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ensayista, editor y gestor cultural chileno. Ha escrito innumerables libros de poesía. Dentro
del proyecto titulado Arquitectura de la mentalidad se encuentran sus dos libros: Debajo de la
lengua (Cuarto Propio, Santiago, 2009, 482 páginas) y La divina revelación (Aldus, México,
2011, 700 páginas). En ambos libros la reescritura de autores latinoamericanos es un eje
central de la creación literaria apropiándose de los textos de autores como: Vicente Huidobro,
César Vallejo, Marosa di Giorgio, José Kózer, Raúl Gómez Jattin, José Emilio Pacheco, etc.
habita el lenguaje, se sirve de palabras muertas a las que traslada y reaviva; vehicula ¿qué
sucede con el poema que habita otro poema? Poema como cangrejo ermitaño que se sirve de
un caparazón que es otro poema. Es lo que sucede en las reescrituras de Héctor Hernández
Maillard nos dice que el poema ha de transmitirse con la voz pues está vivo en la
algo olvidado” (19). En la reescritura el sonido resuena aún más al recordar el origen casi en
su totalidad. En el texto “Fin sin muerte”: “Vacío de mí, rodeado de células / de un demonio
piedra”: “Un vidrio de cemento, un árbol de agua / avanzan, retroceden, dan vueltas / y
existen: … voy sobre mi cuerpo sobre otros cuerpos, / huesos como ruinas / sangre en forma
ese otro poema que está siendo habitado y rearticulado aunque escuchamos también el
original.
Tomemos ahora el texto de Roberto Piva que Héctor Hernández retraduce en lo que él
llama un “español mutante” en el libro de ensayo ¿Por qué no reescribir?. En La política
Gayatri Spivak parte de la idea de Michèlle Barrett de que es posible pensar la traducción
como un proceso de construcción de significado y lo lleva más allá al decir que el ejercicio
tarea del traductor es la de facilitar el amor entre el original y sus sombra, un amor que
público imaginario o real” ( ) . En las reescrituras que hemos visto permanece el eco, la
sombra entre el original y la reescritura que se configura como una forma de traducción.
Haroldo de Campos en su texto “De la traducción como creación y crítica” parte de las
ideas de Albrecht Fabry y de Max Bense para definir la imposibilidad de la traducción como
una oportunidad para la recreación. Para Fabry “la traducción supone la posibilidad de separar
característica de este es su “sentencia absoluta” en palabras de Fabry. Por otro lado Max
la estética, esta última “no puede ser codificada a no ser por la forma en que fue transmitida
por el artista” fondo y forma de nuevo se vuelven lo mismo, con lo cual la intraducibilidad, es
decir su correspondencia absoluta es imposible pues esto implicaría otra forma. Haroldo de
poema se conserva, se trata de una reescritura que cuestiona a la lengua como ente monolítico
e institucionalizado. Una reescritura que no se preocupa por ser fiel al texto original. La idea
de que el texto debe ser respetado, de llevar un texto de una lengua a otra son desechadas en
pos de un cruce de lenguas que es más cercano a cómo funciona una lengua en el día a día;
las palabras o los versos se endurecen y pierden su sentido, hay que poder decir de otro modo,
con otro sentido. Cuando la concha en la que habita el ermitaño se le queda pequeña o se
deteriora, el animal busca otra más apropiada. A lo largo de su vida cambiará de habitáculo
o de sus excreciones y secreciones, por parte de seres vivos” ( ). Pensemos ahora las
Héctor Hernández las reescrituras de los textos son deglución, asimilación crítica,
un lugar incómodo para toda institución que busque fijar significados y dictar q uién es el
autor de una obra. Recordemos por ejemplo que el copyright nace no como una forma de
proteger a los autores sino más bien como una forma mucho más fácil de censurar lo que no
antropofagia con el concepto de participación agresiva de Julia Kristeva en donde “la otredad
es hurtada por la devoración”. Kristeva reflexiona sobre cómo un texto literario es en realidad
perteneciente al conjunto de los textos y escribe: “«Leer» era también «recoger»,
«recolectar», «espiar», «reconocer las huellas», «coger», «robar». «Leer» denota, pues, una
participación agresiva, una activa apropiación del otro”. (Semiótica I, 236). Montoya hace
última proveniente de Mallarmé al definir la creación poética como un “recrear todo con
El lenguaje poético aparece como un diálogo de textos: toda secuencia se hace con relación a
otra que proviene de otro corpus, de tal suerte que toda secuencia está doblemente orientada:
hacia el acto de reminiscencia (evocación de otra escritura) y hacia el acto de la intimación (la
que los textos de HH no son simples actualizaciones de un texto muerto). Continuamos con
Chantall Maillard con el segundo modelo; el constructivista para quien la realidad no está
dada sino que se construye. Para Maillard, el poeta como el augur, acota fragmentos de una
totalidad caótica. El augur trazaba un marco en el cielo para delimitar el lugar de la aparición
del signo. El poeta dispone los términos sin los cuales la realidad sería infinita. El poeta como
Es la araña que pone en relación los puntos de referencia. Es ella quien absorbe y
reabsorbe. “Tal vez se trate de eso que somos más allá del mi, de eso que somos todos, entre
todos. Todas las presas son la misma presa, reabsorbida una y otra vez por la araña … que
reabsorbe en sí las formas del universo, la diversidad ilusoria, los mí que somos todos en el
infinitud de las cosas reside en su singularidad de estar siendo. La náusea se produce por la
tenemos no un archivo que fije sino que intenta estar en constante cambio. La aparente
apelar a la reescritura del lector: “(Los lectores pueden continuar como quieran este poema)”
(76). Escribe Jesús Montoya sobre las reescrituras que Hernández realiza de César Vallejo:
impropias abren una brecha sobre su propia tradición para desnudarla, degustarla, perpetrarla,
Chantall Maillard dice que el poeta recibe algo y lo transmite, recibe al oír y previamente
existe una escucha como un respirar (39). La escucha del texto poético que luego va a ser
reescrito por Hernández, aunque no hay un aquietamiento previo. Los libros de poemas tan
ritmo se construye desde los ecos, las sombras, las reminiscencias de otros textos que
configuran el espacio poético delimitado por el augur ¿Se trata de otra vía para que el poema
pueda abrirse como una herida y que condolezca con el otro? Respiramos y reescribimos entre
todos.