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Revolución de Guatemala de 1944

La Revolución de Guatemala de 1944, conocida también como Revolución de


Octubre o como el 20 de octubre, fue un movimiento cívico-militar ocurrido
en Guatemala el 20 de octubre de 1944,1 efectuado por militares, estudiantes y
trabajadores, que derrocó al Gobierno de facto del general Federico Ponce Vaides,2 dio
lugar a las primeras elecciones libres en ese país, e inauguró un período de diez años de
modernización del Estado en beneficio de las mayorías de clase trabajadora. La
historiografía posterior ha denominado a dicho período como los «Diez años de
primavera» o la «Edad de oro» de Guatemala, y actualmente el 20 de octubre es una fiesta
nacional en ese país centroamericano, conmemorada como el Día de la Revolución de
1944.34
Tras la serie de descontentos de la población guatemalteca con el gobierno de Jorge
Ubico, este se vio obligado a renunciar el 1 de julio de 1944, dejando en su lugar a
un triunvirato militar conformado por los generales Eduardo Villagrán Ariza, Buenaventura
Pineda y Federico Ponce Vaides. El triunvirato debía convocar a elecciones, lo cual
aprovecharon los activistas civiles que se habían movilizado para derrocar el Gobierno de
Ubico para exigir a la Asamblea que se designara como presidente interino al Dr. Carlos
Federico Mora, reconocido profesional universitario.5 Al momento de que los diputados
estaban discutiendo el tema, irrumpieron en el recinto legislativo un contingente de
soldados al mando del coronel Alfredo Castañeda y una compañía de cadetes de la
Escuela Politécnica al mando del capitán Jacobo Árbenz Guzmán y ordenaron a todos los
presentes nombrar a Federico Ponce como presidente y luego desalojar el hemiciclo
parlamentario, los diputados por la presión de los militares, nombraron en sesión cerrada a
Ponce como presidente, el 4 de julio de 1944.5 A los pocos días de haber llegado al poder,
Ponce obligó a los indígenas que vivían en la capital del país a desfilar con garrotes para
intimidar a la población civil.5 Árbenz Guzmán, al darse cuenta de las intenciones de
Ponce, pidió su baja inmediata como militar y se dedicó junto a su amigo Jorge Toriello
Garrido a conspirar contra el Gobierno de Ponce.
Este acontecimiento causó nuevamente consternación en el pueblo guatemalteco. Árbenz
junto a su amigo Jorge Toriello contactaron al mayor Francisco Javier Arana, quién puso a
su disposición unos tanques de combate. Entre la medianoche del 19 y el mediodía del 20
de octubre, universitarios, empresarios, militares y trabajadores derrocaron al Gobierno de
Ponce Vaides. Los cabecillas de la revolución le pidieron su renuncia por teléfono y, en ese
mismo instante, se formó la junta militar de gobierno, integrada por Jacobo Árbenz,
y Francisco Javier Arana.5

Índice
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 1Antecedentes

o 1.1Gobierno de Manuel Estrada Cabrera

 1.1.1Guatemala: República Bananera

o 1.2Después de Estrada Cabrera

o 1.3Gobierno del general Jorge Ubico

 2Renuncia de Jorge Ubico

o 2.1La carta de los 311


o 2.2Manifiesto de renuncia

 2.2.1Motivaciones de la renuncia

o 2.3Formación del Frente Popular Libertador

 3La Revolución

o 3.1Papel de la Escuela Normal para Varones

o 3.2Muerte de Alejandro Córdova

o 3.3Caída de Ponce Vaides

o 3.4Junta revolucionaria de gobierno

 3.4.1Constitución de 1945

 4Los gobiernos de la Revolución

o 4.1Gobierno de Arévalo

o 4.2Muerte de Francisco Javier Arana

o 4.3Gobierno de Jacobo Árbenz

 5La Contrarrevolución

 6La Revolución de 1944 en la Literatura

o 6.1Novela Los Ojos de los Enterrados de Miguel Ángel Asturias

 7Véase también

 8Notas

 9Referencias

o 9.1Bibliografía

 10Enlaces externos

Antecedentes[editar]
Gobierno de Manuel Estrada Cabrera[editar]
Artículo principal: Gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920)

Mapa de rutas de la «Flota Blanca» de la United Fruit Company, la cual tenía el monopolio de
transporte de carga y personas de Puerto Barrios, tras las generosas concesiones otorgadas por
Estrada Cabrera.
El licenciado Manuel Estrada Cabrera. Primer presidente civil de Guatemala, gobernó entre 1898 y
1920.6

Durante el gobierno del primer presidente civil de Guatemala, licenciado Manuel Estrada
Cabrera (1898-1920), se mantuvo el sistema del Reglamento de Jornaleros de Justo
Rufino Barrios,7 y además la United Fruit Company (UFCO) se convirtió en la principal
fuerza económica de Guatemala, gracias a grandes concesiones otorgadas por el
Gobierno, ya que Estrada Cabrera tenía acciones en la compañía; a Estrada Cabrera,
además, le interesaba obtener el apoyo norteamericano para evitar un posible ataque de la
flota británica;8 —lo cual era muy posible debido a las deudas que dejara su antecesor, el
general Reina Barrios tras el fracaso de la Exposición Centroamericana— y en cuanto a la
política exterior de los Estados Unidos para Centroamérica, esta consistía en mantener
gobiernos afines y lo más pacíficos posible para facilitar la construcción del canal
interoceánico que primero estuvo planificado para Nicaragua, luego en Colombia y por
último en Panamá, tras la Separación de Panamá de Colombia.9
Siguiendo el estilo de los gobiernos autoritarios: no toleró oposición a su gobierno,
persiguió a sus enemigos políticos y restringió la libertad de prensa,10 pero, a pesar de
esto, es considerado como un administrador eficiente, ya que logró mantener la economía
del país pese a que esta se vio afectada por:11

 la deuda con los bancos británicos heredada del gobierno de José María Reyna
Barrios;12

 la construcción del Canal de Panamá (que hizo inútil la construcción del ferrocarril
interoceánico en Guatemala y originó tensión con los presidentes José Santos
Zelaya de Nicaragua y Porfirio Díaz de México);1314

 la variación en el precio del café, principal producto de exportación de Guatemala


durante los regímenes liberales.7

 las imposiciones políticas, económicas y militares de los Estados


Unidos, Inglaterra y Alemania durante la Primera Guerra Mundial, y finalmente1516

 los terremotos de 1917-18, que destruyeron más de la mitad de la Ciudad de


Guatemala.17
La UFCO controló más del 40 % de la tierra del país, las instalaciones del único puerto en
el Atlántico (Puerto Barrios) y el transporte en ferrocarril con apoyo incondicional del
Gobierno guatemalteco. Esta situación se mantendría hasta 1944.18
Guatemala: República Bananera[editar]
El término despectivo «República bananera» (del inglés «Banana Republic»)
frecuentemente se utiliza para describir a pequeños países que son pobres y
subdesarrollados y que tienen un gobierno inestable, con corrupción galopante y una
relación sumisa con los Estados Unidos.19 El término lo acuñó el escritor
norteamericano O. Henry, quien lo utilizó para describir al imaginario país «Anchuria» en
su novela Cabbages and Kings. Henry se inspiró en lo que vio durante un viaje a
Honduras, que había sido invadida en 1910 por la corporación frutera Cuyamel Fruit, y que
estuvo a punto de irse a la guerra por rivalidades corporativas con su vecina, la Guatemala
del licenciado Manuel Estrada Cabrera, la cual a su vez estaba controlada por la United
Fruit Company.202122
Otros escritores siguieron utilizando el término para describir a los corruptos países de
América Central23 y el poder casi absoluto que en los mismos tenían las fruteras
estadounidenses.a
Después de Estrada Cabrera[editar]

