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2005,Vol
.14,Nº2,3-18 I
SSN 0717-0297
Nelson Valdés, Mariane Krause, Oriana Vilches, Paula Dagnino, Orietta Echavarri,
Perla Ben-
Dov, Roberto Arí
stegui yGuillermo de la Parra
Pontif
icia Universidad Católica de Chile
En el presente artículo se presentan los resultados de una investigación que tuvo como objetivo determinar y
describir el tipo de acciones comunicacionales realizadas por terapeutas y pacientes durante las sesiones de una
terapia grupal.Para esto se utilizó una metodología orientada al descubrimiento empleando un análisis cualitativo
de contenido.En los resultados se incluye tanto la descripción de las acciones identificadas de acuerdo al nivel de
análisis, así como los patrones ideales de secuencia de dichos componentes asociados al cambio y propios de esta
modalidad terapéutica.Finalmente, los resultados son discutidos considerando los principales antecedentes teóri-
This article presents the results of a study aimed to determine and describe the type of communicative actions
made by therapists and patients during the sessions of a group therapy.A discovery-oriented methodology was
applied, conducting qualitative content analysis.Results include the description of the identified actions by levels
of analysis, and their ideal sequential patterns, associated to in-session change and particularly to this therapeutic
modality.Finally, the results are discussed considering the main theoretical and empirical frameworks in
psychotherapy research.
renciación entre las distintas modalidades terapéu- quedando demostrado que la alianza terapéutica, la
ticas en relación a su efectividad (Matt & Navarro, competencia del terapeuta y la adherencia al trata-
1997), así como la necesidad de metodologías más miento, necesitan ser considerados en el diseño de
convenientes que permitieran una mayor compren- las investigaciones en psicoterapia, puesto que in-
sión de los efectos psicoterapéuticos y la formula- fluyen significativamente en el resultado final del
ción de políticas basadas en datos empíricos. tratamiento (Bachelor & Salamé, 2000; Marmar,
Fue entonces cuando se empezó a hablar de la Gaston, Gallagher & Thompson, 1989). Las contri-
‘
paradoja de la equivalencia’
, para hacer referencia buciones positivas del terapeuta y del paciente para
al aparente efecto homogéneo de las distintas in- el desarrollo de la alianza terapéutica son los mejo-
tervenciones psicoterapéuticas, lo que fue inter- res predictores del resultado final (Horvath &
pretado posteriormente como un problema meto- Luborsky, 1993; Keinänen, 1999), lo que confirma la
dológico. Esto trajo como consecuencia el surgi- importancia de analizar por separado las contribu-
miento de tres líneas de investigación:(a) en pri- ciones que hacen el terapeuta y el paciente indivi-
mer lugar, los estudios de los factores de cambio dualmente para el desarrollo de la alianza terapéuti-
inespecíficos (Chatoor & Krupnick, 2001; Krause, ca (McLellan et al., 1994), lo que resulta significativo
1991; Krause, 1992a; Krause, 1992b; Krause, 1993a; si consideramos que hasta hace poco tiempo la res-
Krause, 1993b; Krause, Uribe, W inkler & Avendaño, ponsabilidad del tratamiento recaía prácticamente
1994; Krause, 1995; Krause & W inkler, 1995; Krause sobre el terapeuta.
& Cornejo, 1997; Krause, 1998; Krause, 2005), o En esta misma línea de investigación, Castonguay
más recientemente llamados factores comunes et al. (1996) demostraron la capacidad de dos facto-
(Burlingame & Barlow, 1996; Castonguay, Goldfried, res comunes para predecir el resultado de la terapia:
W iser, Raue & Hayes, 1996; Hubble, Duncan & la alianza terapéutica y la implicación emocional del
Miller, 1999; Oei & Shuttlewood, 1997), cuyo obje- cliente. Estos resultados, junto con los de Asay y
tivo principal es identificar aquellos factores inter- Lambert (1999), acerca de los factores comunes, de-
nos o externos a la terapia responsables del cam- muestran que son los factores asociados con la
bio, y que son a su vez transversales a las distintas alianza terapéutica los más significativos al momen-
modalidades terapéuticas; (b) en segundo lugar to de determinar el éxito terapéutico. Con esto no se
están las investigaciones del proceso terapéutico le resta importancia a los factores de cambio especí-
(Barkham et al., 1996; Hardy, Cahill, Shapiro, ficos, ya que el efecto psicoterapéutico debe ser
Barkham, Rees & Macaskill, 2001; W illiams & Hill, estudiado respetando las teorías que subyacen a
2001), que hacen énfasis en el estudio de la interac- los métodos usados (Eysenck, 1994), es decir, sin
ción entre el terapeuta y el paciente, en el análisis éstas sería casi imposible especificar criterios para
(Goldfried, Raue & Castonguay, 1998; Stiles, Paralelo a la investigación de los factores de cam-
Shapiro & Firth-Cozens, 1990), y más recientemen- bio comunes surgió la investigación del proceso
te en la estructura del discurso durante el proceso psicoterapéutico (Greenberg, 1999; Hill, 1990) que
terapéutico (Czogalik & Russell, 1995); y (c) todos se centró tanto en la interacción terapéutica como
aquellos estudios que proponen modelos que in- en el proceso de cambio experimentado durante la
psicológicos para determinados problemas o des- del proceso terapéutico se diferenciaba en forma re-
órdenes específicos (Chambless & Hollon, 1998). lativamente clara de la investigación del efecto tera-
Considerando que los factores específicos ha- péutico, para después abocarse también al estudio
cen referencia a las técnicas e intervenciones espe- de los resultados de la terapia (Bastine et al., 1989 en
cíficas que caracterizan particularmente a cada mo- Krause, Arístegui & de la Parra, 2002; Marmar, 1990).
