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Maquiavelo y su visión del Estado aplicado en

Colombia.
Cinco siglos después de que Maquiavelo hablara por primera vez de
Estado moderno y de como conseguirlo, siguen vigentes muchas de
sus afirmaciones en un país como Colombia. “El amor es un vínculo
de gratitud que los hombres, perversos por naturaleza, rompen cada
vez que pueden beneficiarse” [ CITATION Nic13 \l 9226 ] y no
solamente el amor, sino la mayoría de vínculos afectivos y sociales
que siempre se ven afectados por esa naturaleza egoísta e innata que
habla Maquiavelo.

Basta con ver la historia de Colombia para encontrar ejemplos claros y


concisos antes esta afirmación. Luego de la ‘libertad’ que obtuvo
Colombia al mando del libertador Simón Bolívar, la sed de conquista y
de poder condujo a la creación de dos ramas políticas distintas, de la
mano de Ezequiel Rojas el Partido Liberal y por el otro lado, Mariano
Ospina con el Partido Conservador. Ambos partidos con ansias de
beneficiarse, de aumentar sus capitales y sin importar cuanta sangre
se derramaría.

Según Maquiavelo, el objetivo general de la política es mantener vivo


el poder, no importa por cuanto tiempo, se podría estar hablando de
totalitarismos, similares a los de África en pleno siglo XXI o
totalitarismos fallidos como la Alemania NAZI o la URSS. También es
importante recalcar que para la consecución de este poder se valen
todas las formas de lucha, algo gravísimo para las democracias de hoy
en día. En 1975 cuando fue creada la Kampuchea Democrática o lo
que hoy es Camboya, se vivió uno de los regímenes totalitarios más
sangrientos en toda la historia. No importó matar a miles de personas,
decapitar, difamar y encarcelar sin argumento alguno, siempre y
cuando fuera por el poder y tener un pueblo unido y seguro.

“El fin justifica los medios”, frase célebre del escritor italiano y que
perdura por los siglos de los siglos. Volviendo a Colombia, cuando se
crearon las guerrillas de ideología marxista y leninista, lo primero que
replicaron a Maquiavelo fue la combinación de todas las formas de
lucha, aprobada por el Partido Comunista Colombiano en 1961. Error
garrafal, porque el fin nunca se dio, ni se dará, pero los medios fueron
los que sembraron terror y miseria en el campo colombiano. Así mismo
como lo hicieron las guerrillas, lo ha hecho el Estado colombiano.

Para los años 50, después del asesinato de Gaitán y de la recrudecida


guerra bipartidista, aparecen unos personajes llamados Chulavitas,
paramilitares al servicio del Partido Conservador y de profundas
ideologías religiosas y conservadoras, que tuvieron como función ser
los medios para contrarrestar a los liberales, sin embargo, dichos
medios fueron también pioneros para lo que luego harían las guerrillas
a lo largo del siglo XX en Colombia.

Aunque tampoco se puede olvidar de los paramilitares que surgieron


en los 90. Siguiendo con la premisa de justificar el fin por el medio, los
paramilitares hicieron las masacres más sanguinarias y atroces que se
han podido llevar a cabo en Colombia, claro sin olvidar también la de
las guerrillas. Al igual que las guerrillas, los ‘paras’ buscaban
consolidar un Estado seguro donde vivían y a su vez auspiciar
campañas en pro de los gobiernos que los apoyaban con su brazo
armado, el ejército.

“Después de El príncipe, la política ya no se definirá de acuerdo con


una concepción religiosa ni filosófica. Lo político se independiza
entonces de Dios y del "deber ser" para explicarse como algo que "es
en sí", que tiene esencia propia.” [ CITATION Lui07 \l 9226 ] Aunque la
política se independizara un poco de la religión, nunca se ha querido
despegar totalmente. Cuando se hablan de temas como adopción de
niños por parejas del mismo sexo, de los derechos para las personas
pertenecientes al movimiento LBGTI y de los abortos, la religión
siempre sale a relucir sus involutivos pensamientos, acompañados del
Estado que les hace juego a los movimientos cristianos, hacen que la
religión sea parte del juego de control de masas.

