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1.

Hacer preguntas

Un niño pequeño crece y explora el mundo y, naturalmente, tendrá muchas preguntas al respecto. Claro que a los padres
se les hace difícil superar su cansancio después del trabajo y encontrar tiempo para sus hijos. Pero los instantes que
pasamos con ellos respondiendo sus preguntas, leyendo y jugando, no solo ayudan desarrollar al niño, también forman
un vínculo estrecho con él y mantienen una relación cálida incluso cuando el pequeño crezca.

2. Llorar
Los niños pequeños se impresionan con todo lo que sucede en la vida. Ponerse triste es normal para un niño.
No le prohibas llorar y no te avergüences. En lugar de eso, intenta resolver la situación, explícale a tu hijo por qué llora
y cómo puede corregirlo.

3. Ser tacaño
Tu hijo tiene todo el derecho del mundo de disponer de sus cosas como lo hacen los adultos, así que no le digas que
es tacaño. Y mucho menos debes decir cosas como: "Mira, todo el mundo se está burlando de ti por lo tacaño que eres".

4. Decir "no"
Tu hijo no es tu súbdito, es un miembro de la familia que tiene derechos. Prohibirle decirte "no" significa violar sus límites.
Piensa en una manera de llegar a un acuerdo o explicarle por qué a veces debe hacer lo que no quiere.

5. Hacer ruido
No les prohibas a tus hijos disfrutar de su infancia: que canten canciones y hagan ruido en la calle. Porque esta etapa
de su vida jamás se repetirá.
6. Tener miedo
Los niños pequeños pueden tenerle miedo a un doctor con una inyección o a un familiar desconocido, y es totalmente
normal para ellos. En vez de avergonzarlo por su miedo, mejor explícale a tu hijo por qué no debería tener miedo, toma
su mano o abrázalo para que sepa que estás a su lado.

7. Tener secretos
Cuanto más crezcan los niños, más espacio personal necesitan. Por supuesto que los padres deben controlar la vida
de su hijo, pero también deben respetar su espacio personal. Porque la confianza del niño no tiene precio, y no hay que
ponerla en riesgo descubriendo los secretos infantiles ni leyendo sus diarios.

8. Enojarse y envidiar
Un niño también es un ser vivo y, al igual que los adultos, tiene derecho a sentir emociones negativas: enojo, envidia, etc.
Los padres deben recordar que la fuerza de voluntad aún no está bien formada a esta edad, por eso al niño se le hace
más difícil controlarse. Si una de sus emociones nos parece "mala", no quiere decir que el niño deba dejar de mostrarla.

9. Equivocarse
A todos nos da miedo cometer un errror, y peor aún cuando alguien te apresura. Lo mismo sucede con los niños: cuando
un adulto lo está apresurando o regañando por abrocharse mal la camisa, no es de sorprender que al niño se le quiten
todas las ganas de intentar hacer algo por su cuenta. Tendrá miedo a que lo regañen nuevamente.
Frases mágicas de los psicólogos que harán a un niño
menos caprichoso y más obediente
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Todos los padres cuentan con un repertorio de frases hechas a las que recurren a menudo para comunicarse con su hijo. “¡No llores!”,
"¡Deja de hacer eso!","¡Pide perdón inmediatamente!" y similares. Muchos padres, con frecuencia, dicen esto con el objetivo de que
sus hijos se vuelvan más obedientes, educados y disciplinados, pero resulta que tan solo obtienen el efecto opuesto. Un niño, como
respuesta a las exigencias de sus padres, puede comenzar a comportarse aún peor, no obedeciendo y volviéndose más caprichoso.
A nadie, incluidos los niños, le gusta oír amenazas ni recibir órdenes estrictas. Y de ahí surge una resistencia bastante natural.
En Genial.guru recopilamos frases mágicas que los psicólogos recomiendan usar para comunicarse con los niños. Si las aplicas,
al pequeño le resultará mucho más agradable responder a tus peticiones y tu relación con él mejorará, haciendo que entenderse
mutuamente sea más fácil.

1. “Cuando termines con los deberes, salimos a pasear” en vez de “¡Ponte a hacer
los deberes ya!”
Acentúa la atención del niño en los momentos agradables que lo esperan tras haber terminado sus deberes. En lugar de recurrir a las
amenazas y a la coerción, haz hincapié en frases agradables y prométele que le espera algo bueno.
“Los vendedores de automóviles, a menudo, utilizan este esquema: ’Cuando regresemos de la prueba de conducción, usted podrá elegir
los colores del interior’. Ni siquiera te preguntan si quieres probar a conducir este vehículo. Ya te llevan cautelosamente hacia
la compra”, señala Alicia Eaton, una hipnoterapeuta y lingüista. Atendiendo a su opinión, este truco publicitario puede funcionar con
los niños.

2. “Recuérdamelo, ¿cómo se cepillan correctamente los dientes?” en vez de “¡Otra


vez has olvidado cepillarte los dientes!”
Finge de forma consciente ante tu hijo que has olvidado cómo se realiza una acción que no le gusta mucho. Si se trata de cepillarse los
dientes, toma un cepillo y empieza a moverlo alrededor de los ojos, por ejemplo, diciendo “Se me ha olvidado cómo hacerlo. ¿Así está
bien?”. El niño se reirá y te corregirá. Entonces conviertes un proceso aburrido en un juego emocionante.
Si el niño ha ignorado u olvidado alguna instrucción tuya, también puedes jugar a la “pérdida de memoria”. Pregúntale: “Parece que
te dije algo hace 5 minutos. ¿Qué fue lo que te pregunté? No lo recuerdo”, aconseja la psicóloga infantil Shelly Phillips. De esta
manera, el niño se recordará a sí mismo aquello que todavía tiene pendiente de hacer.

3. “Me preguntaste, te contesté” en vez de “¡Te dije ya que no! ¿Cuántas veces
te lo tengo que repetir?”
Cuando el niño vuelve a pedir que le compres algo en la tienda o jugar “un poco más” con el teléfono (aunque se haya excedido
en el límite de tiempo), hay que decirle “no” una vez, y a todas las reiteraciones, al lloriqueo y las quejas, contestar con una voz
tranquila y sosegada: “Me preguntaste, te contesté”. Así evitas las discusiones y los llantos, estableces normas claras y fortaleces
tu autoridad.

Si constantemente recurres a esta frase en respuesta a las solicitudes inapropiadas del niño, estará menos inclinado a quejarse,
refunfuñar e intentar manipularte. De esto, está convencida la coach de relaciones familiares Lynn Lott.

4. “¿Cómo podemos resolver este problema?” en vez de “¡No llores más!”


En lugar de regañar a un niño por llorar o quejarse, ayúdalo a resolver el problema. Puedes decirle: “Vamos a pensar en lo que
se puede hacer”.
Si el niño tiene una edad suficiente y quieres que aprenda solo a hacer frente a las dificultades, en respuesta a sus quejas bien que vale
preguntar: “¿Me estás contando esto ahora para cambiar la situación?”.
Si el niño a menudo dice “¡No puedo!”, por ejemplo, “¡No puedo entender las matemáticas!”, responde que “Simplemente, todavía
no has encontrado la forma correcta de hacer este ejercicio”. “La idea es cambiar el enfoque de la conversación sobre lo que no puede
hacer tu hijo por aquello que sí puede”, explica Alicia Eaton.

5. “¿Qué camiseta te pondrás para ir a la escuela?” en vez de “¡Vístete,


ya te lo he dicho!”
Preguntas de tal manera como si el niño ya hubiera aceptado vestirse, solo le queda elegir el color de la camiseta. “Crea para el niño
la ilusión de la elección”, aconseja Alicia Eaton. Este método funciona en muchos casos.
Si no quiere hacer unos complicados deberes, dale al niño la opción de cuándo hacerlos: “¿Quieres trabajar en tu proyecto de la escuela
hoy o mañana?”. Si tu pequeño se retuerce en la mesa, pregunta: “¿Quieres probar primero la ensalada o la hamburguesa?”.
Si el niño no suelta el teléfono de sus manos: “¿Dónde dejamos tu teléfono para descansar e ir a disfrutar del almuerzo, lo dejamos
en el pasillo o en el dormitorio?”.

