Está en la página 1de 138

EL MAESTRO

VOLUMEN UNO PARTE 1A

POR:
VICTOR HUGO
BARRERA
© Victor Hugo Barrera Arellano 2011

Primera Edición: Mayo 2018

Segunda Edición: Septiembre 2019

ASÍN: B07DG1T96G

Diseño de Portada: Victor Hugo Barrera Arellano y


Baeeprojects.
ÍNDICE

PRÓLOGO .................................................... 5
UNO ............................................................... 9
DOS .............................................................. 36
TRES ............................................................. 68
CUATRO ..................................................... 85
CINCO ......................................................... 90
SEIS ............................................................ 109
SIETE.......................................................... 121
EPÍLOGO .................................................. 135
PRÓLOGO
TAXCO, GUERRERO, MÉXICO.
AÑO 2067.

—¡La Familia está aquí! ¡La Familia está aquí! ¡La


Familia está aquí!—Era el escáner de la Casa que
anunciaba a los Señores Logaar y Brianna Daris que su
hija Kenneth Daris-Salgado, junto con su esposo Samir
Salgado y sus hijos Galaor, Nan e Irina, estaban afuera
de la puerta principal.
Logaar abrió la puerta sonriendo de oreja a oreja al
ver a sus queridos nietos.
—¡Abuelo!—gritaron al unísono los tres, para
después abrazar al anciano de sesenta años.
—¡Mis hermosos muchachos! No cambiaría
nada el verlos sonreír cada vez que les abro la puerta.
—Les encanta venir a visitarte—dijo Kenneth.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Y yo estoy muy encantado de recibirlos. Pasen.


La Abuela Brianna les está preparando un delicioso y
nutritivo desayuno.
Los tres nietos pasaron emocionados a la casa
mientras Logaar besaba y abrazaba fuertemente a su
hija, para después estrechar la mano de su yerno.
Ya en la noche; Brianna y Kenneth preparaban la
cena al mismo tiempo que miraban al Abuelo Logaar
contarles chistes a sus nietos y yerno.
—Sesenta años de vida y aún está lúcido—
expresó orgullosa Brianna.
—Te faltó agregar y con mucho amor para dar a
sus nietos.
—Y a su hija también. Él te amó a ti mucho antes
de amarlos a ellos, hija.
—Si a esas vamos, tú fuiste su primer amor. Su
compañera fiel.
—Incluso lo apoyé en cosas que tal vez no debí
apoyarlo.
—Eso ya pasó, mamá.
VICTOR HUGO BARRERA

—No para él. Aún anhela esos días de


Patriotismo extremo.
En la Sala de la Casa; todos reían y se miraban
felices unos a otros. De pronto, un silencio invadió el
lugar.
—¿Qué pasó?—preguntó Irina—Todos nos
quedamos callados.
—Es que llegó la hora de la historia de hoy—
respondió Galaor—Guardamos silencio porque el
Abuelo nos contará otra extraordinaria historia.
¿Cierto, Abuelo?
—Claro que sí, mi muchacho. Ya les conté
historias sobre verdaderos Patriotas Mexicanos que
protegieron a su país cuando más los necesitó.
¿Recuerdan algunas de esas historias?
—Sí. La primera fue la de El Guardián—
respondió Nan—y su hijo El Guardián II.
—Muy bien, mi niña—dijo orgulloso Logaar.
—La segunda historia habló del Halcón Peregrino—
agregó Galaor.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—¡Y la tercera fue la de La Pandilla!—gritó Irina.


—Perfecto. Mis nietos tienen una excelente
memoria.
—Dicen que es genético—opinó Samir.
—Bueno, bueno. Es momento que mis nietos
escuchen la Historia de “El Maestro”. Una historia que
fue considerada una leyenda, una leyenda que se
volvió mito. Pero les aseguro que esta historia en
verdad sucedió. Es real. Tan real como nuestra
Familia aquí reunida.
—¿Y cómo comienza esta historia, Abuelo?—
preguntó interesada Nan.
Logaar miró sonriente y emocionado a sus nietos.
—Esta historia comienza…
UNO
TAXCO, GUERRERO, MÉXICO.
AÑO 2030.

—En una Escuela diferente al resto de las


Escuelas en el país. De Lunes a Viernes, en punto de
las 8:00 a.m. el Maestro… … El Maestro…Galaor…
—¿Galaor? ¿Cómo yo? Creí que era el único con
ese nombre.
—Pues ya ves que no—dijo Irina a su hermano.
—Muchachos, dejen que el Abuelo cuente la
historia.
—Gracias Samir. El Maestro Galaor y su
prometida Bree (se pronuncia Bri) comenzaban las
clases multigrado.
—Perdona que te interrumpa, Abuelo. Pero
¿Qué son las clases multigrado?—cuestionó Nan.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Son clases donde en un solo grupo hay


alumnos de más de un mismo grado escolar—
respondió Samir.
—Gracias, Samir—Logaar retomó el relato—
Los Maestros trabajaban de esa forma desde hace
cinco años. Galaor daba clases a los alumnos de
Cuarto, Quinto y Sexto grado de Primaria, mientras
que Bree enseñaba a los tres primeros grados. Toda
la gente del pueblo estaba feliz, pues los Maestros los
preparaban para recibir las clases de Intersecundaria y
Secundaria Virtual. El Gobierno del Estado había
aumentado todo el presupuesto para la Escuela
multigrado en un cien por ciento.
—¡Wow! Esos Maestros debieron ser
excelentes—expresó Galaor.
—De hecho sí, mi muchacho. Los resultados de
la eficacia del aprendizaje de los alumnos eran
extraordinarios. Pero… un día…
VICTOR HUGO BARRERA

En el salón de Cuarto, Quinto y Sexto grado; el


Maestro Galaor enseñaba Historia de México a sus
alumnos.
—En Morelos; Emiliano Zapata luchaba por la
justa repartición de tierra para los campesinos. En el
Bajío, rancheros y forajidos disgustados con la
dictadura porfirista se aprovecharon del desorden
para lograr ganancias.
—¿Maestro?—dijo un alumno de Quinto grado
de nombre Xulab Thorney—Le habla el Director.
El Maestro Galaor volteó viendo al Director Biruté
Mutanabbi que estaba parado en el marco de la puerta,
ya que el salón no contaba con una puerta en sí.
—Lamento interrumpir su clase, Maestro Galaor.
Pero tanto su prometida como Usted vendrán
conmigo a la Dirección. Tendrán una visita
importante que quiere hablar seriamente con
Ustedes.
—¿Ahora mismo?
—Me temo que sí.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

El Maestro Galaor miró hacia su escritorio viendo


a su asistente, Lucas Guzmán, después miró a sus
alumnos.
—El Maestro Lucas se quedará a cargo de la clase
mientras regreso. Así que compórtense y trabajen.
— ¡Sí, Maestro!—dijeron al unísono los alumnos.
El Maestro Galaor salió del salón viendo a Bree
salir del suyo y encontrarse con el Director y con él
para dirigirse a la Dirección.

En la Dirección, un sujeto alto, gordo, bigotón,


vestido con chamarra de cuero, botas y cinturón de
piel de serpiente y un sombrero, estaba sentado en el
lugar del Director.
Una vez que éste entrara junto con los Maestros,
el Sujeto se puso de pie y se quitó el sombrero en
señal de respeto.
— ¡Así que ellos son Los Maestros!
VICTOR HUGO BARRERA

—Disculpe, ¿Lo conocemos?—preguntó


sorprendido Galaor.
—Lo siento. No me presenté. Soy Mordrecán
Jiménez. Empresario de nuestro hermoso Estado—
Mordrecán estrechó la mano de los Maestros y luego
los tres tomaron asiento mientras el Director
preparaba café para el invitado.
—Mucho gusto, Señor Jiménez—dijo Bree—
¿A qué debemos el honor de su visita?
—Estoy aquí porque quiero proponerles trabajar
juntos.
—No se ofenda, pero no somos Empresarios—
expresó desconcertado Galaor.
—Lo sé. Mi interés en Ustedes se refiere a lo que
hacen. A su arduo trabajo en la educación.
El Director comenzó a servir el café.
—Gracias—dijo Mordrecán—Vengo del pueblo
de Arcelia. Un lugar que a pesar de la industrialización
y potencializarían de México; sigue en la pobreza y
peor aún, en la ignorancia. He revisado los reportes
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

presupuestales y veo con tristeza que el Gobierno le


entrega pocos recursos al pueblo de Arcelia debido a su
situación.
—Entendemos su sentir, Sr. Jiménez—decía
Bree.
—Llámenme Mordrecán.
—Bueno… Señor Mordrecán—tomó la palabra
Galaor— ¿Dónde está nuestro trabajo en todo esto?
—Quiero echar a andar una Escuela multigrado
en Arcelia—Mordrecán sacó su computel y proyectó
imágenes virtuales en el escritorio—Ya tengo el
edificio y el material didáctico para trabajar. Lo único
que necesito es a dos Maestros que ayuden a las
personas de la comunidad a aprender a leer, escribir,
sumar, restar, multiplicar. Cosas que nos permiten a la
postre desarrollar proyectos industriales en el pueblo,
si es que la gente lo permite
Galaor miró pensativo a Bree, quien se mostraba
emocionada.
VICTOR HUGO BARRERA

—Su propuesta suena interesante, Señor


Mordrecán. Pero nosotros no podemos dejar a
nuestros grupos—Galaor se vio interrumpido por el
Director.
—Eso no sería problema. Sus asistentes Lucas
Guzmán y Cerina Quiróz están lo suficientemente
preparados para sustituirlos frente a grupo.
—Vamos amor—decía Bree—Esta puede ser
una nueva oportunidad para ayudar a otra
comunidad de nuestro Estado.
Galaor miró a todos reflexionando que la
respuesta final estaba en él.
—Pues aceptamos. Que comience el proceso de
cambio, tanto para nuestra Escuela, como para
nosotros.
— ¡Perfecto!—expresó sonriente Mordrecán—
Mientras Ustedes hacen el proceso de entrega-
recepción, yo viajaré a Arcelia para preparar la
inauguración de la Escuela y cerrar un último
negocio.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Me parece bien—dijo Bree.


Mordrecán se puso de pie y estrechó gustoso la
mano de los Maestros y luego saludó y abrazó
efusivamente al Director.

Dos días después, El Director dirigía la ceremonia


de despedida de los Maestros Bree y Galaor, en el
pequeño auditorio de la Escuela.
— ¡Hoy, nuestra Escuela tiene sentimientos
encontrados! ¡Pues debemos dejar ir a dos Maestros
que nos apoyaron durante muchos años haciendo de
nuestra gente personas preparadas y con el
conocimiento necesario para sobrevivir! ¡Sin
embargo, no nos quedaremos sin nuestros guías!
¡Hace tiempo que dos asistentes llegaron a nuestra
comunidad para capacitarse en los Métodos de la
Escuela Multigrado! ¡Recibamos formalmente como
Maestros Oficiales de esta Institución Educativa a los
Maestros Cerina Quiroz y Lucas Guzmán!
VICTOR HUGO BARRERA

Todos los alumnos aplaudieron, Cerina se puso


de pie, pasó al micrófono y dirigió unas palabras a los
ahí presentes.
—¡Muchas gracias por su recibimiento! ¡A
nombre del Maestro Lucas y su servidora,
prometemos continuar con el compromiso y el buen
trabajo que los Maestros Galaor y Bree han realizado
hasta ahora! ¡Por cierto, ha llegado el momento de
mostrarles a ellos cuánto los queremos y cuánto los
vamos a extrañar!
Los alumnos se pusieron de pie y todos se
acercaron a los asientos donde estaban Galaor y Bree
para entregarles presentes que demostraban el cariño
de un estudiante por su Maestro. Las lágrimas no se
hicieron esperar, así como los abrazos, besos y la
toma de fotos 3D.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

En Arcelia, el líder Ejidal Gumersindo Rodríguez


charlaba en el comedor de su casa, junto con su
esposa Lencona y su hija mayor Maya, con el
Empresario Mordrecán.
—Mi hijita Maya ha sufrido la desgracia de ser
rechazada por todos los muchachos del pueblo
debido a su carácter fuerte.
Maya miraba a Mordrecán con vergüenza.
—Descuide, Señor Rodríguez. Yo también he
sido rechazado por tratar bien a los demás. Me
comprometo a tratar a su hija como la valiosa mujer
que es, lo cual ayudará a moldear ese carácter fuerte
que Usted menciona.
—¿Qué dices tú, Maya?—preguntó
Gumersindo.
—Yo… obedeceré todas tus órdenes, Papá. Me
casaré con el Señor Mordrecán.
Gumersindo y Mordrecán se miraron sonrientes
y emocionados.
VICTOR HUGO BARRERA

—Bueno, hija. Ahora los hombres hablaremos de


negocios. Así que vayan a dormir ya por favor.
—Sí, Señor—dijeron al unísono Lencona y Maya,
para después ponerse de pie e irse.
— ¿Y bien, Mordrecán? ¿Cuál es el costo final de
este trato?—preguntó Gumersindo.
—Seré el dueño del Ejido más grande de toda Arcelia una
vez que me case con su hija—pensó Mordrecán mientras
miraba sonriente a su futuro suegro.

