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Laboratorio 3
Laboratorio 3
“ATMÓSFERA MODIFICADA”
APELLIDOS Y NOMBRES:
PROFESORA:
La Molina, 2019
I. INTRODUCCIÓN
Esta técnica tuvo sus orígenes en los años 30 cuando las embarcaciones que
transportaban carne y mariscos desde Australia y Nueva Zelanda a Inglaterra, utilizaron
gases en la preservación de los productos (Ospina y Cartagena, 2008).
Para cumplir las funciones exigibles del EAM de frutas y hortalizas frescas (limitar la
deshidratación, reducir la respiración y frenar la maduración y las alteraciones) existen varias
modalidades: la envoltura individual con combinaciones de ácidos grasos y metil-celulosa,
ceras naturales o de síntesis, biopelículas proteínicas a base de zeína y gluten, ésteres de
sacarosa, o polímeros sintéticos como el polietileno (PE) o el policloruro de vinilo (PVC)
(Artés, 2006).
2.2.1 Polietileno
Sin embargo, presenta inconvenientes como que solo puede sellarse con otro PE por la
técnica de impulso, con baja presión y calor, y el riesgo de que se formen poros en el sellado
si queda atrapado en la zona a sellar algún trozo del producto que se envasa. El PE de baja
densidad, presenta una elevada selectividad, importante para bajar el nivel de O2 sin que
aumente en exceso el CO2 en el envase. Se pueden utilizar en películas autoadhesibles para
brócoli, coliflor, etc (Artés, 2006).
El polipropileno (PP) es uno de los polímeros más extendido para el EAM y en alimentación
en general. Sus características son bastante similares a las del PE y se adapta muy bien al
termosellado. Se fabrica en modo no orientado y orientado (normal o biorientado) (Artés,
2006).
Durante los procesos de conservación de los alimentos por bajas temperaturas suelen ocurrir
mermas o pérdidas de peso en estos, las cuales se traducen en pérdidas económicas y de
calidad (Barreiro, 2006).
Normalmente los productos de origen vegetal traen un micro empaque natural constituido por
la epidermis, la cual les sirve de protección y regula factores tan importantes como el
intercambio de gases metabólicos, transpiración de humedad, volatilización de compuestos
aromáticos y resistencia a los daños por frío, protegiendo al producto de daños mecánicos,
ingreso microbiano y penetración de productos químicos, incluyendo pesticidas (Barreiro,
2006).
2.4 Limón
Todas las variedades de cítricos son frutos no climatéricos, lo que significa que se cosechan
cuando estos alcanzan un grado de madurez interna adecuado, basado en su relación de
sólidos solubles totales/acidez, para lo cual se hace necesario esperar a que esto suceda de
forma natural en el árbol. En este tipo de frutos los cambios que se producen a nivel
fisiológico característicos de la madurez se dan de manera más gradual en el tiempo y no se
ven acompañados por aumentos respiratorios o de la producción de etileno, gas conocido
como la hormona natural de la maduración (Agustí, 2003).
De todas formas, aunque el color para el caso de los cítricos no es un parámetro de madurez
como tal, sí que se puede considerar de calidad puesto que los consumidores de este tipo de
fruta esperan el color característico, siendo éste el naranja para la variedad de cítrico que nos
ocupa. Por otro lado, el color de la fruta también es uno de los criterios para la clasificación a
nivel comercial. Los consumidores por lo general, son reacios a comprar fruta verde a
excepción de las limas y los limones (Ladaniya, 2008).
III. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Materiales
3.1.1. Muestra
● Matraces de 250 ml
● Equipo de Titulación
● Beaker de 250 ml
● Refractómetro
● Potenciómetro
● Balanza
● Cámara de Refrigeración
● Selladora de plástico
3.1.3. Reactivos
Según Artés (2006), el envasado en atmósfera modificada (EAM) reduce la tasa respiratoria
(Figura 5), frena la biosíntesis de C2H4, el ablandamiento debido a la poligalacturonasa y
pectinesterasa, la pérdida de acidez y de azúcares, la degradación de clorofilas, de antocianos
y de carotenos (manteniendo el color de los productos) y la oxidación de lípidos con
enranciamiento, preserva el valor nutritivo (vitaminas A y C) y limita los DF, la alteración
microbiana y el pardeamiento enzimático.
De forma similar Ospina y Cartagena (2008), señalan que cuando la velocidad de consumo de
O2 y producción de dióxido de carbono es acompañada con un buen intercambio gaseoso de
la película, es posible tener una atmósfera modificada adecuada para el producto. Es decir, si
se llega al equilibrio entre gases, pueden lograrse concentraciones alrededor del producto
entre 2-5% de O2 y 3-8% de CO2, las cuales son eficaces para ampliar la vida útil de una
amplia gama de frutas y hortalizas retrasando los procesos de maduración y de senescencia,
tales como degradación de la clorofila, ablandamiento, oscurecimiento enzimático y
disminución de los síntomas de daño por frío.
