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OBJETIVOS DE LA MISIÓN JOSEFINA


Llevar el mensaje de Cristo a cada persona, familia, casa y comunidad.

Promover con los párrocos y demás agentes de pastoral diocesana en cada comunidad, la acción misionera de la
Iglesia, promoviendo la fe.

La evangelización, la búsqueda de la vivencia auténtica del cristianismo, que se concrete en vida de gracia, en
obras y en un compromiso con la parroquia.

Imprimir en el mundo católico, un estilo dinámico de vivir el compromiso bautismal a través del trabajo misionero.

La promoción de vocaciones sacerdotales y religiosas.

¿QUÉ ES UN MISIONERO?
El misionero, es un apóstol, como lo fue San Pablo: por vocación; porque Cristo
nos ha llamado a extender su reino. Porque la vocación cristiana es esencialmente misionera.
Los misioneros son apóstoles que luchan por predicar el evangelio. Esta lucha nace de su
amor a Cristo y a su obra redentora.

El misionero sabe que predicar el evangelio no es una tarea más al lado de otras
muchas.

El misionero es hombre o mujer de fe, que creen en cristo, para quienes predicar el
evangelio no es motivo de gloria, sino un deber. Que han percibido el mandato misionero de
“Id por todo el mundo y predicad el Evangelio”. Que no han querido permanecer indiferentes
o pasivos ante las realidades del mundo y de la Iglesia.

El misionero hace de Jesucristo el centro e ideal de su vida, el modelo en el que tienen que transformarse y la meta
de su realización humana y cristiana. Para los misioneros el amor a Cristo consiste fundamentalmente en la amistad
con él, en el cumplimiento de sus mandatos y en la vivencia fiel del Evangelio, en especial la caridad fraterna.

Los misioneros josefinos aman tiernamente a Jesús, María y José, sus padres modelos y guías, imitándoles en sus
virtudes, especialmente en la caridad, obediencia, la humildad y la pureza.

El misionero ama a la Iglesia continuadora de la misión de Cristo. Por ello dedican lo mejor de sí mismos y hacen
rendir sus talentos con eficacia, de modo que a través de su apostolado Jesucristo sea conocido y amado.

El misionero es una persona realista, pues ve con claridad cuál es la situación del campo que le toca evangelizar. Es
consciente de las propias posibilidades y limitaciones, así como de los factores internos y externos que influyen en
su apostolado. Sabe que los grandes edificios están hechos con piedras pequeñas. Sabe unir la realidad desde su fe
en Dios.

El misionero está atento a las oportunidades y no pierde la mínima oportunidad para hacer el bien y difundir el
mensaje de Cristo.

PERFIL DEL MISIONERO


 El Misionero es una persona enamorada del Reino, que ve y gusta la acción de Dios en los pueblos y culturas.
Tiene una profunda espiritualidad misionera, es el hombre de las bienaventuranzas.

 Se siente enviado, como Jesús lo fue del Padre, realizando el proyecto de Dios en medio de los hombres.

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 Está formado según el Magisterio de la Iglesia.

 Está preparado y entrenado por su formación a trabajar en equipo, con sentido de comunión y de participación

 Tiene también, en vista a su trabajo misionero específico, una preparación cultural adecuada.
 Es capaz de arriesgarse. Va a donde otros no se animan a ir

 Opta con decisión privilegiando los grupos humanos y lugares más difíciles, donde todavía no ha penetrado el
mensaje de Cristo, o ha penetrado en forma insuficiente. No le asusta partir más allá de las fronteras.

 Sabe hacer un buen análisis de la realidad, con un profundo sentido humano.

 Está dispuesto a caminar y respetar el ritmo de la gente, con mucho sentido de adaptación.

 Es un agente válido para la promoción humana, y su servicio es gratuito.

 Su conciencia misionera es tan amplia como el mundo, está abierto a otras culturas y a renovarse constantemente
frente a la novedad y al cambio que las situaciones y la gente exigen.

 Procede con discreción y humildad, no pretende ser siempre protagonista. Le da a cada uno su propio lugar.

 Es una persona de buen corazón, portador de consuelo, reflexivo sobre la realidad a la que va encaminado a
trabajar, comunitario, fraternal, capaz de dar el testimonio que el mundo espera. Su vida es coherente con la fe
que anuncia y proclama.

 Descubre con su sensibilidad misionera las necesidades de integrar esta dimensión en todos los aspectos de la
vida cristiana y eclesial.

 Sabe ser también animador misionero de su propia Iglesia de origen, ayudándola a abrirse a la Iglesia universal.

 Tiene como un sentido y un instinto de “éxodo” y de “itinerancia” al estilo de Abraham y del Pueblo de Dios
peregrino

 Es alegre para servir

RASGOS DEL MISIONERO

 El misionero es un discípulo de Cristo: Sabe que antes de ser apóstol es preciso ser discípulo, es decir, ha
tenido un encuentro vivo, personal con Jesús resucitado y vive cotidianamente en unión con El en la oración y
los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la Reconciliación. Porque “no se puede anunciar a quien no se
conoce”.

 El un contemplativo: que transmite no sólo conceptos y doctrinas, sino su experiencia


personal de Jesucristo y de los valores de su Reino. Por ello, el misionero vive
profundamente en comunión con Jesucristo, sabe encontrar en medio de la acción,
momentos de “desierto” donde se encuentra con Cristo y se deja llenar por su Espíritu.

 Es dócil al Espíritu Santo: se deja inundar por el Espíritu Santo para hacerse más
semejante a Cristo, y se deja guiar por El. Acoge dócilmente sus dones, que lo
transforman en testigo valiente de Cristo y preclaro anunciador de su Palabra. Sabe que
no es él quien obra y habla, sino que es el Espíritu Santo el verdadero protagonista de la misión.

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 Vive el misterio de Cristo “enviado”. El misionero vive en íntima comunión con Cristo, hasta tener sus mismos
sentimientos: está impregnado del Amor del Padre, y obedece su voluntad hasta las últimas consecuencias. Se
sabe enviado por Cristo a cumplir su misión, y acompañado constantemente por El.

 Tiene a María como Madre y Modelo: Su espiritualidad es profundamente mariana. La Madre del Resucitado
es también su Madre, y es para él modelo de fidelidad, docilidad, servicio, compromiso misionero.

 Vive la pobreza y el “éxodo misionero”: el sentido de “salir de la tierra” para el misionero, no implica
únicamente el “salir geográfico”, sino que misionero sabe que debe abandonar su comodidad y su seguridad
para “remar mar adentro”, para ir a las situaciones y lugares donde Cristo lo quiera enviar. Debe abandonar sus
propios esquemas, sus ideas preestablecidas para abandonarse en las realidades que la evangelización le
presenten. La pobreza misionera no hace referencia únicamente a la pobreza material, sino al abandono a la
voluntad de Dios y a los caminos que Él le presente.

 Vive la misión como un compromiso fundamental: el misionero es un comprometido en el seguimiento de


Jesús y en la lucha por su Reino liberador y universal. El misionero ha dicho “sí” a Dios, y no se echa atrás ni
retacea en su entrega.

 Ama a la Iglesia y a los hombres como Jesús los ha amado: Lo primero que mueve al misionero es el amor
por los hombres, a quienes quiere llevar a Cristo. El misionero es el hombre de la caridad, el “hermano
universal”, que lleva a Cristo a todos los hombres, por cuyos problemas se interesa, para quienes siempre está
disponible, y a quienes trata siempre con ternura, compasión y acogida.

 El verdadero misionero es el santo: La llamada a la misión deriva de la llamada a la santidad. La santidad es


un presupuesto fundamental y una condición insustituible para realizar la misión salvífica de la Iglesia. No
bastan los métodos, los conocimientos, la capacidad de oratoria, si no están sustentados por el testimonio de
vida cristiana y de santidad del misionero.

EN TODA MISIÓN NO OLVIDAR…

EN EL ORIGEN, CRISTO. Jesús dice: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura”
(Mc 16,15). Este es el mandato del que nace la llamada a la evangelización

LA CLAVE, EL TESTIMONIO. “Para la Iglesia el primer medio de evangelización consiste en un testimonio


de vida auténticamente cristiana…” (Evangelii Nuntiandi, n.41). Los contenidos no evangelizan de modo
auténtico sin nuestro testimonio explícito del amor de Dios

NUESTRA FUERZA, LA GRACIA. “Sin mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Sólo unidos a Cristo, viviendo
una verdadera vida cristiana en fidelidad y amor a la Iglesia, los misioneros podemos dar un fruto abundante y
superar la tentación del desaliento y del activismo.

SOMOS PUEBLO, COMUNIDAD. Tan significativo como el testimonio personal es el testimonio


comunitario. Una comunidad de testigos, acogedora y abierta, capaz de acompañar hacia Cristo a los que se
acercan, tiene mucho más fuerza e impacto para evangelizar que los proyectos personales aislados.

EN TODO, LA CARIDAD. La soberbia, la división y las críticas sin caridad entre cristianos, provocan un
escandaloso espectáculo que engendra escepticismo y a veces hasta ateísmos. Construir Iglesia, pedir y trabajar
la comunión, es una urgencia si queremos ser apóstoles de Cristo y no esclavos del Malo que divide.

ABIERTOS, PARA TODOS. Evangelizar exige abrirse al diálogo con una actitud humilde a todos, no sólo a
aquellos que acogen la fe de buen grado, también a quienes la desconocen o están más alejados.

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BUSCAMOS DAR FRUTO, NO TENER ÉXITO. Perseguir solo el tener más seguidores, amigos, visitas…
es una forma de idolatría. Debemos estar alertas para no dejarnos atrapar por la fascinación del medio. Los
misioneros no buscamos tener éxito personal sino dar los frutos del Reino.

LO PRESENCIAL. La Evangelización tiene su punto: de La evangelización se verifica, se purifica y se


potencia con el encuentro presencial.

SIEMPRE DISCÍPULOS, SIEMPRE APRENDIENDO. Los misioneros vivimos en permanente búsqueda


de los lenguajes que puedan interpelar hoy el corazón humano y anunciar a Cristo. Para esto los misioneros
necesitamos una vivencia responsable de la fe y una formación continuada.

PROMOVER INCANSABLEMENTE el amor a Cristo, a la Santísima Virgen María, a san José, a la Iglesia,
al Papa, a los Pastores y a la humanidad.
Fomentar la regularización de los sacramentos
Invitando al sacramento de la reconciliación.
Fomentar la catequesis.
Promover un ambiente de estima hacia el párroco y sacerdotes del lugar y la participación activa en la parroquia.
Promover la asistencia a la misa dominical y las celebraciones.
Fomentar el rezo del Santo Rosario.
Cimentar el trabajo misionero en la oración.
Promoción de las vocaciones josefinas

QUÉ DEBES HACER AL LLEGAR A TU COMUNIDAD

Identificar los lugares principales: Iglesia o capilla, palacio o agencia municipal, centro de salud, identificar a los
responsables: catequistas.

Preguntar qué lugares son inseguros para evitarlos.


Si no hay señal de celular, identificar la caseta más cercana en caso de necesidad.

VISITAS A LAS CASAS

Presentarse con educación e introducir la conversación con un saludo.


Entrar en materia con lo esencial, decir el motivo de la visita, invitarlos a participar en todas las actividades
programadas. Si hay un enfermo hacer una oración especial.
Reflexión evangélica, pude ser tomado del texto del día.
No rechazar pequeños obsequios de la comunidad como puede ser fruta o café, pues las personas de las
comunidades es lo único que pueden compartir y lo dan desde el fondo de su corazón.
Evitar tomar agua en las visitas, no siempre la hierven, es mejor tomar café, garantiza que el agua está hervida.
Concluir la reflexión con un compromiso
Despedirse con amabilidad y cortesía.

NORMAS DE COMPORTAMIENTO

El testimonio de la vida cristiana, es una predicación silenciosa, pero eficaz de la Palabra de Dios.

Las palabras convencen, pero el testimonio arrastra, por ello todo misionero debe dar un buen testimonio cristiano,
consciente que a través de este, estará evangelizando a las personas que encuentren en su camino.

Las personas de las comunidades, esperan encontrar en cada misionero, un testimonio de vida coherente y
convincente, por ellos los misioneros deben de respetar ciertas normas de comportamiento.

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El misionero debe cuidar la distinción de posturas, comportamiento y vocabulario, las malas palabras hay que
evitarlas.

Evitar un trato ligero y superficial con la gente del pueblo, así como con el sexo opuesto.

Tratar de vivir la misión con austeridad: evitar comprar demasiados dulces, refrescos y Sabritas en las tiendas del
pueblo.

Por atención y sentido de gratitud no rechazar ni desperdiciar la comida que les regala la gente del pueblo, si fuera
el caso, hacer un esfuerzo por aceptarla con agrado y comerla con naturalidad y ofrecer el sacrificio por los frutos
de la misión.

El misionero no debe comentar frente a la gente de la misión, cosas de los misioneros ni de los misionados.

El misionero debe de dar auténtico testimonio cristiano: de servicialidad, de caridad, entrega, mansedumbre, de
olvido de sí mismo, de humildad y sencillez.

NO OLVIDES TU BOTIQUIN
Que debe contener: aspirina o paracetamol, agua oxigenada, alcohol, algodón, curitas y vendas, suero, gasas
estériles, agua oxigenada, jabón neutro, tijeras afiladas, Pepto Bismol

CUIDARSE DE LOS PERROS


En caso de mordedura: aleja el animal con un palo o agitando un objeto grande y gritando.

Lava con agua y jabón neutro la herida y cubre la herida con un paño limpio. Avisa a los catequistas o encargado
para que te auxilien y/ o asiste al centro de salud más cercano

EN CUANTO AL VESTIR
Todos deberán vestir con dignidad y sencillez, evitando extravagancias y modas.
Pantalón (evitar que estén rotos, muy ajustados o extravagantes).
Playera el de la misión de este año o de años anteriores, se puede usar sudaderas o chamarras. Las mujeres no
deberán llevar joyas valiosas, ni maquillaje o peinado exagerado.
En cuanto al uso del celular: queda estrictamente prohibido entretenerse durante el día con ellos, distrae al
portador como a la comunidad, en la mayoría de las comunidades no hay señal.
Llevar siempre la Cruz Misionera.

QUEDA PROHIBIDO
Fumar, las personas de las comunidades se escandalizan al ver que una persona misionera fume.
Tomar bebidas alcohólicas, aun siendo ofrecidas por las personas del lugar.
Ir a conocer lugares nuevos o atractivos, la seguridad personal y del equipo es lo primero. Evitemos accidentes
y amargas experiencias.
Salir de noche y andar solo.
EVALUACIÓN
Revisar al final de la jornada, el trabajo del día, se exponen las actividades realizadas, las vivencias espirituales y
humanas y las dificultades con las que se encontraron al realizar su trabajo, a fin de encontrar juntos soluciones,
sugerencias, tomar acuerdos.

DOMINGO DE RAMOS
Se necesita:
 Lugar donde dará comienzo la procesión
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 Ramos o palmas
 Una cruz adornada con ramos
 Dos velas que irán al lado de la cruz
 Prever el recorrido de la procesión
 El lugar de la celebración es en la capilla
 El altar adornado con ramos
 La sagrada escritura en el ambón, convenientemente adornado

En el domingo de Ramos, tal como el Misal indica, la Iglesia recuerda la entrada de Cristo, el Señor, en Jerusalén
para consumar su misterio pascual. Las dos fases del misterio de Cristo aparecen con un relieve especial en la
liturgia de este día y conviene presentarlas como partes indisolubles de un todo: el aspecto triunfal en la procesión
y el aspecto pasionario en la Eucaristía.

Este domingo tiene unas peculiaridades litúrgicas muy concretas y llamativas que los distinguen de otros domingos,
fundamentalmente explicitadas en la procesión de ramos y en la lectura de la Pasión.
El recuerdo de la entrada de Cristo en Jerusalén para la plenitud de su pascua

LA PROCESIÓN
El rito comienza con la bendición de los ramos. Los ramos no se reparten, ni siquiera al clero ni autoridades.

El pueblo debe cogerlos por sí mismos en un sitio adecuado y tenerlos en las manos para su bendición desde
el comienzo del rito.

Los ramos no se inciensan; solamente se asperjan con agua bendita en silencio. Una vez que el pueblo tiene los
ramos el sacerdote, al llegar, saluda al pueblo y tras una oración rocía los ramos con agua bendita, sin decir nada. A
continuación se proclama el Evangelio que narra la entrada del señor.

Es oportuno tener una breve homilía después de la lectura que narra la entrada de Jesús en Jerusalén.

Esta homilía daría sentido a esa parte primera de la celebración.

HOMILÍA para iniciar la procesión

Con alegría y sonrisas en los labios, con ramas en nuestras manos y vítores en nuestras voces, aclamamos a Jesús
que se adentra en las calles de Jerusalén camino de su pasión, muerte y resurrección.
Reconozcamos lo que el Señor es: ¡Señor!
Vivamos con plenitud lo que nos trae: ¡La Salvación de Dios!
Quedémonos, no ondeando las palmas, y sí manifestando públicamente que, Jesús, es el Mesías, el que tenía que
venir, el que puede traer un orden nuevo a nuestro mundo, a la humanidad.
No faltarán dificultades. En este domingo de ramos se mezclan dos sentimientos: el júbilo y la pasión. Hoy, el Señor,
es aclamado. ¿Y mañana? A la vuelta de la esquina será abandonado por los suyos, entregado, vendido y subido al
patíbulo de una cruz.
Los mártires son representados con palmas en sus manos. Nosotros al enarbolar los ramos del Domingo de Ramos,
también nos unimos a la causa de Jesús. Bien sabemos que no es tarea fácil ser de los suyos; que trabajar por sus
ideas es ir, no siempre pero sí a menudo, en contra de otras tantas banderas que ondea la sociedad como fruto de un
mal entendido o desequilibrado progresismo. Pero, los que nos sentimos cristianos, sabemos que –entre nuestras
manos- levantamos y transmitimos los valores que Jesús nos trajo. Por ello mismo, el Domingo de Ramos, tal vez
pueda ser un triunfo a medias: ¿Triunfó en verdad lo que predicó Jesucristo? ¿Eran conscientes de lo que aclamaban
y a quién ensalzaban aquella muchedumbre? ¿Lo somos nosotros?
Recordáis aquellos viajes multitudinarios del Papa Juan Pablo II por diversas latitudes del mundo? ¿A quién se
aplaudía? ¿Al mensajero o a su mensaje? ¿Dónde queda, en muchas ocasiones, el contenido del mensajero? Sería
una buena reflexión para encarar estos días santos que se nos vienen encima.

Por ello mismo al izar hoy nuestras palmas manifestamos y proclamamos muchas cosas:
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 Que la fe tiene dos vertientes: el gozo y la cruz
 Que Jesús puede bendecir al mundo con lo que más necesita: la paz
 Que la humildad, representada en un pollino, es el mejor vehículo para llegar a los corazones de las personas
 Que la Iglesia sigue vitoreando y gritando al mundo: ¡Jesús es Señor!
 Que seguir a Jesús nos exige fidelidad, constancia y no simples gestos

Acto seguido comienza la procesión. Ante todo decir que la procesión de Ramos es la procesión litúrgica más
importante de toda la Semana Santa, de ahí que revista una importancia especial.

Esta procesión debe ser manifestación perfecta de la fe del pueblo en su salvador; por eso cobran relieve importante
las aclamaciones y cantos que exteriorizan esa fe en Jesucristo, muerto y resucitado.

El turiferario (incensario o copalera) abre marcha y tras él va la cruz con ciriales, sacerdote, ministros y toda
la asamblea de fieles. El pueblo es bueno que forme un grupo compacto manifestando que es todo un pueblo el que
camina festivamente. Durante la procesión se cantan salmos, antífonas y el himno a Cristo Rey.