La comunidad de Taxco se vistió de fiesta, pues


antes de partir, Galaor y Bree se casaron organizando
una gran boda a la cual asistió todo el pueblo.
Mientras tanto, en Arcelia, todo el pueblo asistió a
la gran boda de la hija del Ejidatario más rico del
pueblo con el Empresario más exitoso de todo el
Estado.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Dos días después, los habitantes de Taxco


despidieron con lágrimas en los ojos a los Maestros
Galaor y Bree, quienes subieron a una turbo—
avioneta para iniciar su viaje rumbo a Arcelia.
Y en ese mismo pueblo, Mordrecán y sus
hombres esperaban la llegada de la turbo—avioneta.
Luego de repasar en su mente una idea, el
Empresario miró a Diego Cortés, su fiel asistente y
brazo derecho, quien para variar, estaba sentado
junto a él.
—Necesito que comiences los trámites para la
construcción de un Centro Comercial y un vivero en
las tierras que pertenecen a mi esposa Maya.
—¿Ahora?
—Sí, ahora, Diego. Tenemos negocios
pendientes que no pueden esperar más.
—Entendido, Señor.
Diego se puso de pie y se alejó de Mordrecán y en
ese momento, la turbo—avioneta arribó con los
Maestros a bordo.
VICTOR HUGO BARRERA

A las afueras de la Nueva Escuela Multigrado,


Mordrecán llevaba a cabo la ceremonia de
inauguración, acompañado, por supuesto, de Galaor
y Bree.
—¡Hoy el pueblo de Arcelia pasará a la historia
por retomar aquellos pilares que llevan al éxito! ¡Y el
más importante de todos es la educación! ¡Hace
tiempo que comenzamos a construir con mucho
esfuerzo lo que hoy es una realidad! ¡Declaro
inaugurada la Escuela Multigrado donde los
Maestros Galaor y Bree serán los responsables de
impartir clases de nivel Primaria! ¡Brindémosles un
fuerte aplauso a ambos por favor!
Todos los asistentes aplaudieron y ovacionaron a
los Maestros, quienes denotaban nerviosismo pero a
la vez mucho deseo de ayudar a otros.
—¡También aprovecho esta oportunidad para
presentarles un nuevo proyecto que apoyará aún más
la economía del pueblo!
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Mordrecán proyectó imágenes virtuales de las


maquetas de sus dos nuevos complejos a construir.
—¡He aquí el futuro de Arcelia! ¡Un centro
comercial y un vivero que generarán miles de
empleos durante su construcción y después de ésta!
¡Llevarán nuestra economía a la alza y sin duda
seremos uno de los centros turísticos más
importantes en nuestro Estado!
—¡Nosotros no queremos ser un Centro
Turístico! ¡Queremos ser libres!
Todos los ahí presentes miraron asombrados a la
persona responsable de haber interrumpido. Era una
mujer. Pero no cualquier mujer, era Maya, ahora
esposa de Mordrecán.
—¡Una Escuela nos dará el conocimiento que
necesitamos! ¡Pero un Centro Comercial nos volverá
empleados! ¡Otra manera de decir: Esclavos!—Todo
eso gritaba Maya mientras caminaba entre la gente
para llegar al frente.
—¡Sí! ¡Tiene razón!
VICTOR HUGO BARRERA

— ¡Estoy de acuerdo con ella!


— ¡No al Centro Comercial!—comenzó a gritar
Maya— ¡No al Centro Comercial! ¡No al Centro
Comercial!
La gente se unió a Maya y ésta lideró una protesta
que hizo ver a Galaor y Bree que la gente de Arcelia
no era tan ignorante como se los habían dicho. Sólo
necesitaban una buena guía.
Más tarde, esa misma noche, Mordrecán arrojó a
Maya sobre la cama, luego gritó de rabia, tomó una
almohada rellena con plumas de ganso y la rompió
para desquitar su coraje.
—¿Vas a golpearme? ¿Esposo?—dijo
sarcásticamente Maya.
—¡No creo que sea algo malo! ¡Acabas de
humillarme frente a mis Maestros de la Escuela
Multigrado y peor aún, frente a todo el pueblo de
Arcelia!
—Un Centro Comercial y un Vivero construidos
en mis tierras…
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—¡Ahora son mías!—gritó Mordrecán


encarando a Maya.
—Claro que no. Son de mi padre y el día que él
muera serán mías. Jamás dejaré que tú construyas
nada en ellas.
—¡Oh! ¿Vas a dejarlas libres de siembra por
siempre? Eso confirma que sólo eres una ignorante,
al igual que tu pueblo. Pero no valoras que sólo yo
puedo sacarlos de la miseria en la que están metidos.
Mordrecán se alejó de Maya y salió molesto,
azotando la puerta del cuarto.

Mordrecán se sirvió licor y comenzaba a


degustarlo en su oficina para olvidar el mal rato.
Diego entró y se acercó nervioso al Empresario.
—¿Mando llamar, Jefe?
—Necesito que reúnas a un grupo de robots
encuestadores para que vayan de casa en casa.
—¿Cuál es la intención?
VICTOR HUGO BARRERA

Saber cuántos en este pueblo están realmente a


favor de mi propuesta y cuántos en contra.
—¿No cree que usar robots para encuestar sería
peligroso luego de la reacción que tuvo el pueblo esta
noche luego de su… propuesta?
Mordrecán miró molesto a Diego.
— ¡Maldita sea! Tienes razón. Contrata humanos.
En tres semanas quiero conocer los resultados de la
Encuesta.
— ¿En serio respetará la opinión del pueblo si
deciden rechazar su Centro Comercial y su Vivero?
Mordrecán se mostró pensativo.
—Mi querido Diego, yo nunca me doy por
vencido y lo sabes. Y en esta ocasión no será la
excepción.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

TRES SEMANAS DESPUÉS...

Mordrecán revisaba, en su virtualtabletover1, cada


encuesta hecha por Diego mientras éste le explicaba
los resultados.
—Más del Cincuenta por ciento de la población
rechaza su proyecto, Jefe. Aunque luego de hablar
con ellos, poco a poco van aceptando la idea de que
deben industrializarse.
—Ese poco a poco no me sirve de nada.
Mordrecán reflexionó un poco sobre la última
pregunta de la encuesta.
—¿A qué se refiere esta última pregunta?
—Era para saber qué tipo de proyectos podrían
ser aceptados por el pueblo y todos respondieron
que la Escuela Multigrado es lo mejor que les ha
pasado. Respetan mucho a los Maestros Galaor y
Bree. La opinión de ellos es tomada en cuenta
siempre.
Mordrecán tuvo una idea.
VICTOR HUGO BARRERA

—Exacto. Los Maestros. Ellos pueden ser la


solución.
— ¿Qué quiere decir, Jefe?

En la Escuela Multigrado; el Maestro Galaor daba


su clase de Historia Universal usando imágenes virtuales
para mantener la atención de sus alumnos.
—Podemos decir que las causas de la Segunda
Guerra Mundial se reducen a un nombre y un
apellido; Adolf Hitler. Él era el líder del Partido
Nacional cuando el Nazismo subió al poder en
Alemania. Una vez en la cima, Hitler no respetó el
Tratado de Versalles y comenzó el expansionismo
alemán invadiendo Polonia. A partir de ahí, Francia y
Gran Bretaña intervinieron en el conflicto, y más
tarde se unieron: Italia, la URSS, Japón y Estados
Unidos.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

— ¡Maestros Galaor y Bree preséntense inmediatamente en


la Dirección!—dijo el Director Wilmut Crutchbeck por
medio del sistema de sonido que conectaba a todo el
Edificio— ¡Repito Maestros Galaor y Bree preséntense
inmediatamente en la Dirección!
Los alumnos miraron un tanto inconformes a
Galaor, pues anhelaban saber más sobre el tema de la
Segunda Guerra Mundial. Pero una orden del
Director debía ser acatada de inmediato.
—Les dejaré un video virtual mientras regreso.
Necesito que elaboren tres preguntas referentes a las
dudas que les genere. ¿Entendido?
— ¡Sí, Maestro!—dijeron al unísono los alumnos.
Galaor reprodujo el video y salió del salón.
Al llegar a la Dirección, Galaor vio a Bree sentada
frente a Mordrecán, quien ocupaba el asiento del
Director y éste aguardaba de pie junto al Empresario.
— ¡Maestro Galaor!—Mordrecán se puso de pie
y estrechó fuertemente la mano del Maestro— ¡Es
un gusto volver a verlo!
VICTOR HUGO BARRERA

—Igualmente, Señor Mordrecán.


Ambos tomaron asiento, Galaor notó que Bree
lucía pálida y con los ojos bastante irritados.
—Veo que el proyecto de la Escuela Multigrado
funciona exitosamente.
—La gente de este lugar tiene el deseo de
aprender—dijo Bree—Y eso ayuda bastante a
realizar nuestro trabajo.
—El cual, por cierto, es excelente—expresó
sonriente el Director.
—Le agradecemos el cumplido—intervino
Galaor—Pero sólo cumplimos con nuestro deber
como Maestros.
—Un deber que los ha llevado a ser tenidos en
alta estima por la gente del pueblo.
El comentario de Mordrecán hizo sentir
incómodos a los Maestros.
— ¿A qué se refiere?—cuestionó Galaor.
—El motivo de mi visita está relacionado con la
necesidad, que tengo nuevamente, de pedirles apoyo.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—¿Construirá otra Escuela Multigrado?—


preguntó intrigada Bree.
—No precisamente. Pero sí un Edificio que
generará más de mil empleos en esta Comunidad.
Galaor entendió de qué hablaba el Empresario.
—Entonces Usted está hablando de…
—Sí. Hablo de mi Centro Comercial. Un
proyecto único en el Mundo. Pero que la ignorancia
que Ustedes combaten a diario le impide ver a las
personas de esta Comunidad los extraordinarios
beneficios que llegarán a sus vidas.
—Según sabemos, la gente del pueblo está en
contra de ese proyecto—aseguró Bree.
—Lo sé. Por eso necesito de su apoyo. Quién
más para convencer al pueblo de aceptar mi proyecto
que sus queridos Maestros.
Las palabras de Mordrecán asustaron a Galaor y
Bree, los cuales se mantuvieron en un silencio muy
incómodo.
VICTOR HUGO BARRERA

Por más que Galaor buscaba en su mente las


palabras correctas para argumentar dicha petición, no
sabía cómo decirle no a la persona que se había
encargado de darle trabajo.
Sin embargo, Bree comenzó a mostrarse
desorientada y muy confundida, lo cual llamó
inmediatamente la atención de su esposo.
—Amor ¿Estás bien?
Bree quiso responder la pregunta de su amado,
pero en ese mismo instante se desvaneció, Galaor se
levantó de inmediato logrando detener la caída de su
esposa.
— ¡Maestra Bree!—gritó asustado el Director
Wilmut, quien también corrió a ayudar a la Maestra.
Ésta estaba ya en brazos de su esposo mostrando
señales de un mareo intenso.
— ¿Galaor? ¿Por qué todo me da vueltas?
—Está embarazada—dijo Mordrecán un tanto
molesto. Lo que causó que el Director Wilmut y
Galaor lo miraran desconcertados.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Descuida Amor. Te llevaré al Médico y él nos


dirá el por qué del mareo.
—Puede llevarla a la enfermería de la Escuela. El
Médico aún no sale a almorzar.
—Muchas Gracias—Galaor cargó a su esposa,
caminó hacia la puerta de la Dirección, la cual se abrió
automáticamente, pero antes de salir, miró a
Mordrecán—Lo siento, Señor Mordrecán. No
podemos darle nuestro apoyo para convencer a la
gente del pueblo de algo que no quieren en sus vidas.
Mordrecán no supo qué decir o qué hacer. Galaor
miró al Director Wilmut.
—Y lo siento, Señor Director. Nuestros grupos
se quedarán sin Maestros más del tiempo acordado.
—No se preocupe, Maestro Galaor. La salud es
primero.
Galaor inclinó la cabeza en señal de
agradecimiento y luego salió de la Dirección,
cargando a Bree, rumbo a la Enfermería escolar.
VICTOR HUGO BARRERA

Mordrecán y Diego llegaron de vuelta a la


Mansión donde vivía el Empresario.
Al llegar a la sala, ambos miraron sorprendidos a
Maya sentada en el sillón junto a su padre; Don
Gumersindo, quien lucía muy molesto. Maya, en
cambio, tenía señales en la cara de haber llorado e
incluso haber sido violentada.
— ¿Maya?—dijo sorprendido Mordrecán.
—Hola Querido…—Maya hablaba denotando
frustración—Qué bueno que ya estás aquí.
—Hola Mordrecán—intervino Don
Gumersindo—Siéntate. Estás en tu casa.
Muchacho—dijo a Diego—Tráenos algo de beber
por favor. Y que sea rápido.
—Sí, Señor.
Diego corrió a la cocina en busca de unas
cervezas, no sin antes mirar fijamente a Maya y el
semblante de tristeza que tenía.
Mordrecán se sentó junto a Maya, quien
sorpresivamente lo tomó de la mano.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Dígame, Don Gumersindo, ¿Qué lo trae por


acá?
—Supe del mal recibimiento que tuvo la
propuesta del Centro Comercial y el Vivero entre la
gente del pueblo.
—Sí—respondió con tristeza Mordrecán—Ni
siquiera los Maestros que yo mismo traje a la Escuela
Multigrado quieren apoyarme.
—Bueno, Mordrecán, luego de hablar seriamente
con Maya, ella ha llegado a una conclusión—Don
Gumersindo miró fijamente a su hija—Díselo tú
misma, Maya.
Unas lágrimas escurrieron por las mejillas de
Maya, pero de inmediato, ésta comenzó a hablar.
—Te apoyo Querido.
— ¿Disculpa?—cuestionó incrédulo Mordrecán.
—Te apoyo con tu proyecto de industrializar este
pueblo.
—De hecho ambos te apoyaremos—agregó
Don Gumersindo sosteniendo la mano libre de
VICTOR HUGO BARRERA

Maya—Nos encargaremos juntos de convencer a la


gente de Arcelia, Guerrero de industrializar el lugar
donde viven.
— ¿Cree que tendrá más éxito del que yo tuve?
—Nunca dudes del poder que tiene la palabra de
un Ejidatario en una comunidad rural… Mi Querido
Empresario.
DOS

—Despierta dulce y hermosa Maya—escuchaba ésta


entre sueños—Arriba preciosa. Es hora de levantarse.
Maya abrió los ojos viendo de manera borrosa
que otro hombre que no era su esposo estaba junto a
su cama; era Diego. El cual sonrió provocando
asombro en Maya, quien inmediatamente se cubrió
hasta la cabeza con las cobijas, mientras expresaba:
— ¡¿Qué haces tú aquí, Diego?!
—Vine a traerte el desayuno.
—Mi esposo siempre se encarga de eso.
—Oh sí. Y siempre terminan discutiendo tan
fuerte que el resto de los empleados prefieren salirse
de la Mansión.
—Soy una mujer casada y estoy en ropa interior.
No es correcto que un joven como tú esté en mi
cuarto, por más amables que sean tus intenciones.
VICTOR HUGO BARRERA

