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Los factores más conocidos son las alteraciones químicas de los metales a causa del aire,
como la herrumbre del hierro y el acero o la formación de pátina verde en el cobre y sus
aleaciones.
Existen muchos mecanismos por los cuales se verifica la corrosión, que tal como se ha
explicado anteriormente es fundamentalmente un proceso electroquímico.
Corrosón generalizada
Corrosión galvánica
La corrosión galvánica ocurre cuando existe una unión, física o eléctrica, entre metales
de diferente naturaleza, lo cuales, en la presencia de un electrolito, forman una celda
electroquímica, donde el material de menor potencial electroquímico es el que se
corroe.
Corrosión intergranular
Corrosión en hendidura
Para que se presente la corrosión en la hendidura no es necesario que las dos superficies de
aproximación sean metálicas. La corrosión por hendidura también es una de las razones
principales de la degradación en los rellenos dentales. La hendidura entre la amalgama dental
y el diente es atacada por ácidos que se forman en la boca y el relleno se debilita.
Corrosión en picadura
El picado se puede presentar en varios metales y aleaciones, pero los aceros inoxidables y las
aleaciones de aluminio son susceptibles en especial a este tipo de degradación. El picado se
presenta con más frecuencia en soluciones de pH casi neutros, que contengan iones
halógenos.
En general, aquellos factores que favorecen la corrosión generalizada (esto es, pH bajo,
temperaturas más altas) no favorecen el ataque de picaduras. La corrosión por picaduras se
puede separar en la etapa de inicio y la de propagación. Esta reacción incrementa la
concentración de iones de hidrógeno (incrementando la acidez) y favorece proporciones más
grandes de disolución dentro de la picadura.
1. Una aleación susceptible: esta es una aleación que tiene una historia de fallas por
corrosión y esfuerzos. Aceros de alta resistencia, latones y aceros inoxidables
austeníticos son ejemplos de aleaciones comunes que presentan corrosión por
esfuerzos bajo ciertas condiciones.
2. Un medio ambiente específico: casi siempre son necesarios iones específicos para
causar agrietamiento en cada aleación. En el caso de los aceros inoxidables
austeníticos, los iones de cloruro son particularmente efectivos para causar SCC.
3. Una fuente de esfuerzos de tensión: estos pueden ser aplicados o residuales. Los
esfuerzos aplicados resultarán por las cargas que se presentan cuando el componente
está en servicio, mientras que los esfuerzos residuales resultan por los procesos de
fabricación como el trabajo en frío y un enfriamiento desigual durante los
tratamientos de calor. La presencia de esfuerzos residuales puede producir fallas
totalmente inesperadas.
Existen casos numerosos donde los componentes se han almacenado en buenas condiciones
y cuando se retiran se ha encontrado que están agrietados.
En general las fallas por corrosión y esfuerzos exhiben poca ductilidad y tienen una
apariencia macroscópica de falla frágil. Puede haber grietas múltiples que se originan en la
superficie, pero la falla en general resulta por la progresión del crecimiento de una grieta
simple en un plano normal a los esfuerzos principales de tensión. Las grietas pueden ser
transgranulares o intergranulares.
Un recocido a 500ºC durante 1,5 h con atmósfera controlada del 2% de hidrógeno todavía es
un período factible para que un cobre con oxigeno no resulte afectado por la fragilización.
Sin embargo otros factores pueden influir de forma indirecta la presencia de hidrógeno en la
atmósfera, como por ejemplo, la disociación del vapor de agua o hidrocarburos (restos
grasos) en moléculas de hidrógeno debido a las elevadas temperaturas.
El riesgo de sufrir fragilización por hidrógeno aumenta sobretodo al hacer soldadura blanda
o por gas con cobres que contienen oxigeno. Para evitar problemas debe ajustarse el gas o
atmósfera de los quemadores para que sea neutral o ligeramente oxidante.