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EFECTOS E INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO

EFECTOS DE LOS CONTRATOS

Comenzaremos el desarrollo de esta lectura refiriéndonos a los efectos que se derivan de la


celebración de un contrato. En otras palabras, cuáles son las consecuencias jurídicas que
trae aparejado el perfeccionamiento de los contratos.

El Código Civil y Comercial prevé una regulación concreta para este tema, que redundará en un
estudio más ordenado de los puntos que trataremos a continuación. Así es que el Capítulo 9,
del Título 2, del Libro Tercero se denomina “Efectos”.

EFECTOS RELATIVOS

Este es uno de los principios claves en el derecho de contratos. El Código no se aparta en este
sentido de la anterior regulación, aunque establece una regulación más ordenada en cada
uno de sus artículos, como veremos a continuación en las siguientes secciones. En el Código
civil, este principio del efecto relativo de los contratos estaba contemplado del siguiente modo:

Los efectos de los contratos se extienden activa y pasivamente a los herederos y sucesores
universales, a no ser que las obligaciones que nacieren de ellos fuesen inherentes a la
persona, o que resultase lo contrario de una disposición expresa de la ley, de una cláusula del
contrato, o de su naturaleza misma. Los contratos no pueden perjudicar a terceros.1
REGLA GENERAL

La regla general, que da sentido al denominado “efecto relativo de los contratos”, es que el contrato solo
tiene efectos, es decir, produce las consecuencias jurídicas propias de cada tipo de contrato, para las
partes contratantes, pero no así para los terceros (entendiendo a los terceros como aquellos que no son parte
del contrato). Esta es, entonces, la regla general, aunque pueden existir excepciones previstas por la ley.

Art. 1021. — Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene con
respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley.

 Rivera – Medina CCyC: La voluntad que genera obligaciones para las partes es en principio una
voluntad bilateral que obliga, en principio, solo a quienes contrataron. Si hay libertad para
obligarse, tambien hay deber de respetar la palabra empeñada (Lorenzetti). La autodeterminación
para generar una norma juridica no puede tener, sino en principio, efectos que alcancen a quienes
crearon la relación contractual. La autonomia de la voluntad genera normas individuales solo
aplicables a quienes intervinieron en el negocio juridico. Pero también el contrato es un hecho
social, porque repercute en el medio que actuaron las partes y no puede ser considerado como
inexistente frente a quienes no intervinieron a su celebración. Las partes en su contrato modifican
algo de ese entorno, creando valores, transfiriendo riquezas, es que todo ello no podria realizarse
si el convenio no tuviera incidencia en el medio que interactuan. Se habla de los efectos
subjetivos de los contratos para distinguir entre quienes producen las relaciones juridicas
patrimoniales que derivan del consentimento contractual, el principio general en la materia es el
efecto relativo de los contratos (res inter alios acta…o la cosa concluida entre algunos no puede
dañar ni aprovechar a otros).

 Relatividad del contrato: Limitación de los efectos contractuales a los sujetos contratantes,
y solo concierne a éllos sus efectos internos, es decir a los derechos y obligaciones que
determinan el acuerdo.

 No debe entenderse que las convenciones no rpercuten de distintos u otros modos sobre
terceros, sino que simplemente NO hacen nacer para ellos derechos y obligaciones, pues
el contrato como ley particular se circumscribe a los contratantes, a diferencia de las
normas legislativas.

 Stiglitz opina que porta una “eficacia general” porque todos están obligados a reconocer
esos efectos entre las partes.

 Carlos Hernández en Lorenzetti CCyC:

 1- Cuestión metodológica: el texto, da comienzo a la regulacion de los efectos del contrato,


que el CCyC organiza en cinco secciones, comenzando la primera con el “efecto relative
de los contratos”. Supera al CC, en cuanto ordena lógicamente los principales aspectos.
 2- Efecto relativo antecedentes: el principio de efecto relativo, proviene del derecho
romano justineaneo, a partir del “res inter alios acta vel pudicata, alteri nec prodest, nec
nocet”. Posteriormente en la época de la codificación ese principio fue afirmado
apelándose a la autonomía de la voluntad, no se concebia que dos personas pudieran, por
su sólo consentimiento, convertir a otra en acreedor o deudor sin su aprobación. Las
partes son libres para estipular cuanto consideren oportuno a sus intereses y cuando así lo
hacen, sus acuerdos habrán de tener eficacia entre ellas, no siendo posible que
perjudiquen ni beneficien a terceros.

