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La idea matriz del Proyecto ya había sido abordada anteriormente por tres proyectos de origen
parlamentario.
1. Aumentar las penas para el caso que la conducción en estado de ebriedad
ocasione lesiones graves gravísimas o la muerte de terceros.
2. Crear un tipo calificado del delito, para aquellos casos de huida del lugar del
accidente, reincidencia o del conductor profesional en el ejercicio de sus
funciones.
3. Introducir reglas especiales para la determinación de la pena.
4. Introducir reglas especiales para la aplicación de la Ley N° 18.216.
Por otro lado, pretendía modificar el artículo 149 del Código Procesal Penal
permitiendo al Ministerio Público apelar verbalmente de la resolución que niega la
prisión preventiva, manteniendo al imputado privado de libertad mientras la Corte de
Apelaciones respectiva resuelve sobre su imposición.
Por último, contenía una modificación al artículo 3° del D.L N° 321, estableciendo que
sólo podrá concederse el beneficio de la libertad condicional una vez que el
condenado haya cumplido a lo menos dos tercios de la pena impuesta, en lugar de la
mitad de la pena que corresponde a la regla general.
Texto aprobado2
Comentarios:
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En color rojo las modificaciones introducidas.
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proporcionarla. Por tal motivo, y en vista del aumento de la penalidad que más
adelante se propone para el incumplimiento de esta carga, estimó más adecuado que
el objeto de la obligación de prestar asistencia se refiera a aquella ayuda que el
conductor esté en condiciones de prestar en el momento del accidente, teniendo en
consideración las circunstancias del caso y sus conocimientos concretos. En el texto
aprobado se establece la obligación de prestar la ayuda que fuere “posible” .
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Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior,
el conductor y el peatón que hayan tenido participación
en un accidente de tránsito del que resulten lesionados
o muertos serán sometidos a una prueba respiratoria o
de otra naturaleza destinada a establecer la presencia
de alcohol o de sustancias estupefacientes o
sicotrópicas en sus cuerpos. En esos casos, los
funcionarios de Carabineros deberán practicar al
conductor y peatón las pruebas respectivas y, de
carecer en el lugar de los elementos técnicos
necesarios para ello, o de proceder la práctica de la
alcoholemia, los llevarán de inmediato al
establecimiento de salud más próximo. Se aplicarán al
efecto las reglas del inciso precedente.
Comentarios: Se eliminó el inciso final del texto original3, ya que en el nuevo artículo
195 bis, se establece que la negativa injustificada de un conductor a someterse a las
pruebas respiratorias u otros exámenes científicos destinados a establecer la
presencia de alcohol o de sustancias estupefacientes o psicotrópicas en el cuerpo,
previstos en el artículo 182, será sancionada con multa de tres a diez unidades
tributarias mensuales y con la suspensión de su licencia hasta por un mes. Por otro
lado, el incumplimiento de la obligación de detener la marcha, prestar la ayuda
posible y dar cuenta a la autoridad, se configuran en la forma de un delito omisivo
propio, autónomo, tipificado en el artículo 195, y las penas se gradúan dependiendo
de la gravedad de las lesiones o de la muerte que pueda producirse.
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El inciso final del art. 183, establecía que “La negativa injustificada a someterse a las pruebas o
exámenes a que se refieren este artículo y el artículo 182, o la circunstancia de huir del lugar donde se
hubiere ejecutado la conducta delictiva, en su caso, serán apreciadas por el juez como un antecedente
calificado, al que podrá dar valor suficiente para establecer el estado de ebriedad o influencia de
sustancias estupefacientes o sicotrópicas en que se encontraba el imputado”.
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inhabilidad perpetua para conducir vehículos de
tracción mecánica y multa de siete a diez unidades
tributarias mensuales.
Comentarios:
El artículo 195 establece un nuevo ilícito, independiente del delito de manejo en
estado de ebriedad, y se configura en la forma de un delito de omisión propia,
distinguiéndose, para efectos de la pena, el resultado producido. Las penas van desde
multas a presidio menor en su grado máximo, inhabilidad perpetua para conducir
vehículos de tracción mecánica y el comiso del vehículo. Además, las penas deben
imponerse conjuntamente con aquellas que correspondan por el respectivo delito o
cuasidelito, en la forma de concurso material o real.
