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Una sociedad informática norteamericana había registrado una marca para programas
informáticos de comunicación en los EE.UU y el Canadá. Un fabricante de productos
informáticos de otro país había registrado una marca prácticamente idéntica para equipo
informático en varios países asiáticos. Ambas sociedades entablaron procedimientos judiciales
en distintas jurisdicciones en relación con el registro y la utilización de sus marcas. Cada una de
las sociedades puede impedir a la otra el registro y utilización de su marca en las jurisdicciones
en las que es titular de derechos anteriores. A fin de facilitar la utilización y el registro de sus
marcas respectivas en todo el mundo, las partes concertaron un acuerdo de cotitularidad que
contenía una cláusula de arbitraje de la OMPI. Cuando la sociedad norteamericana intentó
registrar su marca en China, su solicitud fue denegada debido al riesgo de confusión con la
marca anterior de la que la otra parte era titular. La empresa norteamericana solicitó que la
otra parte tomase las medidas necesarias para permitirle registrar su marca en un país asiático
y, tras la negativa de la otra parte, inició un procedimiento de arbitraje.
Tras las propuestas formuladas por el Centro, las partes nombraron como árbitro único a un
abogado experto en propiedad intelectual. En un laudo provisional el árbitro único hizo
efectiva la solución propuesta por las partes, que preveía la concesión por el fabricante de
hardware de una licencia en condiciones adecuadas para la compañía norteamericana,
incluyendo una obligación de presentar informes periódicos a la otra parte.
Una empresa farmacéutica francesa de investigación y desarrollo concedió una licencia sobre
know-how y patentes farmacéuticas a otra empresa francesa. El acuerdo de licencia incluía
una cláusula de arbitraje que estipulaba que toda controversia se solucionaría en virtud del
Reglamento de Arbitraje de la OMPI, por un tribunal arbitral compuesto por tres árbitros, de
conformidad con el derecho francés. Tras negarse el licenciatario a pagar la tasa de licencia, la
empresa de investigación y desarrollo inició un procedimiento de arbitraje.
Una sociedad editorial celebró un contrato con una empresa de programas informáticos, a fin
de crear un nuevo sitio Web. El proyecto debía finalizarse en un año y en él se incluía una
cláusula que estipulaba que las controversias se someterían a un procedimiento de mediación
OMPI y, si no se llegaba a una solución en el plazo de 60 días, a arbitraje acelerado OMPI. 18
meses después de celebrado el contrato, la editorial, al no estar satisfecha con los servicios
prestados por la empresa informática, se negó a pagar, amenazó con rescindir el contrato y
solicitó daños y perjuicios. La editorial presentó una solicitud de mediación. Si bien las partes
no lograron alcanzar un acuerdo, la mediación les permitió centrarse en las cuestiones que
deseaban abordar en el procedimiento de arbitraje acelerado que se celebró a continuación.
Un productor de obras artísticas concluyó un contrato con una compañía de seguros para
financiar procedimientos arbitrales. El contrato incluía una cláusula de arbitraje acelerado
OMPI. El productor inició procedimientos arbitrales en Singapur contra una sociedad Asiática.
El productor reclamaba las costas del arbitraje en Singapur amparándose en su contrato. La
compañía de seguros rehusó pagar y el productor inició un arbitraje acelerado OMPI indicando
que, como consecuencia del plazo impuesto por el tribunal arbitral en Singapur, necesitaba
que se dictase un laudo definitivo dentro de seis semanas tras el comienzo del arbitraje
acelerado OMPI. Después de haber consultado con las partes, el Centro de la OMPI nombró un
árbitro único. Después de un día de audiencia, el árbitro único dictó un laudo cinco semanas
después de iniciarse el procedimiento.
Varios años después de la firma del acuerdo, la empresa de biotecnología dio por terminado el
contrato, alegando que la compañía farmacéutica había retrasado deliberadamente el
desarrollo de los compuestos biotecnológicos. La empresa de biotecnología presentó una
solicitud de arbitraje reclamando una cantidad importante como daños.
El Centro propuso una serie de candidatos con una experiencia considerable en controversias
biotecnológicas y farmacéuticas, uno de los cuales fue elegido por las partes. Tras recibir las
presentaciones escritas de las partes, el árbitro celebró una audiencia por tres días en Suiza
para el examen de los testigos. Esto no sólo sirvió para la presentación de pruebas, sino
también permitió a las partes volver a establecer un diálogo. En el curso de la audiencia, el
árbitro consideró que la empresa de biotecnología no tenía derecho a rescindir el contrato y
que sería en interés de las partes seguir cooperando en el desarrollo de los compuestos
biotecnológicos.