Carlos Herrera y Luna

El presidente interino Carlos Herrera y Luna heredó un desorden fiscal, monetario y


bancario;24 se opuso a ratificar varios contratos con compañías norteamericanas que había
firmado Estrada Cabrera25 y que Herrera consideraba lesivos para el país.b Entre estos se
encontraban:

 la venta de la Empresa Eléctrica, que había sido expropiada a los accionistas


alemanes después de la Primera Guerra Mundial;25

 el contrato con la International Railways of Central America (IRCA),c para poner en


vigor el Contrato Ferrocarrilero Méndez-Williamson de 1908 firmado en el período del
presidente Manuel Estrada Cabrera;d

 el contrato sobre servicio de luz, calor y fuerza eléctrica con Central America Power
Company;25

 el contrato con Washington Serruys, para la instalación de un tranvía eléctrico, y 25

 el contrato entre el Ministerio de Fomento y la Compañía All America Cables


Incorporated, para el establecimiento en la capital de una oficina pública de
cablegramas.26
Herrera fue derrocado en un violento golpe de Estado el 5 de diciembre de 1921. El golpe
estuvo dirigido por el general José María Orellana, quien había sido jefe del Estado Mayor
de Estrada Cabrera y quien ratificó todos los contratos con compañías internacionales. 27

José María Orellana

1. La Huelga de los Muelleros: A mediados de 1924, los portuarios de Puerto Barrios,


claves para la exportación de banano y para las importaciones a Guatemala,
reclamaron la jornada de ocho horas y el aumento de sus salarios. La UFCO se
negó a aceptar y no cedió; los trabajadores entonces se fueron a la huelga, con la
cual se solidarizaron todos los trabajadores de las fincas de la «frutera». La UFCO
pidió ayuda al Gobierno, que actuó con rapidez: se enviaron tropas a imponer el
orden en Barrios; el choque fue brutal, saldándose con muerte y heridos entre los
obreros. La huelga duró veintisiete días, pero la represión logró acabarla: veintidós
dirigentes fueron encarcelados y luego expatriados.28

2. Huelga ferrocarrilera: A finales de 1924, los trabajadores de la International


Railways of Central America (IRCA) exigieron la reducción de horas de trabajo, el
aumento de salario y el respeto para su organización «Sociedad Ferrocarrilera».
Una vez más, la «frutera» (propietaria de la IRCA) se negó rotundamente a
aceptar estas reivindicaciones y movilizó al Gobierno de Orellana para reprimir
violentamente la huelga de cinco mil trabajadores.28

3. Grandes extensiones de tierra ociosa: Un mecanismo ampliamente utilizado por la


UFCO era comprar a precios bajos grandes cantidades de tierras como medio
para evitar que surgieran competidores y mantener así un monopolio sobre
la producción de plátanos, inclusive conservando extensas zonas agrícolas sin
cultivar bajo pretexto de que sequías o huracanes le obligaban a mantener «en
reserva» grandes extensiones de terreno sin usar.28
Gobierno del general Jorge Ubico[editar]
Véase también: United Fruit Company
El general Jorge Ubico Castañeda, presidente de Guatemala de 1931 a 1944.

Cuando Ubico tomó el poder en 1931, eran numerosos los países que se inclinaban por
gobiernos autoritarios;e de esta manera, una vez en el poder, Ubico Castañeda asumió
poderes autoritarios y métodos de espionaje y represión similares a los de Barrios y
Estrada Cabrera, y mantuvo una Asamblea legislativa obediente a sus mandatos.
Inteligente, dinámico y temperamental, se caracterizaba por controlar hasta el más mínimo
detalle de la vida de Guatemala;29 uno de sus principales objetivos fue el de lograr una
reorganización de la Administración Pública, para lo que nombró a varios allegados suyos,
los llamados Ubiquistas, en posiciones clave del Gobierno.30 Su gobierno se caracterizó
por un esfuerzo por estabilizar las finanzas del Estado, reduciendo el gasto público:
demostró ser un administrador muy capaz al reducir los sueldos de los empleados públicos
en un 40 % para contrarrestar el déficit del gobierno;f29 y también por las acciones de una
policía y poder judicial implacables con el delito, la corrupción y cualquier tipo de oposición
al régimen.29 Finalmente, completó la centralización del poder al eliminar a los alcaldes
popularmente electos por intendentes que eran nombrados por el propio presidente. 30
Es significativo su impulso a la construcción de obra pública, especialmente carreteras, en
beneficio de la actividad cafetalera, dominada por inmigrantes alemanes en la Veparaz g y
por terratenientes guatemaltecos en el resto del país. Para la construcción de carreteras
empleó trabajo forzado de indígenas, vigilados por el cuerpo de ingenieros del Ejército. Por
medio del decreto 1995 de 1934, canceló las deudas impagables que los jornaleros tenían
con los hacendados, suprimiendo así el Reglamento de Jornaleros impuesto por Justo
Rufino Barrios en 1877; pero, para contrarrestar una potencial escasez de mano de obra
para las fincas, promulgó el Decreto 1996: la «Ley de Vagancia» y la «Ley de Vialidad»,
las cuales obligaban a todo campesino que no tuviera un mínimo de tierras a trabajar cierta
cantidad de días al año al servicio de un hacendado; si esto no se podía comprobar, el
jornalero debía trabajar gratuitamente en los caminos.2931
Puede decirse que su administración se mantuvo gracias al monopolio bananero de la
«frutera» (la United Fruit Company), a la que le otorgó generosas concesiones en Tiquisate
y el usufructo del ferrocarril. Conforme avanzaron los sucesos de la Segunda Guerra
Mundial, la política norteamericana y sus compromisos con la «frutera» lo obligaron no
solo a declarar la guerra a las naciones del Ejeh sino a permitir el establecimiento de bases
estadounidenses en Guatemala.i Entre los beneficios que recibió del Gobierno
estadounidense a cambio de su alianza en la guerra hubo armamento moderno para el
Ejército y entrenamiento en la Escuela Politécnica a cargo de militares norteamericanos.30

Renuncia de Jorge Ubico[editar]


La profesora María Chinchilla Recinos en 1940. Su muerte durante la manifestación del 25 de junio
de 1944 precipitó la renuncia del presidente Jorge Ubico.

En mayo de 1944 se organizó el «Partido Social Democrático» (PSD), 30 que aglutinó a


profesionales universitariosj y militares, y que se autodefinía como «socialista democrático:
socialistas depurados y demócratas efectivos».32 Entre sus miembros estaban:

 El coronel Guillermo Flores Avendaño, quien ocupó varios cargos públicos en los
Gobiernos de José María Orellana, Lázaro Chacón y Jorge Ubico.33

 El licenciado Carlos Zachrisson: exministro de Finanzas de José María Orellana. k

 El Dr. Julio Bianchi: reconocido médico, exmiembro fundador del «Partido


Unionista» que derrocó a Manuel Estrada Cabrera en 1920, y exembajador de
Guatemala ante los Estados Unidos.34

