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INFORME VISITA AL CASTILLO DE LA GLORIETA

El día martes 28 de abril del presente se realizó el proyecto de visita al Castillo de


la Glorieta, esto con la finalidad de reforzar nuestros conocimientos en todas las
asignaturas correspondientes.

Toda la promoción fue conducida al Castillo de la Glorieta custodiada por el Liceo


Militar Teniente Edmundo Andrade Reyes Ortiz( héroe de la contienda bélica del
Chaco, quien ofrendo su vida en la Batalla de Algodonal) desde la llegada se pudo
apreciar una construcción majestuosa de tiempos de la colonia perteneciente a
Príncipes Nobiliarios Francisco Argandoña y Clotilde, el castillo tiene una mezcla de
varios estilos de los que se enamoraron los príncipes en sus muchos viajes al
extranjero y quisieron replicarlo en su castillo. Ingresando al Castillo se pudo divisar
una escalera, de diseño magnifico, que daba ingreso al piso superior en el centro
se veía un espejo enorme y en ese punto la escalera se dividía en dos. Empezamos
la visita en el salón de fiestas, una habitación amplia donde los príncipes realizaban
actos sociales, adornada con diseños únicos y muebles de palo santo, mara,
también se lo denominaba salón del bien porque en los diseños, especialmente en
el techo, se podían apreciar ángeles que custodiaban el lugar, siguiendo con el
recorrido llegamos al comedor, un salón amplio con diseños extravagantes, lugar
donde los príncipes se servían los alimentos, se encontraba una mesa no muy
impresionante, el detalle más resaltante se puede mencionar es que era de muy
baja altura, analizando el salón se observaban adornos muy tétricos, ese también
era denominado el salón del mal porque en el techo se observaba el “ojo” del diablo,
cabezas de leones que sostenían frutas que representaban la abundancia, un
centenar de murciélagos y dragones que eran los como los perros guardianes del
infierno que cuidaban de los Príncipes, esto se debe a que los príncipes tenían sus
ingresos de las minas, en agradecimiento a que el Tío Diablo fue generoso con
ellos, estos deberían mostrar gratitud, se dice que los Príncipes tenían la costumbre
de realizar la “Koa” (una ofrenda a deidades) un día especifico del mes, en una
oportunidad al no realizar esta ofrenda, cayo una tormenta de rayos que daño la
infraestructura del castillo. Siguiendo el camino trazado por los pasillos del Castillo,
llegamos a la sala de Vajillas, una habitación rectangular de unos 50 m 2, en esa
habitación los Príncipes guardaban toda su vajilla que consistía en platos, bandejas,
cubiertos de oro y plata y de los cristales más finos que existían en la época (toda
esta vajilla fue robada cuando los Príncipes murieron), en el diseño se puede decir
que también era un salón del mal, adornado con figuras tétricas, destinadas a dar
tributo al maligno. Llegando casi al final del recorrido llegamos a la Biblioteca, lugar
donde los niños que los Príncipes adoptaron estudiaban, antes de ser adoptados
las autoridades de esos tiempos verificaban que los niños en verdad eran huérfanos,
los Príncipes llegaron a adoptar alrededor de 60 niños y niñas y cuidaron a más de
100. En esa habitación en tiempos de los Príncipes se encontraban estantes de oro
empotrados a las paredes que igualmente fueron saqueados, también se
apreciaban cuadros pintados, en el primero cuando recibían el título de Príncipes
Nobiliarios por el pontífice León XIII, por la gran bondad que tenían, en otro se
observaba a los Príncipes con todos los niños adoptados y a lado de ellos el hijo
preferido Roberto Urioste (recibe el apellido materno, porque lo adopta la hermana
de Doña Clotilde para en un futuro heredarle el castillo). Finalizando el recorrido por
el Castillo llegamos a lo que eran los jardines, en sus épocas eran los más hermosos
que podían existir, pero ahora estaban descuidados. Tuvimos tiempo libre para
visitar las demás instalaciones del Castillo y pudimos conocer las habitaciones de
los Príncipes, la torre del Príncipe, para llegar a la cúspide se tenían que subir 108
escalones en forma de espiral de donde se apreciaba todo el castillo, también
conocimos la bodega de vinos, la pequeña capilla del Castillos y las muchas
habitaciones de las que disponía el Majestuoso Castillo, aunque no pudimos entrar
a otras tantas porque se encontraban en proceso de restauración.
Historia del Castillo de la Glorieta

El Castillo de la Glorieta, es un castillo ecléctico construido durante el siglo 19 en


Sucre, Bolivia. Este palacio es uno de los más curiosos edificios construidos en
Bolivia. El castillo es una de las obras más valiosas, sin embargo este patrimonio
de Sucre no recibe el cuidado que se merece. Sus propietarios, Francisco
Argandoña y Clotilde Urioste recibieron un título honorario del Papa León XIII el 28
de diciembre de 1898, que los declaró príncipe y la princesa de La Glorieta por
medio de un toro papal oficial. Así se convirtieron en la única realeza en la historia
de Bolivia.

Don Francisco era un hombre muy rico. Él construyó un banco en su nombre y


finalmente fue nombrado Embajador de Bolivia ante Francia. Él y su esposa se
enamoraron de los muchos estilos arquitectónicos y diseños que observaron
durante sus numerosos viajes al extranjero. Es una muestra de la
arquitectura europea del último tercio del siglo XIX. En los diferentes ambientes se
encuentran los más diversos estilos arquitectónicos: Un frontis holandés de estilo
renacentista, una torre octogonal romana, cuerpo de estilo bizantino, pórtico árabe
de arcos poli lobulados, palacio florentino, capilla con campanario de estilo gótico
con espíritu santo y otros que se remontan a esa época.