Diego levantó la cobija causando preocupación


en Maya.
— ¡¿Qué no me escuchaste?!
Maya vio que Diego le estaba dando la bata de
dormir.
—¡Gracias!
Maya le arrebató la bata a Diego e
inmediatamente se la puso estando debajo de las
cobijas.
—Dejaré tu desayuno en la pequeña mesa que
está frente a los pies de tu cama.
—Sí, está bien.
Maya salió de entre las cobijas, ya con la bata
puesta, aún así, Diego seguía en el cuarto.
—¿Qué quieres? Ya cumpliste con tu deber.
Ahora vete por favor.
Diego se acercó a Maya mientras hablaba
haciéndola sentir tan incómoda que tuvo que
retroceder hasta quedar contra la pared.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Siempre me he preguntado ¿Cómo es que una


mujer tan hermosa y tan joven como tú terminó
casada con un tipo que sólo la usa como trofeo, al
igual que todas sus posesiones?
—Mi esposo me ama. A su manera, pero me
ama.
—Oh sí, te ama demasiado—el sarcasmo de
Diego molestó a Maya—Es por eso que te insulta
cada vez que tiene oportunidad, te humilla en público
y hasta usa a tu propio padre para convencerte de
hacer lo que no quieres.
—Sé por dónde vas, muchacho—Maya puso sus
manos como barrera entre ella y Diego—Pero no.
La respuesta es no. Amo a Mordrecán y mi deber
como esposa es obedecerle siempre. Aunque no esté
de acuerdo con él.
— ¡Diego!—gritó Mordrecán desde el primer
piso de la casa— ¡Diego! ¡Diego!
—Esta conversación no ha terminado… Maya.
VICTOR HUGO BARRERA

Diego miró coquetamente a Maya e


inmediatamente salió del cuarto mientras su Jefe
seguía llamándolo.
El timbre de fin de clases sonó en la Escuela
Multigrado, los alumnos dejaron las instalaciones e
menos de diez minutos. Por lo pronto, Galaor y Bree
estaban en la enfermería escolar esperando los
resultados de los estudios realizados a la Maestra por
parte del Médico Simkin Brawley.
—Bien, Maestros. Seré directo. Bree tiene cuatro
meses de embarazo.
Galaor y su esposa se miraron emocionados.
—¿Cuatro meses?—decía Bree—Es casi el
tiempo que llevamos trabajando aquí.
—Al parecer el Pueblo de Arcelia tiene la fertilidad
en el ambiente—comentó el Dr. Brawley.
—¿Existe algún riesgo en este embarazo,
Doctor?—preguntó interesado Galaor.
—Me temo que hay algunos. Muy ligeros, pero
están presentes.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Díganos, Doctor—pedía Bree— ¿Qué


tenemos qué hacer para que nuestro bebé nazca
bien?
Mordrecán y Maya visitaban a las personas del
pueblo, siendo acompañados todo el tiempo por
Diego, quien no perdía oportunidad para coquetearle
a la esposa de su Jefe. Ya fuera paseándose frente a
ella en casi todo momento, preguntándole cualquier
cosa, por mínima que fuera, apoyándola en todas las
opiniones que daba, e incluso, enviándole pequeños
detalles como diversos tipos de flores y plantas que
sembraban las personas a las que visitaban.
Dicha acción llevó a Diego a descubrir algo que
podía hacerle ganar la confianza ciega de su Jefe.
—¿A dónde me llevas, Diego?—preguntaba
Mordrecán mientras subía una pequeña colina junto
con su Asistente—Y ¿Por qué demonios
caminamos por este lugar tan empinado?
VICTOR HUGO BARRERA

—Calma, Jefe. Muy pronto sabrá por qué lo hice


caminar tanto… Estoy seguro que se olvidará del
cansancio…

Ambos caminaron pocos metros más llegando a


la cima de la colina, lugar desde donde se podían ver
las tierras de una tercera parte de la gente del pueblo.
Mordrecán miraba impresionado el tipo de
siembra que se hacía en esos lugares. Obvio, todo
mientras se secaba el abundante sudor de la frente y
cuello.
—¿Ahora ve por qué lo traje?—cuestionaba
emocionado Diego.
—En estas tierras no se siembran…
— ¿Flores comunes? No. Para nada. Se siembra
esto…
Diego le dio una hoja verde, muy parecida en
forma a la hoja de maple canadiense.
—Marihuana—dijo Mordrecán.
—… Y esto.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Diego le dio a su Jefe una planta con tallo delgado,


hoja en forma esférica color gris y una flor sobre la
esfera con forma de patas de araña color dorado.
—Amapola—expresó impresionado Mordrecán.
— ¿Qué piensa ahora de estas tierras, Jefe?
Mordrecán miró las tierras, pensó un poco, sonrió
maliciosamente y después miró sonriente a Diego.
—Me parecen más interesantes que al principio.
Diego asintió satisfecho.

CINCO MESES DESPUÉS…

El timbre de fin de clases sonó en la Escuela


Multigrado, los alumnos del grupo de Primero,
Segundo y Tercer grado recogieron sus cosas y
comenzaron a salir del salón.
—Cuídense mucho. Los veo mañana—era la
despedida de Bree, quien ya lucía un vientre de nueve
meses a sus alumnos. Algunos de ellos le respondían
de la misma forma y otros le daban beso en la mejilla.
VICTOR HUGO BARRERA

Una vez que el último alumno saliera, Bree


comenzó a recoger sus cosas. En ese momento,
Diego entró al salón.
— ¡Hola Maestra Bree!
La Maestra volteó asustada.
—¿Sí? ¿Quién eres y qué se te ofrece?
—Soy Diego Cortés, asistente del Empresario
Mordrecán.
—Mucho gusto.
Bree le estiró la mano para estrechar la de Diego,
pero éste le dio un beso en la mejilla.
—El Placer es mío. ¡Wow! Nunca creí que
conocería a una Maestra tan hermosa.
—Soy casada—Bree señaló su vientre—Y
embarazada. A punto de dar a luz de hecho.
—Oh sí. Ya lo noté.
— ¿En qué puedo ayudarte, Diego?
Éste le dio una pequeña pantalla trasparente a
Bree, quien activó el mecanismo y de inmediato,
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

imágenes y texto transcurrieron en la pantalla


mientras Diego explicaba:
—El Sr. Mordrecán Jiménez la invita a Usted y a
su esposo a una gran fiesta donde propondrá un
nuevo proyecto a la gente del pueblo.
Bree se mostró desconcertada.
—¡Buenas tardes!
Diego y Bree voltearon viendo a un Anciano y a
uno de los niños, alumno de Bree, en la puerta del
salón.
— ¿Maestra Bree?—preguntó el Anciano.
—Sí, dígame, Señor.
El Anciano y el Niño entraron al salón.
—Hola Maestra—dijo el niño.
—Hola Jafte. ¿Qué sucede?
—Soy Nerval Katsikis—dijo el Anciano—Abuelo
de Jafte. Me dedico a sembrar Pasiflora, una planta
cuya hoja en té es buenísima para dormir.
—Tenga—Jafte le dio una pequeña maceta con
la planta a Bree—Se la regalo.
VICTOR HUGO BARRERA

El Anciano miró a Diego.


—Mi nieto me contó sobre sus problemas para
dormir, Maestro Galaor.
Diego y Bree se mostraron desconcertados.
— ¡No!—dijeron ambos al unísono.
—Él no es mi esposo. Sólo vino a dejar una
invitación de parte del Señor Mordrecán Jiménez.
—Sí. Así es. Yo no estoy casado con esta
hermosa mujer—Diego quiso abrazar a Bree y ésta le
detuvo el brazo.
—De hecho ya se va.
Bree miró fijamente a Diego.
—Adiós, Diego. Gracias por la invitación. Le
comentaré a mi esposo y decidiremos si asistimos o
no.
—Perfecto.
Diego quiso besar en la mejilla a Bree, pero ésta lo
detuvo.
—Qué te vaya bien, adiós.
Diego entendió el mensaje y salió del salón.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Lo siento—dijo Bree al Anciano y Jafte—


Ahora que estamos solos, dígame por favor cuál es la
dosis adecuada para que mi esposo pueda dormir
bien. Se ha desvelado por cuidarme en las últimas dos
semanas.
—Qué bueno que lo pregunta, Maestra. Esta
planta no es una Pasiflora cualquiera. Fue regada con
un néctar fluorescente que cayó del cielo una vez que
nuestro País fuera invadido por el General Bryan.
Ese néctar hizo que el efecto de la planta fuera más
potente. Así que sólo corte una pequeña rama y
prepárela en té. De lo contrario, podría matar a su
esposo con una dosis mayor.
Diego escuchaba todo desde afuera del salón.
Una vez que el Abuelo Nerval y Jafte se
despidieran de Bree y salieran del salón, Diego los
siguió sigilosamente hasta llegar al Domicilio donde
ambos vivían y por ende, tenían sembradíos de la
planta.
VICTOR HUGO BARRERA

Mordrecán observaba detenidamente y


confundido un ejemplar de Pasiflora sobre su
escritorio.
Diego, por su parte, explicaba el por qué dicha
planta estaba frente a su Jefe.
—El Abuelo de uno de los alumnos de la
Maestra Bree le llevó un ejemplar. Dice que fue
regada con una sustancia fluorescente proveniente de
Sudáfrica.
—Interesante historia. Pero ¿En qué me beneficia
tener una conmigo?
—Puede dormir a quien sea. Incluso, en dosis
más fuertes, podría matar a un ser humano.
Mordrecán miró intrigado a Diego.
—¿Estás seguro de eso último que acaba de
decir?
—Completamente.
—De ser así… Tal vez pueda probar su efecto
esta misma semana.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Maya permanecía pensativa, sentada sobre su


cama. Por lo pronto, la Sirvienta Nadine, limpiaba el
cuarto pasando muy cerca de Maya, pero ésta ni
siquiera se inmutaba.
Incluso, Nadine hacía movimientos frente al
rostro de su Jefa para distraerla de pensar tanto, pero
sin obtener resultados satisfactorios.
—¿Le sucede algo, Señora?
—¿Ummm…?
Maya miró desorientada a Nadine.
— ¿Me hablaste?
—Le pregunté si le pasa algo. Aunque es más que
obvio que sí
Maya sólo se limitó a asentir nostálgicamente.
—Y supongo quién es la causa de sus
preocupaciones.
—La palabra correcta es “quienes”
— ¡Oh!—Nadine no pudo ocultar su sorpresa—
No creí que Usted tuviera intenciones de
corresponderle al Asistente de su Esposo.
VICTOR HUGO BARRERA

—Ese es el problema. Por más que le hago saber


a Diego que no estoy interesada en él, más me acosa
hasta el punto de hacerme sentir…
—Tan presionada que quisiera que todo esto
terminara—completó Nadine.
—Así es—Maya suspiró de preocupación—He
pensado en decirle a Mordrecán, pero tengo miedo
que piense que yo soy la culpable de que su Asistente
se sienta atraído por mí.
Maya comenzó a llorar.
—Ya no sé qué hacer.
Nadine se acercó a Maya, le secó las lágrimas y se
sentó junto a ella en la cama.
—No todo está perdido, Señora. Hay soluciones
a su problema, sólo que no tan… amables.
Maya miró confundida a Nadine.
— ¿Has oído hablar sobre la JGB?
Maya negó con la cabeza.
—Dicen que un Soldado la usó para destruir la
naturaleza cuando invadió el País. No sé cómo, pero
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

esa… sustancia… tiene un efecto destructivo en los


seres humanos cuando se usa en grandes dosis.
— ¿Cuál es tu plan?—preguntó temerosa Maya.
—Tal vez pueda conseguirle la dosis adecuada
para poner en su lugar a su acosador.
Maya pensó intrigada la propuesta.

La noche del día siguiente, la Mansión del


Empresario Mordrecán abría sus puertas para recibir
a los Ejidatarios del pueblo, a los Maestros, al Médico
Brawley y a la gente económicamente más
beneficiada con el fin de tener una fiesta, en donde
sería anunciada una nueva propuesta de
industrialización.
Los empleados de la casa recibían y acomodaban
en las respectivas mesas a los invitados. Los meseros
les ofrecían aperitivos y bebidas mientras el Anfitrión
salía a atenderlos.
VICTOR HUGO BARRERA

Galaor y Bree fueron acomodados en una mesa


que les permitía ver a Mordrecán y Diego observar
todo desde el balcón de la casa.
A pesar del momento de celebración, Bree no
podía ocultar sus molestias del embarazo, las cuales
fueron percibidas por su esposo.
— ¿Te encuentras bien, amor?
—Sí… Sólo siento las mismas molestias que he
tenido durante nueve meses. Ya pasarán.
Mordrecán miraba sonriente a los invitados
acomodarse en sus lugares. Sin embargo, dicha
sonrisa se borró de su rostro una vez que viera a Don
Gumersindo llegar al jardín de la casa y caminar hacia
el interior de ésta.
— ¡Diego!
— ¿Sí, Señor?
— ¡¿Acaso invitaste a mi suegro?!
—No, Señor. De ninguna manera desobedecería
una orden suya.
— ¡Entonces ¿Cómo explicas eso?!
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Mordrecán sujetó la cabeza de Diego y lo puso en


dirección hacia Don Gumersindo, quien entró a la
casa.
— ¡No…! ¡Tengo idea de por qué está aquí su
suegro, Jefe!
— ¡Pues más te vale encontrar una forma de que
se vaya lo más rápido posible!
— ¡Sí, Señor! ¡No se preocupe por eso! ¡Yo me
encargo!
Mordrecán soltó a Diego y lo hizo a un lado, para
luego ir a su oficina, lugar donde el encuentro con su
suegro se llevaría a cabo.
Mordrecán entró a su oficina viendo a su suegro
estar sentado en su escritorio, lo cual molestó tanto al
Empresario que éste se detuvo a medio camino y
comenzó a gritar:
— ¡¿Qué demonios hace sentado en mi lugar?!
— ¿Disculpa?—Don Gumersindo se puso de
pie y caminó hacia su yerno—Recuerda que estás
tratando con un hombre mayor.
VICTOR HUGO BARRERA

