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El TA una condición permanente que interfiere en la vida escolar del niño, porque crea
una disparidad significativa entre su verdadero potencial y el rendimiento académico,
repercute en su autoestima y en las relaciones con sus compañeros y puede afectar
notablemente la dinámica familiar.
Los TA han sido definidos por el Manual Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV) y
por la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10):
TRASTORNOS DE LA ESCRITURA
A. DISGRAFÍA
1. DEFINICIÓN
2. CLASIFICACIÓN
Se cree que afecta entre un 3 y un 10% de los niños de edad escolar; existen evidencias
de que los niños que sufren este trastorno pertenecen con frecuencia a familias con
antecedentes del mismo.
4. SÍNTOMAS
1- Dificultades desde los primeros años escolares para deletrear palabras y expresar
sus pensamientos de acuerdo a las normas propias de su edad.
A. Factores Madurativos
Trastorno de lateralización
Otra de las causas es la lateralidad cruzada que se produce cuando el predominio ocular
no es homogéneo con el de la mano y el pie
Trastornos de la psicomotricidad
Cuando la base tónico-motor del niño se encuentra alterada por causas funcionales puede
producirse alteración en la escritura. Se diferencian dos grupos principales:
6. TRATAMIENTO
2. CLASIFICACIÓN
3. NIVELES DE GRAVEDAD
4. SÍNTOMAS
Déficit intelectual.
Deficiencias en la percepción espacio-temporal del sujeto.
Deficiencias en la percepción visual o en la percepción auditiva.
Mala articulación de los fonemas, que se traduce en la escritura.
Bajo nivel de motivación: el sujeto no considera importante en su vida aprender las
normas de ortografía.
Causas de tipo pedagógico: el método enseñado para aprender a escribir no fue el
adecuado.
6. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
7. TRATAMIENTO DE LA DISORTOGRAFÍA
DISLEXIA
1. Definición.
Es cualquier tipo de problema relacionado con la lectura. En sentido estricto, se refiere a
la dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura, a pesar de que el niño tiene un
coeficiente intelectual normal, edad y grado de escolaridad adecuado, así como una
conveniente estimulación y no presentar deficiencias sensoriales severas, retardo mental
o trastornos psíquicos.
2. Causas.
La dislexia tiene en algunos casos un origen genético que puede dar lugar a anomalías en
la formación del cerebro, más en concreto cuando se está produciendo el proceso de
migración neuronal. En el 75-80% de los casos podemos hallar antecedentes familiares
de dificultades en la adquisición de la lectura, lo que nos aporta una importante
información para el diagnóstico. Por ello es muy importante preguntar a los padres si
recuerdan como fue su aprendizaje de la lectura.
3. Prevalencia.
La dislexia afecta del 10 al 12 % de todos los niños escolarizados. Los niños se afectan
con una frecuencia cuatro veces mayor que las niñas. Estos niños tienen una inteligencia,
un vocabulario y un desarrollo social promedio y son habitualmente aunque no siempre
zurdos.
4. Tipos de dislexia.
Cuando hablamos de dislexia adquirida, hacemos referencia a una dislexia causada por
un deterioro cerebral de origen congénito o no, ya sea por infartos o accidentes
cerebrales. Está definida por una dificultad en la lectura y en la escritura, generalmente
esta dificultad obedece al deterioro específico que sufre el área del cerebro responsable
de esta actividad.
Cuando hablamos de dislexia del desarrollo, hacemos referencia a una dislexia como
trastorno del lenguaje que afecta a la habilidad de leer y escribir, afectando a veces
también, a otros aspectos del lenguaje. Los niños con dislexia presentan problemas en el
ritmo y velocidad en el lenguaje escrito y leído. No se podría considerar dislexia del
desarrollo a niños y niñas que presentaran retraso mental o que hayan tenido algún
accidente cerebral.
a) Dislexia fonológica
La conciencia fonológica es el punto importante. Esto incluye la dificultad para dividir las
palabras en sílabas y en unidades de sonido más pequeñas llamadas fonemas. Por
ejemplo, si usted dice una palabra en voz alta a un niño con habilidades fonémicas
limitadas, él podría escucharla y repetirla correctamente. Sin embargo, tendrá dificultad
para saber cómo separar la palabra en los diferentes sonidos que la conforman.
