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Los infantes humanos necesitan de los demás para sobrevivir y crecer, y su periodo de inutilidad de

dependencia de los demás es el mas largo del mundo animnal. Por la gran capacidad de aprendizaje y su
gran cerebro es el precio a pagar. El infante no tiene elección sobre el aprendizaje de las culturas
previamente moldeadas, él simplemente crece y se desarrolla hasta la adultez, pero no simplemente
como un humano, sino uno en particular, ya sea un isleño trobriand, un esquimal o un tahitiano.

La socialización es la forma en que los humanos y los niños aprenden a ser miembros adultos de una
sociedad.

Biología, Socialización y Cultura

Los humanos no son una arcilla sobre la cultura imprime su forma, ya que biológicamente los humanos
tienen la disposición de aprender la conducta humana. Cerebralmente los humanos interactúan
socialmente con los demás, aprenden y se adaptan a un sistema sociocultural particular. Convertirse en
humano es una interacción entre las capacidades humanas universales y las practicas culturales en la
formación desde niños y durante su desarrollo.

Los humanos durante su desarrollo aumentan sus capacidades físicas, mentales, psicológicas en general
para tratar con el medio ambiente físico y social, sin embargo, en las sociedades donde la categorización
y la diferenciación social es importante, lo que ésta aprende puede estar relacionada con su jerarquía
social.

Socialización del papel del sexo

Esta definida por dos procesos: la imitación y la internalización a través de la propia identificación, ya
que los niños por lo general tienden a imitar a sus padres o a los adultos respecto a su sexo, los niños
imitan a su papá y las niñas a su mamá. No obstante, también existen recompensas asociadas a las
actividades culturales relacionadas al sexo, a los niños se los premia si imitan las actividades propias de
su sexo. La socialización del papel del sexo interactúa simultáneamente con los componentes biológicos
y culturales, ya que se ha evidenciado que los niños tienen una mayor habilidad espacial y las niñas una
mayor habilidad verbal, pero al analizar el caso de las niñas de una sociedad africana del este a las
cuales al igual que los niños de todas las sociedades las dejaban ir lejos de sus casas, presentaban la
misma habilidad espacial que un niño.

Personalidad, Cultura y Socialización Temprana

La formación de los niños en todas las culturas produce adultos capaces de funcionar efectivamente en
dicha cultura; sin embargo, en el proceso de socialización los niños aprenden además del contenido
cultural, aprenden habilidades y conocimiento. Inconscientemente en la formación cultural se moldean
las actitudes, valores y personalidad del niño, de forma inconsciente el niño aprende a configurar sus
respuestas emocionales de formas culturalmente aprobadas.

a) La cultura como comunicación

En este aspecto lo importante no es lo que se les enseña a los niños, sino la forma que que las cosas
suceden y las actitutes que tienen las personas que le rodean e interactúan. La personalidad se moldea
acorde a patrones culturales inconscientes. En este caso se menciona como ejemplo la forma de crianza
de los bebes por parte de las madres norteamericanas y las madres japonesas.

Las madres norteamericanas alentaban a sus hijos a ser activos y oralmente sensibles, mientras
que las madres japonesas actuaban para tranquilizar y aquietar al bebe. La madre norteamericana, por
ejemplo, pasaba más tiempo viendo al bebe despierto, acomodándolo y *cuchicheando* con él. La
madre japonesa lo carga más, lo arrulla y lo adormece. Caudhill relaciona estas y otras diferencias en el
estilo del cuidado como una diferencia básica en la actitud psicológica entre las madres japonesas y
norteamericanas. Las madres norteamericanas ven al bebe como una persona separada que debe
aprender a pensar y hacerlo por sí mismo. El alentar la vocalización es una forma por la cual la madre
norteamericana *enseña* a su hijo a expresar sus necesidades. Las madres japonesas, por otra parte,
tienen un contacto más estrecho con sus hijos. una madre japonesa siente que conoce las necesidades de
su hijo; no lo motiva para que se exprese el mismo. La dependencia del japonés y la independencia del
norteamericano en la personalidad adulta provienen de una dirección cultural temprana desde meses de
vida.

La socialización en la vida posterior a la niñez

Aprender la propia cultura es un proceso que continua después de la niñez, aunque muchos científicos
sociales coinciden en que los primeros años son cruciales para este proceso.

a) La continuidad y discontinuidad cultural

En la cultura norteamericana existen muchas discontinuidades: no se espera que los niños sean
responsables, se supone que deben jugar y no trabajar, sin embargo, toman la responsabilidad de
contribuir a la sociedad solo cuando son adultos. A los niños se les pide sumisión, pero de adultos se
espera que dominen. A los niños no se les permite comprometerse en conducta sexual, sin embargo, en
la adultez cuando estos se casan el sexo es algo normal e incluso muy valioso.

En el caso de los niños Cheyenne respecto a la represión sexual, esta es aprendida en la primera infancia
y llevada hasta la adultez. Las niñas son consideradas impúdicas si dejan que un niño toque sus pechos o
genitales, y por ende no puede realizar un matrimonio respetable. A partir de la primera menstruación a
esta se le pone un cinturón de castidad el cual es retirado únicamente cuando se casa, y de hecho lo
puede continuar usando cuando el marido sale a cazar o a luchar; aunque a los hombres también se les
enseña a controlar sus impulsos sexuales, ya que no pueden cortejar o casarse sin haber estado en una
partida de guerra.

b) Los ritos de iniciación

Existe mayor discontinuidad para los hombres que para las mujeres. Para que un hombre se convierta
en hombre requiere de una independencia y rechazo a las cualidades femeninas. Para las niñas la
transición a la adultez implica básicamente una continuidad de su vida anterior

Socialización y educación formal

Aunque el papel de las escuelas no ha sido tomado en cuenta por muchos antropólogos, esta es
considerada como un agente de socialización. En las escuelas norteamericanas se observa que la
competencia es un valor social aprendido disimilado junto al contenido teórico como las matemáticas.

Se observa que un niño al pasar al pizarrón a resolver un ejercicio y no conseguir esto


satisfactoriamente, los demás niños levantaban y agitaban sus manos frenéticos por corregirlo. La
maestra dando una oportunidad mas al niño que previamente paso finalmente cede la palabra a otra
niña y esta dice la respuesta correcta. El fracaso del primer niño ha hehco posible el éxito de la segunda
niña.

En la cultura norteameriana existe un énfasis la curiosidad intelectual, lo cual contrasta con el énfasis en
las relaciones interpersonales de la cultura mexicana. Los padres mexicanos no tienen el habito de leer
regularmente a los niños por la imposibilidad de tener materiales de lectura intelectualmente
estimulantes en casa, en cambio los padres norteamericanos leen on regularidad a sus niños.

Sin embargo, hasta que el maestro no aprenda a entender el contexto cultural y la vida del estudiante,
involucrando al estudiante como un individuo, el desempeño en las escuelas seguirá siendo pobre.

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