—¡Un hombre mayor que no sabe cuál es su


lugar en esta situación! ¡Estoy a punto de mejorar mi
propuesta para industrializar este pueblucho…!
— ¡Resulta que este pueblucho vio nacer a mi hija,
tu esposa! ¡De quién quiero saber cómo ha sido su
comportamiento últimamente!
Don Gumersindo quedó frente a Mordrecán.
—¿Podemos dejar de gritar?
Diego llegó con una charola, con dos vasos con
té, en las manos, quedando junto a su Jefe.
—Cálmense por favor. No es necesario que sus
gritos traigan a Maya a esta oficina. Mejor beban algo
frío.
Diego acercó la charola a Don Gumersindo,
quien tomó uno de los vasos sin mirarlo siquiera,
pues su atención estaba sobre su yerno.
—Hasta que haces algo bien, muchacho.
Don Gumersindo bebió el vaso con té, luego
miró molesto a Mordrecán.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—En vista de que sólo buscas hacer dinero y


estafar a la gente de este lugar…
Don Gumersindo sintió que un sueño profundo
se apoderó de repente de él. Todo se nubló a su
alrededor, se tornó borroso y luego se convirtió en
color negro.
El suegro de Mordrecán cayó de espaldas
golpeándose fuertemente la cabeza contra el piso.
Diego y el Empresario se mostraron asustados
por el efecto del té. Pues el Ejidatario parecía estar
muerto.
— ¡¿Acaso preparaste té con la planta que
robaste?!—cuestionó atemorizado Mordrecán.
— ¡¿Teníamos otra opción?! ¡Su suegro quería
llevarse a su esposa de esta casa, además de poner a
todo el pueblo en su contra! Tenía que actuar.
Mordrecán escuchó que la gente invitada
comenzaba a aplaudir en señal de querer la
intervención del anfitrión de la fiesta. Miró
preocupado a Diego, después a su suegro tirado en el
VICTOR HUGO BARRERA

piso, pensó en los acontecimientos del momento y


tuvo una macabra idea.
—Llévalo a su casa.
Diego miró incrédulo a su Jefe.
— ¿Cómo dijo?
—Lleva a mi suegro a su casa—Mordrecán
caminó hacia la puerta de su oficina—Diles a sus
empleados que lo encontraste bebiendo en una
cantina y decidiste llevarlo a un lugar seguro.
Mordrecán salió de su oficina mientras Diego
miraba temeroso el problema frente a él.
Diego, a bordo de su turbo—auto, llevaba el
cuerpo de Don Gumersindo a la casa de éste.
Mientras tanto en la Mansión, Mordrecán tomaba
el micrófono al mismo tiempo que todos los
invitados le aplaudían.
— ¡Muchas gracias por venir! ¡Es un gusto poder
contar con su apoyo aún en los momentos difíciles!
¡Por eso, en agradecimiento, echaré a andar el
proyecto del Vivero más grande de todo nuestro
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Estado! ¡Un vivero donde las plantas que nuestro


Gobierno considera ilegales, puedan ser sembradas,
cuidadas, reproducidas y por qué no decirlo, sean
vendidas en todo el país!
Los invitados se miraron unos a otros denotando
desconcierto, pero a la vez emoción.
— ¡¿Acaso ellas no tienen derecho a existir?!
Mordrecán mostró una planta de Marihuana y
otra de Amapola.
Los invitados se mostraron tan emocionados que
comenzaron a aplaudir y a ponerse de pie.
Los Maestros por su parte, miraban incrédulos el
apoyo que la gente del pueblo le estaba dando a
Mordrecán.
—No puedo creer lo que estoy viendo—dijo
Bree.
—Finalmente el Señor Mordrecán logró
convencerlos.
Galaor miró a Bree, quien se tocó el vientre y
después cayó desmayada.
VICTOR HUGO BARRERA

— ¡Bree!
Galaor corrió logrando detener a Bree antes que
cayera al suelo. Algunos invitados alrededor de ellos
se acercaron para ayudar.
— ¡Un Médico!—gritaba Galaor— ¡Llamen al
Médico del pueblo, por favor!
Inmediatamente el Doctor Brawley llegó pasando
entre la gente.
—¡Déjenme pasar! ¡Déjenme pasar!
El Dr. Brawley llegó a donde estaban Galaor y
Bree.
—¡Se desmayó de pronto!—expresó preocupado
Galaor.
El Dr. Brawley sacó su estetoscopio y lo colocó
sobre el vientre de Bree y después revisó sus signos
vitales de ésta.
—Necesito inducir el parto ahora. ¿Crees que el
anfitrión quiera prestarnos uno de sus lujosos
cuartos?—preguntó el Dr. Brawley a Galaor.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Por supuesto—respondió Maya, quien logró


pasar entre la gente para ver lo sucedido—En casa
tenemos espacio suficiente.
—Muchas Gracias, Señora Maya—dijo Galaor
para después cargar a Bree.
—No agradezca, Maestro. Usted hace mucho
por nuestra comunidad. Es un placer poder
ayudarle—Maya y el Dr. Brawley abrieron paso entre
la gente para que Bree fuera llevada al interior de la
casa.
Mordrecán por su parte, estaba recolectando las
huellas dactilares de los líderes ejidatarios para hacer
legal la aprobación de la construcción del vivero…

—A Dios gracias que la hija de los Maestros nació


sana y en medio del amor de sus padres.
— ¿Qué nombre le pusieron a la bebé,
Abuelo?—preguntó emocionada Nan.
VICTOR HUGO BARRERA

—Buena pregunta. Hasta donde sabemos la


llamaron “Kay”.
—¿Kay?—preguntaron al unísono los tres nietos.
—Qué nombre más extraño—comentó Irina.
—Tristemente no todo fueron buenas noticias.
Los tres nietos y yerno miraron preocupados al
Abuelo.
—Maya recibió una video llamada de parte de su
Madre. Ella salió de prisa, acompañada por el Médico
del pueblo. Cuando llegaron a la casa del
ejidatario…—Logaar buscaba las palabras adecuadas
para no incomodar a sus nietos—… Él ya había
muerto…

Al día siguiente, todo el pueblo de Arcelia asistió al


Cementerio local para llevar a cabo el funeral de Don
Gumersindo.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Incluso los Maestros acompañaron a Maya, quien


dirigía el funeral ella sola, ya que su Madre no se sentía
en condiciones ni siquiera de hablar.
Por otra parte, Mordrecán y Diego guiaban a los
trabajadores con la maquinaria adecuada para
comenzar la construcción del vivero.
—Don Gumersindo muerto, la gente del pueblo
aceptó la construcción de un vivero para sembrar
drogas, el Señor Mordrecán controla casi a todas las
personas de este pueblo…
Galaor fue interrumpido por Bree, quien cargaba
a Kay en sus brazos, los tres estaban ya en casa una
vez terminado el funeral.
—Menos a tres, amor. Nosotros tres; Kay, tú y yo
nunca estaremos bajo el control del Señor
Mordrecán.
Galaor pensó un poco la situación.
—Tienes razón. Ya no hay otra solución.
Renunciaremos a la Escuela Multigrado y
regresaremos a Taxco.
VICTOR HUGO BARRERA

— ¿Qué ha dicho, Maestro Galaor?—cuestionó


sorprendido Mordrecán. Ambos estaban en la
oficina del Empresario.
—Mi esposa y yo renunciamos. Regresaremos a
Taxco por cuestiones de salud de mi bebita.
— ¿Acaso el Médico de nuestro Pueblo no es lo
suficientemente capaz de atender a su hija? No me
responda. Ni siquiera pudo revivir a mi suegro.
—Es por eso que mi esposa y yo debemos…
— ¿Qué le parece si les pago el mejor Hospital de
la Capital del Estado? Y una vez que su hija sea
atendida, vuelven a dar clases a Arcelia.
—Esos viajes podrían afectar más a mi bebé…
—Está bien. Traeremos al Mejor Médico de la
Capital del Estado solamente para atenderlos a
Ustedes. Será su Médico de cabecera.
— ¿Qué parte de “los Maestros han renunciado” no
entiendes, Querido?
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Galaor y Mordrecán miraron hacia la puerta


donde Maya tenía una postura rígida que denotaba
mucha furia.
—Maestro Galaor, no sabe cuánto me duele que
Usted y su esposa se vayan. Pero le guste o no a mi
esposo, Ustedes ya tomaron su decisión y les deseo lo
mejor en su regreso a casa.
Galaor y Mordrecán se mostraron asombrados
ante la actitud de Maya, quien denotaba el esfuerzo
interno por controlar su deseo de explotar en llanto
de rabia.
—Pues… Gracias por todo. Los dejo—Galaor
estrechó la mano de Mordrecán y antes de salir,
estrechó la mano de Maya. Ésta se acercó a
Mordrecán con la cabeza agachada, acción que fue
aprovechada por su marido para comenzar la
violencia psicológica.
— ¿Me quieres explicar por qué te atreviste a
interrumpirme cuando estaba a punto de
convencer…?
VICTOR HUGO BARRERA

Maya le dio una fuerte bofetada a Mordrecán en la


mejilla izquierda, seguida de un grito de frustración y
odio:
— ¡Maldito hipócrita!
Maya comenzó a golpear a su esposo con los
puños en el pecho y estómago.
— ¡Tú lo mataste! ¡Lo mataste! ¡Mataste a mi
padre!
Mordrecán detuvo las manos de Maya
sujetándolas tan fuerte que la circulación comenzaba
a detenerse.
—Tu padre murió por proteger su comunidad.
Ahora yo continuaré con ese legado.
— ¿Legado? Tú jamás llegarás a ser la mitad del
hombre que él fue.
Mordrecán soltó a Maya, le dio una fuerte
bofetada y luego la empujó enviándola al piso.
—Tu padre era un idealista y un mediocre—
Mordrecán caminó hacia su escritorio—Nunca tuvo
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

la visión de explotar los recursos de este lugar para


generar una riqueza interna inimaginable.
Mordrecán llegó a su escritorio, tomó la botella de
whisky y se vació en un vaso.
—Te lo dije una vez y lo repito: ¡Yo soy la
salvación de este pueblucho! ¡Y tú serás testigo de ver
cómo transformo este lugar!
Mordrecán bebió del vaso, lo colocó sobre el
escritorio, Maya se mostró desconcertada, pues su
marido denotaba tener problemas con su visión.
— ¡Yo seré…!
Mordrecán cayó dormido golpeándose la cabeza
contra su escritorio, rompiendo el mismo y
abriéndose la cabeza por mitad.
Maya miró aterrada a su esposo muerto, su grito
de auxilio pudo escucharse hasta las afueras de la
Mansión.
Diego entró corriendo a la oficina, ayudó a Maya a
levantarse, aunque ésta seguía en shock.
VICTOR HUGO BARRERA

—Maya. Maya aquí estoy. Soy yo; Diego. Al fin


estamos juntos.
Diego abrazó a Maya, pero ésta reaccionó y
empujó al Asistente.
— ¡Suéltame! ¡Eres un aprovechado! ¡Mi esposo
acaba de ser envenenado y tú…!
—Yo lo hice.
Maya reaccionó estupefacta.
— ¡¿Qué?!
—Yo envenené a tu esposo de la misma forma
que él envenenó a tu padre.
Maya escuchaba incrédula las palabras de Diego.
—Un té preparado con grandes cantidades de
Pasiflora mezclada con JGB mata a cualquiera.
— ¿Por qué?—cuestionó Maya con lágrimas en
los ojos.
—Para que tú y yo estemos juntos, mi amor.
Prometo que seré el mejor esposo del mundo para ti
y el mejor Gobernante que Arcelia haya tenido jamás.
— ¿Acaso piensas gobernar este pueblo?
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Ambos lo haremos, mi amor. Como marido y


mujer.
—Eso nunca pasará. Yo no te amo. Diego
entiéndelo. Que fuera infeliz con mi esposo, no
significa que quiera algo con el hombre que siempre
lo apoyó en todas las decisiones que yo odié.
—Maya, no te pedí opinión. Vas a ser mía te guste
o no.
Maya se mostró asustada, pues Diego comenzó a
acercarse con malas intenciones.
— ¡No te atrevas…!
— ¡¿O qué?!
Diego quedó frente a Maya y ésta le inyectó una
ampolleta con JGB en el cuello, a la altura de la
tiroides.
— ¡Jamás seré tuya!
Diego se alejó de Maya, pues la JGB hizo efecto
casi inmediato al entrar a su organismo. Los brazos,
piernas y parte del rostro del ex Asistente de
VICTOR HUGO BARRERA

Mordrecán crecieron de manera deforme


produciendo una imagen grotesca y aterradora.
Maya trató de salir corriendo, pero Diego arrojó lo
que quedaba del escritorio hacia la puerta impidiendo
que ella escapara.
Maya miraba aterrada que el nuevo Diego se
acercaba a ella con una expresión de odio en el rostro.
—No corras, amor. No te haré mucho daño—
Diego tomó del cuello a Maya levantándola—Sólo el
que te mereces—Diego ahorcó a Maya rompiéndole
el cuello y matándola. Los gritos de desesperación de
ésta fueron escuchados por los empleados de la casa,
quienes no se atrevieron a ir a ver qué estaba
sucediendo en la Oficina.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

TRES

Mientras dos empleados sepultaban a Mordrecán


y Maya en uno de los jardines de la Mansión, Diego
se reunía con el resto, en la Oficina que fuera de su
Jefe.
—El Empresario más exitoso de todo el Estado
de Guerrero ha muerto. Y su bella esposa decidió
acompañarlo…
Los empleados evitaban ver a Diego a la cara
debido a su nuevo aspecto.
—…Yo me quedaré a cargo de todo. La casa, los
vehículos, las empresas, las cuentas en el banco,
Ustedes. Pero sobre todo, continuaré con el proyecto
de industrialización de este Pueblo.
Uno de los Empleados de nombre Itiel Grosjean
tomó la palabra.
—Todos los habitantes de Arcelia apoyan la
construcción del nuevo vivero industrial.
VICTOR HUGO BARRERA

—No todos. Hay dos personas muy respetables


que pueden poner a la gente de este lugar en mi
contra.
— ¿Se refiere a los Maestros Galaor y Bree?—
cuestionó Itiel.
—Así es. Ellos deberán ser eliminados cuanto
antes.

