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Histórica decisión de Cuba y Estados Unidos

Niko Schvarz

H
oy es un día que quedará grabado en la historia. En el futuro se recordará que el
20 de julio de 2015 se restablecieron plenamente las relaciones diplomáticas
entre los Estados Unidos y Cuba, rotas hace más de 53 años, tras la conferencia
de cancilleres de la OEA efectuada en San Rafael, próximo a Punta del Este, en enero de
1962, con la consiguiente expulsión de Cuba del sistema interamericano. Se dará vuelta
así a una página vergonzosa, originada por el chantaje y la coacción del imperio del norte.
Constituye una victoria señalada de la dignidad y entereza del gobierno y el pueblo de
Cuba, de la defensa irrenunciable de los principios básicos de su revolución y, a la vez, de
su capacidad negociadora, de su flexibilidad táctica en la búsqueda incesante de la
solución pacífica de las controversias.

De acuerdo con lo anunciado por ambos gobiernos el 1º de julio, y como resultado del
diálogo iniciado entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro el 17 de diciembre
pasado, en el día de hoy se procederá a la reapertura de las respectivas embajadas en
Washington y en La Habana. Ambas instalaciones son actualmente Oficinas de Intereses
bajo la protección de Suiza. La de Cuba está situada en un edificio antiguo en las
proximidades de la Casa Blanca. Fue construido en el año 1916, primero como Legación de
la República de Cuba, luego en 1923 ascendido al rango de embajada ante el gobierno
estadounidense, y conserva hasta hoy los escudos de las seis provincias en que entonces
se dividía la isla, en contraste con las 14 provincias actuales. Hasta allí llegará una
delegación de más de 30 cubanos, habiendo sido invitados 300 ciudadanos
estadounidenses como testigos del acontecimiento. La delegación cubana estará
encabezada por el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, quien luego de la ceremonia será
recibido por el secretario de Estado, John Kerry, en el Departamento de Estado. Integran
además la delegación la vicepresidenta de la Asamblea Nacional (Parlamento), Ana María
Mari, el ex canciller y ex líder parlamentario Ricardo Alarcón, el cantautor Silvio Rodríguez,
el historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal, el artista plástico Alexis Leiva, entre
otros. Los invitados estadounidenses incluyen congresistas, religiosos, académicos y
grupos de solidaridad que a lo largo de estos años han bregado por una mejor relación
entre ambos países. Se procederá a izar la bandera cubana y habrá una breve oratoria. Se
ha anunciado con ironía que no estarán en el acto los legisladores cubano-americanos
como Marco Rubio o Ileana Ross.Lehtinen, fervorosos opositores a una mejora en las
relaciones entre ambos países y que se han pronunciado agresivamente contra esta
decisión del presidente Obama.
El presidente cubano Raúl Castro señaló ante la Asamblea Nacional, órgano legislativo de
su país, que el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos y la reapertura de las
embajadas respectivas sería la conclusión de la “primera fase” del proceso iniciado en
diciembre pasado y que “comenzará entonces una nueva etapa, larga y compleja, en el
camino hacia la normalización de las relaciones”. Añadió que “se trata de fundar un nuevo
tipo de lazos entre ambos Estados, distintos a los de toda nuestra historia común”.
Asimismo solicitó a su homólogo Barack Obama que continúe utilizando órdenes
ejecutivas para “desmantelar” aspecto del bloqueo económico contra la isla, que
constituye el principal escollo para la normalización plena de las relaciones entre ambos
países. Este es el principal (aunque no el único) tema que queda pendiente para arribar a
una normalización total, como veremos.

Distintas etapas a lo largo de 120 años

La segunda guerra de independencia de Cuba comenzó en 1895, encabezada por José


Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Cuando la victoria de los patriotas cubanos ya
era inevitable, en 1898 los Estados Unidos declararon la guerra a España y desembarcaron
en Guantánamo. Los norteamericanos gobernaron la isla hasta el año 1902, cuando entró
en vigencia una Constitución que incluía la Enmienda Platt, la cual reconocía a EEUU el
derecho a intervenir militarmente en Cuba y retener la base aeronaval de Guantánamo,
que aún sigue conservando al día de hoy. El derecho de intervención fue ejercido en varias
oportunidades, en 1906, 1909 y 1913, con la presencia de “marines” por períodos
prolongados.

En 1933 un levantamiento popular derrocó al dictador Machado y Grau San Martín


intentó llevar adelante medidas de contenido popular y antiimperialista, pero se vio
forzado a dimitir por la presión norteamericana. En marzo de 1952 el coronel Fulgencio
Batista dio un golpe de Estado contando con el apoyo de EEUU e implantó una dictadura
que costó la vida a 20 mil cubanos. El 26 de julio de 1953 se produjo el asalto al Cuartel
Moncada, en Santiago de Cuba, dirigido por Fidel Castro y un grupo de patriotas. Aunque
fracasó, marcó el comienzo de la lucha insurreccional. En el juicio, Fidel Castro produjo su
célebre alegato “la historia me absolverá”, definiendo las bases programáticas del
movimiento. Después de su liberación y exilio en México, se produjo el desembarco del
“Granma” y la lucha insurreccional que culminó con la victoria del 1º de enero de 1959,
con la previa huida del dictador Batista.