En el inciso 1º se sanciona con una pena de multa de tres a siete unidades tributarias
mensuales y suspensión de licencia por un mes a quien incumpla con la obligación de
dar cuenta a la autoridad cuando en un accidente se produzcan daños. Al respecto, el
artículo 168 establece en su inciso 1º que en todo accidente del tránsito en que se
produzcan daños el o los participantes están obligados a dar cuenta de inmediato a la
autoridad policial más próxima.
El inciso 2º del artículo 195, en tanto, establece la pena de presidio menor en su
grado medio, inhabilidad perpetua para conducir vehículos de tracción mecánica y
multa de siete a diez unidades tributarias mensuales, para aquel conductor que
incumpla la obligación de detener la marcha, prestar la ayuda posible y dar cuenta a
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la autoridad, si se producen lesiones (de aquellas no comprendidas en el inciso 3º).
En la hipótesis más grave, esto es, si se producen las lesiones graves-gravísimas del
numeral 1º del artículo 397, o la muerte, la pena se eleva a presidio menor en su
grado máximo, inhabilidad perpetua para conducir vehículos de tracción mecánica,
multa de once a veinte unidades tributarias mensuales y con el comiso del vehículo
con que se ha cometido el delito. Para la determinación de la pena, se establece que
se aplicarán las normas especiales que se regulan en los artículos 196 bis y 196 ter.
Durante el debate parlamentario el Honorable Senador señor Espina consideró
razonable el traslado de la disposición en estudio al artículo 195 de la Ley de Tránsito,
relativo a las penalidades de los ilícitos que allí se contemplan, pero hizo notar que lo
que se está estableciendo es un delito independiente y distinto del manejo en estado
de ebriedad, que perfectamente podría proceder respecto de un conductor que se ve
involucrado en un accidente sin que le quepa responsabilidad penal en el mismo.
Sostuvo que, en ese contexto, no parece haber una razón válida, como plantea la
propuesta del Profesor señor Matus, para establecer la penalidad de la nueva figura
distinguiendo según los resultados que tuvieron lugar (daños, lesiones simples,
lesiones graves o muerte), pues éstos son independientes de la obligación de prestar
auxilio y muchas veces no pueden tenerse en vista si el conductor decide darse a la
fuga. Por esa razón y teniendo en consideración que el conductor que no presta
auxilio a la víctima y, que, además, es declarado culpable del delito por manejo en
estado de ebriedad tendrá dos sanciones independientes, planteó la posibilidad de
debatir una pena compuesta de dos grados para aquel que incumple la obligación de
prestar auxilio, permitiendo al juez aplicar el grado inferior (presidio menor en su
grado medio) cuando el accidente no provoca víctimas fatales o heridos de
consideración, o el grado superior (presidio menor en su grado máximo) cuando esas
penosas circunstancias tienen lugar.
A su vez, el Presidente de la Comisión, Honorable Senador señor Harboe, sostuvo que
lo que acá se trata de establecer es un delito omisivo propio, que tiene lugar por el
solo hecho de que un conductor que participa en un accidente automovilístico no
cumple con su obligación de detener la marcha, prestar la ayuda posible al
perjudicado y dar cuenta a la autoridad de lo sucedido, siendo absolutamente
independiente y autónomo de las posibles consecuencias penales por el accidente.
