridos y le frota la piel con aceites aromáticos. O,
quizá se imagine un deportista sudoroso cuyos molidos músculos están siendo
vigorosamente golpeados por un entrenador en los vestidores después de un
partido. Ambas imágenes son correctas. Los masajes pueden ser relajantes y
plácidos, o bruscos e intensos, dependiendo del tipo de masaje que se trate.

El término “masaje” abarca múltiples técnicas y filosofías de curación. En general,


el masaje es la manipulación de la piel, los músculos y los tejidos conectivos del
cuerpo, usualmente con las manos, pero también se pueden emplear aparatos
mecánicos en la superficie corporal. Puede buscar masajes de terapeutas
certificados o bien darse usted mismo un masaje en las articulaciones y músculos
afectados con las manos o herramientas adecuadas.

A menudo, el masaje sirve para aliviar síntomas comunes de muchos tipos de


artritis: disminuir el dolor y la rigidez, reducir la ansiedad, mejorar la amplitud del
movimiento de las articulaciones y promover un sueño más reparador.

Principales tipos de masajes terapéuticos


El masaje es un método antiguo para aliviar el dolor y el estrés que han practicado
la mayoría de las culturas del mundo. Esos procedimientos pueden involucrar no
solo manipulación física de los tejidos del cuerpo, sino también técnicas de
relajación. El masaje puede hacer uso de aplicaciones de calor y frío en la piel, o de
lociones para ayudar a deslizar las manos o las herramientas sobre la piel.

A continuación se describen brevemente los diferentes tipos de masajes. Informe a


su masajista de que tiene artritis, y señale las articulaciones afectadas antes de
iniciar la sesión. Previamente a someterse a cualquier tipo de masaje, verifique con
su doctor que no haya ningún inconveniente para su artritis o cualquier otro trastorno
de salud en su caso.

Masaje sueco
El masaje sueco es el tipo más común, y en el que la mayoría de la gente piensa
cuando escuchan la palabra “masaje”. Esta clase de masaje radica en golpes
extensos y fluidos en músculos y tejidos, con el fin de reducir el dolor y la rigidez en
articulaciones y músculos para disminuir la ansiedad y mejorar la circulación.

Masaje del tejido profundo


Este masaje consiste en la manipulación de las capas superior e inferior de
músculos y tejidos, requiriendo presión intensa y concentrada por parte del
masajista. El masaje del tejido profundo se utiliza para reducir la tensión o el dolor
de músculos y tejido conectivo. Podría ser doloroso, por lo que no es apropiado para
ciertas personas con artritis.

Masaje con piedras calientes


Muchos spas ofrecen esta opción que radica en colocar piedras lisas calientes en
la espalda mientras se está recostado boca abajo. El calor reconfortante de las
piedras se transfiere a músculos y tejidos, liberando la tensión y promoviendo la
relajación. Normalmente, el terapeuta amasa los músculos a mano además de
poner las piedras calientes sobre la piel. Otras modalidades son las piedras frías,
que pueden ayudar a los músculos adoloridos por lesiones relacionadas con el
ejercicio o hinchazón. Algunos masajistas emplean piedras tanto frías como
calientes para contrastar o para distintos propósitos curativos.

Masaje ayurvédico
Ayurveda es una filosofía hindú que combina el yoga, la meditación, el masaje y las
yerbas. El masaje ayurvédico también se conoce como abyanga, y se realiza en
todo el cuerpo con la aplicación de aceites aromáticos elegidos por sus propiedades
supuestamente espirituales y curativas.
Anma
Una de las numerosas técnicas originarias de los países orientales es este masaje
japonés en que se amasan los músculos y otros tejidos suaves. No se precisan
aceites. Está basado en la idea de que la energía que fluye en el cuerpo puede
interrumpirse o bloquearse, causando enfermedad y dolor. Quienes practican anma
creen que masajear los músculos y los tejidos puede restaurar dicho flujo y la
habilidad natural del cuerpo se sanarse por sí mismo.

Masaje tailandés
Este masaje fusiona el masaje con la colocación del cuerpo en poses al estilo yoga
durante la sesión. La técnica varía dependiendo de la región de Tailandia en que se
formó. Algunas técnicas trabajan más los estiramientos y la flexibilidad, mientras
que otras aplican presión a los músculos y las articulaciones.

Lomi Lomi
El lomi lomi proviene de Hawaii y se realiza en múltiples países del océano Pacífico
(Polinesia). Se considera una práctica curativa que puede abarcar dieta, oración,
meditación y otras técnicas de sanación además del masaje de los músculos y los
tejidos.

Liberación miofascial
Esta técnica tiene como objetivo aliviar el dolor a través de la manipulación de la
fascia, tejido conectivo que rodea músculos, vasos sanguíneos y nervios. Durante
la sesión el terapeuta estira y libera los tejidos conectivos rodando suavemente de
arriba a abajo la espalda, las piernas y otras áreas del cuerpo. No se emplean
aceites, lociones ni herramientas de masaje.
EJERCICIOS

Es el conjunto de métodos que utilizan el movimiento con finalidad terapéutica.

Acciones fisiológicas del ejercicio terapéutico:

Efectos locales:
• Mejora la circulación (bomba mecánica).
• Aumento del volumen muscular.
• Combustiona el glucógeno.
• Favorece la potencia muscular (ejercicios activos)
• Distensión de estructuras fibrosas (ejercicios pasivos).
• Estimula los nervios periféricos.

