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Paidós Comunicación Cine

Mich~l Chion
.I 64. A, Gaudreaulty F. Jost -El relato cinematogn:ifico
f" 65.
67.
D. Bordweil - El significado delfilme
F. Jameson - La estética geopolítica
La música en el cine
68. D. Bordwel1 y K. Thompson - El arte cinemarogrdfico
70. R. C. AÜeny D. Gomery - Teoría y práctica de la historia del cine LIBRERL4 "EL TABANO"
72. D.. Bordwell - La narración en el cine deficcíóll Edificiio "S" Mario 8Jssetti

73. S, Kracauer - De Caligari aHitler Núcleo La Liria

75. F. Vanoye - Guion'es modelo y..modelos de guión Av. Las Américas - Mérida

76. P. Sorlin - Cines europeos, sociedades europeas 1939-1990


78. J. Aumont El ojo interminable
80. R. Amheim - El cine como arte
81. S. Kracal1er Teoría del cine
84. J. Carriere- La peilcula que no se ve

86~ V. Sañchez-Biosca - Elmontaje cinematográfico.

87. M.Chion - La música en el cine ... _,;~.,;;" . . _ ...


89. D. BordweIl, J. Smiger y K. Thompson - EZ·cine(jásico-de Hollywood
93. B. Nichols - La represenTación de la realidad
94. D. Villaill:-Elencuadre. cillemato,gráfico


Título original: La musiqueau cinéma
Publicado en francés por Librairie Artheme Fayard, Pa.-is

Traducción ti:: Manuel Frau

Cubierta de !l.iario Eskenazi

Quedan rigurosz.=.<!'nte prohibidas. sin 1:1 autorización escrita de los tirulares' del «Copyright», ba.lo
las sanciones es::a:,~ecidas en las leyes. la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedi:r...:emo. comprendidos la reprografía y el tratamiento infonnático. y la distribución
de ejemplares de !la mediante alquiier o préstamo públicos.

© 1985 by Li~rairie Artheme Fayard, París


~, de todas 12.S ediciones en castellano,
Edicione~ Paidós Ibérica. S. A.,
Mariano eubí. 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós. SAICf .
Defensa. :-99 - Buenos AireS.

ISBN: 84-49.3--0447-4

Depósito leg~: B-39.787/1997

Impreso en G::-~fíques 92. S.A.

C/. Roma. 9. P'Jl. Ind. Cova Solera - 08130 Rubí (Barce]ona)

Impreso.en E~?aña - Primed in Spain

Sumario

Prefacio . . . . . . .

1. Asechanzas de un tema ,
Un falsoespcranto. . . ,
Una concep..:ión defensiva del cine
·1
El mito del autor total .
,La psicologización .
Tecriicismo y economía
Idealismo,
Unitarismo . . . . , .
Dualismo . . . ' . . . .
.j
) ¿Arreglárselas sin música?

PRIMERA PARTE
UN SlGLO DE COMPAÑERISMO

2. Sueños y realidades (1895-1935) . ',' . . . .


Constantes de acompañamiento en el cine mudo ,
10 LA MÚSICA E'" ELCINE SUMARIO II

El cuadro primitivo . . . . . 41
Rock y canción. 140

Fuentes de ~a música en la sala 43


Melodías protagonistas. 142

Prisa y persecución '.' . . . 46


La intrusión del pop .. 145

Música en elrodaje. . . . . 47
Un estilo diferente. . . 147

La música en la acción de los filmes mudos 49


Nouvelle vague francesa, ¿nueva música?
149

Música episódica o secuencial 50


El tiempo de los modernismos .
151

elle. Sheels y Kinolheles 52

Melting por estético . . 55


4. Regreso al futuro (1975-1995) 155

Ópera en el cine mudo. 57


Renovación de la música sinfónica 158

Músicas originales para filmes mudos . 59


Retorno del cine épico . . . . .. 159

La música yeLcine puro . . . . . . . 62


De la opera-rock al cine discotequero . 160

La invención del sincronocinematógrafo audiovisual . 65


La llegada del Dolbyestéreo . 162

El ~'itaphone y la música ; . . . . 68
Un «fondo orquestal» distinto .. 164

Otra conciencia de la sala de cine . 73


El sintetizador a la espera 167

La música subyugada . . . . . . 75
La música discotequera, contestada . 168

El filme que inclinó la balanza . . 76


La ópera filmada 169

El cQmorde ja::::. expresión de una plegaria 78


¿Funerales por la ópera? . . . .. . 174

El filme de cantante . . . . . . . . . . 83
Música on the aír . . . . . . . . . 176

Jazz y música negra en el cine americano 86


Cuando la música cinematográfica bebe de su propia historia . 179

El tiempo de la música de pantalla . . 87


Nuevas músicas al servicio del cine mudo . ]80

Sueños simultáneos y contrapuntísticos 88


Hacia una transcripción musical. . . . . . 185

Sinfonía mecánica y urbana 89

El ritmo del mundo . 94

La melodía del mundo 96


SEGUNDA PARTE

Sinfonías tontas . . 99
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CI]\¡'E

Asesinato y música • 100

La música cortada . . 102


5. La música como elemento y como medio. 191

El filme musical social . 105


La isla de Próspero . . . . . . . . . 191

¿Un modelo explicativo funcionalista? 192

3. De los clasicismos al modernismo (1935-1975) . 109


Música de fondo, música de pantalla 193

De la discontinuidad a la continuidad .. . . . . . 111


Función, universal de la música . . . . 195

Una cita fallida . . . . . . . . . . . . . . . . 114


La música, el teatro y el.naturalismo .
196

La música cinematográfica corpo música grabada '. 115


Acerca de la relación «única y necesaria» 199

La regla y la excepción 117


La música bajo mínimos . . . 201

Francia y América. . . 119


Continuidad y_ discontinuidad 203

Los criterios del clasicismo .'. 122


Simbolización. . . . . . . . 207

Las escuelas nacionales en relación con el modelo 134


El valor añadido, efecto fundamental 209

Factores de renovación en los años cincuenta 136


Síncresis y disonancia . . . . .. . . 210

La moda del jazz. . . . . . . . . . . . . . . . 137


Música, tiempo, movimiento: creación de líneas de fuga temporales. 212

1
12 LA MÚSICA EN EL CINE SUMARIO 13

Doble anticipación temporal (214


El filme !due nace de una canción
289

Erotismo y cámara lenta . . 215


Jazz . . . . . . . . . . . . . . . .
290

Música atonal y tiempo . . 216


El musical como forma popular
291

..
4- m~sica ~oirriga y coestruc.tura el filme . 217
El cine como danza o como música .
293

Circulación del leitmotiv . . . . . . . . . 220


Un paralelismo falaz- .
295

La fuente del movimiento en las imágenes 221


Cine y polifonía . '. . . . . . . . . .
297

La música modula al espacio 223

La música, fuerza activa . . . 225

La música subjetiviza . . . . 228


TERCERA PARTE
El corazón palpitante del fIlme 230
SINGULAR PLURAL
Efecto empático, efecto anempático . 232

Asesinato y canción. . . 236


8. Autores y filmes . . . , . . . . . . . .. 303
Música efusi va ... . . . 237
El mito del tándem . . . . . . . . . . 303
El cine y el aria de la carta 238
Concepto musical y estilo del compositor 304
Un músÍco de reparto. . 306
6. La música como mundo 241
La trampa del uso .. , . 307
La música del mundo 241
Actor visible o invisible 308
El «país cine» . , 244
Actor y creador . . . . 309
Filmes carentes , " 245
Los hombres y las películas 310
EIvivero musiCal ,', 246

La música. los géneros , 248


Cronología . . . .
Problemas de la música original. ,'. 249

¿Existe un estilo de música de cine? 252


Bibliografía básica.
La música clásica 254

Vivaldi y Bach . . . 255


Índice de nombres.
Mozan ., . . , , . 256

. Beethoven y Schubert 257


Índice de películas citadas .
Chaikovski .;. . , , 259

Wagner, ¿músico de cine? 259

Debussy. Ravel, Stravínski . 261

7. 4l música como tema, metáfora. modelo 265

Filmar la música' \ . '. . . . . . . . 266

Música compuesta o música natural . 270

Exteriorización de 10 interior . 273

El director de or9uesta. . 276

Intennezzo . .'. , . 279

La lección de música 281

Canción 286

Prefacio

El papel. de la música en el cine es, pese a las apariencias, un tema de discu­


sión nuevo. La mayor parte de obras publicadas, especialmente en lengua fran­
cesa. se han consagrado hasta hoya un aspecto particular de la cuestión, como
por ejemplo la obra y biografía de los compositores del cine, el estudio de UD gé­
nero determinado, o la exposición y discusión de las diferentes concepciones
estéticas formuladas por músicos, realizadores o teóricos. Otras obras han trata­
do el tema con todas sus implicaciones, aunque limitándose a un corpus de fIl­
mes voluntariamente restringido; es por tanto toda una apuesta el hecho de pro..
poner una obra como la presente, sin sacrificar las dimensiones ya tratadas, e
intentando abordar el tema desde la base, literalmente, como una cuestión DO
;sólo musical, sino también cinematográfica.
,El cine es. en efecto. un lugar en que la música, sea realizada a propósito para
ñlmeo tomada de una fuente preexistente, se transforma, desempeñando su
:papel dentro de un conjunto. Por ello, nuestra originalidad estriba en conceder un
Jugar más importante que de costumbre a aquellos que, en muchos casos, son los
responsables de este conjunto, si es que no son sus artífices completos: los di­
rectores.
16
17

Por supuesto, el campo es tan amplio que no 'se tratará aquí de realizar Un dentes, a un balance de quince años de trabajo, aunque el libro se haya escrito
tratamiento exhaustivo y enciclopédico, cuya realización requ{!riría años de -in­ de •manera independiente y autosuficiente. Esta obra se sitúa igualmente en la
vestigación y la participación de varios autofes. Con todo, hemos estimado útil continuidad de nuestra reflexión_sobre la creación musical de hoy, ya desarro­
tratar este tema con toda la amplitud posible, a riesgo de crear insatisfacciones llada en otros libros. Des~aríamosque, dejando aparte cualquier apariencia de
que no despiertan las obras más concretas, para intentar abrir nuevos caminos. provocación --cosa que para nosotros no es un flO:'sinoen todo caso un medio
La música en el cine constituye un problema controvertido,frecuentemente a través del cual fijamos ciertas reglas (respetar las intenciones de cada uno, in­
abordado de manera pasional, y que no es nunca neutro: de aI:ú que hayamos cluso cuando las criticamos, y no menospreciar nada)-- ,este trabajo ayudara a
.considerado de utilídad exponer desde el principio nuestras líneas maestras en sustituir el simplismo de las ideas preconcebidas sobre un tema, por apasionan­
un capítulo introductivo. en lugar de dejarlas difusas y subyacentes. No preten­ te que sea, por la limpieza de los ejemplos yel placer de la observación y que
demos, sínembargQ, imponer estas directriées como arbitrarias y sin réplica po­ incitara, en fin, a remitirse directamente a los filmes, sin los cuales la música ci­
sible, sino que llamamos a la reflexión, a la observación" al razonamiento. Co­ nematográfica no pasaría de ser un tema puramente escolástico.
rresponde al lector. pues. sacar conclusiones. Una obra de estas características no habría podido verla luz sin las clases
La primera parte de la obra traza perspectivas históricas a nuestro juicio in­ que hemos impartido en centros como el departamento IRCAV de la Universi­
novadoras. al menos en parte, especialmente respecto a los períodos.más re­ dad de París III, en París; el ESEC de París; el DAVI de Lausana y otros luga­
cientes. Nos parece interesante proponer, incluso para los inicios del cine -hoy res como el IDHEC (entre 1981 y 1985), el IDA, ACT-Formatíon de Toulous­
mejor conocidos; paradójicamente, que estos, tres últimos decenios-, una pe­ se; Musiques ' et Reserches, en Ohaio (Bélgica); INSAS. en Bruselas; la
riodización histórica que tenga en cuenta datos estéticos, y no sea una simple Universidad Católica y el Instituto Francés de Santiago de Chile, etc. Los res­
enumeración de cambios y evoluciones técnicas. ponsables de dichos centros, así como sus alumnos, nos han aportado reaccio­
La segunda parte, más teórica, aborda en tres capítulos -la música como nes y comentarios valiosos. Anne-Marie Marsaguetha prestado su constante
elemento y medio. como mundo, y como tema, metáfora y modelo--, cosas que apoyo a la redacción de esta obra.,Damos vivamente las gracias. por sus ánimos.
a rnenudocoinciden en una misma película. Además, esta obra reivindica un a Pierre Schaeffer -que nos ha encarrilado en este campo--. a Claudia Gorb­
pluralism? abierto, que no pretende disimular nin!Zuna contradicción. man, Walter Murch, Rick Altman, Suzanne Liandrat-Guígues. lean Louis Leu­
.' . La tercera-parte.' constituida esen~'falme~tep;r una-p~notáffi¡ca~alfabética, trat, Sandra Lischi, Robert Cahen y, por supuesto~ a Michel Marie, a quien de­
forzosamente incompleta y subjetiva (aunque intenta proponer un muestreo re­ dicamos amistosamente este libro.
presentariyo. y voluntariamente impresionista de la riqueza del campo), rinde
honores a un cierto número de creadores abordados desde un cruce dialéctico M.C., 31de marzo de 1995
. con. grandes corrientes históricas expuestas en la primera parte. Finalmente. los
anexos y el índice periniEen hacer coincidir las tres. partes y evidencian, a nues­
tro juicio. su complementariedad.
Si tenemos algo de lo que lamentarnos, en esta panorámica, es que. porta­
zones de tiempo,' espacio y competencia, no hemos tratado adecuadamente de­
terminadoscines no occidentales, como el cine africano, indio, chino o egipcio,
entre.otros.Nonosreferimosaquí solamente al cine de autor; sino también a los
llamados géneros populares.' Hemos tenido que contentarnos con citarlos. va
que evidentemente carecemos aún de documentación sobre ellos .. Al menos he­
mosintentado no ignorar su existencia y asignarles su lugar.
Desde La voix au .cinéma hasta este libro, hay un trayecto compuesto por
cuarro obras que ya hemos consagrado al «cine comoarte sonoro», en sus as­
pectos técnicos, perceptivos y estéticos, lo cual da lugar; con las obras.prece­
1. Asechanzas de un tema

variados, solamente el poder 'de la convención nos lleva a escribir el título de


esta obra en singular: «la» música. Aunque, al fin y al cabo, y la cuestión debe
plantearse desde el principio, ¿es tal vez más legítima la expresión «el» cine?
En 1895, fecha de nacimiento decretada a posteriori, proliferaban, tal como han
demostrado investigadores como No~H Burch, Rick Altman o Laurent Mannoni,
una serie de prácticas heterogéneas, de sistemas diferentes bautizados connom.:.
bres de lo más heteróclito (cinetoscopio,-fantoscopio,biógrafo), prácticas que
sólo más tarde se reunirían bajo el mismo nombre. Incluso muchoanres, la lin­
terna mágica, el teatro de marionetas, la ópera, el ballet, el teatro de feria, el me­
lodrama, el cabaret, habían creado formas ymodos de integración pe la música
de los que se ha nutrido ampliamente el arte que habría de l1~arse con el tiem­
po «el» cine. El cine, que recoge parte de todo esto, se convierte a su vez en un
dominio en sí mismo.
¿De qué sirve la presencia de la música en los filmes?, se pregunta a menu­
do ¿Por qué acompañar las imágenes proyectadas en movimiento y los diálogos
,J con ritmos musicales, 'acordes y melodías? Es como si preguntáramos por qué
I
20 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE UN TEMA 21

en el drco los trapecistas no presentan su número en silencio, por qué la músi­ mes rompe con frecuencia con la concepción de un cine autosuficiente. esta ac­
ca acompaña a los números de magia, o por qué, en la producción de Shakespea­ titud está especialmente extendida..¿Cierta película tiene. una música prominen­
re, encontramos a menudo alguna canción. _ te o espectacular? Entonceseste,filmenoes~dicen;;auténti.co cine., porque no es
ti
Lo que ha pennítido que el cine se unifique, al mep.os en apariencia, no es puro cine. ._
solamente la cr~ación de un sistema organizado de distribución y exhibición pú­ Esta obra no <:J.uiere, pues, confrontar lo SIngular con'lo plural, ni Jo .puro
blicas, ni la aparición de autores que han contribuido a definir ese arte. Se trata contra lo impuro o a la inversa, sino mostrar su solidaridad. No quiere hablar so­
igualmente del propio término y de la teoría construida sobre éste. En un tiem­ lamente de «el» cine, sino también de los filmes; si es posible, .de todo tipo de
po récord, de repente, el cine se convirtió en un arte. En 1908, una sociedad de filmes y de todo tipo de músicas que se oyen en ellos: populares, grandiosas,
producción francesa, llamada Le Film d'Art, consagró su existencia al encargar modestas y demiúrgicas.
una música original a CatnilIeSaint-Saens para El asesinato del duque de Gui­ Aquí disertaremos sobre Wagner, pero también sobre músicas populares;
sa (L' Assassinat du Duc de Guise. 1908). Como si el cine, arte plebeyo al prin­ sobre compositores legendarios pero también sobre autores anónimos •. En el
cipio, espectáculo popular. pudiera adquirirdignidad a partir del encargo hecho mundo del cine. a poco que el filme haya tenido éxito. no se puede hablar de
a un compositor de ópera y música orquestal, un compositor oficial y reconoci­ música insignificante o inútil. Todo toma un sentido; todo resuena. Igual que
do. La reflexión acerca de «eh> cine surge muy pronto, trascendiendo las consi­ una bola de cristal contiene la infancia y el mundo -es el principio deCiu­
derables diferencias entre prácticas. géneros, filmes y públicos, cosa que permi­ dádario Kane( Cirizen Kane, 1940)-,rres notas de una cajita de música son en
te hablar de una historia en singular. Ésta existe en el plano simbólico y, sin ella, el cine un mundo tan grande como toda la Tetralogía.
el cine no habría sobreyiyido mucho tiempo. El cine,en sus más dispares for­ Por lo tanto, pensamos-que es posible escribir una historia que nosea ni he­
mas. que van desde el número de danza filmado al episodio jocoso yel apólogo roica, ni jerárquica. ni dogmática de la música en el cine. sin ser tampoco nihi­
antialcohólico. pasando por el cuadro religioso -por citar algunas formas lla­ lista o desengañada,
madas «primitivas». muy bien analizadas por Noel Burch- se constituyó como La historia de la relación entre música y cine es; resignémonos, ciertamente
práctica homogénea. coordinada por el discurso que se creó sobre él. Habiendo inmoral. ¿Por qué? Porque no es aditiva. no tiene 'nada que ver con la lógica ra­
creado:scuela teóricos como Louis ))elluc~Riccioto Canudoo Léon Moussi­ cional ni con la justicia distributiva. aqueUaque recompensa de acuerdo con la
~ac.muéhós ~eahzadores' se'lanzaron a 'hablar sobre «el» cine. proclamando su obra cumplida y el mérito acumulado. Nuestra conciencia racional y nuestro
fe en éL De este término hicieron su estandarte. una estreiJa de Belén a la que gusto por el trabajo bien hecho se indignan: ¿cómo puede ser que una música
seguir. añadida en el último momento, escrita en una semana y que recurre a una retó­
El problema. mientras tanto, es que en el seno del cine en singular, las mú­
rica trasnochada. quede inscrita en el cuerpo de una obra maestra gracias al in­
sicas continúan siendo plurales, di vidiendoal público.
geniodel montaje y al buen hacer de un técnico de sonido, pretenda crear el Ctr
Además, no sólo se tratadelcine, cuyo centenario acabamos de celebrar, razón de la escultura. uncorazón de modistilla dentro de una venus de mármol'?
también tenemos los filmes individuales. Y aúnhoy, por suerte, los filmes so­ Inversamente. una música soberbia, compuesta confervory talento, jamás sal­
brepasan todo lo que sabemos o creemos saber acerca del cine. Los filmes están varáa un filme e incluso le ayudará a fracasar. Ni la inspiración desplegada por
poco valorados en relación I.:on la historia del cine. están rodeados de recuerdos Gabriel Yared en La [une dansle calliveau (1983) ni su lirismo conseguirán
pero también deolvidos. son permeables a la moda. al paso del tiempo. al esno": que, a pesar de la poesía de la ·historia y la belleza de Nastassia Kinski. se sos­
bismo pero tambíéna las músicas del momento. Viven su propia vida, que tenga esa catedral endeble que con sinceridad intentó construir Jean-Jacques
siempre es superior a la vida del cine~ Si el cine se escribe en singular~ 1()5fil... Beineix. yen cambio. hay auténticas obras maestras cinematográficas que se
mes. como las músicas. son plurales. No eS necesario, sería incluso empobrece­ contentan con ciertos acentos sinfónicos dictados por un talento más bien me­
dor~ sacriticar unos u otros . ..:oqlOu menudo hacen ciertos críticos 3ctuales,que diocre.
dejan de interesarse por los tllmes nuevos y populares, sacrificados sobre el al­ No nos engañemos:. encontrar una gran música y una gran película que. se
tar de una concepción preestablecida. por respetable que. sea, .del ~<gran cine». refuercen mutuamente (la alianza de OrsonWelles y de Bernard Herrmann para
Tratándose específicamente de la música. cuya obstinada presencia en Jos fil­ Ciudadano Kalle. o la de Fe1lini y Nino Rota para Ocho)' medio [Otto e mezzo.
22 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHA;-'¡ZAS DE es TEMA
1963]) es siempre una excepción, Se trata de una excepción escandalosa, pues Un falso esperanto
ni prueba nada ni instaura un modelo creativo.
Esta situación. poco moral, de la música en el cine apasiona y divide, y tal Reflejar toda la historia de la música en el cine en el mundo entero --cosa
vez explica. al menos en parte, el tono inquieto que adoptan bastantes tratados, que. en suma. sería la cosa más nimia- es una empresa que sin duda vas má<\
incluso aquellos de ambición enciclopédica y descriptiva, en especial la inmen­ allá de las posibilidades de una sola persona, por una parte a causa de la enor­
sa mayoría de ensayos en francés sobre esta cuestión: con muy raras excepcio­ midad del repertorio cinematográfico acumulado en cien años, por la otra en ra­
nes --como los rigurosos ensayos de Claudia Gorbman en inglés. y de Hans zón de la variedad de compe~encias necesarias para hablar. con conocimiento de
Emons y Helga de Lá Mone-Haber en alemán-, este tema se aborda en térmi­ causa. tanto de la música india de variedades como del rack and roll. El autor
nos extremadamente polémicos, y se cuenta a menudo a través del inútil esque­ de ·la presente obril. por abierto que sea hacia cierto número de tendencias. no
ma dramático «apogeo y decadencia», o según un estereotipo de magnificación está en condiciones de hacerlo.
de algunas excepciones en el seno de una multitud sin carácter. Esto es así tan­ El cine es el arte por excelencia donde todas las músicas poseen derecho de
to si se ve en la fórmula sinfónica de los años treinta a los años cincuenta la era ciudadanía y donde. a veces en el interior de una misma obra, estilos y épocas
de los clichés y del error absoluto. ignorando lo que se hizo en esa época en ma­ diferentes se mezclan y coexisten. Mucha gente que nunca ha oído música ato­
teria de colaboración filme/música. a excepción de algunas escasas obras maes­ nal por la radio o en un concierto, habrán, sin embargo. captado algunos de sus
tras. y dos o tres autores de talento innegable (Maurice Jaubert, con su aureola acentos durante algún melodrama hollywoodiense de los años cincuenta. por la
de final precoz y trágico, y Bernard Hemnann, son ejemplos representativos); pluma de LeonardRosenman o de Miklos Rosza. Otros. que tienen su radio per­
como si, por el contrario. se recrimina la entrada de la canción y de la música manente sintonizada en canaíes que emiten música clásica descubrirán determi­
pop en los filmes de los años sesenta. que substituyó el clásico acompañamien­ nada música de rock o determinada tendencia de la música de baile en una sala
to sinfónico. como un auténtico cataclismo estético. de cine, mientras que al contrario, el cine otorgará a los exclusi vos de la música
Podríamos hallar cierto matiz de seguridad en el furor adoptado en estos po­ rock la oportunidad de escuchar unos minutos de Bach, Samuel Barber. Mahler,
sicionamientos, si no fuera porque caen en el simplismo y propician finalmente Ravel o Marin Marais, un encuentro que sin el cine probablemente jamás habría
cierta pereza y el repliegue a modelos históricos empobrecidos. Todo ello se tenido lugar. Finalmente, alguien que jamás haya tenido la idea de escuchar en
nutre del hecho de que sobre este tema circulan multitud de leyendas, sustenta­ toda su vida a los cantantes favoritos de la comunidaditalo-americana de Nue­
das especialmente por ciertos textos de referencia que omiten comprobar su va York durante los cincuenta, podrá absorber. al menos una pequeña selección
exactitud. de su obra como música de fondo de los diálogos de un filme de Martín Scorse­
Por nuestra parte, no somos capaces de pensar en ninguna historia redu­ se. El espectador del Satyricon (Satyricon, 1,969) de Fellíni o de la Medea (Me­
ciéndola al esquema de «apogeo y decadencia». Por ello, en comparación con dea.. 1969) de Pasolini, se enfrentará al descubrimiento, como. «fondo musical»
los libros aparecidos sobre el tema o a ciertos postulados habituales, puede que de estas obras, deuna auténtica antología de las llamadas músicas étnicas; ex­
el lector nos acuse de indulgencia por lo que respecta a ciertos filmes o ciertas puestas en amalgama, sin títulos ni etiquetas.
~stéticas recientes. Sólo deseamos informar al lector y reflexionar con· él, sin ¿Puede el espectador comprender el espíritu de estas músicas? ¿Puede se­
lmponerle·visiones simplificadoras. Esto no quiere decir que nos gusten todos guir el discurso, discernir su valor, distinguir en ellas lo malo y lo excepcional?
los filmes; simplemente, cada filme debe ser considerado, en la medida de lo Parece que la música sea, en efecto, un falso esperanto, y aquí reside una parte
posible, sin apriorismos cultúrales, tiene derecho, al menos;' a que se le reco­ del problema. Así, cierto ciné:f.ilb que va al cine y escucha jazz puede creer que
nozca su ambición y suproyectp, incluido el de servir simplemente aldiverti­ 10 comprende, mientras que de hecho no ha captado más que su aspecto exte­
mento. rior: la c;alidad del sonido, de la voz, del fraseo, se le escapan. Lo mismo se apli­
Existe. cierto número d.eobstáculos que dificultan la escritura de un verda­ caría a otros aspectos delfIlme, como el cariz de sus diálogos, su calidad de ob­
dero ensayo histórico sobre la música en el cine. Nos contentaríamos con poder servación respecto a un tema, pero el problema. de la música es creer que
evitar algunos de ellos. . tenemos con ella una comunicación inmediata.
Así, la mayor parte de juicios terminantes que con frecuencia suscita la mó­
24 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE UN TEMA 25

sica de un filme provienen sin lugar a dudas del hecho de que se trata de un fal­ tratio, le sirve de telón de fondo sobre el que se inscribe la originalidad del crea­
so esperanto, de un falso lenguaje común. Incultos en el campo delrockduro, dor? Frecuentemente se ,dan en·. ellos ciertas· convenciones y estereotipos, no
pero amantes de las películas americanas modernas, oímos en el· cine laS mis­ como oposición a la invención y a la vida, .sinocomo las bases sobre lasque.és­
mas notas que oirá el conocedor de este género musical, pero no entenderemos tas prosperan, sabiendo que el cine podrá siempre d~pertar. y recrearla emoción
lo mismo de ellas. Se nos escapan aspectos tales como qué hace que un· grupo contenida en un sÍIÍlple acorde mayor, un ostinato·rítmico elemental o una esca­
sea mejor que otro. Sin embargo, ésa no es razón para restringir nuestro enfoque la desgranada por los .dedos de un principiante. Y es que. si escuchamos atenta­
de la música en el cine a aquellas formas que nos son perfectamente conocidas. mente, nunca se trata de la IIÚsma escala ni del mismo acorde.
de antemano, aceptadas cultundmente. Debemos hacer un pequeño esfuerzo de
descubrimiento y conocimiento, sin esconder que la música en los filmes es una
pieza de un todo, y es ese todo lo que debemos esforzarnos en comprender y Una concepción defensiva del cine
sentir.
Así pues. si decidimos en este libro reseñar, junto a las grandes músicas (o Al igual que la historia del cine como técnica no podría ceñirse en rigor a es­
las consideradas como tales) otras músicas consideradas banales o facilonas. no tudiar los aparatos e invenciones que han permitido o anunciado su existencia
es preciso qué el lector se ofusque ni, peor aún (pues el malentendido sería aún (tales como la proyección de imágenes de la linterna mágica), de la misma ma­
más profundo) que vea en ello alguna pose intelectual consistente en adorarlo nera, ya que hablamos del cine como arte, resultaría absurdo aislar su historia de
kitsch y lo cutre, esoque Adorno llamó con desdén la música culinaria. La mú­ la del espectáculo y del drama en general. así como de la de las arres populares.
sica facilona:puede ser (y no sólo parecer). muy hermosa en el cine. por razones Especialmente, no podremos entender en absoluroel lugar de la música en ei
cinematográficas que intentaremos analizar. cine (o bien nos limitaremos a .exponer ideas preconcebidas sobre él) si no so­
.-\ veces. a pesarde apreciarlo y a despecho de una capacidad de indulgen­ mos capaces de preguntarnos cuáles son sus raíces. qué formas de espectáculo
cürinfinita por todos sus elementos, el filme nos deja, a causa de su música. un no cinematográfico. con o sin música, han precedido al cine o acompañan su
regusto dulzón: desearíamos que una obra maestra de Kurosawa tuviera una evolución.
música menos almibarada o que Elpiano ((he Piano, 1993) de JaneCampion Hacer una historia del cine cerrada sobre sí misma fue posible. e incluso ne­
tuyiera una música con algo más que simple talento, pero el cine es así: debe:­ cesario, mientras este género aún necesitaba probar su dignidad. Sin embargo.
mo~ aceptar un filme tal como es. con sus colores. el estilo del maquillaje de sus en nuestros días. hacer una epopeya puramente «defensiva» del cine, definién­
actores, y su estilo fechado de acompañamiento musical.· En otro campo. si ha­ dolo contra las otras artes, e incluso a menudo contra lag otras arres audiovisua­
blamos de .música clásica. que de antemano permite elegir una versión a nues­ les que le son contemporáneas (vídeo-arte. clip, etc.) tal como observamos cada
tro gusto. podemos contrarrestar la debilidad de lo escrito con la sublimidad de día más en el ámbito francés, es a la vez un mal cálculo del valor del cine (ya
su ejecución. cosa no· permitida en el cine ..En el cine, se trata de alguna mane­ que se le da un tratamiento de pobre cosita frágil) y un grave error.
ra de un lo toma o 10 deja. Y si elfilrÍle nos gusta. ¿estamos seguros de que sea
{<3 pesar» de su· música? Este «a pesar de» tan evidente ¿no esconde a menudo El mito del autor total
un ,<a causa de») más secreto? Esto es lo. queih[entaremos aclarar.
En el caso de autores como AlainLacombe o Fran<;ois Porcile, es posible que Amenudo el estudio de la música en el cine es víctima de una actitud que
ciertos gustos musicales algo exclusivos expliquen las posiciones tan rígidas que consiste en simplificar todos Jos problemas estéticos planteados por el filme
tomaron sobre determinados aspectos de la historia de la música en el cine, y más confiándolos en manos deautores que supuestamente gozaban de absoluta li­
si estas personas no soportaÍl, cosa muy corriente~ la misma idea de música ha.., bertad de movimientos y eran maestros de sus materiales. o a los que se descri­
nai. como lo era la mayor parte de la que servía para acompañar al cine mudo. no be como odiosamente expoliados de sus derechos parlas productores, distri­
por motivos de menosprecio sino por razones de fondo, de orden cinematográti­ buidores y censores. Así, el cine se convierte simplemente en un asunto de
ca. ~.Podemos acasoconsiderar estos mmes como verdaderamente abiertos al ge­ buenos y malos .. unos que no cesan.de.~<reinventar» o «subvertir» el cine.(ilos
nio popular del cine. que ciertamente na se preocupade la banalidad. sino al con­ preguntamos a partir de qué), y otros que no piensan más que en hacerlo volver
26 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE UN TEMA

a los caminos de lo convencional. Así se niega el carácter contradictorio y dia­ nard Hemnann, o El hombre elefante (Elephant Man,1980) de David Lynch,
lécticode la noción de obra. especialmente de obra colectiva. con música de John Morris; Cada cual Se ha identificado no con un «papeh, de­
El tema de la música en el cine, desde esta perspectiva, excita una tendencia. terminado sino con el filme que había que hacer. En otros casos, una colabora­
psicológica al uso,consistenteenenfrentar a unos'contra otros, creador contra . ción más concienzuda y con mayor seguimiento y complicidad, puede desem­
creador, Bemard Herrmancontra Alfred Hitchcock. o bien se intenta reducir su bocar, por razones a veces contingentes, imprevisibles, en un fracaso. A nuestro
relación a un imaginario «acuerdo perfecto». Ya veremos qué lugar importante juicio, la responsabilidad del resultado recae. en última instancia. sobre el di­
asignamos a los autores, aunque consideremos que ésa no es la única cuestión. rector del filme. Aquí está su tarea y su dignidad.
Salirse de este esquema no implica multiplicar los «autores» potenciales del Tomemos por ejemplo el caso de El resplandor (TheShining. 19801 de
filme, ni instaurar, de una manera tan caricaturesca como la «política del reali­ Stanley Kubrick, quien, para algunas secuencias de este filme, trabajó con
zador», una «política del actor», una «política del productof». como si éstos fue­ Wendy Carlos, conocida anteriormente como Walter Carlos, nombre bajo el
ran individuos totalmente libres y no determinados. que había firmado únos arreglos de Bach con sintetizadores. Todo se anunciaba
La ordenación de este libro refleja esta toma deposición: si la historia que perfecto: el director había sabido aplicar magníficamente a LA naranja mecani­
describimos en la primera parte es lógicamente la de las corrientes. v lue2:o la ca (A clockwork orange, 1971) el trabajo de Carlos de reorquestación electró­
del cine popular (en la que continuamos concediendo cierto lU2:ar a deterrcina­ nica de Beethoven y de Rossini. Por tanto, para un filme de terror muy bien pre­
do cine de autor y de creación), el panorama de ]a tercera pad"e toma diversos parado, adaptado de una novela de Stephen King. y en un clima de trabajo ideal,
autores uno por uno. no como excepciones. sino como personalidades indivi­ solicitó al compositor que éste realizara variaciones sintéticas sobre el tema del
duales. Una cosa no excluye a la otra. Dies ¡rae. La cuestión es que. desde los créditos del filme. observamos conster­
nados que la relación·entre imagen y sonido parece desmedida: Una especie de
muralla de cristal impide que la música, sea cual fuere su banalidad intrÍTlseca y
La psicologización su fragor pomposo, evidentemente deliberados, franquee la distancia que la se­
para d~ lo que vemos ~n la pantalla, y componga con la imagen un conjunto
La mediatización de la cultura y el corporativismo actual tienen por efecto v:ivoy significante.
colocar a la persona del creador en su aspecto exterior social, a menudo a ex­ Alpoco rato, resulta muy fácil darse cuenta y analizar qué es lo que no fun­
pensas de la verdad íntima de su obra, y reducir la relación entré· música y cine ciona:mientras que la imagen, filmada desde un helicóptero. muestra solamen­
a la que se da entre el realizador o la realizadora y el compositor o la composi­ te un trayecto en coche por una carretera de montaña, sin efecto visual particu­
tora, y sus motivaciones: ¿se encontraron antes del rodaje o en el momento de lar, solamente para establecer la soledad del hotel que servirá de escenario al
la escritura del guión? ¿Estaban o no de acuerdo sobre las secuencias a tratar drama, la música anticipa este último con una energía tan demostrativa que sue­
con música? ¿Hubo .,-suelepreguntarse con avidez incluso-- un final conflic­ na falsa. Tal vez ello sea debido a una cuestión de mezcla, es decir; de equilibrio
tivo entre ellos? Esta aproximación se adopta en muchos artículos de prensa, así preciso del nivel sonoro de la música en relación a otros sonidos.
como en una parte de las obras que componen la bibliografía.
No creemos que ésta sea una buena perspectiva ala hora de hablar de la crea­
ción. En este asunt?_ no hacemos más que retomar la postura de Proust conn:a Tecnicismo y economía
Saint-Beuve, aunque ampliándola: una..obra no sóló es bastaÍlte más que el pro­
ducto de las circunstancias psic~lógicas e históricas de su génesis, sino que ade­ Otras personas tendrían la tentación de replegarse detrás de un esquema que
más puede ser algo másque'efreflejO de la personalidad particular de un autor. podríamos denominar como tecnicista, que consiste en hacer de la estética el
Hay filmes en los queeldirectoi y el compositor jamás han coincidido físi­ simple resultado de las posibilidades de reciente aparición o, al contrario, atri­
camente durante la realización. Cada uno ha cumplido una tarea por su lado y buirla a limitaciones técnicas aún no superadas. Es la tendencia actual, refleja­
finalmente el resultado es, en cambio, magnífico, como en Con la muerte en los da por ciertas revistas profesionales. Así, dado que la técnica ha pennitido gra­
talones (North by Northwest, 1959), de Alfred Hitchcock, con música de Ber­ bar una gran orquesta, se supone que los músicos deberían tender a utilizarla


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28 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE UN TEMA 29

sistemáticamente, igual que la aparición del sintetizador debería implicar su uso existentes, cortadas según las necesidades del filme~ A principios de siglo, se
prioritario; .~ utilizaban lasUamadas «incidentales»; secuencias totalmente escritas, adap­
En este campo~ conviene evitarlas simplificaciones y los esquemas causa- ­ tadasa las diferentes situaciones."Hoy, en 1995, para cubrir las necesidades de
listas demasiado inmediatos. Sin embargo, sin pretender explicar una cosa me­ filmes industriales, de programas infonnativos·Yde fi~es debajo presupues­
diante la otra, evolución técnica y..movimientos estéticos son elementos solida­ to, echamos mano en las bibliótecas de fragmentos muSicales en discocom­
rios, en una correlación que no es de dirección única. pacto. La única diferencia es que ahora se trata ya no de partitunis para tocar
En los filmes .clásicos hindúes, por ejemplo, aunque resulta evidente que se sino de fragmentos ya grabados. que no necesitan niás que ser «inyectados»
han resuelto los problemas técnicos de iluminación y montaje, la grabación sa­ en el filme según la duración requerida. Los discos de música para la imagen
turada de la música (es decir, según las reglas occidentales clásicas. una graba­ están subdivididos y minutados, y cada corte es identificado con un título que
ción mala, .distorsionada.· deformada por una modulación excesiva 'del volu:.. sugiere una función (<<danza medieval», «horrof», «música espacial»). Y mu­
men), sigue siendo la regla, lo que le da un color más difuso, menos seco y sobre 'chos autores' de cine reputados hacen exactamente lo mismo pero utilizando
tOdo. más poético. Tenemos motivos, pues, para relacionar este gusto con una música clásica.
estética sonora y no solamente con ún error. Este principio ofende a nuestra concepción idealista de la obra de arte como
En) 926, la puesta a punto del cine sonoro sincronizado con miras a perfec­ ejemplarúnicoconstituido porelementosenteramente originalesyespecífkos;
cionar la sincronía música 1 imagen, desemboca, contra toda pre\-isión. en el aunque; después de todo, si varios filmes americanos pueden utilizar la misma
í<cine hablado», Así. por razones complejas. comerciales, ideológicas y también calle de western, la misma historia o los' mismos actores aún conservando su
"con la ayuda de algunos autOres y algunos fil mes relevantés •. un in vento inicial­ propia identidad, ¿por qué no había de ocurrir lo mismo con la música? Si no,
mente programado para ponerse al servicio de la música únicamente. da un giro se trataría del único elemento del filme que no serviría más que una sola vez.
para ponerse al'serviciode un nuevo tipo de cine~ cuyas consecuencias no serían Todo compositor sabe que sobre una melodía determinada uno puede cantar
perceptibles en su totalidad hasta mucho tiempo después. letras totalmente opuestas, o en todo caso diferentes. Se ha dicho muy acertada­
Otro ejemplo: en el cine francés, en comparación con el cine americano. el mente que siel Orfeo de Gluck cantase. sobre la misma melodía famosa, una le:"
rechazofrecuemede formaciones. musí cales demasiado grandes yae un sonido tra como «He encontraGo a mi Eurídice. nada iguala a mi felicidad». el,éonjun:.
demasiado gnlndilocuente puede ser interpretado como la racionalización cul­ to resultaría igualmente coherente. :';0 por ello la música deúene sospechosade
tural de una dura realidad: la modesúa de los medios ,económicos destinados a arbitrariedad, yaque. en este caso. esla asociación particuiJI de música ylibre­
la grabación de la partitura. Los grandes estudios americanos podían mantener to lo que crea un semidopreciso. y no una especie de idetmdad entre'la 'música
a una orquesta por sí solos. con lo quese explicaría su música más ,..:Iujosa,> , Es en sfy el contenido del. libreto. '
cierto que hay una cOITelación~ pero sería una visión muy pobre buscar. en una Por otro lado. poner una música conocida sobre un filme. nllevo~· ¿no es el
parte del cine francésy en especial del cine de autor; una «coartada c.ultural» en equivalente de .la práctica constante de poner nuevas .letraS (aquL imágenes} a
la rerrindícación estétIca de una orquestación menos pesada y de una escritura una melodía conocida, un «timbre» como se decíaimtes. pUeSto que para un Bé­
orquestal menos voluminosa. A partir del momento en que esto se cOlwierte en ranger, escribir unacancÍón nueva consisteen basarse enlires existentes para
una elección. cabe reconocerla como tal. crear'su propio texto?

Idealismo . Unitarismo

.-\remolque, en apariencia. dé cambios estéticos. económicos y técnicos La cuestiónde'l-a música de cine es, en gran medida. un problema termino­
c~santes, la música del cine evidencia en algunas facetas una granestabilidad. lógico. Cuando escucharnos un fragmento de lo que llamamos música en un
ul1a sorprendente inercia. fragmento de película. en ningún caso se moviliza o requisa la músicaal com.:
Por ejemplo, consideremos el principio de las músicas para la imagen pre- pleto. Un acorde. una melodía de tlauta. un. giro melódico. no. son más que .10
30 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE Ul\' TEMA 31

que son. No se trata, en absoluto, de convocar a todo el sistema musical, ni a diversas como William Faulkner, Jacques Prévert, Peter Handke o Tonino Gue­
todo lo que representa la música dentro de la cultura ni del relato. rra; su trabajo pasa a llamarse «guión» o «diálogos» y, al cambiar de nombreya
Lasirnetríade términos música-cine no debería conducir a equívoco~ Al ha... no puede ser cuestionado en nombre de la literatura. aunque en algunos casos
blar de la música en el cine,e1 cine al completo está en juego en tanto que «la» pueda surgir de ello un libro. que deberá ser apreciado como tal.
música no lo está. Aunque la música no esté presente óptimamente en el filme, y cuando un pintor trabaja para el cine, como ha ocurrido conanistas como
aunque no se movilice en la plenitud de sus medios y dimensiones, ello no re­ AlexandreTrauner o Christian Bérard, su obra se denomina convencionalmen­
viste una imponancia especial, desde el punto de vista. del filme y del efecto so­ te «decorado». con lo que ya no está sujeta a cuestiones de fondo que se aplican
bre el público. a la creación pictórica en sÍ.
El esquema que limita al cine, como arte, a uIía aglutinación de otras artes Ahora bien. cuando un músico compone para el cine, el uso y la práctica le­
llevadas a su nivel óptimo de calidad -una fotografía pictórica, una música ar­ gal conservan el término de música para algo que ya se presenta con otro as­
mónica, un diálogo literario, etc.- continúa tenazmente vivo y evidencia final­ pecto (fragmentado), con otra función y otra lógica. y especialmente en otro
mente, aunque tenga defensores respetables, una ausencia de conocimiento real contexto diferente al de la obra musical, en el senti.do en que esta noción se ha
del séptimo ane. Imaginemos que alguien considera, desde la misma perspecti­ formado últimamente en occidente.
Ya, a la ópera, juzgando los libretos de Da Ponte para Mozan como excesiva­ Surgen aquí interrogantes interminables: ¿debe el compositor construir un
mente funcionales e insuficientemente «literarios» para que Cosí jan tutte o discurso musical autónomo': Expuesta de esta forma general)' abstracta es una
Don Giovanni puedan conseguir el nivel de obra maestra. La única diferencia, cuestión aniriciosa. análoga a cuest-Íonestales como si un.diálogodefilme pue­
aquí, es que en nuestro caso el proceso se da a la inversa. de ser interpretado, fuera de éste, ~omo pieza de. teatro. o si un de.corado puede
A este propósito, observamos que jamás, o .al menos rara vez, escucharemos ser objeto de exposición .. La respuesta más coherente es que todo· dependerá de
a un crítico indignarse por el principio de las músicas de escena, de las músicas cada caso en particular. Desde el punto de vista del filme en el que figuran esta
de transición (auténticas llamadas a la paciencia), ni tampoco por los interludios música original o de préstamo. estos diálogos o este decorado, y por tanto des­
musicales que Debussy se vio forzado a añadir a su Pélleas para poder cambiar de el punto de vista de la música en este filme, a decir verdad, eso carece de im­
el decorado, ni incluso porel inevitable residuo no musical que comporta la mú­ portancia.
sica de ópera, aun en el caso de Wagner.
Podemos decir que el problema de la música del cine es,. en su mayor parte
y principalmente, una cuestión de terminología. Dualismo
Ciertos problemas obsesivos y, a nuestro modo de ver,a menudo ociosos,
surgen por una simple identidad nominal-la palabra música- entre lo que Ciertas reflexiones sobre el cine y la música se confinan a menudo a una
describimos como discurso en sí mismo y lo que podemos designar como ma­ perspectiva jerárquica, creada por una visión dualista según la cual sería nece­
terialde transición, de apoyo (ya veremos más adelante lo que queremos decir sario a toda costa que la música sea o criada o amante. «La música gobierna so­
con ello), de puntuación y de estimulación musical. bre la imagen», se dice, o contrariamente «La imagen prima sobre la música».
Evidentemente, a partir de cierta duración, de cierto nivel de organización y El lector verá que juzgamos más interesante considerar al filme como una com­
de presencia, un conjunto de sonidos se impone indiscutiblemente en un filme posición no jerárquica, 10 que· no nos dispensa de 12reguntarnos sobre el porqué
como «momento musical», ~i no .como obra musical. 'Ahora bien ¿por qué razón de tal posicjón y sobre su apuesta simbólica.
ha de ser gravemente interrogado, criticado en nombre de toda la música, un La música es, en efecto, en diferentes lenguas europeas (die Musik, la músi­
segmento aislado de unos treinta segundos, análogo al tejido conjuntivo musi-' ia
ca, musique) un principio feminizado, en tanto que el cine es mascplino o
cal que Mozan .no dudó .en utilizar én ciertos momentos de sus obras, de sus neutro. Por otra parte, la música encarna un principio de independencia en la su­
conciertos (cadencias,rasgos, bloques, etc.)? Dado que aquí la obra es el filme, misión. Aunque ligada por las cadenas de montaje a una escena determinada, la
este fragmento musical no es sino un elemento más. música se hace escuchar y continúa obedeciendo a su propia lógica. Permanece
Cuando un escritor trabajapara el cine, cosa que le ha ocurrido a gentes tan para siempre como un principio en sí mismo.
32 LA MÚSICA EN EL CINE ASECHANZAS DE UN TEMA 33

«La música -tal como escribíamos en Le son au cinéma-, acaba siendo el Ni ese espacio que, apagada la luz de la sala, se abre a nuestros ojos, nos engu­
único elemento. del- filme que sigue siendo susceptible de retomar en todo mo­ lley nos transporta; ni esos graves descensos, trémolos, esas.ondas orquestales,
mento su autonomía, de replegarse sobre sí misma, de justificarse en nombre de esa atmósfera que respira riesgo, peligro'litemor. El tiempo del filme sería me­
sus propias leyes. Incluso reducida por las mezclas a una posicióri de "música '" nos misterioso, menos imprevisible ... Esos sC?nidQs de piano, de los mil pianos
de fondo!.' bajo los diálogos. incluso fragmentada en pequeños trozos separados, del cine, todos ellos diferentes, unos agudos y desafinados; otros redondos y lle­
la música resiste~ lombriz inmortal, con la entidad musical más elemental que nos, esos otros acuáticos y glaucos, aquellos tan ligeros como el aire, estarían
queramos dejarle: embrión rítmico, célula melódica mínima; persiste en reivin­ ausentes del cine y en.los filmes en que la música está ausente o apenas presen­
dicar una vida autónoma. superando siempre la función localizada que se le atri­ te, se echaría en falta lo que ésta también aporta: su silencio.
buye. Dicho de otro modo. la música en el cine [... ] puede consagrarse comple­
tamente a su papel [... ] conservando una especie de esencia irreductible» (pág
115). Con ello la cuestión permanece abierta

¿Arreglárselas sin música?

Desde esa obra. siempre hemos dicho. a contrapelo de las ideas heredadas,
·que muchas películas utilizan el sonido de manera magistral. rica y viva, y que
la opinión según la cual el sonido continúa siendo el pariente pobre del cine es
debida a una consideración muy superficial del problema, como si. hablando de
la imagen, sólo considerásemos bien dirigidos los tilmes cuya originalidad vi­
sual sea ostensible.
Del mismo modo. la música está en el corazón de muchísimos filmes. sin
que éstos sean especialmente destacable:;; por ello.
Cabría preguntar::;e-estamos con\'encídos de ello- si las virulentas críti­
cas formuladas con a la música de películas en sus aplicaciones' más
modestas y banaJes(en tanto que la utilización de la música en otros contextos
culturalmente más antiguos no ha levantado polémicas tan vivas). no rechazan
de hecho. de manera inconsciente y escondida. vergonzosa. al cine en sí mismo,
y no evidencian la reticencia que (sin atre\'erse a admitirlo en razón de la sacra­
lización superficial del ~<s¿ptimoarte») continúan manifestando algunos hacia
una forma tan bastarda. impura. reciente. plebeya y ambigua como el cine. gran­
de por su.bastardfa.impureza y frescor. pero támbién honrada y envidiada por
ello. .
Ciertamente, el realizador ruso Andrei Tarkovski. que fue uno de lps mayo­
res artistas de este siglo. tenía razón al decir que teóricamente .el cine bajo su
forma más pura debería p0derarreglárselas sin música. aunque él. por su parte.
jamás aplicó rotalmeme este principio. Mientras tanto~ si el cine hubieraencon­
trado su fonTIa puray completa sin música. jamás habrfamostenido aquellos
maravillosos cantos femeninos que llenan de encamo Ocho y medio de FeHini.
PRIMERA PARTE

UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
2. Sueños y realidades (1895-1935)

La grabación de esta forma artística de movimiento sonoro que llamamos


«música» precedió en más de quince años al cine. En 18Ti.cn el mismo año en
que Edison.ultímaba su fonógrafo. Charles Cros creaba:. a de principios si­
milares, su paleófono (los franceses fueron más lemos para reconocerlo y ex­
plotarlo), y saludaba a su invemo con un poema:

Como rasgos de un camafeo


he querido que las voces amadas
seán un bien que podamos guardar parasÍempre
y. puedan repetir el sueño

musical de la hora demasiado breve.

El tiempo quiere huir. yo le someto.

Asistimos él un encadenamiemo vertiginoso de conceptos: la grabación so..


nora es tratada aquí como una consen"ación de la voz. asimilada asimismo a la
conservación de un rostro que de otro modo se perdería. En lo que se refiere a
los «rasgos amados». claro está. laforografía fue precedidapot la pimura, la es­
38 UN SIGLO DE CO\IPAÑERIS\!O SUEÑOS Y REALIDADES (Ig95-1935i 39

¡;mltura. el dibujo ... y los camafeos. Sin embargo, al conservar la voz. introduci­ principios de siglo) fueron a menudo convertidas en salas de cine.• de manera

mos una repetición en el seno del tiempo. El «Oh tiempo;s~spende tu vuelo"de , que los conjuntos que habían tocado anteriOrniente para el teatro -en un sentí­

Lamartine se convierte en realidad. Si no, ¿a qué se refería la mayoría de nue­ do amplio. no únicamente operístico--, se vieron abocados a interpretar sola­

\'o~ términos;.;-on los que ciertos inventos convergen a posteriori hacía el cjne~ mente música de cine. Al mismo tiempo, a principios de siglo. las proyecciones .

.A. pesar de su heterogeneidad. sus inventores los designaron con nombres refe­ constituidas por filmes diversos y generalmente cortos. estaban insertas en pro­

ridos. si no al tiempo. al menos al movimiento: el kinetoscopio .de Ediso\J y eí' gramas de variedades que incluían ballets, números cómicos. atracciones. etc.

cinematógrafo de los hernlanosLurIiiere toman sú raíz dela palabra griega que La música. de todos modos, intervenía en todos los casos: en los espectáculos

significa mo\·imiénto. de magia. los melodramas, la pantomima, la farsa y en formas de espectáculo

El hecho de que él cine en sus principios fuese considerado un acto del mo­ como el vodevil americano, el burlesque, etcétera.
vimiento, en vez de un arte de la'imagen. no debería extrañarnos~n una época La diferencia. en las prácticas. musicales. entre Europa y los Estados Uni­
en la que las artes. espectáculos y atracciones visuales se fusionaban como nun­ dos. se refleja igualmente, según escribe Mathias Spohr, en un detalle como el
ca: fótografíaestereoscópicaen relieve, dioramas, linterna mágica. proyeccio­ de los eue sheets (folletos que daban indicaciones para el acompañamiento mu­
nes diversas. teatro con efectos visuales. Anunciarse como un nue\'o arte de la sical de la película en directo. sugiriendo una selección de títulos existentes para
imagen hubiera sido poco acertado, Como contrapartida, lo realmente moderno cada secuencia). Estos cue sheets. distribuidos con el filme. fueron mucho me­
era la idea de mO\'Ímiento. . nos utilizados en Europa que en Estados Unidos, en razón de sus diferentes tra­
La música \'ocal o instrumental es en gran parte transposición o sublimación diciones porlo que respecta a la músiq de escena: en nuestro continente. de
de movimientos: sin embargo. mientras que este parentesco era todavía bastan­ rigor que el director de orquesta del teatro realizara. para las primeras represen­
te e\'idente en la época barroca e incluso en el clasicismo, por una evolución por taciones, si no una partitura original, al menos una compilación. siguiendo la
Jo demás ine\'ítable y legítima. la música occidental contemporánea ha negado tradición del teatro del siglo XVIII. El autor recuerda también la tradición musi­
esa relación~ rompiendo el vínculo existente entre música y danza. cal que pudO crear el teatro de gran espectáculo (como en París~ hasta hace poco
El movimiento: éste es. pues. el primer lazo. el primer puente entre música tiempo, en las representaciones del Chatelet), que mostraba catástrofes natura­
y cine. El cine es movimiento y por tanto se relaciona con las dos artes del mo­ les con una música adaptada.
vimiento que existían antes que él, y unidas. además entre sí: la danza y la mú­ Podemos así relacionar en cada país las prácticas en el campo de la música
sica. 0, si se quiere. la danza es el punto común entre la música y el cine. de filme con las tradiciones del espectáculo preexistentes o paralelas. que han
Con todo. esta relación no fue creada ex nihilo, yla música de filme se in­ dado lugar a modelos conscientes o insconscientes: en los países en que la ópe­
trodujo en el cine mudo (dadoque el acompañamiento musical del cine mudo., ra es muy popular (Italia), en aquellos en que han pervivido por mucho tiempo
fue una práctica corriente e incluso mayoritaria) inspirándose en modelos) pree­ los espectáculos de música y danza, con personajes maquillados o enmascara­
xistentes. Demos un único ejemplo de ello. dos, la música de cine se ha desarrollado de manera diferente. Así, el cine ita­
En· su artículo «Las raíces teatrales de la música de las películas de Holly­ liano se resistió ,más tiempo que otros al sonoro (que. al principio, era anglófo­
wood», Mathias Spohr subraya con razón que la historia de la música de filme no, por ausencia de doblaje), basándose en su propia tradición operística. Y la
es frecuentemente contada como si partiera de cero, de acuerdo con criterios cultura específicamente británica de música de filme y de música de programa
calcados de la música de concierto. «Partiendo de la premisa de que la música en general, ¿no sería un eco de la importante presencia de la música en el tea­
de cine "ordinaria" es .de malaéálidad, algunos deducen que sólo es digna de ser tro deShakespeare y el teatro isabelino? Es posible. A igüal que cabe pens.ar
tomada en consideración la música de filme escrita por compositores de la mú­ que la tendencia del cine francés a limitar, en lo posible, la intervención musi­
sicaque llamamos "pura", yque puede existir independientemente como "obra'" cal en los filmes, reduciéndola o suprillÚéndola, podría estar ligada a los mo­
en sí misma» (Dissonanz, 'i), 42, noviembre de 1994). Sin embargo, para compren­ delos del teatro clásico,Jos cuales -salvo excepciones relacionadas congéne­
der la naturaleza de la música de cine, podriamos tener en cuenta una tradición ros particulares (comedia~ballet)- no dejan lugar ni para la música ni para las
más antigua y que le ha servido de inspiración, la de la música de escena. El canciones.
autor recuerda que las salas de teatro (había poco menos de cien ~n' Viena a
I

40 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 41

Constantes de acompañamiento enel cine mudo cos),filmes científicos sobre el movinri~nto del hombre o de los animales, con­
ferencias ilustradas, etc. Más tatde,aun cuando el cine adopta el modelo na­
Los primeros tiempos del cine, entre 1895 y alrededor de 1,?15, inc1usoan~ rrativo y, como ha teorizado muy .bien No~H Burch, se «linealiza», sigue. sin
tes de."que éste fuera considerado' como un ámbito homogéneo en sí mismo; son embargo, proponiendo arnenu~o :escenas aisladas, fra~entosespectaculares
uno de los períodos de su historia mejor conocidos hoy en día, año por año" a o musicales que' constitu'yen entidades casiaut6nomaS; El cine cómico en par~
causa de la profusión de investigaciones históricas y universitarias de que han ticular, el de Harry Langdon, Buster Keaton, Harold Lloyd y por supuesto el de
sido objeto, investigaciones que al mismo tiempo son a menudo reflexiones so­ Chaplin, conservará durante mucho tiempo esta forma secuencial, una suma de
bre su propia historicidad y sobre la naturaleza misma del cine. Esta pluralidad episodios .relacionados con una intriga. general, que. implica una música del
de trabajos,rodos ellos conscientes de la complejidad de la situación y de la au­
mismo tipo; . .
sencia de un modelo único, puede causar vértigo a quien se aventure a recorrer­ - el cine empieza como género popu-Iar yen lugares populares. llenos de
los, ,\líentrasque sobre los últimos veinte años (1975-1995), nadie teme profe­ humo y ruido. Más adelante,. por motivos, no sólo comerciales, sino también
rir luicios tenninantes acerca del cine americano o de·la televisión. se considera ideológicos y culturales, con el fin de atraer a la gente decente. el cine intentará
qu~ "'ale más no arriesgarse a formular generalidades sobre los veinte'primeros adquirir lentamente «carta de nobleza», tanto en la elección de temas (adapta­
años del cine~ a fin de evitar que éstas no sean desmentidas por multirud de ca­ ciones literarias y operísticas, temas morales o religiosos). como en su factura:
sos particulares y excepciones argüidas por un especialista. Intentemos. deto­ entre ·otros campos tambié-n en la música de acompañamiento. que sufre forzo­
das maneras. con la ayuda de valerosos trabajos de síntesis como el de Noél samente las consecuencias de este contexto.
Burch. indicar algunas líneas que nos ayudarán a formamos un cuadro simplifi­ Una situación fu~ionante~ pues. rica y contradictoria. donde ya encontramos
cado de la situación: los grandes problemas que afectarán a la música del filme. sus grandes tensiones
- losprimeros filmes son mayoritariamente cortos, desde algunos minutos y sus grandes contradicciones, especialmente entre estilo popular y estilo noble
a Un:J. veintena: el largometraje no aparecerá sistemáticamente hasta la mitad de o culto, y entre fonna secuencial y continuo sin costuras, Una vezexpuesto'este
105 mos diez:
cuadro general. podemos ahora subrayar algunos puntos particulares,
la múska que se oía durante las proyecciones n0I111almente era tocada
'<en Jirecto»tno corifonógrafo) por un conjunto de dimensiones muy variables.
un solista hasta una gran orquesta. e iricluso a veces. porc:mtames que se El cuadro primitivo
:-in.:ronizaban con la Generalmente~ dicha música estaba formada por
un encadenamiento de fragmentos existentes y arreglados para la ocasión na Uno de los inventores de los múltiples aparatos que desembocar:inen el cine
música original aparece episódicamente en los años veinte ). En algunos (relativamente) unificado, Thomas AlvaEdison. declaró. Le Fígaro deiS
como Japón. la música se combina conÍln comentario. que prefigura un ,<do­ de mayo de 1893. a propósito de .su ,<kinetoscopio» m,udo. sistema de juke ba­
blaíe en directo>:>. efectuado por un narrador-acrar que simula las voces. sitúa la xes con imá!:!enes vislonables de manera individual. mediante vlsores.que 5e
aC;ion.hace retlexiones: en ocasiones la.mÚsica puede. ir acompañada por de­ disponían a~ombinar1oinmediatarnente con fonográficos: "Gracias il
terminados ruidos, En algunos .casos, esta música es.una canción. cu:ya promo­ [mil sistema. podremos lJ~gara ver una ópera [sic]. una comedia. unu persona.
ción ,;orre a cargo del filme; al mismo tiempo que la oímos»,
- los prim~rísmos filmes no son na~a:tivos: puede tratarse de (,\'Ístas» del Vemosque laópera es citada en primer lugar. Es evidente que Edison no en,.
mundo. especie de tarjetas postales animadas. reconstrucción de ácontecimien­ cara este invento más que como un medio de reproducción y retransmisión de
ros de acmalidad(corOllación de un rey, Gombate de boxeo popular), tableallx una realidad prexisrente,acontecimiemo o espectáculo, Con convicción, Edison
\'il'iZnrs.históncos. culturales o religiosos inspirados enel reatro oen la pintu­ declaraba: <,Creoqtle, en años venideros, gracias a mi trabajo. y al de Dickson.
ra~ números de baile y escenas escogidas de ópera; cabareto teatro (a veces.
Muybridge y Marey [.u) se podrán representar óperas en el Metropolitan de
con una grabación~onora y musical sincronizada, de corta duración). e incJu­ Nueva York sin· que difieran en nada del original. pero con artistas ymusicos
so "fllmesde trucaje), (númerosde magia qtieutilizan medios cinemarográfi­ muertos hace tiempo>:> (citado· por Burch, pág. 31).
UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES d895-1t,l3Si

_ Uno de los primeros filmes. ult:racortos. es una danza tirolesa. que supone duaJes. explotabJes en comercios o por particulares a domicilio), el cine empe­
una música. difundida. al ,mismo tiempo por un gramófono, o sobreentendida. zaba a desarrollarse enel sentido' de presentacióh colectiva y pública. Lasrazc'­
Otros dos números de danza filmados en 1895 . .4nnabelle Butte1fly Dance y.4l?­ nes 'parecen simples: la dificultad evidente de sincronización entre un sopan.:'
llabelleSerpentine Dance. muestran a Annabelle Mooreimitando a la célebre perforado como la película y un soponecontinuo, como el cilindro o el di~cQ.
Lioe Fuller. " también la calidad mediocre con la que el fonógrafo restituía muchos timbr6
En a2:osto de 1895. un periodist(i de Bruselas, citado por LaurentMannoni instrumentales.y especialmente la débil señal acústica producida por el sisrem:.:.
I Le Gra,;dArr de lalumiere erde l'ombre. pág. 575) saluda al nuevo «kínetó­ ya que la amplificación eJéctrjca aún no existía. 'Finalmente. en un mundo sin
fono»: «El kinetoscopio está actualmente superado. Edison ha inventado el ki­ prestaciones sociales ni vacaciones pagadas. la mano de obra musical era mi:,
netófono. No sólo Se ve 13. danza serpentina. sino que además se oye la música disponible y fácil de hallar. Serán. pues. en bastantes casos, instrumentos clá::;í­
que la acompaña. Se \'t' la danza del vientre y seoye esa melopea queos perse­ cos acústicos tocados por músicos de carne y hueso, quienes \'an 'a asegurar l.."
guía sin piedad en la Exposición de Amberes. Se ve desfilar a Napoleón ante que se ha dado en llamar convencionalmenteeJ «acompañamiento» de una ac­
una treintena de personajes. agitándose y moviéndose al son de marchas ruido­ ción proyectada mecánicamente. con personajes filmados y grabados,
sas y cantos patrióticos",
En Europa. l~ combinación del fonografo y del gramófono de Berliner. que
permitía alargar la duración de las grabaciones. ofreció a Charles Pathé en París Fuentes de la música en la sala
¡PhOllOscenes) y 3. Osk4lJ" ",lesster en Berlín la posibilidad de inventar una sin­
cronización más sistemática entre la película yel sonido. Las primeras músicas de cine (en una época en que no existía el propiu
En lo~ primeros filmes Lumierede 1895, que ponen de relieve el valor del concepro de cine ) eran tocadas en el exterior de la sala. y servían para atraer al
do~umento espontáneo y al aire libre (mientras que Edison había construido el público y para hacerle entrar. La música era utilizada entonces como elemento
primer estudio de cine 1. encontramos pocas escenas musicales o que supongan de atracción y enganche. El cine nace además en una época en la que la cultu­
una música: sólo una «danza infantil»y un concierto, donde vemos a unhorn­ ra de la canción está en su apogeo: se oía en la calle, se compraba en «peque­
breal violín y ~os mujeres al piano tocando al aire libre en una terraza. Louis ño formato» (hoja impresa con la letra y la melodía sin acompañamiento): can­
Lumiere en persona es quien pasa las páginas de la partitura. Esto no significa ción y cine estarán desde entonces comercialmente ligados jJara siempre,
que el filmt: fuera filmado como un «'concierto mudo», al que no habría faltado También. al contrario, el cine era representado en lugares musicales. como el
sino la música. destinada a ser restituida por un fonógrafo o bien imitada por el café concierto.
acompañamiento musical de la proyección. El concierto era un objeto de repre­ Más adelante, la música entra en la sala, donde convoca a gentes muy dis­
sentación habitual desde hacía mucho tiempo en la pintura, arte no sólo mudo, tintas, que van desde el pianista local (a rrienudo el mismo que toca él armonio
sino también iÍnnóvil, y a juicio de bastante gente, 'esas «vistas» de Lumiere o el órgano en la misa dominical) a la gran orquesta de las salas más prestigio­
eran concebidas como fotográficas o .cuadros en movimiento. sas, pasando por el pequeño 'conjunto de cámara y sin olvidar un instrumento
Desde 1895, Georges Demeny propone a Gaumont, bajo el nombre de «fo­ habitual en las saJas americanas: el órgano Wurlitzer, surtido de un gran juego
nófono», ·la «asociación de un fonógrafo y un fonoscopio de proyección, ha­ de «efectos» para ciertos ruidos. Hasta los años setenta, la sala del Gaumont Pa­
ciéndolos funcionar de forma siIlcrónica» (Noel Burch, El traga}uz del infinito, lace de París disponía de uno de estos órganos, que casi no se utilizaba. Un tal
trad. cast., pág. 44). D~'ahí surgirá el «cronófono.-Gaumont», sistema con el que William G. Blanchard, que empezÓ su carrera como organista de cine en el me­
la realizadora Alice Guy filma, en los siete primeros. años del siglo~xx,«más de dio oeste, lo recuerda como «un intento, a veces muy exitoso, de poner bajo el
cien películas cantadas o habladas»" en.las que hace interveí:úr a artistasmúsi­ control de un individuo todos los colores de una orquesta, junto con percusiones
coso cantantes; de todo tipo. [.. :] Los juegos de percusiones comprendían el xilófono, los platos,
Surge, entonces, la cuestión de saber por qué el fonógrafo, ya inventado, no trinos de pájaros, sirenas de incendios, disparos y un piano. El conjunto podía
llegó a imponerse. en las salas de cine, a partir del momento en que, contra el ser accionado a partir de dos, tres, cuatro e incluso cinco teclados normales»
pronóstico y criterio comercial de Edison (que apuntaba a sus «cajitas» indivi- (Mark Evans, Soundtrack, the music ofth.e Movies,pág. 4).
44 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-l935) 45

Las orquestas de cine eran aveces el desarrollo de una pequeña fOrmación función de la música será la de combatir la contaminación del «silencio» die.­
iniciaL Finalmente, según hemos contado, hubo un gran número de experieri-' gétic02 por unos ruidos incontrolados venidos del exterior,por el vaivén~del
cías concretas en las que cantantes de carne y hueso intervenían en el curso de público en la sala, las conversaciones, etc;,. sustituyéndolo por un espacio· so­
la proyección en determinadas secuencias. noro orgaruzado, Una especie de "hilo rojo tell~do entre el filme y el especta­
Afortiori, se trata de escenas de la Pasión de Cristo (uno de los pririleros gé­ dor", según la-expresión de Marcel L'Herbier.»
neros cinematográficos): la presencia de la música se impone a fm de crear la at­ Añadamos que la música crea una temporalidad de discurso; dice:«Érase
mósfera cultural de rigor, y hacer de la proyección una ceremonia. Cuando Zu­ una vez», ayuda a la ruptura con el tiempo cotidiano ya la creación de un tiem­
kor, uno de los creadores del sistema de explotación cinematográfico, decide pode representación.
difundir en Estados Unidos Vida, pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo En ténninos más poéticos, Émile Vuillennozanunció en 1917 esta función
(La Vie el Pasion de Notre-Seigneur Jésus-Christ, 1902-1905), producida en cercana a la hipnosis: «La música -la más bunúldé o la más altanera-de­
Francia porPathé, se provee de un órgano y un cuarteto vocal. Lasala estaba si­ sempeña, en las representaciones cinematográficas, un papel cuya importancia
ruada cerca de unos grandes almacenes. en una calle principaL Según cuenta, el público ni sospecha. Muchos espectadores se evaden enel sueño~ siguiendo a
«las mujeres, al volver de sus labores. entraban a la sala desde primeras horas los fantasmas de la pantalla, al ser aturdidos, acunados yuntanto embriagados
de la mañana,para oír [sic] y ver el espectáculo». por los vapores armónicos que salen de laorquesta y se extienden por la sala.
Las películas se estaban proyectando aún en lugares tales como barracas. como perfumes escapados de un frasquito mágico. Para abandonar el suelo,ne­
expuestas al ruido, ante un público que tenía por costumbre hacer comentarios, cesitan ese golpe de ala.. El hechizo se rompena si el vuelo de las sonoridades
abuchear, aplaudir, hablar: la música. en aUSencia de actores de carne y hueso fuera bruscamente íntefftlmpido ':Lsi.en.el silencio glacial de ese mundo de fan­
¡que pudieran llamar la atención al público. hablarles o captar suatención).ayu­ tasmas mudos, no pudiéramos percibir más que el zumbido de insecto de la má­
da a c.entrar .la atención. concentrándola al subrayar las atmósferas y puntos quina que explora' el tiempo y el espacio, que, parapetada en su mesa, enrolla y
fuertes. En este papeL la música puede ser reemplazada o simultáneamente re­ desenrolla sin fin sus telegramas luminosos. La elección del decorado musical
Jorzada por la voz de un narrador, que cuenta y simula las voces. del filme. La es, pues, capital» (<<Le Temps» en Jlusique d'écran. 18 dejuliode 1977, pág.
música sirve también para religar los elementos. a menudo dispares. del espec­ 76). El hecho de que el autor utilice el término decorado nos recuerda.también
táculo cinematográfico. frecuentemente constituido por un patch H'ork de esce­ que la música tocada no es, en la mayonade Gasos. untlujo constantemente
nas cómicas, documentales, ficción, números filmados; etcétera. cambiante entre acción y diálogos. sino más -bien un elemento que crea, por
Tal Como dice Noel Burch (op. cit.. trad . .:asL. pág; 234): «La música. con­ cierto tiempo,un· decorado, en elsemido de lugar de. la acción, momento de la
frontadaa las fotografías animadas~ les aporta algo muy diferente a. lo que jornada, atmósfera.
aporta al espectáculo circense. por ejemplo. Crea un espacio "superior" que Podemos igualmente estimar~ con Mark Evans. quela música no solamente
engloba a layez el espacio de la saJa y el qué figura en la pantalla. formando tiene la función de aislar a cada espectador en su relación con el filme, en su
una especie de barrera alrededor de cada espectador. En principiO. pues. sirve sueño particular pordeéirlo de otro modo, sino que además. irivensamente, tien. .
para aislar al espectador del ruido delproyecror, dejas toses. comentarios,cu­ dt! a cristalizar colectivamente las reacciones del público, captando su atención
(hicheos. etc. Desde este punto de vista. la introducción de la música en las sa­ sobre un detalle, sobre un personaje. Según él, en efecto~ «la función principal
las de proyección constituye el primer paso deliberado hacia lo que más ade­ del músico sena la de subrayar los puntos fuertes de la acción sobre la pantalla,
lante :;erá, , la interpelación, institucional del espectador de cine. como y en particular la de hacer emender instantáneamente al público que el gallardo

individuo. 1 Cónla colocación delproyecror en la cabina y con el desarrollo del de capa negra, guedesafía a la mirada de la heroína y del público a la vez, de­
cineaínbulante en Europa. y después del nickelodeonen Estados Unidos, la be.ría ser vigorosarhente abucheado.)~ (op. cit., pág 2),

l. No¿J Burch llama «inSlirucional» al cine narratín' nommlízado que se tile imponiendo poco,
J poco como nodeloca... i exclqsivo en los años diez: Líne que. según él. se dirige a cada espeCtador
2. E~ el sentido adoptado en .Iateoría ó~matográfica de «propio al mundo de la hi~toria con­
tada».
;'¡ls.ladamenre. yno al grupo de espectadores como taL
.+6 U'\ SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-193:'- -+7

Prisa y persecución tres o volantes (Kundry en Pars~¡'ar), seguidas o anticipadas por personajes que
permanecen en escena; El parangón de la reunión de los amantes que corren uno
La música desempeña igualmente un papel privilegiado en las secuencias de hacia el otro al son de la música. escena de cine típica cuyo arquetipo ha sido fi­
persecución qu.~, contrariamentea lo que suele creerse, no eran-privilegio e,x­ jado por Claude Lelouch (Un hombre y una mujer [Un hornme et une.femme.
elusivo del cine cómico. Bien al contrario. lo que dio la idea a los cómicos. 1966]), se encuentra ya en Trisrán. si exceptuamos el ralentí. -.
como motivo de parodia, fue probablemente la popularidad de la persecución en Así pues, el cine retoma estas fórmulas. apoyándose en la música, y lesaña­
muchos g~neros serios,.foHetines de «suspense», llamados seriales, difundido de esa posibilidad innata de dilatar hasta el infinito. mediante el montaje. las fa­
de semana en semana, melodramas y westems mudos. «Era, por tanto, respon­ ses físicas de alejamiento y acercamiento. las persecuciones. haciendo realidad
sabilidad del músico que la música apropiada acompañara a la persecución y la paradoja del filósofo griego presocrático Zenón sobre Aquilesy la tonuga:
nos permitiera identificaralhéroey al malvado» (tvlark Evans.op. cit, pág. 3). Aquiles puede, corriendo hasta quedarse sin aliento. rio atrapar jamás al animal.
Matriz, de ia ficción cinematográfica, según Noel Burch, la persecución no o atraparle después de una espera sabiamente diferida. El papel de la música es.
es. por supuesto, un tema inventado por el cine. sino que precisamente era desde pues, como en la ópera, subjeti\"Ízar el movirnlento. expresar, por ejemplo. la
hacía largo tiempo un célebre y popular motivo musical. Bajo la forma de cabal­ prisa como algo bien diferente de la velocidad en el sentido mecánico, y trans­
gara fantástica o_ infernal, la persecución desempeña un gran papel en la poesía figurar la visión de un corpulento cantante que entra en escena o de un bravío
alemana de inspiración musical, a través de baladas tan célebres como Leollora corcel adornado. para darle toda su fuerza de evocación.
y
de Bürger (más de una vez tratada en música) el Rey de los alisos. de Goethe. En el cine, la popularidad del tema de la cabalgata de -las Walkirias en los
Lo mismo ocurre 'con ellied, el fragmento de virtuosismo para piano (Mazeppa acompañamientos del cine mudo (El nacimiento de una nación [Birth of a Na­
de Liszt; algunQs preludios de Chopin) , la música de cámara (los «galops» de va­ tion, 1915], de Griffith)y luego en el cine sonoro (Ocho y medía. de Feliini, don­
rios cuartetos de Beethoven o Schubert), y por supuesto, el poema sinfónico. La de aparece en dos ocasiones; Mi nombre es ninguno [11 mio nome e nessuno.
música ha tenido, pues, tiempo de sobras para poner a punto formas que expre­ 1973], de Toruno Valeri, con música de Morricone: Apocalypse now [Apocalyp­
sasen la precipitación y la prisa. Lo que h~ aportado el cine, especialmeI)te gra­ se Now, 1979], deFrancis FordCoppola) proviene también de su simplicidad rít­
cias a Grlffith, es el milagro del montaje paralelo. es decir, la posibilidad de pa­ mica y melódica: este declinar de arpegios ascendentes es casi el símbolo de un
sar altemadamente de un perseguidor a un perseguido, de la imagen de un lugar arte que, ya etimológicamente, nace bajo el signo del-movimiento;
que representa la meta a la imagen del coche, de la locomotora o del jinete que
se precipita hacia esa meta. Incluso en el découpage(desglose) de Goethe del
Rey de los alisos, de una estrofa a la otra, se pasa del discurso insinuante del rey Música en el rodaje
a las palabras del niño, en lo que ya es un modelo de montaje.
A grandes rasgos, queremos sugerir que los guiones originales o adaptados, . En los tiempos del cine mudo. era corriente que hubiera música en los roda­
llevados-al-cine, no parten de.un modelo puramente literario y lineal: son, como jes, interpretada por instrumentistas especializados, contratados de forma más o
ocurre hoy en día, pretextos para aftadir nuevas escenas. Algunas de estas esce­ menos permanente, _o a la sazón, por un fonógrafo, en el caso de las comedias
nas ya eran populares en el campo ~e la música de programa, del poema sinfóni­ cortas. Ello estaba orientado a ayudar a crear la atmósfera, a inspirar el ritmo de
co o del cuadro sinfónico operístico. No es de extrañar,.pues, que el cine, género . ,una escena, a favorecer la concentración del equipo y a guiar los gestos y ex­
rítmico y musical· des~ sus- ong'enC!s, las retQme debidQ a su propia-naturaleza. ~ 'presión de los a~tores ... La música desempeñaba ahí el mismo papel que en la
Con mayor om~nor acierto,: en: los línlitesde su estatismo escénico, la ópe­ nT(lVe~CC-lón del fIlme -en la sala, sólo que en un sentido inverso. El personaje
ra también había intentado representar cabalgatas y persecucion~s, por ejemplo tntf~rplreUldo por Donald Q'Connor en Cantando bajo la lluvia (Singin' in the
mediante el- artificio dramático que consiste en hacer coincidí¡ la escena en que _ --célebre comedia musical de 1952 que evoca el período del fin del
las Walkirias evocan grandes gestas con la llegada de sus hermanas, «fuera de nUClO-- es un pianista de estudio de rodaje, amigo y cómplice de la estrella de
campo», tal como ocurre en el segundo acto de la ópera de Wagner. Unabuena Don Lockwood (Gene Kelly)~
parte ,de las cabalgatas wagnerianas son llegadas y partidas; pedestres '0 ecues- Directores y actrices tenían, para este uso, sus fragmentos favoritos. Jobn
48 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (l895-W35) 49

Ford, según cuenta Jean Louis Leutrat (<<Musiques des westerns a l' époquedll La música en la acción de los filmes mudos
muet» en Les musiques des filmes, pág. 75), gustaba de que se tocasen melOdías
populares como Mydarling C;lementine o Yellow Rose ofTexas: «A veces una ac. También fue una técnica bastante corrienteeÍlel cine mudO elhecho de in­
triz pedía un poco de música. pensando "que le ayudaría, y yo hacía que Danny tegrar en el guión una secuencia con cantantes o músicos: cOsa que confirma el
Borzage interpretara una melodía con sordina en su acordeón. Entonces, todo el carácter musical: en im séntido éoncreto, pero· también. metafórico (composi­
mundo lo hacía. Actualmente, esto parece una tontería, pero ayudaba de verc:la9». ción de líneas y ritmos ) del filme mismo. Por así decirlo, de este modo el filme
La estrella Mary Píckford, llamada «la pequeña novia del mundo», especialista en tendía la mano a su acompañamiento. Hay·pocos largometrajes del cine mudo
papeles de golfilla, traviesa o víctima, utilizaba con frecuencia música como apo. que no incluyan una escena de .danza popular. de baile, de ballet clásico, de fies­
yo emocional en el rodaje de sus escenas, principalmente Massenet. El piano, el ta campestre, de velada musical, de café, de concierto. de revista, de music-hall,
violín, a veces una especie de piano-órgano, eran los instrumentos más corrientes. de ópera, de número de circo, de orgía. de ceremonia religiosa. de canción o de
En un mediometraje bíblico, Judith de Betulia (Judith of Bethulia, 19l3­ regocijo popular en tomo a un instrumento. Todas estas escenas suponen la pre­
1914), Griffith hizo tocar a toda una orquesta en el plató para ayudar a la actriz sencia de una música en pantalla, música cuyos planos más o menos breves y
y. con el fin de despertar la furia de los miles de figurantes en las escenas de ba­ repetidos, interpolados en el montaje o sobreimpresionados en la imagen, hacen
talla desu filme Intolerancia (Intolerance, 1917), trajo un gran conjunto armó­ referencia de vez en cuando a sufuente: instrumentistas. cantante. orquesta ...
nico;. Y por supuesto. los bailarines del festín de Balthasar, en este mismo filme Evidentemente, esta música se interpretaba durante la proyección mediante una
(episodio de Babilonia) necesitaban músicos para interpretar su transposición, ya condición de aceptar un esquema obligado. no necesariamen­
King Vider confinna que «esto era muy práctico para obtener la atmósfera te de sincronía sino más bien de espacio, contenido y timbre instrun:1:ental; puen- .
deseada. A John Gilbert le gustaba Moonlighr and Roses en El gran desfile (The te entre lo que se Ve y lo que se oye. es un desfase que le da precisamente suen­
Big Parade, 1924y. Otros actores solicitaban fragmentos de ópera. Durante todo canto,. asinnlable al de una transcripción. Recordemos que latranscripcíón
el rodaje deYel mundo marcha (The Crowd.1928)],hice que tocaran la Paré~ formaba parte de la cultura musical al uso. qUe tocar ti ofr tocar al piano una mü­
rica de Chaikovski~ donde hay un tema que expresa todo el sentido del filme». sica de orquesta. como por ejemplo una melodía de ópera cuyapanevocai tam­
(Kevin Brownlow, Tlle Parade 's Gone by, pág. 341 ). Esto nos continna que se­ bién estaba transcrita, era una experiencia muy extendida por 'entonces~ Lejósde
gún el filme, la época o el mayor o menor poder del actOr o la la elección ser considerada sólo utilitaria o como un apaño. la tr3J1scripciónimaginaria ha­
de losfragmentós tocados correspondía al director o a la estrelia. bía dado lugar a toda una poética: por ejemplo. todos los in5rrumentos «sobre­
Esta práctica dio lugar a sabrosas anécdotas. como la referida por el director· entendidos» guitarras. fanfarrias. coro de Oblerón- ~vocados' en las
francés Maurice Tourneur quien, trabajando en EstadosUnidos (BrownIow.op. piezas para piano de Debussy.
dI.. pág. 339) «vio a un equipo de rodaje filmando una persecución desde la Cuando, en La huelga (Stacka. 1924) de Eisensteín. Jos'obreros se reúneh al­
parte trasera de uncallÚÓn. Este equipo era animado por un vehículo que circu­ rededor de un acordeón, que el direcror nos en primer plano y a veces en
laba paralelamente al camión. cargado de músicos que tocaban una frenética' sobreímpresión.el efecto es mucho más interesante si 10Sínúsicosde la sala no
melodía». El compositor americano contemporáneo Carl Davis. especialista en tocanun:í1;~ordeón preparado para la ocasión:· sino una melodía tocada al piano,
la reconstrucción de músicas para el cine mudo; descubrió. durante su rrabajo de órgano: ü¿~questa, que evoque el uniYersó de aquel instrumento. Esta traducción
documentación. una foto de rodaje de Avaricia (Greed)~ von Stroheím de'tIna música. por otra. de unos timbres por otros. tomribuye· enormemente a la
( 1923) en la que, en me<iio de uIÍ .calor bochornoso. se Ve a los músicos en ac-·· magia del cine mudo. Podemos así. en muchos filme5·de Chaplin. por ejemplo;
ción, un violinista yun intérprete de armonio COn traje y corbata. mostrar ún 'cantante"en laimagen~ mientras que en el acompañamiento del filme
Hoy en día. ciertosdiiectores como Sergio Leone. Marguerite Duras'o Ré­ suena 'lÍnarrielodíá tocada legato y canrabile ::tl piano. JI violín o con orquesta: si
gis Wargnier han retomado estatraditiónen algunos de sus rodajes. incluso. se tratá de unbaile. la orquesta adapta el riono del \"als. ja.:::::: otango.Especial­
aunque la escenafilr11ada no vaya necesariamente a tener músicá. ni en suác­ mente, cuando la estrella es, como Rodolfo Valentino. un bailarín... .
ción (número de danza). ni como acompañamiento «de fondo»; En algunos casos. la música tocada fuera de la panta.lla debe respetar abso­
lutamente una melodía precisa. sea forzada por la acción. como La Marse.illai­
SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 51
50 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO

se en una secuencia del Napoleón (Napoleon, 1927) de Gance. sea una melodía tuación física de persecución, sino la febril situación general: tanto los diversos
escrita expresamente. que puede ser entonada por un cantante que dobla al ac­ movimientos del público como los gestos indignados del alcalde. van «empujan..,
torfilmado, intentando cantar sincronizado (Cabiria, [Cabiria.1914]). do» la escena hacia adelante. Más adelante, el fragmento apresurado. que ha su­
Algunos directores pueden también intentar realizar, mediante el montaje. frido varias repeticiones ad libitul11 y ha sido interrumpidosolamente por un gag
el ritmo y los movinúentos de la cámara, una traducción visual delLOrbellino de visual y musical (ellúrnno americano, tocado por la orquesta de la ceremonia.
la música, einc1uso.de la propagación del sonido instrumentaL Porejemplo, or.­ que pone a todos firmes por un rato), da lugar, despué:-; de un rótulo intercalado
servamos que en la sec.uencia de los músicos de la boda de El último (Der Letz­ (<<Por la tarde» ),. a una música distendida, que instala de repente su ritmo de pa­
te Mann, 1926) de I\lumau, la cámara intenta dar idea, por su despIazallÚento. seo, que recurrirá a,tantas repeticiones como necesite: \,o]vemos a hallar al va­
del trayecto del sonido al salir de la campana del instrumento de metal hasta la gabundo paseándose por la calle, lejos de la efervescencia precedente.
habitación del piso elevado donde lo está escuchando el desgraciado portero bo­ El carácter secuencial era evidentemente necesario. entre otras caUS3S. por
rracho. la naturaleza aún flotante y no normalizada del ritmo de la proyección cinema­
tográfica. Pero también, lo era por la propia forma de lo:, filmes. divididos en
partes, generalmente mediante la utilización de rótulo:-;. En resumen. en el pla­
\Iúsica episódica o secuencial no propiamente musical, el filme responde a una concepción explícita o implí­
cita en la que la música sirve de «bajo continuo». de punto de apoyo.. de hilo
Tanto si se trataba de un arreglo de melodías conocidas, una recopilación de conductor rítmico. a un juego de ritmos visuales más desligados y sutiles. que
«secuencias. para la imagen» extraída de colecciones especializadas. como si se construyen para los ojos.
era, menoshabirualmente, una partitura «original», la música lOcada en las pro­ Las repeticiones que este sistema necesita tienen la \'entaja de crear un sen­
, yecciones de cine era en su mayoría -en realidad, casi siempre- de forma se­ tiIDiento de' continuidad y de estabilidad que hace que no prestemos atención
cuenciaL En otros términos, estaba constituida, por una sucesión de fragmentos consciente a la música, y que podamos concentramos en lo que vemos. Además.
distintos, cada uno con un tempo bien caracterizado, que obedecía a cierta cua­ pernúten una suave fragmentación de la música tocada (a menudo adaptada o de
dratura, cierto sistema de repeticiones, de cadencias, que pernútían o bien que préstamo) de acuerdo con la duración del filme acompañado.
se fuera desvaneciendo, o bien que sé encadenara -mediante puentes, transi­ Estecarácter secuencial de la música corresponde también, por las mismas
ciones o rupturas- con otra secuencia musical que proponía una tonalidad, un razones y, con las llÚsmas particularidades, a ciertas prácticas de 'la música de
ritmo, un clima y un decorado musical inmediatamente diferentes ... Un buen acompañamiento en los espectáculos populares de la época, revistas. music­
ejemplo de ello lo encontraremos en la música, parcialmente original y parcial­ hall, circo, etc. Se justifica igualmente por el principio comercial que consiste
mente compilada, que Chaplin escribió para su filme Luces de la ciudad (City en utilizar, por su popularidad y carácter atractivo, músicas conocidas, cancio­
Lights, 1930),' obra muda con música grabada aparecida en 1931, y que respon­ nes de moda, melodías populares, valses de repertorio, música de género... que
de a este espíritu. Ya hemos analizado en detalle su estructura musical en nues­ generalmente están escritas con cierto ritmo y con cierta cuadratura. Cuando en
tra obra sobre esta película. los años diez las leyes sobre los derechos de autor impidan utilizar libremente
Por ejemplo, al principio, en la escena de la inauguración oficial de un temas de moda, se dará un giro hacia las compilaciones o secuencias hechas, pu.,.
pomposo monumento,cuand?: quitan el trapo que lo cubre y, ante los ojos estu­ b~cadas en antologías, o bien hacia fragmentos de género clásico, escogidos o

pefactos del público, se ,reyela .al, vagabundo dorntido, la música solemne de .' "., compuestos con este mismo espíritu; Igualmente, cuando se escriben algunas
fanfarria que hasta entonces se.oía es reemplazada por una música estilo <<perse­ ,;~.partituras OI:,iginales para determinados filmes mudos (partituras que~ aún reve­

'cución», con corcheas conpunto y. semicorcheas sincopadas, escrita en un ritmo ']~;¿:r!~Gho de arreglo y compilación), éstas continúan conformándose casi siem­
estable y de, acuerdo a progresiones:añnónicas m~y previsibles. Ello no quiere ')~)tio::~¿a este modelo y,desde este. punto de vista, la estética de la música 00 sufre
decir, en este caso en particular, ,que haya una persecución entre los personajes. ¿;~i~>Cap?~io alguno.
,.,It;!) :Sin que sepamos cómo ha empezado este uso ni qué papel desempeñó el de­
Al contrario, el vagabundo se despereza tomándose su tiempo a pesar de las ve­
hementes interpelaciones de las autoridades. La música explica, aquí, no la si­ . (el eterno problema del huevo y la gallina), otras características del
• I

52 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 53
cine mudo evolucionan también en sentido secuencial: los rótulos que puntúan
el filme corno inicios de capítulo, y el tinte diferente de las escenas, con un co­ damientos (The Ten Comrnandments, 1923)3 (op cit.•. pág~ 6). Recordemos que
lor dorninañte. según el carácter de cada un~ acusan el carácter episódico det había por entonces unas quinientas salás~ericanasc~nor:~es~ muy gran­
conjunto. Cuando todas las escenas nocturnas están teñidas de azul, esto s:ontri­ des. En este caso, su director yasesqr mUSical estableClu por SI nnsmo la selec­
buye a aislarlas aún más de la es~ena siguiente diurna, y a acusar el aspecto de ción de fragmentos, mientras que los cue sheets'con fra~entos recomendados
«suc~siónde fragmentos» del filme entero. Todo el trabajo de evolución del facilitaban el trábajo de ros piariistas o de pequeñas,formaciones.
cine y de perfeccionanúentocumplídopor ciertos cineastas del cine mudo con­ Una vez elegidos y arreglados los fragmentos musicales. subsistían aún.los
roblemas de encadenamiento instantáneo de una escena con otra. Incluso SI se
~eparaba
sistió en intentar. por diferentes medios (especialmente, la supresión o rarefac­
ción de títulos de separación), «alisar» la continuidad del filme para hacer de él un puente de modulación, o un desglose especial del fragmento, los
un solo y único movimiento continuo, exactamente corno cienos pioneros suce­ instrumentistas debían prepararse a la señal del director para pasar de una parte
sivos, de Gluck a Wagner, lo habían intentado con la ópera. a la otra.
Entre las·antologías·de fragmentos originales o de arreglos para piánis~ y
oroanistas. destinados a servirles de repertorio, figuran los Sam Fox Movmg
Cue Sheets y Kinotheks Pi;ture Musie Volumes de J.S. Zamecki (l913)y la Kinobibliothek (Kinothek.
1919) de Giuseppe Becce. o el Jlótion PictureMoods for Pianistand Orga­
Mientras que en las grandes salas los responsables preparan sus propios arre­ nists, cincuenta y dos atmósferas y situaciones (1924), por Emú Rapee.
gIos, enü..~(pequeñas se recurre a colecciones de arreglos ya preparados. Desde Jean-Louis Leutrat cita uno de los comentarios que podían encontrarse en
1909, como refiere Jean-Louis Leutrat. Edison empieza a publicar unas sugges­ estos catálo!!os:delante de un título: «/ndiail Love Call, de Horner Grunn. una
tions for musie, «La musica que debe acompañar a las producciones es "expandi­ piezamaraviUosa para escenas de desierto: sugiere la distancia, la inmovilidad;
da"en folletos (los cue sheets). que cuentan entre sus autores más conocidos con la desolación. así como el amor indio» (op. cit., pág. 67). Esta frase subraya~a
S. M. Berg y Max \Vinkler». Este último reunió en su catálogo trescientas com­ fluidez y libertad de los significados musicales. que pueden beber de una dl­
posicione~:Los cue sheets (literalmente. hojas para dar la señal ~'lle- de una mensióna la vez cultural y psicológica,
nueva en.trada) , editados y distribuidos semanalmente para el estreno de cada nue­ , ,En un manual parapianisras y organistásdecine publicado en 1920, le~mos
vo filme, facilitaban el trabajo de fragmentadón e ilustración musical para los pia­ que «la primera función de la músicJ. que acompaña a los filmes es!a '~~ ~efl~Jar el
nista'i y directores de, orquesta de la sala. pero también facilitaban la labor del pro­ clima de la escena en el espíritu del que escucha,' y de despertar mas facd e mten.,.
yeccionista, indicando la duración estimada en metraje de película. de cada una de samente enel espectador las· cambiantes emoclonesde la historia en imágenes»,
las escenas. y el clima general de cada una. su situación dominante. \ «misterioso, Los' autores completan las listas de atmósferas (siniestra, alegre, ligera)' con cate­
entrada del malo»). con . eventuales sugerencias. hechas por un' compositor, de oonas tales como: naturaleza. temas relativos al amor, luz. atmósferas graciosas.
fragmentos musicales adaptados. El director de orquesta o pianista pueden enton­ ;leoíacas. solemnes. de tiesta. exóticas. comedia, velocidád. valses, imrnirtencia
Ces segllirlos, o bien operar su propia selección: Estos cuesheets.fueron muy uti­ de ~na tragedia. consecuencias de la tragedia. muerte, batalla; tempestad, personá­
lizados, especialmente en los Estados Unidos en los años diez. Con su estableci­ jes malvados. jóvenes, ancianús.L1S oberruraspopiJlares de .Ross~ni oStippé son
miento se formaron cieno númeró de pioneros de la música de cine compilada y utilizadaS y recomendadas a menudo porque «contienenpasUJes bnllantes y~lenos
arreglada, entre los cuales están Hugo Riescnfeld. David MendoZ:! yErno Rapee. de vida que cuadran con escenas s.obre el salvaje oeste; escenas de perseCUCIones.

I
SegúnMark Evans. \\cada sala poseía su biblioteca musical. que podía con..,
tenercoleccionesindividuales. cada una cónsagradaa un mood tclima) particu­
de combate. de multitudes». Se habla incluso de una «músÍcanéutra».
En'Francia. un artÍCuld'del'CourtierMusicalnos aclaracómo; sin tener~e­

I
lar, combIas persecuciones, los temas de amor olas musicas burlescas [.. ~]. Du­
rante su trabajo con Hugo Riesenfeld, le pidieron a Irving Talbor que realizara
cesidad de cut: sheets, cienos directores de orquesta de grandes salas estableclan
su selección: de acuerdo con su autor~Gabriel Bernard, él criterio detenninante
un compendio defragmemos musicales de una duración apropiada para las es- era la duración de la secuencia a "musicalíiar».
cenas de numerosos filmes, como el peplum de Cecil B. de Mille Los diez man"
3. En una primera versión muda.
«El direcror de orquesta, previamente. ha clasificado en su memoria una co­ partitura hecha a medida para cada filme habría significado una composición.
lección de piezas y de fragmentos de piezas musical~s, asignando a cada \lno un ensayo. una puesta apunto diferente para cada estreno (los músicos tocaban
una categoría de efectos cinematográficos determinada. Sabe que. para acom­ materialmente en todas las sesiones). ¿Qué día de la semanase habría hecho i3
pañar escenas idni~as. puede~tilizar i~distintamente s~ número 1, o su número primera lectura. con qué tiempo de ensayo. con qué salario y qué posibilidades
2, Si además el númer.o 2 (iene la ventaja de prestarse a repeticiones en número tendría la música. siempre nueva. de ser correctamente leída y ejecutada?
ilimitado ... ¡cuando ia escenaidílica sea bastante larga, elegirá la I):úmero 2~»
Para la llegad;l de un personaje angustioso. «la memoria del director de orques­
tá. le' propone rápid~ente unac.Olecciónmuy rica de números Henos de miste­ Melting pOI estético
rio. de angustia y de amenaza. Nuestro .hombre tiene que elegir, al. menos. entre
cinco Ilúmeros diferentes. Contrariamente. puede ocurrir que el malvado perso­ Otro aspecto característico de la situación de los años diez es la coexisten­
naje no haga sino pasar un momento por la pantalla. El director de orquesta eli­ cia obstinada. y desde cieno punto de vista chocante para algunos. entre la mú­
ge entonces el más cprto de sus cinco núrneros llenos de amenaza. angustia y sica ligera \' la música culta en los mismos filmes. Ello ocuma a pesar de las va~
misterio». (Gabriel Bernard. «La musiqueet le cinéma», Courrier Musical. 1 de riacío~es ligadas a las fluctuaciones del gusto. a la evolución del cine y a la"
enero 1918 ¡.
leves de derechos de autor. Por ejemplo. Debussy se pone de moda en Francia a
Con sentido del humor. Gabriel Bemard da seguramente la lista de piezas p~rtir de 1919. yen general la música culta es mayoritariamente utilizada de~­
que constituy'en la «suite de orquesta» construida de acuerdo a tales principios. pués de la Gran Guerra, hasta el punto de suscitar en los surrealistas lanostalgia
lista que da testimonio. en este ejemplo concreto, de la preponderancia dada a de los años en que se tecleaba el píano en un estilo descuidado. En Estados Uni­
los clásicos favoritos sobre la música popular. En ella se suceden, en efecto. una dos, en ·los años veinte, surgen, según Claudia Gorbman. los primeros grandes
melodía de la Cavalleria Ru.sticana. un vals de Waldteufel. el «claro de luna» cines de estreno (palaces), y, con ellos. la institucionalización del cine como di­
de Vr'erther. un tango. el adagio de la Sonata patética de Beeth~ven, un frag­ versión para la clase media. La música debe entonces honrar a este nuevo pú­
mento de La Boheme de Pucciní, la Marcha turca de Mozart, etcétera. blico. manifestando ambición.
Algunos historiadores se burlan de este sistema de compilación. probable­ Un coloquio americano, llevado a cabo en 1921 y citado por Jean-Louis
mente más ,por cuestiones de principios que por experiencia directa, ya que en Leutrat pone· de relieve la dualidad música popular/música· clásica. Los que
el momento en que Alain Lacombe desencadenaba. su ironía sobre los «apren­ apoyan a esta última subrayan que cuando se utiliza una música popular, <<la le­
dices de brujo de pequeñas ecuaciones miserables, sastres de un prét-á-porter tra es tan popular como la melodía; pero, a menudo esta letra no se adapta a la
sin envergadura» (La musique du filme, pág. 20), prácticamente no había podi­ situación mostrada en la pantalla. Por la misma razón, son hostiles a la música
do escuchar tales trabajos. Hoy en día, especialmente gracias a la iniciativa del de ópera, aunque suspenden su juicio diciendo que cada caso debe ser tratado en
Festival de Pordenone y al trabajo de Carl Davis, cierto número de adaptaciones particular» (op. cit., pág. 68).
de. filmes y de reconStrucciones de proyecciones nos han permitido escuchar Siouiendo aún esta tradición de combinar músicas clásicas y música origi­
e
cuál era el resultado: después de todo, no resulta más estereotipado que una su­ nal, se escribe la partitura musical del primer largometraje (parcialmente) sono-
puesta mÚ~ica «original». La mística de la obra original-incluida la confusión TO El cantor de Jazz (The Jazz Singer, 1927): una serenata de Chaikovski, su
entre los diferentes sentidos de este término- elimina a veces todo buensenti­ Romeo y Julieta.o la Sinfonía Española de Lalo se alternan con_ canciones de
do crítico del acercamiento a estas cuestiones.-El cine, arte popular, ha funcio­ -jazz y piezas debidas a oscuros ati'tores de secuencias de ilustración.
nado, como antes la música cüi~ sobre una relativa estandarización, de ningu­ .....nl~ n,'..", .. razones, si la música en tiempos del cine mudo es a menudo con­

na manera más bochornosa que Ía quepennitióa Vivaldi o Telemann producir ~í(1er.roa como de baja calidad, no es sólo por el nivel pe inspiración de la mú­
centenares de obras ... Ya veremos de qué manera, finalmente, los más grandes tOcada y de su escritura; sino también por su ejecución, ampliamente de­
creadores del ci~e, como Pelechian, no han hecho ascos a recurrir a las mismas '":ptmdienlte de los instrumentistas presentes, de su director, de la calidad de la
reglas de elección, por razones comparables. acústica y de las condiciones de trabajo. Mejorar el nivel de la música -y es­
Es necesario, además, situarse en las condiciones concretas de la época. Una pecialmente su coordinación sincronizada con el filme-será una de las preo­
56 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 57

cupa:ciones obsesivas de los años veinte, que desembocará en el cine sonoro Ópera en el cine inudo
que, como vemos, pretendía ser al principio ¡jn género musical sincronizado.
Esta mejora es abordada de rpanerasdiferentes, recurriendo algunas veces aja . Más sorprendente-resulta la práctica de las óperas llevadas a la pantijla,du­
«gran música» clásica o. al contrario, suscitando nuevas partituras. rante el período del cine mudo. Cabe recordar.;.....oomo tendremos la ocasión de
En la época, algunos abordan positivamente esta coexistencia de estilos mu­ hacerlo en· capítúlos posterioreS-=- que el cine ÍmÍdohabíaadaptado, con bas­
sicales, populares y cultos, en el seno del filme, en la medida que opinan que tante rapidez y en muchos casos, un estilo lírico y operístico en su ritmo, su for­
esta diferencia será algún día diluida. El viejo sueño de la música de filme, tal ma, su empleo de las diálogos ... CarIo Piccardi (Ciné-Mémoire; 1991, pág. 85),
comolo formulan ciertos directores. músicos y críticos, sería el hecho de salvar a propósito de la costumbre de rodar con musica, con un instrumentista presen­
el abismo entre la música popular y la de concierto, sabiendo por otra parte que te, cuenta: «Adecir verdad, la interpretación del cine mudo DO se desarrollaba
este abismo se cruza en otros lugares bajo el efecto de la evolución interna de la alritmo de la declamación de las palabras sino al ritmo de la música; los gestos
música culta por una parte, y de la propagación más amplia de la música popu'­ se desarrollaban de forma dilatada [sic], parecida alas curvas hiperbólicas típi­
lar, especialmente por radio. Ciertas estéticas modernas de los años veinte..-...es­ cas de los movimientos de los cantantes de ópera. No es. por tanto, una coinci­
pecialmente la del Grupo de los Seis. formulada por Cocreau en Le Coq et 1'Ar­ dencia. observar en la· época una frecuencia tan sorprendente de cantantes·· de
lequüz. en 1918- alientan a arrancar ala música de concierto de su languidez ópera convertidos en actores de cine: [... ] Lina Cavalieri. Gabriella Besanzoni.
decadente y de su sofisticada estructura. teniendo en cuenta el j azz. la .música de Mary Garden. Geraldine Farrar. el tenor Fiorello Giraud».
circo yel estilo popular. Es evidente que este proyecto no habría nacido sin el No es de extrañar que en Italia surgiera la idea de encargar partituras origi­
fenóineno de meltingpot estético representado por el cine. nalesacomposiwres de ópera conocidos. Mascagni,el compositOr de Cavalle­
Sin embargo, esta reconciliación de estilos. como ya sabemos. no tendrálu­ ria Rusticana; fue reclutado para colaborar en la concepción de un filme sobre
gar jamás. Contrariamente. el cine preserva el carácter dispar de las músicas al Garibaldi. que finalmente no fue realizado. yle fue encargada una partitura ori­
mismo.tiempo que las mezcla: esta disparidad eS. para el cine. una mejor opción ginal para Rapsodia satanica (1915) de Nino Oxilia.
dramática. En los años \'einte, el cine\'a aseguir siendo un inusual lugar de co­ Ya desde los inicios del cine.\lélies rueda selecciones de ópera y óperascó­
habim.c'ión de tocos los riposde música. :-.1umerosos artículos de la ¿poca ironi­ micas como Fallsi (1904). La dan/llatioll de Fallst (1898l. Le barbierde Seville
zarotfsobre la olla de grillos de las proyecciones cinematográficas. donde una (1904). etc. Suponemos que lamúsica prevista para ser tocada con tales filmes
me lodía de merendero se enlazaba sin más preámbulo con Schurnann. Debussy era unRseleccÍón instrumental oeunrada de las melodías mas célebres. cosa que
o Wagner, permaneciendo cada música en su esfera, no resulta más extraña que el pupurrí de temas instrumentales tan del gusto de
Lo que se ha dado .en llamar en las historias del cÍne«música original» de la época.'
ciertas películas mudas. se revela frecuentemente constituida por arreglos o Entre .l900 y 1907. Alice Guyrueda~entreotras«fonoescerras», «doce Cua­
partituras de temaspreexistemes. Al estrenarse El último de Murnau' ( 1924), la drosdeCarmen» y «veintidós cuadros de FauslO})síncronizados. con una dura­
partitura concebida para el filme combina y arregla momenfosde iosCllad/ós ción de- más de una hora: el primer filme sonoro~ según Noe! Burch; Lamúsi­
de una exposición. Los muelles de Nw!mYork(TheDocks of:\e\v York), de ca se editaba en fonógrafo. Gen una reducción para camo y piano. o para cantó
Srernberg (1928). retoma partes escogidas de ·la Sin(on ía .inacabada dé Chai.., y pequeña formación- instrumental. En 1909. Charles Magnussenfunda la
kovski. Subsiste el riesgo de que estas· músicas distraigan del espectáculo· a Svenska :para explotárun sistema de cine sonoro y produce una opereta.
quienes las conocen previamente. que pueden exasperarse al reconocerlas. Sin VarmldlU~ellganU:L En Italia. los cineastas. que beben de la gran cultura yrle la

embargo. Noel Burchemite la idea; muy verosímiL deque en·la época de estas histOria~ no sepriyun-deadaptar·óperas:Mario Caseriní dirige un Siegfried y ün

películas~ «estas músicas. menos familiares por entonces (dado que el. disco Pars~lal,

aún no las había popularizado ysóloeran conocidas por 'un grupo pequeño de Má$sorprendente resulta 'Gloria .trausita (1917), filme holandés de Johan
oyentes). casaban sin duda más espóntáneamente con Iasiniágenes Copo .cit.. Gildermeijer. un melodrama mudo cuyos personajes son cantantes de ópera,
pág. 225). Durante las se~uencias qÚe se desarrollan en'escen~, está previsto que· algunas
cantantes presentes en la proyección acompañen en sincronüi a las. imágenes.
56 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES ( 1895-193:'; 57

cupaciones obsesivas de los años veinte. que desembocará en el cine sonoro Ópera en el cine mudo
que, como vemos, pretendía sera] principio un género musical sincronizado.
Esta mejora es abordada de maneras diferentes. recurriendo algunas veces a la Más sorprendente resulta la prj,;ríca de las lleyadas a la pantalla. du­
{<gran música)} clásica o. al contrario. suscitando nuevas panituras. rante el período del cine mudo. Cabe recordar -:como tendremos la ocasión de
En la época, algunos abordan positivamente esta coexistenciadeesrilosmu­ hacerlo en capítulos posteriores- que el cine mudo había adaptado, con bas­
sicales i populares y cu)ros. en el :,eno d¡¡d filme. en la medida que opinan que tante rapidez y en muchos casos. un estilo lírico y open'stico en su ritmo. su for­
esta diferencia será algún día diluida. El viejo sueño de la música de filme, tal ma,su empleode los diálogos... CarIo Píccardi (Cint:-,\lémoire.1991 ,pág. 85 l.
como lo formulan cienos directores. músicos y críticos. sería el hecho de salvar a propósito de la costumbre de rodar con música: con un instrumentista presen­
el abismo entre la música popular y la de concierto. sabiendo por otra paneque te, cuenta: (<.A decir verdad. la interpretación del cine mudo no se desarrollaba
este abismo se cruza en otros lugares bajo el efecto de la evolución interna de la al ritmo dela declamación de las palabra!> sino al ritmo de la música: los gestos
música culta por una pane. y de la propagación más amplia de la música popu­ se desarrollaban de forma dilatada [síc]. parecida a las cun'as hiperbólicas típi­
lar. especialmente por radio. Cienas estéticas modernas de los años veinte -es­ cas de los movimientos de los cantantes de ópera. Ka es. por tanto. una coinci­
pecialmente la del Grupo de los Seis. formulada por Cocteau en Le Coq et l'Ar­ dencia. observar en la. época una frecuencia tan de cantantes de
lequin. en 19] 8- alientan a arrancar a la música de concierto de su languidez ópera convertidosen actores de cine: Lina Clyalieri. Gabriella Besanzoni.
decadente y de su sofisticada estructura. teniendo en cuenta el jazz. la música de Mary Garden, Geraldine Farrar. el tenoí FioreIlo Giraud,~.
circo y el estilo popular. Es evidente que este proyecto no habría nacido sin el Noes de extrañar que en ltaliasurgiera la idea de encargar partituras origi­
fenómeno de melting pot estético representado por el cine. nales a compositor~s de ópera cono.:idos.!\lascagni. ei compositor de Cavalle­
Sin embargo, esta reconciliación de estilos, como ya sabemos. no tendrá lu~ ría Rusticana, fue reclutado para colaborar en la concepción de un filme sobre
gar jamás. Contrariamente, el cine preserva el carácter dispar de las músicas al Garibaldi. que finalmente no fue realizado. y le fue encargada una partitura ori­
mismo tiempo. que las mezcla; esta disparidad es, para el cine. una mejor opción ginalpara Rapsodia satanica ( 1915 i de Nino Oxilia.
dramática. En los años veinte, el cine va a seguir siendo un inusual lugar de co­ Ya desde los inicios del cine, Mélies rueda selecciones de ópera y óperas có­
habitación de. todos los tipos de música. Numerosos artículos de la época ironi­ micas como Faust (] 904), La danmarioll de Faust (1898), Le barbier de Seville
zaron sobre la olla de grillos de las proyecciones cinematográficas~ donde una (1904), etc. Suponernos que la música prevista para ser tocada con tales filmes
melodía de merendero se enlazaba sin más preámbulo con Schumann, Debussy era una selección instrumental o cantada de las melodías más célebres, cosa que
o Wagner,. permaneciendo cada música en su esfera. no resulta más extraña que el pupuni de temas instrumentales tan del gusto de
Lo que se ha dado en llamar en las historias del cine «música original» de la época.
ciertas películas mudas, se revela frecuentemente éonstiruida por arreglos o Entre 1900 y 1907, Alice Guy rueda. entre otras «fonoescenas», «doce cua­
partituras de temas preexistentes. Al estrenarse El último de Murnau (1924), la dros de Carmen» y «veintidós cuadros de Fausto» sincronizados, con una dura­
partitura concebida para el filme combina y arregla momentos de los Cuadros . ción de más de una hora: el primer filme sonoro. según Noel Burch. La músI­
de una exposición. Los muelles de Nueva York (The Docks ofNew York); de ca se editaba en fonógrafo, o enuna reducción para canto y piano, o para canto
Stemberg .(1928), retoma partes escogidas de la Sinfonía inacabada de Char­ y; pequeña formación instrumentaL En 1909, Charles Magnussen funda la
kovski. Subsi~te el riesgo· de que estas músicas distraigan del espectáculo a "~'ve'lsk·a para explotar un sistema de cine sonoro y produce una· opereta,

quienes las conocen'previamente; que pueden exasperarse al "reconocerlas. Sin En Italia, los cineastas, que beben de la gran cultura y de la
embargo, N<;>el Burch enllte iá idea, muy verosímil, de que en la época de estas no se privan de adaptar óperas: MarioCaserini dirige un Siegfried y un
peñculas,«estas músicas, menos familiares. por entonces (dado que el disco
aún no las había popularizado y sólo'eran conocidas por un grupo pequeño de sorprendente resulta Gloria transita (1917), filme holandés de Johan
oyentes), casaban sin duda más espontáneamente con las imágenes (op. cit., hlclenme:ijer, un melodrama mudo cuyos personajes son cantantes de ópera.
pág. 225). las secuencias que se desarrollan en escena, .está previsto que algunas
antantles presentes en la proyección acompañen en sincronía a las imágenes,
58 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO . SUEÑOS y REALIDADES (1895-19~5¡ 59

dándoles su voz. Sabemos, por el festival de Pordenone y por el trabajo del dónde el verbo se borra en el canto. los silencios se convierten en cantos or­
compositor Hub Mathijsen, que ha intentado restaurarla partitura originaL que questales. la intriga se lee en las notas del programa). Esre·razonamiento inge­
·las melodías de ópera (cantadas» en la pantalla. y que debían ser reproducidas nioso y elíptico, que da fe de la fertilidad intelectual de su autor. no debe ser t()~
en la proyección, son extractos partícularmente del FausTO de Gounody deIRi­ mado al piedela letra totalmente ni aplicado indistintanlente ~ todos los filmes:
galeno deVerdi. Gildermeijer retoma esta idea enGloriafalGlis y.en 1937, di­ en todasJas épocas del cine mudo. Por atraparte. solamentepara unoídomo­
rige una Fantasía Musica(¡antes que la de Disney!). en la que intenta llevar a derno «el yerbo [en la ópera] se borra en el canto». Con la mejor articulación de
la pantalla el Tannhauser. los cantantes de entonces yla práctica de representar la:, obras en la lengua lo­
Una escena de Cabiria de Giovanni Pastrone, cuya historia está parcial­ cal, el resultado solía ser bastante inteligible. Pero Burch no está describiendo
mente inspirada en Salammb8, está expresamente concebida como una escena un término medio. sino un horizonte ideal del cine mudo. hacia el que los auto­
de ópera. la de los niños lanzados, en sacrificio, a la boca del dios Moloch. 11­ res han tendido durante los años veinte .. sin hallar una solución definitiva. Y este
debrando Pizetti escribió para ella una partitura para canto solista y coro, que se horizonte ideal i,mplicaba también el hecho de hacer del filme una gran repr~­
puede cantar en sincronía con la proyección del filme. El resto de su partitura sentación, con una música especiaL cosa que. tal como \'eremos. puede abarcar
hace un uso sorprendente, absurdo en lo abstracto pero de resultado eficaz. de un sinfín de situaciones.
extractos arreglados sinfónícamente del Ofjeo de Gluck. especialmente del acto
de los infiernos, alternando con momentos diversos de música romántica.
Con lOdo, si se ha adaptado Carmen al cine tan a menudo en la época de l Músicas originales para filmes mudos
mudo (un film d'art de 1909 con Regina Beudel. una versión de Theda Bara y
otra de Geraldine Farrar ambas de 1915, una parodia de Chaplin -Carmen Actualmente, prestamos mucha atención a las músicas originales para fil­
ICannen, 1915), con Edna Purviance-, una versión de Lubitsch de 19] 8 con mes mudos, no tanto por su importanclaestadística (según Lothar Prox. no fi­
Pala Negri,. y un filme de Jacques Feyder de 1926 con Raquel Meller). no ha guraban más que en un uno porciemo de la producción global de filmes). sino
sido solamente por el aspecto musical de la obra o por el canto. sino también por porque constituyen una buena excepción. sistemáticamente valorizada en rela­
su heroínti, que cuadraba con el espíritu fatal. revoltoso e independiente de las ción con lo que sería la mala costumbre. la de la música de compilación. En rea­
estrellas de la:época, que encarnaban a mujeres activas, peligrosas y sensuales. lidad, Como nos permiten constatar numerosos trabaj~s y reconslrUcciones (que
y también por ·los innumerables recursos cinematográficos contenidos en un han desempeñado el incuestionable papel de divulgar a un público más amplio
buen número de estas obras. Por lo general. una ópera ofrece, en.relación con el repertorio del cine mudo en su diversidad), tal etiqueta es frecuentemente
una obra de teatro, mayor riqueza de situaciones, mayores posibilidades de es­ equívoca. Una partitura original como la de Giuseppe Becce para El gabinete
cenarios exteriores y escenas de efecto. Las intervenciones del coro, movimien­ tieJ'.doctor Caligari (Das Kabinen des Dr. Caligari, 1924); dírigidapofPaul
to de multitudes, escenarios salvajes y naturales, son poco habituales en el tea­ ·,::he,ni,es en más de unlugar un debilísimo pastiche de músicas románticas ca­
tro del siglo XIX, incluidos los melodramas. Sin embargo, en la ópera sí son ':::r-PC¡110c.ídas. ,En. comparación, los fragmentos de Gluck recortados por Piz.etti para
corrientes, por lo que será muy .utilizada en el cine mudo. por sus guiones y los tienen una .vitalidad diferente.
ingredientes que ofrece: escenarios históricos y exóticos, sensualidad, pasión, :{ájJl<1arrtenlte, los directores de entonc,es, como los de ahora, empezaron a
trama. y detalles pintorescos, en resumen, «lo que la gente pide», ~PI:vldild()S .entre la re~vindicación de una música original, que d~a valor a
Tal corno veremos en los ¿ap~tulos 7 y 8, la referencia queel.cine mudo hace de su obra, y la irresistible necesidad de incluirmúsicas.preexis­

a la música y a la ópera es aÍíil mucho más profunda, puesto que algunos de los Le,.itorrnat>an parte de sus propias fuentes de inspiración. Casos como ~l

mejores directores, desde Gancea Murnau; no sueñan más que en hacer del cine no pudo evitar solicitar a sus sucesivos compositores (a Nino

una ópera visuaL NoeI Burchescribe.(Du muet au parlant, pág. 51): «Con su ~~llpllesto, pero también, después de la muerte de éste, a Luis Bacalov,

partitura musical ininterrumpida, el cine mudo es una especíe de espectáculo lí­ -Gian-:Franco Plenizio) que incluyeran en algún lugar una alu­

rico, donde la voz figura a través de los gestos, y la palabra en tanto que grafía ~ºi''9. 111.d1reclta a la canción Buscando a Titine; casos como el de Ku­

[por los rótulos], Estos desplazamientos evocan precisamente a los de la ópera, mano del Danubio Azul y de Así habló Zaratrusta de Richard

60 UN SIGLO DE. COMPAÑERISMO 61


SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935)

Strauss,en 2001: una odisea delespacio (2001: A Space Odyssey, 1968), al original de Henri Rabaud, que comprendeesenc:ialmente·partes ,corales. Darius
principio como «músicas provisionales» para el montaje; casos corno éstos se Milhaud compone una partitura;.para VInhumaine (1925)~ un largometraje de
hallan aRticipados por Griffith quien, en 1914, para su filJIle-superproducción Marcel L'Herbieren~el que también colaboró Femand Léger.en los decorados.
(racista) sobre la guerra de Secesión, El nacimiento de una nación, desea una Prokofiev escribe en 1932 una partitura brillante (c.onocidasobre tocio por una
partitura original, escrita en principio por Carl Elin, para posteriormente aban­ suite de orquesta) ·para un filme sátírico de A. Feinzinuner sobre la burocracia,
donar laidea. En éolaboración con Joseph Carl Breil(que ya había trabajado Lieutenant Kijé. Shostakovich, en La nueva Babilonia (Novy Babilan), de Ka­
para una Isabel, reina ·de Inglaterra [La Reine Elizabeth. 1912] con Sara Ber­ zintzev y Trauberg (1929), evocación épica de la Comuna de París, cita La be­
nard), Griffith establece una compilación de piezas sinfónicas, donde las melo­ lla Helena y Orfeo en los infiernos para las escenas de la burguesía, así corno
días patrióticas nordistas y sudistas se codean con la inevitable «Cabalgada de una vieja canción francesa de Chaikovski. En fin. en los años veinte hay mu­
laS Valquirias». Griffith, uno de los pocos directores que voluntariamente se chos compositores de música «de concierto» que escriben para el cine, de una
pone manos a la obra respecto a la parte musical, escribió también un terna para manera tan Batural como siescribieran para un ballet. Sin embargo, es evidente
su melodrama La culpa ajena (Broken Blossoms, 1919), y cuando encargaba que las condiciones en lasque sus obras son ejecutadas no siempre les satisfa­
partituras originales, supervisaba de cerca su escritura. cen. Paralelamente, muchos filmes mudos de Lang, Murnau; Walsh y Eisens.:
Para Napoléón Abe1 Ganee, presentado en la ópera de París en una ver­ tein (El acorazado Potemkin [Bronenosets Potemkin, 1924]. con música deEd,.
,ión de tres horas y media en 1927, Arthur Honegger preparó una partitura ori­ mund MeÍsel) incorporan una «música original» que· sólo es ejecutada en
ginal combinada con extractos de repertorio sinfónico. Sin embargo. dado que público en circunstancias privilegiadas.
Gand~ no déjaba demodíficar el montaje de su Jilme hasta el úlrimo momento. Posteriormente, Darius Milhaud situará el problema: «(.Qué ocurría enton­
;:1 compositor se hartó de apañár sin cesar su partitura y abandonó. dejando su ces, cuando un compositor escribía una partitura original para un filme? Única­
batuta a.otro directoLSu contribución. no obstante. es fruto de sus propios te:.. mente las grandes salas podían tener una orquesta suí1cientemente importante
mas anteriores como por ejemplo el de La rueda (La roue. 19231. o bien cierta para ejecutarla; así que, en las ciudades pequeñas. el' filme se proyectaríacori
música escrita para un reportaje de actualidad. Volvemo~ ;i l)b~l:r\'ar aquí un una adaptación cualquiera y la partitura desaparecería» .. De ahí su opinión fa~
principio de reutilización muy familiar para aquellos que\ZonoCcn 1:.1' hi~toria de vorable acerca del cine sonoro, gracias al cual. dice, esta partitura «estará gra­
i:.lmúslca del barroco. bada para siempre y sonará en todaspartes al mismo tiempo que se proyecta el
Cuando recientemente se reeditó el fil me. concurrían Jos .p::mituras di ferel1­ filme» (Ro!!er Ieart, LaRévolutioll du parlallt me par la pressefran{:aise, pág5.
:cS: la de Carl Davis. especialista en la reconstrucciÓn o tr recre:.li;ión de músi­ 117-118). Lo que Milhaud no podía pre\'er es que esta superviventiadela mú­
-:as para filmesarniguos. quien realizó un mosaico de músic:l.\; clásiCas (Sblfo­ sica en el cuerpo del filme, solidaria con éL debería pagar una dura contrapar..:
!ira Heroica. cantos corsos~ etc.. asícomolma ópera de Paisiél1o. fayor1ra de rida: quedar fijada bajo una forma particular. no forzosamente ideal, tal como
.\apoieón)~ y la de Carmine Coppola. padre del célebre direcror-'prlJductor. había sido grabada, deuna vez para siempre. En algunos filmes. la músicasin-"
!cridre.mos la. ocasión de volver, en un capítulo posterior. ~obrela cuestión de . fónica está ~maravillosamente locada y tijada.En otros; el carácter aproximati- .
proyecrarcon música. para el público actual. filmes mudos. vo de la ejecución. de la· grabación y del equi librio general de sonidos fonna
Enios añosveinte~ lastentativasse multíplicaron: Y::len r919. Camille Er-: parte de la .idea o se integra por milagro en elespíritu general de la obra.ó tal
iangert!scribe unamúsica'para un filme tratado como libreto. SllprerifeÉpopée; vez se encuentra justificado por el tema. En muchas otras películas, como. por
Erik Satie '---(,}ue aparece en el tilme- escribe su célebre partitura para el cof.. ejemplo, en el cinefrancés, italiano yjaponés. la música noesmilizadaal má­
wme1:raje'de Réné Clair Erureacto(Entr' acte.1924). que de:spuéssetiapattedel xÍtn6 de sus posibilidades,'yaque no están al mismo ni\-el de realización técni­
ballet dePicabia Relc1ché. Panl Hindemith colabora en 1928 en el filme experi­ ca (íridependientemente de su escritura)que el resto de elementos.
mentalde Hans Richter Vormittagspuk. Florent Schmitt.en 1925. escribe un Sin embargo, .el cine mudo teníastispropiosproblemas.y soñaba conuna
\·asto.acompañamiento musical para una versión' muda de Salümmbá. acompa­ rnúsicaque no estuviera a merced de la explotación en sala. Antes que Milhaud.
flainienro del que después extraerá nada menos que tres 5uites de orquesta. Le Fernand Le Bome. iniciador de la experiencia pionera de El. asesinato del duque
rniradedes loups; de. RaymondBemard (1924). se beneficia de una creación de Guisa. donde habíaencargado unarIÍúsiCa original a Saint-Saéns, señalaba el
62 UN SIGLO DE CO~IPAÑERISMO
SUEÑOS Y REALIDADES {1895·1935¡ 63

problema en 1918: «Cometimos el error. en mi opinión, de no exigir a los cines ción, La música real daba vaJor, de hecho. por sus propias faltas, a la música
que alquilaban y compraban estos filmes. que ejecutaran nuestra, músicas que. .cuya evocación ideal, inmaterial, aparecía en pantalla ..Con esta paradoja. que
aunque habían sido grabadas, fueron. así abandonadas en el olvido." (Le Filme. en el fondo no lo es. quisiéramos concluir la evocación de este período.
citado en Musiqued:écra'.'l, pág. 34). En la misma línea. Michel-Maurice Levy.
llamado Bétove, recordaba otras contíngenciasmateriales: «No puede haber
una adaptación musical para el cine salvo para los filmes estrenad0~ en exclusi­
El cine mudo dio .. hasta en sus más sublimes ensayos como Amanecer (S un­
rise, 1927),insuperablemente dirigida por.Murnau. laílusiól1 -que no la reali.­
dad-'- de la pureza absoluta. ¿Por qué? Porque una obra maestra tan extraordi­
naria, sinfonía para los ojos y prodigioso juego de ritmos. suponía ella misma.
,

va. En los programas que cambian "semanalmente" el director de orquesta. que


no tiene sino un lapso .de tiempo ridículamente corto (un solo en5.2yo el viemes para su ejecución. la presencia de una múska de acompañamiento: buena o

,I

por la tarde) para ensayar la primera representación [sic} de la no.:he. no puede mala. que la sostuviera y que. de hecho. tenía la vemajadeser percibida como
componer modulaciones que encadenen tal pasaje de la sÍl~fml{a de César Frank no consustancial. a ella, aunque le fuera indispensable .. Es lD, sorprendente fór­
con tal otro pasaje de la Marche des Tilis. por lo que necesariamente deberá pa­ mula de una obra de arte que presupone, para su construcción. un elemento que
gar por arreglar la pieza». Sigue diciendo que. en ciertas condiciones. es posible al tiempo no se quiere admitir como parte integrante. y sobre el cual uno puede
una adaptación musical específica y de calidad. «Una música nue':;;;. necesita al­ manifestar su insatisfacción. La música del cine mudel alraía hacia sí. como un I

~
gunas tasas; pero pedir que se paguen en Francia. especialmente en la industria amante. el oprobio. Siempre se podía imaginar una música tan inte!!rada en el
cinematográfica. es pedir lo imposible» IOp. CÍl" págs. 37-38). filme que llegara a ser inseparable. Sin embargo. aunque es fácil sO....ñar. con el
Lévy cuenta la experiencia que le ha desengañado del tema: ·.:.Compuse .Ia tiempo los directores se dan cuenta de que la práctica es más difícil.
música de la cuarta parte del filme de Gance,la Di:rieme Symplzollú: (1918). Du­ Existe actualmente una cruel revancha por parte de la música contra el cine
rante varios meses estuve siguiendo la filmación y me inspiré en ella: pero la re­ mudo. EstamQs hablando de ciertas formas de filme-concieno· que son sobre
muneración de mis esfuerzos fue muy mediocre. Mi obra fue ejecutada en el es­ todo vehículos para la música de vanguardia. En estos conciertos, la música se
treno en condiciones deplorables. La empresa X. propietaria del filme, había apoya sobre el filme y a veces lo parasita.
decidido cortar escenas sin avisarme. con lo que la música ya no esoba en su lu­ La autosuficiencia del filme mudo sin música alguna es un hecho constata­
gar en absoluto. Además, siempre por economía. no hubo suficientes ensayos ble, Cualquier espectador puede, en efecto, experimentar una satisfacCÍón com­
de orquesta, y el resultado fue una bellísima cacofonía» (pág. 37). pleta y un gran deleite estético mirando un filme de Dreyerode Kirsanoff, en
Si citamos tan ampliamente este punto de vista. es debido a que la situación ausencia absoluta de intervención musical grabada o ejecutada en directo. El
en Francia continúa sufriendo, con frecuencia, de los mismos males, en este
campo: se lanzan ideas, desinteresándose de la calidad y exigencia de su reali­
zación. La gente es muy firme, basta la intransigencia, con las peticiones de
autor de estas líneas conserva un memorable recuerdo de una proyección com­
pletamente silenciosa (si exceptuamos los ruidos procedentes del público o de
los asientos), en la que le fue revelada la milagrosa obra de Murnau citada ante­
I

I
¡
principio, pero es indiferente con el resultado de la obra. riormente.Era el milagro de un silencio poblado de mil ruidos. de mil vibracio­
nesque emanaban de la imagen y se revelaban a quien simplemente les abriera
l?~ojos.
I

La música y el cine puro


.
~~f,Al mismo tiempo, es muy cómodo y estétiGamente demasiado fácil excusar l'
l'
,\~~:Amanecer y todo el cine mudo en general sólo fueron posibles, en su gran­
Como ya hemos sugerido, la música, en' el cine mudo, no se limita a su pre­ de arte popular, sobre la base de lo que convencionalmente llamaríamos
sencia ·«acústica»~ por así decirlo~bajo la pantalla y en la sala. La música se si­ . musical, que más bien sería una conducciÓn musical. La mú­
túa también en la propia pa.Jltalla, donde creadores como Muman. Eisenstein. como una especie de tutor, de puntal (como para las plantas) in­
Epstein o Gance intentan hacerla etÍtrar~ recreada, transformada en imágenes en aunque aparezca a ojos de algunos como. cada vez más inútil para
movirrúento. Y sin duda alguna, nunca estuvieron tan a punto de conseguirlo del cine.
como en esa época, al mismo tiempo en que bajo la pantalla se tocaba una mú­ .tipo de arte es éste, que tan fácilmente postula la pureza, el absoluto
sica más material, menos firme, menos <<ideal», condición paraeS14 transfonna- ofilUe.smrnlos trabajos del historiador Roiand Cosandey, la idea del cine
64 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
. SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 65

puro apareci6 tempranamente, en el espíritu de una época que intentaba aplicar


y su naturaleza), continuará siendo per~ibida como elemento separado y, al
esta noci6n a todas las artes), y al mismo tiempo debe apoyarse sobre un arte ya
tiempo, indispensable.
existente como si aún no le sostuvieran sus propias piernas ...
A partir del cine sonoro, la música conseguirá por fin poner un pie sobre el
De p;cho, una experiencia tan sencilla como la de realizar «filmes puros»,
suelo del filme y podrá incorporarse a su materiac{)ncreta, e:bsa. que no sucede­
sin música, raramente se intent6 hacer, como sabemos, por los artistas del cine
rá sin engendrar nuevas contradicciones. ..
absoluto, incluso en los años veinte, cuartdoexistía un público ferviente y asi­
duo para ello, a quienes no podemos tachar de timidez o de. falta de radicalidad,
lo que no les impedía recurrir con frecuencia y parad6j ic amente a las músicas
La invención del sincronocinematógrafo audiovisual
más conocidas. Lo absoluto del cine mudo reposa, pues, sobre una ilusión: su­
pone la presencia. el acompañamiento, el paras i taj e de un elemento exterior (la
Una pequeña preposici6ngriega de tres letras, syn (con, junto con), desem­
música) a la vez integrado. y no consustancial. que atrae hacia sí a la contin­
peña un gran papel en la historia del cine. En efecto, al principio la idea no .fue
gencia.
tanto hacer .hablar al cine sino más bien mejorar la coordinación música/ima­
Añadamos el hecho de que la música no está sola en este asunto. En efecto,
gen, y hacer que ambas cadenas estuvieran aún mejor sincronizadas, en interés
aparte de raros ejemplos de obras sin rótulos (como El último. de Mumau) el
de su unión y colaboración. así como conseguir más precisión y control en efec­
texto está igualmente presente en el cine mudo bajo una forma ostensiblemente
tos concretos. Hacia mediados de los años veinte se intensifican activamente las
distinta -la de los rótulos. los títulos de crédito--- como un elemento contin­
investigaciones que hasta entonces habían sido algo dispersas a la espera de la
gente y móvil, visiblemente aparte, que corta el continuo visual y, al mismo
proyección sincronizada (~~al mismo tiempo») de registros sonoros y visuales.
tiempo, permite soñar con lo que podría suprimirlos idealmente. El texto' y la
En la época. la radio está creciendo y empieza a emitir muchos programas
música. leídos yescuchados como elementos disociados del filme. estaban así
de música. c~encialmenteretransmisiones (con orquestas vinculadas alas emi­
aislados del cine al que eran indispensables. y preservaban el mito del cine puro.
soras radiofónicas, que tocaban en directo). así como recitales de canto. El me­
Esta disociación permitía igualmente la libre circulación de un filme en todos
dio radÍ6fóníco familiariza al oyente con la experiencia de escuchar a domici­
los países; ya que así se podía adaptar música y texto a los gustos. lenguas y tra­ lio, por Un3.lt;lvoZ. una músü:a suave y sentimentaL o dinámica y tensa; Los
diciones musicales. de diferentes naciones. Esta disociación preservaba la uni­ dramas radiofónicos.. puntuados por una música dramática a menudo o
versalidad (relativa) del cine. tal como vemos. por oposición,. en ciertas obras de
arreglada e5pecialmente para la obra (es en este campo donde empieza atraba­
vídeo; a.menudo destacables. deartistas como David Larcher oGianniToti, que
jar Bemard Herrmann). reemprenden la tradición del melodrama~ y proponen
hacen del texto un elemento consustancül1 delaimagen. y así introducen en ella una fórmula distinta al cine mudo: ya noes un continuo musical, sino una alter­
---considerable la división de Babel. nancia dep:liabra y música (una palabra por altavoz. efectivamente oída. y no
A partir del cine sonoro. que debería ser más biendenominado cine con so:­
sobreentendida a partir de rótulose imágenes). No es de extrañar, pues. que en
nid02rabado..,sincronizado. el texto toma la forma de . un diálogo y la música el cine, el mismo oyente pueda sentirse amiído pór la perspectiva de oír una
pasa ; ser la mayoría de casos-inseparable del filme. Tal como hemos buena orquesta retransmitida y voces amplificadas.
visto. la música bien podría no ser inseparable del filme. permitiendo por tanto
Conscientemente. lo que se inventó no fue la idea de la sincronización
un doblaje paralelo al practicado con las Yoces. Sin embargo. losefectosdela . sonidolimagen (que se remontaba. como hemosvisto,al kinet6fono de Edison
incorporación áltTlme de ambos elementos, hastaenronces oponunamente de.:.
y otros apar.:ltos semej antes). sino .que ~e crearon nuevos dispositivos mejora:­
jadosaparte. han resultado diferentes: la voz. que al principio era percibida dos. como el $onido sobre soporte óptico montable, que permitían asegurar esa
como una intrusión naturalista. un injeno..ha sido definitívamente adoptada, sincronización de manera absolu'tay con una mayor duración asociándola. por
hasta el punto de convenirse en algo inaudible. escotomizado. simple vehículo el milagro de la amplifiéación eléctrica. a una mejorcalidad y potencia de res­
del texto. de la interpretación del actor. de la emoción.' Hemos intentado retle­ titución de150nido: No se trataba aún de cine hablado; era simplemente el dis­
jarestos efectos en nuestro ensayo sobre La voix aucinéma;Como.contraparti­ positivo técnico que rápidamente ibaa hacer posible elcine hablado. peroque.
da. la mtísiéa; por razones culturales evidentes (el propiotérminodeJa música en la inmediatez. fue considerado como un instrumento de mejora del cine en
l

66 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO ··SUEÑOS y REAUDADES (1895-1935) 67

su estadio de evolución, es decir, mudo con acompañamiento musical. Se tra­ no siempre se ajustará a la .:verdad-, sino también cine de velocidad estabiliza­
taba además de racionalizar económicamente la música, reemplazando las or­ da y de sonido grabado amplificadosinctonizado,en suma, un «srncrono-cine­
questas «de carne y hueso», de calidad variable y de precio elevados, por una - matógrafo audiovisual»; Es de este modo, en todpcaso, como proponemos de­
úniCa música grabada para todas las copias del filme, una música solidaria con finir' este cine,·en el controvertido debate bisfórioosobre la:cuestiónde lo que
éste, que seguía estreéhamente a su montaje: Esta fórmula no sólo 'llenaba las ocurrió entre 1926-1927, tnásde-treínta añosdespúés de!" nacimiento simbólico
expectativas de los responsables financieros, sino también las de muchos artis­ del cine.
tas del cine. A partir de ahí, lo que transmitamos mediante este síncrono-cinematógrafo
Basta decir que este carácter indirecto de la revolución del cine hablado audiovisual es un problema distinto. El hecho es que, al principio. el cine sono­
-dado que diez años después este medio seria puesto al servicio del diálogo-­ ro fue concebido y utilizado,en la Warner Bros, como medio para difundir el
se ha convertido hoy en día en una especie de tema de discusión y Controversia filme con su música: una música que ya no era contingente, variando según las
histórica. como el misterio de la' máscara de hierro. Algunos de los que se ad­ salas, medios locales. y momentos. sino solidaria con el filme. sincronizada y
hieren al término convencional «cine hablado», llegan a decir finalmente que no grabada. Como tal, la música ha permanecido indisolublemente ligada al filme
hay ninguna razón para ver en ello una revolución o una ruptura ... en la mayoría de los casos, aunque hoy en día se dibujen ciertas tendencias. no.
Por nuestra parte, mantenemos que en efecto hubo una revolución en 1926­ negligibles. que tienden a recrear una forma de espectáculo cinematográfico
1927. pero. como suele ocurrir, sus resultados no fueron en la dirección en que con música en vivo.
se esperaba oién elcampo previsto. En nuestra opinión, la resolución se con­ A la larga, la música ha visto comu su papel en los filmes se iba redefinien­
creta. al principio. no enla palabra, sino en el fenómeno del sonido grabado .. do; no sólo porque ahora la música estaba presente en el mme bajo una forma
amplificado y sincronizado de larga duración. cosa que de golpe obliga al cine concreta y grabada (hecho que a menudo no es tenido en cuenta por la mayoría
a esTabilizar la. velocidad de grabación' y de lectura de sus imágenes. permi­ de obras sobre la música en el cine. frecuentemente demasiado ceñidas a la par­
riendo que este arte cinematográfico (que fija el movimiento, se convierta en titura y a las notas tocadas y no~uficienremente a la n:uuraleza concreta y fija
ane «cronográfico» (que fija e,1 tiempo). Hasta este momento. tal como sabe· del sonido musical), sino también porque la música tenía que renegociar su lu,.
mos~ la velocidad no había sido normalizada y podía fluctuar sensib lemente en­ gar entre los diálogos yruidos que desde entonces se podían escuchar realmen­
tre la filmación y la proyección, en un margen relativo que el sonido no permi'­ te. Esto creó nuevos problemas y nuevas respuestas.
tía conservar. ya que para el sonido cualquier variación de velocidad Se traducía A grandes rasgos; en el nueyocine sonoro. o bien se circunscribía la audi­
no simplemenre en un cambio. de ritmo (como en la imagen 1. sino también en ción de música a secuencias que la justiticasen mediante un elemento concreto
una variación de afinación. El sonido obligó a fabricar las primeras mesas de de la acción o.del decorado (un fonógrafo. una radio. una pianola, c.antantes.
montaje motorizadás. El cine mudo montaba movimientos y rirmos.pero no va­ instrumentistas), o bien los autores se esforzaban en inspüarse en formas de tea­
lores temporales absolutos. Como hemos intentado demostrar en La audiol'i­ tro como la operda, Ja ópera cómica. trasladándolas aun espacio y un tiempo
sión;ésta es la única razón por fa que un Tarkovski mudo no hubiera sido con­ propiamente cinematográfIcos. como intentaron Rouben Mamoulían,. René
~ebible (por citar a un artista que ha definido y sobre todo prncticado el cine Clair, Ernst Lubitsch, G.W. PabSL.Con bastante rapidez. la coexistencia ~y
como ane de <~esculpiren el tiempo»). Lo mismole ocurriría. en nuestraopi­ no sólolaalternancia-'-de la música y del diálogo encontrará su lenguaje. sus
nión. a un Bergman: en su trabajo; ciertos efectos de montaje. de interpretación formas, su equilibrio ...
de los actores yde movimientos de cámara sólo tienen sentido:,i se efectúan con Retomemos algunas etapas de esta mutación tan imprevisible y compleja.
un ritmo y una duración precisos. remitiendo, para el conocimiento de su aspecto puramenretécnico. a los traba­
Denominemos. pues, al cine inaugurado en 1926. yqueconrinúa hoy bajo el jos citados en la bibliografía.
rnismoprincipio. no sólo «cine sonoro» (apelativo que algunos rebaten. dicien­ El americano Lee DeForrest e:>. con el danésPoulsen; uIloionero de esta
do. no sin razones, que el cine anterior ya era sonoro. por la presencia de músi­ historia, por lainvencióndelsisrema soulld onfilme. Por opo~íL'i6nal sóund
ca tocada durante ]asproyecciones~ incluso ruidos y comentarios en muchos ca­ vn disc (sonido sobredisco.adaptadópor 10sprimeroslargomerrajes sonoros
sos). no solamente «cine hablado» ~xpresión que aún no se le aplicaba. y que , Warner y abandonadO rápidamenrc. por sus incomodidadesLes.re sistema al­
UN SIGLO DE COMPA~ERISMO SUEÑOS '{ REALIDADES (I895·19~5) 69

macena el sonido sobre una banda perforada. cosa que permite fácilmente su rijo mis felicitaciones· y encomios más sinceros a laWarner Brothers. a quien
montaie . debemos todo esto: el principio de una nueva era dela música y.del cine»:
. . E~ 1924. unod~ los primerosfilmesquesin,cronizaron el sonido óptico so­ .<<.4 neu- era in musie alld I1wtiol1 picTlires>;:el discur"o de Haystoca. como
brefilme con la película, lanza al estrellato al bajo de la M~rroRolit,an Opera vemos, dos campos diferentes. Se trara de la música de, «acorripañamiento» de
Leon Rorhier.que canta magistralmen~e La Marsellesa. WiUiam,Fox emplea las películas y de la música en sí misma. como objeto cultural. El cine tiene ne­
~tratécnicade sD/.l1ld onfilme. el sistema Fox-Case. Con este sistema serágra­ cesidad de la música para presentar sus filmes. para darles valor. para darles or­
bada en 1927 la .música de la película El precio de la gloria (What Price namento. pero al mismo tiempo el cine también puede ser un vehículo cultural.
uiory?!. un ornamento para la «buena música».
Visto desde este l",do, tal defensa de la buena música clásicano era desinte­
resada: había que ganar para el cine al público burgués y distinguido. reticente
El vilapholle y la música aún ante unaforma de espectáculo que a menudo se asimilaba a la astracanada.
a una diversión vulgar y malsana.
El número del 17 de octubre de 1926. de V(lrieTy. revista de1 s/¡()\\-lmsiness El sisrema Vitaphone se basaba en la :.tmplificación eléctrica. un sonido gra­
J,mericano (se sigue .publicando ),consagra toda su primera páfina a saludar al bado en discos. leídos por aparatos electrónicamente sincronizados con la cá­
.~ "íraphOlle(marca registrada). ¿Qué es,el Vitaphone? Es al mi,smo tiempo un mara de rodaje o con el proyector. Hasta 193 L la Warnerrealiza fiimes con este
~istema de rodaje y de proyección que permite ensamblar y sincronizar estre­ sistema, hasta que se generaliza el sonido óptico, más práctico. especialmente
.:hamenteel sonido yla imagen, y después puede reproducirlos con la misma para el montaje.
sincronía; en salas equipadas.ad hoc. Pero el sonido y la imagen ¿de qué? Aun­ Ciertamente; laformade este discurso inaugural de Hays.sobre elcual vale
Jue el nombre del invento no lo especifica. los pri meros ensayos de cine sono­ la pena detenemos, es perfectamente similar a lo que será en adelante un dis­
r~,reve lan claramente que no se trata de reproducir diálogos hablados, sino curso filmado o retransmitido, de los miles y miles que se grabarán a partir de
música (canto acompañado de fragmentos instrumentales, en algunos casos entonces, .Sin embargo, son precisamente las pequeñas diferencias en la rela­
.:on determinados efectos sonoros). El primer largometraje sonoro nO es en ab­ ción entre elorador Y' la c.ámara las que nos enseñan cómo era percibido en la
s.oluto un filme «mudo», tal eomo se dice actualmente, sino un filme cuya mú­ época el sonido de la voz amplificada y sincronizada con. la imagenfihnada, y
sica está grabada: una adaptación de Don Juan (Don Juan, 1925) dirigida por por qué razón el salto directo al cine dialogado no era evidente en el caso del fil­
Alan Crosland. protagonizada por un· actor legendario del momento, John me narrativo, tal como se había ido formando. Por tanto, se entiende la razón
Barrymore. Enla mayor parte del filme figura una composición musical reali­ por la que el cine mudo con música sinfónica grabada tenía aún, en apariencia,
zada por William Axt, grabada por un conjunto circunstanciaL la «Vitaphone un gran futuro.
Symphonic Orchestfa»; En efecto, Hays dirige un discurso grabado al público, pero en lugar de di­
El programa. de demostración del nuevo Vitaphone comprende también, rigirse a la cámara y de hacer de ella el foco de su discurso, como se haría ac­
aparte de este filme,~ algunos cortometrajes musicales: solos instrumentales, tualmente'Y como Chaplin hará doce-años' más wde,en El -gran dictador'(The
arias y conjuntos de ópera interpretados por grandes artistas del heZ canto del GreatDictator, 1941), Hays se dirige al conjunto de la sala que va a contem­
momento, así como una alocución filmada (sonido e imagen registrados en sin­ , plarle, como si el público estuviera presente y. como si él estuviera ante ese pú­
cronía) .pronunciarul por el presidente de la Motion Picture Producers and Dis­ :-··':blico. Para rep{esentar esta situación, Hays vuelve la cabeza hacia diferentes di­
tributors of America. William H. Hays, que dec1aJOa: .«En la presentación de fil­ recc::iOIles, y dirige los gestos de sus manos, acompañando al discurso, hacia la
mes, la música desempeña un papel inapreciable. El fume desempeña un papel ......J.'..."'lla. el centro y la ízquierda de esta sala virtual. En suma, Hays, aunque gra­

de primer orden en el desarrollo .de un gusto nacional por la buena música [a , juega la carta de la «retransmisión» del tiempo real, y de la simulación de
most important factor in the development of a national apprecíation ol good uDélllrese:nci'la en directo. El investigador RickAltman formula una solución lu­
music]. Este servicio será, a partir de ahora, difundido por Vitaphone, que apor­ a esta opción, demostrando que, desde bastantes puntos de vista, el cine
tará el sonido de la orquesta sinfónica hasta los lugares más recónditos. [...] Di- (al que nosotros denominábamos antes «síncrono-cinematógrafo audio­
70 UN SIGLO DE COMPAÑER1S~O , SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 71

visual») podría ser considerado, vivido y teorizado en la época como unadifu..,... sueños de nuestros músicos actores. Unos ojos . que evidentemente habían
sión. un broadcast como dicen los americanos y no como la representación de aprendido a utilizar ante la cámara de la'misma manera,quehabían aprendido a
una obra. toéar con su instrUmento.
En este" sentido, podría explicarse el hecho de que los códigos narrativos del El público de 1926 celebró, como ,tracafÍnal de est~ .presentación, la pro­
largometraje mudo, adaptados a la creación de un espacio -tiempo específico, yeccton de ariaS oe ópera: filmadas y grabadas en estudio;especialmente los nú­
análogo en ciertos aspectos. al· espacio-- tiempo literario y novelesco, no hayan meros del tenor Martinelli, que suscitó ovaciones con arias de Il Trovatore y
podido ser directa e inmediatamente transcritos al sonido real, según una con­ Aida, y especialmente con Vestila Giubba (<<¡Ríe, pues, payaso!»), fragmento
cepción en la que los diálogos oídos vendrían a sustituir, con toda naturalidad, de la ópera de Leoncavallo, donde le vemos'con traje de época, cantando como
a los diálogos sobreentendidos, haciendo que la puntuación de rótulos perdiera en un escenario de ópera. La soprano Marion Talley obtendrá menos éxito con
su utilidad. El diálogo oído, especialmente asociado a una imagen, debía pro­ el aria Caro nome de Rigoletto de Verdi, cosa que se atribuyó a que el sistema
ducir una cautivadora sensación de directo, de inmediatez, de presencia. Algu­ de grabación no favorecía demasiado a su registro agudo, opinión que téndrá
nos· de· los. primeros· filmes de mediometraje· de ficción. totalmente sonoros, continuidad en el cine sonoro. Éste dará, en efecto, un papel relevante a los te­
como Lights ofNew York. o en Francia Les Trois Masques (1929), «melodrama nores, y más raramente a las sopranos. especialmente a las sopranos agudas, 'por
corso» dirigido por André Hugon, proporcionan un efecto de obra de. teatro fil­ razones que probablemente no son sólo técnicas, a pesar de que encontramos a
mada.no sólo porque se desarrollan en lugares cerrados análogos a decorados algunas estrellas cantantes como Katryn Grayson, Judy Garland, Liza Minnelli
de teatro, sino también porque nos parece asistir a la difusión en diferido de una o Barbra Streisand.El carácter extremo, absoluto, de la voz femenina cantada.
representación endirecro. en «tiemporeal». a unaretransmÍsión más que a una en sus mejores momentos, ¿no peligraba al ser expuesta a la lupa ampliadora del,
recreación. Así se explica también que en estas «retransmisiones», la música micrófono?
haya necesitado cierto tiempo para encontrar su lugar. De· hecho. para esta aria de Marion Talley se había querido efectuar un do~
El programa presentado por Will Hays incluía principalmente música o can­ ble efecto de montaje sonoro y visuaL ausente en las otras «arias filmadas». Tal
ro dásicofilmados: el violinista MischaElmaO'tocando, acompañado porJo­ como nos recuerda RíchardKoszarski. «las pantallas de hoy en día están perto­
sephB'onine.laHumóresqlle de Dvorak y una Gavota de Zim­ radas para colocar los altavoces detrás de la imagen, cosa que no· sucedía en
balisty HaroM Bauer interpretando un fragmento de la SonataKreutzer, etc. La 1926. En la proyección del filme Don Juan (Don Juan, 1925), los altavoces es­
única concesión ala música o más precisamente a 10 que llamaríamos taban colocados en el foso de la orquesta. y puede que también a los lados, de la
música pintoresca. es un solo de guitarrahawaiana y de ukelele.tocado por un pantalla. ~\'larionTalley, en el aria Caro Nome de Rigoletto. aparecía ahora,en
hombrecillo llamado Roy Smeck. Sentado sobre un banco.con·un decorado de plano general. ahora en primer plano: los críticos se sorprendieron de que este
pueblecito. reconstruido en estudio. Smeck aparece en un planó general fijo y «movimiento» de la fuente aparente del sonido estuviera acompañado de un
rasguea con aplicación sus instrumentos. sin ~xpresiónalgl1na en su rostro, con­ cambio de \'olumen de la voz. La crítica de Varietyopinóque. en primer p1aIlo.
cemrado:Es--un anuncio de uno de lbs.ptoblemasqueenconi'rarú'latilmaciórt:de «síí'v'üi' sonaba como alejada deella~ hacia un lado o hacia atrás». Para Richard
la música clásica: la inexpresividad convencional del instrumentista. Watt Jr,. «había momentos en que ~l sonido parecía provenir no deja boca de
Pm;a nosotros. acostumbrados hoya \'er. en la mayoría decasos,cómoel MissTalley. sino de un punto situado detrás de eHa. La posición de losaltavo­
montaje de imágenes calca. más.o·menos con acierto, su velocidad sobre el rit­ 'ces nO cambiaba. 'pero los críticos no habían aprendido a tene-r en cuenta este he­
mO y tiempo de la música~ hay de cómico en ese contraste entre la veloci­ chó en su experiencia del cine sonoro» (The Dawn ofSound. pág. 20).
dad de lainterpreración musical y el carácter estático de la image-n: acentuado Esta óbservación es verdaderamente apasionante,ydetenninante. POf.una
por la utilízación del plano general. Cuando algunos afios mas tarde; en 10sfi1­ parte.'prueba que el espectador planteaba problemas de «punto de escu­
mes de los hem1aDos Ma.n;..unacámara relativamente estáticafilme a Chico cha» (désdedónde se,escuéha sonido} y de la coordinación de éste con el
¡"Iarx tocando el piano. o a Hti.rpo en una pieza,de arpa, el cuadro máscorto so­ «punto· de YÍsta>~, de la cámara. Otra parte,· pone· de relieve el proceso de
bre el intérprete pondrá más de relieve· ddemento dinámico móvil de la ima..: imantación espacial. fenómeno mental que hace que local,icemos la fuente del
gen~ lasmanos ylos brazos. yen especial. importante punto de vista. los ojos ri­ sonidoendpunto aparente de su procedencia .(desdedónde lo vemos venir).
..,.., SUEÑOS Y REALIDADES (1~9:'-1935l
.1_ UN SIGLO DE COMPAÑERISMO

phen Zaineinck, Su arreglo para orquesta continuó siendo aún interpretado en


más que desde el lugar desde donde realmente lo oímos. En efecto. los críticos
directo en las .salas (que seguían manteniendo su propia orquesta).
no parecían sorprenderse de que la ,"oz no proviniera de detrás de la pantalla; la
mientras que}a Paramount. productora del filme, no registró, para elcopyrighI.
fuente real del sonido \en el espacio real de la sala y.no en el espacio ficticio de
la imagen) no les llamaba la atención 'más que cuando existía uria, ruptura de la más que una reducción para. piano.
,De hecho. esta panitura de 181 secciones es una compilación de títulos
continuidad espacial en-lapresenciade la música, dicho de otro modo, cuando
el sonido saltaba de un lugar a otro, " (marchas de John Philip Sousa, fragmentos del Sueñode U1la noche de verano.
de obras de. Chaikovski, Rachmaninov, Gounod, Lalo.. Verdi o de. canciones
Actualmente. 'constatamos que.dado que la mÚsica está inte2radáen el fil~
francesas)' americanas),combinada con algunos temas originales, algunOs
me. trátese de «música de pantalla» (ligada a la acción) o bien de «música de
10ndo» (no ligada a la acción). intentamos darle técnicamente. exceptoenmo­ moti v para personajes p~ncipales. junto con un love rheme.
En abril de 1927, la compañía Fox lanza las Fox Mo\'iume NeVo's, noticiarios
mentoscuidadosamente escogidos. una presencia constante, ,sin una, ruptura
de actualidad sonoros, musicales en su mayor parte, ya que. eran filmados con
brutal de localización sonota.
El cirado programa~ de gran interés paranosotros, ofrecía otra novedad al poco sonido sincronizado. El peso y el alto consumo eléctrico de los. aparatos de
grabación sonora óptica, hasta los años cincuenta, impedirán captar fácilmente
presentar el primer fragmento orquestal filmado deJa historia del cine. la ober­
el sonido en exteriores. a menos de disponer de un camión especialmente equi­
tura Tamzhduser tocada por los 107 músicos de la orquesta. filarmónica de
pado y de poder conectar con una fuente elé.ctrica o bien enchufarlo aun grupo
'i\ ueva York. dirigida por Henry Hadley: en él ya se observaban. cortando pla­
electrógeno. Estas condiciones eran poco propicias a la hora oe captar la actua­
nosgenérales de la orquesta. planos cercanos de grupos de instrumentos. cosa
lidad en directo. aun cuando hacía mucho tiempo que existían las cámaras autó­
qu'e ciertos críticos entendieron como efecto pedagógico. que servía para vi­
nomas portátiles. Por. esta razón. durante bastantes años. los nO[Íciarios~ casi
sualizarlos instrumentos. Para obtener este efecto sin tener que interrumpir la
siempre mudos. necesitarán una sonorización a posteriori. abase de sonidos de
filmación y la ejecución. habían utilizado un sistema de filmación con varias
sonoteca lespecialmente para las nmicias de guerra) y se p¡;oyectaránhabitual­
cámaras simultáneas. sistema análogo a las actuales grabaciones televisi vas.
mente con un acompañamiento musical y orquestal «expresivo». Latelevisión
que iba a conocer un cierto éxito en los inicios del cine sonoro. incltiidoel
, conservará. mucho úempo este principio para los temas de actualidad, incluso
cine-teatro filmado. por razones prácticas evidentes: permitía variar los án2u­
los de toma sin obligar a practicar un complejo montaje de sonido, por ent~n­ después de que se inventaran lo~magnetófonos portátiles que permitirán grabar
ces bastante difícil. el sonido en cualquier lugar y circunstancia. .
Como prueba suplementaria del hecho de que la música difundida en pú­
blico por altavoces conocería, gracias a la amplificación eléctrica, una calidad
sonora convincente; citaremos que este programa incluía, en el entreacto, la Otra conciencia de la sala de cine
difusión sin imagen de la obenura de Mignon de Ambtoise Thomas, El críti­
No es por azar que el primer largometraje sonoro sincronizado, Don Juan.
co de The Etude, en relación al conjunto del programa, de'stacaba, más qúe la
sincronizaCión constante entre sonidó e imagen, el hecho de que «la: música . '~-3;bor-de ·untema particularmente ,explotadQ, PQC 1::t. 9pera. J,tS\l~i'io ha,bíasido
presentar verdaderas óperas filmadas completas, pero ante la dificultad que re­
[ya no fuera] un pequeño y frágil hilo de' sonido, sino que poséía la: plenitud
presentaba una empresa tan gigantesca, los autores se ceñían a fragmentos de
del original [the full yolume]. de una manera apenas creíble»~ Oír una orques­
ta al completo, con Un volumen bastarite fuerte, ctmstituía" una experienfia
ópera, dado que no existía seguridad de obtener uná acogida del público que
:rentabilizara la inversión. Los fragmentos de ópera filmados (como el cuarte­
nueva. "
:de;Rigoletto) tenían la ventaja de poderse combinar con cosas más ligeras
A partir' de este acontetimiento.Fox añadió un acompañamient6musical
pregrabadoa varios filmes mudos. AÍas (Wings, 1927) de William WeUmann, en"programas variados. Así, en muchas salas, empezaron a reemplazar las
historia de la amistad. comprometida por una rivalida:d amOrosa, de dos pilotos «atracciones musicales» del principio de las sesiones,'realizadas hasta enton­
durante la guerra de 1914. rodada sin sonido; fue proyectada con una pista so­ ces por intérpretes en persona, por cortometrajes Vitaphone, que. ofrecían los
nora que incluía efectos de 'sonido además de música compuesta por John Ste- mismos ingredientes espectaculares -danzas, canciones, números de circo-,
74 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOSY REALIDADES (1895-1935) 75

bajo una nueva y espectacular fonna, a menudo más barata, porque estaba gra­ La música subyugada
bada. La idea del cortometraje permitía. adaptar el programa a los supuestos
gustos del público, según las salas y según las ciudades. Así lo precisa el his­ Hay algunos testimonios valiosos de compositores que dan un punto de vis­
toriador Charles Wolfe: «Contrariamente a los grandes filmes que se estrena­ ta «profesional» sobre las grabaciones de l~ época, como elde Dariu$ Milhaud,
ban con mucha publicidad y después conocían una carrera sagazmente orques­ en La Revue du cinéma, del 15 de noviembre de 1929:' ,
tada que les llevaba del riguroso estreno exclusivo hasta la explotación de «En 1927~ yo había escuchado el Vitaphone en NuevaYork.[ ... ] en un filme
barrio, los cortometrajes Vitaphone eran tratados no tanto como acontecimien­ de Sidney Chaplin extremadamente largo, La adaptación sinfónica, tocada por
toscinematográficos, sino más bien como un repertorio comercial de perfor­ la orquesta filarmónica, inundaba los oídos con un sonido espeso,. un poco con­
manees musicales grabadas -grabaciones fonográficas con acompañamiento fuso, especie de neblina sonora llena de excelentes intenciones, pero que te de:­
visual- que podían proyectarse y gustar de modo pennanente» (The Dawn of jaba confuso y turbado. Después. como demostración, se oía una pieza de jaz::.
Sound, pág. 38). un cantante acompañado al piano. un vuelo de gaviotas con sus chillidos, el es­
En estos filmes. cuando se trata de orquestas filmadas, los intérpretes y los truendo de un motor de avión, un cuarteto de cuerdas. A esto le siguió una es­
directores de orquesta mimetizan la presencia de un público reaL en el mismo pecie de alivio, respirábamos mejor [... ]. El error habí~ sido querer utilizar. una
espíritu que el discurso de Hays: vemos, por ejemplo. al principio y al final de gran orquesta.»
varios de estos filmes. cómo el director de orquesta seínclina hacia diferentes Milhaud, como la mayor parte de compositores y técnicos de la época. ad­
lados y no sólo hacia la cámara orientada frontalmente, como si se encontrara miteaquí que la escritura de una partitura destinada a ser grabada exigía una
delante de una sala real. en la que tendría lugar la proyección del filme. Para aplicación de criterios de orquestación diferentes. criterios que. intentQ aplicar
nosotros se produce una contradicción particularmente sorprendente y cómi­ cuando él mismo se estrenó en la música de cine. Para un filme de Cavalcanti.
ca entre el espacio llamado «profílmico~> (mostrado porla cámara) y el espa­ La Perite Lili, Milhaud precisó que había «utilizado una técnicadeorquesta es­
cio eilque se encuentra el público de la sala de cine, cuando el director es fi!,.. pecialmente adaptada a las actuales exigencias del micrófono (supresión del
mado .?esde diferentes ejes cara y de ládo-:- por diferentes cámaras oboe que se oía mal. uso moderado de la tlauta. a menudo débil, así cOIllo de
filmandO simultáneamente. Así. en ::1 caso de la ejecución de una obertura. timbales y percusión)>>. En su opinión. tales limitaciones serían pronto supera­
HeITÍlann Heler es mosrradoen plano general inclinándose hacia el público. das con el progreso del micrófono. pero deplora que la firma alem:anaTobis.
de espaldas a la orquesta. Después se gira hacia otra cámara. que le torna de donde él trabaja~ que fue píonera.en Europa en eLdesarroIlodelcínesonoro. no
costado y de máscerc;.¡. y allí se inclinade nuevo tres veces. hacia la izquier­ t!!nga un sistema de sincronización racionalizado~ obligando al director de or­
da, la derecha y el centro (~como si lacámararepresentara a otro auditorio,al questa a grabar cierto número de «tomas» de la misma secuenciacondifereme
que habría que prestar atención en varios frentes diferentes» (Charles Wolfe. tempo.para poder elegir después la. buena. Más tarde .. diversos sistemas~ como
op cit.. pág~ 38). el que consiste endirigirla partitura delante de una pantalla dondl; el filme mon­
Dado que este tipo de convención yue-ate-riCÍ:oñ-ar pÚblícolraoia-sido-aban­ rado se proyecta por fragmentos, aportarán una solución a este.pro.blema. FinaJ­
donada desde hacía mucho tiempo en los espectáculos de cine mudo. parece ser mente. Mtlhaud se maravilla ante la posibilidad de que en el montaje se pueda
que la difusión de una música emitida no por instrumentistas presentes en 'la sustityir una· nota falsa por otra correcta. aislada en otra grabación, posibilidad
sala y situablesgeográficamente. sinoPQf altavoces que expandían el sonido, nueva por entonces. Desgraciadamente. la mala calidad. «deplorable, ~bstruida.
creó. durante un tiempo. otra conciencia de la sala de cine, a falta de.un sopor­ sorda» de la difusión en sala y el hecho de que no existiera «ningún tipo de ga­
tevísual de imantación espacial. rantía sobre la calidad de emisión» continúan siendo un punto .desfavorabk
. No será la: primera VeZ nfla última qúe la músicatecreeun nuevo lUgar; el En lo lOCantea los directores. muchos se felicitan. evidentemente, de poder
sonido ~<dolby» de los primeros t1lmes de raek en los sesenta y los setenta, creó controlar el elemento musical, que se escapaba.. incorporándolo_.al filme. Algu­
exactamente la núsma sensación. nos,.como Jean Renoir. aprovechan para usar el mínimodemúsica~ y siempre
justificada. FrankCapracuenta en sus memorias que «ahora podíamos poner
nuestra propia música en la banda sonora del filme. en lugar de ser tÍibutarios
76 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES i 1895-193.:' 77

de las motivaciones musicales muy personales de t~1 o cual organista excéntri­ o mediometrajes inCluían alguno:, frJgmentos, pero este caso fue determinante.
co. o pianjsta de cabaret» (Holl.nrood SIOry. pág. 153). Asistimos. a panirde entonces,;; unperíodo compl~jo y pletórico. donde bajo
el nombre de cine hablado, cantad,) o sonoro -jamás se llamaba cine musical
ya que el cine ya era musical de JX1[ sÍ- se propusieron fórnlUlas de lo más ex­
El fUme que inclinÓ la balanza traño y dispar.
Durante un cieno riempo, cuando hablamos de que un filme es tan sólo so­
Cienamente. durante losañas que siguieron a la primera proyección, las noro, esta fórmula ambigua sobrentenderá implícitamente el hecho de incluir no
produccionesVitaphone continuaron dando un lugar preponderante al cantofil­ diálogos hablados sino unacompJ.fiamiento musical continuo (aunque consti­
mado, realizando el sueño narrado en la novela de JulioVerne. El castillo de los tuido por secuencias diferentes en.:adenadas, en el espíritu del cine mudo) gra­
Cárpatos, bado y sincronizado con la imagen. junto con algunos efectos sonoros concre­
No es de extrañar que fuera alrededor de un cantante popular de la época, tos. Algunos filmes realizados de:,pués del triunfo del «sonoro», propiamente
Al Jolson, que se construyera el primer largometraje calificado -más o me­ dicho, siguieron fieles a esta estén':J -Tabu (Tabu, 1931) de Murnau-. que Se
nos apropiadamente- de «hablado». D cantor de jaz::.. cuyo éxito iba a deci­ prolonga, graclas a la obstinación de Chaplin, hasta 1936. con Tiemposrrtoder­
dir la continuídaddel género. Lo extraño de este filme --que cuenta la histo­ nos (Modern Times). Incluso pod::mos decir que un filme tan célebre como Ale­
. ria del hijo de un chantre de sinagoga. que insiste, contra la voluntad de su xander Nevski (Alexandr Nevskí . Je 1938, es el.continuador de este espíritu. al
padre rabino, en ser cantante de ja::.::. (;) veces con un maquillaje de minstrel ne­ menos en buena parte de sus secuencias, formadas por imágenes mudas (es de­
gro)-, reside. para el espectador contemporáneo. en el hecho de alternar la cir,desprovistas de ruidos y de pJJabras) montadas con música instrumental o
fórmula del cine mudo (diálogos resumidos por rótulos y música de acompa­ coral compuesta de fragmentos diferentes.
ñamiento, en este caso sinfónica y grabada) con cierto número de canciones o Lo que de hecho nos sorprende hoy, en estos filmes donde la música es
cantos relicrÍosos sincronizados. audibles e integrados en la acción. La única ininterrumpida y especialmente en El cantor de Jaz~. es su vertiente secuen­
secuencia ~ablada está formada por un monól;go de Jackie Rabinowitz (Al cial: en efecto, la música no se presenta como unflujo homogéneo y constan­
Jolson) dirigido a su madre, prometiéndole que cuando sea famoso y rico, la .te, sino como llnaserie de fragmentos distjntos y contrastados en ia expresión
mantendrá y cubrirá de regalos ... Parece ser que el público fue particularmen­ y el tempo. Cabe señalar que 1~~ respo~sables de .esta? partitur.as erandirec­
te tocado por un momento elevadamentesimbólico, situado poco después, en· tores musicales como William A'{[ y Hugo Rjesenfeld, que habían trabajado
el que el padre del protagonista interrumpe con un stop proferido con firmeza . para filmes mudos, haciendo arreglos mllsicalesdestinados a salas de riguro­
una canción de Irving Berlín, Blue Skies, cantada por Jackie delante de su ma­ so estreno. Existe un claro intemo de trasladar esta concepción secuencial al
dre, volviendo a sumergir el filme en el silencio. Este silencio es aquí no sola­ cine sonoro, tendencia que incluso encontraremos en una película francesa
mente el cese del diálogo y del canto, la ruptura de la cadena oral, sino tam­ rodada sin sonido y sonorizada posteriormente, Prix de beauté (1930) de Au­
bién, durante algunos segundos, .una supresión de todo sonido audible, antes gusto Genina. Esta concepción se v.io reforzada por la costumbre de combi­
de que el acompañamiento musical vuelva a lnuIllph, C'oh<üiia"'{~;:dadera~ex­ .'-'U'."'3'VI ,a";,,gi;{.. UllO!>J:.W\J.. !11¡n.C,.;~m~!~,(lí~15 c-2n?cidas~ .pie,~as J?oJJulare~,. te-o
plosión sinfónica extraída del punto culminante de la obeI'tUTa Romeo y Julie­ ~s clásicos, etc., de manera bastante similar a como encadenan algunos road
ta de Chaikovski~Notemos, como lo hace Michel Marie, que este monólogo Cactuales, con el simple pretexto de que los personajes viajan en coche,
hablado de un minuto y veinte segundos, improvisado por Al 1'olson, en tanto :me~lOdlías de diferentes estilos adaptadas a las diversas escenas. Como reac­
que «la madre n~ respo~de más que con monosílabos y sigue encerrada en la concepción secuencial y popular, cosida con hijo blanco, los com­
representación afonal,la del cine mudo» (Dictionnaire desfilms, pág. 131) se .delos años treinta intentarán crear un tejido musical más continuo,
apoya de alguna manera en el canto: ya que al hablar el pr?tagonista,sentado con el fIlme, en un «recitativo» musical. Esta búsqueda no se hará sin
al piano, teclea unos acordes que son como el acompañanÍiento de su discur­ ni dificultades.
so, de un «melodrama».
No era éste el primer momento hablado de la historia del cine: otros cortos
78 SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 79
UN SIGLO DE COMP~Ñ.E~SMO

