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IGLESIAS QUE PLANTAN NUEVAS IGLESIAS

El desafío que Jesús nos ha dejado acerca de ir y hacer discípulos resuena en el corazón
de cada iglesia. Sin embargo; la idea de plantar nuevas iglesias es un tema que todavía
queda escondido en muchas iglesias. El deseo de transmitir la Palabra de Dios ha
inquietado a muchos pastores y líderes, pero les ha sido difícil encontrar estrategias que
los lleven a lograr un mayor alcance. Este tema nos ha llevado a conversar con el Dr.
Daniel H. Hurtado acerca de la plantación de iglesias, con el fin de animar y motivar a las
iglesias, para que las experiencias que ellos han tenido sirvan de aprendizaje.

1. ¿Por qué tan pocas iglesias tienen la visión de plantar iglesias?

Hay muchas razones por las cuales las iglesias no plantan iglesias, quiero mencionar
estas:

(1) Entre las iglesias hay una especie de ignorancia sobre el tema. Recuerdo haber estado
en una conferencia y surgió de los líderes que en la Biblia nunca se menciona la plantación
de iglesias: “Se habla de evangelización, pero no se habla de plantación de iglesias“.
Cuando uno mira la Escritura se da cuenta de que es una verdad tácita, que está incluida y
es una prolongación de la gran comisión.

(2) Una segunda razón es porque las iglesias tienen una actitud de subsistencia.
Necesitamos mantener la iglesia ¿por qué vamos a estar pensando en salir de este
proyecto de iglesia que tenemos? Muchas iglesias están como apretando un piloto
automático y están funcionando y subsistiendo, no piensan en asumir riesgos.

(3) Hay una tercera razón que es “ya hay iglesias en esa comunidad o región”. ¿Por qué
otra iglesia más? Cuando se hace la planificación de plantación de iglesias se hace un
estudio de la región y se identifica cuál es el foco de mayor necesidad que demanda el
establecimiento de una iglesia.

(4) Hay una cuarta razón, que es el temor por la responsabilidad económica. Algunas
iglesias dicen: “No tenemos mucho dinero, eso demanda muchos gastos, nosotros ya
tenemos nuestros gastos fijos, y entonces ¿por qué razón vamos a hacer inversiones, que
van a ser muy onerosas para la congregación?”. Cuando hablamos de plantación de
iglesias entramos en un terreno desconocido, donde hay muchos riesgos y donde el
hombre va a ser hombre, y Dios va a ser Dios. Cuando Cristo dice: “Yo edificaré mi iglesia
y las puertas del hades no prevalecerán contra ella” en Mt. 16, realmente es algo en lo que
él está interesado, Él edifica la iglesia.

2. ¿Cuál es la situación de la plantación de iglesias en Latinoamérica?


La plantación de iglesias en Latinoamérica no se da como un fenómeno de planificación e
intencionalidad. La mayoría de las veces se da por conflictos y problemas, tensiones
dentro del liderazgo, recursos que no están siendo utilizados dentro de la iglesia local,
recursos humanos. Entonces las personas que no están teniendo su espacio ministerial se
sienten incómodas, se generan tensiones, y por esa mala administración de recursos se
generan peleas y a través de divisiones -lamentablemente, tal vez sea el método más
usado y el menos conveniente-, se han generado iglesias.
Nosotros creemos que la planificación intencional sería la forma en que la iglesia podría
completar o desarrollar una evangelización plena. Es una cuestión de planificación y
visión. Necesitamos crear la consciencia de la intencionalidad de la plantación de iglesia.
¿Por qué? Porque hay una fuerza centrípeta que está llevando a ver que la iglesia es
exitosa por la cantidad de miembros que tiene. Y ahí no entra nada de calidad, todo está
en numerología.
Todo organismo es normal si se reproduce y si un organismo no se reproduce tiene un
problema de esterilidad, entonces no está actuando como un organismo, se puede
degenerar.

3. ¿Qué puede hacer una iglesia para llegar a tener una visión de multiplicación?
Hace un mes atrás, me llamaron en una iglesia para hacer un asesoramiento y una
evaluación de aquella iglesia. Esta iglesia perdió su norte. Después de 40 años ya no
sabía qué tenia que hacer. Una de las cosas que decimos es: antes de pensar a dónde
podemos ir tenemos que partir de donde estamos y tiene que haber un análisis, una
evaluación de cómo está la iglesia. Se hace un diagnóstico: ¿cómo está la iglesia?, ¿qué
hizo que la iglesia se desenfoque?, ¿hacia dónde tiene que reenfocarse la iglesia?.
Hay muchas áreas de desenfoque de la iglesia. Puede ser que se desenfocó en las
finanzas, en la comunión, en la instrucción teológica bíblica. Pero hay muchas iglesias que
están desenfocadas en su misión de reproducción, de plantación de iglesias.
Nosotros entendemos que hay cuatro etapas en la vida de una iglesia, que puede ayudar
una iglesia a entender la situación en que se encuentra.