Galaor y Bree aprovechaban que su bebé estaba


dormida para terminar de empacar sus cosas en
maletas de cerrado automático. De pronto, el escáner
de la casa informó sobre la llegada de un visitante.
— ¡Una mujer se encuentra afuera de la puerta! ¡Una
mujer se encuentra afuera de la puerta! ¡Una mujer se encuentra
afuera de la puerta!
— ¿Esperas a alguien?—preguntó Galaor a Bree.
—No. Pero iré a ver.
Bree bajó rápidamente las escaleras para abrir la
puerta.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Una vez que la puerta se abriera, Bree miró


impresionada que Cerina era la visitante.
— ¡Hola Maestra!—saludó Cerina.
— ¿Cerina? ¿Qué haces aquí?
— ¿Puedo pasar? Hace frío afuera.
—Pues… Pasa.
Bree no pudo ocultar su desconcierto, pues
Cerina lucía sospechosa, además de tomar una
actitud como si hubiese llegado a su casa.
—Le tengo noticias de Taxco.
—Adelante. Te escucho, Cerina.
—La Escuela Multigrado cerró.
— ¡¿Cómo dices?!
—Sí. Ya no hay más Escuela Multigrado en
Taxco.
— ¿Hace cuánto pasó?
—Una semana… después de que Ustedes nos
dejaran.
Cerina sonrió maliciosamente, lo cual causó
molestia e incomodidad en Bree.
VICTOR HUGO BARRERA

En el cuarto; Galaor colocaba las últimas cosas


dentro de la última maleta que una vez que estuvo
llena, se cerró automáticamente. De repente, la
ventana hizo un ruido extraño. Galaor se acercó para
ver qué sucedía y un radar virtual apareció en la
ventana mostrando un punto rojo que se acercaba a
toda velocidad turbo.
— ¿Qué es eso?
Un sujeto entró rompiendo la ventana, golpeando
a Galaor con sus puños y cayendo al piso junto con
éste. El sujeto era Lucas, quien se levantó
inmediatamente, sacó un arma y apuntó a la cabeza
de Galaor.
—Hola… Maestro—dijo irónicamente Lucas—
¿Le da gusto verme? Porque a mí me alegra verlo.
En el Primer Piso de la Casa; Bree se distrajo al
escuchar que la ventana del cuarto se rompía, dicha
distracción fue aprovechada por Cerina, quien
conectó su puño en la cara de la Maestra enviándola
al piso.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Lucas miraba burlonamente a Galaor.


—Si vas a disparar, hazlo ya, Lucas.
— ¿En serio está dispuesto a morir tan pronto?
—Ahora que lo preguntas…
Galaor sujetó el brazo donde Lucas tenía el arma,
ambos forcejearon y un disparo láser dio en el
mecanismo de la puerta del cuarto, los cables sacaron
chispas, y el marco de la puerta comenzó a quemarse.
Galaor y Lucas siguieron forcejeando hasta que el
Maestro golpeó con su codo, varias veces, a Lucas en
la cara hasta tirarlo y hacerlo soltar el arma; objeto que
fue arrojado por la ventana del Maestro.
Cerina se acercó a Bree para patearla, la Maestra
detuvo la patada y empujó la pierna de su agresora
golpeándola en el pecho con su propia rodilla. Obvio,
Cerina terminó en el piso. Bree se puso de pie y
corrió hacia el cuarto de su bebé.
VICTOR HUGO BARRERA

Los cuartos de arriba comenzaban a incendiarse,


Galaor entro al cuarto de Kay viéndola dormir
tranquila en su cuna.
Lucas apareció sujetando del cuello y por detrás al
Maestro.
—Ni crea que lo dejaré salvar a su hija.
Lucas ahorcaba fuertemente a Galaor, quien
aprovechó para activar, con ayuda de su reloj, un
campo de fuerza que protegía la cuna de su hija. De
pronto, Bree llegó golpeando en la cabeza y por
detrás a Lucas con el porta bebé. El agresor de su
marido cayó al piso, después, Galaor golpeó en la
cara a Lucas lastimándolo seriamente.
Bree detuvo asustada a su marido.
— ¡Galaor ya por favor! ¡Basta! ¡Detente!
Galaor dejó de golpear a Lucas mostrándose
molesto y agitado.
—Saquemos a nuestra hija de aquí—propuso
Bree.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Sin embargo, un disparo láser rompió la ventana


del cuarto, los Maestro miraron a Cerina apuntarles
con su arma.
—Ninguno de Ustedes saldrá de aquí.
Cerina le disparó a Bree varias veces hiriéndola de
gravedad.
—¡No! ¡Bree!
Galaor se arrojó sobre su esposa protegiéndola,
pero también recibiendo disparos láser en la espalda.
Los impactos arrojaron a los Maestros por la ventana
rota, ambos cayeron a un río cuya corriente era
demasiado rápida.
Cerina observó orgullosa que los cuerpos de los
Maestros fueron arrastrados por la corriente. Lucas se
puso de pie y se paró junto a Cerina.
—¿Están muertos?
—Eso espero.
Ambos escucharon a Kay llorar dentro de su
cuna protegida por el campo de fuerza, el cual se
desactivó unos segundos después.
VICTOR HUGO BARRERA

Cerina se acercó a la cuna, sacó a Kay y la tuvo en


sus brazos.
—Sacaré a la bebé. Será mi comprobante ante
Diego de que sus padres están muertos. Tú termina
de incendiar la casa.
Lucas asintió y terminó de incendiar la casa
mientras Cerina sacaba a Kay del lugar.

Diego, quien ya vestía un smoking café que fuera


de Mordrecán, recibía a Cerina y Lucas en su ahora
oficina. Ambos entraron con el porta bebé donde
traían a Kay.
—¿Qué significa eso?—cuestionó intrigado
Diego.
—Es un porta bebé—respondió Cerina.
— ¡Sé perfectamente qué es un porta bebé y para
qué sirve! ¡Me refiero a…!
Lucas sacó a Kay del porta bebé y se la mostró a
Diego, quien calló inmediatamente.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—¿Y esa bebé?


—Era la hija recién nacida de los Maestros—dijo
Lucas—Y digo “era” porque sus padres cayeron al
río. Ambos fueron arrastrados por la corriente.
Diego se acercó a Lucas, tomó a Kay en sus
brazos y la miró preocupado.
—Necesito que ambos se aseguren que los
Maestros efectivamente están muertos. Yo cuidaré
de la niña.
—Pero Diego…
Cerina fue interrumpida.
—Mi aspecto ha cambiado, así que mi nombre
también lo hará. Llámenme “Mamut”
Lucas y Cerina se miraron desconcertados.
—Mamut, el nuevo Gobernante de Arcelia.
VICTOR HUGO BARRERA

Al día siguiente, Galaor salió del río llevando a


Bree, la cual iba inconsciente, junto con él. El Maestro
nadó lo mejor que pudo para poder salir del agua, al
igual que su esposa.
Una vez en tierra, Galaor observó que Bree
sangraba demasiado, pues los disparos la hirieron
gravemente.
—¡Resiste amor! ¡Resiste! ¡Te prometo que
superaremos esto!
Galaor observó que a lo lejos se acercaban unas
personas.
—¡Oigan! ¡Aquí! ¡Necesitamos ayuda!
¡Ayúdennos por favor! ¡Fuimos atacados! ¡Auxilio!
Las personas escucharon los gritos de Galaor y
corrieron a ayudarlo. Dichas personas eran dos
hombres y un niño. Los tres hablaban mixteco y por
lo tanto, Galaor no les entendía. Aunque comprendía
que señalaban a Bree herida.
—Es mi esposa. Fuimos atacados. Caímos al río y
la corriente nos arrastró hasta aquí.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

El niño señaló el abdomen de Galaor, éste notó


que estaba herido, de repente, uno de los adultos
golpeó a Galaor en la cara dejándolo inconsciente.

Galaor abrió los ojos, inmediatamente se dio


cuenta que estaba acostado en el suelo de una
pequeña casa hecha de adobe. El Maestro se puso de
pie observando el interior de la casa.
El niño que había encontrado a ambos Maestros,
junto con su Padre y su Tío, y que respondiera al
nombre de Gromyko Kaepernick, apareció en la puerta
de la casa.
—¡Ya despertó!—dijo Gromynko en mixteco.
Galaor no entendió lo que dijo el niño. Pero le
agradó verlo de nuevo.
—¿Dónde estoy?
—Tiata´nu—respondió Gromynko, lo cual
significa Metlatonoc.
VICTOR HUGO BARRERA

—No entiendo nada de lo que dices. Pero


necesito ver a mi esposa. Esposa. La mujer que
estaba conmigo en el río.
Galaor dibujó en el aire la silueta femenina, acción
que le dio una vaga idea a Gromynko de lo que
hablaba el Maestro.
El niño salió corriendo de la casa y Galaor lo
siguió.
Una vez afuera, miró a la población de la
comunidad más pobre de México. Un lugar habitado
por agricultores y artesanos. En su mayoría, la gente
creaba gabanes.
Gromyko llevó a Galaor a las afueras de la casa
donde Bree era atendida por los curanderos con
medicina tradicional.
Mahalat, Padre de Gromyko, salió de la casa y saludó
a Galaor haciendo una pequeña reverencia.
—No haga eso por favor. Sólo soy un hombre y
quiero que mi esposa se cure.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Mahalat miró a Galaor dando a entender que no


comprendió nada, Gromyko sacó un trompo de
madera con punta metálica demasiado filosa y lo
obsequió a Galaor como regalo de bienvenida.
Galaor miró fijamente el trompo y recordó a su
hija durmiendo en su cuna.
—¡Kay!
Galaor miró preocupado a Mahalat.
—¡Necesito volver a Arcelia! ¡¿Cómo puedo
volver a Arcelia?! ¡Necesito salir de aquí!
Mahalat le señaló a Galaor a su alrededor, el
Maestro observó que estaba en un Pueblo rodeado
por montañas. Sin embargo, el saber del paradero de
su hija era más importante en ese momento. Así que
tomó de los hombros a Mahalat para pedirle ayuda.
—¡Necesito que me lleve a Arcelia! ¡Lléveme a
Arcelia por favor! ¡Necesito ir por mi bebé!
Mahalat no entendía nada de lo que Galaor decía,
pero la preocupación en los ojos de éste lo llevó a
ayudarlo.
VICTOR HUGO BARRERA

En Arcelia, en las ruinas de la casa de los Maestros,


Lucas revisaba lo que quedó del edificio en busca de
una pista que le comprobara que los Maestros
estaban muertos.
De pronto, Lucas se llevó la sorpresa de su vida,
pues Galaor apareció frente a él.
—¿Dónde está mi hija?
—¡No puede ser!
Lucas retrocedió aterrado.
—¿Qué hicieron con Kay; Lucas?
—¡Un fantasma! ¡Un fantasma!
—No soy un fantasma. Mira—Galaor le mostró
a Lucas las marcas de los láseres que impactaron su
cuerpo—Soy yo, Galaor. Padre de Kay. Y quiero
saber ¿Dónde está mi bebé?
—¡No dejaré que me conviertas en un alma
errante!
Lucas corrió a la salida, Galaor buscó entre su
ropa encontrando el trompo, así que lo arrojó hacia
Lucas, el trompo impactó la pared y rebotó
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

incrustándose la punta metálica filosa en la pierna de


Lucas, quien cayó al piso.
Galaor se acercó mientras Lucas entraba en shock
nervioso.
— ¡Por favor no! ¡Haré lo que me pida, pero no
me mate, por favor! ¡No! ¡No!
—Deja de gritar y dime: ¿Dónde está mi hija?
Lucas pensó un poco y luego habló agitado.
—Diego, ex asistente de Mordrecán, asesinó a su
Jefe y su esposa. Su cuerpo sufrió una deformación y
ahora se hace llamar Mamut, líder absoluto de
Arcelia, Guerrero. Kay está con Mamut, será criada
como hija suya…
El shock nervioso provocó que Lucas se
desmayara.
Galaor procesó la información y comenzó a gritar
desesperado:
— ¡Kay! ¡Kay! ¡Kay! ¡Kay!
VICTOR HUGO BARRERA

Mahalat, Gromyko y Galaor regresaron a


Metlatonoc, los tres observaron que Bree estaba
sentada afuera de la casa donde fue atendida.
El Maestro corrió a ver a su esposa, la abrazó y
besó efusivamente para después derramar unas
lágrimas de tristeza.
—Perdóname Bree. Perdóname. No pude
rescatar a nuestra hija.
Bree miró asustada a su esposo.
—Mamut, el nuevo tirano de Arcelia, la tiene y la
criará como su propia hija.
Bree comenzó a llorar, ambos se abrazaron y
lloraron sentidamente frete a la gente del Pueblo.
—Perdóname por no ser el esposo y padre que
ambas merecían.
—Lo hecho, hecho está, mi amor. Por ahora
necesitamos saber cuál es nuestro nuevo deber…
Galaor miró confundido a Bree.
—…Debemos detener a Mamut.
LA PRIMERA
LECCIÓN HA
TERMINADO.
CUATRO
5 AÑOS DESPUÉS…

Los Maestros Galaor y Bree se habían integrado


ya al pueblo de Metlatonoc. Los habitantes de dicho
lugar, comenzando por el Anciano Líder llamado
Morwanneg (significa ola de mar), les transmitió el
lenguaje mixteco, las celebraciones del Día de San
Miguel Arcángel, el Día de Muertos y la Semana
Santa. Así mismo conocieron la música tradicional
como bandas de viento, tropical y corridos.
Los Maestros también aprendieron a trabajar
diversas artesanías como: Sombreros, Sopladores,
Costales, Sillas y Tanates tejidos con palma, también
crearon cerámica como ollas de barro, comales y
ceniceros.
Ambos vestían la ropa típica del pueblo como:
Calzón y Camisa de manta, Huaraches de correa,
Sombrero de Palma y gabán de lana de borrego en el
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

caso de Galaor. Y huipil y blusa hechos de manta


blanca bordada con una combinación de flores,
pájaros, corderos y águilas devorando serpientes,
bisutería formada de monedas y fragmentos de coral,
además de huaraches de correa en el caso de Bree.
Ambos no olvidaban su propósito para seguir
adelante; rescatar a su hija Kay. Es por eso que los
dos aprendían cada tarde, antes de cenar, un sistema
de defensa personal que Ucal Kaepernick, tío de
Gromyko, les enseñaba de manera práctica.
Galaor aprovechaba todas las noches para cortar
cortezas gruesas de árboles, pulirlas de un lado y
luego unirlas para formar un traje con forma
humana.
También, el Maestro modificaba juguetes típicos
como trompos, baleros y yo-yos para usarlos como
armas.
Una noche, Galaor trabajaba en la creación de
armas, cuando de pronto, alguien tocó la puerta, el
VICTOR HUGO BARRERA