6. “¡Gracias por tu ayuda!” en vez de “Si haces esto, te compraré ese juguete”
Este “soborno” no le enseña al niño que a veces se debe ayudar a mamá y a papá solo para complacer a sus padres y mantener el orden
en la casa. Es mejor decir: “¡Muchas gracias por ayudarme a limpiar!”.
“Cuando ofrecemos nuestra más sincera gratitud, los niños están realmente motivados a ayudar”, asegura convencida Shelly Phillips.
Y si tu hijo no quiere ayudarte, recuérdale el momento en que lo hizo: “¿Recuerdas que sacaste la basura la semana pasada?
Me ayudaste mucho. ¡Gracias!”. Luego, deja que tu hijo llegue a la conclusión de que la ayuda es divertida y realmente útil.
Otra pregunta que invita a ayudar es la siguiente: “¿Quién quiere ser el primer asistente del chef en la cocina?”, en lugar de la exigente
frase del tipo “¡Ayúdame en la cocina!”, precisa la autora de algunos libros sobre educación positiva, Rebecca Eanes.

7. “Vamos a hacer esto” en vez de “¡Déjalo ya!”


“Deja de correr”, “deja de portarte mal”, “deja de gritar”: los niños no perciben bien estas pautas. El cerebro del pequeño está
programado para realizar lo que le dicen los adultos, no lo que no tiene que hacer.
Cuando dices “deja de correr”, el niño percibe solo “correr”. Es mejor decir simplemente: “Camina tranquilamente” o “tus piernas
están cansadas y quieren caminar más despacio”. Entonces, solo le das al niño a entender lo que tiene que hacer. “Además, tus
instrucciones sonarán más positivas”, subraya Katie Mertes, pedagoga y maestra en educación temprana.

8. “Vamos a arreglar todo esto” en vez de “¡Pide perdón de inmediato!”


A los niños pequeños se les enseña a disculparse mucho antes de que realmente sean capaces de arrepentirse de sus acciones
equivocadas. La disculpa actúa como algo que calma a los adultos porque es cortés, pero los estudios revelan que la palabra estándar
“perdón” no enseña a los niños a ser más sensibles.
En cambio, es mucho más productivo enseñarle a un niño a actuar para ayudar a una persona a la que ha ofendido. Si rompió el castillo
de arena de otro niño, que ayude a construir uno nuevo. Si golpea a alguien, el paso siguiente será ir a buscar hielo. Cuando los niños
se dan cuenta de que sus acciones tienen consecuencias reales y requieren de más que una simple y formal frase de disculpa, son
menos propensos a repetir sus errores, a la vez que aprenden a empatizar. De esto, está convencida Katie Mertes.

9. “Al igual que tú, yo entiendo que...” en vez de “¿Ves? ¡Te lo advertí!”
Alicia Eaton sugiere ponerse en el lugar de tu hijo con la frase “Yo, como tú, entiendo que...” y “Tú, igual que yo, entiendes que...”.
Ejemplos: “Tú, igual que yo, entiendes que es más fácil hacer la tarea en una mesa ordenada”; “Yo, al igual que tú, entiendo que
el helado es más delicioso que la sopa, pero tus dientes acaban resintiéndose, como la otra vez”; “Yo, como tú, de pequeña, también
tardaba mucho en elegir qué vestido ponerme para la fiesta. Y es por eso que a menudo llegaba tarde”.
“La plantilla ’al igual que tú’, es útil para establecer un diálogo y puede mejorar tanto la autoestima de tu hijo como establecer una
comprensión mutua”, explica Alicia Eaton.
Ilustrador Marat Nugumanov para Genial.guru

#1. Cumple sus promesas


#2. Respeta a tu familia y a tus amigos
#3. No siente celos, se siente orgulloso de la mujer que está a su lado
#4. Le gusta pasar el tiempo contigo en vez de ir con sus amigos
#5. Te escucha si estás triste
#6. Te pide consejos
#7. Te perdona tus pequeños defectos
#8. Hace planes a futuro
#9. Cuida tu salud
#10. Apoya todas tus aficiones e ideas
#11. Cumple tus sueños
#12. Recuerda lo que dices, incluso si son detalles pequeños
4 Maneras sencillas de calmar en un minuto
a un niño llorando
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Las lágrimas infantiles provocan en los padres diferentes sentimientos: desde la compasión y pena, hasta la irritación
e impotencia.

Genial.guru te cuenta cómo calmar a un niño en diferentes situaciones manteniendo siempre la calma.
Las lágrimas infantiles pueden aparecer por diferentes motivos: el niño se lastima, le duele algo, está asustado
o demanda urgentemente que le compren un juguete. En cada situación es necesario elegir la manera adecuada
de actuar, pero recuerda: no puedes subvalorar los sentimientos del niño y los abrazos son siempre necesarios

1. Redirige su atención
Distraer a un niño pequeño llorando es posible y para ello existen múltiples maneras, lo importante es ganar su atención
con un tema interesante para que se olvide de sus lágrimas.
 Lleva en tu bolsillo o en el bolso un objeto interesante que el niño no haya visto antes: una nueva pluma divertida
o un pequeño juguete que pueda “empezar a hablar“ con el niño llorando, bien consolándolo o contándole un cuento.
 Hazle una pregunta complicada que requiera de la atención del niño y su interacción con los adultos: ”Mira qué
auto más interesante está pasando. ¿Me puedes ayudar a saber de qué marca es?"

2. Inventa un ritual
Si el llanto de un niño se produce, no por una causa, sino por las rabietas o desganas de hacer algo, se puede inventar
un ritual divertido para deshacerse de esas lágrimas, por ejemplo, encendiendo el secador de pelo, que va a “secar
lágrimas“ o ”expulsar enfados“ o darle “una medicina contra el mal humor”: una golosina que al niño le guste y que
no suele recibir de forma habitual.

3. Describe sus sentimientos


Cuando el niño llora, experimenta emociones genuinas, que por su fuerza no son diferentes a las de los adultos. Cuando
le decimos “para ya“ o ”no es para tanto“, nos negamos a reconocer los sentimientos del niño y lo dejamos solos con sus
frustraciones.
En vez de esto, trata de ayudar a tu hijo a entender qué es lo que él está experimentando. Míralo de frente, desciende
a la altura de sus ojos, abrázalo o elévalo con tus manos y explícale sus sentimientos. Yuliya Gippenreyter,
en su libro “Tratar al niño. ¿Cómo?”, pone como ejemplo el siguiente diálogo:
Hijo: ”¡Se ha llevado mi juguete!“
Papá: ”Estás muy triste y enojado con él".
De esta manera, demuestras que has sintonizado la misma onda emocional del niño, lo escuchas y aceptas
su frustración.

4. Para las lágrimas con abrazos


Si el niño no es capaz de oír tus palabras y se puso histérico, incluso en un lugar público, es difícil que puedas mantener
la calma. Pero es necesario hacerlo. No grites al niño, ni le exijas que se calme de inmediato, eso no conducirá a nada.
En vez de esto, es importante seguir unos sencillos pasos:
 Abraza firmemente al niño.
 No le hagas preguntas porque las palabras dan una carga adicional al cerebro del niño, que ya está sobrecargado.
Es mejor estar callado.
 Respira profundamente y de manera uniforme.
 Al mismo ritmo de la respiración, mece ligeramente y acaricía al niño.
 Déjale que llore cuanto necesite.
 Después de un tiempo, comienza suavemente a utilizar palabras de consuelo.
 Lávale la cara y da de beber a tu hijo.
 Comenta la situación sólo cuando el niño ya esté totalmente tranquilo.

¿Cómo prevenir las rabietas?