Al comparar lo señalado por los autores nombrados anteriormente, con los resultados
obtenidos en la práctica, se puede apreciar que los datos sobre textura y color siguen esta
lógica. Debido a que, conforme transcurrieron las semanas los limones guardados en envases
son los que más han conservado estas propiedades organolépticas a comparación de la
muestra testigo, que se encontraba expuesto al medio.
Las propiedades de barrera varían en función de las condiciones externas, sobre todo, con la
temperatura y la humedad relativa del aire. También dependen del grosor del material; en
general, cuanto mayor es éste menor es la permeabilidad de la lámina. Asimismo, debe
considerarse que ciertos componentes del producto como grasas y aceites pueden dañar la
estructura de algunos materiales y, por tanto, alterar su permeabilidad (García et al., 2006).
Por ello se ven diferencias entre los limones envasados en bolsas de polietileno y
polipropileno, a pesar de haberse guardado a la misma temperatura y humedad.
En el Cuadro 1, se aprecian los resultados respecto a los grados Brix, los cuales se obtuvieron
mediante el uso de un refractómetro. Se compararon así la variación entre las medidas
tomadas cada semana, para el testigo y las muestras dentro de la bolsa de polietileno y
polipropileno, respectivamente; a lo que se notó el aumento mínimo de esta medida de
concentración conforme el tiempo avanzaba: en el testigo existió una variación final de 0.2 de
pH, en las muestras en bolsas de polipropileno, un 0.2 de pH, mientras que en las de
polietileno, un aumento hasta 8.2 y al final un descenso hasta 7.1 de pH. Respecto a este
fenómeno, Salvá (1992), menciona que, en los limones, mientras la maduración avanza se
produce un ligero aumento del contenido de sólidos solubles totales. De acuerdo con este
autor, el 85 % de los sólidos solubles totales está constituido por azúcares poco estables.
Las variaciones casi nulas de concentración de sólidos solubles medidas en grados Brix,
podrían deberse a que el limón no posee azúcares estables que aporten a la síntesis de
azúcares solubles luego de la cosecha. Según Bello et al. ( 2012), este comportamiento
también se presentaría en arándanos.
Los resultados del análisis de pH se presentan en el Cuadro 1, en donde se puede apreciar que
el valor inicial prácticamente permaneció constante para cada uno de los empaques
(polipropileno y polietileno) y de igual forma, en el testigo. Respecto a este parámetro,
Rodríguez (1986), menciona que generalmente, durante la maduración, los ácidos orgánicos
se consumen y son convertidos posteriormente en azúcares. Esta afirmación se cumpliría para
el punto anteriormente expuesto, ya que, la cantidad de sólidos solubles aumentó
mínimamente; la variación del pH también debería ser positiva, ya que al existir menos
cantidad de ácidos orgánicos, los hidrogeniones liberados en la matriz serían menores, y por
la conversión del pH (logarítmica), aumentaría.
Los datos calculados de acidez, fueron expresados como porcentaje de ácido cítrico total y en
el Cuadro 1, se aprecian dichos valores. A simple inspección se puede apreciar que las
variaciones son irregulares, entre incrementos y decrecimientos, tanto para el testigo como
para la bolsa de polipropileno. La bolsa de polietileno, por otro lado, muestra una tendencia
decreciente, hasta un valor que supera la tercera parte del valor inicial (7.42 %). El último
acondicionamiento confirma lo expuesto en la investigación de Undurraga et al. (2007),
quienes obtuvieron un aumento en la medida de la acidez total en un periodo de 35 días de
almacenamiento refrigerado. La variación fluctuante obtenida al momento de titular podría
deberse a que las condiciones de almacenamiento no siempre se mantuvieron constantes ya
que, por un improviso, se detuvo la refrigeración y ello pudo haber generado algún cambio
significativo.
Las frutas y hortalizas conservadas en atmósfera modificada tienen mayor tiempo de vida
útil.
Recubrimientos comestibles
Los recubrimientos comestibles son finas películas transparentes comestibles que envuelven
al alimento y se obtienen a partir de productos naturales como carbohidratos, lípidos,
proteínas y resinas o mezclas de ellos. La aplicación de estos tratamientos se realiza
recubriendo los trozos de fruta por inmersión en una solución formadora de cobertura. Los
recubrimientos protegen al alimento actuando como barrera física que previene de daños
mecánicos además de reducir la transferencia de gases (vapor de agua, oxígeno, CO2), de
aromas y de lípidos entre el propio alimento y el ambiente que lo rodea, es decir, crean una
atmósfera modificada a su alrededor (Pretel, 2015).
Envases activos
Los envases activos están diseñados para interaccionar de forma activa y continua con su
contenido. Esta interacción implica siempre una transferencia de masa, ya sea para incorporar
sustancias al contenido del envase (el alimento y su entorno) o absorber componentes del
mismo. La finalidad de esta interacción es ampliar el tiempo de conservación, mantener o
mejorar el estado de los alimentos, y por tanto es una interesante opción para el envasado de
fruta cortada (Pretel, 2015).