La procesión sería lo ideal que saliese de un templo o lugar adecuado hacia la iglesia en la que se va a celebrar la
Misa

LA MISA o CELEBRACIÓN
Este domingo tiene Misa propia, con prefacio específico.
Al llegar la procesión a la iglesia
A continuación dice la oración colecta, omitiendo todos los ritos iniciales.
Sigue la celebración de manera normal.

Otra peculiaridad llega con el Evangelio. En este día se lee el relato de la Pasión del Señor, según corresponda
al ciclo.

Al Evangelio no se le acompaña con cirios ni incienso, ni se hace la salutación inicial ni se signa el libro. Se necesitan
tres lectores: el celebrante hace de Cristo, otro de cronista y otro del resto de personajes. Se reconocen los
lectores con una cruz el sacerdote, con una C el cronista o narrador y con una S el Sanedrín. Se ofrece una versión
completa y otra breve. Otra peculiaridad es que, en este día y como excepción, se admite que lectores laicos
proclamen el Evangelio, reservando el papel de Cristo al celebrante. En este caso los laicos no reciben la
bendición del sacerdote.

En caso de proclamarse la lectura completa se puede permitir a los fieles sentarse en algunos momentos de la
narración, si su edad o circunstancias lo aconsejan.

La homilía posterior debería ser necesariamente breve.


Comienza la Semana grande de la fe cristiana. Con la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. “Bendito el que
viene...” grita con entusiasmo el pueblo al ver entrar a Jesús a lomos de un borrico en la ciudad Santa de Jerusalén.
Jesús acepta este espontáneo homenaje de las gentes y ante las críticas de los fariseos que piensan que la multitud
exagera dice: "Os aseguro que si éstos callaran hasta las piedras gritarían" (Lc 19,39).

El contraste entre las alabanzas del pueblo y la ausencia en la entrada de Jesús en Jerusalén del aparato que acompaña
a los dirigentes de este mundo, es sencillamente prodigioso. El Señor se acerca a la ciudad y al pueblo elegido en el
trono modesto y común de un asno. Los discípulos comprenderán esto más tarde.

Esta entrada es un anuncio de la verdadera realeza de Cristo, humilde y sufriente, tan alejada del falso mesianismo
esperado por los judíos.

"Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús". Estas palabras tomadas probablemente de un himno cristológico
de los primerísimos tiempos del cristianismo, constituyen el mejor pórtico para comprender el significado de la
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Pasión del Señor que leemos hoy. Es como una apretada síntesis de la fe cristiana cuyo núcleo es Cristo: su
preexistencia divina, su anonadamiento por la Encarnación, Pasión y Muerte, su Resurrección victoriosa y el
reconocimiento del Universo entero que le adora como Señor para gloria de Dios Padre.

La lectura de la Pasión es tan sobrecogedora y elocuente que casi el silencio recogido y devoto sería lo recomendable.
Con todo, a parte de hacer el propósito de meditarla con detenimiento en esta Semana Santa, recordemos que la
Pasión y Muerte en la Cruz por nosotros es el testimonio más elocuente y conmovedor del inmenso amor que Dios
siente por el hombre. Sí, "tanto amó Dios al mundo que no paró hasta entregar a su propio Hijo..." (Jn 3,16). S. Pablo
lo dirá con una elocuencia que no es de este mundo: "Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que ni a
su propio Hijo perdonó... ¿Quién acusará a los elegidos de Dios?... ¿Cristo Jesús que murió, más aún, que resucitó,
que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?... Estoy persuadido de que ni la muerte ni la vida..." (Rm
8,31-38).

Ver a Jesucristo insultado, cubierto de burlas y esputos, golpeado y condenado injustamente, colgado de un madero
hecho un llaga de pies a cabeza y suplicando a su Padre el perdón para los verdugos debe llevarnos a no protestar
cuando el sufrimiento haga presa en nosotros, a recorrer el camino que Él recorrió, a amar a ese Jesús, que no duda
en dar su vida, a ese Dios que nos ha querido tanto.

Jesús era inocente. Sus propios enemigos, a pesar del odio mortal que les impulsaba, no pudieron acusarle de nada.
Pilato declarará que no encuentra delito en Él. Y Judas confiesa que ha entregado sangre inocente. Descendamos al
terreno personal. ¿Y yo? Yo que no soy precisamente un inocente, que tengo mis manos y mi vida manchadas por
tantos abusos y descuidos, ¿soporto en silencio el peso de mis obligaciones familiares? ¿Me quejo excesivamente
de las fatigas inherentes a mis deberes profesionales y manifiesto visiblemente mi contrariedad cuando no obtengo
el reconocimiento que esperaba? ¿Pierdo el dominio de mí mismo y afilo la lengua, despechadamente, cuando me
considero el blanco de las críticas de envidiosos o resentidos?

"Jesús... callado. ¿Por qué hablas tú, para consolarte o para sincerarte? Calla. Busca la alegría en los desprecios:
siempre te harán menos de lo que mereces. ¿Puedes tú acaso, preguntar:¿Qué mal he hecho?” Los espantosos dolores
del Señor en su Sagrada Pasión constituyen una lección tan conmovedora como insustituible de cómo deben ser
afrontados ciertos reveses.

Nos disponemos a renovar, en esta Eucaristía, el Santo Sacrificio de Cristo. Pidamos al Señor, a través de Sta. María,
que el cansancio, el dolor, las contrariedades e injusticias no provoquen en nosotros la protesta y la queja, sino la
aceptación por amor a la Cruz.

Por lo que respecta a la liturgia eucarística y ritos finales no hay novedad y se realizan como en una Misa
normal.
Se puede impartir la bendición solemne.
Para finalizar diremos que el nombre de este domingo es “Domingo de Ramos en la Pasión del Señor”
Cantos “Qué viva mi Cristo” “Tú reinarás”

¡Feliz Semana Santa, hermanos! La vivamos con intensidad. Acompañemos al Señor que, durante estos días, nos
dejará impresionantes lecciones de amor (en palabras y obras) y, sobre todo, preparémonos con alegría
desbordante al fruto de la Pascua: su resurrección

LUNES SANTO
REFLEXION SOBRE EL JUEVES SANTO
ANIMADOR 1

BIENVENIDA: Buenas Noches hermanos. Nos da mucho gusto verles de nuevo aquí en nuestra capilla pero más
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gusto nos da la presencia de quienes asisten por primera vez. Siéntanse entre hermanos.

En estos días, además de conocernos mejor, escucharemos la Palabra de Dios y algunas enseñanzas sobre lo que
celebraremos en los días santos y de los signos con que lo haremos y que repetimos año con año sin entenderlos
bien. Además nos organizaremos para participar mejor en las celebraciones.

También tendremos algunos momentos de oración y oportunidad para confrontar nuestra vida con el Evangelio.

ANIMADOR 2:
ORACION INICIAL:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Gracias, Señor, por hacer posible esta reunión. Tú nos dijiste que donde dos o más se reunieran en tu nombre, Tú
estarías en medio de ellos.
Estamos reunidos en tu nombre y por eso estamos conscientes de que estás en cada uno de nosotros y en medio de
todos.
Te pedimos que estos días sean de provecho para comprender mejor tu Pascua y unidos contigo en tu pasión y
muerte, resucitemos a una vida nueva. Te lo pedimos, Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor.

ANIMADOR 1:
CONTENIDO DE LA REFLEXION:
En esta noche reflexionaremos sobre el Jueves Santo. Ese día, la Iglesia nos invita a reflexionar en tres Misterios:
El Mandamiento del Amor. La Eucaristía y el don del Sacerdocio Ministerial.

ANIMADOR 3:
REFLEXIÓN SOBRE EL MANDAMIENTO DEL AMOR.
El elemento principal de la reflexión en el Jueves Santo es el Mandamiento del Amor. Muchos de nosotros los
católicos tenemos una idea de religión (relación con Dios) muy devocional y ritual. Sin embargo, sin quitarle su
importancia a esto, lo esencial de la vida cristiana es “la manera como nos relacionamos”, tal y como nos lo enseñó
Jesús.

Recordemos cómo Jesús alaba al doctor de la Ley, cuando dijo: “que amar a Dios y al prójimo, vale más que todos
los sacrificios y holocaustos”. No dijo que las ofrendas, los ritos y devociones no eran importantes; pero sí que el
amor a Dios en el Prójimo, vale más. Y que eso es lo que Dios pide, lo demás, nosotros se lo ofrecemos.

Un Jueves como hoy, antes de ser aprehendido, Jesús se reunió con los discípulos para celebrar la cena de la pascua
judía. Ahí resumió todas sus enseñanzas en un sólo mandamiento: "Ámense los unos a los otros, como Yo los he
amado".

Es verdad que nosotros amamos a las personas, aunque no a todas; más bien a muy pocas. La mayoría nos es
indiferente, gente con la que no sentimos ninguna clase de compromiso. Además de algunos por ahí a los que de
verdad les guardamos rencor o que simplemente nos caen mal y los evitamos.

De manera que el primer punto para reflexionar que nos propone este mandamiento, es el destinatario. Dios nos pide
que no discriminemos sino que generalicemos este amor. Recordemos cómo Jesús respondió al doctor de la ley
cuando le preguntó: ¿quién es mi prójimo? Jesús le contó la parábola del Buen Samaritano y, al final, le preguntó al
doctor de la ley: ¿quién fue el prójimo del hombre asaltado? En realidad, no le dijo quién era su prójimo, sino que
él tenía que hacerse prójimo (próximo) a quien encontrara necesitado de ayuda. La palabra "próximo", es ya en sí
reveladora. O sea, todo aquél que está cerca y necesita de nosotros.
El otro punto de reflexión es el amor en sí. ¿Qué es amar? En un mundo como el que vivimos, en que casi
sobrevivimos defendiéndonos como podemos: agresiones en el medio político, violencia creciente en las calles y en
los hogares, etc. Muchas veces nuestras relaciones son agresivas y desconfiadas, de manera que están muy lejos del
amor que Jesús nos manda.

Pero lo más revelador del mandamiento, es la frase "como Yo los he amado". Aquí Jesús define la forma y la medida
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de ese amor, es decir, Cómo y Cuánto debo amar.

En el Evangelio podemos ver su trato a la gente;


 Los recibía, no los esquivaba;
 Iba a su encuentro, no esperaba que fueran a Él;
 Los acogía con misericordia, no los juzgaba;
 Resolvía sus necesidades materiales y espirituales, no fingía que no las veía, o que no eran de su competencia.
 Les hablaba con la verdad y de cosas importantes, no mentía ni perdía el tiempo hablando de cosas superficiales:
hoy existe mucha comunicación, pero son chismes de artistas, políticos y sobre deportes.
 Defendía al desprotegido, no buscaba a los poderosos para aprovecharse.
 Los reconciliaba con el Padre y entre ellos, no los condenaba ni metía cizaña.

Es probable que muchos de nosotros tengamos la intención de hacer lo mismo, nada más que nosotros ponemos una
condición: "Haz el bien, siempre y cuando no salgas perjudicado". Es aquí en donde debemos de fijarnos en la última
parte del mandamiento, la medida y modo del amor: "como Yo los he amado". Nosotros sabemos que Él nos amó
hasta dar la vida por nosotros, sin condiciones.

Es cierto que es muy difícil amar como Jesús lo hace, y que continuamente nos lastimamos y ofendemos. Es por
esto que en su enseñanza juega un papel muy importante la reconciliación mediante el perdón, que es la mejor
expresión de amor al prójimo: perdonarlo cuando nos ofende.

No nos pide perdonar al que se lo merezca, sino porque el Padre nos perdona y mucho más de lo que perdonamos
nosotros. Vamos ahora a compartir un poco no lo que pensamos de este mandamiento sino de cuánto lo ponemos en
práctica.

REFLEXION COMPARTIDA:
De ser muchos asistentes, se pueden formar equipos de 8 o 10 personas. (No más, para que puedan hablar todos).
(Nombrar un Secretario)

1. ¿Cómo nos enseña el mundo a tratar a los demás?


2. ¿Crees que es posible amar cómo Jesús, a todos y sin condiciones?
3. Nosotros, ¿nos perdonamos como Jesús nos enseñó?, ¿por qué?
4. ¿Qué nos hace más falta para amar como Jesús nos ama?

(Mientras regresan a su lugar puede entonarse un canto, tal vez, UN MANDAMIENTO NUEVO)

ANIMADOR 4:
REFLEXION SOBRE LA EUCARISTIA Y EL DON DEL SACERDOCIO.
Ese mismo día, a la hora de la cena, Jesús cambió el ritual judío, después de dar gracias por el pan. Les dijo: “Este
es mi Cuerpo que será entregado por ustedes”; y tomando la copa de vino les dijo: “Esta es mi Sangre que será
derramada por ustedes y por muchos, para el perdón de los pecados”.

Y luego dijo: “Hagan esto en conmemoración mía”. Con estas palabras, Jesús instituyó la Eucaristía. Al decir: Este
es mi Cuerpo y mi Sangre; Jesús nos dijo, Este soy Yo. De ahí que los católicos decimos que Jesús en persona está
en la Eucaristía. No es un simple ritual o recordatorio de la última cena sino que realmente está presente en el Pan y
Vino Consagrados.

Cuando Jesús decide quedarse en forma de pan y vino, quiere que lo veamos como alimento para comerlo. Así como
el alimento es asimilado por el organismo y se convierte en la misma persona que lo consume, así el Señor Jesús es
asimilado por nuestro espíritu, su vida divina se hace nuestra vida. La gracia, la vida divina, que nos quiere transmitir,
tiene la función de alimentar nuestro espíritu. Así como la comida nos da la energía corporal para vivir, trabajar,
trasladarnos y relacionarnos; así la Eucaristía da energía a nuestro espíritu para amar.

Mientras reflexionábamos hace un momento sobre el mandamiento del amor, muchos pensábamos: ¡Tiene razón el
Señor, pero que difícil está eso de amar a todos y perdonarlos!; y es que cuesta mucho trabajo sobreponernos a
11
nuestro egoísmo para amar a los demás.

Efectivamente, con nuestras solas fuerzas es casi imposible. Precisamente por eso Jesús se nos da como alimento,
para que nos identifiquemos con Él, para que pensemos, sintamos y actuemos como Él, para hacer fuerte nuestro
espíritu, para que superando nuestro egoísmo, podamos actuar con generosidad con nuestros hermanos.

Qué importante es comulgar, no para cumplir sino por necesidad; y con cuánta facilidad dejamos de hacerlo, siendo
que Jesús dice con claridad: “el que no me coma, no tendrá vida eterna”.

Después de instituir la Eucaristía, Jesús les dijo a sus discípulos: “Hagan esto en conmemoración mía”. Los católicos
decimos que en ese momento y con esas palabras, Jesús también instituyó el Sacramento del Orden Sacerdotal.
Ordenó sacerdotes a sus discípulos, y con ellos, a sus sucesores. Les dio poder para convertir el pan y el vino en Su
Cuerpo y Su Sangre. Es el mismo Jesús quien, presente en el sacerdote, preside la celebración y transforma hoy el
pan y el vino en su cuerpo y su sangre.

El hecho de que Jesús haya instituido el sacerdocio católico en la cena del Jueves, relaciona directamente el
sacerdocio con la misión de anunciar su Mandamiento de Amor y Hacer la Eucaristía. Así, el sacerdote en la
comunidad de los creyentes, es quien nos alimenta con la Palabra y la Eucaristía. Es quien hace presente a Jesucristo
como Buen Pastor de su Pueblo.

REFLEXION COMPARTIDA:
De ser muchos asistentes, se pueden formar equipos de 8 o 10 personas. (Nombrar un Secretario)
1. ¿Comulgamos por necesidad o por obligación?
2. ¿Por qué nos hemos alejado de este alimento si tanto lo necesitamos?
3. ¿Qué sería de nuestra comunidad sin el alimento de la Palabra y la Eucaristía?
4. ¿Cómo estaría nuestra comunidad si el sacerdote no insistiera en el mandato del amor y no nos organizara
para vivirlo?

ANIMADOR 5:
CATEQUESIS LITÚRGICA:
Liturgia de la Palabra: El próximo Jueves Santo, en la Misa, repasaremos algunas lecturas que nos hablan sobre
la enseñanza del Mandamiento del Amor, que Dios ha revelado a su pueblo. En el Evangelio recordaremos, ese
momento de la Última Cena en que Jesús le lava los pies a sus discípulos, mostrándoles con ese acto tan claro, que
si Él -que es Dios- se pone al servicio del hombre, cuánto más nosotros hemos de hacerlo con nuestros hermanos.

Liturgia Eucarística: También recordaremos que instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio Ministerial. En la Misa, el
sacerdote hace una explicación de la Palabra, que siempre aterriza en cómo nos tratamos los unos a los otros; es
decir, nos recuerda y explica el Mandamiento del Amor para ponerlo en práctica. También repite las palabras y
gestos de Jesús con los que convierte el pan y el vino en Su Cuerpo y Sangre.

Hay que subrayar que Jesús eligió quedarse en forma de alimento precisamente para que lo comamos. Comer a
Jesús, es recibir su fuerza para que podamos vivir como Él vivió y enseñó. Sabemos lo difícil que es amar y para
poder hacerlo, lo tomamos como alimento.
ANIMADOR 1:
DESPEDIDA Y AVISOS: Les agradecemos su presencia y les invitamos para asistir mañana a la misma hora.
Les invitamos a que mañana traigan un crucifico por familia.

MARTES SANTO
REFLEXIÓN SOBRE EL VIERNES SANTO
ANIMADOR 1:
ENLACE:
El Coordinador pregunta a los asistentes, haciendo un repaso de lo reflexionado el día anterior.
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El Viernes Santo es un día lleno de actividades devocionales, tantas que podemos perder de vista el contenido central
del día. De hecho muchos confunden y prefieren lo devocional a lo más importante.

Celebraremos al mismo Jesús que -como reflexionamos ayer- nos dejó el Mandamiento del amor, la Eucaristía y el
Orden Sacerdocio. El Viernes Santo, nos da ejemplo de lo que nos enseñó el Jueves: Amar sin condiciones.

Al reflexionar el día de hoy sobre el sentido de su Pasión y Muerte, lo hacemos contemplando su más grande muestra
de amor, la "entrega de su vida"; porque nadie se la quita, sino que Él la entrega.

Él asume la muerte en cruz como la consecuencia y el ejemplo necesario de su predicación; sin acobardarse,
desesperarse o renegar de su suerte. Así nos decía ayer: Esto es mi cuerpo, entregado por ustedes; esta es mi sangre,
que se entrega por ustedes y por todos…

ANIMADOR 2:
ORACIÓN INICIAL:
Se les pide que tomen entre sus manos, cada quien o en familia, el crucifijo que trajeron y lo contemplen mientras
reflexionan lo que un lector va diciendo. Todos vean el Crucifijo.

Lector 1: Señor Jesús, no entendemos tu Pasión y Muerte. Es un misterio el por qué alguien tan bueno como Tú ha
tenido que padecer y morir de esa manera tan trágica. No entendemos por qué tanta gente buena tiene que padecer
y morir. No entiendo por qué me suceden desgracias a mí. Es un misterio.

Te pedimos que esta noche, al reflexionar sobre el Viernes Santo, seamos capaces de reconocer nuestros sufrimientos
personales, nuestras cargas, nuestras "cruces"; y compararlos con tu cruz, para descubrir que tu nos comprendes,
porque sabes lo que es sufrir y que nos enseñas a aceptar el sufrimiento por amor, a darle sentido de entrega
voluntaria a favor de los demás, para que los demás tengan vida.

Ayúdanos a no sentirnos abandonados de Dios en nuestros dolores sino que, contemplándote crucificado, nos
sintamos más identificados contigo, más cerca de Ti; y a sentirte a Ti más cerca de nosotros. Te lo pedimos, Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor.

