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El amor, ese sentimiento que desgarra y al mismo

tiempo nos da la vida

Charles Bukowski “El amor es parecido a cuando ves una niebla en la


mañana cuando despiertas antes de que salga el Sol. Es sólo un pequeño
momento, y luego desaparece… El amor es una niebla que se incendia con la
primera luz del día de la realidad”.

 Sonia Manzano
“El amor tiene la capacidad de salvar al mundo”
- La poeta y concertista guayaquileña, Sonia Manzano, cree que el amor va de la mano con
el aprendizaje. “Solo comprendemos el amor después de atravesar las penas y alegrías que
nos acarrea el sentir. El amor es más fuerte que la muerte, pero es necesario que aprendamos
a usar su potencial para que nos salve y para que salve al mundo.
 Luis Carlos Mussó
Un sentimiento que está ‘muy cerca del terror’
- “Definir el amor es complejo por su amplitud de significado”, dice el poeta Luis Carlos
Mussó. Sin embargo, establece que, para él, “el amor es el estado donde oscilan los nombres
que uno ha perdido y ha ganado; es el itinerario que nos dirige en dirección contraria a la
muerte. Es un relato que se escribe, aun sabiendo que está muy cerca el terror”.
 Miguel Chávez
Construir un imperio así pueda ser derrocado
- Para el novelista porteño, “el amor es comandar el ‘Enterprise’ y explorar nuevos mundos
aunque más adelante te topes con la Estrella de la Muerte. Es dedicarle a alguien la
construcción del Taj Mahal y que siglos después la gente lo siga recordando. Es darle la
vuelta a la frase de Bukowski y afirmar con osadía: “encuentra lo que te mata y deja que te
ame”.
 Kristel Ralston
Dos almas totalmente compenetradas
- La autora de novelas románticas considera que la evolución continua es una parte vital de
las relaciones. “El amor es el encuentro perfecto de almas capaces de evolucionar en
sinergia. También es la voluntad de querer, compartir, entregar y comprometerse
emocionalmente con otra persona, aceptándola con todos sus matices”, dice.
 Siomara España
El amor es la fuerza que lo mueve todo
- El amor es la fuerza de la creación, indica la poeta Siomara España. “La guerra y la paz se
han dado por amor, Adán y Eva salieron de aquel viejo paraíso, por amor el hijo de Priamo
raptó a la bella Elena. Así que el amor es esa maravillosa fuerza que mueve al mundo y el
verdadero amor lo da todo, sin nada por seña o cambalache”.
Resumen de El arte de amar de Erich Fromm
El arte de amar es una obra con la que Erich Fromm ha ayudado a varias generaciones a
reflexionar sobre el amor y a responder a algunas preguntas aparentemente sencillas: ¿qué
significa amar? ¿Cómo desprendernos de nosotros mismos para experimentar este
sentimiento…? Fromm nos explica que el amor no es sólo una relación personal, sino un
rasgo de madurez que se manifiesta en diversas formas: amor erótico, amor fraternal, amor
filial, amor a uno mismo…
Nos dice también que el amor no es algo pasajero y mecánico, como a veces nos induce a
creer la sociedad de hoy. Muy al contrario, el amor es un arte, el fruto de un aprendizaje.
Por ello, si queremos aprender a amar debemos actuar como lo haríamos si quisiéramos
aprender cualquier otro arte, ya sea la música, la pintura, la carpintería o el arte de la
medicina. O, por lo menos, no dedicar nuestra energía a lograr el éxito y el dinero, el
prestigio y el poder, sino a cultivar el verdadero arte de amar. “El amor intenta entender,
convencer, vivificar. Por este motivo, el que ama se transforma constantemente. Capta más,
observa más, es más productivo, es más él mismo.”

Los filósofos y su concepto del amor

El sentimiento ha sido estudiado desde el punto filosófico desde los griegos


cuando Aristófanes afirmó que el amor es el sentimiento más grande que tiene el ser humano
y que nada se puede comparar con el placer de sentirlo.