Maestro fue rápido a abrir viendo a Mahalat afuera de


su casa.
—Buenas noches Galaor. Disculpe le
interrupción. ¿Puedo pasar? Le traigo noticias de
Arcelia.
—Buenas noches Mahalat, pasa.
—Todo el pueblo de Arcelia atraviesa una severa
crisis—contaba Mahalat, sentado en un sillón frente a
Galaor—Su Líder Mamut está usando la venta de
droga que crece en las tierras de los habitantes del
pueblo a otros Estados, como la única forma de
sobrevivir. De hecho, cada salida y entrada a Arcelia
es muy insegura para las personas. Los Hombres de
Mamut, encabezados por un tal Lucas, y protegidos
por un peleador de Capoeira llamado Ze Souza,
atacan y saquean cualquier vehículo que quiera entrar
o salir del pueblo. Pues Mamut se ha proclamado
dueño absoluto de la droga en Arcelia.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—A pesar de todo el panorama tan… peligroso,


me sorprende que hayas entrado y salido de ese
pueblo sin ser capturado.
—No olvide que tengo mis métodos para
conseguir lo que quiero, Maestro.
—Pues ojalá que esos métodos nos sirvan para
llegar hasta nuestra hija.
Galaor y Mahalat voltearon viendo a Bree.
—Galaor ¿Lo escuchaste? Nuestra Kay corre
grave peligro en un mundo de tráfico de drogas y
muerte.
—Lo sé. Pero no creo que sea útil el ir a Arcelia y
buscar llegar a Kay cuando debe estar resguardada
por los hombres de Mamut.
—Tal vez esa sea la única opción para recuperar a
nuestra hija; destruir a todos los hombres de Mamut.
—Y luego tendríamos qué acabar con él—agregó
Galaor—Lo cual no es poca cosa.
VICTOR HUGO BARRERA

—Destruir a Mamut podría representar más caos


en el pueblo de Arcelia—intervino Mahalat—No
olviden que Ustedes están muertos para esa gente.
Galaor pensó en las palabras de Mahalat.
—Probablemente esa sea nuestra ventaja.
— ¿A qué te refieres, amor?
—Cuando enfrenté a Lucas en las ruinas de
nuestra casa, él me llamó fantasma.
Galaor comenzó a planear en su mente y después
sonrió animado.
—Es hora que el fantasma de un Maestro muerto
haga justicia.
CINCO

En los límites de Arcelia, un turbo—camión llegó


a la caseta de salida.
El chofer, cuyo nombre era Dolger Englert, sacó
su tarjeta de pago y se la entregó al Encargado de la
caseta.
—Buenos días Mi Jefe. Vamos a entregar un
pedido urgente.
—Qué curioso. No recuerdo haber autorizado
una “entrega urgente” para hoy—expresó
sarcásticamente el Encargado, quien era Lucas—
Algo me dice que quieren huir con la mercancía de
nuestro Gobernante.
—¡No! ¡Claro que no!—dijo nervioso el copiloto,
llamado Glinn Guralnik— ¡Sólo queremos…!
—¡Silencio!—gritó furioso Lucas—Abran las
puertas. Quiero ver qué transportan.
VICTOR HUGO BARRERA

—¡Pero ya le dijimos…!—Dolger fue


interrumpido.
— ¡Dije que abran las puertas!—Lucas sacó un
arma y les apuntó al chofer y al copiloto, quienes se
asustaron todavía más al ver que varios hombres que
trabajaban para Mamut los rodearon apuntándoles
con sus armas.
—Como diga, Jefe—Glinn abrió las puertas
traseras del turbo-camión, los hombres de Mamut
revisaron la mercancía que traían, Ze Souza tomó un
paquete y lo mostró a Lucas.
—Transportan Marihuana. Toneladas de ella,
diría yo.
Lucas se mostró furioso.
—Bájenlos del turbo—camión de inmediato.
Ze Souza colocaba a Dolger y Glinn hincados
frente a Lucas, quien cargaba su arma y amenazaba
con dispararles en la cabeza.
— ¿En serio creyeron que podrían robarle a
Mamut?
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Esa planta crece en nuestras tierras. Tenemos


derecho a…
— ¡Mamut es dueño absoluto de todas las tierras
de Arcelia! Cada hoja, flor y retoño que nazca en esas
tierras le pertenecen. Ahora pagarán el precio de su
desobediencia.
Lucas se preparaba para jalar el gatillo, de pronto,
puntas metálicas de trompo se incrustaron en el
cuello de dos hombres de Mamut que estaban
parados junto a Lucas, uno a cada lado.
Ambos cayeron al instante sorprendiendo a Lucas
y Ze Souza. Éste último fue impactado por una
punta metálica que clavó su mano al turbo—camión.
Luego, Lucas observaba que El Maestro, vestido
con el traje típico de Metlatonoc y cubierto su rostro
con una máscara hecha de corteza de árbol, apareció
golpeando al resto de los hombres de Mamut,
usando un balero y una cuerda de trompo para
defenderse.
VICTOR HUGO BARRERA

—¡No puede ser! ¡No otra vez! ¡El fantasma


regresó!
El Maestro terminó de someter a los hombres de
Mamut, luego, caminó hacia Lucas, quien le apuntó
con su arma.
—¡Esta vez no me lastimarás!
El Maestro usó el balero para tirarle el arma a
Lucas y luego golpearlo en la cara y enviarlo al suelo.
Después, El Maestro puso su rodilla sobre el
pecho de Lucas, el cual estaba de nuevo en shock.
—¡No entiendo por qué me dejaste vivir la
primera vez si de todos modos volverías para
matarme, Fantasma!
—Ya te dije que no soy ningún fantasma. Soy El
Maestro y si te dejé con vida la primera vez, fue para
que le dieras un mensaje a Mamut, que espero sí
entregues esta vez.
El Maestro sujetó a Lucas del cuello.
—Dile que iré por mi hija y luego lo derrocaré.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Lucas miró asustado al Maestro, quien lo dejó caer


al suelo.
Posteriormente, El Maestro sacó la droga del
turbo—camión, algunas personas de Metlatonoc
llegaron al lugar, con sus máscaras de corteza puestas,
y junto con el Patriota, se llevaron la droga a su
pueblo.
Dolger y Glinn se miraban incrédulos.
—Es imposible—decía Dolger—un Fantasma
nos ayudó.
En Metlatonoc, el líder Morwanneg observaba
que El Maestro y la gente del pueblo traían la droga.
El Patriota se acercó al Anciano Líder y puso un
paquete frente a él.
—Los hombres de Mamut iban a asesinar a dos
hombres por querer sacar esta droga de Arcelia.
— ¿Logró dar su mensaje, Maestro?
—Sí. Sólo espero que llegue intacto a su
destinatario.
VICTOR HUGO BARRERA

—Será lo único que llegue. Esta droga será puesta


en una cueva para ser destruida.
—Perfecto.
El Maestro vio a Bree esperarlo afuera de su casa,
así que decidió acercarse a ella.
En Arcelia, en la parte más alta de un castillo
recientemente acabado de construir, Mamut miraba
nostálgico y molesto fotos 3D de Maya.
— ¿Cómo pudiste? Tú y yo deberíamos estar
gobernando este lugar.
Itiel Grosjean entró denotando nerviosismo.
—¿Señor Mamut?
—¿Qué quieres?
—Lucas y Ze Souza han regresado.
—¿Tan pronto?
—Eh… Sí… Eh… No traen buenas noticias.
El Semblante de Mamut mostró más molestia de
la que ya tenía.
—Qué pasen.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Lucas y Ze Souza estaban hincados frente a


Mamut, el cual escuchaba fúrico el mensaje que El
Maestro le envió.
—Luego, el Fantasma me pidió que le dijera que
vendrá por su hija y lo derrocará.
Mamut procesó la información, se acercó a Lucas
y lo encaró.
—¿Escapó?
—¿Disculpe?
—¿Qué si ese supuesto Fantasma del Maestro
escapó?
— ¡Sí! ¡Escapó y se llevó toda la droga!
Mamut gritó tan fuerte por el coraje, que las
paredes del castillo se sacudieron. Después, ahorcó a
Lucas con sus dos manos rompiéndole el cuello
inmediatamente.
Ze Souza respiraba agitado, pues creía que él sería
el siguiente.
VICTOR HUGO BARRERA

Sin embargo, Mamut encaró al peleador de


Capoeira con otras intenciones.
—Quiero que lleves al resto de los hombres a
buscar al Maestro, lo mates y cortes su cabeza. No
me interesa si clava tu mano a un caballo y éste corre
a toda velocidad lejos de la situación. Deberás
cumplir mis órdenes, Ze Souza. O si no, mejor no
vuelvas con vida.
—Sí, Señor. Me queda claro.
—Así me gusta.
Mamut se alejó de Ze Souza e Itiel, quien ya
comenzaba a sacar el cuerpo muerto de Lucas.
— ¡Saquen a este perdedor de aquí y lárguense!
¡Los dos tienen mucho trabajo qué hacer!
— ¡Sí, Señor Mamut!—dijeron al unísono ambos
y después sacaron el cuerpo de Lucas.
Mamut se acercó a unas pantallas virtuales donde
veía lo que pasaba en el cuarto de Kay.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

En ese momento, la niña brincaba de un lado a


otro tirando los juguetes por todos lados. Cerina,
quien era su Maestra, estaba perdiendo la paciencia.
— ¡Kay! ¡Siéntate ya! ¡Tenemos que aprender las
vocales!
—Esas ya me las sé—dijo la niña.
—Entonces el abecedario.
—Ese también ya me lo sé. Leo mejor que tú.
—No te pregunté eso. ¡Así que siéntate por favor!
Es momento de estudiar.
—No quiero.
Kay seguía poniendo el cuarto de cabeza.
Mamut miraba nostálgico lo sucedido y meditaba
en la actitud de Kay.

En Metlatonoc, Bree curaba las heridas en los


brazos y piernas de Galaor.
—Pensé que El Maestro había ganado la pelea.
VICTOR HUGO BARRERA

—Lo hice—Galaor hablaba soportando el ardor


de las curaciones.
—No quiero imaginar cómo estaría tu cuerpo de
haber perdido.
—Tuvimos que atravesar montañas y un bosque.
Mi faceta de atleta terminó hace tiempo…
—¿Y ahora comienzas tu faceta de héroe?
—No, para nada. Héroe no. Un Patriota.
Bree no podía ocultar su molestia.
—Veo que no te agrada la idea, Bree.
—En lo absoluto.
—Cuando Mordrecán nos pidió dejar la Escuela
en Taxco, yo no estaba de acuerdo, pero te apoyé.
—Y mira donde estamos ahora.
—Es por eso que ahora yo te pido que me
apoyes. Mamut debe ser derrocado y nuestra Kay
debe volver con sus padres.
—¿Estás consciente de los riesgos que eso
implica?
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Sí. Sé perfectamente que los hombres de


Mamut me tienen en su lista de los más buscados.
Pero créeme, amor, ya tengo una vaga idea de cómo
enfrentarlos.
—Sólo espero que esa vaga idea no te lleve a pedir la ayuda
de alienígenas que según dicen; habitan en el interior del Nevado
de Toluca.
—Oh no. Nada que ver con robots ni con tecnología
extraterrestre. Los hombres de este pueblo serán mi
apoyo.

En el Castillo de Arcelia, Mamut y Cerina


caminaban por el pasillo principal.
—Veo que darle clases a Kay no es tan fácil como
pensaste, Cerina.
—Tiene cinco años de edad biológica, pero su
edad mental sin duda supera a cualquiera de su
generación. No cabe duda que es hija de…
VICTOR HUGO BARRERA

—Ella es mi hija. Y si tienes problemas con


enseñarle, entonces yo hablaré con ella.
Ambos llegaron a la puerta del cuarto de Kay.
—Supongo que tiene otra misión para mí.
Mamut asintió.
—Apoyarás a Ze Souza y al resto de mis
hombres para encontrar al Maestro y matarlo.
—Para poder encontrarlo, primero debemos
saber dónde ataca, cómo lo hace y quiénes lo
acompañan.
—¿Qué sugieres?
—Dejarlo ganar algunas batallas, luego, nosotros
atacaremos y venceremos en esta guerra.
Mamut entró al cuarto de Kay escuchando que
ésta cantaba algo parecido a una canción de cuna:
—“Calla mi vida, no hay que llorar. Duerme y
sueñaaa…”
Mamut sintió lástima, ternura y desconcierto al
escuchar a la niña, la cual dibujaba usando crayones,
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

lápices de colores y algunas acuarelas mientras


cantaba lo mismo una y otra vez.
De pronto, Kay sintió la presencia de Mamut y
guardó silencio.
—Hola Papá.
—No tienes que dejar de cantar sólo porque yo
esté aquí.
—Es que ya no me sé lo que sigue.
—Pídele a Cerina que te enseñe la canción
completa.
—Esa canción no me la enseñó Cerina. Ella no
me enseña canciones.
—¿Ah no?
—No. Sólo quiere que me aprenda cosas que yo
ya sé—Kay volvió a cantar mientras miraba su
dibujo terminado—“Calla mi vida, no hay que llorar.
Duerme y sueñaaa…”. ¿Te gusta mi dibujo?
Mamut observó impactado que el dibujo
representaba a un hombre y una mujer abrazados,
VICTOR HUGO BARRERA

mirando hacia el interior de lo que parecía ser una


cuna.
—Es… muy bonito.
—Cuando cierro mis ojitos siempre veo a un
Señor y una Señora abrazados. Pero cuando me
pongo a dibujarlos se me olvidan.
Mamut observó impresionado una pared del
cuarto tapizada con dibujos que representaban a un
hombre y una mujer juntos.
Un turbo—camión salía de los límites de Arcelia
rumbo a la autopista.
Al llegar a la primera caseta, el chofer y el copiloto,
de nombres Théophile Hagen y Ajat Kibble
escucharon que algo cayó sobre el vehículo.
— ¿Qué fue eso?—preguntó Théophile.
—No esperaré a averiguarlo.
Ajat tomó su escopeta láser y la cargó. Pero de
repente, un balero golpeó el parabrisas rompiéndolo
y golpeando a Ajat en la cara, provocando que la
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

escopeta disparara e hiriera a Théophile en una


pierna.
Luego, una cuerda para trompo sujetó del cuello a
Théophile y lo sacó por el parabrisas roto.
Ze Souza y varios hombres de Mamut llegaron
viendo el turbo—camión vacío y al chofer y copiloto
atados de brazos y piernas sobre el cofre del vehículo.
Otro turbo—camión viajaba por las montañas, el
chofer, de nombre Wulf Prialt, observó a un hombre
tirado a la mitad de la carretera.
— ¡Detente!—gritó el copiloto de nombre Essex
Teisserenc.
El turbo—vehículo se detuvo quedando a
escasos centímetros del hombre.
Essex bajó corriendo a revisar a la persona, quien
era Ucal Kaepernick.
—Su corazón late. Está vivo.
Ucal abrió los ojos y sujetó fuertemente de los
brazos a Essex.
— ¡¿Qué rayos le sucede?! ¡Suélteme! ¡Auxilio!
VICTOR HUGO BARRERA