 Alcances del contrato. Horizontes actuales: La relatividad que se predica para los efectos
del contrato, importa reconocer la existencia de dos categorías de sujetos: las partes y los
terceros, sobre las cuales el CCyC establece soluciones especiales a las que se remite
(arts. 1022 y 1023). La formula supera la del CC, no sólo por cuanto principia claramente
por la afirmación de la regla, sino también porque no le concede a la misma carácter
absoluto – introduce la excepción proveniente de la ley- lo cual se expresa en muchas
normas relacionadas como el art. 1073 y ss.

 Alcances del principio: ha existido un tradicional consenso en cuanto a la necesidad de


distinguir entre efectos directos e indirectos del contrato, es una diferenciación a la que el
art. 1021 no recurre directamente, pero que surge de una hermenéutica sistemática de las
soluciones que trae el legislador. Los efectos indirectos conciernen a la snecesidad de los
terceros de respetar el contenido del acuerdo de las partes, en la medida que no los grave
o perjudique, guardando una obligada convivencia con el principio alterum non laedere –
art. 1076 del CCyC- el crédito es, también como la relación real […] un derecho absoluto:
no en el sentido de que los terceros están llamados a cumplirlo sino en el que todos los
terceros tienen el deber de respetarlo no dañándolo injustamente. Se ha dicho que si el
tercero causa un perjuicio al contratante, hay responsabilidad extracontractual, por lesión
al crédito, a las expectativas contractuales […] El bien jurídico protegido es el contrato
como posición juridica o hecho jurídico. En cuanto a los efectos “directos”, por su parte,
dan cuenta del plan prestacional emergente del negocio y se proyecta sobre las partes,
salvo disposición legal que autorice su extensión a terceros, como puede pasar en la
estipulación en favor de un tercero (art. 1027), y más intensamente con la conexidad
contractual al reconocer la expansión o privación de ciertos efectos directos de un contrato
hacia otros con los cuales se encuentra vinculado (arts. 1073, 1074 y 1075), aceptando la
unidad negocial que hace partícipes a todos los interesados. Acá tenemos un punto
interesante de contacto y diálogo con el régimen especial de defensa del consumidor,
dentro de la cual la conexidad de acepta con mayor frecuencia y naturalidad (art. 1092, y
arts. 4°, 5°, 36 y 40, ley 24.240). El artículo atiende a la marcada complejidad bajo la cual
los negocios se formalizan y expresan. La apertura a estas nuevas fronteras, lejos de
erosionar la seguridad jurídica, contribuye a su afianzamiento.
CCYC LORENZETTI.

CAPITULO 9.

EFECTOS.

SECCION 1°.

EFECTO RELATIVO.

Art. 1021. Regla general. El contrato sólo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene respecto
de terceros, excepto en los casos previstos por la ley.

 La norma se ocupa del efecto relativo que rige en las relaciones contractuales, constituyendo
una regla directamente vinculada al principio de eficacia vinculante. Enuncia a los protagonistas
principales del contrato, las partes, las cuales contrapone a terceros, respecto de los cuales sus
efectos directos no los alcanzan, salvo supuestos de excepción reconocidos legalmente. Así la
disposición se articula con otros efectos como la “conexidad contractual”.

 Concs: Concepto de contrato (957), efecto vinculante (959); situación de los terceros (1022),
parte del contrato (1023); sucesores universales (1024); incorporación de terceros al contrato
(1025 y ss); contratos conexos (1073 a 1075), acciones del subcontrato (1071). En la regulación
de los contratos ver 1332 responsabilidades, acciones y garantías en la adquisición del leasing.
Leyes especiales art. 40 de la Ley N° 24240 (art. 4, 5, 36,40).

 El texto da comienzo a la regulación de los efectos del contrato, el CCyC organiza en cinco
secciones, coenzando por el efecto relativo. La metodología es superadora del CC.