El cantor de jau, expresión de una plegaria como para estar presentes, un código del que Rick Altman ha localizado mu­
chos ejemplos en la época.
<~In everyliving soul, a spirit enes for expression -perhaps this plaintive, En adelante, en su manera de representar o de utilizar la música emitida en
wakmg son~ ~f laz:.. is cifter al!, the misunderstood utteranee of a prayer>} (En la propia acción, el filme no deja de ~orprendemos,. seautilizando .convenciones
toda,alma Vlvlente. un espíritu llora por expresarse; ,tal vez este canto plañidero, ya desaparecidas, sea contrariamente «osando})- úti:lizar'Q.uevas ideas~ Por ejem­
que n~ce del jaz::., después de todo, sea la 1nanifestación incomprendida de una plo, en una escena situada más adelante, en que el chantre Rabinowitz hace en­
plegana»). Este rórulo inicial, subrayado por una música genérica de particular sayar a un joven el himno religioso del Kol Nidre, vemos a este último c~tar,
gravedad, nos plantea el tono dramático, tal vez melodramático, de El cantor de pero, de acuerdo conla tradición del cine mudo, es la orquesta qui'en evoca su
laz:;:" un filme que. movidos por su título, clasificamos ,a menudo dentro del aé­ canto, transcrito para instrumentos. Más adelante Jackie asiste enLondres a un
neromu~ical. Sin embargo, su historia no es, en absoluto, un mero pretexto p:ra concierto de música litúrgica judía, dado por un gran chantre de sinagoga Du­
las cancIones. rante algunos segundos, para él, la figura de su padre, que él imagina pres.:!nte
El filme empieza mostrando al héroe, Jackie Rabinowitz. siendo niño: en aquel espectáculo, sustituye a la del chantre, perfectamente sincronizada con
~ientras que su padre. chantre deuna sinagoga, se queja de la tardanza de Jac­ el fragmento musical que se escucha, ¡aunque dos cuerpos estén utilizando su­
kle al ~ervici?, impacientándose al no verle, su madre le defiende, preguntán­ cesivamente una misma voz! Por supuesto. en el espíriru de los autores delfil­
dose SI el chJc_o realmente desea convertirse también en chantre de sinagoga. me, aquí no se trataba de una audacia modernista: este efecto de' «plano men­
tal», que \"iene a ,sustituir por algunos segundos a la realidad. es un efecto
, Vemos ~ftlmado desde lejos- al chico cantar una pieza deja::.: en un café.
Cno de los clIentes. amigo de la familia Rabinowitz. habiéndole visto. va aavi­ extremadamente habitual en el cine mudo. El hecho de añadir una yozcanuda.
sar a sus padres. Volvemos a ver a Jackie en el café, cantando con pericia. has­ que entra dentro de la lógica del tilme, no hace sino superponerse a esta .:on­
ta en. el momento en que es interrumpido por el vecino, que se lo lleva cogido vención. Retroactivamente. esta superposición de medios nuevos sobre un .:ó­
por la oreja. Fijémonos en un detalle que. en relación a las convenciones~ del digo bien establecido crea un efecto irrealista para nosotros.
Durante una escena que se desarrolla en un teatro. Jackie cOn\"ersa
cine n:,udo: no era insólito. pero en adelantesf lo será. retrbactiváinente.
Cuando Jackieesínre'rrumpido. el canto sincronizado cede su lugar a,1a orques­ mer plano con su prometida. mientras que en un segundo plano unas
ta de acompañamiento del filme, que empieza una música «de fondo» seria v están ensayando, levantando sus piernas al ritmo de una música que parece
endiablada. La música queescuéhamos mientras tanto como fondo es un\Jls.
~Ia~idera. mientras que. enla imagen, el pianista que acompañaba al chico co;­
en consonancia con el tono romántico de la escena. peróque está absoluta­
tIn~a tecleando alegremente con un ritmo totalmente diferente. como si perte­
necIera a otro mundo. al de la imaeen; mente fuera de lugar con el ritmo al quebriilan las chicas. ritmo que no oímos.
Algo más lejos, una escena entre dos inofensivos charlatanes judíOS da 'pie a
Jackiese escapa decasa. Sli;adre constata su ausencia y le repudia; El
una ,música cómica que «traduce» sus palabras, al estilo de la célebrecQmpo­
ch,~ntrecanta enla sinagoga la melodía del KolNidre,con~na Voz sincroniza­
.~si¡Gié;n;4~r;ua(ir..Qs.{ie;. una exposición de Mussorgski, «Samuel' Goldenberg y
'da.qúc'c'ófitlnUa escuchándose eh'eLapartameí1tü"'áe :lafafIiilí~:'iüariaó'el<d1íco
Schmule». '
Se l1eva el retrato de sus padres. La vozdel padre. por tanto, no está lüradaa la
Observemos la variedad de situaciones músicales en este filine que es -re­
imagen. P05eeuna relativa ubicuidad. o más exactamente. su audició~ no está
pitámosl()--,. un filme serio. que no se púede entender sitomarhos por un simple
en absoluto ligada ;i lo que la imagen muestra en u~ momento detenninado.
pretexto de guión las graves preguntas que suscita: ¿es elja¡;:una expresión eS­
En Londres, algunos años más tarde, siendo J ackie ya adulto. ahora con los
piritual? ¿Es toda la músiCa una forma de plegaria?
rasgos de Al Jo!son. canta conéxita. música de jazz en un restaurante. Sin ~m':'
Por supuesto, al cabo de cierto ,tiempo, los autores empiezan a dursecuénta
burgo. cuando vuel\"ea la mesa y se pone a charlar con uná cliente que más tar­
ciealgunas contradicciones. especialmente las creadasporla superpósiciónde la
dese convertirá en su novia, su voz hablada ya no se oye. En cambio. empieza
palabra con la música de acompañamiento. Por eHo. el siguiente filme, Ligius of
a oírse una melodía de baile y aplausos, ambos asociados alambienresonoro del
New York. en dos bobinas, será una obra totalmente hablada, condecorados de
lugar. Es como si b palabra y el canto pertenecieran a dos registros diferentes,
, estudio y sin música.
y únicamente los ruidos de cierta ihtensidad tuvieran suficiente peso específico '
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80 UN SiGLO DE COMPAÑERiSMO SUEÑOS Y REALIDADES! 1895-19::' 81

Comercialmente, El call1a,- de ja:.,:., tUYO menos éxito que otros filmes poste­ Algunos aceptan de buen grado que la orquesta esté grabada. Por ejemplo.
riores. Como hemos descrito, se trata de un producto híbrido, por lo que está de Louis Auben (Musique d'écrall. pág. 96) quiere convencer a los melómanos in­
moda minimizar su importancia histórica. Para nosotros. sin embargo, su alcan­ quietos afirmando que el sonoro. lejos de degradar ei acompañamiento musicaL
.:e simbólico es c<msiderable. Dejando de bdo la cuestión del diálogo yde la les aportará un «doble beneficio. Tendrán la seguridad de no volver a oír asus
manera en que el sTapproferidopor el padre. que interrumpe las efusiones entre aútores favoritos destrozados por instrumentistas mediocres, cosa que sucedía
madre e hijo, fundando una prohibición sobre la que se irá construyendo el res­ muy a menudo. Por otro lado. la perfección de la grabación de hoy en día es tal
IO del filme (Michel Marie ha tratado muy :1 rondo este hecho en unanículo)-1 que puede reproducir los matices más sutiles, y todos los timbres conservan su
nos limitaremos aquÍ a subrayar que. por lo que respecta a la música, el filme personalidad»~
plantea cierto número de temas queé!n adelante serán retomados con insisten­ La Reme du cinéma. apropósito del estreno de la primera versión de ShOH'
~ia, especialmente en muchos filmes musicales. Boat (n. 10. 1 de mayo de 1930) nos revela cómo losexhibidores mezclan frag­
Así, aunque en muchos filmes mudos se podían alternar, sin una intención o mentos con orquesta «de carne y hueso» durante la proyección, bajo el pretexto
decto precisos. fragmentos de música popular con arreglos musicales más clá­ de «corregir el aspecto desagradable que pueda tener la música mecánica.[ ... ]
-:icos, en una amable cohabitación. a panir de Eí cantor de ja:.,:." parece que el Para dulcificar el penoso aspecto de los diálogo~ surgid05 de la pantalla, hacen
:-ecurso del contraste musical entre «ja::» y "dásico» o entre «profano» y «sa­ que la orquesta toque a] lado mismo». En algunas proyecciones de Les Trois
cro», puesto en evidencia como taL se conYÍene en el resorte de la acción, un di­ Masques; filme sonoro francés. el diálogo grabado era acompañado y, según al­
lema para un personaje, llevado aquí hasta el límite, hasta lo absoluto y trágico. gunos, incluso ensordecido y tapado por la orquesta que tocaba en la sala.
El padre de Jackie muere por la partida y el repudio de su hijo, vendido a la mú­ Este. período transitorio es igualmente dramático para los músicos de or­
~ica profana, mientras que éste sufre terriblemente al no poder conciliar su fide­ questa de cine, que son despedidos en masa. Únicamente en París, ya se conta- .
lidad familiar con su gusto por elja::. La música es el lugar en el que se desa­ ban por miles. Según Ciné Maga:ine, «el paro que sobrevendría con la supre­
rrolla este duelo. esta decisión. sión de una parte de las orquestas de cine, reemplazadas por la música mecánica
Es fácil entender la razón por la cual el cine sonoro otorga una fuerza inédi­ y las emisiones sincrónicas [sic J. se convertirá en una auténtica catástrofe»
taa estas oposiciones: no sólo hace que escuchemos las notaS de la música, sino (Musiqued'écran, pág. 100): La re\"Ísta añade: «Un vivo movimiento de hosti­
también sus sonidos. Por tanto, permite establecer el contraste entre una voz lidad"se estáempeZ~ndo ádibUjár en'el mundo delo~ músicos americano~con­
ronca, barriobajera, una melodía popular, cantada con una voz noble y grandiosa. tra el filme sonoro, que ellos designan desdeñosamentebájo d nonibrede «mú­
Esta oposición entrejazz y música clásica será el tema de varios dibujos anima­ sica en conserva». En los periódicos de aquel país se consagran páginas enteras
dos de la serie Sinfonías tontas (SilIy Syinphonies), de la que hablaremos más de publicidad para luchar contra los talkies, Se ha formado una especie de sin­
adelante, así como de un cortometraje que enfrenta a Judy Garland y Deanna dicato de músicos [... ] Es cierto que el nuevo invento causa un considerable per­
Durbin, la primera cantando jazz y la segunda cantando coloratura. juicio no sólo a los músicos de orquesta, sino también a los fabricantes de ins­
La transformación del cine mudo en cine sonoro se realiza más o menos rá­ trumentos. En Estados Unidos hay cerca de 70,000 parados entre el gremio de
pidamente~según los países, de acuerdo con su equipamiento, su situación geo­ lo~ que viven de la música». .
gráfica,política, económica, etc. Tal transformación se efectúa rápidamente en ·;'·'~"f'i!'··'"&.Ju'l:ialia,' la ~e~'i:steri¿i~ contra el fiÍine extranj~ro s~noro conl1evau~a prácti­
Estados Unidos y llega a su total consecución en poco tiempo. i~¡SlItgular:. los filmes se distribuyen en versión muda, cortando su sonido origi­
Durante un cierto ,tiempo, en este períQdo~ trans~ción, se !ecurre a fórmu­ añadiendo rótulos en italiano. Directores de orquesta del país arreglan o
las..mixtas. Por ejemplo, ·la orqúesta de la sala continuaba tocando en algunos una música nueva. Sin embargo, el doblaje acabará con esta fórmula.
momentos de -la proyección de un fllme, mientras que en otros momentos se uti­ ~s!1Illtérprf~tes que tocan en cfu-ecto están condenados. Esta «mecaniza­
lizaba una grabación fonográfica, cos~ que por entonces se llamaba «música , música de cine será incluso el tema de un fllme de los principios del
mecánica». jViva la libertad! (A nous la liberté, 1931) de René Clair, en el que se
.una gigantesca fábrica de fonógrafos, que representa implícita-
4.. «La bouche bée», en Voix-off, Hors Catire. n. 3,París VIII. fin del músico presente en la sala.
82 SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 83

La mayoría de estos músiCos pierden su empleo, aunque una minoría lo re­ (King Kong, 1933) es un banco de pruebas parae~ta nueva técnica, ~u~.ade~
~cuperan gracias a las orquestas que se utilizan para grabar música de películas penníte doblar los diálogos a lenguas extranjeras, co~servando la ,~uslca 0?g:J:­
en estudio. Otra parte, o tal vez los mismos, tocan en los platós de rodaje donde nal. Esta técmca es, adeQ1ás"relevante en 10 que conCIerne a la «mUSIC3 connnna
se ruedan comedias musicales, muy numerosas en la época. Dado que el sonido de fondo para diálogos», y representa Ulla síntesis que s:ntará precedente, entre
se grababa a menudo en directo en el plató, junto con la imagen, los músicos de­ el. dramatismo. musical del cine inudo yel naturalismo del sonoro.
bían tocar tantas veces como tomas se hicieran, con lo que nuevamente podían
trabajar jornadas completas. Un poco más adelante, con la adopción del sistema
de play-back, en el que la música es grabada previa e independientemente. se re:" El filme de cantante
ducirán más aún las posibilidades de trabajo, al no requerirse el trabajo de los
músicos más que para sus sesiones de grabación aisladas. Observamos cómo nace, en diferentes países! una·multitud de filmes que
En un segundo filme sonoro, Murder (1930), Hitchcock encuentra la mane­ adaptan obras de teatro, mientras que la acción de otros muchos pone en escena
ra de utilizar la orquesta del estudio londinense en que trabaja. Les hace tocar en a algunos cantantes, como en los primeros éxitos de Al Jolson.
directo, en el rodaje. el preludio de Tristán, que fie supone que está sonando por Al comienzo, era necesario grabar la voz y la imagen simultáneamente y;
la radio encendida en· el apartamento del protagonista mientras éste· se afeita~ con frecuencia. se practicaba el doblaje oel play-back musical en directo. De la
Por entonces. como imitación de la Vítaphone Symphonic Orchestra, los misma manera Que. en 1929, para el rodaje de La muchacha de Londres (Black­
grandes estudios americanos insisten especialmente en mantener una orquesta máil) de Hitchc~ck, una actriz inglesa pronuncia «fuera de campo>~. los diálo­
propia para grabar las paniturasde las películas. A este efecto contratan a.un di­ O'osde la star alemana Anny Onara que aparece en la imagen~ y cuyo acento era
rector musicaL sobre quien recae el honor de componer el indicativo. musical ;xcesivamente pronunciado, igualmente un cantante. situado fuera de camp<)o
asociado a la «marca» de la empresa. en el platÓ, puede prestar su voz para un play-back simultáneo. Más adelan~e. el
La London Filme Orchestra, en el seno de la London Filme. fundada por canto se «doblará», antes de poner a punto definitivamente elplay-back baJo:,u
AlexanderKorda. se convirtió enunade, las orquestas más reputadas. especial." forma actual.
mente gracias a su director MuúMathieson. quien pusoagrand~$orquestas sin­ , :Evidememente. el éxito del filme de cantame. a finales de los años veinte e
fónicas al servicio de la grabación de música de cine. Debutará en .la London inicio de los treinta. coincide conunaéxplotación discográfica y radiofónica in­
Filme en producciones como El fantasma m al oeste (The ghost goes West. tensa. «Los editores de discos. obedeci~ndo a una ilusoria eclosión de pseudo­
1936Jde René Clair (música de Misha Spoliansky) o Rembrant {Rembrandt. éxitos en veinticuatro horas, graban sin descanso. Desde septiembre de 19 ~O
1936) de Alexander Korda. con Charles Laughton en el papel del pintor. La ce­ hasta marzo. de 1931, se publicaron cerca de mil discos en Francia, a mayor glo.;
lebridad de Muir ~Iathiesonestará particularmente ligada a la trilogía shakes­ na del· cine sonoro» (Revue du cinéma,. romo primero, pág. 93). Este fenómeno
pearianarealizada por Laurence Olivier. donde dirigirá las músicas de William había empezado realmente en el cine mudo, por ejemplo conlas graba~iones de
Walton para Enrique V (Henry V. 1944)en color, Hmnlá (Hamlet. 1948)y Ri­ Chaplintocando el violín ydirigiendosus propias composici~nes.Sin embargo.
cardo/Il (Richard IIl. 1955). lo que evidentemente confiere a este género u~a nueva envergadura es precl~­
.-\ cáusa de los problemas técnicos y de montaje (especialmente, al principio. mente el filme cantado .. Durante años, la única música decirte realmente explO­
la necesidad de grabar sonido e imagen en el mismo soporte), habrá que esperar, tada en discos a gran escalaselimüará a canciones o temas fácilesyconos.
hasta ·1930-1931 para poder poner una música de fondo en los diálogos, música como por: ejemplo los de El tercer hombre (The Third Man. 1949\. El micro­
que pueda ser conada independientemente de la imagen y que permi~á.· como en surco de 45 revolllciones, a partir de los años cincuenta. . el vehículo p:ml
tiempos'del cine mudO.constiuiruna solución decontinuidadentre los plan()s. A ciertas músÍCas de película, de cuya música sólo solía publicarse eltemaprinci­
esta dificultad se supera haciendo que la música sea grabada por unaor­ paLa menudo añadiéndole letra. El disco de largaduració~ de música de ~lmes.
questa preseme en el piató. y filmando consarías cámaras. En 1932. en Estados antes de los inmensos éxitos obtenidos por las «recopilaCIOnes» .de Enmo .\{o­
Unidos se adopta la técnica de grabación de diálogos. ruidos y música sobre pis­ rricone, no interesará más que a fervientes coleccionistas. e incluso será produ­
tas separadas, El filme de efettosespeciales deCooper y Schoedsack. King Kong cido poraficionaaos o por profesionales desinteresadamente.
UN SIGLO DECO'IPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (/895-1935) 85

El cine cantado de los años treinta permite también que ciertos tándems de sos con la distinción, y lejos de ser una criatura ideal y etérea, Jeanette McDo­
ierrista."y compositores. como Rodgers y Han. conozcannue\'a gloria y fortu­ nald añade a su clase natural un humor agudo. El cine sonoro de entonces reto­
n;!. al"popularizarse tan ampliamente sus canciones. rna géneros musicales clásicos como la opereta vienesa (especialidad, enla pan­
, Al priri¿ipio. en: losgúioiles:de estas películas. la voz cantada del protago­ talla, de Lubitsch y de Rouben MamoulianJ: probablemente a causa del feliz
nislamasculino. su «órgano», se presenta a menudo como un te~6rooculto tras equilibrio que'perrniteefectuar entre elementos cultos y populares. Por oposi­
un aspecto común y córriente, cuya re\'ehicióncausa sensación. Es algo que se ción,encontramos pocas óperas en los primeros filmes sonoros, a pesar de que.
sHuará enun registro 'yen un 'plano de realidád. de la verda.d del SeL totalmente como hemos visto, Vitaphone había empezado por filmar arias de Vérdi, Si el
direrentesalde su vo~ hablada. oposición que rara vez ha desempeñado papel divorcio entre la fotogenia de los cantantes clásicos de la época y la exigencia
:;Jguno en géneros teatrales c9mo la ópera cómica, la opereta () el \'ode\'iL que de realismo puede considerar$e una de las razones principales' de esta ausencia
sin embargo alternan canto y diálogos, En Francia, uno de los p~merosgrandes (problema resuelto más tarde por el play-back. cuando una actriz presta. su físi­
éxitos de los inicios del cine sonoro fue La (oure est belle (19301 de Robert Flo­ co a una cantante que sólo aporta su voz), otra imponame razón se debe a los
rey. historiadé:un popular cantante callejeró (René Lefevre)'que Se convierte en problemas técnicos que plantea la restitución de la orquesta. No obstante.. uno
un~éstreI1a. áprende buenos 'modales. y ~anta el Don Juan de \Iozan. 19ual­ de los filmes ,de arte más célebres de la época fue la versión del Sueño de una
m::nte. La chanson d'ulle fluit/Das Líedeiner Nacht de Anatole Lit\'ak ( 1932), noche de verano de Shakespeare, puesta en escena por Max Reinhardt y filma­
í0dada en Austria. cuemala historia de un cantante de fama múndial (interpre­ da por William Dieterle: El sueiio de unClIlochede verano (A midsummer
tado por Jan Kíepura) que, tras fugarse a Italia. donde se ve obligado a probar night's drearri, 1935), con músicade Mendellsohn, arreglada por ErichWolf­
su identidad, debe entonar una gran aria en el cuartelillo. Ramon Novarro es el gang Komgold.
héroede Sevilla de mis amores, mientras que LucienMuratore protagonizará El duelo entre gran músicay música de jaz;:., en El cantor de ja::.::;, parece ha­
Chameur Ínconnu (1931) de Víctor Turjanski, cuyo enrevesado terna gira una berse decantado temporalmente por esta última. La música de carácter ligero
\'ez más en tomo ala máscara y la voz: «Un cantante, al que se creíamueno, re­ tiene pista libre en este momento, en detrimento de la música clásica sinfónica,
aparece amnésico en Rusia. De vuelta a Francia. da un recitaL oculto bajo una que desempeñaba un papel importante en el cine mudo, papel que retomará más
máscara y se aparece como un fantasma al hombre que le había querido elimi­ adelante.
nar. y a su mujer. quien nunca dejó de amarle», ,.' Este duelo conünua~á, en efécto;hasta mediados los ~os trein,~, penodo en
Así. el motivo recurrente del talento vocal escondido en un individuode-as-: que el cine, especialmente el americano, se hace distinguido,' ~~curriendo a
pecto ordinario permite que los personajes viajen de un extremo á otro de la es­ compositores sinfónicos y abandonando cieno populismo.
cala social, de las calles alas casas burguesas, dando lugar a situaciones dramá­ En San Francisco (San Francisco, 1936), de W. S. Van Dyke, filme «retro»
úcas o cómicas tales como duelos, dilemas, confrontaciones y contrastes situado en la época del famoso terremoto de 1906, «la variedad de registros mu­
musicales. E1.tema será fuente de 'filmes populistas así como de películas de sicales del fIlme -según Alain Masson-, se apoya sobre un hallazgo deguión5
«3.I1lbientes elegantes». A veces, es el elemento clave sobre el que gira la obra, que.hace que la protagonista dude entre la ópera y el cabare~ núentras que la mú­
sea para~acer soñar con la desaparición de las clases sociales, sea paracri~icar sica culta, ligada al personaje del sacerdote (Spencer Tracy), opoIle 8uincontes­
esa ilusiono Esta tradición,pervivirá durante la mayor p'aite del sonoro, 'al menos 'table elévaci6n a aquellas otras artes más o menos frí~ol~, pero igualmente pro­
hasta mediados los sesenta, y permItirá ver al tenor .Mario Lanza o al gran in­ ·fanas [.. ~J.Con todo, los números musicales. desde el Fausto de Gounod hasta las
térprete wagneriano bauritz,~elcñior interpretando papeles. de pescador o ca­ , de cabaret, carecen de autonomía alguna en la puesta en escena: se ven
mionero. lteJlTlllmp¡idc)s por la cara de Jl.lgún espectador. un plano sobre un palco o una_
El cine sonoro en sus inicios es, a decir verdad. deliberadamente plebeyo, leS~~JlJniica:mente los himnos se benefician de'un silencio respetuoso» (Comé­
populista, bailarm:canallá e insolente; como lo son los hermanos Marx. . le.'1nw.ricllLe,pág. 228). El final delfilme muestra a los sobrevivientes del terre­
Uno de los más famosos tándems de cantantes de la pantaIla, el de Maunce en cortejo, con el consiguiente triunfo de la música sacra
Chevalier y Jeánette McDonald,' es representativo a este respecto; un filme
como La viuda a1egr~ (The Merry Widow, 1934), dosifica los elementos joco­ , De hecho, como hemos visto, se trata de una figura clásica del cine de la época.
86 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (·1895~1935) 87

Jazz y música negra en el cine americano poco conocido y poco difundido causaría sensación por su intensidad, una in­
tensidad cuyo director (blanco) King Vidor detenta el gran mérito de no haber
Jazz-ténnino que en la época designaba todo tipo de música de baile con filtrado ni retenido.
algo de swing- es en este período una palabra mágica, sinónimo de hálito dio­ En adelante habrá otros filmes musicale~conactores.negros, como Stonny
nisíaco. Ello nos lleva a hablar de la presencia de artistas negros en el cine ame­ Weather (1943),. dirigido por Andrew L. Stone.. aunque serán más .educados.
ricano de los inicios del sonoro. Esta presencia fue capital, aunque reducida. Fil­ más refinados, aunque nos permiten admirar a grandes artistas como Cab Ca­
mes como Aleluya (Hallelujah, ·1929) de King Vídor, melodrama de amor, sexo, lloway en sujuventud (cuyas canciones cómicas habían servido de base a cier­
religión y asesinato, interpretado enteramente por actoresnegros (siguiendo una tas secuencias surrealistas de los dibujos animados de Betty Boop, realizados
fórmula segregacionisra que prevalecerá durante mucho tiempo), gozaron, en su por los hermanos Aeischer),asícomo a los NicholasBrothers, prodigioso dúo
momento, de una acogida colosal entre el público y la crítica. Ciertamente, la de claqué cuyo genio será rara vez honrado por el cine. El cine de .los años
presentación, en este· filme, del negro como ser de apetitos inmediatos, cuya treinta conserva una huella audiovisual preciosa de algunos de estos grandes
fuerza vital deja poco espacio a la inteligencia o al discernimiento crítico, no artistas, aunque sea durante una escena oinc1uso bajo una forma aséptíca y
está exenta de patemalismo. Sigue siendo, sin embargo, un filme extraordina­ risueña.
rio. especialmente en las escenas de predicación pública y cantos de grupo, que
son de una vehemencia e intensidad que no tendrán. parangón en la historia del
cine durante mucho tiempo. El tiempo de la música de pantalla
El carácter privado y enteramente personal de la palabra enla mayor parte
de tilines occidentales -cada personaje habla por turnos- tiene tendencia. Naturalmente. la cohabitación sobre la pista sonora de ruidos. diálogos y
como vetemos. a encasí!lar el cine en el drama burgués. En Aleluya,· al contra­ música. obligará al principio a remodelar el empleo de. esta última; Dado· que
rio. hay un principio de eco colectivo de la palabra individual, de repeticion ésta, una vez grabada. pasa por el mismo canal que los sonidos «realistas». e::;
aprobadora de Una palabra aislada P9r parte del grupo, de «diálogo»entte indi"­ lógico que en los inicios del sonoro sean numerosos los filmes en que se da un
\/iduo-y grupo. quehaceqúéOla palabra se integre perfectamente en elmovi­ esfuyrzo por multiplicar, o en todo caso explotar, las situaciones que dan lugar
miemo generaL Ya en 1930. Aridfé Gide lo había visto y descrito acertadamen­ a una «rríiísica de pantalla». que se desprencie de la propia acción. Esta situación
le: «Por lo que respecta al [complemento] de la música, del canto, de los coros. permite dar a todos los sonidos un estatounificado. que los liga a la acción pre­
gritoS e interjecciones de la multitud, todo ello se confunde; de la manera más sente. y va en el sentido de una especie de «realismo lírico» que. a nuestro jui­
acertada, con los movimientos del conjumo, hasta el punto en que no podemos cio: no ha sido tratado con la profundidad que merece. ,
imaginamos esrefilme privado de; este elemento musical, que hace de Aleluya En Abschied (1930) de Robert Siodmark, singular filme intimista que mani­
Una especie de sinfonía con sus allegro. andante, largo, presto agitata. donde la fiesta la deslumbrante inventiva del cine alemán de esta época en el terreno del
propia p'alabrano se mezcla en el [()dosino como un elemento rítmico más (La sonido. todo ócurre en un solo inmueble. Los jóvenes protagonistas que ocupan
Reme ducinéma.n. 11. junio de 1930). parte un apartamento de una pensión, tienen un vecino pianista que «aporta"
Al habiar del ritmo y del movimiento de conjunto; el escritor demuestra que involuntariamentt!. al interpretar ciertos fragmentos, el acompañamiento musi­
ha comprendido la totalidad. que no se focaliza sobre un elemento muerto. es­ cal de variasescénas, idea ampliada por Hitchcock en La ventana indiscrera
colásticamente definido (<<imagen»..«sonido» } sino sobre un aspecto transenso'" ~Rear \Vindo\V.1954). EnToutfa nevautpas l'amaur(l931), de Jacques Tour­
riaLel ritmo yel movimiento. Añadamos que Aleluya fue presentado alpúblico Íleur. Jean Gabin es un vendedor y reparador de aparatos de radio. yla única
francés sin doblaje ni subtítulos. cosa que sólo permitía una vaga comprensión. música que se oye sale de ellos. Naturalmente,. el fonógraf? y la radio desempc~
de los diálogos y reforzaba su carácter operístico, pero al mismo tiempo limita­ ñáIl. un papel importante en el guión de un buen número de estos filmes. como
ba su éxito popular fuera de los países anglófonos. ocasión de encuentro, comunicación y oposición entre susprotagoriistas ..
Si AleiuYG fuera reestrenada hoy en día, con un sonido «rejuvenecido» en Estos juegos sobre la fuente musical pueden también dar lugar arevelacio­
Dolby Stereo y difundido por un número de altavoces importante; este filme nes en forma de efectos teatrales. En Latere d 'un homme (1932) deJulien Duvi­
88 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
SUEÑOS Y REALIDADES (1895-193:' 89

vier, basado en una obra de Si menan. una canción cantada por Fréhel supuesta­ por ejemplo, hay que filmar una escena completa en un plano, habrá que des­
mente proveniente de la radio o del fonógrafo del vecino, envuelve el aparta­ plazar el movimiento en primer téfll')ino (en que actúan los actore~) a un segun­
mento del asesino, hasta quela cámara descubre que la gran cantanteestabapre­ do término, donde interfieren sombras funivas. personajes que murmuran cosas
sente en el apartamento contiguo.. ininteligibles, una melodía instrumenta]que proced~ de la habitación contigua.
En La golfa (La chienne, 1931) de lean Renoir, las únicas músicas que se etc. Filmar a un hombre desgraciado como contr;lpunto alos arrumacos amoro­
escuchan provienen sucesivamente de un fonógrafo, de una pequeña pianista' sos de una pareja cuya silueta se deja entrever tras el cristal: así se crea el ritmo
que ensaya en el apartamento vecino y de Un cantante callejero. siempre inte­ óptico del cine sonoro» (DumlleT aupar/an!, pág. 631.
lITados en la acción; Esdi\'errldo redescubrir aquí viejas ideas dramáticas formuladas por Dide­
~ A veces, el carácter concreto y a menudo. muy ligado a la realidad que tie­ rot en sus ensayos sobre el teatro. y espeCialmemeen su Enlretiells sur Le ji/s
nen las intervencióne.s musicales, otorga a estos filmes un carácter voluntaria­ naturel. novedad consiste en explicarlas a .través de UD término musicaL el
mente realista. fragmentario, factual. que no deja que el lirismo se despliegue del contrapunto. raramente utilizado.en este campo. ya que se trata de un simple
más que en destellos, como en la sublime L 'Atalante (1933-1934) de lean contraste. Ahora bien. en el arte. muchos efectos de contraste son por naturale­
\·üw. Otras veces. al contrario. el autor intenta jugar con todas las dimensiones za decepcionantes. y se agotan al ponerlos en práctica. desembocando en oposi·
de ~imultaneidadadquiridas con el sonido, a fin de dar al filme un carácter to­ ciones binarias y retóricas como fdicidad/desdicha. lentoJrápido. etc .. que cie­
tal y sinfónico. rran su interpretación.
Más interesantes resultan. a veces. íos efectos contradictorios que nacen de
la inclusión de la música en la realidad de la que sin dejarse encerrar
Sueños simultáneos y contrapuntísticos en ella.
Ya hemos dicho que el «cine sonoro» ha obligado a redefinir el lugar de la
Como sabernos, uno de los grandes efectos de la ópera (utilizable tanto para música en el seno del universo realista audiovisual de nueva constitución. Si en
la pura emoción, corno con una intención crítica, didáctica y política), consiste muchos filmes sonoros de los años treinta. los autores hacen que la música pro­
en la utilización del contraste por simultaneidad. Dicho de otro modo, utilizar la ce<;la ostensiblemente deu.na Qr,gyesta invisible. de un piano mecánico, de una
representación simultánea dedos elementos que contrastan por el sentido, la radio y, por supuesto, de ese objetoran querído.eo;,.el C;~}J,<; de,eQJ9n~es~5pe­
masa y el ritmo. Uno de los ejemplos más arquetípicos es el asesinato de Car­ cialmente por leanR.enoir- que es el f~nógrafo (eminentemente «cinegénico».
men; ~ometido al mismo tiempo que el apogeo de la corrida en que triunfa Es­ ya que muestra un movimiento cíclico), no es únicamente por un escrúpulo na­
camilla. Ahora bien, el cine sonoro pennite que oigamos un diálogo sobre una turalista. Pero si este escrúpulo naturalista se percibe y alega al principio, con el
imagen que explica un discurso paralelo y contradictorio, o bien mantener pre­ objetivo de que todos los sonidos oídos se refieran a una causa concreta, con­
sente, en espíritu, a través del sonido, a toda una multitud que, sin embargo, se tiene también una voluntad de transfiguración, de exaltación de lo real por me­
encuentra alejada de la acción. Muchos· filmes de los inicios del sonoro se am­ dio de la música que lo baña y lo habita realmente. La realidad cinematográfica
pararán en esta simultaneidad. Hitchcock le será siempre fieL Sus experimentos " vive, percibe la música, en el mismo movimiento,simétrico, en el que ésta es un
producirán efectos tan fuertes que la mayor parte de ellos pasarán a ser figuras W;.'c~lelmento de lo concreto. Así, la gran y bella idea (en su inocencia) de encade­
cinematográficas banales y, de golpe, dejarán de aparecer como efectos. Así, :el ruido real con la música, funciona en un doble sentido.
casi todo lo que en esa época se soñó.como «~ontrapJ1nto», hQY ha pasado a ser
una figura corriente, dejando de parecer audaz.
.Robert Siodmak, en el 'singular filme Abschied, del cual ya hemos hablado mecánica y urbana
anteriormente, intentará poner enjuego, concretar, la teoría en términos bastan­
te confusos, cosa que casi es una tradición en este campo: «Mientras que el cine inicios del cine sonoro son la ocasión idónea para intentar llevar a la
mudo se estructuraba· a partir del movimiento de las imágenes, una en relación .cierto número.de metáforas conocidas: la «sinfonía de la gran ciudad»,
con la otra, el sonoro vive del movimiento dentro de la propia imagen·[.. ~]. Si, de la naturaleza». El montaje del sonido ambiental-posible final­
90 UN SIGLO DE COMPAÑER.ISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 91

mente gracias al sonido óptico-, combinado con el poderorganizador del rit­ el cine casi todo es cuestión de ritmo. Almismo tiempo" sU precisión léxica para
mo musica)., parecen abrir un campo de experimentación y de expresión apasio­ calificar a los ruidos merece ser reconocida, en comparación con la aproxim3..,.
nante, especialmente para cantar a la vida moderna. ción actual, incluso la de los músicQ$.
Al principio de Ámame esta noche (Love Me Tonight, 1932); una comedia Esta idea de simultaneidad viviente y orquestada p~ide también el famoso
Q'lusical, con Maurice Chevalier, dirigida por Rouben Mamoulian, las acciones poema cinematográfico- EntuzíazmlSinfonia Dowbassa (1930), de Dziga Vertov,
del despertar de Parísy los ruidos que éstas producen (el abrirse de las venta­ sobre la cuenca carbonífera del Don, obra que utiliza un «montaje» rítmico de
nas, el golpear de las alfombras) son tratados repetitiva y aditivamente como sonidos industriales, y que fue aclamada por Chaplin como un trabajo demúsi­
una sinfonía de laciudad, que se organiza rítmicamenteen un todo que Mauri­ cO.Es también el caso del documental Philips-Radio (1931), subtitulado Sym­
ce Chevalier celebra y canta, aunque acústicamente nos parezca débil y ende­ phonie Industrielle, de Joris Ivens. que sirvió de inspiración a René Clair para
ble. Este efecto no proviene del carácter rudimentario de la técnica de la época su filme satírico Viva la libertad. A prop9sito de esta película, Jean-Paul Drey­
(es cierto que el «ancho de banda» del cine de entonces no permitía que se oye­ fus escribe en La Revue du Cinéma de noviembre de 1931: «No quisiera dejar
se una paleta muy amplia de ruidos. desde los graves hasta los agudos). sino de citar la partitura que un joven. holandés. Lou Lichtveld. ha compuesto para la
más bien del hecho de que se intenta realizar para el oído. «al pie de la letra», sonorización del filme. Su música, que hábilmente deja lugar a las palabras y a
la metáfora de la sinfonía urbana, una expresión que no designa tanto las im­ los ruidos de la fábrica, se encadena y armoniza con ellos. Rápida, forzada.
presiones sonoras como la simultaneidad organizada. cíclica. polifónica. de rit­ dura, es el acompañamiento perfecto del pesado movimiento y de la potencia de
mos simultáneos~cortos y largos. de corto o largo alcance. asociados a la vida las imágenes».
urbana en su verticalidad, desde el metro hasta el piso más alto de los edificios; Así pues, el sueño de muchos filmes será unir, por una pulsación común, los
Sin embargo, en este filme encontramos únicamente unos sonidos de poca en­ modestos ruidos y la gran música. Esta unión se llevará a cabo tanto por la su­
vergadura. a los que se ha convertido en los significantes. los elementos de esta perposición como por la sucesión. cosa más frecuente. Esta sucesión se presen­
sinfonía. ta a menudo en términos de engendramiento, tal como Rick Altman ha demos­
Al contrario, en «Slap th~t_ bass». número deRliijuTloCo I Dance. trado en su trabajo sobre Lacomédie musicale hollywoodienne.
·--J·937).·comediamHs-icaI--de Mark Sandrich. los ruidos de máquÍna de un paque­ -_EnThe hot heiress (1931) de Caren-:e Badger, ~{el e~[fépito de la puesta de
bote. de sus bielas y pistones. se cónvierten (sabiamente recreados. montados v remaches sobre las vigas metálicas de un edificio en construcción marca el rit­
organizados)en una auténtica «música concreta» sobre la que FredAstaire. bai­ mo, y Hap entona alegremente una canción de Rodgers y Hart sobre el tema.: na­
larín clásico rusogánado para el ja::.::.. superpone el sonido de ~u claqué. Este die quiere a un remachador. excepto su madre». Enesra época el continuo rít­
fragmento de ruidos rimados se incrusta. como un solo de percusión. entre las mico intenta pasar a través de todos los sonidos del filme y de la imagen. Los
estrofas; tocadas y cantadas de manera clásica. de una canción de. Gershwin. elementos, las palabras. ruidos. música. :1ún no están de~ligados.
Lanuit Cinous (1930), producción filmada en dobleversión alemana y fran­ En El gato y el violín (Thecarand the fiddle. 19341 de WilliamK. Howard.
cesa. por Cad· Frólich y Henry Rousse1. inc1úyesecuencias de momaie de rui­ con música de JerÓmeKern. «Ramon .\"ovarro indíca a la cantante unnúevo
dos de fábricay de coches, que Emille Vuillermoz saludaría como un'verdade­ acompañamiento~ ayudado por el ruido de la lluvia, cuyas gotas caen en.cubos
ro poema sinfónico, en Ciné lvlagazine:'<Vngranfabricante de automóviles de diferentés tamaños:, dispuestos bajo las goreras del techo». Entonces. «una
vive en un mundo en el que el ritmo es el rey. Ritm() de sus fábricas. ¡;n que la orquesta entra en labuhardiHa y se pone :l tOCaD>.
maquinaria canta día y noche el bello poema sinfónico de lo~ ..:rujidos. chirri­ -Al principio del extraordinario filme de suspense de Fritz Lang El testa­
dos,rugidos, golpes cristalinos y patéticos choques del hierro y el :,lcero. Los di­ mento del Dr. Mabuse (Das Tesrament deS DrMabuse I Le testa.ment du Doc­
rectores han encontradoeJ modo de acercar y superponer todos estos remas au­ teurMabuse, 1932), el gran ritmo elemental de las máquinas yde la vida se su­
ditivos. colocando a los protagonistas deldi"ama en el centrode todaesta viva pedita al ritmo de la música. en un ordenexactamenre inverso al caso anterior.
instrumentación». Con los títulos crédito; podemos escuchar. en efecto. una música de orques­
Este lirismo industrial puede hacernos sonreír hoy en día. pero es destacable ta espectacular y apocalíptica (firmada por Hans Erdmann)queprogresivamen­
el hecho de que Vuillermoz. como Gide. hayaUegado a la conclusión de que en te se disciplina. se atenúa, terminando por reducirse a un ritmo ternariomarca­
92 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES 0895-1935'

do por los timbales; Entonces aparece la primera imagen, con un enorme ruido Este ritmo, que al principio parece sólo un elemento más del decoradoportua­
de máquinas que se oye en una habitación cerrada y repleta, donde la vibración río, irá adquiriendo autonomía y. revelándose pronto como un bajo de música
hace temblar una lámpara y varias botellas sobre ulla mesa. rock. Los sonidos del puerto van borrándose. y nos damos cuenta de que el bajo
'Aún es máS nomble el hecho de que. en el resto del filme. el empleo de la corresponde a una canción, que acompaña unas imágenes de Tom Cruise. dan­
música <~de fondo» es rjgurosamenteescaso. Su presencia se Umit;¡ prá~~i\"'d.­ do idea J\.¡ ~~l-'¡li tu de su uni verso moderno de jovenejecuti vo. Precisemos que
mente a algun3.~ escenas sentimentales. en que a~arecen el joven Kent y su no­ al principio el rilmoparte del registro agudo (no del grave, como en El [esta­
'y'üi Lily. Por ejemplo. en el curso de una escena muda, vemos a Kent sólo en su mento del doctor M abu.'ie). Los bajos de la música, la parte grave de la pulsa­
apartamento. ante el retrato de Lily. dudando sobre'si proseguirá ono sus acti­ ción,. no aparece· hasla bastante más tarde. ¿Al contrario que en el. filme de
vidades de bandido. La escena está acompañada por una música orquestal, de Lang? SL porque aquí la realidad nO engendra la música ni a la inversa: cuan­
un estilo netamente inspirado enDebússy, que evita «sentimentalizar» en exce­ tomás se va dibujando el ritmo de la música grabada. más parece impónerse al
so una situación queya lo es de por sí. limitándose simplemente'a insúibir la mundo exterior. La música parte de un elemento que al principio parece fundi­
escena en un clima poético. Bien podríamos decir que aquí la música se utiliza do en la realidad.. Posteriormente se revela como completamente autónoma en
ún'icamente para suplir el muúsmo dél personaje y el carácter insonoro de la e5­ relación con ésta. no pretendiendo expresar el riLmo de las cosas. sino al con­
ceñá. a fin de «taponar» el agujero que se produciría en la banda sonora. ya que trario. marcando el compás delexrerior. lo que está muy en consonancia con
no se oye ningún sonido exterior. ningún tic-tac de reloj, ningún ruidoconcre­ nuestra experiencia actuaL en la que llevamos con nosmros una música «am­
lO. Pero además. la música e~ un elemento que subjetiviza y psicologiza la ima­ bulante» (un transistor o walkman) que colorea la realidad sin pretender tradu­
gen.Por su presencia poética y conmovedora. nos dice que aquel hombre. má:; cir su ritmo profundo.
bien inexpresivo)' sobrio, que está reflexionando ante el retrato. está agitado En cualquier caso, a principios de los años treinta. el ruido rítmico. como
por pensamientos contradictorios. expresión del ritmo moderno. toma una importancia fascinante en los diferentes
Con todo. el efecto musical más destacable en el filme de Lang continúa géneros del naciente cine sonoro. desde el filme de.entretenimiento hasta-el fil­
siendoel del principio. en el que la música se convierte en ritmo mecánico y se me de crítica sociaL La misma época que asiste a un primer apogeo de las co­
funde con un ruido. Este ruido, que sin embargo no es identificado por la ima­ que el rae-tae del claqué desempeña un
gen (aunque podemos comprender que se trata de un ruido de rotalivas).es imp()J:tanlepape,ll. observa igualmente un auge oe'JQ{;·"rl~_s~s~Qe"':-'V"it-,j,c'Ii'í~t,ré!¡í­
algo más que un simple efecto anecdóticcy :;::::nc.reto: Repre:;émála ¡d¿acle un diario, como Soy un fugitivo (I ama Fugitivefrom aChain Gang: 1'932)de
ritmo del mundo. un ritmo potente y físicamente irresistible, que ahora encar­ Mervyn LeRoy, Carretera al infierno (Hel1'sHíghway, 1932) de Rowland
nan las máquinas mecánicas. Por supuesto, hoy en día, con la miniaturización. Brown, El presidio (The Big House, 1930), de George Hill, caracterizados por
la informática. la crisis industrial, etc., parece que el mundo ya no se rige por una atmósfera sonora de canteras donde se pica piedra, de barrotes que los pri­
este riUIlo básico, por este ruido de motor que aún desempeña un impresionan­ sioneros golpean rítrnicamente para protestar, de cánticos. Peroenconrramos
te papeL en 1958, en el admirable filme de Satyajit Ray Jalsaghar, como sím­ también películas con ametralladoras -sonidos de disparos de armas de repeti­
bolo de una nueva era. Por oposición, la música de baile y el rock, con sus po­ CÍqn en Scarface, el terror del hampa (Scarface, 1930), de Howard Hawks-, y
tentes· bajos y su pulsación muy regular y marcada, y más aún el ritmo de filmes de obreros, que tan pronto celebran la «sinfonía de las máquinas», como
«tam-tam planetario» de las carátulaS de los telediarios, simbolizan hoy en . '. ·denuncian la explotación de los trabajadores. Ciertamente también podemos ex­
nuestro universo, untitmo que cualquiera, con un transistor portátil, puede im­ J~Iicar estas modas a partir de la política de filmes sociales de la Wamer Bros. (a
"poner provisionalmente, si no· en el mundo entero, al menos en su persona y te­ de otras empresas más tfmriliares como la Metro Goldwyn Mayer),
rritorio inmediato. A este respecto, hay un efecto de «principio de filme» que crisis de 1929 o de la dureza de la época, etc. Además, ciertos temas
encontramos en una obra mucho más-reciente, Rain Man (R"ain Man, 1988)de más que otros a la, utilización de ruidos rítmicos.
Barry Levinson,efectoqueexplica elocuentemente el cambio acaecido. Sobre , aspereza, dinamismo, son pues características de muchos de los fil­
una pantalla en negro, al principio, oímos sonidos que podrían parecer de un :más destacables de este período de los primeros años treinta. Tales carac­
puerto, junto con una especie de golpeteo metálico rápido, agudo y regular. ~U.,U·I';i1l) se observan tanto. en algunos de los mejores números musicales de
94 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO 95
SUEÑOS Y REALIDADES (l895~1935)

Busby Berkeley. como en ciertas comedias sociales y filmes policíacos, cuya En este ballet. la ciudad entera parece sacudida, conduci~por un desen­
violencia pronto ocasionará ciertas reacciones de retroceso frenado ritmo de jau. El crimen, el seio, el dinero, ·la crómcade sucesos, todo
está sometido a este ritmo fundamental ..
Momentos como el del sermón de Aleluya de Vidor;ocomo los virtuosismos
El ritmo del mundo de la serie Vampiresas: repres~ntan el desencadenanúento de una potencia or­
ganizada,. un himno a la vida prodigioso, armonizado como raramente tendre­
¿Por qué razón.el filme musical de los años treinta concede tantaatención al mos posibilidad de observar más adelante.
baile de claqué? No se trata sólo de una moda musical y coreográfica que pron­ ¿Qué aporta el cine en este campo, enreláCÍón con lo que han llevado a
to iba a abandonarse. Suponiendo que, en este campo, los porqués tengan algún cabo, antes que él, la sinfi)nía,el ballet o la ópera? Aporta la posibilidad de con­
sentido, podemos pensar que tal vez uno de ellos se encuentre en el hecho de seguir que toda la realidad carnal. concreta, se acople a este movimiento básico.
que. en esa época. al público le gusta escuchar con claridad, superpuesto a laor­ que se someta el mundo entero. el cuerpo del mundo entero, arterias y artérulas.
questa. el ruido rítmico del claqué,ruidononnalmente regrabado después del venas y vénulas. El cine ofrece. a una escala jamás conseguida. la posibilidad
rodaje. en postsincronización; por el mismo intérprete o por otro bailarín. Este' soñada por Wagner de poder organizar el conjunto de la realidad sobre uririt­
ritmo organizado sella una alianza entre el sonido «no musical» y la música, mo. En la producción de Busby Berkeley, las girls no son sólo. como se ha in­
alianza exaltadora. que encarna el ruido del mundo. Además, si escuchamos se~ sinuado. seres anónimoS que dan pretexto a figuras geométricas. filmadas de le­
cuencias de rap dance en películas realizadas quince años' después. con un Fred jos. sino que también son seres de carne y hueso mostrados de cerca, no siIi
.-\staire un poco más maduro o con el vivaracho y atlético Gene KeHy, observa­ erotismo: Í!malmente'la música, con las magníficas canciones de HarryWarren
remos que el sonido del claqué tiene mucho menos relieve, está menos destaca­ vAl Dubi; a la vez dinámicas y trágicas, tiene menos glamour del que tend.r:i
do en la «mezcla» general. en relación con la música, más integrado en el con­ ~ás adelante. es más concreta y salvaje, más oscura también. Un detalle intere­
junto. Es-como si, por entonces. hubiera existido la intención de disminuir el sante es que un buen número de estas canciones son. en modo menor (S/umg!JI
carácter «ruídoso» del cine. En las orquesraciones:"de·lós'oúffi'eros111usidiles se Lil. Remember m:y forgotten mano A2nd Street). como una Cjuejapesimista ~
obsen:aunaeyoluciónparalela: a partir de finales de los treinta. los arreglos dan potente que cant::i:la nostalgia. las tragedias y ia grandeza de la vida moderna.
más lugar'<l'fosvioJines~ y-fundan el tilrno en una sonoridad de conjunto más las desgracias la guerra.
suave. menos contrastada. menosexpansi\'a. Tal como atestiguan las películas de los hermanos ~'Iarx. que siguen síendl~
Las secuencias de películas musicales coreografiadas y filmadas por Bu;)by la parte más conocida de la inmensa producción americana de este período. un
Berkeley-que rara vez tenemos ocasión de ver, por desgracia, debido a que filme es a menudo una sucesión de fragmentos. El cine cómico y musical de Ji
.laS figuran en filmes (injustamente) desdeñados--...,;, representan más dé una vez,
primera mitad de los años treinta bien podrfa ser considerado como la televisión
a principios de los años treinta. un apogeo extraordinario de la unión entre el de la época: una televisión donde la intriga no tiene frecuentemente másinten­
cine,-la palabra (ya que incluyen canciones), la danza y la músiCa. todo bajo el cióo queservirdeligazóna números autónomos. encadenados en un programa
signo del ritmo. unritmoque. en lugar de estár fundido en el efecrode conjun­ en que desfilan artistas de talentos diversos.· Obnubilados por la idea unitarista
lO. seencuemra a menudo aislado y martiileado salvajemente, por ejemplo, en
de una fusión perfecta y sin huella de heterogeneidad de los elementos del tll­
dprodigioso número colectivo de Vampiresas 1935(Golddiggers.of 1935). me. muchos cnticos han obstinado en este punto. siover que esta función de
por cinCuenta pares de pies de bailarines. coartada que tiene lahístoria ha permitido,precisamente.la prodigiosa creati\'j­
. Tomemos~ por ejemplo, en La calle .,l](Fony secondstreet. 1933Lelnú:': dad de formas en d propio interior de estos números yuxtapuestos. No podem\.1~
mero especracular que da título al filme. Sobre una canción de Harry Warren, el decir, siguiendo una manera depcnsarque se .estableció en los años cincuenta.
número retrata la ciudad moderna con una extraordinaria vitalidad. sentido de la que«el"musicar' cinematográfico ha permanecido. durante mucho tiempo.
rragediay fuerza. Esta secuencia lleva perfectamente. a la práctica. de un modo plantadosobresu terreno de origen.la escena teatral» (Fran~ois Porcile. La mu­
[al vez igualabfe pero jamás superable.unodelos sueños del cine: pintar la po:' sique á {'¿eran. pág 7 181 ),porquesi bien .esto es cierto para la íntri~a supertl­
lifonía dela ciudad. sus dramas. sus espectáculos individuales ysu locura. cial. no lo es ~n relación con los núnleros .musicales en .sÍ mismos. Estos, par­
96 SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 97
U!\ SIGLO DE CO\IPAÑERISMO

Esta obra, una comedia bilingüe franco-alemana. cuenta el encuentro entre


tiendo de la escena teatral, la hacen explotar. la despliegan. la metamorfosean
un alemán y un francés típicos. Cada uno se expresa en su propia lengua y es­
en una especie de super-escena cósmica. indefinidamente abien~. en el interior
tropea la del otro en mayor o menor medida. El filme fue concebido. para pro­
Ce cada número. \1uy al contrario~ según una dialécticapreyí~ible. cuando la
yectarlosin doblaje ni subtitulación. y sin recurrir tampoco al sistema de ver­
\:'omedia musical salga a la calle. durante los años cincuenta - 3 partirde Un día
siones múltiples, rodadas por diferentes actores en yanaS lenguas.
ellNuevaYork (On theTown, 1949). de Stanley Donen y Gene Kelly-yse
En una escena característica situada al principio. un brillante montaje de
Ja.:te de introducir el realismo en este género. será entonces cuando se pondrá de
manifiesto su estrecha yinculación a un modelo teatral. . imagen y sonido encadena, en el plano visuaL una serie de planos muy breves
de timbres de teléfono, al mismo tiempo que un número igual de timbres cuida­
Lejos de nosotros la idea de ceder a la nostalgia y decretar que ha sido en
dos amen te afinados dibujan una triunfante melodía en modo mayor, pOLla su­
'.;ano todo el trabajo que (en obras maestras como Camando bajo la lluvia, Sin­
. §!in' inthe rain. 1952). se ha realizado posteriormente con el p~opósito de inte­
cesión de diferentes notas. melodía. fabricada por montaje. es inmedia­
tamente retomada por la orquesta en unllmiorquestal explosivo. que acompaña
grar dichos números musicales en la acción. No obstante. en su esfuerzo, tal labor
un montaje delirante de planos de manos que descuelgan un[eléfono~ Después
ha conducido a subestimaróbrasanteriores que a veces incluyen. en sus mejores
hay un nuevo montaje de gentes de todas las nacionalidades tipificadas por sus
momentos, diez o quince minutos de la más pura poesía cinematocr::ifica.
rostros, vestidos y decorado. que dicen «c..Diga?» cada uno en su idioma;
El crítico Alain Masson subraya precisamente que las comD~siciones geo­
mét~casy cor,eográficas de Busby Berkeley incluso las propi'a:, imágene~ se En esta secuencia. la idea clásica es que la naturaleza y la realidad física.
tecnológica, proporcionan el modelo. el punto de panida de la música. y que el
. lDSplran en la música: «Como la música. de la que toman su construcción itera­
montaje cinematográfico es la herramienta maravillosa que. al juntar imágenes
I:va [las figuras de Busby Berkeley] poseen una regularidad melódica (el juego
y realidades concretas y dispares, extrae de ellas su melodía implícita. Pero ¿por
ae formas geométricas J. una variedad rítmica (el aspecto gestual I y un color ins­
qué razón esta idea no tiene, aquí. la misma resonancia profunda: física que
trumental (la elección de objetos concretos)>> (Comédie lnusicale. pág. 170). Sin
embargo, Masson va, probablemente. un poco lejos en el uso deanalmIÍas sis­ cuando ésta se aplica al ritmo? Porque la melodía no existe como tal, sino por
temáticas, suponiendo que fenómenos como la melodía y el timbre ü'-enen su efecto del montaje; ya que reposa sobre la idea de la sucesión de alturas tonales
dedifer.entes. timbre&de, t€léfono; alturas anificialmente amalgamadas y con­
equivalente en el orden de lo visual. según una tesis intersensorial. a la que no­
sorros oponemos nuestra teoría de lo transensorial. frol1ta9lls ..,Mientras que el principio de un elemento basetitmico, entre ruido v
música, da unidad a la realidad~ ymúlti"­
En re·alidad. no e"s tan fácil trasladar ciertos valores de lo sonoro a lo visual.
plicación de este ritmo base, el principio de un elemento base melódico afirma
Por ejemplo, un crescendo visual no ensancha la pantalla, mientras que un eres­
lo real como irreductiblemente dividido, puesto que nace de sonidos de timbres
cendo sonoro, literalmente, extiende el espacio que está describiendo (de ahí la
diferentes. Y esto es evidentemente lo contrario de lo que buscaba el autor.
utilidad de la música para dar, en ciertos casos, un sentido de ensanchamiento o
restricción espacial). Con tódo, podemos percibir efectos parecidos por un jue­
Lo mismo ocurre en otro momento, a la llegada a la estación del Este. Un jue­
go de collage basado en los bostezos de diversos pasajeros del tren nocturno Ber­
go de ilusiones audiovisuales y de «valor añadido» (por la música a la imaaen)
lín-:París y el montaje de silbatos de diversas locomotoras -experimentación en
es decir, por la ilusión sinestésica. Tales efectos serán tratados en profunclldad
en el capítulo 5. .:,que las .imágenes sonorizadas son verdaderamente tratadas· como notas musica­
f;le~- consiguen que oigamos la melodía implícita de la vida, melodía, en su primer

La melodía de1llluñdo como·curva de variaciones de altura.tonal. Pero, de repente, esta melodía,


que juego abstracto de diferencias de interval0t pasa a ser más importan-
,"""'''Vo.JlV el resto y hace que olvidemos los sonidos. que ya no son más que un
De una manera más refinada e intelectual, un filme europeo como AlZo Bá-.
,El sonido concreto se borra en lo abstracto del juego de alturas tonales.
Un, leí Paris, realizado en 1930 por Júlien Duvivier, con música de K. Rathaus
y Kurt Schroder, traduce la misma ambición unanimista y colectiva que los fil­ Berlin, Id París se divierte, igualmente. uniendo personajes separados
lostraJldo cómo escuchan la misma·melodía en lugares diferentes, y jugando
mes mencionados anteriormente, pero refiriéndose más a la idea de «melodía
del mundo» que a la de «ritmo del mundo». ¿Qué significa esto? .falsas interpretaciones: en un gag audiovisual que .tendrá éxito (y que vol­
98 UN SIGLO DE COMPAÑEJ,USMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895..1935) 99

veremos a encontrar principalmente en Godard), una música supuestamente «de Sinfonías tontas
fondo», por un simple erts~chamiento del campo visual que muestra la presen­
ciaoe un músico, se revela como «música de. pantalla». Notemos que este filme,; Un campo amenudodeja10 de lado porlahistoria«seria:»del ~ine.el del-di­
que exalta la comunicación moderna y la simultaneidad, no consigue traducir lo bujo animado, también desempeñó un papel ;importante en la época. Cualquier
simultáneo sino por lo sucesivo, es decir por el montaje. ¿En esa época la mez­ cosa puede convertirse en un instrumento musical, el ritmo puede' aplicarse a
clade sonidos era aún problemática? Podría ser; pero pensamos que otra razón cualquier cuerpo sonoro, y la «síncresis» (término con el que designamos la
es que el cine aún era. en aquel momento, para Duvivier, un me del montaje, un asociación psicofisiológica automática entre un fenómeno sonoro y un fenóme­
montaje que domina lo real y no deja que el tiempo fluya y se instale en el inte­ no visual concretos, sólo por el hecho de su sincronía, e independientemente de
rior de cada secuencia. su «verosimilitud» yde su relación mutua) permite que toda la creación suene a
En mayor medida que muchos filmes americanos de esa época, este inven­ un mismo ritmo. Éste es el descubrimiento permitido por el cine «sincrono-ci­
tivo filme se beneficia del pasmoso ingenio alemán. Como numerosas obras re­ nematográfico»y magnificado por .los filmes de animación producidos por
alizadas por entonces. con osin sonido sincronizado, por Walter Ruttmann o 10­ Walt Disney. una de las revelaciones de la época.
ns Ivens, esta película pretende traducir literalmente las metáforas contenidas Cúando hablamos de película musical, en su doble semidode filme con mú­
en la poesía modernista y futurista de principios de siglo. Pensamos, por ejem-' sica y canciones y de filme sobre la música, a menudo nos olvidamos del dibu­
plo, en Apollinaire y en La chanson du mal aimé, que canta a los tranvías que jo animado. Ahora bien, si alguna vez ha habido filmes musicales. ésros fueron.
«musiquentau long deS porté es I De rails leur folie de machines». por antonomasia las caricaturas de la serie Sinfonías tontas (SíllySymphonies,
La confrontación de Iafábrica. esta orquesta del progreso. con la música es de Walt Disney.
pues inevitable. sea mediante la continuidad y la asimilación. sea mediante la En la famosa La danza macabra (SkeJeton Dance, de 1929). realizada por
oposición y el contraste. Por ejemplo. en uno de los humerosos tilmes fantásti­ Ub Iwerks y Les Clark. a partir de La marcha de los duendes de Grieg, que cau­
cos producidos a principios del cine sonoro. La legión de los hombres sin alma só sensación. unos esqueleros utilizan como instrutnenros sUs propios huesos.
(White Zombie. 1932) deVictorHaJperin. u.n g~niQctel mal.~sirvedecunamis..,; Tal como hemo~ expuesIO en La {oile trouée y Lá audio visión. fue, gracias .J este
ma !Íf,oga p;;¡.ra sqjuzg3I a los empleados de su fábrica y para pqnera.su merced género de filmes que la época se reveló a sí misma como lireralménte 10('0. por
ullJ1 amujer bl¡}n,ca,'<Estepa,ralt;lismo.[."J -dice Noel Burch- repercute en la la sincronización: todo objetodibljjado sincronizado con una nOta musical se
banda sonora: al alucinante estruendo. lleno de chirridos.y roces inauditos, de convierte eUesta música. y la música se conviene en éL La síncresis permite
una fábrica de pesadilla servida por esclavos despersonalizados. responden las que el mundo dibujado came y baile má.sfácHmenre que elmundofilmado. por­
suaves armonías de un piano. acariciado por los dedos de hada de una mujer que el primero eS más maleable. abstracto, estilizado. Desde entonces. la resis­
idealmente sumisa.» IDu muer au par/amo pág. 55). Por supuesto. la ópera wag'" tencia que oponía el mundo a someterse al ritmo ya la melodía caía por su base.
nerianaha anticipado tal hallazgo en la escena de la forja del :.íibelheim en El Cuando, porañadidura,'objeros e'instrumentosmusicales se ponían.urocar por
oro del Rllill. sí mismos, en un mundo «hilozoísta» {donde todo está vivo/encantado. e1júbi­
A pesar de todo. aunque el ¿xito de eStos ({poemas slnfónicosconcretos>~ lo llega a la CÍma.. Por ejemplo. en The BirthdayParty (1930L e'l ratoncillo :"li­
que utiliz¡m sonidos \erdaderos de tranvías. máquinas y locomotoras. se mues­ ckey toca virtuosamente un xilófono, que se pone a cocear éomo un caballo y ;l
tra desigual y afronta muchas contradicciones concretas :-1 as mismas. en el tocar por sí mismo. saltando solo. de manera que retumben en cadencia sus lá­
fondo~ que Eisenstein ya había encontrado en su pretensión de tratar. las imáge­ minas afinadas: a los taburetes del piano les salen bracÍtos que rocan el teclado ...
nes cinematográficas t2()mo puros ideogramas- sería erróneo condenar .el uto­ A su alrededot~ roda está dominado por la danza. en la dionisíacaembriagucz
pisrrtode estos experimentos. Estas invesúgacione~ nosolameme contribuyen a de 1· sincronismo.
enriquecer uno de los penodos máscreati vos y más vivos de la historia del dne, Precisamente. varias de estas Sinfonías tontas ilustran la situación. tan que.,.
sinoque también, gracias' a ellas. éste pudo acceder rná.;; rápidamente. al domi­ rida por el cine sonoro eh sus inicios. del conflicto entre el ja=- y la música cii:­
nio de la estética yde la.t;!cnica: sica, como. por ejemplo, una «guerra de músicas» que desemboca en laTecon­
ciliaciónde ambos reinos. gracias a los amores entre un Romeo-saxofón y una
100 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 101

Julieta-arpa. Nos preguntamos si este tema no serviría para representar final­ Las primeras imágenes se sitúan en una calle: oímos una banda y poco des­
mente la fuerza arrolladora de la música, atemperándola y mostrando elantído­ pués pasa por el campo visual. un destacamento del ejército de salvación. que
te musIcaL bajo ei n~mbre de~<armonía». Cabe recordar que oír una músicarít­ justifica esta música. Este tipo de efecto, muysímple. fija la postura que va a
riúca baila~a,amplificada a gran volumen en una s~la er<;t aún mía e.xperiencia guirseenadelante: la música no provendrá ya de un fondo brquestalfuera del
nuevaque entusiasmaba. tiempo y del espacio, sino que estará siempre ligada al tiempo de la acción y a
Arfinal de este decenio,ei largometraje.de ,animación Faluas[a(Fantasia. su marco concreto.
1940)~m'~s un filme-balletque un filme musical, a pesar de las obras de Dukas, No hay que olvidar que, como en otros'filmesde gángsters de la épQca. asis­
Bach, Stravinski, ChaikovskÍ, Beethoven. etc.~ que le sirven de base- represen­ timos a una evocación delasdos décadas precedentes. cuya,acción se extiende
tará el'coronarnientode tal experimentación. aunquedebemosnorar que todamú­ durante un gran número de años. Para el público, como ocurre hoyen ciertos fil­
sica profana y vulgar ha sido elimInada: Elaliemo dionisíaco. temperado y desa­ mes de los ochenta y noventa, Public Enemy también era una retrospectiva mu­
bridó, se' conviene en danza. de fauno en la Pastoral de Beethoven.o bien se sical, que jugaba con la complicidad de reconocer los fragmentos interpretados.
expresa ~ tra:vé~ de lá b¿)j"barie refinada' de La consagraCión de la primavera. obra Por ejemplo, en un café, oímos COmo resuena un piano mecánico al estilo ra?­
que fue sometida -~-q:m el cónsentirniento desu autor- a un resumen que lecor­ time «años diez», que toca in<iiferente a la gravedad del diálogo entré Jos gángs­
ta las alas. Y si el poder de la dinámica musical está representado en un episodio terso Pero; como por azar; el fragmento temlina bruscamente con una cadencia
de El aprendiz de brujo de Dukas, que insiste en la figura del mago que amaestra musical,exactamente al mismo tiempo que'la última réplica de la secuencia,
a los elementos, tal poderse representa de una manera controlada y culta. Así, el fragmento musical, por así decirlo. encierra a la secuencia en suburbuja
temporal.
Más adelante, en un restaurante. escuchamos una música de orquesm., Para
Asesinato y música representar una elipsis temporal (d sea, «unos momentos más tarde» ).la músi­
ca de orquesta baja rápidamente al tiempo que la imagen se desvanece en un
En esta época empiezan a utilizarse cienas «figuras» características. cienas fundido en negro, dando paso a un piano solo, aunque nos encontramos aún en
esce~as para hacer con música. Ello ocurre especialmente en una de las pelícu­ el mismo lugar:· Esta: sustitución' de una música por otra sugiere por sí sola el
las de gangsters más famosas de la época, Publie Enemy (1931) de Wi~li~m paso del tiempo.
Wellman, una obra que enseñó a Martín Scorsese, según sus propias palabras, En una escena íntima entre James Cagneyy lean Harlov:. el gángster y su
la fuerza de un «contrapunto musical». Scorsese le ha rendido homenaje varias amante, resuena un ambiente de espectáculo de variedades,dlllce y sentimental.
veces, especialmente en ciertos efecto~ de present.ación de personajes en Malas supuestamente una música de radio, cuyo desarrol1o no sigue ostensiblemente
calles (Mean S treets,. 1973),' y también en Boxear Bertha (1972), así como en al del diálogo. Sentada en sus rodillas, Harlow declara su amor a Cagney. Un
las réplicas de Toro salvaje (Raging Bull, 1980). Por entonces" este filme era timbre interrumpe sus retozos. La música se acaba --coincidencia- justo
consideradQ'de una crudez~ increíble, anterior al Código H(iys, que impondría cuando Jean Harlow abre la puerta a un gángster que viene a anunciar al prora,.
al cine americano su~ normas de autocensura. gonistauna mala noticia. Precisemos bien que la música se acaba y no que se
Los títulos de crédito de Public Enemy, que encadenan una serie de . '.corta. osea, que llega a su término, y que la frase musical es conducida hasta su
«fotografías animadas», son típicos dela época: sobre un fondo musical, los ac­ ."C' ,':4c','T,,':,~cadencia. Así, ~amúsica contribuye, tras su carácter natural de elemento de la
toresposany miran aJa cámara,identificados-por su-nombre y el del persotlaje o.más bien del decorado, para la separación entre escenas.
que encarnan, como por ejeniplo'-<<James Cagney como Tom Powers». Estamos .bL:ase~smato del gángster Putty Nose, del que Cagney sospecha que le ha
ante la transP9sición cinematográfica de la carátula de un folletín radiofónico de "'~.VUCl.I.lV, propicia una escena particularmente espectacular, que pone en jue­
la época; Estas fotografías equivalen a una enumeración hablada sobre un fon­ lctllvaime:nte a la música y que será muy imitada en adelante, especialmente
do musicaL Los crédit9s finales de Ciudadáno Kane se realizarán con ese mis­ le Maleo (Pépé le Moko, 1936). Cagney y su cómplice van a buscar a la
mo espíritu, en 1941; como un efecto ya «retro» de alusión a la radio ya este pe­ su casa; entendiendo rápidamente lo que le espera, éste suplica a los
ríodo. del cine sonoro. smOIIlbrles y, para enternecerles, les recuerda una canción que les cantaba
102 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES (1895-1935) 103

cuando eran pequeños. Entonces se sienta al piano, acompañándose con una voz cadencia del profesor Rath, que tras ser cautivado por los encanto's de una
al principio ahogada por el miedo, y después más segura. Durante este tiempo, cantante de cabaret, Lola Lola, se mete en el ambiente de ésta, sec~sa con ella
Cagney se coloca detrás de él y sin que le ....ea saca su arma. La cámara se gira y, convirtiéndose en su esclavo, la sigue durante sus giras. ApaEecerá muerto
y, con una panorámica de izquierda a derecha....se «encuentra» con Matt. el cóm­ en su antigUO despacho de profesor~ donde tán seguro d~ sí mismo y tan triun­
plice presente y testigo pasivo. ConÚfluamos escuchando, sin ninguna ruptura fadorsehabía sentido. Este filme, cuya parte musical fue encomendada a
sonora, la voz de Putty Nose desgranando su lastimera y 'vieja canción (¡que Friedrich HolHi.nder, apenas inclUye nada más que «música de pantalla», to­
despertaba los recuerdos de la niñez de los espectadores de 1931 !). Sin embar­ cada o camada en .el cabaret, así como también una canción en la escuela.
go, simbólicamente, coincidiendo con la palabra broken (roto), un disparo re­ Como en muchas obras de la época. el principio 'y el final constituyen las dos
tumba fuera de campo poniendo fin a la canción, mientras que oímos notas errá­ únicas excepciones: .la música de los útulos de crédito, verdadera obertura de
ticas tocadas al azar, mezcladas con un estertor humano. Esta metonimia sonora una escritura bastante elaborada, empieza con unos efectos orquestales sobre
sugiere. sin mostrarlo en imagen. que el pianista se desploma sobre el teclado en la pantalla en negro. Después arremete con variaciones irónicas de la célebre
que tocaba un segundo antes. Es una varian[e un poco cruel del motivo cinema­ aria de Papageno en La flauta mágica. «Ein Mannchen und. ein WeibcheB».
tográfico de la canción interrumpida que tanto sorprendió al público en El can­ que encadena posteriormente con alusiones a los temas de las canciones de
tor de jar.:.. en que el stop del padre haCÍa el papel de disparo. Lola Lola.
Simétricamente. la otra escena impresionante de asesinato reposa sobre una Esta aria de la obertura de Mozan. en laque el buhonero Papageno aspira
música. esta vez grabada. que contrariamente no se para sino que persiste; a encontrar la «media naranja» que le falta. haIlaenseguida una justificación
Comodi,ce la frase: «El muerto (lo grabado !agarra al vivo». Esta vez, Cagney en la acción. donde aparece tocada por el carillón musical del colegio. a la hora
será la víctima. Ya una primera vez. acribil12do por las halas de sus adversarios. en que Rath empieza las clases cada mañana. Al· mismo tiempo. cabe ver en
había pedido. tras restablecerse en el hospital. perdón por sus crímenes. Enel ello una alusión' velada a la soledad del protagonista y a su futuro destino con
apartamentofamiJiar. su amorosa madre ;;.c ;;ntera con alegría del próximo re­ Lola Lola. ya que va a ponerse en ridícu'lo delante de toda la ciudad haciendo
torno del hijo pródigo. La madre pone.un "::Í::,coen .el fonógrafo. un'vals'lento; un número de payaso. en elque es humílladopor un mago que saca pájaros del
Suena el timbre de la puerta. el hermano \.:;. :1 abrir y descubre a Cagneyen la 'sombrero y chafa los huevos de ¿sto~ :;obre la cabezadeRarh. El állgel l1 zIlI.
entrada. de pie. envuelto como unamomi2..:omo si fuera la entrega de un pa­ por tanto. está construido en panes\..1bre el tema de los pájaros: oímos aves en
quete. Inmediatamente~e desploma. muerte' La madre aún no se ha dado CUen­ la escena de la introducción. mientr~ que el cáilario del profesorRatli mUere
ta de nada. La canción del fonógrafo contir:uJ. girando hasta acabar. La imagen al principio del filme. La decadencia de Rath empieza el día en que se poné a
de los surcos ya mudos. mientras la aguja';gue su inúril carrera sirve de base a ímitar a un gallo para di vertir a los inyi rados a su boda. Recordemos que la pa­
la impresión de la palabra «Fin». labra vogei (pájaro) está asociada en Jlemán' a una serié de expresioriespopu­
Una música brutal mente interrumpida ¡::veun ruido. símbolo del destino yla lares lígadas eritre otras cosas a lalcx:ura (tales como <<tener pájaros en la. ca:'
muerte (gol pe, disparo ): otra. alcontrario.irunterrumpida; :l ~argo de un sopor­ beza» L Tales alusiones ocultas siempre han existido en el cine,. tanto mudo
te mecánico (caja de música. pianola. fono grafo. proyección. radio) o por un como sonoro. A Veces sólo sirven para que el compositor o el director «disfru­
cantante indiferente que encarna al destino: d.cine.c()n Pl{hlicEJ1(:my~ ~caba de ten» incluyendo una pincelada éargJ.d:l de sentido. Por poner un ejemplo ac~
plantear yresolver en un solo filme.dos siru~..;ionesdramáticasbásicas a lasque tuaLentresacado entre muchos otros. ¡;;n el filme realizado en 1991 porRob
puede dar lugarelmo\"imiento musical. Reiner Cuando Hm~T)'f,!ncontrú a Saify l. When Harry met Sally), enel momen~
to en que 105 dosprotagonjstas.\'Íej\..'~ Jmigos que siempre han c'xcluido la po­
sibilidad de ser amantes. caen una en brazos del otro. unl'iano desgrana tran­
La música cortada quilamente cierto tema. y el público~ericano no el europeo·....:·: capta la
afusión. y oye interiormente la letra Je la vieja canCÍón citada: «lt had tobe
El ángel aZl!l {Derblaue Engel. 19_~O '. d· célebre filme de Joseph von you» (tenías que ser tú.erainevttableL
Sternberg que descubrió a Marlene Diern.:h. cuenta. c()mo sabemos, lade~ Los dos últimos minutos de El úJl!fela:ul reintroducen una música sinfóni­
1()..f UN SIGLO DE COMPAÑERISMO SUEÑOS Y REALIDADES 0895-1935) 105

ca de estilo grave. que conduce al momento en que se descubre el cuerpo de por su rapidez e irregularidad. El director nos invita a entrar, ya en e] salón en
Rath. mientras nos taladra el tema de Papageno, cruelmen.te enunciado por el re- que' ella toca. ya en otra habitación donde. asu vez. un coronel rusoque ha
El resto del tiemp~. el filme n<? deja lugar más quea una música .«vulg~r)}. entrado en su casa en secreto, registrasus papeles. con un rápido montaje al­
.. Toda'.íaideade Sternberg c;onsiste enotorgarvalordramáticoy.simbólico a temadoentre las dos habitaciones. Aquí. al contrario que en El ángela::.ul.
l0::;~~cortes de música>~: que s~ producen cuando alguien abre o cierrauna puer­
Stemberg no interrumpe la música. pero multiplica audazmente las \"ariacio­
ta.. admitiendo ---como postula el director- que basta con cerrar. una puerta nes y discontinuidades de nivel y de presencia sonora en el fluir de las notas.
para detene.r co~pletamente ~l $oJ1ido de ~~a orquesta, cosa que debemos acep­ según nos encontremos en el salón o en la otra habitación. reactivando me­
t2I a pesar de su falta de realismo. AsLcuando Rath abre la ventana,mientras co­
diante estos saltos súbitos la música de Beethoven en el interior de una frase
,. u~a tarea'encomendadaa sus alumnos oímos cómo se eleva en el patio de musical.
la escuela una canción ll~na de frescura. pero cuando poco después. habieIldo El procedimiento de la «música cortada», que se producía. fortuitamente. en
co~fiscado a un alumno~na foto de LoÍa Lola, Rath cierra la ventana, Jacanción esa época. al apagar una radio o levantar el brazo de un fonógrafo. nos parece
se ínterrump~ totalmente. en Stemberg un buen ejemplo de aplicación creativa de un nuevo efecto permi­
Hasta entonces. Rath era el único que podía decidir parar la música., La pér­ tido por la técnica.
dida de su poder se simbolizará mediante la largas escenas en que. mientras es­
pera en el c~merino de Lola Lola. un payaso triste que no para de ir y venir de
k.escena a las bambalinas proyoca continuamente, abriendo y cerrando la puer­ El filme musical social
ta.. «oberturas» \' .,cierres» del sonido. Estas paradas bruscas, siempre ligadas a
ra acCión. que ~ueden haber sido realizadas en el montaje de la banda óptica o Finalmente. no podemos evocar este período sin mencionar las numerosas
bien haciendo parar brus~amente a la orquesta en el mismo momento de la fil­ y apasionantes tentativas de hacer del cine el apogeo y el vehículo de una nue­
mación. dan frescor y vivacidad a esta música, percibida en la vertiente imper­ va fonna de opereta social, pedagógica, política y satírica. inspirada en las
fecta. oscilante. de su interpretación. De hecho, estas explosiones dionisíacas se <<piezas didácticas» Lehrstückbrechtianas. No es de extrañar que Pabst rodara
ven acompañadas por un ambiente. extraordinariamente vivo,. de conversacio- " en 1931La ópera.de tres centavos de Brecht y Kurt WeiJI, en «versión doble»
nes: la músÍca, mezclada con el rumor de su público, se convierte entonc~s en alemana. y francesa, tal como era corriente antes.de la generalización del do­
un objeto real. blaje. En muchos casos, este tipo de obras estaban pensadas directamente para
Estos cortes abruptos no son en absoluto el resultado de una simple imperi­ el cine, como más tarde Jacques Demy haría con Michel Legrand y Michel Co­
cia o elsimple efecto de una limitación técnica que uno se resigna a soportar (en lombier en sus dramas y comedias musicales, mientras que los filmes musica­
l~ época era difícil obtener grabaciones <? fundidos de sonido) o de una tradición les hollywoodienses son a menudo adaptaciones de espectáculos de Broadway
arin no establecida. Stemberg, lejos de limitar dichos cortes abruptos a fin de o compilaciones de canciones y músicas preexistentes, alrededor de las cuales
que no llamen excesivamente la atención los multiplica aún más, introduciendo se construye una historia. Mediante el sesgo de la canción y el ballet, los auto­
la idea de una circulaci6n·incesante, de un juego obsesivo de puertas abiertas y 'sueñan con hacer del cine un arte del testimonio y de luchas un arte con
cerradas en el camerino de Lola Lola, que traducen la imposibilidad de Rath :merusait~. incluyendo a v~ces ciertas comedias musicales de la Warner, cuando
para poder gozar de una intimidad en privado con esta mujer. Por otro lado, pa­ las:C.blcas de Busby Berkeley denuncian, a través de las canciones de Dublin y
rece que el. director apreciaba' p~culannente el efecto dinamizador de estos las desgracias debidas a la depresión o deploran la suerte de las viudas
CQItes sobre la propia materiá sono13 de la música grabada. combatientes de la Gran Guerra.
, Un poco más. adelante, en Fatalidad (Dishonored, 1931), rodada en Amé­ ~o]r:eiemDlo, Se acabó la crisis.(La crise est tinie, 19341 de Robert Siod­
rica también con Marlene? Stembergintentará, sobre la misma base, un J).ue­ ~~~1aclo en doble' versión alemana y francesa, es un filme musical social
vo experimento de «música cortada», haciendo tocar a la protagonista (esta en tomo a una troupe que monta una revista. Para Dans les rues
vez en el papel de una prostituta austríaca convertida en espía de su país), el ,deVictor Trivas, drama de un muchacho que se ve abocado al ban­
adagio de la sonata Claro de luna de Beethoven, en un tempo extravagante 'Por culpa de la pobreza, Hanns Eisler compone una música inter­
106 UN SIGLO DE COMP,AÑERIS~O SUEÑOS Y REALIDADES 0895-19351 107

mitente, destinada a interludios mudos tratados con cierta estilización didác­


en aquella época había adquirido prestigio internacional, y cuyas obras servían
tica. El s0rprendente filme Robber Symphony (1936), dirigido y musicado por
de modelo. Clair había sido calificado á menudo, cosa extraña, como «antimu­
la misma persona, Friedrich Feher, un austríaco eniigrado a Gran Bretaña,es
sical», á causa de Ciertas déclaraciones suyaS, aunque~ en 'una serie de cinco fil­
una especie de ópera ballet social. a la, vez culta y popular, que gira alrededor
mes -Bajo los techos de París (SOUS les toits de París,. 1930), El último millo­
. de una suma de dinero escondtda en un organillo, que una 'compañía de artis­
nario .(Le deniier milli3rdaire~ 1934), El millón' (Le. niíllion, 1931),· Viva la
tas ambulantes pasea por Europa central. Esta tendencia persistirá hasta fina­
libertad (1931) y Catorce de julio (Quatorze Juilet, 1933)-, el dírector había
les de los años treinta, y en uno de los primeros filmes americanos de Fritz
experimentado todas las posibilidades de hacer del cine «sonoro» una ópera có­
Lang, Sólo se vive una vez (You only live once, 1937), encontrarnos aún can­
mica moderna. que no trataba solamente, como muchos creen, sobre pobre gen­
ciones y coros hablados, con un mensaje destinado tanto a los personajes
te pintoresca e intemporal que \ivía bajo las buhardillas, sino también sobre el
como a los espectadores. mundo moderno, sus crisis y sus cambios.
La movilización de la música en el combate o en la expresión política era, Por supuesto. el «mensaje» de es[as obras cuidadosamente elaboradas (que
en aquellos años. un fenómeno internacional: muchas comedias soviéticas, contaban con los mejores compositores de la época, como Georges Van Parys.
como Garmon (193.+) de Igor Savtchenko. uno de los primeros filmes sonoros Maurice' Jauberr y Georges Auric). tiene tendenCia a restarles fuerza, ya que
rusos. se sacrifican a esta moda y recurren a melodías populares. En las manos suele conducir a un anarquismo carnpechano y paciente, tal como se ha subra­
del protagonista. el instrumento se conyierre en símbolo y arma para defender la yado a menudo. Sin embargo. Ren¿ Clair marcó e innovó mucho la foona, ins­
revolución agraria contra los «kulaks» pero también para reconquistarel cora­ pirándose en la concepción y la ':5critura de la ópera didáctica brechtiana. Clair
zón de una dama. reconciliando así la bús'queda de la felicidad con la lucha po­ ha utilizado técnicas muy osad::.s: rules como coros hablados en off que se diri­
lítica. EnAlegres compaiieros (Vesiolie Rebiara. 193.+) de Grigori Alexandrov, gen a los personajes de la panta.i!:l... ( \'oCes interiores cantadas» (en El millón l y
uno de los grandes éxitos de la época. «la joven y snob Lena tomaal músico otras fórmulas que ejercerána.."119iia intluencia. Pordesgrada. no siempre con­
pastor Kostía por un gran director de orquesta y le in\'ita a su casa. Kostia llega sigue que sus músicos cOmpart2.n el aliento de su proyecto: especialmente en
con su banda y saquea la villa. Acto seguido: p~l:rte'hacia Moscú. dondé forma Viva. la libertad. la simplicidad 2= las melodías de Geoqjes Aune ~e contradice
una orquesta de quesedespluzJ cmun<coche fúnebre. En el Gran Teatro, con el carácter disperso. parlan.::;"ín. miniaturista deta orquesrución.
una batalla musical los enfrenta a una orquesta más convencional» (Jean Ber:': Es interesante ob:,ervar el filme apela a cieftasconvenciones que son
nard Bonis. en D;ct;Ol1tlire des filmes. pág. -\.0 l. Estas películas crearon una tra­ diferentes de las que se estabk.::~rjn más adelarite. No recurre al reCitati\'o
dición propia de comedia musical rusa, que integrará posteriormente el tema del perpetuo de la músicahollyv"OL~iensc Clásica, sino a un modelo heredado del
jazz. sea como símbolo de la estéüca decadente. sea. mucho más tarde, como cine mudo. en el que c.1da secuencia musical está puntuada por un ritmo princi­
símbolo de la libertad cen contra de los apparatchiks. Durante esta época, los pal obsesivo,
americanos producen comedias musicales más frívdh:1S, mostrando tradicióÍ1al­ En un· rriomenro de la acción, por ejemplo. unosfadrones se pasean apaci­
mentea un compositoto un bailarín clásico ruso, que despiertaa'losplacéres' bÍementé por hi fábrica de en la que han quedado encerrados. La
parisinos oca1ifomianos. La música se hace. así. metáfora de temas humanos; música adopta unrempo rápido.cnrazón del aspecto cómico de la escena. Para
históricos y políticos, nuestras costumbres como espc-:tJ.a.ores. tI existe una contradicción entre su tem~
En extremo oriente .. un ,admirable filme chino que podríamos traducir cOíj1o po presto y el comport.1iniento físico tranquilo 'de los personajes. casi estáticos.
Los ángeles del bulfl'ar, de Yuan Muzhi ( (937), joya del cine chinO de Shán­ De hecho, Auric intentó 'escribir una música constaruementeágil y rápida cuan­
gai.con músicade He Luting. pone en escena los amores de un joven trompe­ do la sittiaciónasflbexígíá. aun~lle serrate de un diálogo interior. Los tiempos
tista q'ue alquila sus servicios para to'c~en bodas y entierros. se enamora lentos están reservados para las c~cenas sombrías o para el ensueño amoroso.
de una joven cantante. cuya .hermana~ prendada de1protagonista. darásúvída' El vínculo motor entre despláz::unientode los personajes y música'aún'no está
para salvarle del hampa. Con este melodráma musical situado eri un ambiente
modesto; el· género encuentra una de sus obras maestras. El filme está conside­ 6: Preferiinos !I:unar . . l1srumbre~ -'=''-'ljue muchos denominan abusivamente convenciones.
rablemente influido.:1I igualque otros del mismo género, por René Clair, quien ténnino que presupone un modo cOI1s.:;e,,:e.
UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
lOS

establecido. La música no busca fusionarse con el diálogo en un recitativo 3. De los clasicismos al modernismo (1935-1975)
perpetuo. . . ' ,'. ,
En aquellos momentos, en 1931, este filme se beneficIa de la tantastlca te~-
nícaalemana. La compleja orquestación de Auric suena con una transparencIa
\ limpieza que las películas americanas de la época están lejos de poseer, y me­
~0S aún si hablamos de los filmes realizados en Francia. A pesar de todo, este
rerlnamiento se revela como un elemento de distracción. El matrimonio entre
música culta y músÍca popular no siempre será fácil de consumar.

En este período pletórico de la primera mitad de los años treinta (sobre la que
hemos creído útil detenemos ya que habitualmente los autores no le prestan de­
masiada atención en beneficio del clasicismo que le sigue). hemos observado múl':'
,tiples tentativas para inscribir la música en el movimientO de la vida -de la vida
,colectiva, física- y a la vez para extraer de la realidad su sinfonía latente. Curio­
$3.lllente,· ésta es la misma preocupación que animaba a los cineastas del' cine
,mudo, razón por la que hemos fundido ambas épocas en un solo capítulo, cuando
.nonnalmente se estudian por separado. Porque las investigaciones sobre el mon­
de finales del cine mudo en los filmes de Ruttmann, Ganee y otros (investiga..:
'~UllC5(·(:¡ue continuarán hasta principios de los años treinta en aquellos países que
más lentamente al sonoro), y las experiencias de los principios del cine
exactamente en el mismo sentido, cosa que no debería sorprender.
~.a.u.:ao,.I~.,14:) experiencias las efectúan las mismas personas: Dziga Vertov, lean
;René Clair. sinfonistas de la imagen, no dudarán en apoderarse del sOnÍ­
par.~trans:multarllo también. Sin embargo, la mayor parte de ellos, pioneros de
~;tellldeJ1CUlS de la música concreta, se distanciarán, al Inismotiempo, del es­
de música de acompañainiento y trabajarán sobre elruido.
110 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-1975) 111

Hemos asistido ajas múltiples tentativas para asociar la nueva pluralidad y arrastrando tras de sí toda una nueva V!~ al tiempo que aparece como ruptura
riqueza demedias del cine sonoro con ayuda de un elemento común, el ritmo, y de la unidad.
a veces también deja música. Uno solo de los materiales del cine se ha resisti­
do siempre, desde el principio, a dejarse arrastrar por esta tendencia; al contra­
rio, él mismo ha tenido que atraer a las otros elementos y obligarles a amoldar­ De la discontiÍmidada-la continuidad .
se a él. Este elemento no es otro que la palabra, al menos en tanto que ésta sigue
siendo naturalista, adjetivo que empleamos a propósito, en vez de «natural», ya Si quisiéramos resumir de manera lapidaria la evolución global de la músi­
que aquí no se trata de una semejanza con la realidad cotidiana. sino de un efec­ ca cinematográfica desde el principio hasta el final de ·la década de los treinta,
to de realidad en el marco del cine y sus referencias. En efecto, no hay nada me­ diríamos que, de forma gradual, el ritmo deja paso a la melodía,o más bien al
nos natural que los refinados diálogos de muchos filmes sonoros. pero con todo, recitativo. El elemento machacón. progresista, dinámico deja paso a la frase
siempre sonarán más naturalistas que las palabras cantadas. En la ópera cine­ compleja, difusa o lírica. que gira alrededor de la palabra. Se trata ciertamente
matográfica de Jacques Demy y Michel Colombier Una habitación en la ciudad de una visión simplificada. pero que traduce un fenómeno de conjunto ligado a
(Une chambre en ville. 1982), las réplicas están más cerca de la realidad huma­ una evolución general del cine.
na y social que en la inmensa máyoría de filmes. Sin embargo. dado que son Al principio. asistimos a una reacción contra la inmadurez. aspereza e in­
cantadas, buená parte del público no Se da cuenta de este hecho. sorprendido. cluso crudeza de muchos tl1mes. especialmente americanos. Sería demasiado
ante todo, por esta alteración de la realidad que 5upone el canto. fácil achacardicba reacción solamente a la presión. innegable. de los comités de
AsLa principios de los años treinta. la palabra no se"une a esta gran danza autocensura de lasproducroras americanaS. ya una ola de gazmoñería. aunque
de ruidos, música e imagen, salvo en el caso de que el estilo del filme. el medio este aire moralizador haya tenido su importancia. Estaríamos ignorando elprin­
social o étnico en el que se inscribe la.acción o el género permitan que seano­ cipio de alternancia que quiere que a una era física. erótÍca. la suceda otra era
naturalista.. sino por ejemplo declamada. rimada. oratoria. etc. El éxito de la pré­ sentimental. etérea.
dica de Zeke, enA/eluya. palabra rítmica. vigorosamente escandida por .la mul­ Sin embargo. sin querer deducir. a. cualquier precio. un esquema causalista,
titud. surge de ahí. Algunas secuencias declamadas" reatralménté en ros dos debemos constatar la coincidencia de esta mengua la música «pánica»en fa­
filmes sonoros de Eisenstein ..Alexander .Yerskí elván. el.Terrible / La conjura vor de la música lírica y el recitarim.al mismo tiempo que se manifiestan otros
de los boyardos ({van Grozni/lvan Grozni n. 19+4-1945), producen el mismo cambios en el cine y en sus formas de espectáculo.
efecto de movimiento globaL debido más asu palabra estilizada. en nuestra opi­ Las soluciones propuestas. los audaces experimentos e intentos llevados a
nión. que a causa de su utilización de la música. perfectamente clásica en su gé­ cabo a principio de los años treinta con el tIn de confrontar el ruido. la palabra
nero. Finalmente. ciertas tentativas de. ,<pieza didácticas»· (Lehrstiick).· de las y la música. a veces,simultánea ya menudo alternativamente. cQnduciránde he­
que ya hemos hablado en el capítulo anteri()r, enfocan hacíael·mismo efecto. no cho, dialécticamente. a acentuar la discominuidaddeluniverso cinematográfi­
siempre consiguiéndolo. co, su carácter dispar. Tomemos un filme tan magistral como El testamento del
Ala larga. pues. ¡apalabra naturalisrá Va a trionfar.·no sin adquirir; doctor Mabuse: sus escenas están encadenadas de una manera muy bri11ante. es­
tos casos. una suavidad y una musicalidad nuevas. pecialmente por la utilización de ecos en los diálogos (un personaje del que se
Se abandona. entonces~ el sueño del continuo «ruido:..música». En'adelante. habla en una escena aparece inmediatamente en la escena siguiente), e incluso
el ritmo del mundo aparece filtrado. disciplinado: los ruídos se hacen más dis­ de encadenamientos sonoros (el tÍc.,tac de una máquina infernal al final de una
cretosyla orquesta sinfónica asume pane de su función. con un lenguaje estili­ secuencia. «se convierte». gradas al montaje, en el ruido rítmico que produce
zado. El cine selinealiza~ se unifica. se atempera. bajo la forma clásica del cine unhombreque golpea un huevo duro ron su cucharilla). Al mismo tiempo. no
centradoen la palabra. que dará lugar a las mayores obras maestras.Sinembar­ se da fusión alguna: todo se parece a unjuego deconstrucción cuyas piezas es­
go. estaévolución conducirá a sacrificar cierta dimensión dionisíaca aportada tán admirablemente ensambladas~· aunque contin úan pareciendo piezas distin­
por la música:. la pulsación~ el beqt~ Este beat reaparecerá. en cierto modo, con tas. El. modo en que la música sinfónica aparece ocasionalmente en el filme
los filmes derock y lás películas de discoteca de los años setenta y. ochenta. cava una especie de abismo. y otorga a las otras escenas puramente habladas un
112 UN SIGLO DE COMP:~ÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODER:-\lSMO, 19.'5-1975) 113

aire de resonancia en el vacío. Por supuesto. el estilo de Langse acomoda ad-:­ A principios del cine ~onoro. observamos un gran númerO de películas en
mirabJemente a esta opción. Sin embargo, en el trabajo de otros directores. la que la intervención musicaL sea ~(de ¡'ondo>, o «de pantalla». es extremadamen­
ausencia de fusión de los elementos crea un efecto de pérdid:1 de unidad y de te limitada o reducida casi a la nada: ñlmes sobre la guerra de ·1914-1918 como
tensión. Cllatr;o de infant~ría (West from 1918,.. 1930) de Pabst o Les. croix de bois
Esfácil decir que ello ocurría debido a que aún no se habían resuelto los di­ (1931) de RaYITlond Bemard. dos obras maestras: filmes policíacos como El
ferentesproblemas técnicos en juego: problemas de orquestación de la música. vampiro de Dusseldoif(M. Eine Stadr eine Morder. 1931) de. Lang: comedias
para adaptarla a la grabación y a la difusión en «sonido óptico". problemas de filmadas .., Posteriormente, se ensaya iD. fórmula im'ersa. practicando un acom­
encadenamiento en el montaje y de superposición en lasmezcb.s. problemas de pañamiento musical ininterrumpido o .:asi,
cohabitación de música y diálogos. La mayoría de estos problemas fueron solu­ En un filme c,amo King-Kong (1933) de Schoedsack y Cooper, la continui­
cionados tempranamente, casi siempre sacrificando. eso sí. el ruido. que es el dad absoluta de la música deMa..\ Steiner permite pasar, sin preámbulos, delo
elemento sonoro más difícil de grabar y reproducir. Ya hemos. contado en otras sentimental al pánico, de lo clásico alo «primitivo),. dando valor a lapoesíay
obras cómo es.ta reducción de ruídos a la condición de «tercer estado del soni­ al aspecto salvaje del filme. fundiéndolo todo en una. forma global en la que lo
do en el cine». después de la abundancia de im'estígaciones a principios c;iel cine sentimental. lo espectacular. elglamo:tr. eljazz. etc.. empiezan a fraguar. a uni­
sonoro -y antes de que el Dolby permitiera devolverles su importancia. en los ficarse y, evidentemente a sertamIZados y asimilados.
años setenta- permitió la creación de un modelo unificado. armonioso. clási­ El propio Steiner, a costa de diYefs3s experienci3.5 .( corno el experimento de
co. de cine sonoro. «música discontinua» de El delawr :The lnformer. 1935] de John Ford, vale­
Sin embargo. cabe recordar que antes de esta era clásica. bastantes obras ha­ roso intento de realizar una síntesis entre el cine mudo y el sonoro l. ayudará a
bían sabido crear una estética a partir de esta discontinuidad. La sumisión de un crear este nuevo modelo.
filme, el tiempo de una danza o de un número musicaL a un ritmo unificador. no ¿Es, pues, de extrañar si al mismo üempoel elemento popular de los temas,
hace. olvidar por mucho tiempo esa discontinuidad, sino que al contrario la sub­ pero también de la música, pasa a ser cada vez más discreto? De modocaracte­
raya, ya que este ritmo nos arrastra en una ola de dinamismo sólo paradeposi­ rístico, en un filme de 1941 como Ciudadano Kane. la música de baile, escrita
tamos ineludiblemente, con la escena diruogada que le sigue. en el suelo rugoso a la manera de los años diez. está asociada a la tri vialidad, al afán de lucro, a la
de la realidad. Esta dialéctica entre entusiasmo y realismo está magníficamente vulgaridad (fiesta en honor a K;:¡ne), y no a una sana yitalidad. Poco a poco, sig­
ilustrada en las películas coreográficas Busby Berkeley, yen la comediamusi­ nificativamente,se va difuminando la presencia.de la música popular eri los fil­
cal de principios de los años treinta. mes para el gran público. Únicamente países como la India, por entonces prin­
En el cine americano, la evolución que sufrirá la música cinematográfica, así cipal productor de filmes del mundo. o Egipto, conservaron durante .mucho
como la puesta a punto, tras varios intentos, de un modelo estable durante cierto tiempo un lugar preeminente para la música y la danza popular. En la India, la
tiempo, configurarán una fónnula unificada, educada, suave y lírica. Es la fór­ música cinematográfica es tan apreciada que existen cadenas de radio populares
mula del cine clásico, modelo en que las entradas y salidas de la música están ad­ totalmente consagradas a su difusión. Suele tratarse de canciones y melodías
mirablemente organizadas para no romper jamás la impresión de continuidad.· En (un filme clásico hindú incluye rara \<ez menos de media docena de temas ele­
esta concepción,la música, a la vez bastante presente (en términos de minutaje) gidos y arreglados por un director musical) cuyos compositores pennanecen
yen un se.gu~do plano(en términos de la atención que se le presta), se manifies­ ·más o menos en el anonimato. Del mismo modo, muchos filmes americanos de
ta, desde cualquier punto de. vista, como un puente: entre las 'palabras --cuyos ... ,estas dos últimas décadas adoptan como música no una partitura origh.al, sino
contamos va moldeando con un ritmo recitativo-- y las acciones físic.asque su­ <éama;selección de títulos popula,;esde rap y de rock.
brayadiscretamente, así como entre el interior (ya que..traduce la subjetividad de l~_~En este sentido, el ciñe del final de este siglo continúa funcionando como di­
los personajes) yel exterior (en su faceta de hacer existir el decorado, ciudad, ·""....·',u.)I:;,au.1"J. y difusor de la música popular -:-übien retoma la tendencia-, bajo la

paisaje exótico, etc.). Evidentemente, una música pe~sada para coexistir con los xtn:nnld.a circunspecta y a veces desolada de los críticos que creían que lagrande­
diálogos debe adoptar un estilo más de fondo, más liviano y por ello, evidente­ cine debía fundarse en un modelo unitarista y «:noble».
mente, el recitativo instrumental wagneriano es el modelo privilegiado.
114 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO' DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935~1'975) 115

Una cita fallida y la bestia sea, a pesar:detodo, una óbra maestra. ¡es evidente la incómodapcr
sición del compositor!
Un motivo de decepción, aún candente, en lahistoria dela música y del cine;. , Así, un, arte de: esencia. PQPular~et CÚleno, sietl'l.pre .hareconciliado· en. su
para algunos historiadores del género, sería el hecho de haber fallado a la cita del­ seno la música popular- de gran difusión, y,unamlÍSi~de estilo más culto. tal
matrimonio entre música culta y música popular. Con la llegada del sonoro, la como sugieren ciertos ·autores. Antes al contrario, ha reconducido esta .diver­
aparición de una música grabada, incluida en el propio filme, no siempre tuvo los genCia hacia el interior mismo del filme.
efectos deseados. Se esperaba que al menos la música cinematográfica ascendie­
ra al rango de arte, así como a una conjunción con los grandes compositores
«cultos», de concierto. Así, Maurice Jaubert propició 'la contribución al cine de La música cinematográfica como músicagra'bada
Francis Poulenc en 1941, en el filme La duquesa de Langeais'(Laduchesse de
Langeais) de J acques de Baroncelli, basado en un texto de Balzac. con diálogos Es un hecho patente (y es increíble hasta qué punto se ha negligido este aS­
de Giraudoux; o ]a colaboración de Darius Milhaud en 1933 en Madame Bovary pectoen las historias del cine) que la música cinemarográfica se ha convertido
de Renoir, y en Sierra de Teruel (L'Espoir) de Malraux, en 1938. etc. También en una música cuya sonoridad, tempo y en suma su realización concreta graba­
cabe citar a Honegger.quien consiguió contribuir, a numerosos filmes, como la da, están indisolublemente ligados al filme. para bien o paramal. En una cultu­
versión de Les Misérables de Raymond Bernard, sin perjudicar su carrera sinfó­ ra como la nuestra en la que. tratándose de música clásica grabada. se da un va­
nica. contrariamente a lo que sucedió con Georges Auric. lor exagerado al intérprete, por 10 que respecta a la música cinematográfica.
Sin embargo, las pocas incursiones de estos 'compositores en el cine~ espe-' hemos caído en otro exceso diametralmenteopuesto.. al no conceder ni .lamás
cialmenteen Francia. no fueron lo suficientemente regulares y concluyentes mínima importancia a la calidad del sonido y .de la dirección de la orquesta.
como para sentar precedente, ni lo suficientemente importantes para cambiar el Por supuesto, para poder apreciarla. RO podemos tener acceso al método
estilo deJa música cinematográfica. Puede ser que parte de la responsabilidad «comparativo» y disponer de un filme con varias versiones musica:les.·Pero·la
sea del sistema francés, y de las condiciones de trabajo que ofrecía. Por otra apreciación del papel de la música en el filme no puede prescindir de este as­
pane. el ofic.io de compositor para lá pantaUaya evidenciaba tener criterios es­ pecto.
pecíficos.,diferentes aJos del concierto olas de la ópera. y el filme no siempre Por ejemplo, a propósito de la sublime Carta. de· una desconócida (Letter
ótorgabavalo{altrabajo del compositor. Tomemos elcasode un compositor de from an unknown· worhan~ 1948L dirigida por Max Ophuls. basada en una no­
talento comoGeorges Áuric. Auric pudo escribir partituras retinadas para al­ veladeStefan Zweig, el escritor y críticoClaude Mauriac declara. en 1948 .. en
gunosfilmes notáblescomo Coartada I,L' Alibí, 1937) de Pierré Chenal. pero el artÍCulo «Hay que acabar con la música cinematográfica») (Le Figarolittérai­
nadie prestó atención a su obra. En otroscasos y para otros filmes.éscribió par,.. re, 1948. dtado enJa obiade referencia de HenriColpi. pág. '+7): «Dado que es
titurasmáscorrientes.delegando a otro la instrumemación. ¡y se le acusÓ de necesario atacar,url"punto preciso; vulnerable [sic 1como es la concepción rradi..,
malgastar su gran talento! En La bella y la bestia (La belle etlabete. 1945'1. el ···'áonal·delci~.s:~ que una vez más atacaré aquí. hoy voy adenunciar·lo que se ha
autor:-director Jean Cocteau se jactaba de haber superado sil propia música yde dado enl1am~ músicacinematográfica.Noes·que la parrirurade DanieleA.m.,
haberla desplazado de ciertas .escenas. aplicándola a,9tras en que no estaba pre...; titheatrof;sea peor que.cuatquier otra. Lóque le voy areprochar~bién podriaha­
vista. ConeUo, el. compositor se v.eía desposeído de una parte de Su trabaj o yde betl9' hecho respecto a cualquier otra banda sonora. Sí esta eoo.tribuciónal fil­
suelecciÓn. Por otra parte. en este filme~ la calidad acústícaconfusade la mez­ me-fne ha parecido inadmisible. ello se debe á que una yez más ha dispensado
cla ydesuttaslacíón a película (problema recurrente en el cine francés. no lO:­ al director. por los medios más fáciles. si no los más bajos. de enriquecerdirec­
tahnente resuelto hasta hoy en día). hace difícil encontrar el menor ddeiteacús­ tamerite sus imágenes; Enefecto, esta clase de música no tiene otra razón de ser.
tico. Io.quelequita parte de su efecto.' Y dadoqueesto no impide queLa bella en su fonna actual, que ládeañadirun fondo sonoro que, sin que el espectador
tenga muy a menudo conciencia de estar escuchándolo. la conduzca a cierto es­
-_ En dmomento en queestámos acabando eSl.aobra.acaba de aparecer umnueva v.ersión ta.doafectivo en que ni elarte ni el alma han tenido demasiada intervención.
;<reníJ\'ada~) digitalmente de t!ste tilnie. se
Así; cuando añade un color sentimental alas diversas secuencias. las imáge­
UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOSCLASICISMOS AL MODER!'\ISMO (1935·19"5, 117

nes se ven lasrradas con un peso suplementario de ternurá, de emoción o de Suponiendo que estemos de acuerdo con este juicio. lo ideal sería poder «re­
am~r. ·iFuera~Es'vergonzoso que personas normales c:o~o nosorros, nos deje­ mezclar» el filme, volviendo a grabar la música, para darleJabellay estreme­
mos arrasúar pÓr eso. Por mi parte, hace mucho que dejé de marcar .el· paso». cedora calidad que merece, y refundir esta sonoridad con el sonido de la época,
Se podría decir que la cuestión de la vergüenza que ClaudeMaurülc siente no No se trata de una especulación abstracta, ya qUe es perfectamente factible hoy
leconcíemetnás que aéi 1lÜsmo, 'al igual que su protesta de insensibilidad (<<dejé en día. acondición de disponer de los elementos de la mezcla primitiva, ruidos
de miu-car el paso)) ) que 'se interpreta fácilmente Comopor ~a vía de la negación. y diálogos grabados por separado. y que éstos no ~e hayan degradado ni hayan
ASImiSmo. parece que .la idea de un medio del que no tenemos conciencia --di­ sido .destruidos.. Sin, embargo. con .todo .. la operación sería costosa:.yexisten
rección que iba a tomar chiramente la música cinematográfica a partir de fina­ otras urgencias por lo que respecta a l:l consen'ación y salvaguardia de las pdí­
les de los años treinta- chocaría con cierta concepción del arte fundada 'enla culas.
conciencia lúci~a .. Ahora bien. notefilos sobretodo que.contrariam~nte a lo que En un filme dirigido por el mismo Ophuls en Francia. cuatro años más lar­
da a eritender el término· usado por Mauriac, éste no ha escuchado precisamente de, Le p/aisir ( 1952), la calidad aproximativade la ejecución de unatranscrip­
una partitura de Daniel Amfitheatrof, sino una simple interpn'!tación grabada. ción instrumental del A ve verum de Ñiozart. enuna núsa campestre, tiene un re­
cuya calidad o médiocridád pueden desempeñar un papel nada menospreciable sultado absolutamente diferente. ya que es deliberado. porque se atribuye a un
en el efecto final. pequeño conjunto de violines y armoniopresente~ en la íglesia. Aveces es so­
Verdaderamente. ClaudeMauriac no podía o no quería reconocer que esta bre estas pequeñas diferencias sobre lo que reposa el equilibrio de esa partitura
música que le había impedido dejarse ganar por la emoción. era igualmente la grabadaque es un .filme.
músicá que le había arrastrado a dicha emoción.
¿Qué le Jaltaa esta desgarradora historia de amor no correspondido, inter­
pretada por Joan Fontaine y Louis Jourdan, que es Carta de una desconocida: La regla y la excepción
Nada, si ~os ceñimos a nuestra posición fundamental: abordar el filme tal
como es)', si nos gusta O emociona, no desmembrarlo en nombre de lo que po­ Vamos a hablar de lo que comúnmente se define como la fórmula clásica de
dría haber sido. Aunque algo echaremos en faIta si cuestionamos no el prin­ la música cinematográfica, tal como fue establecida por cienos filmes hollywoo­
cipio de una música sinfónica de acompañamiento romántico -sin laque el dienses. Sin embargo, cabe preguntarse si es lícilo hablar de «la» música cine­
filme sería inconcebible, y cuyas funciones estructurales sobrepasan amplia­ matográfica. Basta considerar el conjunto del cine americano y francés de los
. mente sus «efectos» particulares- sino la ejecución y el sonido de dicha mú­ años treinta y cuarenta para darse cuenta de que las técnicas, las prácticas, las
sica. La orquesta de los estudios Universal, dirigida por el propio composItor, estéticas y los géneros pueden ser muy diferentes, incluso en el interior de un
tiene en el filmé un· sonido pesado, debido tal veza la calidad de los instru­ mismo país .. Solamente.podremos deducir las tendencias, las referencias y los
mentistaS. a la dirección de orquesta, a la toma de sonido o a la m~zcla. En'un ténninos medios. Evidentemente, es muy fácil juzgar toda la músicacinemato­
filme de este género, al filo de la emoción, en que la actriz principal, Joan gráfica a través de una decena de filmes considerados como los únicos válidos,
Fontaine, actúa estremecedoramente, como si fuera el canto de .una soprano Q como representativos del resto; o bien establecer categorías abstractas y a
de una extrema delicadeza, la música tendría .el ingrato papel de ser simple­ priori, y considerar sólo aquellos filmes que encajan en ellas. Muchos historia­
mente su acompañamiento.siempre a punto de caer en el exceso. Entonces, es dores del cine han caído en estos errores, obviando la necesidad de ir a ver y es­
lógico que la.música que oímos en el. filme tenga a veces esta especie de pe: ttldiar los filmes. Sin embargo; a pesar de las apariencias, también es fácil, y
sadez, simplemente porque ,no está a la..a1.turadel resto de los elementos. Nos ,poco esclarecedor, ir en contra de t~tentativa de generalización y de síntesis
permitimos, opinar, 'sin poder-comprobarlo,. que la lcaUSa no reside en la .escri­ ;J.ieFamahistoria bastante· compleja, exhibiendo algunos filmes descubiertos en
tura de .la .músi~ -adecuada .en~un :sentido {exacto,~ino.· en la ejeCución~, . En :mta proyección, que representan siempre la «excepción» - y las haya monto­
cárta de una desconocida esa.actriz que es la música no interpreta ~no es in­ nes- a leyes que, finalmente, se observarán con bastante regularidad. Cual­
teIpretada-- en el mismo nivel de calidad que los otros elementos,.aunque su -;quiera puede encontraren un catálogo, en televisión, durante una proyección,
texto, la partitura, no tenga la culpa. wfilme de una época detenninada, de un género.deteIminado, que justamente
118 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS,ALMODERNISMO.(1935-1975) 119

no cuadra con el modeloestablecido para describir aquella época o aquel géne­ novar el cine.. negro mediante' un realismo casi documental En algunas de estas
ro; y cualquiera puede utilizar dicho filme·como anna para. ridiculizar cualquier eL
películas r rodadas,en:localizaciones reaIes.. didactismo· del, tratamiento y'la
clasificación, o, como sedice~ cualquier «teleología»~ es decir, cualquier con­ autenticidad del decorado casan, perfectamente con las. convenciones -musicales
cepción finalista. Algunos investigadores brillantes, hastiados de la generaliza­ «expresivas» habituales. yeon una música deJondo. al igual que ocurría en Ita­
ción ignorante, no dejan de ponemos en-guardia en contra de fórmulas como lia en la misma época, con la obril de Rossellini. ,En otros' filmes. realizados con
«eh> cine mudo (que por supuesto no loes), «la» música de Hollywood, etc. La similar propósito. se intentará volver a los hábitos de los principios del cine so­
abundancia de las investigaciones realizadas sobre dos o tres períodos privile­ noro. No existe una fórmula' absoluta y menos aúnunaJórmula homogénea y
giadosdel cine (principalmente los principios del cine mudo, ·la transición del coherente de uno a otro extremo.
mudo al sonoro y el cine clásico de Hollywood de los años cuarenta) revela, en Sin embargo, ello no invalida la noción de convención ni de modelo. Una
efecto; tal diversidad. cuando tales períodos se observan con lupa. que no nos historia clara y completa del cine ---cosa que por el momento está sólo bosque­
arre vemos a aventurar ninguna generalidad. Sin embargo. esta posición corre el jada en lo que concierne al sonido. a causa de la extrema rareza de aquellos que.
riesgo de servir de excusa para la pereza teórica. Una vez que han conseguido como nosotros, se consagran a este campo--- podría ciertamente situar este fil­
demostrar que El cantor de jau no era un caso aislado, y que, después de todo. me en relación con Dassin yel cine negro. a la vez por su especificidad musical
la distinción entre mudo y sonoro es arbitraria (cosa que observamos en más de y por cierta continuidad de «realismo». como alternativa a otros filmes produ­
una tesis de investigación), ciertos críticos estiman que su trabajo ha terminado cidos paralelamente. Sin embargo. este tipo de trabajo·no se efectúa solamente
y se quedan ahí. a golpe de filmografías de directores ni de catálogos de compositores. ni siquie­
Sin embargo. esto no es suficiente: Tomemos por ejemplo un'filme bastan­ ra entrevistandoúnícamente a estos últimos. cuyas palabras no tienen valor his­
te conocido en la historia del cine negro de los años cuarenta. que aparece en to­ tórico alguno a no ser que sean cuidadosamente confrontadas y contrastadas con
dos los diccionarios. pero que, hasta el momento de escribir esta obra. nosotros otros testimonios. Es necesario ver un gran número de filmes, sin fiarse en ab­
no habíamos tenido ocasión de dest;ubrir. Se trata de Mercado de ladrones soluto de su «etiqueta», representada por el nombre de un compositor que, se­
l Thieves 'Highway, (949) de Jules Dassin. filme policíaco social sobre eltráfi­ gún el caso. los medios y la demanda. bien puede haber compuesto un vasto te­
í:ode frutas y vetduras. en el que un soldado que ';uelve de la gueIT:l deberá en­ jido orquestal o. al contrario. no haber provísto más que dos o tres piezas
frentarse ,a un intermediario que explota a los transportistas de manzanas.' En «ambientales» polivalentes, como ocurre en el hermoso filme de Dassin.
apariencia. 'si uIlo.confía eo los diccionarios. especialmente en los quetratail de Por tanto. aunque vamos a intentar abstráer unas constantes. no ignoramos
música cinematográfica. nadaseñalaesta obra como un caso particular. En sus que éstas 00 corresponden más que a tendencias y' términos medios. Con todo.
[Ítulos de crédito figura, como compositor. el nombre de Alfred ~e\,,:,man. 'un nos permiten percibir las líneas de fuerza y estudiar el conjunto del fenómeno.
aurorde Hollywood conocido y prolífico. Sin embargo. al visionar este tilme.
prestamos atención a su música. Cosa sorprendente. desde este punto de vista.
el filme rompe totalmente :con Jos clásicos elel cine negro de la época. En él po;. Ftarichl'y América
demos escuchar sóloel mínimo de notas.y siempre en siniaCióri:'como ambien­
[e de bar. de puerto, etc., bajo una forma voluntariamente anónima y anodina. A falta de' poder hablar de todas las producciones cinematográficas. un pa­
~oencontramos una sola nota en las escenas más dramáticas ---que abundan--.-: ralelo entre dos cines importantes de la época «cláSica». el americano yel fran­
como accidentes mortales. persecución en" camión. etc .. ·' puntuadas solamente' cés,paralelismo apoyado sobre cieno número deobservaciones~ pérmite cata­
por un montaje de ruidos concretos particularmente denso. ¿Quién esperaría en­ logar la diversidad de vías posibles Yla 'complejidad de' fos deterininismos en
eonrrar tamaña originalidadert.este período': Nopodemos obviarla. a no ser que júegó.Sin embargo, no podemos esconder que cualquier paralelismo, con las
no prestemos atención. fáciles simetrías que propone, conlleva sus propióspeligros.
Al mismo tiempo sabemos que, bajo el impulso de ciertos productores como Si escuchamos. sin fijarnos en etiquetas ni juicios de valor. la música de
Mark HeHinger Y Louis de Rochemont. los-últimos años de la década de los cierto número de filmes franceses de finales de los añostreínta. encontraremos
cuarenta fueron propicios a numerosos experimenrosque se esforzaron en re- entre ellos ciertas constantes: las secuencias musicales «de ft:;mdo»,'sea cual fue­
120 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO H935-1975) 121

re el tipo de escena a la que acompañan, tienen tendencia a 'discurrir en un ritmo contraria, interpelar al otro. No teme utilizar largos discursos ní especialmente
bastante re~!Ular \' marcado. autónomo en relación con el ritmo de las imá2enes. confrontaciones de puntos de vista. conflictos de principios .. Toda frase supone
por ~~~ p~e, y ~on eY ritm~ del diálogo~ por otra. Esto, hac~ que. enm~s de una una respuesta. siempre interpela al otro, le fuerza a pronunciarse. Este cine eS.
()ca~i,ón. ,s~enep. clima, «extractos>~ de, una, música de cqm;:ieno.· P9r otr~ pane. .pues.Il1ás propic;io a un continuo. ,Su retórica permite que el filme Se desarrolle
cón f;eq.lf!néia gó~.,de .una orquestación íntima y «de cámara»: .. ' como un largo debate, una eterna confrontación. El. director y los actóres tienen
. Sin duda alguna. la ~s~a obser~ación efectuada sobre filmes' americanos la pericia de «hacer pasar» esta confrontación por acción. sin darnos tiempo de
del mj~ni~. periodo reyela ..en cambio, no solamente el uso de masas orquestales incomodarnos o aburrirnos por su carácter al fi n .y al cabo abstracto.
másll~nas'y lujosas sinotambíén. co~a menos evidente, la abundancia de ritmos En el cine francés de la época. frecuentemente la palabra se utiliza como
fluidos, líncos. recitativos «entrelazados» con los de losdiálogos d~ losa9wres. efecto de acento. de caracterización individuaL de reivindicación de llna posi­
Una. observación tangeneraJ y abstracta seri? a todas l\.lces insuficiente. ya ción y de una actitud panicular,. pe.ro sin pretender interpelar al otro; Pretende
que rambiétte; necesario pregllmarse ~obre los elementos del fil~e. con los que aislar a cada indi viduo con lo que éste dice. En un sistema así. la música no pue·
st:o cOQlbÍt;laD9icha s' secuencias musicales: estos elem~ntos no son solamente de inmiscuirse con tanta facilidad.
abstractos y teóricos. dél tipo «la imagen», «el guión». Hay que pregUIltarSe si Posteriomlente. la racionalízación de las técnicas hoHywoodienses permitió
!os ,actores intercambian diálogos largos o lacónicos. De hecho. aunque los es­ dominar ciertos problemas.de toma de sonido y de inteligibilidad de la palabr~L
tereotipos sean equívocos. un filme americano medio «de acción» posee un diá­ junto con algunas cuestiones de orquestación musical para la pantalla. con el rin
logo más abundante que un filme,«psicológico» francés. Sin embargo. en un fil­ de unir ruidos. palabra y música en.un sistema COl:ectamente fundido. donde los
me francés podremos fijarnos más fácilmente en el texto y en las réplicas elementos se relacionen y combinen armoniosamente.
aisladas, a causa de su propia frecuencia menor y de los .numerosos silencios Por oposición, en el cine francés. más «anesanal». incluso en la época de los
que los entreconan. En este contexto, las entradas y salidas de la.música no po­ grandes estudios, ciena maldición nacional hace que. al contrario de lo que ocu­
drán ser percibidas del mismo modo. Cienos clásicos del cine negro americano rre con la imagen, perfectamente dominada, el sonido siempre haya sido un pro·
pueden oírse perfectamente. con los ojos cerrados, como verdaderas piezas ra­ blema, tratado golpe a golpe. A escala mundiaLeJ cine francés es el que deten·
diofónicas ininterrumpidas. Los filmes franceses equivalentes presentan más ta el récord de número de fUmes ininteligibles (para sus propios espectadores i y
agujeros e interrupciones y su ritmo no parece tan unificado; Por supuesto. no de músicas que suenan de modo débilo.confuso. en tanto que la mayor parte de
nos referimos aquí a excepciones como la de Sacha Guítry, en cuyasobras el las otras cinematografías nacionales habían resuelto el problema, sea' mediante
flujo de la palabra es torrencial. Pero precisamente en las películas de Guiu'y no un gran cuidado a la hora de la toma de sonido en el rodaje. sea por la solución
se .tra~ de la cantidad absoluta, sino más bien del modo de decir y descargar di­ radical de la postsincronización. que permite destacar la palabra en un primer
cho texto. Muchosfilmes americanos son tan charlatanes como El pan y el per­ plano..Esta tradición, que sólo conlleva aspectos técnicos y estrictamente nega­
dón (La femme du boulanger, 1938) de Marcel Pagnol o Faisons un reve (1936) tivos, constituye una especie de cultura que' para muchos autores relevantes
de Sacha Guitry, por citar dos filmes franceses particularmente locuaces. Sin consiste en rechazar cualquier normalización mínima en la creación del sonido .
embargo, el efecto producido no es el mismo ya que -gracias a la música es~ .~~~~tamente, la música se conviene en el eterno problema: hay demasiada, no
pecíalmente, pero también gracias. a la gestualidad más suave de los actores­ hay suficiente, tapa a los diálogos, etc. Ésta no es más que una parte de las pre­
el diálogo está «soldado» .conel propio filme, y se reparte más homogéneamen­ :guntasque hacen que la música de cine no sólo sea un asunto de buenas inten­
te entr~ los .actores y entre las ésc~nas, y por ello fluye.mejor. "En parte, ello se ':Gonesartísticas, ae.estados de ánimo de directores y compositores, ni del pre­
debe a que Hollywood y su sistema de producción no temían afrontar una.nor­ SUJJ,ue:stoy número de semanas de trabajo.
malizació~ de bsdiversas prácticas,:una'homogeneización de lósfilmes. pero 'supuesto, .siempre podemos e~contrar .algún telefllme francés que em­
·tieneque :ver también con· unarliferencia 'patente en .elempleo de la palabra por una música «a lo Bemard Hernnann», con más o menos acierto (la música
parte de una y otra cinematografías. de Nocesde plomb, suspense policíaco dirigido por Pierre GrimblaL
El cine americaJ)o estáanimado.por Jo .que ~podríamos llamar :llIla pasión enarexp1í<:ltamente la de Mamie de Hitchcock) o algún telefilme americáno que
procesal y oratoria.' Es un cine en el que la palabraintenta. convencer, .llevar la ;ODltelllga referencias a Fellini y a Nino Rota~ La circulación es bastante mayor
122 UN SIGLO DE COlMP,!\ÑIBRI:SM' DE LOS CLASICISMOS-AL MODERNISMO 0935-1975) 123

de lo que creemos. Sin embargo. estos homenajes. estos. pastiches, estas .. películas: «En las. orquestas de ros estudios se escogía ajos, mejoresso~stas.
fluencias deben contar con estilos de interpretación. con contextos. con Esto explic~enparte"el hecho de que uná orquesta oficial comolade los Ange­
ras de actuar, con praxis, tal como se ~a no hace mucho tiempo, que . les, fuera tan floja-durante una década. No es deextrañar~ Debido a los salarios 4

diferentes.

poco habituales que sedaba a los músicos, éstos no loduc:Iaban a la hora de tra­
Esta historia concreta. técnica y culturalmente fundamentada, de la
bajar en el cine». Esto· es iínportaflreporqueen el cine sonúro,como hemos vis­
cinematográfica -unamstoria que debe salir de su edad «infantil» y con frlov'e""­
to, se utiliza una música grabada· en la que el sonido de los instrumentistas
dora, la de las filmografías, las colecciones de discos y los compositores de cul~
-aunque éstos sean anónimos- es de una gran importancia estética y emocio­
a nuestro juicio, puede tener interés y servir de fuente de enriqueciIIÚento,
nal, al igual que la calidad sonora de la grabación, que en la época obtenía en
sin que nosotros tengamos la pretensión de realizarla en este volumen.
Hollywood un nivel sorprendente~ ¿Quién sabe si la belleza del sonido, sea cual
fuere la naturaleza más o menos estereotipada de la música interpretada, no tie­
ne un gran peso específico en la emoción que sentimos al ver un buen número
Los criterios del clasicismo
de estos, filmes?
Todas estas razones, junto con otros muchos factores históricos. favorece­
Poco después de la fase pionera del cine sonoro, se crea en Hollywood un rán el nacimiento de un clasicismo en relación al cual se definirán las investiga­
aparato altamente simbólico: un sistema de mezcla automática que solucionará ciones modernistas ulteriores y cuyos principios implícitos ha explicado y for­
el problema de la cohabitación·músicaidiálogos·. mulado tan bellamente Claudia Gorbman en su obra sobre la música en el cine
Tal como nos cuenta Claudia Gorbman. se trata de una máquina llamada up­ narrativo. Unheard Melodies.Vamos a recoger los criterios que subraya. aña­
and-downer, puesta a punto desde i 934. y concebida con el propósito de regu­ diendo nuestros propios comentarios:
lar automáticamente la intensidad de la música. Cuando se anuncia la entrada
del diálogo.,en el sonido mediante una señal. el aparato reduce el volumen de-la
música.. Este sistema lo racionalizó el ingeniero de sonido Edward KelIog, La invisibilidad del equipo de producción de la música
quien alega que !lO hace sino reconstruir el propio mecanismo de la atencÍón so­
norayel modo en.que ésta se polariza sucesivamente sobre las diversas cadenas En orros ténninos. igual que no observamos los proyectores o el reflejo de
sonoras, «a fin de concentrar la atención sobre un sonido particular)}. Esta rea­ 'ras cámaras en el filme (sal voen algún ·et"ecto« modernista» o de ruptura. en fil­
lidad técnica no tiene por qué poseer unalecrura estética inmediata: el hecho de mes de Godard. Zulawski o Bergman J. tampoco aparecen 'en la imagen los ins­
que la música sitúe su yolumen por debajo de los diálogos tlo significa que no trumentos ni [os cantantes. salvo excepciones del mismo tipo. 'La enunciación
sea importante, como si dijéramos que el decorado que enmarca una acción es de esta evidenda no es. contrariamente alo que podríamos creer. en absoluto
inútiJ con el pretexto de que no aparece constantemente en primer plano.. inútil. ya que su formulación nos permite pensar y teorizar sobre algunas
En la época del cine sonoro. los composüores de Hollywood eniran en el cepcÍoóés-¿üida(:fo'samente éS'ludiadas.· aportada.<; por 'cineastas como Coppola.
sisteinade estudios como los actores y son objetode-coiitratos y cesiones de uno Resnais. Rivette, Rohmer.dc.,a veces como gag panicular.yóttas-parainten­
a otro. Uno de los grandes nombres del cinechísicú.,Miklos Rozsa.describe su rar crear un espacio narrativodiferenre.
situación laboral: «En aquella época. mientras yo estaba empleado en la MGM, Añadamos que si. gradualmente. la representación memal del equipo de ro:.
diversas circunstancias mecondujeron aescribir partituras para filmés produci-' daje visual (señala.do a la: concienciadelespectadorporuri movimiento decá:.
dos por otras major companies, Yo, no intervenía· para' nada· en laS nego~ marainrlependiente él-el 'mo\-'¡miento' de los"personajes) na podidoinstaurarse e
ciadones. Las-direcciones trataban entre sí directamente ydetidían"prestarme" imponerse~ sin romper en absoluto la ilusión. con el Sonidono'sucederá lo mis­
a 011'0 estudio».
mo. El «gran público» admite serperfectamenteconsciertie de iacámara y de
En la misma conversación de origen indeterminado. citada por Almn La­ sus evoluCiones libres •.a:condiciónde no verla nunca. En oposición, no adrrúte
combe (La musique du filme. pág. 36). eLcompositor subraya un punto impor~ ser ni siquiera"conscientedel equipo y del proceso sonoro:'és decir, no sólo· no
rante.. a nuestro juicio. acerca de la gran calidad de los músicos de orquesta. para admite verlo, sino que además tampocoüdmite que le obliguen a representárse-
124 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935,1975) 125

lo mentalmente. mediante un efecto de alejamiento a través de un Travelling so­ es lo que mejor sirve a esta concepción. Añadamos que la ópera wagneriana. en
noro,que !lluest[e el lugar que ocupa el micro, mediante un procedimiemoléc­ la densidad y ambición.de su escritura. ¡también conlleva una. materia musical
nic~. que actúe ,sobre l~ J11úsicapara,que suba. o descienda de volumen~etc. Res­ residual de este tipo!
pecto.a la ~úsica. eJ pú~lico adrrlÍte Y. aceptala represeI1t~ción de los violines
tocando s()bre un~ escena de a!ll0r) pero Ilo la sala donde tocan estos violines. la
cara de los violinistas. el sonido de su respiracipn, etcétera. La música traduce emociones
Claudia Gorbman,analiza uncasoparticularmente revelador en King Kong:
un equipo americano~ en una isla. sorprende una ceremonia de una tribu de ~<sal­ La música en el sistema clásico. según Claudia Gorbman. es un significan­
an
vajes» gue ad<?r ~ un gorila gigante, ceremonia en la que vemos y oímos a te de la emoción. Lo demuestra el hecho de que para las escenas más «objeti­
cantantes. y percusionistas en taparrabo~, «acompañados».. como es habitl,Jal. vas» y menos cargada~ se semimieJ;1tos, la música disminuye y desaparece::.:\l
por una ()rquestasinfónica. la del propio filme, a la que evidentemente no ve­ mismo tiempo. en el marco clásico. vemos cómo la música interviene en esce­
mos.Rápidamente. el equipo instala una cámara para filmar, pero el jefe de la nas de tempestad, de acción. de reposo bucólico. erc .. donde no podríamos ha­
tribu descubre a los intrusos y con un gesto detiene a los bailarines y músicos... blar de emoción en un semido sentimental. Podemos decir. e\'id~l)te1l1ente,. que
y también al sonido de la orquesta de acompañamiento. Gorbman revela. al otorga un valor general, «mítico». amplificado y subjerivado al decorado. De­
principio. que el equipo de rodaje del filme no lleva consigo ningún técnico para sarrollaremos este tema en el capítulo 5. al hablar de esta famosa «función,).
grabar el sonido. cosa lógica en una época en que los aparatos de grabación de
sonido. como hemos dicho. eran imposibles de transportar y utilizar en circun~­
tancias de este tipo. Sin embargo, comenta Gorbman. ni siquiera nos plantea­ Narrative cueing
mos qué está grabando el equipo de rodaje: el sonido está «simplemente ahí.
emanando de la imágenes que vemos», como unido a ellas. Esta expresión inglesa puede traducirse como «puntuación» o «señalización
narrativa» .
«En un filme clásico podel1!os dividir las funciones semióticas de la música
La inaudibilidad de la música i -escribe Claudia Gorbman-. en dos categorías:
I >~a) ~~miriral especta4()r ?lasdemarcacione5 y, a lQS nivelesde la narra-.
«Lamúsica no está concebida para que se oiga conscientemente». está pen­ ción;
sada como un acompañamiento (de acciones, de diálogos) cuya presencia no se »b) ilustrar, subrayar, acentuar y señalar, a través delo podríamos llamar

I
debe advertir. "puntuación de connotación,,» (Unheard Me/odies. pág. 82).
Es posible que, en eSte caso, el espectador moderno haya cambiado de acti­ En otros términos, la música subraya los principios y finales de secuencia,
tud en relación con los filmes de esa época: cuando ve en la televisión un filme las partes del filme, los actos (labor que aún conserva hoy en día); contribuye a
de Hitchcock como Con la muerte en los talones, el espectadGfh... podido: Y1l la caracterización del tiempo, lugar, cultura, etc. Impone, más especialmente, el
-cosa imposible en 195~ escuchar su música, hoy en día fácilmente dispo­ 'punto de vista de,un perco!!~je,. expone más particularmente sus emociones, su
nible, en disco, en el curso de una emisión sobre Alfred Hitchcock o sobre Ber­ •,':.temura, su miedo, su ira. Su aparición permite subrayar la aparición de un pun­
nard Henmann, o inClusoe~ ,un:spot publicitario. Así pues, 'será mucho más ", Uewista subjetivo.
consciente de dicha música (igual que es más consciente de l~ técnica de mon­ :este marco, .añadiremos, la simple presencia de la música puede crear
. taje), sin queelloimpidaqueelfilme.continúefuncionando para él. npJ.etame:nte el sentido deun~ escena, o de una mirada.
De acuerdo con el análisis de Gorbman, existe una subordinación deJa es­ ~n'm~~m()s un filme reciente, Vent de panique (1987) de Bemard Stora, his­
critura musical a la narración y~aladuración,delas secuencias. Un estilomusi­ par de estafadores fallidos (interpretados por Bernard Giraudeau y
cal-suave, basado en motivos cortos, con un tejido conjuntivo neutro de redo­ _ . _ - - .•r '_I'~ __) y de una chica espabilada (Olivia Bruneau) a la que secuestran

bles de percusión,. de ,acordes sostenidos, de trémolos, de pizzicatos de cuerda, a;¡vem1erlla como prostituta: esta historia podría 'Ser atroz, perO durante la pri­
126 DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935..:1975) 127

mera hora se presenta en clave de humor. En un momento dado, un plano de Ca~ mes, exceptuando algunas ·escenas·c.oncretas .. ¿PoL4ué razó~en esta época. en
roline Cellier. sola reflexionando en su cama está acompañado:por una: música¡. una escena de tormenta en el. mar; se: prefiere ""crear. un'·efecto orquestal de
más grave. La música de Jean-Claude Petit da un sentido humano, en aquel mQ-': «olas»,· siguiendo una tradición que va de· Mendelssolm a'Debussy. en lugar de
mento, a esta escenamuda, totalmente «neutra» en la pantalla, incluida la ínter-. trabajar sobre grabaciones del ruido de las oht.s?.Rorque·estos últimos no «resti­
pretación de la actriz: enseguida entendemos que ella empieza a pensar en su tuyen» a las ojas: Para 'estetem~ remitimos állectoranuestras cuatro ooras pre­
edad, en cómo está malgastando su vida. A partir de entonces, vemos a este per­ cedentes sobre el sonido y en especial Latoile.trouée y La audio visión, en que
sonaje desde otro punto de vista, vemos a una mujer que se inquieta. Estos mo­ se desarrollan estas cuestiones.
mentos, donde el basculamiento del filme hacia una dimensión más tierna y hu­ Añadamos que,· por razones históricas· precisas· (dificultad de efectuar gra­
mana es sugerida solamente por la música, son mucho más habituales de lo que. baciones sonoras al aire libre y ,en escenariosreaJes, su tipo de organización y
se suele pensar. Nos hallamos ante una narratividad pura. no anecdótica, de la de racionalización) el cine clásico era rodado casi siempre en estudio, y que el
música, como ocurre en la ópera. estudio favorece por sí mismo una estilizaciónqúe lees propia, en cuanto a
La «puntuación» o la «señálización» de connotación, tal como la formula el perspectivas; iluminación y montaje. El importante papel otorgado a la música
autor. concierne especialmente a la manera en que la música contribuye a crear iba en el sentido de esta estilización.
una atmósfera: extraña. demoníaca. bucólica. elegante, siniestra. mórbida. má­ Uno de los aspectos que ha creado mayores malentendidos. el aspecto 'que
gica. religiosa. «enrre dos aguas». por supuesto recurriendo al repertorio deno­ más duramente ha sido criticado y ridiculizado de la práctica clásica es el 5e­
tativo y connotati\'ode la ópera. del ballet, del poema sinfónico y de otros estio: guimiento sincronizado de la acción por la música, llamado con frecuencia en
los musicales. repertorio cuyos procedimientos hemos intentado catalogar ene inglés mickey-mousing (aludiendo a los dibujos animados de Walt Disnev I o
nuestra obra sobre Le poe,ne symphonique el la musique a programme. bien liIzderscoring. De hecho, se lo ha tildado de imitación infantil. dado ~ue.
Claudia Gorbman revela también unafunción de ilustración por la música. por un efecto de ilusión sincrónica. puede crear el falso recuerdo de una música
por la que designa un «seguimiento» musical instantáneo de los pensamientos. «imitativa». En otros términos, nos damos cuenta fácilmente de que una músi­
diálogos y accione~. que ha sido fuertemente criticado en las obras francesas de ca que acompaña es una música que imita.
Colpi o Lacombe. La autora muestra cómo los sistemas técnicos· y las técnicas Un ejemplo significativo es la leyenda según la cual. en E/de/alorde Jonn
de escritura. así como los procedimientos de concepción y grabación de la mú­ Ford. la partirura sinfónica de Max Steiner es de principio a fin imitativa. le­
sica del filme clá:,i.::o. pennitieron una estrecha sincronización de ia partitura yendacreada por el compositor francés Maurice Jaubert (quien tenía la excu~J.
musical con la acci\.1n de ciertas escenas, segundo a segundo~ La música así sin­ de no haber >;isto el filme mas que una sola vez, y de referirse a él de memorial.
cronizada tiende fácilmente a imitar O transponer ciertos ruidos. vol viendo a to­ Tal afinnación ha sido reproducida sin ninguna comprobación porparte dehis­
mar una·vez más los métodos de la música evocadora y de programa. roriadores tan serios como Henri Colpi. e incluso. desgraciadamente. por noso­
Por nuestra parte. pensamos que esta práctica de envoltura de la duración de tros mismos en Le son au'cinéma, en 1985, ¡antes de que fuéramos a compro­
la escena por la músÜ,;a y especialmente de la puntuación musical de ciertas ac­ harlQ:~·iendolapetícuta!·
cioneS «sonoras~> I como cerrar una puerta) o simplemente «físicas» (un indivi­ La escena incriminada es aqueHaenque Gypo, eldesventuradoprotagónis­
duo se pone a corren no tenía una función irrisoriamente «imitativa». Se trata­ ta que ha traicionado a su amigo por dinero yque ahora quiere olvidar su falt:L
ba también de resolVer ciertos problemas surgidos a principios del cine sonoro. entra en un café. pide unacopay bebe un trago de whisÁ.)' por tres veces.conio
ai absorber la ineyirable disparidad del universo sonoro del filme en un continuo que aparece por tres Veces consecutivas un tema musical detenninado.entincia~
de diálogo y músic:L continuo en queet ruido (elemento acústicamente poco do­ do en sincronismo con su gesto. «En El de./ator---contaba Irónicamente JaU­
minado entonces por tos medios técnicos de la época y que aún resultaba un ele­ bert-:-: la musica tiene la función de imitar Unas monedas que caen al suelo e m­
mento algo «estilizado» y percibido corno raramente poético o evocador) podía cluso. mediante un pequeño arpegio pícaro, el goteo de un vaso de cerVeza en el
estar menos presente sin que su discreción. o su ausencia, se percibieran. gaznate de un bebedor» (Conferencia de 1937~ reproducida enDéfense el illus­
En efecto~existe una correlación precisa.entre la inflaciónmusicai de cier:. tratioll de la muslque dans fe filme de Henri Colpí, pág.45).
tos filmes c1ásicos y iadiscreción de los efecwssonoros en estos mismos fij- Hecha la comprobación. las notas de la música escrita por Max Steiner no
128 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO
DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO' 1935·1975) 129

ímitan el sonido de las monedas al caer sobre la mesa (y no en el suelo J. sino que dícula una práctica que Jos melómanos toleran e incluso admiran en Stravinski.
se superponen en sincronía a este ruido, que oímos. separada y distintam~nte. Debussy. o Wagner: un «seguimiento», por parte dela música de' ciertas accio­
con un mOtivodescendeiue de cuatro notas, asociadas durante todo el filIl}e al nes del drama especialmente significativas. a fin de' darles un valor simbólico
'"dinero de' lau-aición». 'Exactárriente como'en Wagner o Ravel ~jpor no hablar particular.(los.·pasos de Taminoante Jos templos de la iniciación en La flauta
de La consagración de 'leí pri';uiveral), ciertos leinas musicaleS. están escritos mágica, o la caída del anillo de Mélisande en el agua. por ejemplo. enelacro lB
oára sincronizar con acci'onesdramáticasde unaimportanciasimbóhca particu­ de Pelleas ?Puedeque la razón sea que para algunos el cine es un arte delo con­
i:il-: juramentos. saltos, caídas, 'golpe mortal, sobresaltos en. una pelea. Por otra creto, incapaz de acceder a la estilización simbólica~ Sin embargo. la moneda
parte.' el «pequeño árpegio pícaro» descendente es otra leyenda: de hecho se tra­ que el camarero da a Gypo en El delator no es ni más ni menos simbólica. ma­
L:! de un tema ascendente de las trompas, que es el leitmotiv de Gypo. y que no
léfica y símbolo del deStino, que los efectos orquestales qUe acompañan a la for­
ti~ne' nada de ímitativo ro de pícaro, sino que al contrario pl~ntea con inquierud ja de la espada en Wagner.
una fi~úira musical ascendente e i'nterrogativa. Ciertamente, el proyecto de Ford y Steiner era que llegara a admitirse en el
C~nducido por súbuen h~mor y por su legítima necesidad de defender una cine el principio de una puntuación simbólica. QUe ellos no lo hayan consegui­
.:oncepciÓn opuesta a toda ideade «seguimiento», Jauben no podía prever que do no implica que el proyecto en sí sea absurdo. No podemos condenar el cine
CClh su:; cuatro líneas anteriormente citadas iba a crear un mito tenaz y a proveer
al naturalismo. Hemos adoptado otros sistemas audiovisuales simbólicos. espe­
d-::: camaza a tantos defensores de la causa musical en el cine. cialmente para expresar la prisa. ¿Por qué razón éste noserfa válido? Es inútil
La continuación del texto de Jaubert (citado de manera errónea en la obra de buscar una razón a posteriori .
.-\lainLacombe. que lo hace incomprensible) enuncia que «tal pro~eder prueba Evidentemente, la diferencia reside en que en Ravel o en Stravinski la pun­
una total falta de conocimiento de la esencia común de la música. Esta se desa­ tuación simbólica parece afianzada en un tejido musical continuo. pero esa
rrolla de una manera "continua;', según un ritmo organizado en el tiempo. Si la «continuidad»' es también una convención. ya que el efecto sigue siendo con­
O bliuamos
e a seuuir
e servilmente a los hechos y gestos que son "discontinuos" : creto e injustificable por razones estrictamente musicales. No se admite como
no obedecen a un ritmo definido sino a reacciones fisiológicas y psicológicas. integrante de un todo musical por una razón tan superficial como el hecho de
destruimos aqUello que la convierte en lo que es, en música, para reducirla a su que el sonido sea emitido por la orquesta. No obstante. incluso en una ópera tan
elemento primario inorgánico, el sonido». -elaborada como Wozzeck de Berg, en laque nos alegramos de descubrir, gracias
Las afirmaciones de Jaubert sorprenden aquí por su talante simplificador, : '~las explicaciones del propio compositor. de qué manera' tamúsica se asienta
a decir verdad podrían aplicarse a numerosos momentos dramáticos de Óperas y -en modelos formales (passacaille, invención, variación ... ). abundan en cada pá­
ballets. Por supuesto, cabe entender además la expresión del arte poético de este 'gina de la partitura detalles musÍca]es que son gestos puramente dramáticos mo­
compositor, según el cual la música en el cine debe tender a una especie de exis­ :tivados porlas palabras y la acción. El discurso formal y el curso dramático se

tencia en misma, autónoma. ":~·'.~uperponen en esta obra sin confundirse en absoluto y, tal como hemos dicho,
Lo más importante de su tesis, que ha sido asumida por otros compositores " una necesidad unitaria reaL. cosa que no resta un ápice de genialidad a la
franceses a quienes ha servido de «escudo», es que Jaubert defiende la idea de
una esencia rítnúca autónoma de la música en el seno del filme; reivindica que ¡tEleg,l1Il{)S al punto al que queríamos llegar: la ópera «absoluta» soñada por
ésta pueda segUir su hiló, su ritmo, su propia periodicidad, y que este ritmo no éDebussy, Berg o Dall~piccola, sólo se percibe como urotaria gracias a
esté ligado a los ritmQ~'psicolqgicos de la acción .ni aUlujo recitativo de los ~á­ eól]lVeIDCl,ón. Dicho de otro modo; la convención hace que la. percibamos
logos. En cierto sentido, Jaubert defendía una concepción no demasiado alejada eliminado toda disparidad entre sus elementos (contrariamente
de la del cine mudo: la música;como,ritmoportador, enge~drador, organizador. t·'·"'l~J.",a. visiblemente compartimentada en arias, recitativos, ballets).
Ahora bien, ¿por quérazón~y~aquí.abarcamos .no sólo a este compositor, c1ásic~, especialmente en Estados Unidos y más particularmen­
sino a.toda una especie de. doctrina deducida de manera bastante simplista por ,«musicados» por autores clásicos de la época como Steiner,
muchos 'historiadores-.deberíamos transformar la reivindicación de un artista lrL!'NV,:AXlman Rozsa o Newman, ha conseguido una perfecta fusión de
en una regla universal? Y sobretodo, ¿por qué en el cine debe considerarse ri­ al menos en apariencia, a costa de cierta estilización. Aunque so­
130 UN SIGLO DE COMP·.ANER1:SM0 DE LOS- CLASICISMOS AL MODERNISMO (l935-1975) 131

mos libres de admirar o detestar el resultado, de modo alguno podemos cipales a partir de una célula musical,mínim~ que en la partitura de Bemard
zar por principio la tentativa, en nombre de una fatalidad 'naturalista deL Hemnann·para Taxi Driver (Taxi Driver: 1915)' deMartin Scorsese, se.reduce a
por una parte; y de una esencia antinaturalista de la música, por>otra. una fórmula dedos notas:. una segunda mayor descendente.
En..la amplia gama de medios de «puntuación narrativa», Claudia Gorbman A ,esta lista, Claudia Gorbman añade que .esta8:regl~ no son absolutas yrí­
señala el conocido efecto que en inglés se llama stinger,' ese acorde partIcular..­ gidas, y que la práctica del ciheclásicode Hollywood ha Sabido en muchos ca­
ese trémolo dramático, esa célula breve, o, por elimináción, ese silencio súbito, sos hacer uso de eUas con mesura,. porque, en casos particulares, un principio
que, aislados de todo discurso musical, puntúan, subrayan, señalan una revela­ puede entrar en contradicción con otro.
ción biUiat, un súbitocontratiempo, un momento de lucidez. Un filme como Casablanca(Casablanca,. 1941), obra maestra romántica del
cine hoUywoodiense, y al mismo tiempo obra colectiva donde las haya, es la
ilustración de una movilización total. generosa, de todos estos principios. Aquí,
La música, factor de continuidad la música se encarga completamente de la narración: desde los créditos inicia­
les, la música sitúa el marco geográfico (música exótica y grandiosa), después
Aquí se trata de continuidad rítmica y fonnaL en diferentes niveles: la mú­ el marco histórico (música de cortejo sombrío y derrotista para las imágenes de
sica «funde las discontinuidades del montaje»). tiende puentes entre las secuen"': éxodo tras la derrota de los franceses), después la ambientación particular (mlÍ­
cias. para ayudar a franquear las eJipsistemporales. De un modo más general, la sica ambiental de «ciudad oriental» cuando empieza la acción). etc. En adelan­
música «en tanto que continuidad auditiva. parece mezclar y homogeneizar la te, los materiales temáticos principales de la partitura serán: el terna que expre­
discontinuidad visual. espacial o temporal. Las secuencias de "montaje'~"""":'pá­ sa el amor perdido entre Rick (Humphrey Bogart)e lIsa (Ingrid Bergman), tema
ginas de calendario que se deshojan, titulares de periódico que marcan el paso que no es del compositor sino que se toma prestado de la canción As time goes
del tiempo. Kaney su mujer desayunando cada vez más aislados y separados by, canción que desempeña un gran papel en la acción: los himnos nacionales
con el paso de los años- son tipos de .secuencia casi siempre acompañados de de diferentes países, marchas militares alemanas y francesas. etcétera.
música» (op. cit.. pág. 89). Al principio del filme. por ejemplo. cuando un oficial alemán de las fuer­
Comprend~mos que un compositor pueda rebelarse contra la idea de limi­ zas ocupantes pronuncia ante el micro de una radio una proclama que prohíbe
tarse a escribir fragmentos de unos pocos segundos. ·puntuaciones. como si pi­ dejarla ciudad bajo pena de muene. dicha pr<?clama es precedida por una cita
diéramos a un escritor que aportara algunas palabaras sueltas. aaun pintor que orquestal del principio de1. himno Deursch/olld tiba alles. que sesuperpone a
diera algunos toques de color. Sí. pero repitamos que la música clásica ó aque­ su discurso. dejando espacio. bajo las palabras. a un efecto de trémolo y de pe­
lla que está destinada al teatro. también llevan elementos de transición ó de pun­ dal que imita hábilmente al redoble de tambor de una procl~mación militar.
tuación desprovistos de sustancia intrínseca. manteniendo la atención, y subrayando la gravedad fatal de las fra,ses. En la es­
cena siguiente. e.n que un francés de la resistencia imenta escaparse de la poli­
le
cía de Vlchy qué acaba de identificar. la música'describ~ su e'sfuerzo c~n fi­
La música, factor de unidad guras precipitadas en corcheas rápidas. que subrayan la huida y el peligro.
Cuando es interpelado y se inida un breve diálogo con la poí ida que consu1ta
Finalmente. Claudia Gorbman coloca. entre las funcionesde la músiCa se­ sus papeles. la orquesta suena más discretamente por debajo de 'los diálogos.
gún el modelo clásico. la de contribuir o. la unidad de la obra como un todo, es­ ;dejando únicamente subsistir una agitación grave en las cu~rdas ydeja~do el
pecialmente por medio de un conjunto de ternas repeüdos. bajo diferentes for­ registro alfo' disponible 'para la palabra. Al mismó tiempo. sub~epticiam~nte.
mas, que constituyen algo así corno ¡afirma del filme.·o bien por medio del durante' este breve intercámbio depalabnís. un motivo musical Úagua su ca­
establecimiento de una atmófera. o mediante un color orquestal global. Por su­ mino, remontando del grave hacia el medio. cada vez más agitado. advinién­
puesto. aquí veremQs generosamente explotadastodas las técnicas temáticas y donas, conalgunossegundosdeadelanto. loque va a suceder: descubierta la
dclicas puestas a punto ,por la sinfonía romántica y la.ópera wagneriana y pos­ falsedad de los documentos, el rniembm 'de la resistencia ¡ntema esc~par (mú­
\.. . agneriana. A veces. el compositor se atreve a engendrar todos los temas prin­ sica de persecución), yes .abatido por un disparo bajo un gran re,trato de Pétain.