Essex volteó viendo a Wulf ser arrojado al piso


por El Maestro. También, pudo observar que los
hombres de Metlatonoc bajaban por la montaña
rodeando el vehículo.
Cerina y algunos hombres de Mamut llegaron
observando el vehículo vacío y a Wulf y Essex atados
de brazos y piernas en el lugar donde transportaban la
droga.
En Metlatonoc, los hombres, dirigidos por el líder
Morwanneg, colocaban la droga confiscada dentro
de una cueva, para después quemarla usando barras
de neón.
Cerina le mostraba a Mamut imágenes virtuales
captadas por el satélite vigilante donde se podía
observar al Maestro y a los hombres de Metlatonoc
interceptar los turbo—camiones que transportaban
droga para confiscarla.
Mamut comenzó a meditar tanto en la situación
que incluso Kay notó su estado de profunda
reflexión.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—¿Papá?
Mamut seguía meditando.
—¿Papá estás bien?
Kay tocó el brazo derecho de Mamut haciéndolo
voltear.
—¿Qué tienes Papá? ¿No te gustó el helado?
—Disculpa hija. Es sólo que…
Mamut comenzó a comer helado, pues había
comprado toda clase de dulces y postres para
disfrutarlos con “su hija” esa tarde.
—Creo que dos personas en las que confié
ciegamente me mintieron.
— ¿Por qué lo dices?
Mamut miró fijamente a Kay pensando en cómo
decirle las cosas.
—Les ordené matar a dos personas y una de ellas,
que debería estar muerta, está apareciendo cada vez
que quiero transportar mercancía a otro Estado.
Kay miró confundida a Mamut.
—Me habían enseñado que matar es malo.
VICTOR HUGO BARRERA

—Eh… sí. Pero en ocasiones, cuando se trata de


gente mala, como las que te platiqué, debes matar.
—¿Crees que esa gente mala venga por nosotros?
—No creo que puedan. Pero si lo hacen—
Mamut sacó una pequeña daga y la puso en la mano
de Kay—Estaremos preparados.
Mamut cerró la mano de Kay haciéndola sujetar la
droga.
—Te enseñaré a defenderte y a usarla para
destruir a la gente mala.
Kay miraba asustada a Mamut.
De pronto, Itiel entró corriendo al cuarto.
— ¡Señor Mamut! ¡Perdone la interrupción por
favor! …
— ¡¿Qué quieres?! ¡¿Qué es tan importante que te
metes al cuarto de mi hija sin pedir permiso?!
—¡Ze Souza y algunos de sus hombres han
vuelto, Señor! ¡Todos están muy lastimados y…!
Itiel pasaba saliva de manera nerviosa.
— ¡¿Y qué?! ¡Habla ya!
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

— ¡Es Cerina! ¡Al parecer está muerta!


Kay no pudo ocultar su temor al escuchar la
noticia y Mamut denotó mucho desconcierto.
VICTOR HUGO BARRERA

SEIS

En un bosque situado en la frontera entre Arcelia


y Metlatonoc; Cerina y Ze Souza guiaban a un grupo
bastante numeroso de hombres de Mamut.
Cerina no dejaba de mirar hacia las copas de los
árboles y de intuir la posible dirección que los llevara a
la guarida del Maestro.
—Demasiado pensativa, Cerina—dijo Ze Souza
acercándose a ésta.
—Debemos dividirnos. Tú guiarás un equipo que
irá hacia las montañas. Yo llevaré a mi equipo a lo
profundo del bosque.
—Bien.
Ze Souza se alejó de Cerina y comenzó a
separarse con la mitad de los hombres.
—¡Ustedes! ¡Vengan conmigo! ¡Iremos a las
montañas!
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Cerina alcanzó a observar que algunas personas


saltaban de un árbol a otro. De inmediato miró a los
hombres a su cargo.
—¡Cuidado! ¡Ya están aquí!
Cerina volteó y recibió un puñetazo en la cara, el
cual la envió desmayada al suelo.
Los hombres de Mamut sacaron sus armas y le
apuntaron a un joven llamado Messer Jansky, quien
además de usar un gabán con capucha y una máscara
hecha de corteza de árbol, fue el responsable de
golpear a Cerina.
Sin embargo, varias puntas filosas se incrustaron
en las manos de cada hombre armado, obvio,
tirándoles las armas. Varios hombres de Metlatonoc,
todos con gabán con capucha y máscara de corteza
de árbol, llegaron corriendo para golpear y someter a
los hombres de Mamut.
Una vez que los Mamuts fueron derrotados, los
hombres de Metlatonoc los ataron con cuerda para
trompo.
VICTOR HUGO BARRERA

Messer tomó a Cerina como rehén y la sacó


cargando del bosque.
Ze Souza guiaba a sus hombres subiendo las
faldas de la montaña. Todos escucharon gritos
provenientes del bosque.
—¿Qué fue eso?—expresó Ze Souza para
después ser golpeado por un balero en la cara, el cual
le rompió la nariz y lo envió al suelo.
El Maestro apareció frente a Ze Souza, quien
trataba de levantarse, el resto de los mamuts rodearon
al Maestro.
—¿Están seguros que quieren continuar con
esto?—cuestionó el Maestro—Deben saber algo;
No vengo solo.
Yo-yos, baleros y cuerdas para trompos sujetaron
del cuello a los mamuts para luego jalarlos y alejarlos
de su líder.
Ze Souza se levantó y le tiró un golpe a la cara del
Maestro, éste le detuvo el puño y se lo conectó con
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

su propia nariz herida, mandado a Ze Souza por


segunda vez al suelo.
El Maestro sacó su trompo y lo puso en el cuello
del peleador brasileño.
— ¡Adelante! ¡Hazlo! ¡Mátame!
—Antes de acabar contigo quiero que le des un
mensaje a tu Jefe.

Cerina abrió los ojos viendo que estaba atada a


una silla con una cuerda para trompo. También
observó que Galaor y Bree estaban frente a ella.
—Hola Cerina—dijo irónicamente Bree.
—¿Te da gusto vernos? Porque a mí sí.
—Sabía que el río no los mataría. Le dije a
Lucas…
—Deja de distraernos y escucha con atención—
ordenó Galaor.
—Te preguntaremos diferentes aspectos
referentes a la salud física y mental de Kay.
VICTOR HUGO BARRERA

—Nuestra Kay.
—Deberás pensar muy bien tus respuestas o si
no…—Cerina interrumpió a Bree.
—Responderé lo que sea. Se los prometo. Sólo
les pido que me dejen ir.
Galaor y Bree se miraron pensativos.
Luego de un rato, Galaor y Bree salieron molestos
y a la vez preocupados de la casa de adobe donde
tenían a Cerina. Al salir por la puerta, Galaor se
acercó a Messer, que estaba cuidando la entrada.
—Iré por mi hija a Arcelia. Pase lo que pase, nadie
entra y nadie sale de esta casa hasta que yo vuelva con
mi hija sana y salva.
—Entendido, Maestro.
En la casa de adobe de los Daris; Galaor se
colocaba el traje de corteza que se ponía debajo del
gabán. Bree entró a la casa y vio a su esposo
prepararse para la batalla.
—No podrás hacerlo solo.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Los hombres del pueblo me acompañarán.


Será la última vez que les pida ayuda.
—No me refería a eso. Hablo de Kay. Tendrás
que hacerla entrar en razón y luego enfrentar a
Mamut al mismo tiempo.
Galaor pensaba en las palabras de su esposa.
—Ya estoy recuperada y lista para enfrentar el
peligro, además que tengo conmigo los accesorios
necesarios para ser la ayudante del Maestro.
Galaor miró confundido a Bree.

— ¿En qué piensas, Papá?—preguntaba Kay a


Mamut.
Ambos estaban en el cuarto de la niña.
— ¿Tienes miedo de lo que te dijo Ze Souza?
Mamut miró pensativo a Mamut.
—Mi pequeña hija. Tú eres lo más importante
para mí. No sabes el miedo que tengo de perderte.
—No me voy a ir a ningún lado.
VICTOR HUGO BARRERA

—Es hora que sepas que este “Maestro” del que


hablan todos mis hombres es el criminal más
peligroso de nuestro Estado.
— ¡¿Qué?!—expresó asustada Kay.
—Lo único que busca ese hombre malo es
arruinarnos. A ti, a mí, a Cerina, a Ze Souza, a todos
los que vivimos en este Castillo.
Kay miraba analíticamente a Mamut, pues
pensaba que le mentía.
El Líder Morwanneg estaba en medio de la Plaza
Central de Metlatonoc, junto a él estaban Los Maestros,
vestidos con sus respectivos trajes. El resto de los
habitantes del pueblo estaban reunidos rodeando al
Líder.
—¡Agradezco su asistencia a esta junta
extraordinaria! ¡Dejaré que Los Maestros nos
expliquen por qué estamos aquí reunidos!
Todos los habitantes aplaudieron, El Maestro dio
un paso al frente y pidió silencio.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

— ¡Quiero agradecer a todos los habitantes de


este pueblo por dejar que mi esposa y yo vivamos
aquí!
En la casa de adobe, Cerina comenzó a mover sus
brazos y piernas de tal forma que las cuerdas con las
que estaba atada comenzaron a romperse.
— ¡Como bien saben, huimos del pueblo de Arcelia porque
un tirano conocido como Mamut quiso matarnos luego de
quitarnos a nuestra hija recién nacida!
Messer escuchó ruidos dentro de la casa y de
inmediato entró corriendo a ver.
— ¡Les agradecemos el apoyo a mi esposo para evitar que los
hombres de Mamut trafiquen su droga en este pueblo!—Bree
ahora había tomado la palabra.
Cerina golpeó a Messer y comenzó a ahorcarlo
con los pedazos de cuerda para trompo.
— ¡Ahora les pedimos…! ¡Por última vez! ¡Nos ayuden a
evitar que Mamut destruya su pueblo! ¡Todos juntos! ¡Todos
pelearemos y liberaremos a otro pueblo para salvar el nuestro!
VICTOR HUGO BARRERA

La gente del pueblo aplaudió emocionada y


mostraron su apoyo a Los Maestros.
Cerina corría a la salida del pueblo, al mismo
tiempo, sacó un localizador de entre su ropa y lo
activó.
En el Castillo; Mamut observaba en la pantalla
virtual la ubicación en tiempo real de Cerina. Hizo un
acercamiento para comprobar la autenticidad del
mensaje viendo uno escrito con láser en el suelo que
decía: “LOS MAESTROS SE DIRIGEN A
ATACARTE”
Mamut no podía creer el mensaje de Cerina,
pensó la situación y miró a Itiel, quien estaba
observando a su Jefe.
—Dile a Ze Souza que use a los hombres que
quedan para proteger el Castillo. Después, que vaya
de casa en casa y envíe a cada hombre, joven y niño
de Arcelia rumbo a Metlatonoc.
—¿Cuál es la orden, Señor Mamut?
—Invadan Metlatonoc.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

En el bosque; Cerina corría como podía con la


intención de volver a Arcelia. Al correr mirando hacia
atrás para asegurarse que nadie la siguiera, Cerina no
vio que La Maestra salió a su encuentro, puso su
brazo para golpear en el pecho a Cerina, quien cayó al
suelo.
La Maestra le puso el pie en el cuello a Cerina,
quien miraba impresionada el traje que usaba Bree.
— ¿Y usted quién es? ¿La esposa del Maestro?
—Llámame como solías hacerlo; Maestra.
—Qué original—Cerina sonrió
sarcásticamente— ¿Sabes… Maestra? Su hija Kay
tiene vagos recuerdos de sus padres. Incluso, canta la
estúpida canción de cuna que Usted le cantó desde el
embarazo. A los cinco años sabe leer y escribir…
—Eso significa…
— ¡Es una niña dotada! Sus papis tuvieron algo
que ver. Sólo que es una lástima que su potencial
nunca será aprovechado.
—Claro que no.
VICTOR HUGO BARRERA

—Claro que sí. Ella se quedará con Mamut. No


van a ganar esta guerra.
La Maestra miró desconcertada a Cerina.
—¿Guerra?
—La invasión a Metlatonoc viene en camino. Su
pequeño pueblo va a ser arrasado.
—No si su gente lo impide.
La Maestra pateó a Cerina en la cara dejándola
inconsciente.
Ze Souza terminaba de acomodar a los pocos
hombres que quedaban como guardias alrededor del
Castillo de Mamut.
Luego de eso, Ze Souza les daba las armas a los
hombres, jóvenes, niños y algunos ancianos de
Arcelia, los formó en pequeños pelotones y por
último los envió rumbo a Metlatonoc.
Al llegar al bosque, los hombres de Arcelia
comenzaron a escuchar un silbido tan molesto, que
muchos tuvieron que dejar sus armas para cubrirse
los oídos. Dicha situación fue aprovechada por
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

algunos hombres de los mismos pelotones para


golpear y someter a aquellos que habían dejado sus
armas.
El grupo de hombres de Metlatonoc salieron de
entre los árboles para rodear a los Arcelianos y
enfrentarlos.
VICTOR HUGO BARRERA