A veces es posible prevenir las lágrimas y las rabietas, simplemente sin hacer aquello que las provocan y mediante
el establecimiento de reglas simples de la comunicación con el niño.
 Sigue una rutina diaria. A menudo, el botón de disparo de las lágrimas en los niños es la fatiga, el hambre
o la excitación debido a juegos muy activos, largos y ruidosos. Asegúrate de que el niño todo lo haga a tiempo
y en su justa medida: comer, beber, dormir, pasear y comunicarse.
 No le prohíbas todo. Deja que tu hijo sepa claramente lo que no se puede hacer: cruzar la calle solo, tocar una
estufa caliente, etc. Si, en respuesta a tu prohibición, se pone a llorar, abrázalo y ayúdale a pasar esas “lágrimas
de futilidad“, ya que no todas las cosas son posibles para él. Permítele el resto.
 Otórgale el derecho a elegir. En vez de forzar al niño a hacer aquello que no quiere hacer, ofrécele una alternativa.
Por ejemplo, si se niega a recoger los juguetes, le puedes preguntar: ”¿Con qué canción vamos a recoger, la del gato
o la de Estrellita, dónde estás?“
 Convierte algo aburrido en un divertido juego. En vez de lavarse las manos, él puede “bañar su auto” y durante
el cepillado ”hablar“ con los microbios descontentos por la presencia de la pasta de dientes.
 No le digas ”no“. Sustituye la negación taxativa con otras palabras: “probablemente”, “ya lo veremos“, ”un poco más
tarde”, “si...”, ”dependiendo de...".
 Espera un par de minutos. Si el niño se niega a hacer algo, no insistas de inmediato. Repite tu misiva tras pasar
un tiempo y utiliza otras palabras.

¿Qué temen nuestros hijos en diferentes etapas


de su crecimiento y cómo les podemos ayudar?
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Los miedos y las fobias pueden sucederse a cualquier edad, pero en la psicología infantil existe el concepto
de los miedos naturales: aquellos que ocurren en la mayoría de los niños en una u otra etapa particular de su desarrollo
y son consecuencia natural del crecimiento. No en vano, los padres enfocan a menudo estos temores desde puntos
de vista extremos: unos se apresuran a acudir a un psicólogo debido a que el pequeño teme a la oscuridad, y otros,
en una situación similar, lo consideran una “tontería” y cierra bien la puerta de la habitación infantil por la noche.
¿Qué esperar de los miedos infantiles, cómo ayudar al niño a sobrellevarlos y hacerles frente y cuándo es necesario
recurrir a la ayuda de los especialistas? Genial.guru decidió averiguarlo.
Desde el nacimiento hasta 1 año
 Miedo a los sonidos repentinos / flashes y destellos / movimientos bruscos. No requiere de acciones especiales por parte
de los padres, simplemente intenta evitar que se produzcan. El niño, tranquilamente dormido, acompañado de un zumbido
de la aspiradora y el ruido de una obra tras la ventana, puede asustarse por un simple y repentino estornudo. Para reducir
la ansiedad en general, es importante el contacto piel con piel tan a menudo como sea posible.
 Miedo de perder a la madre. Este se acabará cuando el niño comience a percibirse a sí mismo como un ente independiente,
y no como parte de su mamá. Además, adquirirá conceptos del tipo “por un tiempo” y “en otro lugar”, mientras que ahora
la marcha de su madre la entiende como si fuera “para siempre” y “a lo desconocido”. Para sobrevivir a este período te ayudará,
por ejemplo, un monitor de bebé, gracias al cual tu hijo podrá oír tu voz.
 Miedo a un extraño. En la segunda mitad del primer año de vida, el niño comienza a distinguir los conceptos de “suyo”
y “ajeno”. Algunos niños reaccionan muy bruscamente a los extraños: se asustan, lloran o se niegan a comunicarse. No insistas:
la tía de un primo sobrevivirá si el bebé no quiere ir con ella en brazos, y si esto se hace a la fuerza, corres el riesgo de agravar
este temor.

De 1 a 3 años
 Miedo a la innovación. El niño aún es demasiado pequeño para entender que los cambios son algo normal. Para él, cualquier
cambio es como un colapso del orden mundial. Y ha coincidido que, precisamente en este período, tiene lugar
una separación seria y grave de los padres: un kínder o una niñera. Habla con tu pequeño sobre los próximos cambios, inventa
tus propios rituales, que se mantendrán intactos, sin cambios pase lo que pase. Bajo ningún concepto, incumplas las promesas
que le diste al niño: él necesitará estos puntos de estabilidad.
 Miedo a la oscuridad. La causa de esto suelen ser palabras y acciones precipitadas de los adultos. Ayúdalo a lidiar con ello
con una luz nocturna. También puedes regalarle al niño una pequeña linterna, que es “capaz de vencer a la oscuridad, a pesar
de ser diminuta”. Puedes inventar actividades interesantes en la oscuridad: un teatro de sombras, ver presentaciones
de diapositivas, juegos con una mesa de luz.
 Miedo a los animales. La razón de esto es una experiencia desagradable con animales o bien frases aterradoras pronunciadas
por los adultos (“¡No lo toques, muerde!”). Enseñando a tu hijo a comunicarse con los animales, no confundas miedo con
precaución: es necesario inculcar lo segundo. Si el miedo ya ha surgido, actúa con cuidado: elige dibujos animados, libros
donde la “bestia terrible” no sea para nada aterradora. Si surge la oportunidad, hagan amistades con uno de los representantes
de esta especie aterradora (pero no insistas en “acariciar al perro” si el niño tiene miedo: todo requiere de su tiempo).

De 4 a 7 años
 Miedo a los monstruos. Fantasmas, vampiros, Boogeyman (el hombre del saco): el niño no es capaz de separar la emoción
del objeto que lo causa. Con otras palabras, si el personaje de una película de terror asustó al niño, el miedo es real, por lo que
el monstruo también es real. No permitas que el niño vea la televisión sin control alguno. Si el miedo ya ha aparecido, junto
al niño, encuéntrale puntos débiles al monstruo y “arma” a tu pequeño contra él.
 Miedo al dolor. Por supuesto, un recién nacido también reacciona al dolor, pero temer el dolor antes de que este haya sido
causado es propio de una psique más madura. Una versión más específica se observa en el miedo a los médicos. Nunca
mientas a un niño sobre el dolor: no debes decir que no dolerá en absoluto cuando lo llevas a que le pongan una vacuna. Dile
con honestidad que tendrá que soportarlo un poco: todo se irá rápido.
 Miedo a la muerte. A la edad de 5-6 años, aproximadamente, el niño generalmente se da cuenta de que la muerte
es irreversible. Por lo general, va acompañado del miedo a perder familiares (sobre su propia muerte suele empezar a pensar
mucho más tarde). Habla con el niño, escúchalo. Explícale que, por lo general, la gente muere tras haber vivido una vida larga
y todavía resta mucho tiempo. Si el pequeño dice que inventará una “medicina contra la muerte”, apoya esta idea: lo ayudará
a reconciliarse con este dato aterrador.

De 8 a 11 años
 El miedo por no encajar. Para los alumnos de primaria son actuales los problemas de socialización y, relacionado con ellos,
el temor a no satisfacer las expectativas de los demás: padres, maestros y compañeros de clase. Trata de hablar más
a menudo con tu hijo sobre la individualidad, sobre el valor de cada persona a nivel individual, sobre la amistad verdadera.
Sé consistente: no compares a tu hijo con otros con más éxito en algo. Alábalo por sus propios logros personales.
 Miedo a no pasar las pruebas. Por norma general, también esto está relacionado con la escuela: el miedo a no responder
a una pregunta de clase, reprobar el examen, no pasar algun ejercicio o actuar mal en un concierto escolar puede conducir
o llevar a ataques de pánico. Habla con tu hijo de lo peor que puede pasar si de repente no consigue el objetivo: en cualquier
caso, no ocurrirá ninguna catástrofe, por lo que no debe temer al fracaso. Después de esto, ofrécele un par de técnicas para
aliviar la tensión: una respiración consciente, la elección de espectador concreto entre el público del auditorio en el que podría
concentrarse durante su intervención, un pequeño talismán de la suerte (servirá si resultas convincente cuando
se lo entregues).