 Efecto relativo: encuntra sus orígenes en el derecho romano, y alude a que no puede resultar
de un contrato realizado por dos partes un derecho u obligacion para terceros. en la época de la
Codificación se erigia en el principio de la autonomía de la voluntad, las partes son libres para
estipular cuanto consideren oportuno a sus intereses, y cuando así lo hacen sus acuerdos
habran de tener eficacia entre ellas, no siendo posible que beneficien ni perjudiquen a terceros.

 Los alcances del contrato: horizontes actuales: La relatividad predicada, de la que da cuenta el
1021, importa reconocer la existencia de dos categorías de sujetos, a saber, las partes y los
terceros, sobre las cuales el código establece soluciones especiales a las que se remite (arts.
1022 y 1023).

La formula legal supera las normas derogadas, por cuanto principia claramente la afirmación de
la reglae, y además no le concede a la misma carácter absoluto, admitiendo las excepción
proveniente de la ley (ej. 1073 y ss).

Para entender los alcances del principio de eficacia conviene distinguir entre los efectos
directos e indirectos del contrato, una diferenciación a la que si bien no recurre expresamente
el 1021 puede surgir de una hermenéutica legislativa. Los efectos indirectos conciernen a la
necesidad de los terceros de respetar el contenido del acuerdo de las partes, en la medida que
no los grave o perjudique, guardando una obligada convivencia con el principio “alterum non

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laedere” (1716 CCyC), ya que se ha señalado que el crédito como la relación real, es también un
derecho absoluto: no en sentido que los terceros están llamados a cumplirlo, sino en el que
todos los terceros tienen el deber de respetarlo no dañándolo injustamente, Ihering se referia a
esto diciendo “todo negocio jurídico produce un efecto reflejo para los terceros porque, al igual
que ocurre en el mundo físico, todo hecho jurídico no se puede aislar en el mundo jurídico, sino
que se reaciona con su entramado”. En tanto que los efectos directos, por su parte, dan cuenta
del plan prestacional emergente del negocio y se proyectan sobre las partes, salvo disposición
legal que autorice su extensión a terceros, como sucede en la estipulación en favor de un
tercero, y más intensamente en la “conexidad contractual” (1073, 1074 y 1075), aceptando la
unidad negocial que hace participes a todos los interesados. Se encuentra aquí un punto
interesante de contacto y de dialogo con el régimen especial de defensa del consumidor donde
la conexidad se da con mayor frecuencia y naturalidad (1092 CCyC, y arts, ,4,5, 36 y 40 Ley N°
24.240).

Art. 1022. Situación de terceros. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los
terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que estas no han
convenido.

 Se regula de manera especial la categoría de los terceros a fin de determinar las consecuencias
que para ellos resultan de los contratos. Hay variantes y categorías de terceros, respecto de las
cuales se producen diferentes efectos.

 Concs: Simulación (333 y ss.); fraude (338); acción directa (736 y ss.); subrogatoria (739); efecto
vinculante (959); efecto relativo (1021), parte del contrato (1023); sucesores universales (1024);
contrato a nombre de tercero (1025); promesa del hecho ajeno (1026); estipulación a favor de
terceros (1027); contratos conexos (1073 a 1075); acciones del subcontratado (art. 1071).

 La categoría de terceros: La norma no brinda un concepto, pero doctrinariamente tercero en un


contrato es todo aquel que no asume el rol de parte. Es un concepto hecho por vía de
exclusión.

 Especies y efectos: tampoco clasifica a los terceros, pero podemos decir que existen los
terceros desinteresados y los terceros interesados. Es decir los que tienen una posición ajena al
contrato y los que tienen una posición expectante, sea activa o pasivamente por el interes
concreto que ostentan. El contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los
terceros tienen derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que éstas
no han convenido, excepto disposición legal. Los terceros ajenos o desinteresados resulatan
alcanzados por el efecto indirecto por el cual deben respetar el acuerdo arribado entre las
partes en la medida de su conocimiento. Ello supone la idea de oponibilidad con sustento en el
alterum non laedere del 1716, la que no es absoluta por cuanto cede cuando importe
perjudicar a los terceros. Por otro lado hay terceros que pueden insmiscuirse en el contrato, o
bien sufrir sus efectos, en virtud de existir un interes jurídicamente protegido. En la primera de
las situaciones están los acreedores de las partes, legitimados por las acciones directa (art. 736
y ss), subrogatoria (739) y fraude (art. 338). Igualmente los beneficiarios de una estipulación en
favor de un tercero (1027).

