Está en la página 1de 8

Principios de criminología

Edwin Sutherland y Donald Cressey (1960)*

Capítulo IV

Una teoría sociológica del comportamiento criminal

La discusión que precede ha indicado que una explicación


científica consiste en una descripción de las condiciones que
están siempre presentes cuando un fenómeno ocurre y que nunca
están presentes cuando no ocurre. A pesar de que una multitud
de condiciones pueden ser asociadas en mayor o menor medida
con el fenómeno en cuestión, esta información es
relativamente inútil para el entendimiento o el control si
los factores son dejados como una maraña de factores
desorganizados. Los científicos se esmeran por organizar su
conocimiento en proposiciones generales interrelacionadas, a
las cuales no se les pueden encontrar excepciones.
EL PROBLEMA PARA LA TEORÍA CRIMINOLÓGICA. Si la
criminología ha de ser científica, la colección heterogénea
de “factores múltiples” comúnmente asociados con el crimen y
la criminalidad deberían ser organizada e integrada a través
de una teoría explicativa que tenga las mismas
características que las explicaciones científicas en otros
campos de estudio. Esto es, las condiciones que se dice que
causan crimen siempre deberían estar presentes cuando el
crimen está presente, y deberían estar siempre ausentes
cuando el crimen está ausente. Una teoría como esa
estimularía, simplificaría y le daría dirección a la
investigación criminológica, y proveería un marco para el
entendimiento del significado de gran parte del conocimiento
adquirido sobre el crimen y la criminalidad en el pasado.
Asimismo, sería útil para el control del crimen, dado que
sería “aplicada” casi del mismo modo que el ingeniero
“aplica” las teorías científicas del físico.
Hay dos procedimientos complementarios que pueden ser
usados para poner orden en el conocimiento criminológico,
para desarrollar una teoría causal del comportamiento
criminal. El primero es la abstracción lógica. Los negros,
los habitantes urbanos y los adultos jóvenes, todos tienen
índices delictivos comparativamente altos. ¿Qué tienen en
común que resulta en estas tasas de criminalidad altas? Los
estudios han mostrado que el comportamiento criminal se
asocia en mayor o menor medida con las patologías sociales y
personales tales como la pobreza, las malas condiciones de
vivienda, la residencia en barrios marginales, la falta de
instalaciones recreativas, las familias inadecuadas o
desmoralizadas, las deficiencias mentales, la inestabilidad
emocional, y otros rasgos y condiciones.
¿Qué tienen en común estas condiciones que aparentemente
producen criminalidad excesiva? Las investigaciones también
han demostrado que muchas personas con esos rasgos y
condiciones patológicos no cometen crímenes y que personas de
la clase socio-económicamente más alta frecuentemente violan
la ley, más allá de que no están en la pobreza, no les faltan
instalaciones recreativas, y no son deficientes mentales o
emocionalmente inestables. Obviamente, no son los rasgos y