dalidad psicoterapéutica (Chatoor & Krupnick, 2001), Esto ha permitido llegar a ciertas conclusiones im-
se ha podido observar que es poca la evidencia em- portantes en cuanto a la relación proceso-resultado
para explicar completamente los cambios observa- 1990; Stiles & Shapiro, 1994), dirigiendo la mirada en
dos durante el proceso terapéutico, y mucho menos los últimos años hacia la secuencia de momentos de
se ha podido demostrar la posible relación entre és- cambio, a partir de la segmentación del proceso mis-
tos y la alianza terapéutica. Esto llevó a considerar mo en episodios que resultan ser significativos
cada vez más a los factores de cambio comunes, (Goldfried et al., 1998; Marmar, 1990). Para esto se ha
PROCESO DE CAMBIO 5
optado por utilizar metodologías de investigación bras de Bastine, Fiedler y Kommer los episodios son
que permiten un análisis sistemático de los datos en el “lapso de tiempo, el segmento o la secuencia den-
secuencia, empezándose a recurrir a metodologías tro de una o muchas sesiones terapéuticas en el que
cualitativas (Stiles, Shapiro & Firth-Cozens, 1990; se espera ocurran cambios significativos”(1989 en
Williams & Hill, 2001), y la combinación de éstas con Krause, Arístegui & de la Parra, 2002, p. 8). Existen
las metodologías cuantitativas. distintas maneras para delimitar los episodios, que
Actualmente, una de las líneas de estudio del pueden durar desde un par de minutos hasta más de
proceso psicoterapéutico ocupa metodologías una sesión, resultando necesario considerar la sub-
“orientadas al descubrimiento”(Hill, 1990; Mahrer jetividad del terapeuta y la del paciente, ya que es-
& Boulet, 1999) con el fin de describir qué ocurre tos últimos pueden estar más interesados en lograr
dentro de las sesiones, y generar así el desarrollo de una solución a sus problemas y sentirse mejor, mien-
modelos teóricos a partir de la formulación y con- tras que para los terapeutas resulta más significati-
trastación de hipótesis que no resultan de teorías ya vo conocer la etiología del problema y su transfor-
inductivo de categorías en función de la perspecti- Se planteó como objetivo general del estudio,
va del paciente o de la observación sistemática, que cuyos resultados se presentan en este artículo, iden-
permiten delimitar episodios de cambio relevantes tificar los componentes del cambio psicoterapéutico,
De acuerdo con lo mencionado anteriormente, adictos que participan de una terapia grupal .
1
dos, tanto de la investigación de proceso como los El acceso al proceso psicoterapéutico fue facilitado
éxito del tratamiento (Bachelor & Salamé, 2000; la conformaban seis pacientes que se reunían una vez por
Farber & Hall, 2002; Horvath, 2000). En este sentido, semana, y que se encontraban en un proceso de tratamien-
alianza terapéutica: la primera y la segunda se refie- do, en el cual había pacientes más antiguos y pacientes más
ren a la confianza y capacidad de trabajo del pacien- nuevos, se procedió a observar la terapia durante cinco
última, al acuerdo entre ambos en cuanto a las metas ques cognitivo-conductual, psicoanálisis y psicoterapia
y procedimientos terapéuticos. Horvath y Greenberg sistémica, configurando así, un enfoque de psicoterapia in-
el lazo personal entre el terapeuta y el paciente, el conductual. Paralelamente a la terapia de grupo, cada pa-
acuerdo entre ambos en relación con las metas y el ciente tiene la posibilidad de participar además en: una
terapeutas y pacientes en base a cinco dimensiones diar se encontraba incluido en un contexto mucho más
que son: unión, compañerismo, confianza, franque- amplio, lo que fue considerado al momento de analizar los
datos.