I
1-­
UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CL:\SICIS\IOS AL MODERNISMO (1935-)975) 133

. El sonido del disparo fatal está preparado por la música, a bl que sirve de UI) composiwr. Bemard Herrmann. dotado de una personalidad muyfuene.

cadencia. se!:wida de La Marse/lesa interpretada en tono menor, veladamente. Pero «p~rsonalidad» nunca. ha significado «originalidad». ni «ruptura de las re­
. c~m6 ~n br~'e réquie ITI. en mem~ria de.l Q1uert().un .p7rsonaje ~pisódico cuyo glas». aunque hoy en día tengamos tendencia a confundirlas.
papel, ~l principio del ,guión. consis~e en hacer c,oncreta y s~n~ible. al espec­ Surge la pregunta de si estas reglas tienen alguna universalidad. o bien úni­
tador la situación dé 'guerray los peligros que estan corriendo los miembros de camente se han aplicado en el cine c1ásicohollywoodiense. No obstante debe­
la resistencia. En efecto. el filme ya a situarse esencialmente en cafés y ha­ mos constatar que. bajo diversos nombres, la mayor pane d~ filmes del mundo'
bitaciones de' horeL con lo que podríamos olvidar o neglígir el marco de la las han utilizado. sea cual fuere el tipo de filme, la elección efectuada por el dí­
historia. rector y la escritura del compositor. Componen una especie de repenorio tan
Detalle important~: La Marsellesa. en el filme, jamás se asocia, tal vez por utilizado como cienas formas de fragmentaCión y de montaje. A pesar de las
ª
escarnio.. los representantes de la poli~ía de Vichy, sino únicamente a la evo­ grandes diferencias entre filmes como los clásicos hoJlywoodienses antes cita­
cación de la ~<Francia verdadera". la de la resistencia. Su empleo no es objetivo dos y. por ejemplo. La Do/ce Vira (1960) de Fellini (música: Nino Rota). El
un
ni neutro: esco!:!e bando en un combate y una causa justa. intendente Sanclw (Sansho Dayu. 1954) de Mizoguchi (música: Fumio Haya­
En e'sta se;uencia. la música tiende a menudo a anticipar 1igeram~nte lo saka). Jules y Jim Uules et Jim. 1962) de Fran<;(ois Truffaut (musi'ca: Geórges
que va a pasar. Es uno de los medios que utiliza para estirar el tiempo al má­ Delerue). Die Augsl des Tormanns beim Elfmeter (1971) de Wenders (música:
ximo, y al mismo tiempo para encuadrar. significar y guiar la acción cinema­ Jürgen Kniepen. Tres amigos. SIlS mujeres y... los OTros (Vincent, Fran<;ois.
to!:!ráfica de"manera que cree una forma de deleite específico, el de ser cons­ Paul et les autres. 1974) de Claude Sautet (música: Philippe Sarde)).. B/ade
ta~temente conducido. Toda la partitura del filme es un extraordinario Runner (Blade Runner. 1982) de Ridley Scott (música: Yangelis) -la lista po­
mosaico de reminiscencias. citas yecos que supone, por parte del compositor dría ampliarse indefinidamente~.· su empleo de la música respeta. en esencia.
Max Steiner. un trabajo de miniaturista. escena por escena, réplica a réplica. la mayor parte de estas reglas, sea en su conjunto, sea en su casi totalidad.
íuntocon una sincronización. en la grabación de esta música, estrechamente Bastantes filmes «transgresores» reconocen y confirman estas leyes implí­
'!i2ada a la acción. alospuntos de vista. y a las mínimas inflexiones de la rea­ citas. en la medida en que intentan enfrentarse a ellas.
li~ación. El hecho de que prácticamente ningún tema sea original del compo­ No es casualidad que Godard sea uno de los autores mas nombrados entre
sitor, no quita mérito alguno a.su talento que reside en la manera de conjugar los qu~ han renovado el empleo de la música en el cine. En efecto, Godard
éstos dentro del filme. Steiner es tan autor de esta música como lo es de la de aplica una especie de contrarregla. que afirma ulás aún él modelo. y se inscri­
otroS filmes en que necesitó inventar temas «originales», temas que, en el sen­ be (voluntariamente) en el interior de un sistema cerrado de transgresión. que
tido estético de este adjetivo,. no lo eran demasiado. Tomemos como ejemplo presupone estas reglas como tales. Así, hace visible la causa de la música: Sál­
los ¡eit~otive de Lo que el viento se llevó(Gone with the Wind, 1939). Para vese quién pueda (Sauve qui peut la vie, 1979), obliga al público a escucharla
nos~tros, su éxito no reside en el hecho de que su música permita editar un ál­ al hacerla intervenir y acabar de manera abrupta, y crea, gracias a ella; una dis­
bum agradable de escuchar (ciertos amantes de la música cinematográfica son continuidad suplementaria: hace que tape una palabra, interrumpa un ambien­
bastante críticos con éste), sino en el hecho de que el propio filme sea una ma­ te l etc.
ravilla, a la que él ha contribuido. Sin embargo, dado que el tema de la mayor parte de sus filmes es el fracaso
A la larga, evidentemente, un sistema así tiende a producir filmes asfixian­ o la búsqueda de 10 imposible, estos efectos parecen llevar consigo la nostalgia
tes, embriagadores, en los que parece que nada se haya .dejado al azar, en los ,':"idel cine.al que transgreden y de su universo.' Observamos que Godard aplica la
que el tiempo es conducido con maestría. Sin embargo, es importantereafinhar regla a la historia: en muchos de sus filmes, aunque no puede prescindir
que este mismo s i s . este método .de .trabajoescrupulosamente aplicado, ha llle¡;uns01JOrte narrativo; tiende a exponerlo desordenadamente. Lo mismo ocu­
permitido la creación de otra obra maestra, considerada tan ~<IIlodema» y <<per­ con la puesta en escena. donde parece aplicar la divisa: «Ni contigo ni sin
sonal» como Casablanca se suele considerar ·«clásica» y «obra colectiva»: .-·Otros ftlmes y directores, llámense Tarkovski, Resnais, Tati, Bergman o Fe­
Ciudadano Kane. Este filme, del que hablaremos en eLcapítulo 8"aplicaestric­ :a partir de Ocho y medio, se han alejado mucho más que él de esas <<reglas
tamente los mismos procedimientos, en un clima completamente distinto y con lIDJ)ücitas:»,' ignorándolas más que in cumpliéndolas; no porque hayan querido
134 UN SIGLO DE COMP,o\N]ER1SMO:~, DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO 0935-1975) 135

ser forzosamente originales, sino simplemente porque perseguían cierta· meta;: to napolitano. Las oímos también cuando los personajes viajan en coche, y poco
sin considerar si ello les alejaba del clasicismo o les reconducía a él. importa que entonc.es .las ;voces, e' instruri:Ientos no· estén «filtrados» en· el' estilo
«altavoz de auto-radio». En todo caso, el director·no se preocupa de presentar­
las de manera lógica. .
Las escuelas nacionales en relación con el modelo El coche del'matrimoruo, por entonces al ,borde de uña separación definiti­
va, cruza finalmente por un pueblo encontrándose con una procesión de la Vir­
Tal como hemos visto, las diferencias entre las diversas «escuelas naciona­ gen, acompañada por unos músicos. La procesión bloquea el camino. cuando
les» proceden de numerosos factores, bastante variados y complejos. Simple­ Ingrid Bergman decide salir del coche. ftlmadoporla cámara desde el exterior.
mente podernos dar algunos ejemplos del modo en que una mismafórmula «in­ Sin embargo, cuando Ingrid· Bergman sale. el sonido de la banda se hace más
ternacional» .se puede aplicar en un sistema mucho menos racionalizado y presente sin una razón concreta precisa, cosa que parece decimos: sea cual fue­
lógico que el instaurado en Hollywood. re la realidad objetiva. la música concierne y atañe a los personajes en su movi­
Los italianos. por ejemplo. conservan una notable falta de complejos en el miento,cuando se dejan llevar por un espíritu de severidad y de amor.
empleo de la música. sirviéndose de ella cuando ésta puede ayudar. abandonán­ De un extremo a otro, parece que la música sea suscitada por una necesidad
dola cuando ya no es necesaria. sin el meticuloso trabajo de construcción y concreta, sin constituir un sistema de «unión» entre escenas. de ecos temáticos
equilibrio propio del clasicismo americano: los acentos orquestales deliberada­ precisos.
,mente desbordantes de Renzo Rossellini.que envuelven ciertas secuencias de En otro filme italiano del mismo año. La strada< La Strada. 1954) de Fellí­
"los mmes de su hermano Roberto. se callan cuando éste ya no los necesita. de ni; la música de NinoRota es muy sentimental y, al tiempo. bastante «al descu­
acuerdo con una lógica .que parece siempre ocasional.. y que utilizaJa música bierto»: no sólo porque eSlá ligada a la acción (varios personajes tocan música
como una mancha de color emocional o cultural. que se usa sin una estrategia y el tema del filme «circula» entre violín y trompeta). sino también porque sus
:particular. impulsos particulares parecen· dispuestos a desencadenarse en· cualquier· mo­
Tomemos un filme de 1954 que constituye un punto de referencia para los mento, y lo hacen sin ser fundidos y preparados por las escenas puramente dia­
criticos Jrancese::. como jalón en el cine «moderno» -'-por su re.chazo de la dra­ logadas. sin ese trabajo de marqüetena y de puentesinstrurnentales de los ti lmes
matjzadónconvencíonal~ pero que ,en el plano-musical se muesrra. al menos americanos. Como en RosseUini (aunque ambos filmes sean fundamentalmente
en apariencia. de un clasicismo sorprendente: Te querré siempre (Viaggioín diferentes l. la integración de lamúsica se beneficia de una yuxtaposición global
Italia. j 953). historia de una pareja americana a la deriva que se reconcilia in e.t­ con los otros elementos del filme. Igualmente. las voces postsincronizadasde
tremis. tras haber arrastrado su aburrimiento por la península. los actores se «aplican» a las imágenes de una manera global y sin' rodéos. Este
Cuando la protagonista Ingrid Bergman visita una necrópolis o una yilla en cine. en sus obras más perfeccionadas, consérva ese carácrerde yuxtaposición
Pompeya. la música sinfónica de Renzo Rossellini es bastante evocadora y ex­ de sus elementos.
presiva. pero al mismo tiempo se encuentra contenida por la mezcla --es decir El cine francés, sin lugar a dudas. permanece más reticente ante losimpul­
por el equilibrio de volúmenes entre diálogos, música y ruidos- en un nivel so­ sos y efusiones de los violines. Tiene sus propias tradiciones musicales. como
noro muy discreto y moderado. que limira su lirismo, cosa que puede parecer por ejemplo la de hacer emerger de la masa a un insrrumento solista. como e1
paradójica. saxofón, cuya presencia en la orquesta sinfónica. tocado de una manera [Oral­
Posteriormente. en una escena íntima. George Sanders e Ingrid Bergman se mente diferente a la deljaz.:::, ha sido una de sus éspecialidades durante muchos
encuentran enojados, íncómodamenté juntos en lahabitación de' su hoteL un ho­ años. Otra de sus tradiéiones consiste en ~elgusló por una escritura reldrh"a­
relque según ellos es muy tranquilo, mientras que a lo lejos oírnos cantar a un mente elaborada y abstracta, que evita indicar demasiado claramente una tona­
napolitano que ellos parecen no escuchar; y al que. en todo caso. no hacen alu­ lidad emociona:l determinada:. Muy a menudo. en sus mejores momentos. la
sión alguna; música Clásica de cine en Francia gustará de un estilo entre dos aguas y de
La presencia de canciones en ,la banda sonora. canciones que no tienen un atmósferas mezcladas, salvo, cosa.notable. en el terreno de la comedia y del
estatuto preciso (¿de fondo? ¿de pantalla?) está destinada a recordar el contex­ filme de capa y espada, donde existe una cierta tradición de escritura fogosa.

,i
136 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-197::;1 137

"desenvainada la espada», en la que destaca Georges Van Parys: Fanfan el ill­ plum. Para todos estos géneros. la fórmula clásica funcionaba a la perfección.
n:ncibJe (Fanfan la tulipe, 1951). de Christian Jaque. ~on la colaboración de Los pocos filmes estereofónÍcos filmados en los años cincuenta (proyectados en
\1aurice Thiriet. las escasas salas equipadas con «sonido magnético»). eran demasiado escasos
como para crear un estilo nuevo. Los medios modernos servían. sobre roda. para
ensanchar la concepción clásica. sin transformarla.
Factores de renO\'ación en los. años cincuenta En adelante. observamos una renovación detemas.porla parcial e implíci­
ta eliminación de ciertas prohibiciones: a partir de los años cincuenta. el cine
A finales de los años cuarenta y durante los años cincuenta. yarios factores para el gran público empieza a hablar más libremente de sexo. de drogas y de
empezarán a aportar elementps rlOvedososa este sistema. si no perfecto al me­ violencia. reencontrando una libertad de la que había gozado a finales de los
nos probado. que. a grandestrazos. continúa siendo respetadq y.constituye una años veinte y a principios de los treinta. época bastante libre en este aspecto.
r~ferencia común. Se trata, no tanto de un sisterpa lógico y abstracto. como de Ello no se debe solamente al esfuerzo de cineastas y productores progresistas.
una serie de usos y procedimientos. No es de extrañar si, en muchos casos. las sino también a una necesidad, ampliamente comprendidJ.. de atraer al público al
innovaciones que Y<:imos a señalar y las modificaciones que intentaremos esta:­ cine mediante temas que la televisión de la época no podí:.l tratar en:-ubsoluto; y
blecer se sumar¡. se superponen a las prácticas adquiridas. sin desalojar necesa­ mediante imágenes que ésta no podía mostrar.
ni.lmente a estas últimas. Igualmente. se empieza a buscar la asistencia de públicos más específicos.
Estos factores conciernen al cine en sú conjunto que. despué~ de la segunda como el de los jóvenes. convertidos en una categoría de ávidos consumidores de
fuerra mundial. asistirá a una serie de cambios que tienden a rejuvenecerlo. a música. Aparecen filmes dedicados a tratar la desazón de la juventud. o temas
relanzarlo y . entre otras cosas, a hacer frente a la naciente competencia de la te­ psicoanalítícos o sexuales, para los cuales se intenta recurrir a una nueva músi­
levisión. Sin esta última. entonces confinada en lós estudios, tal vez el cine no ca, tanto para evocar su universo cultural como para traducir de nuevo unos sen­
habría tenido necesidad de «echarse a la calle» tan rápidamente a fin de rodar en timientos más confusos. Vemos multiplicarse los dramas psicológicos olas me­
los lugares deja acción: sin ella. puede que el cine no se hubiera abierto tan fá­ lodramas freudianos. en los que los composirores intentarán escribir una música
cilmente a tem.as más audaces y sociales, psicológicos o sexuales. Evidente­ más tensa. a veces atonal o disonante. Las partituras del joven Leonard Rosen­
mente. esta apertura del cine, que en muchos aspectos habría de conducir a un man para los dos primeros filmes interpretados por James Dean. Al este del
replanteamiento del papel y el estilo de la música en el cine. es también el fruto Edén (Easl of Eden, 1954.). dirigido .PQr.EliaKazan··iq;artir del libro de John
de los esfuerzos de personas valerosas: productores como Darryl Zanuck, Louis Steinbecky Rebelde sin causa (Rebel without a cause. 1955) dirigida por Ni­
de Rochemont; directores como Otto Preminger, Elia Kazan, Roberto Rosselli­ cholas Ray, son características a este respecto. Evidentemente. conservan el sis­
ni. Claude Autant-Lara (aunque tengamos ciertas reservas sobre sus opciones tema del leitmotiv y la utiliz<:ición de la música como inflexión, puente, indica­
morales y políticas); e incluso actores como Kirk Douglas o Burt Lancaster, dor psicológico, pero ahora recurren a un lenguaje más complejo, flotante,
quienes, al ejercer como productores, ayudaron a que el cine se renovara, a me­ torturado, con sonoridades de jau, en relación con los estados de ánimo ator­
nudo pagando las consecuencias de los riesgos que asumieron. mentados del personaje.
El cine resistirá a la competencia de la televisión, así como a la propia usu­
ra de las fónnulas establecidas, en varios terrenos.
Para empezar, asistimos a una voluntad de ·enfatizar el cine como espectá­
culo, en cinemascope yen ·coior;cuando la televisión aún no ofrecía más que
una imagen en blanco y negro,relativament~poco definida, q~e siempre mos­ "",--._•../-...... (casi siempre jazz sinfónico blanco) es tan pronto el elemeuto único
traba emisiones de pIatÓ. En este ,campo,: las consecuencias sobre la música ci­ leRamlúsica del filme como un ingrediente nuevo mezclado con los otros, cosa
nematográfica fueron mínimas: los dos géneros favorecidos por esta evolución más frecuente. El jazz está presente a través del empleo de ciertos ins­
fueron el fIlme musica1.en color, frecuentemente adaptado de espectáculos de lUDlentos (principalmente la trompeta con sordina y la batería), de ciertos giros,
Broadway, y el filme épico, .que va desde el westem espectacular hasta el pe- e.:\Clelitos ritmos y acordes característicos. En este último caso, se trata más bien
DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-1975) 139
138 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO~

de un «ambiente de jaw> que del jazz propiamente dicho; tal como se practica-, sin y Frank W axmanhabían utilizaaoel jazz, ~pero éste no constituyó nunca la
ba en los clubes. coLumna vertebml de suspartituras»'~. . .
La partitura de Un tranvía llamado DesfVJ (A streetcarnamed desire, 1951)" Dos años más tarde,con.,eljawnan Chíco Hamilton, el mismo compositor
el filme de Kazan adaptado de la obra deTennessee Williams, con Marlon Bran­ crea la música.de Chantaje,e1J,Broadway (Sweetsmell oi success.1957), un fil­
do y Vivien Leigh, estaba firmada por un joven compositor, Alex North. Éste se. me policíaco producido por Burt Laneaster y realizado por Alexander Macken­
sirvió del marco de la acción. Nueva Orleáns, y de la atmósfera de locura sen­ drick. En la misma época, otro Bemstein. Leonard, escribió para Ú],ley del si­
sual que envuelve a los personajes para arriesgarse a escribir una música dife­ lencio (On the waterfront, 1954) de Elia Kazan. una partitura dinámica, típica
rente, parcialmente inspirada en el blues y el jazz.en la que recurría a instru­ de cierto jazz sinfónico entonces en boga, que utilizaba abundantemente el vi­
mentos solistas, como el saxofón, verdadero personaje musical. En su música bráfono y las percusiones. Naturalmente, este género estuvo asociado. por cier­
para La muerte de un viajante (Death of a Salesman, 1951), filme dirigido por to tiempo, a la droga, al drama, a,la violencia y alos problemas sociales. Johnny
Lasto Benedek a partir de la obra de Arthur Miller, North causó sensación al Mande!. formado como arreglísta dejazz, utilizó una gran orquesta para Quiero
abrir el filme con un solo de tlauta. Mientras tanto, ¿es casualÍdadque estos dós vivir (l want to live, 1958), dirigida por Robert Wise. historia de una prostituta
filmes adapten obras de teatro con un estilo deliberadamente confinado y sim­ (Susan Hayward) que va a parar a la cámara de gas por un crimen que no ha co­
ple. sin pretender desfigurar la naturaleza escénica de la obra original? El ins­ metido.
trumento solista contribuye entonces a reforzar esta «concentradónescénica». En Francia. con medios bastante menores. aparece una corriente de pelícu­
que se busca y no se disfraza en la puesta en escena. Cabe recordar que la moda las acompañadas por un tipo de jaz:. a veces improvisado por un solista o por·
"". del instrumento solista aparece a partir de la conmoción que produjo la música una pequeña formación: John Lewis y el Modem Jazz Quartet en Sair-onjamais
de Anton Karas para El rercer hombre (1949). de Carol Reed. en la que una cí­ (1957) de Roger Vadim (que reincidirá con Thelonious Monk en Les liaisons
tara. claramente personalizada. parece representar una especie de alter ego del dangereuses( 1959), o Miles Davis a la trompeta solista en el rilme policiaco de
protagonista. Louis MaUe Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l' échafaud. 1957), Hay
Otro filme se impone. en este período. como un auténtico acontecimiento: que recordar que para el espectador de la época. la sonoridad delja:.: no resul­
El hombre del b.~a~ode oro (The man with the golde n arm, 1955) de Otto Pre­ taba un descubrimiento, y reflejaba un cierto «aire de los tiempos)' que también
mingeLLamusica derfilmeest:abatirmada por-un-compositot de trdñta-~' tr~s' se respiraba en los cafés, al escuchardiscos y a veces en ciertas series de tele\'¡­
años. Elmer Bernstein. con arreglos de ja:: debidos a Sheiley Manne y Shorry sión. Por otro lado. el jazz impregnaba machos tilmes como elemento sonoro
Rogers. y con orquestación de Fred Steiner. El protagonista del mme.cuya ac­ desde hacía tiempo, en ocasión de una escena de restaurante.Je bar. de café. de
-:ión transcurre en Chicago; es un batería de gran talento. interpretado por Frank velada. Éste fue probablemente el principio del período en que. por razones to­
Sinatra. que lucha para librarse dela droga. Escuchamos especialmente un cuat­ talmente matenales (aparición del tocadiscos indi\'idual)~ la música que se es­
teto de trompetas agudo y una secuencia de persecución con piano solo y b~te­ cuchaba en el filme podía estar estrechamente relacíonadacon el repertorio mu.:
na. en compás de tres por cuatro. Según el compositor (entrevista enPosirif. sical discográfico qué los pe,rsonajes consumían y bailaban. :\sí. Les tricheurs
n, 389-390). «era la primera vez qúe la partitura de un filme se con\'ertÍa en un (1958) de MarcelCarné, se aprovechó del hecho de que sus protagonistas. jó­
¿xito en la industria del disco. Anteriormente, había habido la canción de Solo venes parisinos depravados y vividores. eran aficionados ala música 'moderna.
allle el peligro [High Noon. 1952] oel tema de Lo que el vientO se llevó, Pero para acompañar la acción con lo que hoy llamaríamos una «recopilación» d~_di­
esta vez se trataba de la partitura entera r... ] Ello creó una moda que a mi juicio versos títulos de jaz:. desde Dizzy Gillespie a Oscar Peterson:
es muy perjudicial. que anima al productor a encargar músicas paraé¡uel~ngán En el cine europeo se revelarán ciertos compositores que estaban inmersos
¿xito autónomamente. lo que ha terminado por afectar:a la música cinemato­ la 'cultura Jaz:. y que se inspiraban eficazmente en ésta. Entre ellos se en­
grática en general». Elmer Bernstein reivindica el hecho de haber sido uno de contraba uno de los músicos de más talento del jo"encine europeo. el pianista
los primeros que escribieron en este estilo. «Alex Northtiabía utilizado ele­ de ja::.::. KrzyszlOf Komeda, prematuramente desaparecido. quien tuvO 'tiempo'
mentos de jaz.: para la música de Un tranvía llamado Deseo. sirviéndose. por de componer para los primeros filmes de RomanPolanski y par.r Hambre
ejemplo. del saxofón. De hecho. tendía más bien hacia elfo/k. [...] David Rak­ (Suelt. 1966), de Henning Carlsen. partituras notables. de una sonoridadcot­
140 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNIS),IO (1935·1975) 1-+ l

tante y fría. cuyas referencias no se esconden. En la música de El cuchillo en el Blackboard Jungle. 1954) de Richard Brooks: la música de los títulos de crédi­
agua. (No W .. Wodzie. 1962) de Polanski. lainfluencia de ciertos títulos del to de este filme humanista --consagrado a las dificultades de un profesor; inter­
tándem John Coltrane y McCoy Tyner es evidente, aunque su utilización es pretado porGlenn Ford. con los alumnos delincuentes de su instituto-. dio la
des~acable. En.un planomas .general. la \·anguardia europea hacía referencia a vuelta al mundo. y contribuyó allanzamieno del rock and roil mucho más que
l!n jazi m~nos arropado sinfónicamente. menos azucarado, más afroamericano c~aiquier operación de markeTing. La canción cantada por Bil1y Haley y los Co­
qué el que practicaba en Estados Unidos un composito: rle 'ante t~~cntl"\ ('~G:~ u~:~:. 1),...,.1· 1.110 dock. y más precisamente la introducción, «One () 'dock.

Johnny MandeL two o 'dock. Tlrree o 'dock rock» tUYO el don de electrizar a las salas. Rara vez el
principio de un filme -momento aún de relativa indiferencia en que a menudo
el rumor dei público se apacigua poco a poco y el espectador comienza a con­
Roek y canción centrarse. aunque sea a veces un momento decisivo. destacado instantáneamen­
te- ha estado tan aglutinado por una música, Significativamente, George Lu­
N o .~abemos si el público de entonces hacía una diferenciación absoluta en­ cas escogerá el mismo fragmento musical para empezar su filme nostálgico
tre lo que hoy en día distinguimos claramente como ja:::;:.. rythm 'n blues y rack A»1prira!1 I A rr:~rirl1n ~ 9 7 ?- \ ·~ht~pienrlo del público la misma
and rollo Cuando el público asistía. en cienJ.s comedias de los años cincuenta. a reación inmediata y entusiasta.
un desfile de cantantes y grupos. entre los que se encontraban los Platters y Fats En la tradición cinematográfica de las guerras musicales, el guión de Se­
Domino pero también Linle Richard y la .::antante sentimental Julie London, milla de maldad conYierte los gusros musicales de los personajes en el símbo­
¿era capaz. a partir.del estilo. el color de la pieL o el género. de establecer divi­ lo del abismo entre generaciones: el profesor de música del colegio, un hom­
siones tan absoluta? como las que están en vigor hoy en día, en que toda la mú­ bre liberal. moderno y siempre dispuesto a comprender a sus alumnos, posee
sica está catalogada en las tiendas bajo categorías imperativas y cada vez más una colección de discos de ja:::.. entre los que se encuentran rarezas del trom­
diferenciadas? Demos gracias, pues. de que el apartado «música de cine» sea petista de ja:::. (blanco) Bix Beiderbecke. La banda que hace estragos en su
uno de los últimos en que podemos encontrar. en el interior de un mismo álbum, clase los destruirá~ como si la oposición del rock, asociado a la delincuencÍa.
encuentrosycoexistencias de músicas de una variedad refrescante. y del jazz. asociado a un liberalismo comprensivo, fuera uno de los símbolos
Entretanto. si el rock and rol! ha llegado a imponerse como nuevo género, del relato.
ha sido gracias a su carácter e~.cénico y a su capacidad de· iIlscúbirs(:;"'tli el !..1 rotufa de disco~ .r~foS por razones de intimidación. de de
molde clásico de la canción, que le permite recuperar las formas y convencio­ chantaje es u~a «escena tipo» del cine, que encontramos, por ejemplo, en El
nes tradicionales de la comedia musical. En el cine, la canción es un género beso mortal (Kiss me deadly. 1955) de Robert Aldrich, cuando Mike Hammer
totalmente específico y difereme de cualquier otra música, ya que incluye le­ rompe un valioso disco de Caruso, para hacer hablar al que los colecciona. Con
tra, puede insertars~ en una acción, en los diálogos y no necesita complicados 'la laceración de un cuadro, simboliza una especie de profanación muy visual e
pretextos. para interveIiir: basta con que un personaje toque una guitarra. se impresionante, cinematográficamente muy expresiva por su instantaneidad
sientedel~te de un piano, o simplemente sobre lIn caballo y se ponga a can­ (¡romper o quemar un libro es algo muy diferente!), al mismo tiempo que en­
tar e inmediatameJlte tendrá a su disposición una orquesta completa acompa­ .1CaIl1a un tema obsesivo a través de todo el cine sonoro: intentar romper la mú­
ñando su canto, gracias al buen hacer de.la música de fondo ya la indulgen­ '.. ·porque ésta simboliza lo que continúa sin nosotros, indiferente a nuestra
cia del espectador., Contrariamente, la int~rvención de un fragmento de
música instrumental en la misma acción a menudo se.. asimila a·un momento o menos en esta época, Elvis Presley empieza su carrera cinematográ­
de mutis~o de los personajes, y la mayor parte de veces a una ;pausa deja ac­ ;,ieSpecíalIJnente con Jailhouse rock .(1957), .dirigida por Richard'Iborpe,
ción, amenos.queel guión nohaga;de esta música un fondo o contrapunto filmes más conocidos. La mt1sicaque Elvis canta en sus peñculas
para unaacciónpatalela. su variedad no es en absoluto una producción en serie)es sin embargo
A v~ces, bastan cuatro·minutos para marcar a un ·ftlmeypara cambiar el más azucarada que la que le dio su reputación en el escenario.
curso de la música cinematográfica. Éste fue el caso de·SemiUa demaldad(The
142 DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (l935-l975) 143
UN SIGLO DE l,;U,MP.A.N,ERJ[SM¡O+

Melodías protagonistas vez se trata de mostrar,en un contextode~erray muerte~que la vidaconti­


núª,; la música simboliza. la"cruel indiferencia.dela existencia,. por sudesarro­
Desde finales de los cuarenta, y después del fulminante éxito discográfico
110 ·convencional e ine·luctable;su plano tonal hábilmente encadenado .. ysu he­
d~l terna de amor de Laura (Laura, 1944) de Preminger (escrito por David Rak­
chura· rítmica tranquila, respetada como una carretera de la ([\le no se desvía
sm) y del tema principal de El tercer hombre de Carol Reed~ que aportará sumas
jamás. .
~olosales al distribuidor, cada vez es más corriente pedir a los compositores que
El final de los años cincuenta y los años sesenta asisten a una especie de
mtegren una melodía o un tema fácil que pueda dar lugar a una canción. No es
triunfo de la melodía, una melodía que ya no está cuidadosamente anclada en un
~bliga~orio que.ésta última figureen el filme con su letra: ésta se escribe poste­
motivo sobrio, ni es un mero material para extraeralgunos motivos, un elemen­
nor e mdependIentemente, en diferentes versiones según el país. Estas cancio­
to de mosaico, sino que se despliega para ser oída y retenida. como el vals de
nes viajan de boca en boca, de cantante en cantante (en la época no se acostum­
Georges Aurie para Moulin Rauge (Moulin Rouge, 1953) dirigida por John
braba a dejar constancia del intérprete que las había creado) y su contenido
Huston, o la melodía de JeanWiéner tocada a la armónica en Touchez pas au
puede tener sólo, una vaga relación con el ti1me.Aesta práctica se ciñen -sin
grisbi (1953) de Jacques Becker. Para algunos constituía una herejía absoluta. y
tenerotra elección- compositores de tradición sinfónica como Dimitri Tiom­
representaba el finalde la «buena» música cinematográfica. en lo sucesivo atra­
ki.n. qu.ien compuso el tema del filme de Fred Zinnemann Solo ante el peligro.
pada a la vez entre la música popular y las exigencias comerciáIes extracinema­
TlOmkm retomará este principio en otros westems como Duelo de titanes (Gun­
tográficas. Ciertamente, se abría una nueva era.
tight a[ OK Corral. 1958) de John Srurges (en cuyos créditos la canción se en­
La moda «melódica» alcanzó también a los filmes de suspense como El
tona con letra) o El Alanio (The Alamo, J960) de John Wavne. El westem se
hombre que sabia demasiado (The man who knew ro much. 1956) de Alfred
presta particularmente bien a esta moda porque, de todos los "Réneros cinemato­
Hitchcock (la canción «Qué será, será») de Jay Livingston y Ray Evans estaba
gráficos no directamente musicales, éste siempre tuvo víncul~s importantes con
integrada en la acción. ya que la protagonista encarnada por Doris Day era can­
la baladay la canción:.el «cow-hoy cantante» Gene Autry. hoy olvidado salvo
rame),alas películas épicas como La vuelta al mundo en ochema días (Ardund
p~r p~rte de Jos nosrálgicos de una determinada generación y por parte de los
the world in 80 days. 1956) de Michael Anderson( canóón de Victor y oung.
hIstonadores del H·esfem.¡.acaso no había estado, entre 1937 v 194~~ entre las
con ritmo de vals). a las comedias como Desayullo con JiamaJ:ies (Breakfast al
diez principales estrellas americanas. con películas como Melodr RaizC/r(-f940)
Tiffany's.1961 ideBlacke Edwards (<<Moon River» de Henry \lancíniL oa las
dirigida por Joseph 5ranley? ­ películas históricas y de guerra comó Éxodo (Exodus. i 960 í d.: Otto Preminger
Por' tanto. no es ':J.sual que la revolución desencadenada afRunos años antes. (tema de Emest Gold). etcétera.
a principios ~e los año~ sesenta. por los temas de Ennio Morriconeen las pelí­ En el cine francés, la moda melódica. ilustrada durante Jos sesenta por las
culas de SergIO Leone-temas relevantes no sólo por su escritura e instrumen­ músicas de Michel Legrand paraJacques Demy. Agues Yarda yWiHiam Klein.
ración. sino también por la dramaturgia de las propias peJículas. por su ritmo o de Michel Magne -el compositor francés más famoso de la década- para
lento y estilizado- 5e haya producido én estegénéro y no en otro. Sin ernbar­ Roger Vadim. se basa en modelosínesperados; como Juan-Sebastián Bach: un
go. a diferencia de las músicas destinadas a los westems americanos. los temas Bach tal como se conocía y amaba en la época. con sus gr::mdesarcos melÓdi­
~e Morricone rara vez :::.irven de pretexto a ca,nciones. sin duda porque ya están cos a base de «rosalías», su dinamismo rítmico y sus enrusiastas coros y trom­
tuertemente caracterizados por un timbre solista --':silbido, guitarra eléctricá. petas. que será imitado en la partitura de Michei Legrand destInada a Qui eres­
voz femenina vocalizando. tlauta-del que son casi inseparables. vous. Polly Magoo? (1966), el filme satírico de William KIein sobree:¡ mundo
La fórmula de El iercer hombre, tan económica como-accesible "-un' tema de lá moda. Este estilo era como una alternativa a la languidez y"agitación ro­
fácil yun instrumento ~olista característico-. no podíarepelÍrse infinitamen­ mántica o éxpresionistaque no dejaba de expresarse en los melodramas psico­
te. Es curioso obser;ar que uno de los pocos filmes que vuelve a retomarlacoÍl lógicos de Hollywood.
éxito. Juegos prohihidos (Jeux interdits,195l) de René Clément. con su melo­ tCabe· recordar que. entonces estábamos en el campo del disco. en plena
día para guitarra solista y con un rema antiguo arreglado y tocado por Narciso moda de «al estilo de Juan-Sebastián Bach». un Bach a. menudo arreglaao con
Yepes. no.esrá exento de reJaciones temáticas con la obra de Carol Reed: otra sonido y ritmo de jazz. tanto por Jacques Loussier en trío piano-batería-contra­
144 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-1975) 145

bajo, por vocalistas scar. o por el conjunto a capella de los Swingles Sil).gers? Lelouch, con sus palabras y onomatopeyas que llaman la atención conscieme
Este último grupo. en el que destacaba la soprano Christiane Legrand, hermana del espectador.
del compositor. creará un sonido típico -vocalizaCiones precipitadas en un re­
gistro agudo. a panir -de sílabas· desprovistas de sentido-- que durante mucho· La i,..trusiónd~l pop
riemp6 va a obsesionar al cine francés.e~pecialmente en el género de la come­
dia, donde caprichosamente servirá de s.éña de identidad. ~nefecto;'"la historia Lª llegada d~l pop al cine fue denunciada en libros como el de Mark Evans
del cine no se limita a una cuestión de compositores. direCtores-y actores, sino (Soundtrack. The Mi/sic o/rile l\4ovies) a través de las alarmistas declaraciones
que también está hecha de fenómenos absolutamente jmprevisibles y, por su­ de cienos compositores. como la idea de que esta músÍca«hace que el público
puesto. de una interacción permanente ~on las corrierfÍ:es musicales de su tiem­ sea consciente de la música», algo diabólico, al parecer. El surgimiento de com­
po, a las que el cine. gracias a su vitalidad. permanece constante y afonunada­ positores-arreglistas como Nelson Riddle, Frank DeVol. Quincy Jone:, y Lalo
mente abieno. aunque en ello se mezclen razones comerciales evidentes. Schifrin muestra la gran, imponancia que en adelante se atribuirá al timbre. a
Por otr~ pane. la renovación de la música cinematográfica en las décadas una nueva «sonoridad».
de los dncuenta y sesenta no se debe describir. a nuestro juicio, únicamente Ello provoca. en Jos sesenta. ,especEaculares Gambios de. colaboración: la
como una rench'ación de géneros y estilo:::,. marcada globalmente por la inva­ partitura de Bernard Herrmann para Cortina rasgada (Torn cunain. 19661 de
sión sucesiva del ja::.. la canción y finalmente el popo Se trata también, y sobre Hitchcock. es rechazada en beneficio de un encargo pasado al compositor inglés
todo, de un campo en el que la música se presenta como sonido, una renova­ John Addison. que dará al filme un espíritu más frío y distante; Otto Preminger
ción de la propia sonoridad, de los instrumentos. del espacio musicaL Superfi­ deja de trabajar con sus colabóradores habituales David Raksin y Ernest Gold y
cialmente podriamos caracterizar la especificidad de un compositor como En­ se asegura los servicios de unfolhinger. Harry Nílsson.
nio Morricone por el carácter «popular» de sus temas, pero ello no significa Para muchos compositores serios, los músicos de rock parecen simples can­
gran cosa. ya que éstos son a veces bastante largos y complejos. Contraria­ tautores incultos. Mark Evans describe una escena de horror típica de esta épo­
mente, el sonido de su música es muy característico, y pone de relieve, en ca­ ca, según él. y citada sin especificar los nombres, como en los reponajes televi­
lidad de solistas. instrumentos hasta entonces prohibidos en el dne (el silbido,. sivos en que se oculta el rostro de los testigos: «Un compositor experimentado
la guitarra eléctrica solista, la vocalización, la armónica), o bajo la forma de describió una sesión de grabadón en el curso de la cual cienos músicos. bajo la
gimmicks, es decir, efectos sonoros paniculares creados por un sintetizador o .ev,idepte ;in.lluencia de.1~d~oga() d~l alcphol,. flleron conducidos. al estudio e in­
una voz, sin preocuparse de su efecto cómico. como la imitación del canto de vitados a enchufar sus guitarras eléctricas o sus amplificadores, para grabar la
la rana, asociada al personaje del revolucionario irlandés en ¡Agáchate, maldi­ música del filme. En otra ocasión, un vocalista de. estudio llegó a una sesión de
to! (Giú la testa, 1971). Igualmente, la música en el cine americano y francés grabación, y. se encontró al· director de orquesta vestido como un empleado del
sufrió. una profunda modificación en el sonido: la sonoridad fundida y global ferrocarril, agitándose en el estudio para dar a cada atril del coro una lista de sÍ­
hasta entonces adoptada por la mayoría de países, es reemplazada por estri­ labas desprovistas de sentido para que cantaran. Cada atril debía cantar cuando
dencias de metales, redobles de percusión, murmullos de voz con la boca ce­ el director le apuntara con el dedo. Así escomo se hizo la "partitura". Minuta­
rrada, partes para violín y efectos orquestales. Este estallido de la música, que jes (timings), orquestación, timbre y desarrollo melódico habían sido elimina­
a menudo rompía el bello continuo lenta y penosamente elaborado, dejando al dos totalmente».
filme con sus elemeJ.ltos desunidos, representó también un «efecto rejuvenece­ :En .esta narración, donde los detalles indumentarios se mezclan con preci­
dor» indispensable. ~:si':lp.es técnicas, observamos .una reacción horrorizada ante las costumbres «tri­
En los:años sesenta y setenta incluso se pudo diagnosticar 10 que cierto com.,. Incluso ~tes de decidir que el rock era una mala música cin:matográji­
positoL americano llama el fenómeno de la unrelated score--o sea, de la parti­ ....."j........"'J.~\J., compositores estimaban que el rock era una mala música desde
tura constituida por un fragmento sin una relación precisa con la aCCÍón- que :nalQulÍer punto de vista, una llo-música en sí misma.
a veces parece reinar sobre las imágenes, haciendo de éstas su acompañamien­ ;d.eighton.Lucas, compositor inglés de algún filme· de Michael Anderson, o
to, como el tema de Francis LID para Un hombre y una mujer (1966) de Claude e;1liUg¡ítiv.os del desierto (lceCold in Alex, 1958) de Jack Lee Thompson, le
146 DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-1975) 147

confía a Evans lo siguiente: «Deploro la tendencia que hace del filme un 1970) de Míchael Waldleigh: un. filme-reportaje so'brelos·festivalespop. Su
escaparate de música popo No veo justificación artística alguna aLhecho'de' éxito cómercial y de crítica permitiiá difundir'porel mundo películas basadas
los filmes serios se utilicen para divulgar canciones». Le parece dep19rable' en géneros por entonces casi desconocidos para;el:plÍblico mundi~, ya 'que es­
,. presión de los productores musicales para hacerle utilizar timbres estíml111ante:s; taban siendo ignorados por las'Tadiosy las televisiones',como:,el reggae en The
«Tampoco me gusta la tendencia moderna a abusar de los metales. Las rrOlmnp_,,,, harder they come (1972) de PeiryHenzeU" sobre Jimmy·Cliff.
tas estridentes pueden resultar excitantes para un clímax, pero en los demás ca-' El restaurante de Alicia (Alice's restauran4 1969) de ArthurPenn~ con el
sos es una agresión perpetua para el oído» (Soundtrack, pág. 196). cantante Arlo Guthrie ---"hijo· del cantante de protesta Woody Guthrie. al que
En esta época --en la que Bernard Herrmann dimite ostentosamente de su dos años más tarde se dedicará una biografíaftlmada por Hal Ashby, Está Tie­
asociación de compositores para protestar contra la situación- muchos se que­ rra es mi tierra (Bound for Glory, 1976)-, encarnando su propio papeL está
jan de la invasión de compositores de canciones, que según ellos apenas son ca­ inspirada en una canción..relato· de su propio· intérprete. El director ha sabido
paces de escribir un tema para piano. El oscar de Francis Lai en 1970 por el dar, a este modelo de filme hippie, el ritmo nostálgico e indolente de una bala,:,
tema de Love Stor;; (Love Story~ 1970) de Arthur Miller, suscita algunas pro­ da. Ese mismo año, Jean-Lue Godard filma a los RoHing Stones grabando 5ym.
testas. Michel Legrand triunfa al año siguiente con Verano del 42 (Summer of pathyfor the Devil, entrelazando este reportaje con lecturas de textos cons'testa­
-\.2. 1970) de Robert Mulligan. cuya partitura es considerada como una simple tarios (One plus one. 1968). Godard retomará la idea de convertir un ensayo.
serie de variaciones sobre una melodía; Sin embargo, filmes como Cowboyde 2fabación o actuación musical en hilo conductor de un relato en Nombre: Car­
medianoche (Midnight cowboy. 1969) de Joho Schlesinger, o sobre todo Bus­ ~en (Prénom: Carmen, 1982), con un cuarteto de cuerda. y en Soigne ta droire
cando:mi destino (Easy Rider. 1969) de Dennis Hopper, del mismo año, ya no (1987), con el grupo-tándem Rita Mitsouko.
utilizan un drama tic underscoring, .es decir. una partitura que sigue cuidadosa­
mente la línea dramática. sino que usan canciones preexistentes, incrustadas tal
cual en el filme. con su letra y su ritmo. Un estilo diferente
El éxito de los Beatles y de la. música pop inglesa había suscitado algunos
tilmes avispados de Richard Lester. en los que una acción alocada servía de pre­ Más discretamente. de modo casi insensible, se empieza a notar la inflUen­
texto para introducir canciones: ciertos grupos como Pink' Floyd enMo~e cia de las series de televisión sobre la música, aportando un nuev'o tono: crea un
I More. 1969) de Barbet Schroeder habían creado una música destinada a con­ modelo de acompañamiento más íntimo. aterciopelado. estilizado y1igerarhe;¡­
vertirse en un álbum exitoso. Si embargo. sorprendentemente, no será gracias a te distante. que concuerda con historias que podríamos contemplar sin in\:oiu­
la vía del filme de ticción que el pop y el cine van a consumar sus fecundos es­ eramos excesivamente en ellas. Al menos en los países anglosajones. duranre
ponsales. renovando el cíne a más largo plazo. La vía de encuentro real. inespe­ mucho tiempo la televisión fue ese medio «frio» donde se 'cuentan historias li­
radamente, vendrá por los documentales sobreun festival o sobre una gira~ que geramente guasonas o inquietantes. en lasqué elsentiméntalismo sé mantiene:.l
encadenancanciones~ entrevistas con los artistas y productores o con el público. distancia. No es casual. no obstante, que el argentino Lalo Schifrin -<:uyos re­
imágenes del decorado del concierto. anécdotas. etc. Este tipo de filme, abun­ mas para la serie de culto Misión imposible (Mission imposible), uno estridenre
dantemente difundido en las salas de cine. se convertirá en un género en sí mis­ a cinco tiempos y el otrQ jnsinuante~ se han convertido en referencia y,objeto de
mo, que inspirará un pastiche. This is Spinal Tap (1984) de Rob Reíner, un fil­ tulto en sí mismos para lá joven generación de teléfilos delos .ochenta- haya
me dedicado a un grupo imaginario con sus falsos «pequeños hechos reales» y sido tan solicitado por el cine de acción. ame·ricano. Sin ~uda, era convenie:lte
sus detalles costumbristas. que resultan insípidos si no se conocen algunos de para·un ciné que durante algunos áños iba a abandonar el melodrama. el filme
los filmes a los que parodia, épico ylodos l~s géneros efusivos y cálidos, para dedicarse atilmes de suspen­
El éxito de películas como J1ontereyPop(Monterey Pop, 1967), reponaje se o de espionaje voluntariamente gélidos,· que a menudo tendían hacía el eme
tl1mado por D.A. Pennebaker dedicado a un festival pop de la costa california­ de'crítica p o l í t i c a . '
na. donde aparecen Otis Redding.JimmyHendrix y Janis Joplin, constituirá el Resulta muv cáracterlstica la concepción musical de Buititt (Bullitt. 1%.8)
lanzamiento de este nuevo género. que culminará con Woodstock(Woodstock. de Peter Yates.·celebre por su persecución en coche por las inclinadas caBes de
PS UN SIGLO DE COMPARERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935~19751 149

San Francisco. en la que un detective encamado por Steve McQueen va en pos Del mismo modo, la música de estilo jaz:. coo! de Dave Grusin para el filme
de los malvados. Al revisar el filme. nos llama la atención el hecho de que la de~ espionaje Los tres días' del cóndor (Three days of lbt condor'. 1975) de Sid­
música de Lalo Schifrin prepara dicha persecución pero no la acompaña en ab­ ney Pollack. algunos años después, empieza enun estilo de telefilme anodino y
~oluto una vez ésta ha empezado, a semejanza de un entrenador en una vuelta el
. {río, indiferente, rechazando la posibilidad de anticipar algo o de traducir dra­
cí:Ústa. \henu:.a.:; q~~ l~s automó~ileS están aún en la ciudad. circulando a un ma que, va a acontecer, evitando intervenir en la secuencia de la masacre de un
ritmO nonnal. sus ocupantes permanece~ absolutamente en silencio y con una equipo que trabaja para la CIA y haciendo predominar b sonoridad fría~ objeti­
mirada inexpresiva; la música ocupa tranquilamente su lugar. como un ritual .va, del piano eléctrico.
donde todo tiene su tiempo: una bas~ rítmica un tanto sudamericana. prolonga­
d2 por l~ cuerda y luego una melodía serpenteante, que aníicipa lo que va a ocu­
rrir. La música calienta el ambiente, la sala. para una persecución cuyo dina­ Nouvelle vagul1 francesa, ¿nueva música?
mis~o será cr~ado única,yexciusiv~me~te. cuando empiece. mediante efectos
de mont~je visual y sonoro. imágenes de coches, ruidos de motor y de n~umáti­ No es cierto que el fenómeno de la l10llvelle mgu( de finales de Jos cin­
':05. La secuencia de la persecúción no resulta silenciosa únicamente por la au­ cuenta y principios de los sesenta en Francia: estuviera a.:ompañado por una re­
senciade palabras (perseguidores y perseguidos se mantienen frio!' y mudos 1. volución en el ámbito musica1. Para empezar. los filme~ ;! los qUe los críticos de
:'100 también porla elisión de la música. Y el silencio de la persecución es si­ la época aplicaron esta etiqueta. o la reivindicaron. n0 "on forzosamente los
lencio de la música. mismos a los que hoy se aplica: en esa época, la llourelft ,'ague es una cuestión
En otros momentos, contrariamente a cierta leyenda. la música de Lalo de tono (insolente), de actores jóvenes, de audacia sexual. pero sus fronteras son
S.::hifrin desempeña un papel clásico de 1Illderscoring, de acompañamiento pre­ difusas. Una. comedia de Michel Boisrond. ¿Quiere usted bailar conmigo?
ci~o. El punto de salida y de llegada de ciertas secuencias musicales están es­ (Voulez-vous dan ser avec moi? 1959), una «osada» historia de amor de Louis
tre~hamente ligados a la acción. Por ejemplo cuando Steve MacQueen. que está Malle, Les amants ( 1958 ),un drama de la infancia como Los cuatrocientos gol­
corriendo por un pasillo para atrapar auno de los gángsters. ve interrumpida su pes (Les quatre cents coups, 1959) de Fran90is TruffauL un filme policíaco de
persecución por una puerta cerrada, la música cesa casi al instante. En otros mo­ lean-Lue Godard.como AI.flna! de la escapada (Á boUl de souffle, 1959). son
mentos. de distensión, una flauta travesera jazzística toca con un acompaña­ ante todo una comedia, una osada historia de amor. un drama de infancia v un
miento de guiu,rrra. La partitura es, por otra parte, una sucesión de solos de flau­ filme policíaco, y~ sóJoen segundQlugar una expresión de lalioUt'elle nagu;'. En
ta. de piano y de saxofón. El filme rechaza toda presencia del sentimentalismo la comedia de Boisrond, Henri Crolla, compositor de canciones (particulannen­
de las cuerdas; sólo las guitarras hacen que reine una discreta melancolía. Aquí te para Yves Montand) escribió temas que fueron orquestados por André Hodeir
la músiCa se mezcla con el aire de la acción y no ocupa más que un pequeño vo­ con un estilo jazzístico. En la película «literaria» de Louis Malle, la voz en off
lUIIlen sonoro~ Numerosas secuencias de acecho, de espera, están en total~'()PO­ de Jeanne Moreau se asocia a la nobleza del tema del movimiento lento del Pri­
sición con lo que se habría realizado quince añ<;>s antes; ningún tipo de música mer sexteto de Brahms, que este filme contribuyó a popularizar, Un Brahms re­
ni de diálogo, solamente reinan el ruido de la circulación y los timbres de telé-: ligioso y espiritualizado, como Bach. Los temas melancólicos del autor de can­
fono. El fIlme da cabida a una nueva presencia del entorno sonoro, y utiliza no­ ci~nes Jean Constantin, para la primera obra de Fran~oís Truffaut, se inscriben
tablemente el ambiente apacible de las calles de San Francisco. De manera ge.:. en una tradición realista francesa. Finalmente, el piano-ja:;: de Martial Solal, en
neral.la música de Bulljtt,cu~do'~e mezcla con la acción, crea una especie de . la obra de Godard, sorprende sobre todo por la insolencia con la que el montaje
euforia, de ligera fiebre nerviosa, ~de agradable.electricidad, que al mismo tiem­ 'lo:interrumpe oJo hace irrumpir de manera inesperada, y no por su clima musi­
po hace, que permanezcamos distantes~ ,Puede :que ésta .sea la razón por la que ¡~",·,WLlU l' «americano». Se trata del mismo clima -y no es por a2:a.r'- que en­
una generaciónqueha'crecido:endos.años'setentacon películas líricas y altiso­ ;C()]ltntm()s en las piimeras películas de Jean-Pierre Melville (al que se rinde ho­
nantes (en Jas que la orquesta despliega unapompa y unaafectividad literal­ en una escena) y en los filmes policíacos de Bernard Borderie con Eddie
mente aplastantes) ,encllentraatractivoeste filme, y, ~sin duda, ve en él el soplo \iOnstantine. Tantas películas como soluciones. Por otra parte, los mismos com­
de una fresca brisa. ~;¡to:res, como Georges Delerue o Antoine Duhamel, y los mismos estilos de
ISO UN SIGLO DE COMP'AÑERISMI()#.
DE LOS CLASICISMOS AL MODERNISMO (1935-1975) 151

música viajarán sin cesar,sin marcar la más mínima diferencia, entre el cine
El tiempo delosmodemismos
pular y el llamado cine de autor;

Tom~mos el principio de Al final de" la escapada de Godard. M1.JISicalnlen:~


La «modemidad»' de cierto cmeeUI'Qpeo de' finales de los' años cincuenta y
te, aparece bajo la forma de patchwork, buscado como tal, en el que se sU(:eclen:',>.
de los años sesenta presentará un aspecto ~muy caracterí~tico, con un composi­
un tema rápido de trompeta (en forma de arpegio ascendente interrogativo), se- '
tor"'determinante'en esta época. por el que, curiosamente, él cine francés, aparte
guido de un pequeño tema vivaracho para cuerda, cuando el personaje inter;..
de Resnais, se interesará muy poco. Se trata de Giovanni Fusco,el compositor
pretado por Jean-PauL Belmondo conduce el coche. Luego, la melodía de
de varios filmes de Antonioni, y dedos fihnesde Resnais. entre ellos Hiroshi·
moda, «Buenas noches mi amof»,ll canturreada ,por el protagonista. Después
ma mon amour (Hiroshima mon amour, 1959). Su concepción puede resumirse
aparece un galop vivo, de tipo documental, captado por aquél en la radio del
en una palabra: economía, tanto en la duración delminutaje como ~n el número
coche, mientras circula por el campo, música sobre la que pronuncia un monó­
de instrumentos o en la expresión, pues esta música evita toda efuSión.
logo. Aparecen ahora las primeras palabras de una canción de Brassens, secor­
Algunos experimentos del tándem Antonioni~Fusco no son del todo con­
tan en seco cuando el protagonista'gira el bot6n del dial (<</l n 'ya pas d'a... »,
vincentes. La originalidad puede resultar laboriosa, y la voluntad de innovar
que el espectador. si conoce la canción, puede completar, premonitoriamente
puede dar un resultado anodino y artificial, no «sentido». A nuestro juicio, éste
"".mour hereux»).9 Sigue una músicajazzística de Manial SolaL que el prota­
es el caso del largometraje de Antonioni El grito (H grido, 1957). Este filme
gonista encuentra en otra emisora. Posteriormente escuchamos una secuencia
describe las andanzas. de un obrero que abandona a su familia, prueba diferen­
nrmica del tipo «persecución de serie de televisión», cuando Belmondo corre
tes formas de vida y acaba por suicidarse ante los ojos de su primera mujer. Es­
por el campo tras, haber matado a un policía, unas escalas al piano en un patio
pecialmente en suprimerapane, el filme está Ueno de escenas visualmente sor~
mientras Belmondo va a visitar a una amiga en París: una canción «yeyé» se­
prenden tes. captadas con ese sentido del espacio que sólo posee este director.
guida de una músicaestilo Nueva Orleans, emitida por el transistor de esta
Magníficamente fotografiada por Gianni Di Venanzo: la película se desarrolla
:::.miga. a-la que roba el dinero; una dulzona música de cuerdas cuando aparece
en lugares más bien abandonados y sórdidos:unagasolinera'miserable c donde
la protagonista. Jean Seberg, etcétera. La escena más relevante de la película,
vegeta una muje-r sola, algunas casas pobres. Temiendo sin duda que la música
ia que ha sido más imitada. es el Iarguísimo diálogo con Jean Seberg.donde el
no suscitara demasiado directamente la emoción sugerida por lí:I.S 'imágenes. y
piano de Maníal SolaL sin razón «diegética»' alguna (es deeicsin:er prete~to
deseando dar la espalda al miserabilismo sentimentaL Aiuonioniencargaa Fus­
de unaradioqiJe alguien enciende o apaga, por ejemplo)' se interrumpe en seco
co una música totalmente «conrrapuntístíca».Por lo tánto. en escenarios de la
<) reaparece algunos segundos después. tras las frases, lo que pérmite subrayar
llanura del- Po, en escenas de una -gran rristeza. tenemos derechó -a pequeños
el carácter inestable. caprichoso, peligroso y enigmático de las reacciones de fragmentos al piano t~talmente incongnIemes.qué a veces suenan como una
uno u otro personaje. de sus estados de ánimo. La música es a la vez rayo de imitación de un noctumode Chopín. sereno y ensoñador. o biencomoun pasti­
luz y puntuación inquietante. La indecisión, y especialmente la mudanza del ch~<ie cualquier Ondine raveliana. En suma. un estilo'de pian~ que ÍndtÍdable­
..:orazón se traducen con los caprichos de la música, o más bien por lo capri­ mente contrasta cón los escenarios de la acción. suena burgués yestetizante. sin
.:hoso de su presencia. enteramente dictada pOr la arbitraria ostentación del conseguir. sin embargo. crear un sentidó preciso~- necesario en su distancia­
montaje. «Quiero. no quiero; te amo. te detesto», ,dice la música. no tanto por miento de la acción; por ejemplo. cUaÍldo en el peor momento de la depresión
~u contenido o su estilo propio como por la manera en que callao se ímpone. ' del protagonista. el piano désgaiTa sühoctumo ¡ chOpiniano.~el mi~mo modo.
La concepción de Godard parece que se puede aplicar a cualquier estilo musi­ en la 'melodramática escena final. -en fa qué el obrero 'se arroJa desde una torre
"::11 y, en efecto. así ocurrirá en adelante. ya que el autor acabará por echar . ante los ojos ctesu mujer y ésta Horá sobre su cuerpo. oímofUn vals chillÓn to­
mano sólo del repertorio clásico. talm~ilte:«descolocado»~ caído del dei6: catapultadohacia'elúni\~erso del fil­
me. con elque no guarda relación alguÍla"permanecÍl~ndocomo-laexpresió~ de
undeus ex machina intelectualizánte. Párece que 'el director -este rasgó rea­
:3: En c:1srellano efl el original. (N. del l.)
parece en su filmeldentificació71 de una mujar (Identificazione di una donna.
9, «No hay ningún amor feliz.» 1982)- esté totalmente paralizado en el empleo de la música debido a su mie-

,1,

\
152 UN SIGLO DE CO~IPAÑERISMO DE LOS CLASICISMOS AL MODER:'\IS\lO (1935·1975) 153

do al mal gusto, al kitsch, al sentimentalismo, con lo que desperdicia su enorme manera abstracta ( «a ci ne contemporáneo. música contemporánea»). En efecto.
talento. Contrariamente, en los casos enquel~ música aparece en su obra liga~ esta música transmite, por los propios guiones a lo:, qUe acompaña. significa­
da a la acción. sin pretensión distanciadora. el resultado es extraordinario -por ciones de opresión. de locura o de ciencia-ficción. que refuerzan los estereolÍ­
ejemplo, la música de un pequeño baile local, que oímos después de partir los pos que se suelen atribuir a este tipo de música. Por otra parte, también por su
protagonistas. propia escritura, que en la época e:, generalmente puntillista. desestructurada y
Por el contrarío, en el principio de Hiroshima m012 amour ( 1959) de Res­ atomizada (aún no hemos llegado J la música repetitival. sólo produce efectos
nais, el efecto de la música de Fusca es fantástico y sobrecogedor. Es cierto que paniculares. sin desempeñar un papel estructurador de eje. de señal para la me­
el caracter irreal y de letanía de esta secuencia, con las voces masculina y fe­ moria y de separador formal.
menina dialogando fuera del tiempo. permite que la música. que se desarrolla en Los modernismos de finales dc los año:- sesenta precipitarán asÍ. involunta­
el mismo registro repetitivo y congeladD. no parezca estar «(impuesta» desde el riamente. el principio de una hendidura entre las películas de autor y los filmes
exterior sobre un cuadro naturalista. contrariamente a lo que ocurre en El grito. llamados comerciales. Con todo. la modernidad afe~tará menos al estilo de la
De hecho, la regla de econofiÚa que se da (por desconfianza en soluciones propia música que a la manera en que ésta es ime~rada. En El carnicero (Le
prefabricadas y en emociones empaquetadas, preestablecidas. a las que parece boucher. 1970 J. uno de lo~ mayorc' éxitos y uno de k1S mejores logro~ de Clau­
llevar la música). en varios autores-directores franceses como Robert Bresson. de ChabroL Pierre Jansen compon..: una panitura de un estiio muy moderno.
Eric Rohmer, y más tarde lacques Rivette o Louis Malle eri algunas de sus pelí­ pero está cuidadosamente concebid;] e incorporada. pGnadora de una turbadora
culas, les conducirá a la adopción de soluciones radicales. En algunos' casos. emoción, Al comrario la música de Georges Delerue para El desprecio (Le mé­
como en la obra de Bresson, se tratará del empleo de música clásica preexistente puis, 1963) de lean-Lue Godard. está compuesta en un estilo perfectamente si­
que por eso, y también por su escritura firme y densa, suena como dominada. res­ milar al que el compositor utilizaba en la época para otros directores. Godard la
tringida, aislada en su esfera. sin difundir su emoción ni su atmósfera al resto del <<moderniza» por el modo en que la utiliza.
filme. En otros casos. se tratará claramente del abandono de toda intervención Al convertirse en un género en sí mismo, el cine de autor ya no se encua­
musical. En algunos filmes de Bergman (Como en un espejo [Sasom j en spegeL draba en las corrientes colectivas. o bien las acogía con reticencia. Ello explica
1961]) o de Bresson (Pickpocket [Pickpocket, 1959]), la intervención de una mú­ el hecho de que en el capítulo siguiente apenas aparezca cine de autor, mientras
sica clásica bastante grave, tomada respectivamente de Bach y de Lully, adquie­ que en el pánorama por autores que cierra este voiumen sí que volvemos a en­
re el sentido. de una excepcional ~isión de lo transcendente en un mundo abando­ contrarlo abundantemente representado, sobre todo en el cine más reciente.
nado por Dí~s. Rohmer, al contrario, considera que la música representa un Sea como fuere, parecía que detenninados procedimientos habían «enveje­
peligro para la posición irónica que el autor desea conservar incluso en la emo­ cido» y era imposible volver atrás. Nos equivocábamos.
ción, así que a menudo es totalmente eliminada, tal como ocurre. en el mismo
sentido, en BuñueL En ambos autDres, se trata de evitar el efecto de catálisis
emocional, de precipitación de significados (que va diciendo: ahora podéis vi­
brar. ahora podéis llorar) que la música corre siempre el riesgo de producir, y más
cuando su intervención es limitada, pOr lo que aparece como una voz celestial.
Finalmente, la solución valerosamente experimentada por Alain Resnais (en
varios fUmes), Ri;v~tte (conJean-Claude Eloy en La religiosa (l..:;.a religieuse,
1967]). hITe K~t{conja:música electroacústica de Bemard Pa.rmegiani para
Les soleils de .Z'ile d; Pdqües {1971]} .y Bergman (con música. de. Lars Johan
Werle para Persona [persona,"'1966}), con una música llamérnosla «contempo­
ránea» (caracterizada por rasgos estilísticos como escritura atonal y rítmica­
mente desmenuzada, sonoridades extrañas, relevancia de los instrumentos so­
listas), no es'«la» solución milagrosa que algunos estaban soñando al razonar de
4. Regreso al futuro .(1975-1995) .

Regreso al/úllIro: este título. tomado de un filme de Robert Zemeckis rea­


lizado en 1985 (sobre un muchacho. a quien le gusta el rack de los cincuenta.
que viaja en una máquina del tiempo a una época ligeramente anterior a su na':'
cimiento. pero que corresponde a sus fuentes musicales). rebosa de significa:.
dos. Más o menos a partir de 1975. gracias al Dolby Stereo. evocado más ade;'
lante.'el cine ve cómo' se abren' ante sí nuevas posibilidades para la, música:
ahora podía darle ,todos sus colores. todos sus graves y agudos, todos sus cons­
trastes e intensidad: y al ttüsmo tiempo, diaJéc,ticamente. estos nuevos medios
tecnológicos acompañan, o más bien siguen de cerca y refuerzan un gusto por
lo que entonces se solía denominar «retro». Ello ocurre en todos 10snive1es:
tanto con el retorno de la gran música sinfónica a los filmes americanos,'como
con la vuelta de las diferentes modas musicales de los años veinte.' treinta' y es­
pecialmente de los cincuenta.
Aunque ya en 1971. La última película (The last picrure show) de Peter
Bogdánovich. uno de los primeros filmes «retro-musicrues» sobreelcierrede
uncaJé )tuna sala de cine en los años cincuenta, estaba acompañada por can;.
ciones de Hank Williams. Eddy Arnold, Eddie Fisher, Tony Bennen y Jo Staf­

b
156 UN SIGLO DECO'IPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO (1975-1995)

ford. no resulta exagerado ver en American Graffiti (1972) de George Lticas el mente, era una sensación extraña>} (Cine-mck.. de Jonathan Farren. pág. 1351.
filme cla\;'e de este período. Se trata de una película natur~lmente influida por la Evidentemente, aquel cine era testimonio de una época en la que~ gracias a la
oleada de filmes pop~ aunque el repenorio que~ propone se sirY~ de una compi­ pre~encia pennanente de la música y de las canciones en nuestro entorno. mul­
lación de canciqnes para sumergir al espectádor en la década anterior. en 1962. tiplicada por fenómenos tales como la proliferación de radios FM. transistores
en un pueblecito californiano. portátiles y waikmans, nuestra vida se encontraba igualmente en situación de
Ha~' que notar que no se trata de un fenómeno enteramente creado por el acompañamiento aleatorio.
cine. En las emisiones de radio que difundían música pop y roe/.:.. acababan de Otros filmes «nostálgicos» de eSle período reactualizaban y relanzaban mú­
aparecer secciones nostálgicas. en las que se difundían alguno~ \"iejos títulos de sicas más viejas y olvidadas. a veces sin demasiada pre(X'upación por la exacti­
diez o más años atrás. La música pop había entrado en una era de recapitulación tud histórica. El golpe (The sring. 1973). comedia soci:li dirigida por George
pennanente. y de mezcla de épocas. de la que aún no ha salido. Roy Hilly situada en elChicago de los años veinte. no:- hace oír. con los ragti­
Nada menos que cuarenta y una canciones. encadenadas y separadas por mes de Scott Joplin, que el filme popularizó a escala mundial. una música ante­
anuncios publicitarios y por bromas del disk-jocker. componen la banda sonOf;:'¡ rior a la época de la acción. al menos en una yeintena de años. «En El golpe
del filme de Lucas. cuyos protagonistas son jóvenes americano:, en su últimc\ -cuenta su director-, yo sabía que iba a utilizar la mü"ica de Scon Joplin.
año de instituto. Sobre el postulado clásico de unidad de lugar y de tiempo (toda Construí ciertas secuencias e interludios a su alrededor. La," grabé yo mismo al
la acción transcurre en el mismo pueblécito y en sus alrededores. en el curso de piano. e hice de ellas una banda sonora para poder efectuar los eones correcta­
una sola noche). el autor insena el postulado de una «unidad de emisora de ra­ mente antes de dejarlo todo en manos de tvlan'in Hamh:,.:h". Este último. arre­
dio». que será explotada en bastantes filmes (Hablando con la muerte [Tal k Ra­ glista de las piezas del compositor negro. recibió un óscar por este trabajo. Al­
dio. 1988] de Oliver Stone, La niebla (The fog. 1979] de John Carpemer. Good gunos años después, en Manhattan (Manhanan. 1979). Woody Allen también
morning VieTnam [Good morning Vietnam. 1988] de Barry Le\"insonl. Los jó­ hizo arreglar algunas piezas de Gershwin y las superpuso. en un anacronismo
yenes protagonistas. tanto al viajar en coche como cuando eSlán cerca de un voluntario y nostálgico, a su Nueva York contemporáneo launqueeste último
drugslOre, están en su totalidad sintonizando la misma emisora de radio local. fue tratado en un estilizado blanco y negro. y confinado a cienos barrios ele­
que difunde emisiones musicales presentadas por un disk-jockey muy popular. gantes frecuentados por el cineasta). Un gran número de películas se consagra­
La confrontación con éste, Wolfman Jack. dios-director de orquesta y verdade­ ron por entonces a los años veinte. treinta y cuarenta y reintrodujeron la música
ra fuente de. la música del filme. constituye un importante momento en la obra. de la época, a menudo grabada de nuevo ); en estére() para la oC,asióI). Un traba­
Mediante la escucha común de una misma fuente de baile, de palabras y de mú­ jo como el realizado en CottonClub (The Cotton Club. 1982) de Coppola. cró­
sica, s09re la que se desarrollan todas las peripecias, incidentes. dramas y mo­ nica del célebre club de Harlem en los años treinta, nos permite escuchar piezas
mentos felices, Lucas crea el sentimiento de un mundo en el que nunca estamos famosas de Duke Ellington, como Mood Indigo, interpretadas casi al pie de la
solos. letra y conla misma orquestación, pero con un sonido moderno y no con el so­
Cabe señalar, en este filme, el trabajo determinante del ingeniero de sonido, nido lejano de las grabaciones originales, haciéndonos cumplir una especie de
Walter ]vIurch, quien obtiene una especie demusicai dust (polvo musical) al «viaje en el tiempo» de nuevo tipo.
fundir la música ccm el sonido glob~ en mayor o menor medida, creando toda Al mismo tiempo, por el sesgo de estas películas, volvía al cine una música
una escala de matices. Todo ello está puesto al servicio de la idea del director, ala que podríamos calificar de popular en su sentido más amplio (canciones, rit~
que consistía en crear, de ~manera más sistemática y menos,ciÍ'cunstancial de 10 .:mos simples y caracterizados, temas bien identificados).
que hasta entonces se había hecho, un efecto de superposición libre de diálogos ~ Graffiti conocerá muchos imitadores, como por ejemplo Un mun~
y música sobre. el paso a paso de la acción. «Lo más sorprendente -dice Lu­ rlf}"fJn'lrtp (CarWash, 1976), dirigida por Michael Schultz sobre un guión de

cas- es el hecho de que cualquier canción podía ser ,colocada en una u otra se­ Schumacher. El filme narra una jornada en el marco único de una estación
cuencia. Cuando se me ocurría reemplazar una canción por otra en una secuen­ GeiJa'laOlO de coches, ,ocasión para ilustrar cuestiones sociales, humanas, etc., es­
cia, encontraba un .nuevo· .signific~do para dich~ secuencia. Me daba la pecáalmente entre blancos 'y. negros. La película está puntuada por numerosas
impresión de que estas canciones habían sido escritas para el filme. Verdadera- C3IlCi4::>nt:~S populares reagrupadas en una compilación supervisada por Norman
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REGRESO AL FUTURO (1915:'1995) 159

Whitfleld. a fm de constituir el decorado musical y cultural adecuado. ~u...........:.u


Resnais encargara una partitura sinfónica «a la antigua» a Miidos Rozsa. para
Francis Ford Coppola realiza su película sobre la guerra de Vietnam. AD'oct.Zlv17­
Providence. un filme sobre los fantasmás<d.e un viejo escritOr egocéntriccr;es­
se Now, estrenada en 1979, le parece natural insertaE en la «banda sonora»' del~~'
critoenun tono cínico y repleto de elementos incongruentes. Gran amante de la
filme canciones contemporáneas a la acción, que bien podían haber sido difun-: .
ironía. Resnais había .calculado probablemente su- filme ~omo más humorfstico
didasIlor las emisiones de radio destinadas a los militares involucrados en el:
de lo que el púbÍicoperdbió. Lósexcelentes actores ingfeses dé los qu~ ~e ro­
conflicto. Estas canciones se alternan con la música sintética original. com­
deó, la brillante escritura delguíonista David Mercer y ciertos gags de gUlOn de­
puesta por el padre del director, Carmine Coppola, y tienden a restar protago­
berían evitar en el filme todo sentimentalismo fuera de lugar. Sin embargo, fue
nismo a éste último. Es el ejemplo de la canción de los Doors, The End. que abre
la música, compuesta en el estilo hollywoodiense y suntuoso de los años cua­
el .filme de modo impresionante gracias al trabajo sonoro de Walter Murch~
renta, eL elemento que determinó, por su seriedad absoluta, la atmósfera del con­
junto, y le otorgó un tono de grandeza y de drama. del que la película, magnífi­
camente dirigida e interpretada, saca provecho.
Renovación de la música sinfónica
Pero para abrigar este retomo de lagran música sinfónica se necesitaba algo
más que obras maestras aisladas: era necesario que hubiera géneros que la re­
Otro retorno. totalmente inesperado. fue el de la expresividad sinfónica y

clamaran y nuevos medios técnicos que le confirieran una nuevajuventud: Y los


los sentimientos musicales». asociado a un nuevo interés por los vete­

hubo, por una parte, a la nueva moda del filme épico. y por otra, a la ge·
ranos de la música clásica de Hollywood y por la estética con la que éstos se ha­

neralización del Dolby estéreo.


bían identificado. Al principio. este interés surje de unos pocos admiradores fer­

\·jentes. sea de realizadores franceses como Franc;:ois Truffaut. que encargó a

Bemard Herrmann las partituras de Fahrenheit 451 (Fahrenheit 451. 1966) Y La

Retorno del cine épico


llOvía \'estia·de negro (La mariée étaÍt en noir. 1967), sea de apasionados segui­

jores como George Korngold quien. según Guy Teisseire (Posit{f. noviembre

Este retorno del cine épico y, para su acompañamiento. de cierto estilo de


je 1976. n:'Hn l. «a principiós de los años setenta. emprende la producción (en

música. se produjo al principio casi por azar. En un cine de :.lmihéroes. de crúi­


Jisco¡ de una serie de reorquestaciones de partituras de su padre. Erich Wolf­

di política y de crónica de sucesos tratada" de forma cotidiana. aspect~ en que


:;ang Korngold. de !v1ax Steiner.de Bemard Herrman'n. de Frank Waxman yde
destacó el cine americano de los primeros años setenta. aún persistía un cine"J
\fiklos Rozsa)., La revisra de donde está extraída esta información desempeñó
la anti2ua>~ que defendía la fórrriula del glamour. de las estrellas' de ciertaedad
por entonces en Francia un papel significativo en esta resurrección. al conceder
y de l;s grandes sentimientos. Se trata del filme-catástrofe: cuyos pilares fun­
un importante lugar a la música sinfónica cinematográílca. mediante un buen
damentalesfueron señaladamente Aeropuerto L<\.irport. 19íO¡ de George Searon
mimero de entrevistas y documentación. Las obras de Fran90is Porcile í La mu­
(música de Alfred Newman). La aventura del Poseidón (The Poseidoll Adven­
'¡que a récrall: 1969)y diez años más tarde las de A1ain Lacombe. igualmente
ture, 1973) de Ronald Neame. Terremoto (Eanhquake. 197..+) de Mark Robson.
producror de radio. y Claude Rocle (La musÍque du filme ),también alimentaban
El colosó en llamas (The toweringinfemo. 1974) de 1f\'ingAllen y John Gui­
este nuevo interés por la música cinematográficaclá,sica;,interés que en 196 Lla
l1ermin. estos tres últimos con música de John WiHiams. sin olvidar.' siempre
excelente obra de Henri Colpi (Déjense et ¡ilustratíon de la musíque dans le fil­
con el mismo compositor con encargos para gran Tiburón Oaw:,.
me) no había conseguido suscitar por culpa de su mala difusión. aunque había
1975) de Ste\'en Spielberg. Es interesante constatar qúe. en sus principios, este
rreparado el terreno,
género informal de filme-catástrofe. nacido del éxitbaisladodel primer filme
Mientras. podríamos creerque el estilo de música así evocado pertenecía al
~itado: comportaban entre sus ingredientes obligaooslapresencia. entre los per­
pasado. hizo su reaparición por medios inesperados, especialmente el thri­
sonajes dispares reunidos por un peligro o catástrofe impre\'ista, d~ est:e,llas
lla. .bajo un aspecto casi referencial e irónico. con dos filmes en que Brian De
masculinas y femeninas envejecidas. tales como A va Gardner. Deah Martm e
P31ma colaboró con Bemard Herrrnarm: Hermanas CSisters, 1973) y Fasci­
incluso Fred Asti:l.ire, como una especie dedestlknostálgico.· La música «::i la
nación (Obsession. J 976), Igualmente sorprendente es el hecho de que Alain
anti e(Tua» v los grandes sentimientos de generosidad. los arranques de efusión fa­
01 _
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ri:1iliar sugeridos por el guión, que permiúan que el público sacara su pañuelo De este modo, nos encontrábamos ante una variante de la comedia musical
por primera vez en muchos años, ¿no formaban parte integrante de aquellas es­ hollywoodiense. que intentaba tener continuidad en la gran. pantalla y con soni­
trellas de antaño. para su última vuelta a la pantalla? Así lo creíamos. Sin em­ do estéreo. Por supuesto. la diferencia residía en el estilo y el sonido de la mú­
bargo, tuvimos queconstarar que este ne0sínfonismo iba)gu<,llmente a impo­ sica, un sonido al que solamente hlrá justicia ~l soporte magnético y posterior­
nerseal servicio de temas di versos y populares. convocando. a actores de la mente el Dolby estéreo.
Realizado a partir de la opera-rock de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice y
nueva generación~ incluso en ciertos filrne;;; de directores irnportantes como
MartinScorsese, Ridley Scou. Francis Coppola y James Ivory. rodado en exteriores en los lugares bíblicos de la acción, el filme tenía por pro­
Este hecho no se produjo por sí misrno. sino que entre otras cosas fue la ductor a Robert Stígwood, cuyo nombre no puede pasar desaparecido, ya que le
elección de dos de los jÓYenes directores de la nueva ola americana. George Lu­ debemos. más allá de sus propias :unbicion~s. el haber creado las condiciones
cas y S,teven Spielberg. dos independientes que tenían ganas de recrear un cine adecuadas para la revolución ~el Dolby. Al principio especialmente en Tomm"
de emociones colectivas. El segundo de ellos. entre otros. nunca ha escondido (Tommy, 1975). la opera-rack de los Who filmada por Ken Russell, que fu~
su admiración por el director de El puente sobre el rio Kwai (The bridge on the además el primer filme difundido en Dolby a gran escala. Stigwood llevará a
ríver Kwai, 1957) y de L{l\t'rellce de Araba (Lawrence of Arabia. 1962). David cabo una política de producción qUe emana de una reflexión muy lúcida sobre
Lean, de quien dice que es «después de Hit.:hcock.. el mayor especialista en mú­ la necesidad de crear un nuevo ti1="-) de espectáculo cinematográfico, apto para
sica cinematográfica». Sólo que para sus propios filmes no llamó a Maurice Ja­ convocar al público juveniL que por entonces se estaba convirtiendo en elprín­
rre. entonces instalado en Estados Unidos. sino a un compositor ya consagrado. cipal c1ientede las salas.
aunque más joven. cuyo nombre se ha con\"ertido en un sírnbolo tan poderoso «Durante mucho tiempo --di.:.: Stigwood-. he estado observando las lar­
enlos setenta como lo fuera Ennio Morncone en los sesenta: John \Villiarns. EL gas colas de espera a las puertas d;;: los conciertos de rock preguntándome por
primero. sinónimo de segundo grado. a la wz popular y refinado. pero también qué no conseguimos atraer a la misma audiencia a las salas de cine. ¿Por qué no
sinónimo de largas melodías nostágicas: el segundo. sinónimo de amplitud or:­ podríamos crear una excitación idéntica? Encontrar un público verdaderamente
questaL de astronaves centelleantes y de esperanza en un mundo nuevo. ten­ tocado por la música, pero al que también le gustara el cine>} (citado en Libéra~
diendo la mano al antiguo. El primero ligado a un cine desengañado. el segun­ tion, artÍCulo de Laurent Rigoulet. lunes 19 de diciembre de 1994).
do vinculado a un cine que quiere creer que todo puede volver a empezar ... Sin Cualquiera que se sorprenda de tales declaraciones mostraría una rara can­
embargo, uno deriva del otro, ya que sin Morncone, John Williams probable­ didez y ciert<:t ignorancia acerca de la historia del cine. al creer que hasta enton­
mente no se habría atrevido a crear para La guerra de las gala.l:ias (Star Wars, ces las cosas habían funcionado de manera diferente: .Hitchcock o Renoir, y a
1976) temas tan ostensibles yreconocibles. personalizando tan claramente cada foniori un productor tan" importante para la historia de la comedia musical clá­
campo y cada personaje. sica como ArthurFreed, pensaban del mismo modo en el tipo de público al que
La tendencia hacia la recreación de un cine amplio y musical, y la corta ·se dirigían.
moda (aunque determinante) de la opera-rack desempeñó en ello un papel muy En 1974, alrededor de Rocky Horror Picture Show (The Rocky Horror Pie,.
importante. ':ture Show), versión cinematográfica de un musical rock de horror inglés parti­
:':.cularmente paródico, estrenado en un cine de Nueva York y en otro de Londres,
e.cl[)ns:tiulve un singular fenómeno de «culto», "al hacer de la proyección una es­
De la opera -roek al cine di~cotequero de ceremonia puntuada y acompañada por las intervenciones de los es­
~taldolres. Éstos se visten como los personajes de la pantalla, gritan los diálo:
Al principio, laopera-rockfilmada(Jesucristo Superstar [Jesus~Christ Su­ mismo tiempo que éstos, o lanzan chistes entre las· réplicas. Lo~
"perstar, 1972] de NormanJewison) no' causó una ruptura, sino que se insertó en repiten uno de los bailes del fUme, como -verdaderos participantes
la corriente de un gran número de filmes consagrados a esta música. Apareció ritual. Aunque la propia naturaleza del fenómeno (que reposaba sobre una
legítimamente como la versión cinematográfica de espectáculos ya exhibidos de cine, que mantuvo la obra en cartel durante varios años), impidió
en los escenarios americanos e ingleses, cuyos títulos eran por todos conocidos. - alcanzara el rango de un gigantesco éxito comercial, al menos con­
... Jl.l".u..",
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REGRESO AL FUTURO (1975-1995) 163

tribuyó, gracias a los enormes ecos que suscitó en la prensa, a crear la idea
plia y significativa-las posibilidades sonoras .reservadas basta entonces a un
una nueva forma de participación en el cine,mediatizada por la música, de
pequeñísimo número de producciones..', . .
nuevarítualización de la sesión de cine.
En efecto, antes nacían falta salas de proyección equipadas con oopias y
Los filmes discotequeros, como Fiebre del sábado noche (Saturday nigbt
proyectores especiales, con sonido magnético multipista,c<?D 10 que se limitaba.
fever, 1977), de 10hn Badham, con_John Travolta, las películas sobre escuelas de
este recurso a unos' pocos filmes difícilmente amortizables e"n el plano financie­
música como Fama (Fama, 1980) de Alan Parker -uno de los artífices de este
ro. Esta posíbilidad de un sonido llamado de «alta fidelidad»· (ténnino arbitra­
retorno-, la versión cinematográfica de la ópera hippie Hair (Hair, 1982) de
. río, ya que de hecho se trata de alta definición) estaba reservado, pues, al estre­
ylilos Forman, la formidable comedia de John Landis Granujas a todo ritmo
no, en algunas salas, de grandes comedias musicales, de filmes de aventuras
tThe Blues Brothers, 1980), inspirada a su director por su doble admiración por
~'espectaculares y de escasos filmes de autor rodados en 70 mm como Play time
los artistas de rythm 'n blues negros y por el cine musical alocado de principios
(Playtime, 1967),de Jacques Tati, o 2001: una odisea del espacio de Kubrick.
de los años treinta (con la presencia del cantante Cab Calloway como nexo en­
Estas obras, como otras muchas, fueron éxitos artísticos evidentes. pero el debíl
tre ambas épocas), todas estas obras encarnan algunos de los aspectos de este
contingente de filmes que se beneficiaban de estas técnicas no daba la posibili­
sorprendente renacimiento del filme musica1.
dad de acumular experiencias y de inventar. Ello animaba a realizar películas
A veces se le ha reprochado al musical pop o discotequero el hecho de. no
cuya concepción. especialmente la musical. se limitaba a engrandecer el sOnido
sc!r nuevo. y de retomar las intrigas típicas de los filmes musicales de los años
habitual.
m:!inta a cincuenta realizados por Vincente Minnelli, Stanley Donen, Charles
Los cambios aportados por el Dolby estéreo. o más bien los cambios que
Walterso George Sidney: efectivamente, el conjunto continúa reposando a me­
éste ha permitido generalízar para un mayor número de filmes y de salas. con­
nudo sobre las aventuras de unos adolescentes que forman un grupo, unos mú­
cierne a tres campos. cada uno susceptible de afectar por sí mismo ala música.
::-icos que montan un espectáculo. con idéntico recurso a los «duelos de música»
directa o indirectamente:
¡en GrGl~llja5 a todo rirmo. la sátira de los aficionados a la música eow1fry: en
Un aumento importante en la franja de paso tanto de agudos como de
Fama. Iaoposición entre el joven compositor que trabaja con ~íntetizadores y 2r:lVes: sí el sonido óptico convencional corta el agudo a S.(~10 hertzios. el so­
!O~ \·enerabies y bonachones profesores de música de la vieja escuela,. Sin em­
nido Dolby permite llegar hasta 12.000. ConscuencÍas: los colores de la oí"que,,­
bargo. c!sros mismos «modelos» pertenecen a un repertorio de situaciones pree­
ta v los armónicos de los instrument05."\e transmiten de manera mucho más pre­
xistentesyn\.Inca han pretendido inventarlos resortes de sus intrigas. Uno se ci;a. detallada y completa. Ello permite una orquestación 111is ;lmplia (al Lítilizar
pregunta si los autores de [ajes acusaciones no disimulan su disgusto por el c!s­
los registros más graves y los más agudos) y más miniaturi::.ta y masiva a la YeL
üto de músÍCa roe/\. o discotequera (que no se puede discutir) mediante críticas
como en ciertos momentos· sinfónicos de Wagner. Para las músicas roe/\. y de
formalistas y abstractas. Ciertamente existe un retorno a ciertos temas y a cier­
variedades, los bajos adquieren una presencia hasta entonces desconocida. ja­
;;lS formas. pero con un sentido de futuro. dado que, gracias a un nuevo medio
más experimentada con anterioridad en las salas de cine. ya· yue los filmes mu­
¡¿cnico de difusión en sala. conocido con el nombre de Dolbyest¿reo (que tam­
sicales y de aventuras. con sonido magnético. de los años -:incuenta y sesenta~
bi¿n es una etiquetat¿cnica)c la música adquiere una presencia y una importan­
no.conseguían una presencia de graves tan notables eo~"u orquestación.
-:ianuevas. al imponer su pulsación y sus graves de una manera que incluso des­
~ Un sensible aumento de dinamismo. es decir. de posibles contrastes en­
borda los límites de !a pantal la.
rresonidos débi1esy fuertes.
La posibilidad de repartir los sonidos en varias pist:l."; independientes (de
Jos a seis. según el soporte:vídeó o cine), permitiendo así ~ue coexistan seña­
La llegada del Dolby estéreo
les sonoras que río se anulan recíprocamente en el oído. dado que se despliegan
en un espacio amplio y llegan a nosotros desde diferentes puntos.
En el cine. el~istema Dolby estéreo, en sus diferentes versiones y diver5as Sin embargo. ¿cuál es el resultado del Dolby para la müsÍca"? No se trata
r"l)rmasr¿cnic:l.'í. permitirá a una mayor cantidad de pelícu las y a un mayor nú­
sólo del despliegue de nuevas posibilidades expresivas. sonatas y orquestales
mero de salas utilizar -y por tanto banalizar, experimentaren una escala am­ en la propia música. sino también, en consecuencia. de la posibilidad de llegar
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al espectador del filme de una manera mucho más física. Además, las pistas del Por aIra parte. aunque la música sinfónica de John\\:'illiams yuelve a poner
Dqlby e,stéreo ofrecen a la orquesta sinfónica un «fondo» totalmente nuevo. de relieYe una narrativa épica abandonada desde hacía más de veinte años in­
puede ampliar su coloratura orquestal. en finura de sonoridades (especial­ cluso por los grandes filmes. ésta no funciona del mismfl modo que las paniru­
mente ¡;n los agudo~) sin tapar los diálogQs y los ruidos. que de repente tienen ras equivalentes de Steiner. Rozsa o Komgold para películas de aventuras de los
mucho más espacio a su disposición y adquieren una importan¡:;ia ,quejamás ha­ años treinta haqa los sesenta. Aunque. bajo la influencia de Ennio f\10rrícone y
bían tenido. Con tpdo. aparre de ciertas' excepciones magistrales. como Blade también de 1:1 relevisión. esta música no duda a la hora de crear temas muy ca­
Runner ( 1982) de Ridley Scott. la coexistencia de diálogos. ruidos y música no racterístic0s. deqacados de modo espectacular y fácilmente reconocihles. aho­
está enfocada hacia la fusión encadenada y continua, como se había intentado ra lamúsi..:aha de coexistir por vez primera con numerosÍsimos efectos de so­
en los treinta. cuando todos los sonidos habían de adaptarse a una sola pista. nido: arm3.:' t"uturístas (zumbido del sable láser). rugido de los motores de las
Ahora se trata más bien de repartir lugareS y papeles de manera muy diferen­ naves espa.:-iales. bíp-bips locuaces. gruñidos emitidos por una criatura peluda ...
ciada. Dada b decisión adoptada por el filme de puntuar los diálogos de los per­
Resulta evidente que la reaparición de filmes consagrados a la música clási­ sonajes human0' con numerosas intervenciones sonoras de sus compañeros
ca en los a.ños. ochenta y noventa. entre los que encontramos Amadeus (Ama­ no-humancl, o mecánicos. la música ya no puede ser el único medio para ase­
deus. 198.+) de Í\lilos Forman. Todas la5 maílanas del mundo (T ous les matins gurar dichJ. puntuación sonora. Por tanto. estando a veces a cierta distancia de
du monde. 1991) de AJain :Comeau. Farinelli de Gérard Corbiau (1994) o in­ la acción immediata. la música ya no est{¡ entretejida o tren?,adu con los diálo­
cluso Pasión Ínmortal (1995) de Bernard Rose (así como otros filmes, acerca gos. FísicJmeme. su distribución por los altavoces separados de la pantalla le
de Wagner especialmente). está ligada a rodas estas nuevas posibilidades. permite im-:grar un verdadero fondo orquestal. o más bien una especie de "fir­
mamento orqueqal». a la vez distante de la acción y estrecha e inmediatamen­
te ligado a ella.
Un «fondo orquestal» distinto Respec[() a la escritura de la partitura. con frecuencia se ha criticado el uso.
en un filme de ciencia-ficción, de un estilo heroico-wagneriano simplificado. A
Una película como La guerra de las galaxias, que se beneficia de medios de menudo se oía decir: ¿por qué no se recurrió a la música electrónica? Esto es
reciente aparición. constituye un hito en la historia de la música cinematográfi­ criticar un estereotipo en nombre de otro. De hecho, el proyecto de La guerra
ca. del mismo modo que en la historia del cine popular. Se trata de un gigantes­ de las galaxias no pretende en modo alguno crear un mundo .diferente al de las
co ciclo.heroico que había de contar, en su versión final, con nueve episodios. leyendas. antes al contrario, pretende mezclar; de manera sincrética. temas. mi­
de los que sólo se rodaron tres. El papel narrativo de la música -que consiste tos e imaginería de diferentes culturas. Del mismo modo que el guión extrae
en designar mediante leitmotive a los personajes y entresijos de la historia, los alegremente situaciones y temas explícitamente tomados en préstamo de La
ideales y los símbolos, así como los campos en lucha-, no se realiza de forma flauta mágica. las novelas de la mesa redonda, El anillo de los nibelungos y los
discreta y subyacente, como había sido la tendencia en los años precedentes. No cuentos para niños de Frank Baum (El mago de. Oz), y que la inspiración del
sólo se instaura de nuevo ese papel narrativo sino que además se magnifica y se vestuario mezcla, como es normal en este género, diferentes' civilizaciones.
pone de relieve como nunca antes había ocurrido. Mientras, la concepción na­ igualmente el sonido del filme combina sin complejos el viejo estilo sinfónico
rrativa del filme se basa en constantes cambios de los escenarios de la acción, y clásico de Steiner, lleno de vivos colores, con los efectos electrónicos vivos y
entre diferentes esc;:enas paralelas, necesitándó numerosos eféctos de transición ásperos, inspirados en las puntuaciones sonoras de los videojuegos.
rápida, visualizados por efectos de cortinilla (barridos de pantalla, de derecha a Finalmente. el metal y los timbales de John Williams adquieren aquí, gra­
izquierda, o de arriba abajo, para sustintir una imagen por otra), muy de moda ·clas a la franja de paso ampliado del Dolby, una eficacia acústica directa que
en los años treinta y recuperados en 'esta ocasión. Estas transiciones, muy ca­ ,evidentemente no podía tenerla gran orquesta de Max Steiner. Representan un
racterlsticas de la forma dramática de la obra, se «duplican» mediante numero­ papel de estimulación sensorial que los relaciona con ciertos efectos físicos bus­
sas puntuaciones sonoras y musicales que nos transportan rápidamente. a un cados directamente por Gluck, Berlioz o Wagner en sus óperas, efectos delibe­
nuevo universo, a un nuevo planeta o a bordo de una nueva astronave. rados y recibidos como tales, como atestiguan sin rodeos los textos de la época.
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REGRESO AL FUrURO (1975-1995) 167

En ciertas escenas de combate, dominadas por ruidos de detonaciones, la y ochenta. hay ciertamente un aspecto de espectáculo en sí mismo, indepen­
música de John Williams asegura una especie de figuración lejana,inantenién..,.· dientemente de la .narración.La multiplicación,. en. estos últimos años,'. de pelí­
dose en el papel de fiel compañera. mientras que en los momentos de entradas culas familiares protagonizadas por niños o adolescentes ~omoporejemplo.
y salidas de personajes y de cambios de lugar, predomina claramente su papel el joven McCaulay Culkin- contleva el empleo de so~oridades brillantes y ri­
operístico. cas, campanilleantes que exhiben ala orquesta como un escaparate de Navidad.
Igualmente representativo del meltÍng pot de épocas y referencias es el fa­ como por ejemplo en los dos episodios de Solo en casa, cuya. música también es
moso episodio del bar galáctico. La idea de la escena, inspirada en el saloon del de John Williams.
westem, consiste en evocar un bar de mala nota en el espacio, donde se dan cita
las especies má'i extrañas de la galaxia en una cómica disparidad de dimensio­
nes y fonnas. ¿Qué música podríamos escuchar en el bar, para producir un ma­ EJ sintetizador a la espera
yor efecto de extrañeza y a la vez de familiaridad? John Wil1iams eligió paro­
diar un estilo de música muy caracteristico: el ja:.: .nving que se tocaba en los Podriamos decir que muchas partituras de .películas americanas escritas a
cabarets americanos clandestinos de los años veinte --en los denominados speak­ partir de 1975 están sobreorquestadas. aunque también saben hacerse más dis­
casies-'- que conocemos gracias a numero:"Q'; filmes de gángsters situados en cretas. intimistas y recogidas. "Í el género ]0 exige. cuando. por ejemplo. d
este periodo. como Confaldas y a lo loco (Some likeit hot. 1959). A fin de se­ tema del guión implica un retorno claro a los buenos sentimientos. La moda
parar esta música de baile de cualquier .e:-.tilo conocido. el compositor la or­ «belicosa» qUe marcó los años ()Chenra y principalmente los filmes policíacos.
de aventuras y de ciencia-ficción. como Rambo/Acorralado 2. a parte (Ram­
quesra con sonoridades que le son del todo extrañas. porlo que utiliza el famo­
";0 steelhand jamaicano. mientras que en la pantalla la vemos interpretar por
bo/First blo.od part II. 1985; o. Alíens. el regreso (Aliens. 1986). nos pennite oír
con profusión (y con la precisión que permite el Dolby J. redobles de tambor
extrañas criaturas de cabeza bulbosa. "oplando largos instrumentos que recuer­
que marcan ":o.ntinuamente el mmo de la acción. o bien puñetazos sonoros
dan al clarinete. El monstruo musical así cre:.tdo posee una muvconse!!uida ex­
trañeza familiar. consiguiendo..;u efecto sobre el púhlico. - -.. como lo.s escrito..; por J:.lI11eS H(.)mcr o Basil Poledouris. A ellos les siguióun;l
moda mística. que conlle\ó ei ll'O abundante de coros seráficos (Ahyss [The
La ceremonia finalLjue cierra el primer ep¡"odio. en la que la princesa Leía
Abyss. 1989j. de Jame" Cameron. músÍca deAlan SilvesEri).
pone unae·medalla a lo;;; dos héroes. entre lO"L!úe dudu."evoca una escena muda
El :>inretil:lJor. ínstrumenll) -::onsiderado a priori como «moderno}) y por
de ópera. cuya música e~táesCtita por \Villi;.tm" en un estilo afín a Pompa y ei,.­
clIllsTanciade Edward Elgar. celebérrím() fr:lgmento utilizado por Kubrick en tanto adaptable:.! narracio.nes ruturistas. continúa siendo po.coutilizado. Es cier­
to que su uso abusi\"o. por razone::- económicas. como orquesta barata en filmes
La naranja mecánico. al mismo tiempo que constituye una recapitulación de al­
y series de bajo. presupuesto (folletín sentimental. filme deaverituras o de [erran
gunos temas. Ésta 'se encadena con un fra~mento de virtuosismo musiCal de un
ha acabado por aso.ciar dicha:; ~onoridadcs, en el ánimo del público, a aquel tipo
género nuevo en el cine. permitiendo devanar una interminable lista de.nombres
de filmes. y por tanto. k) ha de:,acredítado. Raros son .lbs· compositores que.
de actores. colaboradores,! técnicos. El cine susóta así una forma musical iné­
como Hans Zimmer. y especialmente Vangelis (en 81ade RllIlIler). han pue~to
dita: no ya la obertura sino el cierre ofemwlura. sobre los largos créditos fina­
el sintetizador al servicio de filmeS de gran presupuesto. \!n panicular comoúni­
les. los end credils que prolongan una atrnó,fen festiva, Los créditos finales de
ca fuente sonora: así Iacr;;ación (1riginal de Hans Zimmer coexiste, en el Rain
Ul guerra de las galaxias y El retomo del ji'di /Return 01' [he Jedi. 1982) son
,\1an de BarryLcúnson. con UI1:.l:-clel.'ción de canciones de mck: o bien la par­
una especie de regocijo musical interpretado con un tllTti orquestal. al tiempo
tirura.sintética tic Vangelis par:.l.B!ude RllImer.complerarnente circundada por
que recapitulan el material temático. '{ al igual que ocurre . con 'Ia concepciÓn
una o.rquestaCión de ruidos. efectos de ambiente y de voZ. creada por montado­
,<episódica» del conjunto (inspirada no sólo en el cómic y las series televisivas.
res e ingenieros de sonido.orque~tación que viste ala obra. haciéndose. para el
sino también en las historias por 'episodios y seriales de los. principios del cine).
espectador. inseparable de ella. Ryuichi Sakamoto en ,Ieli:: Navidad. Alista
los diferentes lemas musicales están destinados a convertirse en personajes, en
Lawrellce! (Senjo no ~Ierry Chris{mas/~lerry Christmas. Mr.Lawrence. 19831.
amigos que reencontramos de filme en tilme. compañeros de un largo viaje.
el filme de :\"agisa Oshima en ell.jue ¿l mismo interpreta un papel, es uno de ios
En esta orquestación lujosa de l.os filmes espectaculares de los años setenta
168 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO (1975-1995) 169

pocos, con Vangelis en Carros de fuego (Chariots of Fire, 1981) de Hugh Lo que el autor quiere decir probablemente es que la música de discoteca
ijmisof,)., q~e consigue i~JloI1er una música mayoritariamente sintética en un contiene letra y canto libremente superpuestos a la acción, y que la idea de una
«gran filme~) ',' palabra cantada que no haya sido escrita para serseguida, sino que se escapa sin
llamar: la atención consciente del espectador --como ocurre en ciertos filmes de
discotec8:- puede sorprendemos en la medida en que parece reproducir con la
La música discotequera, contestada letra lo que la música ya representa con notas y sonidos: la fuente de un efecto
que experimentamos sin ser conscientes de ello.
Es preciso regresar al fenómeno de la música discotequera que, aunque fue Este problema no existía del mismo modo en los años sesenta y setenta con
circunstancial. abrió la vía a una renovación del cine musical de danza con pro­ el rockde la época, generalmente caracterizado por una potencia musical co­
tagonistas no cantantes, como John Travolta o Gregory Hines, el sorprendente lectiva y un sonido difuso en el que el bajose halla «fundido» con las sonorida­
bailarín de claqué que se dio a conocer en Cotton Club, y ani~tas clásicos como des de la voz y las guitarras eléctricas. En cambio. el sonido de discoteca tiene
'Rudolf Nurevev o sobre todo Mijail Barychnikov, este último en Paso decisivo la característica de disimular al bajo. por así decirlo. haciendo que su impacto
(Tbe r~rnin~ Point. 1977) de Herbert Ross. o Noches de sol (White Nights, sea sentido como un proceso en sí mismo. que existe independient~mente. del
1985) de Taylord Hackford. filme en que el eterno duelo cultural entre música discurso musical que se establece por encima de él.
clási~a y música popular, tan querido por el cine, se prolonga y traslada al cam­ Paradójicamente, la relación música/palabra/imagen en.el filme discoteque­
po de la danza. Al final, Gregory Hines y Barychnikov, el bailarín negro y la ce­ ro se caracteriza por una especie de independencia rítmica de la música, y por la
lebridad rusa inmigrada, traban una amistad y complicidad anística, a semejan­ percepción de la música como unidad aparte. que suena en la sala del mismo
za de Judy Garland. cantante de ja::::. y Deanna Durbin, cantante «clásica», en modo que en una discoteca. La música «predomina» sobre ·la imagen y solicita
l()s cortometrajes de los' años treinta. a menudo la adhesión del público del filme sin mediación de la acción.
En estas películas rock o discotequeras realizadas después de la llegada del Sin embargo, ¿qué ocurre con la posibilidad, ofrecida por el Dolby.de su­
Dolby, la percepción de los bajos reforzados de la música como fenómeno físi­ perar los obstáculos que se oponían a una restitución plena y fiel del bel canto
co en sí mismo, independiente, en la regularidad de su beax, riunos fluidos y en la ópera filmada en que. igual que con los bajos· del filme discotequero, la
desligados de la imagen que llegan incluso a dar, en el. plano espacial, la impre­ voz pu~de c9nyertirse en un elemento sonoro susceptible de dirigirse al espec­
sión de existir independientemente de la pantalla (dado que ~os bajos, com~ sa­ tador, c,?rtÓCircuitand(),al.resto de los elementos, es decir, la acción visual; el de­
bemos, no, poseen el carácter localizado de los agudos), ha producido en ciertos corado, los diálogos y los personajes?
aficionados al cine una especie de ,violenta oposición, casi fóbica. Los graves Ya hemos visto cómo cienos obstáculos técnicos, sin duda parcialmente li­
han creado, por:tanto~unnuevo efecto de existencia física de la música (más , a bloqueos ideológicos, habían frenado al principio del sonoro la produc­
exactamente de la canción)~tota1mente;autónomaen relación con lo que ocurre de óperas filmadas, panicularmente a causa del problema que planteaban,
en la pantall~ AlainLacombei~fmula 'acertadamente este asunto, en "Su perso­ se decía, las voces de soprano dramática. En los años cuarenta y cincuen­
na1ísimoestilo,-&sde-~,primera:edición de-su enciclopedia La musique dufil­ a:jS(~:h~lbfalIladaptado algunas obras a la pantalla, principalmente en el cine ita­
me; «Fiebre ,dei~ádo:noch~i;:~~~j:nosmuestrauna música.quejamás men ma­ 'la actualidad, la técnica parece haber superado.todoslosobstáculos

:;~~~~~~es~~;~~~l~~~o~~~f·

170 171

éierta precipitación;se:há. dicho qué'se trata delinventor: del;tl;pera1iln:tad:


neroque: eIl~reáli~éi;iáíi.>V1ejó}¡coriio;el cin~:cOniOl dellD.uestlraDrJ]JiJl[ti(
mentelas obras de CarmineGall<>ne'en:los añoscincuenta.;Sm eIIlbargc~ldd
=~~~~~,.

smversiómda<MDS~ul!lk~(j~~9J'7l ....... ,. .,."'~s,~~


de Toscan du P1antier era diferente: dado el éxitoartísticoy'comerciaI nieleHuilletescogíerom;e1!airedib=j~f!L1«~Q < •••••• " . ", ' 'c." "perwum:airei:h~
flauta mágica (Trollt10jten,. 1974)de Ingmar Bergman para la televisión. magDificado pOt'su,extráordinaiio señtid.Q~d~¡~.il~tófÍcoS!~del~mismo
se trata de hacer fIlmar óperas a autores reconocidos" y no a directores modo'en que habían filmada¡.yfilmarfm·eI~uldel~:p¡eZasH:ie <!orneille:.o de
lizados. Este proyecto, muy criticado por parte de. la intelectualidad:cinéfila: Holderlin: sobre los mismos.lllt:,aare&det la:¡accióñ;:ijR.:~o·la.s;, pendientes; del
musical. y qué. ha dado lugar a. una docena de filmes, sólo tenía un defecto, a Etna.
nuestro juicio: no apostaba más que: por valores seguros y no dejaba lugar adi-. No.podemos juzgarla ópera filmada..a,pli<:ándol~losanismoscriterioSJque a
rectores jóvenes quienes.. con presupuestos menos importantes~ habrían podido otro filme~ ya que cada uno podría plantear. a;;:Su.vez~puntos de comparación y,
asumir ciertos riesgos. Así. vimos cómo se sucedían. entre otras, un Don Gio­ por tanto, se convierte fácilmente en fuente de: división: de, opiniones. Algunos
vanni (Don Giovanni, 1980) fumado por Joseph Losey, un Parsifal (1982) de apreciarnn el hecho de que la puesta en escena haya tomado tal o cual partido,
Hans-Jürgen Syberberg, una Cannen de Bizet"(Carmen, 1984) de Francesco pero les tendrá sin cuidado cuáles hayan sido los cantantes elegidos; otros, va­
Rosi, La Boheme (1987) de Luigi Comencini. La Traviata (La Traviata, 1982) lorarán justamente lo contrario. Es el caso típico donde una concepción unita­
de Franco Zeffirelli no pertenece al nUsmo grupo. ya que fue producida porTa­ rista del cine --que desea a cualquier precio que todos los elementos de cual­
rak Ben Ammar, pero no por ello deja de ser uno de los mejores aciertos del gé­ quier filme sean juzgados a través de un solo ,tamiz, un solo criterio-- resulta
nero, gradas a la Violettade Teresa Stratas. y también gracias al talento de su estrecha y poco compr.ensiva.
director. tan a menudo criticado. De hecho, ¿qué importa si alguien admira la belleza y sensibilidad de la
Del conjunto de producciones de Toscan du Plantier, destaca una gran obra, puesta en escena de La flauta mágica de Bergman, sin preocuparse demasiado
pordesgrac'ia poco difundida. el sublime Parsifal de Syberberg, que como la de si el reparto esrriejorable (si se preocupa por ello, es porque no ha sabido
mayor parte de las demás reposa sobre el play-back. Sin embargo, en lugar de comprender el proyecto deldirector que no pretende mostrar una representación
esconder <> de disimular esta convención. el director la pone de relieve, por una absoluta. sino realizar un filme que constituya una: represeiltación entre otras~ en
parte atrevíéndósea realízár priniensimos'phmos def rostró y la boéa(eldirec­ la lengua de su ,paíS); ¿qué importancia tiene si otros se contentan con ver en Les
tor de orquesta: Armin Jordan en el papel de Amfoitás. con lá voz de Wolfgang noces de Figaro. filmada por Jeán-Pierre Ponnelle. un «grupo de artistas extra­
Schone). y por otra haciendo que se sucedan en la imagen dos Parsifales, uno de ordinario» (DietrichFischer-Dieskau Maria Ewing), sin preocuparse en absoh.i­
aspecto masculino y otro femenino, con la misma voz, la de Rainer Goldberg. to de si el filme. en sí mismo, está bien o maldirigido? Jamás encontraremos el
Esta idea se encarna en un plano extraordinario en el que, avanzando üno y re­ equilibrio absoluto. Sería absurdo pedirle a un filme basado en una obra de tea­
trocediendo, el otro, ambos intérpretes se pasan el relevo de la voz, en el mo­ tro como Macbeth(Macbeth, 1948) de Welles,Enrique V (Henry V, 1990)de
mento crucial en que Parsifal rt!husá la tentación ofrecida por Kundry y las ni­ Kenneth Brimagh o el Othon (1969) de Straub-Huillet, que su reparto de pape­
ñas-flor. y por tanto accede a una especie de exaltación: El Parsifal II, que les corresponda a una especie de ideal abstraoto. Tratándósede cine, .hayque
combina la voz de un tenor con el aspecto de una 'muchacha, es, pues, erID­ aceptar que nada es, imercambiable. Ciertamente. podemos decidir que la can­
nentemente andrógino. utópico y simbóJ\co. En cuanto a Kundry, con la voz de tante que hace de Pamina en Bergman no es la mejordel momento, peroenton­
Yvonne Minton, está encarnada en la pantalla por Edith Clever, quien parece ces estamos haciendo trampa. Sería una total falta de comprensión del cine ima­
literalmente poseída por la voz que sale de ella. Syberberg resuelve igualmente ginár á'l3: Cannen" de Rosi encarnada por Grace Bumbry o Teresa Berganzaen
la, cuestión del decorado de uná manera. sorprendente, diferente a la de Berg­ lugar de Julia Migenés-JoHnson. Es evidente que con otra Carmen, Rosi no ha­
mano Este último retomó la idea de ciertascomedi-as musiCales de los inicios del bna reallz3.do el mismo filme. ya que éste adquiere su sentido, su necesidad. con
sonoro, colocó, el marco de Una representación en un teatro, sobre el escenario, los ·artistas escogidos de una vez por todas.
para desbordarlo de inmediato, olvidarse de él de vez en cuando y volver a 're­ Por otra parte~ la ópera filmada plantea problemas específicos, que pueden
cuperarlo al final. En cambio. Syberberg hace reconstruir la máscara mortuoria ser abordados como problemas de cine: ¡;qué hacer, por ejemplo, con la obenu­
172 Uf' SIGLO DE CO~IPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO (1975·1995)

rJ':.¿a qué público dirigirse?, ¿qué familiaridad hay que suponer que tiene éste parte de los «puristas» de la ópera. las críticas más severas emanaron de las re­
..:-on la obra?, ¿que posición debemos adoptar a fin de adecuar el estilo degra­ vistas de cine. donde ~lgunos reprochaban su, confusión y el carácter difícíl­
ba:dónde lamúsÍca almoaÓeÍ1 que la acCión está interpretada-y filmáda? men~e reconciliable del canto y los ruidos de la naturaleza. en términos de es­
Bérgman: por su parte, adoptauria posición fraricamente popúlar. al hacer pacio y duración cinematográficos. No. es casualidad que tradicionalmente. en
e'anrar y'prónundar (eh'rasriumerosas escenas habládas) el téxto en la lengua de las comedias musicales. la naturaleza enmudezca dis':Tetamente durante los nú­
~u pa'ís: que a decir verdadesfá muy cerca del alemán original. cosa que pone su meros de canto.
filme al alcance del gran público sueco. Bergman decide mostrar La .f7auta ma­ Ciertamente, en un número de canto y baile como el célebre de Cantand(J
representada en un pequeño teatro,'en el espíritu modesto de este Sillgspiel. bajo la lluvia. el ruido de la Ilu\'ia no deja de oírse, pero se trata de un ruido
, Su obertura reposa sobre una idea que a' veces le ha sido reprochada pero constante, como un bajo continuo. que no dispersa 1:1 atención ni rompe el rir­
que tiene una gran belleza humana, Para simbolizar el mensaje de universalidad mo, contrariamente a las anécdotas, sonoras representadas en la obra de Rosi.
~ de fratenüdad conteriido en lá obra, el director muestra una serie de rostros con ruidos de multitud. de carros o de insectos,
aislados. escogidos' entre el' público. ros'tros pertenecieines a ambos sexos, de Al haber decidido situar la acción en pueblos españoles auténticos, Rosi
díferentes' edades. de tipos étnicos variados y diferente color de pieL todos es­ hace oír a los coros «fuera de campa». sobre imágene~de figuras antes «lÍpicas)}
.:ogiOos no según critério's de beIreza canónica. sino de verdad y de espírituali­ que ostensiblemente no cantan. Finalmente, se sirve de los entreactos para «pre­
j3d. Estos rostros. unidos por el montaje. corresponden a lo~ de las personas sentar los mitos de la cultura española: la corrida, la religión, el destino», por
que supuestamente e'scuchanal mismo tiempo que nosotros la obertura orques­ ejemplo una procesión de penitentes de Semana Santa. en el amenazador prelu­
i.:11de ]'v10i.art. La duda subsiste y subsistirá siempre: ¿de verdad la están escu­ dio del último acto. «Con Tanino Guerra. mi guionista. intenté contar también.
chando? ¿Están oyendo la música, dado que la escucha no se ve'7 En todo caso. en el guión técnico, un poco la vida del pueblo y del campo» (Positif, n.• 278.
¡están escuchando el mismo fragmento musical que oímos en el preciso mo­ abril de 1984). Todo ello constituye una singularísima mezcla entre una ópera
mento en que les vemos? He aquí uno de los misterios del cine. sobre el que, en­ cómica francesa y un tejido de detalles típicos españoles, entre las voces y Jos
ueotras. Satyajit Ray ha construido su hermoso filme Jalsaghar, rostros, las convenciones y el realismo, el escenario y el aire libre, el tiempo de
Syberberg, por su parte,se sirve del preludio del Pars(fal para recapitular. la música y el del sonido real, sin contar con las en el cine siempre peligrosas
por medio de imágenes mudas y de marionetas, la historia que nos ha traído al
punto en que estamos. en particular la gesta del pequeño Parsifal. Zeffirelli, con
transiciones del diálogo al canto y viceversa,
Retoño tardío de la serie, el Borís Gudonov (1989) de Andrej' Zulawski.
l.
una concepción bastante bella y justa, hace que visitemos, con los primeros marcado por la poderosa violencia del director; sufre a nuestro juicio no sólo de
compases de Verdi, el apartamento de Violena, moribunda y abandonada; la las diferencias puramente anecdóticas entre el direcror de orquesta, Mstislav
ópera será la resurrección y la evocación enflash-back de su dolorosa vida, em­ Rostropovich, y el director del filme, de las que se hizo eco la prensa, sino tam­
pezando por el flujo de invitados a una brillante velada, como si el propio lugar bién de un desacuerdo, más fundamental, entre la concepción musical del pri­
se' acordara de los momentos y de las voces que hacontenído. mero, relativamente hierática, y el propio sonido de la grabación, un poco con­
La Cannen, viva y encarnada, rodada a! aire libre por Rosí, concede cierta fuso, y por otra parte la realización frenética de Zulawski y la rapidez de su
ímportanciá a la danza, presente en la ópera de Bizet; por este motivo, Rosi ·mirada. Escenográficamente, del mismo modo en que Bergman inscribe 'su re­
bUSCa una cantante igualmente capai de bailar con la coreografía de Antonio presentación en el marco de un teatro, Zulawski inscribe hábilmente su filme,~
Gades. Aprendiendo la lección :de ciertas dificultades. encontradas por sus pre­ mcluidas las localizaciones a! aire libre, en el marco del rodaje de una película
decesores, en especia! por losephLosey, a la hora de adaptar una banda sono­ , .........,U.lfQ.,. mostrando los'focos o los miembros del equipo técnico, con ropa ac­

ra a una puesta en escena .que la,contradecía, 'Rosi concibe las bases de su pro­ tu.U;mJlezc:lac10s con los figurantes y con los coros con trajes de époc.a, cuando
piarea1ización antes de grabar la música bajo la dirección de LorinMaazel, a que le dejen solo.
fin de que la música y las voces pueden ser distribuidaS en el espació de acuer­ ur\JL~nas óperas fueron filmadas en vídeo, como PelleaS et.Mélisande de
do con las necesidades del ñlme. Por otra parte, Rosí decide arriesgarse y con­ ln",l"'nnlrnl~ lung e incluso se planteó la posibilidad de una serie, que preten­
ceder un' importante lugar a! ruido. Aunque el director se esperaba protestas por Inltiili'7'!l1" los medios de trucaje de vídeo, que pernritían mcrustar a los perso­
174 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO REGRESO AL FlITURO (1975-1995) 175

najes en ·el decorado. Por ejemplo, la Heure espagnole de Ravel fue realizada 1983 Y 1987) mostraría el devenir de la producción técnica y de la industria
por Fran~o.is PorcHe, con un estilo a lo Jean-Christophe Aveny. Aún más re.;.., culturál en nuestro. siglo: la relación enÍre el cine yel gran arte que éste des­
dentemente se compusieron óper~ para ser filmadas,co.mo La Jeune fille au rruyó,.eneste caso ·la ópera" y la destrucción del propio. cine por culpa ae la
livre, co.n música de André Bon, dirigida po.rJean-Lo.uis Como.lli. En una cate­ televisión. Portanto.los funerales de y,lanaveva son al~góricOS}). ~(Conféren­
go.ría cercana a ésta podemo.s situar Una habitación en la ciudad (1982) de Jac­ n.
ces du college d'histoire de l'a'rtcinématographíque, 3, Youssef Ishagh­
ques Demy con música de Michel Colo.mbier. o. Os canibais (1988) de Manoel po.ur, invierno de 1992-1993. págs. 162-163).
de Oliveira con música de Jo.3.o. Paes. Esto.s do.sútlimos filmes habían sido. es­ Aparte de que la idea de un ciclo de destruccio.nes recíprocas de uno.s gé­
critos específicamente para la pantalla. aunque la buenísima calidad del «libre­ neros po.r otros nos parezca extraña. esta lectura «benjaminista» -por alusión
to.» y de la música pennite ponerlas en escena. si algún reatrode ópera tuviera a las teo.ríasde Walter Benjamín, expuestas en su famo.sa obra de 1936, La
voluntad y medios para ello.. Cabe señalar orras obras aisladas. en las que el obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica- en cierto sentido.
compositor y el director se confunden, co.mo. Le medium de Gian Cario Menot: :.. es muy fiel al espíritu de Fellini, aunque nos parece que no agota el tema. Mu­
ti o Robber Symphony de Fehe( . cho más interesante y novedosa, en este filme. nos parece la relación. evocada
Si nos ceñimos a uncriterio. estrictamente numéri.co, esteexperimento ha­ con menor frecuencia. entre los viejos emditos occidentales presentes en el
bría dado muy pocos «grandes filmes» como para ser concluyente. en especial
barco y la música de los refugiados yugoslavos. música sobre la que dichos ca­
.a partir de obra') clásicas. Sin embargo. este razonamiento parece ignorar que el
balleros pretenden tener un punto de vista etnológico y explicativo. Con gran
arte no. sóloavanza mediante sus logros (que hay que considerar como elemen­
lucidez, Fellini «recupera» su propio Satyricoll. en el que se había libradp a
to de balanceJ, sino también mediante experiencias einsarisfacciones. No hay
una cabal recuperación de los tesoros musicales de la humanidad. conjugando
nada «bastardo» que no. sea útíl. Podemos ser a la vez críticos con estas obras
músicas balinesas y africanas. sin preocuparse de su significaci.ón cultural y
consideradas aisladamente (a pesar de admirar cierto.s logros de Bergman.
musical inicial. como elementos del decorado: Fellini propone aquí. apropósi­
Straub-Huillet y Syberberg). y positivos respecto al conjunto del fenómeno.
to de una música y una danza populares que él presen~acon toda su amplitud.
su misterio y opacidad. el problema de nuestropumo de vista y de escucha
como occidentales modernos. Una W!Z Illás (,es la música verdaderamente un
¿ft,merale.s porta ópera?: ; esperanto? ,
Igualmente. desde hace tiempo. este tesl,ígo de excepción de.! mundo mo­
Evidentemente esta corriente de la ópera filmada replantea algunas cues­ derno se ha complacido en revelar nuestra actitud distraída ante las obras de
tiones cinematográficas esenciales. tan viejas como el cine mudo. hasta el arre, antiguas o modernas. ew:opeas o «exóticas». que nos rodean.
punto de que el filme de Fellini. Y la na've m rE la nave va. 1983 lo sobre el Así, el actor rico de Las noches Cabiria (Le norti di Cabina. 1957), in­
viaje para arrojar al mar las cenizas de una cantante. en 191':+'.bien podía pa~ terpretado por Amadeo Nazzari come. reflexiona y sueña al son .de una sinfo­
recer una retlexión del cineasta a partir de esta moda. Al menos. éste es el sen­ nía de' Beethoven. que pronto deja de escuchar de modo consciente. aunque
tido quele da el crítico Youssef Ishaghpour.uno de losmejores téóricos de la continúa sintiendo sus efectos. En d festín de Trima1cion de Satyricon, los
modernidad. Nos parece oportuno citár su punto de vista. aunque no compar­ invitadosse dan un atracón mientras que unos actores. a los que no ,escuchan.
tamos los presupuestos. de su autor:. «Y la llm'e va surge probablemente a par­ declaman para ellos versos de' Homero' en griego. como. un rito qllturaL a
tir de este reciente entusiasmo generalizado (, .. ] que ha desembarcado en la .' la ve,z anticuádo y precioso., Tal como vemos. Felliní ha sido el, p~mero en.sa­
multiplicación de las óperas filmadas. que no honran ni al cine ni a la ópera. ber mostrarnos. sin j'uzgar, ~uestra distraída relación y falta ~e atención a las
En lugar de h~cer él también una ópera filmada. Fellini muesrra el encm!ntro mt1sicas ya las letras que .nos rodean. sin que las. sigamos, conscientemnte.
mortífero entre ambos en una situación históricá, ya' qué' estamos en el' mo­ Mucho más adelante. el cine hará suyas tales relaciones. a fin deí!xtraer de
mento del nacimiento del cine y del tin .delaópera. es decir. ~n 191-+. Un pro­ elÍas una estética de superposición (aparentemente) aleatoria. entre !h úsica y
grama que reuniera Y lanGve va, Ginger y Fred (GingéreFred. 1985) y Eñ­ acción.
tredsta fIntervista. 1987) (es decir. los tresñlmes sucesivos de Fellini entre
176 UN SIGLO DE CO~fPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO (l975-1995i 177

Música on the air the air, en cine, a la voces y músicas que adquieren la libenad de emanar de
cualquier punto del espacio. estando asociadas a la idea de una, difusiónhertzia,:,
Cierta práctica sorprendente en relación con los cánones tradicionales se ha na o telefónica. Ello entraña muchas posibilidades de juego acerca de la locali­
ido extendiendo por eje~plo, en el cine americano. a partirde series como Co­ zación de estos sonidos por parte del público.
rrupción en Miami (Miami Vice), y sus numerosas imitaciones. Se trata de en­ Un ejemplo contemporánea de este tipo de artimaña con el espectador y de
samblar un fragmemo cantado y muy rítmico con imágenes y situaciones con la circulación libre de la música. se encuentra en Thelma y Louise (Thelma and
las que no está estrechamente sincronizado. Este procedimiento. que podría pa­ Louise 1990) dirigida por Ridley Seon. Después de que Louise (Susan Saran­
recer el resultado de una superposición grosera, negligente y nada trabajada. de don) haya matado a un hombre que había querido violar a su amiga Thelma
un ritmo musical e imágenes en movimiento. es totalmente deliberado. Crea un (Geena Davis), ambas protagonistas se esconden y discuten sobre qué hacer:
efecto de ligera flotación. de ligera dispersión de la atención. ya qUe los puntos huir o entregarse a la policía. Mientras Thelma intenta calmarse holgazaneando
de sincronización habituales entre sonido e imagen. que normalmente se i~ten­ al borde de la piscina del motel en que' se han parado. Louise llama por teléfo­
tan crear por medio del montaje y a panír de los que irradian en principio las im­ no a un amigo, al que le pide que le envíe dinero. Durante la conversación. fil­
presiones rítmicas. aquí están ausentes o no son operativos. Esta práctica refle­ mada en montaje paralelo, mediante la imagen y el sonido 3. veces estam()s en el
ja fácilmente un mundo en el que. mediante el autorradio o el h'alkman. el motel con Louise ya veces en casa de su amigo. Paralelamente a su intercam­
mundo se convierte en una superposición aleatoria de ritmos y de músicas. que bio, una canción se va afirmando poco a poco y progresivamente, por detrás del
solamente encuentran su sentido globalmente. diálogo, uniendo los dos espacios y ambos personajes. Existe una incógnita en
Una época en la que ya no es extraño oír música al aire libre. sin la presen­ relación con la procedencia de esta canción. cantada por una voz maculina que,
cia de una fuente emisora humana; en la que ya no resulta novedoso oír música al tener su propio ritmo (moderado>)' su propio desarrollo. independiente del
clásica en casa; en la que la música ya puede proceder de cualquier lugar. de una azar y del vaivén de la con\'érsación. y al sonar a un volumen muy discreto,
caja que uno puede llevar consigo cuando viaja; en la que se puede escuchar tiende a ser percibida como parte de la realidad concreta de la acción, no como
música en un lugar públíco sin que los demás puedan oírla. o casi I si exceptua­ una música escrita después para comentar la escena, como «fondo», Por un mo­
mos los efluvios musicales que se escapan de los auriculares de un walkman mento, pudiera parecer que la música está situada en casa del amigo o al lado de
cuando su usuario lo escucha con el volumen muy alto); en la que una sinfonía Louise, y que nos llega a través de un aparato de alta fidelidad. Sin embargo, la
de Bruckner ya no es algo que captemos solamente en complejos aparatos de persistenc~~A~ esta canción en ambos lugares (lugares que se, supone que están
«modulación de frecuencia» o gracias a un ritual discófilo. sino que viaja con alejados por varios centenaíCS de kilómerr0c;.' "Dor tan.to.. en el contexto ameri­
nosotros, en cassettes que corren por la guantera o el asiento trasero de nuestro cano, difícilmente pueden estar a la escucha de una misma emisora de radio) al
coche. Esta época, la nuestra, no puede expresarse por medio de películas que cabo de cierto tiempo nos disuade de oírla de modo diferente a lo que llamaría­
propongan siempre el mismo modo de inclusión de la música en el cine qUt: se mos,.a falta de un término más preciso, un «comentario» de la escena: un co­
utilizaba hace diez, veinte, treinta o cuarenta años .. Algunos autores juegan há­ mentario extraño, tan poco narrativo. tan autónomo, A continuación aparece un
bilmente con ello, como Martin Scorsese y Wim Wenders, y bastante antes que plano de exterior en el que volvemos a encontrar a Tbelma en bañador, al bor­
ellos, Fellini, de de la piscina del motel, escuchando su walkman. La canción ha subido de vo­
La situación del wallanan, en particular (que repopulariza de nuevo una si­ lumen, y Tbelma no oye a Louise, que está a punto de arrancar, que la llama
tuación de escucha pI'Qpia dejos ¡nícios de la radio, la escucha de una música en :para pedirle que suba al coche. Louise se ve forzada a arranctlr los auriculares a
solitario,con el secreto de los'aurIculares) permite que el cine plantee un nuevo Thelma, que se sobresalta y se apresura a recoger sus cosas y.subir al coche. En
juego con el,~~pectador:sobrela.cuestiónde la audición mental de una canción momento; muchos espectadores (como hemos podido constatar gracias a
'por parte de.unpersonaje:al principio-pueden hacemos suponer que solamente ,alumnos a quien hemos hecho trabajar en el análisis de esta secuencia) se
nosotros y dichol'ersonaje, a través de sus auriculares, podemos oír la música; pe¡'sua.dfm de que la canción. retroactivamente, era la escuchada por Thelma en
después puede revelarse como existente en algún otro lugar, para finalmente wallanan, y que una convención ha hecho que la oigamos en paralelo sobre
volver a la posición que hemos bautizado como on the air~ Calificamos como on cQnversación entre Louise y su amigo. Sin embargo, ningún indicio sonoro
REGRESO AL FUTURO (l975-1995) 179
178 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO' '

(reverberación en la música, filtrado, coloración de «sonido de altavoz», cam.;.; to fugaz de anclaje, en una. circulación CQnstante", por ejemplo en Thelma y
bio de presencia en la música cuando cambiamos de lugar) ni ningún indicio vi-: Louíse, fllme que, en este plano, interpreta' astutamente toda unatradición.
sual (como un primer plano del walkman o'de otro aparato de'música)'pernúte~ Un buen número de películas reciente~, especialmente road-movies o filmes
atribuir esta canción a una fuente precisa. Sin embargo, la necesidad de creer en de carretera y viaje, juegan también con un tejido, de canciones que se escuchan
la existencia de una «fuente» mecánica de la música y el placer de haberla des­ on the air, con varios grados de presencia, de inteligibilidad de la letra y con nu­
cubierto en el walkman es tan fuerte que la mayoria no se da cuenta de que, al merosos efectos de montaje entre el paisaje'que atraviesan y la canción., de
sobresaltarse Thelma y caérsele los auriculares, ésta recoje sus cosas y se une' a modo similar a lo que nos ocurre personalmente, por feliz coincidencia, al es­
Louise en el coche a punto de partir, pero la canción continúa subiendo de vo­ cuchar música en el coche. El cine no hace, pues, más que imitar este juego de
lumen y suena aún más fuerte, más potente que nunca, reinando sin duda sobre conjunciones fortuitas, suponiendo una existencia independiente Yautónoma de
la imagen y permitiéndonos escuchar, en el clímax. al cantante masculino que la acción y de la música, o de la canción, para órganizarlas estrechamente y dar­
afirma: «You can never see tomorrow, youjust have ro make a choice», palabras 'les un sentido dramático y emocional preciso, haciendo como si dichas conjun­
que evidentemente sirven de eco a la situación de, «encrucijada» en que se en­ ciones fueran «naturales».
cuentran las dos protagonistas. En este momento, la canción que invade el es­
pacio y el sonido del filme a pleno volumen. adquiere el estatuto de «música de
fondo». Cuando la música cinematográfica bebe de su propia historia
Detalle imponante: en la citada escena. ninguno de los tres personajes hace
referencia alguna ala música ni se hace eco de ella. cosa que habría bastado Llegó ,un momento fatal en el que la músicacinematográíica creó su propio
para anclada en surealidad. fondo de referencias y se puso a beber de la fuente de su propio pasado. Algu­
Resulta singular y elocuente que, en el análisis hecho por varios estudiantes, no compone música «a lo Herrmann» (Philippe Sarde, en Barocco [1976]. de
es tan frecuenteel-deseo (tan canesiano y francés) de asignar. en la realidad del André Téchiné); otro se inspira en Max Steiner (John Williams en Para siem­
filme. una fuente lógica a esta canción (que a sus ojos no asume el carácter ha­ pre [Always. 1989], de Steven Spielberg); otro hace más de un guiño cómplice
bitual de músicacil1ernatográfica1. que éstos mantendrán firmemente la tesis del a Nino Rom (Danny Elfman en Pee Wee's Big Adventure [1987]. de Tim Bur­
'tn¡lkmall como fuente a posteriori de la oanción sin considerar eYolentís que la ' tan.o George Fenton en Atrapado en el tiempo, de Harold Ramis). Cienametl­
continuación de la secuencia, adoptaadich'U resís felwalklnwl es ábandonado. te. el homenajea veces resulta un poco pésado: el «NinoRota»de Danny
pero la música se hace. al contrario, más presente). En esto, tienen y no tienen Elfman a menudo está demasíado cargado en orquestación. demasiado demos­
razón a la vez. Se equivocan al pensar que es necesario a todo precio asignarun trativo, insuficientemente etéreo y además, está desplazado en el contexto ál
lugar lógico y concreto en la acción a la procedencia de esta canCión que. sin que ha sido transponado. Sin embargo. a veces esto puede ser el punto de parti­
que ambas protagonistas se den cuenta o hablende ella, nos habla de ellas. Con da para cienas innovaciones.
todo. tienen razón al darse cuenta de que se da lo que podríamos llamar un efec­ No nos alineamos con aquellos que tienden a ver en este fenómeno una pér­
to de simulación. aunque los estudiantes no lo hayan analizado como ta1. Eféc­ dida de inocencia, una decadencia o un signo .de usura del cine. reducido a reci­
tivamente; el director o el montador de sonido calculan que durante algunos se­ clar sus estilos. sus temas. un nuevo síntoma del «cine-fotocopia». como lo ha
gundos habremos situado la canción y entendido que 'está sonand~ en los bautizado cierto crítico. Esto sólo es cieno si contemplamos a priori la vida del
auriculares de Thelma. pero seguidamente «abandonan» 'esta interpretación. y cine a cono plazo. como un ciclo brevey perfecto. a escala de una vida. Déje­
dejan que la canción vuele libremente en el tiempo y el espacio.' ' mas pasar. co~el' siglo, estas aprehensiones que no quieren ver máS que un eS­
El efecto de simulación es propio del cine. A veces, se produce para después pectáculo de autocailibalisino (la música de cine devorando su propia tradición)
ser resuelto de un modo lógico y cerrado, en un efecto de sorpresa o de gag: el' en lo que resulta ser un movimiento sano y en espiral de «retorno», y al mismo
piano de colasobre el que oímoS interpretar a Mozan está de hecho en el patio tiempo, de extensión.
de la granja que estamos viendo.cóntrafoda verosimilitud, y Godard-enesta Sin embargó, seÍiaabsurdo que una historia de -la rnúsicacinematográfica
escena de Week-end( 1967}- nos ha engañado. Otras veces se produce un efec­ siguiera estando indefinidamente al margen de la historia de los gustos musica­
180 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO 0975-1995) 18l

les. de las prácticas musicales, de la relación cotidiana con la música. Al con­ patrocina y promueve desde 1991. por inciativa de Christian Belaygue. pro­
trario ¿quién no se da cuenta de que la misma actitud de recapitulación y de «re­ gramas de «cine en concierto» en los que. alIado de reconstrucciones o de par­
tomo» se encueritra en -la evolución general de la música y su consumo? tituras hechas en el espíritu de la época y de los filmes. se plantean fórmulas di­
Cienos avatares de la música en el cine no se explican solamente por el te­ versas: improvisaciones de grupos de jazz o de .música contemporánea,
rrible mercantilismo dehorrendosprodudores deseosos de esquilmar al públi­ encargos a compositores. etc. Desde hace algunos años. algunos grupos de
co. mercantilismo que és fácil de denunciar, pero que ha permitido que el cine rock odefree hacen giras conclásicos de! cine mudode Murnau o MarcelL'­
continúe siendo, en sus formas principales. un arte popular, integrando géneros Herbier realiz~ndo un «contrapunto» libre sobre el filme proyectado simultá­
más ~ísticos y especiaÚzados. igualmente legítimos. Las conyenciones del neamente. En 1975, el autor de esta obra intentó llevar a cabo unaexperiencia
cine reflejan también la evolución de nuestra escucha, de nuestra sensibilidad. concreta de este tipo, en colaboración con el compositor y vídeo-recreador Ro­
Desde sus pnncipí6s, la historia de la música en el cine está estrechamente ben Cahen, sobre el. Nosferatu. el vampiro (Nosferatu. Eine Synphonie des
ligada a la- de his m6si'cas populares, y lo estará en tanto qué dure el séptimo Grauens. '1922) de Murnau. Sin embargo. la especificidad francesa en esta co­
arte: Estas músicas populares no tienen en nuestros días un único vehículo uni­ rriente internacional, consiste en alentar especialmente el matrimonio entre
versal en el cine. También la televisión -antes cerrada al rock-. los videoclips música contemporánea y cine mudo. con la idea, a menudo denostada y que
(la cadena MTV), las grandes firmas discográficas a veces asociadas a la pro­ nos parece de doble fiJo, de «reubicar» la música de hoy en día. presentada a
ducción y concepción de películas, constituyen vehículos habituales. Lógica­ priori como difícil,atrayendo al público mediante un filme que se arriesga a no
mente, algunas de estas películas son a la vez el canal de difusión de una músi­ salir beneficiado por el experimento. e incluso, en nuestra opinión. a salir per­
ca y una obra o espectáculo en sí mismas. del mismo modo que también en el judicado en algunos casos.
pasado, e inCluso hoy en día, algunos filmes eran tanto una historia en sí mis­ Por qué no decirlo: esto constituye materia de debate. un debate en el que
mos como el vehículo (vehicle como dicen los americanos )de la imagen de su nosotros tomamos parte con,el deseo de llamar la atención sobre la precariedad
estrella. Muchas grandes obras de la pantalla han surgido no ya del rechaZo a que resultaba a menudo de las experiencias hechas en Francia, la de una situa­
esta realidad ni, al contrario, de su aceptación pasiva, sino de unjuego dialécti­ ción de la que nadie estaba satisfecho. La atención del público se encontraba di­
co con ella: la música no es ninguna excepción. U na canción puede figurar en la vidida entre por una parte una música que reivindicaba una existencia autóno­
batida sonora de un filme en vistas a obtener un provecho comercial calculado ma y, por la otra, la acción que ocurría en la pantalla; el compositor constataba
sobre la-posterior venta del disco, enriqueciendo o incrementando las ganancias a menudo que su obra no era verdad~raI:nen!e esc~~had,! y a m~~.~d.~~rechazaba
del filine por sí misma, así como por el acieno con que ésta esté insenada en el aceptar la regla de oro del espectáculo, que ~nuncia qu~no se juzg~ una obra por
filme. partes, sino como un conjunto; el filme era tratado casi como un pretexto para
captar púb'ico y ppr tanto a menudo no se valoraba su propia belleza.
Tal es el riesgo perfectamente asumido por Carl Davis, asociado a muchas
Nuevas músicas al servicio del cine mudo creaciones o recreaciones de partituras sinfónicas, y para el cual es evidente que
-se trata de servir al filme y a su estética, antes que nada, teniendo .en cuenta el
Otro fenómeno revelador.;aunque no se haya producido aún en una escala doble contexto cultural. de su época y de la actual, a la vez: «Hace más de se­
comercial importante, es la recuperación de películas mudas, acompañádas de años -recuerda el autor como ejemplo- cuando los espectadores de un
una música grabada o tocada.en-directo, intentando reconstruir.el espíritu de la .oían una adaptaciórt de una sinfonía de Chaikovski,· como por ejemplo la
época o, al contrario, buscmdo la ruptura estilística y la superposición. En ésta era algo nuevo para ellos. Ahora, estamos haciendo películas para
Gran Bretaña, la BBC y el historiador Kevin .Brownlowconfiaron al composi­ ecltadon~s refmados que previamente han oído música clásica y música de
tor americano Cad Davis la labor de 'recOnstruir o recrear de nuevo las partitu­ No podemos ofrecer un tema conocido de la misIJla manera, como si
ras de numerosas obnls; en Italia las Jornadas de Cine Mudo de PordenOlle han nuevo, a riesgo de que éste aparezca ante los espectadores como un cli:­
desempeñado un ~portantepapel en la recuperación de ftImes provistos de un (Positif, abril de 1988).
acompañamiento musical en· directo; en Francia, la. asociación CméMémoire obstante, Davis ~creala música sinfónica de El ladrón de Bagdad (The
182 REGRESO AL FUTURO (1975-1995) 183

thief of Bagdad, 1924) de Raoul Walsh, con Douglas Fairbanks, a partir de visión condescendiente. De todos modos~ si·ésta.pertenece a la obra. no pode­
mas extraídos de Shere'l.ade de Rimski-Korsak:ov, como referencia al'exotismo mos eliminarla. Pero por encimade todo; cabe'considerar que la mayor parte de
«a lo ballet ruso» de este'filme de RaoulWalsh. «Ésta me pareció una buenaop.:. gente que asiste a estas proyecciones jamáS ha, v.isto el fIlme de Griffith con an.­
ción [parad filme], ya que se trataba de algo de segunda o tercera mano». Para terioridad. en tanto que· pueden leer o ver obras de S~akespeare con diferente
El viento (The wind. i928) de Victor Sjostrom y Avaricia (1923) de Ericvon . , .
puesta en escena.
Stroheim, obras de una ambición artística totalmente diferente, Davis busca un En Francia ha sido muy criticado el trabajo de Giorgio Moroder, músÍco ita­
estilo contemporáneo a nuestro oído, que al mismo tiempo no nos parezca ana­ liano y productor de rock, compositor para el· cine --...;.hatrabajado en El expreso
crónico. Para la obra de Sjostrom, epopeya de la supervivencia en un mundo de medianoche (Midnight express, 1978), de Alan Parker, El precio del poder
hostiL Davis elije una instrumentación a base de cuerdas, percusiones y tecla­ (Scarface. 1983), de Brian de Palma y Flashdance (1983). de Adrian Lyne-.
dos, a fin de obtener un efecto «muy monocromo y salvaje». En cambio, para quien en 1984 adquiere los derechos de Metrópolis (Metropolis, 1928) de Fritz
A. varicia, drama lírico y sórdido, utiliza «un violín, un bajo y muchos instru­ Lang . .\1oroder lleva a cabo un nuevo montaje que integra escenas recuperadas.
mentos de viento y percusión, para sonar como Allan Berg». Tal como vemos, pero corta ciertos planos, elimina los rótulos que puntúan el filme para reem­
Carl Davis no disimuia el hecho de que no trabaja con lo absoluto sino con 10 plazarlos por subtítulos incrustados en la imagen y, además, sonorizad fIlme
relativo. intentando buscar al mismo tiempo la estética de la época en que el fil­ mediante temas de rack de sonido érudo, cantados por Bonnie Tyler o Pat Be­
me fue realizado y lade la época en que está trabajando. Es perfectamente cons­ natar. La prensa cinéfila francesa se dedicó a vituperar esta tentativa. al mismo
ciente de la contradictoria posición. en sentido dialéctico, en que se encuentra, rlempo que permanecía totalmente indulgente respecto a otras experiencias que
sin ocultar ningún problema. La documentación sobre el mme y su conoci­ revelaban estéticas supuestamente vanguardistas, cosa que deja entrever que en
miento previo de diferentes estilos musicales también fonnan parte de las limi­ esta reacción pesó bastante cierto rechazo epidérmico al rock.
taciones que se impone el compositor. que. en suma, desempeña aquí el papel En un artículo publicado en 1986 en Le monde de la musique y reeditado en
de «intérprete». Se enfrenta una vez más a las cuestiones que se plantean en la la antología La toile tmuée (Éd.de l'Étoile/Cahiers du cinéma. 1988) escribía­
búsqueda de la autenticidad en la intepretación de música antigua. y las apasio­ mos. en ocasión de una de estas operaciones: «Entre los extremos del menos­
nadas reflexiones de un Nikolas Harnoncourt sobre el estilo de ejecución de las precio a la excesiva exaltación. entre las horrendas copias porcontratipo de ené­
opras barrocas y c1á,i.:asse pueden trasladru-:-en-parte.á:estéterteno: sima generación y. por otra parte. la pomposidad de las versiones reconstruidas
En la práctica fran"esa. 'al \:ontrJrio:''cxisle la ú~ridenCia a dejar qúe el músi­ mediante la movilización de cincuenta músicos, el amoral cine mudo no sale
co a quien se encarga una composic:.,;.¡ para un filme mudo sea. si no un recrea­ muy beneficiado. Podriamos proponer la idea de una fundación que se encarga­
dor, al menosun«director» del filme. Uno de los problemas de fondo que plan­ se de estudiar y realizar. más que operaciones de prestigio forzosamente limita­
tea esta actitud Se expresa. anuestto juicio. en un comentario del critico Hubert do. la puesta en circulación. en los circuitos de arte y ensayo. de una selección
Níogret (Posit{{. enero de 1986. n. 299); a propósito. de una partitura encargada degrandes filmes mudos musicalizados sin grandes gastos perorespetando la
a dos compositores d~ cirie. Antoine Duhamel y Jacques Jansen. para la presen­ obra".
tación del filme de Griffith Intolerancia CIntolerance. 1916). «El final escogido Cienamente. en este artículo fuimos demasiado negativos en relación a las
porDuhamel y Jansen por oposición al triunfalismQ' simplista de las imágenes y operaciones excepcionales con grandes orquestas tocando en directo. cuyo mé­
de la ideología de Griftith se revela como un comentario general. que mediante todo ha sido. entre otros, el de atraer ampliamente la atención sobre esta cues­
la música otorga una lectura moderna a toda la obra». tión de la reposición de filmes antiguos y mantener el interés público sobre este
. Para el autor de c:,taslínea..<;. parece que una vez mas nos haHamosailte un tema. interés al que hoy damos mucha·importancia. No obstante. en estos.mo­
. problema análogo al de la ·puesta en escena de obras de teatro o de ópera cono­ mentos . .tal vez sea necesario empezar a sacar conclusiones de toda una serie de
cidas o disponibles en varias versiones. en t'oiina de texto impreso (para la obra experiencias que tuvieron lugar en estos últimos años en el campo de la musi­
teatral), o de partiID.r:l (para laóperaJ. ¿El cine mudo es el único, por el mo:­ calizáción y la sonorización de películas mudas, no para decretar una fórmula
mento. que se encuentra en está situación'? poiotra.parte.Ja pretedida candidez única. antes al contrario, para enriquecer, mejorar y multiplicar la variedad de
de Griffith.probablemente no es más que el efecto de un malentendido o de una futuras experiencias.
184 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO REGRESO AL. Fl'TURO (1975·1995l 185

Antes que nada. recordemos que la cuestión de sonorizar las películas mu­ El problema no es irresoluble: ejemplos como el de Carl Davis prueban que
das ,se planteó de manera aguda en el. momento de pasar del mudo al sonoro. De , podemos servirnos de filmes con discreción y musicalidad. Ya que no podemos
he;ch«c'i~itos filme~sde est~ épo~a, de transición son, corno sábemos, películas recha;::ar la .Idea de encargar una partitura contemporánea para un clásico del
sonorizadas. Sonorizadas. y no solamente musicalizadas: con ruidos añadidos. cin!; mudo. al menos podríam.os evitar este enfrentamiento desiguaL en todos
'so,nido ~~biental. 'y a\"t~:-::~~ diálogos síncro~izados, a fi~ ,de recuper~runa pelí­ los sentidos,. entre el filme y el compositor (que a menudo se esfuerza poco por
cula filmada al prindpio con una concepción de cine mudo. Tal como ha evi­ entender el f¡ime) mediante la presencia de una tercera instancia que tu\"Íera un
den?iado el apasionan~e ciclo concebido en 1989 en Ayiñón por Christian"Be­ cierto poder de concepción y de montaje definitivo sobre la realización de una
laygue. este procedimiento ha dado resultados sorprendeme~ en algunas música nue\'a. Tal persona podría ser, por ejemplo, un cineasta contemporáneo
ocasiones. , . ,
e;;'f
j quetu\'iera conocimiento y amor hacia el cine mudo, junto con cierta sensibili­
,Másadelante. especialm.ente con los filmes cómicos, durante todo el cine dad sonora,
sonoro.no ha dejado de haber intemos devoJ\'era dar, a las películas mudas. la
?portunidad de ~cup'ar las pantallas sonora5-. El propio Chaplín se ocupó de re­
c~perar sus películas .ameriores a Luces de la ciudad (City Lights, 1930), adop­ Hacia una transcripción musical
tando fa solución de una panitura musical o. también, de un comenta~io narrati­
\'0 como en La quimera del oro (The goldrush, J 925). Otros cineastas se l\1ás recientemente se ha dado otro paso adelante (simbólicamente y quizás
interesaron también por esta cuestión. largues Tati mantuvo Gonversaciones a largo plazo de modo mucho más decisivo) er. la cuestión a la que hace re­
con Buster Keaton no sólo para musicalizar. sinó también para sonorizar. con ferencia este libro, al intervenir. esta vez, sobre la música de filmes sonoros con
gusto y discreción. las obras maestras de este director. Esta idea. que en la épo­ diálogo. Filmes cuya música había sido grabada en la época de su realización. y
ca no tuYO continuidad. ha sido recientemente llevada a la práctica con El ma­ podía por tanto ser considerada en principio como indisociable de ellos. han vis­
quinista de la General me general, ] 926). to como su música era reemplazada, sea por una ejecución en directo (Carl Da­
Es preciso recordar también el gran ciclo de cine expresionista alemán pro­ vis dirigiendo bajo .la pantalla, con su habitual precisión y su respeto al sincro­
yectado en Francia durante los años sesenta. en el que las películas de Murnau nismo. lapanitura orquestal, de Luces de la ciudad de Chaplin, normalmente
y de Lang se acompañaban con panituras modernas, a veces al límite de la so­ , conocida en la versión sonorizada de la época), sea por una versión grabada.
norización expresionista. En los años setenta. el compositor-productorPhilippe 1.995" NevskideFisenstein. en que se volvió
Arthuys. antiguo miembro del grupo de investigaciones musicales, había reali-' a grabar y resincronizar la ,partitura de Prokofiev, con medios modernos. aña·
zado un trabajo muy apreciado en la época. y en nuestro recuerdo, eficaz y fer­ diendo una serie de ruidos ocasionales que no existían en la versión original.
viente, sobre La marca del zorro(The Mark of Zorro, ,1920) de Fred Niblo y Esta última iniciativa, aunque es más frecuente de lo que pensamos, sin duda es
Douglas Fairbanks. Familiarizado con las técnicas de la músÍCa concreta, Ar­ más decisiva: de hecho, poco importan las razones anecdóticas de la ausencia de
thuys supo encontrar una combinación de música tradicional y sonidos dramá­ ruidos en el fIlme, si esta ausencia le confiere cierta estética que resulta mani·
úcos que sostenía bastante bien la película, sin caer en la trampa de la partitura pulada al añadirlos, casi tan crudamente como si se coloreara laimagen.
ostensiblementevanguardi~ta.qu~ se bate desesperadamente en duelo con ~l fil­ Por tanto, es erróneo si ciertos periódicos hablaron de una «restauración»
me, duelo del que ambos suelen salir mal parados. del fIlme de Eisenstein-Prokofiev. Aquí no se trataba de un sonido original de­
Una il,ustración de este último caso puede encontrarse en la experiencia del gradado por el tiempo y cuyos colores hubiera que reavivar, sino de un sonido
, compositor ~d Petit con 'La pasión de Juana de Arco (La passion de Jean­ .que desde el principio sonaba carcomido y estridente. De hecho, se trataba más
ne d' Arc, 1928) de Dreyer. No podemos culpar la.Íntención de ~sta.obra en sí ­ ~~bien de una reorquestaci6n y del equivalente de una transcripción, dado que
misma, smomás bien su realización concreta y particular, una realizaci6n.que ".• :?rokofiev había escrito en un contexto detenninado."Ya hemos hablado antes de
en este caso nos parece f~da, envarada por la pesadez de los medios yanqui­ Jacuestión de la música de filme grabada y de las excelencias y servilismos de
losada por únacrispaci6n «autorista», sea cualfuere la calidadintríns~ca de la esta situación: posibilidad de crear emoción gracias al sonidoexacto, con su tra­
partitura creada para esta ocasión. :'2.0, sus trémolos y su color propios; pero también la imposibilidad de «salvar»
186 UN SIGLO DE COMPAÑERISMO REGRESO AL FUTURO (1975-1995) 187

una música cuando su grabación, a causa de contingencias inevitables, no le musica.l de sus películas cada diez años. Chaplin no dudaba tampOco en readap­
,! confiere toda su dimensión. Se alegó que Prokofie.v no dispuso de la orquesta tar sus películas de acuerdo con la evoÍución generacional ¿i\sistiremo$. gra­
ideal que deseaba, y que grabar con una orquesta y un sonido estereofónicos de cias a las nuevas posibilidades técnicas. a una espiral de sucesivas reediciones
hoy en día era un modo de realizar sus deseos. Cierto, pero igualmente ¿por qué de las películas, dida vez con una nueva versiónmusical,? ¿Volverán a aparecer
no remplazamos electrónicamente, también ya que podemos. ciertos actores por en el filme (y no sólo en'los discós) las músicas deMax Steirier con una nueva
otros que Eisenstein no había conseguido obtener? En otros términos, ¿dónde orquestación? Por otra parte, en la práctica, esta costumbre ya existe en el terre­
terminalo que consideramos como indisociable del filme, para bien o para mal, no de la música popular, donde recibe el nombre de remu. ¿Son las experien­
incluidos sus «defectos», y dónde empieza lo que podemos transformaren inte­ cias sobre películas mudas, y ahora sobre películas «sincrono-dnematográfico­
rés del propio filme? audiovisuales» el anuncio de una práctica generalizada del remiT:? ¿Dejarán las
Cabe pensar que iniciativas como las tomadas para el filme clásico de Ei· 'películas de ser objeto de partitura. obra, para convertirseenperformance. ver­
senstein van a sentar escuela, y en la misma medida en que pueden ser percibi­ sión ne varietur (con los límites del doblaje y de las numerosas posibilidades
das como «profanadoras», tentar cada vez a másarreglistas. sean cuales fueren del montaje y tiraje de copias que desde siempre han sufrido las obras cinema­
sus motivos. puramente comerciales, artísticos, etc. Con ello. el filme no tíene tográficas\. para convertirse en versiones alternativas?
por qué perder necesariamente: ganó globalmente gracias a la invención com· AqUÍ es donde proponemos aplicar al cine. y especíalmeDe a la cuestión de
binada de doblaje y subtirulación. que planteaban el mismo problema para d su música. una ilación susceptible. nodereduCÍr a la nada. "mi) al contrario. de
texto. El primero salvaguardó una cierta universalidad y la dimensión popular \'alorar dialécticamente la noción de originalidad y de respero J. la obra: la no­
del cine, el segundo permitió que aquellos que lo deseasen pudieran acceder al ción de m~nscripción.
sonido original. Sin olvidar que existen países que no poseen industria dedo· Se trata de una idea que no parec~ estar muy clara en el c'píritu de todos.
blajey por tanto no tienenmás remedio que ver todas las películas. incluidas las pero que parece deducirse de todo lo interesante que está ,·,:urriendo actual­
familiares. s,ubtituladas. como es el caso de América Latina. Con todo. de poco mente en el campo del reciclaje de peJículas antiguas. y quc lfecm a muchas
sirve enfrentar uno contra otro en un sentido absoluto. doblaje contra subttrula­ cuestiones actuales \conrro\'ertidas. desde la sonorización '::'c ;:dículas mudas
dón~ ya que ninguna de las dos soluciones es perfecta. aunque cada una impli­ hasta la coloración de películas en blanco y negro porpanc ic la empresa de
ca una pérdiqa.y .tUl,beneficio. Vale más,contar.<::onambos. dial¿ctÍcarnetrte. Ted Turner. Es[a idea. al parecer nu~\'a para el cine. y cUyJ. p!cmidad nos gus­
La ventaja. por así decirlo ..con la ;.:uestión del texto. es que ¿ste no supone taría reivindicar. o al menos su formulación. no es ntra que :..: je la rrllnscrip­
ninguna ambigüedad. Se sabe que Streep no habla franc¿s: cuando lee­ CÚíll. en el sentido que esta palabra ya re\'iste en música.
mos los .subtÍtulos mientras oímos su verdadera voz, no se trata más que de una Todo el mundo conoce la transcripción para orquesta qUe ::izo Ravel de los
traducción.' La música cinematográfica, en su falsa evidencia. no siempre nos Cl/adro:'; de Hiza expo.\'iciál1 de ~lusorgski. originalmente pl.i.l piano. Inversa­
permite,saber a qué debemos atenernos. Ahí reside cierto riesgo. y.a que las si­ mente. es habitual hoy en día interpretarreduccíones para piJn,-' he,chas por Lisz{
ruaciones claras son siempre artísticamente más fecundas. sobre obras orquestales de Beetho\'en o \'ocales de Schuber::. En ambos casos.
Otro riesgo reside en que estas prácticas podrían instigara aquellos que no dos nociones. la de originalidad y lade transcripción. se reru:::-z:m mutuamente
piden sino volver aver los mismos filmes que ya cQnocen de memona. Una ¡,;uJ­ en lugar de excluirse. La s;oloración 'de ~na película en bbr:..:~) y negro no nos
tura de la «exquisita pequeña diferencia», en que tan avezada está l::i cultura mu­ mole;ta particularmente. en la med·idaen que dicha coloración 'ca il.'-'umida y en­
sical. podna formarse alrededor de películas cuyas versiones no dejaríanJe tendida en tanto que transcripción. y en tanto que paralelamer:,e para dar valor a
multiplicarseycompetir. cosa que reforzaría la tendencia actual a encerrarse en la ¿xístencia o incluso ala superú \'encía de un 'original (com(I eS el caso de Ted
un repertorio restringido. POI' otro lado, es crucial que el cine mudo ~ea redeS­ Turner. que como sabemos,. patrocina en Estados Unidos resL.:.uraciones de pelí·
cubierto con toda subellez.a y variedad. eulas con eldinerogañado mediante la' coloración de Qtras- i ,Por qué razón no
La cuestión no es roralmentenueva: JacquesTati invirtió dinero en «refres­ podría haber una tr;'scripción de una película muda. ytaml:icn. ~ara la música
car» la orquestación de la música de Las vacaciones del. señor Hu/O! (Les va· de las películas sonoras, una transcripción por reorquesracion ...;...'~umida como tal.
canees de M, Hulot. 1951) y su ideal habría sido rehacer una \'ersión sonora y pennitiéndonos continuar teniendo acceso al original':
188 UN SIGLO, DE COMPAÑERISMO

Se podría objetar: ¿por qué critican ustedes una música electrónica creada SEGUNDA PARTE

para un filme mudo, cuando, igualmente se trata, de lo que ustedes llaman una
«transcripción)? Porque en este caso particular nos ha parecido errónea y mal LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE

presentada. Una transcripción puede ser buena en su intención y nefasta en su


realización. tal como la recibe el espectador. Nos parece que 10 importante para
que el cine guarde su frescura original. aún milagrosamente preservada. de es­
pectáculo en su sentido más amplio. consiste en seguir siendo un verdadero es­
pectador, es decir, por definición. alguien que lW tiene principios, alguien a
quien le gusta algo no por su pertenencia a talo cual género. estética o investi­
gación, sino porque, en su corazón y en su cuerpo. reconoce la obra. Si ésta deja
de ser lo que es. dejará de gustarle por mucho que parezca no haber cambiado
demasiado. Demos gracias al cine y a los que aman el cine. por permitirnos con­
tinuar sintiéndolo así.
5. La música como elemento y como, medio

t
!
La isla de Próspero

I EnLu temp¿~-rad Shakespeare. una de las grandes creaciones del espíriru


humano. Próspero. un antiguo duque de Milán, desposeído de sus estados. rei­

na mediante la magia sobre una isla, en la que su poder le permite desencadenar


tempestades y :,ometer a criaturas aéreas y monstruosas. así como suscitar mis­
teriososespírüus musicales. que vienen a tocar armonías hechizantes e «invisi­

¡
bles)) a los visitantes humanos asombrados. los mismos a quienes. Para conse­
guir su propósito. hace naufragar en sus costas.
Por supuesto. el teatro de Shakespeare es prolijo en ocasiones musicales.
[
pero si existe un me dramático que haya podido concretar, hasta la.sanlración,
r
; la magia de la isla de Próspero. éste es el cine. El cine. creador de un fllUftdo en
j el que la música ~urge de la nada y, sin avisar, puededejarposaquí abajo. con el
eorazón lleno de un hondopesar.
Es inreresan~e que La tempestad no solamente haya sido llt:vad'H:d cine va­
das veces. con mayor o menor acieno en el. marco de las adaptaciones moder­
. nas (Derek Jarman. 1980; Paul Mazursky, 1982; y Los libros de Próspero
192 LAS TRES CARAS DE LA ML'SICA E~ EL CINE LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y (0\10 MEDIO 193

[Prospero's Books, 1991] de PeterGreenaway, con música de \lichaeI Nyman), guiar a la música. para seguidamentt:. flotar como un en el mar de la or­
sino también en el universo de la ciencia-ficción,. con Planeh; prolzibido (For­ questa.
biden planet, 1956), realizada por Fred M. Wilcox, en la que un sabio cría a su En realidad. resulta un tamo abusi YO hablar de la mL~a como «acompa­
hija en un planeta, entre robots y una especie de arca de Noé. teniéndola en la ñamíemo» del filme ¡porque forma parte de él ~ ¡,Diría a~ien que los actores
ignorancia respecto a la existencia deoIros hombres. Respect() J. la música de la acompañan a la historia narrada': Tampoco podemos s~ner que la música
isla, ésta resuena en forma de una especie de lluvia continua .1= misteriosos so­ acompañe a la imagen, ya que según el momemo la músiacapta y subraya una
nidos. creados para el filme por Bebe y Louis Barron. que en :;u época. bajo el frase del diálogo. una mirada. Un efecto del montaje. un iliovimiento, una in­
nombre de «música electrónica», representaron una ínnovacioI1 en el campo de flexión del guión. y por tanto no f(1fzo~amente vis.r.W, ¿Diríamos que la
la música cinematográfica. música irriga, enerva el filme? É:'te sería un térmmo má1'adaprado a la circu­
,Si la música ya se encuentra en Shakespeare ¿por qué n0 había de encon­ lación de la música, a su naturaiezJ móviL que nuncatStá enteramente allí
Irarseen estas islas de Próspero que son todos los filmes': donde se la podía si toar.