*
J.B. Lippincott Company, Sexta edición, págs. 74 a 81.
las condiciones por sí mismos los que causan crimen, ya que
las condiciones a veces están presentes cuando la
criminalidad no ocurre, y también a veces están ausentes
cuando la criminalidad sí ocurre. Puede ser alcanzada una
explicación causal del comportamiento criminal haciendo una
abstracción lógica de los mecanismos y procesos que son
comunes a los ricos y a los pobres, negros y blancos,
habitantes urbanos y rurales, jóvenes adultos y adultos
mayores, y los emocionalmente estables y los inestables que
cometen crímenes.
Al arribar a estos mecanismos y procesos abstractos, el
comportamiento criminal debe ser definido precisamente y
cuidadosamente distinguido del comportamiento no-criminal. El
problema en criminología es explicar la criminalidad del
comportamiento, no al comportamiento como tal. Los mecanismos
y procesos abstractos comunes para las clases de criminales
indicadas más arriba no deben ser comunes a los no
criminales. El comportamiento criminal es comportamiento
humano, tiene mucho en común con el comportamiento no
criminal, y debe ser explicado dentro del mismo marco que se
usa para explicar otros comportamientos humanos. Sin embargo,
una explicación del comportamiento criminal debería ser una
parte específica de la teoría general del comportamiento. Su
tarea específica debería ser diferenciar comportamientos
criminales de los no criminales. Muchas cosas que son
necesarias para el comportamiento no son -por esa misma
razón- importantes para la criminalidad del comportamiento.
Por caso, la respiración es necesaria para cualquier
comportamiento, pero el proceso respiratorio no puede ser
utilizado en una explicación del comportamiento criminal, por
cuanto no diferencia al comportamiento criminal del no
criminal.
El segundo procedimiento para poner orden en el
conocimiento criminológico es el de la diferenciación entre
niveles de análisis. Esto significa que el problema se limita
a una parte particular de la situación entera, principalmente
en términos de cronología. El análisis causal debe ser
mantenido en un nivel particular. Por ejemplo, cuando los
físicos enunciaron la teoría sobre los cuerpos en caída libre
no se preocuparon por las razones por las cuales el cuerpo
empezó a caer, excepto cuando ello pudiera afectar el momento
inicial. Para el físico, no hacía ninguna diferencia si acaso
el cuerpo había empezado a caer porque se cayó de la mano de
un físico experimental o porque rodó desde el borde de un
puente a raíz de la vibración causada por un vehículo que
pasaba por ahí. Además, un objeto redondo hubiera rodado
desde el puente más fácilmente que un objeto cuadrado, pero
este hecho no era significativo para la ley de los cuerpos en
caída libre.
Tales hechos fueron considerados como existentes en un
nivel diferente de explicación y fueron irrelevantes respecto
del problema que concernía a los físicos. Gran parte de la
confusión relativa a la conducta criminal se debe al fracaso
para definir y mantener constante al nivel de explicación.
Análogamente, muchos criminólogos atribuirían algún grado de
poder causal a la “redondez” del objeto en la ilustración de
arriba. Sin embargo, la consideración de secuencias
temporales entre los factores asociados con el crimen y la
criminalidad pueden llevar a la simplicidad de enunciado. En
la colección heterogénea de factores asociados con el
comportamiento criminal, un factor usualmente ocurre antes
que otro (en gran medida tal como “redondez” ocurre antes que
“vibración”, y “vibración” ocurre antes que “rodar hacia
fuera de un puente”), pero se puede realizar un enunciado
teórico del comportamiento criminal sin referirse a esos
primeros factores. Manteniendo en análisis en un nivel, los
factores tempranos son combinados con o diferenciados de los
factores posteriores, reduciendo así el número de variables
que deben ser consideradas en una teoría.
Una película de hace varios años mostraba a dos chicos
envueltos en un robo menor; corrieron cuando fueron
descubiertos; uno de ellos tenía piernas más largas, se
escapó y se volvió sacerdote; el otro tenía piernas más
cortas, lo atraparon, lo internaron en un reformatorio, y se
volvió un gangster. En esta comparación, el niño que se
volvió criminal se diferenciaba del que no se volvió criminal
por lo largo de sus piernas. Pero no es necesario considerar
a la “longitud de las piernas” para una teoría criminológica
porque, en general, no se ha encontrado una relación
significativa entre la criminalidad y la longitud de las
piernas, y seguramente, muchas personas con piernas cortas
son respetuosas de la ley y muchas personas con piernas
largas son criminales. La longitud de las piernas no
determina a la criminalidad y no necesariamente tiene
relación con ella. En la ilustración, podría observarse que
el diferencial en la longitud de las piernas de los muchachos
puede ser significativo para la criminalidad o la no
criminalidad subsecuente, solamente en la medida en que
determinó a las experiencias y asociaciones subsecuentes de
los dos chicos.
Entonces, es en estas experiencias y asociaciones que
pueden encontrarse los mecanismos y procesos que son
importantes para la criminalidad o la no criminalidad. Una
explicación teórica del crimen de “un solo nivel” estaría
preocupada exclusivamente por estos mecanismos y procesos, no
por el temprano factor de la “longitud de las piernas”.