En la segunda hipótesis están están los sucesores singulares, que se encuentran gravados por
los efectos que resultan de las obligaciones vinculadas al bien adquirido. Así puede inferirse de
la regla de trnasmisibilidad consagrada en el art. 400 en materia de actos jurídicos. Supuestos

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de mayor complejidad se verifican en la “contratación a nombre de tercero” (art. 1025) y la
promesa del hecho ajeno (1026).

1023. Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien:

a) lo otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno;

b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés;

c) manifiesta la voluntad contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación.

 La vida negocial exhibe distintos modos través de los cuales se puede acceder al rol de parte en
un contrato, sea a través de la propia actuación o mediante la colaboración de agentes,
corredores o representantes del interesado. El elemento definitorio de la categoría “parte”
habitualmente se identifica con la titularidad del interés que se regula por el contrato.
Excepcionalmente puede que ese rol se sustente en la confianza generada a la contraparte.

 Concs: Obligaciones de sujeto plural (825 y ss), concepto de contrato (957); efecto vinculante
(959); efecto relativo (1021); situación de los terceros (1022); sucesores universales (1024);
contrato por persona a designar (1029); contrato por cuenta de quien corresponda (1030);
extinción unilateral y parte plúrima (1078 inc. a); continuador de la locación (1190); contrato de
corretaje (1345); contrato de agencia (1479); cesión de la posición contractual (1636).

 El CC no brindaba un concepto de parte contractual, pero a la vez hablaba de que había


contrato cuando varias personas se ponían de acuerdo. La expresión dio lugar a debates que el
CCyC vino a resolver.

El elemento definitorio de la categoría concuerda con el art. 957, y tiene que ver con la
titularidad del interés que se regula por el contrato. Por excepción puede que el rol de parte se
sustente en la confianza generada en la otra parte.

 Supuestos especiales de contratación por via de a agentes y representantes: Usualmente el


contrato es celebrado por el el interesado, pero puede pasar también que el contratante obre a
nombre propio pero por cuenta de otro. En tal caso, pese a que se quebrante la identificación
de parte con la titularidad del interes, se juzga que quien actúa a nombre propio debe asumir
los efectos del contrato debido a la confianza que su proceder representa para la contraparte.
Un ejemplo paradigmático de esto último, se da en el mandato sin representación “Si el
mandante no otorga poder de representación, el mandatario actúa en nombre propio pero en
interes del mandante, quien no queda obligado directamente respecto del tercero, ni éste
respecto del mandante” (1321).

La complejidad de la vida contemporánea exige con frecuencia la colaboración de otros sujetos,


es lo que pasa con los representantes, agentes y corredores, a los cuales se refieren los incs. b)
y c) del 1023 a los efectos de determinar quien asume el carácter de parte.

Un acierto metodológico por parte del CCyC ha sido regular especialmente, y en oportunidad de
los actos jurídicos, la figura de la representación, y se dice “Los actos jurídicos entre vivos
pueden ser celebrados por medio de representante, excepto en los casos en que la ley exige
que sean otorgados por el titular del derecho” (art. 358 primer párr.) y que “los acto celebrados
por el representante en nombre del representado y en los limites de las facultades conferidas

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por la ley o por el acto de apoderamiento, producen efecto directamente para el representado”
(359). En consecuencia, cuando el inciso b), del 1023 señala que “parte del contrato” es “el
representado” y no el representante, no hace más que aplicar al ámbito contractual la solución
general ( ver T III, p. 433 Lorenzetti CCyC).