za e iniciativa del paciente, observándose que algu-
Finalmente, existe el interés de identificar y des- Fondecyt N°1030482 (Krause, Arístegui & de la Parra,
cribir aquellos episodios que cumplen con ciertos 2002), que pretende estudiar procesos de cambio psicoló-
pertos entrenados en una fase piloto previa, realizaron un miento de la necesidad de ayuda.
cambio establecidos previamente a partir de la evidencia tativa de ser ayudado o de superar los problemas).
literatura, o bien, para descartar aquellos que no resultaran 6. Expresión de la necesidad de cambio.
nueva.
considerarse momentos de cambio tenían que cumplir con 12. Reconceptualización de los propios problemas
las siguientes condiciones: (a) que coincidieran con los ante- o síntomas.
cedentes empíricos previos o con la literatura; (b) que el
13. Transformación de las valoraciones y emocio-
cambio se produjera dentro de la sesión; (c) que fuera un
nes en relación a sí mismo u otros.
hecho novedoso; (d) que no hubiera evidencia contradictoria
y; (e) que fuera apoyado por la conducta no verbal del pa- 14. Formación de constructos subjetivos respecto de
ciente. También se procedió a detectar momentos de cambio sí mismo, a través de la interconexión de aspectos
extrasesión a partir de las referencias que el paciente aporta-
personales y del entorno, incluyendo problemas
ba de su contexto de vida cotidiana. En este sentido, era
y síntomas.
necesario que se cumplieran los mismos criterios citados
anteriormente pero, además, que fueran narrados durante la 15. Enraizamiento de los constructos subjetivos en
sesión, que fueran referibles a la terapia de grupo y que fueran la propia biografía.
confirmados por el terapeuta.
16. Construcción de una teoría subjetiva biográfi-
Una vez identificado el momento de cambio, se llevó a
camente fundada sobre sí mismo y su relación con
cabo una segunda etapa, que consistió en rastrear las interac-
ciones previas a los momentos de cambio, con el fin de el entorno (indicador global).
delimitar empíricamente los episodios relevantes intrasesión. 17. Reconocimiento de la ayuda recibida.
Estos episodios fueron delimitados con un criterio temático,
18. Disminución de la asimetría.
es decir, el inicio del episodio lo marcaba el comienzo del
19. Autonomía en cuanto al manejo propio del con-
‘
trabajo’sobre la temática presente en el momento de cam-
bio. Por último, en una tercera etapa se procedió a realizar texto de significado psicológico.
de cambio, con la finalidad de identificar y analizar los com- Y tres indicadores de cambio ‘transversales’ que se
ponentes asociados al cambio psicoterapéutico.
dieron a lo largo del proceso terapéutico:
Los componentes interaccionales de los episodios de
lares (de izquierda a derecha), aún cuando durante la investi- lizó un análisis descriptivo (codificación abierta) de
gación, las distintas categorías se constituyeron a partir de lo las acciones realizadas en el contexto terapéutico de
dios de cambio relevantes, a fin de ejecutar el análi- presentación de los resultados para una mejor compren-
Tabla 2
* Expresar desacuerdo
* Mostrar duda
* Corroborar información
Asociar
Bromear (ironía)
* Corregir comprensión
* Chequear el impacto de
* Solicitar explicación
Defender al otro
* Condensar un contenido
* Detener el discurso
Ejemplificar
Fundamentar
un contenido Generalizar
6.1 A partir de la
* Vincular contenidos
* Cuestionar un contenido
* Cuestionarse a sí mismo
Interrumpir
* Decantar un significado
Modelar
* Indagar afectos
* Expresar desesperanza
Quejar
* Solicitar apoyo
Regalar
Repetir
Reproducir diálogo
Resumir
Utilizar metáforas
Utilizar paradojas
Valorar
Nota: todas estas categorías fueron el resultado del análisis de contenido de los distintos episodios de cambio ocurridos durante la
sesión. Las “intenciones comunicacionales” están ordenadas según “estrategias”, mientras que las “técnicas” y las “formas
dojas. La “técnica” justificar, en cambio, sólo es uti- Por último, se observó la existencia de catego-
lizada por los pacientes, y se refiere a excusar una rías que se agruparon bajo el nombre de “formas
acción propia con razones convincentes. Es posible básicas”, y que tienen que ver con la dimensión de
observar que en una misma intervención se utilice análisis correspondiente a un nivel de estructura lin-
más de una “técnica”, que dos “técnicas” específi- güística más formal. Al contrario de las otras catego-
cas se den juntas, o bien, que no exista ninguna rías encontradas, en este nivel de análisis no se dife-
utilizan las cuatro “formas básicas” que son las si- carse el momento del cambio las “estrategias” más
guientes: asentir, aseverar, negar y preguntar. frecuentemente realizadas son resignificar y orien-
A continuación se presentarán los patrones idea- comunicacionales” que las conforman, ya que, si
les de secuencia, identificados en cada uno de los bien una misma “estrategia” puede darse al inicio,
cuatro niveles de análisis. Tal y como se mencionó durante o al final de un mismo episodio, pueden ser
en la metodología, estos patrones ideales deben ser diferentes las “intenciones comunicacionales” en
entendidos como construcciones conceptuales que cada uno de estos momentos. En otras palabras, son
sintetizan las secuencias de interacción más frecuen- estas últimas las que permiten discriminar mayor-
tes en cada uno de los episodios de cambio analiza- mente un momento de cambio.