 DOS TIPOS DE EXPLICACIONES DEL COMPORTAMIENTO


CRIMINAL

Las explicaciones científicas del comportamiento


criminal pueden ser formuladas tanto en términos de los
procesos que operan al momento de la ocurrencia del crimen
como en los que lo hacen en la historia anterior del
criminal. En el primer caso, la explicación podría
denominarse “mecanicista”, “situacional” o “dinámica”; en el
segundo, “histórica” o “genética”. Los dos tipos de
explicación son deseables. El tipo de explicación mecanicista
ha sido favorecida por científicos físicos y biológicos, y
podría ser –probablemente- el tipo más eficiente de
explicación del comportamiento criminal. Sin embargo, las
explicaciones criminológicas de tipo mecanicista han sido
notablemente infructuosas, tal vez en gran medida porque se
han formulado en conexión con el intento de aislar patologías
individuales y sociales en los criminales. Los trabajos
realizados desde este punto de vista han, como mínimo,
resultado en la conclusión de que los determinantes
inmediatos del comportamiento criminal yacen en el complejo
persona-situación.
La situación objetiva es importante para la criminalidad
en gran medida hasta el punto en que provee una oportunidad
para el acto criminal. Un ladrón puede robar en un puesto de
frutas cuando el dueño no está a la vista pero refrenarse
cuando sí lo está; un ladrón de bancos puede asaltar un banco
pobremente protegido pero refrenarse para robar otro
protegido por vigilantes y alarmas antirrobo. Una corporación
de manufactura automotriz rara vez o nunca viola la ley de
alimentos puros o de drogas, pero una corporación de
empaquetamiento de carne puede violarla con gran frecuencia.
Pero en otro sentido, uno psicológico o sociológico, la
situación no es exclusiva de la persona, dado que la
situación que es importante es aquella tal como es definida
por la persona envuelta en ella. Esto es, algunas personas
definen una situación en la que el dueño de un puesto de
frutas no está a la vista como una situación “propicia para
cometer un crimen”, mientras que otros no la definen así. Por
otra parte, los eventos en el complejo persona/situación en
el momento en que ocurre el crimen no pueden separarse de las
anteriores experiencias de vida del criminal. Esto significa
que la situación es definida por la persona en términos de
las inclinaciones y habilidades que ha adquirido hasta su
actualidad. Por ejemplo, mientras una persona podría definir
una situación de tal modo que el comportamiento criminal
sería el resultado inevitable, sus experiencias pasadas para
la mayor parte determinarían la manera en que definió la
situación. Una explicación del comportamiento criminal hecha
en términos de estas experiencias pasadas es una explicación
histórica o genética.
Los párrafos siguientes afirman esa teoría genética del
comportamiento criminal asumiendo que el acto criminal ocurre
cuando está presente una situación apropiada para ello,
definida como tal por la propia persona. La teoría debería
ser considerada tentativa, y debería ser testeada mediante la
información fáctica presentada en los siguientes capítulos y
con otra información fáctica y teorías que sean aplicables.