 Jorge Toriello Garrido, comerciante.35


Los miembros del PSD tuvieron una participación activa en los movimientos sociales que
se desarrollaron en junio de ese año.32
El 1.º de junio de 1944, el Gobierno de Ubico Castañeda incrementó el salario de los
empleados públicos en un 15 %, pero solo para los que ganaban menos de quince
quetzales mensuales. Esto dejaba fuera a los maestros, quienes comenzaron una serie de
protestas pacíficas para ser incluidos en este aumento.30 Por su parte, los estudiantes
universitarios iniciaron marchas pacíficas para exigir la destitución de sus decanos, ya que
durante el gobierno del general Ubico la Universidad Nacional era dependencia del
Ministerio de Instrucción Pública y las autoridades eran nombradas directamente por el
presidente de la República;30 Ubico Castañeda accedió a cambiar a los decanos, pero los
sustitutos que nombró no fueron del agrado de los estudiantes, quienes redoblaron sus
protestas.30
La carta de los 311[editar]
Esta fue un documento firmado por trescientos once individuos, principalmente jóvenes
universitarios, que se envió al presidente Ubico Castañeda tras la supresión de las
garantías constitucionales que este ordenó después de las protestas de los estudiantes
universitarios.36 En él se destaca, la petición de renuncia del presidente Ubico.
Este memorial se redactó en casa del doctor el Dr. Julio Bianchi y lo firmaron trescientas
once personas, entre quienes estaban:

 José Azmitia

 César Brañas
 Eduardo Cáceres Lehnhoff

 Manuel Galich

 Flavio Herrera

 Julio César Méndez Montenegro37

 Dr. Carlos Federico Mora

 Lic. David Vela38


Ubico no respondió favorablemente a este memorando, como se desprende de la segunda
misiva que se le dirigiera pocos días después, y en la que se le exige su renuncia
nuevamente.38 Esta vez rubricaron la petición Ernesto Viteri B., José Rölz Bennett,
Francisco Villagrán, Eugenio Silva Peña, Federico Carbonell y Federico Rölz Bennett.
Manifiesto de renuncia[editar]
Véase también: María Chinchilla Recinos

Ante las anteriores misivas, y el descontento popular generalizado, Ubico Castañeda


decidió renunciar el 1.º de julio de 1944l:36

Manifiesto del general Jorge Ubico al Pueblo de Guatemala

El día de hoy presenté a la Honorable Asamblea Legislativa la renuncia del cargo de Presidente de la República. La presenté con carácter de ir
Volveré así a la vida privada, después de consagrar al servicio del país mis energías y experiencia en la vasta labor de dirección de un gobierno
Me retiro del poder dejando tras de mí una obra realizada; que si no llena ni hubiera llegado nunca a colmar mis aspiraciones de guatemalteco
mi patria y del cuidado que le dediqué como gobernante.
Jamás mis antecesores tuvieron que hacer frente, como yo, a una época tan preñada de dificultades y peligros; y me satisface poder asegurar q
ecuánime y sereno, ajustarán su veredicto a la medida de mis pretensiones.
Un movimiento que empezaba a tomar caracteres de violencia, iniciado y proseguido hasta ahora por una minoría de los habitantes de la capita
pequeño número de quienes se rebelaron como descontentos del régimen gubernativo, es manifiesto, en las peticiones que ellos me dirigieron,
la presidencia. Así lo hice, en seguida, sin dudas ni vacilaciones, porque en ningún momento del lapso de mi mandato abrigué el propósito de
Al cesar en las fatigas y sinsabores del elevado cargo que acepté en cumplimiento de un deber de ciudadano, hago expresa mi gratitud para el
adversas, lo mismo que para los funcionarios y empleados que me prestaron meritoria ayuda; y formulo votos muy sinceros por la ventura de m
Guatemala, 1o. de Julio de 1944
Jorge Ubico

Motivaciones de la renuncia[editar]
Los escritores liberales han dicho que Ubico Castañeda renunció luego de los
acontecimientos de los últimos días de junio de 1944 para evitar un inútil derramamiento
de sangre en el país;29 pero, por su parte, los opositores a su régimen indican que lo hizo
para darle un escarmiento a Guatemala, y dejó en su lugar a los tres militares de su plana
mayor: Eduardo Villagrán Ariza, Federico Ponce Vaides y Buenaventura Pineda.

Cuentan que cuando la situación estaba ya inclinándose a favor de la renuncia de Ubico Castañeda, los altos jerarcas del Ejército de Guatemal
comisión que le pregunta al Presidente de la República a quien pensaba nombrar como sus sucesor para tan alto cargo. Los militares determina
generales que tuvieran menos jerarquía dentro de la institución armada guatemalteca: Eduardo Villagrán Ariza, Federico Ponce Vaides y Buen
con el Presidente, la cual, aparentemente, transcurrió en términos como estos:

- Permiso para hablar con el Señor Presidente...


Ubico Castañeda, quien acostumbraba a no apartar la vista de sus documentos mientras atendía a sus visitantes, contestó sin mirarles:
- Sí, ¿qué quieren?
Los generales, temerosos, continuaron:
- Entre los miembros de su Plana Mayor, se quisiera saber que si en caso, ¡que Dios no lo permita!, su Excelencia llegara a faltar quien cons
Sin pensarlo siquiera, Ubico Castañeda levantó la vista un momento, y señalándoles con su pluma fuente contestó:
- ¡Ustedes tres!
Tomado de: Entrevista con miembro de las juventudes universitarias que participaron en los sucesos de junio de 1944. Realizada el 10 de abril

Formación del Frente Popular Libertador[editar]


El 4 de julio, los estudiantes universitarios principalmente de las facultades de Derecho y
de Medicina formaron el Frente Popular Libertador (FPL). La mayoría de estos jóvenes
estudiantes eran de clase media y había incluso algunos de las élites del país. El 18 de
julio celebraron su primera junta general, y se nombró a Manuel Galich, Mario y Julio
César Méndez Montenegro, Manuel y Marco Antonio Villamar Contreras como su primera
junta directiva. Entre los participantes a esa reunión estuvieron Ricardo Asturias
Valenzuela, Alfonso Bauer Paiz y José Manuel Fortuny.34
Los fundadores del partido explicaron el significado del nombre que habían adoptado de la
siguiente forma:34

 Frente: porque los que lo forman marchan siempre a la vanguardia, con la frente
en alto.34

 Popular: porque le abre los brazos a cuanto guatemalteco honrado desee


pertenecer a él.34

 Libertador: porque propone hacer una patria democrática y libre. 34

La Revolución[editar]
Papel de la Escuela Normal para Varones[editar]
Artículo principal: Escuela Normal para Varones

A finales del gobierno del general Ubico la Escuela Normal estaba militarizada y para su
funcionamiento se integraba de una unidad administrativa a cargo de militares de profesión
y encargada de impartir órdenes y disciplina castrense, y una unidad académica integrada
por un claustro de catedráticos civiles encargados de la enseñanza. La escuela se
caracterizaba entonces por tener un internado obligatorio, régimen y disciplina militar,
estudiantes becados en condiciones económicas bastante reducidas, predominio de
alumnos de la provincia, y un claustro altamente cualificado presidido por Luis Martínez
Mont. Los estudiantes de esa época sufrieron arrestos indefinidos, palabras grotescas,
golpes y prácticas militares agotadoras de tres y cuatro horas diarias, en menoscabo de
las horas de estudio.39m
Tras la caída del general Ubico, los estudiantes de la Escuela Normal solicitaron mediante
un telegrama al presidente Ponce Vaides la desmilitarización del plantel el 15 de julio de
1944, pero no fueron atendidos. Alentados por las circunstancias, insistieron y el nuevo
Gobierno les otorgó la desmilitarización del establecimiento educativo. Los normalistas
fueron reunidos en los corredores de la Escuela Normal para escuchar la orden militar del
día, que trató sobre la desmilitarización de la Escuela Normal. Los estudiantes fueron
desarmados y rompieron filas.39 El 1.º de agosto el personal administrativo de la Escuela
Normal pasó al control del nuevo director, el profesor Jorge Luis Arriola. 39
Durante esta corta administración, la administración de la Escuela Normal mejoró la
alimentación de los internos, cambió a los inspectores, desarrolló el arte literario y fomentó
las relaciones interescolares que no existían hasta entonces. Las primeras visitas fueron
de las alumnas del Instituto Normal Central para Señoritas Belén y luego se establecieron
los jueves deportivos donde se invitaban a institutos de secundaria de la Ciudad de
Guatemala para practicar encuentros deportivos, tanto de mujeres como de hombres. 39
Estos cambios hicieron que el presidente Ponce Vaides viera con recelo a la Escuela
Normal, por lo que destituyó a Jorge Luis Arriola el 25 de septiembre de 1944 y nombró
como director en su lugar a Carlos Alberto Quintana quien era miembro activo del Partido
Liberal y a quien la institución declaró non grato.39 Como protesta, renunciaron los
profesores de la administración y los estudiantes emprendieron varias acciones:

 elaboraron un manifiesto pidiendo la reinstalación del Dr. Arriola como director 40

 hicieron aclaraciones a la prensa para salvar al Dr. Arriola40

 emprendieron jornadas de protesta para la liberación de su director 40

 convocaron a una huelga general en que los internos abandonaron el edificio de la


