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TEÓFILO, DE DIVERSIS ARTIBUS

Teófilo, un humilde sacerdote, siervo de los siervos de Dios, indigno del nombre
y profesión de monje, a todos los que deseando evitar y someter la pereza de mente y
el extravío del espíritu con la provechosa ocupación de las manos y la deleitosa
contemplación de nuevas cosas, se le conceda la recompensa celestial.

Leemos en la historia de la creación del mundo que el hombre fue creado a


imagen y semejanza de Dios, y le fue dada la vida por el soplo del divino hálito; que por
la excelente cualidad de tal distinción fue preferido a todas las restantes criaturas
vivientes, esto es, capaz de razón, pudo participar merecidamente en la sabiduría y
habilidad del plan de Dios. Y que, dotado de libre albedrío, respetaría la voluntad y
veneraría la soberanía de su único Creador. Pero, aunque perdió el privilegio de la
inmortalidad, a causa del pecado de desobediencia, siendo lastimosamente engañado
por el diablo, no obstante transmitió a las generaciones de la posteridad su distinción
de conocimiento e inteligencia, así que quienquiera que ponga cuidado y atención en el
trabajo puede adquirir, como por derecho hereditario, la capacidad para toda clase de
arte y habilidad [...].

Si (este libro) tú lo estudias diligentemente, encontrarás aquí todos cuantos


tipos de pigmentos diferentes posee Bizancio, y sus mezclas; todo cuanto Rusia ha
enseñado en el trabajo de esmaltes y de nielar; todo lo que las tierras árabes adornan
con repujado, fundición o calado; toda cuanta decoración aplica Italia a una variedad
de vasos en oro o por escultura de gemas y marfiles; todo cuanto Francia ama en el
costoso coloreo de ventanas; y toda la habilidad con que Alemania es alabada en el
bello trabajo de oro, plata, cobre y bronce, y en madera y piedras preciosas [...] (lib. I,
prólogo).

Cómo se aplica oro y plata a los libros.


Toma minio puro, añade una tercera parte de cinabrio, y muélelo con agua
sobre una piedra. Cuando esté cuidadosamente molido, bate la clara de un huevo (en
verano con agua, en invierno sin agua). Cuando esto está puro, pon el minio en un
cuerno y derrama la clara sobre él. Mete un bastón y muévelo un poco. Entonces,
haciendo uso de una brocha, cubre con esto todas aquellas partes sobre las que quieras
aplicar oro.

Pon un pequeño cacharro con cola sobre el fuego y cuando se funda, derrámalo
dentro de la caja conteniendo el oro y lava el oro con ello. Entonces derrámalo a
raudales dentro de la otra caja en la que guardas los espumados. Derrama cola
caliente otra vez, sostén la caja en la palma de tu mano izquierda y remueve
cuidadosamente con un pincel. Aplica (la mezcla) tan espesa o finamente como desees,
pero no uses demasiada cola, porque, si hay en exceso, el oro se ennegrece y no
adquirirá brillo. Después que ello ha secado brúñelo con una muela o sanguinaria que
ha sido cuidadosamente cortada y pulida sobre liso, sacando brillo con una tableta de
hueso. Si por descuido resultara un fracaso, cocinar bien la cola, así que el oro llega a
convertirse en polvo por roce, o se levanta porque (la cola) es demasiado espesa, tú
deberías tener a mano algo de la vieja clara batida sin agua, e inmediatamente untar
un poco de ello con un pincel ligeramente sobre el oro. Cuando ello esté seco, frótalo
otra vez con la muela o la piedra. De la misma manera aplica la plata, latón y cobre en
sus correspondientes lugares y frótalas entonces [.. ] (lib. 1, cap. 29).

Cómo se embellecen las pinturas en los libros con estaño y azafrán.


Si no tienes ninguno de aquellos dos (oro y plata) y aún quieres embellecer tu
obra de alguna manera, toma estaño puro, ráspalo muy fino, muélelo y lávalo como el
oro. Entonces, con la misma cola, aplícalo sobre letras u otros lugares que quieras
adornar con oro y plata. Después de haberlo bruñido con una muela, toma algo de
azafrán con el que se tiñe la seda, derrama la clara sin agua sobre ello y déjalo reposar
por la noche. Al día siguiente cubre con un pincel aquellos lugares que quieras dorar;
deja el resto que tome el lugar de la plata. Entonces, haciendo uso de una pluma,
dibuja líneas finas con minio alrededor de las letras, folios, volutas, materiales de ropa
y otros lugares que han de ser adornados […] (lib. 1, cap. 30).
CENNINO CENNINI, IL LLIBRO DELL’ARTE

Él [Adán] cogió la azada y Eva empezó a hilar. Después siguieron muchas artes
nacidas de la necesidad, todas diferentes. Unas suponiendo más ciencia que otras, pues
no todas pueden ser iguales; pues la ciencia es la más noble. Después de ésta viene una
que le debe su origen y la sigue de cerca, viene de la ciencia y se forma manualmente:
es un arte que se llama pintar, que pide fantasía y habilidad de las manos; quiere
encontrar cosas nuevas escondidas bajo las formas conocidas de la naturaleza y fijadas
con la mano, para demostrar que aquello que no es, sea. Con razón merece sentarse en
segundo orden después de la ciencia y coronada de poesía. La razón es ésta: que si el
poeta, únicamente con su saber, puede sentirse capaz o libre de componer, de enlazar
sí y no, si le place, según su voluntad, igualmente el pintor se siente libre y con fuerza
de situar una figura de pie, sentada, mitad hombre, mitad caballo, si le place, bajo el
impulso de su fantasía […].

Yo, como un pequeño miembro ejerciendo el arte de la pintura, Ceninno, hijo de


Andrea Cennini, nacido en Calle de Valdelsa, me formé en los secretos del arte durante
doce años con el hijo de Taddeo, Agnolo de Florencia, mi maestro. Éste, a su vez,
aprendió su arte de Taddeo, su padre. Taddeo fue «bautizado» por Giotto, que lo
retuvo como alumno durante veinticuatro años. Giotto cambió el arte de la pintura; de
la maniera griega la condujo a la maniera latina moderna. Poseyó el arte más
completo que jamás nadie haya tenido ni en su mejor momento. Para utilidad de todos
aquellos que quieran iniciarse en este arte, escribiré aquí lo que me fue enseñado por
mi maestro Agnolo; invocando ante todo al gran Dios Todopoderoso [...] al evangelista
san Lucas, primer pintor cristiano; a san Eustaquio, mi patrón [.. ] (cap. I).

Cómo unos se encaminan al arte empujados por la elevación del espíritu y otros
por el afán de lucro.
Aquellos a quienes el arte enardece con amor natural se disponen para
conseguirlo provistos siempre de un espíritu elevado. Si inteligencia goza con el dibujo,
su misma naturaleza les empuja, sin la guía de ningún maestro, por predisposición de
ánimo. Para alcanzar este goce se procuran un maestro, al cual, por amor, se disponen
a obedecer, poniéndose a sus órdenes para llegar a la perfección. Otros lo hacen por
pobreza o por necesidad; pero debemos prestar nuestra atención a los que se
encaminan por amor al arte y nobleza de corazón (cap. II).

Cómo debes distribuir la luz en claros y oscuros sobre tus personajes, para así
darles relieve.
Si por casualidad cuando estás trabajando o copiando en alguna capilla, o
pintas en lugares poco favorables, te ocurriera que no puedes obtener la luz del lado
izquierdo, tal como es necesario, disponte a dar a tus figuras o a tu dibujo el relieve
adecuado según la distribución que tenga de las ventanas que te iluminen en estos
lugares. Así, siguiendo la luz del lado que sea, contrapone el oscuro al relieve, tal como
hemos dicho. Si ocurriera que la luz viene o resplandece de frente, alcanzando la zona
central, de igual modo dispón tu relieve en claros y oscuros según estas condiciones
(cap. II).
Y si la luz viniese con mayor intensidad de una ventana que de las otras, rígete
siempre por la luz más viva, y procura continuarla y extenderla razonablemente, puesto
que tu trabajo, falto de ello, no tendrá ningún relieve y se convertiría en una cosa
simple y de escasa maestría (cap. IX).

Cómo debes aplicarte a copiar y dibujar de la mejor forma, según los maestros.
Ahora es el momento de seguir avanzando para que puedas poner en práctica
aquello que has aprendido de la ciencia. Has hechos tus láminas a la tinta. Es necesario
que sigas de esta manera: después de haber pasado cierto tiempo dibujando sobre
tablillas, tal como te dije anteriormente, aplícate a dibujar las mejores cosas que halles,
salidas de las manos de los grandes maestros; disfruta con ello. Y si estás en un lugar
donde hayan habido muchos buenos maestros, tanto mejor para ti. Sin embargo te doy
este consejo: escoge siempre al mejor y a aquel que tenga más alta reputación; y si te
esfuerzas día tras días, sería contranatural que no adquirieras alguna cosa de su
manera y de su estilo.

Si por el contrario, te dedicas a dibujar hoy esto de aquél, mañana aquello del
otro, no tendrás la manera de ninguno, y posiblemente tu hacer resulte una cosa
caprichosa, como si tuvieras el espíritu disperso por estas diferentes maneras: un día
querrás hacer como éste, mañana como aquel otro, y así nunca lograrás algo perfecto.
Si continúas siguiendo el paso de uno mismo, tu inteligencia tendría que ser muy tosca
para que no sacaras ningún provecho. Y entonces te ocurrirá que la fantasía que te
haya concedido la naturaleza, una vez desarrollada, te llevará a escoger una manera
que será la tuya propia y no podrá ser más que buena, porque tu mano y tu
inteligencia, acostumbradas a cultivar flores no sabrán recoger las espinas (cap. XXVII).

Para hacer un vestido de azul de Alemania o ultramar, o un manto de Nuestra


Señora.
Si quieres hacer un manto de Nuestra Señora en azul de Alemania, o cualquier
otro vestido en azul sólido, primero cubre al fresco el manto o el vestido con el almagre
y el negro; dos partes de almagre y una de negro. Pero antes rebaja el contorno de los
pliegues con un punzón o una aguja; después, al fresco, coge el azul de Alemania bien
lavado, ya sea con lejía o con agua clara, y ligeramente cernido con cuidado sobre la
piedra de moler. Después, si el azul es denso y de buen color, métele un poco de cola
desleída, ni muy fuerte ni muy ligera; ya te hablaré de ello más adelante. Aun a este
azul añádele un amarillo de huevo; pero si el azul resultara algo claro, serán necesarios
huevos muy rojos, como los del campo.
Mézclalo todo con un pincel de cerdas suaves; da tres o cuatro capas sobre
dicho vestido. Cuando lo tengas bien extendido y ya esté seco, coge un poco de índigo y
de negro y ve recubriendo los pliegues del manto lo mejor que puedas, volviendo sobre
las sombras una y otra vez con la punta del pincel. Si quieres esclarecer el bulto de la
rodilla u otros relieves, simplemente tienes que raspar el azul con un mango
puntiagudo de pincel. Si quieres hacer campos o cubrir en azul de ultramar, témplalo de
la misma manera que el de Alemania y da dos o tres capas. Para sombrear los pliegues
toma un poco de laca fina y un poco de negro, mezclado con amarillo de huevo.
Sombrea con gracia y con la mayor pulcritud posible, tanto con la laca como con la
punta del pincel, y haz los menos pliegues posibles, puesto que el azul de ultramar
soporta difícilmente la vecindad de otras mezclas (cap. LXXXIII).

Cómo debes empezar a trabajar sobre muro al óleo.


Revoca el muro como si quisieras trabajar al fresco, pero en lugar de extenderlo
poco a poco, deberás ponerlo de una vez sobre toda la superficie a pintar. A
continuación dibuja tu historia con el carbón y fíjala con la tinta y el verde tierra al
temple. Hecho esto, procúrate un poco de cola bien líquida. Sin embargo, para el
temple aun es mejor huevo bien batido en una escudilla con leche de higos, al que
debes añadir un vaso de agua clara. Después, o bien con un esponja o bien con un
pincel blando, das una capa de esta mezcla por toda la superficie que tienes que pintar
y la dejas secar por lo menos un día (cap. XC).
ANALES DE LA FÀBRICA DE LA CATEDRAL DE MILÁN DE 1392 Y 1400

Miércoles, 1 de mayo de 1392. Con la intervención de todos los ingenieros


nombrados a continuación: maestros Juan de Ferrara, Zanelo de Binasco, Esteban
Magatto, Bernardo de Venecia, Juan de Grassi, Jacobo de Campione, Simón de
Orsenigo, Pedro de Villa, Enrique de Gmünd (que no estuvo de acuerdo), Lorenzo Spazi,
Guarnerio de Sirtori, Ambrosio de Melzo, Pedro de Cremana y Pablo de Osnago.

Todos congregados en el interior de la iglesia milanesa para resolver muchas


dudas, surgidas en torno a la construcción de dicha iglesia, las cuales se exponen a
continuación por separado. Sobre estas dudas se han dado respuestas y aclaraciones
por parte de todos los ingenieros, a excepción del maestro Enrique, el cual, a pesar de
que las respuestas han sido dadas inteligentemente, no está de acuerdo.