¿Un modelo explicativo funcionalista? Música de fondo. música de pantalla

¿Para qué «sirve» la música en la isla de Próspero': Para ¡-,.:ida en especial. En LeSOll al! cinénw. habíunll" calificado a b músic,... ónematogrúfica de
Es presencia antes de ser medio, ¡Es como si ello pudiera afi~'1Zar. como a ve­ «aparato tiempo/espacio»:en efecto pemlÍte encadenar c~s que suceden en
ces se dice, la idea de una lista de «funciones» de la música en el cine. la cual, lugares y tiempos diferentes. en el pasado y en el futuro.
digámoslo sin rodeos, es siempre algo más que la simple SUffi.1 de sus diversas Como en la ópera, existe una cominuidad posible entre b música vinculada
utilizaciones! a la escena y la música que puntúa y comenta la acción. con citar la or:­
Nos proponemos, pues, abordar la cuestión de manera abierta. exploratoria, questa de la cena de Don GioValllli. el aria La doww é m.le de Ri¡;oleuo. el
sin pretender realizar un inventario totaL como si éste pudíeraconfundirse con coro de Siegfried, el baile de ~Vo=eck. Igualmente. en elcille. ambos tipos
un uso. Dejar que se crea lo contrario implicaría que la utilización de la música música pueden libremente encadenarse y superponerse. enfrentarse o separarse.
fuera un proceso plenamente consciente de lo que implica. o bien sujeto a leyes A menudo la teoría y la historia del cine. para designarlts. adoptan califica­
«naturales». tivos como «música diegética»(perteneciente a la acción) y ..no diegética» (que
Al contrario, nuestro punto de vista es antifuncionalista. Cienamente, exis­ emana de una fuente imaginaria no presente en la acción). Por razones diversas
te lo que podríamos llamar usos conscientes de la música cinematográfica, usos -como la posible confusión sobre el término «diégesis)>- preferimos hablar
que se pueden aprender, utilizar, dominar cada vez mejor, pero la música no se de «música de pantalla» para la música claramente oída COlliO emanante de una
somete a funciones, asignables y finitas, igual que no lo hacen el montaje o la fuente presente o sugerida por la acción: un cantante caUejem. fonógrafo, radio,
interpretación de los actores. " altavoz, tocadiscos automático. Por oposición, la .,.,música de fondo»
Las expresiones acuñ.adas, igualmente, son. equívocas e insuficientes. ¿Sería «no diegética» ) es aquella que el espectador entie_, por eliminación
justo contentarse con decir que la música de orquesta en una película le sirve a música de fondo de una orquesta imaginaria o pr~ce.tfente de un músico
.' ésta de «acompañ~ento», comoesconiente.pretender por influencia demo­ que a menudo acompaña o comenta la acción y}:¡¡s diálogos, sin far­
delos clásicos(ópera, canto):'cuando realmente, aunque esté añadida posterior­ de ellos.
mente, la música seimpone ;a menudo .como verdadera fuente de energía, una le.:.IlleCJOO, lo que nos conduce a identificar una músicacmno música de fón:
onda ritmica radiante en el filme?¿Nqseria caer.en el exceso inverso, afinnar a menudo el modo en que ésta suena: presente, i1Iefinida,en primer
que la.música lleva y .conduceal filme, como si. éste fuera a su vez un juguete al defectos que transluzcan los avatares de su ejecw:ión o las imperfec­
arbitrio de las olas orquestales? De vez en cuando, es cierto que Wl elemento vi­ 'del instrumento, reinando sobre los elementos del rodJ, sin dejarse tapar
sual o sonoro (o más bien· transmitido por los canales visuales o sonoros) puede 'voz, diálogo o narración.
LA MÚSICA COMO ELEMENTO y COMO. MEDIO
195
194 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL

me estuvieran directamente «sint<>mzados» en la frecuencia de la radio que es­


Llamamos índice sonoro materializante (véase La audiovisión) a cuchan; o ql!e podrían escuchar, los personajes del filme. . .
que en una emisión sonora remite a la materialidad de la causa: por
par:runa voz cantada, puede tratarse. .de una respiración, ciertos ruidos
creados~or los movimientos de los labios y de la lengua en el paladar; si se
FlInción universal de la música:,. .
ta de un. Instrumento, la presencia del soplo del flautista, el chasquido de las
ves del Instrumento, el frotamiento del arco; y finalmente, por supuesto, 10$ Se suele decir que la música «sirve» al filme. que es utilizada como repara­
fectos de precisión. de respeto al tempo, de coordinación en una ción, vínculo, aliño, parche y camuflaje. En un objeto constituido. por defini­
colectiva, y de reproducción y propagación sonora (altavoz distorsionado o ción, por elementos ensamblados Y mezclados, corno es el filme. la músicatie­
tiltra el sonido. reverberaciones que describen un lugar reaL.). En la música cte' ne· en efecto una función de pegamento, de navaja multiusos, de pinza universal,
fon~o, como en el tratamiento tradicional de lo que llamamos «voz en off» ná­
de caja de herramientas y de medicamento milagroso, como el qUe se vendía en
rrauva_ o de c?mentario, que es el otro elemento tradicionalmente no diegético los pueblos con el nombre de panacea o antídoto. de charlatán. La música une y
en el hlme, slempre tendemos a intentar evitar o eliminar Jos índices sonoros separa, puntúa o. diluye. conduce y retiene, asegura el ambiente. esconde los
materializantes. Susceptibles de reconducir el sonido oído a su causa concreta raccords de ruidos o imágenes que «no funcionan».
situándolo así en la realidad de la escena. ' La música asegura en el filme ni más nÍ menos que las mismas funciones
En su apasionante ensayo sobre la comedia musical holly\voodiense, Rick que tiene en el seno de una ópera de Wagner. Debussy.Britten o Dallapiccola.
Altman destaca el frecuente tira y afloja en los filmes musicales entre ambos ni­ ¿.Acaso alguien cree que, en la concepción globalizame forjada por el maestro
veles. especialmente el paso a la música {(de fondo» por mediación de la músi­ de Bayreuth, la música siempre está ahí para.... que oigamos músÍl.:a'!
ca "de pantalla». Un personaje se pone a cantaren la acción. veste canto hace Tomemos el primer acto de La Walkiria. modelo para la músicJ ,ie pelí­
surgir. para acompañarle. toda una orquesta imaginaria. pasoq'ue AI.rman bauti­ culas, cuyas huellas podemos encontrar enla partitura de El ddUlor ele Max
za como «fundido sonoro» (úl/dio-dissof¡·e). También constata que. en este Steiner. La orquesta. en el preludio tormentoso. empieza apiantear un. deco­
caso. puede darse una sÍtuación en la que la banda musical. mediante el ritmo. rado psicológico y metereológico a la \·ez. Seguidamente. un:l \ez introduci­
pasea gobernar toda la imagen (especialmente en las secuencias de Busbv Ber­ da la acción. la música puntúa losdesplazamiemos de los personajes. J.ctuali­
keky l. de modo que "d movimiento que Yernos-en la pantalla funCiOné cómo za sus pensamientos ysu inconsciente. hace cantar:lb primavera. y saluda la
acompañamiento de la banda musical. Un nuevomodelode causalídád se ins­ entrada de los recién llegados. siguiendo. no su propio curso. ci de ~u ritmo.
~aura. en el q~e la imagen tiene por ',~ausa" la mÚsÍca. antes que cualquier otra
sino el ritmo de las palabras, de los ge~tos y delos sentimientos. Si nonos da­
Imagen ,a~tenor» (La comédie musica.!e 11011,nmdienne. pág. 83) l.Se trata aquí mos cuenta de ello, evidentemente "e debe a que d diálogoe~ cantado. Sin
de lamuslcao solamente del ritmo. que no es más que un elemento de la músi­ embargo. aunqueesle diálogo sea camado en un estilo reciu.uÍnJ. que no tie­
ca.. . Para nosotros. el debate queda abierto. ne nada que ver con los temas dI:! la orquesta. ello no cambia el hecho de qUI:!
En películas recientes. podemos constatac como lo demuestran los ejem­ :-:e trata de unlexto, cuya comprensión. inclusosínt¿tica. es indispensable al
plo~:;acados de American Grafitti y Thelma y Louise. la preSencia cada vez más
espectadorparájustificar la unidad de. lo que .está escuchando y otorgarle una
paciente de músicas 011 ¡he ai,. (en antena). en situación de superposición libre. necesidad. A menudo, esto susbsisteen el primer acto de La H'alkiria yespe­
queno ~eterminan los movimientos de la acción. como en los ballets de que nos cialmente al principio, en el que el carácter suspendido. íntimo. discontinuo
habla Rlc~ Alt~an:ni s.e amoldan a los contornos de esta acción. que en este Je la música anticipa al PéUeas de Debussy. como una invisible Une:} dÍviso­
ca~o e.onslste pnnclpalmente en diálogos; A partir de una fuente cualquiera (o
riaentre el canto y la orquesta. a pesar de la ilusión que dan de eyolucwnar .en
mas bl~n de un canal de difusión cualquiera) comoun altavoz. radio. etc .. que el mismo mundo, una línea divisoria análoga á la que; de lIn modo más fran~
no es torzosamente la fuente original de ¡a música. la música Off theair tan co y ostensible. separa en un filme hablado el diálogo de la música de acom­
promo puede ser oída como fondo ,en la atmósfera del lugar en ques.e desarro­ pañamiento. En Wagner. esta línea ~e crea. entre otras ..:osa5. pur el hecho de
lla la acció~.como. de repente manteniendo su continuidad musical. puede que muchos de los leitmotive (como el de la espada. ü el de Hunding) casi
ocuparel pnmer plaO() de los elementos sonoros. como si el espectador y dfil-·.
196 L\S TRES CARAS DE LA ~fL'SICA El\ EL CINE LA MÚSICA COMO ELEME~TO y CO\10 MEDIO 197

nunca son retomados por el cama, .sino que solamem~ existen en hi orquesta. suavizar sus limitaciones realistas. permitiendo· prolongar la emoción de una
Así pues, en la misma medida en que este anista tiende a la unión de la pala­ frase más. allá del momento forzosamente breve en que ésta se pronuncia, pro­
bra,la música y el drama (Wort, Ton. Dl"a11wt su concepción. aplicada en longar una mirada más allá del momento fugaz en que ésta brilla. prolongar un
toda la Tétra/og/a con un admirable espírÍ[u de suire ~ y. tal como comentaba gestO que ya no es más que un re.:uerdo. La música destaca una palabra, uri mo­
Debussy, de un modo menos implacable en Pars{fah le conduce. a menudo; vimiento,un elemento concrero, tal como hacen eh el teatro una rima. el enca­
a renunciar a cierta~ formas caracterí~[ic:.Js de la estilización musical yoperís­ balgamiento de dos alejandrinos. el fin deun parlamenm.
tica, como las repeticiones. lUtli, versos (1 palabras repetida:" melodías voca­ Recurramos a una suposición absurda. para entendernos: si el cine hablado
les característícas: una renuncia que. a pesar del juego de alÍI~raciones delli­ fuera sistemáticamente hablado en verso. podría prescindir de la música con
breto. hace que sus óperas tiendan a la prosa. De este modo. por extraño que mucha mayor facilidad.
puede parecer este comemario nos parece que el drama wagneriano tiende a Sería un error pensar que el .:ine tiene necesariameme una vocación natu­
áproximarse aun modelo teatral y naturalista. en el que la música se convier­ ralista y realista. Nacido en un2. época en que reinaba cierta usura en las for­
te en gran medida en algo utilitario. modelo es el de una conversación o mas convencionales de estilización y de poetización. así como en las formas
una acci6n con música. en las que esta última partícip::. ¡J la \ez de una acción de teatralización simbólica. donde todo. la poesía. el teatro, la propia ópera, se
concreta y lineal. conduciéridola al terreno de lo general y del rnito. más allá volvían hacia el realismo y la pr,-l~a. el cine se limitó a seguir este movimien­
del naturalismo. que es su puma de partida. Se trata. dicho de otro modo. de to, no sin guardarse. con la mú"ic:l . .ciertos recursos. cienas salidas para esca­
la misma fórmula que utiliza el cine. par a esta fatalidad. Todo ellofui:" lIe\'ado a cabo en el mayor desorden y con
la mayor yuxtaposición. El cine sonoro con música es una forma de arte ge­
neralmentehíbrida, pero es así como éste se mantiene vivo. En cuanto al cine
La música, el teatro y el naturalismo mudo, ya hemos visto que el mito de su «pureza» de debía a un efecto de
perspectiva y de ilusión. ya que toma la música como tutora. como comple­
En efecto. afortiori. en el «síncrono-cinematógrafo-audio\'Ísuah> o cine so­ mento sensoriaL neutralizador también del silencio. tratándola como un ele­
noro. basado aparentemente en un modelo realista (escena:;. dialogadas en pro­ mento no consubstanciaL
sa. sin rima ni palabras repetidas, «como en la vida» l. la música tiene la inmen­ No existe un uso de la música en el cine hablado que no extraiga su sentido
sa ventaja de ser ese elemento libre cuya presencia y momentos de inter.cnci6~ de esta t:: vúll.idón Jel l;::;.ltro !c:;rr-o <>n <:~ .... tirlo 2mpl,in in~JlIypnd() 1:;1 ópera­
no se sujetan a las reglas de la verosimiiitud. ni están obligados a serjustífica­ hacia e] naturalismo, aunque sea. como en la obra de Berg, lírico y apocalípti­
dos por un elemento concretadel guión. Si ello ocurre. el problema se resuelve co: duraciones reales, proscripción de repeticiones textuales, realismo en los de­
de manera bastante fácil (presencia de una radio o de una música de fonógrafo). corados.
Así la música permite que el naturalismo del cine sonoro no sea asfixiante y, por Incluso el teatro más naturalista, en los excesos que llegó a alcanzaren la
su propio lirismo, pennite reflejar la duración. Francia de principios del siglo xx (hacemos alusión al «teatro libre» de An­
El teatro occidental anterior al siglo XIX todavía tenia la licencia de recurnr toine, contra el que reaccionan Giraudoux o Claudel, rehabilitando el parla­
a procedirrúentos de diálogo no naturalistas, que le permitían distanciarse y ha­ el monólogo, la ensoñación y el solo de actor), conservaba al menos
cían que la emoción se instalara y se prolongase más allá de la duraciónreal,fu­ ~.aJ..gUllos medios de puntuación dramática y de ritualización ..como las réplicas
gitiva y cronometrada que la vida le concedía. Estos procedimientos son, por ,efecto, los tiempos de parada de la palabra y de la acción calculados según
una parte, ~a versificación que, astutamente interrumpida l rota, y, sin embargo, Crreacción del público, las entradas y salidas de personajes y, a menudo, el
respetada, en un Edmond Rostand, otorga a una obra como Cyrano de Bergerac y el monólogo interior, por no hablar del uso de los cambios de ilumi­
su cOlltinuidad musical, y-por la otra, el mantenimiento de ciertas convenciones aperturas y cierres de telón entre los actos. Sin embargo, cuando la
antinaturales como el aparte (la ex.presión de pensamientos ÍnÚffios en voz alta) interviene particularmente en' un filme sonoro clásico, a menudo es
y el monólogo. ra.;ase:gurar estas funciones, con sus apariciones concretas, y al rrúsmo tiem­
¿Para qué «sirve» la fl,lúsica en el cine sonoro? En principio, diríamos, para vincular el espacio-tiempo cinematográfico, evitar la dispersión crea­
198 LAS TRES CARAS .DE LA MÚSICA EN EL
LA MÚSICA COMO ELEMENTO y COMO MEDIO 199
da por las numerosas elípsls de tiempo o los numerosos cambios de ae,c01:aall);
que constituyen dos posibilidades nuevas del cine con relación al tiempo y reglas a,parentemente estrictas que conci~ena la intervenció? ele la m~sica, y
espacio. que tan bien ha deducido Claudia. Gorbman son, como hemos VIsto, negatt:vas"en
Sabemos que el verso --especialmente el verso francés, sujeto más estre'"'; 'sU mayor parte y, por' lo demás, empíricas, y siempre se -pueden -recoDS1<ierar.
chamente que su equivalentes inglés o alemán~l cálculo matemático ,de pies y: Esta misma ausenciadecodifica~iónha frenado tal vez". p~ójicamente,toda
a una literalidad -fonética estricta en la rima- introduce una dimensión musical evolución y todo progreso' en este campo, dado que no existe u~ ~arco.contra el
en el discurso: impone una rítmica, una métrica y unos ecos sonoros a un ele­ que haya que enfrentarse, o sobre el que construir~ Esta a~cla unplica. pues.
mento tan fluido como la palabra. Los metros regulares en la poesía y el teatro una perm:anencia en las fórmulas, incansablementerependas una y otra vez. y
antiguo y clásico. funcionan como una ley musical, ya que anticipan el fin de aparentemente inalterables.
una frase, del mismo modo que en música lo harían la anchura rítmica, el es­ A nuestro juicio, las formas dramáticas clásicas conll~van tantos e~tereo..
quema armónico y la curva melódica, que permiten anticipar las cadencias. Tal tipos y tantas repeticionescoffio lasque se reprochan al.cme sonoro. Sm en:.;.
como veremos, la música es susceptible de estructurar el tiempo de una secuen­ bargo, enel primer caso la reglas son menos.irritantes e m[elec~ualmente n::s
cia cinematográfica en un juego de cadencias y anticipaciones, como un alejan­ satisfactorias. porque, a menudo, están perfectamente defimdas y codlIl­
drino organiza el juego de un discurso lineal. cadas.
~o es casual que Abel Gance escribiera en verso su Cyrano y D 'Atargnan
(Cyrano et D'Atargnan. 1963). y aurique en la versión cinematográfica del Cy­
rano de Bergerac.de Rostand. filmada por Jean-Paul Rappeneau. se optara por Acerca de la relación «única y necesaria»
una dicción "del texto que rompiera el verso y evitara hacer hincapié en el final
de los alejandrinos. a fin de descartar cualquier efecto de «ronroneo)~, el metro Antes de estudiar las relaciones entre música y arte cinematográfico. es P.e­
poético continúa conduciendo y sosteniendo los arrebatos líricos de los perso­ cesario romper un mito: la posibilidad de obtener una.relación ({única y ne~es.;!­
najes.cómo lo haría la. música. Evidentemente. continúa habiendo música. la de ria» entre una secuencia ysu música.
Jean-Claude Petit. Cúmrariamente. Jean-Marie Straub y Daniele HuiJIet. al fil­ Hagamos el· experimento de mostrar una secuencia audiovisu.al. tom~da de
mar magníticámente los dramas versificados de Corneille (Orh()ll. 1969). o de una película poco conocida, empezando por suprimir el som~o ongmal~ ¡-n~l~¡­
Holderlin (Der Tod des Eínpedocles / La morí d'Empédocle.J 9861. exigen a los da la música. \' superponerle músicas ajenas. de diversos esnlos. que anadlf2.IL
actores que exageren el retorno de la "ima y el lugar de los acentos tónicos. y, al'lzar difere~res sümificados fortuitos a la imagen. Posteriormente.
por tamo. el carácter cíclico y musicai.::ualizado, del alejandrino corneilliano m;s. c~mo si descubriéramos una estarna. la secuencia con el sonido original.
o del hexámetro germánico. creado para el filme. palabras. diálogo y música. Tras esta experiencia. ~ la ~~e
La nostalgia por el estilo hablado poético.o versificado. con rimas. repeti­ nos hemos libraelo en numerosasocasiones. constatamos que la secuenCIa on9­
ciones y letanías. aparece en el texto de numerosos filmes sonoros. por ejemplo nalmente ideada aparece entonces como extraña y arbitraria. Ello .ocurre deb,ido
en obras de Jean-Luc Godard. Marguerite Duras o Bertrand Blier. quienes mili­ a que las músicas superpuestas fortuitamente a la mismasecuenclaconsegU1.~~
zanjuegos depalabra.-; con homofonías (comoenlarima), repeticiones literales fugazmente. oral vez durante unos segundos. destacar algunos detalles sunle~
de frases (análogas alestribillocleJas formas versificadas medievales), aunque de-[a imagen. deraHesde andadura:: de mirada. de iluminación· o de acción que
en la mayor parte de los tilmes, esta nostalgia se expresa por medio de la músÍ- . la. versió; «oticial» del filme. se permitía ignorar. La música añadida habia
ca. superpuesta a un diálogo naturalista en prosa haciendo del filmehabIadó puestQ· en evidencia potencialidades negligidas en ~sa imagen. que ~tal \"ez
"acompañado» de música una forma evidentemente híbrida y. por tanto, nunca afortunadamente. por otra parte-.el director no había explotado totalmente.
totalmente definitivay. así pues, á menudo banal aunque tambí~n interesante e De lo contrario. habna creado un inverosímil revoltijo de efectosparticulares.
inagotable. en detrimento de la línea <reneral del filme. de su ptopósiroglobaL Asociar mú­
La fonnaes aquí. ame todo. no codificada: no hay reglas pre.cisas. inc1usoen sica a un mme conduce, ~n efecw. ·tanto a·cerrar cierras posibilidades como .1
el cine sonoro hoHywoodiense. que dicten ·la proporción global de música. Las explotar otras. Esta pérdida de posibilidades formaparredeI acto artístico. de la
opcióndramátiq.
200 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 201

Concretemos esta demostración con una escena tomada al azar del hennoso está especialmente puntuada, ya que el personaje está filmado desde lejos y su
filme de Krzys;ztof Kieslowsky La doble vida de Verónica (La double.vie de mirada fiose subraya ni por la acción, ni por la iluminación. ni por la composi­
Veronique, 1991, l. .~n la que lap;otagonista (unode, los papeles interpretados ción visual. Una simple puntuación musical o sonora basta para que nUestra
por Irene Jacobl. profesor~ de mú~ica, atraviesa un patio de escuela lleno de ni­ atención Se focal ice sobre la mirada ·de un hombre hacia una mujer. o sobre el
ños y después un pasillo que conduce a una gran aula.en la que encuentra a un caminar de ésta.
hombre (PhilíppeVolter). Éste baja sus gafas para verla mejor. intercambian al- Por otra parte, dejando que se desarrollen aleatoriamente, las dos primeras
g.lmas palabras. ella sale. . músicas. escogidas al azar, funcionan con el conjunto. Ciertamente. puede que
Eliminemos el sonido original de esta secuencia, sin música. en la que do­ sorprendan por ciertas contradicciones de sentido con el realismo cotidiano de
mina. además de los diálogos, el tañido de un instrumento. Ele!!imos substituir­ la escena Oa música de Homer resulta excesivamente mística y etérea. y la de
lo sucesivamente por un fragment() de la música de los crédit~s de Campo de Purcell-Carlosexcesivamente dramática). A pesar de ello. bastaría con algunas
suel10s (Field of Dreams. 19:89) de Phil Alden Robinson, compuesta por James
resincronizaciones y cambios de tonalidad, en la música yen la propia imagen,
Horner. la marcha de Purcell para los funerales de la reina Maria. arreglada al para que dichas músicas fonnaran parte integrante de la secuencia.
sintetizádor por Walter Carlos para La naranja mecánica (1971) \ finalmente Este experimento no debe conducirnos al nihilismo ni al escepticismo,sino
un disco de músi'ca ja:;.: coo! interpretado por Dave Grusin. La s~perposición simplemente a considerar algo que sospechábamos pero que no está de más pro­
efectuada al azar provoca efectos sorprendentes, o ligeramente· cómicos. pero bar fehacientemente: del mismo modo en que la relación músicalletra en una
nunca neutros. Así. en la meJodía de James Homer predominan las notas largas canción, la relación música/imagen no tiene sentido ni necesidad más qUe en el
y lentas melodías para trompas, a modo de llamadas, así como prolongaciones tiempo y en el espacio de su unión, en el seno de un propósito y de una fonna
con el sintetizador evocando el sonido de las flautas de Pan. Esta música. cuan­ global.
do la actriz camina por el patio de la escuela, subraya la amplitud del campo .Y
las dimensiones del espacio mostrado, anticipa y magnifica la entrada de Veró­
nica en la escuela. dándole inel uso una especie de majestuosidad. porque no se La música bajo mínimos
corresponde exactamente con lo que ocurre en la imagen. Sólo un arpegio im­
perioso y .solemne. que el azar ha hecho coincidir con la mirada de Philippe Otra cuestión preliminar sería la identificación, en el filme, de un elemento
Volter hacia Irene Jacob por encima de sus gafas, produce un efecto de. subra­ sonoro como musical, más que como realista, fortuiro o·neutro.
yado,·a la vez cómico, por su énfasis involuntario, e irresistible. ya que todo el Ep. el denominado cine sonoro, que reposa sobre una fónnula particular y
grupo de estudiantes «encuestados» reaccionó de inmediato. hasta el momento inédita de cohabitación entre ruidos, dialogos y música, esta
Sobre el mismo encadenamiento de planos, la marcha de Úlnaranja mecá­ última, por su carácter frecuentemente fragmentario, troceado, disgregado e in­
nica subraya y da ritmo, por el contrario, al caminar de Irene J acob, que desde visible (que sólo se puede identificar por la visión de una fuente musical), en
entonces seguimos paso a paso, en sus inflexiones y ondulaciones. El efecto de ocasiones se ve obligada a definirse por eliminación, como eso que no es ni rui-
la música de James Homer era espacio-temporal (efecto de obenura del espacio . do ni palabra.
y de inscripción· de la escena·en una duración larga, por la anticipación de ca­ En la percepción corriente ¿qué es lo que hace que el espectador cinemato­
dencias). Con PurceJl.~·Carlos,.el efecto se convierte en motor y puntuación: la
, . . . ._ _ <OLO - - tenga la impresión de hallarse ante un elemento que tiene que ver con la
música sigue al PerSonaje. Respecto .a Dave Orusin, su música mecánica y sin A menudo se trata solamente de la posibilidad de reconoc.er que exis­
dirección precisa, a la vez vivaz y distendida, ·banaliza increíblemente la imagen fuellte musical tocada musicalmente, dicho de otro mpdo, un iris.!fllmen­
por suigualdaddeflujoyritmo".conl0'q~e la escena deja de tener dimensión .el que se está tocando. Nos hallamos ante un tipo de definición forzosa­
alguna. ~ .• empírico y materialista, pero ineludible. Prueba de ello es una secuencia
En la experiencia de Horner-Kieslowsky, por el efecto del encuentro fortui­ .~e de Ingmar Bergman Persona,IO al principio de la que oímos una su-
to, el momento de la mirada pasa a ser la cosa más imponante en la imagen y en
el tiempo, mientras que en la puesta en escena de Kieslowsky dicha mirada no Esta secuencia ha sido·analizada en detalle en nuestra obra LA audíovisión.
202 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 203
perposición de glissandi estridentes. Los espectadores poco familiarizados con
llamadas electrónicas~ Muy a menudo, é.staestá constituida por temas, ritmos de
la música contemporánea perciben, ante todo, el carácter escurridizo delsoni-·
baile. encadenamientos armónicos perfectamente musicales en el sentido tradi­
do, sÍB- oír más que un ruido que califican como sonidos de sirena. Aquellos
cional, aunque estén interpretados con sintetizador:. Sin embargo; otras escenas
.. que, por cultura musical. reconocen que tales glissandi son emitidos por instru~
de la película se basan en una !11ultitud de 'sonidos e1ec!I"ónicos superpuestos:
mentos, hablan de «música». La diferencia se basa en. criterios tan tenues como
capas de acord~s sostenidos, ascendiendo y descendiendo como olas, pitidos
éstos.
electrónicos. Todos estos sonidos pueden ser,'siguiendo las convenciones de la
Aunque hay otros, no menos mínúsculos.
ciencia ficción. interpretados más o menos vagamente como ruidos de funcio­
En el filme de Fran<;ois Truffaut Besos robados (Baisers volés, 1968), las
namiento del universo tecnológico en el que se desarrólla la acción. Al mismo
breves apariciones de un hombre enigmático con un impermeable, que sigue
tiempo. algunos de ellos están soldados los unos con los otros por relaciones de
a la novia del protagonista. Claude Jade. como su sombra, están puntuadas
intervalos. ¿Qué medios nos quedan para distinguir, en' ciertas secuencias. la
por pizzicatos graves repelidos sobre la misma nota, y con un ritmo regular
música deVangelis del concierto de bips y silbidos electrónicos creados por el
de metrónomo. Esta repetición literal de sonidos breves, desprovista de toda
equipo de efectos sonoros del mme. orquestados por el gran técnico de mezclas
forma artística y de todo contenido .. evidentemente se identifica cómo mú­
inglés Graham Heartstone. que se superpone a ella? Únicamente la aparición de
sica.
una especie de lógica interna. de naruraleza muy banal, en el desarrollo del so­
Io-ualmente, se reconoce como música o en todo caso como «musical», un
nido yen su superposición: línea melódica que une las notas, cominuorítmico
disc;so articulado de notas. de sonidos «tónicos}) en el sentido dado a esta pa­
que consen'e una independencia relativa conrespectoa los ritmos luminosos vi­
labra por Pierre Schaeffer. que designa los sonidos cuya masa se puede oír a una
sibles en la imagen; etc.
determinada altura. Cienamente.existen tónicas erráticas y aisladas en todo
Una música electroacústica percibida en un concierto oen un ballet como
tipo de ruidos naturales o mecánicos que pueden escucharse en una película (el
una composición de sonidos. ya que no está en competencia con otros elemen­
motor de un coche. el ronroneo de un ascensor. o ciertos zumbidos naturales),
tos sonoros. puede convertirse. en una película narrativa, en una' inerte yuxta­
pero estas tónicas no hacen emerger un dísLurso musical si no existe la percep­
posición :,onora. La imagen cinematOgráficá. por su carácter predominante­
ción de una intención de orgilnizacíónen el ámbito de los propios sonidos. Si
mente figurati\'o y su poder de imantación espacial, disocia. los sonidos
los sonidos están "sítuados. ·en principio ..cQlJ1oel11anación «natural»,de lo que
compuestos. y crea con algunos de dIos asociaciones inmediatas de sentido. de
vemos en la imagen. esta percepción se disuelve.
espació. causalidad. que desestructuran esa composición.
Así pues. a menudo c1espectador concluye que se halla en la presencia de
Ello re\'ela que la música llega a definirse diferencialmeme como aquello
una música porsimple eliminación. La música es. a veces. en el universocon­
que no es absorbido por el filme, aquello que en su ritmo permanece inabsorbi­
creta del filme, ése que se escapa de las leyes de lo real, lo que parece existir en
ble. Esto piantea el problema del límite. de la: separación emre la música y los
el sonido de manera independiente de lo que vemos. Yen la medida en que esta
otros elementosconstilUyentes del sonido,
dimensión existe independientemente de lo real. puede constituir la representa­
ción de un orden simbólico. creador. organizador. susceptible de actuar sobre el
resto del filme, de organizarlo. de conducirlo.
Continuidad y discontinuidad
Esta identificación «poreliminación». ysobre la base de criterios empíricos
explica que, en el cine. la música electroacústica (que frecuentemente propone
Contrariamente a otros teóricos.' nos6trosno rechazamos, en el marco del­
sonidos cuva idenúticacióncasual es imposible) no plantee los mismos proble­
mas que u~a música atonaL en la que continuamos reconociendo una fuente ins­
cine narrativo. la triparticiónconvencio'rialen palabra; ruido y musica. En efeC­
to. ésracorresponde a tres tiposdefenómenosclaramente distinguibles en ta fa;..
trumentaL
bricación del tilme.~nsu realización yen su escucha. ypor tanto en su estruc..:
Ciertamente hay cierta ambigüedad sobre la definición de música electro­
tura:' por otra pane. tieneja ventaja de permitirdetenriinar claramente los casos
acústica en el interior del cine. Tomemos por ejemplo un filme como Blade
de fra2menración entre estas ({familias»: e'l ru'ido organizado que se convierte en
RumIa, para el que Vangelis compuso e interpretó él nlismo una partitura de las
músic~. como en las comedias musicales de los años treinta. la palabra colectÍ­
204 LAS TRES CARAS DE LA MésICA E:\" EL Cl!"E LA MÚSICA COMO ELEMENTO YCOI\IO MEDIO 105

ya convirtiéndose en rumor y ruido de fondo. o el canto que procede a la vez de dejamos de ser conscientes de cuándo efectuamos cieno tipo de escucha y cuán­
la palabra y de la música. Ciertamente. cualquier separación entre los tres cam­ do saltamos a otro.·
pos que. pretenda fundarse sobre criterios puramenteacústíco:; constituye una Tomémos, por ejemplo: un filme como eSlandanc de otra concepción del
falacia. Michel Fano tiene mucha razón. en este sentido. al hablar. más bien de cine y especialmente de otro papel del músico. en que ¿sIe se presenta como or­
un continuo (La musiqueen projet, pág. 155l. No obstante. una separa­ questador de la totalidad sonora. y reivindica el hecho de ignorar la tripanición
ción real. que las excepciones fáciles de reconocery rodas la:;. franjas de transi­ convertcional: L'hon1112e quimenr (1968) de AlainRobbe-Grillet, cuya «panitu­
ciónno hacen más que confirmar y asentar: una separación que de cualquier ra sonora» (por usar sus propios términos) firmó Michd Fano.
,modo no pasa por los soportes significantes del mensaje sonoro. sino por la es­ Aunque la historia imaginada por Robbe-Grillet. hecha de narracíones en
cucha que de ellos hacemos. el interior de otras narraciones. sea conducida por 1m· derroteros de una narra­
Aunque existe una continuidad sonora. de hecho también existe una dis­ ción imprevisible y evidentemente fabulosal como después de Sacha Guitry
continuidad perceptiva o, dicho de un modo más sencillo. saltos de percepción. lo .han hecho también Fran90i:; TruffauL Michel De\"ille. o Bertrand Blier en
Por ej¡;:mplo. la voz no es solamente un vehículo del lenguaje. sino también un algunas de sus películas). en L '}lOllIme qui melll continuamos enfrentándono"
índice concreto, ruido del otro. Si .la escuchamos musicalmente. aún percibi­ a algo perfectamente lineal y naturalista. incluida la pme sonora, en la que el
mos «algo más» en ella. Saltamos. pues. constantemente de un tipo de escucha sistema habitual no está alterado. en el que palabra. música y ruido están per­
a otro pero sin poder hacer de las tres una sola escucha. Estos tres compani­ fectamente diferenciados. y en el que éstos 5,ólo cre:ln algunos paní­
mentos. no estancos, de la discontinuidad musicaL escu­ cularesde «fallo», de interferencia y de contradicción. que se basan en ese
cha causal o anecdótica, escucha lingüística- el cine sonoro los confronta al mismo sistema.
situarlos sobre un mismo soporte y mezclar los tres elementos .. palabra~ música En el ámbito sonoro. no tenemos la sensación de percibir una totalidad uni­
y ruido. más estrechamente de lo quejamás han podido hacer el teatro yel me­ ficada; un continuo en el que los elementos se correspondan. La voz en off de
lodrama. Trintignant, los disparos de armas (al principio. cu~md0 éste es perseguido por
Apesar de todo, paradójicamente. en el cine sonoro, la música tiene la pro­ un bosque), los ruidos de pasos sincronizados con laimagen del protagonista
piedad de acusar, por su interpretación, que rompe con el resto, la discontinui­ 9ue camina, los pízzicatos de instrumentos de cuerda. los peqUeños fragmentos
dad entre los elementos sonoros, su disparidad. Comúnmente. decimos que la de música de cámara atonal o de sonidos electrónicos. en fin. rodoslos elemen­
música sirve para unir y fundir ruidos y palabras, cosa que es verdad, pero tam­ .tos cuya ensambladura, por marquetería. constituye la parte sonora del mme.
bién es frecuente que, por el carácter intermitente de su presencia separe y una. continúan perteneciendo a lógicas temporales y figurati\·as diferentes, y sólo el
Salvo cuando, con una fórmula extremadamente precisa y estudiada del recita­ continuo visual, estrictamente figurativo (Jean-Louis Trintígnant vestido con
tivo hollywoodiense, tal como culmina en un melodrama como La extraña pa­ ~ericana y corbata en decorados de exterior e interior diversos) permite fabri­
sajera (Now Voyager, 1942) de Irving Rapper (música de Max Steiner). Aquí, jcarun nexo entre todos estos elementos.
la música acompaña cuidadosamente las más núnimas inflexiones del diálogo '~~l;"Podríamos preguntarnos, entonces, si el compositor de la «partitura sono­
amoroso entre Paul Henreid y Bette Davis, eliminando los ruidos o reduciéndo­ L'homme qui ment dispuso de una iniciativa real sobre todos los ruidos
los a no ser más que un elemento narrativo o decorativo ocasionaL llCI~OnlCC~S realistas, y sobre la dicción con laque Jean:..Louis Trintignant pro­
No hay nada m~ fácilque·decretar en abs~acto un ideal qe continuidad pa­ su texto. Esta <l.icción es de lo más clásico, yno parece obedecer a
labra/música/ruido, y'lo.arbÍtraÍiode la separación tradicionaL También es bas­ ritmo que el de la propia interpretación del actor, a ninguna otra
tante fácil realizar gradaciones. entre estas categorías. La orquestación sinfónica su propia ley. ¿Qué le queda a Michel Fano para llevar a cabo.su ini­
del siglo XIX ;conseguía estudiados <<f1Indidos-encadenados»entre el ruido y la En ausencia de «música cinematográfica», cuyo principio rehusa el
melodía, sirviéndose de percusiones, trémolos graves de contrabajos para el re­ como una herejía, encontramos efectos concretos de disonancia
gistro grave o de violines;para el,agudo, a fin de hacer queJa música surgiera ,de .contrapunto en la relación sonido/imagen, efectos' insertados en
del rumor del mundo o de los susurros de la naturaleza. Por ejemplo, en Berlioz, yen una narración, y que sólo se perciben cuando entran en contra­
Mahler, Debussy, y por.supuesto, en el preludio de El oro del Rin. No por ello lo que vemos.
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO M.EDIO 207
206 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL

ningún ritmo periódico claro (como el que utilizóLang para ligaruna música de
Por ejemplo, algunas mujeres juegan en uua habitación a una especie: orquesta con un ruido !l1ecánico al principio de El. testamento del doctor Mabu­
«gallinita ciega» sin palabras. Una de ellas tiene los ojos vendados. El .
se), y ninguna nota báse viene a constituif: un polo'deatraccíón tonal alrededor
sus p8.sos, menos múltiple y precipitado de lo que esperaríamos oír, parece del cual gravitaría el conjunto de. los sonidos. A.partir ~eahí,cada sonido re­
questado según criterios~ abstractos. Más adelante, una mujer manipula la gresa a su condición de fénómeIÍo aislado y concréto, disponiendo sólo del co~­
da del cubo de un pozo, y el ruido que se oye evoca otras posibles procedencias~ tinuo visual y. del argumento narrativo como elemento que le una a los demas
Jean-Louis Trintignant abre y cierra puertas al explorar un edificio público, lo
sonidos.
que desencadena, en sincronismo con estos cierres y aperturas. cienos detalles Ciertamente, no es utópico ni ridículo intentar pon~r fm a la separación pa­
sonoros y células a las que podemos calificar de «musicales». ya que podemos labra/ruido/música, que persiste incluso en géneros que, como la ópera, parecen
reconocer que proceden de instrumentos musicales de cuerda. Percibimos per­ haberla reabsorbido, cuando, simplemente la han.enmascarado, Sin embargo,
fectamente el efecto de montaje buscado, pero los tres dominios de palabra/rui­ aparte de las clásicas «dimensiones básicas» ¿cómo conseguirlo? '.
do/música conservan su discontinuidad. En el trabajo de Michel Fano sobre los filmes de animales de Fran~Ols Bel
Como ya hemos visto, un filme de ciencia-tic.ción como Blade Runner lle­ y Gerárd Vienne. como Le territoire des autres (1970), el tratamiento abstracto
ga a realizar mucho más claramente un continuo sonoro, al menos entre «rui­ de los ruidos se facilita especialmente. por cierto número de condiciones que
dos;> y «música», sirviéndose de lo que podríamos l1amar una «dimensión bá­ rara vez ofrece el cine: por una parte. la ausencia de guión y de comentario ha­
sica» común a los diferentes sonidos: en cada caso particular. la altura. pues un blado, y por otra. el carácter abstracto y estilizado de planos de animales, que
estruendo grave de una máquina. percibido como elemento del decorado sono­ tratan elcuello de una jirafa o la boca de un hipopótamo comomotivos plásti­
ro. puede estar afinado con la música de Vangelis grabada con el sintetizador, cos en movimiento, Sin embargo. emonces caemos en un caso en que el monta­
o al contrario. puede estar sutilmente desafinado con eHa. Del mismo modo, je de sonidos y el de imágenes estánran entrelazados y unidos que ya no vemos
Bertioz. en Harold en Italia. imita la campana de un paisaje por un :::fecto·de la necesidad de hablar de una «partitura sonora» . sino más bien de una. partitu­
«sexta menor añadida» sobre un acorde mayor perfecto. Si en las películas de ra audiovisuaL fruto de un trabajo de conjunto.
los añps treinta el ritmo muy marcado desempeña a 'menudocse papel básico,
en Blade Rwzner esta función corresponde a la altura tonal dei sonido ¡elemen­
to ¡:omúnacosas tan diversas como una palabra. un estruendo'mecáhico o un Simbolización
Jcord~ musical). pero también a la repetición. en muchos ffiomemos del filme,
de un cierto ciclo respiratorio ondulame. en eIque pequeños sonidos seenros­ Antes que servir al filme. la música 10 simboliza, expresa sucintamente el
can como efectos de olas y espuma, alrededor del tlujo y del retlujo de intensi­ universo que le es propio. Vamos a intemar demostrar esta afirmaciÓn tomando
dades. tres ejemplo de temas musicales escritos para películas.
El filme «cantado»talcomo intentó hacerloy. a nuestro juicio. con magní­ En los créditos de Tax.i Driverde.\lanin Scorsese, el tema básico escritoy
ticos resultados, Jacques Demy ,con los composirores MicheJ Legrand y Michel orquestado por Bernard Hemnannsobre dos notas, en crescendo-decrescendo.
Colombier, no suprime la discontinuidad entre palabra y música. entre escucha simboliza y resume el es~adodepresióndel personaje principaL taxista Travis
semántica del texto y escucha musical. Simplemente. para religarlas. coloca en­ Sickle.La extensión de l~s variacíonesdeintensidad y de ritmo en este tema,
tre ellas dos «dimensiones b~sicas»: por una parte la altura tonaL y por otra, la orquestado con metales y percusiones ;-.repetidf> varias veces cop variaciones.
\'elocídad y el ritmo de elocución. Y nos encomramos así; de nuevo.artteel vie­ expresa -'-Y comunica al espectador- una sensación casi física y periódica de
problema wagnerianoWort- Ton-Drama. amenaza y. de conteneÍón:pero esta misma contención eS$lacial, ya que cuan­
:'Jo esde.extrañar que. siendo consecuente conel atonalismo post-'serialista doelntmode la músicá se regularizá. adquiere al mismo tiempo una obsesiva
que profesa (y recordando que este atonalismo evita igualmente. :en·la escritura fijeza. Aquí predomina t;!I modelo respiratorio \inspiraciónasociada aunaace­
nrmica. las periodicidades demasiado simples'). ~tichel F ano. en L 'Iwmme qui leracióndelritmoy a un crescendo: expiración tradu.cida por undecrescendo y
mm rechace utilizar, para unir palabralmúsicalniídoen el continuo. que desea. por una desaceleración y uha estabilización del tempo). Esta música expresa el
"dimensiones básiéas.» dees.te tipo: el ruido y ta música no están soldados por
208 LAS TRES CARAS DE LA ~1(;SIC-\ EN EL. el NE LA MÚSICA COMO ELEMENTO y COMO MEDIO 209

e:'Iado M pre~íón y de descarga física y nos [ransmite.desdeel princípio~cómo el tema es enunciado acapella. rodeado de una \'a5ta reverberación qúe desta­
e~ elmundo del personaje. La música es como un significante. unmícrocosmos caun inmenso vacío, mientras los títulos de crédito aparecen sobre un fondo
-de.:dich('\ mundo. Después. en las .primeras imágenes espectaculares de los «suburbios»
Otf0 ",<reuato>' resumido. el tema iniCíaldel CaSanmYl(CaSqfl(wa. 1976) de de Los Ángeles enel año 20] 9. el tema se repite íntegran1ente con vastos y lar"':"
Fellini. escrito y órquestado porNino Rota. simbolizadesde los créditos lav~­ gas acordes de sintelÍzador: como si se tratara de un gran órgano: El concepto
~ión que \-aa ofrecer el director su prOtagonista: no se tralará del vividor ple­ del principioés muy claro: el tema. símbolo del filme. instaura una especie de
l(1ríco que mJJcho5wn en sus Memorias. sino deima especie de condenado a la atmósfera épica, pero también crea una especie de vacío antes de levantar al te­
pme:o: bloqueado en un círculo infernalyrepetitivo~ un ser nacido. una lón~La continuación llena visual y acústicamente este yacía. por una verdade­
ardí Ila en una jaub. Al principio. sobre la imagen de vago~ de luces ra explosión sensorial de colores y sonoridades. La mayor parte del tiempo. por
nocturnas sobre la superficie del agua. se instaura un balanceo e impertur­ otra pane. el público no se da cuenta en absoluto de que él tema que escucha
bablememe regular. como el de un péndulo o el de un carillón hipnótico. en in.,. sobre las primeras imágenes es estrictamente el mismo que .elde los créditos
tervalm de quinta:, descendentes: la jaula. En el interior de este balanceo se iniciales.
enunti;J; -;ohre un titmoigualmente regular. un frágil tema constituido por un Así. pues, independientemente del tratamiento de que son objeto estos te­
\aívén de nora s conjuntas ascendentes y descendentes. inscritas en eJ ámbito ri­ mas de Bernard Herrmann. Nino Rota y Vangeli".y de "u papeleo la accjón y
dÍLulamente reducido de una quinta disminuida: el mO\-imiento de la ardilla. en la impresión recibida por el espectador. son en los tres filmes como epígra­
Cuanto más «disminuido» parece su ámbito. que continúa alternándose con las fes simbólicos, enunciados en sí mismos. Surge emonL'es la cuestión de los
qUlnt:.l:-. justas del carillón, más frágil resulta su expresión. enunciada porun ins­ efectos de la música. en relación 3. la imagen.
trumemo de timbre apagado. sin variación de intensidad alguna. probablemen­
te un ór&ano eléctrico. De modo general. aquÍlodas las sonoridade~ son cerúleas,
impreci::.as y pálidas: empleo de la armónica y de registros «pobres» de órgano El valor añadido, efecto fundamental
electrónico. relacionados con el universo acuoso y lunar de la película.
En otro moti\o más brillante, relacionado con el pájaro mecánico quesim­ Estos efectos deIa música. asociada con la imagen y con los otros elemen­
boiiza laacti\-jdad sexual del protagonista -/.icellil1o (pajarito). en italiano es tos sonoros del filme, en principio entran. en su mayor parte, en el caso mucho
un mote familiar para designar el sexo del hombre-o Nino Rota. imitando di­ más general de un efecto audiovisual al que nosotros hemos aislado después de
rectamente un famoso valsfácil deStravinski, combina astutamente caraCltle~ estuaíar t:~(a cuestión, y al que nemas bautIzado con el nombre de «valor aña­
contradictorios: por _ una parte, un ritmo vivo y un gran ámbito melódico de casi dido».
dos octavas (contrariamente al motivo que -habíamos llamado «de la ardilla»), El valor añadido es aquel efecto en virtud del cual una aportación de infor­
pero por la otra un timbre ridículamente estrecho y seco y una total ausencia de mación, de emoción, de a.tmósfera, suscitada por un elemento sonoro, es espon­
vida dinámica y de fluctuaciones expresivas, que evoca un instrumento ... mecá­ táneamente proyectada por el espectador (el audioespectador, de hecho) -sobre
ruco. Es probable que Rota se sirva aquí de un truco creado por Chaikovski, que lo que ve, como si emanara de ahi naturalmente. Ello le conduce, a menudo y
consiste en desunir caracteres musicales normalmente asociados: una melodía paradójicamente, a criticar el sonido --o la música- como «redundantes» con
larga y pomposa es interpretada con una sonoridad contenida o un vals impe­ lo que él ve, como si sonido y música no fueran más que la sombra, la emana­
tuoso descolorido po.r una orquestación y una dinámica que v.an en sentido con­ .dón, el doble de la imagen, mientras que esta última es vista a través de 10 que
trarioa su movimiento expánsivo. oímos, y está estructurada, marcada, e impresionada totalmente por el sonido.
Finalménte, en Blade Runner, filme de ciencHi-ficción que debe evocar la Sin Eluda por necesidad «idólatra» de preservar el mito de la imagett, se conti­
era espacial, aunque se desarrolla en el ámbito cerrado de una ciudad, Vange­ núa -sin querer reconocer un efecto tan importante, que se aplica igualmente a la
lis crea un tema largo y amplio, hímnico y solemne, que se tenruna con una ca­ relación palabra/imagen. II
dencia plagal de la cuarta hacia la tónica superior, en el que los grandes desvíos
melódicos se acompañaride amplias fluctuaciones de intensidad. Al principio, 11. Esta cuestión ha sido desarrollada por el autor en su obra La audíovisión.
210.
LASTRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINB
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 211
, ~or s~puesto, el efecto de valor añadido se produce corrientemente con la \~
muslea.Sl observamos un rostro neutro,. al tiempo que escuchamos una UIUI"J.\..a ...,~ Así, pues, la música se sirve de la~íncresis para efectos de puntuación sin­
con un~;rrcado carácter alegre, meditativo·o atormentado, el rostro va a colo­ crónica (mickeymousing) y también parat()do.~oque es playback instrumental o
rearse de acuerdo con lo que oímos. El fenómeno puede funcionar tamb' , vocal.
'd . len en
un ~entl o mv~rso, cuando la música se colorea a sí misma por indicaciones su­ Un sincronismo mu~icalligeramenreinciertó o desp!azado es fuente de una
gendas p~r 1~I~ágenes, según cienas leyes y proporciones existentes entre am­ poética particular. Dos títulos de crédito iniciales de pelfeulasconocidas, El ter­
bas..El pnnclplO de ~ dolce vita de Fellini es revelador a est~ respecto: en un cer hombre (949) de Carol Reed y Tirez surlepianiste(1960) de Franr;ois
ambIente alegre y ammado, mujeres ricas y ociosas. sentadas en.tumhonas, se Truffaut, tienen en común el hecho de exhibir en primerísimo' plano la fuente
b.ronc~an en la terraza de un edificio, mientras escuchamos on the airuna mú­ instrumental de la música o mejor dicho la fuente concreta de cada nota: las
sIca d~scretamente swing de Nino Rota. Ésta participa de la animación de la se­ °
cuerdas de la cítara que se separanfen El tercer hombre), los martillos que
cuencla,y sobre todo crea un valor añadido de ritmo y de movimiento sobre el golpean las cuerdas de un piano de charanga~ en Truffaut. Precisamente a causa
plano p~rfectamente estático del grupo de mujeres. También iría bien sobre una de esta proximidad casi entomológiea. nos sorprendemos al atisbar la más mí­
:,ecuenCIa melancólica de bar al atardecer. o sobre una playa vacía al final del nima desincronizacÍón potencial entre lo que vemos y lo que oímos.
\'crano. en un filme de Tati. Podríamos calificarcsta música como de «entre dos
SU.cede que. en el segundo filme. el compositor Georges Delerue, porra­
J~u.~s». un carácter importante para esta secuencia. que'le confiere toda su am­
zones totalmente anecdóticas. tuvo que escribir y grabar la música sobre imá­
blguedad.
genes ya filmadas, realizando un \"erdadero doblaje musical. Sin embargo. la
ligera fluctuación de esta postsincronización musical. a pesar del fuidado
aportado por el músico al escribir el fragmento y la pericia del directoralaso­
Síncresis y disonancia ciarlo a la imagen. introduce una tluctuación muy poética. la misma fluc­
tuación que pretendíamos hallar. en una escena de nuestro cortometraje Épo­
.' Otro.ef~ct~ audi?visual que t~m~íénconcierne a la música (~ que explica nine (! 983 Ldonde se nos planteaba el probl~ma de sincronizar un fragmento
~.omo 10s,d.lbu]oS antmados de prInCipios de lo~ añostreima podían hacer «sa­ nuevo y original sobre planos de m;1nos de niña tocando el piano, planos fil­
!1~}} la mU$lca de cualquier objeto dibujado. y crear una relacÍónde em!endra­ mados sin ~onido.
rmemo, recíproco entre imagen y sonido l. es lo guenosotros 11amamos.~~on un Nos parece interesante contar la ;1nécdota. como experiencia. Parano dar
~eo¡ogIsmo fá~il de. explica,r. el efecto de súu.:re siso término forjado a partir de un sentido preciso y musicológico Jlaelección del fragmemo interpretado. ha.,
.,:.b
, . . . . .«smteslS~>. :v «smcronización»
palabras - ber. "'se
. . A .'<1. ,,", efe'cto' " t-ISIO
. '.' p~lCO .'. j Ogl­
'. . bíamos decidido escribir y montar posteriormente. sobre las imágenes. otra
\"'0. e.xc~slvamente obViado como «naturaL» o «evidente». en \'irtud'del cual música diferente a la pieza infantil de César Frank tocada en la pantalla. Ello
Jos fenomenos sensoriales. concretos y simultáneos son percibidos inmedia­ nos condUjO a componer una pieza .corta en el mismo estilo. Sin embargo. nos
~amente c~mo un .solo y Único suc~so.que proCede de la mismafueme: aquí. divertimos haciendo corresponder. por el sÍncronismo. notas que no eran las
rO~ s,upuesto, la Imagen y el somdo. La síncresisautoriza; especialmente. que se veían pulsar en la pantalla. Por ejemplo. cuando la mano izquíerda de la
pracucas co~oeldoblajey la sonorización. ya que permüeque ciertossoni­ joven actriz Cécile Sacco toca una nota en el registro medio grave.delteclado.
~os~ que no tienen rela~íó? de si,~ilitud muy precisa con e! sonidoinicial pro­ el sonido oído es más agudo. Todo ello .se realizó de manera suficientemente
GucldQ ~or un. aconteclm¡entohlmado.. se. perci ban .end acto como si· real­ matizada para no provocar una~orpresa eyidente.sino sólo una ligeradiso­
~entef~eran los ~onidos, de loque ·vemos. Ello ocurre aun a pesar de un nancia audiovisual. «Disonancia» nos parece aquí unrérmíno mucho más ade­
,-onoclmlento pr~vlO, del tIpO: «Sé que eS(eactor americano no hublafrancés, cuado qúe el cahficativoa menL)domal utilizado de «comrJ.puntm> , que supo­
pero ~nel espacIo delfiIme, me lo creo. Puedo saber que este sonido ha sido ne la confronmción de dos cadenas; visual ysonoraalo largo de una cierta
~üno:lzado con posterioridad, si estoy bien informado: los pasosde este per­ duración, A ello se añade el hecho de que. Como en elpíanode Tirez sude pia­
~ona]e no pueden haber producido el mismo ruido en el rodaje. pero me lo /liste, el instrumento sonaba desatiriado, como despertado de un larg.o sueño
..:rco». por los dedos de la niña, y con un indicio de irrealidad creada por este efecto
de dobJedi~onancia.
212 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO ELEME~TO Y COMO MEDIO 213

Nos hemps permitido aportar este ejemplo personal porque ilustra cómo, en sólo por las pulsaciones rítmica__ . sino también por el fenómeno de expectativa
este arte de precisión y de vibración que e~el cine. una mínima desviación au­ de la cadencia (generalmeme inconscieme, reflejo).
diovisual--de la que el espectador no es consciente. al menos en su primer con­ Uncrescendo musical <por ejemplo, en el tema principal de Taxi Driver). es
tactocon el filme-essusceptíb.le a menudo de producir efectos tan fuertes y un elemento susceptible de generar una expectativa de mi tipo especial, cons­
significativos como un desfase ostensible. ­ tantememeala defensiva: en efecto. por definición. SOIJ10~ incapaces de poder
fijar un término al aumento del volumen sonoro. y por tanto, estamos en alerta
continua. una anticipación cercana. A no ser que hayamos podido «probar» los
Música, tiempo, mO\'imiento:
límites técnicos del altavoz (que no son apreciables ni existen como límites
creación de líneas de fuga temporales
mentales). el sonido que sale de ellos no parece tenér ningún límite superior al
aumento del volumen; nos preparamos a tapamos la~ orejas. o a huir. Inversa­
El sonido. y de manera particular la música. actúa sobre el tiempo de la ima­ mente, un decrescendo aislado dibuja una cuesta abajo que tendemos a antici­
gen, o más bien sobre el tiempo en el que percibimos la imagen. por un efecto par como acabando en el silencio. y es un hecho probado que pronto dejamos de
de «valor añadido» muy característico. escuchar.
Llamamos temporafi::,ación al efecto mediante el cual una cadena sonora. Cabe distinguir. además. entre los crescendos y los decrescendos internos a
que por definición está casi obligatoriamente inscrita ene] tiempo. i2 otorga un las posibilidades de un instrumento aislado (que toca cada vez más fuene o más
tiempo a una imagen que por sí misma no lo conllevaría forzosamente. La ima­ flojo, cosa que se inscribe en cierto~ límites físicamente imaginables) y los cres­
gen cinematográfica de una pared, ante la que se coloca una silla, y. sentado en cendos creados por modificación de la orquestación (como en el si de Wo.::.::eck
ésta, un personaje perfectamente inmóviL no está inscrita en ningún tiempo en tras el asesinato de Marie) o por mezcla técnica. que viene a ser lo mismo. Así,
particular,ya que no conlleva ningún movimiento ni se presta a ninguna antici­ en Taxi Driver, el crescendo de metales. combinando con elaccelerando de la
pac\ón sobre su duración. Una frase dicha sobre esta ima!2:en. un sonido «fuera percusión que lo apoya, mantiene un clima de peligro. por su perfil acentuado y
de campo» de un coche al pasar o una melodía. tres ele~entos que pertenecen deliberado, y por la idea que sugiere de que podría refouarse con cualquierins­
respectivamente al campo del habla, del ruido yde.la música. de modo concu­ trumento nuevo añadido por el compositor. Lo propio de lamúsÍca de fondo en
rrente o independiente, pueden inscribir esta imagen en un desarrollo temporal, el cine sonoro, en relación con la del cine mudo. es en efecto que no tenemos
darle una duración, un ritmo y también crear una anticipación -proyectada, por ninguna posibilidad de predecir los medios. sonoros que se van a desplegar ni
~~va]or añadido» sobre laimagen- en cuanto al plazo que va a durar esta ima­ sus límites: éstos no están físicamente presentes, lo que puede ser la fuente de
gen, al curso que va a tomar.
un efecto de suspense específico.
No sólo el de la música y la velocidad concreta de los acontecimientos de Un caso puro y absolutamente simple del efecto de temporalización de la
las notas, sino también el sistema tonal y formal en el que se inscribe la mú~ica imagen que puede ser creado mediante la música, se encuentra en el cortome­
contribuyen a est~ temporalización, especialmente por el fenómeno de las ca­ traje de lngmar Bergrnan consagrado a un simple momajede fotos familiares
dencias, armónicas y melódicas, y de la anchura: una música escrita en un esti­ de su madre (Karins Ansikte/Karin 's lace, 1985). El ú.nico elemento sonoro
lo tonal y en un cuadro de compases determinado da Jugar a una anticipación so­ .que se escucha sobre esas fotos mudas, al pasar del bebé a la niña y a la mujer
bre el momento en que ésta va. a terminar o va a hacer una paus~ y dicha madura, es una serie de embriones melódicos, de esbozos de temas tpcados al
anticipaciónse incorpora a nuestra percepción de la imagen. Así; la música ayu­ piano corno por una mano dis~aída y negligente, que deja resonar las notas lar­
da . y contribuye a estructurar él tiempo de una secuen~a cinematográfica, no :gamente. Corno que nada interviene entre estas notas. tenemos tiem..,¡>o de es­
o . su extinción. El tiempo que pasa, constantemeDte convocado a nuestra
12. Un sonido total~ente igual a sí mismo en todomomento,sín ningún accidente o varia­ .:condenci~ y que los sonidos del piano imprimen a esas viejas fotos, a esas
ción (el ruido de un torrente que discurre con regularidad,oido a distancia, eJ tono de un te1éfo­ imágenes inertes, .es el del tránsito, del deslizarniento~ del presente hacia el
no, etc ...) puede ser considerado como fuera de tiempo. pero representa una excepción en el .,pasado.
mundo sonoro.
215
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO
214 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE

Erotismo y cámara lenta


Doble anticipación temporal
No es por casualidad que el Bolero cleRavelsea un modelo seguido pormu­
. . Ev~d!ntemente, también la propia imagen, por su desarrollo, puede crear an­ chas músicas de filmes de todo tipo, imitado~tant~ en'!a partitura de Rashomt.m
nClpaclOnes por su parte, al mismo tiempo que lo que oímos. Estas anticipacio­ (Rashomon. 1950) de Kurosawa (escrita ,por "Fumio Hayasaka) como en el
nes, creadas paralelamente, determinan entonces un efecto de doble antici­ acompañamiento musical de LaJo Schifrin para Bullitcle Peter Yates. Esta com­
pacióntemporal qu~ representa, en el tiempo, un efecto absolutamente análogo binación de sostenidos y melopeas en la línea melódica, anticipando y retardan­
a lo que en el espacIo representan las líneas de fuga. do al mismo tiempo, hasta lo insoportable. su resolución. con un ritmo implacI.­
Alguien se aleja o se aproxima: anticipamos el momento en que va a de­ ble y estático, está muy en ,relación con esta «cinta transportadora», este «'viaje
saparecer de nuestra vista. o bien cuando va a «tropezar» con la cámara. Pa­ inmóvil que es el cine, ya que asocia la inmovilidad y el moVimiento de una ma­
~alelamente. se enuncian, se proponen frases musicales... Estamos ante un
nera particularmente fascinante e incluso sensuaL
Juego constante de dobles anticipaciones temporales, con infinitas posibili­ Uno no se sorprende de que el cine erótico utilice a menudo músicas mis
dades. o menos inspiradas en este modelo: se trata de instalar un tiempo particular. :.l
"Trátese de imafrasemusi¿al tan conocida como la del Bolero de Ravel la vez inmóvil y orientado hacia un fin, y de encontrar el equilibrio justo. Así.
--con su cadencia .interminableme"nte esperada y diferida, o trátese de una en Joy (1983) de Serge Begon. la música de Alain Wisniak -un compositor
p.anor~mica recorriendo un paisaje. creando una anticipación a corto plazo. al que Andrzej Zulawski hubo de solicirar sus servicios para un filme rico ~n
SI esta hecha con teleobjetivo, o sea con un campo visual limitado. donde escenas sexuales. La mujer pública (La femme publique. 1984)-, expr~$a
sólo vem~s un poco de espacio, que no siempre noS pe~ite saber si vamos una idea similar. Por ejemplo, cuando los personajes hacen el amor. la músi­
adescub~~ una carretera. un límiteoun camino, podemos prever el encuen­ ca intenta otorgar ,a la escena una grandeza ceremonial. buscando evidente­
tro definItIvo. enel tienlpo. de la cadencia melódica y un objeto determina­ mente no culpar al espectador-\'oveur. elevando el. acto a la noble dimensiJn
do. un persona~e; por ejemplo, sobre elque se fijara la mirada. Este ejemplo 1
de un ritual sagrado. Para ello~ adopta el esquema de una especie de corall.. r­
procede del. VIdeo-ensayo de lean Luc Godard Lenre á Freddv Buache namentada a imitación de Juan-Sebastián Bach: melodía lema con valores :;lf­
(1982); en el qli'e:ldirec~or utiliza otrofactor de anticipación: su p~opia voz. gas. acompañada de obstinados rítmicos rápidos yderigurasde imitac!l1n,
dad~ que su monologoslf\'e de comentario al filme. El aspecto de improvi­ Por to demás. ; un retrato de J uan-Sebastián Bach adorna el comedor atr,1l­
saClOn de su texto. su tono de voz dubitativo, sus frases constantemente ina­ mente decorado de la protagonista! Por otro lado. el acto ~exual .<,o}i ~~ J;:­
cabadas.susverbosque buscan su complemento directo. crean un constante cir. sólo simulado- se reduce a una serie de espasmos Y de caricias. como
estado deespera. y hacen que esperemos alguna resolución. ahruna cadencia «fuera de tiempo» y no orientadas hacia un orgasmo~ La música instaura un
verbal. A~í. .p~es. t~nemos aquí tres niveles, al.menos, de anti~ipación t~m­ tiempoad libitum sin término preciso. y crea un tiempo estático yritual de lC­
poral. Es muul decIr que las <<lfneas temporales» así creadas. en la obra .de
tos repetitivos.
Godard. sólo s~ cruzan fugazmente, por no decir nunca. Mientras que. en la Otra utilización específica y estereotipada -y por tamo digna de intereso
o~rade otros dIrectores. todo el pJacer reside, por el contrario; enelcumpli­ como las falsas pruebas de la lingüística yde las matemáúcas- concierne:! la
. mIento exacto de las anticipaciones, y en la gracia'o habilidad con que éstas frecuente asociación de la música con el efecto cinematográfico de la C:ínl~tra
están tratadas. . . lenta: por ejemplo, los animales con cámara lenta en los monrajesdocumenta­
. Evide~tem:nte. en relación con otros elementos sonoros, aquí la música les de Frédéric Rossif (La Jere sauvage. 1976). que dieron a conocer al comFo~
otTeceel mteres deprestarse a un complejo juego de previsiones. desbaratadas
sitor Vangelis.
o.. al contrario. satis fec has(juego con los sonidos «naturales» que rara vez per~ La cámara lenta de un movimiento flnimal o humano. de una crin o de una
rruten? crean), y por supuesto, el de poder intervenir en cualquier parte. en cabellera que flota, de una pareja que se encueI1traen una playa.encarna elpla­
cualqUier escena. . cer de una especie de demora conquistada a la ley de la gravedad. a la pesádez~
Ésta continúa siendo sensible. e incluso cOn cámara lenta detalla la pesadez. la
l'
216 LAS TRES CARAS DE LA MÚSJCA EN EL CINE
LA MÚSICA COMO ELEMEl':TO y CO\lO MEDIO 217

duración de la caída, subrayando la gracia d;;:l movimiento. La música inteivie:.. visible, un tiempo estático o errático, especialmente cuando está asociada a
neo casi siempre, para inscribiren un marco preciso ese tiempo desligado del rit­ una escritura rítmica fluida y sin pulsación, 16 que constituye el casomás ha­
mo ordinario, y por otra parte para encamar la funciónde.domínio y de suspen­ bitual.
sión (provisional) del tiempo. Normalmente se suele decírque el gran público que no sopona la música
Especialmente cuando se asocia. como e:-; frecueme,a la suspensión de los atonal por la radio y no compra discos de este estilo. en cambio se adapta bien
ruidos reales (que son sígnificamesdel tiempo cotidiano lineal), la mÚ$ica tiene a ella en el marco de un filme. lo que sería.todo un mérito del cine.· No obstan­
la particularidad de poder crear un fuera de tiempo en el tiempo. un tiémpo en­ te, a diferenciade ciena:'s músicas clásicas popularizadas poruna película (el
tre paréntesis. El paréntesis musical en muchos .filmes, encamado por esas se­ Concierto para piaJloen do mayor de Mozan, en Eh'ira Madigan [Elvira Ma­
cuencias de felicidad o de muerte, de sueñoo de destinoque casi siempre co­ digan, 1967J. de Bo Widerberg: la Quima sinfonía de Mahler, en Muerte en Ve­
rresponden a. un momento en· que desaparecen los ruidos y las palabras, necia fMortea Venezia. 1971]. de Visconti), rara vez vemos que el público se
representan un momento de deleite. de placeLde emoción. a veces de horror, precipite a comprar un disco de Henze o de Rosenman. a menos que el filme le
que escapa al hilo lineal y cronométrico del tiempo, haya suministrado imágenes bastante fuertes que puedan acompañarle en su es­
Podemos hablar entonces de un \'alor parentético de la música. específico cucha (el Rt!quiem de Ligeti. en 2001; ww odisea del espaCio).
deIcine sonoro moderno. Esta fórmula designa el paréntesis que la música es p~;-~~~ ~uc: iL) y,u~ J~"J,,,,íH.. Ll: ,:;.~~i p~~:;_v ~::::. _:':':i~_ J.í-j:t~i~~~, !1~}' ,\..11 ~;u /:.
susceptible de crear y de abarcar en su propia duración, en Iaacción del filme. no son tanto la!" disonancias y estridencias que oye en ella (las encuentra tam­
mientras que éste se inscribe. el resto del tiempo, en una duración concreta y bién en el ja::::. o en el rack). sino más bien la ausencia de direccionalidad per­
naturalista, al menos en apariencia. En el interior de esta duración. la música ceptible y. por tanto. de previsibilidad en el curso de la música. Una música ato­
introduce una especie de estilización. por contracción o dilatación del tiempo. nal o de una modalidad flotante. como la que encontramos en numerosos filmes
que hace un paréntesis en el seno de un conjl.mto cuya progresión está des­ psicológicos de los años cincuenta y sesenta, ya no es la misma una vez que está
piadada y precisamente calculada. La música crea una especie de «burbuja». en la pantalla: entonces está sumergida en un contexto dramático fuene. que le
de islote de libenad donde los acontecimientos están desligados del tiempo fu­ otorga un IU!l~. una dirección; ven el que deja de ser el hilo conductor. Es una
gaz. En este caso, la música cinematográfica se separa completamente de las líne; más. i~sertada entre otrasÍíneas. Sus caprichosos arabescos dibujan moti­
funciones de nexo y concatenación entre escenas, que, por otra parte, heredó de vos casi florales o expresionistas. que se une.n con las líneas rect¡iS del diálogo
la música teatral. ' . .. , r
y de la planificación.
Unida a esos momentos de felicidad absoluta en que los protagonistas, que
se acaban de escapar por unos instantes del infierno de su situación y de losava­
tares del guión, corren por el campo disfrutando de la belleza del mundo, la mú­ La nli¡siu.1· COiii iga y coestructura el filme
sica está ahí para expresar la armonía, pero. al mismo tiempo, sugiere el carác­
ter pasajero de este idilio, por ejemplo insistiendo en las cadencias, es decir,. en La música no se contenta con acompañar al filme, a menudo tambiénlo «<co­
lo que marca la finitud de la propia música. También puede dejamos intuir, pa­ estructura»: es decir, contribuye,junto con otros elementos, a acompasar la for;,.
ralelamente, .la sombra y el peligro. que amenazan esta felicidad, haciéndonos ma general por el lugar determinante de sus intervenciones.
oír acentos deliberadamente serios sobre imágenes llenas de sol. Una película como Como en un espejo, de Bergmat:t, es un buen ejemplo
de ello. Este drama famifiarponeen escena a cuatro personajes, una mujerjo­
ven, su hermano, su marido y su padre, en una isla, durante treinta y:;!eis ha·
Música·atonal y tiempo" fas; ,únicamente incluye cuatro intervencion~smusicales breves, todas ellas
··extraídas de una sarabanda (lenta) de una de las Sonatas para violoncelo solo
La anticipacióntemporal que puede crear una música está evidentemente ·de Rach. La primera de estas intervenciones acompaña. a los breves créditos
de acuerdo con su estilo y con la familiaridad del espectador con dichoesti­ iDiciales. La segunda interviene tras treinta minutos de acción, cuando la
lo. Por ejemplo, una música atonal tiende a crear un tiempo escasamentepre­ 'protagonista acaba de descubrir las páginas del diario de su padre, escritor,
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 219
218 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICAENELCINE

ción con la soltura de una frase músical sutilmente conducida o de una progre­
por las que se entera del carácter ineluctable de su propia enfennedad mentaL
sión orquestal que em,pleeun número. indetenninadoe infinitamente abierto de
Aqu~ s!. tr~ta de subrayar un efecto teatral típicamente melodramático"y;
instrumentos, el movimiento visual mástluido y más virtuoso tiene alg¿ de for~
al nusmotIempo, de «desglosar», en el filme, erequivalente a un primer ac­
zosamente ngido y limitado.
t~" contenid~:n los límites. de esta primera media hora. La tercera apari­
Por otra parte~ una imagen totalmente fluida-y transformable en todo mo­
Cl~rf de la mUSlca, que p~ntúael final de un segundo acto virtual, llega algo
mento, sin ningún elemento de estabilidad, como laque pe~te el dibujo ani­
mas tarde, cuando sobrevIene el drama y hermano y hennaha cometen inces­
to. Finalmente, la cuarta y última frase de violoncello llega cuando un -he­
mado desde hace mucho tiempo, incluso antes de la utilización de
lo que se
suelen llamar imágenes de síntesis, sena evidentemente muy desconcertante
licóptero se lleva de la isla a la protagonista. que ha decidido encerrarse en
para el ser humano. habituado a una relativa estabilidad del mundo visual y, en
su locura.
cambio, a una granimprevisibilidad. tluidez y fragilidad de los fenómenos so­
Esta imagen de un aparato que despega hacia .el cielo sobre una música
noros ...
que resuena, contribuye a crear un «final» perfectamente acabado y satisfac­
Finalmente. en el cine, la imagen más libre y AlÓvil hallará forzosamente un
torio, según las convenciones habituales del cine. Sin embargo. Bergman aña­
límite. algo que la delimita y le imprime cierta inercia: su marco, siempre visi­
de una escena conclusiva, tratada como una especie de coda facultativa én la
ble. Mientras que. perceptivamente hablando. la música carece de marco propio
que se abre una ventana a la esperanza. ya que el hijo reanuda el contacto con
y. gracias a su invisibilidad y al carácter más o menos imaginario de su presen­
su padre, del que estaba separado. Esta escena «de más», a menudo criticada
cia. no conoce ningún límite desde el punto de vista del espacio que ella crea.
como un ~ñadido.incluso por el propio director (nosotros vemos en ella, por
El tema musical cantado, en particular. sobre el que insistiremos en elcapí­

I
¡-
el contrano, una bella debilidad. en su propio optimismo de última hora) es la
última de Como en un espejo: pero. caracterí~ticamente, cuando ésta termina
y se enCienden las luces de la sala, no oímos música de ningún tipo y no apa­
rece la palabra «fin» en lapantalla. Quedan solamente las palabras de un mu­
tulo 6. encarna en el cine el elemento circulatorio por exce1enda, aquel que se
deslizaportodas panes. adquiere todos los aspectos. pasa de un discreto silbido
en la boca de unpersonaje a una pomposa repetición u cargo de toda-la orques­

I chacho conmovido. a solas: «;Papá me ha habiado!». Este efecto dramático de


ta. se impone. se hace olvidar. se reafirma. corre por todas panes entre las ba­
rreras del tiempo y del espacio. como un e1emento de unificacÍón y de
una frase final izO seguida de música \ que. precisamente por esa ausencia, re­
ción.
suenanen un silencio panicular). demues[ra ljue ésta puede sera la vez un ca­
Por tanto. más que decir. según la insuficiente y reductora fórmulahabi­
talizador emocional. y un elemento.de :,cp:J.r:.i-:iónentre las parteS dramáticas
mal, queJa música «acompaña» al filme. diremos guelo co-irriga y lo co-es­
I por tanto. de estructuración de la fonna- incluso cllandonoaparece en
¡ tructura. El prefijo «co» alude evidentemente aque la música no es la Única
el lugar esperado. .
que desempeña este papel. y a que un Jilme es un conjunto solidario y no je­
Si consideramos que un filme es. básicamente, un conjunto de elementos
rárquico; en el que es absurdo atribuir a cualquier elemento un papel domi­
que circulan y que.gracias a la naturaleza rítmica del cine. pueden pasar del so­
nante sobre el resto.
nido a la imagen" de 10 real alo' imaginario: la música aparece entonces como
Por función de irrigación (·CDn la imagen. que desvela este término, de un
un material privilegiadoenesta circulación. Es el elemento del filme suscepti­
tluido nutriente susceptible de dividirse y apropiarse de todos los canales que
blede la comunicación más tlex.ible e inmediata con el resto de elementos. Des­
encuentre). entendemos un principio de animación dinámica. de creacÍónv de
li~ada de las contingencias ,(realistas), no necesitaju~tificarsu aparición me-:­ mantenimiento de una energía: .
~Jameunartificio de presentación o una preparación. salvo en los primeros
cuanto a la función de estructuración. ésta está especialmente ligada al
tIlmessonoros. Su intervención puede reducirse a un acorde. a ahwnos ..... seaun­
e carácter intermitente de.la música en el filme. Pero además. illclusoenlas pelí..
dos.aalgunosminuros adlibirllín. Su [tiyel sonoro por tanto. su presencia,­
culas en que su presencia es const¡lnte. la música puntúa sin cesar; destaca, sub­
su importancia sensible ¿n.relación con los otros elementos de laacCÍón,. del
raya: Lósconocidos efectos de underscoring --como dicen los americanos­
diálogo. del ruido del filme- es modulablé de modo totalmente libre. y d~sli~
(tan en boga en los cuarenta y cincuenta) por los que .determinadO acorde de la
gado decualqúierregla de coherencia .<~die.g¿tíca»; Endefinitivu. por su propia
orquesta puntúa determinado gesto en sincronía. o determinada puerta que.cru­
naturaleza, es el. elemento· más plástico del. arte cinematográfico .. En compara.;.
220 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA El': EL CINE LA MÚSICACOMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 221

je. O una expresión estupefacta en la cara de un personaje. son. con relación al te de la música, sólo hay que observar la partitura de Casablallca,compuesta
conjunto de una secuencia del filme, pumas de sincronización. es decir. puntos. por Max Steiner. Recogiendo citas y juegos de imitación sobre temas sentimen­
de verticalidad que contribuyen a estructurar y a acompañar el flujo rítmico. tales, patrióticos, militáresalemanes y franceses. junto con unímportante traba­
dramático y emocional del filme. jo de leilmolÍl' sobre la éanción-fetiChe del filme. As lime goes by, esta partitura
No hay que olvidar que, por oposición al teatro y a la ópera en sus forma5 presenta como una vasta red de ecos. emociones y resonancias. que tiene un im­
clásicas e incluso modernas. en lasque las divisiones de la acción están marca­ pacto aún· mayor porque .la trama novelesca eSláerneramente dedicada al· re­
das por un cambio de acto. un entreacto, un oscurecimiento de la sala... y pOr el cuerdo. a los ecos emocionales. a los presentimientos y a la indecisión. La mú­
propio público,un filme es una continuidad dramática no marcada ni desglosa­ sica es entonces un element(\ inestable y móvil. reflejo exacto de esta
da. Incluso en países como Italia, en los que tradicionalmente la proyección se incertidumbre en la que «flota». durante todo el filme. la protagonista encarna­
interrumpe en la mitad para vender bebidas y permitir que el público salga a fu­ da por Ingrid Bergman, atrapada entre sus impulsos amorosos, $U fidelidad y su
mar o al lavabo. dicho corte se hace casi al azar, siguiendo un prinCipio crono­ aprecio por su marido. Yá conocemos la anécdota. a la vez turbadora y sabrosa.
métrico. que no corresponde a una división interna al filme. Por tanto. la músi­ contada por la propia actriz: el filme se había empezado a rodar sin que los guio­
ca sirve para desglosar el filme en partes. como ocurre en el filme de Bergman. nistas de la película (inspirada en una obra de teatro). S-e hubieran decidido por
eventualmente en asociación con otros medios de separación visual cada vez un final preciso. ¿Iba su personaje a dejar la ciudad. al final. en compañía de su
má" discretos (mientras que en el cine mudo, a causa de Jos rótulos. eran más marido o de su amante? Por tanto. lngrid Bergman no sabía a cuál de sus d05
frecuentes y marcados). compañeros, Paul Henreid o Humphrey Bogan, debía contemplar más amoro­
samente. así que estaba obligada a dejar «flotar» en este tema al espectador. con
la mirada perdida en una expresión de perpetua indecisión. La propia música de
Circulación delleitmotil' Casablánca es un revoltijo de grandes sentimientos íntimos y patrióticos; pri­
vados e históricos, en transición perpetua, que concuerdan admirablemente con
Se ha criticado (en especial por parte de Adorno y Eisler en las páginas sa­ esa duda pennanente.
tíricas de su ensayo sobre la música en el cine) el empleo del leitmotiv en el mar­
co del cine, empleo aún en vigor en la mayoría de filmes. No se trata, sin em­
bargo, de algo arbitrario: independientemente del hecho de que pueda La fuente del movimiento en las imágenes
representar un sentido preciso y fijo, identificable por un nombre (el tema de
Casanova. el tema de la soledad), encama el propio movinúento de la repetición En su ensayo ya citado, Rick Altman subrayaba cómo la música~ o más
que, en la fugacidad de imagen y sonido propia del cine, dibuja y delinúta poco bien el ritmo de la música, se halla a menudo presente en el filme como fuer­
a poco un objeto, un centro. za dI! arrastre y principio generador. Nosotros añadiríamos que el10 ocurre es­
El leitmotiv asegura al tejido musical una especie de elasticidad, de fluidez pecialmente desde que el cine sonoro sincrónico permite «someter» --como
deslizante, la de los sueños. Cuando se renuncia a este uso en mayor o menor se suele decir técnicamente- muy estrechamente el ritmo de los sonidos y el
medida, no resulta nada fácil, por lasitud, encontrar otra regla de juego. de las imágenes entre. sí. Anteriormente, subsistía entre ellos cierto juego de
Contrariamente a lo que se ha dicho en ocasiones, en la obra de Bemard desincronización, una relativa libertad.
Hemnann no solamenle no se abandona el leitmotiv, sino que al contrario, éste El crítico de cine Louis Chavance constataba a prin-cipios del sonoro, a pro­
se hace m~ presente. Pero se somete a una simplificación rítmica y melódica, y I?ósito del filme de jazz Black and Tan (con Duke Ellington), y de sus efectos
se le trata con una conéÍsión que le confiere· una especie de autonofiÚa. Elleit­ .~ iSobreimpresión de danzas en las secuencias musicales: «Ya sabemO't. por el
motív suena entonces como elemento g~nerador ·de angustia y de obsesión, y no ,~emplo de los dibujos animados, que cuando interviene un elemento verdade­
sólo como elemento de significación psicológica. Esto se lo debe a su afmna­ 'ramente musical, éste predomina enseguida y dirige. todas las deformaciones
ción rítmica cada vez más marcada. ;~J.(u:m~a.c: y plásticas necesarias» (Revue du cinéma, n. 21, abril de 1931, pág.

Si sequíere comprobar la culminación del papel estructurador y fluidífican­


222 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 223
Precisamente, ahora debemos hablar de esta fuerza impulsiva. .'.
namizador,portador de ritmo visual. La música desempeña también, en nu­
En los ensayos históricos sobre la música de películas, tradicionalmente.
merosos casos, ulipapel de patrón rítmICO,.. cronométrico, en relación. con el
polémi~scomo hemos visto, nos duele constatar que..el papelq~e se le asig~
cual podemos sentircómose.desatan los ritmos más .tluidos.irracionales, que
na es el de comodín salvador.. Henri Colpi, en su pertinente y valiosa obra so­
se "producen en la imagen en los comportamientos, los C?erpos,lQs ruidos. las
bre la música cinematográfica, denuncia la utilización llevada a cabo en La·
luces, 'el 'montaJé.. ~
patmllaperdida (The last patrol, 1934) de John Ford: «En principio, este fil­
El sonido tónico (en el sentido dado porSchaeffer) que la música. permite
me no tenía que incluir ningún tipo de música, relataMax Steiner, pero, una
que oigamos (por ejemplo, un pedal de cuerdas en el registro agudo, o una
vez acabado, el productor decidió que era necesario, a causa de las largas es­
nota repetida enel bajo), desempeña también el papel de elemento centraliza­
; cenas mudas que incluía. dotarle de una música que lo sostu viera». La músi­
dor en la complejidad de los ritmos del filme, que. polariza y cristaliza. Fun­
.ca no sirvió en este caso para nada, sostiene Colpi (op. cit., pág. 51 ),que ve
ciona como elemento creador, generador, referido no sólo a lo que oímos sino
en este caso un excelente ejemplo del «miedo al silencio, miedo al agujero so­
también a lo que vemos. Cuando en ciertos pasajes de Blade Runner escucha­
noro [... ] Lo importante es tapar agujeros. Evidentemente, el compositor no
mos lo que en inglés se llama undrone (zumbido continuo). en la forma de
.podrá construir nada». .
una nota electrónica largamente sostenida en el bajo. por ejemplo. tenemos la
Aunque.¿desde cuándo el objeto de la música cinematográfica es permitir al
impresión de que es el portador de toda la sonora. y a la \'ez visuaL del
compositor «construir» algo? Además, el cine no es más que continuidades y
tUrne.
ruprura.<;~:ei montaje no es máS que la dialéctica de la continuidad (por los rac­
Podemos definir un filme como un conj.unto de ritmos: la imagen puede
éo'rd en el movimiento) y la ruptura, afinnadas recíprocamente. y la música no
mostrar el ciclo luminoso de un faro giralOrio.o la luz de un intermitente. n bien
.C$ la únicaque desempeña este papel.
la agitación ntmica de una rama de árbol, o los pasos de alguien. o inclúso el rit­
Dehe.cho. Steiner hablaba de una mÚsica de «apoyo». «:Apoyar»es algo di­
mo ~isual creado por el desfile de los postes eléctricos o telefónicos vistos des­
ferenteü«tapar agujeros». implica la existencia de aigo a lo que hay que im­
de un coche o un tren en marcha. Las marcas que¡;;fecrúa la música. a
pulsar.empujar. La ímagencinematográfica es un extraño fenómeno energéti­
menudo organizan este conjunto. forman el bajo continuo qUe .:onduce la orga­
co. de hecho más bien estático (se trata tan sólo de fonnas qUe Se :1gitan en el
nización rítmica.
reducido acuario de un marco generalmente más pequeño que el campo visual l.
y por tanto. un fenómeno perceptivo de débil impacto. que parece tener necesi­
dad de un empujón.
La música modula al espacio
.' KtlrtLondon. que fue uno de los primeros en escribir sobre bmúsica ci­
nemamgráfica. énlos años treinta. decía acertadamente: «La razón estética y
Aquello que convencionalmente se denomina la imagen en el cine --.:esa
~~icoló;icamente másesenciai para explicar la necesidad (/leed) de música cosa tigilrativaen movimiento, inscrita en un marco-- propone. a tlnde.«arra­
~'omo a~ompañamientodel cine mudo. es ~ín duda alguna el ritmo del filme.· par,) el~"onido y captarlo en sudimensión. nada menos que dos espacios. de los
como arte del movimiento; No. estamos habituadosacaprarel movimienro
que es difícil que el sonido pueda escapar:
(amo fonna artística sinlos sonidos que lo acompañan. o al menos sin ritmos
- el encuadre siempre presen,te en 1:1 conciencia del espectador. ya que·le
:ludibles».
designa los objétosque corta, de manera que podemos atirmar existe un
Sin embargo. este ritmo audible que esla música. a menudo e:; más queün
marco visual de Jo visible (en tanto que. salvo excepciones no hay un
acompáñamie~to. se convierte en unafuérzaactiva y generadora. Li música pa-. mateo auditivo del sonido);
receimponerse como fuente imaginaria del movimiento de las imágenes. cuyá
- el lugar mostrado por el filme (espacio al aire libre.habítacíón. pasillo.
fuente reales una proyección mecánica.
vá cío espacial). lugar que jamás se puede mostrar en su integridad de una sola
En particular el elementO rítmico. respiratorio, del sonido (tantoel de la
vez. y que siempre produce un «fuera de campo}) ,es decir. el espacioconcrew
musicac'omo el de un ruido de respiración), a partir del momento~n que a la
imaginado fuera delcuadro, que prolonga el decorado) un espacio muy acoge­
\eZeS periódico yno excesivamente mecanico. se percibe como elemento di-
dor para lossonidos-nómadas.
LAS TRES CARAS DE LA ML-SICA El'\ EL CISE
LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y (0\10 MEDIO 225

Así, pues. es necesario reunirmuchas. condiciones a fin de que los sonidos sonaje más o menos de lejos. sólo puede hacerlo en el interior de un marco fijo,
realistas del filme. ruidos y diálogos. no sean (por su fuente y en ,'irtud ele la el de la propia proyección. .
imantación espacial) absorbld()sen su sümificado. Alguifmdirá: ¿por qué en un \reSTern necesitamos recurrir ala música para
1;
El sonid() realista, por oposición a imagen, sólo describe ·un espacio en dibujar el espacia,.su monumentalidad, sus perspectivas cuando parece que ba~­
ta la imagen para cumplir esta función? Para empezar. constatemos que para
ciertas condiciones rara veZ reunidas o creadas: que el espacio sea re\"erberan~
te. que el sonido que resuena en él tenga suficiente potencia como parareveí­ una imagen(salvo que esté reconstruida en undecoradol no resulta: tan fácil ex­
berar. De todos modos. por definición, no puede hacerlo sino d.e forma ocasio­ presar elespacio ~bieftó, ínientras que la música dispone para ello de [Odo un
nal y pasajera. código, heredado de la literatura sinfónica: Ciertamente. en el tres/e m la músi­
La música a menudo suple alsonido realista como expresión del espacio. ca no sólosirv~para darnos la impresión de un \'as[O espacio. sino que. a veces,
utilizando sus propios códigos: una de sus funciones que nos parece poco su­ por el contrario, hace que nos concentremos sobre dos personajes que cabalgan
brayada a menudo, . por la pradera y conversan como en un escenario teatral. Sólo que la música
El cine tiene la propiedad de poder jugar con el primer plano. con el plano hace eso mediante la continuidad de un único flujo.. mientras que la imagen lo
generaL con la profundidad de campo o, al contrario. con su dimensión plana. : hace generalmente ---en particular en la época del cine clásico--. mediante la
así puede «modular el espacio»: A veCes. la música complementa lo que se discontinuidad de la imagen.
muestra, y sugiere el espacio que la imagen no puede o no quiere representar. o
bien recuerda la continuidad del espacio de la acción. segmentado a la vista pOí
la planificación visual. La música, fuerza activa
Tomemos. el ejemplo de la alta momaña,marco en que el cine ha situado
cierto número de documentales y ficciones. Cualquier montañista sabe que es Hemos podido constatar que el sonido, en panicular el de la música. a veces
muy dí fíc il traducir visualmente, incluso en un plano general. la amplitud de un parece un elemento motorde lo que ocurre en la pantalla y. al tiempo, de lo que
decorado alpino. carente de referencias de escala precisas y de líneas de fuga ocurre en nuestro interior.
claras . .A menudo es precisamente aquí donde tanto en el documental como en Eso se debe, probablememe.a razones físicas. }'1ientras que el impacto lu­
la ficción, se pide auxilio a la música: un acorde de cuerdas «al aire» {como en minoso de una imagen está localizado enun punto de nuestro campo visual, el
los poemas sinfónicos de Richard Strauss o de Vincent d'Indy} o bien una es­ del sonido no está localizado en nuestro oído o en nuestro cuerpo. El sonido tie­
critura muy asentada en los diferentes registros le permitirán traducir el espacio ne, además, una presencia incrementada por el hecho de que porsí mismo ya es
que la imagen no alcanza a expresar. bisensorial: figura sonora en el oído, vibración sentida en la piel y en los hue­
En muchos casos, pues, la música reconstruye el espacio que el ruido rea­ sos. Las cosas bisensoriales, es decir, las que afectan ados sentidos a la vez, po­
lista está lejos de poder expresar. Como exponemos con detalle en Le prome­ seen una eficacia y un impacto inmediato más acusado, como hemos intentado
neur écoutant, no hay nada más mate, seco y sin perspectiv~ que ciertos.soni­ probar enLe promeneur écoUlant. ,
dos que se emiten o se oyen en las alturas, La música es, entonces, un medio Lamúsica en el cine es una forma de sonido ~ás canalizada y más concen­
oportuno para' «describir». este' espacio que no oímos, y que sólo podemos ver tráda que las otras (a causa de su carácter rítmico y tonal) y encama una fuerza
intermitentemente. que actúa. Actúa, para empezar, sobre los personajes:. no es de extrañar que la
Mejor dicho, .hay. momentos en los. que la música abre el e~cuadre, o al música acuda ala cita en los momentos de desahogo, de éxitd, de eclosión del
o del c u e r p o . ' .
contrario, lO,cierra de manera mucho más sutil e impalpabl~ que lo que lo ha­
cen los movimientos,de cámara. No hay nada más gracioso y elegante que Noce blanche (1989) de Jean-:Claude Brisseau, lajoven MathHde hace
brillantee~posici6n sobre el inconsciente en clase de. filosofía: la música
aquellos momentos·delbaile'deGene·Kelly enCantando bajo la lluvia en los
que, después de un tutti triunfante de la orquesta «de fondo», la música conti­ entonces la emoción de laeclosión de una inteligencia, un alma, una
ens:lblJlIdad. la ruptura de un bloqueo. .
núa con una orquestación repentinamente ligera, que cierra invisiblemente el
marco de nuestra atención; aunque la cámara nos muestre el deCorado y al per­ ¡¡;.z!\oialllDceJarre, el compositor de El club de los poetas muenos (Dead Poets
226 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 227

Society, 1989) de Peter Weir, a propósito de la famosa escena final en que pestistay planos de la «paliza». en tanto que la música no se interrumpe, lo que
estudiantes se suben cada lInO a su mesa para mostrar su orgullo de ser le otorga un sentido particular de expresión y ala vez agente de la,violencia que
honr~ profesor que acaba de ser despedido, cuenta que su problema se desata en el extenor~ Algo más tarde, .Bleeck sale.y se pelea también. Los. ins­
tía en escribir una música que moviera a los personajes y los llevara a actuar trumentos musicales que lleva en las manos le si:r:ven en~nces de annas para
comar su libertad y sin que el propio espectado;: pudiera prever el desarrollo golpear~
la situación. Para ello, Jarre realizó una especie de marcharle carácter hímnico Otro caso en el que la música represen~ a la vez, la fuerza de la vida y la
que en aquellas salas en lasque los exhibidores tienen la mala costumbre de di­ que entraña la muerte, se encuentra en El salario del miedo (Le salarie de la
fundir el sonido demasiado alto, sea cual fuere el género del filme. se convierte peur, 1953) de Henri-Georges Clouzot, para el que Georges Aunc no escribió
en una verdadera apisonadora, por el simple efecto sonoro de un volumen exce­ más que algunos minutos de música. destinados esencialmente a los créditos
sivo. Este ejemplo evidencia cómo el papel de la música como fuerza de arras­ iniciales. Como sabemos, esta historia. situada en América central e inspirada
tre suscita problemas nuevos en la era del sonido Dolby. én una novela de Georges Amaud, gira alrededor de unrransporte de nitrogli­
Ahora bien, por supuesto, la idea se remonta mucho más lejos. La encontra­ cerina efectuado por cuatro aventureros.
mos especialmente en Murder de Alfred· Hitchcock, ya citada. Dos escenas de Después de dos horas y media de insoportable suspense de carretera, sin
este filme ~n las que un jurado interroga a una actriz sospechosa de asesina­ música (todo puede estallar en cualquier momento), Clouzot nos dispensa un
ro- muestran dos tipos de situación en la que la música se integra en la acción. último efecto teatral. Uno sólo de los valientes. Mario (Yves Montand) ha so­
La primera es un audaz monólogo interior de un miembrodeJ jurado (Herbert brevivido y se guarda su salario. Está contento de voh'er con Linda (Vera
.\IarshaIH.que escucha la radio al afeitarse. Esta situación le enfrenta a su pro­ Clouzot)y en su precipitación prefiere conducir él mismo el camiónquele lle­
pio rostro. y conduce naturalmente a la.idea de hacer oír sus retlexiones interio­ vapor carreteras montañosas. aun a·pesar de su cansancio. La radio (tal como
res. qué ponen en duda la culpabilidad de la mujer. La música que proviene de confirman los planos sobre elalta\'oz) difUnde entonces el vals del Danubio
la radio (y que en el rodaje debió tocar la orquesta en el plató) parece a veces a;.ul tocado con un ritmo particularmente endiablado. Linda escuchalamism:l
Ljue haga nacer sus ideas. Así, unfortissimo que estalla. después de un silencio. música en su café. Contenta. por el rero,mo de su hómbre. baila: conlósclientes,
(on el preludio de Tristán. desencadena en el personaje una especie de ilumina­ Mario. en elcamión. se deja influir por la euforia de Johann Strauss. que rene- .
.:ión sin .que éste sea consciente de ello. La orquesta de Wagner es. entonces ..a ja la suya propia. y se pone aconducir demodo imprudeore. relajando :maten­
1:.1 \ez acompañamiénto de un debate interior y fuerza «pre~escrita» que mani­ ción. Clouzot hace que se alternen rápidameme lós plan0,- de los (lieores dei
pula sus pensamientos. Esta ambigüedad -seguir . oconducir- ~e halla en el café. que bailan y los de Mario. que conduce~ todos ellos movidos. por el mis­
(Orazón de numerosas escenas de cine. mo fragmento musical que proviene de la misma eInisora. Por supuesto. la pér­
En l'a siguiente escena. que presenta a una familia en el marco de'un aparta­ dida de control del camionero tiene fatales consecuencias: en una carretera de
mento. una niñarocael piano con poca destreza~ en un continuo dubitativo so­ montaña lanza su vehículo al vacío y perece 1iteraJ me nte asesinado por la mú­
bre el queel realizador «colocá» planos cortos que muestran asus padres que se sica. anoser que sea por su propiomovimiento suicida. El..:atácter a la vez
preparan para salir. Sin embargo. cuando llega una carta que les colma de ale­ teriore üueriordela música de Strauss tal corrío se utilíz::i. aquí. en ellilo entre
gría. la niña (fuera de campo).pasa entonces a tocar un alegre vals. No sabemos 10 físico y 10 psicológico, lo objetivo y lo subjeti\'o. el fondo y lapantaíla. otor­
::;iella «empuja,> la euforia de sus padres. o si no hace más.que seguir el movi­ ga a la escena roda su fuerza.
miento. '­ Tomemos aún otra escena de persecucíórí~ arquetipo de la escenaCÍnema­
En el.cine.la música tiene la misma relación que la violencia: en el curso de tográfica,atinqueháyamos ¡Jodido rastrear su origen en ciertas f()rÍnas poéticas
una escena partiCularmente brutal de Mo' BenerBlues (Mo' Bener Blues. 1990L v musicales. No basta, especialmente en el cine mudo. con mostrarnos un co-:,
una película deSpike Lee, eltrompetista deja.:: BleekGilliam !.interpretado por . ~hequecircula para expresar el sentímiento psicológico de, fa prisa.' porque
Denzel Washington )toca un .solo frenético· en su club mientras que. asu Yez.' desde que existen los vehículos motorizados. la~'elocjd:ld puede serun~di­
Jdante de la entrada de artistas, su mánager es molido a palos potunos músicos mensiÓn puramente . funcional y práctica. El símbolo de 13. velocidad no es la
descontentos. El momajede la escena alterna rápidamente imágenes del {rom­ imagen del tren de alta veloci4ad rodando u. 260 kilómerros por hora .. Este(fen
228 LAS TRES. CARAS DE LA MÚSIC.l. EN EL CINE LA MÚSICA COMO ELEMENTO '{ CO,-IOMEDlO 229

\'U deprisa no porque tenga prisa, sino porque ésta es su función. En cambio. el para incluirlos es necesario hallar un pretexto realíqa~ con lo que todo el mun­
caballo que galopa «hasta perder el aliento»). oel coche. conducido conel pedal do nota la imención expresiva y pumuadora. en lugar de semir sus efectos. Cier­
a fondo expresan la prisa.de los que llevan las riendas oel volante. La música. tos decorados. situaciones o marco:, naturale~~on; sin embargo. propiciospam
en una escena de persecución,· servirá, pues, p<U'a expresar. sobre todo en. el crear un medio sonoro expresivo. y podemos con::;tatar que el cine recurre fre­
cine. mudo, -la noción psicológica de prisa. a panir de sus propios medios de cuentemente~Lellos: escenas de guerra Con detona.:-ione" y explosiones. locali­
expresión~ noción que no surge forzosamente de la visión de una máquina ode zaciones junto al mar, con sirenas en la niebla. etc. Pero el guión debe prestarse
un montaje rápido. a su inclusión.
Hemos visto cómo la música. en la época del cine mudo o incluso enel cine Sin embargo. si hay algo que la música traduz~afina y ricamente, sin que
sonoro de los primeros años (como Viva la libertad de Clair). puede adoptar Un ningún otro elemento del cine pueda reemplazarla en esta función, es el flujo
tempo rápido mientras los personajes se pasean tranquilamente: entonces tradu­ , cambiame de las emociones sentidas por un personaje. En una de las escenas
!
ce más una animación inmóvil que un movimiento lineal en el espacio. Más tar­ t más fuenes de Encadenados(Notorious.19'+6¡ de Alfred Hitchcock, cOn guión
de se .deducen reglas, de las que los filmes rara vez se liberan. en vinud de las de Ben Hecht el nazi Claude Rain~. casado con Ingrid Bergman. anuncia a su
cuales el tempo rápido de la música tiende a estar ligado a un desplazamiento fí­ I!
madre que ha descubierto que su e;;posa se ha casado con él sólo para espiarle.
sico en él espacio. de los personajes o de la cámara. Una especie de confusión y la madre. confirmadas sus sospechas y~uawrsión por la «usurpadora» del co­
surge entonces entre lo psicológico y lo físico.
;I razón de su hijo. le escucha fríamente. La música de Roy Webbtapiza esta es­
!
¡ cena patética con diversos moti\:o~ circulares: tan promo la sumerge en un am­
! biente tenso. como sugiere. sobre alguna réplica de Claude Rains asociada aun
La música subjethiza primer plano de su rostro, la «corriente de conciencia,,· confusa y contradictoria
I
de sus emociones. Por ejemplo. cuando él dice: «Qué tomo he sido» (alcreerse
La música, en el cine sonoro «naturalista», a semejanza de la tentativa de amado por esa mujer),la música expresa nostalgia por el amor enel que creyó.
monólogo interior de Hitchcock, intenta asegurar también la continuidad de la El estilo wagneriano utilizado tan a menudo. ese estilocominuo tan caracterís­
dimensión subjetiva y psicológica en el seno de películas en las que, especial­
mente a causa de la presencia de la voz y de ruidos realmente oídos. nuestra mi­
I

....--­
tico de la música de Encadenados. es muy apto para explicar esta streamof
consciousness, cuyos movimientos son como olas que aportan múltiples signi­
rada tiende cada vez más a ser exterior, y en las que el cinepierde su naturaleza ficados a numérosos planos de rostros. Se trata generalmente de rostros y cuer­
de sueño despierto. pos sobrios en sus movimientos y en su expresión. conforme al estilo de inter­
Por ejemplo, ¿por qué, en un filme de acción clásica --que siempre incluye pretación al uso en el época, lo que permite que la música represente su
muchas escenas de diálogo-, la música viene a tapar los agujeros creados en agitación interior.
una secuencia de transición, de un lugar a otro, en la que los. personajes se ca­ La partitura de RoyWebb representa aquÍ un casoen el que la música al­
llan en un momento dado? Porque los autores se dieron cuenta, en la práctica, canza una ductilidad y fluidez absolutas: ningún tema alcanza claramente a la
de que, en los filmes de principios de los años treinta, el cese del diálogo crea­ conciencia del oyente. :La escritura legato es la regl(i: ningún acorde acentuado
ba este «efecto de agujero», efecto que no suele darse en el teatro hablado en el .<viene a romper el tejido de este discurso continuo. Esta consistencia unifor­
que son raras las escenas mudas, y todavía menos en la literatura que, al ser un memente líquida creada por una orquestación difusa, así como por la esc~sez de
encadenamiento de palabras~ no. se halla expuesta a estas abruptas rupturas de marcadas y de elementos puntuados o staccato, es particularmente sor­
registro que debe.afrontar el dne constantemente. _ si escuchamos ~stas músicas en disco, separadas de las imá~nes, de
En este contexto, la música mantiene la continuidad de la presencia huma:" yde los diálogos .
. na, de la subjetividad,'y no-abandona al personaje a ese mundo concreto, exce­ opción de «fusión» de la música en una continuidad que ella contribu­
sivamente concreto, que es el del cine sonoro. ~~mnp,lialme:nte a crear pudo ser interpretad,! por la crítica modernIsta de los
Si espocohabituaLque -se usen -ruidos para llenar esta función, especial­ setenta en términos de ideología de la . transparencia y de la ilusión. In­
mente en el cine clásico de los años cuarenta y cincuenta, ello se debe a que, se creyó que el cambio total de esta opción en su contrario -la puesta
230 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN ELCIN1~. LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 231

en evidencia de lo.s elemento.s y lo.s pro.cedimiento.s co.mo. tales-- co.nstituía razón palpita, alevo.car esta simple imagen? Este latido....-Ia autopsia, o mejo.r
un elemento. de «deco.nstrucción» y de desmitificación, al servicio. de la luci""; dicho.,. la ecografía. hecha po.sterio.rmente.deestapelícula a partir dc:' una copia
dez. Siri~mbargo., hemo.s po.dido.co.nstatar enseguida que el reverso. de este d!vídeo, lo. reveladaramente.....;.. proviene de la músíca,:estárepresentadopor la
estilo., tratándo.se de la música, era bastante encantado.r y distaba de ser ins­ música;
s tructivo. y distanciado.r. Uncineco.mo. el de Sergio. Leo.ne es, en efecto.. en to.­ Observamo.sa.Cary Grant, al que ~ca:ban de arÍ"ancade.de su rutina diaria,
do.s sus aspecto.s (entre o.trosy en primerlugar, po.r laco.ncepción de la músi.;.. sus costumbres, sus co.mpro.miso.s, y que se encuentra brutalmente en peligro. de
ca de Ennío. Mo.rrico.neJ. Un cine en el que to.do.s lo.s elemento.s están separado.s muerte: el acto.r, tal co.mo. le pidió Hitchcock.. mientras dura su aventura se man­
y se pueden o.Ír co.n claridad, yen el quepo.demo.saislar la música del resto. del tiene frío. y cáustico., circunspecto., sardónico, cerrado.. El palpitar de su co.razón
tllme (hasta el punto. de ser capaces de silbarla a la salida) o. aislar el mo.ntaje se sugiere so.lamente mediante la música, una figura cromáticaen tresillo.s en las
de la acción a la queda ritmo.; etc. Ello..co.nduce aun cine de efectos. A la in­ cuerdas, ato.rmentada y o.bsesiva. que se retuerce en el espacio' de una octava en
versa, si en cierto.s filmes de lo.s hermano.s Taviani, co.mo. Padre Padrone (Pa­ mo.do. meno.r. Es una figura que. paradójicamente. el co.mpositor aso.cióal per­
dre Padrone. 1977), la. música aspira a crear una reflexión mediante efectos so.naje del « malo», To.wnsend.interpretado.po.r James Maso.n.co.nquienel
sabiamente calculado.s de cho.que cultural (el inefable Danubio Azul.suena So.­ protagonista está a punto. de enco.ntrarse.
bre paisajesárido.s y po.bres de Cerdeña), ello..sedebeaque el co.njunto de la ¿Podemo.s, portanto.pretender que Bernard Herrmann. el co.nipo.sÍtorde la
puesta en escena y deJo.s diálogo.s van en el rrlÍsmo. sentido.. :--:0. o.bstante.. in­ música. era en esta obra el co.razón de Alfred Hitchco.ck? Po.co. impo.rta.A decir
cluso. en este mismo. caso. quién sabe si el po.der psico.lógico. de la música y \"erdad, sólo. cuenta el filme.
del ritmo no es a veces el elemento. más fuerte. que crea un mo.vimiento. que En esta o.braadmirable, perfecta. briUante. distinguida y totalmente invero­
sumerge a la reflexión crÍlica. símil--queridaco.mo. tal- aparecen inco.ntables escenas en las que la música
encarna al co.razónardiente del tl1me. Este último.. no. o.bstante.deberádepo.sí-.
rar su emo.ción en algún elemento.. Este elemento. no será la causncidaddistan­
Ercorazónpalpitante del filme ciada del protagonista interpretado. po.r Cary Grane sino. que será. co.~o sucede
a menudo. en Hitchco.ck.la mirada de lo.s malo.s. Tal co.mo Franqo.is Trúffautha
Lo.s caminos de la música y los del cine se cruzan a veces de un modo ex­ observado acertadamente en,sus escritos sobre Hitchco.ck. en la obra de este úl­
traño.. En. 1959. o. a lo. más. tardar en 1960. el autor de este libro pudO. asistir. timo.. lo.s personajes más emotiyos yemo.cio.nantes son preci~arneme lo.s· ,<¡na­
,iendo niño. en una pequeña saja parisina. a la pro.yección de un filme presenta­ los»: la inirada angustiada. perdida. de James r--.laso.n: .la.mirada fija y penetran­
do en ·la ¿po.ca como.co.mercial. pero que. al igual que para mucho.s otros espec­ te de su acólito. interpretado. po.r)'-lartin Landau.
rado.re~. iba. a perseguirle toda :;U vida.po.rque po.r más veces que la viera. bajo. Igualmente cabe preguntarse si en este tipo. de cine no hubo un efecto de
un'ligero:barniz,de aventura po.licíaca, la película seguía cargada con l'amisma: YJso.sco.municantes y. de co.mplementariedad pOco po.nderado.; entre el estilo.
:,educción invencible y con e! mismo.ro.manticismo.. Estefilme no era'otro que del filme ysu música. Muchos cinéfilos admiran (conjusticial laso.briedad de
dfamo.so Con la muerte en lostcilones óe Hüchcock. El cartel. que representa­ montaje. de realización·y deimerpretación delo.sfilmes americanos de la épo­
baa un ho.mbréquehuía por un paisaje vastísimo., atacado por un avión de hé­ ca: ese carácter casi o.bjetivo. y liso.: que hace deello.sauténtico.s clásicos. pero
lice. anunciaba una obra espectaculatydepum fantasíá. dásicQS cuyo efecto. narrativo. yemo.cio.nal es aún .muy fuerte. Al misrno.tiem­
. En,adelanre. una. imagen aislada, había de ato.rmentamo.s. aUQC]uede hecho. po.. a veces esos· rnismo.scinéfilos deplo.ran losexceso.s de la música, sus exa'::
no se rr:itabade una de lasimágenes más destacables: se trataba tan sólo de un geracio.nes expresi vas. co.mo. si se tratara de una mancha entre lama perfección;
plano. subjetivo del jatdínde la.rica propiedad ala que el héroe. un publiCista al Tal. vez~ en esto... se" muestren inco.nsecuentes e i ngrato. s con . respecto a estas
gueto.man"po( espía, es co.nducido.. en co.che contra su voluntad. Este plano. en músicas. Porque. sin duda~ sólo en la medida enquelamúskaasüme cierta ex- .
rnov:imiemo. Se encuadra en el cristal, corno si"loestuviera viendo el pro.tLlgonis'­ presividad, los o.troselementos -interpretación de 10.5 actores~ planificación.
la. La prQpiedadeshennosa. el tiempo claro.. y el pro.tago.nista sólo. es para no­ estilo. deldiálo.gO'- pueden·seguir siendo. so.brios~.aparentementetransparentes
sotrbsaún un perso.naje huec6~ sin espeso.r humano.. ¿Po.rqué,pues, nuestro Co.­ y ~<sinefectos».
"'V')
-,)- LAS TRES CARAS DE LA Ml:SICA Ei\ EL CINE
LAML'SICA CO~IO ELEMEI\:TO y COMO ~IEDlO

Un ejemplo. muy característico y del que se podrían encontrar cientos de


ejemplo que normalinente se suele llamar «redundante». En bastantes casos.
eauivalentesen este cine, es un plano del ¡hriller de ciencia ficciQn dirigido
como acabamos de ver. este efecto de redundancia funciona según el principio
p~r Don Siegel La invasiónde los ladro1les. dI:' cuerpos (hwasion of th~ bOd,Y
del valor añadido. Una escena inmensa· visualmemeen una atmósfera neurra.
snatcher~, 19~6 Len el ,que~ e 1protagonista. un médico, es Ban1ado por un.aml­
pero «coloreada» de alegría otrislezo, mediante lamúsiéa.parecerá explicar por
go qu~ le enseña una extraña cosa cubierta con un trapo. que está de,positada
misma este sentimiento. sin necesidad aparente"de la música. Inversamente.
sobre el billar de su comedor. Muy sobrio y profe§ional. el médico (Interpre­
como en elejemplo citado cieLa dolce pila, la pr6pia música será «coloreada»
tado por Kevin McCarthy) levanta el. trapo en cuestión, Aquí. su cara no
de ciena manera por la escena a.la que esté asociada.Así.imágene~y músÍc:.l
presa nada,la cámara que filma la escena en plano general permanece ¡nmó­
exacerban recíprocamente su expresión,
\'il. al igual que los personajescontenídos en la imagen. sin que sea visible lo
De hecho. el efecto empático de la música sólo funciona si algunacosa en la
que aparece ame losojos del protagonista. Sobre esta imagen de una simpli­
escena. un elemento visual o rítmico. «atrapa,} ti la música y la retiene. En el fil­
cidad y claridad a,bsolutas, tanto en la interpretación de los actores como en la
me deSiegel. tanto el propio guión como el diálogo se prestan a ello: el prow­
puesta en escena. explotan entonces. en el silencio mantenido por los perso­
gonista está preparado (por la insis[encia de su amigo escritor que le ha mole~­
najes, acento<;,sinfónicos apocalíptico:, y con\"uisionados debidos a la pluma y
tado en plena\'eladal. para descubrir algo extraordinario. Por otra parte. la
la
a batuta del director de orquesta de un músico a menudo menospreciado en
imagen que ya hemos descrito lleya consigo. en su neuIr"dlidad. elementos listos
ias historias del cine, Carmen Dragon.La secuencia se com;iene entoncesen
para «recibin> el efecto de la música: es el caso de su iluminación. discretamen;.
un efecto teatral.
te dramática. con zonas de sombra, Sin embargo. cuando la imagen y el guión
Hoyes fácil considerar que la realización sobria de Siegel y la hipersensibi­
rechazan a la música completamente y no le dejan· espacio alguno para resonar.
lidad de la música de Dragón resuJtan antagónicas; pero ¿por. qué no conside­
ni siquiera unamiradao un lugar en los que depositarIaI sentimiento. el efecto
rarlas.como interdependientes? Sin música. este plano no expresa nada: nis!­
«empático» rebota y se pierde como tal.
quiera. narra nada, Sólo la. mú!"üca permite que la puesta en escena tenga esa
Por otra parte. Jlamamos «anempático» (con «a-» privativa) el efecto no de
claridad y eficacia que tanto admiramos hoy en día.
distanciamiento sino de emoción multiplicada, por elqur la música, tras una es­
Esta observación se encuentra corroborada por películas equivalentes de los
cena panicularmente dura (asesinato. tortura, violación. etc.), afirma suindife­
años sesenta, en las que la música tendió a ser más objetiva e independiente, en
rencia, continuando su curso como si nada hubiera pasado. Aquí. la indiferencÍa
tanto que contrariamente, la interpretación de los actores evolucionó hacia cier­
se marca a menudo mediante cierta regularidad rítmicay.cierta ausencia de con­
to expresionismo. Una. vez más, la concepción de la música nos parece indiso­
trastesde intensidad, de fluctuaciones de nivel, de fraseo. ~s el caso de las in­
dable de la concepción general del filme.
numerables escenas de asesinato en las que el crimen o el borror aparecen al son
alegre de un organillo o de una pianola, como en Extraños en un tren (Strangers
on,atrain, 195 L de Hitchcock),o de lasimágenes delhorror atómico que se su­
Efecto empático, efecto anempático
ceden a ritmo de·vals (Hiroshima nwn amoitr, 1959).
Por una vez, permitasenos citarnos a nosotros mismos: «Así, pues, esta in­
En lo~ análisis más sumarios, se atribuye a la música de cine un' papel de
diferencia de la música no es una anomalía, una fonnapervertida del mecanis­
apoyo emocional, en general. Sin embargo, este papel es asegurado por la mú­
,mo de la emoción; es el fondo sobre el que se destacá cualquier emoción. La
sica, a nuestro juicio,.deuna manera más compleja de lo que se suele creer. Ello
anempática, de algún modo, corresponde a un simple cambio de encua­
nos condujo.en 1985, 'en Le son.au cinéma, a crear las nociones de música em­
.en lugar de ocupar todo el campo con la emoción individual del pe.tSonaje,
pática y música anempática.
:';1mues;tra la indiferencia del mundo que le rodea. Desde esta perspectiva, la
Llamamos efectoempático:at . e fecto por el cual la mlÍsica se adhiere, o pa­
emocional no disminuye, al contrario, sino que se eleva a otro nivel.
rece adherirse directamente al sentimiento sugerido por la escena, y en particu­
~Afin de cuentas la indiferencia llevada al extremo, y en este sentido, la· in­
lar al sentimiento que supuestamente están experimentando determinados per­
de la música, es siempre la indiferencia de la madre» (Le son au ci­
sonajes: dolor, preocupación, emoción,'alegría, amargura, felicidad, etc. Es'el
125).
I '
'.
1\

LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 235


234 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL
también a un fenómeno calculado, cronometrado y calibrado casi al segundo: el
Sin analizarlo en estos mismos términos y sin nombrarlo, Adorno y
propio filme: .
ya habían percibido este efecto y 10 habían relacionado justamente con la
Al mismo tiempo, dado que la música está grabada,,,el director puede hacer
ra,de dOnde procede. Es un viejo procedimiento de contraste dramático
~ escuchar y controlar de manera precisa el modo iluctuanteen el que ésta es eje­
también encontramos en algunas novelas (la muerte de Madame Bovary,con'
cutada, y. hacer'de esta fluctuación pasajera, pero: defÍn.itivamente fijada,. un
una canciónvulgar de fondo): «Busoni, en su Proyecto para una nueva esté-·
nuevo elemento de emoción,
(ica musical, [.J llama la atención sobre el final del segundo acto de los
En una bella escena de La doble vida de Verónica, una pieza para piano,
Cuentos de Hoffmann, en el palacio de la cortesana Giulietta, en el que un
muy sentimental, de Zbigniew Preisner acompaña, como «música de fondo».
duelo sangriento y la huida de la heroína con su amante jorobado se acompa­
un número de marionetas presentado en una sala llena de niños, y en el que~ a
ña con la impasible y monótona ternura de una barcarola. La mística..al no to­
imagen del director del filme, el artista saca de tina caja un delicado muñeco
mar parte en la acción inmediata, expresa la fría indiferencia de lasestrellas
articulado al que da vida por un instante. antes. de dejarlo caer y morir. La ma­
hacia las que mira el moribundo. Es como si la música estuviera cuajada en el
nera en que esta música, bajo los dedos del invisible pianista que laha graba­
decorado. Tales efectos son posibles en casi todos los filmes» (El cine y la
do para el filme, es al principio dubitativa y después vehemente para final­
música, trad. cast., pág. 45).
mente extinguirse, no tanto por su escritura como por su ejecución. es
Los autores de esta obra ponen el ejemplo del filme de VictorTrivas Dans
conmovedora, porque estas tluctuaciones evocan la propia fragilidad del des­
lesrues (1930) en el que un «sangriento ajuste de cuentas» se desarrolla al son
tino humano. ¿Es necesario admitir que es la ejecución y no la escritura de la
deuna música «tierna. triste. más bien translúcida». Es cieno queel decorado
música lo que nos conmueve? Ello supondría no haber entendido nada acerca
de laacción es un «paisajedeprincipíos de primavera>~.lo que permite a los au~
de lo que es actualmente la música cinematográfica: nunca es una u otra la que
tares racionalizar el efecto. como si se tratara de un contraste entre el lugar y los
aporta efecto y da sentido, sino la cooperación y la ocasional desviación entre
acontecimientos. Adorno y Eisler. en efecto. intentan dar a este método anem­
una y otra. Por ejemplo. una música tranquila yregular. tocada con una fuer~
pático. tan del gusto del cine. un sentido intelectual e ideológico. Significaría
za crecienté y después declinante. posee en el cine un poder particular. El
que «quienes cometen atrocidades son ellos mismos unasvÍCrjmas». ¡De acuer­
fragmento lleva consigo grabados la fragilidad y lo efímero deun momen~o de
do~ Pero en elcaso de la película de Hitchcock. el desconocido del North­
ejecución.
Express no aparece en ningún caso como una \"íctima.sino solamente como un
La música en el 'cine tiene que ver también con efectos de intermlteneia.
psicópata.
de interrupción; de silencioabienos en el continuo verbal na escena de Kies­
Una aplicación clásica de este efecto esla utilización «unempática>; de la
lowskíriotiene diálogo), en el que su presencia resuena de una manerapani­
música deBach,tomadacomosímbolodeserenidad, por ejemplo el movimien­
cular, en tamo que, simétricamente. la música hace resonar. en un silencio es­
to ¡entodel Concierto italiano tocado al piano. que el psiquiarracaníbal Hanní:­
peciat las palabras $obrelas que se interrumpe: Vamos·aaponar un ejemplo
bal Lecter.ideado .por Thomas Harris, tiene puesto en su cassette mienrrasase­
de ello.
sina salvajemente ados Policías (El silencio de/os corderos. [The Silence ofthe .
En Roma. ciudad abierta (Romacina apena. 19451 de RobenoRóssellini.
Lambs.1991], dirigido por Jonathan pernmel.
un oficial alemán sale.de lahabitaciónen la que acaba de asistir ala tortura de
Creemos que este efecto, cuyo principio es anterior al cine. no obstante ad­
un miembro de la resistencia comunista. y enrra en otra habitaciÓn enIa que'se
quiere en las películas un sentido más fuerte. inmediato y agudo a causa del ca..,
encuentran otros militares alemanes. con Josque<discute acerca de su gu~rra
rácter indiferente, mecánico y regularpropiodd pasode lapelículaode la cin­
perdida y de la «estirpe señoriah).Durante este tiempo. un militar interpreta. de
rade vídeo. al cualnos remite.
modo negligente y precipitado. en un piano un poco desatinado,. un vals de
El cine pennitetambién mostrar la música en tanto que ineludiblemente
ChaikovskiconUn arreglo grandilocuente. El piano produce un efecto de con­
grabada. tijadaensu desarrollo. Desde Public Enemy. la imagen clásica delto­ .
traste con elhorror de la situación paralela: Entonces. uno de los oficiales pro­
.:adiscos que emite una música sentímentalcon una indiferencia total respecto a
clama frases derrotistas y .sediciosas sobre el fracaso de la ambiéión nazi El
un drama en curso. debe toda su fuerza, a nuestro juicio. al hecho dequecons­
momento en que sus declaraciones escandalizan a sus compatriotas. que protes-
cienteo inconscientemente remite a .la circunstancia de que estamos asistiendo
236 LAS TRES CARAS PELA MÚSICA EN EL CINE LA M ÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 237

tan airadamente. viene marcado por una interrupción en el vals tocado fuera de final del filme, la conversiónde Legranden un vagabundo.[ ... ] La balada fe\'Íste
campo. como si el propio intérprete no pudiera soportar lo que se ha dicho: en diversos' significados según. el moITlento en que Se escucha. Aparec(! desde que
el sllencio reprobador así creado -mediante el cese de la música frívola-las Legrand descubre que ha sido empaucado. Cesa después de la partida del perso­
frases del comandante suenan aún más acusadoras. naje.. Aunque entonces el cantante se/para, la. violinista; el guitarrista. siguen y
Evidentemente. se ha colocado una música en la escena para que s~ inter­ acompañan la llegada de Dédé [el protector de Lulu. a beneficio del cual ésta eX­
pretación dibuje un amenazador y terrible vacío alrededor de las palabras del plotaba a Legrand y se atribuía sus cuadros], hasta que abando~a lambién la
militar. escena. Enseguida se establece, una relación entre laletradc la canción «,Sí paso
Algo más tarde. el miembro de la resistencia torturado muere ante los ojos bajo tu ventana, cual un galán trobador») yel diálogo que se desarrolla en la ha­
de sus verdugos yde un cura italiano que bendice a la víctima y maldice a los bitación y que evoluciona rápidamente hacia los insultos. l...] Esta relación es de
fascistas. mientras una música sinfónica trágica (de Renzo Rossellini) acom­ oposición y de contraste» (pág. 38).
paña suacllsación. Un oficial alemán llega de la otra habitación. acompaña­ Añadamos que estaeséena (en laque, como señalaLeutrat. la idea de Re­
do por una mujer borracha. Entonces reaparece, como un soplo, el mismo noir era tratar globalmente el espacio de la habitación y el de la calle en una si­
\'als de antes: pero este vals persiste .y nO se interrumpe cuando la mujer. atur­ multaneidad operística), reposa sobre el hecho que Legrand y Lulu.. asesino y
dida por el alcohol. descubre la presencia del cadáver ensangrentado, grita y víctima. parecen no ser conscientes de la balada que les hace actuar o que. en
se desmaya. todo caso, crea el marco del drama, dejando en el aire ty ahí está su fuerza) el
La músíca se para. la música continúa: .ambas figuras' se utilizan para un enigma de si están o no determinados por la canción.
efecto casi idéntico y simétrico, a pocos minutos de distancia, y con el mismo No es de sorprender que un director como Alfred Hitchcock haya jugado
material musicaL muchas veces con la idea de una canción o una cantala ejecutadas u oídas si­
multáneamente con la acción, encontrando en ellas cada vez nuevos recursosde
contraste, de paralelismo, de similitud inconsciente, de influencia sobre los per­
Asesinato y canción sonajes o de advertencia no escuchada, el caso de Alannll en el expreso (The
Lady Vanishes, 1931), con la canción codificada «transponada» por la anciana
A menudo, las canciones de los filmes acompañan escenas de horror o de espía;· de las dos versiones El hombre que sabía dernasiddo tThe man who knew
asesinato, ya que simbolizan, en el tejido continuo del filme, algo finito, cerra­ to much, 1934, 1956); de La ventana indiscreta. con el vecino compositor que
do sobre sí mismo, pasajero en el tiempo, y susceptible, por eso mismo, de en­ construye poco a poco el/ove theme: .. del filme; o de Lbs pájaros(The birds,
cerrar en sus compases y en su letra algo eterno. 1963), con la cantinela repetitiva balbuceada en la escuela mientras Tippi Hen­
Por ejemplo, la escena-clímax de La golfa (1931) de Jean Renoir, que ha sido dren espera fuera el final de las clases, sin saber que detrás de ella una legión de
tan bien analizada por Jean Louis Leutrat en su obra consagrada.a este filme, na­ pajaros se está juntando, en paralelo con la canción).
rra el asesinato de Lulu por el hombre a quien ha embaucado y estafado, el pobre
Legrand (Michel Simon). El momento del asesinato, cometido en el interior de
un inmueble, está «engarzado» con una canción callejera que se desarrolla para­ Música efusiva
lelamente, una balada que siguen. inconscientes del drama, unos holgazanes reu­
.,. nidos a los pies del~cio~ Como subraya Leutrat: «No sólo.la duración de la La acción de Cantando bajo la lluvia, como sabemos, se desarrolla en el pe­
escena [del asesinato]coincioe cón el desarrollo de la canción, sino que además de transición entre el cine mudo y el cine sonoro. El filme, escrito con mu­
la forma cerrada y .repetitiva d~ ésta constituye un núcleo intensamente .dramáti­ ingenio por el tándem de guionistas-Betty Comden yAdolph Grem, apro­
Co en el interior deia continuidad del.fIlme» (La chienne, pág.. 35). El autor su­ la ocasión para parodiar amablemente a los fIlmes mudos que se hacían
braya el doble sentido de la letra de la canción yel paralelismo que establece con 'U"-1UI,.,!;'llo, y especialmente a los de «capa y espada», románticos y acrobáticos,

la acción simultánea: «La súplica "Sé buena., oh mi bella desconocida".remite a [jUf:.mteI'J:>reltaba,' en·los años yeinte, Douglas Fairbanks. Don Lockwood, inter­
la situación presente, inientras que la que la sigue, "Ten piedad demí"'anuncia el por Gene Kelly, fonna coriLina Lamont (lean Ragen) una pareja mo-:
23~ LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO ELEMENTO Y COMO MEDIO 239

delo de la pantalla muda. El éxito de El cantante de jazz les obliga a volver a ro-: La carta (o si nO,en un filme como Taxi Driver, que utiliza ambas situacio­
dar precipitadamente su último filme y a convertir10 en sonoro. Después de mn.,., nes, la página de un diario íntimo) repreSenta para el cine el equivalente de un
chas pe¡ipecias cómicas debidas a la voz chillona de Lina Lamont y a la inex...;.· monólogo teatral u operístico; escapa a las limitaciones naturálistas del diálogo
periencia general de todo el equipo en el"campo del· sonido, se realiza un cinematográfico, y permite incluir entre las palabras sl1:Spensiones, silencios.
preestreno del filme con público. Éste, que antes admiraba ciertas escenas, por suspiros y omisiónes que las envuelven y alargan. No es de extrañar, pues, que
muy estereotipadas que fueran, y aunque no inc1uyerannínguna palabra audible los momentos álgidos de la obra de uno de los directores más interesados por la
sino una música dramática. ahora que escucha realmente lo que los personajes mística, Max Ophuls, sean dos en los que una voz femenina. íntima y emocio­
están diciendo las encuentra insoportables, ridículas e inaudibles. Ello se debe, nada, lee una carta. EnCarta de una desconocida (1948), el espectador oye esa
evidentemente, a que la voz de la actriz, revelada por el sonoro, es chillona, y a carta recitada por la voz de quien la envía, en el momento en el que su destina­
que el micrófono amplifica grotescamente el más mínimo ruido, pero también a tario la lee: el hombre a qui.en la remitente amaba y de quien ha tenido un hijo
que el cine sonoro hace que ya no sea posible -al menos del mismo modo­ sin que éste lo sepa: pero esta voz es la de un fantasma: «Cuando lea ustedesra
que aparezca cierta dimensión que el cine mudo podía manejar, fácilmente .. he­ carta. ya estaré muerta». En Madame.de ... (1953). otra cana. escora en el curso
redándola de la ópera: la efusión.
de un viaje en tren, no se envía, sino que se rompe en pequeños trozos que s.e
Podemos hablar de efusión cuando la exuberante plenitud. la intensidad de arrojan por la ventanilla. Esos trozos de papel que portan palabras que escucha­
un sentimiento suscitan una expresión. una exteriorización que sobrepasa los lí­ mos recitar. vuelan y se mezclan -sublime metáfora cinemaregráfica- con los
mires del tiempo y del espacio ordinarios. En el filme, cuando el espadachín in­ copos de una intenninable nevada en un paisaje alpino. una .nie\t: que llora
terpretado por Don Lockwoodcubre de ardientes besos el brazo de Lina La­ como lo hace el amor. En ambos casoS. la músiCa. respectÍ\"3l11ente de Daniele
mont. subiendo hasta su cuello sobre un fondo musical. la escena es del agrado Amfiteatrof y de Georges Van Parys. desempeña la función. :;. b \"ez modesr:l y
del público~ Sin embargo. en la versión hablada. cuando lo hace de nuevo. repi­ preciosa, de «despegar» la voz hablada de las imágenes sobre las que resuena.
riendo literalmente. tres veces. J Im'e -,'ou. J lo ve :mll. f love you. ese mismopú­ de los límites naturalistas, de los límites del tiempo y del ..:oncrew.
blico estalla en carcajadas. La lección de esta escena es que el naturalismo pro­ El momento de la carta, magnificado por la mú~ic:l. ~e conví-:rte enwnce:::- en .
pio del diálogo hablado no puede ser vehículo de la efusión. La «salvación» del el equivalente de una verdadera aria. escuchada como si 'e recitara interior­
tlJme~ en Camando hajo la Ilui'ia.consistiráen transfonnarlo en una comedia mente. en una intimidad conmovedora.
musicaL para convertir en canciones las malditas palabras.
La música. aquí. tiene la función de divulgar la emoción que nace de la his­
[Ooa. de la.expresión de los rostros. de las miradas. de los gestos y de las pala­
bras. más allá de los límites espacio-temporales concretos en los que estas can­
ciones. gestos o expresiones se ven obligados a contlnarse.

El cine y el aria de la carta

En un filme que conserva el uso deldi~curso hablado y donde los persona­


jes hablan en prosa. lo cual es el caso de la mayoría de obras sonoras o «l1abla­
das». el equi\'alentemás próximo al aria de la óperaclásíca es la escena de lec­
mea de una carta, tanto si se lee en voz alta como si se recita interionnertte. tanto
si se nos muestra el momento de su escritura como si se descubre ya tenninada.
tanto si se escucha a través de .la voz de su autor (incluso cuando la lee su desti­
natario) como si se hace por medio de la de su lector.
6. La música como'mundo

La música del mundo

El cine es más receptivo a la diversidad de músicas de los cinco continentes,


cultas y populares, que ningún otro género dramático. lo que fatalmente le ha
conducido a intentar representar esta utopía: la música del planeta, utopía que
podemos descubrir incluso en los pliegues de los filmes más frívolos~
''-Así;Nace una canción CA song isbom, 1948) ~strenada en Francia con el
titulo más bien enrevesado de Si bémol etfa diese, posrerionnente casi nunca re­
'puesta y visible solamente eh cirtematecas, hástil que e} video;.cassette permitió
redescubrirla-, es una amable comedia construida en lomo a Danny Kaye, que
'incyf()mla parte de las consideradas obras mayores de Howard Hawks. De hecho
_.
del remake que el director hizo sobre su propia comedia policíaca Bola
(Ball',offire, 1941), trasladando al medio musical una historiacons­
ilulall111C:UÚlnelr1te en tomo allenguaje. Allí donde se mostraba a eruditos ma­
VllJ,ad()s por descubrir el argot, ahora se tratará de dignos musicólogos que lÍe­
:revelación del jau. Todo ello nos incita a otorgar a esta obra la aten~ión
242 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO .243

Si dejamos de lado su intriga policíaca sin pretensiones, que no es precisa­ Unos cuarenta años más tarde. un fIlme cuya música, debida a Ennio Mo­
mente novedosa. Nace una canción es, en efecto, desde el punto de vista de la' rricone, tuvo cierto éxito en disco e inoluso en los mítines políticos, La misióil
música..,J.m filme apasionante. No sólo porql!e nos ofrece en algunas escenas la · (TheMission" 1986) de Roland Joffé. replanteaba.. en ténninos <l;lgo diferentes,
ocasión de admirar el arte de Louis ~strong o de Lionel Hampton al vibráfo­ el tema del mestizaje musical.
no, sino también porque su tema es nada menos que la universalidad de la mú­ Tomando como protagonistas a misioneiosjesuitas del siglo XVIII, deseosos
sica. de integrarse en la cultura del Nuevo Mundo, la historia nos muestra niños gua­
En una vieja y simpática escuela de música, unos profesores preparan una raníes cristianizados cantando música clásica. Morricone compuso para la oca­
enciclopedia. Sus asistentes, negros, Les hacen descubrir el jau, por el que se ~ión una partitura que se sitúa en este espíritu de mezcla de voz y de sonorida­
entusiasman, y deciden incluirlo en su trabajo. Al mismo tiempo, no desisten de des europeas e indias como un collage polirritmico de estilos. Podemos pensar
introducirlo en un cuadro histórico, y someterlo a sus esquemas. que los indios a los que vemos cantar en plena selva, y que por supuesto lo ha­
Amnt la lettre. aparece aquí una idea muyactoal. la de la world music. la cen mediante play-back, tienen una voz demasiado pulida y forman un conjun­
música del mundo: en el curso de una escena en que todo el equipo graba un dis­ to demasiado armonizado, pero ésta es precisamente la idea: esta utopía musi­
co en tiempo real para la enciclopedia.' Danny Kaye cuenta --con la ayuda de cal, esta reconciliación de las «culturas» no podrá durar, y' va a ser barrida,
ejemplos musicales que anuncia y que interpretan uno tras otro una cantaIne y como lo será también trágicamente la propia misión por orden de las autorida­
los instrumentistas. superponiéndose hasta formar un conjunto a la yez dispar y des políticas yeclesiásticas de España y Portugal.
ordenado -el nacimiento (imaginario, de la canción: al principio el beat afri­ A fin de crear esta música que sólo el cine podía suscitar, el compositor
cano. después la melopea. etc .. más adelante la letra. todo ello. fundido en una toma a la vez una pequeña formación sudamericana. el grupo Incantation y a
simpática cohabitación planetaria. la Orquesta Filarmónica de Londres. El crítico musical del mensual Premie­
El desenlace es altamente simbólico: habiendo.sido tomados como rehenes re, Fran90is Tressour, describe muy acertadamente estas singulares combina­
por bandidos que les apuntan con sus armas. los miembros de la escuela buscan ciones: «Tam-tams, tambores, flautas de Pan, maracas y guitarra son siempre
en \ano una manera de liberarse. Enronces Danny Kaye recuerda que algunos la base rítmica de los cantos de la iglesia. así como la.rgas y bellas olas in:­
días Jotes. en el curso de una.sesiónde ja::. las vibraciones musicales habían quietantes de la cuerdas, que adquieren protagonismo en algunos momento.s.
con~eg:uido hacer Caer un pesado instrumento circular colocado sobre las estan­ cediendo su lugar en otros [... ] En el fragmento titulado Así en la tierra como
terías delabiblioteca. instrumento que. por suerte. ahora se encuentrJ sobre el en el cielo, el fondo de cuerdas y la melodía romántica de una flauta se en­
-;iBón desde el que les vigila uno de los gángsters. Rápidamente deciden poner­ cuentran poco a poco sumergidos por coros que cantan en el mismo tempo
se a tocar ante los bandidos. con un pretexto cualquiera. Todos unen sus esfuer­ pero doblando yen síncopas, puntuados solamente por un timbalenel tiem­
zos.ja::men y eruditos. blancos y negros. para producir un alboroto ntmico que po fuerte, y siempre sostenidos por los. bongos. exotismoobliga». Aquí. el
jcabará por hacer caer la ,<rueda». s..obLeJ~1 gángSJer,y.p..QLdesnucarlo.la.músi­ crítico hace lo que puede para dar cuenta de este sorprendente'castillo de nai­
ca-h~ desplegado. su pod~r fÍ~i~~: pero para ello ha sido necesario convertirla ~n . pes musical, frágil y seductor, edificado con ocasión de este filme, que se pre­
un ruido. rítmico glo.bal y primario. el mismo del que habría surgido. según la senta ahora como una yuxtaposición de colores. que no se trata ya de fundir
genealogía fantástica contada en la' escena antes citada. entre sí.
Por "upuesto, ésta es una versión cómica del episodio de las murallas de le,. Entre Nace una canción y La misión. se expresa un poco el final de la uto-:­
ricó ante las cuales losué hizo tocar las tromperas. de manera que «la séptima pía, mantenida aún por el cine de los años cincuenta --ciertamente, al precio de
vez las murallas cayeron) (Hugo). Pero ~s .también una manera de plantearla cierta descafeinización yfoJclorización de las músicas negras-, de.la univer­
cuestión del. mínimo común denominador de la música, es decir. el ritmo. La va.;, salidad de la música. Salvo· pocas excepciones --como el mensaje en escala
riedad de colores y fonnas <:tel mundo musicaL dela.música como mundo~ no es «pentatónica» enviado por Spielberg en Encuentros en la tercera fase (Clase
tan fácil de agrupar y fusionar; porque ciesempoc? en el equival~nte del blanco encounters ofthe third kind. 1977) a los extraterrestres en nombre. de toda la hu­
o del gris que. en teona~es el resultado que se obtiene al hacer girar un disco de manidad- esta utopía será sustituida por la idea de una· simple yuxtaposición
colores. abigarrada de instrumentos. de modos. y de colores. que resultará a veces bas:­
2-+4 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO 245

tante convincente. como el trabajo de Pe ter Gabriel para La última remación de nalmente. el protagonista de Cabez.a borradora (Eraserhead, 1977} de David
erisro (The last tempration of Christ. 1988) de Martin Scorsese. Ocurre que, en­ Lynch.Henry, que vegeta en una especie de infierno industrial habitado por
tre tanto, el disco nos ha revelado. cO,mo 19S productos importados. los «sabo­ gritos. rugidos tempestuosos y zumbidos de máquinas. en el qUe ::i pesar de
res» fuertes y característicos, los gustos4e todas las sonoridades del mundo, de­ todo. se eleva imperturbablemente alegre el sonido del órgano cinematográfi­
jándonOs la nostalgia de aquel tiempo en que gracias únicamente a la música. co de Fars Waller. Podríamos alargar la lista infinitamente. sin oh'idar aquellas
especialmente la música de baile sudamericana, .se «viajaba» a países que aún películas en las que la iluminación musical se reduce a casi nada: n~ánse los
podían antojársenos encantadores. «filmes carentes>~.