Por otro lado, Platón difería de las conclusiones de Aristófanes y reclamaba al amor de
poseer al ser humano por sus faltas y no por su voluntad, pues es una condición del
ser humano el desear lo que no se tiene, aburrirse cuando se tiene y desecharlo para
necesitarlo otra vez. Un círculo vicioso en el que se encuentran la mayoría de las
personas en la actualidad.
Otros, difieren con las definiciones dadas en siglos pasados y coinciden en que el amor
es un construcción social en la que el individuo necesita amar. Esto no es una decisión
que se tome de forma consciente y voluntaria. La misma forma de vida acelerada lo
hace querer "disfrutar" los momentos lo más que pueda, aunque realmente no lo haga.
Spinoza tenía una idea que se ubica en medio de las afirmaciones pasadas; el hombre
ama porque le causa una alegría, pero dicha alegría viene de un estímulo exterior que
lo hace querer más del otro que de uno mismo. Así, el deseo y la pasión con la que
ejercemos el derecho de amar sigue siendo un estímulo social, una forma de
adaptación con nuestro entorno y nuestros iguales, que nos hace actuar de manera
que tal vez nosotros no reconozcamos.
En tiempos de la posmodernidad, el amor es considerado como un acto de validación
con el otro. Según Eva Illouz, los estereotipos con los que crecemos son realmente la
idea que nos hacemos del amor, haciéndolo un concepto meramente de imagen y
aceptación para los demás, en el que no reconocemos el amor propio y sólo
aceptamos el de los demás a forma de condición. Ella impone el papel de la mujer en
el área social y cómo ellas lo perciben por la educación que han recibido, haciendo de
lecturas como Orgullo y prejuicio la referencia necesaria para tratar de explicar y
comprender si realmente existe el amor.
Diferencias entre el amor actual y el de antes

Cuando hablamos de amor de antaño no nos referimos solamente a ese romance de tinta y
pluma, de Austen y Shakespeare, Hace unos cuantos años, la gente era más responsable. Llegar
tarde a una cita no era posible debido a la ausencia de Whatsapp o Facebook, los amores no
quedaban sometidos a tantas dudas existenciales o ambiciones personales sino que conformaban
verdaderamente la base de algo grande, de una historia en la que había cooperación, los
temporales se soportaban mejor y el compromiso no era un mal temido como es hoy día.
La liberación de la mujer ha influido notablemente en el nuevo modelo de relaciones
amorosas, ya que al abrirse al mercado laboral esto ha modificado el combo hombre
trabajador - ama de casa que se estilaba antes. Estos, lejos de ser malo, y sumado a la
posibilidad de elección e independencia en los seres humanos del siglo XXI, nos ha llevado a
ser más exigentes, menos conformistas y, tenemos que reconocerlo, algo alérgicos al
compromiso.

El mundo se ha convertido en un lugar en el que, al menos en Occidente, puedes cumplir todos


tus sueños, dar rienda suelta a un libertinaje visto incluso mejor que antes por la sociedad y un
hedonismo que frivoliza las relaciones. En eso tres aspectos residen las ventajas y
desventajas del amor contemporáneo, un arma de doble filo que poca veces sabemos
contener. Podemos elegir (no como antes) pero quizás hacemos demasiadas elecciones,
desembocando en tierra de nadie.

Los maltratos, aunque sigan sucediéndose, son más denunciables, nuestro papel en la
sociedad es más menos clasista o estereotipado y nuestra vida luce un timón que podemos
dirigir por nosotros mismos. Como guinda, las nuevas tecnologías ofrecen ventajas
(comunicarse a distancia, amor a la carta gracias a numerosas apps de ligue o como elemento
lúdico en la relación), pero también otras desventajas (frivolidad, asalto de la privacidad y una
leve involución en unas parejas cada vez más esclavizadas al mundo encerrado bajo una
carcasa).