Por esa razón, postuló que quizás sería preferible volver a la indicación del Ejecutivo,
que no hace las distinciones que se proponen y, en cambio, establece una pena
única. En respuesta a las inquietudes planteadas, el Profesor señor Matus expresó
que incluso con las normas especiales de determinación de la pena que el proyecto
plantea -que se aplican en este caso-, se hace mucho más probable que la pena
efectiva que se imponga al conductor que incumple la obligación de auxilio sea el
tramo inferior, que en el caso que plantea el Honorable Senador señor Espina
correspondería a 541 días. Explicó que es altamente improbable que una sanción de
esa magnitud se cumpla efectivamente, lo que genera un incentivo perverso para el
conductor que sabe que está en estado de ebriedad y atropella a un transeúnte
dejándolo grave. En ese caso, agregó, la opción lógica es no prestar ningún tipo de
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ayuda, huir, esconderse hasta que pase la embriaguez y después entregarse a la
unidad policial más cercana. Explicó que quien actúe de esa forma, se asegura que no
se pueda probar su estado de ebriedad previo y sólo se verá enfrentado a una pena
por omisión de auxilio, que muy posiblemente cumplirá en libertad. Manifestó que,
por otro lado, no parece tener sentido aplicar una pena muy drástica (presidio menor
en su grado máximo) cuando el conductor ebrio que se da a la fuga sólo ha
provocado daños materiales o lesiones menores. Añadió que, por ello, la proposición
distingue, para efectos de la pena, según el resultado producido. El Honorable
Senador señor Espina consideró pertinente la explicación, pero destacó que, en la
actualidad, el inciso final del artículo 168 de la Ley de Tránsito establece como
sanción para el caso de incumplimiento de la obligación contenida en el artículo 176,
la presunción de responsabilidad del conductor que huye del lugar del accidente en
que participó. Sostuvo que ello sería inconstitucional a la luz de la prohibición
establecida en nuestra Carta Fundamental de presumir la responsabilidad penal, pese
a lo cual la proposición sustitutiva no considera la eliminación de esa norma. Añadió
que la proposición establece que la sanción por no dar aviso a la policía procederá
incluso cuando en el accidente sólo hay daños materiales. Sostuvo que, en ese caso,
se trata de un problema entre privados, en que generalmente se acude al sistema de
constancias en Carabineros para efectos de cobrar los seguros comprometidos, pero
siempre sobre la base de tratarse de una diligencia voluntaria y no de una obligación
impuesta coactivamente. En relación con el primer punto tratado por el Honorable
Senador señor Espina, el Profesor señor Matus destacó que la regla del artículo 168
no se aplica en materias penales por las razones sostenidas por el indicado señor
Senador, pero sí tiene efectos en los aspectos infraccionales y civiles, que constituyen
las otras responsabilidades que también están envueltas en los accidentes de
tránsito, en las cuales las presunciones legales de responsabilidad son perfectamente
válidas. Respecto al segundo aspecto, recordó que la obligación de dar constancia a
Carabineros en caso de accidentes automovilísticos que produzcan daños materiales
existe en la ley vigente y es la forma como las compañías de seguros pueden subrogar
al asegurado en el ejercicio de la acción contra quien que produjo el daño. Por ello,
las modificaciones a estas reglas supondrían un reestudio de la legislación sobre
seguros, lo cual excedería el ámbito de este proyecto. Finalmente, estimó necesario
considerar también en la proposición la pena de suspensión de la licencia para
conducir vehículos motorizados por un año, en el caso de lesiones distintas a las del
Nº 1 del artículo 397 del Código Penal, y de inhabilitación perpetua para la
conducción de vehículos motorizados cuando tengan lugar esas lesiones o la muerte
de una persona.
Respecto de la remisión que hace el artículo 195 inciso 3º a los artículos 196 bis y 196
ter, es importante tener en consideración lo siguiente:
1. La ley prohíbe al tribunal tener en consideración lo dispuesto en los artículos
67, 68 y 68 bis del Código Penal, vale decir, aplicar dichas reglas generales de
determinación de pena en materia de circunstancias modificatorias.
2. En lugar de las normas anteriores, hace aplicable las siguientes:
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2.1. Si no concurren circunstancias atenuantes ni agravantes en el hecho, el
tribunal podrá recorrer toda la extensión de la pena señalada por la ley al
aplicarla, es decir, incluye una norma que reitera las reglas generales,
pero no bajo la fórmula del Código sino bajo la misma, pero de la Ley Nº
18.290.