El «país cine» Filmes carentes

Brazil es el nombre de un tema popular del compositor Xavier Cugat. au­ La narrativa cinematográfica. como ha demostrarlo Noel Burch..necesita
téntico símbolo de la canción ligera. evocador de delicias tropicales. También muy poco para funcionar y mamener eri vilo al público. por 10 que riada ocasi
es el título de un filme de anticipación de Terry Gílliam, Bra::i/ (BraziL 1985 J. nada es indispensable en un filme. incluida la música. :\sí como hay pelícúlas
sobre una sociedad sofocante y burocrática entre Orwell y Kafka,. El director sin hombres, sin mujeres, con personajes mudos -La isld desl1ud(r(Hadaba no
de esta película, convenida en mito para la generación de los ochenta (aunque shima, 1960). de Kaneto Shindo: Líber(¡ Me (l933).d.:: Alain Ca\·alíeí-. pelí­
no sea nuestra preferida entre las de este director, lleno de talento. y sensibilÍ­ culas sin montaje, o casí. y películasen quelap~ntalla permanece en negro o
dad) cuenta cómowvo la idea de hacer un filme en el que precisamente se es­ vacía las tres cuanas panes del tiempo (L'Homme aIiantique [1981]. de Mar­
cucha esta canción: «Hace varios años, buscaba decorados naturales [... ] y guerite Duras), hay películas sin música. a veces bastante hermosas. como La
una noche fui a un lugar de Gales llamado Port Talbot. Un lugar muy feo. tris­ Marquesa de O... (La Marquise d'O.... 1976) de EricRohmer o Cuarro de in­
te. en una región minera, la imagen de una cotidianidad desesperante. Fui a fantería (1930) de Pabst. La cuestión es si este «sin musica» espertineme o es
la playa, una especie de vertedero, y allí, un tipo provisto con.una radio por­ neutro, y si contribuye activamente al carácter del filme.
tátil escuchaba esta música tan alegre, tan sincopada, evocadora de evasión . Podríamos sostener que. en el marCo del cine sonoro, no hay ninguna pe­
latina. Ésta es la imagen de la que salió todo el filme; y quise que el título fue­ lícula cuya ausencia o casi aus.encia de música sean neutras. En NazaTÍn
ra el de esta canción, a pesar de todas las objeciones» (Positif, n. 289, marzo (1958) de Buñuel, la rareza de la: música aparece. en esta historia religiosa,
de 1985). como el rechazo a encarnar una trascendencia. En el bello filme pacifista so­
Nada púede resumir mejor el cine, a veces, que este tipo de ideas, que en­ bre la primera guerra mundial que es la obra de Pabst antes citada, una nota
frentan la realidad del mundo con la iluminación pasajera de una música que de música, aunque fuera presentada por mediación de un gramófono, habría
perfora la mediocridad ambiental. Las películ:!s :;¡¡¿ !v utiliZaIl p~rt~:n~c}~n~ lo ~""."!-~~C!1ta.(!0 una h;l.z ~.e e~peran~r~ ~utor fp.chazaba. De maner;:¡ gen~­
que podríamos llamar el «país cine», ese país que tan bien sabe transportarnos ral, muchos filmes que representan un mundo catastrófico, sin esperanza o
de este mundo a otra parte, confrontando lo concreto y lo ideal. En la obra de sin Dios, como El dinero (L' Argent, ··1983) de Bresson, señalan la ausencia
Tarkovski,es la luz del Himno a la alegría de Beethoven que emerge, como de la música, reduciéndola a un «detalle» significati\'opor su extrema fragi­
una promesa, del ruidq deu~ tren que oímos pasar desde una· miserable choza ·lidad. .
(Stalker, 1979). Pueden ser'támbién unas frágiles notas de flauta dulce, minús­ No obstante, también encontramos·comedias u obras llevadas a!a pantalla
culas en el vasto mundo, que.logran hacer llorara la·criatura de·Frankenstein. podríamos calificar de «sin música», en las que la presencia muy~pisódica
OPatrick Dewaere que escucha el viejo sonido, como filtrado, ahogado, pero música (limitada a los créditos) no es en absoluto significativa. Es. cierto
siempre evocador de .00 mundo mejor, de Ja.Moonlight Serenade de Duke ',que el flujo verbal llena abundantemente el tiempo (en numerosos filmes de
Ellington, mientras está viviendo una sórdida existencia de representante en un ,Rohmer,por ejemplo), mien~ que en las películas de exteriores y de movi­
suburbio invernal (Serie negra [Série noire, 1979], de Alain Corneau). 0, fi­ :'n:UlleIltO, como son las obras de Pabst, Bergman o Buñuel, antes citadas, los' pla­
24P LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO MUNDO 247

nos sin palabras, las imágenes de desplazamientos mudos sugieren -por un la medida en que en el cine este repertorio recibe una connotación de «rico».
fIejo condicionado,sin duda,. derivado del hábito de los~otros filmes-.Ia distinguido. cosa que no ocurría en el' cine mudo, en el que la música no estaba
senciaii!Dsible de una música que no oímos. tan marcada culturalmente. En la realidad; nadájmpide' que un policía sin gra- ,.
Vay;mos aún más lejos: en los casos en que la música no aparece, como duación yde salario modesto pueda apreciar la ópera.: Sin embargo, si hacemos
ocurre en la obra de Bresson, a no ser de forma fugaz y como música tocada' un filme sobre estepersohaje, déberemos mostrar que se' interesa personalmen­
-por ejemplo, el fragmento de Bach tocado brevemente por"un ancianoen~El te por este tipo de música, que compra discos. etc. Esta música, entonces. ca­
dinero con un instrumento doméstico - y grabáda con sonido «real» en una racterizará al personaje en relación con su medio, y no simbolizará al medio en
habitación pequeña; circunscrita, la música así materializada ¿conserva su po­ sí mismo. Contrariamente, en La sombra del testigo, la presencia<ie1a ópera y
der de transcender y de dirigir? Sí y no. Evidentemente, cuando Bresson -a la música clásica en el decorado sonoro tonnota una idea de lujo y distinción.
la Ínversa de Jane Campion en El piano- somete las notas del instrumento a como el perfume o el apartamento de la dama rica, aunque no está claro que ésta
la misma ley que a los demás sonidos, confinándolas entre las paredes de un conozca y le guste este tipo de música.
austero apartamento. limitándolas en losconfines de un mediocre piano de pa­ En Diva (Diva. 1981) de Jean-Jacques Beineix, a partir de una novela de
red y sujetándolas alos dedos de un aficionado, cúando dispone. en definiti­ Delacorta. un joven cartero que vive eoun estudio es un gran aficionado a la
va. todos los elementos para conseguir que la música no destaque. la trata de ópera. que graba sirviéndose de un magnetofón profesional con el que efectúa
un· modo totalmente materialista. Lo· mismo 'ocurre en El diablo probable­ grabaciones .piratas en plena representación de una diva (\Vilhelminia Femán­
mente (Le··d-rableprobablement. 1977}, cuando una melodía de Monteverdi dez). Es cierto que existen carteros a los que les gusta la ópera.. tanto o más que
surge de un tocadiscos que unos «ocupas» llevaron a una iglesia. Sin embar­ a muchos empresarios. Sin embargo. en la película, este gusto no es mostrado
go. al tiempo: presentar así la música es afirmar más aún la voz que. en el in­ como gusto. ni resulta creíble. Presentar al protagonista provisto de un magne­
terior de ésta~ invita a superar los límites de este mundo: Bresson presenta la tofón no basta para concretar a nuestros ojos esta pasión; más bien .lo asemeja a
música como una reivindicación. por amortiguada que sea. del alma. en una un técnico de grabaCión.
realidad espantosa consagrada al maL al dinero y a lo peor. Incluso aunque el En efecto. ,cada 'objeto. cada elemento de situación posee en el cine üna re­
\'aso devino: que c.l pianista aficionado coloca sobre el piano y cuya caída in­ sonancia simbÓlica esteremipada. de la que no es tan fácil librarse. Por ejemplo.
[errumpeJa música. signifique la ruptura, la bofetada a este idealismo. la mii­ un magnetofón es un aparato para policías. espías o técnicos. En el ..-:Íne. "-:On­
sica conrinúuyiviendo, yencíonalmente. el gusto musical se manifiesta mediante la colecciÓn de disco.--.
o con la imagen de alguien que capta casualmente Un sonido de p;iano oidoalü
lejos y se para.fascinado, etc.
El vivero musical ". ~()rsupue~to~ lacaracterización de un medio mediante cierto repertorio no
se.1í~.c~'!J~..ec.h_ár'ma!1odecllchésmás o menos arbitrarios. El problemasurge
En principio.. la música habita con los personajes .. Portanto. en este aspeeto porque tales estereotipos sobre los gustos y comportamientos artísticos y mu­
eS un elemehlO-dél -guión:incTl.iso·cU<jndo·no'·es un elemento-de la historia. per~ sicales a menudo son estadísticamente verdaderos. Por ejemplo. muchos se
mire caracterizar el medio en el que se desarrolla la acción. la clase social. a la han ofuscado por el carácter demasiado <~ejemplar» de laemotÍvil escena de
que pertenecen losproragonistas. cosas para lasqllí! el c,:ine recurreaestereoti­ Ph¡{adélphia (Philadelphia. 1993) de Jonathan Demme.en la que el abogado
pos inmediatos. comparables a los que utiliza en el campo del vestuario. de los que está muriendo de sida, interpretado porTom H~nks. escucha conmó'\'ido.
decorados.lagesrualidad oel diálogo. ante los ojos de su emocionado abogado. su aria de ópera favorita. Sin em­
En un filme poliéiaco de RidÍey Scott, La sombra del te:'itigo (Someone to bargo. es cierto que c~nocemos homosexuales enfermos de sida y JJ11antes de
watch over me. 1987) ~uyo título original esel de una canCión de Gershwin-. la ópera. ¿No estamos todos estereotipados aunque al mismo tiempo seamos
un policía de extracción modesta recibe elencargode velar por la seguridad de únicos'?
una mujer rica. Varias de las.escenas que se desarrol1an en casa. de ésta se acom­
pañan con música clásica yde ópera. ,oída como si se emitiera en ese lugar~ en
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA El': EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO 249

La música, los géneros ferencias, marcas. En el terreno del cine fantástico-metafísico, que apela a Ilo­
ciones como el bien, el mal, él Diablo. el origeh de bsida, los malos espíri­
Lo mismo ocurre con los clichés musicales asociados a.l05 géneros cine­ tus, etc., se ha ido creando una tradición que consiste en utilizar coros. Ku­
matográficos. Como sugieren los. estereotipos difundidos porla publicidad o brick, con su selección de músicas para 200 j :Ul1G odisea del espacio, no
los numerosos pastiches que se han realizado a partir de viejas películas. po­ derogó esta regla, al escoger el A\riedel Requíem de Ligeti, CUYOS arrebatos
dríamos creer retroactivamente que hubo una música de cine negro. una mú­ vocales simbolizan la relación entre la especie humana -yel orden cósmico,
sica de película del oeste o una música de melodrama romántiLu,Cuanoo Mel Po,~ ~1Ir:~lesto. nadie.s~queja,de ello y.tal vez. no se dan cuenta. Pero basta
Brooks, con la excelente ayuda de John Morris. réaliza una serie de parodias con que la orquestación de una partitura no incluya coros (corno la. de Fran­
sistemáticas de géneros como el H'estern(Sillasde mamar ca/iemes [Blazing kellstein de Mar)' Shelley [Mar; Shelley' s Frankenstein. 1994. de Kenneth
saddler, 1974]), el thriUer a lo Hirchcock (Máxima ansiedad fHigh Anxiety. Branagh, compuesta por Patrid. Doyie) para que un critico de música cine­
19 7 8]), la comedia muda (La última locura [Silent Movie. 1976]).la ciencia matográfica note enseguida dicha «falta», planteándonos el porqué· de esta
ficción (La loca historia de las galaxias [Space balls. 1987]) y el cine fantás­ constante.
tico (Eljovencito Frankenstein fYoung Frankenstein. 1974]). los dos cómpli­ El tema de las convenciones. tanto en la music3. .:inematm!ráfica como en
ce::.. evocan arquetipos de música muy determinados. pero refiriéndose a un otros aspectos del llamado cine comercial. suscÍ[¿ en muchos te6ricose investí.
periodo preciso de cada género: los años treinta para el cine fantástico. me­ gadores una actitud ligeramente hipócrita. producida por una especie de bo­
diados de los años cuarenta para el cine negro. los años cincuenta para el chornosa fascinación: se finge condenar. repobr;,:.:. ironizar. pero al mismo tiem­
.restern. po se consagra un importante número de páginas a (eDrorll1~;"" : :.. ":,;.;i~i.L, jo::.
No obstante, si seguimos la historia de un género dado. como el H'estem. catálogos de «músicas para la imagen» de los años \'einte, Los dos aUtores del
disponemos de varios estereotipos. según el pastiche se dirija a un público más libro a menudo citado como referencia estética \' moral sobre este tema. Eisler
o menos informado: para aquellos que, en este campo. sólo conocen los arque­ y Adorno, tampoco resistieron esta tentación.":~ en su librito la proporción de
tipos creados poi Ennio Morncone y Sergio Leone, la melodía silbada y la gui­ páginas consagradas a los estereotipos a evitar. en comparación con las dedica:­
tarra eléctrica es lo apropiado. Para los que han visto lvestems de Howard das a las alternativas propuestas. es bastante elocuente. Todoel mundo se afian­
Hawks o Anthony Mann, habría que hacer más bien un arreglo orquestaL Pero za sobre la idea de una estrecha codificación de las prácticas comerciales. Des­
si seguimos un género determinado durante sus varias décadas de existencia nos graciadamente, la realidades más. compleja. y fluida. y entenderla con su
damos cuenta de que la música que lo acompaña evoluciona constantemente de diversidad de aspectos requeriría una inmensa labor de investigación.
estilo, de conoepción yde función. Todo ello es característico de una sociedad cultural que, desorientada, disi­
En la ciencia ficción, según las épocas, pasamos de los efectos electrónicos mula mal su nostalgia por unas convenciones artísticas que siempre ímaoina
furoristas (Planeta prohibido, ya citada), a una música orquestal neowagneria:­ má~ limitadoras y simplistas de 10 que son, cuando aún se utilizan. ASípues,l:>que
na (La guerra de las galaxias), pasandopor el pop-rock (música del grupo Queen nadIe espere. queemmc!emos una «antología de disparates» de la música cine:­
para Flash GordoTl [Flash Gordon, 1980J, de Mike Hotige:s, y dd grupo TUlu ma~~~áfi<:~. Por 10 demás, los estereotipos no tienen nada que nos parezca ar­
para Dune [Dune, 1984], de David Lynch). ';tíStic:am,ení.e (;c;riden.ab!e;"sirLerob~go,~,<:~b:!siyo baEz:-:n ellosel.esmdio de la
También se pueden efectuar ciertas asociaciones en sentido inverso al de cinematográfica, ya que nunca han sido más que una base sobre la que
la historia, y mezclar lps.períodos: en las parodias y-anuncios publicitarios, aportar infinitas variantes.
los homenajes a las primeraspencÍllas de Bogart como El halcón maltés (The
Maltese Falcon, 1941) de Jóhn Huston,·seacompañan amenudo con una mú­
sica de jazz de :los años cincuenta, que ;Jlocorresponde a la época de su reali­ de la música original
zación.
Nada está fijado ni estrechamente codificado, y existen hábitos yprácticas una película de. dibujos animados japoneses de estilo «manga»
mucho más variados de lo que se suele creer. Simplemente se establecen re- ·"'.l"'.l.~'llV procede de cómics que inspiraron este grafismo), Urotsukidoji
250. LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO
251

Ilf, realizada en 1993, tuvimos la sorpresa de reconocer en ella abundantes ex­ tre la música y, no diremos nunca «el filme», sino los otros elementos del fu­
tractos, variadamente condimentados, de la Sinfonía del Nuevo Mundo de me. Fuera de este contexto mágico, esa música debe ser reconocida como una
Dvorak,.,Que acompañaban una acción frenéúca situada en Japón, con comba"" cosa completamente distinta, suscepúble, ciertamente -por asociación,refle­
tes entre demonios cornudos grandes como montañas, cópulas entre humanos jo condicionado y capacidad de despertar recu~rdQs-::" de. evocar el filme a la
y monstruos, rayos de la muerte y guerras cósmicas. A pesar de ello; los cré­ persona que la haya descubierto con éste pero que se conv1erte al mismo ~iem~ ...
ditos atribuyen la música interpretada en su integridad con el sintetizador a un po en algo nuevo e indefinidamente disponible. La música es una actrIZ, m
tal Masamichi Asano. ¿Porqué diantre la Sinfonía del Nuevo Mundo? ¿Y por más ni menos. Un actor, salvo excepciones, no está definitivamente ligado a
qué no, dado que esta obra, como cierto número de piezas sinfónicas popula­ un solo filme.
res de finales del siglo XIX. es un verdadero microcosmos, un catálogo de si­ La música es también un elemento que nos hemos acostumbrado a reescu­
tuaciones músico-dramáticas? Encontramos en ella canciones de amor, bata­ char fuera del filme. en fonna de lo que se suele llamar «banda sonora original».
llas, ensueños bucólicos, arrebatos pasionales y cuadros pintorescos (de Rara vez ocurre lo mismo con el texto. aunque se hayan publicado algunos diá­
fiestas). Convenientemente arreglada y reorquestada, la famosa y querida sin­ logos de películas o se hayan adaptado con éxito para el teatro (como los de va­
fOllía se podría reutilizar infinitamente. recorriendo todas las situaciones bási­ rios filmes de Marguerite Duras. o La maman et la putain [1973] de Jean Eus­
cas ... Por ejemplo. el canon del scher:o se adapta muy bien, en estos dibujos tache).
animados en particular. a una escena de calle japonesa animada, por su efecto En todo caso. no existen reglas. Todos los diálogos de las películas de lng­
de efervescencia: yun fragmento del movimiento lento se adapta a una se­ mar Benrman han sido publicados. pero. que sepamos, han dado lugar a pocas
cuencia mística a lo 2001: una odisea del espacio: ¿o acaso no es éste el tema versione: escénicas. Esto no prueba nada: ni que los diálogos difícilmente re­
que dio lugar al espiritual negro GOilIg Ilome'; Lo divertido es encontrar, en un presentables fuera del filme sean m~nos buenos, ni, por el contr~rio. que s~::n
contexto en el que no esperábamos encontrarla. una música que ya se utiliza­ mejores porque ello demostraría que son más específic~meme cmematogratl­
ba en el cine mudo. con el mismo principio de arreglo. sólo que ahora el sin­ cos: ni que los diálogos queson agradables de leer o resultan interesantes pa.ra
tetizador reemplaza al piano.. llevarlos a escena. sean superiores.
Esto no debe desviamos d~ la cuestión de fondo: si Masamichi Asano hu­ Se da una ilusión lógica: el guionista y realizador americano Paul Schrader
biera creado una música original para el mismo filme. ¿la habría concebido con afirmaba que cuando un guión está bien concebido y sus situaciones son sólida..'.
un estilo muy diferente'! el personaje podría limitarse a pronunciar frases tan banales cOmo «Me apete­
El mito de la «música originah). es decir. de una· música que. indepen­ cería volver a tomar un poco de café". frases que entonces toman una resonan­
diéntemente del filme. sería como una flor cortada de su savia y perdería su sen­ cia trá2:ica. Schrader tenía razón. Pero sería erróneo decir que en este caso los
tido. es tenaz. pero siempreigualmente falso. Recordemos que Bach. Mazan o díálo2:~S son «mejores),. porque no existe el diálogo susceptible de' ser conside­
HaendeL eran perfectamente conscientes 'de ello y no temían reutilizar en una rado~como elemento aislado. apreciable independientemente del résto: sólo
obra sagrada una melodía extraída de una cantata profana, o adaptar letEas nue­ existe el fÜ~e en conj'unto. y nada más.
vas sobre una música recicladj>siri,qüe'pór~~() 'seah mehbscOmpósitores que Una frase musical particularmente pertinente en el marco de un filme. ~
los que les sucedieron. Utilizaruna música en un filme nuevo con nuevassitua­ insignificante fuera de éste. pódría ser el equivalente de aquel «Me apetecenJ
dones es como poner letranueya auna «canción conocida». Las combinacio­ voh~era tomar un pOl.:O de café». El cine canta la gloriosa banalidad de la mu­
nes son infinitas. y siempre podemos conseguir un nuevo sabor o una nueva re­ sica,
sonancia.Esto. por supuesto. no niega la existencia de la especificidad, de la Inversamente. cuando la música es bella ó célebre, puede convertirse fácil­
unicidad de la obra cinematogr.ífica con su música. mente en el «marco» de una escena [al como lo han sido ciertos lugares urbanos
En el marco de un filme de Fellini. por ejemplo. la música de. Nino Rota o naturales característicos. como el Monument Valley, filmado en tantos ~n!'s­
es parte integrante de la obra. ~e asemeja a un actor que está totalmente al ser­ tems: Erraría aquel que. tonel pretexto de que el decorado puede servir para di­
vicio de la obra: por tanto. sería necio no querer reconocer el carácter único. versas obras. lo juzgára inutilizable o condenado.
irreemplazable y definitivo de la asociación que se establect;! en el interior en­ Así .pues. un filme es un conjunto constituido en la mflyoría de casos por
25:; LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA E:" EL CI:'\E LA MÚSICA COMO MUNDO 253

piezas ensambladas. a las que es preciso considerar como un todo. ?'\o se iden­ no le concedía demasiada importancia. Después de todo. el propio Bach, según
tifica con la simple suma de colaboraciones «originales». únicas. sino con el el tipo de obras que escribía, los efectivos instrumentales y el destino profano o
marco que un autor. un espíritu de equipo o quién sabe qué milagro h::m sabido lit\Írgico de su composición, adopta aspectos de los estilos francés, alemán o ita­
crear. y que transfigura cada elemento. liano. En cuantQ a las sinfonías clásicas y románticas.l~ éstas invitan a un viaje
Por lo que respecta a las ·l1amadas músicas originales. éstas ra.r.l yez lo son a través de los estilos, de un movimiento al otro. con referencias a diversos ti­
por su estilo; y ¿por qué habrían de serio, sino por una cuestión de principios y pos de escritura. Si el compositor de cine bebe también de todos los estilos. ello
en yinud de una concepción unitarista y reductora del cine: Incluso ias músicas tiene que sera~ími$mo .con el tipo de filme al que sirve. y con la voluntad del
de I\ino Rota o Bemard Hemnann no lo son. Tales músicas son úni':3s --que es director. Si parece «reciclar» incesantemente estilos populares o cultos del pre­
bastante diferente- por un acento particular puesto en el empleo de cienas fór­ sente y del pasado, se debe a que dichos estilos forman pane de la culturadis­
mulas o en la síntesis de cieno número de referencias. cográfica del momento y forman el mismo acervo de posibilidades y colores. in­
Al escribir estas líneas. el azar nos ha hecho reparar en un anuncio publici­ cluido el color local, que el que pudiera utilizar un compositor de óperas como
tario difundido por la cadena italiana RAI Uno, en el que reconocemos. requi­ Meyerbeer.
sado para mayor gloria deun agua mineral. un arreglo de uno de lo;; admirables Sólo que. en esa época, la música que se escuchaba más corrientemente
temas de Ocho y medio. Nuestra primera reacción es de rechazo. un ;;entimien­ era por definición contemporánea. así que Mozan podía descubrir la «vieja»
to de profanación. como si se hubiera robado esa música del filme. arrancada música de Bach sólo en la partitura. no en un condeno. Con el romanticismo
del santuario. prostituida por una vil causa comercial. No obstame. ;;1 reflexio­ nace la práctica de volver a interpretar música antigua (Mendelssohn revelan­
namos. una música como ésta, admirablemente escrita por Nino Rota. no po­ do las Pasiones de Bach) y, por otro lado, lade combinar estilos de diferentes
dría haber surgido más que de un hombre, a su vez. que se inspiraba un poco épocas en obras musicales nuevas (como ocurre en la Sinfonía histórica de
en todas partes. Un crítico neoyorquino sostenía que dicha música estaba di­ Spohr, y más sutilmente en Brahms o Mahler). Nada nuevo, pues, en este
rectamente inspirada en la música popular judía y que cuando Paul ?\1azursky campo.
la citó, en su filme Enemigos: una historia de amor (Enemies: A loye story. Las diferencias fundamentales entre la música de cine y las otras músicas,
] 989). centrado sobre la cultura judía, sólo le restituyó su sentido inicial. En en la mayoría de casos, proviene más bien de su carácter de elemento general­
cuanto a nosotros, reconocemos en esta música, sin problemas. ecos de la Sin­ mente intermitente, en el seno de un conjunto, y de las condiciones comerciales,
fonía n. 1, «Titán» de Mahler, y más precisamente el tema bohemio de su mar­ prácticas, económicas y culturales en que ésta nace.
cha fúnebre. La grandeza de la música de Ocho y medio consiste en su falta de En tanto que elemento en un conjunto bastante complejo. la música de cine
ataduras, surgida de multitud de préstamos, referencias, perfumes. toda ella se ve forzada generalmente a ser más simple y redundante que si se tratara de
apropiación y mestizaje ... una música «pura», ya que, al estar incorporada en el filme. ya no es más que
una parte en una compleja red de ritmos, sensaciones, informaciones verba1es,
visuales, cinéticas ... Reprochar1e entonces su «pobreza» equivaldría a deplorar
¿Existe un estilo de música de cine? que ,la mano izquierda de una sonata de Schubert o la parte de violoncello de
un cuarteto clásico no sean tan complejos como la partitura tomada en su con­
Atrevámonos a decirlo sin la menor intención crítica ni expresión de repro­ junto.
che: no existe un estilo de mÍísÍca cinematográfIca propiamente -dicho. Esta mú­ Este frecuente carácter de sencillez y redundancia puede hacer que resulten
sica bebe de todas las fuentes, dd rÍrismo modo que un compositor de música de fastidiosos e inaudibles los álbumes que recogen ciertas músicas entre la~ mejor
concierto o d~ ópera. La diferenciaéstáen que este último, en principio, puede . para el cine. El álbum integral de la partitura de Hemnannpara Psi­
escoger con toda libertad cómo crear su estilo personal, no sólo a partir de lo (Psycho, 1960), por ejemplo, es de una monotonía terrible, mientras que
que inventa, sino también de lo que toma de otros. partitura funciona perfectamente dentro del filme. El disco de la «banda so­
Desde cierto punto de vista y hasta un período reciente, ocurría lo mismo
con los otros tipos de música, sólo que la gente no se daba cuenta de ello, o bien 13. En relación a este tema, veáse nuestra obra La symphonie al'époque romantique.
25;1­ LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN, EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO 255

nora original» de Ocho y medio (1963), de Nino Rota, parece declinar sie
Evidentemente, el mudo y el sonoro utilizarán los fragmentos. clásicos de
dos o tres motivos parecidos, y eso es en realidad lo que hace. Por supuestQ,¡'
muy diverso modo: mientras que el cine }lludore<;:urría, pordefmición,. a arre­
de ag~ecer que podamos escuchar estas músicas en disco, para el recuerdo
glos, reducciones tocadas en directo, de. una calida,? de ejecución variable, el so­
deleite ora emoción. Más aún.cuando 'el disco recoge algunos elementos inter-::
noro, al contrario, ofrece el sonido auténtico de la música extraída de ~a graba­
mi ten tes de ruido y diálogos, como se hace cada vez más a menudo desde los
cióp, permitiéndole dispon~r de tQda una masa: orqúestal y. ~e una interpretación
años ochenta: la «banda sonora originah~ de Apocalypse Now (1979) es tal vez
impecable. En orres casos, especialmente los extráídos deMozart o de Bach, casi
una de las primeras que se editaron así. Sin embargo, no podemos escucharlos
siempre. se trata de arreglos, de orquestaciones y de transcripciones recortadas
como otra música cualquiera, ni aplicarles los mismos criterios que a una obra
según las necesidades del filme.
destinada principalmeme a la escucha. El compositor Philippe Sarde, que crea una adaptación de Juan Sebastíán
Por su propio carácter de intermitencia y de diseminación en el interior del
Bach para una escena de Una vida de mujer (Une histoire simple, 1978) de
filme, la música para la pamalla no es un género propicio a la edificación de una
Claude Sautet. en la que los personajes componen música, afirma que «es
forma en sí. Por tanto. no se trata de utilizar. aquí. la composición como tal, para
muy difícil utilizar música clásica en el cine sin modificarla. En una escena,
significar. para decir algo. La composición está represemada por el propio fil­ la gente escucha música, pero enseguida. cuando salen, esa música se con­
me. en la totalidad de suselememos audio-logo-visuales. En su interior, la mú­ vierte en música cinematográfica. Ésta deja de ser "música qe Bach" en .cuan­
sica a menudo está ligada a elementos simples y breves, y por tanto debe estar to pasamos al primer plano de Romy Schneider. Sólo son de Bach las prime­
aún más caracterizada. ras frases que escuchamos tocar a los concertistas». Al argumentarle que
Kubrick ha utilizado música clásica tal cuaL Sarde nos rectifica: «Se trata de
música adaptada.. retrabajada, aunque no cambie más que algunos compases o
La música clásica sólo modifiqUe la interpretación». Ello es cierto respecto a Barry Lyndoll
(Barry Lyndon. i975), pero no tanto para 200/: una odisea del espacio. en la
Como hemos visto. la utilización de la música clásica preexistente era banal que se integran músicas de Ligeti. Ric'hard Strauss y lohann Strauss. extraídas
en la época del cine mudo. Relativamente escasa en los dos primeros decenios Je una grabación preexistente.
del sonoro. con excepciones como David Lean (el Segundo Concierto de Rach­ No vamo~ aquí a enumerar anecdóticamente los millares de usos que se han
maninoy en Bre\'e encuentro [Brief encounter. 19-1-5]), Max Ophuls (la cómpila­ Jado sobre denas páginas de algunos compositores. Huna falta todo .un volÍJ­
dón clásica de su Wenher [\Verther. 1937] l. o bien el melodrama italiano (en el men para ínvenu1Íar los principales. Los compositores que nos interesan aquí
que perduró la tradición compilatoria del mudo). gradualmente volvió a ganar el noson solamente los principales de los que han sido citados, y a veces admira­
favor del público en los años cincuenta y sesenta. principalmente en el cine «de blemente incorporados. sino también aquellos cuyo estilo ha servido de modelo
autor». a partir del ejemplo de cineastas como Renoir (l.a' regla del juego [La ré­ a ciertas tendencias de la música de cine. estilo que sin duda correspondía a las
gle du jeu. 1939]: Le carrosse {rOl" [1953 D. ~lel\'iIIe (Los niilos terribles [Les necesidades del ~éptimo arte.
enfantsterribles~ 19491. música'de Vivaldi y"Bach); VisConti (desde su genial
utilización de la Séptima sinfo11l'a de Bruckner en Senso [Senso. 19541), Y Bres­
son (Mozart en Un condenadu([ muerTe se ha escapadu [Uncondamné a mort Yivaldi·y Bach
s'est echappé, 19571).Y después de ella. algunos cineastas prefirieron recurrir a
discos clásicos. como Bergman (a partir de El ojo del.diablo [Djavallens oga No es .:asuJlidád. por ejemplO, que Vivaldi haya sido uno de los compo­
1960]. cuya música es una adaptación de Scarlaui). Kubrick (200/,unaodisea ~itores citados más a menudo. y también uno de los más plagiados: su músi­
del espacio (19681). Y un gran número de cineastas especialmente franceses, ~a. de un:l.scncillcz de evolución inmediatamente popular. aunque guardando

como Agnes Yarda. Louis Malle. Michel De\'iIle. BertrandBlier. Fran~oisTruf­ su reserva "elegante» y culta. ¿no es sinónimo de movimiento? Y el movi­
faut~ lean-Luc Godard. (laude Chabrol (los Cuatro cantos serios de Brahms en miento. ¿no es parte integrante. por etimología. de la palabra cine? COil inde­
Accide1lle sin huella [Que la bece meure. 1969]) y AJainRésnais. pendencia de los numerosos arreglos de obras vivaldianas existentes --como
~56 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO.

el destinado a Un pequeiío romance (llove you, je t'aime. 1979) de George conciertos para piano, y especialmente sus movimientos lentos. en los que al­
Roy HilL un arreglo que. aquí por un malentendido frecuente. le valió un ós­ gunas nota~ Se desgranan sobre un acompañamiento de cuerdas. en una especie
car a la «mejor música» a Georges Delerue -y de numerosas referencias a de recogimiento vacío. son muy apreciados por los cineastas (EIl'i ro MadigmJ.
Las cuatro estaciones. se imita a Vivaldi en las circunstancias más inespe­ de Bo Widerberg). quizá porque entre otras cosas representan la fragilidad del
radas. Por ejemplo. Charlie Chaplín se inspiró en sus ostinati y en sus pro­ alma humana a través de la fragilidad del sonido y de la propia fragilidad de I<i
2'resiones armónicas para el combate de boxeo cómico de Luces de la ciudad. música. El sdnido del piano se convierte en algo que cualquier cosa podría rom­
;1 que dicha referencia da un toque suplementario .de humor y de eleganda. per. y'en esta forma fijada en película, creada por montaje y empalme que 6 el
\lás pre\'isíbles ~on las «ala manera de» acometidas en los filmes de cap'a y cine, surge de él un efecto. particularmente emotivo e intenso. de precariedad,
espada. Igualmente. la inmensa frase melódica del A ve verwn. reorquestada en Le piai­
En la historia del cine aparecen varios Bach. Primeramente, ése que es sÍm­ sir de Ophuls. de modo que parece emanar de un modesto conjunto de iglesia
bolo del gozo eterno. de regularidad triunfante y de flujo vital exaltado y su­ rural, interviene en la conmovedora secuencia de las prostitutas que asisten a b
blime, tal como escuchamos en bastantes películas francesas de los años se­ Primera Comunión~ como para tender un frágil puente entre Dios y el homhre.
senta: trátese de un Bach citado literalmente como el Preludio en do mayor del y abrazar con su curva melódica un momento de gran .emllcilÍn. Aquí como en
e/m'e bien temperado en Lola (Lola, 196]) de Demy, que enmarca un mo­ muchos otro:, jugares. el cine no permanece insensible al fraseo mozartianc.
mento de felicidad perfecta; o de las cantatas religiosas imitadas por Michel su manera única de «temporalizar» una escena, como hemo" explicado en el C;,¡­
en Le rep05 du guerrier (] 962) de Roger Vadim o por MicheJ Legrand pítulo anterior.
en Qui hes-l'Ous Poliy Magoo? (966) de William Klein. No hay que confun­ Un clich¿ particular, corriente en el cine, consiste en confrontar la música de
dir este Bach con el Bach ascético y depurado de las Sonatas para violoncelo Mozart con una situación particularmente horrible. pen'ersa o amenazadora.
sol6. utilizadas \'arias veces por Bergman (Como en un espejo: El silencio como cuando en Portero de noche (Il portiere di notte. 197..:).). de Liliana Cava­
[Tystnaden, 1963J: Persona), emblema de un cine a la búsqueda de lo esencial. ni, el viejo SS reencuentra a su «víctima», la mujer de un director de orquesta.
Salvando las distancias. la música original de Michael Nyman para las pelícu­ en el curso de una representación en la Ópera de Viena.
las de Peter Greenaway y Jane Campion, o la música de Phil Glass -tanto si
está escrita para la pantalla como si se cita, como en Meró la vie (1990) de
Bertrand Blier-. desempeña un papel similar al que suponía la referencia a Beethoven y Schubert
Bach en los años sesenta: explicar un flujo regular y domesticado de energía,
como alternativa a la tradición naturalmente romántica y expresionista de la LamúsÍca de Beethoven, muy habitual en el cine de los años treinta y cua­
música cinematográfica. Bach a· menudo es «eficaz» en la pantalla, no sólo renta pero dejada de lado posterionnente, representa clásicamente la encárna­
cuando intentamos, con más o menos acierto, crear sobre su música un ballet ción de la fuerza, de la grandeza y del drama humano, así como de la tragedia.
de imágenes no figurativas (la Tocata y fuga en re menor en Fantasía), sino tanto si se cita directamente como si se plagia, como ocurre, de manera sor­
también cuando su imperiosa abstracción colisiona sorprendentemente, y con preI;ldente, con el Allegro de la Quinta sinfonía en el melodrama realista Yoru
una enonne fuerza dramática, con el carácter físico y concreto del cine. Por no ona tachi (1948) de Mizoguchi:
ejemplo, en Bergman o en Tarkovski, sus notas resuenan en un mundo de cuer­ La Sinfonía pastoral es una de las obras evocadas más a menudo. No sólo
pos,de epidermis.de·~angre.y de lodo. sirvió de inspiración al horrible ballet de centauros y náyades, que es~la peor
parte de Fantasía de Walt Disney, sino que también sirve de apoyo al.!na es­
cena emocion~te. por su propio carácter de «tatjeta postal», -de la petIcula
Mozart Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973) de Richard Fleischer. En
un futuro superpoblado y caótico, un anciano interpretado por Edward G. Ro­
El Mozart preferido por el cine es, por supuesto, el de las arias de. ópera más binson (éste fue su último papel) se está muriendo en una habitación en cuyas
populares, como las de La flauta mágica, por razones fáciles de adivinar. Los paredes se proyectan imágenes de una naturaleza idílica, que ya no existe en él
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO MUNDO 259

mundo maltrecho por la polución y las ciudades del año 2022... Estas Chaikovski
nes cándidas de ciervos y puestas de sol, proyectadas en tamaño grande
dedor.,del anciano. se sonorizan con la Pastoral, que se convierte en algo Así como tenemos dos Bach, aparecen en la pantalla dos Chaikovski: el de
desgarrador como desusado, testígo~musical de una civilización que también se· las explosiones pasionales, utilizado en El canto,. de jaZ,? y, casi tan importante
acaba. para el cine, el Chaikovski hinár. falsamente alegre, de los ballets yespecial­
Notemos que esta presencia de la música clásica, voz armoniosa de un mente del Cascanueces. Este último parece haber tenido gran influencia en el
mundo perdido para siempre, se utiliza de modo similar en Alien, el octavo pa­ universo de Fellini-Rota, tal vez gracias a los arreglos para orquesta de circo y
sajero (Alien, 1979) de Ridley Scott: en el interior de una gigantesca y he­ de glorieta. La música ficticia dirigida en Ensayo de orquesta (Prova d' orches­
rrumbrosa nave espacial, en la que no aparece el más mínimo atisbo de cultu­ tra. 1979) se acerca, en algunos momentos, al espíritu del Cascanueces: senti­
ra, donde reinan la mugre y La brutalidad y, con la intrusión del monstruo, el mentalismo y entusiasmo contenidos. comprimidos en una sonoridad minúscu­
peligro mortal, el capitán Dallas disfruta de unos efímeros segundos de relaja­ la y simple (utilización de las flautas).
ción con el movimiento lento de la Pequeiía serenata nocturna, único islote de Pero, por supuesto, el inefable Wagner merece un capítulo aparte.
luz en esa noche.
Es cosa sabida que Godard ha hecho un uso importante de los últimos cuar­
tetos de Beethoven en dos de sus películas, La mujer casada (Une femme ma­ \Vagner, ¿músico de cine?
riée. 1964). y especialmente Nombre: Carmen (1983). Utiliza pequeños frag­
mentos cortados abruptamente; interrumpidos y empalmados, subrayando así No sin cierta diversión leemos. citado en la tesis de Loi"c Pierre .'Ifusique et
su carácter tenso y combati\·o. dando la impresión de una música siempre en cinéma. que un tal Pe ter J. Wise ha publicado un estudio comparativo probando
alerta continua. que armoniza con su propio universo de lucha despiadada entre la existencia de una flagrante relación entre la partitura de John Williams para'
los sexos. la trilogía de La guerra de las galaxias y la Tetralogía de Wagner. Los moti\'os
Sin duda a causa de su misteriosa y enigmática introducción que nace del si­ aducidos son:
lencio. la SillTimía inacabada de Schubert aparece a menudo en el cine. en los «al ambos compositores han elaborado su obra [sic 1 a partir de ieirmorin::
más diversos géneros. desde el ihrilfer de Robert Aldrich El beso mortal (1955). "b) Wagner y Williams utilizan una orquesta voluminosa y con mucho
en el que la escuchamos como un escalofrío premonitorio del apocalipsis. hasta meta]:
la crónica populi<;ta de Kurosawa Subarashiki nichyohin (1947). que hace de »el el romanticismo de finales del siglo XIX y un importante cromatismo ti­
ella un uso sorprendente, uso del que hablaremos más adelante. guran en ambas obras;
La asociación. frecuente en Schubert, de una rítmica simple y popular, fran­ »d) Williams retoma los sistemas dramatúrgicos utilizados en la Tetralogía.
ca. dinámica. calcada sobre la marcha, y de una expresión patética, marcada como lapuntuación de la acción:
bruscamente por el destino (en tanto que este patetismo, en Beethoven, se alía '>e) frecuente u'so de ostinatos rítmicos y melódicos para prolongar el mate­
con\'ariaciones de tempo y efectos de fraseo). ha seducido a muchos directores, rial temático:
que la. han utilizado directamente.' en particular algunos directores franceses. }>f) Williams utiliza métodos wagnerianos tales como las llamadas corale:,
como Claude .Vlilkr! la FanraslÍ:l para dos pianos én do menor, en Dites-lui que (Sigfrido)>> (Mllsiqlle et cinéma, págs. 89-90).
je l"aiine [19771. historia de un amor obstinado y sin esperanza. basada en una Recapitulemos: probablemente el noventa por ciento de las partituras de
obra de Patricia Highsmith): Bertrand Blier. en Demasiado bella para ti (Trop películas de la época clásica y moderna está constituido sobre leitmotive: las.
beUe pour troi.1989 J o Christian Vincent en La discreta (La discrete, 1990). En partituras americanas de los años cuarenta y cincuenta utilizan muy a menudo
el cine franc¿s. amante de la reserva sentimental. se utiliza a menudo :rSchubert una orquestavoluminosa~ el romanticismo al esti10 del siglo XIX y el crorria~
para los pasajes más. púdicos.comomúsico de la angustia individual, ,del sufri­ tismo son de un uso común en el cine: finalmente. el recurso a osrinati para
miento tras la máscar..l alegre. sostener el discurso es eí método de escritura m'ás extendido. porque es el mis
práctico, en la música cinematográfica. Ello da como resultado varios cente­
.260 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO MUNDO 261

DareS de panituras que presentarían la misma «sorprendente similitud» con Dicho de otro modo, añade Jacques Bourgeois. «ciertas partes de la ac­

Wagner. ción, construidas por Wagner según grandiosas concepciones plásticas y de­

Es indudable. e incluso evidente para cualquiera, que La guerra de las ga­ noson sino imperfectamente realizables sobre un escenario, aunque

corativas,
:.~ri{ls es una recapitulaciÓn de temas wagnerianos incluso desde el propio se prestarían. a la ilustración cinematográfica. Mencionemos la bacanal de Ve­

guión.'Ahóra bien. hablar de una «obra)} de John Williams, que. en este caso. nusberg. la entrada de los dioses .en el Walhalla, la cabalgatade las Walkirias.

nunca quiso ni hubiera podido realizar una. es una extrapolación tan extraña el combate de Sigfrido con el dragón, la escena de la transformación de Mont­

..:omo significativa. como si se quisiera ennoblecer la música de cine a cual­ salvat. Finalmente, cabe citar las anotaciones de puesta en escena para el final

quier precio aunque fuera cargándola de referencias excesivas y abruma­ de El crepúsculo de los dioses que constituyen una auténtica planificación ci­

doras. nematográfica con planos de conjunto. primeros planos, panorámicas y trave­


Todo está ~n Wagner yWagner está en todo, ésta es la moraleja de la histo­ llings ».

rijo Sin embargo. el áutor de Tristán no pretendía reinventarlo todo, y en algu­ . ¿No es posible pensar que sea lo contrario: que \Vagner haya querido y or­
nos c:.ünpos no hace sino servirse de medios y métodos operísticos y sinfónicos ganizado como tales estos relatos. que no eran «necesarios» para la simple con­
y2 probados. Por lo que respecta a algunos de sus principios de composición. ducción de la intriga, como si no estuvieran destinados a la ilusión escénica.
~'tos han sido repetidos abundantemente en la literatura sinfónica. el ballet. el pero que luego el cine se ha consolidado. con el desarrollo de sus procedimien­
:~atro y el concieno. habiéndose convertido en un bien común. tos narrativos, como un ane que permite visualizar las imágenes mentales naci­
\
Contrariamente. la propia concepción dramática de Wagner. empezando das de las palabras de un personaje ... ?
!Xl[ la idea de una orquesta invisible, ha sido mucho más determinante para el

..:ine. incluido eso que algunos consideraron lagunas -:-los monólogos y recita­
Debussy, Ravel, Stravinski
!I
il
dos- y respecto a las que, retrospectivamente. parecen haber hecho un llama­
miento para que el cine las corrija. 1/
Por supuesto. sería un error. a nuestro juicio, considerar,que los largos reci­ Otro compositor ha tenido una influencia igualmente importante en la mú­
l::J.dos recapituladores que puntúan cada episodio de la Tetralogía son sólo el re­ sica de cine, y no siempre donde sería de esperar: Claude Debussy. Si arguyé- 1I
5ultado de una imperfección ligada a los límites escénicos y técnicos con los . ramos que, al escuchar detenidamente el tema de acción, en «fandango», de Con
1I
que hubo de contentarse la utopía de Wagner. que el maestro de Bayreuth, de la muerte en los talones de Bernard Herrmann. éste no está tan lejos del inicio
haber sido contemporáneo del cine, habría reemplazado por imágenes. Por con­ deNlfages de Debussy, puede que el lector 10 considere un disparate fácil, una
1\
tra. estos recitados dentro del relato contribuyen con fuerza a la resonancia mí­ paradoja más. Sin. embargo, Bernard Herrmann supo, con su propio lenguaje, 1

tica de su obra. Sin embargo, cabe preguntarse si este error de interpretación, en inspirarse muy de cerca en el compositor francés, dándole un aspecto muy dife­
I
su «finalismo» pueril y retrospectivo, no habrá sido más fecundo y estimulante rente, gracias a la vehemencia y el ritmo marcado que imprime a tres rasgos

para el cine que una apreciación más objetiva, ya que ha aportado, a la vez, un propios del estilo de Debussy: un lenguaje armónico y modal vago, giros meló­
J
I
modelo grandioso y un desafío a superar. dicos depresivos tendentes al registro bajo y, finalmente, frecuentes duplicacio­
Pensamos particularmente en aquel texto de Jacques Bourgeois, «Musique nes de motivos.
dramatique et cinéma» (La revue du cinéma, n. 1, febrero de 1948), cuya au­ Si algunas obrás como Preludio a la siesta de un fauno, Iberia e incluso
sencia de reverencia h.ácia el autor del Parsifal es refrescante:-«El marco limi­ El mar, con sus efectos espacialeS' de resonancia, sus ecos, sus júegos de flu.,.
tado de un teatro de ópera origin610s otros errores dramáticos [sic] de Wagner. jo y reflujo, su rítmica fluida y sus rigideces, apta para acompañar al espectá­
La desaceleráción del ritmo de la<;acción, debido a la longitud de los recitados culo viviente de la naturaleza, han inspirado un incalculable númen.,. de se­
que jalonan el drama,· desaparecerÍa si pudiéramos mostrar aquello que está cuencias musicales para escenas al aire libre y de viaje, otra influencia de
contando el personaje: "Y entonces Wotan hizo abatir el Fresno del mundo y .Debussy en la música de cine se revela en los filmes de terror,influencia que
amontonar las altas ramas, muy alto alrededor de la sala" (El crepúsculo de los es muy clara aunque menos conocida. A veces parece que se olvide la impor­
dioses, acto primero, relato de Waltrate).» tancia del papel que el miedo y la aprensión representan en Pelleas (la tem­
262 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO MUNDO 263

ble escena en que Golaud se sirve del pequeño Yniold para espiar a los diata han influido de modo extraordinario en este campo: entre otros casos, la
héroes) y en la ópera inacabada La caída de la casa Usher, inspirada en pwrtitura de Fusca para Hiroshima mOlí amour (1959) de Alain Resnais, as(
obra de...Poe. Debussy es, en nuestra opinión, el compositor que más . como la de Bernard Herrmann para Pero... ¿quién mató a Harry? (Thetrouble
mente y~ de modo más eficaz ha sabido expresar la angustia, la aplrenISlCm';i with Harry, 1955) de Alfred Hitchcock. Por otra parte, s~trabajo de «segundo
vacío. grado» sobre los' estilos del pasado, antaño bautizado como neoclasicismo, en.;.
En tanto que la música expresionista germánica, como la de Berg o del laza particularmente bien con ciertos problemas del cine.
mer Schonberg, está'agitada por paroxismos continuos, .que OÓ se pre:staríaJn~ Éstas son, en nuestra opinión. las principales referencias, al menos en el
más que a ciertos tipos de filmes en estado de sobreexcitación constante, el es';~ campo del repertorio clásico, que han influido en la música cinematográfica y
tilo de Debussy conviene particularmente a la<; escenas de espera~ de amenaza, en las que ésta busca sus recursos. -Con todo, el cine también puede intentar ha­
difusa que -cabe recordárselo a aquellos que no frecuentan'el cine de horror, o cer de la música no sólo un material. sino también un tema; ése es el objeto del
tienen, de él una idea estereotipada- ocupan lo esencial de la duración de mu­ siguiente capítulo.
chos de estos filmes, y constituyen su encanto.
No nos sorprende en absoluto que Jerry Goldsmith, uno de los composito­
res más creativos revelados en los setenta. en su música para Afien (1979) de
Ridley Scott, adopte en gran parte su vocabulario del de Debussy. y no sola­
mente, como podríamos pensar, de la música ruidisra de los sesenta y setenta, la
de Xenakis, Penderecki y la l1amada escuela polaca. Ello se debe a que este gran
thriller de ciencia-ficción busca y consigue reflejar un clima de expectación y
de magia, de sorda atracción de la nada.
El tema que en este filme se asocia al espacio. al vacío. un motivo de cua­
tro notas, fa sostenido-mi-sol-do sostenido ..que encadena intervalos «huecos»,
como el principio de Nl/uges,tocados por nautas paralelas descoloridas y páli­
das. es una expresión de la soledad en el cosmos. que evoca con toda naturali­
dad pasajes de Los planetas de HolsL pero especialmente, a través de este com.;
positor o más aJlá de él..a Debussy. Con su indecisión tonal ysuola rítmica,
constituye el propio vocabulario de la aprensióI1;.:onfusa. de lo embrionario.
Sin embargo, cuando al principio 'del filme la tripulación de la nave espacial se
despierta de su sueño criogénico, en una escena tratada a la vez como mágica y
espantosa, las referencias que acuden espontáneamente a la pluma de Golds::'
müh son más bien los efectos orquestales «mágicos» tan queridos por Rave!. es­
pecialmente en Dapl11lis y en L'Enfant des sortileges. AsÍ. ambos compositores
franceses «impresionistas» han creado y sintetizado un vocabulario de. colores,
de sensaeiones,de materias sonoras, desligado de toda rigidez escolástica, y
que ..a veces, encaja admirablemente bien con este arte del misterio y de la no­
cheque es, a menudo. el cine.
En esta lista forzosamente sumaria e incompleta de compositores que a
nuestro juicio han sido determinantes para el cine. no podemos dejar de citar a
Stravinski.Su sentido de la economía temática. su reducción de la música a un
juego de elementos simples y directamente pregnantes en la percepcióninme~
7. La música como tema, metáfora,modelo

Milos Forman cuenta que su película Amadeus, uno de los primeros grandes
éxitos de público y crítica después de muchos años en un género tan difícil
como la biografía novelada de un compositor, surgió a partir de una velada en
la que había asistido aJa representación de la obra de PeterShaffer. Justamente
debido a que este drama, que, por otra parte, insistía en un tema ya tratado por
Pouchkine y Rimsky.:.Korsakov (Mozart y Salieri), apenas incluía diez minutos
de música, Forman concibió la idea de llevarla a la pantalla para aportarle 10 que
le JaJ.t:aba:«Por alguna razón que no entiendo muy bien el teatro --con excep­
ción de la ópera, ¡por supuesto!- se resiste a la mú-sica. Sé queShaffer, que fue
crítico musical y adora la obra de Mozart, había querido poner más música en
su obra pero no halló la solución. El cine, en cambio, atrae a la mú~ica» (Posi­
ti/. n. 285,poviembre de 1984). ~
De hecho, es fácil explicar el justo comentario de FOrnlan: por uña parte,
.el.cine permite regular de manera muy flexible (con la planificación, el mon­
taje y las «mezc1as» ), las relaciones de coexistencia entre el nivel sonoro de la
música, los diálogos y la acción, y combinar libremente el espacio musical y
el espacio visual, cosa que no permite el teatro hablado. Igualmente, el cin~ ha
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 267

creado una nueva tradición, segun la cual la música puede entrar o salir Evidentemente~ para un músico hay motivos de irritación en el hecho de que
cualquier momento, facultad que le facilita mucho las cosas. Dicho todo­ en un filme que pone en escena a compo~itores, improvisadores, instrumentis­
ciertas ftrm'las de teatro moderno en que los actores son amplificados por tas, cantantes y directores de orquesta, dichos sujetos aparezcan como"soporte
crófonos inalámbricos colocados entre sus vestiduras, y cuyos elementos para una metáfor~ cualqui~ra: so~re la creación, 'el poder.(en los filmes cuyo
sica:les grabados pueden ser «cortados» y «enviados», momento á lIlo protagonista es un director de orquesta), relaciones entre-seres humanos, amor
de manera muy exacta, permiten actualmente que se consiga este tipo de equi..: (en los melodramas musicales), etc. Pero incluso ahí, no sólo la música goza de
librio sobre el escenario, tal como vemos en algunos espectáculos de Bob este privilegio.
Wilson. No obstante, la diferencia profunda que existe con los filmes consagrados
No obstante, la aportación del cine en este campo ha sido la de permitir con­ a pintores o escritores, sean históricos o ficticios, es que la música, en el mis­
frontar el rostro humano visto en primer plano con la música; y la de autocons­ mo caso, asegura una doble función, ya que es a la vez sujeto y medio, heroÍ­
tituirse literalmente en intérprete de ambos misterios: el nacimiento de la músi­ na y herramienta. Generalmente, la hacemos pasar de la pantalla al fondo,
ca y su escucha, fenómenos invisibles por naturaleza. Y es natural que el cine se donde reemprende sus funciones habituales. En definitiva, raros son los fil­
interese por lo invisible. mes sobre este tema que, matando dos pájaros de un tiro, no utílicen la músi­
ca sobre este doble plano. Entre las excepciones en las que la música perma­
necen en la pantalla. citaremos Ensayo de orquesta de Fellini (en la que el
Filmar la música director evita emplear la música como soporte de los diálogos y la acción) y
la famosa Chronik der Anna-Magdalena Bach (1967) de Jean-Marie Straub y
No hay que esperar qUe las películas. incluso las más importantes, que tie­ Daníele Huillet. Este último filme parte de un texto atribuido a una de las es­
nen por marco la orquesta o la música. den de ésta una traducción realista. La posas de Bach, aunque reconocido como apócrifo, para mostrar la laboriosa
mayor parte de] tiempo. la idea del compositor de música aparece en ellas de vida cotidiana del compositor (interpretado por Gustav Leonhardt) y para ha­
modo estereotipado~ o bien oculto. En las grandes obras maestras como El pia­ cernos escuchar in extenso varias de sus piezas, interpretadas al clavecín o a
no (1994) de Jane Cumpion o Ensayo de orquesta (1979) de Federico Fellini, la orquesta. Como sabemos. los directores filmaron la ejecución musical en
la música aparece comoexistente por sí misma. sin nadie que la haya creado. «sonido directo» y sin cortes (cosa que les hubiera permitido. si quisieran, un
La cuestión de su autoría. de su origen. rara vez se plantea.. Ello no significa:­ rodaje con varias cámaras). Dejemos. a propósito de esta famosa obra. los es­
que los filmes sean falsos: simplemente parecen partir de--impresiones inme­ tereotipos habituales. austeridad, pureza, que no dicen gran cosa. y pregunté­
diatas y arcaicas recibidas por medio de la músi-c-a en la primera infancia, im­ monos a qué problema se enfrenta.
presiones entre las qUe la música es una fuerza autónoma. una expresión, una A nuestro juicio. dicho problema es el de la relación entre la causa ins­
voz en sí misma. trumental y el sonido. entre el espacio exterior y ,el interior. En cierto senti­
El modo en que se muestra el proceso de la creación y del hallazgo musical do. no hay nada más decepcionante que el espectáculo de una ejecución ins­
en los.filmessiempre ha-serv-idcrpará regocijo de los especialistas: todo parece trumental filmada: tenemos la impresión de que la cámara nunca está «donde
caracterizado. idealizado o simplificado. Con todo, la manera en que la pantalla las cosas ocurren» y. evidentemente. existe el estereotipo. evitado porStraub
muestra la realidad en general es. ya de por sí. simplificada.. y es preciso admi­ y Huillet. consistente en multiplicar los planos y cambiar constantemente de
tir un margen de estíliz.:lción. tanto para la música como para el resto de los ele­ ángulo de filmación. que no es solamente un mimetismo de la imagen, inci­
mentos. En el cine una comida dura diez minutos, los coches arrancan alapri­ tada por los movimientos de la música. a «moverse» a su vez perpetuamente.
mera, siempre se muestra el trabajo de modoconcentradoy convencional, y las sino también una manera de huir del «donde las cosas ocurren». Debemos di­
sinfonías se componen al filo de la pluma. si es que no nacen directamente del ferenciar aquí entre el canto filmado (que es una forma de la palabra salien­
cerebro. perfectamente orquestadas. Evitaremos, pues. ir de profesionales pun­ do del cuerpo. y por tanto entra en el caso más general de la palabra filmada)
tillosos que descubren en las películas las inexactitudes más flagrantes, para y la música instrumental. que deja en suspenso una indecisión sobre las rela­
confeccionar una antología del disparate. ciones entre causa y lugar del sonido. Sobre este problema tan complejo, no
268 LAS TRES CARAS DE LA M0sICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA. \IET.. \FORA. MODELO 269

podemos sino remitir a las páginas que hemós consagrado al tema en La da del cuadro. y una imagen de su cabeza a la derecha como si estuviera mi­
audiovisióll. rando cómo se mueven sus propias manos- recuperan su fuerza> Aunque, en
En un concierto. la atención del oyente. inconsciente o conscientemente, no este caso. son interesantes porque Gould tiene una manera muy particular de
deja de oscilar entre la escucha interior. la observación del espectáculo ofrecido tararear interiormente la música que toca. de modo que ésta es reemplazada
por la interpretación y la sala, y frecuentemente también los momentos de au­ por su cuerpo. Así caemos en un caso comparable al de muchos músicos de
sencia,o escapada, en las que uno sueña al hilo de la música. sin tener que seguir jazz.
forzosamente su discurso. Un concieno filmado a la manera de Straub, nos en­ Cuando Roben. Callen. por citar otro ejemplo. filma una interpretación de la
frenta a nuestra atención o falta de atención. sin escapatol ia aIguna:uos da la obra de Pierre Boulez RépOllS. y hace de ella un trabajO en vídeo. ~u jJuJi~vJí,.,
sensación, no necesariamente desagradable si aceptamos el juego. de estar pe­ partida es diferente, pero tan simple como eficaz. Se trata de jugar tanto con la
gados a la silla y de tener la cabeza bloqueada en una dirección determinada. sincronización entre la interpretación vista y el sonido oído como con la desin­
Por otra parte, el dispositivo de proyección cinematográfica (sala sumida en la " cronización creada al ralentizar el movimiento de los músicos. mientras la mú­
oscuridad, imagen localizada en un cuadro) ya no nos da la posibilidad de dejar sica continúa ineluctablemente su curso. Sólo el director de orquesta. en este
errar nuestra vista. caso el compositor. filmado aisladamente desde un ángulo que le separa del
Otro problema planteado por la interpretación musical filmada, reflejada en conjunto al que dirige. no se ralentiza nunca, como si fuera. desde su nube. el
la Chronik der Anna Magdalena Baeh de Straub y Huillee es perfectamente pa­ «guardián del tiempo real», La interpretación musical filmada -que de todos
ralelo al que plantea la filmación de cualquier trabajo artesanal: dado que con­ modos jamás es «objetiYa»- ganaria mucho si se inspirara más a menudo en
siste en una actividad en el espacio. sobre la que uno se concentra sin decir pa­ esa libenad.
labra, rápidamente pasa a ser fascinante o aburrido. A menos que, como en el En el caso del filme de Straub sobre Juan Sebastián Bach, presentado en tan­
caso de cienos instrumentistas de música ligera o de ja::;::., el ejecutante no se to que relato, se plantea también la cuestión de la música corno acción dramáti­
ofrezca a sí mismo como espectáculo. Un Keith Jarret o un Glenn Gould, que ca. Según Claudia Gorbman (Unheard Melodies). toda música filmada sufre
canturrean y gesticulan al actuar, se convierten para la cámara en auténticos per­ una narrativización, con lo que nos resulta muy difícil ceñir nuestra atención al
sonajes, en tanto que otros músicos, de igual talento. no le ofrecen más que una propio discurso musical. Prueba de ello, cita la autora, es el pasaje de Mi noche
superficie lisa y monótona. con Maud (Ma nuit chez Maud. 1969) de Eric Rohmer. en el que el director
Hoy en día, el vídeo se utiliza para filmar música clásica instrumentai, 110 mantiene la cámara fija sobre el violinista Leonid Kogan. que interpreta una 50­
sólo por motivos económicos (la posibilidad que ofrece filmar durante media ~•.::t~. de Mozart. Sin embargo. dado que este plano está propuesto corno el pun­
hora de manera ininterrumpida, cosa que no ofrece ninguna cámara de cine), to de vista del pmt~{!Onista, Jean-Louis Trintignant. «el contexto narrativo no
sino también por razones técnicas: permite realizar y controlar en tiempo real, resulta menos preponderan;..;.;. !r¡c}uso aunque la música reivindique figurar en
en el propio momento de la filmación, sobre impresiones de imágenes, que primer término, el espectador sólo le pH;~i:.a al¿lÍl..IÚll u¡;asionalmente, porque
son uno de los medios que se utilizan para traducir visualmente la polifonía otros dos factores atraen su mirada. Dado que los planos anteriores· nos han su­
musical. :gerido cÍaramente que el concierto es seguido desde el punto de vista de Paul
Algunos han intentado encontrar fórmulas muy sofisticadas, tales como f~ ..] tenemos tendencia a concentrarnu:, ú:ll.ü:;:h~má!: e'fllapresencia de ést~ como

grabar al pianista Alexis Weissenberg, tocando Petrouchka de Stravinski en ,espectador que en el objeto explícito del espectáculo, es decir, en los músicos y
la transcripción del-~ompositor1 para seguidamente volverió a filmar tocando la música. Secundariamente, miramos cómo la violinista interpreta la músÍ­
en play-back,~ a fin de' obtener imágenes cuidadosamente iluminadas y en­ [...] Así, en esta escena que se supone que es pUQlIIlente musical,Jos códigos
cuadradas. Pero los fIlmes de Bruno Montsaingeon sobre Glenn Gould, ro­ iluiISic:alf~ continúan estando en pugna con los códigos visuales y ciilematográ­
dados en vídeo, evidencian' que no éxiste una fórmula universal: son intere­ (op. cit., pág. 13).
santes porque la mirada del realizador y el tema que fuma 10 son; de manera Chronik der Anna Magdalena Bach prueba este fenómeno a contrario,
que los trucos más banales y más cómicos -como~ por. ejemplo, sobreim­ el esfuerzo que exige al espectador. «El filme se compone, ante todo, de
presionar una imagen de las manos del pianista en primer plano a laizquier­ tocada ante nuestros ojos; todos los elementos no musicales no" están .
270 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA., MODELO 271

ahí más que para dar autenticidad y sentido a ks obras de Bach que se inter,,;
A veces, estaconcepci6n vira hacia el mito de la «música natural», opuesta
pretan. Los actores dicen su texto con una voz monocorde
~ . , neaándole
e
al
a la de los eruditos. El grito (The Shou4 1978) de Jerzy Skolimowski, basado en
pectadQt..el placer de una inmersión en el continuum de la ficción. De manera
una novela de Robert Graves, enfrenta al compositor vanguardista enfenruzo y
que la Chronik exige ser vista al menos dos veces, para que el espectador
cerebral (John Hurt) con el hechicero músico, físico y ~oderoso (Alan B.ates).
aprenda a segl:Jir la música sin preocuparse de seguir un discurso cinemato-".
VemOs cómo el'primero encierra una avispa en-un bocal para grabar su sonido,
gráfico (narrativo). [... ] En la Chronik [... ], el propio grado de minimalismo ci­ . pero esta tentativa de guardar la fuerza del sonido encerrada se opone, como era
nematográfico que los autores han juzgado útil introducir (para permitir el se­
de esperar, a la grandeza y a la fuerza de la naturaleza.
guimiento de la música) da testimonio con elocuencia del encarnizamiento del
Esta idea proviene del propio director, cuya concepción es muy interesante
espectaqor --:::.coJldigioIl~do .9 no por aquél- a la hora de buscar motivos na­
(Positif, enero de 1979, n. 214): «.Me estaba preguntando sobre la personalidad
rrativos en el espectáculo de un filme. Por la: excepción que représentaa"la re­
del marido. Yo había hecho de él un compositor moderno porque en la novela
gla,la Chronik es una nueva confirmaCÍón de que en el cine comercial co­
orig¡"nal hay una frase que nos dice que éste está al piano, eso es todo. Utilicé
rriente, el sentido musical está subordinado al sentido narrativo» (op. cit, pág.
criterios precisos. En principio, tenía que responder a una cuestión: ¿es un ge­
l4).No sabríamos ~xpresarlo mejor.
nio o un mediocre, o sólo un buen músico? Pensé que el tema de este filme no
El filme de Straub y Huillet es una de las obras más justas que jamás se ha­
era contestar a dicha pregunta. Por eso decidí dejar la respuesta abierta: no le
yan hecho acerca de la vida cotidiana de un compositor, especialmente en esa
mostraría más que en las primeras etapas de su creación: reuniendo sonidos, por
época. Dicha vida diaria se resume con una palabra: trabajo. Al mismo tiempo,
ejemplo, sin componer aún»,
hay un aspecto de este trabajo que se Omite deliberadamente. y que sin embar­
Esta·extraña lógica convierte a este compositor en un simple coleccionista
go ocupa horas de la vida de este hombre, hasta gastarle la vista. literalmente: la
de sonidos. privándole de aquello que le calificaría comQpompositor en un sen­
composición y copiarle partituras. Sin duda. ver en la pantalla a alguien que ga­
tido propio. Así, Skolimowski responde a la cuestÍón.
rabatea un papel pautado siempre ha tenido algo de ridículo. quizá debido a que
En cuanto a este filme sublime que es El piano de Jªne Campion, plantea.
en este acto falta el proceso mental de la génesis de una música. proceso erráti­
con toda su crudeza, el problema del miar absoluto de, la música en el cine.
co del que una imagen realista no puede mostrar sino una traducción lineal. en
música que fue .compuesta por ~1ichael Nyínan para representar los acentos
forma de notas alineadas, una detrás de otra.
que, sin pensarlo. la protagonista deja incesantemente.que se le escapen de los
dedos. Poco importa el anacroni5ffio voluntario de su estilo. ni si, gracias a
ciertos girosarrnónicos «posmodernos». se parece muy poco a laque podría
. Música compuesta o música natural improvisar una dama en el siglo XIX. Sobre todo. desearíamos que dichamú­
sica fuera más turbadora. más digna de la envergadura del filme y del aliento
AsLpues, en la obra de Straub, la composición musical se da como ya he­ de su autor. Sólo nos queda escucharla con el oído enamorado, por así decir­
cha.EI resultado global continúa siendo teórico. incluso cuando se trata de un lo, y no buscar realismo alguno en un filme que posee la fuerza deloimagi­
grupo de rack, al. que se filma ampliamente~como Godard ha intentado én dos nario;
ocasiones (en One plus one, con los RolJing Swnt!s. Y en Soigne fa droite. con La idea de Jane Campion es. en efecto. que dicha música sea un flujo sono­
los RitaMitsouko), fa puesta en escena de un fragmento, o incluso cuando. pa­ ro, una corriente de energía que la protagonista produce, como hechizada por su
ralelamente a laacción de La ventanaindiscrew de Hitchcock. un vecino com­ instrumento.y a partir de éL Por esta razón. jamás tiene partituras delante de su
positor va escribiendo poco apoco el tema de una canción. simbolizando el na­ vista. Así. pues. no se trata de una música aprendida, cosa que se evidencia
cimiento del amor del protagonista hacia la protagonista. Preferimos los clichés cuando Holly Hunter da a entender a Harvey. KeiteI que ya no quiere tocar más:
que suponen el nacimiento de la música en Un estado febril. como si las notas se lo dice sin palabras, puesto que dla jamás abre la boca. al interpretar de for­
brotaran demasiado rápidamente del espíritu. ya que. en cierto modo. traducen ma bobalicona un preludio de Chopin. como si dijera: voy a volver a ser el niño
algún aspecto del retraso que siempre existe en la invención artística. entre el instruido que toca su partitura de memoria. como una poesía aprendida en la es­
tiempo de la concepción y el de la realización. cuela, y voy a dejar de expresarrtle.
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA E:-': EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA. MODELO

¿Así pues, se trata de una improvisación'? Tampoco~ ya que puede volver a las que se encuentra la sabrosa versión rock debida a Brian de Palma, con el
tocar los mismos motivos y las mismas escalas, Todo el misterio del filme resi­ títulode El fantasma del Paraúo (Phantom of the Paradise, 1974). Éste es un
Oe ahí: ' tema que, recordémoslo, figura en el corazón de Amadeus y de la leyenda.
Como sabemos. el arquetipo del compositor en el cine se basa en el perío­ algo novelesc~. eternamentea50ciada con el Rh¡uiem de Mozart: una obra en­
de:; rOlmÍntico. o rnás bien' en cierta imagen que de élseha forjado en elslglo cargada para ser interpretada oJ.jo el nombre de otra persona. Aunque menos
'xx: es solitario o vivídor, arribista o desgraCiado, abucheado y luego recono­ significativa enJa historiay evidentemente menos habitual que la falsifica­
cido.. : Com,o elprotagonisüide La décima .siJ~fonla (La Dixieme Symphonie, ción literaria o pictórica, lap,opularidad ene! cine de este tema de la expolia­
1918). de Abel Gance desahoga sus pasiones frustradas en la 'composición qe ción musical resulta bastanteintrigant;; sin duda encarna esa creencia irm­
una gran obra. Es débil y voluble, un niño que necesita protección. cuando cional de que la música que creamos no hacemos sino transmitirla, y la
presentalos rasgos de Léslie Howard en la segunda versión de Intermezzo (ln­ obtenemos siempre de upa Vo? que npS)q d,icra., La m¡Jsicacare(;'e de unorí­
terinezzo,1939l~ rodada por Gregory Ratoff. En Mujeres s011adas (Les belles mer (iuto.!'; é.~tapircce s~'~'í; c~nci~sión. Ésta jamás se halla encerrada e~ la
denuit, 1952)' de ReI1éélair (con música de Georges van Patys), él COlinPOSl partitura, tal como lo están el libro en su cubierta o el cuadro en su marco. La
rorpose,e la juwntud de Gérard Philippe. e~ desconocido durante algún tiem­ música siempre parece recrea.r.
sueña que viaja a través de'los siglos. finalmen'ie su última ópera es acep­
tada y su vecina (a quien da clases de c]¡l\eCÍn) le ofrece su amor. La mayor
panedel dempo se nos presenta como sensible y atractivo. a imagen de la mú­ Exteriorización de lo interior
sica que se supone que escribe. Con todo. el personaje sarcástico y secreto
compuesto por' Osear Levant en Un americano en ParÍS (An american in Pa­ En Amadeus existen dos escenas particularmente chocantes y conseguidas,
riso 1951) de Vincente Minnelli es finalmente más auténtico sin dejar de ser pero también muy característica;;, de la cuestión de la audición interna de la mú­
simpático. En una escena llena de ironía. que utiliza el Concierto en fa de sica. Se trata de aquella en que Salieri desglosa pormenorizadamente las dife­
Gershwin. se ve a sí mismo en todos los atriles, en todos los lugares: tocando rentes entradas de los instrumentos en el adagio de la serenata para instrumen­
el piano. dirigiendo la orquesta, aplaudiéndose desde un palco, en resumen, tos de viento (Gran Partüa), y aquella en la que Mozart moribundo le dicta el
una multitud de Osear Levant que le devuelven una imagen narcisista de sí Réquiem desde su lecho. No sólo su veniente deliberadamente didáctica, que re­
mismo ... cuerda la obra de Britten The Young Person 's Guide, se integra admirablemen­
En cuanto a las biografías frenéticas realizadas por Ken Russell, a pesar te en la,historia, sinO que ambas escenas encuentran una manera orgánica de na­
de sus simplificaciones, éstas se tomán menos libertades con la historia de lo rrar Ía creación ml;l~ical, en la que los temas parecen dar lugar a otros temas. A
que se suele creer: Chaikovski fue realmente ese hombre atormentado y de­ partir de una pulsación ritmica inicial, la música expone. su prop~agénesis
presivo que nos dibujá La pasión de vivir (The music lovers, 1971) y Mahler, --cuyo mediaoor \:;:, el comp;:;sit0r:- hl de, una totalidad en la que la superposi­
en Una sombra en el pasado (Mahler, 1974), fue ese artista egocéntrico y vo­ ción y ~scalonamiento de las voces deja que cada una de ellas se escuche clara­
luble. Sus obras han creado una visión menos azucara<ia, me~os ridícula y mente. Nos parece asistir a la milagrosa constitución de un orden y una armonía
más comprometida del compositor, como ocurre con el Wagner, a la vez im­ .en el desorden del mundo.
presionante y antipático, que creó Trevor Howard para Luis JI de Baviera Como dice el. director, .«el cine tiene la posibilidad de detallar los diferentes
(Ludwig, 1973) de y'isconti. Nos preguntamos por-qué razón creadores tan ;¡JI'agrnerltos de una partitura, de separar el violín del contrabajo o de la flauta.
interesantes y con una biografíá tan apasionante, rica y secreta como De­ podemos comprender mejor lo que ocurre en la cabeza del compositor. Des­
bussy~ Rável o Satie, no han .inspirado, que sepamos, un solo largometraje posibie agrupar los dife:entes instrumentos y restituir la obra [de hecho,
francés. cortp fragmento] en. su tptalidad. Es como una lección de anatoIlÚa, aunque
El compositor es la sUma de todos estos aspectos. A veces es expoliado de pretender explicarlas cosas lógicamente. Es como ver, un automóvil acaba­
su obra maestra por un plagio, por ejemplo en las diferentes versiones cine­ ,Y después descubri~ el motor, el tubo de escape, los frenos, Alentender .pre­
matográficas de la novela de Gaston Leroux El fantasma de la Ópera, entre r¡arnerlte,'. admirarnos mejor eLgenio del ingeniero». \.
274 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 275

Pero, por encima de todo, cinematográficamente hablando, la fuerza de partitura musical, debida a Zbigniew ~eisner, aunque la fuerza de su concep­
tas escenas reside en cortocircuitar la causalidad material instnimental de la ción sublima estas limitaciones.
sica y l!t!cerla salir del espíritu, del espíritu de Salleri, por ejempio al leerla par.." Azul es-la historia de la esposa de un compositor (interpretada por Juliet­
titura, que en cierto sentido representa nuestro propio papel, el del envidioso,el te Binoche) que pierde a su marido y a su hijo en un a,ccidente de tráfico. El
admirador, elesforzado. compositor, deÍ que sólo conoceremos su nombre de pila, Patrice, había re­
Una escena de un filme mucho menos conocida que sólo el cine podía ins­ cibido el encargo de una cantata destinada a una ceremonia oficial para ce­
pirar cuenta, de 'una manera muy fuerte, la emergencia de la música mental en lebrar el ideal europeo. Tras este terrible choque la viuda rompe todas sus
la realidad, utilizando para ello el principio de una sinfonía -la lnacabada de ataduras con su vida anterior, deja la casa familiar y se refugia en un ap:1rta­
-Schubert~ concebido por su propio compositor como una génesis: un tema sor­ mento parisino, buscando el anonimato más completo. El filme contará la
do en los bajos, luego un temblor de cuerdas en el mediü-':ágúd(); delqúépro,.. historia de su regreso a la vida, regreso asociado con la reconstrucción de la
viene el tema enunciado por los oboes y clarinetes. cantata inacabada de su esposo, obra de la que al principio ella no quiere ni
Esta escena se encuentra en un filme que ya hemos citado, Subarashiki oír hablar. cuyos borradores tira y a la que finalmente ayudará a salvar de la
nichyobin (1947) de Akira Kurosawa, y supone un llamamiento sorprendente a nada.
la complicidad del espectador. Se ha criticado la inverosimilitud del guión, Q más bien su anacronismo: es
Titulada así por antífrasis [literalmente «Un domingo maravilloso»], esta cierto que este tipo de encargos culturales ya no se hacen. y en todo caso no se
obra tan sentimental pertenece al género específicamente japonés del filme de otorgarían a un compositor de estilo neorromántico. una especie de Berlioz re­
«gente sencilla». Muestra a una pareja enternecedora que llega tarde a un con~ zagado en este siglo. Pero poco importa, una vez más. ya que no e$ el único fil­
cierto al aire libre. en una fiesta. Como cuenta su director: «La pobre pareja me inverosímil. Interesémonos más bien en el sentido simbólico, siempre vivo,
está en una sala de conciertos vacía. y en su mente están oyendo la Sinfonía de una historia así.
inacabada: Por supuesto. normalmente no debería haber habido música algu­ El guión gira en torno al nacimiento. o renacimiento a la vida, de sonidos
na en esta parte de la banda sonora; pero la protagonista transgrede todas las perdidos. no realizados, enterrados en la memoria de la esposa y en unascuarti­
convenciones del cine. dirigiéndose al público para hacerle esta petición: "Por Has de papel pautado. Se trata de la fragilidad de la música y de la fragilidad del
favor, tengan piedad de nosotros. aplaudan todos. y estoy segura de que po­ mensaje místico en generaL verdadera botella en el mar. de su circulación y
dremos oír la música". El público .aplaude. y el marido toma una batuta de' di­ también de su capacidad de pasar de humano a humano. de pertenecer a todos,
rector de orquesta. No bien ha empezado a agüarla cuando la Sinfonía ¡flaca­ al mismo tiempo que es la expresión de un individuo.
la
bada surge de la banda sonora ... Mi idea era de obtener la participación del Para ello la música es un vehículo perfecto, especialmente la música meló­
público, dirigiéndome'din!Ctainente -a él [de modo] que éste tuviera la impre­ dica tradicional y tonal, como la que el guión hace escribir a este compositor:
sión de actuar e influir sobre el desarrollo del filme» (Conune uneautobio­ esta música se transcribe, pasa de un instrumento solista q~e alguien toca por la
graphie, págs. 173-17-1.). é:Ílle· a tutti orquestal. circula de la realidad concreta «pro-fí1mica»" en la que
Añadamos. como anécdota reveladora. que hemos presenciado la escena en está ahogada en medio de otros ruidos, a otra realidad interna e ideal. situada
el silencio atento de una sesión de la Cinemareca. que la hacía aún más extraña, fueradel tiempo y del espacio. En A:.ul, gracias a unos efectos electroacústicos
incluso aunque Kurosawarecuerde que; en las proyecciones a las que él mismo muy conseguidos (cosa poco habi tual en ,el cine en este campo), la melodía que
tuvO oportunidad de asistir. el público parisino se mostró muy cooperador, al oírnos mentalÍnente~ como a la espera de existir, primero parece engullida me­
contrario del público japonés. tat~óricamente (conseguido dectode «trituraciÓn;>. cuando Juliette Binoche tira
En el otro extremo.' esta idea de representar el surgimiento de la música en las partituras al camión de la basura), luego resurge. resonando más clarameme
el mundo como despliegue de una fuerza memaL despertar de una ausencia o de en el momento en que la protagonista, que nada en una piscina. saca la cabeza
un olvido, anamnesis y sobre todo génesis de la energía amorosa -<<la que mue­ del agua.
ve al sol y a los demás astros» (Dante)- desemboca.en un filme como Azul de Una melodía se escucha conscientemente, se lee en signos escritos o se
. Krzysztof Kieslowski. Es un filme controvertido por la cualidad intrínseca de su oye en el tejido de la vida sin que nos demos cuenta. yes de esto de lo que nos
276 LAS TRES CARASDE LA ..n':·SIc.~ ES EL CIl'\E LA Ml:SICA COMO TEMA, METÁFORA. MODELO 277

habla KiesJowski. En un momento determinado, por ejemplo. la protagonista A rnenudo el director de orquesta es un personaje ambiguo, y por ello apa­
;;,e encuentra en un decorado de café parisino mientras afuera resuena. tocado sionante, ya que domina esa fuerza al tiernpo que la desencadena.
a la flauta dulce por un improbable mendigo y mezclado con elrumor de la Éste esel ITJodo enque aparece enFeHini (Ensayo de orquesta) adrnirable­
circulación, un tema que reproduce los apuntes póstumos y en principio se­ rnente retratado. con los rasgos de Balduin Baas. como un personaje seco y
'detos de su marido. En este momeÍlto, ella no le presta atención. al menos no cáustico. una especie de idealista ofendido por la vulgaridad indolente de sus
más que el resto de espectadores, pero ·igualmente.la música está ahí. En una rnúsicos. y susceptible de transformarse en un temible Hitler cuando le incitan
'escena posterior. ella se da cuenta de la presencia de esta música e interroga las circunstancias.
al mendigo: «¿,Cómosabes esta melodí:l? -Yo invento todo tipo de cosas. Evidentemente, la rnetáfora política es clara. Al preguntarle al director (Mi­
.\le gusta tocar». chel Círnent Positif, n. 217, abril de 1979) córno había nacido la idea de rodar
Más tarde; Juliette Binoche y Benolt Régent. viejo colaborador del compo­ un filme sobre, es~e~ema~F,ellinirespondió: <~Cuando y-o asistía a; la grabación
sitor, asocian sus recuerdos con los' apuntes reencontrados. para reconstruir la de la rnlÍsica de mis películas. siempre rne sobrecogía un sentirniento de sorpre­
partitura. que escuchamos completamente orquestada, obedecíkndo a lo q~e· 'van sa e incredulidad. al tiernpo que también estaba ernocionado de verque cada vez
diciendo (~<iCon trompetas! ¡Sin trompetJs ~») como si nacier3 de su audición se renovaba un milagro. Individuos muy diferentes entre sí llegaban al estudio
merIta I cómplice y común para explotar en la realidad. Incluso en cieno mo­ de grabación con instrurnentos diversos. pero también con sus problernas per­
memo. la imagen pierde nitidez durante un tiempo. para poder concentrarnos en sonales. su mal humor. sus enfermedades. su radio ponátil [... ] y rne sorprendía
¡os sonidos. Finalmente, la fragilidad de la tlauta dulce. débil hiio sonoro en el constatar que en aquel contexto [... ]a fuerza de repetidos ensayos, se llegaba al
~·acío. se alterna con vastos tutti orquestales. Kieslowskí fue uno de esos raros punto de fundir aquella masa heterogénea en una forma única: incluso abstrac­
autores-directores que supieron sacar mejor panido estético del Dolby Stereo. y ta, que es.la de la rnúsica.Esta operación de ordenar el desorden producía en mí
de los medíos para contrastar y oponer espacios y volúmenes que éste aporta a una gran emoción».
la música en el cine. En el filme, la orquesta es. para Fellini. el emblema de la sociedad demo­
crática en la que es posible hacer cosas juntos sin que cada individuo pierda su
identidad.
El director de orquesta ¿Cuál es la música que se toca en Ensayo de orquesta? ¿De dónde procede?
Tenemos que constatar que en su pequeña ficción, FeIlini no ha tratado el tema
Ásí como no se trata de establecer la lista y la tipología de todos los compo­ del compositor. Se supone que éste es anónimo: no se hace referencia a su per­
sitores, ficticios '0 históricos, representados en el cine, igualmente no nos refe­ sonalidad ni a sus deseos.
riremos a la figura del director de orquesta (que ha sido objeto de decenas de fil­ Fellini no hace más que sugerir el poder de la.música, at poner el acento
mes) si no es en referencia a algunos ternas clave corno, por ejemplo, el del sobre la coordinación de los instrumentos y sobre el efecto de arrastre creado
desencadenamiento de la música c-omo violencia activa, fuerza de influencia, por un tiempo rápido, con la secuencia de galope tocada cada vez más rápida­
expresión de las pulsiones más malvadas. En Unfaithfully yours (1948) def>¡-es­ men~e. l,..a qrques~a que eligió era pequeña y sonaba como tal; los fragmentos
ton Sturges, de la que se hizo un remake en 1983, Rex Harrison encarna a un compuestos' por Nino Rota (cuya partitura fue la última de este autor para el
gran director de orquesta convencido, erróneamente, de que su esposa le enga­ cine) son corno piezas completas, del tipo de las escenas de ballet, no muy le­
ña. En el cUrso de un.concierto que está dirigiendo, Harrison imagina, sobre mú­ janas a la música de quiosco. Al fmal, un extraño efecto teª-tral de resonancias
sicas de Rossini, Wagner y Chaikovski, tres maneras de deshacerse de su mujer ap.ocalípticas intenumpe el rumor contestarío de ta orquesta, gr~ias a una
y del presunto amante de ésta. Este filme es aún más suculento si descubrimos bola de demolición de edificios que se lanza contra los frágiles muros del vie­
en él la parodia de múltiples melodramas musicales realizados e~ los Estados ,jo oratorio en el que trabajan la orquesta y su director. Desde el principio, Fe­
Unidos con esquemas parecidos, entre fmales de los años treinta y finales de los llini había insistido sobre ese lugar, su acústica y sus límites, y la música apa­
años cuarenta. Aquí, la música encarna, a menudo, ese poder que trasciende los rece claramente asociada a él, contenida en ese marco. En otros térnúIlos, la
límites de la moral y el decoro. música no sobresale en absoluto de los límites de la pantalla. La fuerza páni­
278 .. LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA,MODELO 279

ca no procede, pues, de la música sino de esa esfera, símbolo de la v .. \'&\'U.uu.Q.\ Intermezzo


y del caos, y también del fascismo. Al mostrar la música como ideal, no
sión sinOtie coordinación (en la que cada instrumento conserva su pe:rsoinali La idea del surgimiento, en el mundo real, de una musica mental, surgi­
dad), Fellini la sitúa claramente del lado de la democracia, para mostrar miento que hace de la música una fuente de energía y d~ exaltación que preci­
conmovedora fragilidad frente a las tentaciones del poder, cosa poco corrien..;.:. pita la' acción''dé los personajes "en su destino, es la base "de ese género tan te­
te en el cine. naz como menospreciado que es el melodrama musical que, entre Amadeus de
Totalmente diferente es la alegoría de Andrzej Wajda, realizada más o me­ Milos Forman y Pasión· inmortal de Bemard Rose, ha conocido un sorpren­
nos en la misma época, El director de orquesta (Dyrygent, 1979), sobre un dente renacimiento, en elque los franceses destacan más de una vez (Todas las
guión de Andrzej Kijowski. La música que sirve de referencia es nada menos mañanas del mundo, de Alain Corneau; Lafemme de ma vie, de Régis Warg­
que la Quinta de Beethoven. y el director de orquesta está rÍlás cbrifo~e a su nier, y también Un corazón en invierno [Un coeur en hiver, 1992], de Claude
imaginería habitual, consu imperiosa nobleza. En una pequeña ciudad de Polo­ Sautet).
nia. Adam (Andrzej Seweryn) dirige la orquesta local, en la que toca la joven Remake americano de un t1lme sueco de Gustav Molander, en el que Ingrid
violinista Marta (Krystyna Janda). Ésta hace que vuelva de Nueva York el di­ Bergman actuaba en su lengua materna, Intermezzo es la quintaesencia de la
rector Jan Lasocki (John Gielgud), que se ha hecho famoso fuera de su país. imaginena cinematográfica en este campo; y aunque no se trate de un filme muy
Mientras Aclam dirige con demasiado autoritarismo y pierde la confianza de su bueno, merece algunas líneas por su valor de arquetipo y su lugar en la historia
orquesta, Jan,óbtiene mejores resultados. gracias a su etlcacia, debida a su com­ del género.
prensión y a su'estilo más intuitivo que analítico. Sin embargo, la debilidad del Un famoso compositor·violinista (Leslie Howard), autor, entre otras co­
filme de Wajda, más allá de su valor alegórico en el que el tema es un pretexto sas. de un poema sinfónico sobre los murmullos de primavera y de otra pieza
(cosa admitida por eldirecton. reside en que no contiene ninguna reflexión ni concertante titulada lnterme::.zo, vuelve tras una gira a su Esrocolmo nataL
siquiera implíCita sobre la música en sí misma. que aquí, a tr;vés de la opción donde le esperan su esposa y sus hijos. Su hija pequeña tiene una profesora de
bastante polivalente por el Do menor. se convierte en una especie de texto neu­ piano nueva y joven. Se trata de la palpitante Ingrid Bergman, orgullosa de
tro, sin resonanCia en la acción. conocer a su ídolo. cuya obra conoce de memoria. Llevado por el amor recí~
Del lado de los individuos anónimos que forman la orquesta, encontramos proco, el compositor parte con ella de gira. como acompañante. dejando a su
en Fellini una apasionante serie de retratos que exploran la psicología de cada mujer y sus hijos. Por suerte, pronto comprenderán su deber. El título se jus­
atril y van más allá del cliché. En cambio. en otros filmes, búenos o simple­ tifica por la idea de que la joven pianista deberá resignarse a no ser más que
si
mente entretenidos, se pane del propio cliché. tanto se trata del violinista que un «Íntermezzo» de primavera y de escapada juvenil en el envejecimiento del
se entristece 'porque eidirector nunca re ti eme su nombre; en El mirlo macho <Il gran compositor.
merlo maschio, 1972. de Pasquale Festa Campanile), como si se trata del matri­ El filme instituirá varias figuras que en adelante serán muy utilizadas. Por
monio de instrumentistas que se quedan sin empleo a causa de-la guerra, en La ejémplo, la musica de los créditos iniciales, para violín y orquesta, es, percibida
vergüenza (Skamtnen. i 968'1 de Ingmár Bergman, terrible retrato de un mundo por el espectador como «música de fondo», pero cuando empieza la acción. la
en el que se ha matado a la música. como simboliza~lsueño contado al princi:­ músita se hace <,\:isible» y s~ acaba con un golpe de arco de Leslie Howard. qUe
pío por Max vonSydow. el de un ensayo del movíIJ1iento lento del Cuarto con.; está tocando la obra en el concierto. Así. la música pasa a ser, retroactivamente.
cierro de Brandenburgo de Bach, cuyo maravilloso tema canturrea como si se un elememo de la acción.
tratara de Un poco dedu!zura recogida de los limbos de su sUeño~ Incluso-aquí. En cuanto al Úagmento que simboliza el amor sin futúrodel compositor
esta opción debe relacionarse con el hecho de que en los créditos iniciales de La y la piariista. éste empieza. por la fórmula inelódicasi-sol-do sostenido-re.
vergüenza no seoyemúsica. sino alguna-s percusiones graves y voces belicosas. una inflexión escogida cómo suficientemente breve y característica para en­
Como en numerosos filmes de guerra. se afirman claramente las relaciones en"7 trar en la memoria del menos musical de los espectadores. Dicha melodía en­
tre música y caos, uno como inverso de la otra. carnará, para el espectador. en cuatro notas, el conjunto del fragmento. que
no es más que la declinación de esta inflexión. La frase musical, símbolo de
2S0 LAS TRES CARAS DE LA Ml'SICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 281

sentimiento pero también de refinamiento cultural (a causa del cromatismo manos del pianista tocando solas: estrangulando a la víctima. etc.) ha inspi­
de la apoyatura sobre la dominante y deUntervalo dequinta disminuida des­ rado tantosfilrnes que necesitaríamos todo un volumen para citarlos:alfunos
-:ende~te), resume el cariz melancólico, reflexivo, cavilador. de cierta músi­ de ellos aparecerán ennuestra cronología. Con todo. citemos el extraordina­
ca clásica. ¡La pequeña frase obsesiva de la sonata de Vinteuil. reducida a rio filme Los cinco mil dedos de! doctor T. (5.000 fingers of Dr. T.o 1953).
c~atro' notas! Sabemos que HansWerner Henze, en la adaptación de El amor una comedia musical onírica dirigida por Roy Ro\'dand a partir de. un guión
deSwann (Eine Líebe von Swann/Un amour de Swann, 1984) para Volker firmado por «De Seuss», con música de Friedrich Hollander. Esta sátira po­
Schlbndorff, tu\"ola valentía de intentar ínventaresta pequeña frase prous­ lítica deuI1 reino dicuitorial,. soñada por un niñ.o que detesta sus clases de pia­
Bana, símbolo dé la música imaginaria descrita por un escritor. tal vez sin en­ no. cuenta, entre sus atractivos espectaculares. con un teclado de cinco mil
-:ontrar la solución. teclas. en el que están condenados a tocar quinientos niños alineados, Todo
Resumir una pieza e~ una simple célula musical es una especie de proeza, e ello ocurre a merced de un pianista loco (tema habitual en el melodrama mu­
Imenlle:::.o lo consiguió, alprecio, por supuesto, de una evacuación de la propia sical) que encíerraytortura a los «no tocadores de piano» (non piano pla­
nocÍ<5n de de sarro 11 o y de composición como organización de esta célula. La yers). o sea a los otros instrumentistas. en una especie de cueva. cosa queda
música aparece aquí como arranque meditativo. expresión directa de las pasio­ pie a una prodigiosa secuencia de .un infierno mu:::i-.:aI. parecido a los de El
nes (no senos muestra al compositor escribiendo). que puede reducirse a un Bosco.
~lmple indicativo.
En el paseo en que el compositor y Ía joven pianista se enamoran el uno de]
o[ro, la «fan» apq.sionada canturrea ante su ídolo su propia música. observando La lección de música
con él cómo se funde el hielo en uno de los brazos del río que recorre Estocol­
mo. Se trata de la melodía de una de las piezas preferidas por la joven músico. Representada en varias escenas de este famoso filme. la lección de música
,\furmullos de prjmavera. Esta pieza. presente en el espíritu de a~1bos persona- siempre ha sido un momento mucho más apasionante que la interpretación en
explota entonces en la orquesta «de fondo», como si estuviera esperando la concierto, ya que propicia el surgimiento de dudas y ambigüedades que mani­
señal para desencadenar el despertar de la primavera (imágenes de árboles en fiestan toda su riqueza. Por ejemplo, en Sonata de 010110 (HüstsonatenJ Aurumm
tlor) y el deJa pasión que arrebata a los protagonistas. sonata. J 978) de Ingmar Bergman. observamos una escena muy fuerte en el
Finalmente InlermeZ,Zo ilustra ciertos problemas planteados por la repre­ curso de la cual unc;t mujer joven de físico ingrato (Liv Ullmann) toca ante su
sentación del talento musical en la pantalla: para mostrar el talento de la jo­ madre, ilustre pianista virtuosa (lngrid Bergman), el Preludio en mi menor de
ven pianista, el filme hace que ésta toque un fogoso y especmcular arreglo Chopin. La madre desmonta con crueldad la presunta pericia de la interpreta­
del Concierto para piano de Grieg, solo al que Leslie Howard, conquistado, ción que acaba de oír, destrozándola. Nos hallamos aquí e.n el re~no de lo inso­
añade su violín. El talento, esa cosa impalpable e indecible a oídos de un pro­ luble e imperfecto, con el que el cine, arte de la concreción fija, puede jugar re­
fano e incluso a los de un especialista, se reduce así a una cuestión de vir­ finadamente.
tuosismo. Otra cuestión suscitada por la interpretación musical en el cine es la del si­
Esto suscita una pregunta: en el melodrama musical, sea su protagonista un mulacro hecho 'por un actor. Por ejemplo, a propósito del filme de Alain Cor­
pianista psicópata, una violinista alcohólica o un director de orquesta paranoico neau Todas lasmañci~as del mundo se ha criticado el hecho de que Jean-Pie­
¿es la música eltema-~e fondo?¿Podría ser reemplazada por el atletismo o cual­ rre Marielle,. que interpreta el papel del profesor de Marin Marais, Sainte
quier otro deporte? En efedo, la interpretación musical se utiliza a menudo Colombe, simula estar tocando la viola de gamba. El director respondió mali­
como simplé actuación física, digital y. mecánica. Cinematográficamente ha­ ciosamente (Cahiers du cinéma, enero de 1992, n. 451), que ocurre lomismo,
blando, es tan espectacular ver a un pianista drogado o un batería asesino que aunqUe e~ otro sentido, cuando Gustav Leonhard simula estar tocando músi­
son incapaces de tocar o de llegar al fmal de la p~tura, como ver al corredor ca de Bach y lleva peluca. Al argumentarle alegando el filme de Jacques Ri­
deJondo perdiendo sus fuerzas o al boxeador cayendo a la lona. vette La bella mentirosa (La beBe noiseuse, 1991), en el que Michel Piccpli,
La representación «diab6lica» del virtuosismo pianístico (el tema de las en el papel de pintor, es «doblado» por el artista Bemard Dl:lfour, en los pla­
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 283

nos en los que aparecen sus manos mientras dibuja, Comeau añade: «¿Acaso Finalmente, en El piano de Jane Campion, el contrato de apreridizaje es
se pueden disociar las manos de actor de las de un músico? Me dije a riú mis'­ sorprendente desde cualquier punto de- vista;:ya que las lecéiones que Holly
mo, erroneamente o no, que no es posible hacerlo. Jean-Pierre Marielle se hu­ Hunter da a Harvey Keitel para recuperar su instrumento tecla a tecla no son
biera sentido turbado. Estaba interpretando cada situación con el cuerpo ente­ tales, pues.disimulan un comercio más oscuro, .por medio del cu~ élconsi­
ro. Se sumergía profundamente en la escucha de la música». ta emoción­ gue verla y oída tocar, en tanto que ella parece 'tocar sin haberlo aprendido
particular ligada al método del play-back proviene del hecho de que ~omo jamás de nadie. Este maravilloso flujo musical acabará marcado, mutilado
hemos intentado demostrar a propósito dela ópera en La voixau cinéma- el para siempre por un ruido molesto: el que produce sobre las teclas la próte­
actor está escuchando el sonido, vocal o instrumental, que se supone que está sis del dedo de la pianista. a quien su celoso marido ha querido cortarle la
emitiendo. . mano.
Todas las mañanas del mundo es, porotra paf!:e, el arquetipo del filme so­ Ciertamente, aquí el sonido del piano es un sustituto de la voz que la prota­
bre la música como misterio. La réplica prestada a Sainte Colombe, el maes­ gonista jamás deja oír, escondiéndola como un tesoro, y bajo este aspecto nos
tro venerable e intransigente, cuando rehusa al joven Marais como alumno, es remite a un mito ampliamente tratado en el cine, el de la voz robada, o el de la
el modelo de la réplica sin réplica, ya que ésta reposa sobre un juicio difícil de voluntad de controlar la voz: una voz no se puede comprar. Éste mito se halla
contradecir y deja al espectador la facultad de juzgar por sí mismo: «Vos ha­ en el corazón de Ciudadano Kane, con la desesperada tentativa de Kane de ha­
céis música, señor. vos no sois músico». Cosa que evidentemente habría que cer de su mujer una «cantante», mediante dinero y lecciones, así como en filmes
traducir por- ~< Vuestro trabajo es exterior, está ya "hecho"». Observemos que como Dim de Jean-Jacques Beíneix, yen las diferentes versiones de Elfantas­
también se podría invertir la frase y que el público la encontraría igualmente ma de la Ópera. En estas películas, siempre aparece el hombre que intenta apro­
convincente: «Vos sois músico. señor. pero no hacéis música». cosa que sig­ piarse de la voz de una mujer, hacerla suya, casi literalmente. ¿Acaso~':Holly
nificaría: « Vos ejercéis un oficio. pero lo que hacéis no es -digno de llamarse Hunter disimula su voz para protegerla (dado que, como ella nos adviene. su
arte». voz interior no es la buena)?
La fuerza cinematográfica de este tipo de filmes reside precisamente en que­ El filme de Jane Campion presenta de manera constante, en el propio pos­
darse al borde del juicio. evitando ser tajante o absoluto. Imaginemos que se hu­ tulado de su guión. a la música como articulada con el mutismo. Con todo. lo
biera exagerado la interpretación «sin alma» del Marin Marais joven, a fin de no-verbal. en el llamado cine sonoro. es por excelencia aquello que resuena
garantizar y autentificar el juicio de Sainte Colombe: resultaría falto de interés. entre las palabras. La emoción específica procurada por la música en el cine
caricaturesco. nace del hecho de que a menudo ésta se corresponde con la interrupción del
Al abarcar. diferentes cuestiones. la del contrato, la del dinero, la del talen­ diálogo. cuando ya no bastan las palabras. Esta emoción parece aún más fuer­
to. la de la paternidad yla del arte.la situación de la «lecéión de música» es ina­ te. en ocasiones. cuando las palabras son abundantes yllegan hasta su propio
gotable. Se trata de un modo muy materialista en Padre Padrone, de los:henna­ límite. mientras la música es breve. Maurice Pialat ha sabido manéjar este as­
nos Taviani. en la que el joven pastor sardo Gavina Leddaintercambia dos pecto muy acertadamente en su adaptación de la novela de Bernanos SOllS le
corderos por un viejo acordeón. Aprenderá ti. tocarlo solo, esforzadamente, so/eil de Sala1l \ 1987), donde, tras largas escenas de discusión. aparece un
aportando a aquel paisaje rudo y arcaico nuevos sc:midos. un mundo nuevo. el de cura corriendo por los campos -agotadas las palabras, porasí decirlo-o únÍ­
los valses de Strauss. Aquí la música no es la emanación natural de un pueblo y ca momento en que se dibujan brevemente las notas de la Primera sinfo12ia de
de un paisaje. en el sentido de «cantan tal corno respiran», contrariamente a lo Henri Dutilleux.
que ocurre en muchas películas situadas en contextos rurales tradicionales En el cine sonoro, la música resuena fácilmente corno voz qué se eleva allá
(como la admirable Teni ::.abyt)jpredkol/ [1964], de Serguei Paradjanov), así donde no alcanzan las palabras, o bien corno grito interior contenidci:la armó­
como en muchas comedias musicales «folclóricas» (corno ha demostrado Rick nica de Hasta que llegó su hora ola guitarra de París. Texas son la expresión
Altman). En el filme de losTaviani. la música se aprende, se compra y tiene un del mutismo de los personajes prhicipales, ambos «traumatizados» desde su in­
sentido culturaL rasgos en los que reconocernos la voluntad de lucidez marxis­ fancia. Al mismo tiempo, no podemos ignorar que este tema permite tratar a la
ta de estos inteligentes autores. música como comunicación afectiva directa, como lenguaje no Yerbal funda­
LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL ClNE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 285

mental. sin la ({pérdida» o desposesión que implica el úso del lenguaje propia­ vienen a visitar la tierra en Encuentros en la tercera fase intentan comunicarse
mente dicho. Se trata. por supuesto, de una ilusión (como ha demostrado La­ tocando temas simples ,en un sintetizadorgigante\ temas compues¡os en torno a
can). pero de una ilusión conmovedora. El arquetipo de,cHo est;í~epréseritado la escala más universal, que esla pentatÓnica. Un gigantesco platillo volante re­
por aquella música que está escuchartdoel monstruo de Frankenstein. quien aún emplaza al joven retrasado. Simplemente, se ha invertido la relación: laespecíe
no ha dóminado la palabra humana. , . hUInamÍ, que propone el juego y lanza el mensaje, es aquí el niño retrasado. en
Las historiis rilásomenos fantásticas habituales en el cine de los años trein­ relación con aquella civilización de una sabiduría inmensa y de técnica muy
'ra. en las que la música funciona como un lenguaje codificado,· vehículo de se­
avanzada.
cretos de estádo -Fcltalidlid (1931), de Joseph von Stern,berg; Guil,y Melody
Notamos que, en esta secuencia. los sonidos, tocados son, doblados por un
(1936), de Richard Pouiec'Alarma ~n el expreso (l938):de AlfredHirchcock­
gran teclado visual de rectángulos de colores, en la utopía, una sintestesia au­
también aluden a este lugar:.entre-palabras, a este espacio de la comunicación
diovisual. Para emp~zar, unn;túsifoinicia. ~n diálogo con la nave espacial, yJe
directa: sin embargó. caso tambieh se da en dos recientes escenas famosas,
prQppne el t~ma en el registro agudo, al que la nave responde con borborigmos
que giran alrededor de la complicidad fugitiva que puede nacer a partir de urias
graves. no exentos de efecto cómico. Luego el platillo volante se conviene en
cuantas notas musicales.
una especie de instrumento musical de sonido elefantino. que se asocia con el
Una de estas escenas se encuentra en el memorable filme de John Boorman órgano humano en un rápido diálogo, No falta, en esta rivalidad. el mito de Je­
Deiiverailce (Deliverance, 1972), hisroria de jóvenes americanos urbanos que, ricó, ya que un sonido particularmente grave y potente rompe el cristal de un
al partir en canoa por el río p~ra relajarse en la naturaleza, descubren que ésta proyector.
tiene su lado duro y peligroso. y que en Íugar del «buen salvaje» puede abrigar Después del famoso indicativo re-mi-do-do-sol, al que el instrumento ha he­
~.
a viciosos y degenerados. En un momento dado, uno de los personajes, que ha cho eco, los sonidos se suceden, oídos en sincronía con los teclados de luz. ya
traido sli banjo, atraviesa un pueblo de gente débil y enferma, entre los que se
no planteados como. música sino como un lenguaje codificado en sonidos, siem­
encuentra un chico visiblemente retrasado, que también sostiene un instrumen­
a
pre partir de cuatro notas. paso de la música propiamente dicha al len­
to entre las manos. El joven se comunica con él mediante algunas notas, a las
guaje funcional (un lenguaje que, en el guión del filme, no es descifrado)
que el chico responde como un eco, distraídamente al principio. El mensaje se
representado por la idea de que las notas se tocan sin pausa, unas después de
hace más complejo, las melodías lanzadas se hacen cada vez más largas y las
otras, en un ritmo rápido y monótono. Como antes en el filme de Boorman. la
notas se acumulan. todo ello para desembocar en un dúo en el que ambos riva­
gran nave espacial duda, permanece muda ante las «proposiciones sonoras?) en­
lizan' en un nivel de virtuosidad técnica similar. Evidentemente, este duelling
viadas por los humanos, parece pesada y estúpida durante un momento pero lue­
banjo, esta lucha musical que fue la clave del éxito del disco del filme (firmado
go se agita, responde y finalmente rivaliza en velocidad con la música humana,
por Steve Mandel y Eric Weissberg) encarna el sueño de una comunicación no
La diferencia aquí reside en que la especie extraterrestr~ toma eLinstrumento
verbal universal; pero sobre todo, su encanto reside en que es el equivalente mu­
con el qu~ han intentado comunicar con ella, y se lanza a una brillante toca~ de
sical de aquellos dúos coreográficos en los que los bailarines se retan a imitar
notas y colores.
las figuras que van haciendo. ,
. , ' . ,,En Spielberg, toda la fuerza de la escena reposa, por supuesto, en el con­
El cine -en todo caso el «sincronO-cinematográfo-au<;liovisual» sonoro­
traste entre el gigantismo del decorado y de la situ.ación (la nave es tan grande
es, en este caso, ·el vehículo de una emOCión particular, en la medida en que pa­
como una montaña), y el carácter improvisado de lo que sucede. Desde que el
rece registrar y grabar.. en eS,te juego de espejos, el más mínimo desfase~ el mí­
cin~ fija el sonido y el tiempo tal como antes había fijado el movimiento, todo
nimo tiempo de espera o de réaccÍón entre las frases musicales. Gracias al mon­
supone improvisación musical o vocal, canto o conjunto espontffineo, re­
taje y al tiempo fijado, el cinel'lañade algo que le es específico~ Esta escena de
el carácter de una instantaneidad conmovedora, precisamente por eJ., carác­
Boorman debe'tener algo de chocante, porque seis años' más tarde, Steven Spiel­
estrechamente fijado segundo a segundo de la escena.
berg retoma el mismo principio el otra escala pero con la misma idea: lapósibi­
La belleza del cine sonoro proviene también del hecho de que magnifica
lidad de' una comunicación universal a través de un~ódigo m~sica1. Spielberg
-práctica familiar de la música, y da todo su valor emocional a aquellos ~o­
imagina que los científicos que dan la bienvenida a los seres extraterrestres que
en los que una canción es repetida en coro, por ejemplo en una reunión
286 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN E:(.. CINE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 287

familiar (Voces distantes [Distant voices;' Still Lives, 1988], de Terence Da.., des ojos negros que escucha una canción en su tocadiscos de 45 r.p.m ..Es una
vies). El cine sonoro puede representar la música no como algo «perfecto», canción deamor cándida, siempre la misma,.«Por qué te vas». No ocurre nada
con vdt:es homogéneas y fundidas, sino como algo «imp~ecto», con voces más en la escena, salvo la lectura del disco con la pequeña huérfana que escu­
de diferentes edades y timbres, de diferentes grados de ajuste, más o menos cha sin llorar. Aquí no hay improvisación cogida al· ~elo ni música que se
afinadas. Es como la fotografía de un momento con música:, del que se captu­ constituya pocoapoco: sólo el "gesto de poner- un disco' y el desarrollo de la
ra la dimensión de frágil equilibrio, de armonía efímera. Incluso en las come­ canción pregrabada, en un tiempo limitado, que da al espectador la ocasión de
dias musicales, en las que todos los números son presumiblemente impeca­ volver a oír entera la introducción, simplona y desgarradora, con su rebajada
bles. los autores velan por introducir algunos momentos de estudiada sensibilidad, de reconocer en el pasaje el efecto sonoro de los platos.en sínco­
espontaneidad;-como el abucheo amistoso e improvisado que los artistas de un pa (gimmick, en términos del oficio), y de intentar captar las palabras, que alu­
espectáculo, cuyo estreno acaba de fracasar estrepitosamente, se ofrec'en entre den a la soledad. al abandono. Sin embargo, el éxito~el desgarrador filme de
ellos para consolarse, y que parece nacer de tres notas disonantes enunciadas Carlos Saura Cría cuervos (1975) se basó en esta escena. y por supuesto en el
al piano por Oscar Levant. Nos referimos al número «1 love Louisa» de Me­ disco.
lodías de Broadway 1955 (The band wagon, 1953) de Minnelli, quees una de Durante los años en que reinaba el microsurco de 45 r.p. m., entre los años
los mayores logros de este género. cincuenta y los ochenta, éste fue el símbolo cinematográfico eminente de la can­
Así. el cine fija y recrea un momento en el que ritmos dislocados se super­ ción. con su corta duración: su formato modesto, su agujero central, su rapidez
ponen unos a otros y se organizan, o un breve chasquear de dedos da lugar a de giró visualmente expresiva (a veces en contraste fascinante con ia lentitud
toda una música, o sonidos tocados al azaren un piano desafinado se convier­ del rempo de la música que de él emanaba), el mecanismo del tocadiscos o más
rén en un discurso musicaL bien -como en los créditos iniciales de L 'Effronreé (1985)-- el del jllke-box
Incluso en este caso. como en otros tipos de escenas musicales. la idea es que selecciona el título, lo pone y lo hace desfilar con indiferencii como mo­
más amigua 'que el propio cine. No nació de éste sino que se ha simulado y mento de poesía y de sueño «enlatado», todo ello yeníarepresentado por el dis­
-,expresado» (;'on más o menos acierto por la música escrita: citemos. entre co de 45 r.p.m y los tres minutos de feiicidad que éste encierra. En la obra de
O(IOS ejempiütde cacofonía natural reconstruida o de nacimiento frágil de la Claude Miller --que utiliza una cándida canción italiana. recreando el «efecto
música. aquel fragmento de Iberia de Debussy. en «Le matin d'un jour de Cr(a cuen'os»- se trataba también de evocar el mundo agradable y mezquino
f¿re» del que el compositor solía decir que «no tiene aspecto de haber sido es­ en el que vive y se aburre Charlone Gaínsbourg durante un \'erano. por oposi­
(fÍIO». Sin embargo. sin haberlo premeditado y sin haberle' concedido m:lyor ción al uniyerso de la «gran música» que la protagoriista va J descubrir deslum­
importancia en principio. el cine se revela como el arte que permite realizar brada.
esta utopía~ y que obtíene de ella sus momentos más emotivos: la belleza de ¿Qué tiene de específico una canción. en relación con otras formas musi­
t::mtas secuencias de comedias musicales. como West Side Story( West Side cales?
Story.1961) de Robert \Vise y Jerome Robbins,o Granujas (J lOdo ritmo Para empezar, que repita un estribillo. con lo que presenta a la música como
( 1980) de John Landis -'--y ciulmos a propósúotíUllos no demasiado antiguos. 'repetición téxtuaL Pero ad,emás permite adaptar diferentes palabras sobre la
ya que sus antecesores en la comedia musical clásica son obras muy conoci: misma música en la estrofa, lo que re~ela lo que tienen de mágico y turbador lo
d:.lS y merecidamente famosas- aparece entonces, sorprendentemente. inal­ árbitrano y gratuIto de la relación letra/músiCa, por oposición a la melodía con­
terable. tiima del ana de ópera o del estilo wa!!neriano~ El cinesonoro. en la medida en
que ¿l mismo ta~bién juega con ~et(~~tos de superposición jleatoria y contin­
gente (ias palabras de un person'aje puestas sobre la imagen de otro, música en
Canción «contrapunto» con una escena par'alela) forzosamente tiene que estar interesado
en una situacÍón como ésta. . .
En otro extremo diametralmente opuesto (en el que, sin embargo. ~I cine se Al mismo tiempo, ÚI. canción es el símbolode eso que en cada uno de noso­
muestra fuerte aún con los medios más simples), tenemos a una niñita de gran- tros está ligado a lo más íntimo de su destino, de sus emociones. y que, a la vez.
288 LAS TRES CARAS DE LA M(:SICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA, MET:(FOR..l;,. \IODELO 289

permanece libre como el viento. la cosa más compartida del mundo. 'la más co­ llief», cuya construcción musical ya hemos analizado en detalle en nuestro en­
mún, ya que es el aspecto más vulgarizado. menos esotérico.,más anónimo de la sayo Le son al! cinéma, reposa igualmente sobre latirculación de una melodía
música. deBérangeL Ma grand-tnere. Al principio. el tema suena como «música de
A veces la melodía una canci6n es también. un có'digo. un cifrado: el có­ pantalla» que emana del burdel.en el que la cámara no entra jamás, y donde está
digo de las palabras implícitas a lasque r~mite. incluso cuando éstas no se es­ siendo tocado (sin letra) por una pianola. Posteriormente, la melodía suena en la
cuchan;son como el inconsciente de las notas. por ejemplo en El ángel azul. o orquesta de fondo con diferentes ritmos y diversas orquestaciones, y la tararea
e'n Cuando Harry encont'ró a Sal/y.citada5- en el s~gundo capítulo. a media vozuno de los ,personajes. Rosa (DanielleDarrieux:). Un poco más tar­
Pero sobre todo. en este continuo flujo de impresiones que sllpuestamente de, se repite a coro por todo el conjunto de prostitutas que están recogiendo flo­
reproducen la vida quees un filme. la can.:ión. a causa de su,propia simplici­ res en el campo, y finalmente la orquesta «de fondo;) la recuerda melancóli­
dad, e's el elemento que se graba en la memoria y se asocia para siempre con un camente cuando .las, mujeres .vuelven a la ciudad. y el carpintero regresa
momento determinado de la existencia. para luego encerrar en sí misma ese tristemente a su granja. Aquí. la idea es que la canción. alusiva al principio. se
destino. Representa el carácter a lá vez efímero. particular y al mismo tiempo encarna cada \'ez más. se viste de palabras que le dan un sentido preciso (<<Cuán­
impersonal del fatum. En el cine. ese ane que utiliza superposiciones y en­ to echo de menosl mi brazo rollizo . mis piernas bien hechas / y el tiempo perdi­
cuentros, relaciones constantemente cambiantes entre figura y fondo. entre el do»), se extiende por contagio. se \'uelve espejo de todas las emociones y de to­
individuo y el todo. el destino encuentra en la canción un símbolo particular­ dos los reencuentros que viven 105 personajes. y luego se va. después de haber
mente fuerte. encantado, literalmente. todo el rebro.
Así, pues, la canción forzosamente tenía que ocupar un lugar muy particu­ Una canción. Lili Marleen(Lili ~larleen. 1980) de Rainer Werner Fassbin­
lar en el seno de una forma de expresión ,que. al trabajar sobre totalidades vi­ der, que aparece tras una serie de filmes inspirados en el destino de esta famosa
vientes. sobre cuadros en movimiento vistos de cerca o de lejos. permite perder melodía, es la historia típica de la canción que conquista el mundo por contagio.
un elemento dado en un conjunto y luego hacerlo volver a emerger triunfal­ y que, en el interior del propio filme, se pasea constantemente del fondo a la
mente. La canción es este elemento simple y característico, símbolo de un des­ pantalla, del personaje aislado a la sociedad.
tino encerrado en algunas notas y en algunas palabras, que puede pasearse por A este respecto, un ejemplo particularmente ingenioso, aunque inverso, es
todo el filme, silbada, tatareada, entonada co~o sin palabras. como música de el de Jules y Jim (1962) de Fran~oisTruffaut: aquí la canción emblema, inscri­
pantalla o de fondo. La canción, en el cine. encarna el principio de circulación ta en la efímera duración de su interpretación por parte de un personaje, en este
mismo. caso Catherine (Jeanne Moreau), que la canta, se limita a un solo momento par­
Casablanca es el arquetipo de esta circulación, la de una canción asociada ticular de la acción, momento único que imprime su sello a la melodía, al tiem­
a los momentos más felices de la pareja protagonista, As time goes by. Una po que la remite de nuevo al filme que la contiene, Se tratade «Tourbillon»
canción a la que Rick (Humphrey Bogart) pretende borrar de su universo (<<Nos perdimos de vista, volvimos a perdemos de vista .. ,») escrita por Cyrus
prohibiéndole a su pianista, Sam, que la toque. No obstante, la canción trans­ Bassiak, alias Serge Rezvani, quien acompaña a Jeanne Moreau a la guitarra. Lo
pira por todas partes en la película, canta en la orquesta, y finalmente suenaa •. ·vertido es que todo circula, en esta película, los personajes, las emociones, la
petición de la mujer que ha vuelto. Una vez lanzada, nada puede parar a la can­ . que cristaliza el amor de los dos protagonistas yel destino: todo, salvo la
ción: en El intendente Sansho (1954) de Kenji Mizoguchi, se trata de una que­
ja dolorosa que la madre, separada de sus hijos, inventa para'acunar su desdi­
cha, y que contiene los dos nombres de éstos asociados. Su canción fr@.nqueará
el tiempo y el espacio para llegar, a través de una esclava, a conmover a sus hi­ que nace de una canción
jos; que viven esClavizados en un lugar lejano. Después de los años, dicha me­
lodía guiará al muchacho hacia su madre, ciega y anciana, cuando éste la oiga muchos filmes se presentan como si nacieran de una melodía
UUJllU\...lH'__ ,

en la ribera. ' en los créditos iniciales y que luego se encama, como si se tratara dcl'
El' episodio central de Le plaisir (1952), de Max Ophuls, «Lá Maison Te­ primitívp del filme. Entre muchos otros, Catorce de julio (1933) de René
.. 290 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA~NEI" LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 291

Clair, con música de Maurice Jaubert, parte de una canción que resume el
donar contra esta asimilación automáti~a, cambiando la imaginería, y por eso
y cuya letra dice: «En París, en cada arrabal! el sol de cada día ¡hace que en
haya intentado representar a un hombre con problemas concretos, amorosos y
gÚIWS destinos / florez~a un sueño de amOD>.
profesionales, especialmente para conciliar sus diferentes formas de vida: así,
Este también fue el caso de filmes tan diferentes como Cantando bajo
por ejemplo, Bl~ek reci~e fríamente a su amiga, "que viene a verle, porque «es
lluvia (1952), que salió de una serie de canciones del productor Arthur
su horade ensayar», lo que conduce a ésta a tratarle de «jefe de estación»,
sobre las que los guionistas Betty Comden y Adolph Green construyeron su
porque «con él, es la hora o no es la hora». Él replica que su vida es corta y
maravilloso guión. India Song (1975) de Marguerite Duras; Con todo, en esta
que quiere llegar a ser alguien. Algo más tarde, él está furioso porque. en sus
última obra~ el tema. debido a Carlos d' Alessío, jamás aparece revestido de
juegos amorosos, su compañera le ha mordido el labio. Los labios para un
letra alguna; sino simplemente designado como «canción» por los personajes
trompetista son como las piernas para un corredor... Además, tiene problemas
y por el título. que sugiere una letra desconocida.
de autoridad con su quinteto y de dinero con el mánager: en resumen, es un ar­
tista. pero también un hombre reaL cosa que el cine no nos enseña muy a me­
nudo.
Todos estos filmes, dedicados a músicos y a canciones. parten. evidente­
mente,del postulado de una música que ha circulado por el mundo antes de
Eljaz.: en el cine constituye todo un tema en sí mismo. Durante mucho tiem­
que se hiciera el filme. que circula en el interior de éste y que continuará cir­
po. el ja:::::. ha sido identificado como algo conveniente y educado, conservando
culando fuera de él. Una situación que. en ciertos parece ir en contra de
en el fí:'lrne un lugar muy circunscrito; o bien se ceñía a cierta atmósfera musical
la idea del filme como obra única. prototipo que se apropia enteramente, de su~
que envolvía la acción sin ser el propio tema de la historia. Entre otros motivos,
elementos constitutivos y los liga eternamente a sí mismo. Ya que dicho ideal
tal \'ez porque la inmensa mayoría de los jaz:men importantes son artistas ne­
ha dado lugar a películas tan bellas. ¿acaso los filmes que no lo siguen son por
gros . ...\sL pues; ha sido necesario esperar hasta los años ochenta y noventa para
ello automáticamente inferiores: Creemos que no. y debemos recordar aquí
ver. s:raciasa Beruand Tavernier (Alrededor de la medianoche [Round Mid­
que los lazos entre el cine y la música popular. en rodos los ;;;entidos de la
ni2hUAutóur de minuit, 1986], con Dexter Gordon), Clínt Eastwood (Bird
palabra. no pueden reducirse a una moda pasajera. o aun simple cálculo co­
[Bird. 1988]. biografía deCharlie Parker. interpretada por Forest Whitaker) y
merciaL
Spike Lee CUé)'D¿Tit'r blues [Mo'better blues. 1990D. películas enteramente

consagradas amisras y compositores negros. reales o ficticios. a la espera de las

obrasqüe el cine debe aún a gigantes como Miles Davis, Duke E1lington o John
El musical como forma popular
Coltrane. Podemos ahora detenernos sobre un tilme de Spike Lee, una ficción.

pero que representa un verdadero retrato deljazzman, liberado de las inevitables


Estadísticamente hablando (y sin emitir juicio alguno sobre este hecho. que.
limitaciones de! (biographical picture),
deent'rada. ha de ser reconocido como tan. la música en el cine es. enprim:ipio.
En /vio 'befltT Nues. Denzel Washington interpreta el papel de Bleek. un mayoritariamente una música que puede existir. o haber existido. o estar desti­
trompetista de ja:.:. Se le ha reprochado a este filme que no haga alusión a la nada a existir fllera del espacio del filme.
obsesiva realidad de la droga en la vida de sus personajes. Sin embargo, nadie Faltos de espacio y de competencia. no podemos. eúdentemente. dar aquí a
parecía alarmme Pl1r el hecho de que. en todos los otros tilmes que d~jaban lós cines no occidentales. como el africano. el sudamericano.. indio. japonés y
entre\'er el medio de' losja:::::.men negros. en alguna secuencia (como en algu­ chino. la impórtancia que merecen. En todo caso. un examen del cine mundial a
nos momentos de una obra de Scorsese. por lo demás excelente. New York, partir de algunas muestras disponibles, la lectura de cierro número de fuentes y
Neu' York. [Ne'\', '{ork. NewYork. 1977], cuyo protagonista es un saxofonis­ la escucha de discos' importados. hacen aparecer una constante uni versal en el
ta blanco interpretado por Robert de Niro). se consagrara más tíempo a mos­ plano musical: en cualquier lugar del planeta en el que sobrevivaelGit;t:ecomer­
trar cómo se drogab:.m en los lavabos del club que a mostrarles en el ejercicio cial de gran consumo popular y no haya sido derribado por latele\"i~i~~n. conti­
de su arte.A~i. pUes. nos parece legítimo que Spike Lee haya querido· reac.­ núa existiendo el llamado cíne «musicah>, que consiste en unir la palabra. el
292 LAS TRES CARAS DE LA ML-SICA EN EL Cl:'\E LA ML1SICA COMO TEMA. METÁFORA. MODELO
293

canto. el instrumento y la danza. Hasta el punto de que los únicos filmes que es­ sido los cantantes, como Muhammad' Abd al-Wahhab. desde 1932. El popular
tuvieron autorizados durante un tiempo en la China de Mao eran filmes-ballet. Farid al-Atrash produjo obras en las que era el protagonista y cantaba su reper­
Los mavores éxitos de la pantalla; entre los que.se encuentra cierto número dé torio. tales como.Lah llal khu/lId ( 1952). dirigida por Henry Barakat. Notemos
dibujos "animados de Walt Disney, conceden siempre un lugar importante a la que, aparte de las canciones, la música sinfónica de acompañamiento de este fil­
música v a la canción. me es. siguiendo una tradición inamO\"ible. una mezda de Rizet, Beethoven.
¿Po; qué razón. en el largometraje de dibujos animados. desde Blancanie­ Chaikovski, yrieg, Berlioz y Verdi.
ves \' los siete el1anitos (Snow whiteand the seven dwarfs,.1937) de Walt Dis­ O sea que eLfenQmeno de «connivencia),. reciememenre constatado. entre
nevo hasta El re." león (The lion kin!!. 1994 L se da esta tradición inamovible. el éxito popular de ciertas canciones y su presencia en b banda sonora origi­
deÍ número ca~tado y bailado'? El áíme de animación, y el margen de irreali­ nal de un filme --,.El guardaespaldas (The Bodyguard. 1992). cantada por
dad que se le autoriza, así como sus .infinitas posibilidades de deformación Whitney Houston en el filme de Mick Jackson- no es en absoluto un fenó­
plástica, dan a los realizadores toda la libertad para «contrapuntuar» una can­ meno nuevo, ya que existe desde finales de los año~ \-einte. La diferencia siQ:­
ción con detalles visuales y juegos escénicos paralelos. pla.::enteros precisa­ nificativa reside en que las canciones. en lugar de ser entonadas por person;­
mente en la medida en que son independientes del texto y del contenido can­ jes principales o episódicos de la acción. en nuesrro:, días aparecen de fondo.
tado. o más bien en ese espacio particular que hemos b::urizado como on the airo
Por ejemplo. cuando el rey de los monos. en El lihro dé' la selva (Jungle Otras canciones. en lugar de sonar sobre los créditos iniciales. como ocurre en
book. 1966). canta imitando el estilo de Louis Armstrong, al tiempo que discu­ numerosos H'esterns. se alojan en ese momento music::d privilegiado que
te con sus Q:estos simiescos con uno de sus congéneres, este detalle gestual nos constituyen lo~ end credits. Grandes éxitos del cine americano como Rain
deja absort~s, porque se produce de modo independiente a la canción que el per­ Man o The/muy Louise incJuyenun montaje de canciones «fundidas>;> en la
sonaje continúa interpretando, sin que ello tenga respuesta sonora. Al mismo continuidad del decorado.
tiempo que la canción humaniza al personaje (ya que le presta palabra y músi­ Esta doble vida de la canción se reviste ho:yde múlriples aspectos: así. Da­
ca). la escena gestual paralela reafirma su animalidad, en un contrapunto cómi­ vid Lynch incorpora, en la trama musical de su road-mm'ie lírica y violenta
co v con infinitos recursos. Corazón salvaje (Wild at Heart. 1990), dos canciones preexistentes de Chris
. '1
"Así. lac;mción otorga a las películas una especie de uniwrsalidad. Uno de Isaak, fechadas varios años atrás y que no habían tenido demasiado éxito. En
los pocos filmes franceses que consiguieron un éxito mundial. incluida China, el interior del filme las oímos solamente durante unos se!!undos, filtradas \"
fue una película musical y cantada, Los paraguas de Cherburgo (Les parapluies ahogadas en el sonido global, como «ambiente de autorradio», pero el disc;
de Cherburg, 1964) de Jacques Demy, con música de Michel Legrand. El direc­ de la banda sonora las reproduce in extremo. Gracias a este .empuje, dichas
tor más famoso de la historia del cine, Charlie Chaplin, ponía un particular cui­ canciones --especialmente la balada Wicked games-hícieron una buena se­
dado en la música de sus películas, cuyas canciones escribía personalmente. gunda carrera.
Una de ellas, incluida en Candilejas (Limelight, 1952), se convirtió en un éxito
discográfico con el título, en Francia, de «Deux petits chaussons desatin
blanc». El cine como danza o como música
Sin hablar de Elvis Presley y de Judy Garland en los Estados Unidos,o de
Tino Rossi enFr~da, las mayores estrellas' d~ numerosos éines nacionales fue­ Curiosamente, a pesar del gran número de afinidades que existen entre am­
_ron cantantes, como el pequeñoJoselito, «el niño de la voz de oro», que duran­ artes, rara vez se compara al cine conJa danza, en tanto que la asimilación
te los años cincuenta.constltuyó la prosperidad de la pantalla ibéqca, hasta el cine a la música viene siendo la moneda corriente desde hace tiem~. Esta
punto de que se dijo que «el mayor cataclismo económico de la historia del cine OIIJloarac:i·ón. reivindicada como veremos por un buen número de directores de
español fue provocado por... ¡SU cambio de voz!» (Yann Tobin, Positif, no­ ha servido a éste para encontrarse así mismo como «cine puro»; aleján­
viembre de 1984, n.·283). del modelo teatral y naturalista con el que siempre se le asocia. Y si e&.ta
En la historia del cine egipcio, las estrellas más legendarias .también han "J.\;;>Jl~l1\..J·la siempre ha sido habitual para los cineastas~ ello se debe a que para
29-1- LAS TRES C.ARAS DE LA ,,:CS1CA EN EL Cr;-':E
LA MÚSICA COMO TEMA. METÁFORA. MODELO 295

ellos la música continúa siendo el modelo! por supuesto idealizado. en este que todos los fenómen?s musicales y sonoros, por una parte, y todos Jos fenó­
sentido) de un orden abstracto que sería dado al mundo sensible.órdenregido menos visuales, por la otra, se reduzcilI1 a este tronco común.
por leyes. que los profanos. suponen mucho más rígidas y deterministas de lo Ciertamente, es fácil sucumbir a la analogía y apli.:arsistemáticamente al
cine términos musicales. en un contexIO en el que forzosamente tomarán unsül­
que son.
Sin complejo alguno, Abel Gance. al establecer una a.similación entre el nificado diferente, más poético que preciso yun tanto arbitrario. al escribir, p~r
carácter físico del sonido y el de la imagen. ~obre elmodelo clásico de la fal­ ejemplo, que un «cineasta debe saber escribir en la pamalla melodías para el
sa analogía, acertaba plenamente al proferir: "Hay dos tipos de música: la mú­ ojo, expuestas con movimiento justo. con las puntuaciones convenientes v las
"jea de los sonidos y la música de la luz que no es otra que el cine; y esta úl­ cadencias necesarias». De hecho. también podríamos de..:ir que la danza e; una
tima es más alta en la escala de vibracione:, que la primera" íconferencia de melodía para la vista cuyo instrumento es el cuerpo. y que el momento en que
1926. reproducida en CAn cínémaTographiq/te. Alean. 192~. citado por Jean
el bailarín hace una pausa equivale a una cadencia. Esta:, analogías no prueban
.\htry). más que una cosa: que se da una circulación de referencias entre lo que llama­
De hecho. hay tan poca relación entre la percepción de la nota la y la cifra mos «la» música, ~da» danza y «el>, cine.
y con toda la razón. ya que una melodía musical ('l.:cidentale~ en cierto
de -140 vibraciones por segundo. como entre un color y la periodicidad de la luz.
mucho más rápida. Por tanto. no es cieno qUe .se pueda establecer un paralelo modo una transposición del movimiento físico. en tanw yue otras son transpo­
íe31 en este campo falsamente científico. Lo:, años veinte. en el umbral del cine siciones de la palabra ... Pero la propia palabra. a menudo. en sus entonaciones.
,onoro. fueron el período más apasionado de esta analogía cine .1 música y de la" es también una transposición del gesto.
maravillas que ésta dejaba entrever, al tiempo que fueron una de las épocas más
fértiles en cuanto a investigación en este campo.
La cineasta Germaine Dulac (citada por lean Mitry, HisJoria del cine ex­ Un paralelismo falaz
perimental, pág. 86). declaraba por ejemplo: «La música [... ] juega con los so­
nidos en movimiento tal como nosotros jugamos con las imágenes en movi­ Este paralelismo resultó evidentemente útil cuando se trataba de~afirmar. a
miento [... ]. El filme integral con el que todos soñamos es una sinfonía visuaL través de él, la dignidad artística del cine, y también de tomar consciencia de
hecha de imágenes ritrrtificadas, que solamente pueden ser coordinadas y ver­ las dimensiones formales y abstractas que le son propias. más allá de las cate­
tidas a la pantalla por la sensibilidad de un artista» (Schéma. n. L diciembre gorías culturales de «géneros», labor que aún no está acabada. ya que a ilues­
1925).
tro juicio el cine no está más que falsamente reconocido como arte (dado que
El crítico Émile Vuillerrnoz, por su parte. consideraba tales comparaciones dicho reconocimiento sólo se hace al hablar de clásicos reconocidos yanti­
bastante hirientes: ~~Existen relaciones fundamentales excepcionalmente estre­ guos). Sin embargo, cuando esta comparación se vuelve simplemente un re­
chas entre el arte de agrupar sonidos y el de agrupar notaciones luminosas. Am­ pertorio de estereotipos verbales sobre los que ya no se reflexiona en absoluto,
bas técnicas son rigurosamente parecidas. Ello no debería sorprendemos dema­ pierde totalmente su sentido y exige una puesta a punto, como la que ha efec­
siado, ya que ambas reposan sobre los mismos postulados teóricos y sobre las tuado, a nuestro parecer de modo brillante y con honestidad, Jean Mitry en su
mismas reacciones fisiológicas de nuestros órganos en presencia. dé fenómenos libro Historia del cine experimental.
de movimiento. El nervio óptico y el nervio auditivo, a pesar de todo, poseen las _Así, bastantes críticos se sorprendieron de que la idea sch6enberguiana del
~:§~:palISlmo no se aplicara al cine tan pronto como surgió. Periódicamente,algún
mismas facultades dé vibraci~I1» «~La musique des images». én L'Art cinéma- .
tographique, .Alcan, pág. 27). Este __«a pesa,; de todo» es muy sabroso, yá que o saluda al «primer filme dodecafónico» o «al primer filme serial», al en-" .
evidencia que el autor se da cuenta de que acaba de ceder a la facilidad del pa­ rerltrurse a nu~vos trabajos basados en un montaje formal yen la dislocaci6; de
ralelo. . 1$,é~lelneJtlto,s, como Muriel (Muriel ou le temps d'un retour, 1963) de Alain

El hecho de que existan fenómenos perceptivos que, por nuestra parte, lla­ , o Pasión (Passion, 1981) de Godard, etiquetas que, conviene precis3!­
marnos «trans-sensoriales» (en otras palabras, que él oído y la vista sean sus­ han sido en absoluto reivindicadas por sus autores.
ceptibles de percibir ciertas dimensiones comunes, como el ritmo), no implica Aunque muy vaga; estas analogías musicales tienen su justificación, pero
296 LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINE LA MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 297

riáda más. Estác1aro que el paso de una idea concebida para la música y con..: mas «tejet juntas». Si ello ocurre con la fuga, ¡que oCllrriIa con una partitura de
cernientea valores puros (como la altura tonal o la duración) a una esfera de orquesta de [males del sigÍo XIX! • '
imág€!nes concretas, no puede sino producir efectos diferentes. Por una parte~ Mochos cineastas tuvieron la dulce ilusión de creer que la música era sinó­
ello ocurre porque la vista no tiene las mismas propiedades que el oído y porque' nimo de un orden inalterable, al que podían. referirse C9mo modelo (y mejor
el juego de relaciones matemáticas entre intervalos no es percibido igual por el ' para ellos, sita! ilusión resultó fecunda). No obstante; las leyes'de la música no
oído que por los ojos. Por otra parte, el ojo no se caracteriza por la imposición dan más queim· marco, no una norma de engendramiento. i Error normal, ya que
absoluta de un rasgo sobre los otros, su predominio, como es el caso del ritmo o a veces los propios músicos también lo cometen!
la altura tonal respecto a la música.
En la mayor parte de las músicas tradicionales, al encadenar varios soni­
dos las variaciones de altura tonal entre estos sonidos se convierten en pre­ Cine y polifonía
dominantes (como ha demostrado insistentemente Pierre Schaeffer) dando
lugar al sistema de escalas, modos o ragas indios. Ello no significa que no se Dicha referencia aún implicaba otra cosa: la posibilidad que ofrece el me
puedan percibir otras relaciones diferenciales. de «timbres» o de «intensida­ musical. desde hace tiempo, de orquestar movimientos combinados, posibilidad
des», sino únicamente que éstas no tienen las mismas propiedades ni consti­ que el cine. también arte de! moümiento. bien pudiera envidiarle. Para que el
tuyen para el oído una evidencia que se preste a los mismos recursos de or­ cine se realizara en su ideal de «música del tiempo presente», al cine mudo le
ganización abstracta. Los valientes esfuerzos realizados para crear modos a faltaba. en efecto, el medio para expresar fácilmente algo que desde hace tiem­
partir de valores rítmicos o de intensidad (~[essiaen)o bien «melodías de 'po es accesible a la música más elemental, a saber, la sürí.ultaneidad, la «sin­
timbres» (Schonbergi ya han demostrado que. en el propio interior del cam­ fonía».
po musicaL la transposición de un principio de organización de determinada y no es que el cine no lo haya probado todo en este sentido: sobreimpresio­
dimensión (como 105 ronos) no funciona al aplicarlo a otra dimensión (como nes. montaje rápido. a veces incluso la subdivisión de la pantalla en varias par­
la duración); es decir. que no tiene el mismo carácter de predominio y nece­ tes donde se desarrollan acciones simultáneas (como en el filme de René Clair.
sidad. que fue su última obra muda, Les dellx rifnides [1929]). o su multiplicación por
Prolongando este razonamiento. estaríamos tentados de afirmar que a for­ tres (triple pantalla encierras secuencias del Napoleón de Abel Gance [1927])
¡iori dicha afirmación resulra aún más acertada cuando pasamos de un campo a se emple:rron para crear superposiciones de ritmos, unos constantes y otros pa­
otro. en éste caso del oído a la \'Ísta. Con todo. no ocurre precisamente afortio­ :,ajeros. quedan un sentido de pluralidad coordinada, de polifonía que tendemos
ri. pues ahí reside 10 que podríamos llamar ilusión unitarista. rípicamente mo­ a asociar con la música y con la palabra sinfonía. Todos estos procedimientos.
derna. en el planteamiento de la cuestión. Esta ilusión basada en una especula­ al no generalizarse. se quedaron en el estadio de efectos técnicos. a veces poéti­
ción formal apartada de toda sanción por la experiencia consiste en suponer, cos. sin conseguir su propósito. Inversamente, en una obra como Amanecer
como hecho adquirido. que ,da» música está organizada de acuerdo a una ley (Sunrise. 1927) de Friedrich Wilhelm Murnau. sin sobreimpresiones, montaje
unitaria que se aplicaría a sus diferentes elementos. ultrarrápido ni SpliT screen (pantalla dividida), el dominio del ritmo global (has­
Desgraciadamente. inclu50 en su forma más «pura» y más formulista, la ta el del último figurante que camina por las callesde Tilsitt en segundo plano
música no es un 5istema homogéneo. En El arte de la fuga, donde el discurso detrás de los protagonistas) es tal querenemos la sensación de una música que
parece reducirse a los elementos m..Ís ::lbstractos posibles (relaciones de altura pasa ante nuestros ojos. Pero, ¡qué pericia artística hay que ejercer para llegar a
ronal y espaciamiento:, rítmicos 1, el principio de organización de las duraciones este pumo!
no es. ni puede ser. el mismo que aquel que regula las alturas tonales. En todo EIi términos más simple, el cine mudo reducido a una sola imagen se sen­
caso. si es el mismo I siempre podemos divertirnos haciendo «modos de valores tía condenado a la monodia. ¿Qué le aporraba la música más bien manida, con
rítmicos» ) de todas m3.I1eras nunca tendrá los mismos efectos estructurales. Así, que complementaba sus proyecciones? Algo tan tonto como una pulsación
la música más absrracra ya está estratificada en dos dimensiones. una de alturas sobre la que inscribir sus ritmos y. por tanto, la posibilidad de una simulta­
y otra de duraciones. que no suscitan el mismo tipo de percepción y que pode- neidad.
LA 'MÚSICA COMO TEMA, METÁFORA, MODELO 299
29& LAS TRES CARAS DE LA MÚSICA EN EL CINEi'

cómo, incluso tras lo que podriamos llamar la devaluación teórica del tema, la
En términos tan líricos como bien escogidos, Émile Vuillermoz ha ponde- ,
música no ha dejado de estar ahí, para los'cineastas y en los filmes, ni ha deja­
rado la capacidad del cine para expresar por sí solo el contrapunto. De hecho,
do de insistir, tal vez a causa del encarnizamiel!to con el que se intenta recha­
el filme""'J.pás visualmente polifónico está obligado; desde el momento en que
zarla o neutralizarla.
recurre al montaje, a romper el ritmo.de la imagen y, así, pues, romper la pul­
A partir de ahí, abandonando las reflexiones -excesivamente generaliza­
sación. La música es, entonces, el elemento modesto e indispensable que ase­
doras, aunque necesarias, será necesario que volvamos a plantear esta cuestión
gura la continuidad ,de esta pulsación. Nos damos cuenta cuando hov en día
vemos un filme mudo sin música alguna, porque entonces interioriza~os esta
desde otro ángulo, el de las opciones personales y que concedamos a los crea­
dores de imágenes y música, y a la gran sinfonía de los casos particulares. ellu­
pulsación.
gar que merecen.
Lo paradójico es que, cuando el cine pudo incorporar un sonido sincroniza­
do y dicho sonido pasó a ser parte indisoluble del filme (indisolubilidad relati­
va. tal como muestra la práctica del doblaje), entonces el filme empezó a ser
percibido como una totalidad discordante. separada, dividida, aunque el sonido
le aportara los medios de una auténtica polifonía o, para ser más exactos. de una
po 1irrirmia.
Probablemente. por ahí se explica que el cine más «puro». con las apasio­
nantes investigaciones de Bruno Corradini, Viking Eggeling. Hans Richtec
\Valter Ruttmann. más tarde Len Lye, Norman MeLaren. y aún más reciente­
mente con Patrick Bokanowski y Arthur Pelechian -por citar algunos pioneros
y artistas de este campo del cine puro- rara vez omite la música. Y ello ocurre
a pesar de que estos «alquimistas» buscan (por la composición deJas imáf!enes.
'u contenido. el ritmo y la vida del montaje) elevar la concreción cinema~ográ­
fica a una especie de orden abstracto. cercano a la música pura. Esta música va­
n::l según los casos: desde el simple bajo continuo rítmico, soporte al que en
apariencia el filme intenta ilustrar y superar al mismo tiempo (c~mo lo h;ce un
ballet en una obra de McLaren). hasta una creación más compleja y estrecha­
mente entretejida con las imágenes. como las músicas de Michefe Bokanowski
para Patrick Bokanowski. o actualmente los artistas del vídeo como Robert Ca­
hen o Gianni Totí.
En otros casos. el cine sonoro iba a encontrar su esenciay su detinición. al
contrario. huyendo de toda referencia a la música. para instaurar una relación
dialéctica con el teatro. y promover la nociónq~ «realismo ontolóf!ico». tal
como lo detinió durante los años cincuenta André Bazin. quizás el crítico más
notable del cine sonoro. No es casualidad que Bazin simplemente prescinda de
la mayor parte de cuestiones ligadas a la música. como la forma. el elemento y_
el medio, como sujeto y como modelo. De hecho. el único punto en común de
los diversos caminos teóricos que emprendieron la critica y la investigación ci­
nematográfica desde losañoscuarenta hasta nuestros días, ha sido el de huir de
este embarazoso problema musical. considerado por ellas como un modelo an­
rj('uado. demasiado formalista y demasiado reductor. Sin, embargo. veremos
TERCERA PARTE

SINGULAR PLURAL

--
j

8. Autores y filmes

El presente capítulo necesita. más que otros, algunas aclaraciones cautela­


res: al mezclar en una misma sucesión directores, compositores y películas. =-e
evidencia que aquÍ no se trata simplemente de personas y de su carrera, sinl)
también de ideas. de concepciones y de obras. Si los directores son los más nu­
merosos, ello se debe a que están en el centro de los problemas de la obra cine­
matográfica. Por lo demás, el espacio dado a cada uno hay que situarlo en el
conjunto de la presente obra, porque lo que intentamos aquí es sobre todo reali­
zar un retrato de la mlÍsica en el cine, en todos los sentidos de la expresión, más
t que de sus autores y sus usuarios.

¡l El mito del tándem

It Las leyendas no siempre son más hermosas que la realidad: a veces, incluso

1 la empobrecen. Éste es el caso, en nuestra opinión, de la leyenda del acuerdo

1
kla:SIc~nel cine (Claude
perfecto entre el director y el compositor, que tanto gusta a los historiadores de

Chabrol y Pierre Jansen. Blake Edwards y Henry


l.

SINGULAR PLURAL AUTORES Y FIDIES 305

Mancini, y, por supuesto Rota-Fellini. Prokofiev-Eisenstein, Herrmann-Hítch­ «él mismo» cuando trabajaba con Fellini que cuando componía para Bondart­
cock. etc.), pero que. reducida a esa únÍ-:J dimensión. trirializa particlJlarmente chouk tWaterlop [Waterl,Oo. 19-:-0])0 Zeffirelli(La mujer indomable [La bisbe­
la cuestión, y reduce el filme a la historia de un cara-a-cara, de comprensión o . tica ciomatarrhe taming of the shrew. 1967]).
incomprensión. de sumisión o de.c0ptlicto. El composÍtoLen la realidad, en Además. la colaboración Fellini-Rota es diferente según los filmes. y obras
.este caso más bella que la leyenda. no .:~tá ahí para complacer a nadie ni para como A.lmas sin conciencia (ll bidone. 1955), Casanol'Q y Ensayo de orquesta
realizar servilmente una idea todopod':f0~a nacida del cerebro de otro. Está ahí recurren a tres estilos musicale:, netamente diferentes. Por las características del
para cOI)tribuir a una obra de la que n3.di.:. incluidoel autor-director. es capaz de Satyricon, Nino Rpta (cuya mú~ica sejnsinúa en un tapiz de músicas «étnicas»
conocer totalmente sus contornosp0í adelantado. sino que tiene vida propia y del mundo entero) se inspira en lo que conservamos de la música antigua, y es­
tiende hacia ~n objetivo. cribe una melodía arcaizante: monódica. Para el Casanova, según las necesi­
El más preparado y preconcebid0 d.: los filmes implica, con la música, as­ dades del guión. compone un extraño pastiche. retorcido y descosido. de ópera
pectos capaces de hacerle bascular h;lci;} otra dimensión. Ello no significa que barroca y falsa melodía popular.
podamos oír los latidos del corazón dd compositor: escuchamos al corazón del En el caso de Fellini, su «conceptO» musical -a falta de un término me­
filme. que el compositor ha contribuido J hacer latir. como Pierre Jansen en El sobreviYió a su composiwr cómplice, fallecido en 1979. Las panituras de
Luis Bacaloy para La ciudao jt' ías mujeres (La cirta deIle donn.e. 1981), de
l
carnicero (1970). al que el director (bude Chabrol supo crearle el espacio, el
lugar que precisaba. Gian Franco Plenizio para Ginr;:eT y Fred (1985) Y de Nicola Piovani para En­
Laidea del tándem. que alude ad0~CO:lUtores. también es un poco abusiva: trevista ( 1987) Y La \'0: de la la no (La voce deIla luna, 1989) son de espíritu fe­
l,acaso no hay otros individuos en el rilm~. como el guionista, el productor, los lliniano más que «rotiano». aunque citan algunas íiguras creadas porel compo­
actores. los montadores. etc.? Por SUen.: .. en realidad la historia es mucho más sitor desaparecido.
compleja, y concede cierto margen a 105. movimientos colectivos, así como a al­ El concepto musical también puede preceder parcialmente a la persona que
gunas decisiones indiYiduales, al voluntarismo y al azar. a la conciencia y al in­ lo llevará a cabo. Diez años ames de encontrar a Angelo Badalamemi, David
consciente. Lynch ya impone, en Cabeza borradora (1977), una atmósfera musical muy
Así. pues, la obra cinematográfica es algo más que la expresión de un yo; es precisa. Pero el toque jazzístico que hoy forma parte de esta atmósfera bien
el resultado de un (:ierto número de acciones y proyecciones, posee un destino puede haber sido aportado por el compositor que se convirtió en su colaborador
que trasciende las intenciones iniciales. A diferencia de la obra debida a un úni­ habitual, y haber contribuido a fijar el Lynch rouch más de lo que Lynch hubie­
co autor, el filme pu~de crear a sus aurores. ra conseguido por sí mismo. Incluso el autor más personal es producto también
Por otra parte, salvo casos particulares, nos parece artificial buscar a cual­ de la aportación de otros.
quier precio la «huella» de un compositor en el conjunto de partituras creadas El estudio de la historia de la músÍcaen el cine reneja dos formas de espe­
por éste para el cine, .0 inversamente considerar inferiores a otros compositores cialización para los compositores: especialización en un género o colaboración
que, como Georges Delerue, se han empeñado en tratar el mayor número de gé­ más o menos continuada con un realizador, en tres, cuatro o hasta veinte filmes.
~eros posible, sin definir un estilo de antemano. En ambos casos, no hay que exagerar el papel de la libre elección artística. Cier­
tos tándems y ciertas especializaciones han sido cuestión de comodidad, de es­
tructuras de producción, de amistad y de entendimiento artístico, por qué no,
.Concepto musical·y estilo del compositor . .pero también a menudo de contingenCia .
. . Los admiradores de la música cinematográfica, los que colecciof!.an los dis­
Para empezar, una cosa es el conCepto musical de un filme y otra el estilo de editan o leen revistas especializadas o se suscriben a ellas, han c<n1tribuido
un compositor. ampliamente a 4ar a conocer este vasto repertorio, del que sólo una pequeña
El propio Nino Rota tenía varias .cuerdas en su arco: no escribía igual para parte estaba disponible en las tiendas dediscos hace poco tiempo. Pero no todos
Visconti (El gatopardo [11 gattopardo, 1963]) o Coppola (El padrino [The God­ apuestan por la carta del compositor-creador, aveces lo que buscan es un estilo
father, 1971]) que para Fellini. No tenemos razones para creer que Rota era más de música determinado. Algunos se muestran incluso despiadados con sus mú­
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sicos de cine favoritos (a quienes clasifican de una vez por todas de acuerdo
La trampa del uso
el éxito o el género a los que los asocian), ,cuando éstos se salen de este

detenniJ.'.l"a9o.
Como el actor, el compositor de cine es reclamado a menlldo para lograr
.Por ejemplo, cuando John Williams escribe una bella músiéa intimista para
un efecto que alguien ha apreciado en una ~bra_ anterior suya, efecto que no
Cartas a Iris (Stanley and Iris, 1-988) de Martin Ritt, adaptada, 3in embargo, al .
tiene nüiguna razón para no volver a utilizar. Y como también sucede con el
tema (un adulto analfabeto, interpretado por Robert de Niro, a quien Jane Fon­
actor, a veces se encasilla, por su propio éxito, en un perfil qué no forzosa­
da enseña a leer), y no la gran partitura sinfónica habitual que se espera de él,
mente corresponde a la paleta de sus capacidades. Un Vladimir Cosma, un
enseguida se decreta que Williams no vale para eso, en tanto que jamás se)e
Gérard Calvi, compositores que han tenido éxito en la comedia a la francesa.
hará el reproche inverso: que se repite demasiado; como si trabajara en abstrac­
seguramente habrían deseado poder salirse más a menudo del «uso» al que se
to y tuviera elección.
ven sometidos. Sin embargo, cuando el afortunado compositor del tema para
zampoña de El gran rubio con un zapato negro (Le grand blond avec une
chaussure naire, 1972) de Yves Robert, Vladimír Cosma, tiene la ocasión de
Un músico de reparto trabajar para una película de terror, Mort un dimache de pluie (1986), de Joel
Santoni. es como si su nombre en los créditos se volviera transparente, y la
Cierto día. un estudiante de cine nos preguntó si Nino Rota. en su música continuación de su carrera no parece verse modificada por eUo." En este sen­
para el Casanova de Fellini. había podido ser «influido» por Philip Glass. ya tido. el éompositor cinematográfico es lo que podríamos 'llamar un actor in­
que al estudiante le había parecido descubrir analogías concretas entre la sono­ visible. :\unque. cuando resulta demasiado visible, esto le plantea otros pro­
ridad y el estilo repetitivo de esa música y algunas piezas del compositor de blemas ..
Einstein bn theBeach. Ello nos condujo a enfocar el problema desde un ángulo Ennio Morricone es el ejemplo del compositor que durante un tiempo fue
inesperado. Evidentemente. se puede responder que históricamente dicha in­ superado por su leyenda. y sobre todo por sus imitadores. pero que ha conse­
fluencia es poco probable. y que. de todos modos. Rota podríahaberencontra­ guido después imponerse en diferentes géneros como «actor completo».
do laihs'piración de ~al estilo en músicas más antiguas. Pero el fondo de la cues­ «En cuanto al westenl --declara-o rechacé cíen películas para hacer sólo
tión no reside· ahí. Por ejemplo. para la poderosa secuencia germánica de treinta. que no es mucho sobre el total de doscientos ochenta tilines. No quería
Casanova. Rota imitó a Stravinski de un modo extraño. Con el propósito de que la gente. especialmente los profesionales. pensasen que yo era elespeéia­
evocar una reunión caótica de soldados. bebedores e hidalgos en el castillo del lista del u"estem.·]o que me habría excluido de otros géneros que me interesa­
Duque, escribe un fragmento machacón. cuyos ostinati y acentos desplazados ban"» (Posirij: n. 286. abril de 1983). "
no dejan de evoca·r. de· forma muy elemental, determinados fragmento.s de Las No todos han tenido esta suene, o tal Vez esta ambición. En los Estados
bodas o La consagración de la primavera. En este caso. a nadie se le ocurrirá Unidos. Bill Conti(Elegidos para la gloria [The Night Stuff, 1983], de Philíp
decir que no sabía lo que hacía. No había sido «influido» sino que sólo había Kaufman). Michael Kamen (La jWlgla de cristal [Die Hard, 1988], de John
empleado la referencia que le había parecido mas adecuada para ese efeCto de McTiernan) o Alan Silvestri (¿ Quién engaiió a RogerRabbit? [Who framed
barbarie cultivada que quería obtener. Todos los compositores de cine hacen lo Roger Rabbit? 1988], de Robert Zemeckis), habituales del cine de acción y
mismo. De hecho. la mayor pane son músicos derepano en el sentido en que se fantástico. probablemente hubieran preferido escribír más a menudo paradr;­
habla de actores de reparto. que Se adaptan a lo que se les pide: mas puramente psicológicos. Aunque sea inmensamente popular y apreciado
El compositor de cine es más consciente de su propio estilo~ porqLie lo utili:.. pOr haber escnm el te"ma de La pwüérarósa (Thé PinK PaÍlthér. 1964) y por
za como si jugara con una referencia, un medio. a la inversa que el compositor haber servido y acompañado perfectamente al universo de Blake ·Edwards.
de concierto: Es posible que ello le cree un problema de identidad .:.....;...como en el Henry Mancini tal' vez lleve en su interior un Bernard HeiTmanndonnido.
caso del attor- pero esta es otra cuestión. estrictamente personal. que cada Olla mientras que PeerRaben (inteligente músico de nurhero"sosfilmés de Fassbin­
víve de modo diferente. der. y autor de una partitura de destacable ironía y elegancia para Lámujer
flambeada [Die nambierte Frau. 1983], de Robert Van Ackeren) o Jürgen
308 SI~GULAR PLURAL AUTORES y FILMES 309

Knieper -conocido como «fiel composiror)} de \Venders. en El cielo sobre sentimiento de Peter \Veir, al que conoce bien. a utilizar sonoridades de ciencia
Berlín [Der Himmel über Berlin, 1987]. tal yez guarden en el cajón p~sibles ficción y prolongaciones· de sintetizador. creando un ambiente de expectatiY3 y
canciones de éxito. Quién sahesi Scon Bradley.asoCiado para siempre con los angustia original en este,:contexto.
mejores cartoolL~ de Tex A yery. no tenia madera de compositor dramático, y A veces se trata de un antiguo personaje ilustre. magnificado tras su desa­
no se habríá cambiado alguna vez por Frank Skinner.el colaborador de varios . parición. cuya figura eclipsa a la de sus sucesores. A Pino Donaggio se le pre­
grandes melodramas románticos de Douglas Sirk; como Imitación a la vida senta a menudo ..de modo a nuestro jui~ioerróneo. como imitador de Bemard
(lmítationof Life, 1959). Quién sabe si Richard Robbins, a la sombra de ias Herrmann. bajo el pr€texto.de qUe ha contribuido.a un buen número de filmes
películas justamentefámosas de James Iyory (como el bello Regreso a' Ho­ de Brian De Palma, cineasta que construyó parte de sus primeros filmes como
. ward 's End, 1991) no desearía que' algún día le encargaran algún trabajo para variaciones sobre peIículas de Hitchcock. Sin embargo, aunque es cieno que
otros 'géneros. que Stanley Myers. ligado a Stephen Frears (Á.brete de Vestidt;l. para matar CDressed too kilI. 1980) es una yariación sobre Psicosis. la
orejas [Prick up yóur ears. 1986]). música de Donaggio no es un trabajo paralelo de segunda categoría sobre la par­
Asimismo. James Horner (Aliens. el regreso' [Aliens. 1986]. de James titura del modelo. A Donaggio se le ocurrió, al contrario que a Herrmann y con
Cameron: El nombre de la rosa [Le nom de la rose, 1986]. Jean Jacques la complicidad del director. crear una música sentimental y azucarada. casi
Annaud; Esperanza y gliJria [Hope and glory. 1987] de John Boorman) es mourosa( no teme los «conciertos para piano y orquesta» al estilo de los años
uno de esos éompositores «todoterreno que pueden ser buenos en varios re­
H
cuarenta). que produce malestar por su carácter dulzón. sobre todo al vincular­
gistros, y que c1ertos aficionados tienden a subestimar porque no pueden aso­ lo a la violencia mórbida de cienas secuencias. al mismo tiempo que expresa el
ciarlo a un director fijo o a un género particular. Recordemos en particu­ singular romanticismo del director. Este últÍmo ha permitido que el compositor
lar ese clima tan atrayente, mágico, legendario y Ueno de aprensión que su se expresara ampliamente en una larga y bella secuencia muda de Vestida para
música sabe crear y transmitir, sólo con un piano y un sintetizador, para el matar, en la que Angie Dickinson se deja seguir (para su desgracia) por un hom­
sorprendente filme fantástico de Phil Alden Robinson Campo de sueiios bre en un museo de Nueva York. La música. convenida en protagonista.con­
(1989). duce y acompaña románticamente los meandros del trayecto sin palabras, como
una muestra de virtuosismo en sí mismo. Pero pocos filmes ofrecen a los com­
positores un espacio así.
Actor visible" o invisible Por supuesto, como en el caso del actor, el empleo de cienos compositores
está ligado a su oficio específico, oficio que éstos buscan a menudo ahondar.
Así pues, el creador de música de cine es a menudo poco conocido, y no se' Algunos vienen del rock y deberán recurrir a un orquestador si se les pide que
le concede forzosamente el mérito de su investigación y evolución, como a un escriban música sinfónica (como Danny Elfman, famoso por su trabajo en las
actor que desaparece detrás de sus cambios de papeL En particular, pensamos películas de Tim Bunon como Eduardo Manostijeras (Edward Scissbrhands,
en ese fenómeno tan curioso, en virtud del cual algunos compositores franceses, 1990). Otros provienen de la canción y se empeñan en dar consistencia a su de­
cuyas películas clásicas 'se enuten frecuentemente por televisión, parecen ha­ sarrollo musical. El problema es que el carácter fragmentario y concreto de las
berse convertido literalmente en «invisibles» para sus compatriotas, en cuanto exigencias musicales de un filme con frecuencia nada demasiado margen al
trabajan en otro contexto o se establecen en los Estados Unidos. Así, El clubde
lospoetas muertos..0988), dirigido en los Estados Unidos por un cineasta de
orige~ australiano, Peter W~ir, ha cosechado un enorme éxito en Francia, y ha
sido tema de deb~te durante meses. No obstante, nadie mencionó a su composi­
tor, Maunce Jarre. Éste. desde que trabaja e~ Los Ángeles con otros compatrio­
tas de gran talento como Micbel Colombier o Micbel Legran~ ba pasado a ser Contrariamente al actor -:-O al menos a algunos actores- el compositor
casi un descoÍlo'cido para los criticas frances~s. Sin embargq. en un fiime poli­ vez tiene la iniciativa de controlar el filme en elque trabaja, al no estar im­
ciaco como Único testigo (Witness, 1984), se atrevió, por supuesto con el con- en su producción, algo que sí han acabado haciendo ciertos actores de
310 SINGULAR PLUR.t\L
AUTORES Y FILMES 3U
cine. Sin embargo, así como el oficio de actor no impide ser además realizador, Así pues, ¿por qué otorgar al director un lugar central? No porque sean los
dramaturgo o guionista. algunos compositores de cine como Antoine Duha..;. únicos autores completos de sus filmes, sino porque tienen un papel común.
mel, ~klos Rosza, Georges Delerue, Eric Wolfgang Korngold o Toru Take­ que podríamos asimilar al de director de orquesta, independien~emente de que
~ mitsu; haIl producido un amplio repertorio autónomo, para el teatro o para con- " sean buenos o malos, que seán simples diIecto~es de .actores, controladores
cierto.· En algunos casos, como Shostakovich o _Honegger han podido" del ritmo del firme o bie"n demfurgos que construyen un' mundo. ¿Qué le que­
aprovechar su trabajo en el cine para efectuar versiones sinfónicas, o suites de daba por hacer a un Howard Hawks, que no había escrito el guión (que en
orquesta, que son algunas de sus obras más apreciadas. Existen algunas parti­ aquel tiempo incluía la descripción de la planificación visual) ni habría deci­
turas soberbias que aún están escondidas en filmes famosos o desconocidos. dido por sí mismo el reparto, y sólo tenía un control muy general sobre la fo­
Estamos convencidos que la belleza y.la densidad de la partitura de Michel tmzrafía, el sonido y la música? Le quedaba la posibilidad de imponer un rit­
Colombier para Una habitación en la ciudad de lacques Demy daría una bue­ m; particular. que acabaría por reflejar determinada sensibilidad y crear
na ópera, con las necesarias transposiciones escénicas, y que es una pena que determinado sentido. .
no sea más reconocida y apreciada. ¿Qué impediría grabarla con otro reparto? Por supuesto. para completar el cuadro, también habría que haber citado a
Cuando Bemard Hemnann. gracias a los esfuerzos de algunos apasionados, los 2:uionistas (que ya crean sobre el papel una estructura narrativa, ritmada. de
pudo grabar su partitura para Ciudadano Kane. el público se dio cu.enta de que nat~raleza musical), los montadores y especíalmente ---:aunque no solamen­
la melodía de Salammbó que apenas se oía en-el filme. cantada por Kiri Te Ka­ te- los que trabajan específicamente en el sonido del filme (como Adrienne
nawa,valía tanto como algunos clásicos de la escena. Así, al decidir centrar Fazan, montadora jefe de Cantando bajo la lluvia), ciertos ingenieros de soni­
estaQQfa en la música de cine. no hemos pretendido negar a las músicas escri­ do v mezcla (como Graham Heartstone.quien «orquestó» magníficamente, en
tas para un filme la posibilidad de llevar una vida autónoma. vida que, por el Blc;de RUI1Jler. la totalidad sonora constituida por la música de Vangelis y los
contrario, desearíamos que fuera rica y variada: simplemente pretendíamos re­ múltiples elementos de ruido. palabra. rumor. etc.), algunos productores im­
corda,t:.,.que el cine es un lugar particular. un espacio en el que. las leyes habi­ portantes y. finalmente. los actores y actrices cuyo ritmo y presencia son tan
ruales no tienen curso. personales que otorgan al filme su musicalidad. Pero citara uno o dos de cad:!
Especialmente. ello Se debe a que otro «compositor» inten!ieneen este es­ cates!Ona no hubiese tenido demasiado sentido. Todo lo más. hemos hecho un~
pacio, y él es el responsable de la totalidad de la obra. Este «compositor» es el e:\ce~pcíón. por ejemplo. con la personalidad del montador. director y técnico
director. de sonido Walter Murch. cuyo trabajo en La conversación (The conversatíon.
197"'¡') de Coppola ya habíamos destacado cuando empezábamos nuestra inws­
tigación histórica y técnica y que ha sido determinante en nuestro interés por
Los hombres y las películas este campo.
Evidentemente podría discutirse hasta la saciedad el inventario que hemos
Cuanto más se pone de relieve el nombre del directorde"l filme (antes dis­ hecho de cierto número de directores que han marcado la historia de la m~sic:1
creto en los carteles y casi siempre desconocido para el gran público) hasta el en el cine. de un modo u otro. En principio. no es en absoluto un ()lirrip,o del cinc
punto de hacer de él sistemáticamente. en ocasiones <;ontra toda evidencia, el en su conjunto. ni la expre~ión todas nuestras preferencias. Algunos de 105
«autor del filme» (se di('e «un filme de)}. negligiendo especialmente a los mavores directores no tienen entrada aquí, como es el caso de Orson \V dles.
guionistas), cosa que no ~iempre es. tanto más continúan siendo poco conoci­ po;que estimamos. acertadamente o nó. que su especificidad no reposa .sóbresu
dos los aspectos que concretamente abarca esta palabra. incluso para los ciné­ empleo de la músiéa o sobre su concepción «musicalista» del cine) s~n que elll)
filos que la esgrimen. De hecho. tal como contamos con detalle en El cine y le hU2a menos importante a nuestros ojos por nada del mundo. Inversamente. 3l­
sus oficios, este término se ha aplicado. según las épocas y sistemas de pro­ 2:uno~ directores de los que no somos forzosamente grandes admirado~es .. figu­
ducción. a responsabilidades muy diversas. que pueden ser concretas aunque ;an aquí debido a la originalidad con la que han tratado la referencia mus~ca1. o
determinantes.. o al contrario. mucho más extensas, llegando hasta el control bien porque su caso ejemplifica la importancia (poco conocida) de este modelo
total del filme. en el cine más familiar. Además. incluso en el marco al que nos referimos. la ti­
SI"GCLAR PLURAL AUTORES Y FILMES 313

mitación de espacio nos ha obligado a decisiones injustas, que tienen un valor que en la historia designa a un juego de rol a:;;esino practicado en una socie­
de muestrario más o menos arbitrario; Por ejemplo, en él rico campb-del llama­ dad del futuro. . ,
do cineexperlmental o enel cine de animación podríamos citar diez \'eces nlás, Gran inno\'ador,RobertAítnlin creó en lo~ años setenta. con el ingeniero de
nombres, y más aún en elcine no occidental. sonidoJimWebb, un sistema te\0Iucio'nario de grabación de sonido en ei roda­
Otros, como Abel Ganceo. Milos Forman. son objeto de desarrollo en la je que pennite que los numeroso:, actores hablel; a un tiempo y continúen siendo
parte histórica: finalmente, hemos omitido deliberadamente directores que han audibles individualmente. y á \ece~ 'incluso dean~bulen libremente en su solilo­
brillado específicamente en la comedia musical. como Vincente \linnelli. Geor­ quio, segÓn las ';ariadas combinacione~ de discur:.;os independientes y panllelos.
ge Sidney, StanleyDonen, Bob Fosse o Herbert Ross. porque este género. a pe­ Ello le ha dado un medio para crear. entre otras. escenas de conjunto análogas a
sar de su nombre, ,plantea problemas de orden específico y porque es el género las que se encuentran en mUchas óperas. y que no estáncentradasen un persona- ,
mejor conocido. gracias especialmente a las obras citadas en la bibliografía. El je principal: el equivalente de los primeros actos de Boris Gudo!lo\', TurandO! o
papel de algunos prodUCtores como Anhur Freed y Robert'Stigwood es impor­ Carmen, desde el punto de vista no tanto de la expresión y del contenido como
tante en este campo .. de la forma dramática, del entrecruzamiento de r¿plicas de grupos de personajes
¿Ordenarlo por compositores? ¿Ordenarlo por directores': Respecm a cier­ y de melodías. Encontramos este tipo de escen:l~ en \'ario~ filmes de Altman.
tas películas analizadas con más detalle. podríamos, estar dudando entre ambas como El jüego de Holl.'r\t'ood.
opciones durante años. Poco importa: no pretendíamos calcular las proporcio­ Particularmente, El largo adÚ1S (The long goodbye. 1973). basado en la
Ileso mantener cuotas de participación (el índice de la presente obra ya ser\'Írá obra de Chandler, es una obra extraña y magisLJ.L Altrhan hace que el detecti­
pata apreciar la importancia global concedida a cada uno), sino sobre todo va­ ve Philip Marlowe, encarnadó por ElIíott Gould. esté refunfuñando en voz alta
lorar las obras en sí mismas. durante buena parte del filme. Para habituar al espectador a esta elección, la
En algunos casos, en efecto, se evoca a un director por un filme en particu­ guionista Leigh Brackett tuvo la idea de empezar mostrando a Marlowe, que
lar. especialmente destacado o significativo, y no por toda su obra (por ejem­ vive solo, hablando con su gato, panicularmente exigente en materia de latas de
plo, Carol Reed por El tercer hombre). Todo ello~ evidentemente. tiende a comida. No nos sorprende ver a ElIion Gould continuar hablando en voz alta
completar, en relación con el conjunto de esta obra, una especie de fresco que cuando sale a comprar comida para su mascota al supermercado más próximo.
intenta no despreciar ninguna de las dimensiones que entran en el marco de Así es como empieza uno de los filmes con un ritmo más libre, más ágil, más
nuestro .lema, con el pretexto de una jerarquía apriorística de los géneros, au­ jazzístíco, que jamás se hayan hecho.
tores u originalidades. ¿Por qué a nuestro juicio eso está más cerca de la música que del teatro?
Porque tratándose de cine, la interpretación de EIlion Gould está ceñida a cier­
* * * ta cadencia y el ritmo de sus gestos y de sus diálogos viene dado con el texto y
está unido con él de algún modo.

ALTMAN, Robert (cineasta americano, 1925)


'''''~',UíTlr'\J''_ Ingmar (cineasta sueco. 1918)
Obsesionado por el principio del filme coral -que hace que se crucen
cierto número de personajes, aveces muy numeroso', en una'circunstancia o Bergman forma par.te del grupo de directores de cine para los que
un medio dados, a menudo para criticarlos: la música country en ¡Vashville LOalUd,ono progresivo -en su caso a partir de finales de los años cin~enta.
(Nashville, 1975), el medio del cine hollywoodiense en Eljuego de Hollywood menos- de la música cinematográfica, en beneficio de intervenciones
a
(TIre PI ayer, 1992), la moda en Prél aporter(Pret porter, 1995}.-, Altman en lo sucesivo circunscritas y tomadas del repertorio clásico para
investiga estructuras formales próximas a la música. Uno de sus filmes, que (algúnos compases de una sonata para violoncelo so~o de'Bach, o una
tal vez dista de ser el mejor de ellos pero sí es uno de los más significativos de Chopin), ha permitido clarificar el aspecto propiamente musical
desde este punto de vista, se titula elocuentemente Quin/el (1979), nombre concepción. Dicho de otro modo: cuanta menos música, en su sentido
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estricto, hay en sus filmes, éstos son más esencialmente musicales eIl su .cons­ tación teatral dada ante el padre sobre un escenario al aire libre, el cortejo se re­
trucción y variaciones de ritmo. Ciertamente, hasta enton.ces, en obras.maes­ ~ construye y vuelve a la casa en una efervescencia colectiva. Pero Bergmandeja
tras cOl1,!o Juegos de verano (Sommarlek, 1951) Y por supuesto El séptimo se., la cámara inmóvil, en tanto que los cuatro personajes y sus ruidosas voces se
llo (Detsjunde inseglet, 1956), la presencia de la música de Erik Nordgren, su alejan, como una cadencia o como un retorno al pianissírnt:l. Así, en este princi­
compositor habitual, no era obstáculo para un ritmo muy personal. Sin em­ pio, se alternan sÍfl{;esarlas combinaciones de personajes.-pero también los rit­
bargo, está fuera de toda duda que el giro producido a partir de Como en un mos y tonalidades. . .
espejo (1961), primer «filme de cámara», fue capital. Otro filme realizado poco después, El silenCio (1963), va aún más lejos en
Según el propio director, El séptimo sello nació de la repetida escucha de los la abstracción musical: esta historia de dos hermanas y del hijo de una de ellas,
Cannina Burana de Carl Qrff y especialmente del coro final, que había desper­ que viajan a una ciudad de un país misterioso cuya lengua les es totalmente des­
tado en el espíritu del director la idea de gente «surcando el naufragio de la ci­ conocida, permite a Bergman hacer aún más sensibles el ritmO y la sonoridad de
vilización y de la cultura, mientras hacía nacer nuevas canciones» (/mages, pág. la palabra como tales, y conseguir que oigamos los gritos de la calle como tim­
222). Pero su matrimonio con la pianista noruega Kabi Laretei -a laque dedi­ bres. colores.
có Como un espejo- debió permitirle manejar estas referencias de manera más «Me acuerdo --cuenta el director- de que [... ] El silencio. exactamente
consciente. «A través de Kabi. aprendí muchas cosas sobre la música. Esto me como Los comulgantes (Nattvardsgtisterna. 1962),(el filme 3llterior] nació de un
ayudó a encontrar la forma de la "obra de cámara". Entre la obra de cámara y la fra!.!mento musical: el Concierto para orquesta de Banok. :-\1 principio. mi idea
música de cámara no existen fronteras, igual que entre la expresión cinemato­ era~la de realizar un filme que siguiera leyes musicales y no leyes dramáticas. un
gráfica y la expresión musical» (fmages, pág. 237). filme que funcionara por asociaciones. por ritmos. con un tema principal y te­
sin embargo. no hay que pensar que baste con escribirun filme con cuatro mas anexos. Al escribir esta película. pensaba musicalmente. mucho más que de
personajes (en este ejemplo una joven, su hermano, su marido sensiblemente costumbre. Sin embargo, en realidad. de Bartok no queda má'i que el principio
mayor que ella y su padre) y compararlos con dos violines, una viola y un del filme, que sigue bastante de cerca su música: primero un pasaje dulce. apa­
Yioloñcelo. haciendo que se debaten en una isla durante treinta y seis horas. en !Zado yla explosión súbita)} (lmages. pág. 220).
agrupaciones variables que van del solo al tutti. para hablar de cuarteto de cuer­ ~ En efecto. este ·filme empieza con las .impresione~ -le un ,,¡aje en tren.
das. La conciencia musical de Bergman es mucho más precisa. y semanífiesta percibidas por el niño: el sonido es continuo. sordo y débil. Ylas\'Ísiones que
especialmente en :;u dominio de los contrastes de masa. veloddad y de ~x­ aparecen por la ventanilla son amenazadoras e indeci~:::s. Súbitamente. vol­
presión. vemos a encontrar a los personajes en un hotel del centro de la ciudad. Por
Por ejemplo. la acción empieza como un unísono forte de los instrumen­ las ventanas captan la brutal luz de un día soleado y 105 19rioS gritos de ven­
tos.que luégo se :-;eparan en grupos de dos. Los cúatro protagonistas:acaban dedores.
de baiíarse y hablan juntos ruidosamente y con alegría. antes de 'separarse Bergman es un maestro de las modulaciones de atmósfera. de ritmo y de
para realizar diferentes tareas: hermano y hermana van a buscar leche a la humor de los personajes, Yel estudio de .su obra en el plano de los cambios de
granja. marido y padre discuren recogiendo las redes. Berg111an aprovecha tempo-a los que el estudio de la música tanto le ha apon:ldo- mereceríá todo
esta separación para pasar rápidamente, por «montaje alternado», de un dúo un volume.n. Estos cambios nunca son formales. sino siempre encarnados.
a otro. y así subrayar las oposiciones de ritmo y tono: los, dos jóvenes cami­ dos a estados a la vez físicos y psicológicos.
nan y hablan con vivacidad. mientras que los adultos reman laboriosamente
en una barca.
Más tarde. todos se encuentran para una comida familiar al aire libre. muy BUER, BertrandU;in,eastafrancés. 1939)
animada al principio. para caer luego en un silencio incómodo~ ~I padre, que se
siente acusado por sus ausencias y,su egoís~o, se .aísla en una habitación de la Sabemos que Bertrand Blier escribe amenudo sus guiones escuchando mú:.
casa para lÍorar en un solo. Vuelve a salir, y los ';ltros tres le acqgen ruidosa., . sica. clásica b moderna, y que se inspira en ella para la forma de sus filmes. JI
a
mente y lo llevan en cortejo. hablando todos hi vez. Después de una represen­ mismo tiempo que hace que sus personajes también oiga..'1 o toquen música. El
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316 SINGULAR PLURAL AUTORES Y F1DtES

padre de familia de Denwsiado bella para ti (1989) reacciona con una emoción tema tiene sus límites: los actores se utilizan como instrumentos a los que se
violeI1taal.escucha~uI) e.uaneto cte Schubert.. que su hijo impone a la familia
escucha tocar. y~uspersonajesjamás están desprevenidos.-siempretienen un
porque tiene «que hacerun trabajo». El tándem Dewaere;'De'pardieu diserta so­ texto preciso que decir. como una partitura 'que ·respetar.·Todo ello presenta 'un
bre Mozan en e: Quiere ser e/ amante de mi nll~jer? (Preparez vos mouchoirs. grado de acierto desiguaL con verdaderos momentos de gracia en medio de con­
1977) Y Charlone Gainsbourg y Anouk Grinberg.en Meró la víe (990) co­ juntos má:;:. o menos flojos.
mentan la música de la película paseando por una playa. músicá que sale de la
nada pero que ellos pueden oír como nosotros. en este caso al~!Unos fraamen­
~ o
tos tomados de obra~dePhiL Glass. que con su aparición crean una verdadera BuÑUEL. Luis \ cineasta mexicano de origen espaiiol, 1900-/983)

emoción metafísica. Finalmente. Patrick Dewaere.en Beau-pereO 981), es 1\li

pianista de. bar. Este gran director español. que se volvió prácticamente sordo al final de su ir
Este último filme está claramente inspirado enelja.:::~·con suslan!Oss%s vida, mostró en :;:.us películas una relación con la música muy ambivalente y ex­
!\
de, actores a La deriva. bañados'en un ambiente difuso de hipocresía.... y blues. trema. Tiende a prescindir completamente de la música. o al contrario a ahogar ;)
¡
Todo ,gira en torno al paralelo que existe entre los fragmentos- que el protago­ una escena baj0 oieadas \\agnerianas. En el filme surrealista La edad de oro

nistp.interpret:t para un;.} cJientelaque. la mayoriade las veces. parece indife­ (L'age d'or. 19301 hace un uso desbordante de Tristán e [so/da.

rente. y los monólogos que dirige directamente al público del tiime, monólo~!Os El documental Las HurdesfJierra sin pan (l932-1937i. consagrado a una

, que evocan la música porque incluyen repeticiones acompasadas ya veces¡n­ de las re~:iones más atrasadas de España. utiliza música de Brahms para crear

o c1uso rimas. acentos de sentimentalismo exagerado y fuera de lugar. que refuerzan el carác­

Enuna escena signíficativa.Rémi --es el nombre que BlieLen un guiño ter sórdido de la pobreza filmada. Mástarde, Buñuel evoluciona hacia una cla7'

cómplice. ha dado a su personaje- está ocupado tocando música de ambiente ridad y sencillez de estilo absolutas. en las que la música se sentirá como una in­

para, un cumpleaños burgués. Interpreta su repertorio de bar musical sin que terferencia v como un elemento de confusión, capaz de destruir la ironía,

ninguno de los jÓ\'enes reunidos alrededor de la reina de la tIesta le preste la buscada inciuso en las situaciones más patéticas. lntervíenesin embargo de ma­

más mínimé,l. atención. Cuando traen el pastel. toda la mesa entona un Happy nera mágica aquí y allá: bocanadas de baile español que se escapan fugazmente

Birrhday espontáneo. sin ninguna consideración hacia la música de piano que por las puertas abiertas de habitaciones de hotel (Elfalllasma de la libertad [Le

asegu,raba «el ambiente),. Le toca a Rémi atrapar al vuelo la canción, improvi­ fantóme de la liberté, 1974]), O. en el sorprendente E/ ángel exterminador

sando un acompañamiento que no está en el tono adecuado, y con el 'que nadie (1962), una recepción «hechizada» de burgueses mejicanos, en la que, en el mo­

se preocupa de afinar. Poco después, cuando Rémi recupera su papel, uno de mento en que una cantante entona una melodía, todos quedan encerrados, inca­

los jóvenes invitados se dirige. a la cadena hi-fi y pone un disCo de baile mo­ paces de salir de la habitación por un misterioso hechizo. En Viridiana (1961)

derno, sin haber prevenido para nada al pianista, que se ve obligado a parar. todo el mundo se sorprende del uso del «Aleluya» del Mesías de Haendel en la

. Aunque la escena. en la,pantalla, no tenga tOda la fuerza desu concepción, nos orgía impía de los mendigos, parodiando la Última Cena. Así, en Buñuella mú­

recuerda, de modo conmovedor la anécdota citada por Blier a propósito de Mo­ sica está asociada a menudo con el exceso.

zan cuando era pequeño y tocaba para. un público que seguía charlando. La mú­ Característicamente, su último filme, Ese oscuro objeto del deseo (Cet obs­
sica para Blier es casi siempre un.monólogo, el de alguien que habla sin que na­ cut objet du désir, 1977), que se presenta como un rel~to hecho por un hombre

die le preste atención... . . en un tren, evita cuidadosamente la más mínima intervénción musical, salvo al­

En la propia escritura de sus diálogos~ el director pusca cada vez más una es­ gunas notas de ~flamencb .«en situación». Hasta la última escena, en la que Fer­

pecie.de lirismo repetitivo y acompasado, de juego d~ ec'os entre las réplicas: un Rey y una mujer se encuentran en una extraña galería comercial eñ'la que

. personaje repite lo que ha dicho el otro, reelaborándolo, cosa que aleja aún más altavoz difunde un mensaje político y luego eITÚte un extracto de La walki­
al autor del realismo y del tiempo lineaL La reivindicación de la ordinariez del ria. Este momento musical -un dúo amoroso e incestuoso entre Siegmund· y

vocabulario tiene, con frecuencia, la función de compensar esta tendencia alli­ Sieglinde.:.-se interrumpe con una explosión que destruye el decorado y ep­

rismo,o de crear con respecto a ésta un efecto de chirrido. Sin embargo, este sis- la imagen en la polvareda. Wagner ha precedido a la catástrofe ..
318 SINGULARPLURAL AUTORES Y FILMES 319

CHAPLIN, Charles (cineasta y músico americano pacío y dice a sus padres: «Escuchad»~ No hay nada más. como mensaje, que

-
de origen británico, 1889-1977)·· la· música de Wagner...