De 12 a 16 años
 Miedo a ser rechazado. Desde el momento de la división entre grupos dentro de un colectivo, aparecen los “apuestos”
y “perdedores”, los adolescentes dominan un nuevo instrumento de la influencia: aceptación y la especulación con ésta.
La tarea de los padres es formar en su hijo la comprensión, no solo del valor de su propia personalidad, independientemente
de las opiniones de los demás, sino también de la necesidad de analizar las “pruebas” para unirse a un grupo con el fin
de comprobar si son adecuadas. ¿No te exigen que actúes con maldad, traicionando tus principios? ¿No te humilla la condición
impuesta? ¿Realmente valen la pena esas personas que te ponen este tipo de pruebas, son dignos de tu amistad y admiración?
Asegúrate de que tu adolescente sepa dónde puede obtener ayuda si la no aceptación se convierte en acoso: en ti,
en un servicio de apoyo psicológico o una la línea de ayuda telefónica.
 Miedo de crecer. Los cambios corporales durante la pubertad, al igual que sus reacciones, pueden asustar al niño. Se han
producido casos en que las niñas se asustaban cuando llegaba la primera menstruación, pensando que era fatal. Este tipo
de temores surgen por la falta de comprensión de la esencia de lo que está sucediendo, y esto se debe, completamente,
a un error cometido por los padres. Prepara a tu hijo con antelación para aquello que le sucederá en los próximos años.
Si no puedes contárselo por tu cuenta (te sientes tímido o no estás seguro de tus conocimientos), Internet alberga suficientes
libros y películas sobre este tema. El adolescente debe entender que él está sano y normal.

Reglas generales para trabajar con los miedos infantiles


Cualquiera que sea el temor, y sin importar la edad de tu hijo, estas reglas deben seguirse a rajatabla:
 No crees miedos tú por tu propia cuenta, asustando al niño o, por el contrario, preocupándote demasiado sobre cada situación
en la que él se asuste por algo.
 No ridiculices su miedo, no lo ayudará a deshacerse de él, pero sí estropeará tu lado comprensivo con el niño.
 No luches contra los miedos por la fuerza, a través del “No puedo”. Sí, en la terapia se recurren a técnicas que reducen
la intensidad de un objeto atemorizante al converger gradualmente con él, pero para aplicarlas se necesita de un conocimiento
especial, sin el cual se antoja fácil provocar un daño en tu hijo.
 Estudia métodos “suaves” de lucha contra los miedos: terapia de arte, relajación, cuentos terapéuticos; muchos de ellos pueden
aplicarse con éxito en el hogar.
 Distingue entre los miedos infantiles y las fobias. Si la intensidad de las emociones no corresponde a su causa, un temor
persistente dura más de 2 meses y afecta significativamente a la calidad de vida del niño, busca ayuda de un psicólogo infantil.
 Lo más importante es sintonizarte con tu hijo. Trata de comprender la causa del miedo, conecta todo tu amor e ingenio para
encontrar una forma de combatirlo que sea la más adecuada para tu hijo. Por lo general, es suficiente escucharlo con atención
y sinceramente tener ganas de ayudarlo.
Ilustradora Natalia Breeva para Genial.guru

1. ¿Quién es la madre?
Esta es la primera prueba. Mira la imagen.
Hay dos mujeres en una habitación, sentadas una en frente de la otra, mientras un niño pequeño juego en el piso.
Estudia bien la ilustración.
Pregunta: ¿Quién crees que es la verdadera madre del niño?

© depositphotos
Respuesta.
La madre del niño es la dama de la izquierda. Ella está sentada de tal forma que sus piernas estén dirigidas al niño.
 Esta posición refleja el deseo natural de una madre para proteger a su pequeño.
 La postura de la dama de la izquierda es protectora, ligeramente inclinada hacia adelante.
 Es natural que los niños pequeños miren a su madre cuando juegan o hacen algún tipo de actividad.

2. Dos pastillas
Un asesino en serie secuestró a muchas personas y les hizo elegir entre dos pastillas, una inofensiva y otra venenosa.
Cualquiera que sea la píldora que tomó una víctima, el asesino en serie tomó la otra. Cada vez, las personas morían
y el delincuente sobrevivía.
Pregunta: ¿Cómo hace el asesino para obtener siempre la pastilla inofensiva?
© depositphotos
Respuesta.
Ambas píldoras son inofensivas. El veneno estaba en el vaso de agua que bebían las víctimas.

3. Bebidas
Un hombre y una mujer fueron a cenar a un restaurante. Mientras esperaban el platillo principal, ella pidió 5 bebidas con
hielo porque hacía mucho calor. Bebió cuatro de ellas, todas a la vez, mientras que el hombre solo bebió una. Después
de un tiempo, él enfermó y murió. Los doctores dijeron que todos los vasos estaban envenenados.
Pregunta: ¿Por qué la mujer todavía estaba viva cuando el hombre murió? Lee de nuevo con cuidado.
© depositphotos
Respuesta.
El veneno estaba en el hielo. Como la mujer tomaba sus bebidas rápidamente, los cubitos no tenían tiempo de derretirse.
El hombre bebió lentamente y el tóxico se derritió en su bebida.

4. Cassette
Imagina esta escena. Un hombre fue encontrado muerto, él tiene una pistola en su mano y una grabadora de cassettes
a su lado. El detective presionó el botón de “reproducir” y escuchó un mensaje que decía: estoy cansado de esta vida,
y decidí detener mi dolor y sufrimiento". Luego, se oía un disparo. De alguna manera, el investigador no cree que haya
sido un suicidio.
Pregunta: ¿Por qué el detective piensa que fue un asesinato?
© depositphotos
Respuesta.
Si el hombre se suicidó, ¿cómo pudo rebobinar el cassette hasta al principio?

5. Misterio navideño
Un detective estaba de servicio durante las vacaciones de Navidad, y en la mañana del 25 de diciembre recibió una
llamada. Se dirigió hasta una casa, tocó el timbre y, un minuto más tarde, el soñoliento propietario abrió la puerta.
El investigador dijo: “su vecino dice que ayer en nochebuena, vino a su hogar para una fiesta y mientras él estuvo aquí,
usted irrumpió en su casa y robó algunos artículos valiosos”.
El dueño respondió: “Eso no es cierto, nuestra familia celebró la nochebuena en casa de unos amigos. Apenas tuvimos
tiempo de decorar nuestro árbol de navidad”.
El detective dijo: “No se preocupe, es bastante obvio para mi que su vecino es un mentiroso”.
Pregunta: ¿Cómo supo esto el investigador?
© depositphotos
Respuesta.
Las luces del árbol de navidad estaban desconectadas, y en realidad, les falta una bombilla, no funcionarían sin ella.
Estaba claro para el detective que el dueño estaba diciendo la verdad. Había decorado el arbolito con tanta prisa que
ni siquiera comprobó si ellas funcionaban o no.
¿Has acertado a alguno de estos problemas? Cuéntanos acerca de tus resultados en los comentarios.
Ilustradora Natalia Kulakova para Genial.guru

13 Consejos dirigidos a padres para que


la educación dé buenos frutos
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Las librerías están llenas de literatura sobre la educación de los niños y la profesión de psicólogo familiar ya no es algo
inusual. Sin embargo, la pregunta de cómo criar a los niños sin cometer errores graves sigue siendo recurrente.

Genial.guru decidió averiguar cómo hacer frente a los errores que comúnmente se interponen en el camino hacia una
buena paternidad.

13. Ponte de su lado siempre que puedas


Por muy grave que sea la situación en la que tu hijo esté envuelto, no lo regañes junto a su maestro
o tutor. En estas situaciones es especialmente importante que tu hijo sienta que le quieres, aunque no apruebes
en absoluto sus acciones.
Debes averiguar qué es lo que se le recrimina al pequeño, disculpándote por su comportamiento. Es mejor posponer una
conversación seria para hablarlo todo tranquilamente en casa. De lo contrario, es probable que el significado de tus
palabras lleguen al corazón de tu hijo y aparezcan grietas en tu relación con él.

12. No te dediques por completo a él


Cuando comienzan a tener hijos, en la vida de los padres disminuye el tiempo que pueden dedicarse a sí mismos. Pero
ello no implica darse por vencidos. Siempre debes tener aficiones personales, tiempo para tu cuidado personal, para
un descanso completo y espacio para disfrutar y comunicarse en pareja.
Después de todo, si los padres dedican toda su vida al niño, este se volverá egoísta y le será difícil adaptarse
al mundo. Además, con esto lo privas de las razones que lo afianzan a la hora de estar orgulloso de sus padres, ya que
para él son importantes tanto sus logros como su aspecto.

