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comentarios

Piglia y la literatura como complot*

La obra de Ricardo Piglia siempre ha Piglia como a-histórica, es decir, vol-


generado reacciones dispares. Con la cada al juego con la fragmentación
aparición de La ciudad ausente, en los que, en el decir de esta crítica, ero-
años noventa, el comentario frecuente siona definitivamente el referente
en los pasillos de la Facultad de dejando al lector sólo frente a la
Filosofía y Letras en Buenos Aires era angustia de un texto que se expande
“Sí, sí, Piglia, como escritor es un sin posibilidad de cierre significativo.
buen crítico”. Unos años después, él Las clasificaciones, se sabe, son
sería profesor de esa universidad y los siempre tranquilizadoras, sobre todo
mismos alumnos que antes se queja- para el mundo académico. Parece que
ban de su estilo híbrido entre crítica y los críticos argentinos necesitaban una
ficción, ahora se morían por cursar su etiqueta que terminara con las pregun-
seminario llamado “El laboratorio del tas ingenuas que seguían haciéndose:
escritor”. “Qué recorte hacer con Piglia, qué leer
Lamentablemente, este acer- para pensar al crítico, qué leer para
camiento ingenuo a la obra de Piglia pensar al novelista”.1 Como se ve, era
también prosperó en el trabajo de cier- urgente que alguien encontrara una
tos críticos y columnistas culturales categoría que le devolviera la vida a
que, ansiosos por hallar ejemplos este escritor, escindido en esas dos
nacionales del postmodernismo, se mitades en permanente disputa. La
apresuraron a etiquetarlo en una serie
de categorías de moda. En sus peores
versiones, esta crítica leyó la obra de
1 Son las preguntas que se hace Diego
Poggiese en El peso de una verdad otra (o cómo
diseñar el monumento de uno mismo) artículo
*
Reescribiendo la Nación. La narrativa de publicado en: Giordano, Alberto et al., Las opera-
Ricardo Piglia de Sandra Garabano, Universidad ciones de la crítica, Rosario, Beatriz Viterbo
Autónoma de Ciudad Juárez, Serie Crítica, 2004. Editora, 1998.

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etiqueta no tardaría en llegar, de tivamente, cerrada, clausurada? Está
manos de Nicolás Rosa, que dio por claro que la obra de Piglia exige
zanjada la cuestión dictaminando que mucho del lector y del crítico. No
la obra de Ricardo Piglia pertenecía porque sus textos sean internamente
claramente al campo de la ciencia, es complejos sino porque el autor ha
decir, genéricamente se trata de textos borrado deliberadamente su propia
críticos, sólo que, según Rosa, “Piglia voz como garante del sentido.
inaugura, junto con Héctor Libertella, No se trata de que entendamos un
la ficción crítica, rama de la así lla- hecho teórico propuesto por la crítica
mada “ciencia ficción”.2 francesa, esto es “la muerte del autor”,
Afortunadamente, la obra de Piglia sino entenderlo en este caso, como un
resiste cualquiera de estas reduc- hecho concreto de producción de sen-
ciones y más bien, las impugna y las tido presente en la superficie de los
expulsa en cada uno de sus juegos tex- textos analizados.
tuales. Aceptando este desafío, Así, lejos de caer en las trampas de
Reescribiendo la Nación se encarga de la teoría, Sandra Garabano enfrenta
hacer caer uno por uno los endebles en su trabajo una doble paradoja. Por
argumentos de esta tradición crítica, un lado: leer la obra de un autor sin
apresurada por las modas y espantada autor, leer la obra de un autor que
por la complejidad de su objeto de escatima prescripciones, que deja al
estudio. lector sumergido en la deriva y el
En efecto, el punto de partida del placer del intertexto. Por el otro, una
análisis de Sandra Garabano son, jus- segunda paradoja: leer en una obra
tamente, estas falsas categorías que que la crítica ha calificado de
proyectan una sombra excesiva sobre ahistórica o artificial, la secuencia o la
los objetos a describir. De este modo se re-escritura de la historia argentina.
interroga por la pertinencia de un con- El análisis que hace en
cepto como el de postmodernidad para Reescribiendo la Nación resuelve estas
quienes estudian la cultura lati- dos paradojas a través de una lectura
noamericana y además, advierte que minuciosa y exhaustiva de la obra del
la oposición crítica/ficción no sólo es escritor y, si es esto posible, de los
ingenua sino peor aún, inútil, para intertextos que completan el juego de
abordar una obra que, lejos de ser un significados de la misma. Así, en lugar
texto clausurado, es un texto en per- de postular que la utilización de diver-
manente diálogo con toda la tradición sos discursos y lenguajes significa el fin
literaria argentina. de la historia, ella sostiene que “Piglia
El desafío no es menor. ¿Cómo leer en sus novelas, no declara la muerte de
un texto que se construye como diá- la historia, sino que reescribe la histo-
logo y no como una cosa hecha defini- ria de la literatura argentina y cues-
tiona la idea de representación para
borrar la pátina de neutralidad sobre
la que está construido el pasado”.
2 Rosa, Nicolás, “Veinte años después o ‘la
Por otra parte, en lugar de debatir
novela familiar’ de la crítica literaria”, Cuadernos
inútilmente si esta crisis del concepto
Hispanoamericanos, Núm. 517-519, julio-sep-
tiembre, 1993, p. 182. de representación significa una a-re-

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ferencialidad nihilista, una apuesta al ria de los márgenes la que Piglia está
artificio puro, Garabano corre el eje de contándonos permanentemente en sus
la discusión y entiende que Piglia está juegos metaficcionales.
más allá de ese debate, puesto que a él Puede decirse que Reescribiendo la
“no le interesa preguntarse por el sig- Nación excede de algún modo, su pro-
nificado” sino que le importa “indagar pio objeto de estudio y se proyecta
sobre el funcionamiento de los textos como un libro básico para cuestionar
literarios”. la definición misma de lo que es la lit-
Lejos de ser una mera distinción eratura para nuestras sociedades. En
conceptual, éste demostrará ser un efecto, no solo esclarece la obra de
planteo fundamental para entender la Piglia sino que a partir de la misma
obra del escritor, pues, iluminada por arroja luz sobre las operaciones de
esta idea del texto literario como algo resistencia y la construcción de mun-
programático y performativo, la obra dos posibles que constituyen el ver-
de Piglia emerge con nitidez como una dadero poder del texto literario.
obra absolutamente contestataria, De este análisis la literatura
obsesionada con la ética y la verdad. emerge, esta vez, no como plan de
Una obra preocupada por la idea de evasión o entretenimiento, sino como
la identidad de los argentinos y abso- algo que carece intrínsecamente de
lutamente comprometida con la tarea significado y, por eso mismo, es sus-
de contar la historia o las historias en ceptible de adoptar cualquiera. La
las que el lenguaje traduzca efectiva- apuesta, por supuesto, tiene sus ries-
mente esta experiencia cotidiana de la gos: se trata de la literatura como
identidad. A partir del análisis de arma, como complot y, en este sentido,
Garabano queda claro, por ejemplo, hermanada con la política y la guerra,
por qué Piglia reivindica a Roberto donde, ya se sabe (y por más que les
Arlt. Piglia elige a Roberto Arlt, pese a muchos) cualquier cosa vale.
porque Arlt es el escritor de los már-
genes, un escritor de los márgenes Betina González
lingüísticos y culturales y es esa histo-

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