Pregunta: Si las partes de la iglesia, tanto las posteriores como las laterales e
interiores, especialmente los pilares, tanto los del cimborio como otros más pequeños,
son lo suficientemente fuertes. Respuesta: Deliberaron, declararon y respondieron bajo
sus almas y conciencias que todas y cada una de las partes tienen fuerza suficiente,
incluso para soportar más. Pregunta: Si la iglesia debe arrojar la lluvia por dos
techumbres o por más, siendo hecho proporcionalmente desde cada una de las partes
hasta el crucero. Respuesta: Deliberaron que la iglesia necesita y debe arrojar la lluvia
por tres vertientes y no por dos, en pro de una mayor resistencia y claridad.

Pregunta: Si la iglesia, dejando a un lado las dimensiones en que tiene que ser
hecha, debe elevarse en base a un cuadrado o a un triángulo. Respuesta: Declararon
que la iglesia debe elevarse en base a un triángulo o a una forma triangular y no otra.
Pregunta: Cuántos brazos deben tener los pilares para poder sostener la nave mayor o
nave del medio. Respuesta: Declararon que los pilares, contando basas y capiteles,
deben elevarse a cuarenta brazos y no más.

Pregunta: Cuántos brazos deben tener los medio pilares que se hagan en el
muro sobre los pilares grandes, hasta las bóvedas o arcos que se elevan por encima, y
cuántos brazos deben tener las bóvedas que arranquen por encima de ellos. Respuesta.
Deliberaron y declararon que los medio pilares deben tener doce brazos y que la
bóveda de la nave mayor tiene que alcanzar el triángulo, es decir, veinticuatro brazos.
Pregunta: Cuál es su opinión sobre el diseño de la portada gemela del crucero, la que
mira al Compedio, con relación a toda la fachada del mismo crucero. Respuesta: Una
vez visto y examinado declararon que era muy bello, correcto y honorable y que la obra
se realice a partir de él.

Pregunta: Sobre si las capillas de la iglesia deben tener muro de separación


entre ellas o no. Respuesta: Declararon que, dado que las capillas no necesitan de
ningún otro refuerzo, pueden ser hechas y permanecer sin ninguna separación, es decir,
sin muro mediano. Pregunta: sobre si debe ser hecha una estancia o corredor sobre la
segunda nave, la que está entre la nave mayor y las capillas de la iglesia. Respuesta:
Dijeron que tal estancia de ninguna manera tenía que ser hecha ya que restaría espacio
y comportaría gastos.
Pregunta: Sobre si se tienen que continuar los pilares o contrafuertes exteriores
tal como se ha empezado o si hay que cambiar algo. Respuesta: Dijeron que el trabajo
les complace y que no se tiene que cambiar nada, por el contrario, hay que continuar
trabajando en ello. Pregunta: Sobre si se han de continuar los pilares inclinados o si,
por el contrario, se ha de mover o cambiar algo. Respuesta: Deliberaron que los pilares,
dado que tienen sus debidas proporciones y partes, no han de ser cambiados; todo lo
contrario, han de ser perfeccionados y afinados.

Pregunta: A cuántos brazos deben elevarse los pilares menores o pilares de las
capillas y los medio pilares que han de elevarse en el muro, por encima de ellos, hasta
los arcos que se lanzan hacia la nave mayor. Respuesta: Respondieron y declararon que
aquellos pilares menores deben tener veintiocho brazos de altura y que los medio
pilares, que se han de construir por encima hasta los arcos, tienen que tener doce
brazos, incluyendo en estas medidas basas y capiteles.

Jueves, 2 de mayo de 1392. Todos los ingenieros que intervinieron en la reunión


de ayer dieron su conformidad a todo lo escrito más arriba, con la excepción de Simón
de Orsenigo, el cual está de acuerdo en casi todo pero piensa que las capillas de la
iglesia deben estar divididas por un muro, tal como aparecen enlazadas bajo tierra [...].

Domingo, 11 de enero de 1400. Se deliberó pagar al notario que escribió en


torno a los problemas y posibles soluciones de la obra, por lo que se refiere a la
intervención del ingeniero Juan Mignot de París. Dichas anotaciones son las siguientes:
Preguntas planteadas por Mignot y respuestas de los ingenieros de la fábrica. En
primer lugar, que los pilares que tienen que sostener dicha iglesia por la parte
posterior, entre las grandes ventanas, son débiles, hasta el punto de ser necesario
hacer entre ellos otros dos pilares de refuerzo, y que, mientras éstos no se hagan, dicha
parte de la iglesia no será lo resistente que debería ser.

Los maestros responden que, habiéndose informado y habiendo deliberado con


muchas y discretas personas, las cuales intervinieron [...] y trabajaron en la
construcción de los cimientos de la iglesia, por la parte posterior y en otras partes,
dijeron mediante juramento que dicho trabajo está bien asentado al haber sido
profundizado catorce brazos hasta el anixium [...].

También que de aquellos veintidós pilares, que aparecen bajo el crucero y la


nave de dicha iglesia, hay dieciocho pilares que no corresponden a su debida medida
como deberían corresponder; otros cuatro pilares que son los posteriores se
corresponden bien, en verdad. Dicen y responden que los pilares que el maestro Juan
afirma que son veintidós no son más que veintiuno los que aparecen; entre los cuales
hay quince que corresponden a su cuadro bien ordenado. Otros seis corresponden a lo
circular, según su orden.

Que los capiteles colocados en las obras, encima de los mismos pilares, no están
puestos convenientemente, puesto que las basas de los mismos miden dos brazos y los
capiteles diez brazos; los capiteles deben medir lo mismo que las basas de los pilares.
Dicen y responden que si los pies o basas de los pilares tienen dos brazos, según este
razonamiento los capiteles deben tener uno; pero, por las mismas razones, dicen que la
basa o pie de los pilares es equiparable al pie del hombre, al igual que el capitel es
considerado como la cabeza del pilar y al igual como la cabeza del hombre es equi-
parable al capitel. Así pues, puesto que el pie constituye una cuarta parte de la cabeza
del hombre [los capiteles] deberían tener por lógica ocho brazos y, si tienen diez brazos,
es por causa de la ornamentación de los pilares, a fin de poder colocar figuras [...].
MINUCIO FÉLIX, OCTAVIUS

¿Supones que ocultamos nuestro objeto de veneración porque no tenemos capillas y


altares? ¿Qué imagen puedo hacer de Dios cuando, si se considera correctamente, el mismo
hombre es una imagen de Dios? ¿Qué templo puedo construir para él, cuando todo el universo
forjado por obra suya no lo puede contener? ¿Es que yo, un hombre, alojado con holgura, puedo
confinar en una menuda capilla un poder y majestad tan grande? ¿No es la mente un lugar
mucho mejor para dedicarle? ¿Nuestro corazón más profundo para consagrarle? ¿Ofreceré a
Dios las víctimas y sacrificios que él ha previsto para mi utilidad, rechazando así sus
liberalidades? Esto sería una ingratitud, viendo que el sacrificio aceptable es un alma
bondadosa, una mente pura y una conciencia sin culpa.
El que persigue la inocencia hace una plegaria a Dios; el que practica la justicia, ofrece
libaciones; el que se abstiene del fraude, propicia; el que salva a otros del peligro, mata la mejor
víctima. Estos son nuestros sacrificios, éstos nuestros santos ritos; con nosotros, la justicia es la
verdadera medida de la religión.

SAN JERÓNIMO, CARTA DE PAULA Y EUSTAQUIA A MARCELA

En fin, remontémonos a la más alta antigüedad. Es en esta villa o quizás en este mismo
lugar, tal como era entonces, que Adán, así lo aseguran, vivió y murió. De aquí, el lugar donde
fue crucificado Nuestro Señor se llama Calvario, pues allí mismo debió ser enterrado el cráneo
del hombre antiguo. De tal suerte, el segundo Adán, la sangre de Cristo cayendo gota a gota de
la cruz, habría lavado los pecados del primer Adán, del propagador de la raza humana, que yacía
debajo; así se habría cumplido la palabra del Apóstol: “Despierta, oh, tú, que duermes, resucita
de entre los muertos, y Cristo te iluminará”.
GREGORIO MAGNO, CARTA AL OBISPO SERENO DE MARSELLA

El comienzo de su carta demostraba a tal grado su sacerdotal benevolencia que


quedamos altamente satisfechos por vuestros fraternales sentimientos. Pero su final es
tan diferente de su inicio que nos maravillamos sobre si la epístola procedía de una
mente o de dos. Sus dudas sobre la (autenticidad de la) carta que nosotros le enviamos
hace que parezca usted muy imprudente. Porque si hubiera puesto atención a nuestras
fraternales advertencias, no sólo debería no haber tenido dudas, sino que debería
haber sabido que su alta dignidad sacerdotal debe obligarle a hacerla. El anterior abad
Ciriaco que llevó nuestras cartas era de tal conducta y conocimientos, como para hacer
difícil la suposición de que podría haberse atrevido a hacer lo que usted creyó, o que
pudiera llegar a ser un impostor. Su negligencia respecto a la sana advertencia le ha
hecho culpable de esta duda, además de ser culpable de una mala acción. Desde
entonces nos han llegado noticias de que usted, poseído por una ciega furia, ha roto las
imágenes de los santos con la excusa de que no deberían ser adoradas. Y ya lo creo que
le aplaudimos sinceramente por evitar que fueran adorados, pero le reprochamos por
su destrucción. Díganos, hermano, ¿ha oído nunca de algún otro obispo en cualquier
parte que haya hecho lo que usted? Esto, si no otra cosa, debería haberle calmado.
¿Desprecia a sus hermanos y cree que usted es santo y sabio? Adorar imágenes es una
cosa; enseñar con su ayuda lo que debería ser adorado es otra. Lo que la escritura es a
los doctos, las imágenes son para los ignorantes, quienes ven a través de ellas lo que
deben admitir; leen en ellas lo que no pueden leer en los libros. Esto es especialmente
verdad de los paganos. Y ello incumbe particularmente a usted, que vive entre
paganos, no le permite a usted arrebatarse por justo celo y así dar escándalo a mentes
salvajes. Por tanto no debía haber roto aquello que estaba colocado en la iglesia, no en
razón de ser adorado, sino solamente para instruir las mentes de los ignorantes. No es
sin razón que la tradición permite que los hechos de los santos sean pintados en
lugares santos. Si usted hubiera atemperado el celo con discreción, hubiera podido
ciertamente haber acabado mejor lo que quería, y antes que dispersar el rebaño que
estaba reunido, podía haber reunido el rebaño que estaba disperso, y de este modo
haber aumentado la gloria de su nombre de pastor, antes de adquirir el culpable
nombre del que dispersa. Pero por seguir su imprudente impulso, como oigo, ha
escandalizado así a su rebaño que en su mayor parte no estará durante mucho tiempo
en comunión con usted. ¿Cómo quiere usted guiar la errante grey hacia el Señor, si no
es capaz de guardar lo que ya tiene? Por tanto le exhortamos a que deje a un lado el
falso orgullo, y de inmediato haga todo lo que pueda para hacer volver, con amor
paternal, aquellas almas desafectas que usted sabe que están fuera de la unidad de su
comunidad.
Porque esos hijos dispersos de la Iglesia debe hacerse que vuelvan, y aquellos
pasajes de la Santa Escritura deberían ser mostrados a aquellos que prohíben la
adoración de la obra del hombre; por ello está escrito: "Adorarás al señor tu Dios, y
sólo a El servirás" (Lucas, 4,8). Pero entonces deberías añadir que, porque viste que
aquellas semejantes pinturas estaban siendo adoradas, hechas para instrucción del
ignorante de modo que ellos podían entender las historias y así aprender lo que
sucedió, tú te enfureciste tanto que ordenaste que fueran destruidas. y deberías
también decirles: "Si deseáis tener imágenes en la iglesia a fin de obtener de ellas la
instrucción para la cual fueron originalmente hechas, permito libremente que sean
hechas y colocadas aquí". Y explicar que no fue la visión de la historia aquí relatada en
un texto pintado la que te encolerizó, sino la adoración que se les había concedido
ilícitamente [...].
SAN ISIDORO DE SEVILLA, REGLA MONACAL

Sobre todo, hermanos carísimos, que vuestro monasterio tenga extrema


diligencia en el cierre, para que la protección de los claustros exhiba la firmeza de la
custodia; “pues nuestro enemigo el diablo ronda alrededor como león rugiente con la
boca abierta queriendo devorar a cada uno de nosotros”. El recinto fortificado del
monasterio tendrá una sola puerta y un postigo para salir al huerto; es preciso que la
ciudad esté muy alejada del monasterio, para que, como sucedería de estar muy
próxima, no constituya peligro al trabajo o dañe la fama y la dignidad.
Las celdas para los hermanos han de estar situadas junto a la iglesia, para que
puedan llegar puntualmente a la hora de los oficios. La enfermería, sin embargo, estará
alejada de la basílica y de las celdas de los monjes, para que no sean molestados con
ninguna agitación. Es preciso que el cillero esté próximo al refectorio de los monjes,
para que, por otra parte, se atienda sin demora al servicio de la mesa. El pequeño
huerto, como es natural, ha de estar incluido dentro del monasterio, puesto que,
mientras los monjes trabajan dentro no han de tener ninguna ocasión para dispersarse
por el exterior (cap. I).
El refectorio será asimismo único. Han de sentarse los comensales en mesas de
diez (cap. IX).
Asimismo, si es posible, conviene que los monjes residan en un mismo lugar […].
Llegada la noche, ha de iluminar el dormitorio una lámpara (cap. XIII).
Al prepósito corresponde la atención de los monjes, la gestión de los negocios,
el cuidado de las posesiones, el sembrado de los campos, la plantación y el cultivo de
las viñas, la atención de los ganados, la construcción de los edificios, el trabajo de los
carpinteros y constructores (cap. XXII).
SAN ILDEFONSO DE TOLEDO, EL CONOCIMIENTO DEL BAUTISMO