Escuela.39
La huelga convocada por los estudiantes normalistas fue uno de los precursor de la
Revolución del 20 de Octubre.40
Muerte de Alejandro Córdova[editar]
Artículo principal: El Imparcial (Guatemala)

En la madrugada del 1 de octubre de 1944, Alejandro Córdova —fundador y director del


periódico El Imparcial41—y el industrial Fredy Koenisberger asistieron a una reunión y, a
eso de las 3 de la mañana, se dirigieron a la Villa de Guadalupe, donde vivía Córdova. 42
Cuando estacionaron frente al chalet las Gardenias, en la 8.ª avenida entre 2.ª. y 3.ª calles
de la Ciudad de Guatemala, fueron interceptados por un grupo de hombres armados. Uno
de ellos les dijo: «Dos palabras». Y Córdova le respondió: «¿Qué quiere, amigo?»
Entonces les dispararon.35
Los autores del atentado, Federico Paiz Madrid, Luis Ochoa del Cid y José Manuel Herrera
Muñoz, corrieron hacia una camionetilla en la que los esperaba Humberto Mendizábal
Amado; se dirigieron al Tercer Destacamento de Policía, en el barrio de San Pedrito y
dejaron abandonado el vehículo. Momentos después se despidieron y Paiz Madrid, jefe del
grupo, les dijo que tenían que separarse y que no olvidaran presentarse al despacho del
coronel Evaristo Orozco para informarle de que habían cumplido la misión. n Todos los
autores materiales fueron capturados al caer el Gobierno de Ponce Vaides el 20 de
octubre de 1944, pero Madrid y Del Cid escaparon de la cárcel.42
Con el nuevo Gobierno, la Policía Nacional fue sustituida por la Guardia Civil, que prometió
capturar a los prófugos en el menor tiempo posible; el 22 de octubre, unos guardias que
rondaban por Gerona vieron a un individuo sospechoso y lo reconocieron como Federico
Paiz Madrid.35 En la 16 avenida y Callejón del Administrador, hoy 15 calle “A” –según el
reporte de las autoridades— «Madrid los atacó a balazos y ellos para defender sus vidas le
dispararon hasta darle muerte». El resto de los asesinos de Córdova fueron condenados a
muerte en Primera Instancia, pero en Segunda Instancia, las condenas quedaron así: Luis
Ochoa del Cid y José Muñoz Herrera, treinta años de prisión y Humberto Mendizábal
Amado, veinte años.35
Caída de Ponce Vaides[editar]
Artículo principal: Federico Ponce Vaides

De julio a septiembre del mismo año, Ponce comenzó a dictar medidas coercitivas contra
la ciudadanía, apoyado por el Partido Liberal Progresista, con el objeto de perpetuarse en
el poder. Varios oficiales de graduación intermedia de alta en el batallón de la Guardia de
Honor, comenzaron a cambiar impresiones y a proponer soluciones para evitar el
establecimiento de una nueva dictadura en el país.43 Entre los militares estaban Manuel J.
Pérez, el mayor Carlos Aldana Sandoval, el capitán Jacobo Arbenz y Francisco Javier
Arana, a quienes se sumó prácticamente toda la oficialidad de aquel cuerpo militar.
Algunos se encargaron de mantener contactos con diversos activistas civiles que
colaborarían durante la lucha armada. Los enlaces principales que mantuvieron fueron los
militares de baja Jacobo Arbenz Guzmán y Enrique de León Aragón. Además, el hombre
de negocios Jorge Toriello, el dirigente obrero Silverio Ortiz, el doctor Julio Bianchi y un
grupo de estudiantes encabezados por Mario y Julio César Méndez Montenegro, Oscar de
León Aragón y Julio Valladares Castillo, entre otros.44
En la noche anterior al 20 de octubre de 1944, después de coordinar las unidades que
estarían en combate, de comprobar las comunicaciones, adjudicar misiones y objetivos y
de establecer un puesto de mando, los mayores decidieron comenzar las operaciones de
acuerdo con el plan estratégico establecido, sin la asistencia del mayor Aldana Sandoval y
del coronel Humberto Díaz, quienes por diversas razones no estuvieron presentes en la
hora convenida: se emplazaron dos piezas de artillería en la zona 5 para cañonear el
Castillo de Matamoros, mientras que dos tanques cubrían el frente del cuartel para evitar
fugas;45 desde los altos del Cerrito del Carmen, otras dos unidades bombardearon
el Castillo de San José, también sitiado por otro par de tanques. Se neutralizó el campo de
aviación del Aeropuerto Internacional La Aurora y luego se trajeron cuatro cañones más
para emplearlos contra Matamoros y el Castillo de San José, que causaron en ambos
estragos materiales en los edificios y una considerable cantidad de bajas entre muertos y
heridos. Finalmente, fueron colocados cuatro tanques frente al Palacio Nacional con la
orden de atacar en caso de encontrar resistencia. 46
En cuanto a Árbenz, Jorge Toriello y el teniente Enrique de León Aragón, estos estuvieron
repartiendo armas a los civiles que las solicitaban para unirse a la lucha. Los primeros
civiles que se incorporaron a ella fueron quince estudiantes universitarios que llegaron a la
Guardia de Honor a las dos de la mañana, a los que se entregaron armas inmediatamente.
Otro contingente civil muy valioso fue el constituido por obreros armados acaudillados por
el legendario dirigente Silverio Ortiz.o Entre todos ellos lograron reunir ochocientos
hombres que pelearon en diversos barrios de la ciudad, entre otros, «La Palmita», «La
Reformita», «Santa Cecilia» y en las calles céntricas, enfrentándose a la policía nacional y
a los francotiradores que cobraron muchas vidas humanas. El contingente obrero estuvo
integrado por albañiles, carreteros, maestros, tipógrafos, ferrocarrileros, jornaleros y toda
una amplia gama de oficios.47
En las primeras horas de la mañana del 20 de octubre, el Castillo de Matamoros elevó la
bandera blanca en señal de redención y a las 10:30 a. m. hizo lo mismo el Castillo de San
José. Algunos hechos callejeros violentos por parte de la resistencia obligaron al ejército
revolucionario a integrar con estudiantes y maestros un cuerpo de vigilancia llamado
«Guardia Cívica», que patrulló la Ciudad de Guatemala desde la noche del 20 de octubre
en adelante, en sustitución de la policía nacional. Los boy scouts también colaboraron con
los triunviros, dirigiendo el tráfico en las esquinas más concurridas, y las mujeres
guatemaltecas prestaron su labor como ayudantes de enfermería en los hospitales y
puestos de socorro.48
El 20 de octubre de 1944 selló por primera vez en la historia republicana de Guatemala la
unión entre ejército y civiles revolucionarios. Después de las rendición de los dos bastiones
militares defensores del gobierno de Federico Ponce, el mandatario y su gabinete
levantaron la bandera blanca del cese de hostilidades. Para ello fue necesario que los
combatientes revolucionarios llegaran al acuerdo de integrar un mando unificado integrado
por Francisco Javier Arana, representando a los jóvenes oficiales de la Guardia de Honor
y Jacobo Árbenz Guzmán y Jorge Toriello Garrido, en representación de los sectores
militares democráticos egresados de la Escuela Politécnica, así como a los estudiantes,
obreros y políticos que coadyuvaron a derrocar los gobiernos de Jorge Ubico y Ponce
Vaides.49
Los dirigentes exigieron telefónicamente la renuncia escrita de Ponce, desde la embajada
de Estados Unidos. Después de solicitar la mediación del cuerpo diplomático y de cuatro
horas de negociación, ambas partes acordaron los términos de la rendición del Gobierno y
el cese total de hostilidades de las fuerzas militares que lo apoyaban. 50
Junta revolucionaria de gobierno[editar]
Luego de estos sucesos se difundió la noticia de que Ponce Vaides había solicitado asilo
político en México y el gobierno había sido tomado por un triunvirato compuesto por un
civil y dos militares: el civil Jorge Toriello Garrido, el mayor Francisco Javier Arana y el
capitán Jacobo Árbenz Guzmán.49
Las principales funciones del Gobierno de transición fueron derogar los decretos que había
promulgado la administración anterior. Convocó a una Asamblea Nacional Constituyente
que produjo una nueva Carta Magna. Quedó instituida la Junta Revolucionaria del 20 de
octubre de 1944, con el propósito de garantizar a los guatemaltecos un marco
constitucional para llevar a Guatemala a una democracia representativa. 49 Entre los
decretos más importantes que firmó la Junta Revolucionaria se encuentran:

 Decreto No. 1: Disolución de la Asamblea Nacional y convocatoria para elección de


Diputados para integrar la Asamblea Revolucionaria.

 Decreto No. 7: Se deroga el Decreto No. 1474 desde el 1 de enero de 1945,


anulando el servicio personal (trabajo forzoso) por pago de impuesto de vialidad.

 Decreto No. 14: Se otorga autonomía a la Universidad Nacional, que pasa a


llamarse Universidad de San Carlos de Guatemala.
Constitución de 1945[editar]
Los dirigentes del movimiento armado de octubre formaron una junta de gobierno que
conservó el mando de la República hasta el 15 de marzo de 1945. Durante este período se
promulgó la nueva Constitución de la República de Guatemala, que fue redactada y
aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente, y firmada por el presidente de la
Asamblea Revolucionaria, Jorge García Granados.49
Entre otras cosas, la nueva Constitución autorizó la organización de sindicatos, los cuales
estaban prohibidos en los gobiernos liberales, se creó el cargo de jefe de las fuerzas
armadas y se abolió el trabajo forzado.51

Los gobiernos de la Revolución[editar]


La Revolución de Octubre ha sido interpretada como el período en que emerge la pequeña
burguesía guatemalteca y del proceso de hegemonización de la burguesía en el manejo
del poder político. El nuevo papel del Estado requería de un número creciente de
servidores públicos; su apertura democrática estimuló la organización popular y el mayor
protagonismo de las capas urbanas logró que sus áreas de vida ubicadas en las periferia
de la Ciudad de Guatemala fueran atendidas por el Estadop ya que son partes de la base
social que sustenta los regímenes revolucionarios.52
Cuando ocurrió la Revolución de 1944, la ciudad tenía un escaso desarrollo urbano, que
se reflejaba en una deficiente y diferenciada cobertura de servicios esenciales q así como
pocas posibilidades de trabajo para la población, por la casi inexistente industrialización;
excepto por una fábrica de cerveza, otra de cemento y algunas textiles y jaboneras, las
principales actividades económicas eran agrícolas y artesanales. Guatemala dependía en
todo de la importación de artículos tanto suntuarios como necesarios.53
Con los gobiernos revolucionarios aparece un nuevo concepto de la administración
municipal, basado en la autonomía y en la elección de las corporaciones por la población
de los municipios, aunque, desde el principio, esta situación tuvo repercusiones en el
desarrollo urbano de la ciudad, ya que existieron fricciones políticas entre el Gobierno y las
corporaciones ediles, principalmente con la de Juan Luis Lizarralde, quien fue electo en
1951 tras ser postulado por los partidos anticomunistas de Guatemala. 54
Gobierno de Arévalo[editar]
Artículo principal: Juan José Arévalo

