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Esta estructura monumental cuenta con tres torres. Torre del Príncipe es de 40
metros de altura con una cúpula bizantina rusa que se puede llegar subiendo 108
escalones en espiral. Torre de la princesa ', construido en estilo árabe, se eleva a
casi 30 metros. Para llegar a su cúpula tienes que subir 80 escalones. La tercera
torre es una réplica de Inglés de estilo gótico del Big Ben de Londres y torres de 25
metros por encima de la capilla de la Glorieta.
Francisco Argandoña nació en Potosí en 1850, hijo de una familia de origen minero
relacionada con las minas de Huanchaca, mientras que Clotilde Urioste nació en
Sucre en 1857 en el seno de una distinguida familia, siendo la tercera de ocho
hermanos. Se casaron cuando ella tenía 18 años y él 25. Se amaron profundamente
hasta que una afección estomacal cobró la vida del príncipe en 1909. Y la princesa
murió a causa de una neumonía poco después del inicio de la Guerra del Chaco en
1933. La princesa Clotilde era la madrina de todos los combatientes sucrenses que
partían a la guerra, lo que da cuenta de su patriotismo. Argandoña fue Ministro
Plenipotenciario en la presidencia de Mariano Baptista, por ello la pareja vivió varios
años en Francia, de donde trajeron el diseño para construir algunas obras en Sucre
y en especial el castillo. Con un gran poder económico por el auge de la plata,
Argandoña también tuvo su propio banco y fue socio fundador del Banco Nacional
de Bolivia en esos años.
Francisco Argandoña Revilla y Clotilde Urioste Velasco, príncipes de La Glorieta,
construyeron su castillo en más de 40 hectáreas con bellos jardines, un lujoso hogar
que cobijaba su gran amor. Cada uno de los rincones, cada puerta y cada árbol de
este singular palacio, construido por el arquitecto de origen ítalo-argentino Domingo
Antonio Camponovo y convertido en patrimonio nacional, fueron para demostrarle
al mundo el poder que ellos tenían, la riqueza y la estirpe de esta pareja reconocida
por el papa León XIII, que les dio el título de príncipes de La Glorieta en el año
1898, por las obras realizadas en favor de los más desposeídos.
Pero el lujo y la tristeza se mezclaban en este fantástico lugar que parece arrancado
de un cuento, ya que la pareja no pudo tener hijos en esos tiempos del Sucre
aristocrático. Pero también hay espacios que muestran otra faceta de ellos: la pareja
sabía hacer el bien. Sin herederos los príncipes volcaron su afecto paternal a los
niños huérfanos. Así lo dice un cuadro pintado con sus 108 hijos adoptivos y una
estatua en bronce en la entrada del castillo junto a dos niños huérfanos del hogar
Santa Clotilde, mejor conocido como la ‘Pepiniere’ uno de los más importantes
orfanatos del país en esa época. Con la muerte de los príncipes, su obra quedó en
el olvido, los herederos pelearon por las riquezas y se desmoronó el patrimonio.
En 1952, campesinos saquearon el castillo. Jorge Urioste uno de los
herederos del príncipe , temeroso por un nuevo saqueo, vendió al Ministerio de
Defensa el año 1966 el castillo y las más de 40 hectáreas de terreno, en la suma de
26.000 dólares. Los militares ocuparon el sitio durante varios años. En 1995 el
castillo fue declarado Patrimonio Nacional y el liceo militar Edmundo Andrade se
repliega fuera de los linderos de La Glorieta, ese año algunos jefes
militares también se llevaron lo poco que había de valor, dejando solo una pequeña
silla que se encuentra en la capilla. Otro dato para destacar fue el teniente
Edmundo Andrade, que era escudero en ese entonces y formaba parte de su
seguridad de los “príncipes”. Y a la hora de vender los terrenos su nombre influyo
mucho.
VALORACIÓN PERSONAL
Una visita extraordinaria que mejora nuestro conocimiento teórico y aclara muchas
dudas que talvez teníamos acerca de eso tiempos, sin duda la organización que
tuvo fue la mejor y agradezco a la encargada de llevar a adelante este proyecto que
además nos traerá muchos recuerdos, especialmente estos últimos meses que
pasamos juntos como promoción Bicentenario del Colegio.