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HISTORIA DEL ROCK PARAGUAYO

Dos décadas de
transformaciones
28 DE MAYO DE 2018
El rock y el pop en Paraguay tuvieron un
crecimiento sustancial en los últimos 20 años.
Las formas de producción, grabación y
distribución se han ido transformando a la par
del desarrollo de las tecnologías de la
comunicación en el mundo. Muchos conceptos
cambiaron con el tiempo, pero la pasión por la
música es la misma. Vida te invita a realizar un
recorrido por estas décadas de sueños y logros
de una escena que no para de crecer.
Por: Eulo García
Fotos: Archivo

Mayo de 1998. En unos cuantos meses más, el Paraguay


cumplirá la primera década desde la caída de la dictadura de
Alfredo Stroessner. Pero en el fin de semana del 9 y el 10 de
ese mes, todavía deben suceder un par de cosas que
marcarán el devenir de muchos en el país por los siguientes
veinte años. Ese domingo 10, se realizará la tercera elección
presidencial de la era democrática, de la que resultará electa la
forzada dupla Cubas-Argaña, bajo el molestoso influjo
mefistofélico del encarcelado general Lino César Oviedo.

Por aquellos años, hacer música rock/pop en Paraguay ya no


tenía el mismo sesgo social que en tiempos de la dictadura.
Los músicos y fans roqueros ya no vivían con sus melenas a
merced de la temida Operación Tijera –que la policía stronista
desplegó en los años 60 y 70–, pero las condiciones aún no
estaban consolidadas para que el ejercicio de la actividad
musical sea reconocida y aceptada como una opción viable,
que permita a los artistas desarrollar una carrera con la utópica
proyección de vivir de ello. De todas formas, aquellos fueron
años cruciales para abrir el camino que varios grupos
paraguayos transitan hoy de distintas formas, y con diferentes
propuestas para un público –también– cada vez más diverso.

Slow Agony

Una década bisagra

Los 90 transcurrieron con la frescura de una libertad que en


décadas pasadas parecía imposible en nuestro país. Lejos aún
de la era de los megaconciertos –que se desarrollarían de
manera más continua a partir de la mitad de la primera década
del siglo XXI–, los conciertos under eran la constante en el
circuito, especialmente asunceno.
A nivel mundial, la industria se conmocionaba con la explosiva
aparición en 1991 de los discos Nevermind, de Nirvana, y Black
Album, de Metallica, y se potenciaba al máximo el negocio de
la venta de discos –se calcula que actualmente llevan
vendidos, en el mundo, cerca de 30 millones de copias cada
uno–, viviéndose quizá la última época de oro del cedé, antes
de que internet comenzara su acelerado y devastador proceso
de expansión en el mundo.

En Paraguay, mientras tanto, grabar un disco seguía siendo un


sueño muy difícil de lograr. Sin embargo, bandas
como Corrosión y Deliverans lograron publicar sendos
materiales de larga duración que presagiaban lo que con el
tiempo se iría convirtiendo, lenta y sinuosamente, en una
posibilidad cada vez más realizable. Report of
exploitation y Rompiendo el cristal, respectivamente,
publicados en 1992, son hoy dos hitos ineludibles para la
construcción de una historia largamente soñada. El cantautor
Alberto Rodas lanzó Escobas voladoras en 1993, y amplió a
cuatro los álbumes de su carrera. Estos materiales oficiales
eran lanzados mayormente en formato casete, como la gran
mayoría de las decenas o centenares de materiales que
publicaban, cada vez con mayor asiduidad, una buena cantidad
de bandas y solistas, como Gaudí, Dos Tribus, In Situ, Steel
Rose, Sabaoth, Enemigos de la Klase, Slow
Agony, Raza, Rolando Chaparro, Shamán, El
Templo, Dokma, Gaia, por citar solo algunos de los nombres
más importantes que ganaron espacio dentro de la escena
mediante presentaciones en vivo y materiales fonográficos.