ANIMADOR 3:
REFLEXION SOBRE LA PASION:
Existe un dicho que seguramente hemos escuchado: "el que se mete de redentor, termina crucificado".

Tal vez nos lo han dicho alguna vez como consejo cuando le contamos a alguien, que por ayudar a un prójimo nos
hemos metido en problemas. Tal vez nosotros se lo hemos dicho a alguien que nos ha contado que le pasó lo mismo.

Pareciera que este dicho describe los acontecimientos del Viernes Santo y por ello parece una lección de Dios que
los hombres deberíamos aprender. Sin embargo, al decirlo, el trasfondo o intención no es cristiano. Cristo dijo
que; "cuando ayudes a tu hermano no esperes recompensa sino que debes hacerlo con la consciencia de que a lo
mejor nadie te lo agradecerá o incluso te meterás en problemas y si sucede, no te asustes, lo mismo le pasó a Él".
No, el trasfondo del refrán es más bien de desprecio a lo que vivió Jesús: “no vale la pena ayudar, porque seguramente
te meterás en problemas o no te lo van a agradecer”. Ya viste lo que le pasó a Jesús. Que no te pase a ti.

Quien aconseja esto no es cristiano, es alguien que piensa que Jesús es un tonto, un fracasado con buenas intenciones,
al que sólo los ingenuos o tontos imitan y que por hacerlo, merecen terminar como Él.

Quien eso piensa, es gente que no ha entendido nada de lo que sucedió aquel Viernes en Jerusalén. Es gente que se
siente astuta y muy abusada, porque siempre esquiva la cruz. Hoy trataremos de entender el misterio.

Recordemos la reacción de Jesús cuando es acusado; su silencio durante los juicios y cuando la muchedumbre lo
rechaza y grita ¡crucifíquenlo!

¿Dónde estaban los que lo aclamaban con palmas el domingo anterior?


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¿Dónde estaban sus amigos?

Pero aun así, no reniega como nosotros, no hay rencor, desesperanza o cobardía. Nada de eso, Jesús lleva a cabo
hasta sus últimas consecuencias lo que el Padre le ha encomendado.

Mucha gente estuvo involucrada en la pasión y muerte de Jesús. Pilatos, Herodes, Caifás, los escribas, los saduceos
y fariseos, los sumos sacerdotes y el pueblo ignorante y servil que los seguía. De ellos, Jesús recibe: rechazo,
odio, mentira, dureza. Todos ellos denuncian las palabras y obras de Jesús como un mal para la sociedad. Lo acusan
de ser un sujeto peligroso y mal intencionado.

¿Cómo les responde Jesús? Sin defenderse, aceptando el castigo, con paciencia, perdonando todo, consolando a
otros, entregando su vida con generosidad... aunque su juicio y su muerte fueron INJUSTOS.

Resulta extraño que Él, que defendió a tantos marginados injustamente, que señaló a los culpables con valentía
diciéndoles sus verdades; Él, que rescató a tantos de sus pecados, de su vida sin sentido y sus enfermedades fuera
condenado injustamente por ellos.

Pero no olvidemos que todo comenzó con la traición de uno de sus discípulos, que todos corrieron y lo
desconocieron. ¿Qué sentiría Jesús?

A pesar de que su situación era en parte consecuencia de sus actos y manera de vivir; resulta extraño que Él, que no
tenía culpa alguna, no se haya defendido ni hecho nada para salvarse a sí mismo. Pero Él mismo dice: “Yo doy mi
vida, nadie me la quita”.
Es obvio que quería enseñarnos algo con esa actitud.

REFLEXIÓN COMPARTIDA:
De ser muchos asistentes, se pueden formar equipos de 8 o 10 personas. (Nombrar un Secretario)
1. ¿Conoces algún caso de personas que se han metido en problemas por ayudar a alguien?
2. ¿Qué crees que piensen los demás de esa persona?
3. ¿Qué haría Jesús en su lugar?: ¿Qué le diría?
4. ¿Qué mensaje tiene Jesús para tu vida personal en este Viernes Santo?
Hacer un Plenario de las respuestas a la primera y segunda pregunta; y luego de la tercera. La cuarta se leerá en
la Oración Final.

ANIMADOR 4:
CATEQUESIS LITÚRGICA:
Como decíamos al principio, son muchas las actividades de ese día. El cansancio termina por hacernos "estar y
soportar" pero sin atender y menos entender y reflexionar. Por eso vale la pena repasar brevemente las actividades
del día, de manera que -al vivirlas- entendamos lo que hacemos y puedan sernos de más provecho.

El Viernes Santo hay un momento central, la Iglesia lo llama "Oficio" (no es Misa, porque no hay Consagración).
Oficio viene de "oficial” para distinguirlo de las otras actividades que son propias de la devoción de cada lugar.
Entre nosotros está el "Viacrucis", la "Marcha del Silencio" y el "Rosario de Pésame" y otras... Estas son
devocionales, no "oficiales".

Cuando en la comunidad no había sacerdote para el Oficio, se inventaron para suplirlo. Cuando sí hubo sacerdote
para hacer el Oficio, ya no se pudieron quitar por tradición. Por eso nos parece repetir, cuando después de hacer el
Viacrucis, en el Oficio leemos la Pasión. Es por eso que muchas personas que participaron en el Viacrucis, ya no
asisten al Oficio.

Al leer la Pasión en el Oficio, recordamos la entrega de Jesús por nuestros pecados. Celebramos su obediencia al
Padre que le ha pedido que entregue su vida por los hombres. Celebramos que, aunque el mundo diga lo contrario,
sí es posible obedecer al Padre Dios, porque alguien ya lo hizo y que nosotros lo podemos hacer también. Y aunque
recordamos su muerte trágica, sabemos y creemos que no está muerto sino gloriosamente resucitado junto al Padre.
Por eso, nuestra actitud no debe ser de tristeza o de temor, de creer que Dios está molesto porque matamos a su Hijo;
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ya que Dios no puede estar molesto porque su Hijo lo obedeció. Nuestra actitud y sentimiento debe ser de reflexión
sobre: qué tanto nosotros obedecemos al Padre.

En el Oficio hay algunos signos muy importantes:


Postración del sacerdote: al iniciar la ceremonia, el sacerdote entra al templo y ante el altar sin decorar, se tiende
en el suelo como signo de que se rinde ante el misterio de la muerte de Dios. Me rindo, no entiendo. Posición de
súplica del auxilio de Dios para comprender el misterio, no de arrepentimiento por sentirnos culpables.

Liturgia de la Palabra: Repasamos algunas lecturas que nos hablan sobre el sentido del sufrimiento necesario para
la redención y sobre todo, en el Evangelio de San Juan, la narración de la Pasión.

Oración Universal: Como pueblo ante el misterio de la cruz, oramos en silencio al Padre por algunas intenciones
que la Iglesia Universal nos pide y luego el sacerdote, a nombre de la comunidad, completa la oración. Estas
peticiones las hacemos al Padre por los méritos de la Pasión y muerte de Jesús.

Adoración de la Cruz: Los hermanos separados dicen que si Jesús hubiese muerto ahorcado, adoraríamos una horca
y nos la colgaríamos en el pecho y la pondríamos en las iglesias. Ellos no entienden que no adoramos el instrumento
que lo mató sino su amor infinito, al grado de morir por nosotros. San Juan dice que Dios es amor, de manera que la
muerte de Jesús como muestra de su amor infinito, es lo que nosotros adoramos.

Entonces, este Viernes Santo no nos arrodillemos ante un arma asesina sino ante el amor infinito de Jesús. Muchas
veces en este momento la gente se desespera y se empuja en la fila y se molestan. Esta situación rompe el ambiente
de devoción personal y comunitaria. Por eso, este Viernes Santo, seamos pacientes y educados, guardemos el orden
para no romper nuestra devoción ni la de los demás. Sacrifiquemos nuestra comodidad.

Liturgia Eucarística: Aunque no hay Misa (Consagración), la Iglesia ofrece a Jesús como alimento. Él se quiso
quedar así entre nosotros como lo reflexionamos ayer. ¡Qué mejor momento, que cuando recordamos nuestra
debilidad ante el dolor y los problemas que vivimos, para sentir la presencia y apoyo de la Gracia y Fuerza de Dios
en la Eucaristía, como alimento y fortaleza para nuestra cruz!

ANIMADOR 1:
Hay otros signos devocionales de este día, fuera de lo oficial, pero que nos ayudan a celebrar y entender este misterio,
y son:

a) El Viacrucis: Como pueblo, salimos a la calle a expresar nuestra fe. Es un momento importante el dar testimonio
público a quienes nos ven, testimonio de que estamos dispuestos, como Jesús, hasta dar la vida por obedecer al
Padre. Quien nos ve ese día, esperará que ante el calor y el cansancio no andemos renegando, ni buscando sombrita,
ni comprando refrescos o granizados.
No se puede evitar que los niños se desesperen, ni que los autos estén pasando o ver uno que otro borracho en la
calle por ser día libre, ni que los venteros quieran hacer su "agosto".

Tampoco se puede evitar el calor sofocante. Lo que si podemos evitar, es perder la concentración y devoción en lo
que hacemos. Esto se nota cuando nos ponemos a conversar o estar jugando, y lo que pretendía ser un testimonio
público de fe, se convierte en un anti-testimonio.

b) Las Siete Palabras: Recordamos el testamento de Jesús. En sus últimas palabras podemos encontrar grandes
lecciones para nuestra vida. Atender a la explicación de cada una de ella, es la única manera de aprovechar su
riqueza.

Los Oficios continúan la narración de los eventos al celebrar su muerte. La palabra “celebrar”, no la usamos en el
sentido de fiesta y alegría sino en el sentido de darle la importancia y relevancia a este acontecimiento.

c) La Marcha del Silencio: Al igual que el Viacrucis, es un testimonio público de la solemnidad de ese día. En
ocasiones, el silencio impacta más que las palabras. Pero no debe ser un silencio vacío sino reflexivo. Al recorrer
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las calles y recordar todos los problemas que se viven en los hogares y calles de nuestra comunidad, hemos de pensar
en nuestra manera de vivir y si -con sacrificio y testimonio- estamos haciendo algo por remediarlos porque si no,
somos cómplices del problema.

d) Rosario de Pésame: El Santo Rosario, a través de los misterios, nos invita a reflexionar en los diferentes pasajes
de la vida de Jesús y en cómo María los fue entendiendo. Ese día de manera especial, la miramos como ejemplo de
fortaleza, reflexión y cercanía con su Hijo. Pidámosle a la Virgen Santísima poder imitar sus virtudes en los
momentos difíciles de nuestra vida.

NOTA IMPORTANTE: Estas cuatro actividades, aunque no forman parte del Oficio, es decir, de lo oficial, son de
gran importancia y provecho, puesto que nos ayudan a entender mejor el misterio que celebramos, pero no deben
suplir lo oficial. Hay muchas personas que asisten al Viacrucis, pero no participan en el oficio. Se puede decir que
lo que obliga es el oficio y que entre las actividades devocionales, podemos elegir a cuál asistir.

ANIMADOR 2:
ORACIÓN FINAL:
Señor Jesús, que este Viernes Santo, al contemplar Tú Pasión y Muerte, aprendamos a enfrentar las dificultades de
nuestra vida: (Aquí, los secretarios de los equipos leen las respuestas a la cuarta pregunta).
Escucha Señor, nuestras oraciones por los méritos de tu Pasión y Muerte, y ayúdanos a valorar tu sacrificio y el
nuestro. A Ti que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

ANIMADOR 1:
AVISOS Y DESPEDIDA:
Agradece la presencia de los asistentes y los invita a asistir mañana para reflexionar en el día más importante de la
Semana Santa, que es el Sábado de Resurrección.

MIÉRCOLES SANTO
REFLEXIÓN SOBRE EL SÁBADO SANTO

ANIMADOR 1:
ENLACE:
Pregunta a los asistentes, haciendo un repaso de lo reflexionado en días anteriores.
Antenoche reflexionamos sobre el Jueves Santo, sobre la centralidad del Mandamiento del Amor, síntesis de la
doctrina cristiana que se explica gráficamente con el signo del "Lavatorio de los pies", en el que vemos a Nuestro
Señor dándonos ejemplo de humilde servicio. También reflexionamos sobre la institución de la Eucaristía y el
Sacerdocio Ministerial como las grandes ayudas para poder poner en práctica el mandato de Jesús.

Anoche reflexionamos sobre el Viernes Santo, en el que Jesús nos da ejemplo de cómo vencer las tentaciones, y de
obediencia al Padre y celebramos que sí se puede obedecer en todo a nuestro Padre Dios. También conocimos los
diferentes signos, el oficial y los devocionales, con los que expresamos nuestra fe.

Hoy nos toca reflexionar y empezar a disponernos para entrar en el día principal de este Triduo Sacro, la Vigilia
Pascual del Sábado por la noche. Esta noche santa de la Vigilia Pascual, constituye el modelo de todas la
celebraciones del año, con razón se la llama a esta celebración: Madre de todas la celebraciones, porque es la noche
de la luz.

Conoceremos el motivo de la celebración y sus enseñanzas para nuestra vida, así como los originales signos de ésta,
que es la más grande ceremonia, porque celebra el más grande de los misterios "La Pascua de Jesús".

ANIMADOR 2:
ORACION INICIAL:
Te pedimos Señor, que en esta noche podamos profundizar en la comprensión de tu resurrección, para que, de ahora
en adelante, nunca pensemos en un Jesús fracasado sino en el triunfal resucitado, que está glorioso a la derecha del
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Padre.

Con tu resurrección, vences a la muerte y al pecado, demuestras tu divinidad y alientas nuestra esperanza.

Que tu triunfo contra el pecado, sea el aliento en nuestro esfuerzo de todos los días. Te lo pedimos, Señor.
Todos: Te lo pedimos, Señor.

ANIMADOR 2:
BREVE REFLEXION SOBRE LA RESURRECCION:
Hay que decirlo una y otra vez, El Sábado es el día más importante de la Semana Mayor; ya que nuestra fe no se
centra; ni en la Eucaristía, ni en el Sacerdocio, ni en la Pasión y Muerte de Jesús sino en su RESURRECCIÓN.

San Pablo nos dice que "Si Cristo no hubiere resucitado, vana sería nuestra fe". Y es que no tendría sentido
esforzarnos por renunciar a lo que el mundo enseña y ofrece, para seguir el ejemplo de alguien que está muerto. La
resurrección es la prueba mayor de la divinidad de Jesús. Su Palabra y estilo de vida tienen fuerza porque es Dios,
el Dios vivo, presente y actuante.

Toda la liturgia del día está llena de signos de triunfo en un tono creciente, que no se agota al terminar la celebración
sino que se prolonga los cincuenta días del Tiempo Pascual.

Resulta importante descubrir, a través de las narraciones evangélicas, que no se describe cómo sucedió la
resurrección sino las apariciones del Jesús resucitado, es decir, a Jesús nadie lo vio resucitar sino que lo vieron
resucitado. Por eso decimos que "nuestra fe es apostólica", porque creemos por el testimonio de los apóstoles que lo
vieron resucitado.

Hoy día, también nuestra fe nace o crece por el testimonio de algunas personas. En ellas y su modo de vivir, vemos
al resucitado. De esto, vale la pena que nos preguntemos: ¿Será que alguien crea por mi testimonio?

La gran prueba de la resurrección de Jesús para el mundo, es la manera como nos relacionamos los cristianos. De
manera que cuando la gente nos vea diga: ¡Miren cómo se aman!

Es por esto que en nuestra diócesis de Yucatán, el Plan Pastoral busca promover estos espacios de encuentro vecinal
para mejorar nuestras relaciones interpersonales. Y por eso, qué mejor manera para comenzar nuestra celebración
de la resurrección, que aquí en los Centro Pastorales.

REFLEXION COMPARTIDA:
De ser muchos asistentes, se pueden formar equipos de 8 o 10 personas. (Nombrar un Secretario)
1. ¿Puedo ver signos de la resurrección de Jesús en mi comunidad? ¿dónde?, ¿en quiénes?
2. ¿Qué le falta a nuestra vida para ser un signo de la resurrección de Jesús?
Hacer un Plenario de las respuestas a la primera pregunta.

ANIMADOR 3:
CATEQUESIS LITÚRGICA:

El Lucernario: Este día, el fuego es signo de "la luz de la fe", un fuego nuevo que dé "luz nueva" a nuestra
existencia. Lo bendeciremos y calentaremos en él nuestras intenciones de resucitar.

Consagraremos el Cirio Pascual, signo del Cristo resucitado que presidirá todas las celebraciones de nuestra
comunidad a lo largo del año, recordándonos que nuestra fe se centra en su resurrección, en su triunfo.

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Encenderemos el Cirio Pascual y de él, las velas que traeremos decoradas como signo de que nos hemos preparado
para recibir la "luz nueva" del resucitado.

Proclamaremos que Cristo es "Luz del Mundo" cantando solemnemente el "Pregón Pascual", que es el anuncio
oficial de la resurrección de Cristo.

La Liturgia de la Palabra:
Repasaremos en el Antiguo Testamento la historia de la salvación en los grandes momentos del Pueblo de Dios y
estallará el júbilo al llegar al Nuevo Testamento, con el canto del gloria, acompañado del repique de las campanas.

Proclamaremos algún texto de las apariciones post-resurreccionales y en la homilía reflexionaremos el impacto e


importancia de este hecho en nuestra vida cristiana.

La Liturgia Bautismal:
Renovaremos nuestras Promesas Bautismales en las que reafirmaremos nuestra opción por Cristo y su estilo de vida.
Bendeciremos el agua con la que seremos rociados como signo de la Vida Nueva. El agua no se bendice para llevar
a casa y ahuyentar el mal o para que tome algún enfermo sino para rociarnos en ese momento, a los que renovamos
nuestro bautismo.

La Liturgia Eucarística:
Celebraremos la Eucaristía con toda solemnidad, como pueblo que cree que su Señor ha triunfado y está presente en
forma de alimento, para animarnos y fortalecernos y podamos ser fieles al Padre. Todas las Misas del año, son
prolongación de esta Misa.

ORACIÓN FINAL:
Te damos gracias, Señor, ya que con tu resurrección animas nuestro camino comunitario. Creemos que es posible
morir al individualismo y que con nuestro testimonio de participación podemos animar a otros.

Por eso queremos ofrecerte:


En base a sus respuestas a la pregunta número dos, ofrecerle al Señor las nuevas actitudes que nos faltan para
que nuestra comunidad resucite.

Te pedimos, Señor, que el poder de tu resurrección haga realidad estos ofrecimientos que te expresamos y los que
cada uno tiene en su corazón. Te lo pedimos, Señor. Todos: Te lo pedimos, Señor.

COMENTARIOS: Se les invita a comentar qué les parecieron estas reuniones.

ANIMADOR 1:
AVISOS Y DESPEDIDA:
Agradecemos su participación en estos días de reflexión. Sobre todo nos alegra mucho la presencia de quienes no
habían venido. Estos días hemos conocido lo que se hace en el Centro Pastoral y esperamos que asistan cada vez
que se nos convoque, para seguir creando lazos de fraternidad como lo quiere el Señor

Formato para evaluación


Comunidad:______________________________________
EVALUACIÓN DE: Semana Santa para Adultos en CCPP
PASOS SI NO
1. ¿Se realizó la Actividad para adultos el lunes?
2. ¿Se realizó la Actividad para adultos el martes?

18
3. ¿Se realizó la Actividad para adultos el miércoles?
4. En cada día ¿se reflexionó sobre los contenidos doctrinales?
5. En cada día ¿la gente compartió su reflexión en equipos?
6. En cada día ¿se dio la catequesis litúrgica?
7. ¿Asistieron personas que no solían participar?
10. ¿Cuántos señores asistieron? #
11. ¿Cuántas personas asistieron? #
12. ¿Se cumplió la Meta de la Actividad?
13. ¿Por qué?

14. ¿Qué dice la gente de la Actividad?