He aquí que vemos el pequeño lugar de la fuente construido con áridas piedras,
cubierto con secos mármoles incrustados, al que el constructor preparó y consolidó con
habilidad las junturas de las planchas con yeso y cal y aun cera o polvo de mármol,
para que no quedara ningún acceso abierto para el viento, ninguna derivación para el
líquido.
Esta fuente es el origen de todas las glorias. Tiene siete gradas: tres para bajar
a causa de las tres renuncias que se hacen, esto es: se renuncia al diablo y a sus
ángeles, a sus obras y a su imperio. Otras tres para subir, a causa de las tres cosas que
confesamos, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, que son un Dios en la Trinidad. Sin
embargo la séptima, que es asimismo la cuarta, esto es, semejante al hijo del hombre,
que extingue el horno de fuego, es seguridad para los pies, fundamento del agua, en la
que habita la plenitud de la divinidad. A través de tres gradas desciende el bautizando,
cuando renuncia a las tres cosas. Dejando pues la soberbia del diablo, desciende a la
humildad del bautismo de Cristo. Y así, llegando a la solidez de la cuarta grada, queda
liberado de aquellos a los que renunció. De aquí, asciende por la confesión de la
Trinidad. Y esta misma, que es cuarta en el descanso de la libertad, es séptima en la
culminación de la liberación.
LIBRI CAROLINI (c. 794)

Pues mientras nosotros nada despreciamos en las imágenes, excepto su culto-


puesto que permitimos que haya imágenes de santos en las basílicas, no para ser
adoradas, sino para recuerdo de hechos insignes y adorno de las paredes-, aquéllos
ponen casi toda la esperanza en su creencia en las imágenes, de manera que sólo
faltaría que nosotros veneremos los santos en sus cuerpos, o mejor, en lo que resta de
sus cuerpos, o también en los vestidos, según la tradición de los padres antiguos.
Permitimos las imágenes de santos a cualquiera que deseen representarlas,
tanto en la iglesia como fuera de ella, por amor de Dios y de sus santos, pero de
ninguna manera aceptamos que se adoren, aunque no permitimos que se rompan o se
destruyan.
Pero a menos que intenten mantener la defensa de su error con estos
argumentos –que también nosotros aceptamos que han de ser tenidas imágenes por
cualquiera como recuerdo de hechos insignes- contra éstos, la firmeza de su creencia
será combatida por nosotros, tanto con armas como con consejos, porque una cosa es
que tengan por el temor del olvido, por el gusto del adorno, otra cosa es que se tengan
por voluntad, por necesidad o precisamente para verlas, para no olvidar a Dios ni a sus
santos, otra cosa es que se tengan para mirarlas, para acordarse de las cosas
importantes; y otra que se vea aquello, que, en el caso de ser visto, no perjudica, pero si
no se ve, perjudica. Así, el hombre puede ser salvado sin la mirada de las imágenes,
pero de ninguna manera puede serlo sin el conocimiento de Dios.
Dicen (los griegos) que el arte pictórico es piadoso, como si no repartiera la
asociación de piedad o impiedad con las demás artes mundanas. ¿Pues qué tiene el
arte de pintar que no tenga el arte de los arquitectos, de los escultores, de los
fundidores, de los cinceladores, de los picapedreros, de los carpinteros, de los
agricultores o de los demás artífices?
¿Es que todos los libros en los que se han incluido mediante el arte de pintar las
historias en oro, plata o en cualesquier colores, entre la escritura, porque tienen
imágenes, a causa de ellas han de ser quemados, o a causa de ellos han de ser
venerados? ¿Es que los trajes de seda o de cualquier otra materia, o los paños, ya
usados por el hombre, ya dedicados a los cultos divinos, decorados con ciertas figuras y
teñidos de colores diversos, porque tienen imágenes, por ellas han de ser quemados, o
por ellas han de ser adorados? ¿Es que las casas de piedra o de madera hechas para
ciertos usos, porque están decoradas con algunas imágenes, mediante el arte de
esculpir o de cincelar, por éstas han de ser quemadas o por éstas han de ser
veneradas?
SUGER DE SAINT DENIS, LIBER DE REBUS IN ADMINISTRATIONE SUA GESTIS
(1144/1145-1148/1149)

Sobre las puertas fundidas y doradas


Convocados los fundidores y elegidos los escultores, levantamos las puertas
principales en las que están representadas la Pasión del Salvador y su Resurrección o
Ascensión, con gran costo y muchos gastos invertidos en su dorado, tal como convenía
a un noble pórtico; también colocamos otras nuevas en el lado derecho y las antiguas
en el izquierdo, bajo el mosaico que, contrariamente a las costumbres modernas,
ordenamos hacer allí y fijar al tímpano de la portada. También convinimos en construir
la torre y las almenas superiores del frente, tanto con intención de embellecer la iglesia
como por cuestiones de utilidad práctica, si así lo exigían las circunstancias.

[...]
Además de ello, ordenamos en el año de la consagración, no lo olvidemos,
inscribir en letras de cobre dorado la siguiente inscripción:
«Por el esplendor de la iglesia que le ha alimentado y exaltado,
Suger ha trabajado por el esplendor de la iglesia;
dándote una parte de lo que es tuyo, mártir Saint Denis,
te suplica que ruegues por él para que sea partícipe en el paraíso.
Era el año 1140 de la Encarnación
cuando fue consagrada.»

Los versos de la puerta son éstos:


«Quienquiera que tú seas, si quieres exaltar la gloria de
estas puertas no te maravilles por el oro o por el precio, sino por la maestría del
trabajo.
Luminoso es este noble trabajo, pero noblemente luminoso,
iluminará las mentes a fin de que hallen la gracia de las luces verdaderas,
hacia la Verdadera Luz, de la que Cristo es la verdadera puerta.
De qué manera la luz es inherente a este mundo lo define la puerta de oro:
el espíritu ignorante se eleva hacia la verdad gracias a lo que es material,
y viendo esta luz, resucita de su antigua postración.»

Y en el dintel:
«Recibe, Juez riguroso, las oraciones de tu Suger,
haz que sea clementemente acogido entre tus propias ovejas» (cap. XXVII).

[...]
Sobre la ampliación del coro superior
En el mismo año, alentados por tan santo y próspero trabajo, aceleramos el
comienzo de la cámara de la Divina Propiciación en el coro superior, donde la constante
y frecuente Víctima de nuestra redención debía ser inmolada en secreto sin la molestia
de las muchedumbres [...] la manera en que la Mano Divina, que velaba sobre estos
trabajos, había protegido esta gloriosa obra queda probada por el hecho de que ésta
nos permitió que todo el magnífico edificio fuera completado en tres años y tres meses,
desde la cripta inferior hasta lo alto de las bóvedas superiores, construido con gran
variedad de arcos y columnas e incluyendo la terminación de las cubiertas.

[...]
Así pues, la inscripción de la primera consagración define con sólo una frase el
año de finalización de estas obras:
«Era el año 1144 de la Encarnación
cuando esta (iglesia) fue consagrada.»
A estos versos de la inscripción añadimos los siguientes, elegidos por nosotros:
«Cuando la nueva parte posterior se une a la parte anterior
la iglesia brilla con su parte media iluminada,
porque luminoso es lo que es luminosamente acoplado a la luz
y luminoso es el noble edificio que es invadido por la
nueva luz [ ... ]» (cap. XXVIII).

[...]
Sobre la continuación de ambas obras
Hecho esto, cuando por consejo de algunos habíamos
consagrado nuestro esfuerzo a la continuación de las obras de la parte anterior de la
torre, pues ya estaba terminada en el lado opuesto, la voluntad divina, así lo creemos,
nos desvió hacia lo siguiente: deberíamos acometer la renovación del cuerpo central de
la iglesia, que llaman nave, y armonizarlo e igualarlo a las dos partes ya remodeladas.
Conservamos, sin embargo, cuanto pudimos de los viejos muros, en los cuales, según el
testimonio de autores antiguos, Nuestro Señor Jesucristo, como Suma Sacerdote, había
apoyado sus manos. Así pues, el respeto a la antigua consagración debía ser salvaguar-
dado y al mismo tiempo debía ser asegurada una coherencia consistente con la nueva
construcción, de acuerdo con la marcha iniciada.

[...]
Sobre el frontal de oro del altar del coro superior
En este frontal colocado ante su sacratísimo cuerpo hemos dispuesto, según
nuestra estimación, alrededor de cuarenta y dos placas de oro, una variada abundancia
de piedras preciosas, jacintos, rubíes, zafiros, esmeraldas y topacios, y también una
sarta de perlas de diferentes tamaños, en cantidad como nunca hubiéramos esperado
encontrar. Visteis cómo reyes, príncipes y muchos varones preclaros, siguiendo nuestro
ejemplo, se quitaron los anillos de los dedos de sus manos y ordenaron, por amor a los
santos mártires, que el oro, las piedras y las preciosas perlas de los anillos fueran
colocados en este frontal. De igual manera arzobispos y obispos depositaron aquí con
seguridad los anillos de su investidura y los ofrecieron devotamente a Dios y a sus
santos. Y tal cantidad de comerciantes de gemas preciosas acudió a nosotros, pro-
cedentes de diversos reinos y naciones, que no quisimos comprar ninguna más que las
que aquéllos se apresuraron a vendemos, contribuyendo todos ellos con sus donaciones
[...].

Sobre el crucifijo de oro


Habíamos hecho hincapié con toda la devoción de nuestro espíritu [...] en que la
preciosa y vivificante cruz, el estandarte salutífero de la eterna victoria de Nuestro
Salvador [...] debía ser adornada [...] y saludada con las palabras del apóstol San
Andrés: «Salve Cruz, consagrada al cuerpo de Cristo y adornada con sus miembros
como si fueran perlas» […] por esta causa buscamos en todas partes, personalmente o
por medio de agentes nuestros, gran cantidad de perlas preciosas y gemas, preparando
para tan importante embellecimiento la más abundante recopilación de oro y gemas
que pudimos encontrar y convocamos a los más experimentados artífices, procedentes
de diversas partes; éstos realzarían, con labor diligente y paciente, la venerable cruz, en
su reverso, gracias a la admirable belleza de aquellas gemas, y en su parte frontal, es
decir, a la vista del sacerdote que oficia el sacrificio, mostrarían la imagen digna de
admiración del Salvador, tal como se nos ofrece sufriente en la cruz, hasta hoy en día,
en recuerdo de su Pasión.

[...]
Frecuentemente contemplamos, movidos por nuestro amor a la Madre Iglesia,
estos diferentes ornamentos, nuevos y viejos, y vemos la maravillosa cruz de San Eloy,
junto con otras más pequeñas y el incomparable ornamento, comúnmente llamado
«Crista», colocados sobre el altar dorado, entonces digo suspirando desde lo profundo
del corazón: «Cada piedra preciosa es tu protección, sardónice, topacio, jaspe, crisolita,
ónice y berilo, zafiro, carbunclo y esmeralda». Es evidente para los que conocen las
propiedades de las piedras preciosas, ante su completo asombro, que no sólo ninguna
está ausente de entre éstas, con la sola excepción del carbunclo, sino que por el
contrario abundan copiosamente.

[...]
Una cosa, lo confieso, me ha parecido siempre preeminentemente digna, y es
que todo objeto costoso, todo objeto de gran valor debería servir por encima de todo
para la administración de la Sagrada Eucaristía. Si vasos para libaciones en oro, fialas
de oro y pequeños morteros del mismo metal eran utilizados, según la palabra de Dios
y el mandato del profeta, para recoger la sangre de las cabras, de los terneros o de las
terneras rojas, con más razón los vasos de oro, las piedras preciosas y todo lo que de
más valioso hay entre todas las cosas creadas, deben ser dispuestas, con reverencia
constante y plena devoción, para recibir la sangre de Cristo. Realmente ni nosotros, ni
nada de lo nuestro es suficiente para este servicio. Y si por una nueva creación nuestra
sustancia fuera transformada en la de los santos querubines y serafines, aún así
ofrecerían un insuficiente e indigno servicio a tan grande e inefable Víctima [...].

[...]
Los detractores oponen que un espíritu santo, un alma pura y una intención fiel
deberían ser suficientes para esta función sagrada y nosotros también afirmamos
explícita y expresamente que esto es lo esencial. Pero nosotros declaramos que
debemos rendir homenaje además por medio de los ornamentos exteriores de los vasos
sagrados y a nada en el mundo con igual grado que al servicio del Santo Sacrificio, con
toda la pureza interior y con todo el esplendor externo [...] (cap. XXXIII).