 LA EXPLICACIÓN GENÉTICA DEL COMPORTAMIENTO CRIMINAL

El enunciado que sigue se refiere al proceso mediante el


cual una persona en particular se envuelve en un
comportamiento criminal.
1. El comportamiento criminal es aprendido. A la
inversa, esto significa que el comportamiento criminal no es
heredado como tal, además, la persona que no está ya
entrenada para el crimen no inventa al comportamiento
criminal, de la misma manera en que la persona no hace
invenciones mecánicas a menos que tenga entrenamiento en
mecánica.
2. El comportamiento criminal es aprendido en la
interacción con otras personas en un proceso de comunicación.
Esta comunicación es verbal en muchos aspectos pero incluye
también a la “comunicación gestual”.
3. La parte principal del aprendizaje del comportamiento
criminal ocurre dentro de la intimidad de grupos personales.
Negativamente, esto significa que las agencias de
comunicación impersonales, tales como las películas y los
diarios, juegan un papel relativamente insignificante en la
génesis del comportamiento criminal.
4. Cuando el comportamiento criminal es aprendido, el
aprendizaje incluye (a) técnicas para cometer el crimen, que
a veces son muy complicadas y a veces muy simples; (b) la
dirección específica de motivos, impulsos, racionalizaciones
y actitudes.
5. La dirección específica de motivos e impulsos es
aprendida de definiciones de los códigos legales como
favorables o infavorables. En algunas sociedades un individuo
está rodeado de personas que invariablemente definen a los
códigos legales como reglas a observar, mientras que en otras
lo está de personas cuyas definiciones son favorables a la
violación de los códigos legales. En nuestra sociedad
americana estas definiciones están casi siempre mezcladas,
con la consecuencia de que tenemos conflicto cultural en
relación a los códigos legales.
6. Una persona se vuelve delincuente debido a un exceso
de definiciones favorables a la violación de la ley por sobre
las definiciones desfavorables a la violación de la ley. Este
es el principio de la asociación diferencial. Se refiere
tanto a las asociaciones criminales como a las anti-
criminales y tiene que ver con fuerzas antagónicas. Cuando
las personas se vuelven criminales, lo hacen por contactos
con patrones criminales y también por aislamiento respecto de
patrones anti-criminales. La persona inevitablemente asimila
la cultura que lo rodea a menos que otros patrones estén en
conflicto; un sureño no pronuncia la “r” porque los otros
sureños tampoco la pronuncian. A la inversa, esta proposición
de la asociación diferencial implica que las asociaciones que
son neutrales en lo que concierne al crimen tienen poco o
ningún efecto en la génesis del comportamiento criminal. Gran
parte de la experiencia de la persona es neutral en este
sentido, por ejemplo, aprendiendo a lavarse los dientes. Este
comportamiento no tiene un efecto positivo ni negativo en el
comportamiento criminal excepto en lo que pueda ser
relacionado con asociaciones que conciernen a los códigos
legales. Este comportamiento neutral es importante
especialmente como un ocupante del tiempo de un niño de modo
que no esté en contacto con la conducta criminal durante el
tiempo en que está envuelvo en el comportamiento neutral.
7. Las asociaciones diferenciales pueden variar en
frecuencia, duración, prioridad e intensidad. Esto significa
que las asociaciones con comportamiento anti- criminal varían
al respecto. “Frecuencia” y “duración” como modalidades de
asociaciones son obvias y no necesitan de una explicación. Se
asume que la “prioridad” es importante en el sentido de que
el comportamiento obediente de la ley desarrollado en la
niñez temprana puede persistir a lo largo de la vida. Sin
embargo, esta tendencia no ha sido adecuadamente demostrada,
y la prioridad parece ser importante principalmente a través
de su influencia selectiva. La “intensidad” no está
precisamente definida pero tiene que ver con cosas tales como
el prestigio de la fuente de patrones criminales o anti-
criminales y con reacciones emocionales relacionadas con las
asociaciones. En una definición precisa de la conducta
criminal de una persona estas modalidades estarían enunciadas
en forma cuantitativa y se arribaría a un ratio matemático.