15. ¿Sugerencias para la próxima programación?

SEMANA SANTA JUVENIL


Objetivo: Reflexionar en la entrega de Cristo por la salvación del mundo, celebran comunitariamente la alegría de
la Resurrección del Señor, en orden a construir con su dinamismo generoso y creativo un solo pueblo.

Primer Momento
LUNES SANTO REFLEXIONAR SOBRE EL JUEVES SANTO
19
Lema: “CRISTO SE ENTREGA HOY POR AMOR EN SU IGLESIA”

Objetivo: Los jóvenes al reflexionar acerca de la presencia de Jesús en la Eucaristía, fuente de amor y vida
comunitaria, se motivan a celebrar alegremente el Jueves Santo con la comunidad en orden a colaborar con su
dinamismo generoso y creativo en la construcción de un solo pueblo.

Local: Se colocarán en el lugar de reunión, papelógrafos con las siguientes frases u otras parecidas: “Quiero vivir
Jesús: hacer de la comunidad una alabanza a tu nombre”, “Quiero vivir Jesús: hacer del amor la norma de mi
conducta”, “Hacer del servicio la constante de mi vida”, “Hacer de la oración un lugar”; “Hacer de la esperanza una
fuerza hacia delante”, “Vivir en comunidad es nuestra lucha constante”.

Ambientación: Cantos alegres y/o juegos que hagan participar a los asistentes.
Motivación. Nos da mucho gusto que estemos reunidos hoy, de esta forma manifestamos que somos hermanos y
que estamos poniendo nuestro granito de arena en la construcción de la comunidad desde nuestra realidad de
joven.

Como cada año, celebramos la Semana Santa, pero esta vez, debe ser especial ¿Por qué? Porque nos encontraremos
cada uno de nosotros de manera especial en este momento en el que estamos viviendo la Pre-Pascua.

La intención de reflexionar sobre los días santos es porque de alguna manera cada uno de nosotros, servidores, por
estar preparando lo mejor posible estos días santos no vivimos con intensidad estos momentos en los que el Señor
Jesús nos ofrece su amor en la institución de la Eucaristía, nos ofrece su vida en la cruz y nos invita a resucitar con
él en la Vigilia Pascual del sábado.

Oración Inicial: participativa o con un canto


Requerimientos:
Elaborar con anticipación un rompecabezas de un Jesús alegre. Se colocará una manta, cartelera o pizarra con el
lema escrito, y un espacio para formar el rompecabezas, dos veladoras , pan y vino.

Instrucciones: Dividir a los participantes en tantos equipos como piezas del rompecabezas se tengan. A cada equipo
se le entregará una pieza.

Desarrollo: Desde el pleno se lee la cita Jn. 6, 31-39 (Yo soy el pan de vida, el que coma de mí no tendrá hambre),
a continuación se contestará por equipos la siguiente pregunta: ¿A qué me invita Jesús hoy? y escribirán su
respuesta-compromiso en la parte en blanco de la pieza del rompecabezas. Al terminar, un representante pasará a
leer su oración y pegar la pieza de su equipo.

El conductor de la oración concluye diciendo: Cristo se entrega hoy a su Iglesia. hoy tú te


estás entregando a ella. Que este Cristo vivo y alegre nos lleve a vivir con entusiasmo, no
solamente estos momentos de reflexión, sino cada momento de nuestra vida.
Canto:
Trabajo por Equipos
Instrucciones: Se les pide a los participantes que permanezcan en sus equipos originales.
A cada uno de ellos se le reparte la letra de canciones con un mensaje contrario al concepto
del amor. (Por ejemplo: “Amor de papel” (Sentidos Opuestos), “Enemigo” (Alejandra
Guzmán), “Por Amarte” (Enrique Iglesia), etc. Es importante que las estrofas que presenten un concepto equivocado
del amor estén subrayadas previamente (anexo 1).
Se escuchan las canciones correspondientes desde el pleno, motivando a los participantes a que estén atentos a lo
que dice la letra de cada canción principalmente a las estrofas resaltadas.: en algunos lugares es posible disponer
de aparatos de sonido, se pueden auxiliar grabando estos temas en su celular o memoria

Por equipos se reflexiona sobre el contenido de las canciones, es decir, sobre el sentido del amor que presentan,
contestando a las siguientes preguntas: (anexo 2).

20
1) ¿Qué se entiende por amor en estas canciones?
2) ¿Consideras que el amor se debe vivir así?, ¿por qué?

Nombrar un secretario por equipo.


Plenario: Pasará cada secretario a leer las conclusiones de su equipo

Complementación: En la actualidad los artistas, la televisión, los medios de comunicación, nos presentan un
concepto equivocado del amor donde no existe el compromiso, la fidelidad, ni la entrega sin condiciones por el otro.
Nosotros sin darnos cuenta vamos imitando esos falsos conceptos del amor olvidándonos de que el ejemplo de amor
que Jesús nos dejó que va más allá, es una entrega sin límites, sin condiciones, es un amor fiel y comprometido.(El
equipo ampliará esta complementación basándose en estas ideas).

Enlace: Después de haber reflexionado acerca del falso concepto del amor vamos a ver una representación donde
se nos mostrará y confrontará como actuamos ante situaciones cotidianas de necesidad de amor por parte de nuestros
hermanos ¿Respondemos como respondería Jesús?.

Sociodrama:
Idea Central: Un día al salir de una de las fiestas, borracho, como era su costumbre, Manuel se dirigió solo a su
casa, ya que sus amigos, lo dejaron. Al pasar por la plaza principal, un banda se le acercó, y le pidió un cigarro.
Entre tanto, lo fueron rodeando, de tal manera que no pudiese escapar. Uno de los vándalos le pidió su reloj y el
dinero que llevaba porque necesitaban comprar cervezas. El se negó rotundamente lo cual ocasionó que la banda le
dijera: - O nos lo das por las buenas, o te lo quitamos por las malas. Manuel, al verse en peligro, quiso defenderse,
pero lo golpearon hasta casi hasta matarlo. Manuel pedía ayuda, pero nadie le escuchaba. Pasó la noche adolorido
pidiendo auxilio hasta que los primeros rayos del sol, iluminaron su cara y la gente empezaba a transitar. Nadie de
ellos se apiadaba de él. (gente que iba a la Iglesia con su rosario en la mano, señores que iban al trabajo...)

En un momento parecía que nadie se iba a acercar, hasta que dentro de un grupo de jóvenes que se dirigía hacia su
acostumbrada “cascarita” de fútbol salió un joven llamado Tony a su encuentro, los demás le decían que lo dejara,
esto no le importó a Tony; se acercó e intentó ayudarlo, lo tomó en brazos, como si fuese su hermano, le preguntó
que le había pasado, le dijo que no se moviera porque él iría a pedir ayuda, Manuel, con todo el dolor que sentía por
los golpes, solo logró decir: GRACIAS y al momento murió.

Tony consternado gritaba, sus amigos se acercaron al oír que preguntaba, ¿por qué tenía que suceder esto? ¿acaso
no hubo alguna persona que lo hubiera podido ayudar? ¿qué lo pudiera haber llevado al hospital?

Entonces, Tony confronta al pleno y le pregunta: ¿por qué no lo ayudaron ustedes? (Con voz de dolor). Tú,
(señalando a uno del pleno) que lo viste, ¿Por qué no hiciste nada por él?

Complementación:
El que da la complementación empezaría confrontando a los participantes acerca de las actitudes de los diferentes
personajes de esta historia y de sus razones para actuar así y las compararía con las actitudes del amor de 1Cor. 13,
4-6 (el amor es paciente, amable...). El que conduce tendría que decir entonces ¿las actitudes de los personajes son
actitudes de amor?, entonces tendríamos que recordar que prójimo no es solo el que está a tu lado sino aquel que se
cruza en tu camino, tenemos que ver con ojos de amor, al hermano que sufre, es difícil ver a Cristo en el abandonado,
tenemos que cambiar y empezar a amar como Jesús, Él amó sin distinción, pero sobre todo siempre tendió la mano
al más alejado, al pecador, al que todos rechazaban.
Al vivir en un mundo tan individualista, pocos se interesan por los demás, y es por eso que muchos van haciendo
“su propia vida”, sin que les importen sus hermanos; este es el mundo que llamamos “egoísta”, porque está
compuesto de personas que no piensan en su prójimo abandonado a su suerte, a su desgracia. Se tiene muy poco
sentido de pertenencia a una comunidad, por tanto son muy pocos los que se interesan por sus hermanos.

Nosotros como Iglesia estamos llamados a ser diferentes, a interesarnos por nuestra comunidad, porque somos una
familia de hermanos; así nos lo enseñó el Señor Jesús y nos lo demostró. (Mt. 20, 28) A imitación del Hijo del
Hombre ....

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Cristo es la expresión más exacta del amor de Dios Padre para con nosotros, ya que por amor nos lo entregó como
nuestro Salvador y Redentor. Cuando redescubrimos y valoramos su muerte como generosidad, y recordamos que
en cada Eucaristía celebramos el sacrificio salvador de Cristo, nuestro
hermano, podemos reflexionar, el motivo por el cual se entrega, se da como
alimento; no solo para fortalecernos individualmente, sino para darnos
cuenta de que Él es para todos, sin distinción; nos congrega como
comunidad, y se da como alimento para que como pueblo de Dios
crezcamos en el amor a los demás, en la preocupación y en el servicio por
todos. Servicio que debe hacerse presente y constante que nos lleve a buscar
caminos para ir formando una verdadera comunidad de hermanos (Mt. 25,40).

Nosotros como jóvenes no podemos caer en el egoísmo y en la cerrazón. Con nuestras características de jóvenes
debemos darnos a la comunidad en el servicio generoso. Cristo es nuestro modelo y guía.

El nos dejó su Cuerpo y Sangre para demostrarnos su amor. En la Eucaristía es el mismo Jesús quien se hace presente
por amor a nosotros. El sentido verdadero de la vivencia de una Eucaristía en el seno de nuestra comunidad, se va
expresando con más claridad cuando ésta va madurando en el amor a los hermanos. De esa manera somos signo de
comunión para el mundo.

Vamos a ponernos de pie para entonar unos cantos que nos hablen de la importancia de la Eucaristía en comunidad.
(Se termina la reflexión con cantos o porras que hablen de Cristo Eucaristía y de la comunidad).

Trabajo por equipos:


Por equipos se contestan las siguientes preguntas:
1) ¿Cómo debemos de vivir la Eucaristía?

2) ¿A qué nos invita Cristo con el ejemplo de su entrega por nosotros?

3) ¿Vivimos nosotros en la vida lo que celebramos en la Eucaristía?, ¿Nos


entregamos a los otros enteramente, sin reservas, entregando lo que mejor
somos?

4) ¿Manifestamos nuestro amor incondicional capaz de darse, hasta llegar a morir


a nuestros egoísmos?.

5) ¿Te ayuda la Eucaristía a vivir una profunda experiencia, sencilla autentica y confiada con Dios Padre y los
hermanos?

6) ¿Qué vamos a hacer en favor de la comunidad, sobre todo de los más necesitados?

7) Teniendo en cuenta el sociodrama, se elaborará un compromiso para comenzar a ser jóvenes nuevos a imagen
de Jesús que es amor y para entregarnos junto con Él en la Eucaristía, tomando en cuenta nuestra participación
activa en la celebración del jueves santo con la comunidad (elaborar algún monumento, participar en el
lavatorio de pies, en la adoración al santísimo, etc.)
El secretario toma nota de las respuestas

Segundo Momento
MARTES SE REFLEXIONA EL VIERNES SANTO

Lema: “Cristo nos salva de nuestros pecados con su entrega en la Cruz”.

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Objetivo: Los jóvenes al reflexionar y celebrar la muerte de Jesús, que asume el pecado del mundo en la Cruz, se
motivan a imitarlo trabajando por la salvación, como una sola comunidad.

Recepción: Disponer el lugar con signos propios del día, se pueden utilizar Una Gran Cruz como elemento central,
frases de las 7 palabras, estaciones del Vía Crucis, etc.

Ambientación : Preparar alguna dinámica para que queden conformados en equipos


para la oración inicial (sin cantos de ambientación).

(Para este segundo momento se pueden hacer nuevos equipos, esto con la finalidad de
que los jóvenes interactúen más entre sí, se conozcan, vean su capacidad de relación,
etc.)

Oración Inicial
Instrucciones: Preparar previamente para cada equipo una serie de materiales sencillos
con los que puedan hacer una cruz.

Iniciar la oración con el canto: “Tuyo Soy”. Encender una luz (o una vela) que ilumine una Cruz.

Después se lee lo siguiente:


Para nosotros los jóvenes el llamado que Jesús nos hace hoy es el mismo que manifestó a sus discípulos “Si alguien
quiere venir en pos de Mí que se niegue a si mismo, que tome su cruz de cada día y que me siga”.

Nuestro pueblo vive un tiempo de Pasión, cargando los padecimientos que provienen del pecado del mundo: la
injusticia, la opresión, la idolatría del dinero, el individualismo, la violencia. Hoy el pueblo carga una Cruz como la
que cargó Jesús. Hoy se nos invita a cargar la Cruz del pueblo como Jesús, cumpliendo la voluntad del Padre y
entregando la vida, con fe, sabiendo que el esfuerzo no se quedó en la Cruz, pero que la Cruz fue necesaria, que la
Cruz es el camino para llegar la Salvación que es nuestro objetivo final.

Se les invita a que en equipo hagan su Cruz y realicen un ofrecimiento para compartir esta Cruz con la de Jesús.

Se termina con el Canto: “Tuyo Soy” o algún otro conocido que haga referencia a la Cruz y un representante de
cada equipo lleva su pequeña Cruz junto a la gran Cruz y leen el ofrecimiento.

Enlace:
Primer trabajo: Se trata de presentar la cruz de hoy a través de estaciones del Vía Crucis en donde se representan
los antivalores de la Civilización del amor.

VÍA CRUCIS DEL PUEBLO DE HOY

Se prepara un camino (Vía Crucis) con las estaciones de pecado tomadas de los antivalores
En cada una de las estaciones se prepara a manera de denuncia lo que hoy acontece relacionado con cada una de
las estaciones, puede ser a través de carteles o bien redactarse a manera de Vía Crucis. Por ejemplo para la 7ª
estación: La Corrupción, a manera de denuncia hacer un cartel que diga por ejemplo: Denuncio que Fulanito de
tal está ofreciendo $200 para que des tu credencial, o pintar las casas, proporcionar cemento a cambio de las
credenciales, etc.

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Los participantes se dividen en equipos o bases, se trata de que cada grupo se sitúe frente a una de las estaciones
(bases) y pueda observar o escuchar lo relativo a cada una de estas situaciones de pecado y realice el recorrido por
todas las estaciones.

Para preparar cada una de las estaciones se pueden apoyar en estos textos:

1ª Estación: el individualismo
La sociedad actual da una mayor importancia al individuo y deja a un lado a la comunidad, hace que se preocupe
solo de sus propios intereses y compita con los demás para llegar más lejos y estar por encima de todos. Esto lo
lleva al aislamiento, disminuye su sentido crítico y lo hace más débil frente a los mecanismos y las propuestas del
sistema.

2ª Estación: el consumismo
La sociedad de hoy ha creado la ilusión de que la felicidad se encuentra en la eficiencia, en la producción y en el
consumo. Tiende a hacer creer que en ellos está el sentido de la vida y la clave del éxito, de la realización de la
valoración y la autoestima del individuo, parece que la persona interesa solo en la medida de que consume. Con todo
esto lo que se impulsa es una carrera de consumo que gasta energías y esperanzas y deja frecuentemente una sensación de
insatisfacción e impotencia y un vacío de sentido. No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de
vida que se presume como el mejor, cuando está orientado a tener y no a ser, y quiere tener más no para ser más, sino
para consumir la existencia en un goce que se propone como fin en sí mismo.

3ª Estación: la búsqueda desmedida del placer


Otra oferta importante de la sociedad actual es el goce puramente material y superficial de la vida y el olvido de las más
profundas dimensiones personales, relacionales, espirituales y religiosas de la existencia humana. La vida parece perder
el sentido de la trascendencia y los valores son relativos y se ha distorsionado el sentido de las relaciones interpersonales.
La sexualidad se reduce a una relación puramente ocasional que no considera la entrega profunda en una relación estable
de pareja; los compromisos permanentes se diluyen, son ya pasados de moda, y se desarrollan la droga, el alcohol, la
pornografía, el erotismo, los desenfrenos sexuales.

4ª Estación: la intolerancia
Es la falta de disposición para admitir que los demás puedan tener una manera de ser, de pensar o de actuar distinta de la
propia. Para el intolerante la verdad es la suya, y cree hacer un bien al prójimo imponiéndosela, incluso por la fuerza si
fuera necesario. El intolerante ve en los que son distintos a el una amenaza. La intolerancia genera los abusos de poder,
las represiones, el desconocimiento de los derechos humanos y terminan con la libertad de personas, grupos o naciones e
impiden la convivencia democrática.

5ª Estación: la injusticia
El grito de un pueblo que sufre y que demanda justicia y libertad, respeto a los derechos fundamentales del hombre y de
los pueblos puede haber parecido sordo hasta hace algún tiempo, pero ahora es claro, creciente impetuoso e incluso
amenazante (Documento de Puebla 87-89). Vemos a la luz de la fe, como un escándalo y una contradicción con el ser
cristiano, la creciente brecha entre ricos y pobres que es contraria al plan de Dios y que demuestra una situación de pecado
social, más grave aún por darse en pueblos que se dicen católicos y que tienen la posibilidad de cambiar (Documento de
Puebla. 28).

6ª Estación: la discriminación y marginación


No todos los hombres son iguales en lo que toca a la capacidad física y a las cualidades intelectuales y morales. Sin
embargo toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona por motivos de sexo, raza, color,
condición social, lengua o religión debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan de Dios.

7ª Estación: la corrupción
La corrupción se ha generalizado. Hay un mal manejo de los recursos económicos públicos, progresan la demagogia
(utilizar planteamientos radicales para convencer, principalmente con fines políticos), el populismo, la mentira política en
las promesas electorales, se burla la justicia, se generaliza la impunidad y la comunidad se siente impotente e indefensa
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ante el delito. En la sociedad actual todo tiene precio, todo se puede comprar, incluidas las personas, las convicciones,
los principios. Se corre el peligro de pensar que la corrupción se da solo en niveles de quienes tienen influencia y poder.
Sin embargo es una realidad que se hace presente en las actitudes cotidianas, como no cumplir con el horario de trabajo,
copiar en un examen, o hacer a un lado los principios y creencias cuando “no convienen”, hacerse cómplice de actos de
corrupción cercanos, valerse indebidamente de influencias, etc.

8ª Estación: la violencia
Se ha multiplicado en forma indiscriminada la violencia física y psicológica, visible y encubierta, selectiva o
indiscriminada, ocasional o sistemática, promovida por individuos o por organizaciones, basada en motivos políticos,
económicos, culturales, raciales o religiosos, dirigida contra niños y jóvenes, hombres y mujeres, adultos y ancianos,
muestra un claro desprecio por la vida humana y es uno de los más desafiantes signos de la presencia de la cultura de la
muerte.
Para las últimas dos estaciones se sugiere una exposición todos juntos.
9ª Estación: la cruz
Se trata de presentar la dimensión salvífica de la Cruz.
Las Estaciones de “La Cruz” y de “La Salvación” se ponen en el escenario principal (todos juntos) utilizando la Cruz de
la oración inicial en un extremo y la palabra Salvación en el otro, y ahí un expositor concluye iniciando al pie de la Cruz
y caminando hacia la palabra Salvación, basándose en los siguientes puntos:

La Cruz
 El seguimiento de Jesús pasa por la Cruz, no fue fácil para Jesús enfrentar la realidad de la cruz como no es fácil para
nosotros enfrentar esta realidad que representa la Cruz de hoy.
 En el momento culminante de su vida pidió a sus amigos que lo acompañaran (Mt 26,36-46), rogó al Padre que le
evitara sufrir esa prueba (Mt26,42), se sintió defraudado por la traición de Judas, por la actitud de Pedro, por la huida
de sus discípulos. Llegó al Calvario casi solo, acompañado únicamente por Juan, su Madre y algunas mujeres. Así
también nosotros nos podemos sentir abandonados, defraudados, solos ante la problemática realidad de hoy, pero
Jesús nos da ejemplo con el valor y el coraje para aceptar con serenidad la voluntad del Padre, y entregar su vida al
llegar hasta la Cruz cumpliendo con su Misión por la Salvación del Mundo.