Paiko

Con la aparición en 1995 de la FM 95.5 Rock & Pop se dio un


impulso valioso a la difusión de la música rock y pop hecha en
Paraguay, algo que venía siendo largamente reclamado por
generaciones de creadores locales. Hacia finales de la década
e inicios de la siguiente, las versiones de "Reservista purahéi" y
"Kurusu vera" –dos clásicos del repertorio folclórico paraguayo–
, interpretados por Rolando Chaparro y el grupo Paiko,
respectivamente, fueron ampliamente difundidas por varias
emisoras de radio, lo que ayudó a colocar a los nuevos
creadores en un lugar cada vez más visible dentro de la
sociedad paraguaya.

Tercer milenio

Aquella década de tránsito culminó con la explosión social de


marzo de 1999 –conocida por la historia como Marzo
Paraguayo–, en que la "juventud" pasó a ser protagonista de
los sucesos socio-políticos del país. Ese tránsito de siglo
traería consigo una serie de transformaciones culturales que se
manifestarían a través de características propias en cada
región del mundo. Internet ya prácticamente había modificado
todas las reglas de juego de la industria musical, y si bien en
Asunción seguirían sobreviviendo por varios años muchas
disquerías, el negocio de los discos continuaría librando su
lucha por acomodarse a los nuevos tiempos tecnológicos y
comunicacionales.

En Paraguay esto tendría una página ineludible con la


aparición del sello Kamikaze Récords, fundada por el músico y
productor argentino Willy Suchar. Los discos Pasiones-
Homenaje del rock al folklore paraguayo (2001); Lennon vive-
Un tributo del rock paraguayo (2002); los compilados Rock
mbarete (2002), El nuevo vuelo del rock (2002) y Auténtico
rock-Éxitos del rock paraguayo (2006), publicados por este
sello, fueron un muestreo interesante de la variedad de grupos
y de las tendencias que se desarrollarían en los años próximos.
Pero quizá el aporte más importante de este sello fue la
publicación de discos de las bandas más representativas de la
última década del siglo XX: Deliverans, Gaudí, El Templo, Slow
Agony, Steel Rose, Turkish Blend, Gaia, entre otros.

Willy Suchar, fundador de Kamikaze Records


Antes de esta realidad, otros hitos insoslayables dentro de la
aún reducida historia discográfica en nuestro país fue, sin
duda, el álbum homónimo de Sabaoth, publicado en 1996. Esta
es por lejos la primera y principal banda de black metal del
país, y es considerada por los seguidores del estilo y los
medios especializados como una de las propulsoras del género
en Sudamérica. El otro hito fue la publicación del álbum
de Steel Rose Humanimal (1997), que tiene el no menor detalle
de haber salido por el entonces sello internacional BMG. Antes
de eso habían publicado el casete Insano (1996), por el sello
ENSA.

Retomando: en los primeros años de la década de 2000, el


circuito de pubs en Asunción que ofrecen espectáculos de
grupos de rock se encuentra en un auge interesante. Pero en
noviembre de 2003, una ordenanza municipal le pone un límite
horario a los locales y eventos nocturnos. La ordenanza n.º
114/03, más conocida como el "Edicto Riera", obliga en cierta
forma a que el mapa nocturno de la ciudad se reconfigure.
Varias discotecas y locales mudan sus locales a ciudades
aledañas (Fernando de la Mora, Luque). No obstante, muchos
grupos reinventan su dinámica de presentaciones,
acomodándose a los horarios dispuestos o llevando sus shows
a sitios alternativos.