En el último día de la audiencia, las partes aceptaron la sugerencia del árbitro en cuanto a que
deberían celebrar una sesión privada. Como resultado de esa reunión, las partes acordaron
resolver sus diferencias y continuaron cooperando con el desarrollo y la comercialización de
los compuestos biotecnológicos.
A6. Arbitraje acelerado de la OMPI sobre una controversia en materia de licencia de patente
Surgió una controversia entre las partes en relación con el pago de regalías en virtud de su
acuerdo de licencia. Como resultado, el inventor presentó una solicitud de arbitraje y el escrito
de demanda ante el Centro solicitando se declare que sus patentes habían sido violadas. Las
partes no se pusieron de acuerdo sobre la persona a elegirse como árbitro único para este
caso. Como consecuencia de ello, y con el fin de cubrir el espectro completo de las patentes en
juego, el Centro designó como árbitro único a un abogado inglés experto en patentes con una
experiencia sustancial en el derecho de patentes de EE.UU.
Tras varias pruebas propuestas, mociones para la protección de los secretos comerciales y para
el examen de muestras de los productos, el árbitro celebró una audiencia a fin de examinar a
los testigos. En el laudo final el árbitro trató cuestiones de infracción relativas a las patentes y
si esas patentes habían sido anticipadas.
Una empresa Asiática y un desarrollador de software Europeo negociaron un joint venture así
como un acuerdo de licencia para poder proveer un servicio de telefonía móvil de pago en
varios países asiáticos. Previo a la formalización del joint venture, se presentó un conflicto
entre ellos referente a la operación del acuerdo de licencia. La empresa Asiática solicitó el
arbitraje bajo reglas de arbitraje de la OMPI, - basándose en el acuerdo de licencia – así mismo
obtuvo una orden judicial cautelar de un tribunal competente en el del domicilio de la
empresa Europea, para poder bloquear las cuentas bancarias de la empresa Europea (artículo
46(d) del Reglamento de Arbitraje de la OMPI).
En el arbitraje de la OMPI, la empresa Europea solicitó al árbitro que emitiera una orden
provisional para que la empresa Asiática renunciarse al bloqueo de las cuentas bancarias, se
abstuviera de iniciar cualquier acción legal sin el consentimiento previo del árbitro y
proporcionara una fianza para garantizar el pago de la reconvención del desarrollador
Europeo. El arbitro, decidió no pronunciarse en relación a la orden judicial cautelar, sin
embargo ordenó a la empresa garantizar por medio de una fianza la reconvención de la
empresa Europea. La empresa Asiática depositó la fianza acatando la orden del árbitro.
A sugerencia del árbitro y con el consentimiento de ambas partes, habiendo estudiado los
argumentos en el caso, el árbitro convocó a una conciliación en la que comunicó a las partes
sus conclusiones provisionales dentro del arbitraje en cuestión. No se proporcionó a las partes
ningún documento escrito con dichas opiniones. Aunque las partes no lograron llegar a un
acuerdo inmediatamente, lograron finalmente llegar a un acuerdo en las semanas posteriores
después de algunas negociaciones. El desarrollador Europeo acordó pagar una cierta cantidad
así como la devolución de la garantía bancaria a la empresa Asiática, la cual a su vez acordó
transferir ciertos derechos de propiedad intelectual a la empresa Europea.
A8. Arbitraje acelerado de la OMPI de una disputa por coexistencia de marca comercial
Una empresa europea había registrado una marca para artículos de lujo en diferentes países.
Un fabricante asiático comenzó a vender productos de forma similar bajo una marca
registrada. La empresa asiática presentó un caso judicial y un procedimiento administrativo de
cancelación en dos países europeos, basados en la no utilización de la marca por parte de la
compañía europea. Después de que el caso judicial fue apelado, las partes resolvieron su
controversia mediante la conclusión de un acuerdo de coexistencia de marcas que incluía una
cláusula de arbitraje acelerado de la OMPI. Cuando la empresa europea utilizó su marca en
una feria comercial, la empresa asiática inició el arbitraje acelerado de la OMPI alegando la
violación del acuerdo de coexistencia.
Tras consultas entre las partes y el Centro, un especialista europeo en marcas fue nombrado
como árbitro único. Después de dos rondas de alegatos, el árbitro llevó a cabo una audiencia
de un día y emitió un laudo seis meses después de la iniciación del procedimiento. Habiendo
encontrado violación parcial del acuerdo de coexistencia, el árbitro concedió la indemnización
solicitada y ordenó a la empresa europea que se abstuviese de tal conducta violatoria.
Las partes disintieron en cuanto a quién debía pagar las tasas de renovación de las patentes.
