oy,
CONSTRUCCION.SMO SOCIAL
E IRREVERENCIA TERAPEUTICA
Gianfranco Cecchin
ynes para nuevos cambios ques
sesivamente. Harold
y la narrativa Bay un
miembros del Equipo de Milén que traté
iovadora, Después de varios afios de tratar de trabajar
terapéiiticamente con el modelo psicoanalitico, nos sentimos poco
satisfechos y comenzamos a buscar un nuevo modelo yuna nueva
manera de trabajar. Varios cambios conceptuales marean nuestro
el modelo sistémico. El primero fue el pasaje dela
acién; el segundo, desde las entidades hacia las
energia ala inf
333construccioy
desde Ta fami
s sociales; el tercero, el desplazamie:. del foco
ia al terapeuta,
Is Geen bs
De conceptos de energia a conceptos de informacion
Enla primera etapa, en los aiios 70, com: equipo nos imbuimos
de las nuevas ideas expuestas en el grupo de Palo Alto por
Watzlawick, Beavin y Jackson (1967). Considerabamos que sus
teorfas eran magnificas. Ya no necesitabamos el concepto de
energia: todo era comunicacién, todo era mensaje, nos encontra-
bamos até una nue ibertad que nos permitia no
contemplar el interior de las personas sino la forma en que éstas,
eneajan unde con otras en una red comunicacional en la que cada
una hace algo'y al mismo tiempo responde a todas,
| -ETemergente fueron historias y juegos, muchos de ellos dra-
maticamente hermosos y, a vece: cémicos. Estabam
— =e
us csat Parnbnas joustan
Como siempre, cuando uho encuentra una posicidn demasiado
cémoda surgen problemas, Por ejemplo, después de un tiempo
empezamos @ notar que cuanto mds patelégice fuera la familia,
massentilio resultaba deseri
asaria con Jos sistemas que no se asemejaran a una maquina.
Como estabamos seducidos por la idea de los juegos, nuestras
descripciones frecuentemente terminaban deseribiendo ala gente
como juntandose con el tinica propésito de competir entre si, como
tratando de ver quién superaba en sagacidad al otro, o dirimiendo
sus situaciones desde una posicién de superioridad, segin la
terminologia de esa época. Algunas veces llegamos a pensar que la
334
Setee
lo se jumuabe para pelearse; va fuera en la pareja o en la
:mos una enorme competencia; y cuando todo perme
necia en calma suponfamos que era apenas un equilibrio simple,
temporario, aparente, y aguardabamos el préximo movimiento.
Por supuesto, la batalla no se establecia sdlo entre los miem-
bros de la familia; cuando venian a consultarnos, comenzaban a
incluirnos a nosotros también. El terapeuta frecuentemente iba
del otro lado del espejo unidireccional a planear con los colegas su
estrategia para luego responder.
zdbamos un vocabulario estratégico (de combate), Por
“Esta familia esté manicbrando’, o bien: “El hijo esta
obien: “La mujer es
Cada
mprendido
‘Cuando acudian ala consulta, nos preguntiabamos qu
juego jugaban entre si, cud nosotros y, €1
modo que no necesitaran sintomas.
En este tipo de contexto, era necesario para el terapeuta tener,
trol sobre la sesidn. Por tdbamos ala entrevista
ncomlembros de a fa {dbamos
de vuelta a casa hasta que eder era como
perder la batalla. La relacid: acién mas que de
‘cooperacién, Entre las armas que entonces utilizdbamos estaban
Jas que denomindbamos “intervenciones
1978). Observamos que las parejas y los mier
luchaban unos con otros usando la comunicacién parad
La paradoja era un modo de tener control de ia situacidn, pero
a} mismo tiempo era una manera de detener la batalla en una
suerte de pacto; era tanto una manera de hacer paz como de hacer
guerra. Las familias también se comportaban en forma paradéfica
con nosotros, De esta forma nos volvimos expertos en crear situa
ciones paraddjicas que surgian de la intensidad de la relacién
terapéutica, Esto no era nada nuevo, slo aplicdbamos las ideas
335provenientes dePsloAlto. Sinembargo,cobramosfamayqu mos
estancados con ei rétulo de especialistas en terapia paradoyice.