Todo el mundo sabe que Chaplin finnaba las partituras de sus filmes,y;a
hemos analizado con detalle, en una obra consagrada a Luces de la ciudad, su COPPOLA, Francis Ford (cineasta americano, 1939)
concepción discreta y profunda del acompañamiento musical. Aquí, nos limita­
remos a dar un solo ejemplo de la conciencia que Chaplin tiene del poder ambi­ Tocado por la ambición operística, Francis Ford Coppola es uno de los ci­
valente de la música y de la inteligencia con la que la utiliza, de modo cómico. neastas americanos. más inventivos y más fecundos en este campo. Su filme
crítico y emocional a la vez. . más conocido, aunque muy desigual. Apocalypse Ilm\." (1979), lleva una clara
Se trata de El gran dictador (The great dictador, 1940). donde Chaplin én­ huella de esa. inventiva: no sólo se trata de la famosa y trágica carga de heli­
cama a dos personajes sosia uno del otro: un pequeño barbero judío v el dic­ cópteros bombardeando un pueblo vietnamita al son de la «Cabalgada de las
tador Hynkel -sátira de Hitler, en una época en la que mucha~ dem~cracias Walkirias» (secuencia de la que la publicidad, que la imita muchas veces, no
le encontraban aún cienas cualidades. La existencia paralela de ambos hom­ capta más que su veníente triunfal. olvidando el horror y el escándalo que de­
bres. perseguido y perseguidor, es mostrada mediante rimas sutiles. Por ejem­ nuncia), sino también las múltiples escenas tratadas como cuadros coleCtivos.
plo. ambos se encuentran en un momento dado yen secuencias parecidas. en o bien el interminable principio al son de la canción de los Doors The End. en
relaciones de influencia yposesíón con la música. En el caso del barbero. eS el que las hélices de los helicópteros y los ventiladores del techo crean lenta­
el famO'sogag en el que las variaciones de lempo de una Dall::,a /uíllí!.ara de .mente un ritmo obsesivo, admirablemente orquestado por eJ sOll17d designer
Brahms. que él escucha por la radio al tiempo que se ocupa de un cli~nte in­ Walter Murch.
quiero. le conducen a manejarla navaja de afeitar máso menos r:ípida o len­ Una de las obras maestras de Coppola. Cora::.onada rOnefrom (he hean.
ramente~~enun ballet cómico y peligroso. En este episodio. que pone en evi­ 1982Jdescribe las peripecias y las J\"enturasque yi\'en por separado un mari­
Jencia el ,efecto activo de la música. sus cambios de conducta se presentan do y su esposa. cansados el uno del otro. el día de Ll riesta nacional del cuarro
como alternancia~; de ternura y rabia. arranques ímprevisible~. no eXemos de de julio. en Las Vegas. La originalidad del filme no pro\"iene ~nicamente de
;lgresividad.lnmediaramente después. encerrado en su palacio. Hynkel sueña que esté rodado en estudio. con la magnífica colabdra(ión del operador
..:on ser el dueño del uni\'erso~ mientras queel preludio de Lohen!!rin caerire.­ Vitrorio Sroraro y del decorador Dean Tavoularis.par:.i .::re;lr un espacio escé­
ralmente del cielo y le inspira un ballet solitario y megalómano. en clqueel nico original. sino uunbiénde la idea del director de que la acción sea segUl­
Jicrador. juega con.un gran globo terráqueo. que explota en sus narices. po­ da paralelamente por canciones en 01]: en las que intervienen dos cantantes
niendo tinsimultáneamente ala música y al sueño infanril depoderinven­ que son los dobles musicales de los proragonistas: Tom Wairs y su yoz graw
.:ible. ;(quien además~s el c;ompositor de la música), y la camante countryCrysral
Sería demasiado simplista no ver ahí nada más queestereoripos sobre I:l Qayle. La letra de las. canciones (que de modoalguno.se,presentan¡)fl lhe air
voluntad de poder contenida intrínsecamenreenla música de \Vagner:Alfi­ sino que provienen de un fondo imaginario. en el qUe l1cupan un lugav estable I
nal del filme el barbero. al que una equivocación hace que le romen~pór eldk­ cQnceden a la accjón un eco libre y tiernamenteirónico.Por ejemplG. cuando
rador. se encuentra con que debe hacer un discurso al mundó. y apro\'echa la esposa. interpretada por Teri Garr. Frannie. camina en camisón por el apar­
para lanzar un mensaje de amor y de progreso. La música que ¿-m'ue/ve \. con­ tam~nto. común, la voz de Tom\\ai.ts--diferente a la de Frederic fortest. que

duce.al espacio su discurso es el mrsmo exrractodeWa~mer. mism~ l'eit­ .interpreta asu marido- deraHae! poco .apetito de unhmnbrepor una mujer
motir del Grial. Una música robada. al MaLpara que su belleza sea puesta al que «no se~ cuida»; Así., las canGíones' ex.plican a menudo una esp~~ie de SOl
servicio del Bien. Las mismas notas orquestales en'vuelven e/ sueño de he!!e­ interior deun petsonaje frente a Iaimagen de orro.o bien en su confron­
manía mundial del dictador rencoroso y eLdiscurso deesperanza~ En laúlti~ tación con, éste.
ma a cientos de kilómetros de distancia; la mujer ex.iliada. J laque No es un detalle sin importancia el. hecho de que Coppola haya tenido unpa­
:lma el barbero. con el bello rostro de Paulette Goddard. capta algo en el es- dre compositor y director de orquesta. tlautista en unaorquesra dirigida por
320 SINGt:L ..... R PLURAL AUTORES Y FILMES 321

Toscanini. Carmine Coppola, y que haya sido uno de los productores de Al1leri~ Finalmente, como director (Drácula, [Bram Stoker's Dracula, 1992]) Y
. .can Graffiti de George Lucas,en laque las canciones oídas porla radió funci6~ como productor (Frankúlsteinde Mary Shelley [Mary Shelley'sFranken~tein .
. nan igualmente como unligero comentario. Además. lle\'ó á la esCena la ópera 1944]. de KennethBranagh). Coppola ha contribuido a la creación de filmes­
Gotrfried von Einem La visita de la deja dama; basada en una obra de Dü­ ópera hablados'en los que el, decoradó~ la música orquestal y el estilo de' inter­
rrenB;n. o queya en 1972 se le ocurriera la idea de montar. en teatro. la pieza de pretación'de los persOnajes están voluntariamente un tono por debajo. COn\·i5­
NoeL Cqward Primlé' !h·es. añadiéndole canciones, En 1979. Coppola distribu­ tas a crear un ,espectáculo ala vez Ifrico,fantástico y. como dicen los
,:.,..Ve en Nueya York y Los Ángelesla tetralogía cinematogr;Üicade Syberberg so­ americanos, bigger thah lije.
,breHitler. EinFilm ()US Dentschland (1977); otra investigación sobre. la' dí so­
ciaciónde lo,s elementos cinematográficos,
Finalmente, Cora:012ada debía ser el preludio de una ambiciosatetralbgía CORNEAU, Alain (cineasta francés, 1943)
de pelí~ulas inspiradusen Las afinidadess electiras de Goethe. situadas 'en' el
mundo entero y en .c-uatro épocas diferentes (entre ellas el futuro). proyecto a El director de Todas las mG11anas del mundo (1991). que contra toda ex­
Jo Lelouch que él describía como una ópera: Así explica Coppola su concep­ pectativa puso de moda la viola de gamba y la música de Marin Marais, arre­
ción: «\le habían intluido Jos' estudios que desde hacía algunos años había glada por Jordi SavalL no realizó este filme por azar: Corneau siempre había
hecho sobre el teatro japonés. Es una forma de espectáculo en la que el deco­ proclamado su admiración por la obra de Satyajit Ray Jolsaghar. obra que
rado. la música. la danza y el 'canto intervienen por turnos para sostener la in­ ciertamente lé influyó estilístÍcamente. Ya desde hacía algún tiempo. Cornea u
triga, y se les otorga protagonismo alternativamente para contribuir a talo había concebido algunos de sus filmes como solos de ja:::::.: PatriCk Dewaere en
cual momento particular de la historia. [... ] En una orquesta deja::. los ins­ Serie negra (1979), con diálogos de Georges Perec, y Richard Anconiha enLe
trumerüistas hacen eso mismo: se leyanta el trompetista y hace un solo: le su­ Móme (1986) interpretansus papeles como solistas locos improvisando en la
cede el batería, etc. En Corazonada los elementos son tratados del mismo noche.
modo» (Positij, n. 162. abril de 19S2 J. Intérprete de batería, admirador delfree jau Oohn Coltráne, Archie Shepp,
. Es una lástima que no siempre se haya comprendido la belleza de esta con­ Pharoah Sanders, Albert Ayler), Corneau declaraba a Positif. en 1974, cuando
cepción. hasta el pumo de deplorar que los personajes protagonistas del filme no se estrenó suprímer filme, France, societé anonyme, en el que hacía una utili­
sepan cantar ni bailar. mientras que ésta es la idea de la película. En efecto, aquí zación original de la música cajun de CHfton Chénier: «Me interesa especial­
no se trataba. de hacer una comedia musical en el espíritu de las de Gene Kelly, mente la música improvisada. [... ] En la música escrita figura la idea de que po­
cOIl un actorlbailarínlcantante; sinoalcomrario, se trataba de' experimentar una demos esperar una no-proliferación de acontecimientos, en tanto que el ja:::::. se
fórmula de «disociación» religada a las grandes formas arcaicas del espectácll­ relaciona más con el oriente; no es casual que Coltrane escuchara música india:
lo, en las que el actor está en la pantalla y el cantante en el fondo, mi eritras que así pues, tiende a lo múltiple, a cosas sobre las que es más difícil pensar de ma­
el bailarín sería la propia cámara. nera teórica»: Y es verdad que el énfasis puesto en Todas las mañanas del mun­
En La. ley de ¡acalle (Rumble fish, 1984), inspirado visualmente en Ama­ do sobre la producción del sonido en relación con la partitura (presentada como
necer; el realizador busca una poliritmia de tipo operístico:un'a de la primeras un simple esquema) permite que el director pueda transponer algunos de sus
imágenes .muestra nubes que atraviesan el' cielo a cámara rápida, en otro mo­ gustos por el jau y la música india.
mento del filme estas nubes se reflejan en la vitrina de un bar;delante de la que
dos personajes discuten en un tono y una velocidad normaL Dado que la obra
estaba concebida alrededor de la obsesión por el·tiémpoy los relojes, Coppóla
tuvo la idea de dirigirse tanto para la música como para la orquestacióridel con­
......cJI...r.!'i. U ¡;;" Georges (compositorfrancés, 1925-1990) -
junto de ruidosa Steward Copeland, batería del grupo Políce, solicitándole, des:': A través del ejemplo de Georges Delerue, del que vainas a intentar hacer un
de el estadio de preparación, que crease una textura musical, no a base de me­ sintético fiel a su personalidad y a su complejidad, pretendemos referu­
lodías, sino de sonidos urbanos trabajados y de percusiones. a cierto número de compositores, particularmente franceses, que figuran ~n-
322 AUTORES Y FlLMES 323

tre los mejores, Como el de otros compositor~s (Maurice Jarre, Michel Colom­ día e~traída de un filme de Henri Colpi;Una larga ausencia [Una aussi longue
bier, Michel Legrand), el trabajo de Delerue ignora las barreras entre cine de au;.. absence, 1960]), Delerue no ha tenido la: oportunida.d de convertirse en uno de
tor y~ne para el gran público; como otros autores, estimó qu,e las condiciones esos«d~sconocidos famosos» --desconocidos en todo caso para. el gran públi­
de trabajo qu~ le ofrecían eran más interes~tes en los Estados Unidos. Finalo: ca-- que escriben melodías cantadas en todq mundo en forma de canciones o
meJ!.te, como otros, es difícil de encajar en el cuadro un tanto rígi40 del «tándem' de melodías conocidas. Ni jazzístico ni de varietés" Delerue es el típico com­
perfecto» o del «autor maldito». positor sinfónico provisto de una sólida formación clásica. Sin embargo, con­
El nombre de Georges Delerue.es muy conocido para los cinéfilos france­ trariamente a lo que se acostumbra a oír en las ampulosas orquestaciones del
ses, pero por una mínima parte de su producción real. A menudo se le asocia cine americano, no acumula los colores, más' bien le gusta destacar algún ins­
con algunos filmes-fetiche de la naciente );ouvelle Vague (Tirez sur le pianiste trumento solista que marque la atmósfera principal, el clima, el lugar (acorde­
(1960], de Truffaut (El desprecio, 1963], de Godard), aunque ha escrito un .con­ ón, banjo, flauta. clarinete) sobre un «tapiz de cuerdas»; Esta sobriedad deme­
siderable número de partituras para comedias de Philippe de Broca (cuyas me­ dios ha hecho que muchos críticos americanos le 'consideren como típicaménte
jores realizaciones son probablemente El hombre de Río' [L' homme du Rio, francés .. También ha tenido la ocasión de escribir para numerosos filmes de
1963] Y Rey de cora:ones [Le roi du coeur.1966 J), así como de otros directores época. imitando con igual acierto todos los estilos antiguos 0 extranjeros ima­
franceses etiquetadoscomo «comerciales», ¿Cuántos cinéfilos saben que Dele­ ginables. Incluso ha imitado .. ; a la música vanguardista. sea la de los años
rue compuso una potente partitura para el célebre filme de Ken Russell Mujeres veinte (el ballet rusoneobárbaro de Mujeres enamoradas). o la de los sesenta
enamorad~s (Women in lave. 1969 r? ' (en el filme de ZulawskiLo imporTante es amar [Uimportant c'est d'aimer.
,Comp9?itor prolífico. Delerue parece encarnar completament~el modelo 19741 ).
del músico de cine camaleónico y discrew. distinguiéndose porservir al género Delerue destaca especialmente en la traducción de la tragedia dolorosa, ex­
al que ilustra,.o al direcwr para el que trabaja. y siempre jugando a disolver su presada enpü!.:as notas (El desprecio). porurra-orquesta-dem;a y llena en la que
música erl. . 1,~1 atmósfera que contribuye a crear. Una especie de bulimia por to­ las cuerdas s.on las protagonistas. Sus referencias sana la vez Bach y Brahms
dos los géneros cinemawgráficos le ha conducido aintentar ejercer su oficio en (músico qUe busca una síntesis equilibradora entre el lenguaje romántico y la
todos los~~s()s: se lamenta de.ser clasificado como «músico nostálgico» y de no objetividad clisicn). La palabra «equilibrio» es una de las claves que aparecen
haber tenirlo'más a menudo la ocasión de escribir para obras fantásticas o mór­ en sus raras y modestas profesiones de fe.-Inclusocuando el temperamento tor­
bidas. COllb lvIalpemús (\lalpertuis:. 1973 ¡de Harry Kümel. memos o de un director comoKen Russellle da ocasión para desatarSe. continúa
Cuando. excepcionalmente. Se destaca una música.de Delerue (como por utilizando una orquesta sobria y llena en la que brilla el color de un solo instru­
ejeqlplo en desprecio de Godardl. es más por el, modooriginal en que el mon­ memo solistltel clarinete. su instrumento fetiche).
taje del director la hace intervenir y puntuar trágicamente el filme que por su es­ En los Estados Unidos, Delerue consiguió que admitieran su manera de tra­
tilo propio: en casos límite. el público cree QÍr una «cita» de una hermosa músi­ bajar. y se mostraba conmovido por la calurosa acogida de su's colegas ameri­
ca clásica. extraída de alguna obra inédita. más que la creación exclusiva de un canos. Olher,Srone trabaja con él en dos de sus filmes de política. y de guerra
autor actual. , . (S4lrador [Salvador. .I 985] y Platoon [Platoon; 1986 J):el australiano Bruce
Compositór muy ágil y versátil (contr::ui.afI!ente a Herrmann.especializ,,"~ Beresford. cuyos filmes sOn poco conocidos en Francia. se convierte en sucóm­
do en filmes de suspense. fantásticos o de Jmbiente oscuro, salvo algunas ex~ plice.lras la muerte de Truffaut. Escribe pafa las grandes producciones fránce­
cepciones), Delerue no impone al oído una determinada «marca de fábrica» sas centradas. alrededor de la Revolución (Les, Chuans [1989]; dePhilippe de
en forma de una delermin:lda ~tll1óstúa¡ípica. que podría ser .asociadaa un Broca), pero.l;)ffibién para películas psicológicas y delicadas·en lasque se apre­
género definido (wt'sTt'nll o J. un autor. lnduso con Truffaut, Delerue adapta cia su toque ligero y sobria (Julia [Julia.. I 977J, de Fred Zinnemani1; Silhvood
su estilo a las n~cesidJ.des gue este realiz~d;()r siempr~ ha tenidode alternar la [Karen Silkwood. 1983 J de Mike Nichols).
comedia sentimental con el drama romántico~J~lfilme de época con la serie Cuando Dclerue. murió premamramen(e de enfermedad .. a'lossesenta y
negra. cinco. se lo cubrió de honores y homenajes. especialmente en Gran Bretaña y
Finalmente, sah'o una excepción (" Tres pequeñas notas musicales», melo- en Estados e niJos, pero en Francia su nombre se ha convertido en algo tan fa­
324 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 325

miliar, a través de innumerables contribuciones tanto en televisión como en el ¿Ejemplo simétrico y contradictorio de sus colaboraciones con Truriau('
cine de todos los géneros y cqrrientes, ,que ha quedado algo devaluado y ba­ No· tanto como podría parecerlo: Existe un'elemento exrráñamente comLin.,de
nalizado . c1asiéismo robusto y'dedens'idad.,en los dos momentos de conjunción cine:mú­
.LaJeyenda de la.mú~ica de cine gu~ta. como hemos visto, de los tándems: sica más sorprendentes de la obiade Delerue: la secuencia «corah>de La /Z(jche
~ltan citado ejemplo de Truffaut y Delerue fue más complejo e irregular d~ lo americana (La nuit americaine.·1972) de Truffaut yl05 creditosmusicale5 de El
que se suele. imaginar. desprecio están basados en el mismo principio:ritmosregulares. aloBach. que
Se nota. por ejemplo,'qu~ esta colaboración no es uniforme. pues Truffam llevan el vuelo de una amplia melodía. Dos mOmentos en los que ei estiio del
dejó de trabajar quranteaños con elcornpositorque había colaborado en algu­ compositor alcanza una especie de impersónalidadatemporaJ que parece haber
nos de sus primeros éxitos ,intl!rnacionales (lules y lim, 1962), pero también sído misteriosamente, y más allá de todas las concepciones «amorales>, que a
enun fracaso comercial y de crítica COmO La pie/suave (La peau douce. 1964) menudo se anteponen al hablar de lamúsÍca cinematográfica; su objetivo final.
---'hoy rehabilitado-:-, y en sus últimos años, después d~ una serie de filmes con su realización y el signo de su éxito.
An\oine DuhameL volvió con él para varias películas sucesivas. En a~elante.
Truffaut solicita a menudo los servicios de Deletue en su registro serio o so­
le~·me. trágico o romántico (Lasdos inglesas yelamor [Lesdeux anglaises et le DEMY, Jacques( CÍneastaji'ancés. J93 J-1990)
al
.::ontinent.1971 ]: La 111:lÚer de lado [La feume d~a coté, 1982]), buscando a
otros compositores para sus comedias. Es uno de los cineastas más reconocidos y más estudiados en el aspecto del
De acuerdo con el director, Delerue compone pára Tire: sur le pianiste una que se ocupa la presente obra. ya que tuvo la audaciade concebir y realizar dos.
música que no puntúa las diferentes peripecias paso a paso, sino, al contrario filmes enteramente cantados: Los paraguas de Cherburgo 096-+ ),conmúsica
-fiel al espíritu deJaubert- condensa bajo una forma casi fija. congelada, una de Michel Legrand, y Una habitación en la ciudad (1982 " con música de .\1i­
atmósfera de monotonía y de nostalgia, que corresponde alIado secreto y reser­ chel Colombier.También se le COnocen otros filmes que incluyen varios ballets
\'aoo del protagonista, y canciones estrechamente ligadas a la historia, especialmente Las selloriras de
Enlules y lim,Delerue supo volver congracia al juego del pastiche deépo­ Rocheforr (Les demoiselles de Rochefort, 1967), Piel de asno (Peau d'áne.
ca. .Y. crear música simple y nostálgica, que dejará en el público internacional 1970), Parking (1985), una versión moderna de Orfeo, en la que éste es un im­
ciertajmagen de su talento (melancolía, claridad, sobriedad, frágil felicidad), probable cantante popular de los años ochenta, y finalmente Trois placespour
imagen demasiado clásicamente french touch, con laque el compositor intenta:­ le 26(1988) comedia musical en la que Yves Montand interpreta su propio pa­
rá romper más adelante. Por ejemplo, no le importa utilizar una melodía reduci­ pel. En estos dos últimos filmes, el estilo de la música (debido a MicheJ Le­
da a cuatro notas y con un ritmo de vals uniforme, para expresar la armonía de grand) plantea desgraciadamente algunos problemas, al no atreverse a ser ver­
momentos privilegiados (secuencia d.e los paseos en bicicleta). daderamente moderno ni asumir su estilo anticuado; no ilustra las verdaderas
. La paradoja (si lo fue) quiso que fuera Godardquien le encumbrara y le cualidades del compositor, ni tampoco encuentra un nuevo sonido.
«hiciera salir» de sí mismo, apropiándoselo mediante un uso deliberadamente Ciertamente, J acques Demy adoraba las comedias musicales americanas de
impropio de, su música, al pedirle para El despreclo una música sombría y años cuarenta y cincuenta, pero también' Carmen y la ópera de Puccini. Es
trágica, romántico-germánica para unas imágenes llenas de sol y cielos azu­ ahí de donde obtiene el sentido trágico que daa su melodrama cantado Una
leS': . . tJltt.lcÜ)n en la ciudad una fuerza inolvidable, fuerz~ que este filme debe tam­
Deleru~ había compuesto para la ocasión una partitura bastante breve y le participación de Michel Colombier -una obra maestra de orquesta­
permitió a Godard usarla libremente en el montaje. Este último, repitiendo has­ también de musicalidad y expresió~- así, como a su conStrucción
ta la saciedad varias secuencias de esta partitura en las escenas en que las inte­ inspirada en ciertas figuras de la ópera, que esta película adapta con
gró de manera original gfacia~ a su co~ocido sentido del montaje, dobl~ o tri­ El marco de una huelga de obreros de los astilleros de Nantes, en los años
plicó su minutaje.. Por otra parte, .las entradas y salidas de música son tan y de sus enfrentamientos con la policía, da lugar a coros muy rápíflos
evidentes que llaman constantemente la atención. pero que crean un ambiente de colectividad operística. En este con­
32.6 AUTORES Y FILMES

texto de conjunto sabia y regularmente recordado (sea por un coro de manifes­ había firmado seductoras coÍnediasa lo Musset), contienen una dosis variada de
tantes o de miembros de un piquete de huelga, sea por .una simple réplica pres..;. cine policíaco, de erotismo, de comediá de costumbres, de literatura y -de inves­
tada ~n transeúnte), las escenas asocian a los personajes en dúos múltiples, tigaCión narrativa y formal; en la que la música no sólo es un material, sino tam­
mientras que el último cuadro reagrupa a la. mayor parte de los protagonistas bién una referencia precisa. En efecto, cada Uno de suS f.ilmes se presenta como
para un breve final. una apuesta o un desafío' respecto a forma particular: el v·agabundeo de dos mu­
En este filme, como en Los paraguas de Cherburgo, el «en-cantado» de Jac­ jeres puntuado por relatos fantásticos en Le Voyage en douce (1980); un filme
ques Demy, como Pascal Bonitzer ha bautizado con acierto este modo de decir sin palabras como La petite bande (1983, con música de Edgar Cosma),o la
el texto sobre notas. otorga a simples réplicas una resonancia particular y a me­ conversación de una pareja después de hacer el amor~ conversación que dura
nudo turbadora: así ocurre cuando la madre de Violette,la joven vendedora ena­ toda la noche hasta el alba, en el marco único de un apartamento C"loche de ve­
morada del protagonista, le dice a su hija que no debe dudar en dejar .el hogar rano enZa ciudad [Nuit d'eté en ville, 1991]).
para «hacer su vida» con un hombre. y, mientras apaga la luz de la habitación Regularmente, la música está tomada de compositores clásicos. y siempre
en la que trabaja como modista a domicilio, añade: « Yo ya he hecho la mía». El se utiliza como elemento de transición o de eco en un sabio juego de matices.
hecho de que esta réplica sea cantada, sobre una melodía simple en escala con­ Sin embargo, el director evita las piezas simples o populares. cómo los concier­
junta que conduce a la nota dominante, y que. en el silencio que sigue entre ma­ tosde Vivaldi. tan queridos por Truffaut. o aquellas que conllevan una emoción
dre e hija, la Grquesra se detenga en esta nota. da la sensación de que se prolon­ demasiado inmediata. La música. en su obra. parece no querer caralizar la emo­
ga la simplicidad de esta fórmula y engarza este modo de hablar popular y ción, sino más bien subrayar la forma.
profundo. lq(magnifica, y libera su sencilla grandeza. Cantada de este modo se Su película Le Paltoquet (1986) reposa sobre la idea de un corro de sospe­
graba mejor en la memoria. con la ayuda de los sonidos que la acompañan. Pa­ chosos en un decorado cerrado. ostensiblemente estilizado: «El filme -cuenta
radójicamente. rara vez los diálogos de un filme habrán sido tan valorados en el diiector- comienza con un claxon y ruidos de un taller que sedifuffiÍnan. El
tanto que diá\ogos concretos, reales, humanos, gracias a la decisión de hacerlos patán del título pone un disco: es un cuarte.to de Janacek. Y la música acompa­
cantar. que les da una resonancia particular. devolviéndoles el valor simbólico. ña. hace entrar a los personajes: el tema es el mismo. el instrumento cambia.
de.stacado que~son capaces de tener en la experiencia de cada día. y arrancándo­ (Los personajes de Lotte y de la encargada tienen temas musicales propios.) Al
los del naturalismo para hacerlos más reales. final del filme. se oye una segunda bocina. los ruidos del exterior invaden el es­
El «en-cantado»_ de Jacques Demy -siempre inteligible gracias a la escri­ pacio interior. Michel Piccoli sale tanto del sueño como de la fábrica. y dice J
tura de Michel Colombiery a la dicción de los intérpretes escogidos para la gra,. su chóÚr. en el que reconocemos al personaje del doctor: "A casa. Lucien··. So
baclón, que no son necesariamente aquellos que vemos en pantaila- permite obstante, la música del sueño vuelve a aparecer con el chófeL.Y después con el
también que el espectador admita una dicción más lenta y más articulada. Des­ resto de personajes» (PosÚif, n. 307. septiembre de 1986). ;-¡otemos que Michel
taca las palabras en sí mismas, en comparación con la voz que las enuncia. y Piccoli representa una especie de conductor del juego que gobierna la acción
mediante juegos de cadencias y de reposo en la dominante, otorga un valor es­ mediante los ctiscos.y que la estructura narrada por el -director responde a
\ pecial a cienasfórmulas. como ya hemos visto~ Así, pues. para un texto en pro­ idea de un sueño sin fin, del que sólo despertamos para seguir presos en éL
sao lleva a cabo el equivalente de las convencionet:LPoé!icasdeI metro y la rima. como en Terciopelo azul(Blue Velvet. 1986) de David Lynch.· ­
que confieren a las obras en verso de Moliere. como L'École des fe!11mes. su Para Péril en la demeure(l985). Devillerecurre a Brahms. "que me gusta­
fuerza expresiva. ba por sus -grandes arrebatos líricos. su violencia que se eri~a en contrapunto de
lanarración secaYelíptica del filme», asÍ.c omo a Schubert y a Granados. para
traducir, dice, el Universo femenino. «También megusrabael contraste
DE\"I 1.. LE, Michel (áneastafrancés. 1931) entre instrumentos solistas. el piano. la guitarra y eltrío. la músicadecámara».
En efecto. ef cineasta e:lige casi siempre ~Úsica para solistas o pequeñas forma­
;\luchos de los filmes bordados. «compuestos.» por el director· Michel Devi­ ciones y a veces hace reorquestar piezas con estefin~
!le (desde que dejó de trabajar sobre guiones de Nina Companeez. con la que
328 SI:'\GCLAR PLURAL AUTORES Y FILMES 329

DURAS. Marguerite (cineaszafrancesa. 1914-1996) tensión de la orquesta de fondo en el espacio concreto del relato, ya que conti­
nuamosoyéndola éuando la cárrtara rec·orre desde lejos el exterior del edificio
Laan,écdota cuenta que. al escribir su «lexto-teatro-filme» ...:.-.como ella lo cómo si.por el sonido, permaneciéramos en el interIOr.
llama-India song.y al realizar en 1975 el filme que lleva este título, Margue­ e Detalle ímportante:el personaje de AmleMarieStreITer es ·una anrígua pia­
rite Duras pensó en Blue Moon, la famosa canción, como leltmori1' de un ámor nista que ha renunciado asu cartera. Aparte de la mLÍsica de Carlos d' Alessio:
sin esperanza y como símbolo de esa languidez colonial que consume a sus per­ una deJas Variaciones Diabelli de Beethoven interviene en otros mómentos. es­
sonajes. Pero al no poder obtener los derechos, demasiado caros para sus me­ pecialinente al principio y final del filme. y su ritmo punteado y suspendido. (an
dios. y al no desear utilizar ya tal vez una melodía tan conocida y banal izada. característico, da tiempo a las notas para resonar y al silencio para sermás per­
Duras solicitó al compositor argentino Carlos d' Alessio que escribiera una imi­ ceptible: "evoca un vacío. No olvidemos que las lecciones dep·iano sobre una so­
tación disfrazada. cosa corriente en el cine. nata de Diabelli desempeñan ún gran papel en la nOVela de .\larguerite Duras
Es un hecho qUe existen relaciones temáticas precisas entre Blue Mool! e Moderará canrabile (1960), l1evadaa fa pantalla por Peter Broók.
India Song: se trat.a del mismo ritmo de bliles. los mismos .(tloreados» á inter­ Además, existe una extraña relación no ha 5ido subrayada a menudo.
valos de tercera. pero con modificaciones determinantes: Bílle MOOl1 está en según nosotros- entre lndiaSong y un clásico del que hablaremos más ade­
modo mayor y con un ritmo ligero y despreocupado. mientras que el tema de lante, ~ 'regla del juego. Es el mismo principio de una música festiva indife­
India Song está en menor. una tercera más bajo. con un ritmo más solemne y rente a la acción dramática, mientras se desarrollan aiguno<; dramas y una mu­
marcado. como el de un pasacalles: Este extraño injerto produce una música jer pasa de mano en mano en medio de habladurías. así como de la misma
admirable. nostalgia por una música perdida.
La mayor parte de este filme único en su género, que evoca a una mujer mí­
tica de la que se habla mucho. se desarrolla durante una recepción en la emba­
jada francesa en Indochina. en 1937, en la que coinciden la protagonista Anne­ DUIT, Guru (cineasta indio, 1925-1964)
Marie Stretter (Delphine Seyrig), mujer del embajador. un joven agregado
cultural con el que sabemos que ésta tendrá una relación (Mathieu Camere). un . Este imponante actor y director indio es uno de los únicos (con Satyajit
«vicecónsul de Francia en Lahore» (Michael Lonsdale); enamorado de ella sin Ray), que ha adquirido cierta notoriedad entre los cinéfilos occldentales. En
esperanza, criados e invitados; Nunca vemos a ninguno de ellos abrir la boca, 1959 realizó un filme sobre la historia autobiográfica de un cineasta, Kaagaz
incluso cuando se oyen fugazmente sus comentarios. Escuchamos. «fuera de kephool, especie de Variación sobre el tema de Ha izacido una estrella, en la
campo» .a gente, especialmente a los invitados, hablar e intercambiar chismes que habla de su propia historia. El filme incluye canciones «interpretadas» en
sobre los personajes que se ven, y oímos a éstos últimos hablar: .. pero solamen­ la pantalla por Walhhedda Rehna, pero cantadas por la propia esposa del di­
te cuando han salido del campo para ir al balcón, con un paso siempre apático; rector, Geeta Dutt, por entonces destacada estrella del cine indio~ Músico de
comoenlentecidos por el calor tropical. Una orquesta a la que no veinos, oída a formación, D~tt ha derrochado mucho arte para integrar las canciones de rigor
distancia y que suena deliberadamente como un conjunto de tercera categoría en el cinecomerciál indio de la época. «La irrupción de la canción, en su obra»,
(sonido mal fundido, instrumentos no siempre afinados, interpretación aproxi,. dice HenriMicotó, «no produce una ruptura insoponable porque no hace sino
mativa), desgrana charlestons, rumbas y blues, en el estilo <<típico» de ~taño, . un tonó el ritmo ya de por sí musical del filme» (Cinéirul 85, n. 317, mayo
todos de la mano de Carlos d' Alé(ssio.· . 985).
La música está anclad~ en la acción por el hecho de que se ve a los perso­
najes ponerse a bailar cuando empieza la música, o pararse y dispersarse cuan.,.
.-
do acaba, y también porque siempre desarrolla piezas continuas, mientras que Clint (Cineasta americano, 1930)
algunas voces «fuera de campo» o bien los comentarios de los personajes se re­
fieren a ella: «Estoy escuchando India Song»; u filme Bird,.que fue el primer biopic (biographical picture) que en los
Esta música, que suena muy concreta, es al mismo tiempo una singular ex- ·Unidos se ocupÓ de un gran músico negro, iba dedícado «a todos los
330 SINGULAR .,.... VA.M.J;i,
AUTORES Y FILMES 331

músicos del mundo». Esta dedicatoria es una de las más sinceras por parte play-back) de viejas grabaciones, hacie~do regrabar y mezclar las demás partes
un cineasta cuya primera realización, Escalofrío en la noche (Play Misty instrumentales por irrtistas modernos. Éste es uno de los muchos ejemplos de lo
me, 19'tl), ya basaba su título original en un tema de Duke Elington. En que penrutén las técnicas aetuales y que tal vez sé tradúciián, en el futuro del
aventurero de medianoche (Honkytonk Man, 1983), EastwoOdilustra la ca- , cine, en un tratamiento p.arecid<? de los demás élementos .sonoros y visuales del
rrera de un cantante de country envejecido, que se dirige a Nasbville para una filme.
audición; De modo general, este realizador tiene cierto talento para la balada
melancólica.
Al estrenarse su filme sobre Charlie Parker, Eastwood, huyendo de los cli­ EISENSTEIN, Seguei Mijailovich (1898-1948)
chés sobre los negros, lo definía con inteligencia como «la historia de un ame ..
ricano del Medio Oeste que se conviene en un gran músico, que inventa un Las dos películas del tándem Eisenstein-Prokofiev, Alexander Nevski
nuevo estilo. viviendo su vida a doscientos por hora». En el filme. el estilo be­ (1937) e Iván el terrible. La conjura de los' boyardos (1941-1946), tan ensal­
bop es explicado con una gran claridad e' inevitablemente el nacirrúento del zadas por su relación entre música e imagen. son a la vez muy banales en los
rock and roll se presenta como una degeneración del ja::::.. salido del r)"thm 'n principios que aplican (la música siempre está automáticamente a tono con la
blues. Panicularmente apasionantes son las confrontaciones entre dos tipos de situación mostrada. sin la más mínima desviación) y muy originales en su es­
músicas: Dizzy Gillespie (Sam Wright), líder de un conjunto. responsable yoo tilo global, que constituye una especie de oratorio. de cantata hablada. La pri­
dogradicto. orgullOso de no darles a los racistas el gusto de mostrarles a un ne­ mera de ellas.,particularmente, parece. en más de un momento, que estáslen­
gro conforme a la imagen habitual: y, por otra parte, el músico independiente, do interpretada sobre un escenario y seruna lograda e iriclus_a. _ge~ial ' el
solitario y atormentado que es Parker;interpretado-por ForestWbitaker.como -poder sus' rmágenes-adaptaCi.Ónde una caI1t~.l.ta preexistente. De hecho.
genio ansioso y sin reposo: «Soy un reformador -le dice el primero al segun­ Alexander Nevski es la realización de un proyecto de cine mudooperísúco.
dQ:-, y tú un mártir». con algunos. años de retraso; pero qué imponan unos años en la escala de la
cierto que la breve vida de Charlie Parker. puntuada por la droga. sus es­ historia del arte.
tancias en el hospital y sus intentos de suicidio. fue vivida a un ritmo desenfre­ Gracias a cierto malentendido histórico. Alexander Nel'ski ha sido cónside­
nado, «casi -dice el realizador- como si su vida se hubiera parecido al nú­ rado como un filme de referencia para el empleo de la mlÍsica en él cine. La ra­
mero de noras que él era capaz de hacer entrar en un compás de ja::::.» (Premiere. zón es que la partitura deProkofie\< es muycoriocida y popular atraves del dis­
Cannes, 1988). co, y posee .una gran inspiración .. En la película. la relación entre partitura e
Algo limitado por la necesidad de respetar a los numerosos personajes aún imagen es de una linealidad de concepción que raramente ha sido igualada
con vida (entre otros,la viuda del músico). y por las convenciones del género, (como se puede comprobar hoy. cuando laobra está editada en vídeo). '
Bird es un hermoso filme; sensíbley discreto. el verdadero regalo de unena'" Culpar al atraso técnico pore! carácter elemental de la concepción de este
morado delja,:::z, realizado en una tonalidad dulce y amortiguada. La escena en filme.--cuya realización, sin embargo. es espléndida"-. qúecontiene máscli-'
la que Parker muere de un ataque cardíaco ante un programa de televisión chés audiovisuales que diez filmesamericanos juntos. sería insultar al genio y
acompañado por un arreglo tonto del Teafor l1i'oesparticularmente desgarra­ a la historia del cine ruso. Realizaciones anteriores de Vertov. Bam'et yeI"pro­
dora. Su destino se simboliza con un leitmoTiv visual simple: un címbalo volan­ pío Eisenstein, habían mostrado la enorme inverniva del cine ruso. Esta con­
do por los aires, en un vacío negro. que luego. a su muerte. aterriza y continúa cepción académica y rígida. sin posibilidad de salirse de la pauta. es imputa­
oscilando sobre el suelo. como un sonido indeterminado y potencialmente infi­ ble a su propia. ideología, simplificadora:. ásí como a' sucofltexto hist?rico y
nito. «Elja::::. es un arte muy visual--dec12rfa ClintEastwood---;-. yrambiénhay político.
algo de eminentemente visual en mirar toc~ a un músico.>} Para las escenas mu­ Curiosamente, este sistema soYiétíco de cine estatalizadoserá el que per­
sicales (arregladas y supervisadas por el compositor cómplice de la mayor par­ mitirá, después de Stalin, la eclosión de artistas tan originales. creati ~os y úni­
te depelícuJasde Eastwood, Lennie Niehaus). se utilizó una nueYJ: técnica. con­ cos como Serguei Paradjanov, Arthur Pelechian. Otar Iosseliani. Kira Mura­
sistente en aislar los solos de Parker (que Forest Whitaker toca en pantalla en tova, Nikita Mikhalkov y sobre todo Andrei Tarkov~ki. Esto no es casual. ya
SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 333

que sus filmes se verán liberados de ciertas restricciones de rentabilidad in­ delante:la oímos en el filme como se escucharía en un concierto, ya que no
mediata. . está en un segundo t~rmino detrás del diálogo, y:su ritmo vigoroso martillea su
'Todo ello no t~ndría mayor importancia (ya que para nosotros el academi.,. presencia. por su parte, los.dnéfilos '(que pueden coincidir con 'los anteriores)
cismo n.o es un p~cado tan grave) si no fueraporque Alexande.r Nevskí se cita ,alaban·la fuerza visual y el vigor del montaje. Elconjunto constituye tina de las
perpetuamente como ejemplo de audacia audiovisual, lo que evidentemente obras más estupendas y una de las menos originales, una de las más «dibujos
falsea todaperspe;:riva histórica al respecto. De hecho,sureputación de van­ animados con música» de la pantalla. La reputación estética de la obrasurgi­
guardista parece motivada paradójicamente porel carácter regresivo, «retro», ría, pues. ciel carácter estrictamente aditivo, claro, no fundido, de la combina­
de la concepción delfilme. en. relación con su época, su carácter de retorno al ciónde imagen y música (la música no. sabría perderse en los meandros dé Jos
cin,e mudo. efectos audiovisuales y siempre se sabe dónde está), por 10 que tiene de tran­
En ~fecto,con independencia del valor «intrínseco» de la música de Proko­ quilizador para el espíritu analítico: al menos aquí tenemos un filme en el que
fiev y de las imágenes de Eisensteip, descubrimos en esta obra realizada en sabemos dónde estamos, en el que el sonido y la imagen, el compositor y el di­
. 1938 una serie de rasgo:; que ya habían desaparecido de la mayor p:;u1e de. fil­ rector están estrictamente delimitados en su territorio. lo que afianza determi­
mes americanos. o alemanes de la época, de todas las tendencias: nados clichés.
~ la presencia rótulos que dividen el filme en episodios; Por supuesto, no podemos ignorarel contexto históri'co y político en el que
~ la escasez o total ausencia de ruidos en muchas secuencias que los im­ 'se realizó este filme. Sin el estalinismo. y sin la obligación de magnificar a ul­
plicarían. A mer:lUdo< vemos banderas ondear al viento y no oímos nada. Tal tranza a los personajes intepretados sucesivamente por Nikolai Tcherkassov en
como hemos advenido en un capítulo anterior, una nueva versión recientemen­ Alexander Nevski e Iván el terrible / La conjura de los boyardos, convirtiéndo­
te regrabada y. Con mezclas nuevas. que no hemos tenido ocasión de ver en el le en tribunos y declamadores impenitentes, es difícil saber qué forma de
momento. de concluir esta obra, parece haber introducido el ruido en el filme, tal sonoro hubiera practicado Eisenstein.
vez desgraciadamente: En todo caso, la concepción de ambos filmes, que se exacerba más en el
- . sincronismoglpbaL y no concreto, entre imagen y música, que están segundo, es claramente ceremonial. Poco a poco, los actores van tomando
como superpuestas una encima de otra, según e(modelodel cine mudo: un cor­ ciertas poses: en la declamación. en las miradas; en la actitud: La escena del
tejo de pescadores vuelve del mar y del trabajo; se oye un coro de hombres, pero envenenamiento de la zarina, enlván el terrible, es muy caracterísitica desde
ningún, personaje de laimagen simula o repite el canto; este punto de vista: la acción no es tratada como única y espontánea. El fatal
. - finalmente. el carácter secuencial y estático, poco imbricado y flexible en suceso no es un punto dramático y concreto en el tiempo; la música'-que al­
su construcción. La música contribuye a dividir el filme en fragmentos, en nú­ terna acordes cortantes, marcados y figuras melódicas amenazadoras, repetí­
meros: cqros, discurso declamado, escena de batalla, etc. das varias veces-lo sitúa en otra dimensión ritual, en la que se repite indefi­
En general en esta película,. son más bien escasos los momentos de super­ nidamente.,
posición entre diálogos y música. Esta alternancia de lo hablado y lo musical En la primera parte de lván el terrible, abundan los monólogos, las lecturas
evoca modelos dramáticos arcaicos. }.las proclamaciones, a las que la música presta su apoyo. En el filme, ésta se
La retórica guerrera de la música se acomoda a un modelo probado. Cada presenta como una' serie de fragmentos independientes muy caracterizados y
facción, los rusos y los teutones, posee sus propios temas, que oímos en cada y cada uno de ellos desarrolla una idea musical propia y recurre
.,Ut:;¡Si1ITUl1aOlOS,
una de sus apariciories en p~talla. Temas sin aliente:>, pesadO's'y opresivos para formación instrumental específica.
el enemigo, temas alegres y simpáticos para los rusos, representando su malicia
- popular. La derrotade los teutones se traduce con un "lamentable _extravío de su
música. , lean (cineasta francés, 1897-1953)
-
El aspecto más seductorde Alexander Nevski reside en la literalidad de su
discurso, que no deja el más mínimo espacio a la complejidad emocional. A los Epstein es uno de los más importantes cineastas que jamás se haya ocupa­
compositores parece que les atrae el hecho de que la música siempre vaya por :'de la transmutación de la imagen cinematográfica naturalista en algo pró­
334 AUTORES Y FIL\fES 335

ximo a la música. Su película muda Coeurfidelc (1923),inelodramasocial so.;, mentación de cine absoluto, que recurre gustoso a los movimientos enlentecidos
bre una huérfana engañada por un-joven perverso, pero amada por un o y busca la piedra filosofal de un cine no 'naturalista.
«reali:a.para rrú -explica Epstein- eso que 'yo llamo lá(otogenia del movi. En la época del sonoro, Epstein tendrá dificultades para continuar por ese
miento. [... ] En la época del mudo; en la que la palabra no sometíá el ritmodél 6alIÚno, pero realizará cortometrajes sobre «canciones ,filmadas», videoclips
montaje a su propio ritmo, realmente se podía dar al montaje el ritmo que pa­ avant la lettre, así corno el docúmentallírico titulado Le' Tempestaire (1947),
recía cinematográficamente necesario para el filme» (Esprit de cinéma, pág. rodado en Belle-flle. En este último filme, cuya «partitura sonora» fue con­
53). Notemos este importante comentario: al estruCturar el filme sonoro y ha­ fiada a Yves Baudrier, Epstein aplica sus ideas sobre las posibilidades expre­
blado alrededor de la propia palabra, y al recrear alrededor de ésta una espe­ sivas del «ralentí sonoro». Sus artículos precisos y apasionantes muestran el
cie de recitativo permanente, el cine sonoro, especialmente el de Hollywood, cuidado que puso en esta extensión al sonido de las posibilidades ofrecidas
puede encontrar una musicalidad diferente, hasta que nuevas tendencias, tan­ porla imagen:: «Losfuturistas [... ] habían adivinado que el campo del sonido
toexperimentales como comerciales, permitan: que él montaje escape a la pa­ también podría aportar cosas maravillosas, insólitas; intentaron algunos ex­
labra. o bien permitan encontrar principios rítmicos no forzosamente someti­ perimentos de música ruidista que ahí se reveló como inexpresiva ya que.
dos a la propia andadura del montaje. Así ocurre en la obra de Tarkovski o como no fuera un fonógrafo, no se dísponíade ningún instrumento capaz de
Fellini,en la que el ritmo se crea en el interior del plano, por una serie de ele­ interpretar los ruidos. capaz de desterrarlos de su esfera [... ]. Pero el cine
mentos móviles. independientes de la palabra y de la métrica de la planifica­ constituye un medío para surrealizar el sonido [... ] y abre una vía a las mate­
ción. rializaciones sonoras de lo fantástico. que bebe directamente de la realidad;,
Coeur fidele hay una secuencia muy representati va delaconcepción de (op;cit., pág. 176). .
Epstein, la de la fiesta. tratada como puro movimiento. oCasión para una «mues­ Una prueba más de que la evolución artística es cuestión de mentalidad v
trade virtuosismo» de montaje ydé impresiones. muy en el espíritu del cuadro no sólo de «medios»: en la época en que Epstein escribe estas líneas. premb­
sinfónico, que se encuentra también en los años veinte en la obra de Murnau (el nitorias de la música concreta. el cine dispone de Una técnica privilegiada para
Luna Park de Amanecer [19291). montar el sonido. técnica que los músicos prácticamente jamás tendrán la ocu­
Desvelando concepciones muy. sistemáticas. Epstein prosigue diciendo: rrencia de utilizar: el soporte óptico. Con todo; tanto en sus textos comnen
«Siempre que nome moleste [sic 1la palabra o una acción en el interior de un sus filmes, el director parece haber omitido la especificidad. tanto perceptiva
planO. tengo por norma no montar longitudes de planos que notengan entre sí como técnica. del sonOra. Laconsecuencia es que las mismas causas (leer una
una relaCión simple. exactamente como en música. Y ésevidentemente per­ . grabación a menor velocidad). tienen efectos radicalmente diferentes cuando
ceptible que los planos que utilizamos son más corlos» (op. cit.: pág. 54). Eps­ se aplican a la ímágen: sus filmes pagan un poco las consecuencias de este
tein afirma convencido que las secuencias de montaje de La rueda (La roue, «atolladero»concreto. por culpa de cierta sonoridad grisácea indigna deuna
1923) de Gance. obedecen a este principio. cuya meta sería tratar las duracio­ buena concepción. .
nes de los planos como si se tratara de blancas. negras ocórcheas. Pero ello
sólo es posible si el propio plarío no lleva en suinterior e'lementos rítmicos au­
tónomos, de movimientocomplejo.a fin de que pueda seguir siendo elequi.;. FELUNL Federico (cineasfaitaliano. 1920-1994)
valente de una nota. AsL algunos cineastas podrían entrar en una contradic­
ciónentre el movimento en el interior de los pl~nos y el ritmo creado por el Comnen Bergman o en Lynch, hablar'de la música en la obra de Fellini re­
montaje. queriría todo un volumen. Como en otros aspectos de su estilo, podríam~s decir
Por otra parte. estas especulaciones nO'deben parecer reservadas a un cine que Fellini no inventa nada (todos los procedimientos musicales que usa ya se
que sería «artístico» o «(ditista»; también han interesado a cineastas populares encüentranen olÍos autores) pero lo recrea todo, por la fuerza de su síntesis per:­
sonal.. ..
como Hitchcock. o más tarde Sergio Leone.
El hundimiento de la casa Usher(La chute de la maison Usher. 1928), ba;.. Tomemos. 'por ejemplo,· Ocho y medio, una de sus películas más famosas.
sada en dos relatos de Edgar AllanPoe. es una de las cúspides de esta experi­ en la que el lugar de la música es más complejo e imprevisible de lo que pare­
336 SlNGULAR PLURAL AUTORES Y fILMES

Ce. Esta historia autobiográfica de un cineasta, Guido Anselmi (MarcelloMas­ Orra dimensión de la música de este filme: la de las oposicoines de tama­
troianni), que huye de la realidad ycomplejidad de su vida privada siguiendo ño entr~lograndio~oyJo liliputiense. No resulta indiferente el hecho de que
'. uná curátei-mál~ porque~<ya nó sabé qué película hac~r», eStá asociada ~ 'una ,a,la estru~n90sa «Cabalgad.a» le suceda, en el jardín del establecimiento ter­
de las músicas más célebres de Nino Rota, así como a temas corales que ~vo­ ,mal!~om(), si talcQs;3., la obertura rossiniana y la «danza de las flautas» del
a
'cana:la 'vez Gustav Mahler yal mundo del circo: No obstante, en el filme, tal Cascal,lllecé's. Ajuzgar por sus filmes posteriores. parece que Fellini estaba
,comoesia con:úruido. d tema no se despliega con toda claridad hasta el final; fascinado por el poder de indiferenciación que crea la vida moderna, en virtud
no aparece sino H~{rite minutos depués del inido, como provisionalmente, y cie la cual lo colosal. y lo minúsculo cohabitan sin que nadie les mire; .. ni les
circula a través dé' la obra con diferentes caras intercambiables, sifl ningún sig­ escuche.
, nificadó visible. antes d'e encarnarse finalmente en el cortejo que cierra Ocho y
<- ,- " • ' ,
Cuando Guido pasa una noche Con su amante en un albergue y, sobre su diá­
nfedio.· . logo fútil"se escucha una bella voz lírica de mujer que canturrea (¿desde la co­
, Al' prIncipio no hay títulos de crédito, ni músÍCa de presentación, ni escena cina?) el tema nostálgico del filme, sin que los personajes le presten atención
dediálbgo. Se trata d'e un sueñoriúido que tiene et'pro"tagonista, en ~l que se ve (incluso Guidqtatarea, en superposición, el Barbero l. la música nos dice: todo
encerrádoenel interior de un coche bloqueado en un túnel de carretera: golpes está ahí. la vida está ahí, pero no necesariamente te da" cuenta.
de tambor. respiracione5- entrecortadas y'frotamiento de dedos contra los'crista­ " Más tarde. cuando en el hall del balneario, un piano y un violín ejecutan un
les contribú)~en a crear una atmósfera agobiante de pesadiÜa. " arreglo del NOCTurno en mi bemol de Chopín, nadie repara en la belleza de la
Cuando e1rrotagonista d~spierta en su habitación de hotel, y' eS inmedia­ música, pero ésta alimentará la melancolía de los personajes.
Iari1ent~ asediado por préguntas y vísitantes, Fellini evita, mediante el encuadre Así. durante bastante tiempo. los temas se van sucediendo en el filme, tanto
y la ilumiÍlación. mostrarnos sus rasgos. Deja su cuarto y se dirige al baño, se los originales de Nino Rota como los arreglos populares y clásicos, en esa es­
mira al espejó. descubre un rostro desecho, que vernos también, y .solamente en­ pecie de caos no jerárquico, como conducidos por la propia vida.
torices, escuchamos completamente fuera de lugar. .. 'la «Cabalgada de las Wal­ El paseo de Guido por su despacho es, por ejemplo, puntuado por el tema
kirias». Esta música. que suena a roda potencia; apenas halla justificación. en la cromático del filme en versión swing, orquestado al estilo de los años cincuen­
escena siguiente: la visión de un gran jardín de un establecimiento termal, fre­ ta, como un encadenamiento de pequeños solos con timbres específicos: órgano
cuentado por géme de edad avanzada. Al tiempo, la música otorga una gran ma­ electrónico, instrumentos populares del Caribe, trompeta. Más lejos, en los re­
jestuosidad:apo.:allptíca a este desfile. Cuando la «Cabalgada» enlaza brusca­ cuerdos fascinantes de la infancia, los niños del colegio pagan a una gruesa mu­
mente con la obertura del Barbero de Sevilla, que ya resuena con menos pompa, jer deformas opulentas, la Saraghina, por bailar una rumba, mientras que la mú­
nos damos cuenta de que se trataba ... de una música de quiosco j suponiendo que sica suena brutalmente, como difundida por un altavoz de poca monta,' con un
éstecontenga una orqúesta de cien músicos! Por supuesto, Fellini no nos mues­ acordeón en primer plano. Los niños baten palmas contentos durante la danza,
trajamás a la 'orquesta que está tócando ni a los supuestos oyentes. A lO sumo, pero no se les. oye.Llegan los curas, persiguen cómicamente al pequeño Guido
, luego se oira a tá.1 o cual personaje que tatarea el terna de R()ssini en notas repe­ hasta e! borde del mar, y el sonido de las olas absorbe el de la rumba, que se
tidas, tema del que uno de los motivos originales dela música de Nino Rota pata ahoga en él, Uvmo.mento recubre al otro, como las olas del mar.
el filme es una extensión. Sin embargo, la «Cabalgada», rara demostración de Uno de los ternas más característicos y más obsesivos del filme es el galope
potencia orquestal en Fellini (quien prefiere que las músicas suenen más mo­ '......., ........ .l<U, vagamente inspirado en la Danza del sable de Khatchaturian (clásico

destas y agudas men<;>s aér~as), sólo reaparecerá~n la secuencia imaginaria del repenorio de, circo) que, tras algunas secuencias largas y nostálgicas, aporta
harén, en laque, de nuevo, expresará la megalomanía del protagonista, alter ego especie de latigazo, de efecto de arrastre sobre los personajes, siempre de­
del propio director. lentos. En este terna casi cómico, se oyen patéticos contraciirrtos cro­
A menudó, igualmente, en el filme: las músicas que se tocan u oyen en el de­ que giran alrededor de la dominante, corno un remordimiento jamás
'corado có~tinúan y acaban eÍlla indIferencia general, en una especie de estado Así, la música en Fellini arrastra, por su irresÍstible movimiento, y al
de distracción de los personajes con relación a su entorno, estado que FeÍlini noS tiempo retiene, corno las voces mezcladas del remordimiento y de la in­
muestra aquí como tal. perdida.
338 SINGULAR AUTORES Y FILMES 339

En l,a dantesca~scena de la procesión de los pacientes del· balneario, .en punteado por alguna. in:flexÍón cromática, algún. acento lastimeroe,n sexta
. : .. ~

que cuerpos delgados o gruesos, envueltos en un granalbomoz, descienden menor~


escaler~, una ve,? más resulta ~nteresanteel desfase del movimiento. El No es extraño que el arquetipo del, tema «a lo Fellini».sea la melodía Bus­
~ parece decir Andiamo, prestol(¿hacia la muerte?) a los pacientes que se cando a Titine, sob~é el que Chaplinya había·dejad~escuchar su, voz, por""
el remolón. La escriturarecuerda a veces a la de Chaikovski con detalles deor-' primeravez, en"I'iempos modernos, una"melodíaque Fellini ci~a literalm~nte, o
questración a la vez mágicos y amenazantes, ensordecidos (sextadisminuida as­ a la Nino Rota escribé alguna equivalencia. En efecto, lo que caracteriza a este
cendente, como un lamento). La música no acaba de calmarse y. enlentecerse, tema en ~enor es el contraste entre el aspecto alegre de su ritmo, anodino en su
como presa de un espeso vapor asfixiante. Después de un encuentro imaginado· factura, y los Íentos desiizainientos cromáticos que lo atraen hacia el bajo: .al
del protagonista con un cardenal, que lo envía al infierno, de repente la atmós­ igual que la insistencia interminable sobre la dominante del tono. La dominan­
fera se distiende súbitamente con un baile en la terraza del hotel, en el frescor te es una nota eminentemente simbólica en la música pppular occidental: en Fe­
de la noche, donde el verdadero tema de Blue Moon es tocado en slow por los llini-Rota se asocia a la irresolución. a la nostalgia, ya que puede derivar tanto
violines almibarados. en una sexta mayor o en una sexta menor.
¿Por qué, en este momento, aparece un tema ultraconocido y exterior a la En Fellini, acabar o no fue siempre una (lbsesión. Lo maravilloso. es que
música «original» del filme? Evidentemente. para sumergirnos de nuevo en un consiguió convertirla en algo mágicO. conveÍtir este r~chazo al final en una
mundo conocido, calmo, no marcado por todas las atmósferas y climas del fil­ fuente de gozo particular. La, música participa enella con su propio lenguaje y
me. para depositarnos en una tranquilizadora y anónima familiaridad. Sin em­ con sus propios procedimientos de indecisión: entr~ una sonoridad limpia yuna
barg9;~uando Guido y su esposa Luisa (f.,nouk Aimée), que ha venido a verle, sonoridad desvaída. entre el modo mayor y el menor. y gracias aest'! posibili­
bailan juntos; reaparecen los temas de Nino Rota. con una· ligera orquestación dad única que ofrece de dejar siempre una puerta abierta, de evocar una posible
de baile. cadencia sin jamás llevarla a cabo. .
Una,de las claves del filme. la gran escena del harén con el que sueña Gui­ En los recuerdos de.infimcia de Guido en la gránja de su abuela. situados.ha­
do, en la que puede tener a «todas sus mujeres» sin remlnciar a ninguna. inclu­ cía el principio del filmeyque sonuna de las secuencias más fuen:esde Ocho y
ye tQ(i~~, las música~, incluso la «Cabalgada» \vagneríana. cohabitando en ale­ medio. una maravillosa voz femenina canta una melodía nostálgica pero apaci­
gre algarabía. Una vez más. la música final cuando Carla. la amante. toca el
1. ble. Cuando toda la casa duenney los niños están en la cama, el acompaña­
arpa) está Uena de tristeza. miento lento' de 19 s arpegiosde guitarra se repite obstinadamente sobre las últi­
.Er elcort~jo final,en el.que todos los personajes se danla mano vestidos de mas imá!!enes de 1a escena granja dorITÍi4a,el fuego en ~J hogar~, viudo
blanco. símbolo de una nueva vida, triunfan tinalmente. en lodo su sentido,Jos de la bella melodí.a y de la bella voz de la mujei(quese volverá a oír en los' cré­
temasdeNino Rota,dopde alternan el.mayory el menor. no sin recordar que la ditos fimlles ,del filme): Lo que perdura, enel tiempo '/ .S;~ obstina es la propia
música más ,alegre y despreocupada conserva 5U regusto de pérdida y de ausen:­ rnúsica: ,no haynadarn~s bello.
tia, indicado por un ,contracanto o un tema secundario que nunca deja de apare­
cer. como una llamada que exige Ser escuchada. El motivo «a lo Mahler» pone
fin altilme, tocado con un único ,pífano por Guídohi~o.su~ido en la oscuridad GOOARO, lean Lu'c (cineasta!rancés. 1930) .
salvo por un círculo. de luz, como, en una pistaq.; circo. Lamúslca no es más que
esta melodía perdida en la noche. Desde el prinCipio. el cine de
Godard pone en práctica so~re la. música.
En la obr,!-def.ellini. la mú~icaes. pues. el elemento que atrae y que re·'" como sobre los otros elementos, la creencia absoluta en el poder de a.propia­
pele a la vez; intrincación de la$ plllsiones yitales yde la pulsión de muerte. ' ción del montaje, q~e 110 consiste más que en el desglose y ensambI.aje dedis­
Las orquestaciones de. Nino Rota, en algunas turbias escenas oníricas. expre­ contimiidácfes y·de tomas. Que el·djrector,enc~rgu~una partitura aun compo­
san admirabl~mt!nte,con su acertado uso del \·ibráfono.el órgano electrónico sit6rpara' después partirla e'n fragmentos. o que la tome prestada dern~sicas
y las flautas graves, una especie de olor pesado y atractivo. fétido y embria­ clásicas y la fragmente él, esexactamente lo mismo. La «firma sonora» de las
gador.· En cuanto al arrastre de sus temas rápidos. éste siempre está contra- obras.de Godard, en el uso deIa música, no es más que esta manera de hacer
340 SINGULAR PLURAL AUTORES '{ FILMES 341

, que' la música entre en un juego de rupturas e interrup'ciones recíprocas y trata de la desesperanzada'balada de un hombre y una mujer en elSur, que
constantes, que afecta a todos los elementos del ·filme. Normalmente, en la termina~ácoI} la. t~aicióny muene de Marianne (Anna I\arina), y con el sui­
'obra:deotrós directores, la rrtúsicaes e'lúnico'elemento' que'no s'e Ve'so~eti- ¿¡dio de Ferdina,nd,; aquíen su compañera llama Pierrot(Jean.:.Paul· Beh:non­
dOa 'esejuegO. .. do). Lahabitl:laJ'yoz fU,era.de camponarratiya aquí está escindida en dos, ya
Proba:bleme'nh:,de ah'rvie'né lácostumbrede dodard~ a p~ir de los años que se basa enl}n~iálogo de,dos vo.ces enamoradas, la de Ferdinand y la de
ocnenta, de recurrirá músicas clásicas, que suponen un discurso. un desarro­ Marianne.
llo autónomo é'n el que cúalquler corte es forzosamerite brutaL Se puede apre­ La música de Antóirie. Duhamel reposa sobre, tres temas. característicos.
ciar qlle hahabidó cierta pérdida, porqUe his partituras originales de 'Georges que el realizador utilizará librem.!nte en el montaje, presentándolos por partes
Delerue para EldespreCÍo(l963), de Antoine Duhamel para Pierrot el loco e hinchados. siempre inacabados. trágicamente troceados. Primero aparece un
(Pierrot le fou.'1965)b GábrieIYáred para Sálvese quien pueda (1979), motivo desgarrador de cinco notas, las cUatro primeras en la misma' escala,
aunque el director las haya UtlIiiado libremente, a veces cortátldolas y a veces' queacabacon una tercera: menor ascendente interrogativa. motivo apare­
al contrario repitiéndolas y prolongándolas, sabían condensar en algunas no­ ce en los tfmlos de crédito iniciales. Es corno una extensión y una inversión
tas el sentido trágko propio de1 realizador y su rorrianticismo~ cristalizar .en del tema del dest~no de Beetho\en. con el que Godard se diviene, haciendo
, póco's segundos la emoción buscada., y ototgaban a estos filmes un núcleo que Ferdinand loevoque casi al principio: «Y los tres golpes de la Quinta
formal, úná especíe de c'entró qu'efalta a muchas obras posteriores del mismo sinfonía que martillean en su pobre cabeza». Al instante, se oye el principio
realizadoL' " ,
de la Quinta en la orquesta. cornO una cita maliciosa. La alusión es aún· más
'Evidentemente. éste: en sus i~íCios, intentó multitud de procedimientos, e significativa al hacerle eco dos momentos hacia el final del filme: el episodio
incllls<>, cuatro años an'tes d~Los paraguas de Cherbu~go, dé Jacques Demy,dí­ de Raymond Devos,en el que ést~habla de una música que sólo él oye,ence­
rigió una comedia musical con Michel Legrand, con el título de Una' mujer es rrada en su mente. yel suicidio de Ferdinand, que envuelve su cabeza con una
una mujer (Une fernmeest une feínme, 1961). Una obra a la vez encantadora y tira de cartuchos de dinamita como para no oír nada más, y luego los hace ex­
fastidiosa, cuya idea co'nsistía en escribir una música que fuera a la vez. soporte plotar.
y púntu'aciónde los diálogos hablados, mediante una especie de justa verbal en­ El segundo elemento musical es un bello tema en tres tiempos, con cuerdas
tre'hombre y'mujer: ' . y flautas, más lírico y apasionado. como un vals patético, que empieza con so­
Sin embargo. en este filme todo ocurre como si la música nunca pudiera lasque evocan La noche Transfigurada de Schoenberg. Latragedia.emerge de
reunir a uno y a otro, sólo marcar su separación. Por ejemplo, cuando Jean-Paul la confrontación de esta música nocturna, apasionada y.germánica, con paisajes
Belmondó telefonea ti Anna Karina desde un café y el montaje nos hace pasar soleados, con una costa mediterrárlea idílica, con un clima despiadadamente
alternativamente del éafé aI apártamento de la protagonista, UIla músÍca .,-cuyo bueno. Algo así sucedía en El desprecio, con la diferencia de que la música de
estilo y color sonoro implican qu~no pertenece al ambiente del café"":"', aparece Delerue tenía ,algo más de solemne.y apacible, en tanto que Duhamel alude al
en jos planos de Belmondo, pero se cortá bruscamente en 'los de· Karina. En posromantici,$mo.
otros momentos, el director hace que Karina cante a cappella. Entre sus entra­ Finalmente, el tercer elemento es un tema anhelante y rítmico que recuer­
das irltérviene el estribillo .de un'piano, disociando .la voz y el instrumento , da al Divertimento de Bartok, con sus acentos desplazados. Godardlo utiliza
acompañante. En otras ocasiones, la música, muy intennitente, puntúa un ping­ de forma menos significativa y acertada. Lo fragmenta en pedazos abruptos,
poflg verbal inagotabl.e, animaincIuso con sus. interjecCiones un intercambio de 'separados por rujdos reales, como por ejemplo,eñla secuencia de la gasoli­
injurias entre dos hombres, como' si contara los tantos. Godard utiliza a menudo nera. Sin emoargo, no llega a encontrar la función de este motivo, t~ vez por­
continuas'rupturas de ritmo, cu~a si~tematización engendra una especie de mo­ que está ligado a una idea de suspense y de acción que parece no iñrerc::sar al
notonía:: ", ~" .
realizador.
Aparte de El desprec~o, uno de los mejores enéuentros de bcX:iard con la El filmeinc1uye muchos efectos de «mofa» a las costumbres. Porejemplo,
músiCa es Pierrot ellóco, obra relativamente annoniosay apacible en su for­ cuando Marianne, en el coche, declara-su amor aFerdinand, se escucha una me­
ma~ a cuyas' intenciones contribuyó' admirablemente Antoine Duhamel. Se lodía silbada acompañada por una guitarra que no parece «música de fondo;> (ya
AUTORES Y FILMES
343

34.2

que es demasiado' discreta y está fundida en el' conjunto), ni tampoco «IIJlús:ica rie, 1983)~ el tono ha cambiado, y la músiGa se extrae de un repertorio clásico
de autorradio». Más tarde, una voz de hombre añade unas p'álabras, uUlglén(io': deliberadamente gravé e inclu'so pompóso. Después de que Gabriel Yared hu­
se a la"'tnujer que aparece en la imagen: «Qué hermosa eres». Es co'mo un b~era trabajado en Sálvese quien pueda. Godard declaraba alcomposi~or: «Us­
to fuera del código, una declaración de amor personal del director~ enviada di,;;.; ted será el último compositor vivo [sic] que trabaje'en,u~ade mis películas». Yo
rectamente. . te saludo, María, versión moderna de José y María en laque ésta es hija del due­
Un cuarto de hora después del início,' Anna Karina canta una primera can":' ño de un garaje, es un ejemplo desigual, y aveces patético, de esta nueva anda­
ción en un apartamento: su voz ha sido claramente grabada en el propio lugar dura.
del rodaje. ya que está arropada por una reverberación' de interior característica Los únicos compositores citados son Bach -toda una paleta de obras para
y el piano que la acompaña (tocado por un improbable 'pianista «de fondo»: instrumento solista (violín" viola de gamba, órgano y piano), concertantes y co­
imaginario y jamás mostrado) tiene un sonido de instrumento grabadO fuera de ~ales- y Dvorak. consu Concierto para violoncello.,
Contrariamente a lo que se podría creer, aquí Godard utiliza.la música en
campo, en el mismo momento del rodaje y en el propio decorado. Para el es­
pectador. esta canción ~l canto y su invisible acompañamient~ foima par­ primer grado, con su significado propio. O más bit?n, le «deja» depositar libre­
te de un mismo bloque sincrónico con la imagen, y por ello está unido a ésta. mente sobre tal o cual episodio un sentido claro, conforme a los cÓdigos habi­
Las raccordsentre los planos dan lugar a acertados cortes en la continuidad de tuales. La música tomada de Dvorak. sobre el plano del avión que aterriza en la
noche. nos dice claramente: algo importante va a pasar (¡el ángel de la, Anun­
la' propia canción~ a reanudaciones, a «tartamudeos» del montaje que afectan
ciación!) Sobre determinada imagen de Jesús recién nacido, e~ doliente coro del
tanto a las notas como a las imágenes.
·;La'segundacanción ~n la que Marianne habla de su «línea de suerte» y Crucifix/ts de la .Hisa en si de Bach anuncia que este niño será crucifiqdo. Uno
de los escasos momentos de triunfo del filme --cuando un estudiante recibela
Ferdinand le responde sobre «la línea de sus caderas» --está filmada, por el
demostración de que la vida en la tierra viene de otro lugar- se puntúa con un
contrario. en el exterioLcn un maraviiloso bosque al borde del mar donde los
momento particularmente largo y amplio de La PasiÓllSegúl1 san Mateo. Un
personajes deambulan. El acompañamiento invisible de fondo (esencialmente
instante fugaz de armonía entre la pareja de José y María se subraya ~ se crea.
piano. guitarra y flauta 1 no tiene. al oído. una presencia sonora constante, sino
¿cómo saberlo?- por la serenídad elegante yapacible de la zarabanda, de la
qué :puede alejarSe y desaparecer. AquCel director practica una sincronización
flotante de la palabra. que pasa de lo hablado a 16 cantado, con acompañamien­ Partita en si bemol de Bach, etc.
Si se mantiene la tensión ello no se debe a un «mal uso» ~e la mt}sica. sino
to de fondo. en una relacióñ flexible y sin limitaciones, y sin búsqueda sistemá­
más bien del carácter abruptamente montado, escamoteado. a. vece~, pulveriza­
tica del «efecto a destac:l.f'>. Estamos muy lejos de la tensa rigidez de Una mu­
do y contlictivo de sus intervenciones. En efecto. este tilme. CQmo la mayor par­
jeres una mujer..
te de 1as,obras recientes del autor. es un verdadero encaje de efect.os de monta­
El imaginativo Ráymond Devos'en persona interviene hacia el final del
filme y cuenta a Ferdinand una historia de obsesión musícal,la dé una melo­ je abrupto.
Si analizamos in extenso y con detalle este filme~ !lo se évid,encia ninguna
día que le acosa. 'sobrebspalabras «¿Me ama usted?>;'. que 'tan pronto escu­
si
chamos tocada al pial1(l-ja::z, como estuviéramos en su cabeZa, como deja­
I~y perceptible'de einpleode los fragmentos musicales que dibuje ,un' ~ayecto
daro 'desde un punto a otro. A lo sumo podemos nQtar que Godard ha,'colocado
mos de percibirla. mientras que el personaje sigueretlriéndose a ella: Devos
dos' citas corales (prócede~tes de las 'dos grandesPasiones de.B ach : iade San
apostilla a Ferdinandcu:.mdo éste se aleja en un bárco: «Eátonces. esa música
Mateo v la de San Juan), hacia el principio y hacia el final del. filme" encua­
que se oye. tal vez no exista», en tanto que para nosotros 'sólO' existe' el zum­
bido del motor.
la
drandoÍo en un plano a vez religioso. colectivo y ~imbólico. ya que '~~.trata de
coros cantados sobre un texto, y por tanto, de palabras. '.
Retroactivameme:. :,e -:-rea la duda de si Ferdinand tenía las misrrÍas percep­
Laelecci6ndel Concierto de Dvorak no es'arbitraria. P9~ ejemplp, se nora
ciones que nosofros. Deyüs oía la música (ynosorroscon él,por un momento)
qu'elas intervericiones del violoncelo solo están sacadas, prinéipalmente. 'de.!
mientras que su interloéÍ.lor no le oía: Este «no óír)} es, 'en Godard~constante­
movimiento rápido inicial, y 'expresan una especie de vehemencia. agitada.
mente tomado al pie de la letra.'
como una palabra animada que va en el mismo sentido que las interjecciones~
En unfilme veinte años posterior. Yo te saludo, Maria (le vous salue,Ma­
SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 345

porrazos, insultos, lamentos, reproches. gritos y desaires entre personajes que En un excelente reportaje americano consagrado a Herrmann, el compositor
multiplican las escenas. Dvoraksirve para expresar o alimentarel conflicto, David ~askin, para caracterizaf' su estilo decantado y obsesivo, tíene la. idea.
mientras 'que los momentos torriados d~ Bach son, ,a menu~?, movi'!TIientos .i~n­ aparentemente absurda, de citar al piano el motivo inicial de la QUlnIá sinfonía
tos de tempo regularb distendido, 'símbolos de armonía. Igualmente, la Tocca­ de Beethoven, sol-sol-sol-mi b:emol,jilJa-fa-re,:-ysugerirque tiaducíd'oal esti­
ta )' fuga, en remellOr estalla en una -estenade p~lea entré! 'Ía par~j~, a firÍd~ ha­ lO de Bemard Herrmann, la frase resultaría algo así como sol-sot-sol-mibemol.
,cer oírla «gran vOz de'Dios». Una ve'z más, todo elloestá conforme al código fasostellido-fa sostenido-fasostenido-re: dos terceras mayores descendentes en
habitual. cascada, tan firmes y marcadascomo el tema de Beethoven, pero sin tener re­
El punto común de todas estaS musitas eS,siti duda,iapalabrCl~ EIBach soluci~n alguna, abiertas a uhainfinita cadena de repeticiones ... Entonces, Ras­
descarnado, no vocal, puro movimiento de líneas, no aparece sino fugazmente kin toca un tema de Hermanas (l973) de Brian De Palma, que corresponde
en el heHo pasaje' en el que el prelúdio 'en do mayor del' Clal'f( bien Temperado exactamente a este.esquema,
subraya la graciade María; vestida como una jugadoni de baloncesto. hacie l1 do Con todo, parece ser que una parte del material temático de Bemard Herr­
saltos de. calentamieritoen un gimnasio, rodeada por sus comp~eras.. El resto mann se basa en la declinación, hasta el infinito. de este juego de terceras des­
de .}as 'músicas -solo~<recitativo» de la 'Toccata para órgano. acentos insis­ cendentes encadenadas por parejas, comoanilIos. Igualmente significativos son
tentes del violoncelo romántico---' poseen el ardor o el acento de una palabra los temas de cuatro notas, desglosables de dos en dos. como los arpegios des­
que tropieza 'con otraS palabras, y sUfre: por )0 tanto, la misma suerte que ellas cendentes de los créditos del thriller El cabo del terror (Cape Fear. 1962) de
en el universo de Godard: no poder durar jamás. ' Jack Lee Thomson para el que Henmann escribió una partitura que Scorsese re­
cuperó y mandó reorquestar para su propio «remake» del filme, en 1991. Ave­
ces, es como si el compositor buscase la máxima: simplicidad. Su fuerza. no obs­
HERRMANN, Bernard (conipositór arhericano. 1911-1975) tante, proviene de una contradicción interna: las armonias son vagas y los temas
no, tienen resoluci6n, pero se enuncian' de modo a -menudo fogoso, rabioso.
Según cierta «leyenda dorada» que propagan' numerosas obras como las de como desesperado. Vaguedad afirmada con vehemencia: ésta es la marca de fá­
Alain Lacombre y Claude Rocle, ,la música de Bemard Herimann habría repre­ brica de Bernard Herrmann.
sentado una revolución en la concepción de'lamúsica cinematográfica. que su­ Herrmannposeía una gran convicción y un'gran compromiso comodirec­
pondría una renovación 'total de las reglas del juego y una ruptura de las con­ , to'r de orquesta; tal vez su estilo musical sea inseparable de su estilo apa:sio­
venciones:No obstante~ aunque esta música posea un acento profundamente nado de dirección. La belleza del sonido orquestal; laconvicci6n puesta en
personal y único, hasta el punto de haber sido ampliamente imitada pos~erior­ Con la muerte en los talones en defender una novena de dominante wagneria­
mente, los procedimientos'de relación con la imagen y con la acción qu~ emplea na (en el «tema de amor», por ejemplo), nos turba, porque la orquesta toca
son estrictamente los IÍlÍsmós que tanto se le criticáron a Max Steiner: leitmotiv como si fuera la primera vez que alguien utiliza una novena como dominante.
(en Ciudadano Kane, existe uno para la voluntad de poder ~elprotagonista y En De entre los muertos / Vértigo (Vertigo; 1958), no es casualidad que su
otro para la nostalgia de la infancia, encarÍlada por «Rosebud»), puntuación sin­ partitura,romántica sea dirigida por 'un maestro' inglés de la dirección de or­
crónica de ciertos momentos significativos (como al princ~pio del 'fiim~, la ex­ cinematográfica, famoso por su' colaboración con Laurerice Olivier,
tinción de una lámpara en la ventana de Kane moribundo, o la primera visi6n de Mathieson.
Kane siendo niño,juga.ndo en la rueve) , unapuntuación que no.terpe subrayar la .Prc)ce:de:nte del campo ae la: música para dramas radiofónicos, Herrmann
derrota de ciertos personajes'mediante efectos de sordina burlones; y de'maneo: suerte de darse a conocer con el éxito de Ciudadano Kane (941) de
rageneral, estrecha colaboración de lamúslca cmi la atI11ósfera de la escenatal elles. El inolvidable principio de la obra; con lás imágenesderreino
e
como ésta ha 'sido escrita interpretadi La"fórmula de Bernard Herrmann, por en ruinas, con una atm6sfera pesada yrnórbida, con sonoridades éx­
tanto" no puede ser descrita como ruptura sino, más' -bien al contrario, como_ 'as y turbadoras en la musica (clarinete bajo, vibráfono); sOIJ?rendió
exageración y sistematización dedertos'procedimientos, ,que ,le dan un s~ntido que creó una buena reputación al compositor, en adelante soliCitado para
diferente. ' de' carácter extraño, nostálgico o fantástico,· como TlÍe Ghost and
146 SINGULAR·PL AUTORES Y FILMES 347

Mrs. Muir (1947) de J. L. Mankiewicz, o para"historias de obsesioneS y filme no nos permite escuchar más que chapuceramente. Herrmann habría po_
nomanías. dido, en las secuencias de Emily o dé Susan, dejar que. hablara una retórica
~ olvida que la tonalidad general de-la música de Ciudadano [(ane ~in~ musical amorosa, pasional, pero ha elegido.silenciarla: ésta no se expresa más
cluidos sus créditos finales, inspirados en los empleados entonces para los dra~ . que en la forma grotesca y chillona del aria.que·Susan ~anta tan penosamente.
mas radiofónicos- resulta alegre y paródica, casi burlesca, y ráravez enterne­ Igualmente. en Taxi Driver (1975) de Scorsese, que fue la última partitura de
cedora. Aparte de la famosa secuencia inicial de las falsas noticüis que Herrmann, el amor se muestra destruido, imposible: cuando asistimos a un
recapitulan la carrera de Charles Foster Kane, él filme.-tal vez porque evoca, tierno slow, es porque el abyecto rufián intepretado por Harvey Keitel acaba
para el .espectador de 1941; un período. ya «retro>~ y agradablemente anticua­ de poner un disco y se sirve de él para susurrar las palabras de amor que van
do- concede un importante lugar a la imitación y especialmente ala burla. El a calmar y donúnar a la prostituta a la que explota, y de la que habla de la ma­
despecho de los viejos editores del periódico comprado por Kane o de los polí­ nera más vil en su ausencia. Asimismo. en las lamentables fiestas que apare­
ticos convencionales,.la secuencia del asilo, en la que un Leland socarrón e im­ cen al final de Ciudadano Kane se oye a un cantante negro entonar un blues
potente es interrogado por un periodista, la cínica fiesta dada en honor de un desesperado sobre el tema, «There is no true love», núentras le acompaña una
Kane triunfante rodeado de chicas, sus desesperados esfuerzos para obtener que orquesta discordante y sin compás, en laque cada músico toca por su lado.
su amante Susan se convierta en una «gran cantante» e, incluso. la degradación Para escapar a esta derrota de los sentimientos sólo quedará una grandeza fú­
de la relación entre Kane y su esposa al hilo de sus desayunos comunes. todo es nebre de ópera expresionista, como por ejemplo en las secuencias entre Kane
material para la ironía. para el sarcasmo, galopes vivos y a veces despiadados. y Susandelante de su colosal chimenea, cuando la música corretea a su alre­
pªrecidos a uná pastiche de Prokofiev. En dos ocasiones, una música triunfante dedor como un hedor pesado de humedad y podredumbre, como una amenaza
es lamentablemente reducida a un glissando goteante: cuando se detiene la pro­ difusa, a lo Debussy.
yección delnoticíario sobre Kane. y al final de los intentos de hacer cantar a Su­ Con Bernard Herrmann, se puede hablar por una vez de la obra personal
sean Alexander. Ello produce un filme despiadado, a veces de una penosa y me­ de un composüor cinematográfico que tiene su propia existencia. porque, sea
canica alegría. un filme que sena irrisorio de un extremo a otro si no fuera cual fuere el filme, su obra está llena de esquemas constantes. e incluso posee
rransfiguradopo!' el sentido de lo mítico y de 10 fantástico común a Welles. al un núcleo temático muy afirmado. que se reduce, en su expresión más simple.
.:ompositor y al gran director de fotografía Gregg Toland. dimensión que. espe­ a una figura de segunda (mayor o menor) descendente. El motivo.del destino
cialmente al tinal.hace que sea conmovedor lo que en principio era sólo bri­ en Ciudadano Kane, al principio de su filmografía. y el motivo principal de
llante. Taxi Driver, al final, están construidos sobre el mismo núcleo, que más de una
Tomemos por ejemplo ese famosoejercício de estilo que esla secuencia vez encontramos indirectamente enla partitura de Con la muerTe en los Ta­
del desayuno. que muestra por etapas el abismo que se crea entre Kane y su lones.
mujer Emily Narton: está tratada musicalmente, como una serie dé variacio­ Para expresar el amor-nostalgia de este último filme. Herrmann encuentra
nes sobre un tema .de vals. un vals desprovisto de cualquier acento amorosó. además, acentos profundos: en el curso de la larga discusión del vagón-restau­
todo en valores largos.de tono muy mahleriano y desesperado. Los avatares rante, entre Cary Grant y Eva-Marie Saint, es maravillosa la manera con la que
de este tema, brillante trabajo dé escritura culta, jamás evidencianla más íní:.. se pasa, insensiblemente, de una «música de ambiente>, nel,ltra e inexpresiva.
nima posibilidad de pasión, de entusiasmo o de ternura entre los esposos, se­ como si pert~necíeta al universo de la acción, a un canto de amor por parte de la
parados de antemano. orquesta de fondo, con influencias (~tristanescas». 'canto sobre el cual. siguien­
Cuando Kane encuentra aesa «otra mujer» cuya candidez y s'Oririsálé sedu­ do un'efecto típico del cine pero también del poema sinfÓnico, ~l s.ilbido d;l tren·
cen. lamúsÍCa se vuelve mas nostálgica que apasionada. sugiriendo que~ pára añade de"vez én cuando su sexta menor ligeramente desatinada. Con este' mo­
Kane. se t.rata de volver a encontrar algo de su infancia perdida. mento de gracia, en el que se suman varios talentos conjugados entre los que no
. La única músÍc<;l que insufla pasiónamorosa'en CiudadanoKane está re­ es preciso estableéer categorías, el cine clásico alcanza uno de sus máximos lo­
:,er;ada al soberbio,pastiche de ópera a ·10 Sansón y Dalila 'con el 'que gros.
quiere imponer a su amante (<<Vamos a ser una gran cantante»). música que el
SINGULAR PLURAL AlJTORES y FILMES 349
348
IOSSELlANl. Otar (cineasta georgiano, 1934)
HITCHCOCK. Alfred tcineasta inglés, 1899-1980)
, .
De manera !l1uy personaL·este cineasta georgiano ha mostrado varias veces
,En su excelente libro sobre elsonido en la obra de Alfred Hitchcock, The Si­
a los músicos., con~na p,.lriosa mezcla de ternura y de distancia crítica. lkho
lent Scream. Elizabeth Weis ha destacado con acierto una importante ~scena en
Chachd. Afgalobeli /, Z¡l Peveijdro: (1971) se desarrolla en Tbilissí. \ tiene
la obra del director inglés. sobre el sentido de la música en sus .obras: se trata de
c?m~ ~rotagoni~ta a un personaje ocioso, que es percusionistaenla o;questa
aquella en que el contrabajista Balestrero. el futuro Falso culpable (The wrong
smfomca de la CIUdad. Con frecuencia no tiene nada que tocar; se ha acostum­
man, 1957); sermonea a uno de sus. hijos que ha dejado que su hem1ano peque­
brado allegar tarde,. a.callejear; y esta forma de curiosear le costará laviíb. ya
ño interrumpa sus prácticas de piano. Pase lo que pase. le dice, no dejes que te
que será atropellado por un autobús. En cuanto ala asombrosa PaStoral 09761.
hagán perder el ritmo Uhrol-vn out off the beat). «TrabajaJomejor que puedas
se trata de un sorprendente intento de enfrentar la música c1ásicaal mundo ru­
hasta volverte loco y aporrear el piano».. . ral, m?strando músicos que ensayan en el campo, sin interesarse por la belleza
Efectivamente. esta escena de pérdida de control y de ruptura del ritmo ad­
o la \'~da.que les rodea: «El músico que al mismo tiempo es intérprete -dice
quiere.numerosos rostrOS en la obra de Hitchcock. Por ejemplo. PhWp, uno de
Iosseham con su cáusticaseveridad...,- es un músico de segunda cateQoría, Toca
algo que está escrito desde hace cuatrocientos años por algún otro, si~ tener una
los jóvenes asesinos de La soga (The rape, 1948), interrogado por su profesor
que sospecha de él. mientras está tocando al piano el Movimiento perpetuo n. 1
relación seria con 10 que toca. Es refinado, caprichoso, elegante, estilizado. pero
de Poulenc. se pone nervioso y pierde elcompás (mientras que sádicamente, el
ha perdido mucho de su propia alma al tocar piezas que no tienen Una rela~ión
profesor ha puesto en marcha un metrónomo que marca otroritmo~. El baterí.a
profunda con él» (Pf)sitif, n. 206. mayo de 1978).
de jaZ2 de Young and innocent (1937), al ver que están sobre su pIsta, se traI­
Para criticar esta mentalidad, el director coloca a suspersonaies ,en aquel
ciona al fallar sus golpes de percusión, con lo que atrae la atención sobre sí mis­
context~. Los músicos tocan sin tener contacto con la poblaciónsal~o una jO~'en
mo. En el concierto en el Royal Albert Hall de El hombre que sabía demasiado
que esta «vagamente enamorada». «No se trata de un cuarteto normal -añade
(1934. 1956, dos versiones), el efecto no es solamente el del golpe de címbalo
Iosseliani-. Es híbrido y no tiene equivalente en música clásica: dos violon­
final que deber servir de señal para el asesino. La cuestión es: ¿un disparo o un
celos, un violín y un piano. Lo creé a partir de los músicos que había escogido.
grito de mujer serán capaces de entorpercer la enorme máq~inaconstru~da por
Trans~ormé la.música especialmente para ellos, 'arreglando pequeñas piez~ de
el director de orquesta, la orquesta sinfónica y el vasto coro mIxto, que estan ocu­
~or:ll~. La qumta persona es una arrúga, porque me molestaba tener un grupo
pados en la interpretación de una indigesta cantata, cuya partitura está presente
SlIIletnC?: dos ~ombres, dos mujeres. No quería que nadie pensara en parejas.
ante nuestros ojos? en relaCIones, m en lo que harían durante la noche».
Fiel reflejo de los métodos que le han inspirado, el cine de Hitchcock repre­
En algunas de sus películas, muy trabajadas, con un discurrir falsamente ím­
senta a menudo la música como un asunto no de improvisación Y arrebato, sino
pr~visado, Iosseliani hace un uso muy singular de un ambiente sonoro que po­
de respeto escrupuloso a una línea convenida. Este realizador, q~e enalteci~, el
n dríamos llamar .«de coserva~orio»: ret~zosde música clásica oídos por puertas o
profesionalismo hasta lo sul;>lime, muestra la música corno trabajo y profeslO ,
ventanas, confrontados con imágenes y ruidos de la calle o de la vida moderna
como asunto de control y de oficio. y que al mismo tiempo son la voz de una cultura antigua, que continúa expre­
El arte de Hítchcock había alcanzado un nivel tan alto que la poco inspirada
más allá de los siglos. . <

música de Frank Waxman no impidió que Lav.entana indiscreta (1954) fuera


una auténtica joya Por suerte, aparece Bernard'Herrmann y, sin reinventar el
cine de Hitchcock, se convierte plenamente en la voz de su romanticismo: de
manera lómca en el melodrama Vértigo (1958), pero de fonna más inesperada
.....' ..mlV~'...,n. Jim (cineasta americano, 1953) ­
en Con la ~uerte en los talones (1959), que ningún otro músico habría tratado
Este joven director americano es especialmente conocido por hacer actuar
con la misma oscura pasión, con una historia que empezaba como puro entrete­
sus filmes a músicos como John Lurie (también autor de la partitura del fil­
nimiento. como en Extraños en el paraíso [Stranger thanparadise, 1984]) o Tom W~ts
35Q SINGULAR PI,.URAL AUTORES Y FILMES 351

(Bajo el peso de la ley [Down by lawn, 1985]) y por haber dedicado un filme a sentimentalismo de la melodía) el funda~ento de una estética objetiva, dinámi­
Memphis, la ciudad de Elvis Presley. Pero además, combina de modo original ca y sin pathos de la música cinematográfica, en virtud de la cual ésta debe apo­
la impIt!Yisación libre y una fonna muy cuadriculada. Varias de sus obras, que yarse en los ritmos de la vida, del mundo de las.cosas (por ejemplo, de un mo­
a menudo tienen una construcción secuencial, son como álbumes de discos, di­ . tor, de unaéoritecimiento )~. en lugar de. amoldarse a las fluctuaciones de un
vididas en partes netamente circunscritas. discurso o a los matices del seritÚniento. Así se expresa el"compositOr eri su fa­
«Concibo un poco .---dice el autor- música y cine ·como la misma cosa. mOsa conférencia de Londres, pronunciada en 1936: «Que la música cinemato­
Ambos nos envuelven como una sinfonía, adquiriendo cierta dimensión en el gráfica se desembarace, pues, de todos sus elementos subjetivos; que, como la
tiempo. Los recibimos de golpe, no podemos parar el proyector o al músico sin imageri, también se vuelva realista (subrayado por Jaubert]; que, por medios ri­
romper el ritmo de la obra» (Revue du cinéma, n. 421, noviembre de 1986). gurosamente musicales -y no dramáticos- ésta recree bajo la materia -plásti­
ca de la imagen una materia sonora impersonal, por una misteriosa alquimia de
correspondencias que es el fundamento mismo del oficio de compositor de pe­
JAUBERT, Maurice (compositorfrancés, 1900-1940) lículas: que la música nos haga percibir físicamente el ritmo interno de la ima­
gen sin por ello esforzarse en traducir su contenido sentimental. dramático o poé­
Gran músico y figura ejemplar segada parla guerra, modelo reverenciado tico» (en Maurice Jaubert, pág. 214).
tanto por los compositores de música cinematográfica como por ciertos direc­ Así. pues. el compositor concede un papel preciso a la música: ser el ele­
tores que. cOmo Truffaut. han llegado incluso a utilizar sus partituras decon­ mento central a partir del que el filme «despega» de su realismOfundamemal
crenoa título póstumo, deJaubert se cita a menudo su Sarcasmo contra la músi­ para acceder ai lirismo. ala imaginario, a lo poético. Una obra como L'AtaLan­
ca hollywoodiense. Más importante nos parece su propia profesión de fe, te (1934), gracias al genio de lean Vigo yal arte de laubert~ es una perfectailus­
animada por una concepción global de la música, quehabríaque·«redimir» y re­ tración de ello.
ori~ntar correctamente: <,Reclamamos una música popular y, contrariamente a ¿De qué habla este mme tan inesperado y poético hoy como el·primer día?
las· apariencias, no pensamos abrir así un carnina fácil. Pues la verdadera difi­ De la realidad trabajosa y decepcionante,y de 10 absoluto en el amor. y del paso
LUltátl:-'-y. por otn:. parte. la \·erdaderavalentía~ no consiste en esconderse de­ constante del urio al otro. laubert escribió para los créditos iniciales una canción
[rás de los misterios de la letra. sino en vol vera encontrar a la música en su más (con letra de Charles Goldblatt) que casi nadie se ha detenido a escuchar.. pero
estricta desnudez. para esforzarse en volver a darle el sentido de canto humano cuyas palabras nos advierten, con la voz ruda de un coro que martillea las síla­
y. si es posible. colectivo» (citado por Fran~ois Porcile en Maurice Jauhert, bas. que. contrariamente a lo que piensa la pobre Oita Parlo casada con el mari­
pág.·198J. no lean Dasté~ tal' vezesperándo una vida de ensueño. «no estamos sobre las
Además. declaraba~enun período crucial de la música occidental, en el que gabanas para hólgazáriear; hay que trabajaD>. Enseguida. sin embargo. se en ca­
cíertoscompositores estimaban necesario. no sin generosidad, romper con lo demi con'un vals de arriar sobre las «jovencitas»de ojos «color·del tiempo», que
que ellos considerabanderiyados de la música culta: «La obra de arte deberáce,:" los marineros «roban a la tierra». Este tema de amor to'ma ·en el filme vários ros­
der el paso a la vida. Por alguna razón. el cine había estad'o en esta evolución. tros: éste, modesto. de melodíade acordeón tocada defonna aproximativa y
l)(orgando un tan rele\·ante a la música utilitaria poroposición a la música dislocada. que es toda lá música de pantalla de la' que dispone la humilde boda:
desinteresada. El músico de mañana yana sequedarúencerradoen su torre de y más tarde. citró aspecto lírico, de orquesta con saxofón solistil. cuando el ini­
m~fiL en sus secretas meditaciones. ensu repliege sobre sí mismo [... jSeestá sorio córtejo se pone en movimiento: o más tarde aún; cuando d marinero. a
representando el gran drama que separará dd pasado a· la música ql1eestá riá.,. quien'sú mujer" há dejado para voÍver a la' Ciudad, ·nada en el río buscando en él
ciendo. música que ya no debe ser objeto de museo, sino tomar su punto de apo­ el rostro de su perdido amor.
yo. toda su fuerza y sentido en la vida del pueblo»{citado por Paul Landorrny La: secuencia iniciaL éspecialmente, encadena demanera sublime la tenue
en La 11lusiquefrallfaise apres Debussy,·pág; 199).. música tocada en la acción y la que seguidamente se eleva de la orquesta de fon­
En esta perspectiva general de regeneraéión de'la múSica, cabe situar Ta és;. do. transfigurado a la primera mediante un simple alargamiento de las notas y
fI~ticade MauriceJaubert. que busca en el ritmo (opuesto al expresionismoy al un desarrollo polirritmico que evoca ---en un lenguaje simple y directo- el prin­
352 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 353

cipio del coral ornamentado. Los valores largos del saxofón componen una es­ KAUFMAN, Philip (cineasta americano, 1936)
pe~ie de tema religioso, «asentado» sobre los breves \:alor~s !D0t9rist;cos ~~o­
~ciad9s al despÍazamiento de la gabaná', Móvimiento de danza y caiúo lírico se Este cineasta, el). SllS mejores momemos .. es' un' excelente. narrador,. muy
superporien sin cesar, y se convÍf.;rten enuna unidad: Not~.mos.guela tr~!l~idón ateI1t9, al juegO de. ~>Jifi1a~>:> c~nemªtográfi~as,de' res:onancias y llamadas. visua­
"no d:mlleva ninoún e.
eleine~to .
de ''escarnio.
.,
ningún
'.....
condescendiente
.,
efecto de lesy terpáticas.
acordeón, como más tarde ocurnrácon el fonógrafo del tío Jules fMichel Si­ Elegidos para la gloria (19,83). basada en una obra de Tom Wolfe, una epo­
monrEso significa que no hay ninguna j.erarquía entre las músicas. y que un peya destinada a rehabilitara Jos primeros pilotos de .pruebas que probaron 105
sólb continenteinusiéal contiene a todos los países. . ~aviones supersónicos. rnostrando que no eran robots entrenados sino personas
Más tarde. de un disco de fonóúafo cuvos' surcos el tío Julésrecorre con' su que asumían riesgos, está concebida como una especie de ópera; el director nO
dedo: s~lerimágicamente ráfagasd~' mÚsic~.,gracias a una broma q~e le gasta el vacila en ,mostrq.r a ]o~ personajes por conjuntos corales, aislados por el encua­
'2TUmete cOIl su acordeón. Luego, un charlatán poético y socarrón. interprenldo drey por el montaje, confrontados en diálogo u oposición: los obtusos científi­
'~or GilIes Margaritis. va a vera Dita P~rlo disf~az~do de h~mbre-orq~esta, para cos de bata blanca (que consideran a los pflotoscomo cobayas), las mujeres de
d'isculparse por las familiaridades que se ha tomado con ésta. La fuga de la Jos pilotos que se reúnen entre ellas y hablan de su obsesión porla posible muer­
protagonls'ta a París da pie a una rápida mezcla de músicas cosmopolitas.or­ te de sus esposos, el personal de tierra que espera el retorno de un avión, estos
questadas como un destello deéscaparates. Por lo demás. las músicas del filme. «grupOS» están dispuestos y tratado5. como en la ópera.
la mayor parte de ellas en situación (baile. café. radio. acordeón. fonógrafo), son En La insoportable levedad. del ser (The unbeJrable lightness. of beíng.
ti menudo alusivas, interrumpidas, fugitivas. aunque noen el sentido de la pér­ 1986) Kaufman adapta la novela de Milan Kundera con Jean-Claude Carriere.
de
dida un ideal, sino más bien en el de una leonera viviente en lá que, como en buscando correspondencias musicales con los hallazgos narrativos del novelis­
el' amontonamiento de objetos traídos por el tío Julesde sus viajes ·exóticos. ta. «Con Carriere, habíamos estado buscando moti\·os recurrentes, ritmos que
siempre Í10s esperamos encontrar alguna maravilla. y en el que la música no sustituyeran la estructura musical de la novela. Antes que "adaptación" prefie­
rompe' con la realidad; sino que laprolonga. ro la palabra "variación" [... ]. En cierta medida; la música de Janacek en nues­
Hénri Langlois formuló una idea muy profunda acerca de Jean Vigo, el di­ trofilme reemplaza a la voz de Kundera» (Positir n. 326, abril de 1988). En
rector; dijoque éste, por no se sabe qué magia, había sabido encontrar una «Ío­ efecto,el filme utiliza .cortos fragmentos de piezas de música de cámara del
togepia de los diálogos», había sabido dar un valor sonoro al texto sin hacerle compositor checo, admirablemente repartidos como motivos en un tejido muy
perder su sentído. De manera que L 'Atalante no presenta ese corte penoso entre vibrante y sutiL El montaje es de Walter Murch.·
diferentes elementos sonoros y'vis,uáles que existe en muchos filmes: Y todo
ello sin ayuda de truco alguno. Permitamos al creador de la Cinemateca France­
sa, q~e no fue sólo un «'personaje», sino que además pen~p y escribió magnífi­ KUBRICK"Stanley (cineasta americano, 1928)
. camente sobre cine, que dé la última palabra sobre CAtalante, y sobre el rnila­
gro Jaubert / Vigo. «Sólo hay up. hombre, uno sólo, quehaya conseguido hacer El dir~ctor de La naranja mecánica (1971), que produjo un impacto con su
del cine sonoro un todo homogéneo, Vigo [... ]. Tomó el sonido, lairpagen, la Alex (Malcolm McI)owell) ,amante de la ultra-violencia ,y de la música de Bee­
música, d diálogo y los fusionó: y digo fusionar, no mezclar.. (... ] Si existe una thoveQ,. nq encontró enseguida. su modo de utilización de la música. En 2001,
película que tenga un aspecto realmen~e naturalista,·ésta e,s L'Atalan~e, pero no una odisea del espacio (968), consiste, esencialmente, en poner a la música
es naturalista más que en apariencia. Realmente, es.llna.vi<4iera. Lar~alidad ci­ bastante «afuera>>., o sea, no mezclada con la trama de diálogos y ruidos; utiliza
nematográfica difiere del naturalismo como las vidrieras del cristal colore~do» piezasal).t6nomas, a .menudo tomadas de obras preexistentes,: clrbciones
(declaraciones recogidas por Rui Nogueira, en 1972, e~ Trois Cents Ans de ~i­ (J música clásica~ Sin embargo, su proyecto cinematográfico puede ser califica­

néma, Écrits, págs. 96-97). do, en ciertos filmes, también de «musical».


Así, acerca de su filme de ciencia ficción.2001, una. odisea del espacio, Ku­
brick declara: «BuscaJ:>a crear una experiencia visual [notemos que no dice «au­
3~4 AUTORES Y FILMES 355

dio.visual»] que so.brepase las catego.rías verbales y penetre directamente en el que le oto.rgaban un ca~po. de expresión .amplio.. Cuando. sé enco.ntró con el' di­
subco.nsciente, co.n un co.ntenido. emo.cio.nal y filo.sófico.. Quería que el filme rector en Lo.ndres, no.s'cuenra que «él fue ho.nesto. y directo. co.nmigo.'so.bresu
fuera tti!a experiencia intensamente sugestiva que co.ndujera al espectado.r a un deseo. de co.nservar los elemento.s de música "provisio.nal" que ya había utiliza­
pivel más interio.r de co.no.cimiento., tal co.mo. hace la música. Cada uno. es libre . do. anteriomiente. Me di cuenta de que le gustaban, pero yo no. podía'aceptar la
de reflexio.narco.mo. quiera sobre su significado. filo.sófico. y simbólico.» (citado. ideadeco.mpo.ner elementos de pID-titura destinado.s a seríñterpolado.s en medio.
po.r Sergio. Miceli, La musica nelfilme. pág. 225). de músicas de otros co.ínpo.sito.res.· Yo. pensaba que podía componer una música
El crítico. Francis Vano.ye (Guiones modelo y modelos de guión) propone que tendía claramente a lo. que Kubrick deseaba, y que le iba a aportar co.nsis­
una ingeniosa comparación' entre 2001, una odisea del espacio y el poéma tencia, ho.mogeneidad y mo.dernidad» (Jérome Agel, op. cit., págs. 198-199,.
sinfónico en varios cuadros Así habló Zaratustra de Richard Strauss,'cuyo. North lleva a cabo una primera parte del trabajo. y asiste, en presencia de Ku­
principio se utiliia precisamente en el filme. Se trata en efecto. de una recapi­ brick, a la grabación de fragmento.sde la partitura. dirigida por Henry Br~t, que
tulación de las escalas de desarrollo de la vida, de la inteligencia; también el le había ayudado a' orqúestarla: .«Kubrick me hizo buenas sugerencias en el pla­
filme está dividido en distintos mo.mentos. Po.demo.s añadir que un poema sin­ no musical. Yo había escrito. do.s secuencias para el principio. y él estaba co.m­
fónico es a menudo una ópera sin palabras y que 2001, una odisea del espa­ pletamente de acuerdo co.n una de ellas, que también'era mi preferida. Sin em­
cio. que incluye numero.sas escenas mudas, o bien co.nfina los diálogos a la bargo. yo presentía que todo lo que había esérito para reemplazar al Zaratustra
esfera de lo. utilitario. de lo técnico. y del código so.cial, permite que las «vi­ de Strauss no satisfaría a Kubrick. aunque había utilizado la misma estructura
siones» de Kubrick y Clarke -la más célebre de las cuales es el misterioso musical, traduciéndo.la en un lenguaje más moderno. y dándole un impactó dra­
monolito negro venido del espacio.- funcionen con la misma opacidad~ la mático más fuerte. Pero ¿como. po.dría luchar contra el scher:o dé! Sueiio de lmil .
misma ,presencia obtusa y enigmática, infinitamente abierta a la interpreta­ flochede verano de Mendelssohn [música que no hallamos en el filme acabado.
ción. que un terna musical. pero que sí parece haber formado parte de lo.s temporar:; tracks montados por
'Corre una especie de leyenda sobre la génesis del filme, según la cual Alex Kubrick]? Esto no impide que estuviera convencido de,haber'hecho unexce­
~orülyhabría compuesto toda una partitura que Kubrick finalmente habría deci­ lente trabajo».
dido 'Bescartar. sustituyéndola por fragmentos clásicos escogidos. Sin embargo. No.rth compuso todavía o.tros cuarenta minutos. concertando los por teléfono
larealidad es más compleja y verosímil,tal como la narra el propio compositor con eldirector. que le sugiere cambios'. Tras variosdías de espera. recibe final­
en un testimonio del que no tenemos razones para dudar (reproducido en el ex­ mente una nota de Kubrick informándole de que ya no necesita música suple­
celente libro de Jéróme Agel, The Making of Kubrick's 2001). mentaria y que en adelante el filme será püntuado. porefectos sonoros de respi­
De hecho. mientras esperaba la contribución de Alex North. Kubrick había ración. Nonh espera, no recibe. ninguna 'lla:mada .. espera tener que hacer algo
comenzado su montaje utilizando. provisionalmente --como suele ser habi­
nuevo y, al'ver el filme proyectado en Nueva York. se ~a cuenta de que todos
tual- obras preexistentes, a fin de construir un determinado número de se­
los temporary trackshabían sido conservados. «¿Qué puedo decir? Eraima bo­
cuencias, entre o.tras. aquellas en que vemos evolucionar a las aStronaves. Esta
nita experiencia. pero frustrante, y pienso que aquella músk; germánica
prácúca.de la: «música provisional». que a menudo bebe de la discotecaperso­
finales del siglo XIX no estaba: tOtalmente de acuerdo con la conc~pcíón brillan­
nal del realizador o del montado.r, condujo al directQrjapo.nés Akira Kurosawa
te de Clarke y Kubrick».
a enc3rgar al composito.r Toru Takemitsu, para la gran escena de la batalla de su
¿Qué podemos decir no.sotrosde esta narración'hecha con dignidad? El as­
filme Ran (Ran. 1985), una copia exacta del movimiento Abschied del Canto de
pecto humano. de este tipo. de asunto.s debe ser apreciado. en detalle. con sus le:'
ía liará de Mahler. porque esta escena muda. queincluíamucho.s efectos·vi'­ gítimo.s aspecto.slinanciefos (en este caso. es evide'nte que Alex~()rth recibió el
.suales de,ralentí. ya había sido.montadaso.bre Abschied y, paraXuro.sawa~ ya
págo. desu partitura), pero la o.bra acabádáha de ser co.nsideradaül cualsin re:
funcionaba perfectamente. proches. "
A Northle encantó quele volviera a co.ntactarundirector con el que ya ha­ En to.do. caso. el relato no.s aclara la génesis de una concepción: muchas es­
bía colaborado. en Espartaco (Spartacus, 1960). l..eseducíala idea de trabajaren cenas dramáticas de 2001, una odisea del espacio --co.mo el asesinato de 105
un filme co.n un gran número de escenas no. dialogadas y sin efecto.s so.no.ros. co.smo.nautas hibernado.s' po.r un ordenado.r enloquecido.. que los «desenchu­
356 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES .357

fa»- habrían sido inicialmente concebidas por Kubrick para ser sostenidas por siciones de Ligeti se oyen en el filme con una acústica muy reverberante. fun­
una música narrativa. NO, e s sinopocQ a poco. que el autoLencontró el espíritu dida, próxima a la de lagrabacióñ utilizada (los álbumes de música contempo­
d~ s~pelJcul,a: un. filme cuyos pasajes de acción propiamente dicha en su ma­ ránea producidos'en Europa 'en los años seseÍHa practicaban \'olüntariatnente
yoríano tienen música, l'alvez no la habría encontrado si hubiera_partido de la esta eStética «espacial» y estab'an frécuentementeennÍeltos de reverberaciónL
'conc~pción inversa, es decir. de lo. que con desdén llamamos convención, Es ' El vals de Strauss está escogido en una \'ersión de gran fornlato de Karajan. que
igualmente posible que el filme vuelto a montarc;on música de Alex North re­ lo dirige de forma ceremonial y pomposa. estilo ceremonial que 'tanto gusta J
sultara tan magnífico y original como el que conocemos, y sin duda algún día Kubrick. Otras versiones de la~ mismás obras. como ~e· tocarían o grabarían
veremos esta versión alternativa .... hoy en día (es decir, un Ligeti másanalírico y lin Danubio a;u/ más ligero I si
La u.tilización de la música en 2001, wlQodisea del espacio debe ser descri­ sustituyeran a las ya montadas en el filme. ocasionarían efectos muy diferentes.
_ta partien~o. n<? del disco de la «banda sonora original». sino. como siempre~ del no sólo a causa de las diferencias de lempo. sino también por su diferente maSJ
~ontext9 de la .obra entera y en relación con las otras opciones tomadas en el sonora.
qmjunto, El vals de Richard Straus<; funciona exactamente como el equivalente de
Como hemos dicho. numerosas secuencias no tienen diálogo~ y cuando 10 una «marca» parecida a las que las empresas cinematogdJicas eligen parJ.
tienen éste esde un tono y un contenido voluntariamente funcional y sin afecto: acompañar a sus emblemas. Asociado a la manifestación de un misterioso e~pí­
conversaciones educadas entre rusos y americanos en el espacio. intercambios ritu cósmico que favorece la eclosión de la inteiigencia. simholiza. por su mo­
«videofónicos» de los astronau~as con su familia en la tierra. actores totalmente vimiento ascendente deun sonido a la octava superioLla dignidad humana de
in~xpresivos o de una cortesía profesional que se pone' como una máscara. Fi­ la verticalidad conquistada, erigida,
nalmente, nadie aborda jamás lo esencial, que acosa al espíritu del espectador: El tema de Johann Straliss. por su ritmo ternario, e\'oca, al contrario~ un mo~
la cuestión de la existencia de otra forma de vida en el úni\'erso ... Del mismo vimiento eterno, un giro a la vez mundano :Y cósmico. cabe recordar que su prin­
modo, tras el drama. el cosmonauta sobreviviente jamás evoca. al hablar con el cipio está constituido temáticamente por un arpegio de acorde perfecto mayor
ordenador. la muerte de sus compañeros ni verbaliza su sufrimiento o su rebe­ ascendente (que Incluye la tercera mayor), que recuerde al motivo de Zaralrll5­
lión. Las palabras forman un espeso muro de protección. ta del que es una contracción en el espacio de una quinta. Su carácter eufórico
No obstante. la música interviene, lo más frecuente es que sea en secuencias y positivo también está ligado a esta similitud. Por otra parte. está precedido por
sin, palabras. a fih de «liberar» una afectividad retenida en las palabras. efectos de trémolo que crean una atmósfera de indecisión primitiva, de génesis,
El repertorio de músicas de 2001, una odisea del espacio está constituido Igual que el arpegio de trompeta de Richard Strauss destaca sobre un bajogra­
por cierto número de préstamos: el prólogo de Así habló Zaratustra de Ri­ ve cercano al ruido, el tema del vals emerge de una orquestración grisácea. \'i­
chard Strauss (sobre un bajo, un arpegio ascendiente tónica/dominante/tónica, brando en el medio-agudó.En ambos casos, se' da la afirmación de una figura
seguido de dos acordes que pasan del mayor al menor en un mismo tono), El simple sobre un fondo confuso ..
Danubio azul de. Johann Strauss hijo, en una versión largr.l y sinfónica dirigi­ Asociado a la inmersión en el misterio de una revelación cósmica, el Kyrie
da por Herbert von Karajan, un movimiento para cuerdas solas y arpa extraí­ del Requiem de Ligeti, ebullición coral indistinta vocalizada por un gran núme­
do del ballet Gayaneh de Aram Katchaturian, y tres obras del compositor co.n­ ro de partes sumadas, suena, aunque se apoya sobre el texto de la misa, como un
temporáneo. Gyorgy Ligeti, al que mucha gente descubrió con este filme, de ~oro sin p~abras. Su escritura compacta y atonal, y el carácter absolut.¡unente
. manera que para eIios representaba plenamentela ,«música de filme»: el Lux o y progresivo de la evoJución d~la sustancia sonora evocan procesos
aeterna para coro a cappella, el Kyrie del Requiem para coro y orquesta, y el ~"""UJ.<JLJ\
..." , más que la mú_sica «terrestre» hecha de notas discontinuas,~nque
II!0 v imiento sinfónico para orquesta Atmosferas, vasto. «fundido encadenado» ost~eni~dos aislados· de los· metal, como lbs acentos de una fanfairia disociada,
~u~c~. . an el espeso mUro. Aunque sugiera algo misterioso y cree un clima de
Como siempre, cuando el director utiliza una música, no sólo utiliza la mú­ ficción, conviene subrayar también su parentesco, máS allá de las barre­
sica en sí, sino también su grabación, su materia, su espacio, cuando no se ve cu1tur~es, con las otras músicas elegidas:,también aquíse trata de únmo\':i"­
obligado a adaptar el sonido de la versión utilizada en su proyecto. Las compo- ascendente, como im empujón hacÍ(do alto.
358 SINGULAR r 1.U ft,'"H,.,C . AUfORESY FILMES
359

Esta· música, ·además, hace que escuchemos con claridad un, coro· mixto, Este juego no tiene éxito en todos los casos: a veces la música se resiste a
como un elemento de humanidad colectiva que lanza su llamada. Aunque vie,ne dejarse enrolar en el filme y ponerse aí servicio exclusivo de sus~significacio­
del cos~s, nos remite, al mismo tiempo, al propio hombre: ¿las voces emanan pes. Tomemos el caso del episodio central del tercer movimiento de la Música
del monolito negro? ¿O tal vez es la ola humana que viene a lamer la costa de_ para cuerdas. percusión y celesta de Bártok en El resplandor, que el director
ese monolito impenetrable.y mudo? utiliza en dos oc'asíones, cuando' el escritor loco interpretado por Jack Nicholson
En la tercera parte del filme, anunciado por. un rótulo que dice.«Misión Jú­ observa una maqueta que representa a tamaño reducido ef laberinto real por el
piter, dieciocho meses más tarde», escuchamos, sobre las imágenes de una nave que su mujer y su hijo se pasean: y posteriormente, en la inquietante escena en
espacial en la bóveda celeste y luego sobre su actividad interna, una monodia de laque, vencido por la locura, sostiene al pequeño Danny en su regazo, y parece
cuerdas profundamente melancólica y ligeramente italianizante (en un estilo llenarse de ideas de asesinato. En ambos casos, la rigidez y asepsia de la ima­
próximo al del poema sinfónico de Liszt De la cUila a la tumba)'. que se espesa gen, propia del estilo al que Kubrick nos tiene acostumbrados, parecen no «co­
y añade voces suplementarias, y continuarnos escuchándola cuando el cosmo­ nectar» de manera rítmicamente convincente con el temblor arácnidO de la mú­
nauta practicafootillg en una centrifugadora: es el extracto de Gayaneh de Ka(­ sica de Bártok y con su inestable finura. Por otro lado. párece que 'la imagen
charurian. vaya instalándose conscientemente en el tiempo de la música, en'unaespecie de
¿Por qué es tan punzante esta música. cuya cadencia Kubrick deja alargar­ melodrama rudimentario.
se. que está como en suspenso y deja un vaCÍo'; Porque aquí encarna una espe­ En L1 chaqueta metálica. filme sobre la guerra del Vietnam. la concep­
cie de,soledad afectiva. Los cosmonautas Dave y Frankcomen sin hablar, es­ . ción del acompañamiento musical eS. como siempre en Kubrick. seca e iróni­
cuchando noticias. grabadas. Cuando Frank. tumbado en una hamaca. con ca. concitas de canciones de la época. como conadas con unamivajaafilada.
pantalón corto para su' sesión de rayos ultra-\·¡olem. recibe de sus padres un Sin embargo, también incluye intervenciones de música electrónica firmada
mensaje grabado -de cumpieaños.\'uelvea empezareltema lento de Gayaneh. porAbigailMead. en lasque se diría que la boca de una especiedemonstruo
discretamente patético al compararlo con el ambiente de necrópolis de la nave deja escapar una respiración pesada. en tanto 'que su cuerpo hace crujir sus ar­
espacial (en la que se alinean contenedores con astronautas hibernados) y al ticulaciones,
rostro frío del hija, cuya mirada está . disimulada tras sus gafas oscuras. Salvo En todo caso. en esta obra. la música permanece neutral. y ya no designa los
error. es uno de los pocos momentos de superposición entre las voces, en este diferentes campos en lucha. Han p:!Sado los buenos tiempos de las películas de
casola de lospadres.oídas como minúscula~ y emitidas desde lejos. y la de la guerra tradicionales. en lasque el ,:-ompositor tomaba punido en el combate y
música. Mientras los padres cantan un Happy hirthda.-", superpuesto al frag~ haCÍa que se enfrentaran. en el campo cerrado de la orquesta. remas nacionales
menrode Katcharurian y discordante con éste. la música sigue su-curso majes.­ comoLa Marseilfaise y Wacht am Rhein (como en Casablanca), o biencaba­
ruosamente, mientras que las voces familiares se apagan enseguida. En suma. Ileros teutónicos contra el pueblo ruso (AlexanderNevski). Aquí, no encontra:'
eS el efecto inverso al utilizado por Bertrand Blier en Beau-púe; para la escena mas la .más minima evocación musical de las «hordas amarillas», puesto que
lÍel aniversario. Aquí. la música tiñe de una melancolía y distancia indecibles a oficialmente. se supone que los americanosdebíari defender a unos vietnamitas
estos momentos familiares. de otros vietnamitas.
Kubríck tam bién halla. conscientemente 0 np.-!()sprincipios; caros al cine Con su utilización de la música pop yJolk, este filme también es' una conti­
mudo. de la «música. secuencial» (bloques lÍe música relatÍvamente diferencia­ nuación de la reflexión comenzada por Coppola sobre la guerra moderna. En el
Josly del préstamo de obras preexistentes. Asimismo tiende a desracar,en lu~ cine, los combatientes de las guerras anteriores eran mostrados' mientras en los
gar de disimular.ladívisión del.filme en partes; sea con rótulos análogosa1os chirriantes surcos de un disco de 78 cp.m. resonüba Una' nielodíanostálgica y
títulos de los capítulos (como,en El resplandor. 1980). sea con una construcción velada, o captaban. en el dial de su radio. remas lejanos que traducían;- con su
de guión visiblemente dividida (La l1aranjamecúnic(l.¡ 1971.:y La chaquéta Ji/e­ desvalida recepción. I-a distancia que les separaba de lá retagúardia. Péro,des­
tálica [Full Metal Jacket.· 1987] están constituidas por dos partes autónomas): al pues Apocafypse now, los soldados permanecen en cbntaCto~ en lo peor, del
igual que la música. que en su obra no se encarga de unificar y de ligar sino; al combate, c'on los «super éxitos~> de la radio. y todo ello en frecUéncia ~odula­
contrario. de fragmentar y aislar el filme en diferentes números. da, ya sin ningún Corte sonoro con el mundo en el que no se combate. De.ahí la
360 SISGUL-\RPLUR,-\L AUTORES Y FIL~IES 361

esquizofrenia de una escucha que se baña en dos espacios superpuestos: la vida sico deja.:.:::. que firma lapartiturade algunos desu~ filmes como Ha.::: lo que
nonnal y la guerra. debas (Do the,right thing~ 1989}.noduda-en hacer hablar en eco a varios de
sus personajes: ni que dos de ellos repitan la misma frase al unísono, nien
enfrentar un personaje a un grupo~' en planificar.la;;',.escenas en montaje pa­
LANDIS.John (~inea~ljta americano, '1950) ralelo de modo que las voces de unos y otros se respondan como en un frag­
, '
memo musical. En una escena de AJo 'better blues. en ruptura con el. realis­
Joh~ Landis es ~n director al que normalmente no'~e toma en seno.lalvez mo, el músico protago~ista esconfrontadó a] mi~mo tiempo yen dos lugares
porque haconserv~do un aire de ~olegial y ha realizado excelente~ videoclips diferentes con las dos mujeres con la~ que se relaciona: éstas. furiosas. aposti­
para Michaél Jackson, como comedias para estrellas populares como Eddie llándoleen una alternancia sistemática. cada una hablando por turnos, como
YI~rphy 'Sin ~mba'rgo, tiene der~choa un reconocimiento porparte de la músÍ­ instrumentos. Su filme más libre en el plano formal y más «jazzístico» en la
,:; de rythm '11; plues porel horpenaje que le rinde en ,uná obr,,! maestra como forma es probablemente Nota Darling (She' s gotta have ir. 1986.). retrato­
Gral1l~ías a todo ritmo {l980). filme en el que supo,encontrar la mezcla, de gra­ puzzle de una joven libre.
cia y rusti.cidád d~ las comedias musical,es de los años treinta (,,::uY9 estilo fran­
:0 y directotiende a ve,ces imit,ar, incluso \'isualme,nte) y en el que celebra ia
tradición mu'si~al de Chicago, Evidentemente. artistas negros como Ray Char­ LELOUCH. Claude (cineasta francés, 1937)
les. Aretha Franklin yel.Viejo CabCalloway no son más que gileS! sra,-s de una
historia que reposa sobre el excelente tándem blanco formado por Dan Ackroyd En la abundante obra de Claude' Lelouch. desde Le Propre de f'hol1ll1le
y John Belushi. aunque Landis pone de relieve sus números com,o raramente lo _ (1960) hasta Les Mísérables(l995). ,prácticamente todos'los filmes üeneuna
ha hecho el cine. El sermón danzado de James Brown. al estilo gospeLes una concepción dramática de naturaleza operística y musical. fundada ene] paso
de las raras secuencias del cine reciente que ha sabido encontrar la fuerza co­ de lo panicular a lo colectivo, de lo anecdótico a lo histórico. y ene] fenóme­
lectiva y comunicatiya de las más bellas secuencias de Aieluya. En la tradición no de eco entre generaciones. países y destinos. de manera que, del mismo
cinematográfica de las guerras musicales, el filme no deja pasar la ocasión de, modo en que en el seno de una ópera wagneriana la orquesta teje una conti­
puntearconsuavidad la countrymusic para camioneros. nuidad global entre todos loselememos, tanto los más concretos como los
más fugaces, enla obra de Lelouch todo está siempre unido. más allá del tiem­
po y del espacio; Por eso, experimenta con construcciones dramáticas osadas,
LEE, Spi~e (cineasta americano, 1957) que a veces se extienden a dos generaciones. Por ejemplo, Los unos y los otros
-~, , (Les unset les autres, 1981) parte de una idea musical basada en la simuha­
En la acción de los filmes de Spike Lee, que ha dedicado a contar la vida neidad y narra los destinos paralelos de cuatro familias, entre 1936 y 1980,
de sus hermanos negros como pocas veces la muestran los filmes america­ cuya suerte está unida por la música. Simón, el pianista (Robert Hossein) se
nos, es normal que la música -:difundida por emisoras locales" escuchada en enamora en 1937 de la violinista de la orquesta (Nicole Garcia),en tanto que
enormes transistores llamados ghetto blasters o ejecutada en Jos c1ubes- de­ en Berlín, Kar] Kremer, un joven pianista (Daniel Olbrychski), encuentra a un
sempeñe un papel considerable. Pero no sólo está presente como dato con-:­ gran director de orquesta, JackGlenn (James Caan) y contemporiza con el ré­
creto de i~ acción. ELtalentosó~pike Lee, ti menudo criticado duramente por 'gimen nazi. Pasa la guerra y Serguei (Jorge Donn) se hace b~ilarín, mientras
sus «excesos» y defectos ~n:arcisisrrío de actor-director, esteticismo demos­ . que IVemer ~n una escena inspirada en un episodio de la vida 'de K~ajan­
trativ:o, sentidocom,ercial, parcialidad,y agresividad~, que se suelen tolerar •toca en Nueva York ante un Carnegie Hall vacío, cuyaS plazas han sida reser­
más fácibnente en multitud de realizadores no negros (¡como si unbuenrea­ porla comunidad judía. El filme culmina: con la comunión unánime al­
lizador negro qebiera ser «ejemplar»!), ha colocado a la música en el centro rededor de un ballet en beneficio de los refugiados de Camboya, que se cele­
de su inspiración formal. Su escritura, diálogos y dirección buscan un estilo bra en el Trocadero de París y se retransmite por televisión, por lo que las
diferente, más sincopado, que le debe mucho al jazz. Siendo hijo de un mú­ diferentes familias pueden asistir a éL Se trata del célebre Bolero de BéJar­
362 AUTORES Y FILMES 363

Ravel. bailado por Jorge Donn. Música y danza se movilizan para encamar la Sergio (cineasta italiano, 1929-1989)
idea de repetición; de eco, de eterno retorno. Partir revenir, en 1985, tarnbllén ;
trabaj~obreel postulado de destinos cruzados e idas y venidas entre épocas,­ Pocos directores han influido t3l1toen la utilización de la música cinemato",.
concediendo una importancia a.la música como soporte de preocupacio-:- . gráfica como Sergio Leone. Antes de él, cierto número de cosas no eran posi­
nes .metafísicas, especialmente del problema de -la reencarnación. Así, -Le": bles o bien estaban consideradás como el colmo 'de la Vulgaridad en este cam­
louch afirma haber construido su filme sobre el Concierto para piano n. 2 de po: los leitmotivemusicales muy caracterizados y «en primer término», ciertas
Rachmaninov, al que además ha «añadido» un cuarto movimiento, escrito por sonoridadesgrotescas o familiares. Después de él, se han vuelto admisibles. No
.\1ichel Legrand; se trata de una «historia novelesca para piano, orquesta y cá­ se trata de desmerecer el papel de Ennio Morricone y su gran talento de escritu­
mara». Por supuesto, muchos de sus filmes_incluyen una canción-poema, que ra; pero es evidente que éste, buen «actor de música», ha sabido traducir y lle­
intenta sintetizar y recapitular todos los temas que circulan por éL De ahí el var a cabo un concepto que no había inventado él forzosamente.
recurso a compositores de melodías y canciones, como FranCÍs Lai (Un hom­ A Leone le gustaba decir que en algunas de sus películas la música servía de
bre )-' una. mujer) o Michel Legrand, que se cuentan entre sus fieles colabora­ diálogo, y que por ello le era necesario ponerla en primer plano y poder oírla en
dores. el rodaje, al menos en forma de maqueta. Por otra parte. además de melodías
Ciertamente. Claude. Lelouch puede irritar por el desfase que existe entre lo le gustaba utilizar ideas musicales y sonoras muy simples: un tema como
que pretende y lo que consigue. y por el carácter decepcionante (a nuestros ojos) una especie de llamada. un toque de un intervalo de cuarta en El bueno. elfeo el
de muchos de sus filmes. por comparación a su proyecto inicial. como si a me­ malo (11 buono, iI brutto. il cattivo. 1966), un motivo de tres notas en HastaQlle
nudo la ambjcióndesus concepciones recayera en una realización anecdótica llegó sllhora (968), ciertos efectos sonoros concretos y gracio~cís, Eh sU obra.
yen la trampa de un naturalismo intimista. en los «peqúeños momentos de ver­ la música cinematográfica puede afirmar su carácter fáciL popular y simplifica­
dad entre actores», que a veces reducen sus ideas más alocadas. No obstante. no do, sin disimularlo púdicamente.
:,e le puede.n~gar el hecho de ser auténticamente generoso en sus golpes de au­ En una entrevista concedida a Noel Simsolo. que comparaEl bueno. elfeo
dacia, y constantemente interesado por las investigaciones formales. En sus fil­ y el malo con una ópera barroca. el director (con su francés sabroso v lleno de
mes se pueden encontrar coros, monólogos. silencios, interpelaciones al espec­ italianismos) recuerda que siempre se apoya ene] realismo y . «Prefiero
tador y números musicales cantados o bailados que destacanel carácter compararla con un concierto, No hay ningún realismo en la ópera. Se trata de
discontinuo del mme.y. en suma. su carácter musical en tanto que composición algo diferente ... Aquí, cada personaje tiene su tema musical. Yes también un
Je ritmos. de tempi. de aposturas. instrumento de música que sirve a mi escritura. En este séntido. juego mucho
La utilización que Lelouch hace de sus personajes es bastante curiosa: hace con las armonías yel contrapunto. Opero una musicalidad [sic] que debe refor­
quelosmismos actores interpreten a padres e hijos conveinteaños de distancia, zar tanto lafábula como la realidad. Era necesario a causa de las dificultades in­
como si cada generación pudiera engendrar dobles perfectos. Inversamente, herentes a los filmes que describen un viaje. Yo representO el reconido de, tres
asigna los personajes de Anouk Aimée y Jean-Louis Trintignant a Richard seres que amalgaman todos los defectos humanos~ Debo depurar este viaje, Y
Berryy Évelyne Bouix en Un hombre yana mujer: segunda parte (Unhomme necesito crescendos y «efectos teatrales» que sean cohe~entes con elespítritu
er une femme, vingt ans déja. 1986). También legJjsta mostrar juegos de espe­ general de la obra. Entonces, la música adquiere'una importancia capital» (Con­
jo~ de filmes dentro de filmes; en suma. es un fanático del efecto de variación. \'ersations avec Sergio Leone. pág. 129).
En cierto sentido. e independientemente del valorque cada uno pueda conceder Durante la grabacióri del tema de la armónica de Hastá que !legó su hora.
a su obra.Claude Lelouch se hermana con Jacques Demy y Federico Fellini, asociado al personaje casi müdo del vengador interpretado por Chafles Bron­
con su cerrado universo de «repeticiones», pero con una estética totalmente di.., son. cuyo mote es Armonica, Leone declara que casíestrangula'al instrumentis­
Te rente. m~s «endiablada», que tiene además declaradosa,dmitadón!s. como ta para conseguir de.terminadosonido. «Para obtener esa queja dolorosa que era
.-\lain Resnais. el tema de Bronson, estuve apretándole la gargarita al músico, estaba a
punto de con lbs ojos desorbiutdos. llorando: un poco mas y le es­
trangulo de veras. Pero el resultado es formidable», El sonido plañidero de la gui­
364 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 365

tarra de Ry Cooder. en Paris Texas de Wim Wenders ¿es un eco de esteprece­ una resonancia particular. que de algún modorepresemaal ~er \'ivo,
dente? al «nomúncuio»en unª.n()c1Jeinmensa.l1ena de vacío. Para Bimbre ele­
La personificación de temas. musicales, que Leone llevÓ más lejo~ y de femte, John Morris le.escribe una süberbia partitura, ªlterna~e melo­
manera mucho más consiente de lo que el cine americano jamás había osado dramática y cándipa., que ii \~eces .evoca la melancolía de .un ~ia. Pero
hacer. está rclorzado por cierto número de opciones muy firmes: por ejemplo. es en un cuarto largometraje cuando Lynch tiene la suene ck:j¡dkal com­
el recurso a ".'Iertas fuentes musicales hasta entonces.:uti}izadas con prudencia. positor que serviráplenam~l1te a esta poética: Angelo Badal.Bl!!f.iiÉste eS­
como la voz femenina vocalizada o el silbido,.simbólicamente percibido cribe tan bien un sl~wiemo (susceptible de s()naf como un dii!iis;que ua-:
como mascuiino. aunque en sentido estricto. el silbido es neutro. Así, Leone duce la identidad del amor hLJmanoyde lo sagrado) como ~ear una
se atribuye l::l im'enciónd~ ese personaje silbador. en su primer~·... estern, Por atmósfera jazzísrica que, en Twill Peaks (1989-1990). resuliii-_ta al ser
un puñadot.1t dólares (Per un pugno di doUari, 1964). Cuando conoció aMo­ asociada con imágenes de naturaleza y bosque. Los temas pr~sque el
rricone, le pidió poder escuchar diferentes producciones del compositor. Se compositor ha escrito para esta serie televisiva tienen el adea••;ünimira­
encontró con unacanción escrita siete años atrás para un bajo ams;ricano. La ble tono dulzón, poét.ica y líricamente s.ocarrón. que mezcla lo~do .:-on
voz del can¡J.nte [¡ole gustaba. así que ruvola idea de hacer que buscaran la Jo amenazador.
grabación que contenía sólo la parte instrumental y que la sustiluyeran por un En Cora:::,ón salvaje (1990) Lynch (que io «estructura todo poc~tra5.té».
silbido. En..::.::ugó a Morricone que encontrara al silbador: "Este silbador esta­ como hemos intentado mostrar en una monografía~disfru[aaJ ~. estilos
rá en los cr¿Jitos iniciales de todas mis películas y en las de muchos otros. Se musicales en violentas antítesis. y encaramarse .al púlpito je ia p~sica de
hará muy n.::o» (op.cit., pág. 94). Esta anécdota es··muy-simbólica. ya que co­ modo abrupto. Tal vez aimitación de ciertos filmes de Godard (~qu;: él
loca a una "·Ol y a un texto sobrentendido. como or:igen de esta revolución en aprecia Banda 9parte[Bande apa.rt. 1964]. entre Olras¡,pero.ea~lo más
la música cinematográfica. cómico, enfrenta la introducción orquestal opulenta y lírica del Jd.Strauss
El concepto de Leone, que consiste en hacer patente la música, sin dudar en 1m Abendrot con la letra de Eichendorff, con el rítmico martilleG,Wltock del
hacer patemequién la emite (un silbador es algo más que un instrumento, es un grupo Powermad y las canciones blues. Algunos críticos ven endatlma paro­
personaje). sólo podía aparecer en una tradición espectacular específica, la tra­ diá .o. segundas intenciones: al contrario, nosotros vemos ia. ex~ d~ una
dición italiana, en la que se pueden efectuarlos efectos dramáticos (cambio de sensibilidad generosa, que no se cierra ante ninguna música ni ~na ex­
iluminación «a la vista» en Fellini, interpelaciones al público y puesta en evi­ presión del mundo.
dencia de erectos narrativos en Scoia, etc.) sin que éstos sean anulados 9 dis­
tanciados. En otras tradiciones, por el contrario, se pretende que los medios se
desvanezcan en el propio ·efecto que producen: el «teatro invisible». de Bay­ MeLAREN, Norman (cineasta canadiense, 1914)
reuth, sobre el que el cine hol1ywoodiense ha calcado .ampliamente su conce­
pión musical, no podría haber sido imaginado en Italia. Entrevistado en 1983 sobr~ el tema «¿Cómo llegó usted al ci~gran ci­
neasta canadiense de animación, autor de Blinkity Blank (1955Jdi!ifi:nchro­
míe (1971) respondía: «Escuchando música en la radio, a veces ~os ojos
LYNCH, David (cineasta americano, 1947) y veía la música en forma de figuras, forma~ y colores, que se IDr.IÍI!!danza­
han. Sin embargo,ello me desconcertaba, alpreguntarme cóIDD_que se ­
En su primer largorrietraj~, Cabeza borradora (1977), Daviq. Lynch ya materiali,z3f3Il a los ojos de otros. Al ver el fllmede Oskar Fisc~psodia
evidencia un concepto .musicalcoq¡pletamente constituido y en pleno acuer­ .húngara n. ·5 [1929] comprendí inmediatamente que el cine ~cer1o»

do con su mundo atrozy poética:~·La música, en su obra, es un hilo de voz . ,(citado por Fran90is ~o,mas eIl «McLaren.pu la musique des s~ositif,

que ~anta una trémula melodía en el abismo; es un ritmo <<jazzístico», e,xte­ n. 316,jumo, J987).
riormente movido (en el caso de este filme, tomado de discos. de órgano de Contrariamen~e a la op,inión del autor del interesante artículo~ se ci~
Fats Waller) pero que toma, en este universo de misterio, de horror y poesía, estas declaraciones, no nos parece juicioso interpretar tales aim.imes en

·s

..
~
366 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES

el sentido de la búsqueda de una «relaciÓn necesaria entre iniagen y música, Para Malas Tierras. excelentemente definida por Michel Síneux como «pe­
cÍuyendo la palabra y el ruido),. Enrealidad. para MeLaren se trata de recrear sadilla de dulzura» (Positif. n. 170. junio de 1975). ·el realizadorhabíautilizado.
imágenes qtentalesdesencadenadas por la audiciÓn de la música, y no crear como contrapunto de una historia de asesinatos en serie. pieza:sinfantiles y
un puente entre ambos dominios. Un puente que, de todos modos, existe auto­ dagógicas de Carl Orf, la Música poética, así como extractos de Tresfl'agmell";
máticamente,y casi impersonalmente. parlas efectos de síncresis. Si la música tos enf017lla5 de pera deSatie. que encarnan el país mágico y nostáigíco en el
permanece presemeen estos filmes .. es' como punto de apoyo rítmico y elemen­ que la: chica que acompaña al asesino quisiera refugiarse. Malick afirma haber
tO generador. Incluso cuaI1do~l caso límite- McLarenobtiene música al di­ concebido su filme como un cuento de hadas. en el que desea que el espectador
"1
bujardirectamente sobre I~ banda Óptica sonora y nos muestra juntas la «causa» guarde cierta distancia con respecto a los personajes.
\'isual y el «efecto» sonoro en perfecta sincronía, aun así el sonido continúa Fascinado por el breve movimiento Aquarium del Carnaval de los anima­
siendo percibido. como la causa de lo que vemos. les de Saint-Saens, especie de coro desgarrador de. dulzuraynostalgiamági­
Como el director neozelandés Len Lye. que le ha precedido en determina­ camente adornada con guirnaldas cromáticas para dos pianos. Malick soliciró
das investigaciones. MeLaren a menudo trabaja sobre piezas de ja'lZ, sirviéndo­ a Ennio Morricone, para Días del cielo. que escribiera una pieza inspirada en
se de cambios de colores para subrayar la forma musical, sus estribillos y mo­ este movimiento. que sería un plagíosutil: el mismo ritmo. movimiemosme16­
dulaciones. Por supuesto. algunos de sus filmes pueden prestarSe a una crítica dicos idénticos pero invertidos. subrayando el estilo de coro religioso pero
«unitarista)} que. no sinrazÓn. vería en ellos lo Contrario de lo que pretenden atenuando su lado miniaturista con la orquestaciÓn, más densa que en el ori­
ser: una ilustración de la música. análoga al ballet (Pasde dew.:. 1968), y no la ginal. fuerza de este coro procede de que se utiliza para puntuar un fiime
creación de una música para los ojos. Pero lo esencial es que sean una fuente de hecho de un amasijo de sensaciones menudas y atrapadas al vuelo. fugitivas y
deleite, a poco que admitamos de una vez por todas que un Jilme acabado es un finas a la vez gestos de trabajadores agrícolas, crujidos de insectos. el
conjuntO del que no es lícito separar el más mínimo elemento. como ocurre a del el trajín del heno. diálogos íntimos y la voz fuera de campo yalu­
menudo con la música preexistente. cinada de la hermana del protagonista. De golpe, el tema de Morriconenos
eleva a una altura cósmica sobre estas miniaturas sensoriales y sobre Jos dra­
mas y sufrimientos narrados de un modo extrañamente fragmentado y púdico.
MAUél( Terence (cineasta americano, como una mirada de compasión impotente. En otros momentos, la música de
Morricone desborda una sentimentalidad estandarizada, que parece «banalí­
Uno de los más grandes directores americanos contemporáneos presenta la
zar» el filme.
particularidad de no haber rodado más que dos largometrajes extraordinarios,
¿Qué ocurrió realmente? Totalmente seducido por el original, Malick supli­
en los que se mezclan el horror, la naturaleza, la belleza y la compasiÓn por la
cÓ al compositor, según éste último, que le dejara utilizar en el mismo filme la
miseria humana: Malas tierras (Badlands, 1974) y Días del cielo (Days of He­
música de Saint-Saens, que se oye especialmente en los créditos iniciales. De
aven, 1978). En estos filmes,Ja imbricación dela música cuidadosamente ele­
repente, cuando unos quince minutos más tarde interviene por primera vez el
gida o compuesta en unas tonalidades a la vez religiosas e infantiles,' con los
tema de Morricone (enocasiÓn de una escena de plegaria nocturna), aparece
otros elementos del filme; como el ritmo de montaje, los ruidos de la naturaleza
como lo que es, un disfraz de la música oída previamente, su asombrosa per­
y una sorprendente utilizaciÓn del fuera de campo en hi hist()ria (en ambos ca­
versión. También de repente, el carácter aproximativo y masivo de la escritura
sos, la de una adolesc:ente,líricsy cándida a la vez, compañera o hermana de los
,de Morncone reaparece: allí donde las armonías de Saint-Saens son de una pro­
protagonistas, que no interViene" en los acontecimientos) es de una 'belleza es­
lógica, las de Morriconese revelan confusas, arbitrarias, manchadas. Y
tremecedorá.
molesta un poco que a la [ma textura del Aquarium le sustituya 1ma ·pasta
El caso de Días del cielo, relato trágico de lo 'ocurrido entre un.obrero agrí­
espesa y desmostrativa, una expresividad más expansiva yde uria 'sencillez
cola, su amiga, a la que 11(1 hecho pasar por su hermana, y el joven propietario
italiana, "IIÚentras que el patetismo de la milsica de Saint-Saens (como he­
enfermo con el que ésta s~casa par interés, resulta ejemplar en cuanto ala com- "
visto en nuestra obra Le Poeme symphonique él la musique aprogra111.Jfl.e)
plejidad y el eq~ívaco de la música cinematográfica:
ligado a la constricción de su escritura por los lazos a los que voluntana:..
SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 369

mente se ha encadenado el compositor (ese canto del «alma cautiva», del que caSada y su arnanie~ que se paseaJipor San Francisco, éntrela multitud. El
habla Claudel en Le Soulierde satin). protagonista, un detedive especializado; contratado para grabar esa conversa­
Peñ}.aquí sale a la luz toda la complejidad del tema que estªmos tratando: ción (Gene Ha¿kniim) escucha yreescuCha ésta, hasta perderse yproyectarse en
de un modo evidentemente inesperado al principio, la música de Morricone ella completamente. La fuerza"del filme consiste en hacemos eséuchar esta in­
adquiere al mismo tiempo, al intervenir; una dimensión nostálgica y patética terminable conversación; siempre la misma. y crear ciérto vértigo por el hecho
suplementaria, simplemente por ser una versión degradada, recargada, alusi­ de qué HackIrlan·se:aplica cada frase a sí mismo, frases que adquieren un senti­
va, de un original auténtico que el filme nos permite escuchar. Malick vuelve dd diferente según el momento y el contexto en el qúe son reescuchadas. Las in­
a recurrir, más adelante, a Saint-Saens colocando su música en momentos del flexiones del texto y su sentido oculto se revelan poco a poco, hasta'un bascula­
filme en que a nadie se la habría ocurrido utilizarla, por ejemplo, en imágenes miento final que cambia todaS nuestras interpretaciones, ,por un simple
de transición, desnudas de toda la poesía miniaturista que ,se despliega en desplazamiento de acento de una palabra a otra. Gracias a la coricepción de
otras partes, así como de toda implicaciónemocional precisa: la salida de un Coppola y de Walter Murch, y al montaje y arte sonoro de este último, La con­
tren ... versación consigue, como pocos filmes, que la palabra se convierta en soporte
Esta nostalgia de la que el tema de Morricone es portador, en tamo que eco y de variaciones de naturaleza musicaL
reflejo debilitado, incrementa y alimenta el patetismo de la obra. Nos hallamos Al principio, volvemos a escuchar las mismas frases. exactamente las mis­
ame una co.nstante ambigüedad sobre el sentido de la música. porque todo ~l fil­ mas entonaciones del hombre y de la mujer grabadas en la cinta. tal como las
me. mediante sutiles desfases pacientemente buscados entre elementos --el tono emite el magnetófono; pero las imágenes sobre las que ésrasresuenan varían
cósmico y bíblico de la joven narradora,la.duración cotidiana de acciones- constanremente. como diferentes iluminaciones. formando una especie de pa­
es por sí mismo profundamente ambiguo. En lo que respecta a nuesrra emoción. sacalle.Como dice Murch, «uno de los principios del filme consistía en dar a
alno poder disociar los elementos que constituyen la obra y retirar la música de la cinta [de la conversación grabada] a la vez un vaJor musical yun valor de
\10mcone y olvidar el efecto que ésta proyecta sobre las imágenes. no podemos diálogo, para los interiores internos de algunos de los perSonajes» (PosÍt{f. n.
afirmar que su valor intrínseco esté ahí casualmente. A propÓsito de este efecto. 355. enero de 1989). Así ocurre varias veces con una frase que la mujer pro­
a menudo hemos\.:onstatado la ilusión del «\'alor añadido»: un elemento percibí., nuncia refiriéndose a un vagabundo que duerme en un banco: «Oh mira." es
do conscientemente por el crítico o el teórico como redundante. sobreexpresivo. rerrible. Este hombre también fue niño. y ahora está solo y tiene frío.» Cuan­
inútilmente demostrativo osimplemente plano. en relación con lo que creemos do la cinta gira sola en un magnetófono y Gene Hackman. fatigado al final de
\'er (~omo en el caso de la música sentimental de Morricone en cienas escenas), una velada. se estira en su estudio. es a él. pobre ser solitario. a quien aplica­
en realidad es a menudo. en el plano de la impresión globaL totalmente determi­ mos estas palabras. Nuestra propia escucha se\'uelve conscientemente pro­
nante. cocreador de un sentido que nos parece que se podría lograr naruralmente yectiva. Al mismo tiempo. el hechu, muy raro en el cirie. de volver a oír lite­
sin él. ralmente una frase grabada debilita el valor semántico. y pone de relieve la
curva de la entonación, lapaiabra por sí misma. ~u ritmo. -;egún el pdncipio
que Pierre Schaeffer bautizó como <~surco cerrado», Ello se refuerza por el he~
\lcRCH, Walter (cineasta~ montador y diseiiador de sonido, 1942) cho de queJa conversación ha sidograbadá con un fondo musical (percusión ¡
creado poi músicos de la calle, que tocaban en la plaza en la que había tenido
\Valter,Murch no se presenta comocompositor. pero su trabajo como mon­ lugar la grabación.
tador. coguionista y diseñador del sonido de películas como THXI 138 (1970)
de George Lucas y La conversación (l974)'de Coppola, así como de American
Gra/fiii y Apocalypse now, ha sido fundamental a la hora de crear la estética so­ MURNAU, FriedrichWilhelín(cineastaalemán. 1888-193Il
nora y musical del cine moderno.
En especial. La conversación, una obra magistral. reposa al principio sobre Uno de los mayores cineastas del mundo. que subtituló su NO:,:feratu (1922)
la idea de una conversación en apariencia anodina y lánguida entre una mujer como Una sinfonía del horror y su obra maestra Amanecer (1927) como A song
37Q AUTORES Y FILMES 371

fortwohumans, se.referíá claramente 3: la música en la descripción de su pr~ otros momentos del filme, una sobreimpresión rítmica, que es un procedimien­
yecto estético ideaL Ciertamente, 10 hacía mediante un rodeo por la arquitectu­ tomusical habitual en el cine mudo,sin hacer uso de trucos ni de la irrealidad,
ra, perO"!recisando claramente que se trataba de «la arquitectura fluida de los sino simplemente dirigiendo de manera precisa los desplazamientos de losfi­
cuerpos cuya sangre late por las venas, a través de un espacio móvil; se trata del gurantes y de los automóviles alrededor de los protagonistas, cuando éstos es­
juego de líneas que suben y bajan, se disuelven, del choque de superficies, de la tán en la gran plaza. . .
excitación yde su contrario -la q~.lÍetud..,-, de la construcción y de su desmo:­ El viaje del tranvía desde el campo hasta la ciudad; obra maestra de conti­
ronamiento, de la fonnación y de la destrucción de una vida que hasta el mo­ nuidad Cinematográfica análoga a una transición orquestal como Wagner in­
mento ha sido apenas sospechada; así, se trata de una sinfonía [síc] que sale de tentó hacer en varios de sus «cambios de cuadro», no es, sin embargo, conti­
la melodía de los cuerpos y del ritmo del espacio, es el juego del movimiento nuo para la vista, porque continúa recurriendo al montaje: supone Una música'
puro (subrayado por Murnqu] que fluye y brota. Podemos Crear todo eso con de acompañamiento destínada a'asegurar la continuidad del movimiento.
una cámara que finalmente se desmaterializa» (citado porLotte Eisner en Mur­ mientras que en el cine sonoro, el motor del tranvía bastaría para hacerla sen­
nau. pág. 92). Así se expresaba el director en 1922-192J. sible.
El guionista de varios de sus filmes, CarI Mayer, trabajaba y escribía en el La sinfonía como composición de simultaneidades, como combinación y
mismo sentido; Así, en Alnanecer, mientras la joven pareja que viene del cam­ coordinación de diferentes ritmos. unidad y orden global en la multiplicidad.
p<>..se reconcilia, tras Iatentativa del esposo de matar a su mujer, y un mo­ . puesta de relieve o creación de un movimiento general en la aparente dispari­
mento de felicidad extática en un restaurante de la gran ciudad, Mayer escribe. dad de los traye.ctos y movimientos múltiples; esto es lo que Amanecer intema
efl$~ estilo habitual. que puede parece.r lírico pero yá es también una planifica­ conseguir con éxito. sirviéndose de todos.los medios posibles (por ejemplo.
¿iÓn 'visual. una escena que llama a la sobreimpresión. concibiendo con Rochus Gliese los grandes decorados de .la estación o del café
con vitrinas de cristal, que permiten ver a través de ellas las evoluciones de la
«Con un trucaje. los violines de la orquesta parecen volverse beatamen­ multitud. cuidadosamente orquestadas. El final de Luces de la ciudad ( 19311
te [sic] delicados: de Chaplín -intercambio de miradas entre la y su salvador. mientras de­
Plano sobre. trás del vagabundo la multitud de figurantes circula inexorablemente. con un
ambos: están semados. Unidos ante la cámara. ritmo calculado:- es también uno de los grandes logros de la sinfonía cinema­
con los ojos bearamente entreabiertos .. tográfica urbana. sueño que siempre perseguirá el cine. hasta S/ade RWlner. en
Mientras todo el fondo se vuelve beata y la que cienos momentos están a la altura de esta ambición.
dulcemente delicado.
¡Y entonces... ~
¿Se sobreimpresionan las escalas celestes? OPHULS. Max (cineasta francés de origen alemán. 1902-1957)
efecto!
y los ángeles se deslizan hacia abajo. Para la mirada yen el corazón de un gran número de personas ~ntre las
Con violines y más violines. que nos encontramos- tres de los filmes de Max Ophuls constituyen tres mo­
Planean,do sobre esre jardín. mentos álgidos del dne: Carta de una desconocida. La Maisoll Tellier (episó­
En COITO por encima de la pareja dio. central un tríptico titulado Le Plaisir) y/v/adame de ... En cada uno de
tocando.duicemente el violín. etc~».I-+ ellos la música (debida respectivamente a Daniele Amfitheatrof. a arreglos de
Mozart.Béranger, Yvainy Offenbach. y a Georges Van Parysa panir de un
Es interesante comparar esta escena con la traducción visualligerarnente di­ vals de Oscar Strauss) desempeña un papel capital, ya: que encama ese movi­
ferente .hecha por Mumau. Sin embargo. este director también sabe obtener. en miento envolvente, ese oleaje que coge y recoge a los personajes y al ~,I"\P('r!'l­
dor.y los empuja de escena en escena en un torbellino de emociones. Esto~ tres
¡4. En Alumau. op. cir.~ pág. 16.5. filmes se basan también en la: circulación de un tema musical. asociado a la pro­
372 SINGULAR PLURAL 373

fe¿ión de pianista del protagonista. explícitamente presente en el interiOr de la La conciencia visual especialmente aguda de Pelechian. su atención extre­
pn:~pia acción(ia canción de Bétanger), o presente sólo en la partitura,circu~ madamente desarrollada para todo lo que es dinámico en un planot trátese del
lación que es eco de en::as circulacIo,nes yecos, de se~ÜÍnientosy 'de ~bjetos (un encu~'dre.de la composición de la imagen, de'U!!; direcciones y: movimientos de
pardependientes'en)Hadame de.,:):Pocos re~lizadores han concedido tanta im~ objeros o de persónajes; de efectos de zoom o de cáriiara. hasta ~el ternblor del
pongncia al mO\'inÚemo de la música ni habrán hecho tan pocú- para resistirse a cuadro) le' han' a~udado a encontrar nuevos principio~ demoníaje.
él. ni habrán s.ido tan recompensados por ello. Al mismo tiempo., Pelechi.inleva a cabo el sueño de lOdos los '<transmo­
tadores» cínematográficosque'invocan un modelo musical: dar la impresión
de una aboliciÓn de hidistinción entre concreto yabstiaclO. Sus extraordina­
PELECHIAN.Anhur ¡cineasta armenio. 1938) rias irriágenesde ganaderos armenios tnmsponando en brazos el cuerpode sus
corderos por cascadas f'uriosas o pendientes, parecen íntegramente utilizadas
Este cineasta armenio ha sido'recientemente descubierto en Francia -:por el por su valor plástico y dinámico, sin que la dimensión figurari\'a que conser­
público, como uno de los más grandes. Se puede definir sus películas como lo van bloquee o detenga la mirada, Otras películas que pretendían la misma
q~e vulgarmente se llaman filmes de montaje: en efecto se trata de obras sin transmutación (Le Territoiredes alllres [1970], de Fran90is Bel y Gérard Vien­
palabras, constrUidas alrededor de un tema Oa traición de la esperanza revolu~ ne), en comparación, muestran su carácter yuxtapuesto y estático. sin movi­
cionaria, la masacre de animales del planeta, Armenia entre tradición y moder:' miento conductor.
nidadl, en que combina. elementos de imágenes rodadas especialmente por Sin embargo. para mostrarnos que el cine más puro también está constitui­
¿l, en l~ realidad. con otras seleccionadas dé documentales y archivos. Pele­ do a base de procedimienros. Pelechian utiliza uno de ellos. que consiste en
chian consigue la cuadratura del CÍrculo que consiste en Crear una auténtica apropiarse de la música más elemental posible, y la más estereotipada (Las cua­
continuidad 'ritmica entre las imágenes, continuidadqueno es ni una ilusión tro estaciones deVivaldi oún coro deRequiemclásico)de modo qut5ésta pue~
creada por la presencia del acompañamiento musical, ní el resultado de un C'O­ da unir el flujo de las imágenes en una especie de «marcar el compás», sin lla­
llag~ mecánico de ritmos controlados metronómicamente. Para ello, el director mar la atención sobre sí misma por su novedad o su originalidad. Exactamente
rechaza)a,sobreimpresión, método cuya frecuencia en el cine mudo yahemos como en el cine mudo, cuyo ane Pelechian recupera y cuyas más bellas utopías
y
visto que Coppola también recuperó exitosamente al principio de Apocalyp­ realiza. añadiéndoles la exactitud rítmica de la cronografía (es decir, del tiempo
se no~v. fijado gracias al cine sonoro), su arte parece necesitar una música simple y re­
ArthurPelechian parece haber encontrado el secréto de lo que pocos direc­ dundante.
tores (incluidos algunos de los que mejor lo han teorizado) han conseguido: do­ Así pues, la extraordinaria vita.lidad de' su mirada parece apoyarse sobre la
minar el montaje de las imágenes, que en principio es un efecto de discontinui­ banalidad musical. Por ejemplo, sobre la tempestad del verano de Las cuatro es­
dad, hasta el punto de que toda la energía y el movimiento contenidos en un taciónes, fragmento conócido donde los haya, vernos a mios campesinos que
plano pueden transferirse íntegramente, sin ruptura al próximo plano. Así, se bajan por las colinas con enomies gavillas de heno (el encuadre se divierte
consigue la misma continuidad de movimiento que posee naturalmente la músi­ transforinando las pendientes poco empinadas en toboganes). Esta música, más
ca. :oída que escuchaba, que se mezcla con ruidos reales, no sólo presta su base rít­
Sabemos que el cine utiliza corrientemente, tanto para documentales como mica para envolver y estructurar el montaje, sino que también 'aporta parcial­
para filmes de fia:;íÓn., procedimientos de ~ontaj~ tales cQmo el «raccord de :mente su estructura armónica y melódica.
movimiento}), que le pennite conservar la sensación de un desplazamiento, que Contrariamente a otr()S directores, sin embargo, Pelechian tiene en cuenta,
sigue de.. un plano al otro aunque sean poco más que una clavija. Parar neta­ ·su montaje visual, tanto la necesidad de una f~rma cadencial coril<rla de una
mente el CursÓ ~ este movimiehto ~s, por supuesto, un efecto ritinico que 'po­ .......,..J.u'..ua, cosa que se evidenCIa por el modo en qué recurre a repeticiones litera­
see cierta fuerza, a condición de qUee,ste movimiento se establezca pte~iamen­ de plano, llliciendo úsode llamadas y rimaS.
te, .y que se haya ,creado entre ,los planos una expectativa, el sentido de ese HabitualInente, la música (y aveces el diálogo o el comentario) palía ef~c­
continuo energético. nU'.ln;, ...nt", un fallo del moríbije cinematográfico. montaje que en generalnd'po­
R4 AUTORES Y FILMES 375

see el carácter de necesidád ineluctable. El sistema de la música occidental, con bidos a Elizabeth Swados) sobre imágenes agitadas, en un trabajo rítmico ex­
sus repeticiones, sus compases, sus idas y venidas entre la tónica y la dominan­ tremadamente preciso. Ésta es la ocasión-para recordar aquí que muchosmon­
te, su"'1'bego de atracciones hacia la fundamental, permite dar la sensación defor­ tadores --en este caso Dede Allen, en varios filmes de Arthur Penn- son sus­
macerrada, circunscrita a una duración,· a los planos sucesivos Sobre los que ceptibles de ser, a la vez, los "jefes de orguesta y los instrumentistas en
está colocada. A menudo, pOF una ilusión de «valor áñadido>~, la música presta complicidad con el director, ya que contribuyen a detinir SU ritmo y su musica­
al encadenamiento de imágenes la continuidad de su propia curva armónica y lidad.
cadencial. En la obra de Pelechian, gracias a un sistema de repeticiones y de
montaje desfasado (una imagen se separa la que debería seguirla por otra, que
se interpone entre ambas) no estamos lejos de hallar para el ojo algo parecido a POWELL, Michael (cineasta británico, 1905.:.1992)
esa necesidad global. La justa crítica de Mitry a esos filmes que apelan a ser mú­
sica pero que podemos proyectar en orden inverso, de fin a principio, sin que Aunque esta obra haya decidido saltarse el. vasto campo de la comedia
cambie nada esencial (veáse su obra Historia del cine experimentah no parece musical, es preciso citar al menos a uno de los autores que más ha influido en
que deba aplicarse a la obra de Pelechian, que además es de una gran belleza este terreno y en la propia idea decine musical, el inglés Michael Powel1, que
cósmica. no es sólo el autor del filme de culto morboso El fOlógrafo del pánico (Pee­
ping Tom, 1959). A partir del éxito internacional de Las ::.apalillas rojas (The
red shoes, J 948) de Michael Powell y Emeric Pressburger basado en una obra
::PENN,. ArthlJr (cineasl{r americano. Filadelfia. j 922) de Andersen, en la que Moira Shearer baila un ballet de catorce minutos sobre
una música de Brian Easdale, los americanoS. como desafío. darán carta blan­
Este director. que se hizo popular en 1967 por el éxito mUndial de BOl1n)' y ca al gran número de ballet <<impresionjsta>~, sínpalabras. de Un americano en
G(,-,de (Bonnie and Clyde), balada sangrienta de dos gángsters de los años vein­ París (producida por Arthur Freed y dirigida por MinneIli en 1951), :-\unque.
tejnterpretados por Warren Beatty y Faye Dunaway. que punrúa una músícade de hecho, el filme de ballet más largo continúa siendo Falllasia de Walt Dís­
banjo y de vioIír:folk alerta y chirriante firmada por Charles Strou~. merece fi­ ney.
gurar en este panorama. no sólo porque haya dedicado a lac::mción protesta y a Admirado por Scorsese y Coppolaeiltre otros -NeH' rork, NewYork
la cultura hippie un filme titulado El restaurante de Afice (1969 '. completa­ (! 977), del primero y Corazonada (1982), del segundo, deben mucho a' su in­
mente basado en una balada cantada y recitada por Arlo Guthrie. hijo del can­ vestigación-, este cineasta, que estuvo trabajando en tándem ~on Pressburger
tarite progresista WoodyGuthrie, que es el intérprete~ sino también porquepo­ durante bastante tiempo, poseía ideas globales sobre un cínede estUdio en el
,ee un maravilloso sentido de la forma cinematográfica como «babda». Tanto que el color y la música están estudiados para integrarse enun conjunto osten­
en un western humanista como PequeFio gran hombre (Unle Big .\[an, 1970) siblementeartificial. La primera ilustración deesta concepción se halla en el
comoen una crónica de los años sesenta como Georgia (FourFriends. 1982).su melodrama Narciso negro (Black Narcisus, 1947). Los cuentos de Hoffmalll1
relajación enel relato y su arte de hacer durar una escena son una fuente de un (Tales of Hoffmann, 1951), basada en la obra inacabada de Ot'fenbach.·tendrán
encanto musical específiéo. A Penn ·Ie gusraun monta.je muy. contr3.stado entre igualmente una gran resonancia. El hermoso Frankensrein de Mar:: Sheile)'
dritmo de la interpretación de los actores (y amenudo sobre3.cruado. muy ( 1994 )de Kenneth Branagh, producido por Coppola. puede ser considerado
actor'sstudio) y la imprevisible duración de los planos. En su obra. palabras. como una renovación de esta tendencia: la recreación del mundo en el estudio
montaje-y-mú-sieti-eflff-eet-Iee-an-y-a-veees se~<contradicen» ~almenos en el pia­ (en el que han sido realizados no sóloclinterior dc1castillo de Frankenstein.
no de la sensación inmediata--:-para crear un juego de tensiones.yue contribu­ sino también la ciudad de Ingolsradt yla escena Jinal en el banco de hielo), va
ye a dar lit conjunto de una escena un tiempo muy vivo. Por ejemplo. en Bonnie a la par con la utilización abundante y a veceS ininterrumpida de una música na·
y Clydeescuchamoscon frecuenciaintervenq-iones presuJ de banjo sobre imá­ rrati va escrita por Patrick Doy le~ que contribuye a crear un espacio a la vez ci­
genes estáticas. que crean una especie de- polirritmiainmediata. Inycrsamente. nematográfico y estilizado, en la filación de Míchael PowelL
en Georgia encontramos momentos de música muy estirados e inmóviles (de-:­
376 SISGLTAR PLURAL AUTORES Y FILMES 377