Los problemas en esta área pueden dificultar que los lectores conecten los fonemas con
su símbolo escrito (grafemas). Esto obstaculiza pronunciar fonéticamente o “decodificar”
las palabras.Una manera en la que los niños pueden ser evaluados para determinar si
tienen dificultades en esas áreas es pidiéndoles que lean palabras inexistentes como jeet.
La idea es mostrarles una palabra que no hayan visto antes y ver si pueden pronunciarla
fonéticamente.Este término describe la capacidad para pronunciar rápidamente y de
manera consecutiva cosas en una lista como números o colores. Cuando se muestran un
grupo de letras en fila, algunos niños con dislexia pueden nombrar cada una de ellas pero
no pueden hacerlo rápidamente
En niños que tienen dislexia fonológica encontraremos estos errores más comunes:
b) Dislexia superficial
Nos encontramos ante una dislexia de superficie o superficial cuando el niño muestra
dificultad para leer por la vía léxica, es decir, para reconocer las palabras irregulares.
Normalmente cometen más errores de omisión, adición o sustitución de las letras. Pero
tienen mejor nivel en la lectura de pseudopalabras en comparación con los niños que
presentan dislexia fonológica. Presentan también mayor problema con la ortografía ya que
solo se guían por la información auditiva.
Algunos niños batallan para leer porque no reconocen palabras familiares a simple vista.
Esta es una habilidad importante por un par de razones. Una es que algunas palabras
tienen un deletreo engañoso. La otra razón está relacionada con la fluidez de la lectura.
Para ser capaz de leer rápidamente y con precisión, los niños tiene que poder reconocer
muchas palabras comunes a simple vista sin tener que pronunciarlas.
Por ejemplo, los lectores principiantes se encontrarán con una palabra como “and” (y)
muchas veces. Con el tiempo les resultará tan familiar que no necesitarán pronunciarla
fonéticamente y la reconocerán casi como si fuera una foto. Sin embargo, la mayoría de
los niños con dislexia tienen problemas para pronunciar fonéticamente las palabras y esto
les dificulta desarrollar un vocabulario de palabras familiares a simple vista.
Nos encontramos ante una dislexia profunda o mixta cuando se dan ambas rutas, lo
que hace que el niño cometa errores en los procesos de lectura tanto auditivo como
visual. Esto supone tener dificultades para descifrar el significado de las palabras, la
imposibilidad de leer pseudopalabras, cometer errores visuales, semánticos o paralexias
(confundir “feliz” con “Navidad”). También presentará dificultad para leer las palabras
abstractas, verbos y palabras función (palabras sin significado como las palabras nexo).
5. Diagnóstico de la dislexia
Trastornos emocionales.
Una entrevista con la familia es también muy recomendable, ya que esto permitirá
valorar las condiciones del entorno del niño y su posible influencia en los síntomas
observados: embarazo complicado, nivel socio-cultural, clima afectivo, etc.
Una vez descartada la presencia de otras anomalías, se procederá a evaluar las
características de la enfermedad mediante distintos test y pruebas para su diagnóstico.
Para ello, conviene que tu pediatra te derive a un logopeda especializado que realice
dichas pruebas:
Test de Frostig: se emplea en niños de cuatro a siete años. Este test se realiza
para estudiar el desarrollo de la percepción visual. Evalúa la coordinación visio motora, las
relaciones espaciales, etcétera.
Test de análisis de lectura y escritura: son distintos test que detectan los
métodos de lectura y escritura del niño, así como los mecanismos que no están
funcionando correctamente. Los test de lectura se aplican en niños de menor edad que
los test de escritura.
Test de comprensión lectora: se utiliza con niños de seis o siete años, para
evaluar su nivel de comprensión a la hora de descifrar un texto.
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje, por lo tanto evolutivo y los síntomas
cambian a medida que el niño crece. Así ya es posible apreciar en la etapa preescolar
pequeños detalles o signos que pueden hacernos sospechar que un niño es disléxico.
Entre los 6 a 12 años los síntomas son más evidentes, o al menos, más conocidos. A
partir de los 12 años se hacen muy claras las alteraciones del aprendizaje.
Para que un niño sea disléxico, no es necesario que presente todos los síntomas que a
continuación se detallan, aunque tampoco lo es por observarse sólo alguno de ellos.
De 12 años en adelante
Tiene problemas de concentración cuando lee o escribe.
Falla en la memoria inmediata, no recordando lo leído por su dificultad con la
comprensión de la lectura, el lenguaje escrito o las destrezas matemáticas.