[...]
También cambiamos a su actual disposición el coro de los hermanos, cediendo a
sus quejas, ya que el anterior había sido perjudicial para la salud durante largo tiempo,
a causa de la frialdad del mármol y del cobre y había causado grandes molestias a los
que constantemente atienden el servicio de la iglesia; así pues, por ello y debido al
incremento de nuestra comunidad, con la ayuda de Dios, decidimos ampliar el coro.

[...]
Proyectamos reparar el antiguo púlpito, admirable por la delicadísima y hoy
irreemplazable escultura de sus placas de marfil, que sobrepasaba toda estimación
humana en la descripción de historias antiguas, rescatando las placas que habían ido
deteriorándose durante largo tiempo encima e incluso debajo del repositorio de las
arcas del dinero; en el lado derecho reintegramos a sus lugares los animales de cobre,
para que tanto y tan admirable material no desapareciera y dispusimos que las
lecturas de los santos evangelios pudieran colocarse en un lugar más elevado. En el
principio de nuestro abaciado ya habíamos eliminado del centro de la iglesia una cierta
obstrucción que atravesaba como un muro tenebroso la nave central, para que la
belleza de las dimensiones del edificio no se viera empañada por tales barreras.
SAN BERNARDO DE CLARAVAL, APOLOGÍA A GUILLERMO DE SAINT THIERRY
(c. 1121-1124)

Se muestra la bellísima forma de un Santo o una Santa y creen que es más bella
por estar decorada en más colores. Corren los hombres a besarla, se les invita a hacer
donativos, y más la admiran por su belleza que le adoran por su santidad. ¿Qué piensas
que se busca en todo esto? ¿La compunción de los arrepentidos o la admiración de los
espectadores? ¡Oh, vanidad de vanidades, pero no más vana que insensata!
Relucen las paredes de la Iglesia, y ésta vive entre los pobres. Cubre de oro sus
piedras, y abandona a sus hijos desnudos [...].
En los claustros, a la vista de los hermanos que leen, ¿qué hace esa ridícula
monstruosidad, esa admirable fea belleza y bella fealdad? ¿Qué hacen allí sucios
monos, fieros leones, monstruosos centauros, semihombres, tigres moteados, soldados
que luchan y cazadores con trompeta?
[...] Desprecio las inmensas alturas de los templos, su desmesurada longitud, su
excesiva anchura, sus suntuosos adornos, sus cuidadas pinturas: mientras atraen hacia
sí la mirada de los que oran, ofuscan también la disposición del ama [...] Pero sucede
que estas cosas se hacen para gloria de Dios.
EUSEBIO DE CESAREA, VITA CONSTANTINI (primera mitad del siglo IV?)

Por ser la cabeza de todo el conjunto, el emperador lo embelleció con escogidas


columnas y muchos ornamentos. Seguidamente se pasa a un enorme espacio abierto al
cielo claro y cuyo suelo está adornado por un pavimento de piedras brillantes, y
además, rodeado en tres lados por un largo circuito de pórticos. Al otro lado de la
Cueva, orientada hacia el sol naciente, se construyó la basílica, una obra extraordinaria
que se levanta a una altura inmensa y es muy extensa tanto en longitud como en
achura. El interior estaba recubierto con placas de mármol jaspeado, en tanto que en el
exterior eran las piedras labradas, perfectamente ensambladas unas a otras, lo que
ofrecía un espectáculo de belleza inigualable, en absoluto inferior a la apariencia del
mármol.
Por lo que se refiere a la cubierta, su exterior se protegió contra las lluvias de
invierno con plomo. En tanto que el interior era un labrado artesonado el que se
extendía sobre la basílica entera, como un gran mar, en un continuo entrelazo cubierto
por completo de oro radiante, con lo cual la basílica brillaba con los rayos de luz.
A lo largo de la basílica había alas paralelas, cada una de ellas configurada en
doble piso, uno superior y otro inferior, también con sus techos adornados con oro. Las
naves laterales próximas a la nave (principal) estaban sostenidas por columnas, en
cambio las más alejadas se elevaban sobre pilares ricamente decorados en sus caras.
Tres puertas, situadas hacia el sol naciente, daban acceso a la multitud.
Al otro lado de estas puertas había una “hemisfera”, el centro principal de todo
el edificio, colocada en el extremo de la basílica. Estaba rodeada por doce columnas,
número igual al de los Apóstoles del Salvador, coronadas con grandes cestos de plata
ofrecidos por el mismo emperador [...] a su Dios. Continuando desde allí hacia las
entradas al frente de la Iglesia, había un atrio. Tenía exedras a cada lado y un primer
patio con pórtico. Finalmente las grandes puertas del patio. Siguiendo estas puertas, en
el cuadrado público, estaba el pórtico del edificio entero, y que ofrecía a los
transeúntes una visión sorprendente del interior.
Esta era, pues, la Iglesia de la Resurrección de Nuestro Salvador que el
emperador levantó como memoria (martyrium) visible y que decoró por completo al
modo imperial. También lo embelleció con numerosas ofrendas de hermosura
indescriptible, en oro, plata y piedras preciosas incrustadas en diversos materiales [...].
SAN GREGORIO DE NISSA, LAUDATIO SAN TEODORO (segunda mitad del siglo IV)

Cuando se llega a un lugar como éste en el que estamos hoy reunidos, en cuyo
interior está la memoria y santa reliquia del Justo, uno se siente inspirado por la
magnificencia del espectáculo contemplando un edificio espléndidamente trabajado,
tanto en lo que a dimensiones se refiere como a la belleza de su ornato, tal como
conviene a un templo de Dios. Un edificio en el que el carpintero ha tallado la madera
en diversas formas animales y el albañil ha pulido los bloques hasta conseguir la
tersura de la plata.
También el pintor ha desarrollado su capacidad artística pintando sobre una
imagen (en eikoni) las hazañas valientes del mártir, su resistencia, sus tormentos, las
caras feroces de los tiranos, los insultos, ese horno ardiente, la muerte muy bendita del
mártir y la representación de Cristo en forma humana, que preside sobre el conjunto.
Todo esto lo realizó por medio de los colores, igual que un libro que hablara.
De esta manera representó las hazañas del mártir con toda claridad, y no sólo
esto, sino que adornó el resto de la Iglesia como una bella pradera. La pintura, aunque
silenciosa es capaz de hablar desde los muros y ser de gran beneficio. En cuanto al
musivara, ejecutó un admirable pavimento.
EGINARDO, VITA KAROLI MAGNI (829-836)

Aunque fuera tan grande la obra de ampliar el reino y de someter a los


extranjeros, y que se dedicara asiduamente a estas ocupaciones, sin embargo empezó
en diversos lugares muchos trabajos de embellecimiento del reino y de utilidad pública,
y acabó alguno de ellos. Entre los que pueden ser considerados como más
sobresalientes destacan la basílica de Santa María Madre de Dios, de Aquisgrán,
construida con un trabajo admirable, y el puente de Maguncia en el Rhin, de una
longitud de quinientos pasos […]. Este puente se quemó en un incendio, un año antes
de que él muriera, y no pudo ser rehecho a causa de su muerte, aunque en su mente
estaba el substituirlo por uno de piedra en vez de madera.
Empezó también la construcción de egregios palacios: uno no lejos de la ciudad
de Maguncia, junto a una villa llamada Ingelheim, otro en Nimega, sobre el Waal, el río
discurre por la parte meridional de la isla de los bátavos. Pero además, supo que las
iglesias de todo su reino habían sido arruinadas por la antigüedad, de manera que
mandó que fueran restauradas por los obispos y prelados de quienes dependían,
cuidando por medio de sus legados que sus órdenes fueran cumplidas (cap. XVII).
Su cuerpo, solemnemente lavado y aseado, según la costumbre, fue llevado a la
iglesia e inhumado en medio del dolor de todo el pueblo. Se dudó primero sobre el
lugar donde debía descansar, porque estando él en vida, nada de esto había prescrito.
Finalmente arraigó en el ánimo de todos que en ningún sitio podría ser mejor sepultado
que en aquella basílica que él mismo, a sus expensas, había construido en este lugar
(Aquisgrán), por amor de Dios y de Nuestro Señor Jesucristo y en honor de la Santa
Madre siempre Virgen. Aquí fue sepultado el mismo día que murió y sobre el túmulo
fue levantado un arco dorado con un retrato y una inscripción. Esta inscripción dice así:
“Bajo esta piedra descansa el cuerpo de Carlos, gran y ortodoxo emperador, quien
noblemente engrandeció el reino de los francos y lo gobernó felizmente durante XLVII
años. Murió septuagenario en el año del Señor DCCCXIIII, indicción VII, el cinco de las
kalendas de febrero” (cap. XXXI).

Al acercarse el fin de sus días […] Se juntó a esto frecuentes sacudidas en el


palacio de Aquisgrán y constantes crujidos del artesonado en las estancias donde él
estaba. Además, un rayo cayó sobre la basílica donde más tarde sería enterrado,
arrancando la manzana de oro que servía de adorno en lo alto del tejado y
proyectándola a la casa del obispo, que era contigua a la basílica. Había en esta misma
basílica, en el margen del muro que entre los arcos superiores e inferiores recorría la
parte interior del lugar, una inscripción con letras rojas que contenía el nombre del
autor de este templo; en el último verso se leía; “Karolus Princeps” […].
Entre sus tesoros y riquezas consta que hay tres mesas de plata y una de oro, de
considerables dimensiones y peso. En cuanto a éstas, decidió y decretó que una de
ellas, la que tiene forma cuadrangular y presenta una descripción de la ciudad de
Constantinopla, fuera enviada a Roma, a la basílica del beato apóstol Pedro, entre
otras donaciones previstas para ello; otra, de forma circular, que tiene representada
una efigie de la ciudad de Roma, que fuera enviada al obispo de Rávena; la tercera, que
excede en mucho a las demás, tanto por la nitidez de su trabajo como por su elevado
peso, que presenta una figuración del mundo entero en forma de tres órbitas con
trazos sutiles y pequeños, decidió que esta de oro, que es llamada la cuarta, fuera
dividida para aumentar la tercera parte entre sus herederos y la limosna (cap. XXXIII).
CRÓNICA DE ALFONSO III (finales del siglo IX o principios del siglo X)

(Alfonso II) Éste primeramente confirmó a Oviedo como sede del reino.
Construyó también con obra admirable una basílica dedicada a Jesucristo, nuestro
Redentor y Salvador; se dedicó especialmente la basílica al Santo Salvador, añadiendo
al altar principal a uno y otro de sus lados doce altares, con ocultas reliquias de todos
los apóstoles, en la parte norte junto a la iglesia más arriba citada, en la cual erigió,
fuera del altar principal en el lado derecho, un altar en memoria de San Esteban, a la
izquierda otro en memoria de San Julián.
Además, en el lado occidental de esta venerable casa construyó un edículo para
colocar los cuerpos de los reyes; y también fundó una tercera iglesia en memoria de
San Tirso, la belleza de cuya obra más puede ser admirada viéndola, que descrita
laudatoriamente por la pluma del escriba.
Edificó además al norte, a una distancia de palacio de casi un estadio, una
iglesia en memoria de San Julián, mártir, flanqueada de una y otra parte por dos
altares gemelos con admirable obra de decoración. Y construyó palacios reales, baños,
salas de banquetes, prisiones y villas y embelleció y adornó toda clase de objetos en el
reino.
(Ramiro I) Entretanto, el antedicho rey fundó en memoria de Santa María en la
ladera del monte Naranco, distante de Oviedo dos mil pasos, una iglesia de admirable
belleza y perfecto ornato; y para no callar otras cosas de su decoración, está
abovedada con muchas bóvedas de medio cañón, construida sólo de cal y piedra, y si
alguien quisiera (encontrar) un edificio similar, no lo hallaría en España. También
levantó no lejos de lo antedicho, palacios y baños bellamente adornados.
GESTA ABBATIUM FONTANELLENSIUM (siglo IX)

Los edificios públicos y privados empezados y acabados por él son éstos: en


primer lugar mandó construir un distinguido dormitorio para los frailes, de 208 pies de
largo y 27 de ancho; toda la fábrica fue levantada a una altura de 64 pies; sus muros se
hicieron con mortero muy fuerte y glutinoso, areniscas rojas y piedra porosa y muy
buena. En medio hay una solana, decorada con excelente pavimento, que tiene encima
un techo adornado con notabilísimas pinturas; arriba, esta casa presenta ventanas de
vidrio y todo el edificio, excepto las partes externas está hecho con material de
duradero, roble y todas sus tejas están fijadas con clavos de hierro; tiene vigas arriba y
abajo.
Luego, con el mismo material e iguales dimensiones que el dormitorio, edificó
otra dependencia, llamada refectorio, que hizo dividir por el centro mediante la
construcción de una pared, de manera que una parte servía de refectorio y la otra de
despensa; mandó que las paredes y el techo fueran decoradas por Madalulfo, egregio
pintor de la iglesia de Cambrai, con diversas pinturas.
Ordenó que fuera construida una tercera casa, magnífica, que, orientada hacia
el este, llega por una parte al dormitorio y por la otra al refectorio. Allí mandó edificar
la sala y el calefactorio ("caminata") y otras cámaras más, pero, como le sobrevino la
muerte, el trabajo de esta parte quedó sin terminar.
Estos tres edificios están dispuestos de la siguiente manera: el dormitorio por un
lado mira hacia el norte y por el otro hacia el sur, por donde llega hasta la basílica de
San Pedro; el refectorio está orientado de forma análoga, y por el lado sur está casi
contiguo al ábside de la basílica de San Pedro; más tarde se dispuso la dependencia
mayor, tal como indicamos más arriba [...].
Además, dispuso levantar otra edificación junto al ábside de la basílica de San
Pedro, hacia el lado septentrional, a la que eligió llamar convento o curia, que en
griego se dice bouleuterion, puesto que en ella los frailes solían reunirse en consejo
para deliberar sobre cualquier asunto. Allí se recita la lectura diaria en un púlpito; allí
se delibera qué es lo que la autoridad de la regla aconseja. Además, mandó que fuera
colocado un monumento con su nombre para que, cuando llegara al término de la vida
presente, fuera enterrado allí por los suyos.
INSCRIPCIÓN DEL BEATO MORGAN

Que resuene la voz del fiel, que suene y resuene. Que Maius en verdad pequeño
(“pusillus”), pero animoso, se alegre y cante, resuene y clame. Recordadme pues a mí, siervos de
Cristo, los que moráis en el monasterio del excelso mensajero de Dios, el Arcángel Miguel.
Escribo en honor de tan alto patrón por mandato del abad Víctor y por amor al libro de la visión
de Juan, el discípulo amado. A fin de embellecerlo pinté una serie (de miniaturas) para las
maravillosas palabras de sus “storiae”, con objeto de que los prudentes teman la llegada del
juicio futuro. Así este libro, del principio al fin, se termina en la era de dos veces dos y tres veces
trescientos y tres veces dobles diez. Gloria al Padre y al Hijo Unigénito, al Espíritu Santo y a la
Trinidad por todos los siglos de los siglos hasta el fin de los tiempos.