11. Confía en tu hijo


Por supuesto, es mucho más fácil y rápido hacer todas las cosas por tu cuenta sin delegarlas en tu hijo. Pero las ventajas
de este tipo de educación son más que dudosas. Después de todo, el pequeño no tendrá oportunidad de aprender
a ser autosuficente, aumentar su seguridad en sí mismo y tener confianza en sus capacidades. Los padres deben
darle la posibilidad de elegir y tomar parte en la toma de decisiones. Si el niño se acostumbra a que alguien hace todo
por él, más tarde le resultará muy complicado tomar decisiones importantes.

10. No lo compares con nadie


Siempre habrá alguien que sea mejor que tu hijo en algo, igual que otros que sean peores. Como resultado de las
comparaciones constantes, el niño puede perder la confianza en sí mismo o empezar a competir con todos,
tratando de demostrar que es mejor que cualquier otra persona. Esta carrera constante no lo conducirá a la felicidad.
Si comparas al niño, hazlo con él mismo, basándote en cómo era en el pasado. De esta manera le resultará más fácil ver
su propio progreso y sus logros: creerá que es posible aprender todo aquello que se proponga.

9. Consulta a un especialista en lugar de buscar en Internet


A menudo, los padres sin experiencia sufren de falta de confianza en la crianza del niño. Y muchos de ellos, buscando
respuestas a sus preguntas, piden ayuda en foros en línea. Leen diversos escritos, cuyos autores no son expertos
en materia de educación y cuidado o se entregan a recetas "probadas" por las abuelas. Pero a menudo, siguiendo
sus consejos, los padres solo contribuyen a aumentar aún más el problema.
Si la situación es realmente grave, lo mejor es acudir a profesionales que te ofrezcan un asesoramiento competente.

8. No reemplaces con dinero el amor, la atención y su cuidado


El niño, acostumbrado al hecho de que las compras son la única manera de expresión de amor por parte de sus padres,
empezará a exigir más y más. Eso afecta a su carácter: él se vuelve indiferente, terco y calculador. La relación con sus
padres se sustentará en el consumo. Y en un futuro, a estos niños les resultará complicado construir relaciones
personales felices, además de que también se alejarán de sus padres.

7. No violes su espacio personal


Cuando los padres tienen la vida del menor bajo su control, piensan que así logran la mejor garantía de su seguridad.
Pero los "interrogatorios" arrogantes, la invasión de la habitación del niño o leer su correspondencia en Internet, solo
consiguen alejar a los padres de sus hijos, mermando notoriamente la relación de confianza.
El niño puede volverse opaco, desconfiado, con dificultades para comunicarse con sus iguales y acabar siendo
influido por malas compañías. Por supuesto, para los padres es importante estar atentos, pero sin abusar.

6. No creas que todas tus decisiones tienen graves efectos


en su desarrollo
A menudo, los padres se toman demasiado en serio la educación de sus hijos. Elegir un orinal o un cochecito para
el bebé les puede ocupar un par de semanas y una palabra áspera soltada sin querer les provoca una persistente
sensación de culpa.
No debemos creer que cada movimiento torpe causa un trauma irreparable en el niño. Después de todo, su bienestar
consiste en la paz y felicidad de sus padres. Y esto solo es posible si los progenitores se centran en las cosas
realmente importantes.

5. No inculques estereotipos que puedan afectar al niño


Probablemente todos los padres tiendan a hacer planes con respecto al futuro de sus hijos y su educación. Sin embargo,
no se debe olvidar que cada persona es única y tiene sus propios gustos e intereses. Por muy buenas que sean nuestras
intenciones, hay que otorgarles a los niños el derecho a tomar sus propias decisiones.

Si constantemente insistes al niño en cumplir requisitos, el entusiasmo irá brillando por su ausencia. Y el deseo
de cumplir durante toda su vida las expectativas de sus padres no lleva a la felicidad.

4. No lo mantengas alejado de cualquier dificultad


La mejor manera de evitar errores es no hacer nada en absoluto. Suena tonto. Pero justo a eso, inconscientemente,
estamos empujando a nuestro hijo cada vez que lo protegemos de cualquier obstáculo en su camino. Cometiendo
errores, los niños aprenden a analizarlos y utiliza esta experiencia en el futuro. No es necesario hacer por ellos lo que
pueden hacer por su cuenta. Eliminando el riesgo de sus vidas de forma constante, los privamos de la posibilidad
de madurar.

3. Sé consistente: los padres deben estar unidos en los temas educativos


y las normas
Cuando los requisitos de la madre hacia los niños son distintos a los del padre, o bien, su estilo de crianza depende
de su estado de humor, el niño es el principal afectado. Cuando uno permite y el otro, por el mismo hecho,
regaña, al niño le resultará complejo diferenciar lo bueno de lo malo, lo que está permitido
y lo que no. Eso provoca ansiedad y conduce a otros problemas, ya que se siente inseguro y, a menudo, tensionado.
El niño se ve obligado a elegir el criterio de uno de sus padres y, como resultado, la autoridad del otro cae delante
de sus ojos.

2. Evita las discusiones en pareja delante de tu hijo


Por supuesto, los padres necesitan resolver los problemas en su relación y aclarar malentendidos. Sin embargo,
no siempre existe la oportunidad de hacerlo sin presencia de niños. En esta situación, debemos tratar de mantener las
emociones bajo control, ya que cualquier discusión de los padres genera estrés en el niño. Como resultado, se produce
en el hijo una disminución de la capacidad para concentrarse, aumenta la ansiedad, se apena y, en algunas
ocasiones, aparece la agresividad.

1. No hagas nada de aquello que le enseñas a no hacer


La mayoría de los padres tiende a aportar a su hijo los mejores valores. Pero si las acciones de los padres son contrarias
a sus palabras, no se lograrán a cambios positivos en el comportamiento del niño. Después de todo, los niños aprenden
con ejemplos concretos. Ellos copian el comportamiento de sus padres, sus palabras y hasta
su entonación. Si quieres que tu hijo sea respetuoso y amable, asegúrate de que ser tú quien le dé el ejemplo.
Recuerda: no eduques a tus hijos, edúcate a ti mismo, ellos te tomarán como ejemplo.
Ilustradora Alena Tsarkova para Genial.guru

3 Razones por las que los padres no deben


ayudarles a sus hijos con las tareas
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Muchos padres consideran que, si no controlan el cumplimiento de “las tareas”, el niño no estudiará bien. Pero los
investigadores de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Duke (EE. UU.) demostraron que no es así.
Durante 30 años, ellos recopilaron datos de cómo la atención de mamás y papás en el proceso de la educación influye
en sus calificaciones. Resultó que la ayuda por parte de los padres en la primaria no tiene caso, y en la secundaria,
en general, influye negativamente en los resultados de las pruebas de los exámenes.
Genial.guru te cuenta por qué un niño tiene que asumir la responsabilidad por sus tareas y no los padres.

1. El niño pierde motivación para estudiar


Según los resultados de la investigación, entre más atentos estén los padres por la realización de las tareas, menos
ganas de estudiar tendrá el niño. Los niños cuyos padres se sientan cerca de ellos, dan una pista, controlan o incluso
hacen tareas por ellos, tienen una motivación más baja. Y los alumnos cuyos padres no “los presionan”, tienen más
ganas de estudiar.
Trata de debilitar el control y ayuda solamente si el niño te lo pide. En este caso, explícale lo que no entiende, pero
no hagas la tarea por él. Si al niño no le gusta hacer la tarea, los psicólogos aconsejan no obligarlo a hacerla, sino “unirte”
a él emocionalmente: reconocer su derecho a no querer leer un párrafo de un libro aburrido o escribir la misma letra
10 líneas consecutivas. Y, después, enseñarle a resolver asuntos difíciles y desagradables, por ejemplo, contarle cómo
lo resolverías tú.

2. El niño no aprende a ser responsable


Al obligar a un niño a hacer la tarea, controlar su ejecución y castigarlo por tener malas calificaciones, asumes
la responsabilidad por el estudio y significa que el niño no la asume. Y mientras estás encima de él, no querrá asumir
la responsabilidad por sus cosas.
Según los psicólogos, al cuidar al niño utilizando premios o castigos podemos perjudicarlos, ya que, en la vida adulta,
en lugar de premios y castigos, recibimos las consecuencias naturales de nuestras acciones. Si trabajamos mal, nos
despedirán, y si comemos puras botanas, nuestra salud se verá perjudicada. Permite que las consecuencias lleguen. ¿Ha
olvidado hacer la tarea de pintar un dibujo? Significa que tendrá que hacerlo en lugar de jugar videojuegos. ¿No
ha aprendido la lección? Explícale tú mismo a la maestra. Saber ser responsable por las acciones y distribuir sus fuerzas
y tiempo para el futuro es mucho más importante que saber ejecutar de manera precisa las órdenes.