El gobierno del primer presidente electo democráticamente en la historia de


Guatemala, Juan José Arévalo, se distinguió por sus numerosas realizaciones educativas y
de beneficio para la mayoría de las capas medias urbanas y de los intelectuales más
consecuentes. Sin embargo, la oligarquía y los sectores influyentes, apoyados por el
sector conservador del Ejército, comenzaron a conspirar contra el nuevo Gobierno. El
presidente Arévalo Bermejo principió su gobierno en 1945, y desde el principio utilizó un
lenguaje a veces disociador, que empezó a polarizar a la sociedad guatemalteca,
causando entre los terratenientes la sensación de que solamente era el gobernante de una
parte de los guatemaltecos. En el libro «Despacho Presidencial» de Arévalo, se observa
que el gobierno empezó con sanciones a la oposición, r intervencionismo económico del
Estados y un decidido apoyo a un movimiento sindicalista recién surgido. Así entonces, las
fuerzas de oposición al gobierno arevalistat poco a poco fueron marginadas y empezaron a
temer la implantación del socialismo en el país.29 Por otra parte, es importante destacar
que el presidente Arévalo tomó posesión con poder limitado, restringido por los militares,
que estaban acaudillados por el teniente coronel Arana.55
El frente de lucha del gobierno arevalista fue preponderantemente urbano y, a diferencia
de su sucesor, no enfrentó los problemas de la tenencia de la tierra y el trabajo agrícola, a
pesar de que la mayoría de la población era rural e indígena, salvo en lo relacionado con
los trabajadores de la agricultura tecnificada norteamericana aposentada en las vastas y
fértiles regiones de Bananera y Tiquisate. Por otra parte, el régimen revolucionario,
impulsado y dirigido por miembros de las capas medias directa e indirectamente, fortaleció
las posiciones de aquellas y las acrecentóu Por su parte, el sector terrateniente se organizó
a través de las asociaciones de agricultores, comerciantes, industriales, banqueros,
aseguradores y especuladores financieros, etc.56
Los precios del café, principal producto agrícola que exportaban los guatemaltecos, ya que
el banano era negocio exclusivo de los norteamericanos, alcanzaron los precios que
habían perdido en 1930, y, aunque la beneficiada en primer término fue la élite cafetalera,
hubo una derrama suficiente para abrir nuevos negocios o ampliar los ya existentes en los
rangos sociales intermedios de la capital y de algunas cabeceras departamentales.
Asimismo, durante el gobierno de Arévalo hubo considerable expansión de las clases
medias urbanas y ladinas del país, a las que hasta el sindicalismo recién organizado
favoreció, puesto que muchos de los nuevos dirigentes y diputados obreros salieron de sus
distintas capas.57
Arana y Árbenz fueron ascendidos al grado de coronel y teniente coronel,
respectivamente.v
El 16 de diciembre de 1945, Dr. Arévalo, en compañía de un periodista estadounidense y
dos bailarinas rusas que estaban de visita en Guatemala, tuvo un terrible accidente
automovilístico en la carretera a Panajachel: cayó al barranco y quedó gravemente herido,
mientras que todos sus acompañantes murieron.585960 Creyendo que la recuperación del
presidente iba a ser prolongada, los dirigentes del Partido Acción Revolucionaria (PAR)
suscribieron un pacto con el ya teniente coronel Arana, en el que este se comprometía a
no intentar ningún golpe de Estado contra el presidente convaleciente, a cambio de que los
partidos revolucionarios apoyarían a Arana como su candidato oficial en las siguientes
elecciones. Este fue el famoso «Pacto del Barranco». Sin embargo, la recuperación del
presidente fue casi milagrosa y pronto pudo hacerse cargo del gobierno nuevamente,
aunque no estuvo de acuerdo en aceptar el Pacto del Barranco. w Arana había aceptado
este pacto porque quería ser conocido como un «héroe demócrata» de la sublevación
contra Ponce y creyó que el Pacto del Barranco garantizaría su posición cuando llegara el
momento de las elecciones a presidente.62
Arana era una persona muy influyente en el Gobierno de Juan José Arévalo, y había
logrado ser nominado como el siguiente candidato a la presidencia, por delante del capitán
Arbenz, a quien se le dijo que por su corta edad (apenas 36 años en ese tiempo) no
tendría problema en esperar su torno para las elecciones siguientes.58 Pero la élite social
no estaba conforme con el gobierno arevalista, pues por primera vez en la historia del país
la clase media urbana tenía poder y lo había utilizado para que el Gobierno adoptara
medidas en favor de los obreros de la ciudad.63 La élite consideraba nocivas las reformas
sociales y consideraba que era más fácil hacer negocios y dinero —y que era más seguro
para ellos— vivir en un régimen dictatorial como el de Ubico.63
Los terratenientes tradicionales empezaron a cortejar al teniente coronel Arana, para que
liderara un golpe de Estado contra Arévalo y se opusiera a las nuevas reformas que este
había emprendido.63 Pero Arana estaba indeciso porque eso significaba perder el apoyo de
los recién formados sindicatos urbanos, quienes eran sus votos seguros en las elecciones
de 1950, en donde estaba garantizada su candidatura presidencial por el partido oficial. 63
La división entre Arana y el gobierno arevalista empezó a notarse más en 1948, cuando se
eligió a la mitad del congreso y Arana apoyó a sus propios candidatos, de los cuales
ninguno resultó electo por la ineptitud de su jefe de campaña, el oficial Ricardo Barrios
Peña —quien era nieto de Justo Rufino Barrios—.64 A partir de ese momento, las
relaciones entre Arana tanto con el presidente Arévalo como con el Congreso se fueron
distanciando, y se empezó a rumorar un posible intento golpista del militar y un posible
descontento del presidente con el movimiento «Arana para Presidente» que ya se había
iniciado.65
Existen varios relatos de intentos golpistas maquinados por Arana que se frustraron por
diversas circunstancias: en una ocasión, durante una celebración en octubre de 1948 en la
Quinta Samayoa —entonces una propiedad rural en las afueras de la Ciudad de
Guatemala— Ricardo Barrios Peña y sus amigos habrían convencido a Arana para llevar a
cabo un golpe de Estado, pero el joven oficial Carlos Paz Tejada lo habría evitado
diciéndole enérgicamente a Arana que se convirtiera en «otro Ubico». 66 En otra
oportunidad, a mediados de 1949, Arana habría girado instrucciones a sus hombres en la
Guardia de Honor para que lo esperaran en la noche para dar un golpe contra el Gobierno;
pero Arana ya no llegó porque pasó la noche bebiendo con Arévalo en la Casa
Presidencial.66 A pesar de que Árbenz tenía muchos seguidores en las fuerzas armadas,
Arana sabía que había varios grupos independientes y numerosos oficiales indiferentes a
la situación; además, tenía a sus más cercanos colaboradores en posiciones clave en el
ejército, aprovechando su puesto de jefe de las Fuerzas Armadas; pero a Arana lo detuvo
su indecisión entre dar un golpe y alcanzar la presidencia por medios legales. 66
Tras el fracaso en las elecciones legislativas Arana fue rechazado por el PAR y el Frente
Popular Libertador (FLP) —partido de los estudiantes universitarios—, en el que
únicamente la facción de Mario Méndez Montenegro lo apoyaba; de hecho, en abril de
1949 se produjo un cisma en el FLP, formándose el Frente Popular Libertador Ortodoxo
que apoyaba a Arana y que comenzó la campaña presidencial de este en el interior de la
república.67 Al mismo tiempo, se empezaba a perfilar la candidatura del teniente coronel
Árbenz porque parecía favorable a los obreros y respetuoso de la Constitución y porque en
el interior de la república únicamente un militar podría derrotar a Arana. 67
Muerte de Francisco Javier Arana[editar]
Artículo principal: Francisco Javier Arana

«En las últimas horas de la mañana del 18 de julio de 1949, varios


hombres armados salieron a toda velocidad de la Ciudad de
Guatemala en dos vehículos. Cerca de un pequeño puente —el
Puente de la Gloria— esperaron por Francisco Arana, jefe de
las Fuerzas Armadas de Guatemala. No tuvieron que esperar
mucho. Cuando Arana y sus tres acompañantes se acercaron al
puente, había del otro lado un Dodge gris, y viendo que les
impedía el paso, el coronel Arana detuvo su vehículo. Se produjo
entonces una corta balacera. Arana resultó muerto. No hubo
investigación sobre su muerte. Sus asesinos nunca fueron
capturados.»
—Piero Gleijeses68

La muerte del teniente coronel Francisco Javier Arana es de crítica importancia en la