Situación diferente, aunque próxima, es lo que sucede con los agentes y corredores, que
resultan doctrinalmente excluidos del ámbito de la representación. Los agentes, se obligan a
promover negocios por cuenta de otra – denominada preponente o empresario-, de manera
estable continuada e independiente (1479). Los corredores, median en la negociación y
conclusión de los negocios, sin tener relación de dependencia o representación con ninguna de
las partes (1345), se entiende que ni el corredor ni el agente son partes del contrato, sino aquel
cuya voluntad de ha transmitido (art. 1023, incs b, y c).

 Unidad o pluralidad de sujetos dentro de cada parte: Cada parte contratante puede estar
integrada de modo simple o plural. La plurisubjetividad presenta problemas en orden al
ejercicio y ejecución de los derechos y obligaciones del contrato. La última parte del 1031
dispone que si la prestación es a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte
debida a cada uno hasta la ejecución completa de la contraprestación. Igualmente la segunda
parte del 1078, relativa a la extinción unilateral del contrato “La comunicación debe ser dirigida
por todos los sujetos que integran una parte contra todos los sujeros que integran la otra”.

 Circulación convencional o legal del rol de parte: La circulación de la calidad de parte puede ser
voluntaria o verificarse por ministerio de la ley. Voluntaria: el contrato por persona a designar
(1029), el contrato por cuenta de quien corresponda (1030) y la cesión de la posición
contractual (1636). Por la ley: la constituida en favor de quien habita un inmueble locado y
acredite haber recibido del locatario, ostensible trato familiar durante el año previo al
abandono o fallecimiento (1190).

1024. Sucesores universales. Los efectos del contrato se extienden activa y pasivamente, a los sucesores
universales, a no ser que las obligaciones que nacen de él sean inherentes a la persona, o que la
transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o este prohibida por una cláusula del
contrato o de la ley.

 Se introdujo esta norma especial relativa a los efectos del contrato para los sucesores
universales, quienes ya no podrán ser identificados con los “Mortis causae”, ya que los hay
“entre vivos”. La distinción es importante en cuanto pueden reconocerse diferencias de efectos
en orden a las responsabilidades que pueden resultar de la transmisión.

 Concs: concepto de contrato (957), efecto vinculante (959); efecto relativo (1021); situación de
los terceros (art. 1022); parte del contrato (1023).

 Los sucesores universales. Su actuación como partes o terceros. Alcances: Es preciso el


tratamiento de los sucesores universales, toda vez que aunque a priori son parte, por excepción
pueden ser ajenos al contrato, asumiendo el rol de terceros. Para entender el alcance de la
norma conviene precisar la categoría, en cuanto el 1024 sólo se ocupa de los efectos que se
proyectan sobre la misma. El art. 400 dice “Sucesor Universal es el que recibe todo o una parte
indivisa del patrimonio del otro…” y de modo concordante el 2278 dice “se denomina heredero
a la persona a quien se transmite la universalidad o una parte indivisa de la herencia”. Los
textos hablan por si mismos, y no hay dudas de que la univacion del art. 400 en la parte general

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impide la asimilación de heredero a la de sucesor universal, lo que reviste importancia para
hablar del “sucesor universal” inter vivos, cuyas expresiones más salientes se dan por ejemplo
en la transferencia de un fondo de comercio (art. 1 ley 11.867) y en la cesión de la herencia.

 Transmisibilidad de la calidad de la parte: El 1024 consagra la regla de transmisibilidad de los


efectos activos y pasivos del contrato, lo cual resulta coherente con la solución general
consagrada en materia de actos jurídicos y la establecida en el ámbito sucesorio. En cuanto a
las responsabilidades el 2277 dispone que la muerte real o presunta de una persona causa la
apertura de su sucesión y la transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederla por
testamento o por la ley. La responsabilidad que resulta de la transmisión del patrimonio
recibido, habida cuenta que el art. 2317 que establece que “El heredero queda obligado por las
deudas y legados de la sucesión sólo hasta la concurrencia del valor de los bienes hereditarios
recibidos. En caso de pluralidad de herederos éstos responden con la masa hereditaria
indivisa”.

