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Guyana y sus controversias limítrofes

Años posteriores al descubrimiento de América, el navegante español Alonso de Ojeda parte del
Puente de Santa María en Cádiz, para luego llegar en el año 1499 a costas guayanesas, en donde
posteriormente tomó posesión de estas. Esta posesión se realizó ya que España, por medio de Ojeda
estaban apoyados en los principios regidos por derecho en esa época, el cual decía que cualquier
nación que descubriera un territorio, pasaba a ser la legítima poseedora del mismo. Por lo tanto,
España regía desde el Cabo de la Vela al occidente, hasta el río Esequibo al oriente. Sin embargo,
en 1626 los holandeses llegaron a Suramérica y se ubicaron en la margen derecha del río Esequibo.
Hecho esto, los holandeses y los españoles se sometieron a un tratado realizado en 1648, el cual
establecía la ubicación del territorio holandés y el español. Posteriormente, el 13 de julio de 1713,
España y Gran Bretaña firman el tratado de Utrecht, en donde Gran Bretaña se comprometía a
respetar los territorios ocupados por España en América. Luego, en 1797, Inglaterra, debido a su
superioridad, le arrebató a España la isla Trinidad. Y en 1814, el territorio de Esequibo pasa a ser
parte de Inglaterra a través del Tratado de Londres.
Esta situación se presenta a tres años de ser proclamada la Independencia de Venezuela el 19 de
abril de 1810. En base a la antigua norma del derecho romano denominada “Utis possidetis juris”, el
nuevo territorio de la naciente nación venezolana sería el que pertenecía a la Capitanía General de
Venezuela, el cual comprendía desde Cabo de la Vela hasta el oriente del río Esequibo. A partir de
1822 Gran Bretaña se expandió por Guayana Esequiba, iniciando con la zona de la costa baja de
Morucá y Pomerún, ubicadas al oeste de río Esequibo. Posteriormente dirigió su expansión por el
interior del Esequibo debido a sus ricos yacimientos de oro. Y en 1836, el explorador Robert H.
Schomburgk se encontraba en Demerara realizando una exploración del interior de la colonia
británica. El explorador elaboró un mapa de las tierras británicas en el que exceptuaba la ocupación
de las zonas del Pomerún y Morucá, pero le reconocía a Venezuela la frontera del Esequibo. Tres
años más tarde, en 1839, dicho explorador presentó un nuevo mapa de la Guayana Británica en la
que le otorgó una frontera con 142.000 km2 a Venezuela. Al respecto, Gran Bretaña justificó dicha
cartografía mencionando que simplemente era el punto de vista del explorador. Pero en 1840, el
mapa fue publicado y adoptado como el mapa definitivo de la Guayana Británica.
No obstante, en 1887 Gran Bretaña publicó un nuevo mapa que ampliaba sus fronteras abarcando
168.000 kilómetros cuadrados al oeste del Esequibo, manifestando que el límite marcado por el
explorador Schomburgk era errado. Como consecuencia Venezuela decide romper relaciones con
Gran Bretaña. Buscando una solución al conflicto, el gobierno venezolano en 1895 pide a su par
norteamericano que intervenga en la búsqueda de una resolución a la disputa. Para ello Venezuela
propuso el empleo de la Doctrina Monroe, la cual exponía que “América era para los americanos”.
En respuesta, el entonces Secretario de Estado norteamericano, Richard Olney, informa a Gran
Bretaña que el conflicto territorial con Venezuela debería ser sometido a arbitraje, ya que los
Estados Unidos no permitirían la usurpación de territorio venezolano, acto que estaba totalmente en
contra a lo establecido en la Doctrina Monroe.
El Laudo Arbitral de París de 1899
Es así como en 1897, Venezuela y Gran Bretaña firman un Tratado de Arbitraje en Washington
D.C, en el cual se comprometían a resolver el conflicto a través de un arbitraje internacional. Para
ello se estableció el Laudo Arbitral de París en 1899. Este laudo estuvo compuesto por los jueces
norteamericanos Melville Weston Fuller y Davis Josianh Brewer en representación de Venezuela,
por los jueces británicos Charles Baron Rusell y Sir Richard Henn-Collins en representación de
Gran Bretaña y por Presidente del Tribunal Arbitral que fue el Canciller ruso Federico Martens.
Un dato es que Venezuela accedió a ser representada por los Estados Unidos, ya que Gran Bretaña
amenazaba con expandir su frontera hasta la boca del Orinoco sí éste no aceptaba. Esto debido a
que las situaciones por las que pasaba Venezuela en ese entonces no le permitían hacer frente con
su fuerza militar, y se encontraba en gran desventaja ante Gran Bretaña.
Es por esto que el 4 y 7 de octubre respectivamente, el único abogado venezolano de los cinco que
representaron la defensa de Venezuela, José María Rojas y el entonces presidente venezolano
Ignacio Andrade, protestaron el resultado final del arbitraje sin denunciarlo, ya que temían perder
las bocas de río Orinoco ante un conflicto armado con Gran Bretaña.
Memorándum de Severo Mallet Prevost
Severo Mallet Prevost fue uno de los abogados estadounidenses que representaron a Venezuela
durante el litigio, después de fallecer, se dio descubrimiento a un memorándum escrito por él en
donde explicaba la negociación secreta que hubo en el Tratado de París. La cual fue realizada por
los cuatro jueces y el árbitro Martes, en donde los jueces británicos quería un juicio unánime,
proponiéndoles a los americanos fijar una línea limítrofe al este del Orinoco. Si ellos aceptaban,
Martens y los británicos votarían a favor, pero si se negaban, votarían a favor de la línea reclamada
por Gran Bretaña.
Ante la gran desventaja en la que se encontraba Venezuela y el riesgo de perder la entrada al
Orinoco, los jueces estadounidenses aceptaron la propuesta. Luego, al hacerse público este
memorándum, Venezuela acude a la ONU y denuncia que considera "nulo e irrito" el Laudo
Arbitral de París. Esta demanda fue aceptada, originando en 1966 en Acuerdo de Ginebra firmado
el 17 de febrero del mismo año.

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