RAÚL GABLER, HISTORIAS (primera mitad del siglo XI)

Como se aproximara el tercer año después del año mil, se vio en casi toda la tierra, pero
sobre todo en Italia y Galia, la renovación de las basílicas de las Iglesias; aunque la mayor parte
no tuvieran ninguna necesidad, porque estaban muy bien construidas, un deseo de emulación
llevó a cada comunidad cristiana a tener la suya más suntuosa que la de los otros. Era como si el
mundo se hubiera revestido por todas partes de un albo manto de iglesias. Entonces, casi todas
las Iglesias de sedes episcopales, los santuarios monásticos dedicados a diversos Santos, e
incluso los pequeños oratorios de las villas, fueron reconstruidos por los fieles de una forma más
bella.
ANDRÉS DE FLEURY, VIDA DE GAUZLINO, ABAD DE FLEURY (1041-1043)

Además (Gauzlino) hizo que se pintara la fachada (en el interior) de esta iglesia
con ciertas escenas del Apocalipsis de Juan, el intérprete de Dios; y que se realzara con
estos versos: “[…] Ya por sus méritos, librados de la mortalidad de la carne, perecen en
sus miembros por el nombre del excelso Rey, aquellos que se han llamado luces
brillantes del reino eterno, aquellos que la diestra del Padre, de este modo, vuelve a
llamar sobre el atrio del cielo […]”. En cambio, sobre el muro de la izquierda, hizo la
representación de los milagros de aquel a quien se dedica la iglesia (San Pedro) con las
inscripciones siguientes […]. (Lib. II, 63).
(Arnaldo) emulando la construcciones del piadosísimo padre (Gauzlino), hizo
embellecer el refectorio de los hermanos con obra al fresco sobre las fábulas de Esopo e
inscribir estos versos recíprocos: “[…] Evita por todos los medios tener consideración de
los inicuos, tener consideración de los ingratos, evita por todos los medios […]”.
Más adelante, ordenó que la figura de la Majestad del Creador de todas las
cosas fuera enmarcada así con este poema métrico: “[…] Mirad las imponentes
cohortes jubilosas de las virtudes, repartidas principalmente en cinco tronos. Entonces
venera aquí a Dios, creador de todos, flanqueado por dos veces doce batallones de los
más altos. Por otro resplandecen los tronos, en grupos de cuatro, que el hombre
asociado multiplica por diez […]”. (Lib. II, 64).
Luego, el antes citado padre Gauzlino dio instrucciones a un cierto pintor muy
hábil, de nombre Nivardo, al que hizo venir de la región de los longobardos, para que
realizara un crucifijo de notable trabajo. Cuando estuvo completamente terminado,
cubiertos de albas vestiduras, hicimos una procesión con la comunidad de fieles de uno
y otro sexo; y no es posible expresar qué ríos de lágrimas arrancó a los espíritus llenos
de piedad. Retrocediendo, con todo, y entrando en el templo de San Pedro, colocamos
la representación de la muy Santa Cruz detrás del altar dedicado a la conmemoración
de la Resurrección de nuestro Señor; y habiendo celebrado los misterios de la misa,
volvimos de nuevo felices a la clausura del monasterio.
Ciertamente, la fama de este notabilísimo Salomón, difundida por casi todo el
ámbito del orbe, sin duda a causa de la inesperada restauración, o mejor,
embellecimiento del lugar de Fleury, llegó a oídos del príncipe de los francos, Roberto;
quien, viendo al monasterio en el momento de la festividad del santo padre Benito y
recorriendo cada una de estas cosas, regocijándose con alegría inenarrable, se
abandonó a este arrebato hasta el derramamiento de lágrimas; y después de haber
ofrecido un mantel de un peso considerable y haber conseguido una piadosa
despedida, regresó a su casa (Lib. II, 66).
Así pues, en el año de la Encarnación del Señor, 1027 menos de dos años
después del incendio total del templo todas las cosas sin excepción han sido rehechas
en estado mejor, así como se ha dicho más arribar, la basílica de San Pedro. Sin duda,
embelleció el mismo santuario de la gloriosa Virgen María, a la que siempre honraba
de forma especial con el corazón devoto, con una cúpula semiesférica de piedra; cuya
superficie habría adornado con mosaico, si Dios Todopoderoso le hubiera concedido
una más larga vida; porque para ello había enviado gentes a la Romania (Bizancio) y
esperaba continuamente un artesano para esta obra. ¡Oh varón insigne por su piedad,
admirable por su caridad, para quien Cristo fue vivir y una ganancia morir! (Lib. II, 67).
ERNALDO, SANCTI BERNARDI CLAREVALLENSIS, VITA PRIMA (1133-1145)

Este y otros hombres previsores, preocupados por el bien común movieron en


cierta ocasión al hombre de Dios (San Bernardo), que estaba en éxtasis, a que
descendiera, y le mostraron lo que exigía la falta de vivienda. Le comunicaron que el
lugar donde se habían instalado era estrecho e incómodo, y que no podía abarcar tanta
multitud de gente. Y como que el número de recién llegados aumenta a diario, ya no
podían ser acogidos dentro de los edificios monasteriales, mientras el oratorio apenas
podía dar cabida a los monjes. Añadieron que aguas abajo se habían mirado una
superficie apropiada, también la favorable situación del río, que se ensanchaba allí
abajo, y que allí el lugar era lo suficientemente grande para todas las necesidades del
monasterio, para los prados, las huertas, los viñedos y los plantones. Y si
evidentemente faltaba el aislamiento que procura el bosque, se podía crear
artificialmente con piedras, de las que había ingente cantidad allí. Al principio el
hombre de Dios no estuvo de acuerdo con el plan y dijo: “Mirad cómo las casas de
piedra ya han sido completadas con gran esfuerzo y gasto y cómo las conducciones de
agua han sido instaladas con gasto en todos los talleres. Si abandonáramos todo eso,
la gente del mundo pensaría mal de nosotros, o incluso que somos superficiales e
inconstantes, y que las desmesuradas riquezas –que no tenemos– nos han enloquecido.
Pero como sabéis muy bien que no poseemos dinero, os digo con una palabra del
Evangelio que aquél que en el futuro quiera construir una torre, debe calcular su coste.
En caso contrario, como hubiere comenzado y no acabado, se dirá: Este hombre fatuo
comienza a construir y es incapaz de concluir.”.
A ello contestaron los hermanos: “Si Dios hubiera dejado de enviar habitantes
después de concluido lo que pertenece al monasterio, tu opinión sería válida, y sería
razonable desistir de los trabajos. Pero como Dios nos multiplica a diario su rebaño,
aquellos que envía deberán ser rechazados, o bien habrá que procurarles alojamiento.
Es indudable que aquél que piensa en habitantes, también debe preparar los edificios.
Pero Dios nos guarde de que, por miedo a los gestos, tomemos una decisión que nos
conduzca a tal atolladero”. Escuchando esto, y alegrado por su confianza y amor, el
abad dio por fin su aprobación a los planes [...].
Esto lo escuchó el noble príncipe Teobaldo, de santa memoria, y contribuyó
mucho a los gestos y prometió todavía más subvenciones. Los obispos de los
alrededores se enteraron, incluso, hombres famosos y comerciantes del país, y con
mente alegre y por su propia voluntad entregaron copiosas subvenciones a la obra de
Dios. Con medios desbordantes y obreros reclutados a toda prisa, incluso los hermanos
pusieron manos a la obra en todos los sentidos. Unos cortaron madera, otros picaban
piedra, otros levantaban paredes, otros dividieron el río con sus anchas orillas y
levantaron la caída de aguas hasta los molinos. Pero también los bataneros, molineros,
curtidores, artesanos y demás artífices pusieron a punto sus respectivas máquinas,
para que el bullente riachuelo, siempre que fuera preciso, fuera conducido por
canalillos subterráneos bajo todos los edificios; y después de haber prestado sus
servicios en todos los talleres y limpiado el monasterio, los dos cursos de agua
separados son devueltos al río principal, y a éste se devuelve su caudal propio. Con
extraordinaria rapidez se terminaron las murallas que rodean ampliamente todo el
recinto monasterial. El monasterio se levantaba, y como si la Iglesia recién nacida
tuviera algo vivo y móvil, avanzaba y crecía.
INSCRIPCIONES, FIRMAS, ETC.

Epígrafe del altar de S. Sernin de Toulouse (1096)


En nombre de Jesucristo los cofrades del Beato Mártir Saturnino hicieron erigir este
altar en el que sea celebrado el oficio divino para la salvación de sus almas y de todos
sus fieles. Así sea.
Saturnino, confesor de Dios e ínclito mártir por el nombre de Cristo, que arrastrado por
un toro, moriste en la ciudad de Toulouse, en tanto que aminoras los actos impíos, lleva
los deseos de tu pueblo a los oídos del omnipotente para que le sea grato aquello que
se celebre en esta ara.
Bernardo Guilduino me hizo.

Epígrafe de la fachada de la catedral de Módena (relieve de la historia del Génesis)


(1106)
[...]Así como tú eres digno de honor entre los escultores, así ahora brilla tu escultura,
oh Willigelmo.

Epígrafe de la parte posterior del ábside de la catedral de Módena


(1135)
Lanfranco, claro, docto y apto de talento, es el creador y maestro rector de esta obra.

Epígrafe del tímpano de la catedral de Autun (1135-1145)


Gisleberto me hizo.

Epitafio de Pedro Deustamben en el sepulcro de San Isidoro de León


(Ca. 1149)
Aquí reposa Pedro Deustamben, que sobreedificó esta iglesia. Él mismo construyó un
puente, llamado de Deustamben; y porque era varón de admirable templanza y se
distinguía por sus muchos milagros, todos le elogiaban. Aquí está sepultado por el
Emperador Alfonso y la Reina Sancha.

Epígrafes (desaparecidos) de la puerta de la sala capitular del claustro de S. Étienne


de Toulouse (c. 1140-1150)
Gilaberto me hizo.
Gilaberto célebre varón, me esculpió.

Epígrafe del relieve del Descendimiento de la Cruz, en el interior de la catedral de


Parma
(1178)
En 1178, en el mes de febrero, un escultor realizó (esta obra). Este escultor fue
Benedicto, llamado Antelami.