Patrón de secuencia ideal en las “estrategias”. sodio se caracteriza por la realización de “estrate-
El análisis de proceso de la interacción terapéutica gias” como explorar y clarificar por parte del tera-
permitió observar ciertos patrones de secuencias en peuta o de los pacientes en el rol de co-terapeuta, lo
las “estrategias” realizadas, que permiten discrimi- que lleva al paciente a responder con la misma “es-
nar el momento de cambio a partir de éstas. Al inicio trategia” utilizada por el otro, o bien, puede suceder
de los episodios se realizan más las “estrategias” que el terapeuta realice la “estrategia” de explorar y
explorar, clarificar y focalizar, mientras que al acer- el paciente realice la “estrategia” de clarificar. Esto
Contexto extrasesión (terapia individual, terapia familiar y terapia de pareja) y contexto extraterapéutico
Terapeuta Co-
terapeutas Pacientes
- Solicitar información
e Re t r o a l i m e n t a r Re s i gn i f i c a r
x - Comparar
t contenidos Re s i gn i f i c a r
- Dar un nuevo
o - Criticar o validar - Contradecir información
significado
MITAD del episodio de cambio al paciente - Mostrar oposición a un contenido
i - Vincular
n contenidos
Orientar en la
t acción
- Enriquecer
r - Proponer realizar
nuevos
a una conducta
significados Re s i gn i f i c a r
s
- Aceptar inicial o
e
parcialmente un contenido
S I N T O N ÍA
s
i
Re s i gn i f i c a r
Re s i gn i f i c a r
Re s i gn i f i c a r
ó
- Consolidar un significado
- Aceptar totalmente un
- Consolidar un significado
n
contenido
Orientar en la acción
conceptual que sintetiza la secuencia de “estrategias” e “intenciones comunicacionales” realizadas por los
refleja la necesidad de, primero, presentar conteni- lograr la sintonía entre ellos y con el paciente, para
dos nuevos para, posteriormente, clarificarlos. que, sobre esta base, puedan empezar a realizarse
sintonizar, entendida como todas aquellas acciones Cabe mencionar que no siempre un episodio de
realizadas con la finalidad de lograr una armonía cambio está conformado por un solo segmento de la
afectiva y un entendimiento mutuo entre los miem- sesión, sino que, dentro de una misma sesión, pue-
bros del grupo, aparece a lo largo de todo el episo- den darse varios segmentos no continuos sobre el
dio, como una especie de condición a nivel comuni- mismo tema , quedando segmentos de la sesión que
5
cacional que permite la realización de todas las de- no están directamente relacionados con el tema tra-
A mediados del episodio, es posible observar por lo que el terapeuta recurre a la “estrategia” de
del grupo (generalmente los que llevan más tiempo Llama la atención que, generalmente, se dan en
en el programa) en los que se intercambian acciones forma paralela las “estrategias” de resignificar y
tendientes a resignificar que, paralelamente a las retroalimentar, como si de alguna manera existiera
acciones de sintonizar, pueden llegar a tener un efec- una relación directa entre estas dos, por ejemplo,
to positivo y facilitar el momento de cambio, hacien- que para la construcción de nuevos significados de
do que el paciente realice también acciones tendien- determinados contenidos sea necesaria la “estrate-
tes a resignificar (al final del episodio). Podríamos gia” de retroalimentar, aunque también podría ser
pensar que, sobre la base de esta sintonía, los pa- que una manera de comprobar si la resignificación
cientes con el rol de co-terapeutas van construyen- se está llevando a cabo o no, sea por medio de la
paciente que está en dicho rol. Por último, en los episodios cuyo momento de
El terapeuta incluso utiliza la “estrategia” de ex- cambio tiene que ver más con la manifestación de
plorar junto a la “técnica” de alentar, con los pa- una conducta nueva en el contexto extraterapéutico
cientes en el rol de co-terapeutas, para que éstos (por ejemplo, comunicar a la familia de una situación
puedan retroalimentar al paciente a partir de lo que de riesgo), las acciones que se realizan y que pare-