PREMI~GER, Ono (cineasta americano de origen austriaco. J9(¡..¡.-J986) que él'mismo compuso la músícade buenapane de sus filmes y.por otra parte,
porque~ntr~,éstos (del que no es compositor) está el uniyersalmente admirado
Este cineasta emigrado a los Est~dos Unidos no es sólam~me ungrandirec­ Jalsaghan. Además,R~y·solfa hacerlotodó por sí mi~mo. incluida laJotografía
[0[; $inoque también ha hecho mucho por modernizarla músicacinemarográfi­ y el montaje.
. ca y abrir las puertas a grandes artistas negros: cantantes ,(en l.a versión.black de Es preciso tener en cuentael contexto del cine popular indio de losaños.cua­
Carmen. titulada Carmel1 Jones[ 1954]) o compositores. Como Herbie Han.cock renta a set~nta. c~ntrado en la. música y el baile. un género en contacto directo
en El hombre del br'azo de oro (1955) YDuke EIlington en Alla.lOmÍo de un ase,­ con eldiscoy la radio,de maneraqueRay tuvo menos difj.:ult~des que en otras
sinalO (Anatomy of a murder. 1959),al mismo tiempo que luchaba contra los películas para convencer a los distribuidore.s de que le dieran medios para tratar
tabú es de I _cine. este tema (un maharajá que se arruina con fiestas musicales en su palacio en de­
Su versión de Carinen tiene una puesta en escena extremadamente sobria. cadencia).
abrupta. de~sn~da, ciertamente dictada por el módico presupuesto (cuatro se­ En un artículo de 1967 acerca de las razones de la importante presencia de
manas. d,e rodaje. por supuesto en playback), pero al mismo ti~I11Po brutal y .canciones en los filmes indios, en .respuesta a frecuentes preguntasdeocciden­
m.uy sensual. cercana al drama pasional y dominada por el arte de un gran tales a este respecto. Satyajit Ray nos explica que sin duda no se debe a que a
director' de actores. discípulo de Max Reínhardt: «La idea.--C'uemaeIdirec­ sus compatriotas les guste más el canto que a los italiano~ O a los americanos,
10[- era realizar un filme dramático. con música. más que rodar un filme mu­ sino porque. debido a la ausencia. en la mayor parte· de su país. de circos. con­
sical convencional». Preminger (que también rodó unPorgy y Bess íPorgy and ciertos y teatros, la necesidad -universal- de ..:spe.::táculo~ con canto y danza
Bess. 1959J), estaba orgulloso de presentarsecomo constante. descubridor de se satisface con ese entretenimiento barato que ha sido el cine durante mucho
nuevos talentos. Así ocurrió con la música. Hablando de Anatomía dellll ase­ tiempo~con ese «cajón de sastredeciistracciones.populares en un solo espectá­
sinato. relato de un proceso de pretendía eliminar tabúesen la aproximación a culo». Posteriormente, el desarrollo de la televisión en la India ha transferido
ciertos temas sexuales, Premingerescribe:«Yo estaba muy contento con la estafunción a la pequeña pantalla pero. como lascadenas de. televisión retrans­
presencia de Duke Ellington en el plató. Al observar la progresión del rodaje, rnitenmuchosfilmes, el fenómeno continúa.
alasistir aja proyección de los rushes. al discutir cotidianameme de música, Aunque Ray,. por su lado, no deseaba introducir canciones en sus propias
el compositor se iba convirtiendo en parte integrante del filme. Por supuesto, obras (aunque haya realizado en este caso.un filme mu:,Ícal.l. tampoco se rebela
un m.étodp as (descarta a compositores demasiado conoc;idos o demasiados so­ contra la interpretación inteJectualizante de los occidentales que ven en su pre­
licitados que no pueden consagrar tanto tiempo a un solo filme, Por eso. en la sencia. en el seno de la acción, un elemento de «distanciamiento brechtiano». de
mayorí~ d~ mis películas he escogido a recién llegados a la profesión de com­ «estilización completamente en la tradición no realista delarte indio». También
positor <:;inematográfico: Herschel B. Gilbert para The Moon is blue(l953), destaca la libertad con la que se tratada la coreografía de las canciones. «No es
Elmer Bemstein para El, hombre del brazo de oro, Ernest Gold para Exodoy extraño ver cómo cada. uno de 10$ versos de una estrofa se canta sobre un fondo
Jerry Goldsmith para Primera victoria (In Hann's Way, 1965»> (Autobiogra­ . diferente».
phie, pág. 169): Jalsaghan,. uno de los más bellos filmes que jamás se hayan realizado sobre
tema .tan eminentemente cinematográfico como la decadencia, obtiene su
de haber sabido encontrar e hilvanar una sorprendente metáfora visual,
RAy,Satyajit (cineasiaindio, 'J~21-1992) ufliosamente.símilar a la,de la «bola de derribo» delfilme realizado por Fellini
? • " , ~ , " -' años. después, Ensayo. de orqu~sta: ,gran· lámpara del salón de _música,
«Si ya no t,rabajo -:-decía Ray-:- con composit~res profesionales., se debe a que vemos sucesivamente encendida, luego apagada y cubierta11e tela­
que yo mismo tengo demasiadas·ideasmusicales ya que los composito:r:es, na-. etc. Durante 10s créditos iniciales, la cámara muestra esta gran lámpara de
ruralmente, noles gusta que se les diga qué tienen que hacer» (Écrits sur le ci­ mientras resuena una precipitada música de cítara (escrita por Ustad Vi­
néma, pág. 81). 1....... ,.I.'......... 1) alrededor de unanQta de pedal. A medida que progresan los crédi-:

Este gran director del cine mundial nos importa aquí por partida doble: por­ '.\.I.l.l""'.1,aJ."'.:I, la cámara se acerca a la lámpara, que se ve cada. vez más desde
3'18 AUTORES Y FILMES 379

abajo y va invadiendo la pantalla, de modo, similar á la masa sonora de la pro,:" Más tarde, cuando el protagonista mira la lámpara del gran salón invadido
pía música, como si contuviera en su masa todas las pequeñás notas trémulas"y por telarañas y la hace tintinear con sU'oastón,Ja músicav-uelve a desencade­
al miSlho tiempo representara la unidad que abraza en su seno a toda esa aburi~ >r narse en la immensa habitación' vacía~' Diversas piezas con diferentes pasos
dancia. (instrumentos melódicos, tablas, cantante) suenan y se suceden como' extrac­
En muchas de las escenas de Jalsaghan, como los flash back, la música pa­ tos de todas las sesioIiesde música que se han desarrollado 'en aquel lugar,
rece abolir el tiempo' real y desbordar el presente, aunque los momentos se su­ mientras que Satyajit Ray no filma más que el lugar desierto. Como Margue­
cedan sin que veamos empezar o acabar la música. Este filme encadena música rite Duras en India Song (1975) ySori n6m de Venissedans Calcutta désert
sobre música, en una larga cinta de indolencia. (1976), o Terence Daves en Voces distantes (1985), Ray filma ese fenótneno
La primera. sensación de interrupción la aporta el motor de un grupo elec­ misterioso que es el desvanecimiento del sonido. El hecho de que aquí se tra­
trógeno instalado por un vecino del príncipe. ruido que obliga aun anciano te del salón de una embajada, allí del comedor de un apartamento obrero, y
interprete de cítara a pararse. El plano en el que se oye el staccato regular del allá de un palacio del maharajá, no cambia nada. Se plantea la misma pregun­
generador, con exc!usiónde cualquier otro sonido. en el bello y puro paisaje que ta: esas paredes que han encerrado los más bellos momentos demúsÍca y ar­
envuelve al palacio. figura entre las imágenes más impresionantes de la obra. El monía ¿pueden no haberlos retenido. pueden haber dejado que se desvanezCan
protagonis[a sigue dando fiestas musicales y fuegos de artificio, pero el obsesi­ sin remisión'?
voy perseguidor ruido siempre está ahí. tras la belleza de la música. listo para
resurgir.
'La partieularduración de Jalsaghan.por 10 menos para un oído formado en REED, Carol (cineasta inglés, 1906-1976)
la música occidental. da la sensación de estar en todo momento ante una músi­
, 'ca potencialmente infinita: al oÍruna simple frase sacada de un alap (frase in­ Ciramos a este interesame director inglés por un solo filme. míticoy eXtra­
, troductoria que enuncia poco a poco las notas del modo). o algunos minutos de ño. El taca homhre (19...¡.9).
un gat(desarrollo rítmico que sigueat alapL no reconocemos nada que asigne El tercer hombre. adaptado a partir de Una nove la de Graham Greene, cueno:
la frase musical un final a corto término. una «cadencia». así, bastan algunos ta la historia de un nOvelista americano; Holly Martins Uoseph Cotren) que,en
segundos para evocar el movimiento perpetuo. Por otra parte. el principio de la la Viena de postguerra. durante la ocupación aliada. intentaesclarec'erel miste­
música tradicional india quiere que un tono adoptado ~un raga-:: se conserve riodela muerte de su'amigo Harry Lime (Orson\Velles).El novelista se' ente­
durante toda la pieza. 'sin modulaciones. No se deja de repetirla fundamental rará de que su 'amigo no está muerto. sino que se dedica á un abominable tráfi­
durante largos minutos. lo que leda a nuestro oído. un carácterobseslvo yesta­ co de penicilina. que causa muertes) malformaciones en teéiénnacidos.
ble. como inmóvil (ya que el movimento se traduce en nuestra culturaocciden­ Martinsconrribuirá aque 'le descubran y le maten. pero la eX amiga de Harry
tal por una músicamodulante.cosábíen conocida por Satyajit Ray)., Lime, intransigente en cuanto a la fide lidad.le volverá la espalda. '
En otro momento. una asmática· fan farria roca vanos temas no lejos del pa­ La cítara de Anton Karas, única fuente musical del filme. que desgrana
!ácio.especialmente la famosaMarcha del coronel Bo;?ey. mundialmente- fa..:. rentes temas lentos o rápidos casi siempre en modo mayor. fue descubierta du­
mosa por El puente,~'obre el Tia KlcvaÍ. Lo que resulta importante en esta fanfa­ rante el rodaje, cosa que lle'.ró al director a replamearse completamente la con­
rria occidentaL por el dectode contraste que produce con el mundo musical cepción del filme. Desde el principio. el tema principaLdenominadó «Harry
intémporal en el que vi\'e elprotagonista. es que la .oímos a distancia y-ligera­ Lime», resuena en los título de créditos iniciales, tal vez los más extraños de la
mente mal tocada. con algurras:notasfalsas. pero: sin, llegar en' absoluto a ,Iaoa­ historia del cine: el instrumentoest3 filmado en primerísimo plancnle' manera
ricatura. Cada instrumemo se .oye por separado. lo que da, una impresión de con­ que al'IÍlismo, tiempo que oímos el tema vemos como se juntan o~eparan ias
junto bamboleante poco soldada. mientras que los sonidos de la música ¡odiase cuerdas sin Ver a los dedos que las gobieman: Las'acomeridas de las notas ;están
funden unos"con otros.'LT na vezmás, el cine utiliza estos choques musicales con sutilmente desfasadas en relación con ,los movimientos observados, según la
una gran fuerza, ya que los detalles más mínimos de ejecución y de grabación coreografía de casi-sincronismo que ya hemos evocádo. ¿Resultaría abusivo de­
pueden volverse significativos en la pantalla. cir que este desfase. asociado al apsectodeliberadamente anodino y estúpida­
380 SIl"GULAR PLURAL AUTORES. Y FILMES 381

mente alegre del ritmo, anuncia ya la decisión adoptada en lo sucesivo: tratar el Esta escena encarna visualmente el punto de vista de la propia música: un
::;tema con distanciamiento? Noc_o1videmos que el personaje que.inrerroga es un ;movÍmientocírcvlar, indiferente~ En suma; la gran noria del Prater es un per­
,novelista en busca deun terna. tm hombre sarcástico y.frío, alcohólico y cerebral. fectoequi"alenrevisual de los. discos del fonógrafo que ..despúés dePublic ell­
De modo. muy extraño: el filme o,j)(jne unexpresionismo visual ostepsible (foto nemy, -giran corno ..ruedas-anempáticas. mientras. se comete un asesinato o se
contrastada con muchas zonas negra5.abundancia de encuadres oblicuos) a la 'e propaga el borror.
frialdad estudiada del montaje laimerpretacióndelos actores. ELfilme posee ¿Qué se puede decir de la.identificación abstracta que a menudo se hace en­
también. un modo muy particular ylibre.(<.anempático»~ de encadenar, directa­ tre el personaje de HarryLlme,y el tema alqueeldisco ha dado su nombre?' Esta
mente unfr~gmemo musicaLcon otro. corno si las músicas estllyieranen diferen­ identificación no es evidente. !'\o se da una correlación tan precisa entre la evo­
,tes platinas y se sucedieran según lasoluntad de un indiferente director de juego. cación de este personaje dado por muerto durante mucho tiempo y los momen­
Intentando siempre no separar la música ,del resto. añadamos que la historia tos en los que esa música interviene, correlación que la convertiría en su doble
se cuenta desde el punto de vista delocupante, Oírnos hablar,a los vieneses en fantasma. Contrariamente a lo que más tarde propondrán Sergio Leone yEnnio
alemán sin subtítulos ni doblajes. lo que da aJespectador nogermanófono la Morricone. la personificación de la música es ilusoria. Si representa a un perso­
,1 sensación de estar sumergido en un mundo extranjero, Vinculada a Viena y a la naje, se trata de sí misma, a la \'eZ monótona' en su tímbre y espacio, siempre
presencia obsesiva de su decorado arquitectónico. la música. con ~u indiferen­ en primer plano) y caprichosa. con sus cambios de andadura y sus desconcer­
cia. expresa el carácter opaco, cerrado. de una 'ciudadque: a pesar de lo~ tantes intervenciones.
desastres dé la guerra. conserva su impenetrabilidad. El Hamado tema.de Harry Lime, el tema principaL contiene ciertamente un
, El filme empieza con una voz narrarivadesenyuelta con un tono de falso núcleo temático simple, sol-sol sostenido-la, fórmula que expresa sencillamen­
documental sobre la división de la ciudad por los aliados. voz. la del nove­ te tanto un lamento.contenido.como esa melancolía que Nino. Rota convertirá en
lísta;empieza hablando de niúsica:"Yo no conocí la Viena de antes de la gue­ unQde los leitmotive de La Do/ce Vira. Pero su discreta melancolía no encuen:­
rra, la de Strauss». Corno en La regla dei JI/ego de Renoir (véase más adelante); tra ningún apoyo enel seco y altivo Harry Lime. sin debilidades ni ansiedad, que
la música grandiosa y expresiva se da por perdida. ya no queda de ella más que encarna Qrson Welles, y que no se parecé en nada al «villano» desamparado a
la caricatura. ]0 Hitchcock. Además, la sonoridad folclórica de la cítara tampoco simboliza
En·la escena en laque Martins llega a Viena. la música peripuesto continúa nada en este traficante americano. El Hart:yLime Theme es másbieri el tema del
como si nada, despreocupada, yno se detiene: sólo acaba cuando él. está enlo filme, que contrasta una irónica «mano izquierda» que marca un ritmo de dos
alto de laescalerade la estación, como si la música hubiera l1egado al límite de tiempos, con una mano derecha cromática y a veces, discretamente soñadora. El
su propio movimiento, y no como si lo exigiera la auwridad del filme, o como estilo de Nino Rota consistirá en jugar con esta dualidad mucho más claramen­
si se la obligase a «someterse» a un movimiento exterior a ella. te, basándose en Mahler.
La volvemos a oír de modo idéntico más adelante; particularmente alerta, Finalmente, esta música propone una paradoja con relación al estereotipo,
mientras Joseph Cotten recorre un cementerio en busca de un posible informa­ ¡porque asocia un compás dedos tiempos a la ciudad de Viena! Gilles Deleuze,
dor; al·principio, el sonido de la ceremonia del entierro se mezcla con la músi­ en su voluntad de sintetizar los problemas del cine en fónnulas simples, reduce
.ca de Karas. toda la música de cine a dos aspectos: el «retornelo» y el «galop» (La imagen­
En el famoso enfrentamiento entre Holly Martins y Harry Lime, en una ca­ tiempo, págs. 127-129). Más allá de esta fórmula, que no hace más que retomar
bina. de la gran n'oria de' ,viena en 'la que ambos 'están móntados, los. seres hu- . clásica distinción entre melodía y ritmo,neglige muchas otras dimensiones,
manos de:abajo son vistos como pobres insectos, dando un sentido concreto a la de lado la figura capital del torbellino, esencial en Ophuls por ejemplo. La '
cínicasúgerencia'de Lime:<sí pudieras ganar din~ro destruyéndolos ... Yla ocu­ de. El tercer hombre se define tanto por lo que rechaza ser (dásicamen­
rrencia final de Lime sobre el relój de cuco, único producto de la democracia . vals, violín) como por lo que aporta (una inagotable capacidad de h­
suiza, según él (mientras que' el arte italiano 'habría surgido de los crímenes y e indiferencia).'
horrores délpapado y de los Borgia), está puntuada por una irónica intervención Así, pues, por una parte El tercer hombre reactualiza y renueva, en l~ pos­
de la cítara. el arquetipo de la música anempática, y por otra parte, este filme sugie­
38f SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 383

re muchasfórrnulas musicales diversas, en relación con el horror. Entre tanto. desenvuelto y el otro que. está perdidamen~e enamorado, a través de los per­
había pasado la Segunda Guerra Mundial, la persecución de 10sjudíos,Ausch-: sonajes de Octave. parásito encantador y'hedonista (interpretado por el propio
witz.~omba. de manera que un Ranns Eisler (en Noche y niebla ~[Nuit et director) y de André Jurieux.(Roland Toutain),. su amigo, enamorado de
brouillard. 1955]) oun Giovanni Fusco (en Hiroshima mon amour) evitarán los Christine.
violines y los procedimientos expresivos. para dar tiempo a que lo-indecible sea a
. ~Octavellega a conseguirque La Chesnaye les invite. él y a Junieux, a un
sugerido y, a que la música lleve luto por la sentimentalidad.: castillo de la Sologne. Multitud de malentendidos y de pasos en falso harán que
la fiesta que tiene lugar tras la caza degenere. y desemboque trágicamente en un
asesinato por error: el guardabosque Schumacher (Gaston Modot), creyendo
Re'¡OfR,. lean (cineasta francés, 1894-1979) ver a un hombre partir con su mujer, de livianas costumbres. doncella de Chris­
rine, dispara su fusil y mata a luriex. Éste iba a encontrarse conChristine, a la
. Sólo el azar alfabético hac'e que, tras un filme de posguerra que muestra un que, p?,rasí decirlo, Octave había seducido para su alIÚgo. El marqués. encubre
mundo devastado, ahora venga un filme de antes de la guerra, premonitorio, di­ el asesinato como un trágico error, y los personajes se dispersan sin demasiada
rigido por lean Renoir en 1939. con el título de La regla del juego. obra para la emoción. incluido el alIÚgo de siempre, Octave.
que parece haberse inventado el término grin~ant(chirriante). El filme sólo contiene música de Mozart y de Monsigny, arreglada por Ro­
Si clmundo es una cuestión de vibraciones, tal como creen ciertas cosmo­ ger Désormiere. Para reivindicar mejor su obra como «fantasía dramática», Re­
gonías. entonces su mal funcionamiento, su imperlección, pueden ser una cues­ noir. cita a menudo, en los títulos iniciales, una casación de Mozan Jde hecho.
tión de fisuras, de chirrido en su sonoridad, Y cuando uno de los filmes france­ una danza alemana bastante impersonal y poco expresiva) y.en epígrafe. sobre
ses más famosos de la historia habla de un mundo que chirría, un mUndo sin un rótulo. una cita de Las hodas de Figaro de Beaumarchais:«Si nuestros cora­
amor. alas puertas dei caos yla guerra, lo cuenta también mediante la suerte zones tienen (alas)/¿no es para revolotear?» Ahí está toda la belleza. El resto no
.que corre la música. es más que parodi;:t, por ejemplo. en forma de una canción picante que sale del
La regla del juego de lean Renoir no pasa por ser un filme musical. Renoir rubo de un fonógrafo en casa de La Chesnaye. Como Octave con su disfraz de
;;'.,¡:echazÓ utilizaren ¿Lcualquiermúsica «de fondo», excepto en los créditos ini­ oso. que se ha puesto para la fiesta y del que no consigue salir.~l amor está en­
ciales.~_-\llí donde c;ualquiera hubiera utilizado un acompañamiento orquestal Ua cerrado para siempre en el cuerpo de las muñecas musicalescoi1:órganos mecá­
famosa y apocalíptica .:acería en Sologne. donde se abaten liebres v faisanes' a nicos. en las estúpidas y paródicas canciones que salen de un gramófono. y sólo
conciencia). Renoir OQ pone ninguno. ­ tiene estos acentos para expresarse.
Sin embargo. la música está muy presente, no sólo a causa' de la impor­ En la época en que Renoir filma su película. la voz oída en un gramófono
tancia de lascajitasde música.juguetes musicales y otros arriluQios mecáni'­ está efectivamente encerrada en una especie de nasalización reductora y. en
cosquecolecciona uno de los personajes principales~ La Ches;ave (Marcél cierto modo •.grotesca. mientras que en las salas de. cine con la ayuda del sonido
Dalio l. s,ino también cOqlO armonía perdida. recuerdo del pasado~ La prota­ óptico ya se. escucha una música con más cuerpo, detinición y potencia. lo que
gonist:l. espos,ade, Ll Chesnaye. que ,cristaliza:los deseos de" buena parte de permite inscribir errel interior del filme. ret1exivamente. la músic~ radiofónica
los personajes. se llama .Christine(interpretada. por Nora Gregor de manera o fonogrática.como tal. .Go"n(). una música con limitaciones. Si en aquella época
extrañamente decepcionante).·es:la hija de un gran' director .de. orquesta, «el el sonido del fonógrafo hubiera estado a la altura del cine, se .habría perdido el
mejor director de orquestad~l'mundo», y. ha vivido en l,a ciudad de. Motart, efecto.
enSalzbúrgo. Los conciertos que. daba su. padre y·que.encarnan laverdádera EnL 'Atalantede Vigo,elsonidoque sale del fonógrafo:esuna..ll;lmada del
belleza de :lamúsip (y no su. caricatura. representada por la música de salón . amor y:dela belleza., mientras que é!n Renoir (que en sus grandes filmes de los
y la de 16s autómatas) no '-lparecen en el filme sino evocados,·comados; como . años treinta ororgaun papel central yesencial.a este aparato: los principios de
un ideal p~rdi.c;l.o. La.golfa {l930]y La granihúión [La grande·illusion.1937]), no eS más que una
:\dapt~ción libérrima. de :los Caprices de Marianne de Musset. La regla expresión cínica. frívola y, por así decirlo. travestida.
ddjuego reproduce L'on más o menos acierto el tándem del vividor fatigado y Cuando lean Gabin. al principio de La gran ilusión escucha el vals Frou­
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Írou, esta evocación de la mujer ausente prepara, por la alusión fetichista al ves­ v niebla (l955), HansWernet Henze en Muriel (1963) Y L'Amour a mort
tido que figura enJa letra.la, escenaenla que ingleses y franceses"dan una fies­ (1984}. oPendereckí en Te amo, te. amo (le t'aime,je t'aime. 1968), en la quea
taen un campo de prisio,neros; fiesta en la~que .se ,visten comomujere.s. decir~erdad la música está prácticamente confinada en los créditos iniciales.
._R~specto_J la música de pantAlla, en La regla de/juego ésta no suena mecá­ Resnais nos. interesa aquí porque, de todos los reaiÍzadores. esverdadet'amente
nica ni d~formada (los aparatos coleccionados por La Chesnaye), ni l~meIJtable uno de los más próximos a la preocupación de un compositor, en el sentido de
(un invitado al castillo tocando sin aliento un cuerno de sinoqúe, por el que su desafío permanente consiste en construir, unir y mantener en pieal fil­
contíario, podría inclinamos a la ternura y entonces, por su despreocupada lige­ me, a partir de el~ment()s al principio dispares. habilidad no proviene úni­
reza. ser contraria a la gravedad de la acción. camente de su experiencia como montador, ya que otros directores que también
. Cuando elcazador. furtivo Marceau quiere seducir a laCriada y.1a persigue. empezaron en este oficio no han tomado la misma dirección (es el caso de Ro~
pone en marcha una muñecamusicaL Poco después, en el curso de la fiesta, ve­ bert Wise. Henri Colpi o John Sturges).
mos cómo una gruesa dama (interprerada porOdette, Talazac) que estáal piano Respecto a su filme, escrito por Alain.Robbe-Grillet, El Olio pasado en Ma­
es obligada a ceder su Jugar a unos rollos mecánicos. En un plano .exrraordina­ rienbad (L' Année derniere a Marienbad, 1961), Resnais dice: .«Hay dos o tres.
rio. b vemo,- Inmóvil : con aspecto consternado. mirando cómo las teclas del temas que vuelven, se desarrollan, se repiten. Si miramos ·la. imagen. ésta es.
instrumento Se mueven por sí solas: se traranada menos que de la Dan:a maC(l­ enterameme musical» (Positif, n. 284. octubre de 1984).
hni' de Sain,t-Saens.. pretextopara un número fantasmagórico. pero también pre­ Volver a ver una obra como Muriel, después de ver multitud de películas
m.0nición siniestra de la guerra. más «habiruales» ene! empleo de la música, produceobligatoríamente un cho­
En el paroxismo de la escena en la que La Chesnaye presenta.a los invita­ que. La música rara veZ o nunca está en el lugar esperado ni del modo habitual.
dos, ya nerviosos, la última pieza de su colecciÓn,.un organillo automático, la La tentación oscurantista y fácil sería hablar de vanguardismo abstruso¡ otra
música de éste parece descomponerse y desvariar, enloquecer, como por el tentación aún más nociva, al ser más ínsidiosa e hipócrita, sería la de censurar
efecto retardado de los disparos y los gritos de la amante del marqués, com­ nuestras propias reacciones de espectador, adoptando el respeto supersticioso
pletamente borracha. Más adelante. cuando el guardabosque celoso dispara que inspira una hermosa obra singular, sin sentir nada pesonal ni hacer ninguna
con el revólver con el que apuntaba a Marceau, el. piano continúa sonando. observación por no parecer «retrógrado».
como si los invitados al castillo no lo hubieran oído y no les preocupara. o Después de todo, si algo nos molesta en el empleo de la música en el seno
bien creyeran que se tratabade.un espectáculo. Esta indiferencia de la músi­ de un· filme determinado no es necesariamente porque tal vez se trata de que
ca, junto con la decisión del filme .de mostrar la mayoría de acontecimientos Resnais(uno de los directores más creativos del cine mundial) no siempre ha
a distancia, crea globalmente un efecto de escarnio general, bastante ago­ acertado en el blanco. Prestar atención a su creación es rendirle un merecido ho­
tador. menaje.
Toda la buena música se refugia en un relato que Octave cuenta a Christine, El filme se desarrolla en 1962 en Boulogne-sur-Mer, ciudad reconstruida
sin que (contrariamente a la idea de Kurosawa en Subarashila michyobin) esta después de la guerra, y gira alrededor de una viuda de cuarenta años, Hélene
música mental adquiera vida propia y llene el espacio: «Naturalmente, los mú­ (Delphine Seyrig) y de su yerno traumatizado por lo que ha visto de la tortura
sicos ya estaban todos de pie... Entonces tu padre dio unos pasos, y atravesó la cometida por el ejército en Argelia. Tal como dice Michel Marie (quien junto
escena sin ver nada. Y como en un sueño... » Con Marie-Claire Rópars y Claude Bai~lé ha escrito sobre este filme una de las
obras ~ás instructivas que jamás se hayan dedicado a una obra cinematográfi­
ca);'el filme «está basado en un fuerte contraste entre lo prosaico de la_vida co­
RESNAIS, Alain (cineastafrancés, 1922) tidiana [...] y un tratamiento ~stético extremadamente audaz, en el qu~esnais
. mezcla con acierto una visión casi cubista del mundo contemporáneo, una par­
Resnais goza de buena reputación entre los músicos contemporáneos, por­ tituradodecafónica de Hans Werner Henze, orquestada por un montaje elíptiéo
que es uno de los raros. directores que convoca a menudo música de estilo ato­ próximo a Eisenstein» (Dictionnaire des filmes, Larousse, pág. 504). La m~si­
nal, encargada a compositores vivos~ como es el caso de Hanns Eisler en Noche ca tal como ha sido instrumentada y grabada, y tal como se presenta en el filme,
38b AUTORES Y FILMES 387
. .
nos h.áceescuchar, muy sepaiiéios unos deotros, aun mand611nista: un percu~ culas era obteIléruÍla imagen no <figurativa que perrillta al espectador seguir
_.
siomsta. un arpista y una soprano (en este caso, RÍta'Streich) que 'canta la letra
" '-' ' ... ' . . : , .... '.,.. '..
de una clmtata escrita por el guionista Jean Cayrol, de la que no comprendemos
."
lo
mejor la música, 'estar 'menos distr"iúdo'p'osible porerambiente dél propio
cine y,'especialmente, conseguir que ,la mÚsica no le haga lévantaIse y protes­
nada. Decimos esto con toda intenciÓn, en' lugar de decrr: una mandolina, per;.~': tar»~ Paralelamente, el director da al compositor una planificación flexible para
tusíón, y afoniori, mÓsica. Enalgunos rriomentostenemos húmpresión de es:' escribir una músIca atonru. que pueda tener',«una escririri-a fnucho~más cttmsa
cuch'ar 'paraíela~ente en el filme diferentes extractos de ún"concierto, que nos que una música cinemátográfica ordinaria»~
llevan ayer mentalmente a sus intérpretes. Esto no resulta túrbádor más que en Henze concibe su música respetando la idea' de fragmentos. «pero intentan­
la medicta en que no está claro para el espectador que tal visión mental forme do llevar a cabo una construcción que permita al oyente (que de manera incons­
parte de la intención, que forme parte del proyecto del filme, que sea «estética:' . dente guarda en~ su merite al recuerdo del'fragmento' precedente) tener la im­
mente pertinente». presión' de una forma' que se va desarrollando». .
Renais recuerda el proyecto musical de sü filme Providence ( 1977), escrito La cuestión que Resnais plantea aquí es ia de la' disolución habirual de la
por David Mercer, proyecto que según nosotros es análogo (tal vez a su pesar) foma' musical eh el filme, de la amnesia que le concierne. Su concepción es la
al de Como en UIl espejo. con el que además el guión presenta algunas semejan­ de un juego de dominó, en el que cada piézaestá ligadáa la precedente y a ia
za"': «Ya he dicho que yo disponía de un qúinteto en el que Ellen Burstynsería que sígue. El compositor trabaja sirviéndose de una copia grabada de losdiálo­
violín. Dirk Bogarded piano. David Warnerla viola, John Gielgud el violon­ gos. «escribiendo inmediatamente después de la última palabra. del últimorui­
celo y Elaine Srritch el contrabajo. En resumen, una forrríación a lo Schubert, doo del último silenCío».
aunque la sonoridad interna del filrne esté más próxirna a Alban o a Bar­ Curiosamente.eldirettor y su cogúionista Jean Gruault vinculan esta l1tili­
tok. con sus I1lpturas repentinas. sualternancÍa' de dulce yamargo» (Positif,n. de la músÍca en L 'Amour a,mort con el tratamiento particular al 'que han
t 90. febrero de 1977). sometido la escritura de los entre los cuatro personajes especulando 50­
Más tarde Resnaisrecuperará una idea de este tipo. tratada,de manera más breun efecto de «vasos comunicantes»: «El trabajo que con Gruaúit
~lstenrlatlca ybergmarüana. con L 'Amour á mort. Este filme. que pone en esce­ consistía en eliminar los adjetivos y rodo lo que nos parecía supertluo: Para de­
naa un cuarteto compuesto por dos parejas amigas, un pastor y su mujer (Fanny jar sitio para la música de Henze queríamóstener un diáJogo con elmíninio de
Ardant y André Dussolier) y dos enamorados unidos 'por la pasión (Pierre Ardi:' palabras. el mínimo de' ornamentos sintácticos. Cuando revisábamos ra: escena.
ti'y SabineAi.emal. tiene un punto partida estrechamente ligado a la rnúsica, la expresÍón que uitlizábamos todo el úempo. era «Vamos ' j webemizarla.
utilizada según Resniüs «comó un quinto personaje», a través' de la partitura de ;Venga; webernicémosla!~> (Positit: n. 307, sepdembre del986i,
HansWerner Henze. integrada de forma novedosa.
sus' filmes precedentes. recuerda Resnals (Positi/, n. 28"+. octubre de
t98"+): «No mezclo jamás ruidosy música: pero sí música y voz. No obstante, ROH MER: 'Erüf (cineáúaIrancés. 1920)
esta Clueri,a iraú~ más lejos, y no tener rnás que voces primero, después
músicay de nuevo voces». Esto lecondujo a una idea extraordinaria; hacer que En este muesttario, 'no 'podíamos óbvi'ár ti uno'dé lósdireCtores tríl.nceSt:s
~e escuchara música en elinteri.or del filme en una cincuentena de secuencias los que la neutralización dela música ~yasea 'por su ausencia áídiCa1 o
desprovistas deacci6n. que de'algun modo están teservadas para la mú:' tratamiento literalmente desvitalizador al que se ,la somete- se coO\'ierte en
~ica. " "láíma!:!en constituye una éspedede vaCíó en el que Hue­ una opción estética en sí misma. en parte inte~rante de lo que quiere comunicar
ven Partículas~Evide~terr1enté. noes casuáddad que el perso'nrijeinterpreradó el director~ ~ \

porPierre Arditivi\;aen'l~histódaunafaisa muerré:,'una ", 'állsencia tras la Por ejemplo. en La buena hoda (Le beaumarriage. f9811 y Paulille enid
que «resucita»' p~ra 'después' morir definiü vaménte. Resnais ev"it'a. por supues­ playá (Paúline a la plage: 1982), dos'pellculas cuyos principales personajes
to.daraestas ;<ausericías»(consütuidas pOr secuencias inuSicaJes que'nosha­ ~Óh clikas:de Duemí familia.' la necesidact" reducir la 'n\úsi..:a< unic:lmentc
.:en salirdel u'niverso narrativ()) :unsentido demasi'ado preciso y se limita; Con mús'ka de pantallú)'a algo 'extremadamente discreto roialo'caric'atun!~co.,En
toda la razórta Jn()tiY95 f9.,rrnal~s y exteriores: «Lo que buscaba con,las part~.. ,la tiesta de cumpleaños organizada por la protagonisradel primer filme . .los
388 SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 389

jóvenes bailan una música de Jacno que es·el colmo (deliberado) de fa mÍlsi­ corta duración. para «narrar» o al menos evocar él ciclodetrabajo/fin de sema­
ca anodina, pop electrónico para piano y sintetizador que no se aceptaría en na/vuelta al trabajo.
o
" v

nirigún glJatequ~ inodern y que, :':d~modo. caracterist¡'c~,. no coriIiey~ prácti­ ¿Cómo lo lleva a cabo? Primero hace que un actor oun niño declamen fra~
caineÍne nadá de bajos, que ¡COrrerían 'el riesgo de adq~itír un~ existencia fí­ ses típiGas del trabajo, ~e laescuela~ -o ,escenas estereotipadas ba~adas en el prin­

sica en y desbordar la pantalla! DeJ mismo m6do; la éanciÓ~ de Je~n-Lo~is cipio del epÚ¡odió: un hombre que intenta inútilmente Ilamar:l un número de te­
Valéro sobre la que flirtean los dos enamorados de Pauline en la playa es de­ léfono a través de una telefonista, unjefeque dicta una cana. un.niño que recita
liberadamentetan incolora como resuÍtaposible, escríta,.orqu~sta~ay graba­ en clase El ,.~y de los ,alisos de Goethe, y ruidos de actividades artesanales O me­
da Con miras a que no quede nada de ella grabad() en la atencióri o en la me­ cáÍiicas. Para' el dOÍni~gl), capta igualmente, a modo. de reportaje, algunos sonÍ'­
moria. dos de la realidad, el aire libre: canto del gallo, coro en un oficio protestante.ex~
Este ejemplo extremo de utilización de l~música cuan~o la situación Y,ellu­ cursionistas que cantan una canción (que seguramente interpretaron este papel
garmostradolo exigen (¿qué sería de una fiesta entre jóvenes sin baile', o de ,un para el micrófono), pájaros,etc.
playero sin «canción del verano»?), buscando alinearla con las, n9rri1asdel Aquí lojnteresante es el concepto formal: Runmann. especialmente al prin­
anonimato completo y esforzándose en evitar que la música llame la atención o cipio de su ,obra, entrecruza estrechamente las diferentes escenas. encadenándo­
que decida el sentido de la escena, revelan que nonnalmente el elemento musi­ las de manera perfectamente lineal y. monódica, sin ningún tipo de mezclas. eS
cal debe ser catalizador, desbordante, significante y saturado de efectos sobre la decir, sin ninguna audición simultánea de dos acciones sonoras, sino siempre
\.j:,ión' de la i'magen y la audición de] diálogo. En efecto, es difícil imaginar a por sucesión (como ocurre con las imágenes deja mayoria do: videoclipsactua­
Rohiner sometiendo a semejante cepillado estético alas decorado~ de sus pelí­ les), y las situaciones evocadas loman las palabras pronunciadas comcieje~ o.
culas.sUs vesnÍarios, sus diálogos, sus composiciones visualeso la interpreta­ dicho de otro modo, mediante enlaces verbales: «Quién» dice un hombre
ción de sus. actores. condenándolos e a una insipidez se,mejante. Ello prueba a léfono;«cabalga tan tarde», continúa el niño recitando El rey de los alisos. Se
cOTurario el poder de designación, de encuadramiento'y de determinación se­ supone· que· estos enlaces permiten unir los diferentes universos· sonoros, tál
mántica. física y afectiva deja música, si un director tan personal y seguro de su como hace sistemáticamente Fritz Lang al principio de El mmpiro de Dussel­
eSIétIca como el autor de La Marquesa de O... (obra maestra sin una sola nota doif (1931) Y menos sistemáticamente en El testamento del doctor Mabuse
a
musical) se ve forzado tratarla tan rudamente. (1932). Otras veces (y es por ahí por donde el '«filme para el oído~' de Ruttmann
transpone concepciones formales musicales) el montaje se efectúa según una
lógica rítmica (las idas y venidas de una garlopa se encadenan con los golpes de
RLTIMA~N, Walter (cineasta alemán, 1887~1941) martillo, al mismo tiempo ),creando una especie de secuencia rít!mica elemen­
tal, en tanto que la~imetría de la forma general responde a. un modelo emi.~
De uno de los creadores más importantes del llamado cine experimental de nentemente musical, especia1mente la forma dellíed, pero también de muchos
los años veinte, que se refería claramente a la música no sólo ,en sus tí~lo;; (La poemas sinfónicos de principios de siglo.
melodia del mundo [Melodiedei Welt, 1929]); Berlin, symphonie einer Gros­ ¿Finalmente, la música propiamente dicha (escalas de unacantante, cantos
sradt [1927]) citaremos una obraimportante en su producción, situada en los de marcha o de iglesia) es tratada por primera vez en la historia como material
confines del cine y la música concreta (por anticipación), el «filme sin imáge­ de montaje, aunque de una manera bastante convencional.y fonnal. Una opor­
nes» Noclreuende (19~O). , . tuna edición francesa de esta obra en disco compacto permite. descubrir en ella
Este filme auditivo consiste en una realización sonora creada y montada so­ el g~pnen dejos futuros d~sarrollos de la «música concreta».LJna de 1~ obras
bre pista óptica, y susceptible de ser:presentada como obra radiofónica o en una compuestas por Pierre Henryen 1950sobre disco,Muiiquesanstitre, eS"en al~
sala de cine. El soporte óptico p~ermitía ya esta novedad, imposible en el disco: gunos de sus movimientos un sopreIídente cortometraje de cine para el gído, po- ,
el montaje rápido y lineal de sonidos de todo tipo. niendo en escena,ambi~ntes de feria y sonidos de escolares, en el·mismo espíri­
'Walter Ruttmann se entr~gá de llen~ a este método, encadenando, qU ,ve"? tu (buscado o recreado espontáneamente) de las investigaciones de Ruttmann Q
por primera vez en la historia, fragmen~os de escenas sonoras grab~das de 1Jluy de Duvivier en los hucios del cine sonoro. ..
AUTORES Y FILMES .391

SAUTET, Claude (cineasta francés, 1924) Ese tema, cuyo principio es enescruas conjuntas que subeny bajan con in­
dolencia (¿los «altibajos» de la vida?) describe la existencia como un vago sen­
~a crítica de cine, resulta bastante banal decir que Claude Sautettraba­ dero muy general. La orquestación~ en la que un piano y' un acordeón emergen
ja como un músico. Ciertamente, sus películas más célebres. especialmente discretámente ~el conju?to, es~ deliberadamente bastan~efundida, tanto por su
las de los años setenta, como Tres amigos, sus mujeres y los otros (1974), .escritura como por el estilo de grabación. .
presentan cÍerto tipo de personajes, lugares y atmósferas, y organizan cuida­ Cuando los amigos, que renuevan una amistad cuestionada en algunos mo­
dosamente la alternancia de decorados de escenas de intimidad y de grupo (en mentos, se pasean por el bosque durante un fin de semana, el tema de Sarde se
cafeterías, restaurantes. gimnasios, playas, reuniones amistosas y familiares), desarrolla con una orquestación más ampiia y adopta un ritmo de trote más di­
según un movimiento de oposición, de 'alternancia y de.ecos extremadamen­ námico, ligeramente sugerido, con arrebatos y aspiraciones representados por
te preciso. Se trata de películas muy preparadas, contenidas. discretas, que las fluctuaciones expr~sivas de la música. Éstaencadena entoncesc~nun nue­
parecen mantenerse en una especie de reserva y tender a crear vibraciones y vo coro hablado de interjecciones. gritos de hombres y mujeres que corren, se
acordes, a imagen y semejanza del protagonista de Un corazón en invierno agitan y se divierten.
(1992), el reparador de violines admirablemente interpretado por Daniel Au­ Es muy característico de estetipo de cine la formaabiena en que se aca­
teil. ba la secuencia musical, con un acorde suspendido en el registro grave. que
Sautet es un cineasta particu)annente atento'a la construcción. ala línea. Por no concluye. Este efecto de «etcétera». cr.eado por una música que hace de
el simple gusto de la fonna. acaba su filme Mado (1976) con un largo atasco puente con otra. escena de diálogo sin mús.ica. es muyespecíficaI11ente cine­
bajo la lluvia, como efecto de composición. diluyendo a los personajes y temas matográfica.
en una especie de tutti cacofónico. Más adelante. para marcar la llegada de los de lasempresas.enquiebra.
Tres amigos, sus mujeres y losorros. uno de sus filmes más famosos. ,debi­ hombres sin pasado interesados en el negocio de Vinc~nt. la ITnisica se vuelve
do a la colaboración entreClaude Sautec Jean.:.Loup Dabadie í guión) y Philip­ satírica a lo Kurt Weill. No obstante. contrariamente a.lo habitual en el cine"los
pe Sarde (música). empieza con unareunión de lmígosen la casa de campo de malos no poseen «su~) tema. quesenalaría su paso y ¡asombra que planea asu
uno de éstos, Pau! (Serge Reggianl). un «escritór>' que no consigue escribir. Este alrededor. La música así tratada. grotesca y pesada {como la que subraya el paso
principio da lugar a efectos de grupo. interjecciones. llamadas: hombres que de los malos en los filmes políti..::os de Costa-GavrasJ. \'uelve prácticamente a
disputan un'panido de fútbol improvisado. coro de gri ros provocados porunco­ tomar el tema principal que apare-..::ía en los créditos. fonna simbólÍca de sugerir
narode incendio, etc. Luego se sucede una serie deescenasa dos oa tres, ínter;. que lavida es un movimiento que tan pronto nos. conduce como nos tritura.ad­
pretadas yfi1madas con.mayor tranquilidad. Las escenas suelen girar alrededor quiere el rostro de una fuerza que nos barre y luego nos vuelve a tomar de la
de Vincent (Yves Montand) un pequeño empresario en plena crisisprofesionaJ mano. El ápoliticismo de este filme (por bp()sicióri al tratamiento de este tema
yafectiva. Precisamente el espíritu coral del filme resurge en una cafetería, con en unfifme italiano de los setemao 'en.un filme in!:!lés~de los ochenta), se ~ues,;.
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una calculada orquestación de. interpelaciones enrre amigos.' peticiohes y sa­ tra así claramente.
ludos~
Fiel a una tradición francesa de abstraccióntlramática. el tema principal
dePhilippe Sarde~orquestado por HubertROstaing:evita deforma sintomá­ S:BERBERG, Hans lürgen (cinea:ml alemán. 1935)
tica inscribirse demasiado en elcontexto socialde los 'personajes ni contener
la menor alusiónasu medio ni á la música que:puedén escllchar.AsÍ', cuan­ . Uno de los mayores éieadoresJdllales~ des~raciadaffientep~c.~ c~noddo. al
doaparece'la «música depanlalla;.>;por ejemplo enun café'cónunjúké,.box•. que nos parece ~poriurioda:rlepor Unavez la palabra extensam~n~~, ya;que en
escuchamos una. especie de jaz:::. pianísticQ inremporalvoluniariamenté ate­ sus escritos ha sabido sintetizar ..:ierto número de cuestionés cruciales, con el
mático, y no una música de las que' habitu<,llmenre podían escucharse en los mismo arte con d' que 1<is haresueiro en lit pantalla. Preci'semos que nw!stratra­
bares de la época. Es eyidente la preocupación pornodatar musicalmen'teel ducción. con su aparente extrañeza. esfie1 al estilo personal del áutor en el ale­
filme. mán original: «En el campo de lá música se llama Melisma a la fundición de vo-
392 SI~GULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 393

ces o sonidos diferentes. La literatlJra habla de una Emblematikcuando esta uni­ tor y el sonido, puesto por el cantante. proviene de b cinta, de la técnica. Es la
dad inseparable de ambivalencias y contrastes se consigue finalmente. Estamos inversión del antiguo teatro de máscaras. en el que ·la voz erala del actor pre­
cerca de la técnica de Brechten las canciones que siguen a la5~ grandes orques­ sente y la máscaré3. formaba parte del aparato técnico. J eníamos clara la necesi­
taciones dialécticas de los ~iálogos. [... ] Esto hace que surjan milos. por,elinse­ dad de interpretar:.el anista no era elque cantaba e§.ta música,Si teníamoséxi­
parable-amonto~amiento [sic]de temas diferentemente co~struidos. que se ba­ to, en el mejor de los casos, deberíamos intentar n;'üstrar la música,interpretar
san en ras historiasYleyendas de los pueblos -Construcciones ficticias de la el canto. Se. trata de una anima..,ción. una introducción del alma en el mundo.
imaginación'y del espíritu- para el placer. la iluminaciÓn y el aumento del pla­ por medio de la música» (op, cir.. pág,
cer de la vida. [... ] Éstas serán tal vez revisiones míticas del universo con una
concordaI1cia ent~e las partes como la que hallamos e~ lafuga. los oratorios y
las sonatas, en las q~e todos los coh:tboradores de la cámara. desde el decorado TARKOVSKI, Andrei (cineaSTa ruso. 1932-1987¡
hasta, los actores, deberían contribuú, como los músicos en una orquesta, a la
calidad de la música. r...] El filme del futuro sería por tanto análogoa los leiT­ Físico y metafísico a la vez. misrico y sensorial. capaz de traducir tanto las
motiv musicales y a los universos pintorescos y espirituales las iconografías aspiraciones idealistas como el sabQrdesganado de las más simples impresiones
históricas. Consistiría en programas yen filosofías. en "ceremonias de la vida" infantiles, el cine de Tarkovski ex.presa la imposibilidad de reunir esas dos di­
y en boceto~ utópicos, t9talmente construidos en un universo de sistemasespa­ mensiones tan necesarias una para otra: el universo lo simbólico (expresado
ciales y sonoros» (en Le filme musique de I'm'ellir. Cínématheque Franyaise­ por la triple presencia insistente \!nsu obra de la literatura, ele la pintura y de la
:\lusée du cinema. 1975, págs, 61-62), música como artes) y el mUndo de la naturaleza y de la materia, presentadas
Puede que esta concepción no parezca nueva. pero Syberberg es uno de lo.s bajo suforma más concreta, fluctuante. impre\'isible. extraña al hombre y par·
pocos que la ha llevado a cabo. especialmente en Ludwig, requiem por un rey ticularmente perecedera».
vi rgen (Ludwig, R~qÍJi~m für eimem jung fraulichen K5nig. 1972) Y sobre todo En la obra de Tarkovski, la música se sitúa entre dos extremos. Tomada
Hitler,Ein filmOus Deutschland (1977). Syberberg reinventa a la vez la pala­ en préstamo del tesoro de la tradición occidentaL se presenta como un obje­
bra cinematográfica (basada en largos monólogos), el decorado (creado por una to cultural heterogéneo al mundo, belleza insuperable e irreductible, como
proyeción,sobr~__l:lna tela, proyección que aparece como tal y puede cambiar una cita asumida como tal (por ejemplo. el preludio lch ru! zu dir del Orgel­
constantemente), y la duración (alargada al m~ximo gracias a la utilización, büchlein de Juan Sebastián Bach. que se escucha inexlenso tres veces en el
simple pero magistral, de largos movinuentos sinfónicos de \Vagner. como el filme de ciencia ficción Solaris [Solaris, 1972]). En el otro extremo, traduci­
preludio dél Parsifal). da por los sonidos electrónicos de Eduard Anemiev (que también ha colabo­
Ello débió llevarle a la consecución de su Parsifal (982) basad~ en la idea rado varias veces con Nikita Mikhalkov, en un estilo musical más tradicio­
de una fecunda disociaéión, pero también de una recomposición, de cuerpos y nal)" la música se presenta como voz fundida en elcontinuo natural, del que
voces: «Al comienzo [de la concepción del Parsifalj, había una reflexión sobre apenas emerge, sin intervalo, sin fraseado musical, ni puntuaciones ni músi­
el hecho de. que en las óperas filmadas, los cantantes no cantan el sonido origi­ ca de acompañamiento.
nal, sino que se post-sincronizan a sí mismos, reproducen su propia voz, la in­ Tarkovski, que publicó una apasionante recopilación de ensayos sobre el
térpretan, la imitan, hacen un montaje de sí mismos. De ahí surge la idea de que cine, Esculpir en el tiempo, era muy consciente de la dificultad que supone, en
el. filme nace del ni<;mtaje,' ,montaje de los planos de la irnágen y del sonido, , un filme, una música que quiera pasar inadvertida como música, en particular la
como en el teatro de marionetas en el que la voz, que viene de arriba o de detrás, música electrónica, que en el cine tiene su propia tradición (en Francia, con au­
acompaña al. movimiento de los muñecos y de las imágenes, en cierto modo» tores .comO Bemard Pannegiani y Christian Zanésí): .«La música e~trónica
(Parsifal,Gen~se,d'unfilme, pág. 207). ,.muere desde el momento en que se comprende que es electrónica, desde que se
. , SÍn disimular para nada el play-back en el que se basa, el filme incluye pri­
meros planosirnpresionantes, especialmente en el primer acto, de laiboca de 15. Sobre Tarkovski, véase nuestro ensayo, que constituye el último capítulo de Lo. Teile
Arnfortas, cuando éste monologa sobre su lecho de dolor: «El rostro es del ac­ trouée (1988). ...
394 AUTORES Y FILMES 395

descifra su construcción. Artemiev hubo de pasar por complejísiinos Dr<:>ee:SOl TATI, Jacques (cineasta francés, 1907-1982)
para alcanzar el sonido que buscaba. La música electrónica debe ~;Dr€mders¡
de sus n'tigenes "de láboratorio", para que pueda ser percibida como una En la ()bra de Tati, la música se relaciona a menudo con el elemento aéreo:
ridad orgánica del mundo. Tiene la capacidad de disolverse dentro del "VJ.JLlU\.'~. oiquestaeionesligeras, estilo' despreocupado,de-varieda~es, carácter demelo­
de esconderse detrás de otros ruidos, de ser la voz indefinídá de la naturaleza o día fácil que paréce poder ser trci.ída y llevada"'por el viento y, por tanto, no te­
la de los sentimientos confusos, de ser como una respiración» (pág. 149). Aun':' ner peso ... El únicO tema de Alain Romans para lAs vacaciones del señor Hu..
que, entonces, ¿en qué se diferencia de los otros elementos? iot (1953) es bastante representativo: a, base de tresillos ligados en escalas
Tarkovski añade: «En Elespejo [Zerlealo. 1974], el compositor Artemiev y conjuntas, incluye frecuentes notas de descanso, como calderón, que perriúten
yo IJÚsmo [... ] buscábamos un sonido que fuera como un eco lejano de la tierra, soñar, y'también que'los ruidos de la naturaleza aparezcan y inmiscuyan sin
cercano a su rumor, a sus suspiros» (pág. 148). romper la curva melódica. El salto de octava del ,final aporta una nota senti­
Ciertamente, este gran director no siempre consigue esa «transmutación», y mental y expresiva. pronto ahogada. Las mismas características se encuentran
en una obra maestra como Stalker n979). los efectos electrónicos continúan en el tema escrito por Frank BarceIlini para A1í tío (Mon oncle, 1958). Cons­
planeando por encima de los ruidos de la naturaleza. siguen siendoiden'tificados tancia rítmica, gusto por la escala conjunta. estrofa sentimental y melódica,
como efectos. Con todo, ello no desmerece para nada a películas suficiente­ aunque con un estilo más infantil. como el de una pieza fácil para dedos prin­
mente extraordinarias de por sí. Uno de los momentos en que el director está cipiantes.
más cerca de conseguir su meta es sin duda la secuencia del viaje por autopista Los créditos de las películas de Tati poseen una manera muy personal de ha­
'>;;:,;" en Solaris. Para este viaje por tierra¡filmado en1apóny tratado de manera abs.;. cer quela músícaUegue al' aire, de trenzarla cOIl el ruido del mundo.
tracta, como un verdadero trayecto por el espacio interestelar; Artemiev supo Los de Mi tío empiezandeuna rÍmhera muyoriginal, con eJementosrealis­
crear un vasto sonido en movimiento, indistinto, en principio, como el fragor de tas: los títulos de créditos están escritos sobre vallas de obras y se nos, dan a leer.
,i;~:una circulación idéntica e inimerrumpida.Después de este sonido total emergen de manera poco poética, con sonidos de martillos hidráulicos y zumbidos gra­
"¿vagos embriones sonoros flotantes. seres difer~nciados y fonnados atrapados en ves. Sólo cuaridoel título Mi tío aparece en fonna de pintada en la pantalla. es­
':' el continuo de ' una·rotación infinita. seres que vuelan ante los límites de lo in­ critosobre el muro desconchado de una vieja calle de arrabaL el ruidomecáni­
forme; en un campo fasciname. co 'desaparece y empieza el tema para píano solo.
En,sus reflexiones. Tarkovskiplanrea también el problema de la exterio­ En Plavtime fl968) aparece el mismo juego de afirmadon inidal de Un
ridad de la niúsicá respecto al mundo\:inerriatográfico, hasta el pumo de que ruido trepidante. telúrico este caso. un solo anhelan,te d~batería, muy
siésta «notuvierá lugar alguno en Un tilme sonoro. sería una perfecta conse­ «tam-tam»- antes de que la música llegue y aporte 'unaespecie de'dulzura
cuencia teórica. Entonces. podría serTeemplazada por ruidos cada vez más melancólicá.
interesantes, a los queeleine otorgaría uri,sentido [... ] Estrictamemehablan~ NopensariÍos que haya en ello ninguna intenCión polémica y satírica: elrui­
do•. el mundo transfonnado por el cine y el mundo rransfonnadopor la músi..; do percusivoincíal expreSa, no una Yisi'ón negativa d,el ~i.mdo moderno asimi­
ca son dos mundosparalelos y encontlicto uno con otro»: (pág. 1"+7). Note­ ladoa un'alboroto inhumano, sino una dimensión dinámica y rítmica elémental.
mos que el director ha tenido la honestídadanísticamj;!nre fec'unda de asumir indispensable y tónica~que da un mayor relieve a la me1ancolíano'st~lg!ca'que
el cont1icto y laconrradicción. integrando rnú~úca de Ba'cho, en" Sacrificio le sucede. Esta utilización típic,amente«ciélotímica»de la música en Tati.se
(Offret;'1987)~ 'músicas de flauta del Japón. como un'cuerpd extraño. no a;si­ traduce inas de'una vez, en repentinos accesos efe frenesíjaziístico, como en
milado,'enúncine que tiende a lo esencial. y haciendo 'de'estaimposlbilidad Las 'vácacliJnesdel señorHuiot,'Mi do yiPla~:time.' De rep~nte, YSÍI~ avisar. se
de fundir los elementos que combina el teina de 3uspelícülas:¿ácaso sus per.;, desencadena unamúsicade estilo «Nueva Otleans>; que sacudea los personajes
sonajesno intentan desesperadamente insertar el arte en unanaturaleza que lo yálpúblico. introducida o no por un pretexto realista, pata lúego interrumpirse,
ignora? también sÚbltameme. Tal como hemos intentado mostrar en nuestro ensay,oso­
bre,elcineaSta.en Tatí todo es vaivén.
396 SINGULAR PLURAL A UTORES y FILMES 397

TRUFAUT Fran~ois ¡cineasrafrancés, 1932-1984) tiempo que algunos acentos solistas permiten que el canto de un alma seesca­
pe pYdicarnente.
Para hacer su ljbro Un siilcle de einéma, el cineasta americano Tay Oarnett y cuando el doctor Itard consigue arrancar un atisbo de comprensión a su
tuvo la idea de enviar a uri centenar de directores, un cuestionario acerca de sus pequeño salvaje, determinados tutti vivaldianos adquieren también el sentido de
métodos de trabajo en todos los campos, entre otros el empleo de la música. una especie de exultación, de triunfo de la luz sobre la oscuridad, de la claridad
Mientras que, sobre e~te terna, muchos directores se muestran a menudo evasi­ sobre la cOflfusión.
vos o genéricos. Truffaur es uno de los únicos que dan opiniones muy precisas. Evidentemente no es irrelevante que la música solicitada por Truffaut a
decisiones que pare.ce haber adoptado por reflexión y por eliminación. «No me Georges Deleruepará la secuencia «[riunfal» de La noche americana (ésa en
gusta utilizar música de o de rock, o cualquier otra música no escrita y no la que el rodaje del filme funciona bien y la colaboración de los diferentes téc­
melódica. porque falsean la duración y hacen que parezca que una escena dura nicos da la sensación de un conjunto a la vez diverso y armonioso) base su es­
tres minutos, cuando en realidad dura uno. Dado que laproyeción del filme se tilo en Bach y Vivaldi a la vez (el Gloria). Truffaut no era solamente elhom­
desarrolla corno una cima (,a ribboll ofdrea1!ls según. OrsonWell~s). la música bre de los dramas sombríos u obsesivos corno La mujer áe aliado ( 19811 Y La
debe constituir jgualmente una cinta. No se trata de hacer un pleonasmo musi­ chambre rerte (1978). En bastantes de sus filmes. como en El pequeiío salm­
:a1. sino una música que escolte el filme, corno un color. No debe ser más líri­ je, Truffaut afirma el optimismo con una intensidad patética, si considerarnos
ca que imágenes sino encontrar un volumen que corresponda bien a su su­ la animadversión que le inspiraba la negrura pesimista. demasiado compla­
perficie») (Un siecie áe cinéma, pág. 334). ciente para su gusto, de Henri-Georges Clouzot. Juhen Duvivier y Claude Au­
AsÍ; pues. estarnos en las antípodas de Jalsaghan, y de la utilización de cier­ tant-Lara.
to estilo de música que hace que el tierppo flote, se desate ... Truffaut a menudn confía a la música el papel de afirmar,un carácter positi­
Truffaut concluye: «Apane de ésta, no hay más reglas fijas [en el empleo vo. La música de Vivaldi, de la que a veces torna dos simples compases.encar­
de la música]: no poner nunca música en una escena con diálogos que se de­ na .esa lucha por la vida, corno una reacción mediterránea; sana y dete~nada.
sarrol1a supuestamente en presente, porque se corre el riesgo de mitigar el contra las fuerzas del caos y del marasmo.
efecto de instantaneidad, desplazando la escena hacia el pasado o al frecuen­ En Truffaut la música está frecuentemente al servicio de la claridad de la
taIÍvo. [ ... ] Mi segunda regla consiste en evitar los solos de instrumentos de­ curva narrativa (antes que nada es un narrador) y de la articulación. Las se­
masiado fáciles de identificar o de im~ginar corno el piano y el arpa, porque cuencias musicales de sus películas (tomadas de la obra sinfónica de Maurice
temo que el espectador. por encima de la imágenes del filme, sobreimpresio­ Jaubert o de algunos compositores clásicos, o encargadas a Bemard Hemnann.
ne mentalmente la imagen de los dedos del piaiiista o de la [sic] arpista» (op. Georges Delerue o Antoine Duharnel) al terminar y conducir a una nueva se~
eit., pág. 345). cuencia, no se desvanecen en la vaga niebla de un acorde no resuelto o de efec­
Tal corno vernos en estas declaraciones y también en los propios filmes, el tos impresionistas, como es habitual; al contrario, terminan con cadencias muy
director de La noche americana concedí? gran imponancia, en el uso de la marcadas y puestas de relieve, tras las cuales empieza una nueva secuencia. lim­
música, al respeto a la pureza y limpieza de la línea. Tal vez sea por esta ra­ piamente, corno un nuevo capítulo de un libro.
zón, entre otras, que en El pequeño salvaje (L'enfant sauvage, 1969), inspira­ Notemos también que Truffaut gusta de combinar dos elementos ordinaria­
da en las memorias del doctor Itard sobre un niño salvaje de A veyron, el di­ mente difíciles de conciliar: una historia y una narración muy lineales y un des­
rector elige arreglos'de extr~cto~ de· conciertos para flautín '(piccolo) y para menuzamiento ae las escenas en ~<pequeños momentos significativos», separa­
mandolina de Vivaldí. La amplitud y la franca sencillez temática de los estri­ dos por lapsos de tiempo importantes. Allí·donde muchos cineastas ~ondensan
billos de este c~mpositor~ surústicoplanannónico tónica-domiñante I domi-. la acción en una decena de escenas, Truffaut prefiere escibir y_roctarescenas
nante.;;tónica, y finalmente su carácter'. popular de melodía acompañada (no cortas y numerosas, sea en Jules y Ji~ o en El amante del amor (L'homme qui
obstante con una sonoridad muy «detnúsicaclásica», afectada, fma y elegan­ aimait les fernrnes, 1977).Entonces, la música le sirve para ajustar y apuntalar
te) contribuyen al aspecto deliberadamentedídáctico que se desprende de esta este minucioso y frágiljuego de construcción, frágil porque en todo momento
historia dé una educación, tal como Truffaut ha querido tratarla, al mismo amenaza con romper el flujo temporal, y para hacer eso nunca será bastante
398" SINGULAR PLURAL AUTORES Y FILMES 399
."' ....

simple, ni bastante nítida, ni bastante franca en su papel de apertura, cierre, creción la música del maestro austríaco, la trata como puro material de montaje
anuncio, conclusión o transición. y, sin vacilar, hace que se sucedan· momentos muy distintos. y muy alejados
En ~s momentos, inesperadamente, el drama surge a través dela música unos de otros en-Iapartitura.
en el momento menos esperado. En una comedia falsamente amable como Be­ Bruclmer ofrece a Visconti una amplituq de tiempo poco común, y la respi:..
sos robados (1968), eso ocurre en un momentO'; en principio, vodeviiesco, en el ración distendida del compositor le permite hacer vibrar su melodrama distan­
que una pareja es sorprendida por eldete.ctive de la agencia Duluc en·flagrante ciado, vestirlo con un tiempo amplio y apartado del momento presente.
delito de adulterio burgués, escena para la que Antoine Duhamel escribe,· a pe­ Yves Alix, en Positif en. 276, febrero de 1984) propone este análisis: «El
ticiónde Truffaut, una música breve que introduce la muerte y el asesinato. tema inicial.del primer movimiento configura el tema del amor. Surge por pri­
mera vez en Venecia, emergiendo del silencio nocturno, para marcar el despertar
de Livia a la pasión. El segundo, el tema del adagio, evoca la otra vertiente de
VISCONTI, Luchino (cineasta italiano, 1906-1976) su amor, negro y fúnebre. El tercero es un fonissimo de la orquesta, un frag­
mento del primer movimiento hecho de saltos brutales de acordes martilleantes.
Vísconti es el director cuya obra cinematográfica se ha relacionado más a me:.. que se va a oír en los momentos decisivos [... ] y que representa al destino».
nudo con la ópera, a causa de algunos datos evidentes: su nacionalidad. el carác­ Añadiremos que este momento es. temáticamente. la inversión descendente del
ter frecuentementerustórico de sus tema~«de época»; la insistencia en la suntuo­ primer tema ascendente, y que el tema del primer movimiento y él del adagio
sidad de los decorados, el hecho de que paralelamente haya dirigido el montaje de contrastan muy vigorosamente. ya que el segundo se ciñe a un ámbito estrecho
algunas óperas y también que se haya inspirado en la vida o en la obra de algunos (tres escalas conjuntas ascendentes en .un espacio de tercera) míemrasqueel
compositores: Aschenbach en Muene en Venecia (1971), escritor en el relato de primero ocupa un espacio amplio ... Por tanto. Visconti es muy consciente del
Thomas Mann. se convierte aquÍ en compositor. al que el realizador prestaalgu­ carácter estructural de la música que utiliza.
nos detalles biográficos y una música (el adagierro de la Quinta) tomados de Pero, ante todo, tal como está utilizada en Senso. la música estiliza, globali­
\lahler e inspirándose a la vez en el personaje del· compositor tictício inventado za, distancia al tiempo que magnitica. Hay que destacar que este gran conoce­
porThomasMann enEI Doctor FauSlO. Verdiestá presente en SellSo( 19.5.+) a tra­ dor de la músicaque fue Visconti. que tan frecuentemente bebe del repertorio
vés de 11 TrOl:atore, reivindicado como estandarte. y Wagner lo está en persona en clásico,c.ontranamente: a lo habitual. rara vez recurrió a la música solista. que
Luis /1 de Bariera ( 1973 J. Ello no debe llevamos a pensar que eSTamos ante un di':' favorece la personificación de los temas musicales. tal como vemos por ejem­
rector estrictamente lírico, un hombre de efusiones y semimientos puros. queais­ plo enSergio.Leone. El director recorre más bien a un tipo de conjunto sinfóni­
laria las emociones en un mundoque planea sobre la historia. co ya colectivo. llevado a un nivel que sobrepasa al individuo. como la sinfonía
. Visconti es. en realidad. uno de los cineastas más objetivos que háya habi­ de Bruckner, una de las obras más colectivas y menos «confesionales»delcom­
do jamás. gracias asu agudísima visión social (cada personaje se aferra· a su positor. Incluso cuando Visconti cita una música para piano. lo hace de modo
función con gran agudeza), su ritmo amplio y desatado. y su interés por los de­ amplio, sinfónico, colectivo, desindividualizado. como el Preludio, coral yfuga
talles concretos y literales: El estilo viSual de sus tllmes es deliberadamente es­ de César Frank en Sandra(Vaghe stelle dell'Orsa. 196.5l. cuya utilización ha
crutador. observador, casi documental. especialmeQtea parti'r de Muene en Ve­ sido muy bien analizada por Suzanne Liandrat-Guigues (,~Salldra».en Theore~
necia. Las panorámicas y los :.ooms, procedimientos «modestos». son preferidos me, n.J~ París III. 1994).
a los movimientos de cámara que penetran en el espacio. La ópera también éstá A menudo Visconti opone en sus tilmes la música vulgar a la música eleva­
presente en sus películas. pero es debido a su perténenciaal universo· culturalde da: en Confidencias(Grupo difamiglia in un interno. 197..+) elgigolóprovoca­
sus personajes. dor y desenvuelto interpretado por Helmut Bergerescuchamúsica ligera, pero
Con un seguro instinto dramático, Visconti su
pára melodrama Senso. también sorprende al viejo profesor por su conocimiento de \tózart. En Sandra.
los pasajes más operístícos de la Séptima Sinfollíade Bruckner: trémolos sus­ el Preludio. coral y fuga se instala pocoapoco~endetrimehto de las músicas
pendidos. explosiones orquestales y el tema de tres notas del adagio... Sin em­ pópulares, inrroducidas en la acción por los dos hombres que rodean a la·prota~
bargo el admirador de Bruckner se sorprenderá al ver cómo Visconti corta a dis- gonista, Andrew, su marido (que maneja un transistor) y su hermano Gianni. A
400 SINGULAR PLURAL

medida que el filme avanza. estas músicas desaparecen, mientras que dida vez 'cronología'
más se repiten fragmentos de la música de Frank, que resulta ser la pieza f~vo:"
rita de la madre de ambos protagonistas. , ..

Esta cronología; al igual que el diccionario que constituye el capítulo 8; no pretende ser
\VENDERS, Wirincúzeasta alemán, 1945) una antologia.y aún menos una lista exhaustiva. Pretende trazar un retrato de la músicaci­
nematográficaa través del tiempo, incluyendo tanto filmes-acontecimiento como otros que
no)ü' fueron pero que .secitai1 como ejemplos característicos de un género y de una pro­
En el momento en que fueron descubiertos en Francia, con algunos años de
'duc;cjón «corrieme»,que contribuyen a hacer del cine ese arte múltiple en'elque la parte
retraso; suspnmeros filmes alemanes, \Vim Wenders fue rápidamente catalo­
del cine popular tiene que mantenerse alIado oel cine de autores singulares yde prototipos,
!rado como el cineasta del viaje. Se le podria llamar también cineasta del Wan­ Por supuesto,lac; categorías utilizadas no intenta,n <~cJasifican> a cada filme,sino so­
dem, esa forma de viaje específicamente alemán de los protagonistas de las lamente precisar la razón por la que éste se cita. Es. evidente que muchos 'cuadrarían per­
obras de Eichendorff o de Goethe,c;omo Wilhem Meister, que Wenders trasla­ fectamente en otro apartado y que un filme cuya acción concede un lugar significativo a
da a la pantalla con la ayuda de Peter Handke en el filme Falsche Bewegúm la música como modelo. tema o elementü concreto, puede incluir támbién una panitur2
(1975). UnWanderer necesÍla canciones de marcha, ritmos que cabalguen en su interesante. Veremos que cIertas rúbricas aparecen y desaparecen en determinadosmo­
cabeza y que, en Wenders, adquieren un paso a la vez doloroso y trágico, falsa­ mentos; dando testimonio de cierto número de corrientes. Es evidente que cada cual es
mente distendido. o pesado, músicas originales de Jürgen Knieper, o incluso libre de completar esta relación con sus propios recuerdos y referencias.
melodías de rack, que Wenders sabe intercalar como nadie y que encarga a al­ Hemos decidido empezar esta cronología -la primera de este tipo, que sepamos­
!runos' de sus cantantes favoritos. en 1926, con, el primetlargometraje de «sincrono-cinematógrafo-audiovisual», Don
- París, Texas (1984) reveló al gran p~blicoelsonidode la guitarra de Ry tú"' Juan. Para el período anterior (filmes-música, partituras originales para cine mudo). re­
mitimos alleetor al segundo capítulo de nuestra obra, bastante detallado en este campo.
oder con el sorprendente efecto de confrontación entre los vastos espacios ame~
así como a cienasfuentes citadas en la bibliografía; en particularla recopilación Musí­
ricanos, vacíos y desiertos, que atraviesa el protagonista, y las vibraciones de
que d'écran. Para el período reciente (desde 1975), el menos conocido y más desdeña­
cuerdas de· guitarra en primerísimos planos «macroscópicos». El tema ultrasim­
go por los historiadores (o bien ausente, por definición. de láS obras aparecidas hace
pIe de Ry Cooder ¡más tarde reutilizado y banalizado en muchos spotspublici­ veinte añosí. hemos heeho una reseña voluntariamente más amplia.
tarios) está demasiado próximo a ciertas melodías minimalistas escritas ante­
riormente por Jürgen Knieper .(por ejemplo en Die Angst des Tannauns beiin
Elfmeter, 1971), basadas igualmente en la idea de ida y vuelta entre dos notas 1926
en intervalo de segunda, como para que se trate de una casualidad: en Wenders,
el viaje siempre conduce' alpunto de partida. EE.UU.: Don Juan (Don Juan), m~s. Willíam Axt, dir. Alan Crosland Jr.

1927

AL.: Berlín. sinfonía de una gran ciudad (Berl~n, die Sinfonie del' Grosstadt), mús. orig. de
Edmuñd MeiseI, dir. Walter RunÍiánn (film mudo, versión posterior de Pierre HemyJ.
. Napoleón (Napoléon), mús. Arthur Honegger, dir. Abel Gance (filme mW:to, sono­
-
rizado poco después, ha sido objeto de muy diferentes versiones; Carl Davis y Car­
,mine Coppola escribieron nuevas partituras en 1987)
DU.: Amanecer (Sunrise,A Song of Two Humans), dir. Friedrich Wilhelm Mumau

(filme mudoconcébido como música).

UU~': El cantor de j~zZ eThe iazzSinger), dir. Alan Crosland Jr.

402 CRON~LOGÍA 403

1928 F~~m~w~ ,
AL.: El ángel azul (Da Blaue Engel),. mús. y Canciones de Friedrich HolUinder, dir. Jo­
Filmes Ql.udos

seph von Sternberg.


AL.: Vormittagspuk, mús. Paul Hindernith. dir. Hans Richter.

FR.: Bajo los techos de-aParís (Sous les toits de Paris), mús.Annand Bernard. René Na-:
FR.: Un sombrero de paja de Italia (Un cbapeau~~ páille d'It3.lie)~ mús. Jacques Ib~ert,
zelles, Raoul Moretti y André Gailhard, dir. RiméCláir.
dir. René Clair (fllme mudo).
ITAL.: La canzone del/'amore, dir. Gennaro Righelli.
FR.: El hundimiento de la cCiSa Usher (La chUte de la Maison Usher), dir. lean Epstein
EE.UU:: TheHollywood Revue of 1929, mús. Nacio Herb Brown,dir. Charles F. ReÍ5­
(sonorizada en.1929).
neÍ' (lanzó la canción «Singin' in the Rain»).
HOLANDA: Regen, mús. Hanns Eisler. dir.Joris Ivens (Eisler extrajo de su música un
quinteto, Catorce formas de describir la lluvia). '
La música como tema

EE.UU.: El viento (The Wind),dir. Víctor Sjostrorn(poema musical mudo, presentado


AL.: Abschied. dif. Robert Siodmak (piánlsta integrado én la acción);

ocasionalmente en la épocu.con discos de efectos sonoros;'Carl Davis escribió una


FR.: Prix de beauté,dir. Augusto Genina

partitura para este filme).

Investigaciones
Filmes sonoros
AL.: Cuatro de,infanteria (Westfront 1918), dir; Georg Wilhelm Pabst (unfIlm,esobre
Soledad(Lonesome), dir. Paul Fejos (los amantes vuelven a reunirse en tomo a una can­
la guerra sin música).
ción).
AL.: Wdchenende,dir. Walter Ruttmann ( un «filme sinimágenes»sQbre soporte ópti­
co. montaje rítmico de acontecimientos sonoros compuestos).
1929
U.R.S.S.: Enm:iazm / Sinfonid Donbassa. dir~ Dziga Vertov.

FR:: La route estbelle.dir. Robert FIorey (André Baugé interpretaa un cantante famoso)
G.ª.: Lo. muchacha de Londres (Blackmail). mús. Hubert Bath. dir. Alfred Hitchcock. 1931 .
U.R.S.S.: La nueva Bab ilonia I Novyi Babilon). mús. Dimitri Shostakovich. dir:
";~ri Kozintzev y LeonidTtauberg (pone en escena la Comuna de París; Shostakovich Bandas sonoras
cita y parodia a Offenbach y a Chaikovski).
FR.: Le sangd'¡m pOeTe. mús. Gecirges Aune. dir. lean Cocteau.
U.R.S,S.: Celoveks KinoapparalOm. dir. DzigaVertov.
EE:UU.:Aplauso(Applausel. dir. Rouben ?vlarnoulian;
Filmes musicales

EE~UU.; Aleluya (Hallelujah.l. dos canciones delrving Berlin, dir. Vidor.


AL.: La comedia de la rida (Die DreigroschenOper), mús. Kurt Weill, dir. Georg Wil­

EE. UU.: El desfile del amor (LoveParadé), rnús. Victor Schertzinger, dir. Ernst Lu­
helm PabsL
bitsch (con leanette McDonald y Maurice Chevalier).
FR.: ¡Vim laiíbertad! (Anous la libertékmús. Geotges Aúric, dir.RenéClair.
FR.: El millón {Le milion), mÚs.Armand Bernard, Philippe Pares y Georges Van Pru:-s
1930 (ensayo de opereta cinematográfica: escena. de la representación de una ópera que
acaba con una catástrofe).
Melodías del año '. " ,. EE.UU.: Pishl¡aos de agua dulce (Monkey Business), dir. Norman McLeod (con m.i·
FR.-AL.: Bltrio de la benCÍná ,Wreiyon der Tankstelle),di~. Wilhelm Thiele (canción: meros m~5icales).
«Avoir u~ bo~ c?pain»).
La música tomo tema
Música clásica . . ,EE.UU.: Fatalidad (Dishonored). dir. Josef vQn Sternberg (Marléne Dietrich interpre[J
FR.:. La edad de oro (L':.\ge d'or). inús. original de Georges Van pru-ys. dir. Luis Buñuel a unaespí:l. que se dedica a la música).
(obra:; de Mendelsohn. Mazan. Beerhoven; Deoussy y Wagner.dirigidas por Ar-: EE.UU,: The Publk Enemy. mús. David X[endoza, dir. William Wellmann.
mand Bernard).
G.B.: Murdei'.dir.Alfred HitchcOck (preludio de Tristán sobre un monólogo interior).
LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA
405
Investigaciones Investigaciones ­
AL.: Vientres helados (Kühle Wampe), mús. HannsEisler, dir. Slatan Dudow,gu!ón y ITAL.: Acdaio. dir. Walter Ruttmann.mús. Gían Francesco MaJipiero.

diálogos de Bertolt Brecht. _ _ _ FR.: liro de conduile, mús. Maurice Jaubert, dir. Jean Vigo (músicas al revés).

PoRTUGAL: 'Douró. faina fluviaCrliús:Lllis' dé Freitas BralÍco. dir. ~anci~r Oliveira.


de

1932 1934

BandaS sonoras

Filmes musicales
EE.UU.: Ámame esta noche (Love me tonight). mús. Rodgers y Han, dir. Rouben Ma-' FR.: L'Atalante. mús. Maurice Jaubeh. dir. Jean Vigo.

moulian. FR.: Rapto (Rapt). mús. Arthur Honegger y Arthur Hoérée. dir. Dimitri Kirsanoff.

EE.UU.: La venusmbia (Blonde Venus). mús. Osear Poteker. dir.JosefvonStemberg EE.UU.: La patrulla perdida (The Lost Patrol), mÚs.Max Steiner,dir. John Ford.

(Marlene Dietrich, cantante de cabaret).­


Música clásica
EE.UU.: Úl calle 42 (42th Street).dirs. L10yd Bacon y Busby Berkeley(canciones de
AL Warreny Harry Dubin). FR.: Unenllir sur le roont Chauve. dír. Claire Parker y Alexandre Alexeieff (cortome­
traje de animación sobre la obra de Mussorgsky).
Investigaciones
Filmes musicales
FR.: Les croix de bois, dir. Raymond Bemard (un filme sobre la guerra sín música, con
investigaCiones sobre los ruidos): EE.UU.: Úl viuda alegre (The Merr;: Widow), mús. adaptada de Franz Lehar, dir. Emst
Lubitsch (con Jeanette McDonald y Maurice Chevalierl.

1933 La música como tema


FR.: Se acabÓ la crisis (La crise est finie), dír. Roben Siodmak.
Bandas sonoras O.B.: El-hombre que sabia demasiado (The man who knew too much)~ rilús. Arthur
CHECOSLOVAQUlA.: Éxrasis (Extase 1 Symphone der Liebe), mús. Giuseppe Becce, Benjamín. dir. Alfred Hitchcock.
dir:. Gustav Machaty. U.R.S.S.: Garmon. mús. Serguei Pototski, dir. Igor Savtchenk:o.
EE.UU.: King Kong (King Kong), mÚs.. Max Steiner, dir. Emst Schoedsack y Merian U.R.S.S.: Alegres compañeros (Veselie rebiata), mús. Isaak Dunaievski, dir. Grigori
Cooper. Alexandrov.

Filmes musicales Investigaciones


FR.: Dans les rues, mús. Hanns Eisler, dir. Victor Trivas. U.R.S.S.:Tres .camos sobre Lenin (Trepesni o Lenine), mús. Yuri Chaporine, dir. Lev
FR.: Don Quijote (Don Quic;hone), mús.Jacques !bert, dir. Georg Wilhelin Pabst (el Kulechov. .
único filme de Chaliapine; Ra~el hizo la música, de la que quedan tres canciones).
FR.: Catorce de julio (~atorze JuÍliet), mús. Maurice iaubert y Je~ Grémillon, dir.
René Clair. 1935

La música COJllO tema :,_·.u,iI1UI~ sonoras


AUSTRIA: Vuelan mis canciones (Leise flehen meine Leider), dir. Willy Forst (sobre la
vida de Schubert; Forst será un especialista en filmar operetas, cuya tradiciól! recu­
perará en los años ~incuenta). , , ':
.
_
.
GOlgolha, mús. Jacques Iben, dir. Julien DuvÍvier.

.: El delator (The informer), mús. Max Steiner, dir. John Ford. ­


IT.: Casta Diva, dir. Cannine Gallone (biografiade Bellini, el director se especializará musicales
en biografías de compositores y en -lá grabación de óperas; en 1954 rodará un rema­ .: Sombrero de copa (Top Hat), mús. Irving Berlín, dir. Mark Sandrich.

ke con Maurice Ronet).

LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 407

La música como tema Filmes musicales


EE.uU.: Una noche en la ópera (A Night at the Opera), mús. HerbertStothart, dir. Sam FR.: Besos defuego (Naples aubaiser.de feu), mús. Vincent Scotto, dir. Augusto Geni­
W~. na (Tino Rossi canta en un restaurante napolitano).
EE.UU.: Blancanieves y los siete enanitas (Snow White and the Seven Dwms), mús.
Investigaciones ~~ Frank ChurchiU, Leigh Harline y Paul Smith,dir~ Walt Disney.
EE.UU.: Tiempos modernos (Modem Times), mús. Charles Chaplin, an:eg1os de Alfred EE.UU.: Ritmo loco (Shall we dance), mús. George Gershwin, dir. Mark Sandrich (uno
Newman y David Raksin, dir. Charles Chaplin. de los mejores Astaire-Rogers con un sorprendente «ballet de máquinas»). '

La música como tema


1936 FR~:Pepe le Moko (Pépé le Moko), mús. Vincent S<;:otto y Mohamed Yguerbouchen.
dir. lulien Duvivier (el crimen y la música).
~Ielodías del año
FR.: La belle équipe, mús. Maurice Yvain, dir.lulien Duvivier (canción «Quand onse
promene au bord de l'eau»). 1938

Filmes musicales
Bandas sonoras :
FR.: Jfarinella. mús. Vincent Scotto, dir. Pierre Caron (con Tino Rossil.
U.R.S.S.. Alexander Nevsky (Alexandre Nevski), mús. Serguei Prokofiev, dir" Serguci
EE.uu.:. The Creen Pascures. mús. H.Johnson y Erich Wolfgang Komgold, dir. Wi­
M; Eisenstein.
lliam Keighley y Marc Connelly.
Música clásica

Filmes-ópera FR.: Werther (Le roman de Wenherl, dir. Max Ophuls (patchl""ork de obras clásicas;.

. G,B.: Robber Symphony. mús. y dir. Friedrich Feher.


Filmes musicales
La música como tema FR.: La route enchantée, dir. Pierre Caran (guión. diálogos y letras de Charles TrencL
FR.-G.B.: Le Disque 4131 Guilty Melady, dir. Richard Pottier (una cantante sospechosa quieninterprera a un tipo estrafalario que llega a ser famosoh
a causa de uilfalso mensaje musical en clave: música de Verdi y GounodL FR.: Les trois mlses.mús. Oscar Strauss. dir. Ludwig Berger (con Y\onne~Printemp~ en
FR.:· Ungrand amour de Beethoven, dir; Abel Gance (Harry Baur da vídaa Beethoven). tres papeles).
SUECIA: lntermezzo, dir.Gustav Molander(el co~pository la pianista: remake ameri­ G.B.: Alarma en el expreso (The Lady Vanishes), mús. L. Levy y C . .\1ilóer; dir. Alfr\!d
cano de 1939 con el título lntermezzo: A lave story, mús. LouisForbes. dir. Gregory Hítchcock (la música sirve de canal para un mensaje en código).
Ratoff; en 1980 lerry Schatzberg dirige otro remake con el título de Honeysuckle G.B.: Callejón sin sállda(St.Martin's Lane). dir. Tirri Wheelan (melodrama musical ton
Rose, esta vez pasada al medio de la música country e interpretada por la estrella Charles Laughton y Vivien Leigh. sobre un cantante callejero que convierte auna lJ­
americana Willie Nelson). drona en una estrella, aunque prómo vuelve a la bebida).'
EE.UU.: San Francisco (San Francisco), mús.Edward Ward, dir. W.S. Van Dyke(la
iglesia y el music-hall).
1939

1937 Melodías' del año


EE.UU.: El mago deOz. (The Wizard ofOz), mús. Herbert Stothart y H'aroldHarlen. illr.
Bandas sono~
Victor ~leITting (Judy Ga~landY «Overthe Rainbow»).
FR.: Carnet de baile (Un carnet de bal); mús; Mauri~e lriubert. dir. Julien Duvivier.

Bandassonóras

FR.: Le jour se leve, mús. Maurice laubert. dir. Marcel Carné.

408 LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 409

EE.UU.: Lo que eL viento se llevó (Gane wirhthe Wind), mús. Max S¡einer, dir.'~Victor FilmeS muslcaÍes
Fleming. . , ',. ~ . .. .EE.UU.:.Tienda de locos (rhe Big Store). mús. George Stoll, dir. Charles Reisner (nú­
EE.UU.: Cumbres borrascosps(Wuthering Heights), mús. ~lfre~Newman?dir. Wi': meros musicales excepcionales).
lliam Wyler;

Filmes musicales
1942
FR;: Tourbillon de Paris. dir.Henri Diamant':Berger (la orquesta de Ray Venura).

Bandas sonoras
Filmes-ópera
EE.UU.: La extraña pasajer,a {Now Voyager), mús. MaxSleiner~dir. Irving Rapper
FR.: Louise, dir. AbelGance. adaptación de la obra de Charpentier.
(apogeo del melodrama hablado. con Bette Davis y Paul Henreid).
FR.. Les \'isitellrs du soir. mús. Maurice Thiriet y JosephKosma, dir. Marcel Camé(dos
La música como tema canciones integradas en la acción: Démons et merveílles y Le tendre et dangereux ví­
FR.: La ré'gladeLjuego (La du jeu). dir. lean Renoir (la «hija de yndirector de or­ sage de l'amour).
questa» y la música mecánica: arreglos de Mozart y Monsigny por Roger Désor­
miere). , La música como tema
EE.UU.: Sueño dorado IGolden Boy). dir. Rouben Mamoulian (basada en la obra de FR.: Sinfonía fal11ástica (Lasymphonie fanta'itique). dir. Christian-Jaque (JeaJi-Louis
Clifford Odets: William Halden interpreta a un hombre joven que quiere dedicarse a Barrault en el papel de Berlioz). '
tocar el violín a pesar de que su físico sea más apto para el boxeo).

1943
1940
Melodías del año
Bandas sonoras EEUU.:.Casablanca (Casablanca). mús. Max Steíner. dir. Michael Curtiz (canción «As
EE.UU.: The Sea Hawk. mús. Erich Wolfgang Komgold, dir. Michael Curtiz. time goes by:»). '

Música clásica Bandas sonciras


EE.UU.: El gran dictador (The Oreat Dictator), mús.y dir. Charles Chaplin (Wagner al FR,: Douce, mús. René Cloerec, dir. Claude Autant-Lara
servicio del bien y del mal). FR.: L'étemel retour, mús. G~orges Auric; dir. Jean Cdcteau y Jean Delannoy.
EE.UU.: Fantasía (Fantasía), mús. Bach, Chaík.ovski, Beethoven, Ponchielli; Dukas,
Mussorgski y Schuben,dir. Ben Shardsteen, estudios Walt Disney. Filme musiCal
EE.UU.: Stonny Weather, dir. Anarew L. Stone (con los Hermanos Nicholas y Cab Ca­
La música como tema lloway).
G.B.: Dangerous Moonlight, mús. Richard Addinsell, dír. Brian Desmond Hurst (melo­
drama para el que se compuso el Condeno de Varsovia).
1944

Bandas sonoras

1941 Melodías del año

EE.Uu.: Lo.ura (Laura), m~s.DavidRaksin,dir. OttoPreminger. ­


FR.:' Remordimientos (Remorques), mús. Roland-Manuel, dir. Jean Grémíllon..
Bandas sonoras

EE.UU.: Ciudadano Kane (Citizen Kane), mús. Bemard Herrrnann, dir. Orson Welles.
G.B.: Enrique V (Henri V), mús. William Walton, dir. Laurence Oliviér.

EE.UU.: El halcón maltés (fhe Maltese Falcon), mús. Adolph Deutsch, dir. John Huston.

410' CRONOLOGÍA 411

Filmes musicales EE.UU.: Encadenados (Notorious), mús. Roy Webb, dir. Alfred Hitchcock.
EE.UU.: Siguiendo 'lni camino (Going my Way), dir. Leo McCarey (con Bing Crosby ERUU.:Gilda (Gilda), mús. HúgoFriedbofe¡:, dir. Charles Vídor;
como"'CUra que canta: uno de los más grandes éxitos de la historia del cine). EE.UU.: Pasión de los fuertes (My Darling Clementine), mús. Alfred Newman, dir.
John Ford.
La música como tema ~"
EE.UU.: Tener y no tener (To have and have not). dir. Howard Hawks (canciones de La música como tema
Hoagy Carmíchael). . . .. EE. UU.: Deception, mús. Erich Wolfgang Korngold. dir. Irving Rapper (melodrama
EE.UU.: El retrato de Dorian Gray (The Picture of Dorian Gray), dir. Alben Lewin (el musical sobre un triángulo formado por un violoncelista, un director de orquesta y
destino del protagonista está simbolizado por el Preludio en re menor de Chopín, su esposa; Komgold compuso Un concierto para violoncelo que interpretó Paul Hen:..
que interpreta al piano). reid).
EE.UU.: La gran pasión (I've Always Loved You), dir. Frank Borzage (una joven se
enamora de un pianista, interpretado por Philip Dorm, que toca el piano con un play­
1945 back de Arthur Rubinsiein).
EE.UU.: Humoresque, dir. lean Negulesco (con lohn Garlield y loan Crawford: la his­
Bandas sonoras
toria de uh joven violinista amante de una alcohólica; remake de un filme de Frank
EE.UU.: Dfas sin huella (Lost Weekend), mús. Miklos Rosza. dir. Billy Wilder (efectos
Borzage de 1920 según la obra de Fanny Hurst).
expresionistils en las escenas de delirium tremens:. ese mismo año \1iklos Rozsa es­
cribió la banda sonora de Recuerda [Spellbound],dir. Alfred Hitchcockl.
1947
-'lúsica clásica
G.B.: Bre:ve encuentro (Brief Encounter), dir. David Lean (el ConCÍeno para pianol1ti­
Melodías del año
mero 2 de Rachmaninov).
FR.: En legítima defensa. mús. Francis LDpeZ. dir. Henri-Georges Clouzot(<<Avec,mon
La música como tema tralala», por Suzy Delair; cantante de m¡isic·half).
G.B.: El séptimo velo (The Seventh Veil)! dir. Compton Bennen ¡ James.\<tason es un
pianista célebre y neurótico). Música clásica

ITAL.:Roma. ciudad abierta (Roma, cittá apena 1. mús. R.enzo R055ellini.dir. Robeno lAPÓN: Sabarishikini¿hy()bin~ dir. Akira K.lirosawa ( laSinfónéa;inacabada dé Schuben l .

Rossellini(Chopin yJa tortura).


EE.UU.: Concierto macabro (Hangover Squarel. mús. Bernard Hemnann. dir.John La música como tema
Brahm (un compositor sufre un ataque de locura que le conduce al ases¡n~ro l. EE.UU.: Beast with FiveFingers. dir. Roben Florey (terror musiól sobre las manos
asesinas de un pianistá).

1946 Investigaciones

FR.: Le tempestaire, partitura sonora de Y"eS Baudier. dir. lean Epstein:

\lelodía del año


FR.: Les portes de la nuit, mús. loseph Kosma.. dir. MarcelCarné lincluye una canción
escrita por Prévert y Kos.ma que. en opinión deCarné.debfa«i.lyudara~u lan'za~ i948
miento»,peró sólo logró imponerse lentamerúe: Lesfeuilles ,ilOneS). .. '
Bandas sonoras
Bandas sonoras
ITAL.: Ladrón de bicicletas (Ladri di bicidettel. mús. Alessandro Gcognini. dir: VillO­
FR.: La bella yiabestia(I..a belle etla bete), mús. Georges Au·ric.dir. leanCo~teau.
no De Sicá.
U.RS.S.: lván el Terrible / La conjura de/os bO'yardos Ovan Gmznyi). mús. Serguei EE.UU.: Louisiana Stor;:. mus. Virgil Thomson.dir. RobeÍt Flaherty.
Proko.fiev. dír. Serguei M. Eisenstein (dos panes dirigidas en 1942 yen 1946). EE.UU.: Rfo Rojo(Red River). mús. Dimiai Tiomkin. dir. Howard Hawks.
1"

412 LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 413 l'


\

Filmes musicales Filmes musicales


G.B.: Las zapatillas rojas (The Red Shoes), mús. Brian Easdale y Kenny Baker\dirs~ CHINA: Baimao nu, dir. Wang Bin y Shui Hua(basada en una ópera tradicional china:

Michae1 PoweIl y Émeric Pressburger (con Moira She~~r). " , ,


narración cantada fuera de c~mpo).

Filmes-óperas

ITAL:: iá tral'iara.mús. Puccini,dir.Carmine.GallÓne (con Tito Gobbi).


1951

La música como tema Melodías del año

FR.: La bellemeuniere. dir. MarcelPagnol (con Tino Rossi en el papel de Schubertl. FR.: Juegos prohibidos (Jeux interdits), tema interpretado por Narciso Yepes.dír. René

EE.UU.: UnfaithfullyYours, dir. Preston Sturges.


Clémem.
EE.UU.: Cana de una desconocida (Letter From an Unknown Woman), mús. Daniele
Amfitheatrof. dir. Max Ophuls. Bandas sonoras
EE.UU.: Nace una canción (A song is born), mús. Hugo Friedhofer, dir. Howard ITAL: E/jeque bianco(Le sceiccobianco), mús. Nino Rota. dir. Federico Fellini.

Hawks.
EE.UlJ.: Un franda llamado Deseo (A Streetcar named Desire). mús Alex Nórth. dir.
Elia Kazan.

1949 Filmes musicales


G.B.: Los cuentos de Hoffmann (Tales of Hoffmann), mús. Jacques Ofenbach. dirs~ Mi­

:\Ielodías del año


chaelPowell y Emeric Pressburger.
G.B.: E/tercer hombre rrhe Third Man), mús. Anton Karas, dir. Caro! Reed. EE.UU.. Un americano en Paris (An American in Paris), mús. ba'iada en Gershwín. dir.
Vincente Minnelli.
Bandas sonoras
ITAL.: Arroz arruJrgo (Riso amaro), mús. Goffredo Petrassi, dir. Giuseppe De Samis.
EE.UU.: La heredera (The heiress), mús. Aaron Copland, dir. William Wyler. 1952

La música como tema


Melodías del año
SUECIA: tm gladje, dir. Ingmar BergITÍan (un violinista, en el transcurso de un con~
G.B.: Candilejas CLimelight), mús. y dir. Charles Chaplin.

cierto, seentera de la muerte de su esposa; Bergman ya había realiza.do un melodra­

EE.UU.: Solo ante el peligro (High Noon), mús. Dimitri Tiomkin, dir. Fred Zinnemann
ma musical, Música en la oscuridad [Musik i morker] en 1948, sobre un pianista que
(canción «O do not forsake me o my darling»).
se vuelve ciego).

Musicales
EE.UU.: Canrando bajo la lluvia (Singin' in the Rain), mús. Nacio HerbBrown y Len­
1950
nie Haytón, dirs. Gene KelIy y Stanley Donen.
EGIPTO: Lahn al-julud, dir. Henry Barakat.
Bandas sonoras _

JAPON: Rashomon(RashomoQ), mús. Furnio Hayasaka, dir. Akira·Kurosawa.

" La música como tema


EE.UU.:EI crepúsculo de los dioses (SunsetBoulevard), mús.Franz Waxman, di r.Bil1y

FR.: Mujeres soñadas (Les belles de nuit), mús. Georges Van Parys, dir. R~ Clair.
Wilder (títulos de crédito-antología, del tipo «obertura»,con un solo de piano).
FR.: Le plaisir. dir. Max Ophu1s(una melodía de Béranger, y la «divina sorpresa» de
Mozart en una iglesia normanda).
Música clásica . .. .
POL: Mlodosc ehopina, dir. Alexandre Ford.
FR.: Los niños terribles (Lesenfants terribles), dir. Jean-Pi~i:re Me1ville (viv~idi y
Bach).
4lA LA MÚSICA EN ÉL CINE CRONOLOGÍA 415

Investigaciones JAPÓN: El inte7uiente Sansho (Sansho D.ayu) y Chikamatsu Monogatari, mú~. Furnio
FR.: Astrologie, música concreta de Pierre Henry e instrumental de lean Grémíllon. dir. Hayasaka, dir. Kenji Mizoguchi.
J~rémillon(cortometraje). EE.UU.: Johnny Guitar, mús. Victor Young, dir. Nicholas Ray.
EE.UU.: La ley del silencio (On the Waterfront). mús. Le~nardBemstein, dir. Elia Kazan.

1953 Bandas sonoras

RDA: Das Lied der Strome; mús. Dirnitri Shostalcovich, dir. loris Ivens.

Melodías del año


FR;: Las vacaciones del señor Hulot (Les vacances de monsieur Hulot), mús. Alain Ro­ Música clásica

manso dir. Jacques Tati (<<Quel temps fait- il a Paris»). ITAI....: Senso (Senso), mús. Bruckner y Verdi, dÚo LUGhino ViscontL

EE.UU.: Moulin Rouge (Moulin Rouge), mús. Georges Auric, dir. JohnHuston (vals).
Filmes musicales

Bandas sonoras EE.UU.: Carmen Jones (Cannen Jones), mús. basada en Bizet, dir. OttoPreminger.
FR.: Madame de ... (Madame de ... ). mús. Georges Van Parys(sobre un tema deOscar EE.UU.: Ha nacido una estrella (AStar is Bom), mús. varios, dir. George Cukor (con
Strauss), dir. Max Ophuls. ludy Garland'l.
ITAL.: Te querré siempre (Víaggio in Italia), mús. Renzo Rossellini. dír. Roberto Ros­
sellíni. La música como tema
SUECIA: Det stora iiventyret, mús, Lars-Erik Larson, dir. Ame Sückdorf (documental EE.UU.: Musica y lágrimas (The Glenn MillerStory), dir.AnthonyMann, con James
sobre la naturaleza). Stewart (biopic de Glenn Miller).
EE.UU.: De aquí a la eternidad (From Here to Etemity),mús.George Duning. dir. Fred
Zinnemann (el solo de trompeta de Montgomery Clift).
EE.UU.: Vacaciones en Roma (Roman Holiday),mús. Georges Aurie. dir. William Wyler. 1955

Filmes musicales Melodías del año


FR.-ESP.: belle de Cadix / La bella de Cádiz. mús. Vincent Scotto. dir. Rayrnon Ber­ FR.: Rififí (Du rififi chez les hommes). mús. Oeorges Aunc, dir. Jules Dassin.
nard (con Luis Mariano). EE.UU.: Semilla diunafdad (BlackboardJune:le), ..... die Richard Brooks
. ~
(~(Rockaround
,' . '

G.B.:.Remains to be Seen. dir. Don Weis. the Clock» por 13ill Haley and the Comets).
EE.UU~: Los cinco mil dedos del doctor T. (The 5000 Fingers of Dr. T.).mús. Friedrich
HolHinder, dir; Roy Rowland. Bandas·. sonoras
. Melodías de Broadway /955 (TheBand Wagon), mús. Adolphe DeUlSch, dir. FR.: Nockey niebla (Nuit et brouillardL mús. Hatms Eisler, dir. Alain Resnais .
Vinceme Minnellí. INDIA: Pather Panchali, mús. RaviShanl$:ar. dir. Satyajit Ray.
EE.UU.: El beso del asesino (Killer's Kiss).niús. Gerald Fried, dir. Stanley Kubrick
La· música como tema .... . (inicio de numerosaS colaboraciones). .
FR.: Elsa{arío del miedo (Le salaire de la peur). dir. Henri-Georges Clúuzot!El Danu­ EE.UU.: El beso mortal (Kiss me deadly).mú~. Frank De Vol. dir. Robert AI<iI1ch(uno
bio azuly elaccídente). de los primeros filmes de tándem" utiliza numerosas com~osicion~s.c1ásicas.
como la Sillfoníainacabada): . . . . .
EE.UU.: El hombréde{ brazo d~ oro (The .Ylan w'ith the Golden Arm), mús. Elmer
1954 Bemstein. dir.Otto Preminger.
EE.UU.: ,La noche del cazador (The Night ofrhe Hunter), mús. Walt~r S¿~umann;,dir.
~Ielodíasdel año Charles Umghton.
FR.: Touchezpas a.u grisbi. mús. lean Wiener, dir. Jacques Becker. EE.UU.: The Cobweb. mús. Leonard Rosenman, dir. Vincente MinneUi (partitura do­
IT AL.:La strada (La strada), mús. Nino Rota. dir. Federico FelHni. decafónica).
416 LA MÚSICA ENEL CINE CRONOLOGíA 417

Música clásica Investigaciones


AUSTRIA: El rey loco (Ludwig II), dir. HelmutKaÜtnet. , '.. . ,
EE.UU.. PlaneIaprohibido (Forbidden Planet). mus. electrónica deLuis.y Eéb;Barron.
EE. UU.: La tentación vive arriba (The Seven Year Itch). mús Alfred Ney.rman 1 dir.' BilIy
dir: FredMcLeod WiJcox.
Wilder (referencia paródica al Concienopara piano n.o 2 deRachmaninovde Breve
encuentro).
1957

Melodías del año


1956
G.B.,:EI puenre sobre el río KI\'ai (The Bridge on the Rí"er Kwai). mÚs.Ma1colm Ar­
nold. dir~ David Lean (éxito de la canción <~The sunshines, shines, shines». adapta­
Melodías del año
da de la tradicional marcha del coronel Bogey).
FR.:, Toko X. no coniesIa (Si mus les gars du monde).mús. Georges Van Parys, dir.
'Christian,;Jacque. Bandas sonoras
EE.UU.: El hombre que sabia demasiadoIThe Man Who Knew Too Muc,h), mús. Ber­ EE.UU.: Chanraje en Broadl\'ay (Sweet ~mell of SuccessLmús. Elmer Bemstein y Chi­
nard Herrmann y Arthur Benjamin. cancióndeJay Livingston y Ray EvaI'ls, dir. AI­ co HamilLon. dir.A1exander Mackendrick.
fredHiichcock (la canción WhaIe\'er H'ill be. wiU be I Qué será. será cantada por
Dorys Day. yla escena del «asesinaro>,durante elconcíerto en el Albert Hall de Lon­ Filmes musicales
dres). EE.UU.: La bella de Moscú .<Silk StockingsL dir. Rouben Mamoulian {en esta adaptación
EE.UU.: La vuelra.al mundo en ochenta dias (Around the World in 80 days). mús. Víc­ musical de NinOlchka. Fred Astaire e~ un compositor ruso que pasa a Occidentel.
torYoung, dir. Michael Anderson (vals). EE.UU.: JaílhouseRock. dír. Ricbard Thorpe (con Elvis Presley).

Bandas sonoras La música como tema


FR.: Y Dios creó la mujer (Et Dieu créa la femme), mús. Paúl Misraki, dir. Roger Va­ ITAL: Las noches de Cabiria (Le notti di Cabina), mús. Nino Rota, dir. Federico Felli­
dim. ni (Beethoven «guía» la~ gestas del personaje).
JAPÓl\T: Akasen chitai,mús. Toshiro Mayuzumi, dir. Kenji Mizoguchi. POL: Eroica. mús. Jan Krenz. dir. Andrzej Munk (filme sobre la guerra,construido
SUECIA: El séprimo sello (Det Sjunde Inseglet), rnús. Erik Nordgren. dir. Ingmar como una sinfonía, en dos partes. tituladas Scherzo alla polaca y Ostinatolugubrel.
Bergman. POL.: Kana! (Kanal), mús. Jan Krenz. Josef Bartczac, dir. Andrzej Wajda (los resis­
EE.UU.: Los diez mandamientos (The Ten Commandments), mús. El.mer Bemstein,dir. tentes de Varsovia, «un pianista tocando entre las ruinas»).
Cecil B. De MiIle. EE.UU.: Interludio de amor (lnterlude). mús. Frank Skinner, dir. Douglas Sirk (el amor
EE.UU.: La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers), mús. imposible entre un americano, director de orquesta en Salzburgo, cuya mujer está
Carmen Dragon, dir. Don Siegel. loca; arreglos de composiCÍones románticas).
EE.UU.: El loco del pelo Tojo (Lust for Lif~), mús. Miklos Rozsa, dir. Vincente Min­ EE.UU.: Falso culpable (The Wrong Man), dir. Alfred Hitchcock (un m6sico injusta­
nelli.. mente acusado).

Música clásica Investigaciones

FR.: Sait-onjamais, mús. Modem Jazz Quartet, dir. Roger Vadim.

FR.: f/n condenado ~ muene se ha 'escapado (~n condamné a Il]ort s'est échapé I Le
vent souffle ou il veut), dir. R0bert Bresson (utilización ritualízada del Kyrie de la
,ITAL.: El grito (11 grido), mús. Giovmmi Fusco, dir. Michelangelo Ant~nioní.
Misa en do menor de Mozart).

Filmes musicales
1958 -
FR.-ESP:: Le chanteur de Mexico / El cantor de México, dir. Richard Pottier (clásico del Melodíás del año
tándem Luis Mariano-Bourvil). FR.: L'eau vive, canción de Guy BéaIt, dir. Franc;:ois Villiers, adaptaCión de la óbra-de
Jean Giono. ' ..
CRONOLOGÍA 419

EE.UU.: El albergue de la Sexra Felicidad (The lnn of the Sixthe Happiness), dir. Mark EE.UU.: Anatomía de un asesinato (Anatomyof a Murder), mús. DukeEllington, dir.

-
Robsen (marcha de los niños conducidos por Ingrid Bergman).

Bandas sonoras
Otto Premínger.

Filmemusi~
FR.: Deux hommes dans Manhattan, mús. Mart:'ÍQ.}. Solal, dir. Jean-Pierre Melville. INDIA: Kaagaz.f[e Phool1 dir. Gl.!ru Dutt
EE.UU.: Quiero vivir (1 want to ¡ive), arreglos jazzísticos de Johnny Mandel, dir. Robert
Wise. Filme-ópera
EE.UU.: Sed de mal (Touch of Evil), mús. Henry Mancini, dir.Orson Welles. EE.UU.: Porgy y Bess (Porgy and Bess), dir. Otto Preminger.
EE.UU.: De entre los muertos /Vértigo (Vertigo). mús. Bernard Herrmann(dirigida por
Muir Mathieson), dir. Alfred Hitchcock. Investigaciones
EE.UU.:The Old Man and the Sea, mús. Dimitri Tiomkin, dir. John Sturges. FR.: Al final de la escapada (A bout de souffié), mús. Martíal Solal. dir. Jean·:Luc Go­
dardo
Música clásica
FR.: Le signe du /ion. mús. Pierre Jansen, dir. Eric Rohmer.
FR.: Lesamants, dir. Louis Malle (eL sexteto de Brahms).

La música COIllO tema 1960


ESP: Saeta del ruiseiior. dir. Antonio del Amo lel primer filme de la internacionalmen­
te conocida serie: un niño cantor llega a ser una estrella y así penníte que una ciega Melodías del año
pueda recobrar la vista). FR.: Una larga ausencia (Une aussi longue absence). mús. Georges Delerue, dir. Henri
INDIA: Jalsaghar,mús. Ustad Vilayat Khan. dír. Satyajit Ray. Colpi (<<Trois petites notes de musíque»).
GRECIA I EE.UU.: Sllnca en domúigo iNever on Sunday),mús. Manos Hadjidakis. dir.
Investigaciones J ules Dassin.con ~1elina Mercouri (canción «Los niños del Pireo»).
EE.UU.: Ascensor para el cadalso (Ascenseur puur l'échafaud). dir. Loúis Malle (músi­ JAPÓN: La isla desnuda (Hadaka no Shima), mús. Hikaru Háyáshi. dir. Kaneto'Shindo
ca improvisada por Miles Davis). (filme sin palabras. con un tema de éxito).
EE.UU.: El Álamo (The Alamo). mús. Dimitri TiomkiI1. dir. John Waytie.
EE.UU.: Éxodo (Exoous), mús. Ernes{ Gold.dir. Otto Premiriger (tema: «This Iand is
1959 mine. God gave this land ro me» ).

Melodía del año,


Bandas sonoras
FR.:' Orfeo negro (OrfeoNegro). dir. Maree! Camus (canción «Matin, frus lever le 50­ FR.: Lola (Lola),mús. Michel Legrand. dir. Jacques Demy.
leih~). G.B.: Sábado noche. domingo mañana (Saturday Night and Sunday Morning). mús.
Johnny' Dankworth. diLK<1{~1 Reisz.
Bandas sonoras EE.UU.: Los siete magníficos (The Magnificent Seven). mús. Elmer Bernstein, dirc John
FR.: Les cOll.sins, mús. Paul ~lisraki, dir. Claude Chábrol (,<La cabalgada de las Walkí­ Sturges.
rias~~ ).
FR.: Hiroshima, mon amour I,Hiroshíma mon amour), mús. Giovanni Fusco (con un vals La música como tema
de Georges Delerue): dir. Alain Resnais. FR.: Moderara Camabile (Moderato cantabile); dirc Peter Brook. a partir de una obra de
EE.UU.: Ben-Hur (Ben-HurL mús. Miklos Rozsa. dir. William Wyler. Marguerite Duras (crimen alrededor de unas lecciones de pianos y una sonata de
EE.UU.: Imitación a la vida (Imitatíon of Life J. mús. Frank Skinner. dir. Douglas Sirk Diabelli).
(con Uliéspiriiualnegro'interpretado por?\lahalia Jackson). FR.: Tifez sur le pianiste. mús. Georges Delerue.dir. Fran~ois Tníffaut.
EE.UU.: COl! la muerre en Jos talones {0;orth by Northwest}, mús. Bernard Herrmann. EE.UU.: Sueno de amor (Song Without End). de Charles Vidor y George Cukor (Dirk
dir. Alfred Hitchcock. Bogarde en el papel de Liszt).
420 LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 421

Investigaciones Bandas sonoras


FR.: Psicosis (P:;ychoJ. mús. BemardHerrmann, dir. Alfred Hitchcock(bánda sonora FK: Ju/es yJim (Jules et Jim), mús. Georges Delerue, dir. Franqois Truffaut (con la .:an­
compuesta e\Clusiyamente para orquestade cuerda)> cióri de Cyrus Bassiak«Le Tourbillon»).
FR.: Le repos du guerriet, mús;Michel Magne,dir.Roger Vadim. .
FR.: Relato intimo (Thérese Desqueyroux), mús. Maurice Jarre.. di~. Ge();ge; Franíu.
1961 G.B.: wlI'rence de Arabia (Lawrence of Arabia).mú~.Maurice Jarre. dir. David Le;n.
POL El cuchillo en e/agua (NozWodzie), mús.Krzystof Komeda. dir. Roman Po­
\lelodías del año lanski:
FR.-ESP.:, Un raxi para Tobruk /Untaxi pour Tobrouk,mús. Georges Garvarentz. dir. EE.UU.: Fieud, pasión secret~ (Freud, the Secret PassionJ, mús.lerry.Goldsmith. dír.
Denysde La Patelliere (utiliza un arreglo del cántico Les anges dans l/OS campag­ John Hus.ton.
lles).
EE.UU .. Desayuno con diamantes (Break.fast at Tiffany's), mús. Henry tvlancinL dil'. Filme musical
Blake Edv;ards. FR.: Lesamants de Teruel, mús. Mikis Theodorakis, dir. RaymondRouleau.. con Lud­
EE.UU.: Eldü¡ más i"lrgo (The Longest Day). mús. Mauticé Jarre, dir. Ken Aímakin. milla Tcherina (filme con mímica y danza).
:\ndrew !\1::mon. Gen Oswald y Bernhard Wicki, coordinados por DariylZannuck.
La música como tema
Bandas sonoras FR.: Cleo de 5 a 7 (Cléo de cinq a sept), mús. Michel Legrand, Jir. Agnés: VardatC,ri~
FR.: El año pasado el: Marienbad (L'annéederniere aMarienbad), mús. Francis Seyrig, neMarchan interpreta a una cantante de moda).
dii. Alaiñ Resnais.

:\lúsica clásica 1963


ESP.: Viridiana. dir. Luis Buñuel (la cena de los mendigos y el Mesias de Haendell.
SUECIA: Como en w¡ espejo (Sasom 1 en spegel), dír. Ingmar Bergman (algunas notas Bandas sonoras

de Bach y una construcción dramática inspirada en el cuarteto de cuerdas). FR.: El hombre de Río (L'Homme de Río), rnús. Georges DeJerue. dir. Philípe de Broca.

FR.-ITAL.: El desprecio (Lemépris), mús. Georges DeJerue. dir. Jean-Luc Godard.

Filmes musiCales G.B.: TOIn Jones (Tom Jones), mús. John Addison, dir. Tony Richardson.

EE.UU.: West Side Story (West Side Story), mús. LeonardBernstein, airegíos de Saul ITAL.: Ocho y medio (Otto e mezzo), mús. Nino Rota, dir. Federico Fellini.

Chaplin: dir's. Robert Wise y lerome Robbins.


FR.: Una mujer es una mujer (Une femme est une femme), mús. Michel Legrand, dir. La mlÍSica como tema
Jean-Luc Godard. EE.UU.: El profesor chiflado (The Nutty Professor), mús. Walter Scharf. dir. Jerry Le­
wis (parodia de JekyIl y Hyde en la que un profesor feo y patoso se convierte en un
La música como tema seductor irresistible y petulante),
EE.Uu.: T~olme BIu.es, dirigÍda e ínterpretada por JohnCassavettes (los amores de un
músico con unacantante dejazz en Nueva York). Investigaciones
FR.:.Muriel (Muriel ouLe temps ~'un retour), mús. Hans Werner Henzé, dir. Alain Res­
naii. . .... "'" .

1962 " SUECIA: El silencio (Tystnaden), dir; Ingmar Bergman (un principio inspifado por el
Concierto para orquesta de Bartok y una concepción musical). ­
Melodías del año EE.UU.: Los pájaros (The Birrls), dir. AlfredHitchcock (sonidos electrónicos supervi­
EE.UU,: Hatari(Hatari!), mús. Henry Mancini, dír. Ho~ard Hawks (tema delyequeño sados por Bemard Hemnann, y una escena construida sobre una canción).
elefante).
422 ... LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 423

1964 EE.UU.: ¿Qué tal, Pussycat? (What's new Pussycat), mús. Burt Bacharach, dír. Clive
Donner(canción interpretada porTom Jones).
Melodías.,del año
G.B.: ]am~s Bond contra Goldfinger (Goldfinger), mús. John Barry, dir. Guy Hamilton Bandas sonoras
(éxito del tercer filme de la serie James .Bond, l~óun terna escrito por Mgnty Nor­ FR.; Pierrot el loco (Pierrot le fou), mús. Antoine Duhamel, dir. Jean-Luc Godard.
man y una canción interpretada por Shirley Bassey). EE.UU.: Castillos en la arena (The sandpiper),mús. Johnny Mandel, dir. Vincente Min­
GR: Zorba el griego (Zorba The Greek), mús; Mikis Theodorakis, dir. Michael Caco­ neBí.
yannis (el sirtaki).
ITAL.-ESP.-AL.: Per un pugno di dollari I Por un puñado de dólares IFür Eine Hand­ Fibnes musicales

woll Dollars. mús. Ennio Morricone, dir. Sergio Leone. EE.UU.: Sonrisas y lágrimas (The Sound of Music), dir. Roben Wise.

EE.UU.: La pantera rOSa (The Pink Panther), mús. Henry Mancini, dir. Blake Edwards
-(el terna de Mancini se hizo célebre con la serie de dibujos animados inspirada en los La música como tema

títulos de crédito de esta parodia de los filmes policíacos. aunque también sonaba en la CHECOSLOVAQUIA: Los amores de una rubia (Lasky Jedné plavovlasky),dir. Milos
continuación de las avenruras del inspector Clouseau. interpretado por Peter Sellers). Fonnan ila protagonista menosprecia a los soldados en el baile y se interesa por un
«pianista de la orquesta»).
Bandas sonoras
JAPÓN: Kwaidan (Kwaidanl. mús. Toro Takemitsu. dir. Masaki KobayashL CHECOSLOVAQUIA: lmimi Osverlemi. dir. Ivan Passer (un ensayo inenarrabl.e de la
Pequeña música noctuma).
Filmes musicales
G.B.: ¡Qué noche la de aquei día! (A Hard Day's :\ight). mús. John Lennon y Paul Mc­
Cartney, dir. Richard Lester (primer filme de los Beatles). 1966

Filme-ópera
Melodías del año
FR.:Los paragüas de Cherburgo parapluies LÍe Cherbourg), mús. Michel Legrand.
FR.: Un hombre \" l/na mujer (Un homme et une femmel.mus.· Francis Lai. dir. Claude
dir. Jaeques Demy.
Lelouch.
La música como tema G.B.: Eldocror Zhimgo(Docror Zhivago),mús.Maurice Jarre. dir. David Lean !el
«Tema de Lara»).
DINAMARCA: Gertrud (Gertrud). dír. Carl Dreyer (la proragoni!';ta es una cantante que
abandona a su marido).
Bandas sonoras

Investigaciones DINAMARCA: Hambre (Svelt). mús. Krysztof Komeda. dir. Henning Carl~en.

ITAL:El desierto rojo (11 deserto rosso). mús. Gio\'anni Fuseo, dir. Miehelangelo An­ FR.: Tres arentureros (Les aventuriersl. mús.Fr~n90is de,Roubaix. dir. Robert Enrico.

tonioni (música electrónica). FR.: Qui eres-vous. Poily Maggoo?, mús. Michel Legrand. dir. William Klein.

[TAL: El Evangelio según san Mateo (Il qngelo secondo Matteo). dir. Pier-Paolo Pa­ FR.: Rey de cora::.ones (Le roi de coeurl.mÍls. Georges Delerue. dir. Philippe de Broca.

solini (la música es un mosaico deliberadamente heterogéneo, e~eI que se mezclan ITAL.:EI bueno.eljeo y el malo (Il buono, il brutto. il cattivo). mús. Ennio Morrieone.

todas la" culturas y todas las épocas). dir. Sergio Lcone.

Cine musical

1965 FR.: Las señoritas de Rochejort (Les demoisellesde RochefortJ. mús. Michel
.
Legrand.
.

dir. Jaeques Demy.


Melodías del año U.R.S.S.: TeniZnbytyh Predio v, dir. Sergei Paradjanov tia música deun pueblo):
FR.: Les copains, dir. Yves Robert (canción «Les (opains d'abord». compuesta para el
tilmepor Georges Brassens).
I
424 LÁ MÚSICAEN EL CINE CRONOLOGÍA 425

1967 libro de la se/m (The Jungle BOQk), diL Wülfgang Reitheiman(uno de los
mejores «Walt Disney»):
Melodía del año
EE.UU.: El graduado (The Graduate), mús. Da\'e Grusin. t~mas deSiÍnony GarfunkeL . La música como tema
dir. Mike. Nichols. INDIA: The Guru, dir. James Ivory (uncantame inglés quiere iniciarse en la música in­
dia).
Bandas'sonoras SUECIA: La vergüenza (Skammen), dir.IngmarBergmanda guerra yel Cuarto c(in­
G:J3.: .Blowup. deseode una mmiána de verano(Blow up). mús. Herbie Hailcock. cierto de Brandenburgo.queno esmás que un sueño).
Michelangelo AntOnioni:
EE.UU.: Enel calor de la noche (In the Heat of the Nightl. mús. Quincy Jones, dir. Nor­ Investigaciones

man Jewison (canción de Ray Charles). FR.: L'homme qui ment.«panitura» de Michel Fano. diL Alain Robbe-Grillet.

EE.UU.: Reflejos en un ojo dorado (Reflectionsin a Golden Eye). mus. Toshiro Mayu­
zumLdir. John Huston.
1969
Música clásica
SUECIA: Eh'ira Madigan (Elvira Madígan). dir. Bo Widerberg (concieno para piano y Melodías del año
orqu.esta D\ 20 de MozartL EE.UU.: Dos hombres y un destino (Butch Cassidy andthe Sundance Kid), mús;Burt
Bacharach. dir. George Roy HiIJ (canción «Raindrops keep fallin' on my head»).
La música como tema
EE.UU.: Grupo salvaje (The Wild Bunch). mús. Jerry Fielding, dir. Sam Peckinpah.
AL: Chronik del' Anna-Magdalena Bach. dirs. lean-Marie Straub y Daniele Huillet.
EE.UU.: Cowbo:r de medíanoche(Midnight CowboyLcanción de Fred.Neil, dir:John
EE.Du.: Mpmerrey Pop (Monterrey Pop), dirs. D.A. Pennebaker y Richard Leacock.
Schlesinger.

Banda sonora

1968 FR.: More (More). mÚs.Pink Floyd.diL Barbet Schroeder ¡droga y popl:

Bandas sonoras
Recopilaciones
. Ceremonia secreta (Secret Ceremony), mus. Richard Rodne}' Bennen. dir. Joseph
ITAL.: Saryricon (Fellini-Satyricon). mús. Nino Rota y músicas no europeas, dir. Fede­
Losey (efectos electrónicos modernistas).
rico Fellini.
ITAL: Hasta que llegó su hora (Cera una volta iI west), mús. Ennio Morricone, dir.
EE.UU.: Buscando mi deslÍno(Easy Rider),dir. Dennis Hopper (prototipó de road-mo­
Sergio Leone.
vie marcada por las canciones).
EE.UU.: El caso Thomas Crown (The Thomas Crown Affair), mús. MichelLegrand,
dir. Nonnan Jewison.
Filmes musicales
EE.UU.: Bullir (Bullit), mÚs.Lalo Schifrin, dir. Peter Yates.
U.R.S.S.: Menk, dir. Arthur Pelechian (el montaje como música).
EE.UU.: El restaurante de Alicia (Alice's Restaurant), dir. Arthur Penn (sobre una bala­
Música clásica
G.B.: 2001: una odiseafjel espacio (2001: A SpaceOdyssey),dir. Stanley Kubrick (mú­ da de Arlo. Guthrie).
. sica de Johann Strauss Jr., Richard Strauss, Aram Katchaturian y Gyorgy Ligeti).
La música como tema ~
---.
Filmes musicales FR.: One plus One, dir. Jean-Lue Godard (los Rolling Stones graban «Sympathyfor the
ITAL.: Nostra Signora dei Túrchi, dir. Cai:melo Bene (titulada como «drama lírico», in­ Devil»). .
corporafragmentos de óperas de Mussorgski, Puccini y Verdi). HUNGRÍA: Fenyes Szetek, dir. MikIós Jancsó (enfrentamiento musical entre comunis­
EE.UU.: Funny Girl (Funny Girl), dir. WilliarnWyler (la vida de la cantante Fanny Bri­ tas y católicos en la Hungría de 1947).
ce, interpretada por Barbra Streisand).
426 .. LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 427

1970 Música clásica


AL.: Der Tod des Maria Malibran, dir. Wetner Schroeter(se ven rostros de mujeres y
Melodías ~l año se oyen arias de ópera de Mozart, Cherubini y Rbssini, además de fragmentos de La
FK: Borsaliño(Borsalin~). mús. Claude Bolling, dir. Jacques Deray. consagración de la primavera, Ramona, etc.)
EE.UU.: Lave St¿ry (Love Story), mús. Francis L~ ~dir. Arthur Hiller (<<Le gustaban G.B.: La naranja mecánica· (A Clockwork Orange);dir.oStanle.y Kubrick. mús. Purcell
Bach, Mozart y los Beatles»). y Beethoven. con arreglos para sintetizador de Walter Carlos).
ITAL: MUerte en Venecia (Morte a Venezia), dir. Luchino Visconti (adagietto de la
Bandas sonoras

Quinta sinfonía de Mahler).


FR.: El carnicero (Le boucher). mús. Jacques Jansen, dir. Claude Chabrol.

EE.UU.: La vida privada de 5herlock Holmes (The Private Life of Sherlock Holmes),
Recopilaciones

mús. Miklos Rozsa, dir. Billy Wilder (Wilder recupera un concierto para violín y or­ EE.UU.: La última película (The last picture show), dir. Peter Bogdanovich~

questa del compositor. sin olvidar que el personaje de Conan Doyle es violinista).
La música como tema
Música clásica
BELG: CiTa en Bray (Rendez-vous aBray), mús. Frédéric Devreese. dir. André Dehoaux
FR.: El niño salvaje (L'enfam sau\OageJ, dir. Fran~ois Truffaut (Vivaldi y la elevación
(un pianista en la guerra: Brahms, Franck).
del espíritu).
G.B.: La pasión de vivir (The Music Lovers), dir. Ken Russell (con Richard Chambcr­
¡ain en el papel de Chaikovski).
Cine musical
U.R.S.S.: Tchaikovski, dir. Igor Talankine (la música del maestro arreglada ydirigldJ.
EE:UU.: Woodstock (WoodstockJ. dir. Michael Wadleigh.
por Dimitri Tiomkin). o .
EEUU.: Escalofrío en la noche (Play Misty for Me), dir. Clint Eastwood (un locutor de
La música como tema
un programa musical radiofónico recibe llamadas de una mujer que le pide que pon­
U.R.S.S.: Ikho Chachvi l'rfgalobeli / Zil Pe\'eU Drod;.. dir. Otar Iosseliani (la vida de un
ga constantemente Misty).
percusionista en la orquesta ~ínfónica de Tbilissi)'
EE.UU.: AJi \'ida es mi ¡'ida t Fi\Oe easy pieces l. mús. Bachy Chopin. dir. Bob Rafelson Investigaciones
(un pianista que abandona ~u carrera). EE.UU.: 200 Morels. dir. Frank Zappa.
EE.CU.: THX 1138 (THX 1138). concepción sonora y montaje de Wa}terMu,rch. mu.:'o
Inwstigaciones Lalo Schifrin. dir. George Lucas.
FE..: Le TerrilOire des aUlres. banda sonora ~lichel Fano, dir. Fran~ois Bel y Gérard
Vienne~

1972

1971 Ylelodía del año


FR.: El gran mbio con un z.apato negro (Le grand blond avec une chaussure noire). muso
~Ielodías del año
Yladimir Cosma. dir. Yves Robert(un temapara zampoña de Vladirnir C;osma que
EE.UU.: Shaft. múso IsaaC Haycs. dir. Gordon Parks.
tuvo un gran éxito)~
EE.UU.: Veranodel42 (Summer of ..+2). mús. Michel Legrand~ ~iL Robert Mulligan.

Bandas sonoras . o

Bandas sonoras
EE.UU.: El padrino (The Godfather), mús. Nino Rota, dir. Francis Coppoia.
AL.: Aguirre o la cólera de Dios (Aguirre. der Zom G~ttes). mús. Popol Vuh.dir. Wer­
o
EE.UU.: Hermanas (Slsters), mús. Bemard Herrmann, dlr.Bn~nde Palma. o
ner Herzog.
IT AL.: ¡Agáchate. maldilO! (Giá la testa). mús. EnnibMorricone, dir. Sergio Leone. MÚSica clásica
G.B.:Elmensajero (The G~Bctween). mús. r-vIichel Legrand, dir. Joseph Losey (músi­ AL.: Lud\l'ig, réquiem por un rey virgen (Ludwig, Requíem für Einen Jurig Fraulichen
ca «neo-Bach» de Michel Legrand con un tema muy destacado); KonigJ. dir. Hans-Jürgen Syberberg (música sinfónica de Wagner).
428 LA MÚSICA EN EL CINE CRO~OLOGíA 429

EE.UU.: Matadero cinco (Slaughter House Five). dir. George Roy Hill (arreglos de Compilación-arreglos
Bach realizados por Glenn Gould, en el infierno del bombardeo de Dresde). EE..uT.: El golpe (The Sting). mús. Scot! Joplin, con arreglos de Marvin Hamlisch. dir.
George Roy Hill.
Compilación
EE.UU.: Ameri~an Crafñti (American Graffitil. dir. GeorgeLucas (concepción sonora Compilación
de Walter Murch). EE.Ul'.: El e;wrcista (The Exorcist), dir. Willia¡n Friedkin (LaloSchifrin había escrito
una banda sonora. pero ésta fue reemplazada por Tubular Bells, de Mike Oldfieldl.
Cine musical
EE.Ul'.: Malas calles (Mean Streets), dir. Manin Scorsese.
EE.UU.: Cabaret (Cabaretl. mú:,. Kander y Ebb. dir. Bob Fosse.

EE.UU.: Jesucristo Superstar (]esus Christ Superstar), mús. Andrew Lloyd Webber.
Cine musical
dir. Norman Jewison: EE.uT.: Juan Salvador Cm'iota (Jonathan Livingslon Seagull),dir. Hall Barlen (can­
ciones de Neil Diamondl.
La música como tema
EE.UF: Deliw!rtlnce meliverance), mús. Eric \Veisberg y Steve Mande\. dir. John
Boorman (escena de ¡ duelo de banjos l. 1974

Investigaciones Bandas s.onoras


ITAL.: La Tosca. dir. Luigi Magni (los personajes cantan la música moderna de Ar­ FR.: Lo importante es amar (L'imponant c'est d'aimer). mús. Georges Delerue. dir. An­
. mando Trovajoli, con un fondo de arias de ópera; Monica Vitti es Tosca y Vittorio drezj Zulawski .
Gassmann es Scarpial. FR.: Tres mujeres. sus amigos y los otros (Vincent, Franyois. Paul et les autres). mús.
U.R.S.S.: Solaris (Solaris). mús. Edward Anemie\·. dir. Andrei Tarkovski (música elec­ Philippe Sarde, dir. Claude Sautet.
trónica al límite del silencio. en continuo con los ruidos del cosmos, y un coral para IT AL.: Una mujer y tres hombres (C'eravamo tanto amati), mús. Armando Troyaioii.
órgano de Bach). dir~ Enore Scola.
IT AL.: Perfume de mujer (Profumo di donna), mús. Armando Trovaioli, dir. Dino Risi.
EE.UU.: El jovencito Frankenstein (Young Frankenstein), mús. John Morris. dir. Mel
1973 Brooks.

Bandas sonoras Música clásica


FR.: La noche americana (La nuit américaine), mús. Georges Delerue, dir. Franyois AL.: El enigma de Kaspar Hauser (Jeden für sichund Gott gegen ABe), dir. Werner
Truffaut. Herzog (Bruno S.encama al niño de que habla Verlaine, y conmueve por su forma
IT AL.: Amarcord, mús. Nino Rota, dir. Federico Fellini. de tocar el piano: piezas de Pachelbel, Albinoni, Mozan...).
EE.UU.: La aventura del Poseidón (The Poseídon Adventure), mús. John Williams, dir. EE.UU.: Malas tierras (Badlands), dir. Terence Malick (mús. Carl Grff y Erik Satie).
Ronald Neame.
Filmes-ópera
Música clásica AL.: Mases urui Aran, dir. Jean-~arie Straub y Daniele Huillet (Schonberg al aire libre
ITAL.: Luis II de Bavier~ (Ludwig), dir. Luchino Visconti (la «Romanza de la estrella» en una bella versión que no se contenta sólo con respetar la música, sino que hace
de Tanhiiuser, y Trevor Howard como Wagner).
SUECIA: Gritos y susurros (Vichningar och Rop), dir. Ingmar Bergman (fraginentos de
Bach y una mazurca de Chopin). .
justicia al contenido y a las ambiciones del texto).
SUECIA: Laflauta mágica (Trollflotjen), dir. Ingmar Bergman. ­
EE.UU.: Cuando el destino nos alcance (Soylent Green), dir. Richard Fleischer (la Sin­ Cine musical
fonía pastoral). EE.UU.: El fantasma del paraíso (Phantom of the paradise), mús. Paul Williams, dir.
Brian de Palma (versión rack de Elfantasma de la Ópera). ..
430 ... LA MÚSICA EN·Ei..·CINE CRONOLOGÍA 431

La música como tema


1976
FR.: L'assassin musicien, dir. Benoít Jacquot.

G.B.: U1l4!0mbra en el pasado (Mahler), dir. Ken Russell (Roben Powell es Mahler).
Bandas sonoras
EE.UU.: AlicÍt:i ya no vive aquí (Alice doesn't live here anymore), dir. Martin Scorsese
FR.: Barocco, mús; Philipe Sarde, dir. André Téchiné.
(una mujer se da aconocer como cántante). ,..,,, G.B.: Providenc!! (Providence), mús. Mildos Rozsa. (tir. AlaiJ;t Resnais.
ITAL.: Casanova (Fellini-Casanova), mús. Nino Rota, dir~ Federico Fellini.
Investigaciones . EE.UU.: La última locura (Silent Movie), mús. John Morris, dir. Mel Brooks.
EE.UU.: La conversación(The Conversatíon), mús. David Shire y Duke Ellington, dir. EE.UU.: Alguien voló sobre el nido del cuco (One flew over the cuckoo's nest), mús.
Francís Ford Coppola (concepción sonora de Walter Murch). Jack Nitzsche. dir. Milos Forman.

Compilación

1975 EE.UU .. Un mundo aparte (Car Wash), dir. Michael Schultz.

Melodía del año


Filmes musicales
ESP:: Cría cuervos. dir. Carlos Saura (lacancíón: «Por qué te vas»).
EE.UU.: Bugsy Malone, nieto de Al Capone (Bugsy Malonel. mús. Paul Williatns. dir.
Alan Parker.
Bandas sonoras
EE.UU.: Ha nacido una estrella (A star is born), dir. FrankPierson da version rock de
FR.: La féte sauvage., mús. Vangelis, dir. Frédéric Rossif(largometraje de animales). Ha nacido una estrella, con Barbra Streisand y Kris Kristofferson. dos cantantes. fue
FR;: El viejofusil (Le vieuxfusil), mús.Francrois de Roubaix, dir. Robert Enrico. una idea del productor John Peters, a raíz del éxito de la. banda .sonora del filme
EE;UU;: Tiburón (Jaws), mús. John Williams, dir. Steven Spielberg. Tommy).
EE.UU.: Los tresdias del cóndor (Three Dáys oi' the Condor), mús. Dave Grusin. dir.
Sidney Pollack. La música como tema
. TáxiDriver (Taxi Driver), mús: Bernard Hemnanrí, dir. Martín Scorsese. G.B.:. Lis:tomania (Lisztomania), dir. Ken Russell (Roger Daltrey. de los Who .. es
Lisztl.
:\Iúsica clásica U.R.S.S.: Pastoral. dir. Otar Iosselliani.
G.B.:.Barry: Lyndon (Barry Lyndon). dir.Stanley Kubfick (música de Bach. HaendeL EE. UU.: Esta tierra es mi tierra (Bound fúr glory L dir. Hal ...\.shby 1 biopic de \Voddy
:\10iart. Paisieilo. Schubert y. popular irlandesa; arreglos de Leonard Rosenman). Guthrie, interpretado por David Carradine).

Film-ópera
Investigaciones
G.B.: Tommy (Tommy). dir,Ken RusseU (la ópera rock de los Who).
FR.: Duelle, mús. Jean Wiéner, dir. Jacques Rivene (el pianista aparece tocando el
acompañamiento musical en escena).
La música. como tema
FR.: India Song (India Song). mús.Carlos d'Alessio, dir. Marguerite Duras (los ele­
. mentos musicales y sonoros se repetirán en Son nómde Venise-dans Cálcluui désert, 1977
1976'1'­
EE.CU.:Nashville(NashviHe).dir. RobertAltman (música countryconla supervisión y Bandas. sonoras
los de Richard BáSkin). . AL.: Elamigo amerü;ano (Der Amerikanische Freund), mús. Jürgen Knieper. dir. Wim
Wenders.
Ill\~estigaciones SUIZA: Repérages. mús. Afie Dzierlatka, dir. Míchel Soutter.
FR.: Black Moon, dir. Louis Malle (música original de Diego Masson, efectos sonoros EE.UU.: La guerra de las galaxias (Srar Wars), mús . .JohnWilliams~ Jir. GeQrgeLucas.
de LucPerini,musica de Wagner). EE.UU.: Encuemros en la tercerafase (Close encoumersof the Thírd Kind), mús. John
Williams, dir. Steven Spielberg.
432 LA MÚSICA EN EL CINE ,. CRO!'OLOGÍA 433

MÓsica clásica La m.isi~ com~ tema

AL.: Hitler, ein Film aus Deutschland, dir. Hans-Jürgen Syberberg lUtilización de am­ G.B.: El grúo (The Shout), dir. Jerzy Skolimowski.

, plios fragmentos de la música de Wagnerl. ITAL.: Ensayo de orquesta (Prova d'orchestra), mús. Nino Rota, dir. Federico Fe­

llini.
Filmes musicales . SUECIA: SOllata de otoño (Aut~mn Sonata), dir,. Ingmar Bergman (la, «iecciónde mú­
EE.UU.: Fiebre del sábado noche (Saturday Night Fever), dir. John Badham ( el filme sica» que Ingrid Bergman, pianista estrella. da a su hija. sobre la interpretación de un
«disco~> y el sonido Dolby). preludio de Chopin).
EE. UU.: New York. New York (New York. New York), mús. Kander y Ebb', dír. Martin EE.UC.:.EI cazagor (The Deer Hunter). mús. StanleyMyers, dir. Michael Cimino(una
Scorsese. concepción coral operística. en tres actos, y Chopin que precede a la guerra).

La música como tema

ITAL.: Padre padrone (Padre padrone), dir. Paolo y Vinorio Tavíani.


1979
C.R.S.S.: Neokoncennaja pisa dUa mehaniceskoyo pianino. mús. Eduard' Artemiev, dir.

Nikita Mikhalko\'. Bandas sonoras

EE.UU.: Melodía para un asesinaro (Fíngersl. dlr. James Tobad: (Har,ey Keitel es un EE.Ul.: Afien. el octavo pasajero (Alien), mús. Jerry Goldsmith. dir. Ridley SCOtt.

pianista neurótico). U.R.S.S.: Stalker, mús. Eduard A.nemie\'. dir. Andrei' Tarkovski.

In vestigaciones Música clásica

EE.UU.: Cabeza borradora (Eraserhead), mús. Fats Waller. concepción sonora de Alan FR.: Corps a coeur. dir. Paul Vecchiali (el Réquiem de Fauré).

Splet, dir. David Lynch. EE.UC.: Apocal.'r'pse nmv (Apocalypse Now), mús. Carmine Coppola, dir. Francis

Ford Coppola (resalta sobre todo la utilización de un título de TheDoors. «The


End» y de «La cabalgada de las Walkirias». así como el sound deSign de Walter
1978 Murch).
EE.UC.: Kramer contra Kramer (Kramer versus KramerJ. dir. Robert Benton (Vivaldi).
Bandas sonoras EE.UC.: Manhattan (ManhattanJ.mús. arreglos de Gershwin. dir. WoodyAlIen.
FR.: El dinero, de los demás (L'argent des autres), mús. Patrice Mestral. dir. Christian de
Chalonge. Filmes musicales
EE.UU.: El expreso de medianoche (Midnight Express), mús, Giorgio Moroder, dir. EE.UC.: La rosa (The Rose), dír. Mark Rydell (soberbio melodrama sobre una cantan­
Alan Parker. te de rock que se droga, con Bette Mídler).
EE.UU.: Días del cielo (Days of Heaven), mús.Ennio Morricone, dir. Terence Malick EE.UL1.: Empieza el espectáculo (AH that Jazz), dir. Bob Fosse.
(adaptación de Saint-Saens).
Filmes-ópera

Filmes musicales FR.: Don Giovanni (Don Giovanni), dir. Joseph Losey.

ITAL.: Allegro non troppo, dir. Bruno Bozzetto (la Fantasía de un director de animación
italiano, mezcla de imágenes reales de un director de orquesta y dibujos animados). La música como tema
,
EE.UU.: Grease (Gréase},dir..Ránd~l Kleiser.­ ITAL.: La luna (La luna), dír. Bernardo Bertolucci (Caterina, grnn cantante -Jill Clay­
EE.UU.: El último váls (The L3.st Waltz), dír. Manin Scorsese (el último concierto del bur~ tiene un~ijo drogadicto). _
grupo Thé Band, con la participación de grandes cantantes, como Muddy'Waters). POL: El director de orquesta (Dyrygent), dir. Andrzej Wajda.
EE:UU.: Diez. la mujer perfecta (Ten), dir. Blake Edwards (ella no puede hacer el amor
Música clásica si no es escuchando el Bolero de Ravel).
ITAL.: El árbolde los zuecos (L'albero degli zoccoli), dir. Erm3nno ohni (Johan Se­
bastian Bach). .
434 .. LA MÚSICA EN EL CINE CRONOWGÍA 435

1980 FR.: Los UlUJS y los otros (Les uns et les autres), dir. Claude Le10uch (la música, la his­
toria y los destinos individuales).
Bandas SQl10ras _ IT4.: Il quartetto Basileus, dir. Favio Carpi (música de Schubert" Debussy, Ravel.
EE.UU.: Vestida para matar (Dressedto KiU),rpús.Pino Donaggio, dir. Brian de Pal­ Smetana, Wagner, Bellini, Paganini).
ma.' .,.. .. EE.UU.: Ragtime-(Ragtime), mús. Randy Newman"dir. Milos'Fonnan (un pianista ne~
EE.Uu.: En algún lugar del tiempo (Somewhere in time), mús. John Barry, dir: Jeannot gro víctima de la injusticia).
Swarcz (bella música original, y arreglos de una de las Variaciones sobre un tema de
Paganini de Rachmaninov).
1982
Filmes musicales
CANADÁ: Fantastica,mús. Lewís Furey, dir. Gilles CarIe. Melodía del año
EE.UU.: Granujas a todo ritmo (The Blues Brothers), dir. John Landis. EE.UU.: Oficial y caballero (AnOfficer and a Gentleman), mús. Jack Nitzsche, dir.
EE.UU.: Fama (Fame), dir. Ajan Parker. Tay10rd Hackford (canción de Joe Cocker).

La música como tema Bandas sonoras


AL.: Un canción... Lili Marleen (Lili Marleen¡. dir. Rainer-Werner Fassbinder. FR.: El regreso de Martin Guerre (Le retour de Martin Guerre), mús. Michel Portal, dir.
EE.UU.: Quiero ser libre (Coal Miner's Daughten. dir. Michael Apted (Sissy Spacek Daniel Vigne.
encarna a una estrella de la música countryJ. G.B.: El contrato del dibujante(The Draughtman's Contract), mús. Michael Nyman. dir.
EE.UU.: Nijins/..,!' (Níjinsky), arreglos John Lanchbery. dir. Herbert Ross (Ronald Pic­ Peter Greenaway.
kup encarna a Stravinski. reconstrucción de la coreografía de La consagración de la ITAL.: La noche de san Lorenzo (La noue di San Lorenzo), mús. Nicola PiovanÍ. dirs.
primavera). PaoIo y Vinorio Tavíani.
MALÍ: Finye, dir. Soleyman Cissé.mús. Radio Mogadiscio, Pierre Gorse y música po­
pular de Malí.
1981
EE.UU.: Blade Runner (Blade Runnen. mús. Vangelis. dir. Ridley Scott.

EE.UU.:E.T. (E.T. The extra-terresuíal).mús. John Williams, dir. Steven Spielberg.

Melodía del año

G,B.: Carrosdefue.~o (Chariors offire).mús~ \·angelis. dir. HughHudson.

Filmes musicales

G.B.: Pink Floyd. el muro (Pink Floyd. The Wall), dir. AlanParker.
e
Bandas sonoras

FR.: L'ange, mús. Michele Bokanowski. dir. Pauíck Bokanowski.


EE.UU.: Corazonada (One Fromthe Heart).mús; Tom Waits, dir.Francis F.Coppola.
G.B.: La mujer del tenientefrancés (The French Lieuenant's Woman). mús. Carl Davis, EE.UU.: ¿Víctor o Victoria? (Víctor. Victoria), mús. Henry Mancini,dir, Blake Ed~
dir. Karel Reisz. wards (con Julie Andrews).
EE.UU.: Vicije alucinante alfondo de ia mente! Altered $.tates). mús. John Corigliano,
dir. Ken Russell. ~m~~~a . .
F':R:: Una habitación en la ciudad (ene chambre en ville), mús. Michel Colombíer. dir,
Filmes musicales . Jaeques Demy.
EE.UU.: Dinero caído del cielo {Pennies From He:lven l,'mÚs. MarvinHamlisch yBilly FR.-AL.: Parsifal. dir. Hans..;lürgen Syberberg.
May, dir. Herbert Ross.
La música como tema
La música como tema ITAL.: Y la nave \'a (Eia nave va). dir. Federico Fellini (el entierro de la cantante, arre~
FR.: Beau,..pere. dir. Bertrand Blíer (Rémi pianist:l). .' glos de ópe~ por Gianfranco Plenizio).
FR.: Diva (Diva), mús. Vladimir Cosma. dir. lean-Jacques Beineix (con Wilhelminia
Fernández. revela un aria de La\VaUy de Alfredo Catalani).
437

Investigaciones 1984
. KoyaanisqaTsi (Koyaanisqualsi). mús. Philip Glass, dir. Godfrey. Reggio <filme
de m~ntaje ~nm,imista en la tradicióndel~s años veinte). Melodías del año
EE.UU.: emltra roda ries,eo (Against AH Odds). mús.MicheIColombi<tr y,Larr:
Carlton.dir. Taylord Hackford ¡]acanción dePhil Collins. con el mismo tímlo qUe
1983 el filme. fue un éxito mundial: es un remake de un filme policíaco de Jacques
Tourneurl.
Melodías del año EE.UU.: Los ca:afanrasmas IGhostbusters). mús. Elmer Bernstein, dir.lvan Reitmah
FR.: El marginal (Le marginall. mús. Ennio Morricon~, dir. Jacques Deray (para el fil­ (canción>con el mismo título que el filme).
me policíaco anual de JearÍ-Paul Belmondo. un tema instrumental· de cuerda. que
tuvo .una carrera prodigiosa en la ilustración sonora y la publicidad) Bandas sonoras

FR.: Lesfamris de la lune.mús. Nicolas Zourabichvili. dir. Otar losseliani.

Bandas sonoras ITAL.: Kaos (Kaosl. mús. :t\icola Piovani,dirs. Paolo y Vittorio Taviani .

.-\L.: L4 mujer flambeada(Die tlambierte Frau i .. mús. Peer Raben. dir.. Robert van Ac­ EE.UL' .. Bra:il (Brazil), mús. MichaeI Kamen. dÍr. Terry GilIiam (a partir de1a canción

keren. de Barosso y Russell).


FR.: Kamikaze 1999 (Le dernier comba!), mús. Eric Serra, dir. Luc Besson. EE.UU.: París. Texas (París. Texas). mús. RyCooder: dir. Wim Wenders.
FR.: Úllune dans lecaniveau. mús. Gabriel Yared. dir. Jean:-Jaques Beineix. EE.UU .. Errraiios hielparaiso ihan Paradise). mús. John Lune, dir. Jim Jar­
G.B.-JAPÓN: Feli: Navidad. MisterÚlwrence cMerry Christmas Mr. Lawrence), mús. mush.
Ryuichi Sakamoro. dír. Nagisa Oshima.
EE.UU.: Elegidos para la gloria (The right srum. mús. Bill Contí. dir. Philip Kaufman. Música clásica
FR.: Nmre histoire. dir. Bertrand Blier (música de Bohuslav Martinu y composiciones
Música clás'ica

onl~m,lles de Lauren Rossi).


FR.: Nombre: Camlen (Prénom Carmen). dir.Jean-Luc Godard (cuarteros de Beethoven).

SUIZA: ro te saludo. María (le vous salue Marie), dir. Jean-Luc Godard (Bach. Dvo­
rak).
FilInes musicales

ESP: Carmen, dir. Carlos Saura (filme-ballet con Antonio Gades).

Filmes musicales
EE.UU.: Flashdance (Flashdance), mús. Gíorgio Moroder, dir. Adrian Lyne.

EE.UU.; Purple Rain (Purple Rain). mús. Prince y Michel Colombier, dir. Albert Mag­
Filmes-ópera noli (filme biográfico en torno al personaje y la música de Prince).
FR.: Úl sala de baile (Le bal), mús. Vladimir Cosma, dir. Enore Scola (según el espec­
táculo sin palabras del Teatro de Campagnol, música de diferentes épocas). Filmes-ópera
FR.: Úl tragédie de Carmen, dir. Peter Brook (música de Bizet con arreglos de Marius FR.-ITAL.: Carmen de Bizet (Carmen), dir. Francesco Rosi (con Julia Migenes-Johnson
Constant, con Hélene Delavault). y Plácido Domingo).
IT AL.: La Traviata (La Traviata), dir. Franco Zeffrrelli (Teresa Stratas es Violetta).
La música como tema
La música como tema.
ITAL.: Pianoforte, dir. Francesca-Q,)mencini.
FR.: Édíth et Marcel. dir. Claudel..elouch (con Évelyne Bouix en el papel de Édith Piaf).
SUIZA: 11 hado di Tosca /Casa Verdi, dir. Daniel Schmid (documental sobre una casa
FR.: El amor de Swann (Un amour de Swann), mús. Hans Werner Henze, dir.,Volker de retiro para cantantes líricos). _
Schlondorff (la «pequeña frase» de 13; sonata de Vinteuil). EE.UU.: Amiuieus (Amadeus). oo.
Milos Forman (Tom Hulce es Mozarí, F. Murray
Abraham es Salieri).
Investigaciones EE.UU.: Cotton Club (Cotton Club), dir. Francís Coppola.
EE.UU,: La ley de la calle (Rumble Fish), mús. Stewart Copeland, dir. Francis Coppo­
la (concepción sonora y musical global).
LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGÍA 439
438
FR.: Betty Bl~e (370:2 le matin), mús. Gabriel Yared,dir. Jean-Jacques Beineix (el dúo
In~estigaciones de «dos planos» de Béatriee Dalle y JeaJÍ-Hugues Anglade). .
FR.: J.:.¡¡¡¡wur tI mort, mús. Hans Werner Henze, dir. Alain Resnais.
~ . G.B.: L;z misión (The Mission), mús. Ennio Morneone, dir. Roland Joffé.
G.B.: Abret~ de ~r:jas (Prick Up Your Ears), mús. StanleyMyers, dir. Stephen Frears.
1985 ~" G.B.-ITAL.. El uhimoemperador ffhe Last Emperor)~ mús. Ryuichi Sakamoto David
Byrne y Cong Su, dir. Bernardo Bertolucci. '
Melodías del año
GRECIA: O Melissokomos, mús. Eleni Karaindrou, dir. Theo Angelopoulos.
EE.UU.: Nueve semanas Y media (Nine and Half Weeks), mús. Jack Nitzsche, dir.
ITAL.: Entre~ista (~ntervista), mús. Nicola Piovani, dir. Federico Fellini (temasorigi­
AdrianLyne(con temas de Devo, Eurythmics, Brian Ferry yla canción de Randy nales de PlOvanl y arreglos-homenaje a Nino Rota).
Newman para Joe Cocker, «You can 1eave your hat on»). EE.U~.: Aliens, el regre~o (Aliens), mús. James Horner, dír. James Cameron (Alíen al
estilo Rambo: percusIOnes y sonidos militares).
Bandas sonoras EE.UU.: Te~ciopelo azul (B1ue Velvet), mús. Angelo Badalamentí, dir. David Lynch.
FR.: Subway (Subway), mús. Erie Serra, dir. Lue Besson.
EE.UU.: BaJO el peso de la ley (Down by Law), mús. John Lurie, dir. Jim Jarmusch (in­
EE.UU.: Birdy (Birdy), mús. Peter Gabriel, dir. AJan Parker.
terpretado po: dos c~ntantesy compositores, TomWaits y John Lurie).
EE.UU.: El color púrpura (The color purple). mús. Quincy Jones, dir. Steven Spielberg.
EE.UU.: lrfemonas de Africa (Out of Africa>. mús. John Barry. dir. Sidney Pollack (el
EE.UU.: Legend (Legend), mús. Jerry Goldsmith. dir. Ridley Scott (la monumental ban­ t~ma~e. John B~ es uno de los pocos temas épicos «a lo Maurice Jarre» que ha te­
da sonora orquestal «a la antigua», obra de Goldsmith. fue reemplazada en. Estados
nido exIto en el cme reciente).
Unidos por una nueva música del grupo Tangerine Dream).
EE.UU .. El tren del infierno (Runaway Train l. mús. Trevor Jones. dir. Andrei Konteha­ Música clásica
lovsky.
FR.: ~ala san~re (Mauvaís sang). dir. Leos Carax (Britten y Prokotiev. alIado de Bo-
EE.UU.: Starman (Starman), mús. Jack Nitzsche. dir. John Carpenter.
Wle, Chaphn. Aznavóury Reggíaní). '
EE:UU.: Único testigo (Wítness). dír. Maurice Jarre. dir. Peter Weir.
FR.: Le palroqueI. dir. Michel Deville (música de Dvorak y Janacek)'
SUECIA: 5a~r{ficiO (Offret). dir. Andrei Tarkovski (música de Bach. sueca y japonesa).
La música como tema EE.UU.: La mso~orrab!~ lel'edad del ser (The unbearable lightness of bei~g), mús.
FR.: L'effrontée, mús. Alain Jomy, dir. Claude :Yliller (el universo de la música clásica.
Mark ~-\dler. dlr. Phlhp Kaufman (música de Leos Janacek. montaje y concepción
imitada por Jomy. más una canción de Ricci e Poveri, «Sara' perche ti amo»). sonora de Walter Murch). .'. .
FR.-PORTUGAL.: Vertíges. dir. Christine Laurent (sobre los ensayos de las Bodas de
Fígaro en Lisboa). Compílación
EE.UU.: BeeThoven's nephew: dir. Paul Momssey (Wolfgang Reichman es Beethovenl.
EE.~U.:.~iny Dancing (DirtyDancing). mús,)ohn Moms. dir. Emile Ardolino (com­
EE.UU.: Dulces sueños"(Sweet Dreams), dir. Karel Reisz. Uessica Lange encarna a la
ptlaclOn de los años sesenta).
cantante country Patsy eline). EE.~U. ~ías de radio (Radio Daystarreglos de Dick Hyman.di~. Woody All~~ (com­
pllaclOn de los años veinte).
Investigaciones
FR.: Partir revenir, mús. Rachmaninov Y Michel Legrand. dir.Claude Lelouch (en tor­
Filmes musicales

no al ConciertQ para piano n. o 1 de Rachmaninov).


BÉLGICA: Goldell Eighters. mús. ~1arc Herouet. dir. Chantal Akerman. .

G.B.: Pri~ci~ianTeS (Absolute Beginners), mús. Gil Evans. dir. Julien Temple.

1986 G.B.:Ana. ttlme colectivo sobre diezmas de ópera, con la contribución oe Jean-Luc

Godard. Bruce Beresford, Roben Altman. Derek Jarman, etc.


Bandas sonoras FR./BRASIL: Opera . ­
do Malandro. mús. Chico Buarque.. dír. Ruv Guerra.