10ª Estación: la salvación


 El amor de Dios padre hacia nosotros su pueblo es más grande que todos los pecados y situaciones que acabamos de
ver. Dios ama al pecador pero rechaza el pecado, así lo manifiesta Jesús a aquella mujer que iba a ser apedreada
cuando le dice: “Vete y no vuelvas a pecar”. Las situaciones de pecado son rechazadas por Dios, por eso ante la
situación de pecado el Padre nos da al Hijo que nos presenta un proyecto de vida que se opone al pecado, ese proyecto
es el Reino, es el proyecto de vida que Jesús proclama y por el que da la vida en obediencia al Padre.
 Jesús con su muerte en la Cruz rescata a la humanidad. La cruz es un paso necesario, sí, pero no el final para Jesús
ni para quienes queremos seguirlo, es el camino para la salvación porque en ella muere el pecado para dar paso a la
Vida.
 El sacrificio es necesario, la salvación cuesta, el poder transformar la realidad de hoy nos exige ese esfuerzo, ese
sacrificio. Pero es obvio que bien vale la pena.

Trabajo por equipos: Se les divide nuevamente en equipos para situarse cada uno frente a una de las estaciones esta será
la realidad de pecado que les toca reflexionar.

Se divide a los participantes en cada una de las bases o estaciones si el número es muy grande se pueden subdividir en
equipos que permitan la participación. Se les pide que trabajen de acuerdo a las situaciones específicas de pecado
relacionadas con la estación.

Se les entrega una papeleta que dice: “Jesús murió en la Cruz por ____________________________________________
(se pone el nombre de la estación, por ejemplo: La Violencia)” ¿Qué esfuerzo concreto podemos realizar hoy, para
colaborar con Jesús para vencer la Cruz de ______________________________________________________(se pone
el nombre de la estación, por ejemplo: de la violencia)?

Un Secretario redacta las aportaciones para exponerlas al pleno.


Si en cada estación hubo varios equipos se puede realizar un sub-plenario de secretarios para que se redacte una conclusión
que después se presenta al pleno para que todos las conozcan.

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Iniciando las aportaciones con la frase: “los Jóvenes queremos vencer la Cruz de
_____________________________________________________________________ (se pone el nombre de la estación,
por ejemplo: la violencia)”.

Se elabora un cartel con las aportaciones.


Plenario: Se utiliza la Cruz que ha servido en los otros momentos colocando los títulos de las estaciones. Después de
que cada secretario lee su aportación coloca el cartel cubriendo el título de la estación correspondiente.

Complementación desde el pleno: Junto a la imagen de la Cruz puede ponerse la de una Iglesia.
Ante la realidad de hoy la Iglesia constituye un Signo de Comunión y Participación, que debe esforzarse por constituir un
ejemplo del modo de convivencia donde logren aunarse la libertad y la solidaridad, donde la autoridad se ejerza con el
espíritu de el Buen Pastor, donde se viva una actitud diferente ante la riqueza, donde se ensayen formas de organización
y estructuras de participación capaces de abrir camino hacia un nuevo tipo más humano de sociedad. Y sobre todo donde
se manifieste inequívocamente que, sin una radical comunión con Dios en Jesucristo, cualquier otra forma de comunión
puramente humana, resulta a la postre incapaz de sustentarse y termina finalmente volviéndose contra el mismo hombre.

Ésta es la Iglesia que tenemos que construir, ésta es la Iglesia que hoy nos invita a participar.

La Eucaristía es el sacramento que es claro Signo de esa unión con Dios en Cristo, que se ofrece en cada misa, y que tiene
que impulsarnos a anticipar el banquete del Reino porque en ella se actualiza el Sacrificio de Cristo que se entrega y
resucita en cada Eucaristía. Que nos invita con él a ser agentes de la Salvación, transformadores de nuestra realidad

Oración Final: CREDO SOBRE LA MUERTE DE JESÚS


CORO 1: Creemos en ti, Jesucristo, Vencedor de la vida y de la muerte,
Muerto por nuestra justificación, vivo para animar nuestra esperanza.
CORO 2: Creemos en tu muerte dolorosa y solitaria, preludio de tu resurrección.
Creemos que con tu muerte nos has dado la vida.
CORO 1: Creemos que has muerto por nuestro amor; Creemos que te entregaste y moriste por nosotros, por cada uno de
nosotros, para encontrarnos como hijos del Padre.
CORO 2: Sabemos que nuestro pecado ha sido la causa de tu muerte, así como sigue siendo la causa de la muerte de
muchos hermanos y hermanas nuestros.
"Oración sobre la muerte de Jesús".
Señor Jesús, al contemplar tu muerte se nos encoge el corazón; se nos agolpan los recuerdos de todas nuestras cobardías.
Tu has dicho "si" al ser humano, al humillado, al pobre, al marginado, al triste, al solo, al oprimido...al profeta torturado,
y a los pueblos heridos y explotados.
Señor Jesús... nos duele las personas ejecutadas sin juicio previo, los que mueren en las guerras, los asesinados en plena
calle, los hacinados en las cárceles, los desaparecidos sin dejar rastro.
Nos sentimos orgullosos de las personas que han recogido tu reto y han seguido tus pasos y tu suerte... Señor Jesús, el
crucificado de la historia, que no haya más muertos inocentes que manchen nuestra tierra. Que sólo existan personas que
amen desinteresadamente a otras personas, que empleen su vida en destruir todos los calvarios en que se crucifica a la
persona, y que amen de todo corazón a los crucificados de la historia. AMEN

MIÉRCOLES SE REFLEXIONA EL SÁBADO SANTO


Lema: “Resucitó y quiere que seamos comunidad”

Objetivo: Los jóvenes participantes iluminados por la resurrección de Cristo, expresan alegremente en servicios y signos
su deseo de una nueva vida en comunión y en comunidad.

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Ambientación del lugar:. Este estará libre de cualquier adorno, cartulina, etc. No se colocará absolutamente nada, ya
que dentro de la actividad ellos irán ambientando el local conforme vamos viviendo la reflexión de la Resurrección y la
vida comunitaria.

Ambientación y animación: Se sugiere que no haya hasta que llegue el momento fuerte de Resurrección y comunidad,
para remarcar el sentido de gozo y felicidad que el triunfo del Señor da a la Iglesia y expresarlo con signos de comunión.

Oración Inicial: (Todos de rodillas ante una cruz sin la imagen del Cristo)
El expositor del tema la desarrolla teniendo en cuenta que se ha sugerido que no se utilice música por ahora; esta oración
es clave para el desarrollo de este día ya que debe estar encaminada a la reflexión.

Para elaborar la oración sugerimos los siguientes puntos:


 Dar gracias por la muerte de Jesucristo el Señor y su efecto salvador.
 Remarcar que no se queda en el sepulcro sino que Resucita
 La resurrección de Cristo es signo de unidad y de esperanza para todos los que creemos en El.
 La resurrección de Cristo transforma a los apóstoles, los une en comunidad al igual que a nosotros.
 El Señor, con su resurrección, da nueva vida a la Iglesia.
 El Resucitado es nuestra alegría y nuestra esperanza.

Trabajo por equipos:


Se dividen por nuevos equipos. Se nombra un coordinador que organice la participación y un secretario que escriba las
aportaciones. Por equipos se hace una pequeña reflexión y se responden las siguientes preguntas:

Reflexión:
Vamos a tratar de imaginar el tiempo posterior a la muerte de Jesús, cómo se sentían los discípulos ante la falta que les
haría, habían perdido a su Maestro, a su guía a aquel en el que habían puesto su fe y sus esperanzas de que las cosas
cambiarían, seguramente se preguntaban: y ahora ¿qué pasará?, ¿Qué vamos a hacer?...

Se responden las siguientes preguntas:


¿Cómo se habrán sentido la Virgen y los apóstoles ante la muerte de su Señor?
¿Qué fue de ellos después de que Jesús murió?
¿Cómo reaccionan ante el aviso de que resucitó?
¿Qué significó para ellos que Jesús haya resucitado?
¿Qué significa para tí la resurrección?

Plenario: Algunos secretarios de cada equipo pasan a compartir sus respuestas. El que conduce hace resaltar las ideas
más importantes que van apareciendo.

Se propone que a manera de charla, pequeñas escenas, sociodrama, grabación, etc.,


se presente el siguiente contenido, adaptándolo tomando en cuenta las ideas
principales:
“La resurrección del Señor nos congrega a vivir en comunidad”

Después de la muerte del Señor Jesús, los apóstoles y todos los que seguían al Señor, se
disgregaron. No asimilaban lo que había sucedido aunque el Señor les había comentado
que Él iba a pasar por esos momentos de dolor. Su mente no entendía nada de lo
ocurrido. Sufrían la pérdida de su maestro, de su amigo, y por eso estaban
desconsolados.

Las mujeres que lo seguían, en primer lugar su Madre Santísima, María Magdalena y todas las demás seguramente sentían
un dolor muy grande en el corazón. Todo era caos, dolor, y cada quien buscaba un camino, una explicación.

Las mujeres van de mañana al sepulcro nos dice el evangelista, van a ungir el cuerpo de su maestro, al que tanto amaban.
Era el primer día, o sea domingo, encuentran la piedra que tapaba la tumba a un lado, algo ha ocurrido; se asustan; los
evangelios nos narran que ellas van a dar la noticia de que el Señor ha resucitado, están alegres, no comprenden que pasa,
pero el corazón salta de felicidad. Los discípulos van a ver el sepulcro, y lo encuentran vació. No pueden creerlo, ellos
también no asimilan que “ El Señor ha resucitado” (Lc. 24,6).
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Los evangelios nos narran otros momentos especiales con Cristo muerto y resucitado, por ejemplo lo que les sucedió a
los discípulos de Emaús, a María Magdalena cuando lo quiere tocar, y sobre todo cuando los apóstoles estando reunidos,
los visita, primero sin el discípulo Tomás, y luego estando él conversa y comparte con ellos. Es notorio que la presencia
del resucitado congrega nuevamente a esta comunidad de discípulos a vivir en la unidad y en la fe. Ya no están dispersos,
ya no sufren, ahora gozan, se alegran al contemplar a su maestro y Señor. Al que vieron en la cruz morir, y que ahora
está frente a ellos, que vive para siempre, y que los anima a mirarse como una comunidad de fe y caridad, comunidad que
debe estar siempre unida en torno al Jesucristo muerto y resucitado, y que debe expresar con signos, actitudes y acciones
su unidad (comunión) y su regocijo.

Los discípulos lo entendieron muy bien y valoraron el significado de “Ser comunidad, Nuevo Pueblo de Dios, Iglesia”,
que el paso de la muerte a la resurrección de Cristo es la nueva y definitiva Pascua para la el Nuevo Pueblo de Dios, y que
todo el que crea en el resucitado, al pasar también de la muerte del pecado a la vida nueva por el Bautismo que Cristo nos
da, entra a formar parte de este pueblo de creyentes, libres del pecado, comunidad viva que se ilumina con la Luz del
resucitado, la cual siempre debe estar presente en la vida de todo discípulo.

Nosotros somos esa misma comunidad de creyentes, de discípulos, desde nuestro bautismo. Esa fue nuestra pascua y a
partir de ese momento empezamos a tener nueva vida, vida de hijos de Dios, y desde entonces Cristo nos ilumina con su
propia Vida, con su Palabra, haciéndonos formar parte de su Cuerpo como dice San Pablo.

Juntos, al formar la Iglesia, la comunidad, debemos dar signos de que “Cristo está resucitado y vive entre nosotros”.
Signos de comunión, de fraternidad que se expresan en servicios a nuestros prójimos, a nuestra Iglesia, a nuestra
comunidad. Por eso es importante formar parte viva de ella, tomar nuestro lugar en la Iglesia, dinamizarla con nuestro
entusiasmo y juventud, enriquecerla con nuestros dones y carismas y hacer de ella, la comunidad que el resucitado desea,
para que así vaya aconteciendo el Reino entre nosotros.

Recordemos también que la Iglesia, aunque se congrega en torno al resucitado, es esa misma Iglesia que es guiada por el
Espíritu Santo, artífice y constructor de esta comunidad, que va guiando la vida de cada uno de nosotros para hacernos
piezas vivas en la construcción de la comunidad. El Espíritu orienta la vida del discípulo para entregarse cada día en la
edificación de “El Nuevo Pueblo de Dios”. Ese Espíritu que el Padre y El Hijo nos dan, es un gran Don ya que sin Él, la
comunidad no avanzaría. El nos anima, nos impulsa, nos fortalece y nos renueva desde nuestro bautismo. Con Él
podremos salir adelante juntos como hermanos. El guía a la Iglesia.

1.- Cada participante recibe una hoja donde va a contestar de manera personal, las tres primeras preguntas:
a) ¿Quiénes forman la comunidad de discípulos del Resucitado actualmente?
b) ¿Crees que como muchachos nos falta valorar más nuestra comunidad?¿Por qué?
c) ¿Qué signos de unidad y servicios debes de expresar para manifestar que crees en el Resucitado y que muestran
que valoras la comunidad?

2.- Al terminar de responder forman pequeñas comunidades o equipos, donde van a comentar sus respuestas y después
como equipo eligen a un secretario y responderán a las siguientes preguntas:
d) ¿Quieren formar parte viva de la Iglesia, del Cuerpo de Cristo donde Él es la cabeza?
e) ¿Cómo pequeña comunidad o equipo a qué nos comprometemos para expresar nuestro amor al Resucitado?

Plenario: (para este momento se necesita preparar previamente gaffetes para todos que digan: “Soy Discípulo del
Resucitado”).

Los secretarios leen las aportaciones de las preguntas de los incisos “d” y “e”. Son importantes estas aportaciones porque
esto va a expresar el compromiso de los jóvenes para con la comunidad. (dejan su aportación al equipo coordinador).

El que coordina hace mención de que hasta ahora se ha vivido bajo la imagen de una Cruz, pero ahora este compromiso
es para con Cristo Resucitado que nos invita a resucitar con El, modificando nuestras actitudes individualistas. porque
hoy Cristo está resucitado y vive en la comunidad.

Es por eso que como signo de que queremos ser discípulos de Jesús nos pondremos estos gaffetes que dicen: “Soy
discípulo del Resucitado”.

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Momento Celebrativo (Oración Final).
Requerimientos:
 Imagen de Cristo Resucitado.
 Cirio Pascual.
 Velas (para todos)
 Frases, carteles, mantas, globos, floreros, y otros signos alusivos a la resurrección y que inviten a la alegría (estos
deben ser preparados con anticipación).
 Copias de cantos.
 Varios recipientes de agua.
Se presenta una imagen de Cristo Resucitado y un cirio pascual (cada equipo organizador, usando su creatividad presenta
la imagen).

En este momento se ambienta el local con los carteles, las mantas, frases, flores, etc..

Inicia con Cantos Alegres y celebrativos que hablen de la resurrección y la comunidad. Se apagan las luces y solo queda
iluminada la imagen.

El Celebrante que coordina inicia la renovación de las promesas del bautismo adaptándolas al momento que se vive, por
ejemplo:
¿Renuncias a Satanás, padre y autor de todo egoísmo e individualismo?
¿Renuncias a todas aquellas actitudes que han dañado a la comunidad?
¿Renuncias a todas tus acciones y palabras que han roto la unidad de los hermanos?

(Aumentar más, en la línea de lo comunitario)


¿Creen en Dios Padre creador de todo lo que existe?
¿Creen en Jesucristo muerto y resucitado que nos invita a construir la comunidad?
¿Creen en el Espíritu Santo que está presente en la Iglesia, que la guía, la fortalece y la
vivifica?
¿Creen en esta comunidad de hermanos como la comunidad que hay que mejorar cada día?

*Nota: (Con anticipación se han colocado recipientes con agua, para renovar nuestro
bautismo, de preferencia que sean varios)

Se entonan cantos alegres que hagan referencia al Bautismo. El ambiente es de júbilo.

El celebrante pide que todos se enfilen en diversas procesiones. Como compromiso personal
y comunitario cada uno renueva su bautismo, toma una vela (no encendida) regresa a su lugar
cantando con todos los presentes.

Al terminar la renovación del bautismo, el celebrante motiva (con palabras semejantes a estas
u otras), a participar en el signo de la luz:

“Jóvenes, Cristo es nuestra luz, Él debe iluminar la vida de todos sus discípulos. Si tú te has
comprometido con El y con la comunidad, recibe la luz del Señor”.

Ahora cada coordinador del equipo va a pasar al frente, toma la luz del cirio que representa la
resurrección y la distribuye a su pequeña comunidad (equipo).

Mientras todos entonan cantos alegres que se refieran a la luz.

Celebrante: Cristo ha muerto para destruir nuestra muerte. Pero no se quedó en el sepulcro:
"Ha Resucitado" para darnos vida nueva. Con su resurrección Jesús ha dado al mundo la
prueba definitiva de su divinidad y ha abierto para la humanidad horizontes nuevos en su
caminar por el mundo. Adoremos y alabemos a Cristo vivo entre nosotros, entre nuestros
hermanos (as), en nuestra historia de cada día.

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Desde los primeros siglos el cirio Pascual es u signo de Jesús resucitado. La llama del cirio rompe las tinieblas de la noche,
de la misma manera Cristo resucitado vence las tinieblas de la muerte. La luz alumbra nuestros pasos; Cristo resucitado
se hace luz y camino para nosotros.

El animador los invita a decir primeros las peticiones ya formuladas y luego espontáneamente las que ellos quieran
respondiendo todos:

CRISTO RESUCITADO, SALVANOS


Señor, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, concédenos vivir
siempre en tu alabanza. OREMOS

Señor Jesús que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, concédenos que unidos a ti en el dolor y en la muerte,
resucitemos también contigo a la vida nueva. OREMOS
Hijo del Padre, maestro y hermano nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes enséñanos a
ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza y los sufrimientos que nos depara la vida. OREMOS

Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de tu manifestación gloriosa, para poder contemplar tu rostro y ser semejantes
a ti, y gozar contigo para siempre. OREMOS

Nos unimos como hermanos (as) diciendo juntos las palabras del Resucitado: PADRE NUESTRO.
Finalizamos nuestra celebración con la siguiente oración:

Señor Jesús, todos los testigos nos lo dicen: RESUCITÓ. VIVE. Sigue con su Espíritu en medio de nosotros. Nos has
dado la mayor alegría de la historia. Por un instante habíamos pensado que los asesinos del justo, los torturadores del
inocente, los fabricantes de mentiras, los enemigos del hombre, se habían salido con la suya.

Pero, desde la mañana que recibimos la mejor Noticia de la historia, de que estas vivo y has roto el imperio de la muerte,
sabemos que Dios está con el justo ajusticiado, con el que da la cara por los pobres, lisiados, maltrechos y marginados,
con el que se juega la vida por el hermano. ¡ALELUYA, Por ti, Jesús, el Señor Resucitado! ¡Aleluya por los pobres, por
los pecadores, por los maltratados de la historia! Porque Dios ha tomado su causa entre sus manos. ¡Aleluya, por nosotros
que creemos que has resucitado y queremos prolongar tu presencia entre la humanidad, y ser los mejores testigos de que
los amas y estás vivo! AMÉN.