Epígrafe del dintel del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela


(1188)
En el año de la Encarnación del Señor de 1188, de la era 1226, en el día de las calendas
de abril, los dinteles de los pórticos principales de la iglesia de Santiago fueron
colocados por el maestro Mateo, que ejecutó las obras desde los fundamentos de estos
mismos portales.
PERO TAFUR, DESCRIPCIÓN DE VENECIA (S. XV)

La ciudad de Venecia es muy populosa y de gran extensión en círculo y casas


muy apretadas; dicen que hay en ella setenta mil vecinos, pero existe gran cantidad de
gentes extranjeras y gentes de servicio, en especial esclavos; la ciudad no tiene muros
ni fortaleza alguna, salvo aquellos dos castillos que encierran el puerto de la mar,
porque hoy allí se encuentra toda su fortaleza, y tienen una cadena del uno al otro lado
con lo que están seguros […]. La ciudad está puesta sobre el mar, y hechas las calles a
mano, por donde andan los navíos, y en alguna parte andan como si fuera calle, por
donde la gente anda a pie, y en algunas calles estrechas, por donde los navíos no
pueden entrar, puentes; y cada uno, igual que al modo de Castilla tiene bestia a la que
cabalga, así allí tiene barco y paje que lo reme y se lo guarde, y del mismo modo que
aquí se precian de gentil bestia y paje bien vestido, allí el barco bien entoldado con su
estrado puesto y sus sillas, si van más de uno o dos […].
En esta ciudad hay muchas iglesias y monasterios muy ricos y de suntuosos
edificios, entre los cuales el principal y mayor es la iglesia de San Marcos, que es la
mayor y cabeza de todo; está hecha de capillas a la manera de Grecia, de fuera
cubiertas de plomo con sus manzanas doradas y por dentro de muy fino y muy rico
mosaico de oro, y aún en el suelo del mismo mosaico, bien que éste es grueso y de
colores; y en la puerta mayor, encima de unos arcos en lo alto, están los cuatro
caballos muy grandes de latón dorados y de oro bien grueso; los trajeron y tienen a
gala, cuando ganaron Constantinopla. Y enfrente de esta puerta hay una gran plaza,
mayor que la de Medina del Campo, toda enladrillada, y en torno todas las casas
encaramadas y porticadas, y allí cada jueves se hace mercado, sé que mejor que el de
la Torre del Campo, aldea de Jaén. En un lado de esta plaza hay una torre tan alta
como la de Sevilla, con una armazón de oro fino de ducados, cosa bien hermosa de ver;
se percibe con sol desde 80 millas de allí; y allí están las campanas con que tañen ya
conocidas que tañen tal a misa, tal a la oración de la noche, tal a concejo de plegaria,
que dicen por ayuntamiento, y cuando quieren armar flota; así que entre ellos todo se
entiende. A un lado de esta plaza, hacia el mar, hay dos columnas muy gruesas y muy
altas; encima de una está San Jorge encima del dragón y en la otra está San Marcos,
que es su divisa y blasón; asimismo las trajeron de Constantinopla […]. Entre estas
columnas y la iglesia de San Marcos está el gran palacio de la Señoría, y en una parte
de él se aposenta el Duce y toda su familia y la otra está abierta a quien la quiere ver
[…].
JERÓNIMO MÜNZER, VIAJE POR ESPAÑA Y PORTUGAL (finales del siglo XV)

A orillas del mar se levanta una magnífica y soberbia casa con cúpula, que
creerías una iglesia o un gran palacio. Junto a este edificio hay un hermosísimo huerto
con diez filas de naranjos y limoneros y en medio una fuente saltarina, y a los lados
asientos cuadrados de piedra. En esta casa se reúnen diariamente dos veces los
mercaderes para tratar de sus negocios. Le dan el nombre de la Lonja, esto es, casa de
contratación. Hay en ella cambio y banca regulados con gran sabiduría para guardar el
dinero.

Es un lugar muy devoto. Continuamente, durante el día y la noche, lucen en el


altar mayor veintitrés lámparas, de oro y plata en su mayoría. Hay unos cirios enormes,
de los cuales conté diecisiete. Algunos son de diez y doce centenarios, que aumentan
todos los años, regalados por las gentes de las villas circunvecinas, y que en los días de
fiesta mayor arden desde la consagración hasta la comunión.

[...] entramos en la sacristía con el prior, hombre docto, y contemplamos los


vasos y alhajas de oro y de plata exquisitamente labrados, y que, según dijo el prior,
pesan ochocientos marcos. Después vimos los ornamentos, que eran muy numerosos y
estaban preciosamente tejidos con seda e hilos de oro y plata [...].

El monasterio de Poblet está tan magníficamente edificado con tantos y tan


grandes Palacios, patios, bodegas, claustros y con la ancha muralla que lo rodea, que lo
creerías un castillo. Todos los edificios están recubiertos de piedra cortada y cuadrada,
tan firme, que pensarías están fabricados contra el paso del tiempo [...] No he visto
jamás monasterio de aquella orden más firme ni más bello [...] Fue fundado por los
reyes de Aragón, que tienen allí magníficas sepulturas [...] Nunca vi tantas ni tan
grandes vasijas como en su bodega [...] tiene una notabilísima botica, bien provista de
toda clase de medicinas; un doctor médico muy perito, con el cual conversando hallé
ser un hombre muy docto [...] ¡Oh, qué majestuosa es su iglesia construida en estilo
antiguo! Lo mismo que las capillas y los asientos del coro, y su bellísimo órgano,
admirablemente decorado con oro y plata. Nos dispensaron gran honor y nos
mostraron cortésmente cada una de las cosas preciosas.

La iglesia mayor está dedicada a la bienaventurada Virgen María [...] la fábrica


está exquisitamente construida; la sillería del coro, excelentemente tallada, tiene
ciento cuarenta y cuatro asientos. La torre es bastante alta. Subimos por ella
doscientos seis altos escalones, con bóveda. Su longitud (de la iglesia) es de ciento
cincuenta y seis pasos, y su anchura de cincuenta y tres. Está en forma de cruz. Tiene
más de veinte capillas separadas por columnas. La suma de los altares es de cincuenta
y seis. Es bastante alta y bien abovedada. Muchas cosas se podrían escribir sobre ella.

Jamás vimos ciudad alguna dónde todas las Iglesias estén tan exquisitamente
adornadas con ornamentos de altar y con retablos dorados, como allí.

En la catedral están haciendo un altar mayor de un elevadísimo precio,


solamente de plata, pues están labrando los siete gozos de la bienaventurada María.
No irá dorado más que las barbas, las cabelleras y las otras cosas que sea conveniente
dorar. Tendrá de peso más de tres mil marcos. Me dio estos detalles el maestro
orfebre, que es natural de Lawingen, ciudad de Suabia, junto al Danubio [...] será un
estupendo retablo. Vi también muchas imágenes más, que me enseñó el maestro
orfebre.

La contratación y comercio principal de toda España estaba hace cincuenta


años en Barcelona, lo mismo que actualmente el comercio de toda la Alta Alemania
está en Nüremberg. Pero después de las sediciones y guerras intestinas, los mercaderes
se refugiaron en Valencia, cabeza hoy del comercio. En la actualidad están edificando
allí una casa magnífica, que llaman Lonja, donde se reúnen todos los mercaderes para
tratar sus asuntos. Es una casa alta, construida de piedra cortada y de esbeltas
columnas. Su anchura es de treinta y dos pasos, y su longitud de sesenta y dos. Está
terminada casi hasta la techumbre, que también se concluirá rápidamente. Tendrá un
huerto con variados frutos y una fuente corriente. Tiene también una torre altísima,
con una capilla, donde a diario se dirán dos misas. Aseguran los arquitectos que
invertirían aún dos años en terminarla a la perfección. [...] Será mucho más airosa y
más bella que la Lonja de Barcelona.
VIDA DEL ESTILITA SAN SIMEÓN EL JOVEN (S. VI)

Después [...] volviendo a casa, la mujer, impulsada por su fe, colocó una imagen
del santo en el lugar más recóndito de la casa. Esto obró milagros, porque el Espíritu
Santo que habitaba en él (santo) eclipsaba la imagen, por tanto se limpió aquello de
demonios y se curaron varias personas afligidas por enfermedades diversas. Entre ellas
una mujer que tenía un flujo constante de sangre desde hacía quince años. Fue a ver la
imagen con mucha fe y en adelante cesó su flujo. Pues se había dicho a sí misma “sólo
con ver su perecido seré salvada”.
Regresando a su casa, este hombre, como agradecimiento, colocó una imagen
de San Simeón en un lugar público y visible de la ciudad, es decir, sobre la puerta de su
taller. Al ver la imagen honrada con luces y velas, algunas personas infieles se llenaron
de ira y reunieron a un grupo de alborotadores de su jaez. Y así esa multitud reunida
gritaba armando mucho alboroto: “matad al hombre que ha hecho esto y arrojad la
imagen al suelo”. Por gracia divina resultó que el hombre no estaba entonces en su
casa, pues intentaban asesinarlo [...].
Incapaces de contener su ira, mandaron a un soldado que pusiera una escalera
para derribar la imagen. Pero cuando llegó arriba y alargaba las manos para ejecutar
lo que le había sido ordenado, cayó de repente al suelo, y se produjo un gran alboroto
entre la multitud. En su furor, mandaron a otro hombre para que subiera, e igualmente
al extender sus manos para derribar la imagen, cayó al suelo [...]. Entonces un inmenso
temor se extendió sobre los cristianos que allí se encontraban.
CAPÍTULOS GENERALES DEL CÍSTER REFERENTES A NORMAS CONSTRUCTIVAS Y
ARTÍSTICAS (1134-1213)

Ninguno de nuestros monasterios debe ser construido en ciudades, castillos o


aldeas, sino en lugares apartados del movimiento de los hombres (cap. I).

Los paños de altar y las vestiduras de los ministros no deben ser de seda, a
excepción de la estola y el manípulo. La casulla debe ser de un solo color. Todos los
ornamentos del monasterio, recipientes y demás utensilios, no han de ser ni de oro, ni
de plata, ni de piedras preciosas, excepto el cáliz y la fistula que pueden ser sólo
plateados o dorados, pero no está permitido tenerlos de oro (cap. X).

Doce monjes, con el abad trece, deberán ser trasladados a un nuevo


monasterio; sin embargo, no deberán ser destinados allí hasta que el lugar no esté
provisto de libros, edificios y demás cosas necesarias. En cuanto a libros, el misal, la
regla, el libro de usos, el salterio, el himnario, el collectaneum, el leccionario, el
antifonario y el gradual, y en cuanto a edificios, el oratorio, el refectorio, el dormitorio y
las celdas de los huéspedes y del portero [...] (cap. XII).

Prohibimos que en nuestras iglesias o en cualesquiera otras dependencias del


monasterio sean hechas esculturas o pinturas, porque mientras se presta atención a
semejantes cosas muchas veces se descuida el provecho de una buena meditación o la
disciplina de la seriedad religiosa. Sin embargo, tenemos cruces pintadas que son de
madera (cap. XX).

No es conveniente que fuera de la puerta del monasterio se construya alguna


casa para ser habitada, excepto para animales, puesto que de allí puede nacer un
peligro para las almas (cap. XXI).

[...]Por tanto, si alguien se hubiera adelantado a construir en contra de estos


estatutos del capítulo, estos edificios caerán sin ninguna dispensa y los gastos y obras
habrán sido inútiles (cap. XXXI).

En cuanto a las granjas u otras abadías, distarán entre sí por lo menos dos
leguas (cap. XXXII).

Las letras deben ser de un solo color y sin pintar. Los vidrios serán blancos y sin
cruces ni pinturas (cap. LXXX).

Este estatuto fue confeccionado en el año de la Encarnación del Señor de 1152,


para que en adelante no sea construido ningún nuevo monasterio de nuestra orden
[...]. Sin embargo, está permitido a cualquier abad que, por razón de alguna
incomodidad intolerable, traslade su monasterio a un lugar más idóneo, pero que diste
de otras abadías de nuestra orden por lo menos diez leguas borgoñonas y dos de las
granjas, o si este lugar al que se ha hecho el traslado tuviera delante el de otra orden:
en este caso será abandonado el primer lugar, o bien completamente, o bien se hará en
él una granja, si no distan entre sí más de una jornada. No obstante los lugares que
hubieran empezado a ser edificados antes de este capítulo general, se permite que se
levanten en el monasterio, si antes del capítulo general del año siguiente pudiera ser
hecho uno especial y de acuerdo con los estatutos de la orden (cap. LXXXVI, año 1152).

Aquel que quiera podrá pintar las puertas o las entradas de su iglesia de color
blanco (cap. XII, año 1157).

No serán tenidas cruces de oro que por sus grandes dimensiones no puedan ser
llevadas convenientemente en la procesión, ni colocadas en el altar. Igualmente las
cruces doradas o plateadas no serán hechas de gran tamaño (cap. XV).

No se construirán torres de piedra para las campanas. Los edificios de


extramuros serán derribados (cap. XVI).

En nuestros oratorios no serán sepultados ni reyes, ni reinas, ni obispos; si lo


prefirieran, abades o también los antedichos podrán serlo en las salas capitulares (cap.
V, año 1180).

No se construirán nuevos altares en las granjas. Los antiguos que ya hubieran


sido consagrados no serán destruidos sin licencia del obispo (cap. VI).

Los vidrios pintados deberán ser sustituidos en el plazo de dos años; en caso
contrario el abad, el prior y el cillero ayunarán a pan y agua a partir de ahora cada
sexta feria (cada viernes) hasta que sean cambiados (cap. XI, año 1182).

Las lápidas colocadas encima de los túmulos de los difuntos deberán ser
allanadas al nivel del suelo, para que no resulten un estorbo para los transeúntes (cap.
VIII, año 1194).

El abad de Fontfroide, que cubrió con alfombras el pavimento del presbiterio e


hizo encender lámparas en el oratorio en número mayor del que la regla tolera -porque
parece que fomentan un tanto la vanidad- [...] irá a excusarse a la casa de Grandselve
[...] (cap.II1, año 1196).

Los abades de nuestra orden, en cuyos oratorias pendan escudos, tomen las
medidas necesarias para que sean retirados cuanto antes y estén a pan y agua desde la
octava de Todos los Santos si entonces no se hubiera enmendado (capítulo IV, año
1203).