No se ha desarrollado una fórmula en este sentido, y un
desarrollo tal sería extremadamente difícil.
8. El proceso de aprendizaje del comportamiento criminal
mediante la asociación con patrones criminales y anti-
criminales envuelve a todos los mecanismos que están
envueltos en cualquier otro aprendizaje. A la inversa, esto
significa que el aprendizaje de la conducta criminal no se
restringe al proceso de imitación. Por caso, una persona que
es seducida aprende el comportamiento criminal por
asociación, pero este proceso no sería ordinariamente
descrito como imitación.
9. Mientras el comportamiento criminal es una
expresión de necesidades y valores generales, no se explica
mediante esas necesidades y valores dado que la conducta no
criminal es una expresión de los mismos valores y
necesidades. Los ladrones generalmente roban para asegurarse
dinero, pero -similarmente- los trabajadores honestos
trabajan para asegurarse dinero. Los intentos de varios
académicos de explicar el comportamiento criminal a través de
impulsos y valores generales, tales como el principio de la
felicidad, la lucha por status social, el motivo dinerario o
la frustración, han sido y deberán seguir siendo fútiles dado
que explican al comportamiento obediente de la ley tan
completamente como explican al comportamiento criminal. Son
Similares a la respiración, que es necesaria para cualquier
comportamiento pero que no diferencia al comportamiento
criminal del no criminal.
En este nivel de explicación, no es necesario explicar
porqué una persona tiene las asociaciones que tiene; esto
ciertamente tiene que ver con un complejo de muchas cosas. En
un área donde las tasas delincuenciales son altas, es muy
probable que un chico sociable, gregario, activo y atlético
tome contacto con otros chicos en el vecindario, aprenda el
comportamiento criminal de ellos y se vuelva un gangster; en
el mismo barrio el chico psicopático que es aislado,
introvertido e inerte puede mantenerse en su casa, no
volverse conocido con los demás chicos del barrio y no
tornarse un delincuente. En otra situación, el chico
sociable, atlético y agresivo puede resultar miembro de una
tropa de boy-scouts y no verse envuelto en comportamiento
delincuencial. Las asociaciones de la persona son
determinadas en el contexto general de la organización
social. Un niño es normalmente criado en una familia; el
lugar de residencia de la familia es largamente determinado
por sus ingresos; y la tasa delincuencial es en muchos
aspectos relacionada con el valor de renta de las casas.
Muchos otros aspectos de la organización social afectan las
clases de asociaciones que tiene la persona.
La explicación precedente pretende explicar al
comportamiento criminal y no criminal de personas
individuales. Como se indicó antes, es posible enunciar
teorías sociológicas del comportamiento criminal que
expliquen la criminalidad de una comunidad, nación u otro
grupo.
El problema, cuando así se enuncia, es dar cuenta de las
variaciones en índices de crimen y envuelve una comparación
de índices criminales de varios grupos o los de un grupo
particular en diferentes tiempos. La explicación de un índice
criminal debe ser consistente con la explicación del
comportamiento criminal de la persona, puesto que el índice
criminal es un enunciado sumatorio del número de personas en
el grupo que cometen crimen y la frecuencia en que lo hacen.
Desde este punto de vista, una de las mejores explicaciones
de los índices criminales es que las tasas delictivas altas
se deben a la desorganización social. El término
“desorganización social” no es enteramente satisfactorio y
parece preferible sustituirla por el de “organización social
diferencial”. Más allá del nombre, el postulado en que se
basa la teoría es que el crimen está enraizado en la
organización social y es una expresión de ella. Un grupo
puede estar organizado a favor o en contra del comportamiento
criminal. La mayoría de las comunidades están organizadas
tanto para los comportamientos criminales como anti-
criminales y en ese sentido las tasas delictivas son
expresión de la organización diferencial del grupo. La
organización diferencial del grupo y los conceptos
relacionados son discutidos en el próximo capítulo.