éste ha contado durante la sesión. En estos casos cen estar asociadas a dicho cambio, generalmente
suele repetirse un mismo patrón circular de “estrate- se asocian con acciones tendientes a resignificar
gias”: retroalimentar al paciente y realizar acciones (por ejemplo, tomar la decisión de comentar una si-
tendientes a resignificar. Al final de estas interven- tuación de riesgo). Por esta razón, al final de estos
tegia” de explorar con el paciente, quien responde miento siempre está precedida de acciones tendien-
con acciones tendientes a resignificar, lográndose tes a resignificar, como si de alguna manera, las pri-
Como se mencionó anteriormente, los pacientes Patrón de secuencia ideal en las “intenciones
un significado nuevo que luego entregarán al pa- te, las “intenciones comunicacionales” hacen refe-
ciente, atentos siempre de observar si éste lo acepta rencia a una dimensión de análisis que clasifica la
o no. Sin embargo, en un primer momento (más hacia naturaleza del acto comunicacional realizado, es de-
el inicio del episodio y a mediados de éste) las accio- cir, tienen que ver con lo que pretende la persona que
nes tendientes a resignificar se caracterizan por las realiza, comunicacionalmente hablando. La Figu-
cuestionar los significados, hasta que, hacia el final ra 1 también permite observar ciertos patrones de se-
del episodio, y sobre la base de que existe una cuencia en las “intenciones comunicacionales” reali-
sintonía comunicacional, ambos realizan acciones zadas, lo que hace posible discriminar el momento de
los contenidos. En cambio al obtener, por parte del aparece a lo largo de todo el episodio como una espe-
paciente, acciones tendientes a cuestionar los con- cie de condición a nivel comunicacional, que permite
tenidos, los pacientes en el rol de co-terapeutas de- la realización de todas las demás “estrategias”.
Al inicio de los episodios de cambio, tanto el un mayor nivel de elaboración de los contenidos,
terapeuta, como los pacientes en el rol de co-tera- razón por la cual les resulta fácil adoptar, en un mo-
peutas, realizan las acciones de solicitar y/o verifi- mento determinado de la sesión, el rol de co-tera-
car información del paciente, mientras que este últi- peutas. Adicionalmente y, a diferencia de los que
mo responde ampliando y/o especificando conte- llevan menos tiempo en el programa, cuando asu-
nidos con el propósito de explorar y/o clarificar los men el rol de pacientes propiamente tal, son capaces
mismos. Puede darse el caso de que al inicio del de realizar acciones para sí mismos como: darse a sí
episodio se empiecen a realizar acciones tendientes mismos nuevos significados y vincular contenidos
a resignificar, por parte de los participantes, sin propios. Es decir, logran construir nuevos significa-
embargo, mientras el terapeuta o los pacientes en el dos a partir de las intervenciones de los otros miem-
rol de co-terapeutas realizan acciones tendientes a bros del grupo, pero también a partir de su propia
cuestionando los mismos. No es sino hasta el final También queda claro que, ni el terapeuta ni los
del episodio cuando, por lo general, ambos logran pacientes en el rol de co-terapeutas, parecen con-
participar activamente en el establecimiento de nue- formarse con una aceptación inicial por parte del
Los pacientes en el rol de co-terapeuta, entre paciente logra aceptar completamente el significa-
ellos y con el paciente, realizan acciones tendientes do nuevo durante la sesión. De hecho, muchas ve-
a resignificar (sobre todo a mediados del episodio) ces la “intención comunicacional” realizada por el
tales como: dar un nuevo significado a un conteni- paciente durante un momento de cambio, es confir-
do, vincular contenidos y fortalecer un nuevo sig- mada y reforzada en otro momento posterior, con
nificado. Sin embargo, una de las acciones que sólo otra “intención comunicacional” relacionada.
realizan los co-terapeutas entre ellos, es enriquecer Patrón de secuencia ideal en las “técnicas”.