Interpreta mal la información, por su falta de comprensión de conceptos abstractos
y porque lee mal.
Muestra dificultades en organizar el espacio, sus materiales de trabajo y sus
pensamientos al escribir o al hablar.
No logra planificar su tiempo ni tiene estrategias para terminar a tiempo sus tareas.
Trabaja con lentitud y no se adapta a ambientes nuevos.
No funcionan sus habilidades sociales y no logra hacer amigos ni entender las
discusiones.
Finalmente evita leer, escribir y las matemáticas, tendiendo a
bloquearse emocionalmente.
Los dos pilares básicos sobre los que descansa la intervención en la dislexia son la
adaptación curricular escolar y la reeducación psicopedagógica.
1. El sobreaprendizaje.
2. La educación multisensorial.
3. La educación psicomotora.
4. El entrenamiento perceptivo-motor.
5. El desarrollo lingüístico.
6. El entrenamiento de la lectoescritura.
DISCALCULIA
1.- Definición
Los términos trastorno del cálculo y discalculia del desarrollo o simplemente discalculia
son equivalentes para algunos autores (Ta’ir, Brezner, & Ariel, 1997). Otros, como
Rosselli, Matute, Pinto y Ardila (2006), utilizan el primer término para incluir a los niños
con dificultades matemáticas cuyos resultados en los pruebas numéricas se encuentran
en el percentil 35 o por debajo de éste, pero no más de dos desviaciones estándar por
debajo del promedio; éstos niños no presentarían discalculia del desarrollo. Los únicos
niños que sí podrían recibir este diagnóstico serían aquéllos cuyos puntajes los ubican
dos o más desviaciones estándar por debajo del promedio normativo, es decir alrededor
del percentil 2 y 3; la mayor parte de estas investigaciones utilizan participantes con
dificultades matemáticas que por definición tendrían un problema matemático menos
grave .
2.- Causas
Aquella que presentan los alumnos al comenzar el aprendizaje del cálculo, y está
vinculada con sus primeras dificultades específicas, que logrará superar con eficiencia.
Es la que se presenta como síntoma de otro cuadro más complejo, caracterizado por un
déficit global del aprendizaje, es decir, no se trata de tener una dificultad en alguna
asignatura, sino en todos los conocimientos o asignaturas que se le imparten.
Se da en niños que padecen déficit mental, y las dificultades en el cálculo son mayores
cuanto más grave es el déficit de inteligencia. Por lo tanto menos recuperable, porque las
dificultades son prácticamente irreversibles.
Las dificultades se extienden por igual a todas la áreas. Estos niños son muy lentos para
asimilar las nociones que se les enseña, condicionan y mecanizan todo, casi hay
ausencia de procesos lógicos y es muy limitada la acción del pensamiento. A esto hay
que añadir que el lenguaje es poco inteligible y que están poco atentos. Por todo esto hay
que estar cambiando de actividad continuamente.
La dislexia escolar, no tratada precozmente, se complica con una serie de trastornos que
la agravan, y son capaces de transforma la dificultad de leer y escribir en una deficiencia
para aprender. Llegando al punto de que su aptitud matemática que lo distinguía sufre
deterioros tales como confundir las cifras cuando las lee o escribe, mal encolumnamiento
de las cantidades en las operaciones, no realiza el cálculo mental, ni tampoco los
problemas, porque no entiende el enunciado.
Los síntomas de las afasias pueden dar lugar a todos o algunos trastornos del aprendizaje
del cálculo y constituir una discalculia escolar secundaria.
5.- Características
Perceptivo-visuales
Dificultades amnésicas
Orientación espacial
Esquema corporal
Figura y longitud
Distancia y tamaño
El primer síntoma de que existe una discalculia escolar nos lo dará el niño, cuando
presente algún problema de entendimiento o fallo referido a alguna parte del cálculo. Este
error debe de ser atendido lo antes posible para determinar las causas y corregirlo lo
antes posible. A continuación se indican cuáles pueden ser esos fallos para detectar una
probable discalculia escolar.
a) Fallas en la identificación.
a) La repetición.
Se le ordena al alumno que escriba la serie numérica del 1 al 10, y reiteradamente repite
un número dos o más veces. Ejemplo: 1, 2, 3, 4, 4, 5, 6, 7, 7, 8, 9, 10.
b) La omisión.
Esta dificultad es la más frecuente. El alumno omite uno o más números de la serie.
