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Rivero Ortega Ricardo, Edit. Ratio Legis, 1999, Salamanca, 155 Páginas
El volumen que paso a reseñar constituye una interesante introducción a una temática
que pertenece al Derecho Administrativo Especial, y reviste interés por su actualidad y
novedad, y permite una rápida comparación con instituciones de nuestro ordenamiento
jurídico. A pesar de la brevedad de la obra, el autor le dio una gran densidad de
información lo que da cuenta su gran bibliografía.
Por lo anterior, resulta que dar noticia de su contenido no es tarea fácil, sobre todo
debido al uso de categorías jurídicas poco conocidas o definitivamente desconocidas en
el medio nacional.
Plantea el autor que "para cumplir su finalidad, la economía necesita del Derecho y del
análisis institucional, pues sin un marco jurídico-político-económico creador de cierta
estabilidad, y al mismo tiempo favorecedor del progreso, no es posible el desarrollo
sostenido", apoyándose en Max Weber, Buchanan, R.H. Coase y otros autores. El autor
señala que "hoy día la gran diferencia entre los economistas neoliberales y los
partidarios de la intervención no radica en el sí de la intervención, sino en el cómo se
produce ésta y en las limitaciones que puede ser necesario poner a la misma". Afirma
el autor que precisamente las instituciones jurídico-administrativas de la economía se
refieren a las técnicas y límites de la intervención pública en ella.
La Administración Económica, compuesta por múltiples organizaciones públicas con
competencia en materia económica, tiene como ideal lograr una organización adecuada
para equilibrar el rigorismo administrativo y la flexibilidad mercantil. Y dicha
flexibilidad y eficacia como fin de la organización administrativa debe ser compatible
con la legalidad. De lo anterior las características que adopta la Administración
Económica: Creación de personas jurídicas con estatutos de autonomía; Recurso a las
modalidades de actuación jurídico privadas ( "huída del Derecho Público o huída al
Derecho Privado"); mecanismos de cooperación o fórmulas convencionales de
intervención administrativa entre el poder público y los agentes privados
("Administración concertada").
En el Segundo Tema, se hace referencia a las dificultades del sistema de sus fuentes,
debido a varios factores que producen el fenómeno de desbordamiento de fuentes del
Derecho, tales como, diversidad de mercados regulados, constantes reformas y
variabilidad legislativas, inexistencia de cuerpos normativos rectores o
sistematizadores, diferentes órganos generadores de la norma (normas europeas,
normas estatales, leyes autonómicas, interpretaciones jurisprudenciales, etc.). Y luego
el autor aborda cada una de estas fuentes.
El autor, junto con explicar el sistema de fuentes normativas, explica los graves
problemas jurídicos prácticos que se presentan, tales como el rompimiento del
concepto clásico de ley material ha dado lugar al concepto formal debido a la dictación
de leyes singulares y leyes de caso único; el fenómeno de los decretos-leyes como
normas dictadas por el ejecutivo con carácter provisional en casos de extraordinaria y
urgente necesidad; la Teoría de la reserva legal contraria a las deslegalizaciones de
sectores de la economía. Al respecto es interesante señalar que el Tribunal
Constitucional español señaló que "este principio de reserva de ley entraña, en efecto,
una garantía esencial de nuestro Estado de Derecho, y como tal ha de ser preservado.
Su significado es el de asegurar que la regulación de los ámbitos de libertad que
corresponden a los ciudadanos depende exclusivamente de la voluntad de sus
representantes, por lo que tales ámbitos han de quedar exentos de la acción del
ejecutivo, y en consecuencia, de sus productos normativos propios".
El Cuarto Tema abordado por el doctor Rivero da cuenta del Principio de Legalidad y
Sistemas de Potestades de la Administración, como vinculación positiva completa del
Derecho, en general no se aparta demasiado de la mejor doctrina nacional acerca de la
materia. En este aspecto, el autor, llama la atención sobre la atribución de poderes
discrecionales a la Administración autónoma y el enunciado de cláusulas generales de
apoderamiento que dificultan la previsibilidad de las intervenciones económicas de la
administración en el ejercicio de las potestades, y su control jurisdiccional. Los
Tribunales españoles han ido desarrollando una serie de técnicas que facilitan la
prevención de desviaciones y abusos (revisión de conceptos jurídicos indeterminados o
nociones abstractas contenidas por las normas; control de los elementos reglados;
control de los hechos determinantes; sujeción de toda la potestad a los principios
generales del Derecho; etc.).
Idea central es el de orden público económico, como título habilitante que legitima las
intervenciones limitadoras de la Administración, es decir, fundamenta las
prohibiciones, nulidades, y sanciones. Esta cláusula, afirma, se ha utilizado típicamente
para restringir el ejercicio de libertades, afectando a las voluntades de los operadores
económicos mediante la restricción de sus operaciones y acuerdos. Es una limitación
que debe extraerse de las leyes, y no de una idea preconcebida de lo que en cada
momento se entiende por el buen funcionamiento del sistema económico.
A continuación, se hace cargo de sintetizar las nociones jurídicas básicas del derecho
peninsular respecto de los delicados temas de la actividad administrativa de fomento
del desarrollo económico y las subvenciones, la construcción de infraestructura como
estímulo a la economía, y los encargos públicos.