un nuevo significado en cada una de sus interven- Recordemos que las categorías agrupadas bajo el
ciones o a partir de la intervención realizada por otro nombre de “técnicas” son aquellas que hacen refe-
co-terapeuta; mientras que el paciente suele respon- rencia a distintos recursos metodológicos de los
der con la acción de aceptar inicial, parcial o total- componentes interaccionales, y que algunas coinci-
mente los contenidos presentados. Estas acciones den con las técnicas psicoterapéuticas de un mode-
generalmente se van alternando en cada una de las lo o escuela, mientras que otras son propias del len-
intervenciones de los pacientes en el rol de co-tera- guaje cotidiano. Aunque no es posible anticipar un
peutas, realizando las mismas acciones o acciones momento de cambio a partir de las “técnicas” utiliza-
que complementan las del otro. das por los miembros del grupo, puesto que éstas
Hay ocasiones en las que el paciente expresa son utilizadas a lo largo de los episodios, la Figura 2
acuerdo ante los contenidos contradictorios presen- muestra la existencia de ciertos patrones de secuen-
tados por otros, sin embargo, de alguna manera, el cias en las “técnicas” realizadas a lo largo del episo-
pacientes en el rol de co-terapeutas siguen realizan- La mayoría de los episodios analizados inicia con
do algunas de las acciones que antecedieron dicho acciones del terapeuta para explorar contenidos
cambio, para confirmarlo y reforzarlo con una mayor nuevos, utilizando la “técnica” de alentar al pacien-
resignificación de los contenidos. Este es otro pa- te a que presente algún tema o situación experimen-
trón de secuencia que se repite en casi todos los tada durante la última semana. Cuando el terapeuta
episodios de cambio de esta modalidad terapéutica, o paciente en el rol de co-terapeuta solicita al pa-
sin embargo, al momento de delimitar los episodios ciente que clarifique determinado contenido, y éste
estas acciones de los co-terapeutas quedaron fuera lo hace, pero dicho contenido sigue sin estar total-
del análisis, ya que se cerró el episodio con el mo- mente claro, por lo general recurren a utilizar la “téc-
Otro detalle que se observó, es que los pacien- tes, para entregar elementos nuevos, suelen utilizar
tes que tienen más tiempo en el programa presentan las “técnicas” ejemplificar y fundamentar. Cuando
Contexto extrasesión (terapia individual, terapia familiar y terapia de pareja) y contexto extraterapéutico
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Figura 2. Patrones de secuencia ideales en las “técnicas”. Construcción conceptual que sintetiza la secuencia de
“técnicas” realizadas por los participantes de la terapia de grupo, en los episodios de cambio.
embargo, al f
inal de los episodios, cuando se utili- de lo que dij
o.También utiliza la misma “técnica”
zan a la vez las “técnicas” de confrontar ypersua- con los otros miembros del grupo para que éstos
a repetir la verbalización del otro, como “técnica”; paciente durante la sesión.Esta intervención del te-
esto, sobre la base de que existe en ese momento rapeuta siempre va seguida de la “estrategia” de
una sintoní
a comunicacional entre ambos. retroal
imentar al paciente por parte de los otros
En su interacción, los pacientes que en determi- miembros del grupo, utilizando para ello distintas
nado momento del episodio asumen el rol de co- “técnicas” como autorrevel
ar, advertir, persuadir
terapeutas, siempre recurren a la “técnicas” de in- y fundamentar con razones, con el propósito de
sistir yenfatiz
ar la intervención de otro co-
terapeu- mostrar empatí
a al paciente;como si de alguna ma-
ta, que por lo general ha utilizado “técnicas” como: nera la propia experiencia o la experiencia de los que
autorrevel
ar, aconsejar, persuadir o advertir.Esto, han logrado rehabilitarse resulta ser un motivo más
de alguna manera permite que quien haya venido convincente, que aquél que pueda entregar el mis-
Hayocasiones en las que el terapeuta utiliza a la tas utilizan las “técnicas” de aconsejar yadvertir,
vez las “técnicas” de confrontar al paciente con su principalmente con aquellos contenidos relaciona-
extraterapéutico de éste al resto del grupo, con la mostrarle al paciente la necesidad de cambio;yla
f
ía, generalmente concluyendo la intervención con darle sentido a los contenidos mostrados.
14 VALDÉS, KRAUSE, VILCHES, DAGNINO, ECHAVARRI, BEN-DOV, ARÍ
STEGUI Y DE LA PARRA
Cuando los pacientes en el rol de co-terapeutas ra que sean éstos los que utilicen la “técnica” con-
interactúan entre ellos, lo hacen creando o compar- frontar más enérgicamente al paciente, sobre todo
tiendo significados que, aún cuando el principal cuando este último utiliza la “técnica” de justificar.
objetivo es entregárselos después al paciente, utili- Esto es congruente con el enfoque terapéutico utili-
zando para ello “técnicas” específicas, también se zado por la terapia de grupo, en la cual el terapeuta
modifican los propios constructos a partir de asume en todo momento un rol de facilitador.
resignificar las propias experiencias. Llegado el Patrón de secuencia ideal en las “formas bási-
momento, el terapeuta presenta al paciente un nue- cas”. Como se mencionó, las categorías que con-
vo significado, utilizando para ello generalmente forman la dimensión denominada “formas básicas”
ción de alguno de los co-terapeutas. formal, por lo que todos los miembros del grupo uti-
Por último, existen ciertas “técnicas” asociadas a lizan las cuatro categorías establecidas. Aunque tam-
determinados roles dentro del grupo. Por ejemplo, partir de las “formas básicas” utilizadas por los miem-
cuando se realizan acciones para orientar el compor- bros del grupo, puesto que no permiten diferenciar
tamiento, tiende a utilizarse más frecuentemente “téc- completamente las acciones de los terapeutas (
o
nicas” como aconsejar o instruir, siempre y cuando pacientes en el rol de co-terapeutas)y los pacientes,
el significado de la conducta a cambiar haya sido la Figura 3permite observar ciertos patrones de se-
resignificado previamente. La “técnica” enfatizar, por cuencias en las “formas básicas” realizadas a lo lar-
otro lado, es más frecuente entre los pacientes en el go de los distintos episodios analizados.