Finalmente, la empresa asiática dio por terminada la licencia tras lo cual el inventor europeo
presentó una solicitud de arbitraje, alegando daños y perjuicios y solicitando una declaración
de que él era libre de utilizar las patentes. Los tres árbitros designados contaban con
importante experiencia en materia de propiedad intelectual y el conocimiento de idiomas
necesarios para permitirles examinar las pruebas en diferentes idiomas.
Tras una serie de intercambios de prueba, el tribunal dictó un laudo 14 meses después del
comienzo del arbitraje. Al comprobar que la empresa asiática no tenía derecho a rescindir el
contrato como lo había hecho, el tribunal la condenó al pago de los daños y a regresar al
inventor los prototipos, los planes y los documentos que habían sido entregados en el marco
de la licencia.
A10. Arbitraje de la OMPI en relación con una disputa sobre promoción de un artista
Una galería de arte europea celebró un acuerdo de cooperación exclusiva con un artista
europeo, a fin de promocionar al artista en el mercado internacional. El acuerdo contenía una
cláusula de arbitraje de la OMPI, a ser llevado a cabo por un tribunal de tres miembros. Tres
años después de la firma del acuerdo, la relación entre las partes comenzó a deteriorarse y el
artista envió un aviso dando por concluido el acuerdo. En ese momento, la galería de arte
inició el procedimiento de arbitraje de la OMPI.
Tras consultas entre las partes y al Centro, el Centro nombró a tres árbitros con experiencia en
cuestiones de derecho del arte.
Después de estudiar las solicitudes de las partes, el tribunal consideró que había posibilidades
de arreglo. Con el acuerdo de las partes, el tribunal emitió una evaluación preliminar del caso,
alentando a las partes a reanudar las negociaciones que habían intentado en una fase anterior.
Las partes llegaron a un acuerdo y solicitaron al tribunal que emitiera un laudo aceptado,
incorporando el acuerdo de las partes. Los términos del acuerdo incluían la terminación del
acuerdo de cooperación y la prestación de una serie de obras del artista a la galería de arte.
Una empresa que presta servicios de comunicación inalámbrica y una empresa que vende,
instala y mantiene infraestructuras de telecomunicaciones celebraron un acuerdo para la
compra de equipos de infraestructura inalámbrica para redes de comunicación. Ambas
empresas estaban situadas en EE.UU. El acuerdo de compra preveía que cualquier controversia
surgida de o en conexión con el acuerdo se resolvería en el marco del Reglamento de Arbitraje
de la OMPI.
El vendedor entregó el equipo que fue utilizado por el comprador, a pesar de supuestas
deficiencias de rendimiento. Varios años después de la entrega del sistema, el comprador
presentó una solicitud de arbitraje, incluyendo, entre otras cosas, las reclamaciones por
incumplimiento de contrato y daños y perjuicios. Las partes optaron por nombrar un árbitro
único de varios candidatos propuestos por el Centro: un abogado con experiencia considerable
en controversias en materia de infraestructura de telecomunicaciones. El árbitro único
consideró importante prueba documental, llevó a cabo una audiencia de tres días en California
por el contra interrogatorio de los testigos, y dictó un laudo definitivo rechazando las
reclamaciones.
A12. Arbitraje Acelerado de la OMPI relativo a una controversia sobre software bancario
Las partes acordaron un árbitro único que celebró una audiencia de dos días en la ciudad de
Nueva York. Tres meses después de la solicitud de arbitraje acelerado, el árbitro dictó un laudo
definitivo determinando la existencia de infracción parcial del acuerdo y la concesión de daños
y perjuicios a la empresa norteamericana proveedora de servicios.
Tras consultaciones con las partes y el Centro, el Centro nombró a un árbitro único con
experiencia en materia de deporte y medios de comunicación. El árbitro único consideró las
pruebas documentales, celebró una audiencia con el fin de examinar a los testigos y, en el
curso del año que siguió el comienzo del arbitraje, dictó un laudo final rechazando la
reclamación de daños.
Las partes eligieron uno de los candidatos propuestos por el Centro de la OMPI como árbitro
único. Debido a la situación geográfica de las partes y con el fin de evitar costes excesivos en
viajes, las partes acordaron que las audiencias se celebraran a través de videoconferencia,
incluidas las audiencias de los testigos. Con posterioridad a la última audiencia, el árbitro dictó
un laudo final.
Tras varios litigios en diferentes jurisdicciones, dos compañías americanas acordaron solicitar
el arbitraje de la OMPI en una controversia relacionada con alegaciones de infracción sobre
una patente europea en materia de bienes de consumo. El acuerdo de sometimiento preveía
que la ley nacional de patentes de un país Europeo en particular fuese aplicable y que se
siguieran los plazos estipulados en materia de litigios sobre patentes en ese país. Se solicitó al
tribunal de tres miembros que decidiera si la fabricación y venta de ciertos productos
infringían la patente.