Al final, el celebrante concluye:


Muchachos, nosotros ahora comprendemos mejor que somos de Cristo, estamos expresándolo con dos signos, nuestro
bautismo y su luz que nos ilumina. Y quiero que seamos conscientes de que formamos junto con los niños, los
adolescentes y los adultos, una comunidad viva, la Iglesia de los bautizados, los iluminados por el Jesucristo Resucitado.
No lo olvidemos, El nos congrega y nos invita a vivir su resurrección en comunidad.

Se termina con un canto que hable de que somos Iglesia y formamos comunidad, y se ilumina todo el local.
Retomar Compromisos.

SEMANA SANTA NIÑOS

Lunes se reflexiona sobre el Jueves Santo


Para los niños puede ser muy significativo que Jesús, como todo buen amigo, antes de enfrentar la muerte, quiso
despedirse de sus amigos cenando con ellos. Así lo sentirán como una persona cercana, real, afectuosa, que tuvo
gestos muy humanos mientras vivió en la tierra. Tampoco Jesús tenía casa donde celebrar esta cena y tuvo que
pedirle a un amigo una sala prestada. Cenaron verduras, cordero, pan sin levadura y vino. Esa noche nos deja como

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recuerdo de despedida eso que ahora llamamos Misa, donde Él se vuelve hacer presente y nos da el mandato de
amarnos unos a otros.

¡Qué hermoso gesto de humildad de Jesús al arrodillarse delante de sus amigos y lavarles los pies!

ORIENTACIONES PARA LOS PADRES, EDUCADORES Y CATEQUISTAS


“Comenzó a lavar los pies de los discípulos” (Jn 13, 5)
Nosotros también vamos a servir
Jesús sabe que ha llegado la hora de regresar a la casa de su Padre. La noche antes de ser entregado, lava los pies a
sus discípulos. Los apóstoles le decían: “¡No puedes hacerlo!, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies?”

Pero aquella noche, es Jesús quien se arrodilla para servirlos y para que ellos sepan que tienen que hacer lo mismo
con los demás.

El amor cristiano hunde sus raíces en la humildad y para mantener esta actitud se requiere generosidad,
disponibilidad, deseos de hacer la voluntad del Padre y, además, luchar constantemente contra el egoísmo, el orgullo
y la vanidad, porque: “el que pierda su vida por mí, la conservará” (Mt 16, 25).

SUGERENCIAS PARA EDUCADORES Y CATEQUISTAS:


 Colaboren con Dios en educar al niño(a) en el amor que hace crecer porque se transforma en servicio.
 Realicen el signo de lavar a los pies y diga a los niños(as) que esto significa “servir al prójimo”.
 Significa ayudarse unos a otros.
 Procuren hacer del niño(a) un ser capaz de servir y de desear la felicidad para los demás y no un
esclavo de sus deseos.
 Susciten momentos en que se hagan pequeños servicios entre ellos.
 Hagan oración por el servicio desinteresado de mamá y papá, de las tías del jardín,
 de las personas que colaboran en el vecindario, etc.
 Coordinen la visita a un hogar de ancianos o de niños en donde compartan juegos
y algún alimento llevado por ellos.

EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
Los niños(as) se sientan en círculo. Todos están expectantes y el educador les Jesús, antes de cenar con sus
discípulos, tomó un lavatorio con agua y una toalla, y en un gesto de amor y servicio lavó los pies de sus amigos,
como una manera de decirles cuánto los amaba y que podían contar con Él.

Jesús era el Señor pero igual se arrodilló y les lavó los pies a sus doce amigos.
Él nos dio un ejemplo de servicio a los demás. Muchas veces nos cuesta ayudar a los otros porque
no nos agrada lo que hacen o porque estamos muy cómodos en casa, abrigados,
viendo tele. Jesús nos invita a servir al prójimo, es decir, al que nos necesita.
El educador pregunta a los niños(as): ¿Conocen personas que, como Jesús, sirvan a los demás?,
¿cómo servirían ustedes a los demás? Los niños(as) responden: las tías que limpian el jardín, su
prima que los cuida cuando la mamá no está, cuando ellos ayudan a sacar las bolsas de la basura,
cuando su papá lleva las bolsas pesadas de la vecina, cuando nos turnamos para servir los
alimentos o colaciones a nuestros compañeros en el jardín, etc.

El educador recalca que lo que hoy harán es compartir con personas que no siempre reciben visitas.
Compartirán con cariño el trabajo preparado en la semana y le servirán a las personas que visiten.
Con este acto de servicio darán alegría a esas personas y también harán una oración de gracias, tomados de la
mano, por la posibilidad que tienen de servir a los otros.

La salida comienza, algunos apoderados acompañan al educador para hacerla más segura.
Los niños y niñas entonan las canciones favoritas

Sugerencia de actividad: Indica si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones:


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· Jesús les lavó las manos a sus discípulos.
· Jesús nos enseña a servir a los demás.
· El Señor lavó los pies a sus discípulos.
· Jesús le lavó los pies a sus amigos después de cenar.
“¡Cómo he deseado celebrar esta pascua con ustedes antes de morir!” (Lc. 22, 15)

La última cena
Es la última noche que Jesús está vivo y quiere pasarla con sus discípulos, quiere celebrar con ellos la
Pascua, por última vez, como todo buen judío.
Él sabe que lo van a matar, conoce las razones de esta decisión. Se había atrevido a anunciar un mensaje nuevo y
esto tenía un costo. Buscaba, en la compañía de sus amigos, valor, consuelo y fuerza. Jesús, antes de enfrentar la
muerte, y como todo buen amigo, quiso despedirse de sus amigos cenando con ellos. El ambiente es triste,
extraño. Los discípulos están confundidos.

Esa noche, Jesús les explica que el Pan es su cuerpo y el Vino es su sangre. Que no volverá a celebrar la Pascua
hasta que esté en su Reino.

Otros textos: Mt 26, 17-35; Mc 14, 12-31 y Lc 22, 7-34.


SUGERENCIAS PARA EDUCADORES Y CATEQUISTAS:
 Bendigan los alimentos antes de compartirlos. Este gesto prepara al niño(a) a la comprensión de la cena
eucarística.
 Celebren la última cena con los niños y niñas. Tomen un pan grande y compártanlo con todos los niños(as).
 Es importante que del mismo pan, todos reciban un pedacito.

EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
 Los niños(as), sentados en círculo comentan sobre la experiencia realizada el Domingo de Ramos.
 Luego el educador los invita a conocer otros momentos en la vida de Jesús: la última cena.
 Los niños(as) responden a la educadora en relación a sus experiencias con la eucaristía:
 ¿quién de Uds. ha participado en una misa?, ¿qué cosas les han llamado la atención?,
 ¿qué se hace en una misa?, ¿qué se celebra?, ¿quiénes participan?
 Los niños(as) escuchan el relato:

“Una cena de despedida muy especial”


Jesús se reunió con sus 12 amigos, los apóstoles, para compartir una comida. Todos ellos se sentaron alrededor
de una mesa y Jesús les dijo lo contento que estaba de poder estar con ellos en ese momento, porque Él sabía
que los siguientes días de su vida no serían fáciles.

Entonces Jesús tomó una copa y dio gracias diciendo: “tómenla y repártanla entre ustedes.”
Luego tomó un pan y dando gracias lo partió y se los entregó. Cuando repartía el pan y el vino dijo unas palabras
muy misteriosas: “Éste es mi cuerpo, el que será entregado por Uds.
Hagan esto en memoria mía. Ésta es mi sangre que va ser derramada para salvarlos”.
Cuando Jesús hizo estos gestos, lo que Él quería hacer era quedarse para siempre entre nosotros y se le ocurrió esta
idea: permanecer a través del pan y del vino, es por eso que en la eucaristía el sacerdote levanta un “pancito blanco”
y una “copa” para que todos nos acordemos de Él.

Los niños(as) se desplazan hacia otro lado de la sala de actividades en donde se ha preparado una linda mesa. En
las sillas encuentran túnicas que han preparado sus familias para esta representación. Los niños(as) han llevado un
gran pan para compartir y jugo de uva para beber.

El educador narra lentamente el momento en el cual Jesús reparte el pan y el vino que aquí será representado por un
vaso de jugo. Los niños(as) van actuando las escenas a medida que el educador sigue con el relato. Una vez finalizada
la representación, los niños(as) hacen una oración de gracias por los alimentos que reciben en sus casas, por
compartir con la familia y por la presencia de Jesús en estos momentos

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Se les recuerda su compromiso personal. Es importante para que desde la realización de éste vayamos mejorando
nuestra comunidad

Martes santo se reflexiona sobre el viernes santo


El día de su muerte clavado en una cruz, Jesus consuela a su Madre y a las mujeres que lloran en la calle

El día de su muerte clavado en una cruz. Conviene destacar los momentos más importantes, no los más crueles: el
camino de la cruz, Jesús cargando con la cruz sobre sus espaldas, y sus caídas bajo su peso, el momento que consuela
a su madre y a las mujeres que lloran en la calle, siendo desnudado delante de todos, luego clavado en el madero,
perdonando a sus victimarios y luego entregando su espíritu en manos de su Padre de los cielos. La experiencia triste
de la Virgen que ve cómo tratan a su Hijo, tan tristes como las de las madres de hoy que ven a sus hijos morir en la
guerra, en un accidente o víctimas de alguna enfermedad incurable.

ORIENTACIONES PARA LOS PADRES, EDUCADORES Y CATEQUISTAS


“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34)

La belleza de amar y perdonar


Un día, Jesús, siguiendo un proyecto admirable, abandonó la casa paterna. No tenía otra ilusión; quería darle a su
Padre la mejor alegría: traer consigo a todos los hijos(as) que un día se alejaron. Y, por eso, se pasó tres años
proclamando el perdón de Dios. Un perdón capaz de transformar y abrir el corazón de los hombres, hasta saber
perdonar a los enemigos y abrazarse con Dios. Sí, el perdón de Dios que proclamaba Jesús era, sencillamente, el
amor de Dios. Por eso le costó la cruz que pusieron sobre sus hombros los corazones estrechos, apegados a los
privilegios o al poder, y que viven en el miedo de perderlos.

Pero, es ahora, en la Cruz, donde nos da su mejor lección: cuando siente en su carne el taladro de los clavos; cuando
observa la satisfacción de los que, por fin, pueden quitárselo de en medio; cuando palpa el odio. Es el triunfo del
amor sobre el odio, del perdón sobre la ofensa. Porque la excusa que presenta a su Padre es que no saben lo que
hacen, que están ciegos porque aún no han comprendido cómo nos ama Dios.

SUGERENCIA PARA LOS EDUCADORES Y CATEQUISTAS:


 Lean con los niños(as) el texto bíblico.
 Comenten el contenido de la “Buena Noticia”.
 Destaquen el amor del Señor por sus enemigos a quienes justifica delante del Padre.
 Invítenlos a practicar gestos de perdón con ellos mismos, con sus padres, educadoras, amigos y compañeros.

EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
Los niños(as), si pueden, se desplazan hasta la capilla más cercana, allí reconocen el altar, lugar donde se recuerda
la última cena del Señor. Sentados en las bancas escuchan al educador quien les narra lo que pasó con Jesús después
de ir a orar al huerto de los olivos:

Cuando Jesús se encontraba orando, se escuchó mucho ruido, gritos de hombres y unas antorchas que brillaron entre
los árboles. Eran soldados enviados por el emperador, que venían a apresar a Jesús con palos y espadas. Jesús fue
llevado hasta el tribunal donde sería juzgado. Sus amigos no lo acompañaron. En el juzgado le hicieron muchas
preguntas, pero Jesús no respondió a ellas. Sólo cuando le preguntaron si Él era el hijo de Dios, el respondió que sí.
Al amanecer, los jueces decidieron que Él debería morir. Le fue puesta una corona de espinas y debió cargar una
pesada cruz de madera hasta lo alto de la colina donde fue crucificado. En el trayecto hacia la colina, Jesús cayó tres
veces, estaba cansado y triste; de pronto, Simón, un hombre bueno, lo vio y se compadeció de Él ayudándole a cargar
la cruz. Cuando a Jesús le quedaban pocos minutos de vida, miró a los soldados que tanto lo habían golpeado y
humillado y, lleno de amor por ellos, le dijo a su padre: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

El educador les cuenta a los niños(as) que con esta frase, Jesús nos enseña a amar y perdonar. Perdonar es el gesto
más lindo del amor: si uno perdona mucho, es porque ama mucho.
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Los niños(as) se paran frente al altar y realizan una oración de perdón por las veces que han lastimado a alguien, o
por las veces en que no han hecho nada por ayudar a otros que sufren. Los niños(as) vuelven a la sala de actividades
y con material de desecho y materiales para pintar y decorar, construyen un regalo para alguna persona que conozcan
que cargue una cruz tan pesada como la de Jesús: una abuelita enferma, una persona sin casa, un hombre sin trabajo,
un joven que haya dejado el colegio, un niño(a) que no vaya al jardín. Los niños(as) comentan sobre los regalos
elaborados y comparten con el grupo a quien serán entregados.

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23, 46)


Jesús muere porque nos ama
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Después de decir estas palabras Jesús muere. “Y toda la gente que
había acudido al espectáculo, después de ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho” (Lc 23, 48). Jesús, al
morir, restaura la relación de Dios con los hombres, pues reconcilia a los hombres con Dios y a los hombres entre
sí. Porque su muerte es la prueba de amor más grande de Dios hacia nosotros.

Cuando nos enfrentamos a la muerte, necesitamos un piso estable que nos contenga en esos momentos; al igual que
Jesús, debemos abandonarnos al Padre Dios. Ese mismo Padre de Jesús está interesado y nos ama a cada uno de
nosotros.

Es importante no negar el dolor, como si lo pudiéramos silenciar bajo una cantidad de remedios, o unos cuantos
litros de alcohol, o unos kilos de droga. El dolor hay que vivirlo, forma parte de la vida, pero no tiene la última
palabra…

SUGERENCIA PARA LOS EDUCADORES Y CATEQUISTAS:


 Lean el texto bíblico de Lc 23, 44-53, comenten la muerte de Jesús y, a la luz de ese episodio, cómo ellos pueden
comprender la muerte de algún ser querido. Para ello deben explicarle con la verdad y de manera sencilla,
tratando de aclarar que las personas que mueren no salen por ahí ni se van de viaje, sino que han muerto, han
partido y ya no volverán a estar físicamente con nosotros.

 En una puesta en común, o en alguna otra situación de diálogo, animen a los niños(as) a expresar cómo se han
sentido ellos frente a la muerte de algún familiar o vecino(a).

 Por último, tengan momentos de oración, donde puedan nombrar a las personas fallecidas en voz alta e ir orando
por cada una de ellas.

EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
Los niños(as) preparan el altar con el educador. Se ubican frente a éste para conversar sobre los últimos minutos de
Jesús, lo hacen en voz baja. El educador les solicita una actitud de recogimiento y respeto porque hoy conversarán
sobre la muerte de Jesús. El educador considera las experiencias previas de los niños(as). Para esto les pregunta: ¿han
sabido de alguna persona del barrio que haya muerto en estos días?, ¿qué han hecho?, ¿cómo participan ustedes
de este acontecimiento?, ¿han vivido alguna muerte de algún familiar cercano?,¿han tenido que sepultar alguna
mascota?, ¿qué sentimientos han experimentado: pena, dolor, angustia? Los niños(as) expresan sus sentimientos,
el educador cuenta sus experiencias también, manifiesta lo que ha sentido. Los niños(as) escuchan al educador quien
les dice que en estos momentos de dolor y tristeza es bueno tener amigos(as) cerca que nos escuchen y acompañen
en estos momentos. Esto da mucho más valor para enfrentar esta situación.

Los niños(as) escuchan el relato de la muerte de Jesús desde el Evangelio de Lucas. El educador destaca estas ideas:
Jesús dijo que todo estaba consumado, esto se refiere a que Él ya había cumplido con lo que quería su Padre de los
cielos: entregó su vida para salvarnos a nosotros, Él quería que fuéramos libres, esto quiere decir que Jesús quiere
que seamos buenas personas, que venzamos la flojera, nuestro mal humor, nuestro egoísmo que no nos permite ver
a los demás. Jesú, antes de morir le encargó al apóstol Juan el cuidado de su mamá. Y a María le dijo también que
se encargara de Juan. Juan nos representa a todos nosotros.
Luego de esta conversación el educador invita a los niños(as) a seleccionar recortes de revistas en donde observen
situaciones que no le permiten a los hombres gozar de su libertad y de la vida plena: Un mendigo pidiendo en la
calle, un joven con adicción al alcohol, situaciones de guerra, etc. Una vez que los niños(as) han seleccionado y
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recortado las imágenes, las irán compartiendo con el resto de los niños(as). (Si no se dispone de revistas, se puede
dibujar o pintar). El educador puede motivar con algunas fotografías o imágenes.
Finalmente van a la capilla a orar por todas las personas que hoy sufren como Jesús sufrió y que se encuentran solas.

Sugerencia de actividad: Dibújate al lado de Juan y María que están al lado de la cruz. Pinta la escena.

El miércoles se reflexiona sobre la Pascua de Resurrección


Jesús murió en la cruz pero como lo había anunciado venció a la muerte y resucitó al tercer día. Para los niños será
de interés que, al resucitar, Jesús dejó muy ordenadamente dobladas las sábanas en que habían envuelto su cadáver.
Un grupo de mujeres quisieron visitarlo muy de amanecida, lloran cuando creen que habían robado su cuerpo, se
sorprenden con la noticia de su resurrección. Jesús se aparece a Magdalena, le pide que vaya a la ciudad y cuente lo
que ha visto. ¡Qué gran alegría la de las mujeres y de los discípulos! Con su muerte y resurrección, Jesús nos
consigue la posibilidad de resucitar y llegar al cielo y gozar de la presencia y amor de Dios por toda la eternidad.
Esta es la fiesta más importante de la Iglesia, el tiempo de Pascua es tiempo de alegría, gozo y esperanza para los
cristianos.

ORIENTACIONES PARA LOS PADRES, EDUCADORES Y CATEQUISTAS


“No está aquí. Ha resucitado” (Lc 24, 6)
Ésta es la mejor noticia que hemos recibido
Al dirigirse las mujeres al sepulcro encontraron la piedra removida, no encontraron el cuerpo del Señor, “no sabían
qué pensar”. En ese momento se les presentaron dos ángeles que les anunciaron que ¡Jesús ha resucitado! La
Resurrección es un misterio, pero es algo cierto.

Ellas salieron corriendo, felices de llevar esta noticia. ¡Aquél era sin duda el día más feliz de sus vidas! Corrieron y
corrieron hasta llegar al lugar donde estaban los discípulos y les gritaron: “¡Vive, vive, Jesús vive. No está en la
sepultura y un ángel nos confirmó la noticia!” Pedro y Juan no lo podían creer, entones se vistieron con rapidez y
salieron corriendo para comprobar si las mujeres decían la verdad. Al entrar al interior de la cueva, Jesús no estaba,
sólo el lienzo blanco con que habían envuelto su cuerpo muerto estaba bien doblado sobre una piedra. Había
resucitado tal como se los había dicho en una ocasión. Jesús había cumplido con su palabra y con su promesa.
¡Jesús ha resucitado! ¡Ésta es nuestra Esperanza! ¡Ésta es nuestra Fe!

