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ABSORCION
Ningún alimento es absorbido antes de llegar al estomago; incluso aquí, poca cantidad
de absorbida aun después de la digestión estomacal. Proteínas e hidratos de carbono
solo son parcialmente digeridos en el estomago, y las grasas son hidrolizadas
ligeramente antes de que el alimento pase al intestino. En los animales carnívoros y
omnívoros, la absorción ocurre sobre todo en el intestino delgado.
La mucosa del intestino grueso no puede absorber en absoluto las grandes moléculas
de carbohidratos, proteínas y grasas; sin embargo, sus derivados de la digestión
(azucares simples, aminoácidos, ácidos grasos y glicerol) pasan con toda facilidad a
través de la mucosa intestinal, para incorporarse a sangre y linfa.
Una vez dentro de las células epiteliales, se producen una nueva síntesis a
triglicéridos, y éstos son liberados en los vasos quilíferos linfáticos por emiocitosis
(pinocitosis inversa). Los vasos quilíferos son vasos linfáticos, semejantes a capilares,
de las vellosidades intestinales. Los triglicéridos entran en los vasos quilíferos como
pequeñísimas gotas llamadas quilomicrones, que también contienen pequeñas
cantidades del fosfolípido, colesterol, ácidos grasos libres y proteína. Esto es
transportado como quilo a vasos linfáticos mayores, que finalmente vierten en la
cisterna quilífera, entre los dos pilares del diafragma. De la cisterna quilífera el quilo
(grasa que contiene linfa) pasa por el conducto torácico a la vena craneal o a las
venas yugulares próximas a su entrada en la vena cava y entra en la circulación
venosa de este modo.
Alrededor del 10% de los ácidos grasos no son reconstruidos en triglicéridos en las
células del epitelio de absorción, sino que pasan directamente a la sangre portal junto
con glicerol. Este puede entrar en el esquema de glucolisis por la acción de ATP y la
enzima glicerocinasa para formar acido 3-P-glicérido. Mientras tanto, los ácidos grasos
pueden ser asociados por eliminación sucesiva de dos átomos de carbono cada vez,
formando la acetilcoenzima A usada en el ciclo de Krebs.
Mecanismo de la absorción.
Las circunstancias de que la absorción sea un proceso activo más que una sucesión
de actos pasivos deriva de la facultad de las células epiteliales de absorber
selectivamente elementos como glucosa, galactosa y fructuosa a concentración
desiguales. La primera se absorbe con más rapidez que la segunda, y ésta que la
última, simple que el epitelio esté vivo y sano. Por otra parte, después de la muerte,
los tres azucares pasan por la mucosa en cantidades iguales, pues entonces solo
obran fuerzas pasivas. Durante la absorción, las células epiteliales son
metabólicamente más activas, como demuestra su mayor consumo de oxigeno.
ENZIMAS DE LA DIGESTION
Glándulas salivales
Las salivas de perro y cerdo contienen ciertas cantidades de amilasa para poder
digerir almidones. En las salivas de vacas, ovejas y cabras no hay amilasa; en el
caballo hay indicios de ella.
En las glándulas del estomago están comprendidas las cardiales, fúndicas y pilóricas.
Las glándulas del cardias y las del píloro producen pocas sustancias, si acaso lo
hacen, además de moco. El moco constituye un recubrimiento protector sobre las
células epiteliales, el cual actúa como barrera protectora contra los efectos del acido
estomacal.
Las glándulas fúndicas contienen células especializadas denominadas células
principales del cuerpo, células principales del cuello y células parietales. Las células
principales del cuerpo sintetizan y secretan el precursor enzimático llamado
pepsinógeno. Una vez en la luz estomacal, el pepsinógeno es activado por acido
clorhídrico (HCL) para formar la enzima activa pepsina que actúa entonces sobre las
proteínas contenidas en el estomago para degradarlas y convertirlas en péptidos. Al
mismo tiempo, la pepsina tiene efecto autocatalítico sobre el pepsinógeno para que
siga secretándose; esto es, la pepsina puede convertir directamente pepsinógeno en
más pepsina. Hay tres formas de pepsina: I, II y III es la más abundante.
Las células principales del cuello son células mucosas parecidas a las de las glándulas
del cardias y el píloro. Las células parietales producen HCL y lo secretan dentro del
estomago en contra de gran concentración y gradiente eléctrico, ya que el estomago
es muy acido (la concentración de H+ en este órgano es aproximadamente tres
millones de veces mayor que en la sangre, o sea 150 meq/L contra 0.00004 meq/L).