2.2. Si, tratándose del delito previsto en el inciso tercero del artículo 196
(conducción en estado de ebriedad ocasionando lesiones graves
gravísimas o muerte), concurren una o más circunstancias atenuantes y
ninguna agravante, el tribunal impondrá la pena de presidio menor en su
grado máximo. En este caso, entonces, el tribunal aplicaría únicamente la
misma regla del artículo 195, que contempla como pena única la de
presidio menor en su grado máximo. Si concurren una o más agravantes y
ninguna atenuante, aplicará la pena de presidio mayor en su grado
mínimo. Este norma podría aplicar, si no fuera porque el numeral
siguiente establece exactamente la misma situación, vale decir, la
concurrencia de una o más agravantes y ninguna atenuante, con una
solución más favorable al condenado, según se verá. En conclusión, este
numeral no aplica al art. 195, no obstante la referencia expresa.
2.3. Si, tratándose del delito establecido en el inciso cuarto del artículo 196,
concurren una o más circunstancias atenuantes y ninguna agravante, el
tribunal impondrá la pena en su grado mínimo. Si concurren una o más
agravantes y ninguna atenuante, la impondrá en su grado máximo. Para
determinar en tales casos el mínimo y el máximo de la pena, se dividirá por
mitad el período de su duración: la más alta de estas partes formará el
máximo y la más baja el mínimo. Este caso resulta aplicable en cualquiera
de las dos hipótesis, esto es, una o más agravantes y sin atenuantes, y una
o más atenuantes sin agravantes, dado que la misma norma explica lo que
debe entenderse por grado mínimo y máximo, replicando la nomenclatura
tradicional de Derecho Penal de mínimun y máximum, que resulta
aplicable a una pena que sólo consta de un grado, lo que ocurre en el caso
del art. 195.
2.4. Si concurren circunstancias atenuantes y agravantes, se hará su
compensación racional para la aplicación de la pena, graduando el valor
de unas y otras. En este caso la norma aplica puesto que sólo hace
operativa la regla general de Derecho Penal pero no bajo la fórmula del
Código sino bajo la Ley Nº 18.290.
2.5. El tribunal no podrá imponer una pena que sea mayor o menor al marco
fijado por la ley. Con todo, podrá imponerse la pena inferior en un grado si,
tratándose de la eximente del número 11 del artículo 10 del Código Penal,
concurriere la mayor parte de sus requisitos, pero el hecho no pudiese
entenderse exento de pena. Lo que esta norma parece hacer es impedir la
aplicación genérica del artículo 73 del Código Penal, de forma tal que
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dicha norma, su contenido y la posibilidad de rebaja de pena hasta en tres
grados respecto del mínimo establecido en la ley ,opere sólo cuando se
trate de estado de necesidad justificante y en ningún otro caso, en que
cualquier eximente incompleta sólo entraría a jugar como una atenuante
genérica. Adicionalmente, modifica la norma del Código Penal, limitando
la rebaja que el tribunal puede hacer en caso que concurra, de manera
incompleta, la eximente de estado de necesidad a sólo un grado, a
diferencia de los tres que se contemplan en materia general.
3. Respecto de la remisión al art. 196 ter, ésta resulta totalmente aplicable,
por cuanto sólo suspende la vigencia de una pena sustitutiva de aquellas
contempladas en la Ley Nº 18.216 por el plazo de un año, debiendo
aplicarse, de manera efectiva, la pena impuesta en virtud del art. 195.
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la responsabilidad que le pueda caber en el respectivo
delito o cuasidelito, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 74 del Código Penal.
Comentarios:
El inciso final del artículo 183, hoy derogado, establecía que la negativa injustificada a
someterse a las pruebas o exámenes a que se refieren este artículo y el artículo 182,
o la circunstancia de huir del lugar donde se hubiere ejecutado la conducta delictiva,
en su caso, eran apreciadas por el juez como un antecedente calificado, al que podía
dar valor suficiente para establecer el estado de ebriedad o influencia de sustancias
estupefacientes o sicotrópicas en que se encontraba el imputado. Con la nueva Ley se
crea un ilícito que sanciona con multa de tres a diez unidades tributarias mensuales y
con la suspensión de su licencia hasta por un mes, ante la negativa injustificada de un
conductor a someterse a las pruebas respiratorias u otros exámenes científicos
destinados a establecer la presencia de alcohol o de sustancias estupefacientes o
psicotrópicas.