 LECTURAS SUGERIDAS

 Ball, John C., “Delinquent and Non-Delinquent Attitudes


Toward the Prevalence of Stealing” Journal of Criminal
Law, Criminology and Police Science, 48: 259-274,
Septiembre-Octubre, 1957.
 Clinard, Marshall B., “Criminological Theories of
Violations of Wartime Regulations”, America Sociological
Review, 11:258-270, Junio, 1946.
 Clinard, Marshall B., “Sociologists and American
Criminology”, Journal of Criminal Law, Criminology and
Police Science, 41:549-577, Enero-Febrero, 1951.
 Cohen, Albert K., Alfred. R Lindesmith, y Karl F.
Schuessler, editores, “The Sutherland Papers”,
Bloomington: Indiana University Press, 1956.
 Cressey, Donald R., “Application and Verification of the
Differential Association Theory”, Journal of Criminal
Law, Criminology and Police Science, 43:43-52, Mayo-
Junio, 1952.
 Cressey, Donald R., “The Differential Association Theory
and Compulsive Crimes”, Journal of Criminal Law,
Criminology and Police Science, 45:29-40, Mayo-Junio,
1954.
 Glaser, Daniel, “Criminological Theories and Behavioral
Images”, American Journal of Sociology, 61:433-444,
Marzo, 1956.
 Glueck, Sheldon, “Theory and Fact in Criminology”,
British Journal of Delinquency, 7:92-109, Octubre, 1956.
 Gross, Llewellyn, “Theory Construction in Sociology: A
methodological inquiry”, Capítulo 17 en Llewellyn Gross,
Editorm Symposium on Sociological Theory, Evanston: Row,
Peterson, 1959, pp. 531-564.
 Jeffery, Clarence R., “An integrated theory of Crime and
Criminal Behavior”, Journal of Criminal Law,
Criminology, and Police Science¸ 49:533-552, Marzo-
Abril, 1959.
 Lane, Robert E., “Why Businessmen violate the law”,
Journal of Criminal Law, Criminology, and Police
Science¸ 44:151-165, Julio-Agosto, 1953.
 Leader, Arhur L., “A differential theory of
criminality”, “Sociology and Social Research”, 26:45-53,
Septiembre, 1941.
 Lottier, S.F., “Tension theory of Criminal Behavior”,
American Sociological Review, 7:840-848, Diciembre,
1942.
 Merton, Robert K., “Social Structure and Anomie”,
Capítulo 4 en Social Theory and Social Structure,
Glencoe, Illinois: The Free Press, 1957 .
 Reckless, Walter C., The Etiology of Delinquent and
Criminal Behavior, New York: Social Science Research
Council, 1943.
 Reckless, Walter C., S. Dinitz y Barbara Kay, “The Self
component in potential delinquency and potential non-
delincuency”, American Sociological Review, 22:566-570,
Octubre, 1957.
 Short, James F., Jr., “Differential Association and
Delinquency”, Social Problems, 4:233-239, Enero, 1957.
 Short, James F., Jr., “Differential Association with
Delinquent Friends and Delinquent Behavior”, Pacific
Sociological Review, 1:20-25, Primavera, 1958.
 Sutherland, Edwin H., “The Development of the concept of
differential association”, Ohio Valley Sociologist,
15:3-4, Mayo, 1942.
 Sutherland, Edwin H, White Collar Crime, New York,
Dryden, 1949 *.
 Sykes, Gresham y David Matza, “Techniques of
Neutralization: A theory of delinquency”, American
Sociological Review, 22:664-670, Diciembre, 1957†**.
 Weinberg, S Kirson, “Theories of Criminality and
Problems of prediction”, Journal of Criminal Law,
Criminology and Police Science, 45:412-429, Noviembre-
Diciembre, 1954.
 Znaniecky, F., “Social Research in Criminology”,
Sociology and Social Research, 12:307-322, Abril, 1928.
 Znaniecky, F., “Suggestions for Criminological
Research”, Sociology and Social Research, 12:411-413,
Junio, 1928.


(N. del T) Hay traducción al castellano: Estructura Social y Anomia, en
Teoría y Estructura Sociales (1968), Fondo de Cultura Económica, Mexico
D.F., 2002, 209-250.

* (N. del T) Hay traducción al castellano: El Delito de Cuello Blanco
1949), Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1969.

** (N. del T) Hay traducción al castellano: “Técnicas de neutralización:
una teoría de la delincuencia”, en Delito y Sociedad, 20, 2004, Santa Fe,
pp. 127-136.

También podría gustarte