Ejemplo: 1, 2, 4, 5, 6, 8, 9, 10.
c) La perseveración.
Es el trastorno menos frecuente. Se le indica al alumno que cuente del 1 al 8 y que al
llegar a éste se detenga. Pero el alumno no reconoce la limitación de la serie, y al llegar al
8, en vez de pararse, sigue contando.
d) No abrevian.
Este trastorno se hace presente cuando se le indica al niño que escriba o repita una serie
numérica empezando por un número concreto. Pero se comprueba que no es capaz de
reunir las unidades anteriores a ese número, y las escribirá o pronunciará en voz baja.
Ejemplo: Se le dice al niño que empiece a contar a partir del cinco, y éste pronuncia en
voz baja los números 1, 2, 3, y 4.
e) Traslaciones o trasposiciones.
Se caracteriza por el hecho de que el alumno cambia el lugar de los números. Ejemplo: se
le dicta el 13 y escribe el 31, se le indica que escriba el 18 y escribe el 81.
Los trastornos del aprendizaje de las escalas, por lo general, vienen acompañados de los
trastornos hallados en la serie numérica.
Previamente hay que asegurarse de que los alumno entienden las nociones
operacionales de la suma y la resta (agregar y quitar), para pasar en otro momento a las
operaciones numéricas de las escalas ascendentes y descendentes, primero con
números pares y luego con impares, para llegar finalmente a la automatización útil.
a) Mal encolumnamiento.
En estos casos el alumno no sabe alinear las cifras, y las escribe sin guardar la obligada
relación con las demás.
b) Trastornos de las estructuras operacionales.
Se han encontrado distintos tipos de trastornos en relación con una de las operaciones.
En la suma y la resta.
- Iniciar las operaciones por la izquierda en vez de hacerlo por la derecha.
- Realizar la mitad de una operación con la mano derecha y la otra mitad con la izquierda
(trastorno poco frecuente).
En la multiplicación.
- Mal encolumnamiento de los subproductos.
En la división.
- No saben con precisión cuántas veces está contenido el divisor en el dividendo.
Ejemplo: 8/2, coloca un 3, y le está 4 veces.
- Al multiplicar el cociente por el divisor, resta mal en el dividendo, pues lo hace con los
números de la izquierda.
- Al dividir, coloca mal el cociente, pues primero anota el número de la derecha, y luego el
de la izquierda.
Ejemplos:
- El alumno debe entender con claridad que en la resta 281 – 4 no puede restar el 4 del 1
porque es mayor. Así que debe pedirle una unidad al 8 que se halla en la izquierda, y éste
quedará transformado en 7.
- Esto está en oposición al razonamiento que debe hacerse al efectuar una suma: 34 +
7.Las unidades son 11 (4+7), pero se coloca en el resultado el uno y se lleva la decena,
transformándose el tres en cuatro.
5.1.5. Los problemas.
b) El lenguaje.
d) El razonamiento.
La representación mental deficiente determina falsas relaciones, por lo que se confunden
ideas o puntos de referencia principal con los secundarios.
e) Mecanismo operacional.
Fallas en el mecanismo operacional utilizado para la resolución del problema., que podrán
desaparecer con la reeducación y la ejecución del plan de ejercicios correspondientes,
evitando la automatización.
5.1.6. Cálculos mentales.
A este nivel el alumno realiza cálculos mentales, por cuyo motivo las exigencias previas
de la maduración y de realización deben ser cumplimentadas para evitar el fracaso.
Éstas implican un conocimiento cabal de las operaciones y de las tablas, los problemas y
las escalas, afianzamiento de la atención, la memoria y la imaginación; funciones que
favorecerán el cálculo.
Si no realiza un buen cálculo mental podría ser debido a que el niño presenta algún
trastorno de los nombrados anteriormente (escalas, tablas, operaciones, problemas).
6.- Prevalencia
7.- Tratamiento
La intervención psicopedagógica.
Debe efectuarse respetando las características propias de cada caso y poniendo más
énfasis en aquellas dificultades que se manifiestan de forma más severa. El tratamiento
debe efectuarse en las siguientes áreas:
a) Psicomotriz:
b) Cognitiva:
Aumento del vocabulario, sobretodo del relacionado con la matemática hay que
hacer hincapié en las manifestaciones escritas, en el aprendizaje y utilización de
signos matemáticos, en la disposición escrita de las operaciones, etc.
c) Pedagógica:
1. FONOLÓGICOS
1.1. ¿Qué son Trastornos Fonológicos?