Cuando se trata de sucesores universales “entre vivos” rigen por el contrario reglas especiales.
En la transferencia del fondo de comercio, aunque el adquirente no asume – a priori- las deudas
del enajenante, la ley 11867 dice que las omisiones o transgresiones a lo establecido en ella,
harán solidariamente al comprador, vendedor, martillero o escribano que las hubieren
cometido, por el importe de los créditos que resulten impagos, como consecuencia de aquellas
y hasta el monto del precio de lo vendido. En el caso de la cesión de derechos hereditarios, el
cesionario debe reembolsar al cedente lo que éste pague por su parte en las deudas y cargas de
la sucesión hasta la concurrencia del valor de la porción de la herencia recibida (art. 2307).

 Excepciones previstas a la transmisibilidad: No es absoluta, en los casos mencionados, el


contrato no se transmite a los sucesores universales cuando: a) cuando las obligaciones que
nacen de él son inherentes a la persona; b) la transmisión sea incompatible con la naturaleza de
la obligación; c) esté prohibida por la cláusula del contrato o la ley.

SECCIÓN 2°

Incorporación de terceros al contrato

1025. Contratación a nombre de tercero. Quien contrata a nombre de un tercero sólo lo obliga si ejerce
su representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz. La ratificación expresa o
tácita del tercero suple la falta de representación. La ratificación expresa o tácita del tercero suple la
falta de representación; la ejecución implica ratificación tácita.

* Nadie puede obligar a otro sin tener una representación convencional suficiente para ello. Quien
carece de legitimación para actuar por otro no obliga a éste, y al contrato así celebrado será pasible de
nulidad, constriñiendo al falso procurador a reparar los daños ocasionados al cocontratante. La
ratificación del contrato por el tercero a quien se pretendió obligar suple la falta de representación, lo
que puede surgir de modo expreso o tácito.

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- Concs: ratificación (369); manifestación de la ratificación (371); concepto de contrato (957); efecto
vinculante (959); efecto relativo (1021); situación de los terceros (1022); concepto de parte (1023).

- Incorporación de terceros al contrato. La cuestión metodológica que trasunta la sección: El CCyC


mejora al derogaddo, porque luego de consagrar reglas generales que delimitan mejor el "alcance del
efecto relativo", disciplina ordenadamente los diferentes supuestos de incorporación de terceros al
contrato, en especial la estipulación en favor de un tercero y la promesa del hecho ajeno, algo que el
Codificador trataba impropiamente en el ámbito de las obligaciones y la capacidad para contratar. Se
agregan a la sección normas sobre dos modalidades de contratación: contrato por persona a designar y
por cuenta de quien corresponda.

-Legitimación para contratar por un tercero: la noción de legitimación es entendida como aptitud
atribuida por la ley o por la voluntad para adquirir derechos, contraer obligaciones o para disponer
objetos concretos, por sí, por medio de otro, o por otro. La legitimación supone que el art. 1025 no es
otra la que deviene de la representación voluntaria (art. 362), dado que la representación legal admite
otros mecanismos de protección del representado, y que desbordan el sentido del 1025.

El art. 1022 muestra que la oponibilidad del contrato con sustento en el principio alterum non laedere -
1716 CCyC- no es absoluta y cede, cuando perjudica a los terceros. No puede verse alcanzado por los
efectos de un contrato quien no legitimó para ello a quien pretende obligarlo.

- Ineficacia del contrato celebrado por quien carece de legitimación. Ratificación: “A falta de
representación suficiente el contrato es ineficaz". El CCyC consagra normas generales sobre la
ineficiacia de los actos juridicos que resultan aplicables. Entre sus especies, cabe situarla dentro del
campo de la nulidad relativa (386 segundo párrafo) puesto que la ley impone en protección del interés
de ciertas personas, en este caso del perjudicado por el obrar del falso procurador. La nulidad obligará
a resarcir los daños y perjuicios de quien obra sin representación o lo hace más allá del límite de esta
(arts. 1078 y ss) como reglas generales y la particular que exige no frustrar las tratativas contractuales
(991).

El 338 dice que la ratificación expresa o tácita del tercero suple la falta de representación y que la
ejecucion implica ratificación tácita.

1026. Promesa del hecho de un tercero. Quien promete el hecho de un tercero queda obligado a hacer
lo razonablemente necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la promesa
sea aceptada, queda obligado a obtenerla y responde personalmente en caso de negativa.