SIETE

Mamut entró precipitadamente al cuarto de Kay,


ésta gritó al ver a su “padre” en su habitación sacando
ropa del ropero con puerta automática.
— ¡Papá! ¡¿Qué haces aquí?!
—Mete tu ropa en una maleta ahora, Kay.
—¿Qué tienes?
—Te sacaré de aquí. Le gente mala viene en
camino.
—¿A dónde iremos? ¿De qué vamos a vivir?
—Ya tengo preparado el lugar donde viviremos.
Estaremos juntos todo el tiempo. Me llevaré el tesoro
del pueblo para no tener que trabajar jamás.
Kay miraba asustada a Mamut, pues seguía sin
creerle.
A las afueras del Castillo; Ze Souza y los hombres
de Mamut custodiaban la entrada. De pronto, todos
sintieron que el suelo comenzaba a sacudirse.
Escucharon pasos muy fuertes y a lo lejos, una
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

multitud de hombres se acercaban, unos con armas y


otros con antorchas en las manos. El Maestro guiaba
la multitud.
— ¡Estamos perdidos! ¡Son más que nosotros!—
gritó asustado Itiel.
—¡Cállate!—ordenó Ze Souza— ¡Déjamelo
todo a mí!
Ze Souza se alejó del castillo y caminó hacia El
Maestro, éste entendió el mensaje y le pidió a la
multitud que se detuviera.
El Maestro y Ze Souza quedaron frente a frente
de la misma forma que dos guerreros antes de la
batalla.
—Como verás… Ze Souza, somos más. Así
que…
—Ya no quiero más muertes.
—Yo tampoco. ¿Qué propones?
—Sólo Usted y yo, Maestro. Uno de los dos
morirá—Ze Souza metió discretamente la mano
entre su ropa—Y no seré yo.
VICTOR HUGO BARRERA

Ze Souza sacó una cuerda que en la punta


formaba bolas de fuego. El Maestro retrocedió, pues
Ze Souza buscaba quemarlo vivo con su cuerda.
Al mismo tiempo que el brasileño giraba la
cuerda, éste se movía como un peleador de Capoeira.
El Maestro, por su parte, esquivaba cada intento de
golpe por parte del rival. Sin embargo, una piedra
provocó que el Patriota cayera al suelo, lo que pudo
provocar que la bola de fuego le cayera en el rostro,
pero El Maestro se quitó a tiempo para que el
impacto pegara en el suelo.
Dicha situación causó que Ze Souza llevará la
cuerda de vuelta hacia él, momento que El Maestro
aprovechó para arrojar unas canicas, las cuales
explotaron al momento de tocar la bola de fuego, la
explosión se expandió de tal forma que alcanzó el
rostro de Ze Souza, quien cayó muy herido al suelo.
El Maestro corrió a ver a Ze Souza, el cual tenía
quemaduras severas en el rostro.
— ¿En qué parte del Castillo tienen a mi hija?
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Ze Souza rió burlonamente.


—Mamut escapará con el tesoro del pueblo y tu
hija.
Ze Souza sacó una pequeña, pero muy filosa daga
de entre su ropa.
—Perdiste… Maestro.
El Patriota escuchó que la daga fue incrustada en
una pierna. Era la de Ze Souza, lo hizo para
desangrarse pronto y morir.
En los pasillos del Castillo; Mamut llevaba a Kay
de la mano y ésta llevaba su maleta. Ambos iban lo
más rápido que podían rumbo a la salida.
—Papá, ya me cansé.
—Resiste. Falta poco para la salida.
De repente, El Maestro apareció frente a ellos.
—Hola Mamut—El Maestro vio a Kay—Hola
Kay.
La voz del Maestro a través de la máscara provocó que los
recuerdos de Kay, cuando estaba en el vientre materno y Galaor le
hablaba, se activaran.
VICTOR HUGO BARRERA

Kay no sabía qué hacer o qué decir.


—Vengo por mi hija, Mamut.
—Arrebátala de entre mis dedos muertos.
Mamut soltó a Kay y corrió a atacar al Maestro,
éste supo esperar al rival y recibirlo con un golpe en el
pecho.
Kay observaba el enfrentamiento entre Mamut y El Maestro
recordando imágenes del momento en que Cerina hirió a sus
padres cuando ella era bebé.
En el bosque; La Maestra corría hacia la entrada a
Arcelia. De pronto, un láser impactó un árbol cerca
de ella. La Maestra se detuvo y volteó viendo a Cerina
parada sobre una rama.
—¿En serio creyó que me vencería así como así,
Maestra?
—Baja de ahí, Cerina. No me obligues a
lastimarte.
—En eso se equivoca, Maestra. Yo la lastimaré a
Usted.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Cerina comenzó a dispararle con su arma láser a


La Maestra, quien sacó una espada con forma de
aguja para tejer. Dicha arma fue usada para esquivar
los disparos que la asediaban. Cerina, por su parte,
saltaba de una rama a otra para acercarse más a La
Maestra y así tener una mejor puntería.
La Maestra se ocultó detrás de una roca, sacó una
resortera y le tiró pequeñas bombas de barro a
Cerina, logrando interceptar sus láseres en el aire.
Cerina cargó de nuevo su arma, momento que La
Maestra aprovechó para sacar un gancho para tejer, el
cual disparó una cuerda que sujetó la rama que estaba
delante de Cerina, La Maestra jaló la cuerda haciendo
que la rama golpeara a Cerina, le tirara el arma y saliera
de balance.
Finalmente, La Maestra arrojó su espada, la cual se
incrustó entre la unión de la rama y el árbol, la rama se
rompió y Cerina cayó sobre una roca filosa, la cual la
traspasó.
VICTOR HUGO BARRERA

La Maestra corrió a ver a Cerina, quien estaba


desangrándose.
—Te pedí que no me obligarás a…
—La… canción…—Cerina escupió sangre—
Ella no… ha olvidado… la canción…—Cerina
cerró los ojos.
La Maestra tenía sentimientos encontrados, pues a
pesar de todo, sentía dolor por Cerina, pero había
más preocupación en su ser por Kay.
En el Castillo; Mamut le tiraba un golpe al
Maestro, éste se hizo a un lado y Mamut golpeó la
pared rompiendo parte de ella. El Maestro conectó
un gancho al hígado de Mamut logrando debilitarlo.
Después, el Patriota repitió los golpes varias veces
hasta que Mamut cayó sentado.
El Maestro quiso acabar con Mamut pero volteó
viendo a Kay asustada. El Patriota se tranquilizó,
miró a Mamut, quien denotaba mucho cansancio.
—Estás derrotado, Mamut. Todos tus hombres
han sido vencidos. Incluso, los habitantes de
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Metlatonoc se hicieron pasar por tus hombres y ni


siquiera lo notaste.
En ese momento, la gente de Arcelia comenzó a
golpear las puertas del Castillo. Gritaban exigiendo
justicia y que Mamut saliera para ser juzgado.
—¿Escuchas eso? La gente de tu propio pueblo
quiere matarte. Están hartos de tu Gobierno tiránico
y despótico.
—Es por eso que morirán junto a un déspota.
El Maestro se mostró desconcertado. Mamut
miró sonriente a Kay.
—Hija mía. Activa el mecanismo de auto
destrucción del Castillo. Sólo así la gente mala no
ganará.
Kay miraba confundida a Mamut.
— ¿Gente mala? ¿Esa fue la mentira con la que la
criaste?
El Maestro se quitó la máscara y le mostró su
rostro a Kay.
VICTOR HUGO BARRERA

—Sé que tu cerebro está más desarrollado que


cualquier niño de tu edad… Kay. Mi bebé. Mi niña
hermosa.
El cerebro de Kay activó un recuerdo al escuchar
a Galaor. Dicho recuerdo tenía que ver cuando
Galaor miraba a Kay en la cuna antes de dormir y le
decía las mismas palabras.
Kay miró intrigada a Galaor.
—Soy Papá. Tu verdadero papá.
Kay sonrió al escuchar a Galaor. De pronto,
todos escucharon que una mujer cantaba una
canción.
— ¡Calla mi vida, no hay qué llorar! ¡Duerme y sueña feliz!
Kay volteó viendo a Bree, sin la máscara, acercarse
a ella.
— ¡Siempre tú debes mi arrullo llevar! ¡Así yo estaré junto a
ti!
Kay recordó a Bree cuando le cantaba antes de
dormir. También recordó a sus padres con ella recién
nacida.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

Kay miró sonriente a Bree.


—Soy mamá.
—Qué hermoso reencuentro—dijo Mamut
sacando un control remoto—Pero Kay nunca tuvo
el poder para destruir el castillo. Yo sí.
Mamut presionó el botón y un mecanismo de
auto destrucción del edificio comenzó a sacudir las
paredes.
—La explosión matará a todos los que estén
tanto dentro como fuera de este Castillo.
—Bree, saca a Kay de aquí por favor. Yo me
encargaré.
—Pero Galaor…
—Por favor, amor—Mamut se levantó rápido y
corrió a atacar al Maestro, Kay lo vio y sacó la daga
filosa que el mismo Mamut le había dado.
— ¡Papá!
Kay le dio la daga a Galaor, éste sostuvo el arma y
volteó justo cuando Mamut venía hacia él. Mamut se
ensartó en la daga.
VICTOR HUGO BARRERA

Bree le cubrió la cara a Kay mientras Mamut caía


muerto al piso.
Luego de eso, Galaor tomó el control de la mano
de Mamut y comenzó a modificar las funciones del
mecanismo.
—¿Puedes detener la explosión?—preguntó Bree
a Galaor.
—No lo creo. Pero sí cambiaré la explosión por
una implosión.
Galaor abrazó emotivamente a Kay y la besó en la
frente.
—Pronto estaremos a salvo. Todos nosotros. Lo
prometo.
Kay sonrió creyéndole completamente a su padre.
—Ahora necesito que ambas me ayuden a gritar.
Lo más fuerte que puedan.
—¡Corran! ¡Aléjense de aquí! ¡El Castillo va a
explotar!—gritaban al unísono Los Maestros y su hija
mientras salían del Castillo. La gente comenzó a
correr aterrada alejándose lo suficiente del lugar.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

La implosión ocurrió derribando completamente el Castillo de


Mamut.
Los habitantes de Metlatonoc y Arcelia que estaban ahí
miraban impresionados a los Maestros. Todos comenzaban a
aplaudirles a los dos Patriotas que los habían ayudado.

Galaor, Nan e Irina miraban emocionados al


Abuelo Logaar terminar de contar el relato.
—Ambos Maestros propiciaron la Educación en
Arcelia y Metlatonoc. Usaron la droga, confiscada y
que no pudieron destruir, en la Industria Medicinal.
Con el pasar de los años la industrialización se dio en
ambos pueblos de Guerrero e incluso en muchos
más. Pero fue paso a paso, y no radicalmente y de
acuerdo a la voluntad de uno, como querían
Mordrecán y Mamut.
Los tres nietos aplaudieron al Abuelo, quien se
mostró orgulloso.
VICTOR HUGO BARRERA

—Qué bueno que les gustó la historia—dijo la


Abuela Brianna, quien junto con Kenneth, estaba
parada detrás de Samir.
—Es hora de cenar—dijo Kenneth-Así que
todos a lavarse las manos.
—¡Sí!—expresaron Nan e Irina. Ambas se
levantaron y fueron a lavarse las manos junto con
Samir, Kenneth y Brianna.
Sin embargo, Galaor se acercó a su Abuelo
mirándolo fijamente.
—¿Sucede algo, muchacho?
—Tú eras él, Abuelo.
— ¿Disculpa?
—Tú eras El Maestro—comentó en voz baja
Galaor—Sólo que la historia que nos contaste está
distorsionada. Bree y Kay no son los nombres reales
de La Maestra y su hija.
Logaar sonrió orgulloso.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—Después de cenar te mostraré algo. Pero antes


debes observar muy bien un juego de palabras que
tengo en la vitrina.
Luego de la cena, Galaor se acercó a la vitrina y
tomó un antiguo juego de mesa que consistía en
formar palabras. Las puertas automáticas de la vitrina
se abrieron en cuanto Galaor acercó sus manos, sacó
el juego que tenía formando el nombre Logaar.
Galaor movió las letras de tal forma que logró
formar su propio nombre.
VICTOR HUGO BARRERA

EPÍLOGO

Las puertas automáticas de un estudio privado se


abrieron, el Abuelo Logaar entró vestido con la
pijama. Se acercó a una pared, tocó un botón de la
misma, la pared dio vuelta mostrando los trajes de
Los Maestros.
Logaar miró nostálgico ambos trajes.
—¿Extrañas esos días?
Logaar volteó viendo a su nieto Galaor parado,
vestido con pijama también, en la puerta.
—¿Aún extrañas ser El Maestro?
Galaor entró al estudio.
—Si he de ser sincero; Sí. Extraño esos días y
mucho.
—Pero…
—Pero todo Héroe… Patriota… o lo que sea, debe saber
cuándo ha llegado el tiempo de pasar la estafeta.
—Según sé ya no hay Héroes ni Patriotas en México. Al
menos no en activo.
EL MAESTRO: VOLUMEN UNO PARTE 1A

—No me refería a ninguno de ellos. Ni siquiera estoy


hablando de alguien de nuestro país.
— ¿Entonces quién será el sucesor de los Héroes
y Patriotas Mexicanos, Abuelo?
—Si quieres saber quién es, entonces deberás estar
dispuesto a escuchar toda nuestra historia y así sabrás
cómo está conectado todo esto con él.
Galaor sonrió emocionado y se acercó a su
Abuelo.
—Cuando gustes, Abuelo. Soy todo oídos.
LA SEGUNDA
LECCIÓN HA
TERMINADO
JUNTO CON EL
VOLUMEN UNO:
PARTE 1A
Te agradezco infinitamente que te hayas
tomado el tiempo para leer mi novela. Y te
agradecería aún más si me contaras qué
opinión te merece esta historia.

Te invito a visitar mi página de autor en


Amazon y mi página de autor en Scribd,
esperando tengas a bien dejarme tus más
sinceros comentarios.

De igual forma te animo a conocer el resto


de mis proyectos visitando mis redes
sociales, como lo son: mi blog, mi página
en Facebook y mi canal en Youtube.

Pero si prefieres mantener contacto con tu


Servidor, escríbeme un correo electrónico y
con gusto responderé todas tus dudas y
atenderé a tus sugerencias.

Victor Hugo Barrera/ VH 23.

También podría gustarte