historia del país, pues fue un evento crucial en la historia de la revolución guatemalteca: su
muerte no solo abrió las puertas a la elección del coronel Jacobo Arbenz como presidente
de la república en 1950x sino que también causó una aguda crisis en el Gobierno del
doctor Arévalo Bermejo, quien se vio enfrentado contra un ejército que había sido fiel al
mayor Arana, y a grupos civiles de derecha que aprovecharon la ocasión para protestar
fuertemente contra su gobierno.69
De acuerdo a la Constitución guatemalteca vigente en 1949, para que un oficial del ejército
pudiera participar en las elecciones presidenciales debía renunciar a las fuerzas armadas
en mayo de 1950, es decir seis meses antes de los comicios.70 Arana se vio entonces en la
encrucijada entre el camino legal y el golpe de Estado, pues perdería su poder sobre el
ejército al proclamar su candidatura presidencial, que se veía cada vez más débil. El
sucesor de Arana como jefe de las Fuerzas Armadas era elegido por el Congreso de
Guatemala entre tres candidatos postulados por el Consejo Superior de la Defensa (CSD),
ente formado por veintitrés oficiales, que incluía a Arana y a Árbenz como miembros por
ser los mayores jerarcas militares del país, pero que también incluía miembros que eran
electos cada tres años.70 Arana sabía que su sucesor iba a ser un oficial no-aranista y
decidió influir en las elecciones del CSD de 1949; las reuniones dentro del CSD fueron
tensas y no se llegó a ningún acuerdo, más que posponer las elecciones de nuevos
miembros para julio de 1949.70 El viernes 15 de julio finalmente los aranistas aparentaron
doblegarse y aceptaron que el voto fuera libre en las zonas militares y que los
comandantes locales no supervisaran las votaciones.71
Pero ese mismo día, Arana destituyó al coronel Francisco Cosenza, jefe de la Fuerza
Aérea de Guatemala, y único arbencista entre los jefes militares; lo sustituyó por Arturo
Altolaguirre Ubico sin pedir permiso al ministerio de la Defensa. Árbenz supo en ese
momento que un golpe de Estado estaba en marcha y Arana, que estaba cansado de
esperar, fue al despacho de Arévalo a enfrentar el 16 de julio; allí —según relatos
posteriores pues no hubo testigos presenciales— le dio un ultimatum: Arévalo tenía que
destituir a todo su gabinete y sustituirlo por colaboradores del militar o sería derrocado. 71
Arévalo le dijo que le diera unos días para realizar los cambios ordenamente, a lo que
Arana accedió, dando como plazo hasta las diez de la noche del 18 de julio —fecha en que
iban a dar comienzo las elecciones para el CSD—.70 Ricardo Barrios Peña le recriminó a
Arana este acuerdo, pues consideraba que Arana debió haber tomado el poder
inmediatamente; pero Arana estaba seguro de su victoria y que iba a quedar como un
presidente constitucional tras ganar las elecciones, en vez de un líder de facto. 72
Después de que Arana se retiró, Arévalo mandó a llamar a Árbenz y a otros importantes
colaboradores, quienes al conocer del ultimatum acordaron secuestrar a Arana y enviarlo
al exilio; el 17 de julio, mientras Arana estaba en la Quinta Samayoa, seguro de su triunfo,
el comité permanente del Congreso de Guatemala se reunió secretamente para destituirlo
como jefe de las Fuerzas Armadas. El presidente de Cuba Carlos Prío Socarrás, quien era
amigo de Arévalo, estuvo de acuerdo en otorgar exilio al coronel Arana, quien sería
transportado a Cuba por el coronel Cosenza.72 El Gobierno de Arévalo estaba seguro de
que luego del destierro de Arana, se produciría un alzamiento militar por parte de sus
seguidores.69
El lunes 18 de julio por la mañana, Arana se presentó en el palacio presidencial y le dijo a
Arévalo que iba a El Morlón, la residencia presidencial a orillas del lago de Amatitlán, para
confiscar un lote de armas que Arévalo había escondido allí luego de que las autoridades
mexicanas las confiscaran a un grupo de exiliados dominicanos a quienes el Gobierno
guatemalteco se las había regalado para derrocar a Rafael Leónidas Trujillo.69 Las armas
habían sido sustraídas de la base militar del Puerto de San José y ahora iba a confiscarlas
en la residencia presidencial.69 El historiador Piero Gleijeses considera que la visita de
Arana a Arévalo fue «la de un hombre impulsivo cuya paciencia estaba agotada y que fue
al palacio para presumir de su poder y para apurar al humillado presidente a que cumpliera
con su ultimátum rápidamente».73 Pero en lugar de amedrentar a Arévalo, lo único que
consiguió fue que este supiera en donde iba a encontrarse y pusiera en marcha el plan
para sacarlo al exilio; hábilmente, Arévalo le sugirió que se llevara al coronel Felipe Antonio
Girón —jefe de la guardia presidencial— lo que confirmó a Arana de su aparente triunfo y
de que Arévalo y Árbenz jamás se le enfrentarían.73
Arévalo llamó a Árbenz para que se hiciera cargo de la situación, y este envió a varios
hombres armados, quienes salieron desde la capital en dos carros e iban bajo las órdenes
del jefe de la policía, teniente coronel Enrique Blanco y por el diputador del PAR Alfonso
Martínez, un oficial retirado y amigo de Árbenz.73 Cuando Arana llegó al puente de La
Gloria, un Dodge gris estaba parado allí obstruyéndole el paso. Después de la corta
balacera quedaron tres fallecidos: Arana, su asistente el mayor Absalón Peralta y el
teniente coronel Blanco.74 Los testigos presenciales nunca confirmaron cual fue el
detonante de los disparos y si la intención había sido capturar a Arana como estaba
previsto.74
Al conocerse la noticia de su muerte, la Guardia de Honor se alzó en armas y estallaron
los combates en la ciudad, que duraron veinticuatro horas; mientras, el resto del país
esperaba el resultado. Aunque pareció que los aranistas iban a triunfar aquel 18 de julio,
no lograron su objetivo porque carecían de un líder que los dirigiera contra las escasas
fuerzas leales al presidente que estaban dirigidas por Árbenz, quien demostró mucha
perspicacia y habilidad militar.74 El coronel Carlos Castillo Armas, uno de los principales
colaboradores de Arana, estaba en Mazatenango observando las elecciones para el CSD y
no se atrevió a regresar74 mientras que el comandante de la Guardia de Honor, coronel
Juan Francisco Oliva, fue detenido en el Ministerio de la Defensa, a donde lo había
llamado Árbenz menos de una hora después de la muerte de Arana. 74
Para el amanecer del 19 de julio, el Gobierno había la iniciativa: el coronel Cosenza había
arrestado a Altolaguirre Ubico en la Fuerza Aérea y numerosos civiles habían tomado las
armas de los depósitos del fuerte de Matamoros y de un pequeño cuartel que Árbenz
había tomado durante la noche.75 Los leales al Gobierno sitiaron la Guardia de Honor, que
también fue atacada por la Fuerza Aérea, con bombas obsoletas que muchas veces no
estallaron; finalmente, el cuartel se rindió y la lucha se dio por concluida con un saldo de
ciento cincuenta muertos y más de doscientos heridos.76 La versión oficial era que los
miembros reaccionarios de la sociedad guatemalteca habían sido los culpables de la
muerte del coronel Arana, algo que muchos guatemaltecos vieron con incredulidad desde
el principio, pues se sabía que Martínez estaba herido y que este era incondicional de
Árbenz; esto dio pie para que surgieran rumores de un complot para asesinar al coronel
Arana,76 los cuales han persistido hasta la actualidad.
Gobierno de Jacobo Árbenz[editar]
Artículo principal: Jacobo Árbenz Guzmán

Múltiples conspiraciones y asonadas militares no lograron derribar el Gobierno de Arévalo,


debido al fuerte apoyo popular y sindical con el que contaba, tanto así que no solo logró
culminar su mandato sino que incluso pudo entregar el poder en un contexto pacífico y de
elecciones democráticas a su sucesor, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán quien tenía
tendencias revolucionarias más radicales que las de Arévalo; es importante mencionar que
los autores liberales como Carlos Sabino han puesto en duda la transparencia de las
elecciones que dieron por ganador a Árbenz, aduciendo que como candidato oficial, se
aprovechó de los recursos del estado para movilizar votantes en toda la República, 29
mientras que los autores socialistas las recuerdan como un ejemplo de transparencia. 77
Cuando inició el gobierno de Árbenz, el 76 % de los habitantes poseían menos del 10 %
de las tierras; mientras que un 2.2 %, el 70 %. La United Fruit Company era dueña de más
del 50 % de las tierras cultivables del país, de las que únicamente cultivaba el 2.6 %; y los
campesinos tenían sueldos miserables. Por otra parte, desde el gobierno de Manuel
Estrada Cabrera existían monopolios norteamericanos de empresas subsidiarias de la
UFCO y que se dedicaban al transporte de carga por ferrocarril y vapores, los que salían
de Puerto Barrios, Izabal, puerto controlado por la frutera. Asimismo, controlaban la
generación de la electricidad, los teléfonos y telégrafos del país. Estas empresas no
pagaban ningún tipo de impuesto por el uso de los recursos nacionales, gracias a las
generosas concesiones otorgadas por Estrada Cabrera, y ratificadas por los Gobiernos
de José María Orellana y Jorge Ubico.78
Dado que Arbenz era de tinte izquierdista nacionalista, dijo en su discurso de toma de
posesión:
Nuestro gobierno se propone iniciar el camino del desarrollo económico de Guatemala, tendiendo
hacia los tres objetivos fundamentales siguientes:

 convertir nuestro país de una nación dependiente y de economía semicolonial en un


país económicamente independiente;

 convertir a Guatemala de país atrasado y de economía predominantemente


semifeudal en un país moderno y capitalista; y

 hacer que esta transformación se lleve a cabo en forma que traiga consigo la mayor
elevación posible del nivel de vida de las grandes masas del pueblo.