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motorizados bajo la influencia de aquella sustancia sicotrópica, aunque en los hechos
no le provoque efectos evidentes en la capacidad de manejo. Añadió que, al igual que
en la proposición anterior, en este caso es necesario agregar a la sanción corporal la
de inhabilitación perpetua para la conducción de vehículos motorizados, cuando
tengan lugar las lesiones que señala el Nº 1 del artículo 397 del Código Penal o la
muerte de una persona.
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comiso del vehículo con que se ha cometido el delito,
sin perjuicio de los derechos del tercero propietario,
que podrá hacer valer conforme a las reglas generales
del Código Procesal Penal.
Comentarios:
Los nuevos incisos que se incorporan al artículo 196, establecen agravantes
especiales si concurren las hipótesis de reincidencia propia específica, o se trata de
un conductor profesional, o si el responsable conduce con licencia cancelada o
hubiere sido inhabilitada a perpetuidad. En los casos descritos, tratándose de una
pena compuesta de un grado de una divisible se aplicará esta en el máximum, y en el
caso de una pena compuesta de dos o más grados de una divisible se aplicará en el
grado máximo la pena corporal.
De esta forma, tenemos que la aplicación de esta norma es previa a aquélla que
establece las reglas de determinación de pena y el efecto de circunstancias
agravantes y minorantes en cada caso. Por tanto, en la hipótesis de que se cometa un
delito de manejo en estado de ebriedad que ocasione la muerte de una persona, el
marco aplicable a dicho imputado sólo será de presidio mayor en su grado mínimo,
una vez establecido éste se aplican las normas de determinación de pena
contempladas en el artículo siguiente (art. 196 bis)
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Artículo 196 bis.- Para determinar la pena en los casos
previstos en los incisos tercero y cuarto del artículo
196, el tribunal no tomará en consideración lo
dispuesto en los artículos 67, 68 y 68 bis del Código
Penal y, en su lugar, aplicará las siguientes reglas:
Comentarios:
Se alteran las reglas generales de determinación de penas contempladas en los
artículos 67, 68 y 68 bis del Código Penal, limitando la posibilidad que tiene el
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tribunal de rebajar en grado el mínimo de la pena, que de aplicarse la normativa
común podría ser procedente (vgr., ante la concurrencia de dos o más atenuantes y
ninguna agravante). Al respecto, el inciso final del artículo 196 bis, establece
expresamente que el juez no pude imponer una pena mayor o menor al marco fijado
por la ley.
Al respecto, el Profesor señor Matus señaló que la única atenuante que podría ser
considerada es la eximente incompleta del Nº 11 del artículo 10 del Código Penal,
relativa al estado de necesidad, donde podría caber el caso de que todas las personas
en una fiesta hayan ingerido alcohol y frente al accidente grave de uno de los
participantes otro de los asistentes decide arriesgarse y conducir al herido en su
vehículo a un hospital. Explicó que, en ese caso, siempre podría argumentarse que
había otros medios para atender al accidentado (como llamar a una ambulancia,
pedir un taxi, etc.), pero la premura de la situación podría justificar en parte al
conductor ebrio. Originalmente se contemplaba la atenuante del Nº 1 del artículo 11,
la que a juicio de Matus no debería ser incorporada en términos tan amplios como
los que se proponían. Sostuvo que la disposición citada se refiere a cualquier causal
de eximición de responsabilidad incompleta, lo cual implica que el imputado puede
alegar que tenía miedo, pero que no era irresistible; que se sentía presionado, pero
no de manera insuperable; que pensaba que estaba privado de razón, pero no de
manera completa; o que estaba completamente privado de razón por el alcohol, pero
que no lo había ingerido en forma totalmente voluntaria, y así sucesivamente. Coligió
que por esta vía se podría burlar el propósito del proyecto.
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presidio menor en su grado mínimo y multa de hasta diez
unidades tributarias mensuales.
Si los delitos a que se refieren los artículos 193 y
196 de la presente ley, fueren cometidos por quien no
haya obtenido licencia de conducir, o que, teniéndola,
hubiese sido cancelada o suspendida, el tribunal deberá
aumentar la pena en un grado.
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