SUGERENCIA PARA LOS EDUCADORES Y CATEQUISTAS:


 Primeramente, ustedes deben ser testigos alegres de la Resurrección. Y ¿cómo son testigos? A través de la
alegría que irradian y la fe en el Señor resucitado. Y que más bello apostolado que transmitir esa alegría y
despertar la fe en los niños(as).
 Lean el texto bíblico de la Resurrección (Lc 24, 1-12) y expliquen de manera concreta que el sepulcro estaba
vacío, y la aparición de Jesús después de su muerte (1Cor 15,1-8).
 Enciendan un cirio y hagan una procesión en el jardín cantando y dando gracias a Dios que Cristo está
resucitado.
 Compartan con ellos una liturgia de Resurrección, preparen también la mesa como para un cumpleaños y
celebren todos(as) juntos que Jesús ha resucitado. Pueden entregarles un huevito de chocolate a cada niño(a)
recordando que simboliza el misterio y la alegría de la vida.

EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE
Los niños(as) se ubican cómodamente para conversar con el educador. Él invita a los niños(as) a recordar las
situaciones y sentimientos vividos por Jesús en esta Semana Santa: la pena de haber sido juzgado injustamente por
el tribunal, los momentos de soledad que sintió cuando sus discípulos lo dejaron solo, el dolor de haber sido
humillado por los soldados y también las alegrías que experimentó cuando entró a la ciudad de Jerusalén o cuando
fue ayudado a cargar la cruz por el buen Simón, cuando se encontró con su madre.

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Luego de recapitular los acontecimientos recordados en Semana Santa, el educador explica a los niños(as) que, al
morir Jesús, sus discípulos y amigos se pusieron muy tristes; ellos sabían todo el bien que había hecho Jesús, y que
no merecía que lo tratasen así, era muy injusto. El educador les explica a los niños(as) que Jesús vino al mundo a
salvarnos, que Él entregó su vida por amor a nosotros. Jesús muere al mediodía, el país de Jesús se oscureció, se
sintió una especie de temblor que sacudía toda la tierra. Tres días después de su muerte, Jesús resucitó. Volvió a la
vida, desde ese momento Jesús se quedó con nosotros para siempre.

Los niños(as) comentan las palabras y hechos que narra el educador, y cuentan algunas experiencias vividas en
relación a estos hechos: qué saben al respecto, qué les han contado, qué han vivido ellos en Semana Santa, cómo la
viven en sus casas.

El educador luego los invita a escuchar un relato que cuenta cómo sucedió la Resurrección de Jesús:
“Un hombre rico llamado José, que era bueno y justo, le ofreció a María una tumba para que lo sepultaran. María
y otras mujeres lo tomaron cuidadosamente, con mucha ternura y lo envolvieron en sábanas blancas, le colocaron
perfumes y hierbas como se usaba en ese tiempo. Una vez que terminaron los hombres cerraron la tumba con una
piedra enorme para que quedara protegido. El día domingo muy temprano, unas mujeres se dirigieron al sepulcro,
y encontraron la piedra removida. Alguien se había llevado a Jesús. Ellas estaban muy tristes cuando de pronto se
les apareció un ángel, y les dijo: ¿Por qué buscan a Jesús entre los muertos? Jesús no está aquí, Jesús resucitó,
Dios le devolvió la vida. Vayan ahora y cuénteles a los discípulos. Las mujeres salieron corriendo, felices de llevar
esta buena noticia”.

Los niños(as) comentan este relato, expresan cómo se sienten al escuchar y llevar ellos esta buena noticia a los
demás. Dibujan libremente alguna escena del relato, usando diversos materiales. Finalmente dicen a coro la
frase: ¡Aleluya, el Señor resucitó, el Señor está vivo, Aleluya!

Sugerencia de actividad: Colorea la escena de la Resurrección del Señor, y escribe alrededor del recuadro el
nombre de algunos amigos(as) a quienes darías la buena noticia de la Resurrección. Pídele ayuda a tus papás o a la
tía

JUEVES SANTO
¿Qué celebramos el Jueves Santo?

"Fecha en la que se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En ella, Cristo instituyó el
sacramento de la Eucaristía, donde Él se hace presente a través de la conversión del pan y del vino en su
Cuerpo y su Sangre, y el sacramento del Orden Sacerdotal”

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Este día por la mañana en todas las catedrales, los obispos que son, como dice el Concilio, "los principales
administradores de los misterios de Dios, que regulan, promueven y custodian toda la vida litúrgica de la Iglesia que
les ha sido confiada", celebran una misa muy solemne con todos los sacerdotes ("el presbiterio" de sus diócesis)( en
nuestra prelatura esta celebración se realiza el miércoles santo) y en ella los sacerdotes con un solo corazón y una
sola alma renuevan sus promesas y su obediencia al Obispo.

En ella, además, se consagran los óleos, es decir, los aceites que se emplean en diversos sacramentos: el bautismo,
la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos.

La consagración de los óleos se celebra precisamente este día para indicar que todos los sacramentos nos relacionan
con el Misterio Pascual de Jesús y que todos los sacramentos tienen su culmen y su Centro en la Eucaristía.

Son muchos los gestos que se evocan en el Jueves Santo. Uno de ellos es el signo de humildad y sencillez que
realizó Jesús al lavarle los pies a todos sus discípulos, diciéndoles que ellos se los deben lavar unos a otros, "en
verdad les digo que el siervo no es más que su señor, ni el enviado más que quien lo envió" (San Juan 13, 16), y el
sacerdote en la liturgia lava los pies a doce feligreses.

Luego de celebrar la Eucaristía se expone el Santísimo (Hostia Consagrada) y se realizan vigilias de oración
en signo de la oración de Jesús en el Monte de los Olivos, la noche antes de ser entregado a los sacerdotes.

La Biblia cuenta que terminada la cena de Pascua, el Mesías y sus apóstoles se dirigieron al Monte de los Olivos a
orar. Él se distanció un poco, rezaba y sudaba cada vez más fuerte, comenzó a sentirse angustiado porque sabía lo
que venía, y un ángel del cielo lo reconfortó.

Cuando fue a buscar a sus amigos se dio cuenta de que estos se habían quedado dormidos, Él les dijo, "ha llegado
la hora en que el Hijo de Dios debe ser entregado. Levántense, ya se acerca el que me va entregar

SE NECESITA:
 Esta celebración se realiza por la tarde con la participación de toda la comunidad
 El altar de la capilla se adorna con flores y se encienden velas
 La mesa del altar se cubre con un mantel
 La Sagrada Escritura en el altar convenientemente adornado
 Se prepara una silla a modo de sede
 Se preparan doce personas a modo de apóstoles (conviene que lleven sandalias y que se laven los pies antes de
la celebración)
 Se prepara lavamanos, agua abundante, jabón y toalla
 Disposición de los lugares adecuados para los apóstoles
 Monumento para el Santísimo (lugar digno y convenientemente adornado, con sobriedad)
 Cantos: Bendito, bendito; Amémonos de corazón, Un mandamiento nuevo, Cantemos al amor de los amores,
Altísimo Señor.

NOTA desde el canto de gloria del jueves santo, hasta la vigilia pascual, los cantos serán sin guitarra ni instrumentos.
Desde la gloria del sábado santo se tocan las campanas y se vuelven a utilizar instrumentos musicales

PRIMERA LECTURA. La cena pascual.


El Libro del Éxodo narra la cena pascual hebrea que se celebraba periódicamente. Los judíos recordaban la
liberación de la cautividad y la marcha hacia la tierra prometida, dando gracias a Yahvéh por su visible
protección con salmos de bendición.

Era la fiesta principal que celebraba el pueblo de Israel. Se reunían las familias para comer el cordero y el pan
ácimo. Lo hacían en actitud de caminantes recordando la Pascua o Paso del Señor. Rociaban las jambas y el
dintel de la casa con la sangre del animal. La sangre era la señal para quedar libre del castigo de Dios al pueblo
de Egipto.

Figura de la nueva Pascua.


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La cena pascual es figura de la nueva Pascua y de la nueva Alianza. La verdadera víctima pascual es Cristo.
Su cuerpo entregado será el alimento del pueblo redimido que peregrina hacia la Patria definitiva. Su sangre
derramada será la firma la nueva Alianza y la bebida que calmará la sed del camino.

En la tarde del Jueves Santo, Cristo da cumplimiento a lo anunciado en el Antiguo Testamento. Es la Pascua
cristiana. Es nuestra fiesta principal. Por eso, los hijos de Dios nos reunimos en familia en torno a la mesa
pascual donde se renueva incruentamente el sacrificio de Cristo y se nos ofrece su cuerpo y sangre como
alimento y bebida.

SEGUNDA LECTURA. La enseñanza de San Pablo.


San Pablo nos propone la enseñanza sobre la institución de la Eucaristía. Es una tradición que procede del
Señor. Cristo tomó entre sus manos el pan y el cáliz con el vino y dijo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por
vosotros... Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre... ". Por la virtud de estas palabras
consecratorias, el pan deja de ser pan y el vino deja de ser vino, para convertirse substancialmente en el cuerpo
y en la sangre del Señor. Es el milagro de la transustanciación.
Comienza la Nueva Alianza.
El cuerpo entregado de Cristo y su sangre derramada en el Calvario, da comienzo a la Nueva Alianza. Así nos
lo recuerda la palabra el Siervo de Dios Juan Pablo II: Cuando el cuerpo de Cristo sea ofrecido en la Cruz,
entonces esta Sangre, derramada en la pasión se convertirá en el comienzo de la Nueva Alianza de Dios con
la humanidad... La nueva y eterna Alianza, con la Sangre de Cristo.
Institución del sacerdocio.

Cristo quiso que la Eucaristía llegase hasta nosotros. Para ello, instituyó el sacerdocio diciendo: Haced esto
en memoria mía. Los sacerdotes, en nombre de Cristo y participando de su poder, celebran la Sta. Misa que
renueva incruentamente el Sacrificio del Calvario, que nos ofrece el Banquete Eucarístico, que contiene la
Presencia real del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Pidamos al Señor con insistencia que suscite vocaciones
sacerdotales y que los sacerdotes sean santos.

TERCERA LECTURA. Evangelio.


Amor hasta el extremo.
Cristo, Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo.
Nos dice el Siervo de Dios Juan Pablo II (5º misterio luminoso
del Rosario): Esta es la verdad más profunda de la última Cena.
El Cuerpo y la Sangre, la pasión en la cruz y en la muerte
significan esto precisamente: los amó hasta el extremo... El
Cuerpo y la Sangre, la pasión y la muerte, el sacrificio, son el
amor que se remonta hasta los confines de su poder salvífico.

Amor fraterno.
Cristo nos manda que seamos portadores de su amor: Os he dado ejemplo para que lo que he hecho con
vosotros, vosotros también lo hagáis. Es la caridad fraterna que se expresa en espíritu de servicio.

La institución de la Eucaristía contiene y expresa todo el amor de Cristo como acto supremo de servicio por
la salvación de los hombres. Para hacerlo entender, Cristo lava los pies a sus apóstoles y les dice:
¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y El Señor y decís bien, porque
lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies
unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.

Para cumplir el Mandato del amor fraterno, esto es, para dar amor, hay que tener amor. Para ello, es
necesario poseer la vida de la gracia alimentada por la Eucaristía. Entonces nos sentiremos apremiados por el
amor de Cristo. Es el amor que nos urge a trabajar por la salvación de los hombres nuestros hermanos y por
sus necesidades espirituales y materiales. Tratemos de amarnos unos a otros como Él nos amó.

¿Lavarme Tú a mí los pies?


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¿Lavarme Tú a mí los pies? Y si es necesario, Señor, todo mi pobre ser.
¡Lávame y purifícame! Hazme comprender que, el camino del servicio es una llave que abre la puerta del cielo.
Que el servir, aún sin ser recompensado, es garantía de que soy de los tuyos.
Por eso, Señor, ¡lávame! Pero, te pido Señor, que no te inclines demasiado
Soy yo quien, en este Jueves de tanto amor, necesito plegarme en mi orgullo
Soy yo quien en estas horas memorables, estoy llamado a conquistar tu corazón
ofrendándome a los hombres.
¡Lávame, mi Señor! Para que, mis manos, puedan acariciar rostros doloridos
Para que, mis pies, puedan acompañar hermanos perdidos
LO QUE QUIERAS, MI SEÑOR
Me has amado y, al amarme, brota en mí lo que Tú sembraste: amor por los que me rodean
amor hacia los que me piden pasión por los más débiles Sí, mi Señor; haré lo que Tú quieras
Porque, si algo tiene el Jueves Santo, es Misterio de amor y de ternura
Misterio de Sacerdocio y aroma de Eucaristía Misterio de tu presencia que siempre permanecerá y estallará en el
altar
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Porque, cada vez que comamos de este pan, Porque, cada vez que bebamos de este vino,
recordaremos tu querer y tu deseo nos llenaremos con tu Memorial y tu Palabra
con tu gesto de siervo arrodillado.
LO QUE TU QUIERAS, MI SEÑOR
Sólo te pedimos una cosa: que nunca nos falte la Eucaristía para estar eternamente a Ti unidos
Amén

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La gente de Jueves Santo
¿Quién es la gente del Jueves Santo? Aquellas personas que creen que el amor es lo que puede mover la vida entera,
y también los que deciden hacer de su vida corriente momentos extraordinarios; los que saben ver y buscar el amor
y el servicio en las cosas más ordinarias de la vida: un estudio que a veces se torna monótono, un trabajo que con el
paso del tiempo va perdiendo su carácter novedoso.

La gente del jueves santo es la gente corriente que hace lo que todo el mundo, pero no como todo el mundo. Desean
que su vida esté marcada por el amor, el buen humor, el servicio generoso; que no mira cuándo el otro hizo por
última vez lo que hoy yo hago, simplemente su preocupación es hacerlo y agradar.

Este es el reto que plantean: amar siempre y servir siempre.


Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que llegaba la hora de pasar de este mundo al Padre, después de
haber amado a los suyos del mundo, los amó hasta el extremo...
...y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba ceñida...
...si yo, que soy Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros mutuamente los pies...
Si lo sabéis y lo cumplís, seréis dichosos. (Jn 13,1-17

LA VISITA AL LUGAR DE LA RESERVA

La piedad popular es especialmente sensible a la ADORACIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO, que sigue a
la celebración de la Misa en la cena del Señor. A causa de un proceso histórico,

Es preciso iluminar a los fieles sobre el sentido de la reserva: realizada con austera solemnidad y ordenada
esencialmente a la conservación del Cuerpo del Señor, para la comunión de los fieles en la Celebración litúrgica del
Viernes Santo y para el Viático de los enfermos, es una invitación a la adoración, silenciosa y prolongada, del
Sacramento admirable, instituido en este día.

Por lo tanto, para el lugar de la reserva, el Sacramento hay que conservarlo en un sagrario cerrado, sin hacer la
exposición con la custodia.

Después de la media noche del Jueves Santo, la adoración se realiza sin solemnidad, pues ya ha comenzado el día
de la Pasión del Señor.

HORA SANTA JUVENIL


Jueves santo
1. Canto de entrada:

1.Junto a Ti, al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el trabajo,
el descanso y el amor.
2.Con la noche las sombras nos cercan, y regresa la alondra a su hogar; nuestro hogar son tus manos, Oh Padre,
y tu amor nuestro nido será.

2. Oración todos juntos:


Señor Jesús, queremos velar contigo, queremos estar junto a Tí. Quizá no se nos ocurran muchas cosas, pero
queremos estar, queremos sentir tu amor, como cuando nos acercamos a una hoguera, queremos amarte, queremos
aprender a amar. Lo importante es estar abiertos a tu presencia. Y agradecer, alabar, suplicar. Y callar, escuchar,
no decir nada, simplemente estar.

Acógenos como discípulos que quieren escuchar tus palabras, aprender de ti, seguirte siempre. Acógenos como
amigos. Y haz de nosotros también tus testigos, testigos del amor.

Señor Jesús, toca esta noche nuestro corazón, danos tu gracia, sálvanos, llénanos de la vida que sólo tú puedes dar.

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3. El mandamiento del amor

AMAR COMO JESÚS NOS AMA


«Éste es mi mandamiento: amaos unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida
por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, pues el siervo no sabe
qué hace su señor; yo os he llamado amigos porque os he dado a conocer todas las cosas que he oído a mi Padre.

No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros; y os designé para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto
permanezca, a fin de que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Esto os mando: amaos unos a
otros». Juan 15, 10-16

CON UN AMOR QUE SIRVE


“Estando de nuevo a la mesa les dijo: «¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis el maestro y el señor; y
decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el señor y el maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis
lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis vosotros lo mismo que he hecho yo. Juan 13,13-17

4. Oración en silencio

5. Canto
Un mandamiento nuevo nos dio el Señor, que nos amáramos todos como Él nos amó. (bis)
Lo que hagamos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos.
Quien no ama a sus hermanos miente si a Dios dice que ama.
La señal de los cristianos es amarse como hermanos.

6. “Haced esto en memoria mía”


Luego tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por vosotros;
haced esto en memoria mía». Y de la misma manera el cáliz, después de la cena, diciendo: «Este cáliz es la nueva
alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros. Lucas 22,14-20
(Música de fondo: La estación de primavera de Vivaldi)

7. Meditación:
Un día, el Amor llegó tan lejos que se entregó a sí mismo hasta morir derramando su sangre en
un madero. Cada día, el Amor llega tan lejos que se entrega a sí mismo para saciar nuestra hambre
de amor en el pan compartido en una Cena.

Sacramento de un Dios encarnado que no ha venido más que a amar y a servir; memorial de un
Dios que se dejó despojar para abrir en el fondo de nuestro atolladero una brecha nueva, pero tan
estrecha que sólo el pobre puede pasar por ella, y sólo el amor descentrado de sí puede atravesar
Sacramento de una muerte única que recapitula todo donde sí liberador; memorial de un sacrificio
único en el que muere la muerte de un mundo pecador.

Sacramento del triunfo definitivo del amor, en el que el hombre se salva entregándose; memorial
del triunfo definitivo de la vida, en el que el hombre se hace inmortal amando.

8. Canto
1.Cristo te necesita para amar, para amar. Cristo te necesita para amar. (bis)
No te importen las razas ni el color de la piel, ama a todos como hermanos y haz el bien. (bis)
2. Al que sufre y al triste, dale amor, dale amor; al humilde y al pobre, dale amor. Al que vive a tu lado, dale
amor, dale amor, al que viene de lejos dale amor.

9. Oración y meditación:
Lo más importante no es...
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Que yo te busque, sino que tú me buscas en todos los caminos;
Que yo te llame por tu nombre, sino que tú tienes el mío tatuado en la palma de tus manos;
Que yo te grite cuando no tengo ni palabra, sino que tú gimes en mí con tu grito;
Que yo tenga proyectos para ti, sino que tú me invitas a caminar contigo hacia el futuro;
Que yo te comprenda, sino que tú me comprendes en mi último secreto.
Que yo hable de ti con sabiduría, sino que tú vives en mí y te expresas a tu manera;
Que yo te guarde en mi caja de seguridad, sino que yo soy una esponja en el fondo de tu océano;
Que yo te ame con todo mi corazón y todas mis fuerzas, sino que tú me amas con todo tu corazón y todas tus
fuerzas;
Que yo trate de animarme, de planificar, sino que tu fuego arda dentro de mis huesos;
Porque ¿cómo podría yo buscarte, llamarte, amarte... Si tú no me buscas, llamas y amas primero?
El silencio agradecido es mi última palabra y mi mejor manera de encontrarte

10. Acción de gracias

Gracias Señor, por tu muerte y resurrección que nos salva


Gracias Señor, por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta
Gracias Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte.
Gracias Señor, por todos los beneficios que nos concedes.
Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo
Gracias Señor, por tus palabras que reconfortan y sanan
Gracias Señor, por tu cruz que tanto enseña
Gracias Señor, por tu sangre que a tantos salva
Gracias Señor, por tu amor sin tregua y sin fronteras
Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas
Gracias Señor, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias
Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela
Gracias Señor, por ese pan partido en la mesa de la última cena
Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas
Gracias Señor, por tu sacerdocio que es generosidad, ofrenda y entrega
Gracias Señor, por tu amor sin límites y en la cruz hecho locura
Gracias Señor

11. Padrenuestro

12. TESTIMONIOS
En la hora santa se pueden intercalar algunos testimonios o parábolas que nos hagan vivir este momento de
oración.

a) Un número por otro


Maximiliano Kolbe; le asignaron el 16670 en Auschwitz. Cambió su número para que un padre de familia se
librara de la cámara de gas. Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en 1982 La noche del 3 de agosto de 1941,
un prisionero de la misma sección en la que estaba asignado Kolbe escapa; en represalia, el comandante del
campo ordena escoger a 10 prisioneros al azar para ser ejecutados. Entre los hombres escogidos estaba el
sargento Franciszek Gajowniczek, polaco como Kolbe, pero casado y con hijos. Maximiliano, que no se
encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo
acepta el cambio, y Kolbe es condenado a morir de hambre junto con los otros nueve prisioneros. Diez días
después de su condena y al encontrarlo todavía vivo, los nazis le administran una inyección letal el 14 de agosto
de 1941

b) El rey que quiso imitar la misericordia de Jesús

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Por el año 987 Roberto fue coronado rey de Francia. Era un príncipe piadoso y un gran devoto
de Jesús en la Eucaristía. Su mayor placer fue el de adornar los altares y las iglesias, y lo más
hermoso y precioso lo dejaba por Jesús.