Los niños que pronuncian grupos enteros de sonidos mal necesitan acercamientos
especiales para aprender a producir estos sonidos correctamente. Algunas veces un
niño/a con dificultades fonológicas omite sonidos completamente al final de una palabra:
ratón/rato, canal/cana, y piel/pie. Lo que es interesante es que este niño/a puede
pronunciar perfectamente los sonidos que él/ella está omitiendo al final de la palabra
cuando esos mismos sonidos ocurren al principio o en el medio de otras palabras. El
suprimir/ omitir los sonidos finales crea un problema especial cuando el niño/a pronuncia
palabras que tienen un final plural como en juguetes o bebés y el final de los verbos en el
pretérito como caminaron o brincaron. Los sonidos finales en estas palabras le proveen al
oyente información importante cuando está comunicándose.
C. Si hay un retraso mental, un déficit sensorial o motor del habla, o una privación
ambiental, las deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a
estos problemas.
En el inicio del desarrollo, los sonidos infantiles son similares en distintas culturas, debido
probablemente a la intervención de procesos biológicos. Mientras un niño aprende los
sonidos del lenguaje local y del ambiente, las producciones de sonidos cambian y se
convierten en específicas de la cultura.
La producción de los sonidos del lenguaje subsiguientes dependen del desarrollo del
control motor del habla (lengua, labios, paladar, laringe, mandíbula, músculos de la
respiración), de la percepción auditiva (fonemas vocales y consonantes, ritmo, intensidad,
entonación) y de la habilidad para producir sonidos, contrastes, combinaciones,
formaciones de plurales y acentos. Es hacia los 8 años, que un niño ha adquirido,
normalmente, todos los sonidos del lenguaje. Generalmente, el problema se diagnostica
alrededor de los 3 años, pero el trastorno puede aparecer más pronto o más tarde
dependiendo de su gravedad.
1.4. Descripción clínica
La manifestación clínica esencial es un conjunto de sonidos del habla evolutivamente
inapropiados. Se considera que la articulación es defectuosa comparándola con niños de
su misma edad, y no puede atribuirse a anormalidades de la inteligencia, audición o
defectos fisiológicos en los mecanismos del habla.
De mayor a menos gravedad se encuentran las omisiones, sustituciones y por último las
distorsiones. La clase más común de distorsiones es el denominado deslizamiento lateral,
en el que el niño pronuncia la /s/ dejando pasar el aire a través de la lengua y produciendo
una especie de silbido. Estas omisiones, sustituciones y distorsiones son muy frecuentes
cuando los niños comienzan a hablar pero mientas los niños normales sustituyen
rápidamente estos errores, los niños con trastorno fonológico no (Kaplan y Sadock, 1999).
1.5. Etiología
Parece que los factores constitucionales son de mayor importancia que los ambientales a
la hora de determinar si un niño tiene un trastorno fonológico. La elevada proporción en
estos pacientes de familiares con trastornos similares sugiere la posibilidad de un
componente genético.
1.6. Evaluación
Además de una evaluación de la inteligencia, estos niños deberían recibir una valoración
completa del lenguaje, ya que muchos presentan un trastorno asociado de la expresión
gramatical (sintáctico).
El habla puede ser ligeramente inteligible, mucho, y parecer la propia de un niño pequeño.
La inteligibilidad del habla puede verse comprometida además por problemas que no
forman parte del trastorno fonológico: el acento, la entonación, tartamudeo, lenguaje
confuso, condiciones físicas (trastornos orofaciales como la fisura palatina),
enfermedades neurológicas o medicación psicotrópica (especialmente neurolépticos).
Después de que se identifique y analice los patrones en los errores del niño/a, él/ella
puede desarrollar metas y un plan de tratamiento para el niño/a. Un niño/a con trastornos
fonológicos está a más riesgo de desarrollar problemas cuando aprenda a leer o deletrear
y está potencialmente en riesgo a otras discapacidades del aprendizaje.
Se debe tomar en cuenta una cantidad de tiempo considerable puede ser pasada en
actividades que no son solamente tratando de pronunciar palabras correctamente – lo
cual puede ser frustrante y confuso para los padres. Los beneficios de la terapia del habla
a largo plazo son sustanciales. Muchos niños aprenderán hablar normalmente en pocos
años o mucho menos…por supuesto, dependiendo en la severidad del trastorno(s) y la
madurez de ellos.