En el estomago, el HCL se disocia en iones H+ y CL-. En la figura 22-1 se muestra la
forma en que las células parietales producen el HCL.
Parece ser además que las células parietales secretan factor intrínseco, que es una
glándula glucoproteína esencial para la vida. Se combina con la vitamina B12 para la
absorción por el cuerpo del contenido del íleon.
La lipasa gástrica puede hidrolizar las grasas que contienen cadenas cortas o
medianas de ácidos grasos. La digestión de las grasas ocurre principalmente en el
intestino delgado. Los carnívoros tienen una gran cantidad de lipasa, mucho mayor
que los herbívoros.
Las gastrina es sintetizada y liberada por las células “G” de la mucosa antral como
reacción a la cantidad de proteína presente en el contenido estomacal. La gastrina, a
su vez, estimula la secreción de más HCL por las células parietales.
La fase cefálica de la secreción de jugo gástrico ocurre incluso sin que el alimento
penetra siquiera en el estomago, como sucede en los animales de experimentación en
los que el esófago ha sido seccionado. Los estímulos llegan entonces al estomago y
por la vía de los nervios vagos al plexo mientérico (red nerviosa de la pared
estomacal), el cual incrementa las contracciones peristálticas.
Un tercer factor participa en este control de las secreciones gástricas; éste implica las
dos hormonas secretina y colecistocinina; representa la reacción humoral (hormonal) o
control humoral de la secreción gástrica. Al principio se creía que la colecistocinina
(CCK) era diferente de la hormona pancreocimina, pero ya se ha determinado que son
la misma, por lo que algunas veces se abrevia CCKPZ, para incluir los dos nombres.
La secretina y la colestocinina son sintetizadas por las células mucosas del duodeno
en reacción a los mismos estímulos que provocan el reflejo enterogástrico y la
respuesta del SNC (esto es, quimo, pH, estado digestivo, fluidez y volumen en el
duodeno). Estas hormonas son secretadas directamente en la sangre y llevadas de
regreso hacia el estomago por el sistema vascular. Ya en el estomago reducen la
movilidad de este órgano e inhiben la liberación de gastrina y de HCL. Es entonces
mediante estos tres mecanismos de control por retroalimentación como el duodeno
regula el procesamiento y vaciado de los alimentos contenidos en el estomago al ser
receptivos a la presencia de más quimo, como se ilustra en la fig. 22-2. El estomago
tiene también un mecanismo directo, cuando el pH se hace bajo debido a una
concentración elevada de HCL. Esto inhibe la liberación de gastrina por las células G
antrales, lo cual a su vez inhibe la secreción de más HCL por las células parietales.
Las células exocrinas producen y secretan dos tipos de soluciones. Uno consiste
principalmente en enzimas y es secretado por células acinares, como se ilustra en la
fig. 22-3. La otra solución contiene una gran concentración de bicarbonato de sodio,
secretado por las células que revisten los conductos. Estos se vacían en uno o dos
conductos pancreáticos, los cuales a su vez vacían en el duodeno. El objetivo esencial
de estas secreciones pancreáticas es romper o hidrolizarlas proteínas, grasas y
carbohidratos que se hallen en el quimo procedente del estomago, y neutralizar o
incrementar eficazmente el pH (aumentar la alcalinidad) del quimo, desde su valor
acido hasta uno aceptable para su transporte por el intestino delgado.
Las células acinares del páncreas secretan las enzimas más importantes en forma
inactiva principalmente. Esto evita que las enzimas más importantes en forma inactiva
principalmente. Esto evita que las enzimas desintegren (digieran) las células acinares
en las que son sintetizadas, del mismo modo en que se hace en el estomago, donde la
enzima pepsina es secretada en la forma inactiva de pepsinógeno. Al entrar al
duodeno, las enzimas pancreáticas son convertidas en sus formas activas.
Las enzimas ribonucleasa y desoxirribonucleasa actúan sobre el ARN y ADN,
respectivamente, degradando estos ácidos nucleicos hasta convertirlos en nucleótidos.