Algunos hombres impíos y ambiciosos habían conspirado para asesinarlo y así apoderarse del gobierno. Mas la
confabulación fue descubierta y los culpables fueron traídos ante el tribunal que los condenó a muerte. El rey les
envió a un sacerdote a la cárcel. Los malhechores se arrepintieron y, después de una sincera confesión, recibieron la
Sagrada Comunión.

Era la mañana del día de su ejecución. Las esposas y madres de los sentenciados fueron al rey a pedirles perdón,
pero sus consejeros no querían de ninguna manera indultarlos.

Entonces una anciana madre se echó a los pies del rey y llorando, dijo: "Es cierto que estos hombres han merecido
tal castigo; pero, tened presente, oh rey, que han sido, hace pocos instantes, huéspedes de Jesús, porque acaban de
recibir la Santa Comunión. Él les ha perdonado todo; perdonadles también".

Al oír el rey estas palabras de la afligida madre, y recordando la infinita misericordia de Jesús en la Santa Comunión,
hizo llamar inmediatamente a los condenados y, estrechándoles la mano, los indultó.

Todo el pueblo aplaudió la bondad del rey que, en adelante, fue el ídolo de sus súbditos.

c) La Cruz abrazada...
Un joven sentía que no podía más con sus problemas. Cayó entonces de rodillas rezando: "Señor, no puedo
seguir. Mi cruz es demasiado pesada" El Señor le contestó: "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz,
guárdala dentro de esa habitación. Después escoge la cruz que tu quieras". El joven suspiró aliviado: "Gracias
Señor". Luego dio muchas vueltas por la habitación observando las cruces, había de todos los tamaños. Finalmente
fijó sus ojos en una pequeña cruz apoyada junto a la puerta y susurró: "Señor, quisiera esa cruz". El Señor le
contestó: ”Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar"

d) Un soldado iraquí pasa a la vida monástica


Vengo de una familia cristiana. En 1984 era soldado del ejército iraquí. Combatí en la guerra contra Irán militando
durante casi cuatro años en el ejército. He combatido también contra los kurdos y entre otras adversidades fui hecho
prisionero: un grupo de guerrilleros kurdos me capturó y permanecí tres meses en la montaña sufriendo crueles
torturas. Me liberaron porque mi familia pagó como rescate 10.000 dinares. La vida militar en el ejército de Saddam
me agotó y huí, por lo que me convertí en un desertor. La policía me capturó y un tribunal militar me condenó a
prisión por deserción.

En aquel período descubrí la oración como verdadero alimento espiritual. Viví esta crisis con mucho dolor y
sufrimiento en cuerpo y alma. Pero el Señor estaba siempre conmigo y no me dejó jamás, porque quien tiene fe en
el Señor nunca debe tener miedo y encuentra la paz y la alegría a pesar de las situaciones de angustia.

Dice el salmo: «Fui joven, ya soy viejo, nunca vi al justo abandonado, ni a su linaje mendigando el pan» (Sal 37, 25).

Comencé a interrogarme sobre el verdadero sentido de la vida y sobre los verdaderos valores, preguntándome dónde
y cuándo podría encontrar el camino adecuado de mi existencia en el mundo ¿Qué camino deberé seguir para llegar
a la verdadera felicidad?

A las preguntas sobre mí mismo se añadían otros interrogantes: ¿por qué hay guerras, injusticias y odio en el mundo?
¿Por qué la humanidad no puede vivir en paz? En aquel momento de angustia, oí una voz fuerte dentro de mí que
me llamaba: «Ven y sígueme, encontraras el verdadero sentido de tu vida». «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida»
(Jn 14, 6).
En 1988 terminó la guerra y seguí un curso de estudios en la Universidad en mi ciudad, Nínive. Continuaba
frecuentando la Iglesia y pidiendo a Dios que confirmara mi vocación.
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En 1991 comenzó la Guerra del Golfo y la situación de la mayoría de la gente empeoraba de día en día. Muchas
familias emigraban de Irak. También yo habría querido unirme a la diáspora.

En 1993 me inscribí en un curso de Teología y sentí en lo profundo de mi corazón lo dulce y buena que es la Palabra
de Dios. La conciencia de la vocación se hizo más fuerte y entonces respondí a la llamada del Señor. Es el Señor
quien llama y es Él quien da el primer paso hacia el hombre.

Después de un intenso período de oración, en 1995 dejé a mi familia y mi ciudad para seguir al Señor y entré en el
convento de los Monjes Caldeos que se encuentra en Bagdad. Ahora estoy perfeccionando mis estudios.

HORA SANTA
JUEVES SANTO
1. MONICION DE ENTRADA
Amigos y hermanos: Estamos en la noche del Jueves Santo. Son los momentos más difíciles de la vida de Jesús. Después
de todo el esfuerzo, el Padre le pide que entregue su vida en cruz.

En la oscuridad, Jesús no comprende, todo su ser se revela, ve que sin su presencia sus apóstoles se dispersarán, como
ovejas sin pastor, ve que toda su obra se viene abajo. Y sin embargo, el confía en el Padre y se pone en manos de sus
perseguidores con la paz de saber que la voluntad de Dios ha de cumplirse.

Acompañando a Jesús en su oración, algunos de sus apóstoles nos van a contar que sintieron ellos aquella noche. Eran
hombres débiles y pecadores y lo que vamos a escuchar muy bien pudieron ser sus experiencias, y desde luego, han
sido y son las nuestras en muchos casos.
Cantos:
-Junto a Ti al caer de la tarde
-Cantemos al amor
-Dios está aquí
-Vaso nuevo
-Oh Señor delante de Ti

2. MONICIÓN AL PRIMER APÓSTOL


Entre los que seguían a Jesús estaban los seguros de sí. Tenían formada su idea de lo que Jesús iba a hacer y
esperaban que tomase el trono de Israel por la fuerza y comenzase una nueva época de esplendor y poder. Cuando
Jesús decide morir, se les viene todo abajo . Son los incrédulos los que se desesperan.

2.1 PRIMER APOSTOL:


"Lo que yo sentí fue angustia. ¿Entonces era verdad que él se iba ?. Todas las palabras de aquella cena traían un aire de
despedida. ¡ Este era entonces el final, la desbandada ?

Había que poner fin a aquellos tres años magníficos . Había que cerrar el cofre de los sueños. ! Con lo bien que había
comenzado todo! La gente le seguía como corderillos, hasta nosotros hacíamos ya milagros. Y, de pronto, se acabó.

¿Pero qué habíamos hecho? , para que servía ahora nuestra obra si se la llevaba el viento, ¿No era acaso él el libertador
de Israel? .Todo se me vino abajo. ¿Cuantos éramos los que creíamos en él? Nadie, prácticamente. Y El se iba. Y dejando
todo a medias. No entendía nada, comí el pan, trague el pan, lo devoré , como si en él fuera a encontrar la respuesta . Y
la angustia no se fue.

Canto: (Tú, Señor, me llamas; Libertador de Nazaret)

3. MONICIÓN AL SEGUNDO APÓSTOL

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Algunos de los que iban detrás de Jesús siempre tuvieron miedo. el mensa je revolucionario que Él iba anunciando
les hacía temer de todo y de todos. Con la muerte de Jesús se acentúan sus temores. Huyen porque son débiles.

3.1. APOSTOL SEGUNDO


“El amor, eso era lo que a mí me asustaba. Todas sus palabras hablaban de amor, sobre todo aquella noche. Y mi corazón
estaba lleno de odio. Él decía:" Amaos los unos a los otros " Y yo no sabía amar. Amarle a Él era fácil. ¿Pero era posible
amar a Judas? Me conocéis, me gustan las verdades tajantes, el agua clara. Por eso nunca pude amar a Judas. Más aún,
no comprendía que Él le amase. Me hubiera gustado que lo desenmascarase abiertamente. Si Él lo hubiera dicho
abiertamente durante la cena, Judas no hubiera podido hacer lo que hizo.

Más tarde comprendí el amor. Comprendí que lo que yo llamaba agua clara era solamente egoísmo, que lo que llamaba
defensa de la verdad era solo violencia y que El, al morir por amor iba mucho más allá".
Canto: Al atardecer de la vida me examinarán del amor

4. MONICIÓN AL TERCER APÓSTOL


Creer es una aventura. La fe exige coraje, dar un salto, no temer la inseguridad y fiarnos únicamente de Dios. A muchos
les costó aceptar a Jesús pero comprendieron el significado y la grandeza de sus palabras y acciones.

4.1 APÓSTOL TERCERO


"Yo soy un hombre que no sabe creer más que lo que ve y toca, al que no gustan sueños ni misterios, y Él se hacía cada
día más extraño. Todo en sus palabras tenía doble sentido, un trasfondo vertiginoso. Estaba descubriendo demasiadas
cosas a la vez y apenas tenía tiempo de asimilarlas. Era como caer en un tenebroso abismo de luz, con tanta luz que
cegaba. Por eso yo intentaba detenerle, Hacer que explicara las cosas con más tranquilidad. Hablaba de ir a prepararnos
un lugar al que nosotros habíamos de ir algún día. ¿Pero cómo íbamos a llegar ese sitio preparado si ni siquiera sabíamos
por dónde iba a ir El? Pero sobre todo lo del pan me desbordo. Comprendedlo: Alguien coge un trozo de pan, lo bendice
y te lo alarga diciendo: Come esto, esto es mi cuerpo, aquello era algo duro de creer algo se reveló dentro de mí, ¿Se
había vuelto loco? Él no hablaba en parábolas en aquél momento. Sabía lo que decía y estaba diciendo que aquel pan
era su cuerpo.

Lo mastiqué sorprendido era pan, olía y sabía a pan. Me miró profundamente y supe que había adivinado mis miedos,
me invitaba a llegar hasta su alma. Comprendí que tenía que ir hacia El como saltando en la noche. Y de pronto sin que
nada espectacular hubiera sucedido, encontré la FE"

Canto: No adoréis a nadie

5. DINAMICA DEL GRANO DE CEBADA

En nuestro mundo donde no tenemos tiempo para dar nada, donde no tenemos tiempo para lo esencial, es importante
que hoy en los momentos más difíciles de la vida de Jesús, después de su esfuerzo, descubramos y saquemos tiempo
para dar a los demás...para servir.

Por eso, como símbolo hoy entregaremos un grano de cebada a la tierra para que con el tiempo, las lluvias, las tormentas
y el sol, dejen brotar esa nueva espiga de fraternidad que haga renacer en nosotros ese nuevo corazón que nos pedía en
ese momento decisivo.

A continuación vamos a ir enterrando los granos en la maceta como símbolo de cosas que queremos dejar atrás y
cambiar por otras nuevas. Después vosotros mismos podéis continuar enterrando hecho de vuestra vida que también
queráis cambiar por otros nuevos para así convertirnos poco a poco en LUZ DE CRISTO Y LUZ DEL MUNDO.

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Respondemos:
PORQUE DANDO LA VIDA EN COMO SE RECIBE
1 Quiero enterrar hoy aquí el cansancio que he visto reflejado en el rostro de un anciano, para que haga de nuestros
mayores unos hombres felices y sanos.

PORQUE DANDO LA VIDA ES COMO SE RECIBE


2 Quiero enterrar hoy el esfuerzo realizado en los estudios para que tengan su fruto para mí y para los demás.

PORQUE DANDO LA VIDA ES COMO SE RECIBE.


3 Quiero enterrar aquí la fatiga de los trabajadores, para que su trabajo tenga su recompensa y sea solidario con otros.

PORQUE DANDO LA VIDA ES COMO SE RECIBE.


4 Quiero enterrar aquí las lágrimas del niño en su cuna para que crezcan en salud y alegría.

PORQUE DANDO LA VIDA ES COMO SE RECIBE.


5 Quiero enterrar aquí la soledad del hombre sin trabajo para que surja un mundo más solidario.

PORQUE DANDO LA VIDA ES COMO SE RECIBE.


Canto: Cristo nos da la libertad

6. ORACIÓN FINAL
Solo les pido que se amen; no hacen falta otras leyes ni otros ritos;
que se amen unos a otros, que multipliquen los encuentros, las ternuras,
los abrazos y los besos; solo quiero que se amen,
y que pongan en común lo que tienen, lo que son, que dialoguen, que se entiendan.
Solo quiero que se quieran.
Quiero amigos míos, que se sirvan, que se laven los pies unos a otros,
que se acompañen y os ayuden a caminar;
que se curen mutuamente las heridas; que se perdonen y que no dejen a nadie solo.
Regálense mutuamente algún detalle, cosas, gestos, como signo de amistad y de presencia,
como yo hice con ustedes; que lleve nuestra marca y nuestro espíritu;
regálense en todo a nosotros mismos, como un pequeño sacramento
el amor es siempre gracia y presencia.
Ya solo vale el amor. Pero como una condición, una pequeña circunstancia
que deben tener en cuenta: que su amor sea como el mío,
que sirvan y que se amen, como yo lo hice con ustedes. Y nada más

PADRENUESTRO (manos unidas)

8. Silencio

9. Convocatoria para el día siguiente

10. MATERIAL
 Unos cirios representando la oración de los que estamos al lado de Jesús.
 Una maceta o un recipiente (bandeja honda) donde se pondrán los granos de trigo, de cebada, maíz o frijol
 Trigo, cebada maíz o frijol.
 Arena para la maceta o el recipiente

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VIERNES SANTO
A la hora convenida se realizará el santo viacrucis.(por la mañana)
Se necesita:
 Vía crucis con sus estaciones.
 Agua bendita
 El altar de la capilla debe estar desnudo. Sin cruz, sin candelabro ni adornos.
Para los santos oficios se necesita
 El altar debe estar sin mantel
 Se prepara la sede
 Cerca de la puerta del templo o capilla se prepara una cruz grande cubierta con un velo morado.
 Dos velas que acompañarán la cruz
 Cantos: perdona a tu pueblo Señor,, Perdón oh Dios mío, Dolorosa, Pueblo mío
 Pedir que lleven velas para la vigilia pascual

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CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Es conveniente realizar los santos oficios a partir de las 5 dela tarde adoración de la cruz, liturgia de la
Palabra, comunión.
La limosna de este día, se recoge y se envía a la parroquia.

El Viernes Santo la Iglesia celebra la muerte victoriosa de Jesús. En la cruz vemos al Señor y en Él descubrimos la
posibilidad de colmar todas las ansiedades de nuestro mundo. La cruz es la revelación de nuestro destino: el
triunfo de Cristo es la victoria de todos.

PRIMERA LECTURA.

Reflexión: Esperanza en el triunfo.


El Profeta Isaías anuncia el triunfo de Cristo en el poema del siervo de Jahvéh: Mirad, mi siervo tendrá éxito,
subirá y crecerá mucho.
Impresiona el camino que ha de recorrer. Será el varón de dolores. El soportó nuestros sufrimientos y aguantó
nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado, traspasado por nuestras
rebeliones, triturado por nuestros crímenes".

Como recompensa del camino de obediencia y humillación que el Siervo recorrerá, recibirá una descendencia
incontable, será contado entre los grandes, con los poderosos... porque expuso su vida a la muerte y fue contado
entre los pecadores, y él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Acción de gracias.

Damos gracias a Dios Padre. Las profecías se han cumplido en Jesucristo por obra del Espíritu Santo. Nosotros
estamos aquí para proclamarlo. Jesucristo es el Hijo de Dios, Dios como el Padre, que se anonadó y se humilló,
hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por eso. el Padre le ha concedido un nombre sobre todo
nombre, de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble para gloria de Dios Padre.

Adoramos a Cristo muerto en la cruz: ¡Gloria y honor a ti, Señor Jesús! Te reconocemos como nuestro Rey y
Señor. Pertenecemos a tu linaje de gracia y salvación y nos proponemos vivir todas sus exigencias.

SEGUNDA LECTURA.
Reflexión: Firmes en la fe.
San Pablo nos invita a permanecer firmes la fe que profesamos. Cristo es el contenido
central de nuestra fe. Necesitamos profundizar en el conocimiento de Cristo, crecer en
el amor-comunión a Cristo, ser valientes en nuestro comportamiento cristiano. Esto es,
vivir como discípulos de Cristo.
Alegres en la esperanza.
La fe en Jesucristo vigoriza nuestra esperanza. Jesucristo es el Sumo Sacerdote que
penetró los cielos y garantiza nuestra salvación. Jesucristo es el Sumo Sacerdote que se
ha querido identificar en todo con nosotros, excepto en el pecado y que, por eso,
perdona nuestro pecado.
Abiertos a Cristo.
¡Abrid las puertas a Cristo! decía el Siervo de Dios Juan Pablo II. Abrimos las puertas a Cristo cuando nos
convertimos pidiendo perdón de los pecados a los pies del confesor, recuperando la vida sobrenatural de la
gracia; cuando cumplimos los Mandamientos de la Ley de Dios, cuando somos cristianos con todas sus
consecuencias.

No tengamos miedo.
¡No tengamos miedo! Tenemos un Sumo Sacerdote: es Cristo, nuestro Redentor. Es el Mediador que intercede
por nosotros ante el Padre. Es la Víctima que repara la dimensión infinita de nuestros pecados. Reconozcamos
nuestro pecado y pidamos perdón. Sepamos valorar la frecuencia del sacramento de la Penitencia para obtener
el perdón y para fortalecer la perseverancia en la vida de la gracia.
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TERCERA LECTURA.
Reflexión: Postrados a los pies de la Cruz
El Evangelio de San Juan nos narra la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
La Pasión de Cristo es la clave de nuestra fe, esperanza y caridad. Porque Cristo ha muerto por nosotros, hemos
alcanzado el perdón y la salvación. Porque Cristo triunfará sobre la muerte por la resurrección, creemos en su
Persona, esperamos triunfar con El y participar de su resurrección.
En oración y silencio.
La Iglesia se hace silencio y oración para centrarse en la contemplación de la pasión y muerte de Cristo.
Nosotros acogemos las palabras de Cristo en la cruz para guardarlas con en el corazón siguiendo el ejemplo
de María.
Gracias, Señor Nuestro Jesucristo. Pides al Padre que nos perdone porque no sabemos lo que hacemos.
Acuérdate de nosotros que somos débiles. Sabemos que nos abres las puertas de tu Reino. Nos confías al
cuidado maternal de la Virgen Madre y también nos pides que le prestemos atención filial. Te damos gracias
porque nos permites acompañarte en el misterio de tu inmenso abandono y calmar esa sed tan profunda que te
abrasa. Gracias, Señor porque has cumplido todo lo que él Padre te había confiado y entregas tu espíritu en
sus manos...

Adoración de la Santa Cruz


Comunión
despedida

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