a) Primera etapa: Gestacional


Las personas van como parteros y se convierten los primeros cristianos y ahí se hace
nacer la iglesia.

b) Segunda etapa: Paternal


De la docencia, es donde Pablo va, se funda la iglesia, y enseña a los hermanos la
Palabra, les instruye en los primeros pasos; es la etapa cuando son niños y nosotros los
cuidamos. Pablo dice a los tesalonicenses “Nosotros los cuidamos como la nodriza cuida
sus propios hijos”, o dice en el capítulo dos también: “Les tuvimos gran afecto, les tratamos
como padres a hijos”. Es la etapa paternal, es una etapa muy importante, del discipulado,
de formación, donde aprenden las cosas más importantes de la vida.

c) Tercera etapa: Societaria


Es cuando el hijo ya no es más chico. Ahora creció, ahora está en la etapa de socio: “Hay
cosas que voy a hacer yo, pero hay cosas que va hacer él”. Pablo en esa etapa societaria
deja la iglesia, pero antes de irse de la iglesia delega, y dice: “Bueno, ustedes van a ser los
líderes”. Entonces Pablo dice a los tesalonicenses: “Ruego a los hermanos que
reconozcan a aquellos que os presiden en el Señor”. Había dejado lideres en la iglesia, es
la etapa de la delegación, él delegó la enseñanza y dijo: “No menospreciéis las profecías”.
Delegó la evangelización, porque dijo: “Vuestra fe sea extendida por toda Macedonia”. Era
una etapa de crecimiento y de delegación.

d) Cuarta etapa: Reproductiva


Una iglesia que nace, crece, que asume protagonismo, es natural que se tenga que
reproducir. La iglesia necesita entender que esto es un proceso natural. Cuando una
iglesia no está teniendo esto y ya pasan treinta años y nunca se reprodujo, entonces,
hermano, vamos a evaluar cómo están las cosas. No estamos haciendo lo que el Señor
nos está mandando. La iglesia está en el mundo para cumplir su misión. Si la iglesia no
cumple su misión de predicar el evangelio y de reproducirse, entonces está totalmente
desenfocada.
Lo que tratamos de hacer, para que una iglesia tenga una visión de multiplicación, es que
ellos mismos puedan ver cuáles son los campos blancos: Los grupos humanos no
alcanzados de la sociedad, las ciudades o pueblos cercanos que no tienen testimonio o el
testimonio es deficiente en cuanto a la cantidad de habitantes o es deficiente porque hay
mal testimonio. En ese proceso los hermanos comienzan a observar las posibilidades y
evaluar algunas cosas, por ejemplo:

- Redefinir la visión de la iglesia: ¿Para qué está la iglesia? Nuestra iglesia está para
predicar el evangelio, está para reproducirse. Entonces lo plasmamos en una sentencia.
- ¿A dónde queremos ir?: ¿Cómo queremos que sea nuestra iglesia dentro de cinco años?
¿Nos gustaría dentro de cinco años estar ya estableciendo una iglesia en algún lugar?
¿Nos gustaría haber dado el primer paso de mandar un equipo de la iglesia a establecer
una iglesia?

- ¿Cuáles van a ser los valores que van a estar siendo el motor de todo esto?: ¿Estará
entre ellos la generosidad, el sacrificio, el compromiso? ¿La plantación de iglesias será un
valor realmente para la iglesia, que va a ser una fuerza motora que nos va a llevar a la
acción? Entonces definimos los valores que van a sostener esta etapa de la iglesia.

- ¿Qué líder necesitamos para llevar adelante esta acción?: Ahí entramos en un terreno
muy importante, porque oramos para que el Señor envíe obreros a su mies, pero no todos
están preparados para esta instancia.

- Luego se realiza el plan de acción con esos hombres. Este es el momento donde
empezamos el proceso de las etapas de la plantación de iglesia:

(1) El primer paso es la Identificación del lugar, como cuando Pablo fundó la iglesia en
Filipos: “Fuimos a Filipos dando por cierto que Dios nos llamaba para que les
anunciásemos el Evangelio” (Hch. 16).

(2) El segundo paso es la Adopción, adoptamos el lugar.

(3) En el tercer paso Comenzamos a conocer en profundidad el lugar, como Pablo


dice:“Estando varios días ...” Esos varios días fue para conocer ¿qué tipo de gente había
en ese lugar? y reconocieron que habían algunos judíos, como no había sinagoga se
reunían a la orilla del río y dijeron: esta gente es gente abierta, a esa gente le vamos a
predicar el próximo sábado.