Envases inteligentes
Sin embargo, las tendencias actuales de los alimentos mínimamente procesados listos para el
consumo hacen de los envases inteligentes novedosas opciones que facilitan el consumo y
aseguran la calidad del producto. Son aquellos envases que incorporan algún sistema que
monitoriza y comunica información útil de las propiedades y/o estado del alimento envasado.
Algunos de estos sistemas de envasado inteligente pueden detectar el crecimiento de
patógenos en el interior del envase (Food Sentinel System). La detección del patógeno,
mediante un anticuerpo específico del microorganismo, provocaría la aparición de otra línea
en el código de barras y con ello sería imposible la lectura del mismo en caja, por lo que no
se podría vender. Otros envases detectan la presencia de fugas (Ageless Eye) de forma que un
chivato advierte al consumidor con un cambio de color cuando el porcentaje atmosférico de
oxígeno es inferior a un nivel crítico (Pretel, 2015).
Tecnología RFID
Nanotecnología
También la nanotecnología puede ser un gran aliado para los envases de fruta mínimamente
procesada en el futuro. Esta ciencia trabaja a escala nanométrica y su interés radica en que el
pequeño tamaño de las partículas conlleva propiedades físicas y químicas que difieren
significativamente de las habituales a mayor escala. Ya existen en el mercado materiales con
nanocompuestos para el envasado, que mejoran sus propiedades. Una de sus ventajas es
producir envases activos con menores contenidos de polímero (disminución del peso del
envase y, por tanto, del coste final), y que mantengan sus propiedades (barrera a los gases y a
la luz, propiedades mecánicas o capacidad antimicrobiana) e incluso las mejoran. En el
mercado, los primeros polímeros nanocompuestos que han aparecido como materiales
mejorados para el envasado de alimentos son los polímeros que incorporan nanopartículas de
arcilla. El uso de arcillas se debe a su bajo coste, su efectividad, su alta estabilidad y su
escasa toxicidad (Pretel, 2015).
La atmósfera influye mucho en el metabolismo de las frutas y hortalizas porque será quien le
proporciones los componentes (O2, CO2, nitrógeno, etc.,) necesarios para su desarrollo es
decir para la realización de su metabolismo, cuando se encuentra la fruta u hortaliza en una
caída de nivel de oxígeno el producto puede volverse anaerobio y se originaria una
fermentación dando así sabores alcohólicos desagradables y a estos niveles bajos de O2 los
frutos que requieren oxígeno para la maduración (cambio de color) permanecerán en estado
inmaduro, aunque otras reacciones propias de la maduración continúen su proceso; las frutas
normalmente pueden presentar un retardo en el ablandamiento y cambio de color, a niveles de
dióxido de carbono superiores al 5% y en algunos casos los niveles elevados de CO2 pueden
causar pudrición interna, y en los cítricos pueden dar zonas necróticas de la cáscara y sabores
desagradables (Gonzáles, 2000).
3. Indique cuáles son los principales microorganismos alterantes que se pueden
encontrar en un alimento mínimamente procesado envasado en AMP.
Según Viñas (2015), los microorganismos que pueden estar presente en alimentos
mínimamente procesado envasado en AMP son los siguientes:
Se pudo observar que en todos los envasados hubo cambios significativos para cada tipo de
variedad de tomate fresco. Primero se debe saber que el etileno es una fitohormona
responsable de los procesos de estrés en las plantas, así como la maduración de los frutos.
Esta fitohormona se utiliza en forma de gas de manera artificial en frutas que se han
cosechado aún verdes para madurarlas o para intensificar el color rojo en los tomates. Si bien
el etileno es de ayuda para los frutos recién cosechados, necesita también de una cantidad alta
de oxígeno y una cantidad baja de dióxido de carbono. Además, no se podría usar en todos
los tipos de frutos teniendo el mismo resultado. Segun Fathi et al. (2015), las variedades
Delizia y Vernal, el empleo de absorbedor de etileno género frutos con mayor capacidad
antioxidante, mayor contenido en ácido ascórbico y en fenoles totales. En cambio, para la
variedad Pitenza, con menor actividad metabólica y tiempo más largo de conservación, fue el
uso de los envases perforados los que mejores parámetros de calidad nutricional presentaron.
Con lo ya mencionado, se puede concluir que la atmósfera modificada utilizada puede variar
por los tipos de variedades de un mismo fruto. Se tienen que hacer estudios necesarios para
determinar qué tipo de compuestos son los que realmente se mantienen intactos en estos
frutos para generar una calidad nutricional aceptable al consumidor.
VII. BIBLIOGRAFÍA
8.1. Fórmulas utilizadas para hallar la acidez total respecto al gasto de NaOH
El índice de acidez se calculó en base al % de ácido cítrico. Se utilizó NaOH 0.1 N como base
para la titulación:
Donde:
G : Gasto de soda NaOH 0.1 N
N : Normalidad de la soda: 0.1
0.064: Miliequivalente del ácido cítrico
V : Volumen de muestra en la alícuota
8.2. Anexo 2