Recuerdo que una vez vinoalguien a visitarnos, y ante: cualquier
cose que hiciéramos nos preguntaba:*;Y dénde esté la paradoja?”.
En una oportunidad le formulé a una familia una pregunta muy
simple: “{Cémo estén hoy?", y una persona me interpelé: “gCémo
puede hacer una pregunta tan paraddjica?”. Una vez que fuimos
rotulados de paraddjicos, desde Iuego que todo lo que haciamos
tenfa que ser paraddjico y @ricuadrarse en un marco de juegos de
poder. Por supuesto, despuésde un tiempo esonos resulté limitado
y sefitimos la necesidad de un cambio conceptual.
De entidades a construcciones sociales
En el segundo periodo nos ayudé trabajar directamente con las
as originales de Bateson. Steps to an Ecology of Mind (1972) fue
: ante era el andlisis de
es una idea,
Baw
gonstruccién. La
‘Otro aporte importante que tomamos de Bateson fue que las
personas no permanecen juntas con el solo objeto de luchar entre
sie de superarse Unas a otras, sino para tratar de encontrar
ert citrrmutua. Para nosotros esto representé una
‘beracion, porque significaba poder abandonar la idea de “estoy
contigo para controlarte, para ser mds fuerte que tu”. Surgié una
idea novedosa: “si estamos juntos, toda nuestra batalla es para
atar de encontrar un sentido a nuestra relacién”. Quizd las
Tuchas o competencias por el poder fueran una de las multiples
maneras que tenia la gente para dar o encontrar el sentido de lo
que pasaba, quizd luchaban por el poder cuando no contaban con
ningtin otro método para encontrarle sentido, o quiz4 no podian
coneebir otros métodos. Estollevé a una apertura en la terapia. La
terapia también podria ser una manera de ayudar a la gente a
236
aa
see
considerar otrasa__nativas para conferir sentido, mds allé dela
Jucha de poder, Cuando renunciamos a la metéfora del juego
‘estratégico o de la batalla descartamos asimismo la necesidad de
ganar.
Comienzamos a interesarnos més por nosotros mismos; nos
volvimog mas auitorreflexives. Cuando la guerra termina, uno se
pone a pensar qué es lo que est haciendo. Al mirarnos a nosotros
mismos, descubrimos un fendmeno interesante: cuando un tera-
peuta hablaba con una familia descubria en ella cierto tipo de
juego, mientras que otro terapeuta veia otro juego, y un tercero,
otro. Nos dimos cuenta de que el juego no dependia sélo de la
familia sino también del terapeuta. Quizds hasta podia sucetler
‘que no hubiera ningiin juego real; e! juego emergia de le relacién
entre el terapeuta y la familia.
Con esta observation comenzamosa dudar incluso de
que la tarea del
descubrir algo: solo después de un buen descubri
descubrimiento confiable, seriamos capaces de obrar adecuada-
mente desde el punto de vista médico y ético. A partir de entonces,
en cambio, nos enfrentébamos con una contradieiéa: To que
descubriemos dependia del descubridar y del tino de preguntas
quehacig-Comprobames que, deuna uotra manera, la terapiaera
co-construida entre le familia Yel terapeuta. T
Desplazamiento del foco de la familia al terapeuta
Durante mucho tiempo no habiamos reflexionade acerca del
cbservador, el terapeuta, Estabamos tan ocupados en ser estra
tégieos que no lo pereibiamos. Para la observaciGn del terapeuta
nos ayudaron mucho un conjunto de ejercicios que describiré. Por
otra parte, habia muchos estudiantes que estaban masinteresados
en observar Jo que hacian los terapeutas que lo que hacian las.
nosotros siempre estuvimos fascinados con las familias,
pero los estudiantes estaban fascinados con los terapeutas.
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