Esta estructura monumental cuenta con tres torres. Torre del Príncipe es de 40
metros de altura con una cúpula bizantina rusa que se puede llegar subiendo 108
escalones en espiral. Torre de la princesa ', construido en estilo árabe, se eleva a
casi 30 metros. Para llegar a su cúpula tienes que subir 80 escalones. La tercera
torre es una réplica de Inglés de estilo gótico del Big Ben de Londres y torres de 25
metros por encima de la capilla de la Glorieta.

El castillo en sí tiene 40 habitaciones y amplios jardines, que hoy en día no están


bien cuidadas. Los jardines que alguna vez disfrutaron de la casa varias fuentes y
monumentos, entre ellos uno de Vesta, la diosa griega de la bondad. También
tenían su propio pequeño tren corriendo alrededor de la propiedad, y se dice que
mantenian muchos animales.

El príncipe y la princesa no podían tener hijos propios. Así que construyeron un


orfanato otro lado del río, donde se dice más de 100 niños fueron atendidos.
Finalmente adoptaron 60 niños, todos los cuales hoy en día, son sepultados
juntamente con ellos en el cementerio de Sucre. Las ruinas del orfanato, ahora más
de 100 años de edad, aún se pueden ver, pero están en peligro de ser destruido por
el río. La Glorieta fue declarada Monumento Nacional en 1970. Cuidador actual es
la Prefectura de Chuquisaca.
Datos Históricos

Francisco Argandoña nació en Potosí en 1850, hijo de una familia de origen minero
relacionada con las minas de Huanchaca, mientras que Clotilde Urioste nació en
Sucre en 1857 en el seno de una distinguida familia, siendo la tercera de ocho
hermanos. Se casaron cuando ella tenía 18 años y él 25. Se amaron profundamente
hasta que una afección estomacal cobró la vida del príncipe en 1909. Y la princesa
murió a causa de una neumonía poco después del inicio de la Guerra del Chaco en
1933. La princesa Clotilde era la madrina de todos los combatientes sucrenses que
partían a la guerra, lo que da cuenta de su patriotismo. Argandoña fue Ministro
Plenipotenciario en la presidencia de Mariano Baptista, por ello la pareja vivió varios
años en Francia, de donde trajeron el diseño para construir algunas obras en Sucre
y en especial el castillo. Con un gran poder económico por el auge de la plata,
Argandoña también tuvo su propio banco y fue socio fundador del Banco Nacional
de Bolivia en esos años.
Francisco Argandoña Revilla y Clotilde Urioste Velasco, príncipes de La Glorieta,
construyeron su castillo en más de 40 hectáreas con bellos jardines, un lujoso hogar
que cobijaba su gran amor. Cada uno de los rincones, cada puerta y cada árbol de
este singular palacio, construido por el arquitecto de origen ítalo-argentino Domingo
Antonio Camponovo y convertido en patrimonio nacional, fueron para demostrarle
al mundo el poder que ellos tenían, la riqueza y la estirpe de esta pareja reconocida
por el papa León XIII, que les dio el título de príncipes de La Glorieta en el año
1898, por las obras realizadas en favor de los más desposeídos.
Pero el lujo y la tristeza se mezclaban en este fantástico lugar que parece arrancado
de un cuento, ya que la pareja no pudo tener hijos en esos tiempos del Sucre
aristocrático. Pero también hay espacios que muestran otra faceta de ellos: la pareja
sabía hacer el bien. Sin herederos los príncipes volcaron su afecto paternal a los
niños huérfanos. Así lo dice un cuadro pintado con sus 108 hijos adoptivos y una
estatua en bronce en la entrada del castillo junto a dos niños huérfanos del hogar
Santa Clotilde, mejor conocido como la ‘Pepiniere’ uno de los más importantes
orfanatos del país en esa época. Con la muerte de los príncipes, su obra quedó en
el olvido, los herederos pelearon por las riquezas y se desmoronó el patrimonio.
En 1952, campesinos saquearon el castillo. Jorge Urioste uno de los
herederos del príncipe , temeroso por un nuevo saqueo, vendió al Ministerio de
Defensa el año 1966 el castillo y las más de 40 hectáreas de terreno, en la suma de
26.000 dólares. Los militares ocuparon el sitio durante varios años. En 1995 el
castillo fue declarado Patrimonio Nacional y el liceo militar Edmundo Andrade se
repliega fuera de los linderos de La Glorieta, ese año algunos jefes
militares también se llevaron lo poco que había de valor, dejando solo una pequeña
silla que se encuentra en la capilla. Otro dato para destacar fue el teniente
Edmundo Andrade, que era escudero en ese entonces y formaba parte de su
seguridad de los “príncipes”. Y a la hora de vender los terrenos su nombre influyo
mucho.
VALORACIÓN PERSONAL

Una visita extraordinaria que mejora nuestro conocimiento teórico y aclara muchas
dudas que talvez teníamos acerca de eso tiempos, sin duda la organización que
tuvo fue la mejor y agradezco a la encargada de llevar a adelante este proyecto que
además nos traerá muchos recuerdos, especialmente estos últimos meses que
pasamos juntos como promoción Bicentenario del Colegio.

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