rol de co-terapeutas, y está muy relacionada con la A lo largo de los episodios, a pesar de que todos
“técnica” confrontar. El terapeuta, en cambio, procu- los miembros del grupo en la interacción hacen uso de
Contexto extrasesión (terapia individual, terapia familiar y terapia de pareja) y contexto extraterapéutico
P r e gu n t a r
Aseverar Aseverar
C
Narrar
o
P r e gu n t a r
n
SINTONÍA
t
x
Alternancia de Alternancia de
t
“f
ormas básicas” “f
ormas básicas”:
o
P r e gu n t a r Aseverar Aseverar n
Aseverar
Figura 3. Patrones de secuencia ideales en las “formas básicas”. Construcción conceptual que sintetiza la
secuencia de “formas básicas” realizadas por los participantes de la terapia de grupo, en los episodios de cambio.
PROCESO DE CAMBIO 15
las distintas “formas básicas”, casi siempre se inician existía ningún estudio que fuera tan específico so-
los episodios con la “forma básica” de preguntar por bre los componentes asociados a los momentos de
parte del terapeuta o pacientes en el rol de co-terapeu- cambio, pero sí sobre el cambio psicoterapéutico,
tas, mientras que al final del episodio, el momento de cuyos resultados permitieron guiar las primeras eta-
cambio está caracterizado siempre por la utilización de pas de esta investigación. Uno de los aportes de la
la “forma básica” aseverar, por parte del paciente. investigación fue establecer los criterios mínimos
permitió observar que, frecuentemente, la “forma cambio intrasesión, tales como: la correspondencia
básica” de preguntar va seguida de la “forma bási- teórica, actualidad, novedad y consistencia; así como
ca” asentir, negar o aseverar. En otras ocasiones la la utilización de la conducta no verbal como parte de
“forma básica” aseverar está precedida por las “for- esta última.
mas básicas” negar o asentir que, por lo general, Fue posible, en una primera etapa, confirmar la
tienen el propósito de corroborar un contenido. mayoría de los indicadores preestablecidos así como
También se observó que la utilización de la “for- establecer cierto orden o secuencia de aparición de
ma básica” aseverar, por parte de alguien en el gru- estos indicadores de cambio acorde a la evolución
po, va seguida de un aseverar por parte de otro; así del proceso terapéutico de cada participante. Esto
como el hecho que la “técnica” de completar la fra- último, coincide con los trabajos de J
acobson y Truax
se siempre se realiza utilizando la “forma básica” de (1991), quienes afirman que el proceso de cambio
aseverar para concluir una aseveración realizada por total es el resultado de cambios sucesivos y progre-
En la interacción entre los pacientes con el rol de ciertos indicadores se dan a lo largo de todo el pro-
co-terapeuta se observa un intercambio de “formas ceso terapéutico, más específicamente, aquellos re-
básicas” tales como aseverar, asentir, negar, hasta lacionados con: la aceptación del contexto de signi-
que en determinado momento uno de ellos realiza ficado psicológico como marco de trabajo, el reco-
una pregunta al paciente. Las “formas básicas” asen- nocimiento de la propia participación en el proceso
tir y negar, permiten la realización de acciones rela- terapéutico y el fortalecimiento del vínculo terapéu-
otras “formas básicas” como aseverar y preguntar, Los momentos de cambio más frecuentes en esta
permiten la realización de acciones más relaciona- modalidad terapéutica coinciden, por un lado, con
das con los contenidos trabajados durante la sesión los trabajos de Elliott y James (1989), quienes con-
y hemos mencionado, que la sintonía comunicacional cluyen que el resultado experimentado con mayor
entre los miembros del grupo parece facilitar la cons- frecuencia por los pacientes es el entendimiento de
trucción de significados tanto entre los pacientes sí mismo (insight), el ser guiado, la autorreflexión y
en el rol de co-terapeuta, como con el paciente. De el asumir la responsabilidad; y, por otro lado, con
esta forma, aunque la “intención comunicacional” los estudios de Greenberg y Malcolm (2002), quie-
sea distinta entre los miembros del grupo que nes demostraron que los pacientes que manifiestan
interactúan, o incluso opuesta, es posible observar un cambio de opinión con respecto a sí mismo y a
un mismo patrón en las “formas básicas”. los demás son los que, por lo general, obtienen re-
El estudio se enmarcó dentro de una investiga- tas creencias y actitudes, pueden empezar a adquirir
ción de proceso, puesto que puso el énfasis en el la sensación de que tienen cierto dominio sobre su
éstos con el terapeuta, durante los distintos episo- La evidencia teórica demuestra que existen dis-
dios relevantes de cambio analizados (Goldfried et tintas perspectivas para delimitar episodios relevan-