Aquí vemos que hay todo un procedimiento, hay una lógica, hay que hacer un planteo,
una planificación de pasos. Hay distintos libros sobre eso, distintas formas, no hay un
método único, hasta que la iglesia comienza a vivir la etapa de gestación, paternal,
societario y de reproductiva.

4. En el contexto latinoamericano las iglesias tienen sus anexos dependientes de la


iglesia madre. ¿Cómo se maneja este tipo de iglesias?
Cuando nosotros fuimos a plantar la primera iglesia nos preguntaron: ¿Ustedes a qué
vienen? y nosotros dijimos: “Venimos a establecer una iglesia a través de ustedes”. Eso
hay que tenerlo bien claro, ¿qué vamos a empezar: un anexo, una filial, una misión o una
iglesia? Eso abre otro debate: ¿Cuándo una iglesia es iglesia? Muchos dicen: “Donde hay
dos o tres personas congregados en el nombre del Señor allí está la iglesia”.
Nosotros tenemos este concepto de iglesia: Cuando la iglesia tenga el fichero del culto del
país y cuando tenga todos los ancianos, ahí estamos hablando de una iglesia desarrollada.
Es como cuando nace un bebé, es un ser humano que necesita desarrollarse.
Nosotros de entrada lo que hacemos es clarificar qué es lo que queremos hacer. Es muy
importante para que no suceda lo que sucede en muchos lugares, iglesias que tienen
anexos hace 60 años. La palabra anexo no existe en la Biblia, la Biblia habla de iglesia.
Tener un anexo es como que hay dos categorías de iglesias: no tengo la ciudadanía
todavía, es como que soy un ciudadano de segunda. Eso no le hace bien a ese grupo de
hermanos que están reunidos allí como iglesia naciente. Lo mejor seria redefinir eso.
Si una iglesia tiene un anexo durante muchos años debe orar al Señor para que esa iglesia
corte las amarras y sea mentoreada, acompañada en un proceso, pero que en un plazo no
muy lejano se pueda transformar en una iglesia autónoma e interdependiente.