En 2001, Dokma lanza su segundo cedé de manera


independiente: Amerikachorros. Podría decirse que este
material consagra a Dokma como el grupo de culto en que se
convertiría en los años siguientes. En 2003, el grupoFlou lanza
su primer disco oficial, Ataraxia, luego de años presentándose
en el circuito underground. Un año antes hacía lo
mismo Revolber, publicando Kaimonomacaco. Estas bandas
tendrán, en los años posteriores, un crecimiento notable de
seguidores en diferentes puntos del país, un hecho casi
inaudito para la escena paraguaya hasta el momento, ya que
históricamente el alcance local de las agrupaciones nacionales,
especialmente de rock, fue bastante limitado.
En 2004 se realiza el festival Quilmes Rock, con bandas
nacionales e internacionales, iniciándose así una serie de
megaconciertos patrocinados por marcas fuertes dentro del
mercado, especialmente de cervezas y cigarrillos. Una edición
del mencionado festival, cuatro de Pilsen Rock y numerosas
giras Palermo Rock marcan presencia en esos años de la
primera década del siglo XXI. El pico más alto de estos
megafestivales se da en octubre de 2005, cuando se realiza la
tercera edición del Pilsen Rock, ocasión en que se reúne a más
de 70.000 personas en un solo día. Los grupos nacionales que
participaron fueron Gaia, Bajo Zero, Per Se, Aura, Rolando
Chaparro, Moon Ska Monkeys, SKA, Flou, Revolber. Además
de la impresionante cantidad de asistentes, lo particular de esta
ocasión fue que los grupos paraguayos superaron en cantidad
a los extranjeros, y el ferviente apoyo del público a las bandas
locales quedó registrado en un devedé especial que se editó
posteriormente.

Aquel fenómeno favorecería en gran manera a la masificación


de una población consumidora de bandas locales. Pero no hay
que perder de vista que fue el circuito underground (como
históricamente ha sobrevivido el rock en nuestro país) el que
dotó de training y herramientas a los grupos, principalmente en
cuanto a diseño de producción, en su búsqueda hacia una
cada vez mayor profesionalización de la actividad musical. Esto
se vería representado en exitosas experiencias como el Jahapa
Tour de 2004. Así, varias bandas tomarían las riendas de sus
carreras de manera independiente, en algunos casos fundando
sus propios sellos, a través de los cuales continuarían
difundiendo su música.

Ripe Banana Skins, Ijadmil, Peter Punk, Kuerda Floja, Área


69, Vecindad Autopsia, Pipa Para Tabaco son otros grupos de
mucha actividad por esos años, en los que hay un fuerte
empuje de fusión de estilos ska, reggae, punk-rock y hardcore.
La irrupción en escena de La Secreta y Los Chamos del
Momento marcaría también una tendencia que no tendrá
menos seguidores: un folk actualizado a la idiosincrasia
paraguaya de este tiempo, con una fuerte presencia del ritmo
6x8, característico de la polca paraguaya.

Bicentenario: hito cultural

En 2011 se conmemora el Bicentenario de la Independencia


Nacional, con una celebración social, cultural y artística sin
precedentes. Una cantidad inaudita de eventos de toda índole
se realizan por esos días de manera gratuita en plazas, bares,
centros culturales, predios públicos: conciertos de música,
obras de teatro, lecturas de poesía, charlas temáticas, danza.
Asunción es una fiesta. Se calcula que de los festejos
participan alrededor de un millón de personas. Este hecho se
convierte en una suerte de redescubrimiento por parte de la
gente de la posibilidad de disfrute del espacio público, y es una
especie de certificado de mayoría de edad de la democracia
paraguaya, que unos años antes había dado el gran salto al
lograr la alternancia del gobierno, con la contundente victoria
electoral del ex obispo Fernando Lugo sobre el Partido
Colorado en 2008.