Sentimiento más importante para la humanidad. Si no fuese así no habría tanta


música, libros, poemas, danzas, esculturas y otras manifestaciones artísticas que
hablaran de él.

Historia del amor a través de los tiempos

Einstein dijo: “No puedes culpar a la gravedad del enamoramiento”.

Pero, ¿qué dice la ciencia? Primero, en las etapas dirigidas sobre todo por el deseo, las hormonas
sexuales testosterona y estrógeno se ponen a trabajar.

La testosterona se reduce en los hombres, pero aumenta en las mujeres. Esta etapa es alimentada por
unos neurotransmisores llamados monoaminas.

En la mezcla hay una combinación de dopamina, activada también por drogas como la cocaína y la
cocaína; la adrenalina, que causa esos corazones acelerados y esas descargas de calor; y la serotonina,
un ingrediente que es tan fuerte que es el culpable de las cosas más locas que hacemos cuando estamos
enamorados.

Esta fase de atracción puede causar una serie de efectos extraños en quienes la están atravesando.

Es una suerte que la mayor parte de la gente pase rápido a la última fase: el apego.

Así que parece que la sabiduría antigua y la ciencia moderna están ambas en lo cierto: encontrar
el amor y mantenerlo depende, sobre todo, de acertar con la química.

-La invención del amor-

Aunque la gente se ha enamorado y juntado desde el principio de los tiempos, no todas las civilizaciones
veían el amor de la misma manera.

1. a) Grecia Antigua

Mientras nosotros tenemos una palabra para el amor, en el griego antiguo había más
de 30. Por ejemplo, la palabra “eros” significaba pasión física, mientras que “philia”
denotaba cariño por un familiar, la comunidad o incluso por conceptos abstractos,
como el conocimiento

“Philautia”, por otro lado, representaba el importante concepto del respeto por uno
mismo, y “agape” se podría traducir como amor incondicional.

b) Roma Antigua:

Entre las clases altas se arreglaban los matrimonios para proteger la riqueza, el estatus y el poder, y
pocas veces en base a la atracción o el consentimiento entre los esposos.

El sentimiento mismo del amor se describía con frecuencia en los poemas como una fuerza trágica y
disruptiva, comparada con un tormento o incluso una plaga.

c) Era anglosajona

La poesía de los guerreros anglosajones reservaba el amor para los vínculos entre guerreros,
describiendo la expresión más poderosa del amor como la lealtad entre hombres en estado de guerra.

Para esos tipos duros, el acto de amar significaba sacrificarse en la batalla por tu señor.

Edad Media

Muchos historiadores están de acuerdo en que el concepto deamor romántico se inventó en la literatura
de la Edad Media.

Se originó en la idea medieval de la caballerosidad y el amor cortés, como se describía en la literatura


romántica de caballeros del momento.

Esta fue la primera vez que se escribía sobre el amor romántico como algo maravilloso, no como una
fuerza destructiva.

1. Período Tudor

El amor cortés continuó evolucionando durante los reinados de Enrique VIII e Isabel I.

El Renacimiento inglés produjo una gran cantidad de poesía romántica, música y literatura, incluida la de
William Shakespeare, cuyas obras, sonetos y poemas trataban con frecuencia sobre los arrebatos y
enredos del amor romántico.

Era Victoriana

La era Victoriana fue un tiempo en el que el amor romántico se percibía como un requisito del matrimonio,
pero había reglas estrictas sobre cómo había que perseguir ese tipo de lazos.

El cortejo era muy formal, con incluso más reglas a medida que los amantes escalaban en la escala
social.

De hecho, muchas parejas no podían verse sin la presencia de un acompañante y las propuestas de
matrimonio se hacían frecuentemente por escrito.