Con la autoridad del capítulo general se prohíbe que en adelante sean hechas
en nuestra orden pinturas o esculturas, excepto la imagen de Cristo Salvador, ni
variedad de pavimentos, ni excesos en edificios o alimentos y que ningún abad lleve
cofres, es decir, lo que el vulgo llama «cofria» (cap. I, año 1213).
ESTATUTOS DE LOS FRANCISCANOS (1260)

Así pues, para construir edificio, cambiarlos de lugar o ampliarlos, o también


para escribir o corregir libros, prohibimos contraer deudas o pedir préstamos, excepto
cuando al ministro provincial le pareciera que ha de arreglarse por causa necesaria. Si
verdaderamente el dinero fuera guardado o concedido sin deuda o préstamo, con
licencia del ministerio provincial, cuando fuere necesario, constrúyanse edificios según
sus disposiciones, sin exceder los límites de la pobreza.
Pero como lo selecto y lo superfluo se oponen directamente a la pobreza,
ordenamos que se evite de forma rígida la delicadeza de los edificios en pinturas,
cinceladuras, ventanas, columnas y otras cosas, o el exceso de longitud, anchura y
altura según las condiciones del lugar. Pero aquellos que osaran transgredir esta
constitución, deberán ser castigados severamente, y los principales expulsados
irrevocablemente de sus lugares, a menos que fueran restituidos por el ministro
general. Y para esta causa serán mantenidos firmemente unos visitadores, por si los
ministros fueran negligentes.
De ningún modo las iglesias deben ser abovedadas, excepto el presbiterio. Por
otra parte, el campanario de la iglesia en ningún sitio se construirá a modo de torre;
igualmente nunca se harán vidrieras historiadas o pintadas, exceptuando que la
vidriera principal, detrás del altar mayor, puedan haber imágenes del Crucificado, de la
santa Virgen, de san Juan, de san Francisco y de san Antonio; y si se hubiesen pintado
otros, serán depuestos por los visitadores.
CONTRATO DE REALIZACIÓN DE LOS TRABAJOS DEL PÚLPITO DE SIENA ENTRE
NICOLÁS PISANO Y FRAY MELANO (1265)

En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, Dios Eterno, Amén. En el año mil


doscientos sesenta y seis de su encarnación, en la fecha nona del tercer día de las
Kalendas de octubre, según la cuenta de los pisanos (29 de setiembre de 1265).

Que la lectura de este público documento conste que Nicolás, maestro lapicida,
de la parroquia de San Blas de Ponte, en otro tiempo de San Pedro, convino y prometió
a fray Melano, de la orden del Císter, obrero de la fábrica de la iglesia de Santa María
la Mayor de Siena, procurador, contratante y encargado en nombre de los obreros para
la fábrica de dicha iglesia, mediante contrato que de aquí a las Kalendas del próximo
noviembre entregaría a fray Melano, para dicha obra de dicha iglesia de Santa María
la Mayor de Siena, o a su delegado reconocido para la misma fábrica, o a su sucesor o
a quien ordenara, en Pisa, a expensas del mimo maestro Nicolás, los mencionados
bloques de mármol de Carrara.

Se trata de once columnillas, es decir, cinco de siete palmos y medio de largo y


las otras seis de cinco palmos y tres dedos, junto con los capiteles de coronamiento y
siete piedras para ocho arquillos con otros ocho bloques necesarios entre los mismos
arquillos, y siete lajas de piedra necesarios para hacer y construir un púlpito de mármol
en la mencionada iglesia de Santa María, exceptuando la basa de dicho púlpito, los
leones y los pedestales de las once columnillas, citadas en primer lugar, y también
exceptuando las piedras necesarias para la escalera de dicho púlpito, el cual debe
medir en su interior cuatro brazos de caña de Pisa, a no ser que se retrasara por algún
justo o inevitable impedimento de Dios o del mar, que, una vez pasado, recuperará lo
más rápidamente posible, por el precio de sesenta libras, cinco dineros pisanos de
moneda menor.

De éstos, dicho maestro Nicolás concertó con fray Melano para dicha obra en
los siguientes términos, o sea, una mitad a recibir a la próxima Pascua de la Natividad
de Nuestro Señor Jesucristo, y la otra mitad hasta las Kalendas del próximo marzo.
Además, dicho maestro Nicolás convino y prometió a fray Melano, procurador y
encargado para la mencionada fábrica de Santa María, mediante contrato, que en las
dichas Kalendas del próximo marzo iría a Siena para preparar los mencionados bloques
de piedra y construir el púlpito.
Y que desde las Kalendas del próximo marzo y por espacio de un año estaría y
viviría en Siena con el fin de trabajar dichas piedras y construir el púlpito hasta que
estuviera completo y que él no se separaría de la obra que trabajaba en Siena hasta
que el trabajo no estuviera totalmente terminado, sin la palabra y voluntad del obrero
fray Melano; excepción hecha de que cada año el maestro Nicolás, por trabajos en la
fábrica de la iglesia de Santa María la Mayor de Pisa y de la fábrica de la iglesia de San
Juan Bautista de Pisa y también por motivos propios del maestro Nicolás, sin que ello
suponga aceptar nuevos contratos para realizar, pueda retornar y volver de Pisa hasta
cuatro veces, estando y residiendo solamente quince días, cada vez, cuando de Siena
vuelva a Pisa, según se ha dicho, por las causas anteriores, sin contar, dentro de los
quince, los días de ida y regreso.
Y también que en las dichas Kalendas del próximo marzo traería consigo a Siena
a sus discípulos Arnolfo y Lapo a los que tendría consigo de acuerdo con los salarios que
se mencionaran hasta el término del púlpito ya que el plazo sería tanto que se verían
obligados a residir y estar con él.
Y todas y cada una de estas cosas mencionadas, hará y observará, según se ha
dicho, sin molestia y reclamación de la curia.
Si por el contrario, no lo observase según lo convenido o si actuara contra lo
establecido o algo de aquellas cosas no se realizara, prometió restituirle y dar,
mediante contrato, la pena de cien libras de dineros pisanos de moneda menor y todos
los gastos de la curia, de los abogados, y otros que se sucedieran, y, pagada la pena,
permanezca el contrato en toda su fuerza y vigor, obligando a sí mismo y a sus
herederos y a sus bienes en favor de la mencionada obra y a sí mismo para la fábrica
de la iglesia de Santa María la Mayor de Siena y a sus sucesores, renunciando a todo
derecho, leyes, constituciones, auxilios y defensas por los que, a él o a alguno de los
suscritos, se pudiera proteger, ayudar o librar de dicha pena. Y que pueda él mismo
acordar, de acuerdo con todo y cada parte de lo convenido, ante uno o varios jueces,
eclesiásticos o seculares, según su conveniencia.

Por lo cual, fray Melano, obrero de la mencionada fábrica de Santa María la


Mayor de Siena, en nombre de los obreros para la obra de dicha iglesia a la vez que por
el encargo y potestad que dice tener por el consejo y común de Siena para encargar y
llevar a término todas y cada una de estas cosas, convino y prometió a dicho maestro
Nicolás, mediante contrato, que entregaría y libraría las acordadas sesenta y cinco
libras de dinero pisano por el precio de las mencionadas columnas, lajas y restantes
piedras, o que ordenaría que se las entregaran y librasen de ahora a los plazos
acordados, o sea, mitad desde hoy hasta la Pascua de la próxima Natividad y la otra
mitad desde entonces hasta las Kalendas del próximo marzo, en Pisa y en moneda
pisana.
Y también convino y le prometió mediante contrato, que, a partir de las
Kalendas del próximo marzo en adelante, el maestro Nicolás con sus dos ayudantes y
también con otro se ocuparía de la realización de dichas obras y tendría a bien
permanecer y residir en la ciudad de Siena hasta que dicho púlpito estuviera terminado,
y que daría y entregaría u ordenaría que se entregara y diera al maestro Nicolás por
salario y merced de su trabajo, por cada día que hubiera trabajado en dicha obra y
hubiera ordenado que se trabajara, ocho sueldos de dinero pisano; y para sus dos ya
mencionados discípulos, como salario y merced seis sueldos por día de trabajo en la
obra, en dinero pisano, a pagar al final de cada mes, de acuerdo con lo que se ha
estipulado y según el cálculo acordado; y también residencia y cama para él y para sus
tres discípulos; y también para el tercer ayudante el salario a precio conveniente, en
razón de los días que hubiera trabajado.

Y queda establecido y comprendido en dicho contrato, por avenencia pertinente


entre los mismos contrayentes, que si el maestro Nicolás, por voluntad del obrero fray
Melano, tuviera que ir o estar presente una o varias veces por motivos de la obra o por
otros hechos de la misma fábrica o del común de Siena, el mismo obrero entregará u
ordenará que se entregue al maestro Nicolás, por su salario y merced, ocho sueldos de
dinero de Pisa y los gastos de los caballos y alimentos por cada día que fuera o
estuviera.
Y también que si Juan, hijo del maestro Nicolás, viniera y de acuerdo con él
quisiera trabajar en dicha obra, se le permita estar y trabajar y que se le mantenga; y
que por cada día de trabajo en dicha obra se le diera y entregara u ordenara que se
entregue al maestro Nicolás, por el salario y merced del trabajo de su hijo, cuatro
sueldos de dineros menudos pisanos y que no permitirá ni obligará a trabajar en dicha
obra a otros maestros sin el permiso y la voluntad de dicho maestro y no prescindirá o
mandará que se prescinda de los maestros que trabajen en dicha obra sin el permiso y
voluntad del maestro Nicolás, y que liberará o mandará al mismo maestro Nicolás y a
sus ayudantes, durante dicha obra, de todos los servicios reales y personales del común
de Siena; y todas estas cosas y cada una en particular, tal como se han dicho, hará y
obligará a cumplir sin molestia, perjuicio y reclamación de la curia.

Si por el contrario no cumpliera como se ha dicho, prometió, mediante contrato,


dar y depositar la pena acordada de cien libras de dineros y también la pena del duplo
de todo el precio y salario, así como los gastos de la curia y abogados y los demás que
resultaran; y, pagada la pena, que el contrato permanezca en su fuerza y valor,
obligando a sí mismo en nombre de los obreros para dicha obra, a la misma obra y a
los bienes de la obra de Santa María la Mayor de Siena y a sus sucesores, al maestro
Nicolás y a sus herederos; y renunciando a todo derecho, leyes, constituciones, auxilios
y defensas, y también al privilegio del fuero tanto eclesiástico como civil y a cualquier
otro derecho y ayuda legítima, por lo que él por dicha obra y la misma obra por la
referida pena o por cualquier otra razón mencionada pudiera protegerse, servirse o
librarse; y que esto mismo pueda acordar por todo lo dicho y cada una de las cosas
dichas cuando quiera ante uno o dos jueces eclesiásticos o seglares que quisiera.

Y de tal manera pidieron que escribiera este (contrato) a mí y a Palmerio,


notario de Siena, hijo de Giovanni, quien redactó un escrito similar, hecho en Pisa, en la
iglesia de San Juan Bautista, estando presentes Rainaldo, especiero, obrero de la obra
de Santa María la Mayor de Pisa, y Bonaiuncta, obrero de la fábrica de la iglesia de San
Juan, y también presente el mencionado Palmerio, notario de Siena, hijo de Juan, quien
redactó un documento similar, como testigos reclamados para tal.
[S. T.] Yo, Jacopo, hijo de Alberto de Tabbiano, notario del Señor Federico,
Emperador de los Romanos por la gracia de Dios, estuve presente en todo lo escrito y a
petición de los interesados redacté, firmé y terminé (el documento).
Joan Domenge i Mesquida

Document 1

6 setembre, 1405 Palma de Mallorca


Amb capítols afegits el 14 juny, 1412
(Arxiu del Regne de Mallorca [ARM], Còdex 45, ff. 16-28. Ordinacions publicades, a partir d’un altre
original, per: A. PONS, Els gremis. Capitols..., cit., pp. 101-104)