3. Empeoran las relaciones entre los padres y los hijos


Todos en nuestra infancia tratamos de aprender de memoria algo y lo repetíamos tanto así que, hasta nuestro hermano
mayor, tío, prima o vecino también se lo terminaba aprendiendo. En lugar de controlar la solución de cada problema, los
psicólogos recomiendan construir relaciones de confianza con tu hijo y pasar juntos el mayor tiempo posible de manera
cualitativa: leer en voz alta, discutir lo qué está pasando en el mundo de la ciencia, buscar nuevas aficiones interesantes.
Si para ti solo son aceptables las calificaciones de 9 o 10 y no las de 8 hacia abajo, pregúntate, en qué consiste la razón
de una actitud tan crítica. En la familia en donde un 5 puede ser la causa de escándalo, los niños sienten que no son
queridos independientemente del éxito o fracaso. Los psicólogos también afirman que el estudio es un asunto personal
del niño, y el deber de los padres es un amor incondicional. Y el amor es más importante que las calificaciones, ¿cierto?
Y tú, ¿qué acciones tomas si tu hijo no quiere hacer tareas?

Todo aquel que quiere tener una familia feliz


necesita saber sobre el triángulo de Karpman
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El triángulo de Karpman es el modelo más frecuente de las relaciones entre personas. Por primera vez fue descrito por
el clásico del análisis transaccional Stephen Karpman en 1968. Las personas se manipulan unas a otras, dependen unas
de otras, y se cansan de esto. En tales situaciones hay muy poca felicidad, y pocas fuerzas para cambiar la situación.
Pero sí hay una salida.
Genial.guru te cuenta sobre el triángulo de Karpman. Porque para resolver un problema es necesario darse cuenta
de que existe.

El triángulo dramático de Karpman


En el triángulo pueden participar dos, tres o unos grupos de personas. Pero siempre solo hay tres papeles: víctima,
perseguidor y salvador. Los participantes del triángulo de vez en cuando cambian de papeles, pero todos son unos
manipuladores y arruinan tanto las vidas de sus seres queridos como las propias.

Víctima
Para una víctima, la vida es sufrimiento. Todo el mundo la trata mal, se cansa y empieza a fallar. Sus sentimientos son
encontrados: rencores, miedo, vergüenza. Ella envidia y siente celos. No tiene ni fuerzas, ni tiempo, ni deseo de hacer
algo para mejorar su vida. Es inerte. Le da miedo la vida y solo espera lo peor de ella.

Perseguidor
Para él también la vida es un enemigo y una fuente de problemas. Está tenso, molesto, enojado, y siente miedo.
No puede olvidar los problemas del pasado y siempre predica nuevos problemas en el futuro. Controla y critica a sus
seres queridos, siente una gran carga de responsabilidad y esto lo agota. Su energía es nula.

Salvador
Siente lástima hacia la víctima y enojo hacia el perseguidor. Se cree más inteligente que los demás y disfruta
de su misión. Pero, en realidad, no salva a nadie, porque nadie se lo había pedido. Su utilidad es ilusoria, y el propósito
de sus acciones y consejos es autoafirmarse, no ayudar de verdad.

Cómo funciona esto


El perseguidor dictador no deja a la víctima en paz, la corrige, la obliga a hacer algo y la critica. La víctima intenta, sufre,
se cansa y se queja. El salvador consuela, aconseja, escucha y ofrece su hombro para llorar. Los participantes a veces
cambian de papeles.
Este drama puede durar años, las personas incluso pueden no ser conscientes de que están profundamente estancadas
en este triángulo. Pueden pensar que se hallan a gusto con tal situación. El perseguidor tiene con quién desquitarse
y a quién culpar de todos sus problemas, la víctima recibe compasión y se deshace de la responsabilidad por su vida,
el salvador disfruta del papel del héroe.
Todos dependen el uno del otro, porque ven la fuente de sus problemas en el otro. E intentan cambiar a la persona de tal
forma que sirva a sus objetivos.
Las personas cambian de papeles en este triángulo: a veces controlan y a veces salvan. Este tipo de relación
seguramente no tiene nada que ver con el amor. Se trata del deseo de dominar, dar lástima, quejarse y dar
justificaciones. Pero no se trata del amor, apoyo o felicidad.

Esto afecta a todos quienes están cerca


Cuando una familia vive en el triángulo de Karpman, cambiando de papeles a veces, su hijo inevitablemente estará
involucrado en este triángulo. Probablemente, no le dejarán ser independiente, no le permitirán elegir y tomar decisiones.
No intencionalmente, simplemente las personas que viven dentro de este triángulo piensan que de esta forma protegen
a su hijo. Estos padres a veces juegan con el deber, la vergüenza, la culpa y la lástima.

¿Existe alguna salida de este triángulo?


Debes entender que, para realizar tus propios deseos, solo te necesitas a ti mismo. Necesitas tomar control de tu vida
y empezar a actuar sin pensar qué dirán los demás.
Cómo salir del triángulo si eres víctima
1. Deja de quejarte de tu vida. Del todo. Dedica este tiempo a buscar oportunidades para mejorar la situación que no te agrada.
2. Recuerda de una vez por todas: nadie te debe nada. Ni siquiera si te han prometido algo, si se han ofrecido a ayudarte. Las
circunstancias siempre cambian, al igual que los deseos humanos. Ayer la persona quería darte algo, hoy ya no. Deja
de esperar una salvación.
3. Lo que haces es tu elección y tu responsabilidad. Y tienes todo el derecho a tomar otra decisión, si la que habías tomado
ya no te parece buena.
4. No te justifiques ni te critiques si te parece que no cumples las expectativas de alguien.
Cómo salir del triángulo si eres un perseguidor
1. Deja de culpar de tus problemas a las demás personas y las circunstancias.
2. Nadie está obligado a cumplir con tus nociones acerca de lo correcto y lo incorrecto. Las personas son diferentes, las
situaciónes también. Así que si algo no te gusta, simplemente no lo hagas.
3. Resuelve los desacuerdos de manera pacífica, sin enojo ni agresión.
4. Deja de buscar autoafirmarte a cuestas de aquellos que son más débiles que tú
Cómo salir del triángulo si eres un salvador
1. Si no te piden ayuda o consejo, quédate callado.
2. Deja de pensar que sabes mejor que otros cómo vivir y que sin tus recomendaciones valiosas el mundo dejará de existir.
3. No hagas promesas sin pensarlo.
4. Deja de esperar gratitud y elogio. Al cabo, estás ayudando porque quieres ayudar, no para recibir fama o premios, ¿cierto?
5. Antes de acudir a hacer actos de bondad, pregúntate honestamente: ¿es tan necesario que interfieras?
6. Deja de autoafirmarte a cuestas de aquellos que se la pasan quejándose de la vida.

Puedes convertir el triángulo en esto


Si te propones el objetivo de salir de este triángulo, los cambios no se harán esperar. Tendrás más tiempo y fuerzas,
respirarás mejor y tu vida se volverá más interesante. La tensión en tu relación se reducirá.
1. La víctima se convierte en un héroe. Ahora, en lugar de quejarse del destino, la persona lucha contra los problemas, pero
no siente agotamiento, sino emoción. Al solucionar sus pendientes, no se queja, sino siente placer de poder resolverlo todo.
2. El perseguidor se transforma en un filósofo. Al observar las acciones del héroe, ya no critica, no se preocupa del resultado.
Acepta cualquier resultado. Sabe que, al final de cuentas, todo cambiará para mejor.
3. El salvador se vuelve un motivador. Incita al héroe a hacer actos heróicos, describiendo las perspectivas brillantes. Busca las
oportunidades de aplicar la fuerza del héroe y lo inspira.
Este modelo de relaciones es mucho más saludable y feliz.