“Un buen político debe ser un gran estratega, perspicaz y astuto, por
ende, un gran gobernante, utiliza la religión como institución que
posee fuerza natural para garantizar la obediencia, el respeto, y la
sumisión del pueblo”. [CITATION Lop \l 9226 ]

Como todo buen político colombiano, en una mano la Constitución


Política y en la otra mano, la Biblia. Aunque también estamos
legitimados por esas concepciones religiosas. En los juramentos de
bandera del Ejercito, en la posesión de un presidente, alcalde o
cualquier cargo público, se alude a la fe de que se harán las cosas
bien, de que no se robarán los activos, de que obedecerán las órdenes
del pueblo y de que se hará con el temor de Dios.
En demasiados, por no decir mayoría de casos, son un saludo a la
bandera. 50 billones de pesos robados en corrupción al año dejan
entrever el irrespeto a las deidades que supuestamente creen y
veneran, y se denota el sentido de manipulación hacía las personas
que están sumisas, aunque vivan felices, seguras pero pobres.

“Hay dos maneras de combatir: una, con las leyes; otra, con la fuerza.
La primera es distintiva del hombre; la segunda, de la bestia”
[ CITATION Nic13 \l 9226 ]. Nicolas intuye que el hombre es una
bestia, que un ser que tiene sed de violencia y de poder desde
siempre.

Por lo tanto el fin se consigue a como de lugar, sin importar y pasando


por encima por algo tan elemental como lo es la moral, ética y la
dignidad humana.

Esa bestia llamado hombre no va a cambiar, es algo innato, es parte


de la evolución, de la selección natural de Charles Darwin. Desde la
expansión de Gengis Khan y los mongoles, como la supremacía del
Impero Romano al principio de nuestra era, la conquista y esclavitud
de los pueblos originarios de las Américas y hasta el fallido intento de
Hitler por tomar Europa.

Para Colombia el mejor ejemplo es el de las guerrillas, pero existen


otros. No dejar llegar a las presidenciales a candidatos alternativos,
que seguramente hubieran cambiado el rumbo del país. Jorge Eliecer
Gaitán en el 1948, Luis Carlos Galán en 1989, Carlos Pizarro
Leóngómez en 1990, Jaime Pardo Leal en 1987, entre otros. Sugerir
quién los mandó a matar sería como disparar un tiro al aire. Pero lo
que si es claro es que con estos asesinatos los Gobiernos siguieron
como si nada, con el poder a cuestas y con ganas de más cada cuatro
años.

Si bien el concepto de Estado, poder, fin y medio para Maquiavelo no


está alejado de la realidad colombiana es interesante recalcar que en
Colombia no ha habido tiranías o Estados totalitarios como en otras
latitudes de América, desde que fue instaurada la democracia.

Porqué si nos posicionamos antes de 1819 se podría estar hablando


de un totalitarismo por medio de la corona española, donde la tiranía,
esclavitud, guerra, sangre y desprecio, fueron pilares fundamentales
para el Virreinato de la Nueva Granada.

“Para afianzarse en el poder, basta con haber borrado la línea del


príncipe que los gobernaba, porque, por lo demás, y siempre que se
respeten sus costumbres y las ventajas de que gozaban, los hombres
permanecen sosegados” [ CITATION Nic13 \l 9226 ] y es que cada vez
que hay nuevo presidente, quieren hacer sus leyes a su manera, así
nos pasamos más de 50 años esperando a que cada Gobierno llegara
a un acuerdo de paz con las guerrillas.

Además, desde el 2002, la línea de poder fue la seguridad y la mano


firme en la legalidad que por poco nos convierte en una tiranía, si es
que no la éramos, pero gracias a la falsedad de Santos esa sed de
poder quedó disuelta y dio pie en pedal para lo que hoy es un hecho a
medias, con problemas y con un arduo camino a recorrer, la paz.
Bibliografía
Lopez, N. L. (2010). EL ESTADO SEGUN NICOLÁS MAQUIAVELO.

Maquiavelo, N. (1513). El Principe.

Schenoni, L. L. (2007). El concepto de lo político en Nicolás Maquiavelo.

CRISTIAN CAMILO TRUJILLO AMAYA. CONSTITUCIÓN POLÍTICA.

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