El amor desde el punto de vista de la psicología


¿Qué es necesario en una relación de amor?, ¿Qué clases distintas de amor
hay? ¿Existe el amor eterno?
El amor, es una emoción humana y compleja que nos cuesta comprender e interpretar. En
general, se tiene una idea del amor muy idealizada, en la que se ve como un valor
ensalzado, puro, universal, eterno e irracional que supera todas las barreras. Cuando
hablamos de este tipo de amor, nos referimos al “amor romántico”, exclusivo de la cultura
occidental y de la época actual.
Sin embargo, el amor es múltiple y la experiencia afectiva está conformada por un
conjunto de variables que se entrelazan de manera compleja. Es difícil precisar qué es el
amor y unificar su terminología. Durante décadas, nuestra sociedad, se ha preocupado en
especial por la educación intelectual y sus rendimientos y ha descuidado el aspecto
afectivo. Ahora, sabemos que es necesario buscar un amor inteligente, capaz de integrar
en el mismo concepto, los sentimientos y las razones en proporciones adecuadas. El amor
no solo hay que sentirlo, sino incorporarlo a nuestro sistema de creencias y valores.
Teoría triangular de Robert Sternberg
La comprensión que tenemos sobre el amor cambió en 1986 con la publicación del
psicólogo Robert Sternberg, cuando explicó la Teoría Triangular del Amor. Para
Sternberg, las relaciones pueden tener una combinación de tres elementos fundamentales
(o podrían tener los tres): Intimidad (I), Pasión (P) y Compromiso (C) que siguiendo una
metáfora geométrica, ocuparían los vértices de un supuesto triángulo. El área del triángulo
nos indica la cantidad de amor sentida por un sujeto y su forma geométrica, dada por las
interrelaciones de los elementos, expresaría el equilibrio o el nivel de carga de cada uno
de los componentes.
En la relación de pareja, cada miembro de la pareja puede percibir el nivel de los tres
componentes del amor del otro de un modo muy diferente a como uno mismo juzga su
propio nivel de implicación. Por lo tanto, pueden surgir discrepancias en un triángulo entre
lo que experimenta un miembro y lo experimentado por el otro. Además, a lo largo del
tiempo, estos tres componentes van evolucionando de modo diferente, de tal forma que la
relación que tenemos con nuestra pareja puede cambiar con el paso del tiempo. Cada uno
de los tres elementos básicos del amor tiene una evolución temporal diferente. La
intimidad se desarrolla gradualmente conforme avanza la relación y puede continuar
siempre creciendo, aunque es un crecimiento más rápido en las primeras etapas. La
pasión, por su parte es muy intensa al principio y crece de forma vertiginosa, pero suele
decrecer conforme la relación avanza, estabilizándose en niveles moderados. El
compromiso, por último, también crece más lento que la intimidad al principio, y se
estabiliza cuando las recompensas y costes de la relación aparecen con nitidez. Hay que
tener en cuenta que en la mayor parte de las relaciones amorosas, ninguno de los
componentes se desarrolla aisladamente de los otros dos.
Los tres componentes básicos del amor:

1. Intimidad: Se refiere a los sentimientos dentro de una relación que promueven el


acercamiento, el vínculo, la conexión, y principalmente la revelación mutua. La
clave de la intimidad está en la autoexposición mutua de los miembros de la
pareja, en salir de nosotros mismos y mostrarnos tal como somos en proceso de
confianza y aceptación mutua, sin olvidar que a la vez, es necesario fomentar el
desarrollo de una personalidad autónoma e independiente.
2. Pasión: Estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos
y necesidades, gran deseo sexual o romántico, acompañado de excitación
psicológica. No cabe duda que la relación sexual plenamente satisfactoria, si bien
no es la condición única para el mantenimiento de la pareja, sí es un factor muy
importante. En la pasión influye la química del amor. La presencia en el cerebro de
ciertas sustancias bioquímicas de diversa índole y naturaleza explica el proceso
emocional. La serotonina es un neurotransmisor responsable del componente
activo/agresivo de la actividad sexual. La dopamina es del deseo y la
feniletinalamina, según algunos, produce los efectos altamente euforizantes del
amor romántico.
3. Compromiso: Es la decisión de amar a otra persona, serle fiel y compartir con ella
muchas actividades y bienes personales sin limitación temporal. Es el deseo de
formar un “nosotros” y poderlo manifestar a los demás. Todo esto implica la
voluntaria aceptación de un cierto número de obligaciones, evitando cualquier
comportamiento que amenace la relación y otras muchas más cosas.

