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Tommy era un joven apuesto, tenía una familia unida y en sus estudios era el alumno

promedio, no tenía nada de lo que pudiera quejarse, su único mal era su curiosidad, si
descubría algo, él debía investigar su origen. Una tarde se encontraba en su colegio
presentando un examen importante, estaba cerca de la ventana y su curiosa vista encontró
algo que le llamó la atención en el jardín de su escuela, en su mente se dijo que iría
hasta allí en cuanto terminara con su prueba y así lo hizo, pasó por el sitio y tomó una
fotografía que descansaba en el césped, la observó con detenimiento y quedó cautivado
con lo que veía.

En la foto observaba a una bella chica, tenía un vestido rojo con puntos blancos y
tacones a juego con su vestimenta elegante, ella miraba a la cámara, pero su mano
indicaba el número 2, como si estuviera contando. Intrigado, le preguntó a otro estudiante
que veía si reconocían a la chica y donde podía encontrarla, pero nadie tenía idea de quién
se trataba, ignoraban su existencia, era desconocida incluso para su hermana y su
madre. Decepcionado por no encontrar nada, se fue a dormir.

Intentaba dormir pero las sombras y ruidos extraños no dejaban de escucharse, había
una sombra, aparentemente era de una mujer y él enseguida pensó que se trataba de la
chica, así que rápidamente salió de su habitación y posteriormente de la casa con la
foto en sus manos. Siguió aquella curiosa sombra, pero él no esperaba que justo cuando
fuera a cruzar la calle, un auto saliera de la nada y lo arrollara.

Tommy falleció al instante, jamás soltó aquella fotografía. El conductor, alarmado y


shockeado por lo que acaba de ocurrir, salió del auto para ver si el joven estaba vivo, pero
además de encontrarse con un cuerpo sin vida, vió lo que él tenía en sus manos. Era la
foto, estaba la misma chica, pero su mano ya no indicaba el número 2, sino el número
3.

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