A los 8 años normalmente se produce una recuperación espontánea, pero la terapia del
habla y del lenguaje puede ayudar a que el desarrollo del habla se produzca de forma
más rápida y completa. El riesgo de una baja autoestima a nivel comunicativo resulta una
complicación potencial. Así pues, se considera la logoterapia como el mejor tratamiento.
1. Expresivo
1.1. ¿Qué son los trastornos expresivos?
La capacidad para la expresión del lenguaje oral aparece marcadamente inferior al nivel
adecuado a la edad mental del sujeto, manteniendo normal la comprensión del lenguaje.
Se muestra por retrasos en la adquisición del lenguaje como ausencia de palabras
simples alrededor de los dos años de edad y fracaso en la elaboración de frases sencillas
de dos palabras sobre los 3 años.
Existe una limitación del vocabulario, escaso número de palabras, frases demasiado
cortas, estructuras gramaticales simplificadas, omisiones de partes críticas de las frases,
u orden inusual de las palabras.
1.2. Síntomas
D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla, o privación ambiental, las
deficiencias del lenguaje deben exceder de las habitualmente asociadas a tales
problemas.
1.5. Etiología
1.6. Evaluación
En la evaluación se incluye una valoración psiquiátrica (atención y problemas de
conducta), neurológica, cognitiva y educativa. La inteligencia se determina
mediante una medida no verbal del CI. Resulta razonable realizar un test de
agudeza auditiva, y resulta esencial una exploración de los trastornos de
aprendizaje concomitantes.
Suele identificarse hacia los 3 años en el tipo evolutivo. El tipo adquirido comienza
súbitamente a consecuencia de lesiones físicas, por lo que depende de la
ocurrencia de éstas.
1.11. Tratamientos
La psicoterapia familiar:
En especial a los padres puede estar indicada en algunos casos para disminuir
tensiones familiares derivadas de las dificultades del niño y para elevar la
compresión del problema.
TRASTORNO MIXTO DEL LENGUAJE RECEPTIVO-EXPRESIVO
Dado que conlleva ambos déficits, receptivo y expresivo, el trastorno mixto del lenguaje es
bastante más grave y socialmente perturbador que el trastorno del lenguaje expresivo. Y
en función de la naturaleza de los déficits, la comprensión no verbal puede estar
preservada o deteriorada.
1. Definición
3. Prevalencia
Se detecta antes de los 4 años (tipo evolutivo). Las formas graves pueden detectarse
hacia los dos años. Para los casos más leves hasta la edad de 7 años puede no ser
detectable. Muchos llegan a tener un lenguaje normal pero el pronóstico es peor que en el
Trastorno del Lenguaje Expresivo.
5. Etiología
6. Descripción clínica
En los casos leves, puede darse una comprensión lenta de las frases complicadas o un
procesamiento lento de determinadas formas lingüísticas (por ejemplo, palabras poco
usuales, poco comunes o abstractas; lenguaje espacial o visual). Pueden existir
dificultades en la comprensión del humor o los modismos, y en leer indicadores
situacionales.
En casos graves, estas dificultades pueden ampliarse a frases o a palabras sencillas, lo
que refleja un procesamiento auditivo lento.
Se pueden observar mutismos, ecolalia o neologismos.
Durante el período de desarrollo, el aprendizaje de las habilidades del lenguaje expresivo
se deteriora por el enlentecimiento del procesamiento del lenguaje receptivo.
La mayoría de estos niños tienen dificultades para conservar recuerdos visuales y
auditivos y para reconocer y reproducir símbolos en una secuencia ordenada.
Otros tienen una deficiencia parcial de la audición para los tonos uniformes, un umbral
más alto de excitación o una incapacidad para localizar el origen del sonido.
Muchos de los niños con esta afectación tienen problemas de socialización y, múltiples
problemas emocionales derivados, como baja autoestima y sentimientos de inferioridad.
7. Síntomas e indicadores
Expresión. Utiliza formas diferentes de palabras activas (“yo quiero jugar”, “nosotros
jugamos”…). Cuenta hasta 10. . Es la edad del ¿por qué? Pregunta incansablemente,
que es muestra su interés por conocer el mundo que le rodea, en ocasiones lo utiliza
como juego y como forma de interactuar. . Con frecuencia se atranca al hablar, repite
sílabas o palabras. Esta es una fase normal del desarrollo que pasan muchos niños y
que probablemente desaparecerá en unos meses, sin que quede ninguna secuela, lo
importante es mantener la calma.
c. Edad: 4 a 5 años
Comprensión. Cumple una secuencia de tres órdenes seguidas (“ve a la cocina, coge
un vaso y ponlo en la mesa”). Entiende la comparación de tamaño y realiza
razonamientos más complicados. . Entiende los pronombres (“dáselo a ella”).