El 17 de abril de 1961 se produce la invasión yanqui a Cuba en Bahía de Cochinos, una


intervención armada contra el gobierno que había realizado la reforma agraria y
expropiado un conjunto de empresas norteamericanas instaladas en el país. El pueblo
cubano hizo trizas la invasión en 72 horas. En el entierro de las víctimas, Fidel Castro
proclamó el carácter socialista de la revolución.

Unos meses después, en agosto de 1961, el Ché Guvara representó a Cuba en la


conferencia del CIES (Consejo Interamericano Económico y Social, dependiente de la OEA)
en Punta del Este y denunció los objetivos colonizadores de la fementida “Alianza para el
Progreso” en el rostro del delegado norteamericano, el secretario del Tesoro, Douglas
Dillon. En enero de 1962, en la conferencia de cancilleres de la OEA en San Rafael, en que
Osvaldo Dorticós asumió la representación cubana, EEUU mediante la compra de votos (al
dictador haitiano François Duvalier y otros) forzó la exclusión de Cuba del sistema
interamericano. Ahí comenzó el bloqueo comercial, económico y financiero de Estados
Unidos contra Cuba, que se mantuvo a lo largo de estos más de 53 años y que es un punto
capital pendiente de resolución. En octubre de ese año 1962 se produjo la “crisis de los
misiles”, que colocó al mundo al borde de una tercera guerra mundial, ésta de carácter
nuclear, que fue superada, lográndose preservar a la vez la independencia y soberanía de
Cuba y la paz mundial.

Al día de hoy, con la reanudación plena de las relaciones diplomáticas mutuas y la


reapertura de las respectivas embajadas en Washington y La Habana, se inicia un nuevo
período en el relacionamiento entre ambos países.

Problemas pendientes y una perspectiva abierta

El conceptuoso documento por el cual el gobierno cubano fundamentó esta


determinación señala que “el Gobierno de Cuba ha tomado la decisión de restablecer las
relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía,
invariablemente comprometido con sus ideales de independencia y justicia social, y de
solidaridad con las causas justas del mundo, y en reafirmación de cada uno de los
principios por los que nuestro pueblo ha derramado su sangre y corrido todos los riesgos,
encabezado por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro”.

Tras subrayar la trascendencia de esta decisión, destaca en forma enérgica y con total
claridad los importantes problemas que quedan pendientes, y que deben complementar
la reanudación de las relaciones diplomáticas. El primero es sin duda el bloqueo. “No
podrá haber relaciones normales entre Cuba y los Estados Unidos –expresa el documento-
mientras se mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero que se aplica con
todo rigor, provoca daños y carencias al pueblo cubano, es el obstáculo principal al
desarrollo de nuestra economía, constituye una violación del Derecho Internacional y
afecta los intereses de todos los países, incluyendo los de los Estados Unidos”.
A ello se agrega el reclamo de la devolución de la base naval de Guantánamo, como
señalamos, y el cese de las maniobras provocativas de diversa índole realizadas por EEUU
contra Cuba. En los términos del documento: “Para alcanzar la normalización será
indispensable también que se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la Base
Naval de Guantánamo, cesen las transmisiones radiales y televisivas hacia Cuba que son
violatorias de las leyes internacionales y lesivas a nuestra soberanía, se eliminen los
programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas y se
compense al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las
políticas de los Estados Unidos”.

El documento reconoce las decisiones adoptadas por el presidente Obama de excluir a


Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional, de instar al
Congreso de su país a levantar el bloqueo y de adoptar medidas para modificar aspectos
de esa política en uso de sus prerrogativas presidenciales, lo que acaba de reiterar Raúl
Castro. Sobre el primer aspecto, cabe consignar que ha sido recibido con beneplácito por
la opinión pública internacional, por un doble motivo; Primero, porque Cuba no sólo no
promueve el terrorismo, sino que ha sido víctima de ataques terroristas perpetrados por
sucesivos gobiernos de EEUU en diversas formas y circunstancias. Y segundo, porque hoy
La Habana es la sede del diálogo sostenido entre los representantes del gobierno de Juan
Manuel Santos y las FARC para poner fin a un período de medio siglo de confrontación
armada y abrir paso a una paz estable y duradera, con un cese al fuego bilateral previo
como el que ahora está en curso de negociación.

En conclusión, el gobierno cubano establece que las relaciones entre su país y EEUU
“deberán cimentarse en el respeto absoluto de nuestra independencia y soberanía, el
derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y
cultural, sin injerencia de ninguna forma; y la igualdad soberana y la reciprocidad, que
constituyen principios irrenunciables del Derecho Internacional”. Sobre estas bases reitera
su disposición a “mantener un diálogo respetuoso con el gobierno de los Estados Unidos y
a desarrollar relaciones de convivencia civilizada” con el mismo.

Aprovecha esta señalada ocasión para destacar que “Cuba seguirá enfrascada en el
proceso de actualización de su modelo económico y social, para construir un socialismo
próspero y sostenible, avanzar en el desarrollo del país y consolidar los logros de la
Revolución”.

Es una posición cabal y completa, que contempla todos los aspectos de la cuestión, y que
recibido muestras inequívocas de apoyo a nivel internacional.

En nuestro país
Entre otros, en nuestro país. Ha sido convocado un acto a efectuarse el jueves 23 de julio
en el teatro El Galpón, que será en homenaje al 62º aniversario del asalto al Cuartel
Moncada (bajo el lema: “Hoy más que nunca, siempre es 26”), en solidaridad con Cuba
socialista y en reclamo de que se ponga fin al bloqueo.

Publicado en LA ONDA digital, Nº 728, 20 de julio 2015

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