El modelo perfecto del triángulo


En este triángulo hay todavía más felicidad y energía.
1. El héroe se convierte en un ganador. Comete actos heróicos no por elogios, sino para aplicar su energía creativa. No necesita
fama, disfruta del proceso de la creatividad, de la oportunidad de cambiar algo en este mundo para mejor.
2. El filósofo se vuelve un observador. Ve las conexiones y relaciones en este mundo que son inaccesibles para los demás.
Encuentra nuevas oportunidades y genera ideas.
3. El motivador se transforma en estratega. Sabe bien cómo realizar las ideas del observador.
Es importante saber evaluar la situación adecuadamente. Ver cuándo alguien intenta manipularte y no caer
en la telenovela de una relación agotadora. No aceptes el papel que te quieran imponer, aprende a ponerte de pie
y marchar cuando ves que algo va mal.
¿Conoces estos escenarios del triángulo de Karpman? Comparte con nosotros tu experiencia.
Ilustradora Yekaterina Ragozina para Genial.guru

10 Consejos de amigas que es mejor ignorar


(si valoras la relación con tu pareja)
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Una de las reglas principales de una relación feliz está en consonancia con la regla de El club de la pelea: no le cuentes
a nadie sobre tu pareja. A pesar de que la felicidad ama el silencio, todas seguimos hablando con nuestras amigas sobre
nuestras relaciones amorosas y pedimos su sabio consejo. Sin embargo, el psicólogo Jerry Heisler está seguro de que
incluso el consejo de las amigas que te aman puede destruir la relación más fuerte.
Genial.guru ha recopilado los peores consejos de las amigas, muchos de los cuales probablemente hayas escuchado
más de una vez. En realidad, pueden arruinar una pareja perfecta.

1. No tienes que discutir los problemas con él, para eso existen las amigas
Callar sobre los problemas en una relación conduce a la separación. No debes llegar al puntoen que la paciencia
se agote y quieras decir todo al mismo tiempo. Es necesario discutir los problemas o los deseos personalmente con
tu compañero, no con tus amigas, esperando su veredicto o consejo. La felicidad de y una pareja depende en gran
medida de la capacidad de ambos de llevar a cabo un diálogo entre ellos.

2. Provócale los celos, esto calienta los sentimientos


Algunas chicas creen que, al causarle celos a una pareja, aumentarán su importancia ante sus ojos u obtendrán lo que
desean. Sin embargo, esta es una idea peligrosa. Tu pareja puede reaccionar negativamente al coqueteo con otro
hombre y proponerte una separación. Recuerda que los celos no tienen nada que ver con el amor. Una persona está
celosa cuando teme perder a su compañero y no confía en él. Los verdaderos sentimientos se basan en la confianza.

3. ¿Por qué siempre comparten los gastos? Un hombre debe invitar a una
chica
Deberíamos comenzar por decirte que nadie le debe nada a nadie en una relación. Cada pareja es única y construye
su propia política financiera, no puede haber reglas uniformes aquí. En la era del feminismo, cada vez más
chicas quieren pagar la cuenta a la mitad y sentirse independientes. Sin embargo, si los temas del dinero te molestan
y causan dudas, debes aprender a hablar sobre el dinero con tu compañero, como sobre cualquier otro tema, y
transmitirle tus pensamientos de manera simple y abierta.

4. ¡Es mejor estar con él que estar sola y que nadie te quiera!
No consideres la salida de las relaciones infelices como una derrota personal. “No importa que tome y me golpee,
¡por lo menos no estoy sola!”, es una de las razones por las que las mujeres sufridas no se van. Hazte una pregunta:
“¿Qué me da la relación con esta persona y cómo veo el futuro con esta persona?”, y trata de responderla con sinceridad.
Si estás segura de que, fuera de la relación, serás más feliz, no deberías tardar con la separación.

5. ¿Están juntos hace 4 años y él todavía no te pidió casamiento? ¡Pon


un ultimátum!
Es cierto que los hombres modernos no se apuran por pedir casamiento y vivir sin papeles para muchos se está
convirtiendo en la norma. Según las investigaciones, el número de matrimonios registrados disminuye cada año.
Sin embargo, todavía hay una gran parte de los hombres que sueñan con tener una familia feliz y tener hijos, a veces
incluso más que las mujeres. Un joven serio a menudo se toma el tiempo para pedir matrimonio no porque no quiera
formar una familia, sino porque aún no está listo para asumir la responsabilidad por su pareja.
Debes recordar que eres tú quien toma la decisión, no tus amigas. Tal vez tarde o temprano tengas que hablar con
tu pareja sobre sus planes si sientes que no puede dar el primer paso.

6. ¿Por qué no te da flores y regalos caros? ¡Sin dudas es tacaño!


Muchas mujeres, sin saberlo, con su comportamiento desalientan a los hombres de hacer regalos. Uno debe aprender
a aceptar regalos de tal manera que su pareja sienta su importancia y reciba emociones positivas del proceso de dar.
Una vez que no te guste un ramo de flores, tu novio puede no querer más comprarte flores. Trata de alabar
no tanto el regalo en sí (porque a veces puede que no sea el más deseable) como el donador, diciéndole lo generoso
y atento que es.
A veces los hombres no dan regalos (o dan regalos infructuosos) no porque sean codiciosos, sino porque no hubo una
costumbre de sorpresas en su familia y no se les enseñó a hacerlo. Está en tu poder enseñar a un hombre a no llegar con
las manos vacías, simplemente acepta cada regalo con placer sincero.

7. ¡Es unos años más joven que tú! ¿Para qué necesitas un niño? Tienes
que buscar un hombre
“El amor no sabe de edad”. Todos somos únicos, cada uno de nosotros tiene un destino individual, y no hay una edad
ideal para un hombre con quien construir una relación. Si una chica se siente cómoda con hombre más joven que ella,
esta es la clave del éxito. Además, la edad no está determinada por el número en el pasaporte, sino por
la experiencia, como dice el psicólogo Vitaly Sonkin. Es decir, un hombre de 25 años puede ser más serio y responsable
que otro de 45.
Un hombre mayor puede enseñar mucho a su compañera más joven, pero puede surgir un problema de intereses debido
a la diferencia de edad. Al mismo tiempo, es más fácil encontrar un lenguaje común con un coetáneo, pero tendrán que
crecer, desarrollar una carrera y cambiarse juntos, teniendo paciencia. Cualquier edad tiene sus ventajas y desventajas,
por lo que debes escucharte a ti misma.

8. ¿Por qué estás sola los fines de semana, y él sale con amigos? ¡Deben
pasar tiempo juntos!
Los psicólogos no dejan de repetir que pasar tiempo con una sola persona, incluso un ser querido, te aísla de otras
personas y después te resulta difícil comunicarte con ellas. En las relaciones, es importante ser uno mismo, sin olvidar
disfrutar de tus pasatiempos y estar solo.
No tienes que limitarte a una sola persona, olvidándote de amigos, familiares y cosas favoritas. Es importante encontrar
un equilibrio entre el autodesarrollo y estar juntos. Además, a veces la separación durante una semana o dos,
o incluso dos meses tiene un efecto positivo sobre la pareja enamorada, haciendo que la relación sea aún más tierna
y más fuerte.

9. Haz escándalos más a menudo. ¡Esta es una buena manera de lograr


tu objetivo!
Según la investigación de la profesora Anne Kring, las mujeres tienen una necesidad mucho mayor de expresar sus
emociones. A los hombres no les gustan las incomprensibles y complejas manifestaciones de los sentimientos
porque les resulta más difícil enfrentarlas. A menudo no saben cómo responder a las lágrimas, las histerias o los
dramas de las mujeres. Les parece que la mejor opción en tal situación es irse.
Si una mujer constantemente “quiere hablar”, mide su contribución a las relaciones, exige más de lo que puede dar,
manipula a un hombre con la ayuda de lágrimas y escándalos, es poco probable que él quiera averiguar de qué se trata,
simplemente huirá. En lugar de emociones negativas, debes aprender a ceder y discutir situaciones en un tono tranquilo.

