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“NUESTRAS PROPIAS HISTORIAS”

Autor: Enma Graciela Cujilema Tucunango

Categoría: Docente

GALÁPAGOS LA SUCURSAL DEL CIELO

Mientras los estudios avanzaban ya estaba cerca de culminar otra etapa, pues de una idea

convertida en sueño un compañero decía ¡nos vamos a Galápagosǃ, en mi interior una voz

rechinaba y martillaba mi cabeza decía ¿cómo en mi condición de madre, esposa y

trabajadora?.....los días pasaban y el plazo estaba acercándose, el temor rodeada de ilusión se

acercaba, eran dos sentimientos encontrados, así que en navidad ¡soy maestra mermando mis

aguinaldosǃ, con pena y por quedar bien ante el grupo decido pagar mis dolaritos, escondido

haciendo cuentas alegres.

El momento llegó con la incomprensión de los compañeros de trabajo, retumbaba ¡el Viaje a

las Islas encantadasǃ, ¡lo que debía llevarǃ, ¿que estaba prohibido? etc. Fue un jueves 24 de mayo

a la madrugada emprendimos al viaje por tierra y ya me encuentro en el aeropuerto internacional

“José Joaquín de Olmedo”, el calor y la emoción con nostalgia de dejar una familia, pues

superior era ¿Cómo será un avión? ¿Qué se sentirá estar en el aire? ¿Tal vez sucederá algo y se

convertirá en el último día de mi vida?.

El altavoz anunciaba el viaje decía “señores pasajeros con rumbo a Galápagos a las 11h00,

abordar la puerta No. 3, ligeramente acudo y a la revisión de la bolsa de mano una máquina

chillona repetía su sonido, pues imagínese el guardia insistía que arma lleva o algún metal y al
alzar la vista en la pantalla se hallaba una imagen como de una arma, se derrumbaba mi sueño,

me piden decidir entre viajar y que se quede mi bolso para revisarlo, asustada me imaginé

¡habrían colocado alguna trampa o una broma?, pero apurada rebusco y aparece la tijera escolar

que por apuro se mantenía por un tiempo en el bolso , bueno pasé al fin. Cuando el avión, subía

me sostenía fuertemente al asiento y subía y subía, vi como quedaban las nubes alejadas, y el

perfil costanero como el dibujo del mapa, yo pensaba en la inmensidad del mar y sensaciones

únicas vividas en mi vida, el aterrizaje muy emocionante, volví a ver el mapa dibujado ante mis

ojos el Patrimonio de la Humanidad “Galápagos”, fue inolvidable sensaciones que perduran en

mis sueños y vuelvo a sentirlos cada 24 del quinto mes de cada año.

Tenía una idea subjetiva de pisar suelo desértico con cactus de muchos años y el palo santo, al

cambiar de transporte, el dialecto de los guarda parques con acento entre costeño y cubano, la tés

obscura, el recibimiento de los leones marinos muy adaptados a recibir al turista, saludan con

gestos llamativos, su quiromancia para alimentarse pescar y tirarlos al aire para abrir su

hociquito y atraparlos en el aire y que decir de las iguanas caminando por las calles, en las

paredes de las casas, en los parques en las costas, en los autos. La inigualable especie de

tortugas,………. a cierto el famoso “Solitario George”, le observé enorme en la Estación Charles

Darwin en San Cristóbal, tenía sus extremidades muy grandes con las uñas como del porte de un

pie humano, sus patitas del grosor de un elefante, su carapacho con lindas figuras su cabecita

parecida a un dinosaurio, tan hermoso, convertido en el ícono y representante de mi Ecuador del

alma. Los pingüinos ¡que hermososǃ, no pasaban de medio metro de altura creo que me saludo

con aleteadas y emisión de sonidos armónicos y los lances al mar en intervalos consecutivos, la

lagartija macho con su manchita diferencial en su espalda, los cangrejos hermosos en su color y
su habitad, los tiburones pequeños en cautiverio, los piqueros de patas azules cuando adultos y

blanquitas cuando son tiernos, muchas tortugas en un ecosistema marino y terrestre.

Al otro día los guías anuncian viajar a la Isla Isabela, tres horas de estar en alta mar, solo se

veía el horizonte y el viaje de las avecitas, a lo lejos diviso un muro de forma triangular, es la isla

de los lamentos donde llevaban a los presos muy peligrosos y los dejaban aislados para que

sobrevivan, de permanecer mucho tiempo hicieron una construcción como pirámide para que los

aviones le divisen y con la esperanza de ser rescatados.

El suelo se la isla Isabela muy rocoso, donde viven los flamencos con sus patas largas y su

cuerpo blanco, con tono rosado y hasta tomate. Bucear en el mar es como una gama de colores

con sus tonos, pescaditos de diferente tamaño, textura, solo imaginar la perfección de la

naturaleza, es tan exacta y armónica y un paraíso en la tierra.

Que hablar de la playa Tortuga Bay, su suelo blanco como la cumbre del Chimborazo, era

muy blanca, como un sueño interminable y su suelo vistoso, su horizonte y el mar de color

azulado y enorme recibe a los visitantes con sus hermosas olas que ablandan la adrenalina en

extasis, si de las rocas volcánicas salen hermosas orquídeas, los vestigios de los ríos de lava que

han recorrido hace miles de años se ha convertido en lugares turísticos, pero que decir de los

túneles que hay que atravesarlos topando al suelo, obscuro, húmedo cambia de tono apenas a

unos 30 metros se convierte en un paisaje con un bioma cálido con su flora y fauna

característicos y hasta el búho lo conocí.

La tranquilidad de la noche sin sobresaltos, la cultura de la gente, nada de delincuencia, alto

costo en alimentos y hasta el gatito y perrito tienen su lugar de vivienda determinado, muy

cuidado y asistido, es un lugar bendecido, en fin tanta hermosura lo calificaría como haber
conocido y vivido el paraíso y ¡ya puedo morir tranquila y en paz con Dios y la naturalezaǃ, por

tu biodiversidad, por darme esta oportunidad de ser parte de este ecosistema inigualable,

indescriptible e imborrable, por ello “te amo Ecuador”.

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