La última década

Paralelamente a todo este devenir político, a partir de 2011 se


inaugura en el país una época en la que vienen grandes
bandas de renombre internacional: Guns n'
Roses, Deftones, Aerosmith, The
Cure, Megadeth, Metallica, Kiss, Red Hot Chili
Peppers, Körn, Iron Maiden, Slayer, Evanescence, Paul
McCartney, Helloween, Kreator, Exodus, Scorpions, Robert
Plant, Smashing Pumpkins, Jack White, son algunos de los
importantes grupos y solistas que presentan aquí conciertos
multitudinarios durante esta década.
La exploración y fusión de estilos, en diferentes formas, es el
sello característico de los últimos años, algunos con ritmos
latinos populares, otros con elementos más electrónicos. El
rock y el pop ya no se definen exclusivamente en un solo estilo
definido y rígido. Grupos que van desde Bohemia Urbana hasta
los propios Kchiporros, pasando por Dalí, Purahéi
Soul, Villagrán Bolaños, Tribu Sónica, Kita Pena, son quizá
ejemplos de esta diversidad. Solistas como Marcela Lezcano y
Cristian Silva presentan propuestas alternativas a la
parafernalia exigida por el mainstream actual. El
desparpajo under de Descontrolarius o Luizons, la psicodelia
renovadora de Agharta o la frescura indie de Eeeks; la siempre
leal escena metalera que desde hace años resiste en búnkers
como Absoluto Rock y otros; y la innumerable cantidad de
bandas que nacen y se desarrollan día a día, nos dan la pauta
de que crear música rock y pop en el Paraguay de hoy está
bastante lejos de aquellas épocas de clandestinidad y
represalias. Por el contrario, como esta revista lo viene
haciendo desde el hoy veinteañero mayo de 1998, es una
actividad que goza de una buena vida.

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MÚSICA QUE SE EXPANDE

En los últimos años, la cantidad de megaeventos se ha


reducido de manera considerable, pero la escena musical sigue
renovándose con la actividad de grupos y solistas, siempre en
la búsqueda de encontrar mejores maneras de mostrar su arte
al público dentro y fuera de nuestras fronteras. Ejemplos hay
en cada caso: Salamandra expande su popularidad por todo el
país; Steinkrug forma parte de la banda sonora de una serie
mexicana producida por la gigante Netflix; Revolber compone e
interpreta el tema de la taquillera película 7 Cajas. Otros filmes
nacionales –como Gritos del Monday o La Chiperita– incluyen
en sus soundtracks canciones de grupos nacionales de
diferentes estilos, como el thrash metal de Kuazar o el pop de
Pirakutu, por citar solo dos.

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EL METAL TIENE SU HISTORIA

Considerada a sí misma como una "hermandad headbanger",


los grupos de este estilo también fueron protagonistas de todo
el desarrollo a nivel cultural, tanto en el fortalecimiento de esta
"hermandad" –en cuanto al significado de esta como
subcultura– como en lo que respecta a la apertura hacia otros
públicos y bandas de distintos géneros. Steel Rose y Slow
Agony lanzaron sus discos con el sello Kamikaze en los
primeros años del siglo XXI, y formaron parte de la grilla de las
giras por el interior del país, junto con otras agrupaciones de
diversos estilos. En 2006, las bandas Patriarca y The Profane
se unieron para instalar el festival Asunción Mosh, que se
realizó anualmente hasta 2011 y volvió a hacerlo en 2017.
Hacia el final de la segunda mitad de la década de los 2000
comenzó a ganar presencia la banda de thrash metal Kuazar,
de Ciudad del Este. The Force es otra de las bandas que
trasciende a otros públicos sudamericanos.

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EL ADIÓS A REFERENTES CULTURALES

En pleno auge de la alternancia en el gobierno y los festejos


por el Bicentenario, en junio de 2012 se produce la masacre de
Curuguaty. A los pocos días, Fernando Lugo es destituido del
gobierno mediante un juicio político exprés. Ese mismo año
fallecen importantes referentes de nuestra cultura
contemporánea: Herman Guggiari, Tomás Palau, Beto Ayala,
Emilio Pérez Chávez, Celso Bazán, Roberto Thompson,
Chester Swann, y a inicios de 2013 deja de existir el
polifacético artista Carlos Colombino.

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