- La promesa del hecho de un tercero supone asumir una obligación de hacer a cargo del obligado, cuyo
contenido puede ser modelado con diferentes alcances dentro del ejercicio de la autonomía de la
voluntad. A priori, importa una obligación que se satisface mediante la realización de la actividad
prometida, y que por excepción compromete el resultado de la ratificación. Resullta discutible la
naturaleza jca del pacto de garantía de cumplimiento.

- Concs: Obligación de hacer (art. 773); prestación de un servicio (774); efecto vinculante (959); bienes
ajenos (1008); efecto relativo (2021); situación de los terceros (1022); fianza (1574); deber de reparar
(1716); factor objetivo (1722); responsabilidad factor objetivo (1722); resposabilidad objetiva (1723);
factor subjetivo (1724); reparación plena (1740).

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- Cuestión terminológica: En la doctrina el instituto se ha llamado "promesa del hecho ajeno", o
"contrato a cargo del tercero", el CCyC alude con mayor propiedad a "promesa del hecho de tercero", lo
que supone que alguien se obliga frente a otro prometiendo el hecho ajeno, mediante la asunción de
una tipica obligación de hacer para cuyo contenido, efectos, además del pacto resultarán de aplicación
el art. 773 y ss. La obligación pesa sobre el promitente - quien promete- puesto que el tercero no puede
quedar obligado por el hecho de otro (art. 1022).

- Especies de promesa del hecho de un tercero: El 1026 principia por entenderla como una mera
promesa y supone ecomo efecto central "... hacer lo razonablemente necesario para que el tercero
acepte...". Pero puede convenirse de un modo más exigente bajo la forma de "garantía de aceptación" y
el 1026 en su segunda parte dice que si el prometiente ha garantizado que la promesa sea aceptada,
queda obligado a obtenerla y responde personalmente debe entenderse en el sentido de asumir la
consecuencia de la frustración, es natural a que el obligado siempre es el promitente. En cuanto a si se
garantiza el hecho ajeno, parece ser que dicha garantia asumiría la naturaleza de fianza y no una mera
promesa, ya que es la que más se compadece con la situación.

- Tiempo para el cumplimiento de la promesa: Es resuelto por el 775 que afirma "el obligado a realizar
un hecho debe cumplirlo en tiempo y modo acordes con la intención de las partes o con la índole de la
obligación".

- Efectos de la aceptación del tercero: Lo hace responsable de la ejecución de la prestación y produce


efectos liberatorios para el obligado "a...”, salvo que éste haya asumido la garantía de cumplimiento,
hipotesis que no siendo expresamente pactada parece estar fuera de la promesa del hecho de un
tercero.

- Implicancia de la responsabilidad civil cuando la misma proceda: Las variantes tipológicas que asume la
figura tienen consecuencias juriricas en orden a la responsabilidad del promitente. a) quien sólo
promete el hecho del tercero se obliga a concretar las diligencias exigibles conforme al negocio, y no
será responsable si su actividad se adecúa a las mismas. En cambio quien promete el resultado de la
aceptación del tercero habrá de hacerlo responsable con independencia de su obrar diligente
(aplicación del 1723 "Cuando de las circunstancias de la obligación o de lo convenido, por las partes,
surge que el deudor debe obtener un resultado, su responsabilidad es objetiva".

En ambos casos la responsabilidad sólo compromete el interés de confianza derivado de la frustración


del negocio. La negligencia imputable al obligado o el hecho de no conseguir la ratificación importan un
fracaso del "contrato esperado" y cabe conceder indemnización, siempre presidida por el principio de
reparación plena (art. 1740); b) en cambio en la garantía de cumplimiento la responsabilidad - objetiva-
apunta a colocar al acreedor en situación de acceder a la prestación prometida o su equivalente y por
su proximidad con la fianza se aplica el art. 1574 que establece que "si la deuda afianzada es de
entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser cumplida personalmente por el deudor, o de no
hacer, el fiador sólo queda obligado a satisfacer los daños que resulten de la inejecución".

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INTERPRETACIÓN DE LO S CONTRATOS:

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