¿Cuál es la historia de ustedes? ¿Cuál es la experiencia que ustedes han tenido


como iglesia que planta iglesias?
Todo comenzó primero en nuestro corazón, cuando con mi esposa recibimos el llamado
del Señor a la edad de 16 años. Luego de estar de novios y de servir al Señor durante toda
nuestra juventud con adolescentes y jóvenes, nos casamos y tuvimos nuestra primera
experiencia como pastor durante un año.
Apenas teníamos 26 años y fue allí cuando el Señor nos comenzó a dirigir al mundo de las
misiones, a tal punto que trabajamos 6 años en el movimiento misionero en Argentina,
participamos de todo lo que fue COMIBAN 87; ser instructor de misiones, dirigir el comité
de misiones de la ciudad, hacer campamentos de misiones. Todo lo de misiones fue
generando una gran pasión en nuestro corazón, hasta que dos iglesias, nuestra iglesia
madre y otra iglesia de la ciudad deciden encomendarnos a un proyecto misionero para
formar una familia de iglesia dentro de lo que sería una misión en la región, una misión
doméstica, dentro de la propia cultura.
El desafío era plantar una iglesia que plante iglesias. Iniciar una iglesia de primera
generación, segunda generación y ver hasta dónde llega, empezando de cero. Fue así que
con mi esposa y mis hijos pequeñitos, esto fue hace 22 años atrás, nos fuimos a un
pueblo, y establecimos allí nuestra cabecera de playa y comenzamos a hacer la
evangelización para establecer una iglesia.
Yo recuerdo que cuando nos fuimos a ese lugar, las primeras personas que estaban allí
con nosotros nos dijeron: ¿Ustedes a qué vienen acá? Eran cuatro personas y nosotros
dijimos: “Nosotros venimos a establecer una iglesia a través de ustedes”.
Hicimos un curso de plantación de iglesias que en ese momento era un borrador, un curso
de 12 pasos para establecer una iglesia. Hicimos el curso con las cuatro personas y
después que terminamos el curso las cuatro personas firmaron el compromiso de iniciar.
Parecía un sueño porque no teníamos ni dinero, ni personas, las personas eran nuevas,
inexpertas, con un montón de limitaciones y empezamos a predicar.
Hicimos un operativo, le llamamos “Operativo Jericó” y dijimos: “Vamos a dar la vuelta al
pueblo en un año”. Predicando el evangelio con carpas, colocábamos la carpa en un lugar
y predicábamos, y en un año dimos toda la vuelta por el pueblo y entonces dividimos el
pueblo en zonas, repartíamos las invitaciones, pasábamos la película Jesús,
predicábamos. En algunos lugares estábamos un mes, en otros un poco menos, y
después terminamos en un lugar grande con la gente. Así que terminamos todo eso y
comenzamos las tareas de discipulado.
Realmente fueron 3 años duros, tuvimos frutos, pero no lo que nosotros esperábamos.
Esperábamos tener una iglesia de 200 personas ya después de todo ese esfuerzo y no.
Dios nos enseñó que la salvación pertenece a él, que él maneja los tiempos y que Dios no
solamente trabaja sobre la gente, sino sobre sus siervos también, estábamos
aprendiendo.
Ya para el año 1993 teníamos un grupo de hermanos, ya habíamos formado algunas
personas, y lo que hicimos fue crear una escuela de misiones. Porque si íbamos a plantar
iglesias, teníamos que formar plantadores de iglesias de la misma iglesia que habíamos
formado.
Entonces hicimos todo un año de entrenamiento, de capacitación, enseñábamos:
misionología, plantación de iglesias, evangelismo, discipulado, hermenéutica, planificación
estratégica, todo lo que armaba el perfil de un plantador de iglesia, y después de que
terminamos eso dijimos: “Es hora de plantar nuestra primera iglesia hija”.
Nos fuimos a hacer un reconocimiento territorial y vimos una localidad a 6 km. Hicimos una
campaña de 10 días, en ese tiempo se usaba mucho las campañas, hoy ya no da mucho
resultado, lo hacíamos en un club. Y ahí empezamos también la segunda iglesia. Al otro
año dijimos: ¿Por qué no empezamos otra iglesia? Entonces nos fuimos unos kilómetros
más y con las dos iglesias fundamos la tercera.
Allí empezamos un proyecto cooperativo y las personas que se convertían en la segunda
iglesia como en la tercera, venían a la escuela de misiones. En la escuela se daba esa
dinámica que las personas participaban en los proyectos misioneros, pero al mismo tiempo
se capacitaban en la semana, tres materias por lunes, y los fines de semanas iban al
pueblo y hacían la práctica misionera. Hacíamos ministerios rotativos, de tal forma que una
persona estaba un mes o un año en un pueblo o un año en otro. Él hacía el liderazgo de
jóvenes, predicaba, discipulaba, y entonces iba aprendiendo.
Después nos fuimos a otro pueblo, a 40 km, después nos fuimos a una ciudad capital que
tiene 500 mil habitantes, en el norte de esa ciudad, después nos fuimos a 230 km, ya nos
fuimos un poquito más lejos.
Mi tarea como director de la misión era el tema de preparación de pastores, capacitación y
cursos de apoyo. Nuestra meta era de que cada iglesia cumpliera estos tres requisitos,
que sea: autogobernable, autopropagable, y autofinanciable. Y al mismo tiempo sean
interdependientes entre todas, es decir, que se necesiten y que interactúen entre las
iglesias y se forme el concepto de familia de iglesia, que nos visitamos, una o dos veces al
año nos juntamos todos y hacemos retiros y campamentos de jóvenes.
Es necesaria esta dinámica, porque las iglesias no son robustas al principio, y si no
interactúan ni se protegen entre ellas, es como que están muy débiles para estar solas, la
cooperatividad ayudó a que se sostengan mutuamente.
En medio de todo eso hemos pasado tormentas y vientos porque satanás no se ha
quedado quieto en todo esto y nos ha atacado. Tenemos tantas anécdotas para contar.
Por ejemplo: Empezamos un último proyecto hace 5 años, y dijimos: ¿Por qué no
plantamos una iglesia en el microcentro de la ciudad? Allí donde está el centro comercial.
Entonces fuimos a la ciudad de Santa Fe, empezamos con un grupo de 14 personas
dispuestas a seguir adelante con este proyecto. Alquilamos un lugar en el centro, la obra
es autofinanciada por la obra sacrificial de ofrendas de los mismos hermanos. El primer
año fue que Dios nos proveyó ayuda y el segundo año ya lo encaramos nosotros. El Señor
nos ha permitido ganar y bautizar muchas personas, tenemos una escuela de liderazgo
que sirve para esta iglesia, pero también para las otras.
“Misión de la Gracia” tenía la función también de conseguir recursos económicos, de
promocionar lo que estábamos haciendo y buscar ayuda. No podíamos generar nosotros
todos los recursos que necesitábamos para mantenernos. A pesar de que tal vez en
algunos países ya no suceda esto, pero allá en ése contexto sí, tuvimos que crear
ministerios como recaudación de fondos. Y eso significaba que vendíamos empanadas,
comidas típicas o lo que sea para levantar fondos y de esa forma podíamos comprar
propiedades o pagar una cuota.
Todo se realizó con mucho sacrificio, teníamos los 5 panes y los 2 peces, y habían más de
10 mil personas, si Dios no hace esto, no lo hace nadie, ésa fue la visión.

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