Las diferentes etapas o tipos de amor pueden ser explicados con diferentes
combinaciones de estos elementos:

 Cariño: (Intimidad). Es el cariño íntimo que caracteriza las verdaderas amistades,


en donde se siente un vínculo y una cercanía con la otra persona, pero no pasión
física ni compromiso a largo plazo.
 Encaprichamiento: (Pasión). Es lo que comúnmente se conoce como “amor a
primera vista”. Sin intimidad ni compromiso. Así es como se inician muchas
relaciones de pareja, permitiendo que posteriormente se vaya alcanzando
diferentes niveles de intimidad y compromiso, aunque hay veces, que sólo se
queda en pasión.
 Amor Vacío: (Compromiso). Existe una unión por compromiso, pero la pasión y la
intimidad han muerto. No sienten nada el uno por el otro, pero hay una sensación
de respeto y reciprocidad.
 Amor romántico: (Intimidad y Pasión). Las parejas están unidas
emocionalmente y físicamente, mediante la pasión, pero no en el compromiso de
estar juntos. El ejemplo recurrente de este tipo de amor lo podemos encontrar en
muchos arquetipos surgidos de la literatura, como Romeo y Julieta de William
Shakespeare.
 Amor sociable/compañero: (intimidad y Compromiso). Matrimonios en los que
la pasión ha desaparecido, pero se mantiene un gran cariño y compromiso por el
otro. Se encuentra en la familia y en los amigos profundos, que pasan mucho
tiempo juntos, en una relación sin deseo sexual. Es un amor cuya ambición es la
preocupación por la felicidad y bienestar del otro.
 Amor fatuo o loco: (Pasión y Compromiso). Se da en las relaciones en las que
el compromiso es motivado principalmente por la pasión. Este tipo de amor se
expresa cuando, por ejemplo, dos personas contraen matrimonio al poco tiempo de
haberse enamorado, y todavía no ha surgido el componente de la intimidad. En
estos casos, se dedica bastante esfuerzo en ofrecer la mejor imagen de uno
mismo antes el otro.
 Amor consumado: (Intimidad, Pasión y Compromiso). Es la forma completa del
amor. Representa la relación ideal hacia la que todos quieren ir pero que
aparentemente pocos alcanzan. Sin embargo, Sternberg señala que mantener un
amor consumado puede ser aún más difícil que llegar a él. Enfatiza la importancia
de traducir los componentes del amor en acciones. “Sin expresión”, advierte,
“Hasta el amor más grande puede morir”.

¿Existe el amor para siempre?