10. Para motivarlo, ¡cuéntale sobre el marido más exitoso de tu amiga!


A menudo, una mujer deseando motivarlo a su hombre a ser mejor, lo compara con un hombre ideal. Pero,
en el momento de la comparación, un hombre experimenta dolor y rechazo. Comienza a vivir con la sensación de que
no es apreciado en absoluto. De esta manera, la chica muestraclaramente a su compañero que no lo necesita,
a diferencia de ese ideal. Con cada nueva comparación, un hombre enamorado pierde la voluntad de desarrollarse.
Deberías aceptar a tu pareja tal como es y olvidarte de compararlo con otros para siempre. Después de un tiempo,
notarás cómo tu hombre comienza a esforzarse por desarrollarse porque es consciente de lo mucho que lo necesitas,
lo aprecias y lo respetas.
Ilustradora Natalia Okuneva-Rarakina para Genial.guru

7 Señales de un trastorno de ansiedad que


se disfrazan de cosas inofensivas
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Algunas personas con un trastorno de ansiedad llevan una vida normal y ni siquiera sospechan que tengan algo. Sin
embargo, la ignorancia constante de las emociones y los sentimientos algún día puede conducir a un resultado
lamentable.
Genial.guru comparte contigo esta recopilación de síntomas que pueden ser una señal sobre la presencia
de un trastorno de ansiedad en los humanos.

Problemas con el sueño


Cuando experimentas una preocupación constante durante el día, puedes acabar durmiendo mal por la noche, haciendo
que el proceso de conciliar el sueño sea largo y tormentoso, o bien, despertando constantemente. La alteración del
sueño, incluso durante un corto período de tiempo, puede conducir a un cambio en el estado emocional, en la atención
plena y la capacidad de trabajo de una persona.

Necesidad de controlar
Es un comportamiento que aparece cuando te sientes responsable de todo y de todos, cuando constantemente buscas
culpables o la razón por la cual ocurrió uno u otro acontecimiento. Este tipo de personas incluso construyen el diálogo
de una manera especial: hablan más, por lo general, suelen comenzar primeros a la hora de tomar la palabra, tomando
la iniciativa.

Preocupación sin ninguna razón


El constante esfuerzo por la perfección y la demanda de lo mismo por tu parte a los demás y el deseo de hacer el trabajo
de forma ideal. Este estado difiere de una simple ansiedad en la que una persona no puede controlarse a sí misma,
la ansiedad en gran medida agota su fuerza emocional e incluso la física.

Dolores inexplicables
La ansiedad puede expresarse no solo con una tensión psicológica, sino también a nivel físico. Este tipo de dolor a veces
se prolonga durante meses y agota en exceso a la persona.

Hábitos obsesivos
Una persona puede constantemente estar comiéndose las uñas, tirándose de la ropa, tocándose la cara, mordiéndose los
labios, retorciendo las puntas de su pelo, y no darse cuenta, pero son detalles a los que, definitivamente, vale la pena
prestar atención.

La gente a tu alrededor no te comprende


Para aquellos que te rodean y para los más cercanos, te conviertes en una persona de la que nadie sabe lo que pasa por
su mente, porque todas tus emociones las guardas dentro de ti. Pero no se puede siempre reprimir los pensamientos
y sentimientos porque algún día podrías “explotar”.

Sentimiento de culpa constante


Una de las señales más claras de un trastorno de ansiedad es la autocondena y los remordimientos
constantes. Te regañas y criticas a ti mismo, copando este tipo de conversaciones en tu interior la mayor parte del
tiempo. Repasar constantemente este tipo de situaciones por dentro, hacen a la persona, simplemente, insoportable para
sí misma.
Ilustradora Natalia Kulakova para Genial.guru

10 Reglas de crianza que distinguen una


familia sabia de una familia buena
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Muchas madres sueñan con que sus hijos se conviertan en grandes genios. Pero, a pesar de todos los trucos y consejos
sobre la crianza de los niños, no hay manual de instrucciones exacto sobre cómo conseguirlo.
Las hay madres que no tienen que recurrir a artículos de psicología y foros para padres. Sin embargo, sus hijos,
a menudo, se convierten en genios. Genial.guru decidió aprender su secreto y, tras estudiarlo, comparte contigo sus más
importantes reglas.

1. Valorar y promover la independencia


En una familia típica, los padres están convencidos de que los niños tendrán éxito en la vida si creen que pueden hacer
cualquier cosa. Sin embargo, en las familias sabias, los padres saben que es mucho más importante que los niños crean
que pueden hacerlo todo por sí mismos.

2. Es difícil empezar
El camino a esta independencia parte del hecho de que las iniciativas de los niños se valoran y se estimulan, como
si fuera algo sagrado. Si el niño empieza a hacer algo, sin importar la edad que tenga, sus padres lo apoyan y animan
con alegría.
Si algo no sale bien, los familiares con más edad les recuerdan a los más pequeños que solo necesitan volver
a intentarlo.

3. La confianza es la mejor recompensa


¿Cómo se puede alimentar y fomentar la iniciativa propia? No vas a recompensar con dulce a tus hijos por todos sus
logros.
En las familias sabias, los padres recompensan al niño con su confianza en él. Si al niño ya le dan una cosa qué hacer,
significa garantía de éxito para llevarla a cabo.

4. El exterior no es lo más importante


Otro aspecto importante es que a las madres de los futuros genios nunca se obsesionan con lo físico.
El mantenimiento del niño, que esté perfectamente limpio, es un trabajo que consume demasiada energía, tanto
en la madre como en su hijo. Mientras tanto, según las madres sabias, la ropa limpia no tiene ninguna utilidad para
el desarrollo de la persona. Además, a los propios niños no les importa para nada su imagen exterior.

5. Aceptar el desorden
Alrededor de los niños, a menudo, impera el caos, algo que no preocupa a ninguno de sus padres. Ellos lo ven así: con
los niños al lado, no existe un orden ideal, siempre se cae algo, se derrama o se ensucia.

Por lo tanto, en vez de volverlos maniáticos con lograr una situación ideal en la casa, se les permite vivir
en un ambiente cómodo, introduciéndolos poco a poco en los beneficios que conlleva el orden.

6. Tienen que agotar sus baterías


Los típicos padres pueden cansarse hasta solamente observando a los niños traviesos. Durante todo el día, se divierten
y corren como locos, y nadie les grita: “no corras“, ”no toques“, “cálmate”.

Los padres de estos niños inquietos consideran que un pequeño debe soltar toda su energía sin límites
en su infancia. En este caso, al llegar a la edad adulta, le será más fácil centrarse en su camino.

7. Libertad razonable
En las familias sabias, a los niños, en realidad, se les permite mucho. Hasta una nueva imagen aparecida de repente
en la pared, se percibe por la madre de la siguiente manera: "Papá, mira qué habilidades artísticas tiene uno de nuestros
hijos".
Sin embargo, existen límites que no se pueden sobrepasar, y se refieren, por ejemplo, al respeto por los mayores.

8. El papá es el líder y la madre, junto a él


El respeto por los mayores se inculca a los niños de las familias sabias desde la infancia. En estas familias, cada
pequeño sabe que en el primer lugar se encuentran su padre y madre, y lo que ellos hacen, mientras que los niños
ocupan un segundo plano.
Por lo tanto, los mismos hijos nunca bombardean a los padres con gritos del tipo “hazlo“ o con gritos
de ”yo quiero", siempre tratan de lograrlo por cuenta propia.

9. El autocontrol infantil existe


En las familias sabias no hay costumbre de castigar a los niños quitándoles algo. En vez de esto, se crean unas reglas
que prometen algún beneficio por actuar según lo correcto. De esta manera, el niño no vive dentro de los estrechos
límites de prohibiciones y castigos, sino que aprende a corregir su comportamiento por su propio bien.
10. Nada pasa desapercibido
Los psicólogos modernos aconsejan no alabar a los niños por cada garabato, estimulando, de esta manera, su desarrollo.
Aunque los padres sabios creen que hay que ensalzar cualquier logro.
Incluso si a la madre, su hijo le trae un dibujo con un par de trazos sin sentido en una hoja de cuaderno, ella encontrará
algo bueno en el cuadro y, sobre todo, lo que es más importante, desmostrará delante de otros familiares lo orgullosa que
se siente por esa obra maestra.
Ilustrador Leonid Khan para Genial.guru

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