Basándose en su plan de gobierno, realizó lo siguiente:

1. Promulgó el Decreto 900, para expropiar los terrenos ociosos de la UFCO.79

2. Principió la construcción de la carretera al Atlánticoy y que fue terminada por los


gobiernos de Carlos Castillo Armas y de Miguel Ydígoras Fuentes debido a la
importancia económica de la misma.79 Tal y como había previsto el Gobierno de
Arbenz, una vez concluida la carretera, el monopolio ferroviario de la IRCA se
derrumbó.79

3. Comenzó la construcción del puerto Santo Tomás de Castilla en donde se


encontraba el puerto Matías de Gálvez, para competir con Puerto Barrios, puerto
controlado por la UFCO,79 aunque la construcción de este puerto no se terminó
sino hasta después del Terremoto de Guatemala de 1976.

4. Empezó los estudios para la planta de generación Jurún Marinalá, para competir
con la empresa eléctrica en manos de norteamericanos.78
En 1952, ganó las elecciones a alcalde Juan Luis Lizarralde, apoyado por el Partido de
Unificación Anticomunista (PUA), el Comité de Estudiantes Universiarios Anticomunistas
(CEUA), la Unión Patriótica y la Juventud Nacionalista, en una muestra de elecciones
verdaderamente democráticas. Esta administración tuvo enfrentamientos con el Gobierno
del coronel Arbenz, pero el Gobierno, mediante obra públicaz intervino en la producción de
nuevos espacios en la ciudad y, en algunos casos, en la valorización de la tierra que fue
incorporada a la ciudad por medio de los nuevos ejes viales como la carretera
Interamericana que se construyó a partir del Hospital Roosevelt. 53

La Contrarrevolución[editar]
Artículos principales: Operación PBSUCCESS y Carlos Castillo Armas.
Muralista mexicano Diego Rivera quien pintó el cuatro «Gloriosa victoria». En el centro del cuadro, el
secretario de estado de los EE.UU, John Foster Dullesle da la mano a Castillo Armas. El jefe de la
CIA, Allen Dulles, y el embajador estadounidense en Guatemala, John Peurifoy están regalando
dinero a los comandantes militares, mientras que los indígenas trabajan como esclavos, cargando
los barcos de la United Fruit Company con bananos. A los pies del embajador, hay una bomba
antropomorfizada que contiene la cara sonriente del presidente Dwight Eisenhower. En el fondo está
el arzobispo Mariano Rossell y Arellano oficiando una misa sobre los cuerpos masacrados de los
trabajadores. Este cuadro fue prohibido en los Estados Unidos y desapareció completamente
durante los siguientes cincuenta años. En el año 2000, fue encontrado en una bodega del museo
Pushkin, en Rusia y desde entonces, está en calidad de préstamo y en exhibición permanente
en México.

Diez años después de la Revolución de 1944, en 1954, los opositores al gobierno de


Árbenz se unificaron en el llamado Movimiento de Liberación Nacional. Bajo el mando del
teniente coronel Carlos Castillo Armas y con el apoyo de Juan Córdova Cerna, director de
la CIA en Centroamérica, quien fue el verdadero líder del Ejército de Liberación y se infiltró
en el gobierno de la Junta Revolucionaria como ministro de Gobernación; esta acción fue
el preámbulo para que se iniciarán los planes para el derrocamiento en la denominada
«Operación PBSUCESS», la cuál, bajo otro nombre tenía como objetivo derrocar a la
Junta Revolucionaria, sin embargo se logró hasta con el presidente Árbenz. 80
Con el apoyo de las dictaduras de Nicaragua y Honduras se planeó una invasión desde
este último país, se reunió un pequeño ejército, cuyos aviones incursionaron sobre
Guatemala, arrojando propaganda contra el Gobierno y atacando objetivos militares. El 18
de junio de 1954, el Ejército de Liberación invadió el país por Esquipulas y
tomó Chiquimula. Al presidente Árbenz solamente una sección del ejército le dio su apoyo
por lo que no pudo oponer una resistencia efectiva, y la invasión ya había avanzado
demasiado. Árbenz renunció el 27 de junio, dejando la presidencia en manos del coronel
Carlos Enrique Díaz, jefe de las Fuerzas Armadas, y se asiló en la embajada de México.81
El coronel Díaz fue sustituido por una junta militar integrada por los coroneles Elfego H.
Monzón, José Luis Cruz Salazar y Mauricio Dubois. 82 El coronel Monzón, presidente de la
junta militar, firmó con Castillo Armas, en San Salvador, un pacto que puso fin a la guerra,
y le otorgó el poder a este, quien había traicionado a el Lic. Juan Córdova Cerna e
inmediatamente devolvió las tierras a los terratenientes e inauguró un período de
sucesivos gobiernos militares en el país que incurrieron en una considerable deuda
externa.aa

La Revolución de 1944 en la Literatura[editar]


Novela Los Ojos de los Enterrados de Miguel Ángel Asturias[editar]
Artículos principales: Miguel Ángel Asturias y Jorge Ubico.
Miguel Ángel Asturias

Miguel Ángel Asturias en su obra Los Ojos de los Enterrados, tercera y última entrega de
su Trilogía Bananera, describe una interesante teoría en la que relata una historia ficticia
en la que la causa de la renuncia del presidente Ubico —a quien llama «la fiera del
Guacamolón» ya que «Guacamolón» es el nombre coloquial del Palacio Nacionalde color
verde que construyó Ubico Castañeda— fue debida a una huelga generalizada en las
instalaciones de la United Fruit Company tanto en Bananera como en Tiquisate, a la que
siguió un paro nacional y las protestas en la capital.83 Aunque históricamente los
movimientos que resultaron en la renuncia de Ubico se dieron principalmente entre la clase
media de la Ciudad de Guatemala, la teoría de Asturias, aunque ficticia, es interesante y
hasta hubiera sido posible, dados los siguientes factoresː

«Derrocar a la fiera militar de turno dejando a la fruteraintacta


era engañarse, y atacar a la compañía con el dictatorzuelo
encima era imposible. Había que acabar con los dos al mismo
tiempo».

Tomado de: Asturias, M.A. (1978). Los ojos de los enterrados.


Buenos Aires: Lozada.83

 Luego de la caída del gobierno de Ponce Vaides en octubre de 1944, tanto la Junta
Revolucionaria de Gobierno —que derogó los reglamentos de vialidad y de vagancia
que favorecían la mano de obra barata de los terratenientes guatemaltecos y
transnacionales—, como Juan José Arévalo con su Código de Trabajo y Jacobo
Árbenz Guzmán —con el Decreto 900 de Reforma Agraria, la construcción de la
Carretera al Atlántico, la construcción del Puerto Santo Tomás de Castilla y la
planificación de la hidroeléctrica Jurún Marinalá—, atacaron de frente a los intereses
de la United Fruit Company y de sus compañías afiliadas la International Railways of
Central America (IRCA) y la Gran Flota Blanca.84

 La frutera se encontraba de momento debilitada, ya que la Segunda Guerra


Mundial no había terminado, y algunos buques de su flota habían sido hundidos por
los submarinos alemanes y otros eran utilizados para el traslado de pertrechos de
guerra y tropas a los frentes.

 La política conocida como New Deal del entonces presidente de Estados


Unidos Franklin Roosevelt no favorecía a las empresas multinacionales como la
UFCO.85

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