Diferentes teorías han apuntado durante años, que no es posible que la intensidad del
amor se prolongue en el tiempo y que el amor, y con el paso de los años, se transforma en
una amistad profunda. Sin embargo, en 2011, la neurocientífica Lucy L. Brown, del Albert
Einstein Collegue of Medicine, junto a Helen Fisher, sugirieron que podría haber
mecanismos con los que el amor podría sostenerse en el tiempo en una relación
y describieron lo que sucede en el cerebro de parejas con relaciones de largo recorrido.
Para averiguarlo, escogieron a diez hombres y siete mujeres casados durante una media
de 20 años y les sometieron a una resonancia magnética, mostrándoles imágenes de sus
parejas, amigos íntimos, familiares cercanos y de parientes lejanos. Los resultados
mostraron que cuando veían la imagen de su pareja, su cerebro se comportaba de forma
similar al de las personas recién enamoradas, al activarse las regiones que fabrican
dopamina, hormona responsable de la euforia, común en el comienzo de las relaciones y
neurotransmisor que regula el sistema de recompensa, encargado de que respondamos a
estímulos que causan placer o desagrado. Por lo tanto, imágenes por resonancia
magnética han revelado que en el cerebro de algunas parejas que llevan décadas juntas
se activan las mismas zonas que en los nuevos amantes. Esto junto a los niveles de
oxitocina, la “hormona del abrazo” y junto a una dosis de sobreesfuerzo, el amor debería
tener los ingredientes para ser duradero.
Sin embargo, el ciclo amoroso no es constante y hace que mientras el amor romántico
comienza con altas dosis de pasión y una creciente intimidad, se vaya transformando en
amor compañero dónde baja la pasión, se mantiene la intimidad y aumenta el compromiso.
Los besos forman parte de la pasión amorosa, que es el deseo de unirse al otro. Esta
etapa dura de 5 a 12 meses y, más adelante, se produce una sensación de habituación en
la que la sensación de exaltación va sustituyéndose por otra de calma y seguridad, y se va
consolidando el apego. Con el paso del tiempo, las personas se habitúan a estar con el
otro, a que no falte, y ya no se vive la misma pasión porque hay una mayor seguridad
respecto a la relación, aún así, la pasión no desaparece definitivamente, ya que puede
reavivarse, incorporando elementos novedosos en la relación.
Muchas parejas no aceptan el cambio de “amor romántico” a “amor compañero” y lo
interpretan erróneamente como el fin del amor. Sin embargo, es en este cambio, cuando
las pasiones extremas del amor pasional se transforman en las claves verdaderas de una
relación duradera, siendo éstas, la comunicación, la ternura, el afecto y la satisfacción.

LA NUEVA PSICOLOGIA DEL AMOR


M. SCOTT PECK
 La vida es difícil. Resolver sus problemas es siempre un proceso doloroso. El doctor Scott
Peck, destacado psiquiatra norteamericano, nos alienta a enfrentar las dificultades y cambiar
nuestra forma de vivir y de relacionarnos. Su enfoque se orienta hacia la integración de la
psicología y la espiritualidad. Trata temas como la autodisciplina, la responsabilidad, la
naturaleza de las relaciones amorosas, el mito del amor romántico, los riesgos, de la
independencia y el compromiso, cómo reconocer la verdadera compatibilidad, cómo
distinguir amor de cómo llegar a ser una persona auténtica y un padre sensible. "Esta
discusión sobre el amor -ha dicho el Naticional Catholic Reporter- es la más original desde
Erich Fromm." Por la simple recomendación de los lectores este libro se ha convertido en un
bestseller permanente y un auténtico clásico de nuestro tiempo.

POR QUE AMAMOS: NATURALEZA Y QUIMICA DEL AMOR


ROMANTICO
HELEN FISHER
Provocador, convincente y revelador, este libro ofrece respuestas nuevas a cuestiones tan antiguas
como ¿por qué nos enamoramos? ¿Qué es el amor? ¿De qué forma podemos mantenerlo vivo? En
esta fascinante mirada sobre un impulso tan fundamental, Fisher revela exactamente qué
experimentamos cuando nos enamoramos, por qué elegimos a una persona y no a otra, y cómo el
amor romántico afecta biológicamente al impulso sexual y a los sentimientos de atracción por el
otro. También expone las diferencias entre el cerebro femenino y el masculino, y lo que esto implica
para nuestra forma de amar. Por último, presenta sugerencias concretas sobre cómo controlar esta
pasión ancestral, y explora con optimismo el futuro del amor romántico en el caótico mundo
moderno.

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