Estas enzimas normalmente continúa la digestión de las proteínas, la cual fue iniciada
por la pepsina contenida en el jugo gástrico, aunque aquellas enzimas también pueden
atacar proteínas no digeridas. Los productos finales de esa digestión son aminoácidos,
pero las enzimas proteolíticas del páncreas pueden detenerla cuando la longitud de los
péptidos es de dos o tres aminoácidos. Si esto ocurre, las peptidasas intestinales
completan la hidrólisis de los péptidos hasta convertirlos en aminoácidos individuales.
La tripsina y la quimotripsina separan proteínas completas; la carboxipeptidasa separa
aminoácidos terminales.
La lipasa pancreática (esteapsina) hidroliza las grasas y las convierte en ácidos graso
y glicerol. Esta acción es más eficaz después que las grasas han sido emulsionadas
por la bilis. Un pH cercano a 8 es optimo para la acción de la lipasa en la hidrólisis de
las grasas y para la de la tripsina en la hidrólisis de las proteínas. El control de la
secreción exocrina del páncreas depende del estimulo relativo de los nervios
autónomos vagos que invernan dicho órgano, así como del grado de secreción de tres
hormonas, a saber colecistocinina (CCK) y secretina por las células duodenales y
gastrina por las células estomacales.
El control por medio de estimulo de los nervios vagos, ocurre principalmente en la fase
cefálica como resultado de la acción de ver u oler el alimento, o recibirlo en la boca.
Esto hace que aumente la secreción enzimática del páncreas mediante impulsos
nerviosos vagos. El estomago libera gastrina durante la fase gástrica cuando entra
alimento a ese órgano, y esto a su vez incrementa la secreción de la solución de
bicarbonato por las células del conducto pancreático.
La máxima cantidad de secreción exocrina pancreática ocurre en la fase intestinal,
cuando el quimo acido y los componentes alimenticios presentes en el duodeno
estimulan la liberación de CCK y secretina por las células mucosas del duodeno. La
CCK, al circular en la sangre que viaja por el páncreas, provoca un aumento en la
liberación de enzimas pancreáticas para degradar las proteínas, lípidos y otros
constituyentes alimenticios contenidos en el duodeno. La secretina que circula en el
páncreas estimula las células de los conductos para que liberen una mayor cantidad
de solución de bicarbonato a fin de reducir la acidez del quimo contenido en el
duodeno, estas dos hormonas duodenales también retroalimentan al estomago, como
se explicó antes, para reducir las secreciones de este órgano así como su actividad y
velocidad de vaciado, hasta que el quimo duodenal haya sido degradado por las
enzimas y su pH ajustado por el bicarbonato pancreático.
Enzimas intestinales
Además de agua, sales y moco, algunas enzimas son secretadas por las células
intestinales. Entre ellas las siguientes:
Bilis
La bilis es una solución salina de color amarillo verdoso que consiste principalmente
en sales biliares, colesterol, el fosfolípido lecitina y pigmentos biliares. Las sales
biliares (sales de sodio y potasio de los ácidos glucocólico y taurocólico) son los
constituyentes más importantes de la bilis, ya que son ellas las que participan en la
digestión y absorción de grasas. Los triglicéridos contenidos en el quimo duodenal
tienden a aglutinarse formando grupos de ácidos grasos de cadena larga que son
esencialmente insolubles en agua. La bilis divide estos grupos (por un proceso
llamado emulsificación) en pequeñas gotas, las cuales entonces pueden ser
absorbidas en el duodeno y el intestino delgado. La bilis también participa en la
absorción de vitaminas liposolubles y complementa la acción de la lipasa pancreática.
Las sales biliares son básicas, de modo que también intervienen para hacer más
alcalino el pH del quimo intestinal con fines de una absorción óptima.
Digestión microbiana
La saliva, de la cual se produce hasta 200 litros diariamente, ayuda a conservar líquido
el contenido rumial y a un pH aproximadamente neutro, mediante neutralización de los
ácidos orgánicos que se forman durante la fermentación aerobia de los carbohidratos.
El acido acético es uno de los ácidos grasos volátiles absorbidos a través de la pared
del rumen. Este acido es utilizado por los músculos y glándulas mamarias como fuente
de energía. También se le emplea en la producción de ácidos grasos para glándulas
mamarias y depósitos de grasa y como parte de la acetilcoenzima A
Los ácidos grasos volátiles producidos en el intestino grueso del caballo se absorben y
utilizan, pero queda alguna duda sobre el uso de los microbios en si y la capacidad del
caballo para aprovechar el nitrógeno no proteínico como fuente de proteinas
.