Efectos generales:
• Aumento del trabajo cardíaco.
• Aumento de la circulación general (favorece el intercambio vascular).
• Favorece la termogénesis por lo que aumenta la temperatura.
• Conlleva a efectos psíquicos favorables, conduciendo a un estado físico
satisfactorio.

Clasificación:
Según la mayor o menor participación del paciente en la ejecución de los
movimientos y la ayuda a resistencia aplicada manual o por mecanismos externos
diversos, los ejercicios se clasifican en pasivos y activos.

EJERCICIOS PASIVOS:
Conjunto de técnicas que se aplican sobre las estructuras afectadas, sin que el
paciente realice ningún movimiento voluntario de la zona que hay que tratar. El
paciente no interviene en absoluto, no presenta ni ayuda ni resistencia en la
realización de los ejercicios.
Las técnicas que se realizan son:
• Movilizaciones (pasiva asistida, autopasiva, pasiva instrumental).
• Posturas (manual por el fisioterapeuta, autopasiva, mediante instrumentos).
• Tracciones articulares (respetando la amplitud de la articulación).
• Estiramientos músculo-tendinosos (manuales por el fisioterapeuta o por el
paciente).
• Manipulaciones.

Objetivos de los ejercicios pasivos:


• Prevenir la aparición de deformidades, evitar rigideces y anquilosis en posiciones
viciosas.
• Mejorar la nutrición muscular y favorecer la circulación sanguínea y linfática.
• Preparar el músculo para un mejor trabajo activo.
• Prevenir adherencias y contracturas de los tejidos y mantener su elasticidad.
• Mantener la movilidad articular o restablecer la misma en las articulaciones que
presentan limitación.
• Estimular psíquicamente al paciente incapaz de realizar movimientos por sí
mismo.
• Despertar los reflejos propioceptivos y la conciencia del movimiento y contribuir a
conservar o crear las imágenes periféricas del esquema corporal espacial.

Indicaciones de los ejercicios pasivos:


• Como terapéutica previa a otros tipos de movilizaciones.
• En las parálisis flácidas.
• En contracturas de origen central, por su efecto relajante.
• Como terapéutica preventiva en ciertos procesos para: conservar la movilidad;
evitar rigideces articulares y limitaciones; evitar retracciones conservando la
longitud muscular; evitar anquilosis en posiciones viciosas.
• En afecciones traumáticas ortopédicas que cursen con: bloqueos articulares;
trastornos mecánico raquídeos o articulares; rigidez articular; retracción de partes
blandas; dolores radiculares rebeldes a otros tratamientos; desviaciones de la
columna vertebral.
• En procesos vasculares periféricos y respiratorios.

Contraindicaciones de los ejercicios pasivos:


• Procesos inflamatorios o infecciosos agudos.
• Fracturas en período de consolidación.
• Osteotomías o artrodesis.
• Articulaciones muy dolorosas.
• Derrames articulares.
• Rigidez articular post-traumática.
• Hiperlaxitud articular, con la excepción de la parálisis flácida.
• Anquilosis establecida.
• Tumores en la zona de tratamiento.
• No deben realizarse en la articulación del codo ni pequeñas articulaciones de los
dedos.

EJERCICIOS ACTIVOS:
Conjunto de ejercicios analíticos o globales, realizados por el paciente con su
propia fuerza de forma voluntaria o autorefleja y controlada, corregidos o
ayudados por el fisioterapeuta.
En este tipo de ejercicios es preciso lograr que el paciente desarrolle la conciencia
motriz y suscitar en él los suficientes estímulos, por lo que es condición
indispensable que el movimiento o ejercicio sea deseado por el paciente, que
conozca claramente su utilidad y que se le enseñe metódicamente hasta construir
un esquema mental que, fijado con precisión, lo llevará a desarrollarlo
correctamente.
Existen dos tipos de contracción muscular que se realizan durante los ejercicios
activos:
-Contracción isométrica: produce aumento en la tensión muscular, sin modificación
en su longitud.
-Contracción isotónica: se modifica la longitud del músculo, lo que implica el
desplazamiento del segmento corporal.
Objetivos de los ejercicios activos:
• En general, recuperar o mantener la función muscular y facilitar los movimientos
articulares integrándolos al esquema corporal.
• Recuperar el tono muscular.
• Evitar la atrofia muscular.
• Incrementar la potencia muscular.
• Aumentar la resistencia muscular mediante ejercicios repetitivos que no
sobrepasen el esfuerzo máximo.
• Mantener o recuperar el trofismo muscular (alimentación), con una buena
circulación y metabolismo.
• Reforzar los movimientos articulares, conservando o recuperando al máximo su
amplitud.
• Evitar la rigidez articular.
• Mejorar la coordinación neuromuscular.
• Aumentar la destreza y velocidad al realizar el movimiento.
• Prevenir los edemas de éxtasis y flebitis.
• Actuar sobre las funciones cardíacas y respiratorias.

Clasificación de los ejercicios activos:

Activos asistidos: se realizan cuando el paciente no es capaz por sí mismo de llevar


a cabo el movimiento en contra de la gravedad, por lo que necesita ayuda para su
realización. Las técnicas que se utilizan son los ejercicios activos autoasistidos (el
propio paciente); los ejercicios activos asistidos manuales (el fisioterapeuta); y los
ejercicios activos mecánicos (poleas, planos deslizantes, inmersión en el agua,
etc.).
EJERCICIOS ASISTIDOS

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