FR.: El manantial de las colinas/ La vengan:a de Manon (lean de Florette I Manon des
La música como tema
sources), mús. Jean-Claude Petit, dir, Claude Bem (banda sonora en torno a un tema
FR.: Alrededor de la medianoche (Round Midnight), mús. Herbie Hancoek,dir. Ber­
de Laforza del destino. de Verdí).
LA MÚSICA EN EL CINE CRONOLOGíA 44]

trand Tavemier \el saxofonista Dexter Gordon interpreta a un personaje inspirado en 1988
él mismo y también en la figura de Bud Powell). '. .._
FR.:Laf~mme dema vie. mús. Romano Musurarna, dir. RégisWar~ier (Christophe Melodía del año
Malavoy da vída a'un violinista alcohólico). AL: Bagdad Café (Bagdad CafeL·dlL Percy Adlon (canción deBob Telson por Jevete
FR.: Mélo: diT. Alain Resnais (un triángulo amoroso'entre tresmúsico~.de cámara, se­ Stevens. «Callíng You»!.
gún la pieza de Bemstein). ' . l '

EE:ÚU.:Lá'bamba (La Bamba), mús. Santana, Miles Goodman. Ritehie Valens. Bandas sonoras
diLLuisValdez (biografía del joven cantante Ritchie Valens). FR.: El gran azul (Le granó bleu J. mú~. Erie Serra, dír. Lue Besson.
EE.UU.: Ansia de. \'ivir (Duet forOne), dír. Andrei Kontchalovski (Julíe Andrews, vio­ FR.:Eloso (L'oursl. mús. Philippe Sarde. dír. Jean-Jacques Annaud (sobre un tema de
linista neurótica. en un concierto que se convierte en una catástrofe J. las Esraciones de Chaiko\'ski).
EE.UU.: Rain Man (Rain Man). mú:,. Hans Zímmer, dií. B~ Levinson (con unaeom­
Investigaciones pilacíón de road-moviel.
~E.UU.: Metrópolis (Metropolis), dir. Fritz Lang (1927), versión remontada y con mú­ EE.UU.: El club de los poeJas muaros (Dead Poet's SOCietYi. mús. Maurice Jarre. dir .
. sic a pop de Giorgio Moroder. PeterWeír.
YUG.: El Jiempo de los gitanos (Dom zu Vesanje), mús. Goran Bregovic. dír. EmirKus­
turiea.
1987
Filmes-ópera
Bandas sonoras PORTUGAL: Os Canibais. mús. 10ao Paes. dír. Manoe! de Oiiveira.
AL.: El cielo sobre Berlín (Der Hirnrnel über Berlin), mús. Jürgen Knieper, dir.Wim
Wenders. La música como tema
MALÍ: La luz (Yeelen),mús. Míchel Portal, dír. Suleyman Cissé. FR.: L'étudiante, mús. Vladimir Casma. dir. Claude PíÍlmeau (Sophie Marceau.estu­
EE.UU.: La última rentación de Cristo (The Last Temptatíon of Chrisl). mús. Peter Ga­ diante de fi losofía. encuentra el gran. amor de su vida en la persona de un pianista y
briel, dir. Martín Scorsese. compositorinterpretado por Vineent Lindon).
EE.UU./AL./G.B.: Dublineses (The Dead), mús. Alex North, dir. John Huston. FR.IITAL.ffÚNEZ: Toseanini. dír. Franco Zeffirelli.
G.B.: Voces distantes (Distant Voiees. Still Lives), dír. Terenee Davies.
Música clásica
EE.UU.: Bird (Bird), dir. C!int Eastwood (Forest Whitakeres Charlie Parker, música su­
FR.: Sous le soleil de Satan, dir. Maurice Pialat (la Primera sinfonia de Dutilleux).
pervisada por Lenníe Niehaus).

Compilación Bandas sonoras


EE.UU.: Good Morning, Vietnam (Good Moming, Vietnam), mús. Alex North, dir. EE.UU.: Haz lo que debas (Do the Right Thing), rnús. Bill Lee Yel grupo de rap Public
Bany Levinson (Robín Williams como dise-jockey en Vietnam y la canción de Enemy, dir. SpikeLee.
Louis Armstrong: What a wonderjul world). EE.UU.: Campo de sueños (Field of Dreams), mús. James Horner, dír. Phil Alden Ro­
binson.
Filmes-Ópera
FR.: LA Boheme, OO.Luigi Comencini. Música clásica
FR.: Macbeth, oo.
Claude d'Anna. FR.: Demasiado bella para ti (Trop belle pour toi), dir. Bertrand Blier (Schl,U>ert en un
salón burgués).
La música como tema
AL.: Richard und Cosima, dir. Peter Patzak (Otto Sander es Wagner), Filmes musicales

BÉLG.: El profesor de música (Le maitre de musique), oo.


Gérard Corbiau (José van EE.UU.: Cry baby, el lágrima (CryBaby), mús. Patrick Williams, dír. John \X.aters .

Dam es un gran barítono retirado que se consagra como profesor).


LA MÚSICA EN J;L CINE CRONOLOGÍA 443

EE.UU.:. El cabo del miedo (Cape Fear). mús. según Bemard Herrmann. dir. Manin
Fihnes-óperas

S~corsese (la banda sonora es un nuevo arreglo de la música de Hemnann para el fil­

-
FR./YUG./ESP.: Boris Godounov, dir. Andrzej Zulawski ..

La música como tema


EE.UU.: Losfabulosos Baker Boys (The Fabulo~Baker Boys), mús. Dave Grusin, dir.
me de Jack Lee Thompson El cabo del terror [Cape Fear. 1962). del que la película
de Scorsese constituye un remake). _
EE.UU.: Afien 3 (Alíen 3). Illús. Ellíot Goldenthal, dir. "oavid Fmcher (Alienperíodo re­
ligioso:coros y misticismo). "
Steve Kloves.

Compilación

1990 EE.UU.: Thelma y Louise (Thelma and Louise), mús. Hans Zimmer. dir. Ridley Scott.

La música como tema

Bandas sonoras
AL.-AUSTRAL.-FR.: Hasta elfin del mundo (Until the End of the World) (para este fil­ FR.: Todas laS mañanas del mundo (Tous les marins du monde),dir. AlainComeau
me de viaje a escala planetaria, Wenders solicita a grupos que admira ---corno Dépe­ (Jean-Pierre Marielle es Sainte Colombe. Gerard Depardieu es Marin Marais).
che Mode, Lou Reed.REM, Can, Nick Cave o Neneh Cherry~que escriban piezas FR/POL.: La doble vida de Verónica (Ladouble viede Véroniquei. mús. Zbigniew
especialmente para el filme; la música «adicional» es de Graeme Rewelll. Preisner, dir. Krzysztof Kieslowski.
BÉLG.-FR.-AL.: Totó el héroe (Toto le héros), mús. Pierre van Dorrnael. dir. Jaco van
Dorrnael (con lacancÍón de Trenet «Boum. quand votre coeur faít boum» L
EE.UU.: EduardoManostijeras (Edward Scissorhands), mús; Danny Elfman. dir.Tim 1992

Bunon.
EE.UU.: Corazón salvaje (Wild at Hean), mús. Angelo Badalamenti y recopilación. dir. Melodías del año
EE.UU.: Las noches salvajes (Les nuits fauves l. canción y dirección de Cyril Collard.
David Lynch (de Richard Strauss al hard-rock).
EE. UU.: E/silencio de loscordáós (Silence of the Lambs), mús. Howard Shore. dir. Jo­ EE.UU.: El guardaespaldas (Bodyguard). dír. ?\1ick Jackson «<1 Will AlwavsLo\e
You» interpretada por la protagonista del film. la .camante Whitney Houst~~)-,
nathan Demme.

Bandas sonoras
La música como tema
FR.: La note bleue.dir..-\ndrzej Zulawski (Janúsz Olejniczak es Chopin y Marie-Fran-' AL.: ¡,Tan lejos. lan cerca! (In Weíter feme. so nah: l. mús. Laurem Peüt2'irard. dir. Wim
W~~~ - .
ce Pisier es George Sand: su relación había sido filmada en 1945 por Chai-les Vidor.
con Comel Wilde y .\-ferle Oberon, en Canción inolvidable [A Song to Remember]) FR.: Azul (Trois eóuleurs: bleu), mús. Zbigniew Preisner. dir. Krzysztof Kieslowski I.la
EE.UU.: Los Doors (1ne Doors). dir. Oliver Stone(relanzainiento de la le~'enda de los obra póstuma de un compositor).
años seserita y de Jim Momson).
EE.UU.: Mo: Better Blues (Mo' Better Blues), mús. Bill Lee, dir. Spike Lee. La música como tema
FR.: Ciu:compagnatrice, mús. Almn Jomy. dir. ClaudeMilIer.
FR.:. La sentinelle. mús. Mare Oliver Sommer. dir. Amaud Desplechin (con arias de
1991 ópera de Mozan, Haendel y Rossini cantadas .en la acción l.
FR.: Un corazón eninviemo (Un coeur en hiven.dir. CI;ude Sautet (un lutierv una vio­
linista). . '
FRJEE.UU.: El piano (The Pianol. mús . .\-1ichel Nyman. dir. Jane Campion.
Melodía del año
EE.UU.: Robín Hood. principe de los ladrones (Robin Hood. prince ofthieves). dir.Ke­
vin Reynolds (con una canción de Bryan Adams). Investigaciones. .
EE.UU.: Twin Peaks. Firé walk irirhme. mús . .--\ngeloBadalarnenti v David Lvneh,dir.
David Lynch (intrépidas investigaciones musicales·y sonorasl. '. .
Bandas sonoras

G.B,: Regreso a Howards End (Howards End), mús. Richard Robbins. dir. James Ivory.

LA MÚSICA El' EL CINE CRONOLOGÍA +45

1993 La música como tema


FR./BÉLG: Farinelli, el casTrado (FarineUi, il castrata). dir.Gérard COrbiau (sobre la
Melodía del año vida novelada de un cantante castrado).
EE.UU:: Phi/ade/pllia (Philadelphia), mús~ Howard Shore, dií. ]onathan Demme (can­ G.B.:La doncella J la muerTe (Death and the Maidenl. dir. Roman Polanski (la \'Iola­
ción de Bruce Springsteen). ción, la tortura y un cuarteto de Schubert).

Bandas sonoras
FRJITAL.:Pequeiio Buda (Liule Buddha), mús. Ryuichi SakamQi()~ dir. Bernardo Ber­
,"
tolucci.
EE.UU.: E/ sueño de Arizono (Arizona Dream), mús. Govan Brego\Íc, dir. Emir Kustu­
rica.
EE.UU.: El juego de Hollywood (The Player), mús. Thomas Newman~dir. RobertAlt­
mano
'RUSIA: Quemado por el sol (OutIomlionnye soltnsem), mús. Eduard Artemye\: dír.
i\ikita Mikhalko\.

:\lúsica clásica
PORTUGAL El valle de Abraham (Vale Abraao), dír. Manoel de OIÍ\'eira lpara estJ su­
blime trasposición moderna del destino de Madame Bovar,:.. el director recopila Un::l
antología de los «claros de luna» clásicos, tomadas a vece~ de melodías de las que
sólo se conserva el acompañamiento: Schumann, Debussy, Beethoven. etc.).

1994

Bandas sonoras
. Entrevista con el vampiro (Interview with a vampife), mús. Elliot GoldenthaL
dir. Neil Jordán (concepción operística con una música orquestal abundante). ,
EE.UU.: Frankenstein de Mar)' Shelley (Mary Shelleis Frankenstein), mús. Patrick
Doyle, dir.Kenneth Branagh:

Compilación
FR.: «Tous les gar~ons et les filIes de leur áge»: «serie» de mediometrájes para la tele­
visiÓn dirigidos por Anaré Téchiné, Olivier Assayas, Chaíltal Ackerrnan, Émile
-Deleuze, PatrlciaMazuy, Cédric Kahn, etc., 'parte de la idea'de compilación e inten­
ta efectuar el retratode una generaciÓn, a partir de una idea y uÍla iniciativa de la pro­
ductora Chantai Poupaud. - .
EE.UU.: Forrest Gump (Forrest Gump), dir. Roben Zemeekis (una gran «banda sonora
a
original»que cuenta la historia ameÍ;:icana: rbciente través d~ las canciones más co­
nocidas).- '
EE.UU.: Pulp Fiction (Pulp Fictión), dir. QuentinTarantino (unfiliné con~Íl ~ión ca~
prichoso; como el programa de un disc-jockey). . ., ' '
Bibliografía básica

La bibliografía disponible sobre este tema empieza a ser importante. pero'dispar y


desigual, e incluye desde diccionarios de compo~itores ha<;ta pant1etos humoristicos, pa­
sando por obras puramente técnicas. Hay pocas obras de consulta que sean algo más que
una simple paráfrasis de las posiciones de AdomolEisler. de Eisens!ein o de Jaubert. Ci­
taremos aquí aquellos títulos que hemos utilizado directamente. o que son fácilmente ac­
cesibles para el lectOr. Algunas obras son auténticas fantasías en el plano del análisis
pero, al ser de todos conocidas. hemos juzgado oportuno .incluirlas. aunque su mención
no implica la aprob<;cipncdesus contenidos. Otros libros, como los de ClaudiaGorbman.
Noél Burch o Rick '~~ltman. son de un gran rigor yde una calidad de .análisis que mere­
ce destacarse., Contrariamente, al hablar de monografías sobre tilmes o sobrecomposi­
tores, askomo en los informes y ensayos sobre géneros. solamente mencionamos aque­
llas obrás que nos parecen serias.
Algunas revistas de cine como CinémalOgraphe (que cerró) y Positifhan publica­
do numerosas entrevistas o artículos interesantes sobre los temas y compositores trata­
dos en este libro. Durante años, Premiere ha tenido una ,rúbrica sobre música de cine.
escrita por Franc;ois Tressour. El lector sacará provecho también de hurgar en las li­
brerías especializadas. donde encontrará revistas francesas y anglosajonas para aman~
tes del género.
448 LA MÚSICA EN EL CINE
BIBLIOGRAFíA B,;\SICA
El principal problema que hallará el afiCionado· o el investigador será el de enfren­
tarse a una considerable masa de anécdotas y declaraciones de intencióri (algunas, a ve­ PORel LE. ·¡"'r·~,..r''''', ,.Prése!l«: de id lIiusiqlle a /' écran. París. Éditions du Cerf. 1969.
ces, de segunda o mano), tanto por pane de los directores como de los composi­ PORC1LE. Mauricc Jalihc r :. !l/lisicien fJopulaire Oli maudir?, París. Les Édi.
tores.No debemos tomarlas al pie de la letra. sino contrastarlas de modo crítico con los teurs Réunis. 1971.
filmes. Al leer algunos de estos textos, la «música de película» parece. en ocasiones., PORCILE. F¡'an~ois. y L.-\cmIBE. Abm. Les musiques dll cinéma fr011raís.París. Bordas.
constituir un género y un tema completamente diferentes y alejados del de la «música en 199.5.
el cine», que es claramente el objeto de este libro. \VEIS. Elisabeth. ~' BELTO\. John \comps.l. Film SCJllIld, Theory and Prauice. l\ueva
York. Columbia UmwrsityPrc~s.!985.

1. Ensayos y obras generales


1. Informes. entrevistas y compilaciones de artículos
ADORNO, Theodor W .. y EISLER, Hans, Musique de cinéma. París, L'Arche, 1972; pri­
mera edición. 1944. (Trad. cast.: El cine" j(l músÍCa. Madrid. Fundamentos, 1981.) BA~DY. \lary Lea (~omp. TJ¡c- Da¡p! {Jf SOl/l/d. texlOsde Roben Gitt, Richard Kors­
ALTMAN, Rick, SOlllld Theory. Sound Pracrice. Nueva York/Londres. Routledge, The Zarski. Sheldon HochheiSé'r y Ch~rie:, Wolfe. Nueva York. The Museum of \lodern
American Film lnstitute: 1992 (con contribuciones de diferentes autores). An.1989.
BURCH. NoeL Lalllcame de /'infini. NaÍSsana du langagecinémarographique. París, CI:-'!EKT. Miche! (comp. J. Ciné-\It;n¡oire 1991; coloquio. ·París. FEMIS/A.M.l.S..
Nathan, colección «Cínéma el Image», 1991. (Trad. cast..: El tragalu::. del infinito, 1992.
Madrid, Cátedra. 1991. ) Du Muet aIl Parlan¡; encuentros cinematográficos. Aviñón, Filmoteca de
CHION, MicheL La voix au cinéma, París, Cahiers du cinéma. colección «Essais», 1985. ToulouselÉditions .Milan.198S.
CHION; MicheL Le son au cinéma, París, Cahiers du cinéma, colección «Essais», 1985. GAREL. Alain, y PORCILE. Fran~oí5¡COmps.J, «La musique aTécran», CÍnémAclioll. Sa­
CHION, MicheL La toile trouée. ú¡ parole au cinéma. París, Cahiers du cinéma, colec­ cem Corlet-Télérama. 1991.
ción«Essais». 1988. JCLIEK. ,I';;,UI-I'';;IIIV (comp. l. «Les musiques des filmes», Vibrations n. 4, Privar. París,
CHION, Michel, L'audio-vision. Son er image au cinéma, París; Nathan. colección «Ci­ 1987.
néma et Image». 1990. (Trad. cast.:La audiovisión, Barcelona, Paidós, 1993.) LACOMBE. Alain (comp.). «Cinéma el musique.1960-1975», en Écran 75, septiembre de
CHION. Michel, Musiques, médias etteehnologie, París, Flammarion, Dominos, 1994. 1975, n. París.
COLPl, Henri, Défens,e et ilIustration de la musique dans le film , Société d'Etúdes, de Re­ TOULET. Emmanuelle, y BELAYGCE. Christian (comps.), Musique d'écran, L'accom­
cherches et de Documentatíon Cinématographique (SERDOC), 1963. pagnemem musical du CÍnéma muer en France .. J9l8-J995, París, Premier siecle du
DE LA MOITE-HABER, Helga, y EMONS, Hans, Filmmusik: Eine systematische Besch: cinéma I Sacem I Louvre I Videotheque de París I Ensemble intercontemporain I Ci­
reibung, Munich, Carl Hanser Veriag, 1980. némémoire, 1994.
EVANS, Mark, Souiultrack:The Musie ofthe Movies, Nueva York, Hopkinson y Blake,
1975
GORBMAN, Claudia, Unheard Melodies, Narrative Film Music, Londres y Bloomington
(Indiana), British Filtri InstitutelIndiana University Piess, 1987. 3. Obras sobre géneros específicos
IcART, Roger, La révolution du parlcmt vue par la presse franr-aise, Perpiñán, Institut ........
Jean Vigo, 1987. ALTMAN, Rick, La eomédie musieale hollywoodíenne. Les problemes de genre au cine­
LACOMBE, Alain, y ROCLE, Claude, La musique dufilm, París, Francis Van de Veide, 1979. ma, París, Arrnand Colin,"1992. ......
LONDON, Kurt, Film Music: A Summary ofthe Charaeteristic Features of Its History, .bARREN, ].:;s.athan, Ciné-Roek, París, Albin Michel/Rock & Folk, 1979 (ilustrado).

1936, reeditada en Nueva York, Atito Press, 1970._ FORDIN,Hugh, La eomédie musieale, París, Stock Cinéma, Stock, 1981.

MICELI, Sergio, Lam'usicaneljilm, arte e artigiano, Fiesole, Discanto Edizíone,1982. MrrRY, Jean, Le cinéma expérimental, histoire et perspeetives, París, Cinéma 2000ISeg­
a
PIERRE, LoYc, Musiqueet cinéma, de «Psyeho» «The Shining». tesina de licenciatura, hers, 1974. (Trad. cast.: Historia del cine experimental, Valencia; Fernando Torres,
Tours, Université Franyois Rabelais, Departamento de Musicología, 1984. 1974.) . ...
450' LA MÚSICA EN EL CINE
Ípdice de nombres
4. Monografías sobre filmes o autores
......
AGEL, Jéró'ffie, The Making of Kubrick's 2001, Nueva York, ~ignet, 1970.
BAILBLÉ, Claude;. MARIE, Michel, y ROPARS, ~e-Claire, Muriel, histoire d'une
recherche, París, Galilée. 1974.
CARRINGER, Robert L, TIle laz:¿ Singer, Wisconsin/Wamer Bros Screenplay Series,
1979.
CHION, .\I1ichel. David Lynch. París, Cahiers du cinéma, colección «Auteurs», 1990.
EISNER. Lotte H.. F. W. J4umau. París, Le Terrain Vague, 1964.
LEUTR.·H. Jean~Louis, La Chiemle, de lean Renoir, Yellow Now, colección «Long Mé­
trage». 1994.
WEIS. Elisabeth, The Silem Scream. ANi'ed Hitchcock's Sound Track. Londres y Toron­
too Associated Universíry Press-East Bhmswick N-J., 1982.

5. Obras de directores

BERGMA:-i. Ingmar. IIIlCl':!t!s. P;m's. GaJlimard. 1993. (Trad. cast.: Imágenes, Barcelona.
Tusquets.1992).
EpSTEI:". lean. de ([!lema. Ginebra-París. Jeheber. 1955.

KVROSA\VA. Akira. Comme eme ullfObiographie. París. Seuil/Cahiers du cinéma. 1985.

R·\y. Salyajit. :útr.c ,;·fllhna. París. Ramsay-Poche Cinéma. 1982.

SYBERBERG. P¿;rsifal. Notes sur unjllm. París, Cahiersdu cinémalGalli­ Abd al-Wahhab. Muharnrnad. 293 AlIen. Wooov. 15-. .133.
Ackeren. Robert van. 307.436 Altman, Rick. 1~.:q. 69. 91. [9.1. 221.
mard.19fC.. Ackroyd. Dan. 360 . 282.447--+49
Anrirei. Le
T.-\RKO\·SKl. :dlIpS sallé. París. Cahíers du cínéma. 1989.. ¡Trad. cast.: Es­ .-\darns. Bryan. 442 Altman, Robert. 3.430. 439. --+-W
culpir en el f1empo. \laillíJ.Ríalp, 1991.) Addinsell. Richard. 408 . Amfitheatrof. Damek 115-116. 239. 371.
Addison. John.' 145. 421 412

Adler. Mark. 439 Amo, Amonio deL..!.18

Adlon. Percy. :g 1 Anconina. Richard. 321

.-\domo. Theodor Wiesengrund, 24. 220. Anderson. MichaeL [43. 145: 416

234.249.-+47-448 Andrews, Julie. 435.-+40

Agel. Jéróme. 354-)55.450 AngeJopoulos. Theo. -1J9

Aim¿ AnouL 338. 362 Angll;lde. Jean-Hugues. 4)9

Akerman. Char1tal, 439. 444 Anna. C1aude d' . .!..i(l

al-Arrash. Fmd. 293 Annakin, Ken. ·no

Albinoni. Tommasso. 429 Annaud, Jean-Jacques, 308. 441

Aldrich.Ro.bert..141. Antoine, André. 19­


.-\Íessio. Carlos di. 290. 430 Antonioni. Michelanielo. 151.
424
Alexandrov. Grigori. 106,405 Apollinaire: Guinª~e. 98'

Alexeieff. Alexandre. 405 Apred. MichaeL ¡:ti .

Alix. Yves. 399. Ardant. Fanny. 386

Allen.Dede.375 ArditL Pierre. 386

Allen. Trving. 159 Ardolino. 43 u

.+52 LA MÚSICA EI" EL Cli\E ÍNDICE DE NOMBRES 453

Armstrong. Louís. ::A2. 292.440 Barrymore. John. 6$ Berger. Helmut, 399 Bowíc. DJ\icl. 439

:\rnold. Eddy. 155 Bartczac. Josef. 417 Berger, Ludwig. 407 Bozzetw. Bruno. -!J~

.-\rnold.· Malcolm.417 Bartók. Béla, 315. 341. 359. 386. 421 Bergman Ingrid. 131, ,]34-135. 221, 229; Braekett. L~jgh. 3 J ~

Artemie\'. Eduard. 39.:;<~q4.428. 432,433, Barychnikov, Mijail.16i\ 279,281 Bradle:- . S':ott. 30S

+14 Baskin. Richard. 430 Bergman. In'gmar, 66. 123. J 33. J52. 170­ Brahm. Jt'hn. 410

Arthuys. Philíppe. 184 Bassey. Shirley. 422 172. 174.201,213,217-218.220, 2..t.5. Brahms. Johanne·s. 149.;5.-:'.25-+.. :1:-31)\.

.-\sano. Masamiehí. 249 Bassíak. Cyrus. 289.421 251,254.256,·278, 2Sl. 313~315. 335 . 323;:::.418.-+':::/
Bates. Ajan. 271 412.416.418.420.421. 425.428. 42Y. Branagh. Kcnnerh. 17L24 1J . .~-5. 444
Ashby. Hal. 147.431
433,450 . Brando. \1adon. 1.:18
Assayas. Olivier. ++4 Bath. Hubert.402
Asraire. Fred. 90. 94.159.407.417 Baudríer, Yves. 335. 411 Berkeley. Busby, 94 c 96; lOS. 112.194,404 BranL Heí:r::-. 355
.-\ubert. Louis. 8 J Bauer. Harold: 70 Berlín, Irving. 76, 402, 405 Brassen;;. George:'..140.
:\urie. Georges.107-IOS. 114. 143. 403. Baugé. André. 402 Berlioz. Heetor. 165. 204, 206. 275, 293. 409 Breeht. B;:'11011. 105. 107 ..-::9':. 40..1
409.410. 4P. 415 Baum. Frank. 165 Bemanos. Georges .. 283 Brego\'íc. Goran. 441. 444
:\utant-Lara. Claude. 136.397,409 Baur. Harry, 4.06 Bernard, Gabriel, 53-54.402. 403 Breíl, JO~eph Carl. 60
AuteuiL Daniel. 390 Bazin, André, 29~ Bernard. Raymond~ 60. 113. 114. 404. 414 Bresson. Robert. J52. 245-2"¡'6. 25"=:. 416
Autry. Gene. 142 Béan. Guy, 417 Bernard. Sara. 60. Brice. Fanny. 424
.-\ verty. kan-Chrí:;rophe. '174 Beatles. The. 146.422 Bernstein. Elmer. 138, 376,415. 416. 417 . Brisseau. Jean-CJaudc. 22..j.
Ayer)'. Tex. 30S Beany. Warren. 374 419,437 Britten. Benpmin. 195.27:. ':'_-:''1
Beaumarchais. Pierre-Augustin CarOll de. JS.~ Bernstein. Henry. 440 Broca. Phiiippe :22-32.~. -"21.
.-\xt. WilJiam. 6(\.77. 401
AyJer. Albert~ ~21 Beece. Giuseppe. SJ. 59. 404 Bernstein. Leonard, 139.415. :.+20 Bronson. Charie~.
Azema~ Sabine. 386 Becker. Jacques. 143.414 Berri. Claude. 438 Brook. Peler. 32Y. 419.436
.-\znavour. CharJe~. 4.39 Beethoven. Ludwig von. 27. 46. 54. J (){l. Berry. Richard. 362 Brook:-.. "te!. 24b . ..¡.2Y. -L;¡
104. 105. 175. 187. 24-t 257-258. 271'. Bertolucci. Bernardo. 433. 439. 444 Brook:-.. Ri-:hard. 1-+ 1. 415
Baas. Balduin. 277 293. 328. 341. 345. 353. 402. 4.06. 40S. Besanzoni. Gabriella. 57 Brown. James. 36(l
Bacalo\'. Luis Enrique. 59. 305 427.436.438.444 Besson, Lue. 436. 438. 441 Brown. )\a;;:io Herb. 403, "¡'l.~
Bach. Johann Sebastiano 23. 27. 100. 143. Began. Serge, 215 Beudet, Regina, 58 Brown. Rowland. 93
149. 152.215.217.234.246. 250.253­ Beiderbecke, Bix. 141 Bin. Wang. 413 Brownlo\',. Kevín. 4X. 1RO
256.259.267.269-170.278.281. 313. Beineix. Jean-Jaeques. 21. 247. 283. 4~-1. Binoehe, Juliette, 275-276 Bruekner..-\nton. 176. 254. _-:''1~-39~. -+15
323 .. 325, 343-344. 393-394, 397. 408. 436.439 Bizet, Georges. 172.293.415.436 Bruneau. Olivia. 125
412.420,426.428.430.432:437.439 Béjar. Maurice. 361 Blanchard. William G .. 43 Buarque. Chico. "¡'::9
Baeharach. Burt. 423. 4.25 Be!, Frans;ois. 207. 373.426 Blier, Bertrand, 198. 205. 254. 256. 258. Bumbr::-'. Grace. 1'7 i
Bacon. Lloyd. 404 Belaygue. Christian. 18i. 184.449 315-317.358,434,437,441 Buñuel. Luis .. ¡ 52. ::45. 31 -, ":'0: . ..;.:r!
Badalam~nti. Ange10, 305-306, 439,442,443 Bellini, Vincenzo. 4.04. 435 Bodganovich, Peter; 155,427 Burch. 19. 20. 40-42. ":"'¡. 46. 56. 57.
Bádger. Carence. 91 Belmondo, Jean-Palil, 150.340-341. 436 Bogarde, Dirk, 386, 419 58~59. %. 447-448
Badham. John. 162.432 Belton, John, 449 Bogan, Humphrey, 131, 221. 248. 288 Bürger. Gonfried.46
Baiblé. Claude. 385.450 Belushi, John, 360 Boisrond, Michel. 149 Burstyn. Ellen. 386
Baker, Kenny, 412 Ben Ammar, Tarak.170 Bokanowski, Michele, 298. 434 Burton. Tim. 179.309,442
Balzac. Honoré de. 114 Benatar, Pat, J 83 Bokanowski, Patrick, 298,434 Busoni. Ferruceío. 234
Band, The. 432 Bene, Cannelo, 424 BolIing, Claude, 426 Byrne, Da\·id. 439
Bandy, Mary Lea. 449 Benedek, Laslo, 138 Bon, André, 174
Bara, Theda, 58 Benjamin, Arthur, 405, 416 Bondarchuk, Serguei, 305 Caan, Jame::.. 361
Barakat. Henry, 293, 413 Benjamín, Walter, 173 Bonine, Joseph, 70 Cacoyannís, Michael. 422
Barber, SamueI, 23 Bennett, Compton, 410 Bonis, Jean-Bernard, 106 Cagney. James, 100-102
Barcelliní, Frank, 395 . Bennett, Richard Rodney, 424 Bonitzer, Pascal, 326 Cahen, Robert, 17, 181,269.298
Barlen, Hall, 429' ~ennett, TOIly, 155 . Boonnan, JOrul, 284-285, 308)t28 Calloway, Cab, 87, 162,360.409
Bamet, Bonnet, 331 Benton, Robert, 433 Borderie, Bernard, 149 Calloway. Nicholas, 409
Baroncellí, Jacques de, 114 Béranger, Pierre Jean;29, 289, 371-372,413 Borzage, Danny, 48 Calvi, Gérard, 307 ~
Barosso y Russell, 437 Bérard, Christian, 31 . Borzage, Frank, 411 Cameron. James, 167,308,439,
Barrault, Jean-Louis, 409 Beresford, Brute, 323, 439 'Bouix, Évelyn~, 362, 436 Campion.Jane,24, 246, 266.271,283,443
Barron, Bebe, 192,417 Berg, Alban, li9, 182, 197,262,386 Boulez, Pierre, 269 . Camus,·Marcel,418
Barron. Louis 192, 417 Berg, S.M., 52 Bourgeois, Jacques, 260-261 Can, 442
Barry,John, 422,434, 439 Berganza, Teresa, 171 Bourvil, André, 416 Canudo, Riccioto, 20
454 LA MÚSICA EN EL CINE
~55
... ÍNDICE DE NOMBRES
Capra;Frank,75
Christian-Jaque, 136,409,416

Carax, Leos,439
Churehill, Frank. 407
304, 3W, 321-325, 340-341. 397, 418"

Corneau, Alain, 164, 244, 279, 281-282,

Carie, Gilles, 434


Cicogníni, Alessandro, 411
419,421,423,428,429
321,.443

Carlos, Wendy (alias « W alter Carlos»), 27,


Ciment, Miehel, 277. 449
Deleuze, É1l!ile, 444

Corneille, Pierre, 171, 198

2()()"201.~7 Cimino, Miehael, 433


Deleuze, GiUes, 381

Corradini, .Bruno, 298

CarIsen, Hennihg, 139,423


Cissé, Soleyrnan, 435, 440
DeUbe, Louis, 20

Cosandey, Roland, 63

Cariton, Larry, 437


Clair, René, 60, 67, 81, 82, 91. 106-107,
Delvaux; André;' 427

Cosma.,Edgar, 3'2:7

Cannichaei. Hoagy, 410


109,m, 272, 289-290; 297,402,'403,

Cosma, Vladimir, 307, 427, 434, 436,441


Demeny, Georges, 42

Carné, Man::eI, 139, 407, 409, 410


404,413
Dernme, Jonathan, 234,247, -+42.. W.
Costa-Gavras. Constantin, 391

Caron, Pierre, 406; 407


Clark, Les, 99
Demy, Jaeques. 105, 110, 143. 17~. i16.

Cotten, Joseph, 379-380

Carpenter. John. 156. 438


Clarke, Anhur C., 354-355
256, 292, 3W, 325-326. 340. .3{j:' .!~9.

Coward, Noel, 320

Carpi. Favio. 435


C1audeI, PauI, 197, 368
422,423,435

Crawford, Jean,411

Camere, Jean-Claude, 353


Clayburgh, 1ill. 433
Depardieu, Gerard. 316. -+43.

Crolla, Henri, 149

Camere, Mathieu, 328


Clément. René, 142,413 Dépeehe Mode, 442

Cros, Charles. 37

Camnger, Robert L., 450


Clever, Edith, 170
Deray, laeques, 426, .+36

Crosby, Bing,41O

Caruso, Enrico, 141


Cliff, Jirnrnv. 147
Désormiere. Roger. 383.-+08

Crosland Ir. Alan. 68, 40 1

Caserini. \1ario, 57
Clift, Montgomery, 414
Despleehin, Arnaud. 4-+3

Cruise, Tom, 93

Cassavettes; John, 420


Cline, Patsy, 438
Deutsch, Adolph. 408. -+ 1.+

Cugat, Xavier, 244

Catalani. Alfredo. 434


Cloerec. René. 409
Deville, Miche!, 205. 254. 326-327. '+3G

Cukor. George, 415, 419

Cavalcami. Alberto. 75
C10uzot. Henri-Georges. 327. 397. 411. 414
Devo . .+38

Culkin, McCaulay. 167

Cavalier. .-\1ain, 245


CIOUZOL Vera, 227
Devos. Rayrnond. 341~342

Curtiz. Michael. 408. 409

Cavalieri; Lina, 57
Cocker, loe. 435, 438
Devreese, Frédéric. 427

Cave. Nick- +42 Cocteau. lean. 56. 114.403.409.410 Dewaere, Patnck. 244. 316. 321.

Da Ponte, Lorenzo. 30

Ca!ToL Jean. 386


Collard. Cyril. 443
Di Venanzo. Gianni. 151

Dabadie, Jean-LouD. 390

Ce1lier. Caroline, 125-126


Collins. Phi1.437 Diamant-Berger. HeniL .+oS '

Dalio, MareeL 382'

ChabroL Claude. 153. 254. 303-304. 418,


Colombier. \lichel. 105. 110. 174. 206. 308,
Dallapiccola, Luigi, 129, ·195
Diamond, NeiL .+29

426 •
3 10,32.2.325-326.435.437
Dickinson. Angie. 309

Dalle, Béatrice. 439

Chaikovski. Piotr. 48. 55. 56. 61. 73, 76,


Colpi, Henri.115, 126-127, 158.222.323, Dickson. Gordon. 41

Daltrey, Roger. 431

100. 181,208. 235. 259. 272, 276,293. 385.419. ..+48

Dam, Jos, van. ++O


Dideror. Denís. 89

338.402:'+08.427.+41
Coltrane. Jonn. 140.290.321
Dieterle. William. 85

Dankworth, Johnny. 419

ChaJiapine.'+04
Comden. Bercv. 237. 290
Dietrich. Marlene. 102. ¡ 04.403. 404

Dameux, Danielle.289

ChaJlonge. Christian de. 432


Comencini. F~ncesca. 437
Disne)'. Walt. 58. 99. 127. 29.~. ~-5.

Dassin, Jules. 118-119.41 5,419

Chamberlain. Richard. 427


Comenciní. Lui!!i. 170. 440
.+07.408.425

Davies, Terence. 236.379.441

Charidler. Rayrnond. 313


Comets. The. l'¡-l
Domingo. Plácido.43i

Davis. Carl; 48. 54. 60. 18Q- 182. 185.

Chaplin. Charles. 41. 49, 50.58.69.77,83,


Comolli. Jean-Louis.174
Domino. Fats. 140

402,434

91. 184. 185. 187.256. 292.318-319, Companeez. :';1na. 326


Donaggio. Pino. 309 . .+34

Davis. Miles. 139.290.418

339.371. -I{)6. 408. 413. .439


Connelly. \larc. 406
Donen. Stanley. 96.162. 312. 413

Day, Doris, 143.416

Chaplin. SauL 420


Constant.:\larius. 436
Donn. Jorge; 361-362

De Forrest, Lee. 67

Chapiin. Siáney, 75
Constantin: Jean. 149
Donner. Clive~ 423

De Mílle, Cecil B .. 52-53. 416

Chaporine. Yuri. 405


Constantine. Eddie,149
De Palma, Brian. 158. 183; 273, 309, :.+5.
Doors. The; 158. 319.433. ++2

Charles. R:l\', 360..[~.j.


Conti,Bill. 307. 436
Dorm. Philíp. 411

427, 429, 434 .

Charpenrier~ Gustave. 408


Cooder. Ry. 364,400,437
De Santis, Giuseppe.412·'
Dormad. Jaco van . ..+42

Chavance. Lvuis. 221


Cooper. :\tenan. 82,. Ir3, 404
De Sica, Vittorio.41 l'
Donnael. Piere van. ..+42

Chenal. Pierre.114
Copeland: Srewart; 320, 436
Douglas. Kirk. 136

De Vol, Frafik, 145.415

Chénier.. Cliiton, 321


Copland. A.aron. 412
Doyle.:\rthur Conan. ·+26

Dean, James, 137

CherkassO\. ~¡kolai. 333 '


Coppola. Cmnine. 60, '158. 310.401. 433
Debussy>C·laude_'30.';~9._ 5,~~ '56~ '91_~ i:7~ Doyle. Putrick. 249. 375: 444

Cherry. Neneh'.+42
Coppola. FrancisFord. 47. 123. 157·158,
129. 195-196. 204: 2pl-262. 172. :::S6. Dragon. Cannen. 232.416

Cherubini. Luü:!i. 427


160, 304. 31 1; 319-321. 359. 369. 372,

347, 350; 402. ,+3.5. -+44


Dreyer. Carl Theodor. 63. 184.422

Che\'aIíer. \ta;rice. 84.90. 402. 405


375,417.430. 433. 435. 436.A37
Dreyfus. Jean-Paul. 91

Delacorta, 247

Chion~ .\-licheL 448. 450


Corbiau. G¿rard. 164; 440. 445
Dubin. Al. 95. \05

Deiair,Suzy,411

Chapín. Frederic. 46. 151. :::71. 281. 3-13.


Corelli. Arcan!!elo. 349
Delannoy, Jean. 409
Dubio. Harty. 40'+

337. 410 . .¡26.42K 433. ..+42 Corigliano. John. 434


Dudo\\'. SIatan. 404

Delavault, Hélene. 436

Delerue, Georges. 133.149,153.211. :::56. Dufour. Bernard. 28 t.

ÍNDICE DE :\OMBRES ..+57


LA MÚSICA EN EL CINE
Friedhofer. Hugo. 411. 412
Goddard. Pauk!te ..i:j ~
Duhamel. Antoine: 1-+9. i~: ..i 10.32-+. 34(J·
Fairbanks, Douglas, 182. 184, 237
Friedkin. William. 429
Goethe. Johann Woligang von. 46. 3~l). 4()O
3-+1. 397-398 . .;.23
Fano. MicheL 204-207.425, 426
Frolich. Car1. 90
Gold. Eme:,\. 143. 1~5.376.419
Dukas. Paul. lOO. -+08
Farrar. Geraldine, 57,58
Fuller. Uoe.-+2
Goldberg. R;.¡íner. n¡
DulaL Gemlainc. ':::4-+
Farren. Jonathan. 157.449
Furey: Lewi~ ...[\4
Goldblan. Charle~. 351
e

Dunaíevski. lsaaL 40:;


Fassbinder. Rainer Wemer. 289. 307.434
Fusco. GtO\·anni. 151-152, 382.417.
Goldenthal. Elliol. -W3. 4-W

Dunaway. Faye.3-"'¡'
Faulkner. WilIiam, 31
-+18.422
Goldsmírh. Jerry. 262 ..~76. 421. 43.'. :.+:<,í\

Duning. George.';'! 4
Fauré. Gabriel, 433
Goodman . .'.!iles. ~(l

DurJ:>. Marguerite. "'¡'S. ¡y;;;. }"'¡'5. ':;:;1. 290.


Fazan. Adrienne. 311
Gabin. Jean. Sí. 383' Gorbman.CLlUdía. 17. 22. 55. 1'::2-126.

32N-329.379 . ...¡.!Q.430
Feher. Friedrich, 106, 174. 406 .
Gabriel. Pera. 244.. 438. 440
130·1.' 1. 199.269. -W7-44;:;

Durbin. Deanna. ~(l. 16~


F~inzimmer~ A.: 61
Gades. Antonio. 172. 436
Gordon. DeX!er. 290.-WU

Dürrel1maH. Friedri.:h.:' 2( i
Fejos. Paul. 402
Gailhard. André. 403
Gorse. Picrre. -+35

DU':,olier. André ..'S6


Fdlini. Federico. 2.1, 23.47,59. 121. 133.
Gaínsbourg. Charlotte. 287, 316
Gossec. Fran~ois Jo"eph. 70

Durilleux. Hen!") .':::~3 . ..+4(1


135. 174-175. 176,208.210,250.259.
Gallone. Carmine. 170.404.412 Gould. EllioL :<, ¡:.

Dutc Geera. 329


166-267, 277-278 . .304-305 . .334-339.
Gance. Abel. 50. 58. 60. 62. 109. 198. 272. Gould. Gienn. 26-;·2b~. -+28

Dut!. Guru. 329."+iY


362.364,377.413.414. -417.421. 425.
294.197.312.334.401.406.408
Gounod. Ch;.¡ries. 5~. c.~. 85.406

Du\ivier. Julien. :-:-. 1.)6-l/:-:: 389. 397.40:'.


428.431.433.435.430
Garda. Kicolc. 361
Granado~. 327

"'¡'1)6.407
Fenton. George, 179
Garden. Ma!"). 57
Gran!. Ca!').

D\()rak.. :\ntonin. -¡l . .::;.¡.:; ..,-t:~-.'-W. -+37. 439


Fernández. Wilhelminia. 2-17; 434
Gardner. :\.\"a. 159
Grave~.Rüben. 271

Ferry. Brían. 438


GareL Alain. -+49
Grayson. Kat!")'n. 71

EJ,dale.Brian. 37.:'. -+¡.:: Festa Campanile. Pasquale. 278


Garfield. John. -+11
Green. Adolph. :::37. 2l}(l
1:
b~f\\ood. C1int. :uí\ 32L;·.~J ...¡..:;¡. -W ¡ Feyder. Jacques. 58
Garfunkel. An.424
Green;l\\;¡~. Peter. 19:. 256. 435

Edbon. Thomas :\j\ J. 3":"-3,~. -i 1--+2.52.65 Fidding. Jerry. 425


Garland.Jud)~71.80. 168.292.407,415
Greene. Graham. 3"'79
Ed\\,trd~. B!ake. ;-\.:.. 303. 307.-+.::0. 422. Fincher. David. 443
Gamen. Tay. 396
Gregor. 1\ora. 382

-L":'.435 Físcher. Eddie. 155


Garr. Teri. 319
Grémillon. Jean. 40-1...408. -+ 1-+
Eggeling. Viking. 2o~ Fischer-Dieskau. Dietrich. 171
Garvaremz. Georges. 420
Grie2:.Ed\·ard. 280. 293

Eicnendorff. Joseph \on. 365. -+00 Fischinger, Oskar, 365


Gassmann. Vittorio, 428
Griffith. Da\id Viard. 46.48. 60. 182-183

Einern. Gottfried \ ,)D. 3':;0 Flaheny. Robert. 411


Gayle. Crysm!. 319
Grimblat. Pierre. 12 ¡
Ei..¡ens!ein. Sergue: \lij:1iJcr\·ich. 49. 61. 62. Fleischer. hemlanos. 87
Genina. Augusro. 77. 403.407
Grinberg. Anouk. 316

93. 135-186. 30-i. 331-333. 385.407. Reischer, Richard, 257, 428


Gershwín. George. 90. 157, 246. 272,407.
Gruault. Jean. 386

410.447
Reming, Victor, 407, 408
413,433
Grunn. Homer. 53

Ei~ler. Hanns. 105. 220. 2.~-+. 249. 382. 384.


Rorey, Roben, 84,402.411
Gide. André. 86. 90
Grusin. Dave. 149.200.424.430.442
-+02.404.415 . ..!..!7-448
Fonda. Jane. 306
Gielgud.lohn, 278,386
Guerra. Ruy. 439

Eisner. Lotte. 370. .l50


Fontaine, loan, 115-116
Gilbert. Herschel B., 376
Guerra. T onino. 31. 173

Elfman. Danny, 179.309.442


Forbes, Louis, 406
Gilben. John. 48
Guillermin. John, 159

Elgar, Edward, 166


Ford, Alexander, 413
Gildermeijer. lohan, 57-58
Guitry. Sacha. 120,.205
Elin. Carl. 60
Ford, Glenn, 141
Gillespie, Dizzy, 139,330
Guthrie. Arlo. 147,374.425
Ellington, Duke. 157, 22L 244,290. 330,
Ford,John,47~8,113, 127-129,222,405,411
Gillíam, Terry, 244, 437
Guthrie. Woody. 147.374,431
376.419,430
Fordin, Hugh, 449
Giono, lean. 417
Guy, Alice. 4::, 57

Elman. Mischa, 70
Fonnan, ~ilos, 162, 164, 265, i19, 312,
Giraud, Fiorello, 57

Eloy, lean Claude. 152


423,431,435,437
Giraudeau, Bemard, 125
Hackford. Taylord. 168.435.437

Emons, Hans, 22
Forrest, Frederic, 319
Giiaudoux, Jean, 114, 197
Hackman. Gene, 369

Enrico, Roben, 423. 430


Forst, Willy, 404
Gitt, Roben, 449
Hadjidakis. Manos, 419

Epstein, Jean, 62, 109, 333-335, 402, 411,


Fosse, Bob, 312,428... 433
Glass, Philip, 256, 306, 316, 436""
Hadley, Henry, 72

450
Fox, Wllliam, 68 .
Gliese, Rochus, 371
Haendel, Georg Friedrich, 250, 317, 420,

Erdmann, Hans, 91
Franck, César, 62,211,400,427
Gluck, Christoph Willibald, 29, 52, 58, 59,
430:443

Erlanger, Camille, 60
Franju, Georges, 42] .
165
Hagen, lean, 237

Eurythmics, 438
Franldin, Aretha, 360
Gobbi, Tito, 412
Haley, Bill, 141,415

Eusmche, Jean, 25]


, Frears,Stephen, 308, 439
Godard, Jean-Luc, 98, 123, 133, 147,149,
Halpem, Victor, 98

Evans, Gil, 439


Freed, Arthur, 161,290,312,375
150, 153, 178, 198, 214, 254, 258, 270,
Hamilton, Chico, 139.417

Evans,~ark,43.45,46,52, 145, 146,448


Fréhel,88
295, 324, 339-344, 365, 419, 420, 421,
Harnílton, Guy, 422

Evans, Ray, 143,416


Freitas Branco, Luis de, 404
423,425,436,437,439
Hamlísch, Marvin, 157,429,434

Ewing, ~aria, ] 71
Fried, GeraId, 415

458 ... LA MÚSICA EN EL CINE


ÍNDICE DE NOMBRES 459

Hampton, Lionel, 242


Holden, William,.408

Hancock, Herble, 376,424,439 HOlderlin, Friedrich, 171, 198

Jarre. Maurice, 160,225-226,308-309,322,'


Kleisei, Randal, 432

Handke, Peter, 31, 400


Holllinder, Friedrich, 103,281,403,414

420,421,423,438,439,441
Kloves, Steve, 442

Hanks, Toi!t247
Holst, Gustav, 262

Jarret, Keith, 268


Kniepper~' Jürgen. 133, 307~308, 400 431

Hap, 91
Homero, 175
440·'. . . ' •

laubert, Maurice, 22, 107, 114,. 127-128,

Harlen, HaroÍd, 407


Honeg¡,er, Arthur, 60, 114,310,401,405

290, 324, 350-352, 39/, 404, 405,A06,


Kobayashi, Masili, 422

Harline, Leigh, 407


Hopper, bennis, 146,425

407,447,449
Kogan, Leonid, 269

Harlow, lean, 101


Horner, lames, 167, 200-201, 308; 439,

Jewison, Norman, 160,424,428


Komeda, Krzysztof, 139,421,423

Harnoncourt, Nikolas, 182


441

Joffé, Roland. 243, 439


Konchalovski, Andrei, 438, 440

Harris.Thomas.234
Hossein, Robert, 361

JoOOson. H.. 406


Korda, Alexander, 82

Harrison, Rex. 276


HouslOn; Whitney, 293.443

Jolson, Al,. 76, 78. 83


Korngold, Erich WOlfgang, 85, 129. 158.

Hawks, Howard, 93. 241, 248. 311, 410.


Howard, Leslie, 272, 279-280

Jomy, Alain. 438, 443


165,310,406,408,411

411. 412,420
Howard, Trevor, 272, 428

lones, Quincy; 145,424,438


Kosma, Joseph, 409, 410

Hayasaka, Furnio, 133.215.412...+15


Howard, WilÜam K., 9l

Jones, Tom. 423


Koszarski, Richard, 71, 449

Hayashi, Hikaru, 419


Hua, Shui, 413

Jones, Trevor. 438'


Kozintzev, Grigori. 61, 402

Hayes. Isaac. 426


Hudson, Hugh, 168, 434.

Joplin, Janis. 146


Krenz, Jan, 417

Hays.. William H. 68-70. 74


Hugo. Victpr, 242

Joprin, Scort. 157.429


Kristofferson, Kris. 431

Hayton. Lennie. 413


Hugon. André, 70 .

Haywárd. Susano 139


Huíllet. Daniele, 171. 174. 198. 267-270,

Jordan, Armin. 170


Kubnck, Stanley. 27.59. I ó3. 16ó, 249. :~..l..

Jordan. Neil. 444­ 255,353-360.415.424,427,430

Heartstone, (iraham. 203. '31 r


424.429

Joselito (José liménez Femández), 292


Kuiechov, Lev. +05

Hecht. Ben; 229


Humer.Holly, 271, 283

Jourdan. Louis. 115


Kundera. Milan. 353

Hedren. Tippi. 237


Hum. Brian Desmond. 408

Julien.Jean-Rémv.449
Kurosawa. Akira.. 24. 215. 25K 7'7..1 ~.;;.!

Heler. Hermann. 74
Hurst. Fanny, 411
' ~J
Jung, Jean-Fran<;~ís. 173
384.411,412. .+50 " -- •

Hellinger. Mark. 118


Hurt. John. 271

Hendrix. Jimmv.l46
HuslOn. John, 142,248,408. 4i4. 421. 424,

Kusturica, Emir. +l-I. 444

Kachaturian. Adam. 337, 356, 358, 424

Henreid. PauL 2{4. ::::1. 409. 41 i


440

Kafka. Franz. 244


L'Herbier. Marce1.45. 61. lXi
Heruy..Pierie: 389. ~:)J. 414
Hyman. Dick, 439

Kahn. Cédric.44-+
La Motte-Haber. Helga de, 22, 44X
Henze. Hans \Vemer. 217. 280. 385-387.

Karnen. \'lichael. 307. 437


La PatelW;re, Denvs de. '+20
.12L 436. 438
Ibert. Jacques. 402, 404.405

Kanawa. Kiri Te. 310


Lacan. Jacques. 234

HenzelL Perry. 141


lean. Roger. 61,448

Kandery Ebb. 428. 432


Lacombe.Alain. 2'+. 5-L J 22, 12ó.12S. 1:"S,
Herouet. Marc. 439
Indy. Vincentd', 224

Karaíndrou. Eleni. -!-39


168. 344, 448....!.+9

Hemnann. Bemard:21. 22. 26. 65. 121. 124:


Ioseliani. Otar, 331, 349.426.431. 437

Karajan. l-lerbert von. 356-357, 36 i


Laí, Francis. 146.362.423.426

131. 133. 145.1-+6. 158. 179. 207. 209.


Isaak, Chris. 293

Karas, Amon. 138.379-380. 4i2


Lalo, Édouard, 55. 73

::0, 23 L 252.25:.261. 263.304. 307.


Tshaghpour, Youssef. 174- 175

Karina. Anna. 340-342


Lamartine, Alphonse 37

309-310. 322. 3+-1-348. 408. 4 ID,


Ivens. Joris, 91, 98, 402. 415

Kast. Pierre. 152


Lancaster, Burt. 136. 139

4i6. 418. 420~ 42L 427.430.


Ivor)'. James, 160, 308.425

Kaufman. Philip, 307. 353, 436, 439


Lanchbery, John. 434

Wemer. 426. -l.29


Iwerks. Ub, 99

Kaütner.Helmlir. 416
Landau. Martin. :.3 1

Highsmith. Patricia. 258

Kaye. Danny. 241-242


Landís.John, 162.286. 434

HilL George 15-.256.425.428.429


J ackson, M ahalia, 418

Kazun, Elia. 136. 137-138. 139,413.415


Landorrny, Paul. .350

Hill. George.
JacksOn. Michael, 360

Hiller. Arthur. 426


Jackson.Mick. 293, 443

Keaton. Buster. 41. 184


Lang, Friti, 61. 91~93. 106. 112, 113. 133.

Keighley. William. 406


184~207,389.++O .

Hindemith. PauL 60.~2 .


Jacno.388
Keitel; Harvey. DI. 283,347,
Langdon. Harry.'+1

Hines. Gregof\. 168


Jacob.lrene. 200

Kellog, Edward. 122


Lange. Jessica, 438

Hi[Chcock.~Alfred. 26. 82. 83. 87. 88. 121.


Jacquot. Benolt. 430

Kelly, Gene, 47. 94. 96, 224, 237,320.413


Langlois. Henri . .352

12·t 143145. 160.161. 226.228-229.


Jade.C1aude.202
Kem, Jeróme. 91 .
Lanza, Mano, 84

230-231. 237. 248. 270. 2S-L 30.+. 309.


Janacek. Leos, 327,353.439
Kiepura. Jan. 84
Larcher. David. 64

323. 234; 33..k3-F-348.3Sl. 402. 405,


Jancsó. Mikl6s, 425

Kieslowski. Kizysztof. 200-201, 174"


Laretei, Kabi, 314

407.410,411.416. .117.418.4::;0.421
Janda. Ktystyna,278
276,443
Larson, Lars-Erik. 414

Hochheiser. Shddon. .::.49


Jansen.)acques, 182,426
Kijowski. Andrzej. 278
Laughton~Charles. 82. 407 ...H5

Hodeir. André. 149


Jansen. Piérre, 153, 20J.:204. 419

King, Stephen. 27
Laurent. Christine.

Hodges. Mike. 2-t.8


Jarman. Derek. 19.1, 439

Jarrnusch. Jim; 349-350. 437,439 Kinski. Natassia. 21


Le Borne. Fernand.

HC>t'rée. Arthur. 405

Kirsanoff. Dimitri. 63. 405


Leac:ock. Richard.

K1ein. Williarn. 143.256, 423


Lean, David, 160. 254.410. 417. 421.'¡lJ

ÍNDICE DE NOMBRES -1-61


460 LA MÚSICA EN EL CINE

Masan, James. 231.410


Misraki. PauL 416. 4 rR

Ledda; Gavino. :::~:


Lumiere, Louís. 42

MasseneL Jule~. 48
Mitry. Jean. 294-295. 374.4'+9

Lee. Bill, 4-1-\


Luric. John,349, 437.439

Mizoguchi. Kenji. 133.257.28:';:."; l~ . .llfl

Lec. Spike. 226. 2Q(' . .:t-ü·36 1 ..::~ J


Luting, He, 106
Masson. Alain. 85.96

Masson. Diego. 430


Modem Jazz Quartet 139.417

Lefevrc, René. ~..¡


Lye. Len, 298,365

Mastroianni. l\1arceIlo.
ModaL Gaston. 383

Léger. Fernand. 61
Lynch.David, 27, 245, 248, 293, 30.';.

Mathieson. Muir. 82, 345


Molander, Gustav, 27'i. 406

Legrand, Christian;;. ·1":":


335,364-365,432.439,442.443

Mathij:,en. Hub. 58
Monk, Thelonious, 139

Legr;lI1d. Michel. 10~. 143, J.!b.206. 256.


Lyne. Adrian. 183. 436

Mauriac. Claude. 1 16
Mansigny~ Pierre Alexandre, 383.40:\

29~ 308. 32~ 325. 340. 36:. 41~ 4JQ


May. Billy. 434
Montand. Ives. 149.227.325.390

-+21.422.423c424."::2~43S Maazel. Lorin, 172

Mayer. Carl. 370


Monteve'rdi. Claudio. 246

Lehar. Franz. 405


r.lachaty, Gustav, 404

Mayuzumi. Toshiro. 416. 424


Montsaingeon. Bruno. 268

Leigh. Vivien. 138...H'-


t-.1ackendrick, Alexander. 139. 417

Mazursky. PauL 191. 252


Moore, Annabelle. 42

Lelouch. Claude. r. 1-+4-145. 361-362.


i\.1acQueen, Steve, 148

Mazuy. Patricia. 444


Moreau,Jeanne.149.289

423.435 ...06. 43:'


Magne, Michel, 143.256,421

McCarey. Leo. 410


Moretti. Raoul. 403

Lennon.John.422
i\1:lgni, Luigi, 428

McCarrhy. Kevin. 232


Moroder. Giorgio, 18:1.432.436. -+4{1

Leoncavallo. RU>!!!;;fc'. - t
Magno)i, Albert, 437

MorrÍcone. Ennio. 47.83. 142. 14-+.1 ~O. 16:'.

Leone. Sergio. 4S~ ¡"¡:. 230.2-1:', 33-+. 363­ Magnussen. Charles. 57


McCarmey. PauL 422

~1cCoy. Tyner. 140


230. 243, 248. 307. 363-3M. :'6- -.~6S.

3M. 3gl. 399.42:::.";':3. 42"¡."¡26


Mahlcr. Gustav, 23. 204. 217. 252~253, 272.

McDonald. Jeanette. 84-85.402.405


381. 422.413.424.426. 432. 4:'6. -L~·\.}

Leonhardl. Gusta.... :6-. 281


336.338.354.381. 3':):;.427.430

McDowelL Malcolm. 353


Morris~ John. 27~ 248. 365~ 429. '¡~"!.l_ ..L~~

Leroux. Gastan . ..,"'~


i\1alavoy, Christophe. 440

MeLaren. Norman. 291-\.365-366


Morrisey. Paul. 43~

LeRoy.Mervín.9.:
Malick. Terence, 366-368. 429. 432

McLeod Wilcox. Fred. 192.417


Morrison. Jim. 442

Lester. Richard. 146 . ..;:.:


Malle. Louis. 139, 149. 152.254.418

McLeod. Norman; 403


Moussinac. Léon. 20

Leutrat. Jean Loui". j-.-+8, 52. 53. 55. 236­ Malpiero, Gian Francesco, 405

McTieman. John. 307


Mozan, Wolfgang Amadeus . .30. 5-+. M. 103.

237:450
Malraux;André, 114

. Mead. Abíga'il. 359


117, 172, 178. 217. 250, 253-25"7. 26'i .

Levant, Osear. 272. :S6


Mamoulian, Rouben. 67, 85, 90,402,404,

Meisel. Edmund. 61,401


273. 316. 371, 382-383. 39'i. -+02. 408.

Levinson, BalT). 9:. 156.440. -+4 1


408,417

MelchÍor. Lauritz, 84
413~4]6.424~427~429~430. ~3
Lé\'y «Bétove». Michel~\.1aurice. 62
Manciní, Henry. 143. 303-304, 307, 418,

Mélíes. Georges. 57
Mulligan, Robert .. 146.426

Levy. L.. 407


420,422,435

Meller. Ra.quel. 58
M unk. Andrzej.417

Lewin. Albert. 410


Mandel, Johnny, 139, 140,418,423

Melvílie. Jean-Pierre, 149,254.412.418


Muratore, Lucien, 84

Lewís, Jerry. 421


tvlandel, Steve, 284, 42R

Mendelssohn. Felix, 85, 127,253.355,402


Muratova, Kira, 331

Lewis. John, 139


Mann, Anthony, 248, 415

MC!1doza. David. 52, 403


Murch. Walter, 17,156, 158,31 L 319.353.

Liandrat-Guigues. Suzanne, 17. 399


Mann, Thomas, 398

Menorá. Gían Cario, 174


368-369,427.428,430,433.439
Lichtveld, Lou, 91
Manne, Shelley, 138

Mercer. David, 159,386


Murnau, Friedrich Wilhelm, 50. 58. 6 j. 62,

Ligeti, Gyorgy. 217. 249, 255, 356-357, 424


Mannoni, Laurent, 19,42

Mercouri, Melina, 419


63,64,77; 181, 184,297,334.369-371.

Lindon. Vincent, 441 .


Mao Tse Tung, 292

Messiaen, Olivier, 296


401

Lischi, Sandra, 17
Marais, Marin; 23, 281-282, 321, 443

Messter. Oskar, 42
Murphy, Edc;~. ~f5(~

Liszt, Franz, 46; 187,358,419,431


Marceau, Sophie, 441

MesDr.U.Panice,432
'I'",1u<Ti:.} ,'um:ú,am, F., 437

Lirvak, Anatole, 84
Marchan, Corine, 421

LivingstoÍl, Jay, 143.416


Marey, Étienne, 41
Meyerbeer Giacomc, :::2
Musset, Alfred de, 327, 382

Mice1i. Sergio, 354, 448


Mussorgski, Modest P., 79, 187.405.408,

Lloyd Webber, Andrew, 161,428


Margaritis, Gilles, 352

Micoto, Henri, 329


424

Lloyd, Harold, 41
Mari~JJo, Luis, 414, 416

Midler, Bette, 433


Musuram.a, Rom'!.np, 440

London, Julie, 140


Marie, Mk,;l¡;;'~, :7, '7f..; <2f\, 3-35,450

Migenes-Johnson, Julia, 171, 4037


Muybridge, Edmond,41

London, Kurt, 222, 448


Marielle, Jean-Pierre, 28t-28'?, 4.43

Mikha1kov, Nikita, 393, 432,44l


Muzhi, Yuan, 106

Lonsdale, Michael, 328


Marsaguet, Arme Marie, 17 .

Milhaud, Darius, 61, 75, 114


Myers, Stanley, 308,433,439

López, Francis, 411


Marshall, Herbert, 226

Losey, Joseph, 170, 172,424,426,433 Martín, Dean, 159

......
Miller. Claude, 258, 287, 438, 443
Nazelles, René, 403

Loussier, Jacques, 143


Martinelli, 71

~.,fn1er, Glenn, 415


Nazzari, Amadeo, 175

Lubitsch, Ernst, 58, 67, 85,402,405


Martinu, Bohuslav, 437

Lucas, George, 141, 156, 160, 320, 427,


Marton, Andrew, 420
MilI1el, c., 407
Neame, Ronald, 159,428

Minnelli, Liza, 71 .
Negri, Pola, 58

428,431
Marx, Chico, 70

Minnelli, Vincente, 162,272,286, 3lL., .)/:;,


l\'~:~~1~<>('(). Jean, 411

Lucas, Leighton, 145


Marx, Harpo, 70

413,414,415,416,423
Neil, Fred, 425

Lully, Giovanni Battista, 152


Marx, hermanos,. 70, 84, 95

Minton, Yvonne, 170


Ne1son, Willie, 406

Lumiere, hermanos, 38, 42


.. Mascagni, Pietto, 57

ÍNDICE DE NOMBRES 463

462
LA MÚSICA EN EL CIN~ Reed. Carol,l38, 142,211,3.12,379-382,412

Poteker, Osear, 404

Pototski, Serguei, 405


Reed. Lou, 442

Newman, Alfred, 118, 129, 159,406,408,


Parker, Claire,405
Pottier,FUehard,284,406,416
Régent. Benoit,"T/6

411,416
Parks, Gordon, 426
Poulenc, Francis, 113 348
~i,Serge,390,439
Newman, Ran~435, 438
Parlo, Díta, 351-352
Poulsen, 67 -
~o,Godftey,436
Newman, Thomas, 444
Parmegianí, Bemard,152, 393
Poupaud, Chantal,.444
Rebna. Walhhedda, 329

Nibto, Fred, 184


Parys, GeOi&..es van, 107, 136,239,272,371,
Powell, Bud, 440.
Reichmim. Wolfgang, 438

Nicholas Brothers, 87
402,403,413,414,416
Powell, Michael, 375, 412, 413
Reíner, Rob, 146

Nichols, Mike, 424


Pasolini, Pier Paolo, 23, 422
Powell, Robert, 430
Reinhardt, ~ 85~ 376

N icholson, J ack, 359


Passer, Ivan. 423
Powennad, 365
Reisner, Charles F., 403, 409

Niehaus, Lennie, 330, 441


Pastrone, Giovanni, 58
Powers, Tom, 100
Reisz. Karel, 419, 434, 438

Nilsson, Harry, 145


Pathé, Charles, 42, 44
Preisner, Zbigniew, 235,275, 443
Reíthennan, Wolfgang, 425

Niogret, Hubert, 182


Patzak, Peter, 440
Preminger, Otto, 136, l38, 142, 143, 145,
Reitman, Ivan, 437

Niro, Roben de, 290, 306


Peckinpah, Sam, 425
376,409,415,419
REM,442

Ni~ehe.Jaek,431,435,438 Peleehian, Arthur, 54, 298, 331, 372-374,


Presley,Elvis, 141, 292, 350,417
Renoir, Jean, 75, 88,89, 114, 161. 236-237.

Nogueíra. Rui, 352


425
Pressburger, Emeric, 375,412,413
254,380,382-384,408

Nordgren. Erik, 314.416


Penderecki, Krzysztof, 262, 385
Prévert, J acques, 31, 410
Resnais, Alain, 123. 133.151-152, 158-159.

Norman. ~1onthy,422
Penn, Arthur, 147,374-375,425
Prince,437
254, 263, 295. 362, 384-387, 415. 418.

North. Alex, 138,354-355,413,440.


Pennebaker.D.A.. 146,424
Printemps, Yvonne, 407
420;421,431.438,440

Novarro.Ramón. 84. 91
Peree, Georges, 321
Prokofiev.Serguei.61,185-186, 304. 3313·
ReweJl, Graeme. 442

Nureyev, RudoIf. 168


Perini, Lue,430
332,346.407.410,439
Rey, Fernando. 317

Nyman. ~tichae!. 192,256.271, 435. 443


Peters, JOhn, 431
Proust, Mareel, 26
Reynolds, Kevin. 44

Peterson, Osear. 139


Prox, Lothar, 59
Rezvani. Serge. 289

O'Corinor~ DonMd,47
Petit, Armand, 184
Public Enemy, 441
Rieci e Poveri~ 438

Oberon. ~1erle, 442


Petit; Jean-Claude, 126, 198, 438
Puecini, Giacomo. 54,325,412,424
Rice, Tim. 161

Odets. Clifford. 4Q8


Petitgirard, Laurem,443
Pureell, Henry, 200-201, 427
R íchard. Little.l-+O

Offenbach. Jaeques.371. 375.402. 413


Petrassi; Goffredo. 412
Purviance. Edna, 58
Richardson. Tony . ..\.21

Olbrychski. DanieL 361


Philippe. Gérard. 272
Pusehkin. Alexar.der. 265
Richter. Hans. 60. 298. -+02

Oldfield. ~fike. 429


Píaf, Edirh. 436
Riddle, Nelson. ¡..¡.S

Olejníezak. Janusz. 442


Pialat. Maur:iee. 233,440
Queen, 248
Riesenteld, Hugo. 52. 77

Oliveira..~fanoel de. 174, ..¡.o..¡.. 44 L +44


Picabia, Francis, 60
RighellL Gennaro; -1-03

Olivier. Laurence. 82,345. -+09


Piceardi. CarIo, 57
Rabaud. Henri, 61
Rigoulet. Laurem. 161

Olmi,Ermanno, 432
Piceoli. Miche!. 281, 327
Raben, Peer. 307.436
Rimsky-KorsakO\. )iikolay Andreev.ich. 18:::.

Ondra, :l,.nny. 83
Pickford, :\1ary, 48
Rachrnaninov. Serguei, 73, 254, 362. 410.
265

Ophuls.~la,'(, Ll5~J 17. 239~ 254.257. 288,


Pickup, RonaId, 434
416,438,434
RisÍ. Dino . ..\.29

371-372, 38L 407. 412. 413.414


Pierre, Lo"ic, 259. 448
Radio Mogadiscio: 435
Rita Mitsouko. 1-+7.270

om. CarL314. 367. 429


Pierson. Frank. 431
Rafelson. Bob. 426
Ritt. Martín. 306

. Orwell.Georges. 244
Pink Flbyd, 146, 425, 435
Rains. Claude. 229
Rivette, Jacques. 123. 152.281. 431

Oshima. ~agisa, 167,436


Pínoteau, Claude. 441
Raksín, David. 138-139, 142, 145,345.406,
Robbe-Grillet...·\1ain, 205. 385.425

Oswald. Gert, 420


Piovani, Nicola, 59, 305,435, 437,439
409
Robbins, Jerome: 286: 420

Oxilia. Nino. 57
Pisier, Marie-France, 442
Rarnis, Harold, 179
Robbins, Richard. 308, 442

Pizetti, Ildebrando, 58, 59


Rapee;Erno.52.53
Roben. '{ves. 307.421,427

Pabsr. Georg Wilheilm, 67. lO5, 113. 245. Rappeneau. Jean-Paul. ·198
Rllhin~~)fl. Edward G .. 257

P1atters, The, ·140

403.404
Plenizío. Gian-Franeo, 59. 305,435
Rapper, Irving, 204. 409,4 r 1
Rohinson, Phil Alden, 200. 308, 441

PachelbeL Johann.· 429


Poe; Edgar Allan. 262. 334
Rathaus.K.. 96
Robson. ~'Iark. 159.418

Paes. Joao. 174. 441


Polanski. Roman, 139~140. 421.
Ráttof. Gregory. 272, 406
Rochemont. Louís de. 118. 136

Paganini. ~iecolo; 435


Poledour:is; BasiL 167
Ravel, Maurice.23. 128,129,174.187,214.
Rode, Claude. 158.344.448

Pagnol. Maree!, 120.412


Políce, The. 320
215,261-262,272,362.404,433.435
Rodgers y Han. 84, 91, 404­
Paisiello, Giovanni. 60. 430
_ Pollack, Sidney, 149,430.439
Rav, Nicholas. 137.415 .
Rllgers. Ginger. 407

Paradjanov. Serguei. 282. 331, .423


Ponchielli. Amilcare, 408
Ray, Satyajit. 92, 172.321.329, 376-379,
Rllgers, Shony. 138

Pares, Philippe. 403


Pomielle, Jean-Pierre. 171
415.418.450
Rl,hmc:-r. Ene. 123. 152. 245.269, 387-388.

Parker. .~hm. 162. 183, 431. 432, 434. 435,


Popol Vuh. 426
Reddíng.Oris, 146
..\.¡u

438
PorcHe, Fran~ois. 24, 95, 158, 174.350.449

Parker. Charlie, 290 . .330. 441


Portal, Michel 435.440

464 LA ,ML:SlCA EN EL CINE ÍNDICE DE NOMBRES 465

Roland-Manuel. 408 Sarde. Philippe. 133. 179. 255. 390-39l. Shepp. Archie. 321 Straub. Jean-!\larie.171, 174. 198. 267-270,
Rolling SlOnes. 147,270.425 429,431. 441 Shindo. Kanelo. 245. 4111 424.-1.29
Romans. Alaín. 395, 414 Sarie. Erik. 60. 272, 36í. 429 Shire. David. 430 Srrauss. Johann ,ir.. 227,255.282. 3560357,
R()net. Mauriee. 404 Saura. Carlos. 187. 430. 436 Shore.Howard, 442. 444 380.424
Ropan;, Marie-Claire, 385. 4~O Sautet. Claude. '133.255.2 7 9.390-391.429. Shostako\ieh. DimitrÍ, 61.310. 402.415 Strauss.Oscar. 37 L 407
Rose, Bernard. 164. 279 443 Sidney. George. 162.312 Strauss;Richard.59-60: 224.,255. 354-357.
Rosenman.Leonard, 23.137. ],17.415.430 Sayal!. Jordi. 321 Siegel.Don. 232-233. 416 365.424.442 .
Rosi, Franceseo. 170- 173.437­ Savtehenko. Igor. 106.405 Silvestri. Alan. 167.307 Stravinski. IgoL 100. 129.20R: 261-263.
Ross, Herbert, 168. 312.434 SearlattL Alessandro. 254 Simenon. Georges.l.'lf) 268.3(16.434
Rossellinl. Renzo. 134,236.410,414 Schaeffer, PieITe. 17. 202, 223. 196. 369 Símon, Michel. 236. 352 Streep. ~1eryL ¡r:6
Rossellini. Roberto. 119.134-135.136.235. Seharf. Walter. 421 Simon. Paul. 424 Strèh. Rita. 3Rt)
410,414 Schatzberg, Jerry. 406 Simsolo. !\oel. 363 Streisand. Barbra. 71. 424.431
Rossi, Lauren. 437 Sehenzinger. Victor. 40::; Sinatra. Frank. 138 Slrieh. Elaíne. 3X6
Rossi. Tino, 292. 406, 407. 412 Sehifrin, Lalo. 145. 147-148.215.424.427. Síneux. Michel, 367 Stroheim. Erie \'on. 48. 182
Rossif, Frédéric. 215,430 429
Siodniak. Robert. 87. 88, 105.403. 405 Strouse. Charles. 374
Rossini, Gioacehino. 27, 53. 276. 427,443 Sehlesínger, John, 146. ·es
Sírk. Douglas~ 308,417.418 Sturges. John. 142.385,418, 4J 9
Rostaing, H ubert. 390 SehlOndorfLVolker. 280, 436
Sjbstrbm. Víctor.· 182.402 Sturges. Prestan. 276. 412
Rostand, Edmond. 196. 19H Schmid. DanieL 437
Skinner. Frank. J08. 417. 41 )\ Su. Congo 439
Rostropovich, Mstislav. 1i3 Schmitt, Florent. 60
Skolimowski. Jerzy. 271. 43: Süekdorf. Arme. 4 J 4
Rota. Nino.21. 59.,121. L~3. 135: 179,208· Schneider. Romy. 255
Smeck. Roy. 70' Suppé. Franz von. 53
209. 210. 250..252.254. 25Y. 277, 304­ Sehoedsack. Emsl. 82. 113.404
Smetana. Bedrich. 435 Swados. Elizabeti¡. 375
305; 306. 336-339,.365.381, 413. 414. .Sehbnberg, Amold. 171. 262. 296. 341. ·129 Smírh. Paul.407 Swarcz. Jeannol. 434
417,421.425.427.428.431.433.439 ' Sehóne, Wolfgang. 17(¡ Solal. MartiaL 149. ISO. 41S. 4111 SwinglesSinger:í. 144
Rorhier. Leon, 68 Sehrader, Paul. 251 Sommer. Mare Olivero 443 Syberberg. Hans Jürgen, 170-172. 174.320.
Roubaix. Fran~oís de. 423. 430, Sehrtider, Kurt. 96 Sousa. John Philip. 73 391-393.42}. 432.435, 4;50
Rouleau. Raymond. ,421 Sehroeder; Barbet, 146.425 Soutter. MícheL 431 Sydow. Max von~ 278
Roussell. Henry. 90 Sehroeter. Wemer. 427 Spacek. Sissy. 434
Row land. Roy. 281. 4 14 Schubert. Franz. 46, 187. 253. 257-258~ 274. Spíelberg. Steven. 159. 160. ,179. 243. 284­ Takemítsu. Toru. 310. 354. 422
Rozsa, Miklos, 23: 122. 129. 158-159. 165. 316.327.386.404.411. 412. 430. 435. 285.430.431.435.438 Talankine. IgoL 427
310,410.416.418.426.431 441. 445 Splet. Alan. 432 Talazac. Odette. 384
Rubinstein, Arthur . 41 I Schulrz. Michael, 157,431 Spohr.Mathias. 38-39. 253 Talbot. Irving. 52
Russell, Ken, 161. 272, 322-323, 427, 430. Schumacher, Joel, 157 Spoliansky. Misha, 82 Talley. Marion. 7.1
431, 434 Sehumann, Robert. 56.415.444 Springsteen. Bruce. 444 Tangeríne Dream. 438
Rutrmann. Walter. 98, 109. 298. 388-389. Scola, Ettore, 364,429,436 Stafford. Joe. 155 Tarantino, Quentin. 444
401, 403, 405 Scorsese, Martín, 23. 100. 131, 160, 176, Stanley. Joseph, 142 Tarkovski. Andrei. 32, 66, 133. 244, 256,
Rydell, Mark, 433 207, 244, 290, 345, 347. 375, 429,430. Steinbeek, John, 137 331, 334. 393-394, 428, 433, 439, 450
432,440,443 Steíner, Fred, 138 . Tati, Jacques. 133. 163, 184, 186-187.210,
Saeeo, Céeile, 211 Seott. Ridley, 133, 160, ·164, 177, 246, 258, Steiner, Max, 113, 127-129, 132, 158, 165. 395,414
Saint, Eva-Marie, 347 262,160,433,435,438.443
179, 187, 195, 204, 22l., 222, 344,404, Tavemier, Bertrand, 290, 439-440
Saint-Saens, Camille, 20, 61, 367-368, 384, Seotto, Vincent, 406, 407, 414
405,408,409 Taviani, PaoI0 e Vittorio, 230,282,432,435
432 Seaton, George, 159
Stemberg, Joseph von, 102-105, 284, 403, Tavoularis. Dean, 319 '
Sainte Colombe, 281-282,443 Seberg, Jean, 150
404 Tcherina, Ludmilla,421
Sainte-Beuve, 26 Sellers, Peter, 422
Stevens, Jevete, 441 Téchiné, André, 179,431,444
Sakamoto, Ryuichi, 167,436,439,444 Serra, Erie, 436, 438, 441
Steward, James, 415 Teisseire, Guy, 158
Salieri, Antonio, 273-274,437 Seweryn, Andrzej, 278
Stigwood, Roben, 161.,312 Telemann, Georg Philip, 54
Sand, George, 442 ' . Seyrig, Delphine, 328, 385
Stoll, George, 409 Telson, Bob, 441
Sander;Otto,440 Seyrig, Francís, 420
Stone, Andrev,: L.,S7, 409 . Temple, Julien, 439 _
Sanders, George, '134 Shaffer,Peter, 265
Stone,Oliver, 156, 323,442 ' Theodorakis, Mikis, 421,422
Sanders, Pharoah, 321 . Shakespeare, William,39, 85,183,191-192 Stora,Bemard, 125 Thiele, Wilhelm, 402
Sandrich, Mark, 90, 405,407 Shankar,Ravi,415 Storaro, Vittorió, 319 Thiriet, Mauriee, 136, 409
Santana, Carlos, 440 Shardsteen, Ben, 408 Stothart, Hérbert, 406,407 Thomas, Ambroise, 72
Santoni, Joel, 307 Shearer, Moira, 375,412 Stratas, Teresa, 170, 436 Thomas, Fran90is, 365
466
ÍNDICE DE NOMBRES 467
Thompson, Jack Lee, 345, 443 Vienne, Gérard, 207, 373,426
Thomson. Virgil, 411 .. Vigne, Daniel 435
Thorpe,Füchard,141,417 Vigo, Jean. 88, 351-352, 383,405 Whitaker, Forest, 290, 330 Xenakis, Iannis, 262
TIomkin,Dimitri.142,411, 413, 418, 419, 427 Vilayat Khan, Ustad, 377,418 Whitfield, Norman, 157-158
Toback, _es, 432 VilIiers, Fran~oís, 417 .. Who, The, 161,430,431 Yared,Gabriel, 21, 340, 343,.436, 439
Tobin, Yann, 292 Vincent. Christian, 258 . Wicki, Bernhard, 420 Yates, Peter, 147,215,424 .. . .
Toland, Gregg, 346 ViscO&lti, Luchino, 217, 254, 272, 304, 398­ Widerberg, Bo, 217 ... 257, 424 . Yepes, Narcisp, 142,413
Toscandu Plantier, Daniel, 169-170 400,'415,427,428· Wiéner, lean, 143,414,431 Y guerbouchen, Mohamed, 407
ToscanUri,Puturo,320 Vitti~ Monica, 428 Wilde, Cornel, 442 Young, Victor; 143,415,416
Toti. Gíanili, 64, 298 Vivaldi, Antonio, 54, 254, 255-256, 327, Wilder, Bil1y, 410, 412, 416, 426 Yvain, ~aurice, 371, 406
Toto.248 373,396-397,412,426,433 . Williams, Hank, 155 Yvory, James, 442
Toulet. Emmanuelle, 449 Volter, PhiliPJ>e, 200 . Williams,John, 159, 160, 165-167~ 179,259­
Tourneur.Jacques,87,437 Vuillennoz, Emile, 45,90,294,298 260,306,428,429,430,431,435 Zarnecnik, John Stephen, 53, 72-73
Tourneur,~aurice,48 Williams,Patrick, 441 Zanési, Christian, 393 ..
Toutilln, Roland, 383 Wadleigh, .Michael, 146-147.426 Williams, Robin, 440 Zanuck, Darryl, 136~ 420
T racy. Spencer. 85 Wagner, Richard, 21, 30, 46. 52, 56,95.128, Williams, Tennessee, 138 Zappa, Frank, 427
Trauberg, Leonid, 61,402 129, 163. 164, 165, 195-196,226. 259­ Wilson, Bob,266 Zeffirelli, Franco~ 170. 172, 305, 436, 441
Trauner, Alexandre, 31 261, 2T!.. 276, 317-319. 371, 392. 398, Winkler, ~ax, 52 Zemeckis, Roben. 307. 444
Travolta.John, 162, 168 402,408.427,430,432.435.440 Wise, Peter J., 259 Zimbalist. Efrem: 70·
TreneL Charles, 407, 442 Waits, Tom. 319, 349, 435. 439 Wise, Robert, 139,286,385,418,420,423 Zimmer, Hans, 167.441. 443
Tressour. Franc;ois, 243,447 Wajda, Andrzej, 278. 417.433 Wisniak, Alain, 215 Zinnernann, Fred; 142.413.414
Trimignant, Jean-Louis, 205-206. 269, 362 Waldteufel. Emile, 54 Wolfe, Charles, 74, 449 Zourabichvili. Nícolas. 437
Trivas. Víctor, 105, 234.404 Waller. Fars.245, 364, 432 Wolfe, Tom, 353 Zukor, Adolf, 44
Trovaloli, Annando. 428, 429 Walsh, RaouL 61, 182 Wood. Sam. 406 Zulawski,Andrzej. 123. 173; 215, 429,
Truffaut. Fnin~ois, 133.149, 158,202,205, W alters, Charles~ 162 Wright, Sam; 330 442
21 L 231. 254, 289, 322. 323-325, .327, Walton, \Villiam, 82. 409 Wyler, William, 408, 412, 414. 418,424 Zweig, Stefan. 115
350.396-398.419,421, 426,428 Ward, Edward. 406
Turjanski. Victor, 84 Wargnier. Régis, 48. 279, +U)
Turner. Ted. 187 Warner. David, 386
Tyier. Bonnie.183 Warren. Al. -1-04
Warren. Han], 94-95. 105
DImann. Liv. 281 Washington.·DenzeL 226. 290
Waters. John. 441
Vadim; Roger. 139.143.256,416,417 421 Waters.:-V1uddy; 432
ValJez. Luis, 440 Wan jr.. Richárd~ 71
Valens. Ritchie.440 Waxman. Frank:, 129,139. 158.348.412
Vakntino. Rodo/fo, 49 Wayne;John.142,419
Val¿ro. Jean-Louis, 388 Webb. .lim. 313
Van Dyke,W.S .. 85, 406 Webb. Roy. 229. 313.411
133. 167, 202-203. 206, 208-209. Weill. Kurt. lO5,391,403
430,434,435 Wejr. Peter.226, 308-309. 438. 441··
Vanoye. Francis.354 Weis.Don.4J4
Varda. Agnés. 143.254;421 Weis. Elizabeth,348. 448. 450 .
Vecchialí~ Paul. 433 Weisberg. Enc, 284.428
\'emura. Ray, 408 Weissenberg. Alexis, 268
Verdi. Giuseppe. 58, 71. 73, 85, 172, 293, WeIles.Orson. 171. 3n.345·<~46; 379-381,
398.406.415.424,438 396.408.418
Verlaine. Paul, 429 WeHmann. William. 72.100,403 .
Verne. Jules, 76 Wenders. Wim.J33, 176. 308. 364. 400,

Vertov. Dziga, 91. lO9. 331; 402. 403 431, 437.440, 442~44J.'

Vidor. Charles. 41 1, 419.442 Werle.Lars Johan.152

Vidor. King,.48, 86-87,95, 402 Wheelan. Tim. 407

Índice de películas citadas

Áhrete dI:' orejas (Prick Up Your Ears,


Al este del Edén (East of Eden. 1954 J. de

1986). de Stephen Frears, 308, 439


Elia Kazan, 137

Abschíed (1930). de Robert Siodmak, 87,


Al final de la escapada (A bout de souftle.

88.403 1959), de Jean-Luc Godard, 149-150.419

Abyss (The Abyss, 1989). de James Came­ Álamo, El (The Alamo, 1960), de John Way­

ron, 167
ne,142,419

Acciaío (933). de Walter Runmann, 405


Alarma·en el expreso C(he. Lady Vanishes.

Accidente sin huella (Que la béte meure,


1938), de Alfred Hitchcock, 237. 284.

1969), de Oaude Chabrol, 254 .


407

Accompagnatrice. L' (1992), de Claude Mi­


Alas (Wings, 1927), de William Wellmann,
ller, 443
72

AcorazadoPotemkin, El (Broneuosets Po­


Albergue de la Sexta Felicidad, El (The lnn

temkín, 1924), de Serguei Mijail~vích Eí­


of the Sixthe Happiness, 1958), df Mark

sensteÍI1, 61
Robson, 418

AeropuenQ (Aírport, 1970), de GeQrge Sea­


Alegres compañeros (Veselie-Ñ,biata.1934),
ton, 159
de GrigoriAlexandrov, 106,405
¡Agáchate,.maldito! (Giú la testa, 1971), de
Aleluya (Hallelujah, 1929), deKing Vídor,
Sergio Leone, 144,426
86-87,95,110,360,402
Aguirre o la cólera de Dios (Aguirre, derZom
Alexander . Nevsky (Alexander Nevski,

Gottes, 1971), de Wemer Herzog, 426


1938), de Serguei Mijailovich EisensteÍn,

Akasen Chitai (1956), de Kenji Mizoguchi,


77, 110, 185-186,331-333,359,407

416
Alguien voló sobre el nido del cuco (One
ÍNDICE DE PELÍCULAS CITADAS 471
470·-­
LA MÚSICA EN EL CINE
Bagdad Café (Bagdad Cafe, 1988), de Percy
Birdy (Birdy, 1985), de Alan Parker, 438

flew over the Cuckoo's Nest, 1976) de Ángel azul, El (Der Blaue Engel, 1930), de Adlon,441
BirthdayParty, The (1930), 99

Milos Fonnan, 431 • Baimao nu (1950), de WangBin y Shui Hua.


. BlackandTán,221 .

Josepb von Stemberg, 102-105,288,403


Alicia ya !ftt vive aquí (Alice doesn 't live Angel exterminador, El (1962). de Luis Bu­ 413
BlackMoon (1975)~ de Louis·Malle. 430

here anymore. 1974), de Manín Scorsese ñuel. 317


Bajo el peso de la ley (Down by Law, 1986),
Blade Runner (Blade Runner, 1982), de Rid­

430 " • .
Ángel~ del bulevar, Los (1937), de Yuan
de JirnJarmusch. 350, 439
ley Sean, 133, 164~ 167, 202-203, 206.

Alíen 3 (Alíen 3, 1991), de David Fincher


M l1Zh.i, 106
Bajo los teclws de' París (Sóusles tbits de
208,223. 311. 3ql~435

443' •
París, 1930), de René Clair, 107, 403
Blancanieves y los siete enanitos (Snow

Annabelle Butterfly Dance (1895), 42

Alien.. el octavo pasajero (Alien, 1979), de


Annabelle Serpentine Dance (1895),42
Bamba, La (La Bamba, 1986), de Luis Val­
White and the Seven Dwarfs, 1937), de

Ridley Scott, 258, 262. 433


Ansia de \'ivir (Duet for One, 1986), de An­ dez,440
Walt Disney, 292, 407

Afiens, "el regreso (Aliens, 1986), de James


drei Kontchalovski, 440
Banda aparte (Bande á pan, 1964), de Jean­
Blinkity Blank (1955), de Norman MeLaren.

Cameron, 167; 308, 439


Año pasado en Marienbad, El (L'année dér­
Luc Godard, 365
365

Al/egro ma non troppo (1978), de Bruno


niere a Marienbad, 1961). de Alain Res­
Barbier de Sevilfe. Le (1904), de Georgés
Blow up, deseo de una mañana de. verano

Bozzeno, 432
nais, 385. 420
Mélies,57 (Blow up, 1967), de Michelangelo An­

Al/ó Berlin. leí París (1930), de lulien Duvi­


Aplauso (Applause. 1929), de Rouben 'Ma­
Baroeeo (1976). de André Téchiné, 179,431 tonioni, 424

vier, 96-97
moulian. 402
Barry Lyndon (Barry Lyndon, 1975), de Boheme, La (1987), de Luigi Comencini.

Almas sín conciencia (11 bidone. 1955), de


Apoeal.'pse now (ApocalypseNow. 1979),
Stanley Kubrick. 255, 430
170,440

Federico Fellini, 305


Beast with Fire Fingers (1947), de Robert
Bola de fuego (Ball of fire, 1941), de Ha­
de Francis Ford Coppola, 47; 158. 254,

Alrededor de la medianoche (Round Mid­


319,359.372. -B3
Foley.411
ward Hawks. 241

night I Autourdeminuit. 1986), de Ber­


Árbol de fos :uecos, El (L 'albero deSIli zoc­
Beau-pere (1981 l. de Benrand Blier, 316.
Bonny y Clyde (Bonnie and Clyde. 1967), de

trand Tavemíer, 290, 439-440


eolí. 1978). de Ennannó OlmL 432
358,434
Arthur Penn, 374

Amadeus (Amadeus. 1984), de Milos For­


Aria (1986). de NicholasRoeg, Charles Stu­ Beethoven's nephew (1985). de Pau\ Morri­
Boris Godunov (Boris Godounov, 1989). de

. man, 164,265,273-274, 179. .+37


rridge. lean Lue Godard. lulien Temple, sey, 438
Andrzej Zuiawski, 173,442

Amame esta noche (Love me tonight..1932).


Bruce Beresford. Roben Altman. Frank Bella de Cádi:. La(Labelle de Cadix.
Borsalino (Borsalino, 1970), de lacques De·

de Rouben Mamoulian.90.404
Roddham. Ken RusselL· Derek .1arman y 1953), de Ra}mond Bemard, 414
ra)'; 426

Amanecer (Sunrise, .A Son!! of Two Hu­


BiIl Bryden. 439
Bella de Moscú. La (Silk Stockings. 1957)..
Boxear Bertha (1972), de MartinScorsese.

manso 1917). de Friedrieh~Wilhelm Mur­


Arro: amargo (Riso amaro, 1949/. de Giu­
de Rouben .\1amoulian. 417
100

nau, 63. 297,320.334.369-371.402


seppe de Samis.. -+ 12
Bella menrirosa. La (La belle noiseuse.
Brazil (Brazil, 1984), de Terry Gilliam. 2+i.

Amante del amor. El (L 'homme qui aíma.ir les


Ascensor para el clldalso I,-\scenseur pour
1991 ). de 1aeques Rivene, 281
437

femmes.1977), de Fran90is TruffauL 397


I'éehafaud. 19581. de Louis Malle. 139,
Bella y fa bestia, La (La belle et la bete,
Bre\'e encuentro (Brief Encounter, 1945). de

Amants de Teruel. Les (1962); de Ravmond


-+18 1946). de lean Coeteau.·114-115. 410
David Lean, 254, 410. 416

Rou leau.42 J •
Belle. quipe. La 11936). de lulien Duvivier.
Buena boda. La (Le beau mariage.19811.

Asesinato del duque de Guisa. El (L'Assas­

Amams. Les (1958), de Louis Malle. 149. .+18


sinat du Ducde Guise. 1908), 20. 61
406
Erie Rohmer, 387

Amarcord (Amarcord. 1973). de Federico


Assassin musicien. L' (1974), de Benoir lác­
Belle meuniere, La (1948), de Mareel Pag­
Bueno, elfeo y el malo. El (n buono; íl bru[­

Fellini.428 .
quor. ;.\.30
nol. 412
too íl eattivo, 1966), de Sergio Leone. 363.

AmerÍcan Graffili'(American Graffiti. 1972),


Astrologil' (1952). de lean Grémillon (eono­
Ben-Hur (Ben-Hur. 1959). de WilIiam Wy­
423

de George Lucas. 141,156.157: 194.


merrajel.414
ler, 418
Bugs,v Malone, nieto de Al Capone (Bugsy

320.428
Berlín. sínjonia de una gran ciudad (Berlín.
Malone, 1976), de Alan Parker. 431

Atalame. L' (1934), de lean ViSIO. 88.351­


Americano en París, Un (An American ín
352. 405 . ~
die Sinfoníe der Grosstadt, 1927),de
BullÍ! (Bullit, 1968), dePeter Yates, P7.

Paris, 1951), deVincenreMinnelli. 272.


Atrapado en el tiempo (1992tdeHarold Ra­
Wal ter Rutrnann. 388. 40 1
215,424

375,413
mis. 179
Beso del asesino. El (Killer' s Kiss. 1955), de
Buscando mi destino (Easy Rider. 1969). <.le

A.mí?o anuirÍcano. El (Oer Amerikanísehe


A mricial Greed; 191J).de Erieh von Srro­ Stanley Kubrick. 415
Dennís Hopper. 146.425

Freund. 1977). de Wim Weilders. 431


heim . .18. 182 ~c
Beso mortal. El ,Kiss me deadly. '1955), de

Amor deSwann, E/(Eine Liebe von Swann I


Awntlira del Poseidón. L,; ¡The Poseidon Roben Aldrich. 141. 258, 415
Cabaret (Cabaret. 1972), de Bob Fosse. ~28

Un amQur"de Swann •..I983).de Volker


Advenrure,1973),'d{ Ronald ~éaine.
e
Besos de fuego. (Naplesau baiser de féu.
Cabe:a borradora (Eraserhead, 1977), d~

SehlOndorff.280.436
159;.+28 . 1937): de Augusto Genina. 407
David Lynch. 245,305, 364. 432

Amorés de una rubia. Los (LaskyJedn. pla­


Aremurero de la medianoche, cEI(Honky­ Besos robados (Baisers volés, 1968), de
Cabiria (Cabiria, 1914), de Giovanni Pasai­

vovlasky. 1965), de Milos Forman. 423


tonk Man~ 1983LdeClírír Eastwood.330 Fran90is Truffaut. 202. 398
neo 50, 58-59

Amoura mOr{; e (l984),de Alain Resnais.


A:ul (Trois' éo"ÚJeurs. 'bleu. 1992). de Betty Blue (372:. le matin. 1986). de Jean­
Cabo de/miedo, El (Cape Fear, 1991)~ de

385-387.438
lacques Beineix. 439
Manin Scorsese, 345. 443

Krzysztof Kieslowski.274-276.-+43
Anaromía de "un aseSilUlto (Anatomv of a Mur­
Bird (Bird.1988). de Clint Eastwood,290.
Cabo del terror, El (Cape Fear, 1962), de

der, 1959). de Qtto Preminger, 376. 419


Baccio di Tosca. II i Casa 1'erdi cl984), de
329-331. -+4\
Jaek Lee Thompson. 345, 443

Al1ge. L' ( /981 ). de Patrick Bokanowski. '+34


Daniel Schmid. ;.\.37

LA \IÚSICA EN EL CINE
ÍNDICE DE PELÍCULAS CITADAS ~73
Calfe 42. La (Fony second Street, 1932), de Casla Dil'O (1933 l. de Carmine Gallone. 404

Lloyd Bacon y Busby Berkeley. 94,404 Caslil/os en la arc¡¡¡] (The sandpiper, 1965).
Coellrfidclc (1923), de Jean Epstein. 33.+
Cow!JO\' de medianoche (MidnightCml.boy,
Cal/ejón silí salida (Sr 1\1artin's Lane, 1938). de Vincenre Minnelli.423
Color púrpura, El (The color purple, 1985 i.
1(9), de' Jahn Schlesinger. 146. 4~5
de Tim WheeJan, 407
Cmoree dcjulio.(Quarorze Julliet. 1933). de
de Steven SpieIbeig, 43S
CrefJIÍscuio dé los dióses, El (Sunsel Boule­
Campo de SIJelIOS (Field of Dreams, 1989).
Rene Clair.l07; 289. 4~
Coloso ell llamas, El (The To\veriI1g Inier­
vard, 1950 J. de Hilly Wilder. 412

de Phil Alden Robinson. 200, 308: 441


Ca:ador, El (The Deer Hunrer. 1978), de
no. 1974¡,de Irving AlIen yJóhn Guiller­
Crúi Clle/TOS (.1975). de Carlos Saura. 287.

C aneú5n il/of¡-jdahle (A $ong iO Remember.


Michael Cimino.-+.33
min, 159
.+30

1945). de Charles Vidor. 442


Ca:a!onlasmas. L(l.; tGhoslbuqers. 1984),
Comedia JI' la vida, La.(Die Dreigroschen Cruix de Ílois. Les (1932). de Raymond Ber­

Canción Lily Marleeh. ella (LÜi Marleen,


de lvan Reitman, -+37
Oper / L'Opéra de quat'sous.rlj31 l. de nardo 11-' . .+O-~

1980), de Raine(Wemer Fassbinder, 289.


C e/Ol'eks Kinoapparar(lm (1929), de D.ziga
Georg Wilhelm Pabst. 105.403 Cry hahy.ci lágrima (Cry Baby, 19~N J. de

434
Vertov~402 Como ell /In espejo (Sasom 1 en spegel.
John Warers; 44 i

C al/dilejas (Limelight. 1952), de Charles


Ceremonia SC(TClO (Secrer Ceremony.
1961). de lngmar Bergman. 152. 217­ Cuando el dcslino nos alcance (SoyleniGre­
Chaplin, 292 . .+ 13 ­ 1968). de Joseph Losey. 41-+
218, 2'56. 314,386,420
en. 19;3 ¡.de Richard Fleischer. 25: -258,
C al/ihais. Os (1988), de Manoel de Oliveira.
Chamhre I'ene, La 11978). de Franyois Truf­
COnIulgal1les, Los (Nattvardsgaslema.
.+28
174.441 ­ faut, 397
1962). de lngmar Bergman. 315
Cuando Harry' ('l1CÓlllrÓ a Sal/y ¡When
Cantan{Jo'hajo la l/uvi¡1fSingin'in the Rain.
Chai1son (l'ime fluir. La (Das Lied einer
Con faldas y a lo loco (Sorne like i¡ hot.
Harry me[ Sally. 19911. de Rob Reiner,
1952), de SunleyDonen, 47. 96, 173.
Nacht, 1932). dE' .-\natole Lir\'ak. 84
1959).de Billy Wilder. 166
103.2~~
224, 237 -23S. 290. 3 ¡ 1.413 '
Chamaje ell Broad\IGY (SWeel smell of Suc­ Con laml/cne en los wloll!!.\' (l\onh b)
CU,J!/'(! de' Íl¡¡"UI1!('}"Ía (Westfrom ! 91 C.
CLllllor dc ja::, El (The Jazz 5im!er. 1927).
cess. 195h de .-\lexander .\lackendrick. Nórthwest. ]'959), de Alfred Hitchcod:.
! 930J. de Georg Wilhelm Pabst. J 13.
de Alan Crosland jr.. 55. 76-80. 85, 102.
139,417 26. 12'+.230-231, 261. 345, 3'+7-3'+8. .+ J X
2-1-5.40-'
1'18.238.259.'+01
Chanreur inconnu (19: 1 i. de \'iclOr Turjans­
COlleierlo macahro (Hangover Syuare. C:¡dlr(¡cieiu,Js !!¡)Ires. Lme (Les quatre cem~

Cafllor de México. El (Le chanreur de Méxi­


ki.84
1945 j. de John Brahm. 4 J O coups. 1959 i. de Franyois Truffaul. 1.+9

co. 1956), de Richard Pottier. 416


Chaquela melálica, La (Full .\leial Jacket.
Condenado a muene se ha escapad(l~ ell Cw'j¡il/o en el a'¿lla. El (NozWodzie. 1962),

Can:onedell'amore. La(1930). de Gennaro


1987), deStanley Kubrick. 358-359
(Un condamné á mon s'esr échapé i Le de Roman Polansh 140. 421

Righelli,403
Chikamatsll Monogalari (195'+ J.de Kenji
venr souffle ou il veut, 1956). de Roben Cuelllos de Hoffmann. Los (Tales of Hoff­

Carmen (1915). de Chailes Chaplin. 58


Mizoguchi, 415
Bresson, 254,416 mann, 1951 i. de Michael PowelJ :- Eme­

Carmen dc Bi:el (Carmen. 1984). de Fran­


Chronikder Anna-Magdalena Bach (l967 ¡, COl~fidencias (Grupo di famigliain un inrer­
ric Pre~sbureer. 375,413

cesco Rosi. 170-:-173; 437


de lean-Marie Straub y Daniele Huillet. no. 1974), de Luchino Visconti. 399
Cuipa ajcna. La (Broken Blossoms. 1919),

Carmen JOl/es (Carmen Jones, 1954), de


267-270,424 COl~;lIra de lós boyardos, La. ver hán ei l('­
de David Ward Griffilh, 60

Otto Premin!!er. 376. 415


Chuans, Les (l9891.de Philippe de Broca, rrible
Cumhres horrascosas (Wuthering Heights.

C arne[ de haile~ (en camet de ba!, 1937), de


323 .
COlllra LOdo riesgo (Against AlI Odds.
i 939), de William Wyler, 408

Julien Duvivier. 406


Cielo sobre Berlín. El (Der Himmel über
1984), de TaylordHackford. 437
Cyrano y D'.4.rragnan (Cyrano et D'Anag­

Carnieero, El (Le boucher. 1970), de Claude


Berlin, 1987), de Wim Wenders. 308,440
ContraLO del dihujame, El (The DraughI­ nan, 1963). de Abel Gance, 198

Chabroi, 153. 304,426


Cinco mil dedos del doctor T, Los (The 5000
man' s Contract, 1982), de Peter Greena­
Carí'etera al infierno (HeIl's Highway,
Fingers of Dr T. 1953). de Ro)' Rowland,
way,435 Dam Busters. The (1955), de Michael An­

1932). de Rowland Brovv'Tl, 93


281,414
Conversación, La (The Conversation. 1974),
derson.145

Carros de fuego (Chariots of Fire, 1981), de


Cita en Bra)' (Rendez-vous á Bray, 1971),
de Francis Ford Coppola, 311, 368-369,
Damllatioll de Fausi, La (1898), de Georges

Hugh Hudson. 168,434


de André Delvaux, 427
430
Mélies,57

Carrosse d' or, Le (Le carrossed'or; 1953),


Ciudad de las mujeres, La (La cittá delle
Copains, Les (1965), de Yves Robert, 422
Dangerous M oonlight (1940), de Brian Des­

de Jean Renoir, 254 .


donne, 1981), de Federico Fellini, 305
Corazón en invierno, Un (Un coeur en hiveL
mond Hurst. 408

Carta de una desconocida (Letter from a


Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1940), de
1992), de Claude Sautet, 279, 390, 443
Dans les mes (1933), de Victor Trivas,J05,

Unkriown Woman, 1948), de Max Op­


Orson Welles, 21, 100, 113. 130, 132,
Corazón salvaje (Wildat Heart, 1990), de
234,404

huls, 115-116,239,371,412
283,310,344-347,408
David Lynch, 293, 365,442
Dan:a macabra. La (Skeleton Dance, 1929),

Cartas a Iris (Stanley and Iris,. 1988), de


Cleo de 5 a 7 (Cléo de c!nq á sept, 1962), de
Corazonada (One from the Heart, ..~82); de
de l:Jb lwerks y Les Clark, 99

Martin Ritt, 306 . ...'


Angés Yarda, 421
Francjs Ford Coppola, 319-320, 375, 435
Das Lied der Sttome (1954), de Joris Ivens,

Casablanái (Casablanca, 1942), d~ Michael


Club de los poetas muertos, El (Dead Poets
Corrupción en Miami (Miami Vice), 176
415 _

Curtiz, 131-:-132,221,288,359,409
Society, 1988), de PeterWeir, 225-226,
Cors á coeur (1979), de Paul Vecchiali, 433
De aquí a la eternidad (From '1'tere to Eter­

Casanova (Fellini-Casanova, 1976), 'de Fe­


308,441
Cortina rasgada (Torn curtain, 1966), de
nity, 1953), de Fred Zinnemiinn, 414

derico Fellini, 208, 305, 306,,431


Coartada (L' Alini, 1937), de Pierre Chenal,
Alfred Hitchcock, 145
De entre los muertos I Vértigo (Vertigo,

Caso Thomas CroWn, El . (TheThomas


114
Cotton Club (Cotton Club, 1984), de Francis 1958), de Alfred Hitchcock, 345, 348, 418

Crown Affair, 1968), de Norman .Jewi­ Cobweb, The(1955), de Vincente Minnelli,


Ford Coppola, 157, 168,437 Deception (1946), de Irving Rapper, 411

son,424 415
Couszns, Les (1959), de Claude Chabrol,
Delator, El (The Inforrner, 1935), de John
418
Ford, 113, 127-129,195,405
ÍNDICE DE PELÍCULAS CITADAS 475
474 LA MÚSICA EN EL CINE
El' (BT The extta-terrestria!, 1982), de Ste­ Ese oscuro objeto del deseo{Cet obscur oh­
Deliverance (Deliverance. 1972), de 10hn Disque 413, Le I Guilty Melody (1936), de ven Spielberg. 435 jet du désir, 1977); de Luis Buñuel; 317·
Boonnan, 284.428 , Richard Pottíer, 284, 406 Eau.vive, L' (1958), de Fran90is Villiers, 417 Espartaco (Spartacus, 1960). de Stanley Ku­
Demasiado b¡¡Jlil para ti (Trop belle pour toi, Dites-lui que je l' aime (1977), de Claude Edad de oro, La (L'~oe d'or, 1930), de Luis brick.354
1989), de Bertrand Blier, 25~ 316,441 Miller,258 Buñuel, 317, 4ú2 Espejo, El. (Zeri.calo; 394); de, Andrei Tar­
Desayuno con. diamantes (Breakfast at Tif- ­ Diva (Diva. 1981), de JeanJacques Beineíx, Édith et Marcel(1983), deClaudeLeloueh. kovs)d,.394
fany's, 1961), de BlákeEdwards, 143,420 247,m,434 . 436 Esperanza y gloria(Hope and Glory, 1987),
Desfile del amor, El (Love Parade, 1929), de Dixieme Symphonie, La (1918), de Abel Eduardo .Manostijeras (Edward Scissor­ de John Boonnan, 308
Emst Lubitsch,. 402 Ganee, 62, 272 hands, 1990), de Tim Burton, 309, 442 Esta tierra es mi tierra (Bound for Glory,
Desierto rojo, El (JI deserto rosso, 1964), de Doble "ida de. Verónica, La (La double vie Effrontée, L' (1985), de Oaude Miller, 287, 1976), de Ha! Ashby, 147.431
Michelangelo Antonioni, 422 de Veronique. 1991), de Knysztof Kies­ 438 Éternel retour, L' (1943), de Jean Coctéau y
Desprecio, El (Le mépris, 1963), de Jean­ 10wsky,2oo. 235,443 Elegidos para la gloria (The Night Stuff, Jean Delannoy, 409
Lúe Godard, 153,322-323-·:325,340-341, Doctor lhivago, El (Doctor Zhivago, 1966), 1983), de Phllip Kaufman, 307, 353 Étudiante,L' (1988), de Claude Pinoteau, 441
421 de David Lean, 423 Elvira Madigan (Bvira Madigan, 1967), de Evangelio según san Mateo, El (Il Vangelo
Det stora áventyret (1953), de Arme Sück­ Dolce rita. La (La dolce víta, 1960), de Fe­ Bo Widerberg, 217. 257. 424 secondo Mateo, 1964), de Pier Paolo Pa­
dorf,414 dericoFellini, 233,381,210 Empieza el especrácll.lo (All thatJazz, solini,422
De/u: hommes dans Manhattan (1958), de Don .Gim'anni (Don Giovanni, 1979), de 10­ 1979), de Bob Fosse. 433 Éxodo. (Exodus~ 1960}, de Ono Preminger,
J ean-Pierre Melville, 418 seph Losey, 170,433 En algún lugar del Tiempo (Somewhere in 143,376,419
DellX timides, Les (1929), de René Claír, 297 Don Juan (Don Juan,. 1926), de Nan Cros­ time. 1980), de Jeannot Swarez, 434 Exorcista, El (Tlle Exorcist. 1973); de Wi­
Día en Nueva York, Un (Oil me Town, 1949). landjr.. 68, 71, 73,401 En el calor de la noche (In the Heatof the
Iliarn Friedkin. 429
de Stanley Donen y Gene Kelly, 96 Don Qu~iOEe (Don Quichotte, 1933 J. de Georg Night. 1967), de ~orman Jewison. 424
Expreso de medianoche,· E/(Midnight Ex­
En legítima defema (Quaí des Orfevres.
press~ 1978), de Ajan Patker, 183, 432
Día más largo, El (The Longest Day, 1961), Wilhelm Pabst. 404
de Ken Anml~in. Andrew Marton. Gert Doncella la muerte, La (Death and me 1947). de Henri-Georstes ClouZOL 411
Éxtasis (Extase 1 Symphonie der· Liebe.
Oswald y Bemhard Wicki,420 Maiden. 1994), de Roman PoJanski, 445 Encadenados lNotorius.~ 1946), deA1fred
1933). de Gustav Machaty,404
Diablo probablemente, El (Le.diable proba­ Door$. Los (The Doors,1990), de Oliver Hitchcock, 229.411 Extraña pasajera. La (Now Voyager. 1942).
blement,1977), de Robert Bresson.246 Stone. ~2 Encuentros en la ¡erara fase (Close en­ de Irving Rapper, 204, 409
Días de radio (Radio Days.1986), de. Woo­ Dos hombres y un destino (Burch Cassidy coimters of the Thírd Kind. 1977)'. de Ste­ Extraños en el paraíso (Stranger thanPára­
dy AlIen. 439 and me Sundance Kid. 1969). de George venSpielberg. 243. 2S5.431 dise. 1984). de Jim Jarmusch, 349, 437,
Días del cielo (Daysof Heaven. 1978). de Ro: Hí11. 425 Enemigos. una historia de amor (Enemies. A E.rtraiíos en un rren (Stram~erson a train.
Terence Malik,366~368. 432 Dosil1giesasy elllmor.Las (Les deux an­ love story, 1989\. de Paul Mazursky. 252 1951). de Alfred Hitehc~k. 233
Días sin huella (Lost Weekend. 1945), de glaises et le contínenr, 1971), de Fran<;ois Enigma de Kaspar Hallser, El (Jeden für
BiUy Wilder,41O Truff:mt. 324 sich und Gou Alle. 1974). de \Ver­ Fabulosos Baker Boys. Los (The Fabulous
Die Angst der Tormanns .beim Elftneter ::'00 Mmeis (1971),de Frank Zappa. 427 ner Herzo2:. Baker Boys. 1989). de Steve Kloves, 442
(1971).deWim Wenders. 133.-WO ::'001. /lila odisea del espacio l200L A Spa­ Enrique .\l áienry \'~ 19-1-\.). de Liurence Fahrenhéit 451 (Fahrenheit 451. 1966), de
Die: mandamientos. Los (The Ten Com­ ce Odyssey, 1968); de Stanley Kubrick; Olivier. 82. 409 Fran<;ois Truffaut. 158
mandments. 1923), de O!cil B.De Mille, 60; 163. 217. 249, 250. 254. 255,353­ Enrique V (Henry \',1990). de Kenneth Faisons un reve ( 1936), de Sacha Guitry, 120
52~53 358.,.+24. . Branagh. 171 Falsche Bewegllng (1975). de Wim· Wen­
Die: mandamientos, Los (The Ten Cornmand­ Douce (1943). de Claude Autanr~Lara.409 Ensayo de orquesra i Prova d 'orchesrra. ders.400
ments, 19~6), de <:ecil B. De Mille. 416 Douro, faina ¡luvial (1931). de Manoel de 1978). de Federico Fellini; 259, 266-267. Falso culpáble (The Wrong Man. 1957). de
Die:. la mujer perfecta (Ten. 1979). de Bla­ Oliveira. 404 . 277-278.305. 3T7,.i}3 Alfred Hitchcock, 348. 417
ke. Edwards, 433 Drácula tBrarn Sroker's Dracula.1992), de Entreacto (Entr'acte. 1924). de René Claír. 60 Fama (Fume; 1980), de Alan Parker, 162,434
Dillero caído del cielo (Pennies froID Hea­ Francís. ford Coppola. 321 Entrevista (lmervisl3_198M, de Federico Fanfan el invencible. (Fanfanla tulipe.
ven~ 1981), de Herbert Ross. 434 . Duhlhíeses (The Dead. 1987), de John Hus­ Fellini. 174. 305 . ..¡.;9 1951 l. de Christian Jacque. 136
Dinero. de los demás, El (L'argent des. au­ ron . .g() Entrevista con el ramoiroilnterview with de Fantasía (Famasia. 1940), de Ben Shardste­
tres, 1978), de Christian de Chalonge. 432 Duel/e i1976), de Jacques Rivette; 431 vampire, 1994), d~ :\eil lordan: 444 en. 100.256.257,375.408
Vinero, El (L';rgem. 1983). de Robe~ Bres­ Duelo de tiranes (Gunfighr al Ok Ca'ITa], Entuzia:m j Sin/on¡a Bonhassa( 1930). de Fantasia Musita (1937). de Johan Gílder­
son. 245-246 1958t de John Slurges. 142 Dtiga Vertov, 91. 4-03 meijer. 58
Époni;;e (1983). de :\{arcel Chion (cortome­
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476 LA MÚSICA EN EL CINE Í~DicE DE PELÍCULAS CITADAS 477

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Fiebre del sáhr.ldo noche (Saturday Night Fe­ Gootl lvforning, \ 'iemam (Good Moming. 19~ 11. de John Huston, 248.408 Homme qui ment: e (l968 l. de Alain Ron­
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Flash Gordon (Flash Gordon. 1980). de Graduado, El (The graduate,1967), de Mikc Hamlel,(Hamlet, 1948), de Laurence Oh.,. berg.406· ,
Mike Hodges .. 248 Nichols.424 vier. 8::: HOl h~iress. Tite (1931 l. deCarence Bad­
Flashdance (Flashdance. 1983 l. de Adrian Gran a:III.EI (Le grand bleu, 1988), de Luc Hardert}¡ey come" The (1972), de Perry ger,91
Lyne. 183 Besson.441 Hen:ell. 147 Huelga, La (Stacka. 19241. de SergueiMI­
Flawa mágica. La eTrollflóljen, 1974 r. de Gran desfile. El (The Big Parade, 1924).48 Hasta el fin del mundo (Until the End of the jailovichEisenstein. 49
Ingmar Bergman. J 7.0-172, 429 Gran dictador, El (TheGreat Dictator. World / Bis ans Ende derWelt I Jusqu'au H umoresque ( 1946). de JeanNegu¡e~co. 41 J
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berl Zemeckis. 44-+ Graflilusión, La (La Grande lllusion, 1937). 442 de la Maison Usher. 1928 l. de Jean
Fotógrafo del pánico. El (Peeping Tom. de Jean Renoir. 383 Hasta que llegó su hora (Cera una volla il tein. 334. 402
1959). de Michael Powell, 375 Gran pasión, La (l've Always Loved You. weSL 1968). de Sergio Leone. 283.363424 Hurdes, Las í Tierra sin pall (1932-1937).
Franee. sociéré anonyme (l974),de Alain 1946), de Frank Borzage, 411 Halari (Hatari!, 1962), de Howard Hawks, de Luis Buñuel, 317
Comeau, 321 Gran rubio con un ::apalO negro, El (Le 420
Frankenslei/Í de Mary Shelley (Mary She­ grand blond avec une ehaussure noire. Ha: lo que debas (Do the Right Thing, Identificación de lI11a niujer (ldentificazione
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Freud, pasión secreta (Freud, the Seeret Abel Ganee, 406 Iliarn Wyler, 412 Ikho Chachvi Mgalobeli I ZilPeveij Drodz
Pass ion, 1962), de John Huston, 421 Granujas a lodo ritmo (The Blues Brothers, Hermanas (Sisters, 1972), de Brian de Pal­ (1970). de Otar Ioseliani, .349,426
Fugitivos del desÍerto (lee Co1d in Alex, 1980), de John Landis, 162,286,360,434 ma, 158,345,427 Imitación a la vida (lmítation ofLife, 1959).
1958), de Jack Lee Thompson,· 145 Grease (Grease, 1978), de Randal Kleiser, Heure espagnole, de Fram;ois Porcile, 174 de Douglas Sirk, 308,418
Funny Girl (Funny Gir1, 1968), de Williarn 432 Hifoshima, mon amour (Hiro~hima mon India Song (India Song, 1975), de Margueri­
Wyler, 424 Green Pastures, Tire (1936), de William amour, 1959), de Alain Resnais'":151-152, te Duras, 290, 328-329. 379, 430
Keighleyy Mare Connelly, 406 233,263,382,418 Inhumaine, "L'(1925), de Mareer L'Her­
Gabinete del doctor Caligari, El (Das Ka­ Grito, El (TI grido, 1957), de Michelangelo Hitler, ein Filmaus Deutschland (1977), de
bier, 61 ' ;...
binett des Dr. Caligari, 1924), de Paul Antonioni, 151-152,417 Hans-Jürgen Syberberg, 320, 392, 432
Insoponable levedad del ser, La (The unbe­
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Gato y el violín, El (The eatand the fiddle, Gritos y susurros (Vichningar och Rop, Hombre de la lluvia, El· (Rainman, ,1988), Intendente Sansho, El (Sansho Dayu, 1954),
1934), de William K. Howard, 91 1973), de Ingmar Bergman, 428 Bany Levinson,92, 167,293,441 de Kenji Mizoguchi, 133, 288, 4.l5
478 LA MÚSICA EN EL CINE

Interludio· de amor (Interlude, 1957), de


Julia (Julia,1977), de Fred Zinriemann,:323
ÍNDICE DE PELíCULAS CITADAS 479

Douglas Sirk, 417


Jungla de cristal, La (Die Hard, 1988), de

Intermezzo (1936), de Gustav Molander


John MeTieman, 307

279,406 . , Libros de Próspero,YJs(Prosperó~s Books,' MaJas,tierras (Badlands. 1974), de Terence


1991), de Peter Greenaway, 191-1.92:" Ma..li.k. 366-367, 429

intermezzo""'t'Intermezzo, A love story)939),


Kaagaz Ice phool(l959), de Guru Dutt, 329,

Lieutenant Kijé (1932), de"A. Feinzimmer. 6l Malpertuis (Malpertuis. 1973), de Harry Kü-

de Gregory Ratoff, 272; 279-280, 406


419
Lights o[ New York (1928)~ de Bryan·Poy, me!, 3,227.~23

InTÍmi Osvetlenti.(1965), de Ivan Passer, 423


KamiK:azj 1999 (Le demier combat, 1983),

70; 79 _ ... Maman' et la putain, La (1973), de Jean Eus-


Intolerancia· (In toleran ce, 1917), de David
de Lue Besson, 436
Lisztomanía (Lisztomania, 1976); de Ken tache;2S1·
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Kanal (Kanal, 1957), de Andrzej Wajda,
Russell, 431 Manantial de las colinas. EII La venganzá
Invasión de los ladrones de cuerpos, La (In­
417 ..
Lo importante es amar {L'important c'est de Manan (Jean de Florette / Manon des

vasion of the Body Snatchers, 1956), de


Kaos (Kaos, 1984), de Paolo y Vinorio Ta­ d'aimer, 1974), de Andrzej Zulawskí, sourees, 1986), de Oaude Berri, 438

Don Siegel, 232,416


viani,437 . 323,429 Manhattan (Manhattan. 1979), de Woody

Isabel. reina de Inglaterra (La Reine Elíza­


Karins Ansikte I Kari' ns face (1985), de Ing­ Lo que el viento. se llevó {Gone with the Allen, 157,433
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113,124,404
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dos (Ivan Grozni, 1942-1945), de Ser­


Koyaanisqatsi (Koyaanisquatsi, 1982), ·de
Loco del pel() rojo, El (Lust for Life, 1956), 1920), de Fred Nibl0. 184

guei Míjailovich Eisenstein. 110, 331,


Godfrey Reggio, 436
de Vincente Minnelli, 416 Marginal, El (Le marginal. 1983), de Jac-

333.411 Kramer contra Kramer (Kramer versus Kra­


Lola(Lola, 1960), de Jacques Demy,256, 419 ques Deray, 436

mer, 1979), de Robert Benton. 433


Louise (1939), de Abel Ganee, 408 Marinella (1936), de Picrre Caron. 406

Jailholl.se Rock(l957), de Richard Thorpe,


Kwaidan (Kwaidan, 1964), de Masaki Ko­
Louisiana Story (Louisiana Story, 1948), de Marnie, la ladrona .f\larnie. 1964),de.Al-

1.:+1. 4-17 ..
baya,shi, 422
Robert Flaherty, 411 . fred Hitchcock, 121

Jalsaghar 0958kde'Satyajit Ray. 92, 172,


LoveslOry(LoveSwry, 1970),deArthurHi- Marquesa deO:. La lLamarquise d'O,

321,377-378;396,418
Ladrón de Bagdad, El (The Thief of Bag­ iler, 146,426 1976), de Eric Rohmer. 2':+5. 388

James Bond contra Goldfinger (Goldfinger.


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Jeque blanco: Ef(·Losceicco blanco; 195!),


1948), de Vittorio De Sica. 411. 371 Máxima ansiedad (High.-\.n.xiety. 1978). de

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Jesucrisro S!lpersi'ar (Jesus Chris[ Superstar.


193.413
Requiem füreinen Jung Fraulichen Konig, Medea (Medea. 1969 J, Je Pier Paolo Pasoii­
19i2),de Norman Jewison. 160.328
Larga ausencia, Una (Une aussi longue ab­
1972), de Hans~Jürgen Syberberg, 292. 427 ni, 23

Jeune filie au ii\'re, La. de Jean-Louis Co­


sence. 1960), de Henri Colpi. 323.-419
Luis II de Bavíera (Ludwig, 1973),deLu- Medium,Le, de Gian Cario \1enoni, 174

moIlL 174
Largo adiós. El (The Long Goodbye. 1973),
chino Visconti, 272.398,428 ,Welissokomos. O (1986). de Theo Angelo-

Johnny Guítar Uohnny Guitar, 1954), de Ni­


de Robert Altman; 313
Luna, La (La luna, 1979), de Bernardo Ber- poulos, 439

cholas. Ray, .:+15


Laura (Laura, 1944),de Ono Preminger;
tolucci, 4 3 3 W é l o (19.86), de Alain Rcsnais, 440

JoUrse Ih'e; Le (1939). de Marcel Carné.


142,409 .
Lunedans le ~aniveau. La (1983), de Jean- A1e/odra de/mundo. La 1.~lelodie der We1t

..t07 .
Lawrence de Arabia (Lawrenée of Arabia,
JacquesBeineix, 2L 436 1929), de Walter RtÍmnann,J88

J()\'enciro Frankenstein. El (Young Fran­ 1962), de David Lean, 160.. -1:21 Lu::. La (Yeelen, 1987), de Suleyman Cissé, Melodía para un asesinato (Fingers, 1977L

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Joy( 1983), de Serge Begon.ll5 Legión de los hombres sin alma. La (Whire Melodras deBroadway 1955 tTheBand \Va-

Juan Salvador "Gaviota (lQnathan Livings­ Zombies,1932), de VictorHalpem, 98


Macbeth (Macbeth, 1948), de Orson Welles, 20n, 1953), deVina:!nte.\linnelli, ~86. -í-l-l­

ton Seagull. 1973), de Hall Burlett, 429


Lettre á FreddyBuache.( 1982); de Jean-Luc
171 Melody Ranch (1940), de Joseph StanÍey, 142

Judilh de Berulia(Juditn of Betulia, 1913­ Godard. 2 J4 . .


Macbeth (1ylacbeth, 1987), de ClalJde d'An­ Memorias de Africa (Out 01' Africa, 1986L

1914). de DavidWardGriffith. 48
Ley dé lacálle, La (Rumble Fish. 1983), de na,440 de Sidney PolIack...+39

Jzief!O de Hollywood. El (The Plávei. ! 992).


Francis FordCoppola, 320.-1:36 . MadameBovary (933), de Jean Renoir, 114 Menk (1969), de AnhurPelechian., 425

de Roben Altman. 312-313. +W


Ley del silencio, La (Oh thé Waterfront. Madamede.... (Madarpede ... , 1953), de Max Mensajero, El (TheGo-13etween; 1971),de

Juf!.r!"os de \'erano (Sommarlek. 1951); .de 1954); deElia Kazan, 139.415 Ophuls, 239,371-372,415 Joseph Losey, -1:26

rngmarBergman,314 . Lialsons dangereuses,·Les (19.59), de Roger Mado (1976), de.Claude Sautet, 390 Mercado de ladrones tThieves Iiighway.

n.
Jüegos prohibidos (Jeux interdits. 195 de Vadim,139 Mago de Oz•. EI (The Wizardof Oz, 1939), 1949), de Jul~s Dassín. 118

R~né Clément 142;413 Libera me (l933), de AlailÍ Cavalier. 245


Merci lavie(199m.de BenrandBlier, 256.316

de Víctor Fleming, 407


Jules y Jim Oules et Jim.! 962). de Francois
Libro de la se/va. E{(The Jungle book. g>66). Mala sangre(Mauvais sang, f986), de Leos Metrópolis (Metropolli. 1927), de FritzLang.

Truffaut. 133. 289, 324. 397. -1:21


>

de Wolfgang Reitherman, 292. -1:95 Carax, 439 183,440

Malas calles (Mean Streets, 1973), de Mar­ Mi noche. con Maud(Ma nuit. chez Maud;

tín Scorsese, 100, 429 1969), de EricRohmer: 2.69 .

ÍNDICE DE PELÍCULAS CITADAS 481


480 LA MÚSICA P'; EL CINE

Niño salvaje, El (L'enfant sauvage. 1970), de Grigori Kozintzev y Leonid Trauberg,


Mi nomhre es ninguno (tI mio nome e nessu­ Lieutenant's Woman. 1981l. de Karel de Fran~oisTruffaut, 396-397, 426 61,402
no. 19731. de Tonino VaJeri, 47 Reisz.43'+ Niños terribles, Los (Les enfanis terribles, Nueve semanas y media (Nine. and HaIf
Mi tio (Mon oncle, ]958). de Jacques Tati, 395 Muier es una mujer.ena ((jne femme esr 1950), de Jean-Pierre Melville,25'+.' 412 Weeks. 1985), de Adrian Lyne. 438
.\fiTida es mi ¡'ida(Five EasyPieces, ]970). ~ne femme. 1I~61l. de- Jean-Luc Godard. Noce hlanche (1989), de Jean-Claude Bris­ Nuit á nous. La (l930). de CarlFr6lich y
de Bob Rafelson. 426 340,342,420 seau,225 Henry RousselL 90 '
JI ¡lIón. El (Le milion, 1931), de René Clair.
107.403
Afujer j7amheada. La (Die flambiene Frau. Noces dé Figaro,Les, de Jean-Pierre Pbnne­ Nuir sur le momo Une (1934), de Ciaire Par­
1983), de Roben \'3D Ackeren. 307.436 He. 171 ker y Alexandre Alexe~eff (conometraje),
.\1iracle des loups,Le (1924), de Raymond Mujer indo/Jzable. Lo' (La bisbetica domara ¡ NOCé.~ de plomb, de PierreGrÍrhblaL "t21 405
Bernard.60 The laming of the shrew. 1967), de Fran­ Noche americana, La (La núit américaine, Nunca en domingo (Never on Sunda)'.
.\firlo macho. El (llmerlomaschio, ] 972). co Zeffirelli. 305 1972), de Fr.:m~ois TrúffauL 325. 396­ 1960). de lules Dassin, 419
de Pasquale Festa CampaniJe, 278 Mujer púhlica. La 397,428
Miserables; Les (1995). de Claude Lelouch. 1984), de Andrzej Noche de San Lorenzo, La (La norle di San Ocho v medio (Ono e mezzo.1963), de Fe­
361 A-fujer y Ires homhres. Gnu Sos hahíamos Lorenzo, 1982), de Paolo y ViÍtorio Ta­ derlcoFellini. 21. 32, 47, 133.251,
.\fiserables. Les. de RaymondBernard; 114 querido IanlO (C'eravamo tanto amaü. viani,437 335-339.421
Jfisíón imposible (Misionimposible), serie 1974). de Errore Seo la. 429 Noche de verano cnla ciudad (Nuit d'été en Oficial y caballero (A.TI· Officier and a Gen­
t\'. 147 Mujeres' enamoradas (Women in Love. viUe, 1991), de MiChel Deville, 327 . tleman. 1982). de TaylordHackford . .+35
JI isíón. La ahe Mision. 1986), de Roland 1969). de Ken RusselL 322 Noche· del cazador, La (The Nighr of the Ojo del diablo, El (Djavullens'oga, 196m.de
Joffé. 243. 439 ,'-lujeres so'-zodas (Les belles de nuit. 1952). Hunter, 1955), de Charles Laughton. 415 lmrmar Bennnan. 254
.\flodosc ChopinG (1952), de Alexandre de René. Clair. 272. 413 Noche en la ópera, Una (A Night at the Ope­ Old Man and ~}¡c Sea. The (1958). de John
Ford.413 Mundo aparre. Un CCar \Vash. 1976). de Mí­ ra, 1935), de Sam Wood,40() . Sturges.418
.\I(/Bmer Biues (Mo'Better Blues, ]990). chaél Schultz. 157.43 Noche eterna (Musik i motker,1948). de One plus One (1969), deJean-Luc Godard,
de SpikeLee. 226-227, 290, 361 442 M urda (1930 J. de Alfred Hitchcock. 82. Ingmar Bergman, 412 147,270.425
.Hoderaro CanrabiJe (Moderato Cantabíle. 226.401 Noche y niebla (Nuit etbrouíllard.1955), de Opera de Malandro (1986),de_Ruy Guerra,
1960), de Peter Brook. 329, 419 Muriel (Muriel oU le tempsd'un retour. Alain Resnais (cortometraje), 382. 384­ 439
JlÓme. La (19861, de Alain Corneau, 321 1963), de Alain Resnais. 295. 385, 421 Orfeo nef!TO (Orfeo Negro, J 959). de Mareel
385,415
Momerre.- Pop (Monterrey Pop, ]967), de Música)' lágrimas (The Glenn .\liller Sto!"). Noches de Cabiria, Las (Le norte di Cabiria, Camus.418
D.A. Pennebaker y Richard Leacock. 1954), de Anthony Mann. 415 Oso. El (L·ours. 1988). de Jean-Jacques An­
146.424 . . 1957), de Federico FelIini, 175,417
Noches de sol (WhiteNights, 1985); deTay­ na ud, 441
.\loon ü Blue. The (1953), atto Premin­ Nace una ('anCÍón fA is born.1948). de lord Hackford, 168 Olhon(l969). de lean-Marie Srraub yDa­
ger.376 Howard Hawks. 412 Noches rojas de Harlem, Las (Shaft, 1971), niele HuilleL 171, 198
.lfore (More. 1969), de Barbet Schroeder, Nacimiento de ulla nación. El (Bi.rL1 of a Na­ de Gordon Parks, 426
146.425 tion, 1915), de David Ward Griffith. 47. 60 Noches salvajes, Las (Les nuits fauves, Padre padrone (padre padrone, 1977),
,\JOTl 1111 dimanche de pluie (986), de Joel Napoleón (Napoleori, 1927). de Abel Gance. 1992), de Cyril ColIard, 443 Paolo v Vinorio Taviani, 230, 282, 432
Samoni,307 50,60,297,401 Nola DarUng (She's gotta have it, 1986), de Padrino, El (The Godfather, 1972), de Fran­
.\foses und Aron (1974), de lean-Marie Naranja mecánica. La (A clocJ....v :ork orange, Spike Lee, 361 cis Ford Coppola, 304, 427
Straub y Daniele Huillet, 171,429 1971), de Stanley Kubrick, 27, 166,200, Nombre de la rosa, El (Le nom de la rose, Pájaros, Los (Tbe Birds, 1963), de Alfred
Moulill Rouge (Moulin Rouge, 1953), de 353,358,427 1986), de Jean-Jacques Annaud, 308 Hitchcock, 237, 421
John Huston, 143,414 Narciso negro (Black Nareisus. 1947), de Mi­ Nombre, Carmen (Prénom, Cannen, 1982), Palroque!. Le (1986), de Michel Deville,
Muchacha de Londres, La (Blackmail, chael Powell y Emeric Pressburger, 375 de Jean-Luc Godard, 147,258 327,439
, 1929), de Alfred Hitchcock, 83,402 Nashville (Nashville, 1975), de Robert Alt­ Nosferatu, el vampiro (Nosferatu, Eine Synp­ Pan y el perdón, El (La femme du boulan­
Muelles de Nueva York, Los (TheDocks of man, 312, 430 honie des G:rauens, 1922), de Friedrich ger, 1938), de Mareel Pagnol, 120
New York,1928), de Josephvpn Stern­ Nazarín (1958), de Luis Buñuel, 245 Wilhelm Murnau, 181,369 - .. Pantera rosa, lA (fhe Pink Panther, 1964),
berg, 56 Neokoncennája pisa alja mehaniceskoyo Nostr.a Signara dei Turchi (1968),'Cie Car­ de Henri Mancini, 307, 422
Múerte de un viajante, La (Deatlióf a'Sales­ pianino (1977), de Nildta Milillalkov, 432 melo Bene, 424 Para siempre (Always, 1989), de Steven
man, 1951), de Laslo Benedek, .138 New York, New York (New York, New York, Note bleue, La (1990),de Andrzej Zulawski, Spielberg. 179 "
Muerte en Venecia (Morte a Venezia, 1971), 1977), de Martín Scorsese, 290, 375,432 442 Paraguas de Cherburgo, Los (Les parapluies
. de Luchino Vísconti,'217, 398;-427 Niebla, La (The fog, 1979), de John Carpen­ Not~ehistoire (1984), de Bertrand Blier, de Cherbourg, 1964), de Jácques Demy,
Mujer casada, La\(Une .femme mariée, ter, 156 437 292,325-326,340,422
1964), de Jean-Luc Godard,258 Nijinsky (Nijinsky, 1980), de Herbert Ross, Novia vestia de negro, lA (La mariée était en París, Texas (París, Texas, 1984), de Wim
Mujer de al lado, La (La fernme d'á coté, 434 noir, 1967), de Fran~oi$ Truffaut, 158 Wende~,283,364,400,437
1982), de Fran\=oÍS Truffaut, 324, 397 ' Ninatchka (Nínotchka, 1939),'de Ernest Lu­ Nueva Babíloi1.ia, La {Novyi Babilon, 1929), Parking (1985), de Jacques Demy, 325
Mujer del teniente francés, La (Thé French bitsch,417
482 y LA MÚSICA EN EL CINE
tNDICEDE PEÚCULAS CITADAS 483

Providence. (Providence, 1976), de AIain Rashomon (Rashomon, 1950), de Akira Ku­

Parsifal (1982), de Hans-JUrgen Syberberg, Piano, El (The Piano, 1992), deJaneCam­

pion,24,246,266,271,283,443

Resnais,159,386,431 . rosawa, 215~ 412

170-172,392-393,435

Psicosis· (psycho, 1960), .de Alfred Hitch­ Rebelde:.sin. causa (Rebel without a cause,

Parsifal, de...tfario Caserini, 57


Pianofone (1984), de Francesca Comencini,

eock,253~420 1955).:de·Nicholas Ray, 137

Panir revenir (1985), de C1aude 1..elouch,


437

Publk Enemy (1931), de William Well­


Recuerda'. (Spellbound), de Alfred Hitch­

362.438
Pickpocket (Pickpocket, 1959), de .Robert

mann, 100-102, 234, 381, 403


coelr: 410­
Pas de deux (1968), de NonnanMcLaren, 366

Reflejo;' en· un' ojo dorado (Refle~ons in a

Bres!eU, 152

Puente sobre el río 'Kwai, El (The Bridge on


Pasión (passion, 1981), de Jean-Luc Godard,
Piel de asno (Peau d'ane, 1970), de Jacques

the River Kwai. 1957), de David Lean, Golden Eye, 1967), de John Huston, 424

295
Demy,325

160,378,417 Regen (1928), de Joris Ivens, 402

Pasión de Júana de Arco, La (La passion de Piel suave, La (La peau douce, 1964), de

Pulp Fiction (Pulp fiction, 1994), de Quen­


Regla del juego; La (La régle du jeu, 1939), de

Jeanne d'Arc,1928), de Carl Theodor Franyois Truffaut, 324

tin Tarantino, 444


Jean Renoir, 254, 329, 380, 382-384, 408

Dreyer, ·184 Pierrot el. loco (pierrot le fou.. ·1965), de

Purple Rain (Purple Rain, 1984), de Albert


Regreso al futuro (Bá.ck to rhe Future,

Pasión de los fuertes, La (My Darling Cle­


Jean-Luc Godard, 340-342,423

Magnoli, 437
1985), de Robert Zemeckis, 155

mentine, 1946), de John Ford, 411


Pink Floyd, El muro (pink Royd, The Wall,

RegresQ de Manin Guerre, E/(Le retourde

Pasión de vivir, La (The Music Lovers,


1982), de Alan Parker, 435

Quarteto Basileus, II (1981), de Favio Car­ Martín Guerre, 1982), de Daniel Vigne,

1971), de Ken Russell, 272, 427


Pistoleros de aguq. dulce (Monkey Business,

pío,435 435

Pasión inmortal (Inmortal beloved, 1995),


1931), de Norman McLeod, 403

Quemado por el sol (Outlomlionnye soltn­


Relato íntimo (Thérese Desqueyroux, 1962),

de Bemard.Rose, 164,279
Plaisir, Le (1952), de Max Ophuls. 117,257,

sem, 1993), de Nikita Mikhaikov, 444


de Georges Franju, 421

Paso decisivo (The Tuming Point, 1977), de


288,371,413

¡Qué noche. la de aqueldía! (A Hard Dav's


Religiosa, La (Suzanne Simonin,La reli­

Herbert Ross, 168


Planeta prohibido (Forbiden Planet. 1956),

Night!, 1964), de RichardLester, 422 .


gieuse de Diderot, 1967), de Jaeques Ri:..

Pastoral (1976), deOtar Ioselianí¡ 349, 431


de Fred McLeod Wileox. 192. 248, 417

¿Que tal, Pussycat? (What's new Pussvcat?,


vette, 152

Pather Panchali (1~55), de Satyajit Ray,415


Platoon (Platoon, 1986), de Oliver Stone. 323

1965), de Clive Donner, 423 .


Remains lO be Seen (1953), de Don Weis, 414

Patrulla perdida, LO. (TheLost Patrol, 1934),


Play time (Play time, 1967), de Jacques Táti,

¿Quién engañó a Roger Rabbil? (Who fra­ Rembranilt .(Rembrandt, 1936), de Alexan­

de John Fordi 222, 405


163,395

med Robert Rabbit?, 1988), de. Roben


der Korda, 82

Paulineen la playa (Pauline á la plage,


Porun puñado de dóláres (Per un pugno di

Zemeckis, 307
Remordimiento (Remorques, 1941); de lean

1982), de Erie Rohmer. 387-388


dollari ./ . Für . eine HandwoU Dollars,

¿Quiere se~ el amante de mi muje~? (Pte­ Grémillon, 408

Pee Wee's BigAdyenture (l987)~ de Tim


1964), de Sergio Leone,364. 422

parez vos mouchoírs, 1977), de Bernand


RepéragesO 977). de Michel Soutter, 431

Burton. 179
Porgy )' Bess (Porgy and Bess. 1959), de

Blier 316
Repos du g~lerrier. Le (1962), de Ro!!er Va­
PeiMas et Mélisand.f:,d~Jean-Fram;ojs Jung,
Otto Preminger, 376. 419
dim. 256, 421 . ~

¿Quiereusred baiiarconmigo? (Voulez­

173
Portero de noche (ll partiere di notte.1974),

vous danser avec moi?, 1959), de !\Üchel


Resplandor, E/ Ol1e Shiníng. 1980), de

Pepe le Moko (Pépé le Moko, 1937), de Ju­


de Liliana Cavani, 257

Boisrond, 149
Stanley Kubrick. 27,358-359

líen DuvÍvier, 101,407


Porres de la nuit, Les (1946), de Mareel Car­

Quiero ser libre (Coal Miner' s Dau!::hter. Restaurante dt! Alicia. El (Alice 's Restaurant

Pequeño Buda (Lirtle Buddha. 1993), .de


né,41O

1980), de Michael Apted. 434 ~ 1969), de Arthur Penn, 147, 374.425

Bernardo Bertolueci;444
Precio de la gloria. El· (Whar Price Glory?

QuierovÍvir (l want [O live, 1958), de RObert Retorno a Howards End (Howard's End,

Pequeño. Gran Hombre (Little Big Man.


1927); 68

Wise, 139,418 1991), de James Ivory,· 308, 442

1970), de AithurPenn,374
Precio del poder, El (Scarface. 1983), de

Qui etes-vous, Poll)' Magoo? (Qui, Etes­ Retorno det Jedi. El (Retum of. the Jedi.

Pequeño romance. Un (Ilove you.je t'aíme,


Briande Palma, 183

vous" Polly Magoo?, 1966). de William 1982), de Richard Marquand, 166

1979), de George Roy Hil1; 256


Presidio, El (The Big HOllse. 1932). de Ge~

Klein,143, 256,423 Retrato de Dorían Gray, El (The Picture of

Perfume. de mujer (Profumodi donna,


orge Hill, 93

Quimera del oro. La (The Gold Rush, 1925).


porian Gray¡ 1944), deÁlbertl.ewin, 410

1974), de Oíno Risi, 429 .


Pret á porter (Pnet á porter.I995). de Robert

de Charles Chaplin. 184


Reyde corazones (Le roi du coeur. 1966), de

Péra en Ja demeure (1985), de Michel Devi­


Altman.312

Quinteto (Quintet, 1979), de Robert Altman.


Philippe de Broca, 322,423

lle.327
Primera t'ictoria (In Harm ~s Wav. Í965)' de

312
Rey león, El (The KiÍlg Lion, 1994),292

Pero ¿ quién mató a Harr)'? (The Trouble with


OttoPreminger,376 '

Rey loco. El (LudwiglI, 1955),deHelrnut

Harry, 1955), de Alfred Hitchcock, 263


Principiantes (Absolute Beginners. 1986),

Ragtime(Ragtíme.1981 ), de Milos Forman.


Kaütnet, 416

Persona (Persona, . L966). de In!!IIlar Berg­ de Julien Temple, 439

mano 152:201-202,256 - ... ~ 435


Ricardo flf (Richard IlI,1955), de Laurence

Prix de beauté (1930), de AugustO Genina,

RamboiAcorraladóparte. (RamboIFin;t
Olivier,82

Petice bande,La(I 983), de Michel Deville.


77,403 ­
Blood panII; 1985), de George Pan Cos­ Rififí (Du rififi chez les hornmes.J 955), de

327
Profesor chif/(ldo. EI(The Nuny Professor,

matos. 167 .
Jules Dassin, 415

Petite Lili,La. de Alberto Cavalcanti, 75


1963), de Jerry Lewis.421

Ran (Ran, 1985). de Akira Kurosawa. 354


Río Rojo (Red River, 1948), de Howard

Philadelphia, (Philadelphia. 1993), de Jonat­


Profesor de música. El (Le maitrede musi­

Rapsodia satanica (1915), de Nino Oxíli;l.; 57


Hawks,411

han Demme, 247, 444­ que, ·1987). de Gérard Coroiau. 440

Rapto (Rapt. 1934),de. Dirriitri Kirsanoff.


Ritmo loco (Shall \Ve dance. 1937), de Mark

PI!ilips Radio Symphonie industrielle (1931 ),


Propre de l' homme, Le· (1960); de Claude

405
Sandrich, 90. 407

de Jorislvens. 91
Lelouch.361

484 LA MÚSICA EN EL CINE ÍNDICE DE PELÍCULAS eIT ADAS 485

Robber Symphony (1936), de FriedrichFe· Sed de mal(Touch of Evil, 1958). de Orson


Solo en casa 11, 161
Taxi para Tobruk,. Un (Un taxi pour To­

her,I06, 174,406 Welles, 418


Sólo se vive una ve: (Youonly. live once~
brouk, 1961). de Denysde La PateIliere,

Robín Hood. principe dé; los ladrones (Roe


Semilla de maldad (The BlackboardJungle.
1937), deFrirz Lang, 106
420

bin Hood, princeof thieves. 1991), de Ke­


1955), de Richard BiOOks,.140-141, 415
Sombra del testigo. La (Someone [O wateh
Tchaikovski (1971), deIgorTalankine. 427

vin Reynolds, 442


Senso (Senso, 1954),. de LuehinoVisconti,
over me, 1987), de Ridley Scott, 246-247
Te amO¡.le amo (le t'aime, je t'aime. 1968),

RocJ..'}'HorrorPícrure Show.The (Ihe Rocky 254,398-399,415 Sombra en el pasado, Una (Mahler, 1974),
de Alain Resnais. 385

Horror Picture Show. 1974), de Jim Shar· Sentinelle, La. (1992); de Arnaud Desple­ de Ken Russell, 272,430 Te querré siempre (Viaggio in Italia. 1953),

man.161 chin,443 Sombrero de copa (Top Ha!:, 1935), peMark de Roberto Rosselliní, 134-135. 414

Roma, ciudad abierta (Roma, cittá apena,


Señoritas de Rochi!forr. ÚlS (Les demoise­
Sandrieh, 405 ., . ... .­ Tempest. The (1979), de Derek Jarman. 191

1945), de Roberto Rossellini, 235, 410


Hes de Rochefon. 1966),· de Jacques
Sombrero de paja de Italia,. Un (Un ehapeau
Tempestad (Tempest, 1982), de Paul Ma.:

Rosa. La (The Rose; J 979). deMark Rydell,


Demy; 325, 423
de paiHe d 'Italíe, 1928), de René Clair,
zursky.191

433
Séptimo sello, El (Det Sjunde Inseglet.
402
Tempesraire, Le (1947), de lean Epstein,

Route enchantée;La (1938); de Pierre Ca­


1956), de Ingmar Bergman, 314,416
Son nom de Venisedans Ca/curra déserf 335,411

ron, 407
Séptimo velo, El(The SeventhVeil, 1945).
(Í976), de Marguerite Duras. 379
Tener)' !lO tener (To have and'have not,

Route est belle; Úl (1929). de Robert Aorey,


de Compton Bennett. 410
Sonata de otoño (Hostsonaten 1 Autumn So­
1944), de Howard HawkS, 410

84,A02
Serie negra (Serie noire. 1979), de AlaÍIl
nata, 1978), de Ingmar Bergman, 281. 433
TeniZabyry} Predko\' (1964). de Serguei Pa­

Rueda. La {La roue, 1923). de Abel Gance,


Comeau, 244,321
Sonrisas y lágrimas (The SQund of Music,
radjano y • 282.423

60,334
Sevilla de mis amores, de Ramón Novarro. 8-+
1965), de Robert Wise,423
Tentación \'Íí'earriha, La (The Séven Year

SIIOW Boat, 81
Sousle soleil de Salan (1987), de Maurice
!tch, 1955), de Billy Wilder. 416

Sábado !loche, domingo maiíanQ (Saturday


Siegfried, de Mario Caserini, 57
Pialat; 283, 440
Tercer hombre. El (TheThird Man. 1949),

Night and Sunday Moming. 1960), de


Sierra de Teruel (L'Espoir.1938), de André
Soy un fugitivo (1 am a Fugitive from a Chain
de Carol Reetl.83, 138. 142,211. 312,

Karel Reisz, 419


Malraux, 114
Gang. 1932), de Mervyn LeRoy, 93
379~38:, 412

Sacrificio (Offret 1986). de Andrei. Tar­


Siete magnificos, Los (The Magnificcnt Se­
Sta.lker (1979), de Andreí TarkovskL 244,
Terciopelo azul (Blue Velvet 1986)~ de Da­

kovski, 394, 439


ven, 1960), de John Srurges, 419
394,433
vid Lynch, 327. 439

Saeta del ruísáior, La (1958), de Antonio


Signe dil /ion. Le (l959), de Erie Rohmer.
Starman(Starman, 1985), de John Carpen­
TerremoTO (Earthquake, 1974), de Mark

del Amo, 418


419
ter, 438
Robson.159

Sa.il-on jamais (1957), de Roger Vadim,


Siguiendo mi· camino (Going my Way,
Stormy Weather (1943), de Andrew L. Stone,
Territoire des autres, Le (1970); de Frans:ois

139,417 . _
1944), deLeo MeCarey, 410
87,409
Bel y Gérard Vienne, 207.373,426

Sala de baile. Úl (BaIlando, bailando / Le


Silencio dejos corderos. El (Sílence ·of the:
Strada, La (La strada, 1954), .de Federico
Testamento del Dr. Mabuse. El (Das Testa­
bal, 1983), de Ettore Scola. 436
Lambs, 1990), de JonathanDemme, 234.
Fellini, 135,414
mentdes Dr. Mabuse 1 Le testament du
Salammbó. 60
442
Subarashiki nichyobin (l947),de Akira Ku­
Doeteur Mabuse. 1932), de Fritz Lang,
Salario de/miedo. El (Le salaire de lapeur,
Silencio, El (Tystnaden, 1963), de Ingmar
rosawa, 258,274, 384,411
91-93; 111-112.207,389
1953), de Henri-Georges ClQuzot, 227­ Bergman, 256, 315,421
Subway (Subway, 198B), de Lue Besson, 438
Téte d'un homme; La (1932), de Julien

228,414
SiU.:wood (Karen. Silkwood, 1983), de Mike
Sueño de amor (Song Without End, 1960),
Duvivier.· 87 -88

Salvador (Salvador, 1985), de Oliver Stone,


Nichols, 323
de Charles Vidor y George Cukor, 419
Thelma y Louise (Thelma and Louise. 1990),

323
Sillas de montar calientes (Blazing saddler,
Sueño de Arizona, El (Arizona Dream,
de Ridley Scott, 177-179, 194,293,443

Salve quien pueda, la vida (Sauve qui peut,


1974), de Mel Brooks, 248
1992), de Emir Kusturiea, 444
This is Spinal Tap (1984), de Rob Reiner, 146

la vie, 1979), de Jean-Luc Godard, 133,


Sinfonía fantástica (La symphonie· fantasti.
Sueño de una noche de verano, El CA Mid­
THX 11 38 (THX 1138, 1971), de George

340,343
que, 1942), de Christian-Jaque, 409
summernight's dream, 1935), de William
Lucas, 368, 427

San Francisco (San Francisco, 1936), de Sinfonías tontas (Silly Symphonies), 80, 99
Dieterle, 85
Tiburón (Jaws, J 975), de Steven Spielberg,

W.S. van Dyke,85 406

y Soga, La (TIte Rope, 1948), de Alfred Hitch­


Sueño dorado (Golden Boy, 1939), de Rou-·
159,430

Sandra (Vaghe stelle dell'Orsa, 1965), de


cock,348
ben Mamoulian, 408
Tiempo de los gitanos, El (Dom zu Vesanje,

Luchino Visconti, 399


Soigne ta droite (1987), de Jean-Luc Go­ Suprime Épopée (1919), 60
1988), de Emir Kusturica, 441

Sang d' un poete, Le (1931 ),dé lean· Coete­ dard, 147,270 . .


Synchromie (1971), "de NOrIÍlru1'McLaren, Tiempos ~dernos (ModemTimes, 1936),

aU,403 . _. Solaris (Solaris, 1972), de Andrei Tarkovs­


365 de Charles Chaplin, 77, 339,406

Satyricon (SatyricoD, 1999), de Federico Fe­


Id, 393-394, 428
Tienda de locos (The Big StQ.re, 1941), de

llini, 23, 175, 305,425 .


Soledad (Lonesone, 1928), de Paul Fejos, 402
(Tabu, 1931), de FriedrichWilhelm
Charles Reisner, 409

Scarface, el terror. del Ju:unpa .(Scarface,..


Soleils de file de Páques, Les (1971), de'
~¡fmnau'y RobertFlaherty, 77
Till gladje (1949), de Ingmar Bergman. 412

1930), de Howard Hawks, 93


Pierre Kast, 152
'·'.....i".'C~/V,J,:tan cerca! (In Weiter feme, so
Tirez sur le pianiste (1960), de Fran~ois

Se acabó la crisis (La crise est fmíe, 1934),


Solo ante el peligro (High Noon, 1952), de ,1992), de Wim Wenders,443 Truffaut, 211, 322, 324,419

de Robert Siodmak, 105.405


FredZinnemann, 138.142,413 Driver (Taxi driver, 1975), de Martin TKX no contesta (Si tous les gars dy monde,

Sea Hawk, The (1940), de Michael Curtiz, 408 Solo.en casa, 167
Scorsese,131,207,213,239,347,430 1956), de Christian-Jaque, 416

486 LA MÚSICABN EL CINE


ÍNDICE DE PELÍCULAS CITADAS 487

Tod des Empedocles, Der ILa mond' Empé~ Trois places por le 26(1988), de Já¿ques
Verano del 42 (Surnmerof42, 1970, de Ro­ Vuelan mis canciones (Leise flehen meine
docle (1986), de Jean Marie Straub y Da­ Derny, 325 bert Mulligan, 146,426 Lieder, 1933), de WHly Forst, 404
. niele Huillet, 198 Trois valses, Les (1938), eeLudwig Berger,
Vergüenza, La (Skarnmen. 1968), de Ingmar Vuelta al mundo en ochenta dias; La
Tod des MaliÍt/1 Malibran, Der (1971), de 407 Bergman. 278, 425. ~ (Around the World in 80days, 1956), de
WemerShrOeter, 427 Twin Peales (Twin Peaks, 1989-1990, tv), de

Vertiges (1985), de Christine Laurent, 438 Michael Anderson, 143,416


Todas las inañanasdel mundo (Tous les ma­ David Lynch,365 .
Vestida para .matar (Dressed to KilI,- 1980),
.tins du monde, 1991), de Alain Corneau, Twin Pe3b Fire walk withme (1992), de

de Brian de Palma, 309, 434 Waterloo (Wateiloo, 1970)~ de Serguei Bon­


164,279,281-282.321,443 David Lynch, 443 Viaje alucinante al fondo de la mente (Alte­ dartchuk,305
Tom Jones (Tom Jones, 1963), de Tony Ri­ red States, 1981), de Ken Russell, 434 Week-end (1967), de Jean-Luc Godard, 178
chardson, 421 Última locura; La (Silent Movie, 1976), de
¿Víccoro Victoria? (Victor, Victoria. 1982), Werther (Le roman de Wenher, 1938), de
Tommv (Tommy, 1975), de Ken Russell, Mel Brooks, 248, 431 de Blake EdwardS, 435 Max Ophuls, 254, 407
161,430 Última película, La (The Last Picture Show,
Vida de mujer, Una (Une histoire simple, West Side Story (West Side Story, 1961). de
Too Lare Blues (1961), de John Cassavettés, 1971), dePeter Bogdanov ich,155,427
1978), de Oaude Sautet, 255 Robert Wise y Jerome Robbins, 286. ·+l0
420 Última tentadón de Cristo, La (The Last Vida privada de Sherlock Holmes, La (The Wocheneride (l930),de Walter Ruttmann.
Toro salí'aje (Raging Bull, 1980), de Manin Tempta.tion ofChrist, 1987), de Martín Private Life of Sherlock Holmes, 1970), 388-389,403 .
Scorsese, 100 Scorsese, 244, 440 de Billy Wilder, 426 Woodstock (WoodstOck, 1970), de Michael
Tosca. La (1972), de Luigi Magni,428 Último emperador, El (The Last Emperor I Vida, pasión)' muerte de Nuestro Señor Je­ Waldleigh, 146-147,426
Toscanini (1988), de Franco Zeffrrelli, 441 L' ultimo imperatore, 1986), de' Bernardo sucristo (La vie et Passion de Notre-Seig­
Totóel héroe (Toto le héros. 1989), de Jaco Bertolucci, 439 neur Jésus~Chrisr, 1902-1905), 44 y Dios creó la mujer (Et Dieu eré a la Tem­
van Dormael, 442 Último millonario. El(Ledemicr tnilliardai­ Viejo fusil, El (Le vieux fusil, 1975), de Ro:. me, 1956), de Roger Vadirn. 4.16
Touche:pasaugrisbi( 1954), de. Jacques re, 1934), de René Clair, 107 ben Enrico. +30 y el mundo marcha (The Crdwd. 1928/. de
Becker, i43, 414, . Último vals, El (The Last WaJtz. 1978); de Viento, El IThe Wind, 1928), pe Víctor KingVidor,48
Tourbillon de Parii(1939). de· Henri Día­ Manin Scorsesé, 432 . SJostróÍn; 182,402 y la nave va (E la nave va, 1982),de Fecieri..
mam-Berger,408 Último, El (Der LetzteMann, 1926), de .
Vientreshelados (Kühle Wampe, 1931), de co Fellini, 174-175.435
Tous/es gan;ons el les filies de leur dge Mumau, 50. 56,64 Slatan Dudow. 404 Yo te saludo, María (le \loussalue.Marie.
(1994), serie tv,~ Unfaithfully Yours (1948), de Preston Stur­ Firidiana (l961)~ de Luis Buñuel.317, 420 1983), de Jean-LucGodard, 342·.;..L+.
Toulf;a ne wiut pasl'amour(l931J. de Jac­ ges,276,412 FisÍleurs du soir. Les (1942), de Marcel Car­ 437
ques Tourneur, 87 Único lesligo(Witness, 19X5). de Peter Yoru no ona tachi (1948). de KenjiMizcgu·
né.409
Tragédie de Carmen. ~a(1983). de Peter Weir, 308-309,438 \iluda alegre, La (The Merry Widow~ 1934), chi,257.
Brook...+36 ~. Unos y los otros. Los (Lesuns el les autres; de Emst Lubitsch, 84, 405 Young and innocenr (1937). de Ah-:-ed
Tramia llamado Deseo: Un lA Streetcar na­ 1981), de Claude Lelouch, 36.1 +35 yim ia liberrad!(Anous la liberté; 1931), Hitchcock, 348
me<! Desire, 1951), de Elia Kazan.138,413 Urotsukidoji lI/ (1993), 250 de René Clair, 81,91. 107, 228, 403
Traviala. La (1948), de Camime Gallone. 412 Vocesdisranres fOistant Voiees, Stil1 Lives, Zapatillas rojas, Las (The Red ShO;;;s.
Trm'iara, La (LaTraviata.1983Lde Franco Vacaciones de/señor Hulot,/;a,'; (L~svacan­ 1988), de Terence Davies, 286, 379, 441 1948), de Michael PoweU y Emeric PreSS­
Zeftirelli. 170, 436 ces demonsieur Hulot, 1953), de Jacques . \/ormiuagspuk (1928). de Richter Hans, 60; burger, 375, 412
Tren del infierno. E.l. (Runa\vay Traín, . Tati,186-187, 395, .414 +02 Zéro en conduite (1933). de lean Vigo.
'1985), de Andrei Kontchalovski. .+38 Vacaciones en Roma (Roman . Holiday, Foyage en douce.Le (1980), de Michel De­ Zorbae/ griego (Zorba the Greek, 19fH. l.
Tres amigos¡sus mujeres)' los otros (Vin­ 1953), de WiUiarn Wyler. 414 ville.327 Michael Cacoyannis, 422
cem. Fran.90is, Paid et les áutres. (974). T/a/le. de Abraham,EI (VaJcAhraao, i993),
de Claude Saute~ 133.390-391, +29 de Manoelde Oliveira; 444
Tres a\'enrureros (Les avemuriers~ 1966),de Vampiresas 19J5 (Gold diggcrs uf 1935,
Roben Enrico; 423 1935), ~eBusby Berkeley, ()4-()5
Tres cantos sobre Lenin (Tre pesnio Lenine 7 Vampiro ae'Dusseldorf, El (M EineStadt
1934). de Lev Kulechov _-105 eine Morder, \931), de Fríl/'. Lang, 113,
Tres dí~ del cóndor. Los (Three Days of the 389
Condor.1975), de Sidnev Pollack. 1+9,430 Varmliinnengarna (i905), de Charles Mag­
Trícheurs, Les (1958\ de ~1arcel Carné, 139 riussen,57
Trío de la bencina. El (Drei von der Tanks­ Vent de panique (1987), de Bcrnurd S lora, 1.25
telle 1 Le cheminduParadis. 1930), de Ventana indiscreta, La (Rear Window, 195.4),
Wilhelm Thiele, +02 de AlfredHitcbcock, 87,270,237; 348
n
Trois masques, Les 929). de André Hu­ Venus rubia, La (Blonde .VC/lUS, 1932); de
gon;70.S1 J oseph von Sternberg, 404

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