Expresión. Sabe contar lo que le pasa con frases completas que entienden los demás
(familiares, amigos, etc.). . Pide explicaciones sobre las cosas. . Comete errores en el
uso de las conjugaciones verbales, regularizando verbos y utilizando neologismos
(vinió/vino, téno/tengo). . Inventa palabras como consecuencia de que aplica su lógica,
recién adquirida, al lenguaje (disparate/objeto que dispara, pistolar/ acción de disparar.
Pueden aparecer síntomas de tartamudeo que no deben preocuparnos en exceso,
manteniendo las actitudes de serenidad, apuntadas.
d. Edad: 5 a 6 años.
9. Evaluación
Muchos de los niños con esta afectación tienen problemas de socialización y, múltiples
problemas emocionales derivados, como baja autoestima y sentimientos de inferioridad.
Los trastornos comórbidos que se asocian frecuentemente al trastorno mixto del lenguaje
receptivo-expresivo son, el trastorno de la lectura, del cálculo y de la escritura. Además
aproximadamente el 50% presentan trastornos del aprendizaje y más del 70% tenían un
trastorno por déficit de atención/hiperactividad, trastornos de ansiedad o depresivos.
11. Criterios diagnósticos del Trastorno Mixto del lenguaje receptivo-expresivo (DSM-
IV-TR)
A. Las puntuaciones obtenidas mediante una batería de evaluaciones del desarrollo del
lenguaje receptivo y expresivo, normalizadas y administradas individualmente, quedan
substancialmente por debajo de las obtenidas mediante evaluaciones normalizadas de
la capacidad intelectual no verbal. Los síntomas incluyen los propios del trastorno del
lenguaje expresivo, así como dificultades para comprender palabras, frases o tipos
específicos de palabras, tales como términos espaciales.
D. Si hay retraso mental, déficit sensorial o motor del habla o privación ambiental, las
deficiencias del lenguaje exceden de las habitualmente asociadas a estos problemas.
Nota de codificación: Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad
neurológica, se codificaran en el Eje III.
Como un diagnóstico del DSM-IV, la característica fundamental del trastorno mixto del
lenguaje receptivo-expresivo (TMLRE) es la alteración tanto del desarrollo del lenguaje
receptivo como del expresivo. Así, a las dificultades de tipo expresivo (vocabulario
limitado, errores en tiempos verbales, dificultades en el recuerdo de palabras, etc.), se le
unen las de tipo receptivo (comprensión de palabras o frases, términos espaciales o de
cierta complejidad). No se observa un trastorno puro de lenguaje receptivo ya que si se
diese, no habría lenguaje expresivo. El trastorno mixto puede ser adquirido o evolutivo,
siendo dificil su distinción en no pocas ocasiones, estando asociado a lesión cerebral o a
la maduración del sistema nervioso central (Gaddes, 1980; Reitan, 1984). En el caso del
supuesto de retraso madurativo, los niños con disfasia evolutiva, seguirían un patrón
esencialmente normal del desarrollo del lenguaje; sufrirían un retraso en la tasa de
adquisición que podría compensarse con el tiempo, siendo su pronóstico mucho mejor
que el de quienes no siguen un patrón de desarrollo normal, como es el caso de los niños
con daño cerebral lesional (Manga y Ramos, 1991).
El criterio fundamental para diferenciarlo del trastorno de expresión del lenguaje, es que
los niños con trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo tienen un déficit en la
comprensión del lenguaje. Los niños con trastorno fonológico o tartamudeo tienen la
comprensión y expresión del lenguaje normal, a pesar de presentar alteraciones del habla
aunque al principio puede pasar desapercibido.
14. Tratamiento
Para el tratamiento de los problemas del lenguaje expresivo y receptivo, resulta esencial
la participación de una logopedia. Se mantendrá la educación especial hasta que los
síntomas mejoren. Una vez que se sitúa a un niño en el curso que le corresponde, se
pueden necesitar todavía ayudas académicas suplementarias.