al., 1998; Marmar, 1990; Stiles et al. 1990). Se utilizó tes de cambio, tales como: la del paciente, la del tera-
una metodología cualitativa orientada al descubri- peuta, la de observadores expertos, a través de ins-
miento, que hizo posible el desarrollo inductivo de trumentos de medición, o bien, la combinación de
categorías en función de la observación sistemática las anteriores (Bastine, Fiedler & Komer, 1989 en
y el análisis sistemático de los datos en secuencia. Krause, Arístegui & de la Parra, 2002). En este caso,
Es necesario mencionar que hasta el momento no los episodios se delimitaron a partir de la perspecti-
16 VALDÉS, KRAUSE, VILCHES, DAGNINO, ECHAVARRI, BEN-DOV, ARÍSTEGUI Y DE LA PARRA
va de observadores entrenados, utilizándose el cri- y las “intenciones comunicacionales” que las con-
En cuanto a la identificación y análisis de los to de cambio. Hay que mencionar que, aún cuando
componentes interaccionales asociados al cambio los patrones ideales aquí propuestos son ilustrativos
psicoterapéutico, los resultados demuestran que, más que definitivos, cada uno de ellos sintetiza las
durante la sesión, tanto el terapeuta como los pa- secuencias de interacción más significativas en cada
cientes realizan distintos tipos de acciones, lingüís- uno de los episodios de cambio analizados, por lo
tica y comunicacionalmente hablando. A estas ac- que resultan convenientes, al menos, para cierto tipo
ciones se les denominó componentes interaccio- de generalizaciones como el hecho de estar asocia-
nales. El análisis cualitativo de contenido permitió dos con formas de influencia y cooperación en las
clasificar dichas acciones de acuerdo a tres niveles reuniones de grupos (Mergenthaler & Bucci, 1999).
de análisis, dependiendo de su nivel de profundi- Uno de los hallazgos más significativos, y que
dad o superficialidad: “intenciones comunicacio- sirve de marco dentro del cual se generan las distin-
nales”, “técnicas” y “formas básicas”. El primer ni- tas intervenciones realizadas por los terapeutas y
vel de análisis pudo ser agrupado a su vez en base a por los pacientes durante los episodios de cambio,
un denominador común, conformándose ocho “es- se refiere al ajuste comunicacional y emocional que
trategias”, que son: sintonizar, explorar, clarificar, debe existir entre los participantes de este tipo de
focalizar, retroalimentar, resignificar, trabajar lo terapia. Los resultados permiten concluir que, esta
afectivo y orientar el comportamiento. Estos resul- sintonía es la base para que se desarrolle una rela-
tados apoyan las investigaciones de Karasu (1986), ción de confianza entre los miembros del grupo, que
puesto que las “estrategias” encontradas abarcan posibilita la construcción de nuevas formas de in-
los dominios cognitivo, afectivo y conductual. Sin terpretar la realidad. Lo anterior está muy relaciona-
embargo, no sólo se consideraron las “intenciones do con la aceptación del contexto de significado
comunicacionales” del terapeuta y de los pacientes, psicológico (Hardy et al., 1995; Keinänen, 1999;
sino que también se analizó la interacción entre am- Krause, 1992b), el compromiso y la motivación por
bas. En este sentido, los resultados encontrados van parte de los pacientes (Corey, 1995), lo cual resulta
más allá de los estudios realizados hasta la fecha, fundamental para el trabajo que se realiza durante
los cuales sólo habían analizado las intenciones im- las sesiones en este tipo de terapia.
plícitas de los pacientes y terapeutas por separado. Finalmente recordamos que los resultados de
La segunda dimensión de análisis agrupa bajo el esta investigación, por encontrarse inserta en un
nombre “técnicas”, todas aquellas acciones que proyecto de investigación mayor sobre cambio en
hacen referencia a los distintos recursos metodoló- psicoterapia (Krause et al., 2002), seguirán some-
gicos de los componentes interaccionales, algunas tiéndose a la contrastación empírica con otras mo-
de los cuales coinciden con las técnicas psicotera- dalidades terapéuticas, con el objeto de determinar
péuticas propias de modelos terapéuticos específi- los componentes interaccionales comunes a todas
cos, y otras, son más propias del lenguaje cotidiano. ellas y de analizar “episodios de no cambio”.
categorías identificadas: asentir, aseverar, negar y W ashington, DC: American Psychological Association.
tan las distintas acciones realizadas, tanto por los Barkham, M ., Rees, A., Shapiro, D. A., Stiles, W . B., Agnew,
(
1996)
. Ou t c o m e s of time-
limited p s y c ho t he r a p y in
como por los pacientes, durante los episodios de
applied settings: Re p l i c a t i n g t he Se c o n d She f f i e l d
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