Die sabbati,1 VI mensis septembris, anno a nativitate Domini Mº CCCCº quinto

Die et anno predictis, comparuerunt coram nobili Rogerio de Montecateno,2 domini regis
conciliario3 et camerlengo ac gubernatore regni Maioricarum, Michael Brunet et Bernardus
Desquer, lapicide et suprapositi anno presenti omnium lapicidarum civitatis Maioricarum et
eorum officii, et presentarunt eidem capitula infrascripta numerum triginta trium.
Capitulorum continencia que iam per Petrum Garces et Anthonium Oliver supraponitos, dicti
officii, inferius nominatos, anno proxime prenominato ipsi nobili gubernatori seu eius
vernerabili assesori tradita fuerant, ut dixerunt. Quorum quidem capitulorum tenores per
ordinem subsequentur:
A la gran saviesa, correcció e ordinació dels honrats e pròmens de la universitat del regna de
Mallorques offeren Pere Garcès, Anthoni Oliver, picapadrés, sobraposats l’any present de
l’offici dels picaperas de la Ciutat de Mallorques, e ab deguda humilitat presenten les retgles
e ordinacions devall scrites, fetes e ordonades per tots los mestres confrares del dit offici per
tal que, segons aquelles, corregides primerament, si mester serà, retocades e ordonades per la
cort del senyor rey aprovades, axí com sa pertany e actorizades, lo dit offici de picaperes puxa
millorar e prosperar e lurs obres sien bones e ben fetes a llaor de nostre senyor Déu e honor
del senyor rey e comunal proffit de la universitat.
Primerament és ordonat que·lls dimarts aprés sagüent de la festa da Sincogesma, que serà la
festa dels màrtris, appellats los Coronats, de l’any present, e en los altres anys sagüents, en
semblant jornada, per los sobreposats succesors sien ajustats e aüts e aplegats col·ligialment
en la sgleya parroquial de madona Sancta Eulàlia tots los mestres picaperas o major part del
dit offici. E en cas que los altres citats e apellats no y vullen o no y puxen ésser, per los quals,
a les més veus, a manera d’escutini, sien alegits e anomenats dos bons òmens del dit offici per
ésser sobraposats l’any present. E més avant alaguesquen dos altres bons òmens qui lo dit any
leven l’almoyna de la confraria, que són appel·lats lentés. Gabriel Cardona.
Ítem, que los dits sobraposats, e encara los dos levadors e cullidors, sien tenguts acceptar e
admetra los dits officis a què seran alets, e no se’n puxen ascusar ne y degen contrestar, com
sia càrrech públich de l’offici. E qui contrafarà, pagarà de ban vint sous, applicadors, la terça
part al fisch del senyor rey, e l’altra terça part al mur de la ciutat, e l’altra a la dita confraria o
caxa, e serà forsat per la cort a servir e exercir lo dit ofici al qual sarà alegit, axí com dit és.
Gabriel Cardona.
Ítem, que los dits sobreposats exercesquen e reguesquen per un any sagüent e continu lo dit
offici de sobreposats profitosament e leyal, denunciant e manant als mestres confrares,
dexebles e altres de la dita caxa les coses contengudes en què acorreran e·s convindrà fer e
saguir per los dits confrares, axí per festes a solennizar, com per novies, cossos, albats e altres
coses acustumades de fer per los confrares del dit offici. E més avant, tenguen los dits
sobraposats e sots lur custòdia sien e stien los draps, panons, arnesos, joyes, monedes e totes
altres coses pertanyents a la caxa del dit offici. Gabriel Cardona
Ítem, que los dos dits levadors e cullidós demanen, leven e reeban la dita almoyna de tots los
mestres e confrares de la dita caxa e engròs, e per tot l’any, de aquells qui en la dita manera
volran dar e pagar, o per semmanes o per la forma acustumada. Gabriel Cardona.

134
Ciutat de Mallorca

Ítem, que tots los mestres picaperes, confrares, scolans e fadrins del dit offici degen e sien
tinguts, axí com se partany, obeyr, estar e opbtemperar a les ordinacions e denunciacions dels
dits sobreposats faents de afers e negocis del dit offici. E axí mateix degen paguar e donar los
conffrares als dits levadors e cullidors la dita almoyna acustumada o per tot l’any justada e
aplegada o per semanes, a rahó de dos diners cascuna setmana, sots pena de vint sous
pagadors per cascú contrafaent; la maytat a la dita caxa, ultra la qual pena, no contrestant lur
contradicció, seran forsats pagar la dita almoyna, axí com sa pertany. Gabriel Cardona.
Ítem, que algun mestra picaperes no gos ni dega exceptar o pendre algun fadrí o scolà per
mostrar o ensenyar-li lo dit offici, sens sabuda o vuluntat dels dits sobreposats, als quals, aytal
fadrí o scolà qui serà admès o reebut, degue e sia tengut pagar X sous per entrada a la almoyna
de la dita caxa, encontinent ho dins spay de hun mes e aprés sagüent, e de qui avant, fins age
pagats los dits X sous d’entrada, no li puxa ésser mostrat lo dit offici. E qui contrafarà a les dites
cozes pagarà de ban per cascuna vegada XX sous, aplicadós en la manera demunt dita. Gabriel
Cardona.
Ítem, que algun mestre picaperes de qui avant no dege ne presumescha fer o emparar de obrar
alcuna obra o feyna que altra mestra picaperes aja comensada tro sus e quant aytal mestra
comensador sia pagat éntregament e complida de sos jornals e de tot so qui degut li sia per lo
senyor de la dita obra. E qui contrafarà pagarà de ban XX sous, aplicadors per la manera
demunt dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que los dits levadors e collidós de la dita almoyna sien tenguts e degen aquella donar e
deluirar als dits sobreposats si e com requests na seran, tota excepció e contradicció sessant,
sots pena de XX sous, pagadors axí com demunt. Gabriel Cardona.
Ítem, que los sobreposats, finat l’any en temps de lur offici, sien tenguts e deguen dar compta
e rahó de lur administració e d’asò que rabut auran e donat auran, per la dita caxa o almoyna,
als sobreposats après d’els alegits com pus prestament fer se porà, en presència, so és a seber,
dels collidors de lur almoyna e d’altres pròmens si alegir n’i volran lo dit offici, e que degen
restituir e deliurar als sobreposats succesors los draps, panons, joyes e altres coses tocans lo dit
offici e relíquies de la dita almoyna, sots pena de XX sous, aplicadors per la manera demunt
dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun fadrí, macip o dexebla per sa malícia se pertirà de son mestra que justa rahó
no y hage de exir-se’n, que negun mestre no li deja donar a gonyar fins e quant aja feta la rahó
a son mestre per servar bona ordinació, e asò sots pena de vint sous, aplicadors per la manera
demunt dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun trencador de pere qui préstech haja rebut, no gos pertir de aquell de qui lo
préstech aurà rebut fins que l’age satisfet. E si no u fa, pagarà de ban vint sous, aplicadors per
la manera desús dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si nagú picaperes tindrà tayhadors de pera en sa padrera e aquell aytal se’n volrà
pertir per tallar ab altra, que ell no·s gos mudar ab altra per tayar pedre ne·n gos tayar per si
ni per altri entró que age satisfet en aquell ab qui hobrava o sia vingut ab ell, sots pena de vint
sous, gonyadors axí com demunt. E que negun mestra no gos dar a gonyar a aquell aytal sots
la dita pena fins que aja satisfet en aquell so que aurà rebut dels dits picapadrés, o porrata
d’assò que li aurà a tornar. Gabriel Cardona.
Ítem, que los dits sobreposats e tot senyor de padrera que com lo trencador haja fet
compliment de les avinences qui seran enfre ells dosos, que la pera qui sarà romasa en la
padrera que lo senyor de la padrera le y dega rebra dins XV jorns en la padrera en la ajuda tayar
e carregar. E si lo senyor, dins los XV dies, no y volia anar per rebre la dita pedra, que lo
trencador sia cregut per sa plana paraula. E si lo senyor havia a tornar al trencador, que a ses
pròpies mascions e dempnatges degue ésser forsat de pagar. E ci lo trencador feya anar lo
senyor a la padrera e no y avia compliment d’asò que li fos tegut, que·l trencador pach al

135
Joan Domenge i Mesquida

senyor per sos treballs cascun jorn VI sous. Gabriel Cardona.


Ítem, que alcun trencador aurà presa plassa a solar que no la gos lexar entro que la plassa sia
solada e si u fa pagarà de ban vint sous axi com demunt. E si per ventura lo senyor de la
padrera no li avia massió, que pogués fer compliment al trencador e havia a lexar la plassa del
senyor de la padrera no y pogués metra nagú si donchs no u feyha ab volentat del trencador;
primer sots pena de vint sous aplicadors per la manera demunt dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun confrara era naffrat o injuriat ni maltrectat per negú que ell no agués colpa
e ell no agués de què pogués demanà la iniúria, que aquest cas los sobreposats puxen damanà
civilment devant lo ordinari al qual sa partenyerà la dita injúria e no en altra manera, a messió
cumuna de la confraria. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun mestra picaperes estranger venia en esta terra per estar o hobrar, que aquest
aytal mestra age a pagar tots diumenges per dos anys e d’equí avant, axí com los altres, dos
diners a la dita almoyna. E si despuys que·n fos request e los presents capítols li fossen
denunciats e mostrats no u volia fer, que negú confrare no li donàs a gonyar ni lavorar ab ell,
sots pena de vint sous, aplicadors per la manera desús dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun contrast era de picaperes ab altra mestra per rahó de obres e de jornals, que
los sobreposats los puxen convenir. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun confrare feya novi son fill o sa filla, que los dits confrares, puys demanats
hi sien, que aquells confraras hi agen fer onor, sots pena de V sous, pegadors axí com demunt.
Gabriel Cardona.
Ítem, que los trancadors qui van trencar a les padreres qui no saran de caxa, que aquests aytals
hajan a pagar a la dita caxa o confraria VIII sous cascun any, e assò per servitut que an de la
aygua de les sisternes e camins qui fan adobar sovin e manut. E axí mateix per correus que lo
offici a ha fer en temps de novas de moros e de mals lenys als dits trencadors. E si aquest aytal
no·ls volia pagar, que negun confrara no li gos donar a gonyar fins que aja pagat, e assò sots
pena a cascun de aquests de vint sous, convertidós per la manera demunt dita. Gabriel
Cardona.
Ítem, que si algun picaperas que serà de caxa e après se‘n volrà axir, que no volgués ésser de
caxa, que aquest aytal aja a pagar semblant dels trencadors VIII sous, los quals van trencar
peras a les padreres, so és que paguen VIII sous l’any con semblant se servexen de la aygo de
les sisternas qui són comunes, e asò sots pena de XX sous, aplicadors per la forma demunt dita.
Emperò, lo dit confrara non puscha axir fins e quant aja pagat entregament tot so que daurà a
la caxa. Gabriel Cardona.
Ítem, que tot fill de mestra qui guany per si mateix haja a paguar tots diumenges II diners a la
dita caxa. E si dirà que no gonya per si matex, ans dirà que gonya per son para, que al dit fill
de mestra o son para ajan a ffer sacrament per qui gonya. E si diu que gonya per si matex, age
a pagar axí com dit és, sots pena de XX sous, pagadors per la forma demunt dita. Gabriel
Cardona.
Ítem, que totes vegades e quantes los dits sobraposats volran ajustar lo offici per feynes del dit
offici, que aquells qui sitats hi sserán a venir al dit consell, que hi agen ésser si donchs no avian
justa causa, sots pena de V sous, convertits en la manera demunt dita. Gabriel Cardona.
Ítem, que si algun qui serà estat catiu de mestra e serà franch, que aquest aytal no gos obrar
en naguna obra que negun mestra haja emperada o comensada si donchs no u feya en volentat
de la cort o de aquell qui la dita obra aurà comensada. E asò sots pena de XX sous. E si pagar
no·ls porà o no u volrà, estarà vint jorns en la presó. E si sarà que pach setmana e la dita pena
pagar no·u volrà, pendrà vint-e-sinch assots e pagarà lo assotador. Gabriel Cardona
Ítem, que algun mestra picapedras no gos obrar ne amperar obra alguna de algun qui degua
o sia tengut a halgun mestra picapedres per rahó de obra fins que lo dit mestra picapedres sia
planàriament satisfet en lo deuta a ell degut per aquell a qui obrat haurà, e essò sots pena en

136
Ciutat de Mallorca

lo capítol detràs contenguda de vint sous.


Ítem, que algun mestra guixer o dexebla no gos ni presumescha fer tancha alguna entre vehí
e vehí, ni metra pilars de cap ni de pla, ne fer portas ni ffinestres, ne fonaments de pedra sens
que no hi haja mestra picapedras, sots pena de deu liuras al fisch del senyor rey aplicadores.
Ítem, que algun mestra guixer ne dexebla no gos ni presumescha de fer finestres ni portals en
paret de tàpia alguna ne an carrera públicha, sens voluntat del mostasaf o de sos prohòmens,
e assò per tal com moltas tàpias na són vingudas a menys per deffalliment de las uberturas e
portals fets de guix, sots pena de cent sous al fisch del senyor rey aplicadors.
Ítem, que algun mestra guixer ne dexebla ni picapedres no gos ni presumescha de fer armari
algun en paret mitgera entra vehí e vehí sens voluntat e sabuda del mostasaf e de ssos
vesadors, sots pena de XX sous, aplicadors del mostasaf; e aquests vint sous age a pagar lo
mestra qui farà la dita hobra.
Et ex post, die martis, quartadecima iunii, anno a nativitate Domini millesimo
quadringentesimo duodecimo, honorabilis Palagius Unis, miles, locumtenens dicti Rogerii de
Montecateno, gubernatoris, de consilio venerabilis Arnaldi Sala, legum doctoris, assesoris sui,
ad instanciam et postulacionem suprapositorum officii antedicti, mandavit in fine septimi
capituli addi, pro ampliacione eiusdem capituli, verba sequencia.
E que algun mestra picapedres no gos obrar ne emparar obra alcuna de algú qui deia o sia
tingut a alcú mestra picapedres per rahó de obrar fins lo dit mestra picapedres sia
planàriament satisfet en lo deuta a ell degut per aquell a qui obrat aurà. E assò sots la pena en
lo dit capítol contenguda.
De qua quidem addicione fuit, de mandato dicti honorabilis locumtinentis et ad instanciam
dictorum supprapositorum, facta presens scriptura et hic sigillum minus curie antedicte
apositum seu impressum.

Capítols de las padreras


Primerament, que per los dits honrats jurats e llurs succeïdors en la juraria, cascun any sien
elegits dos bons hòmens qui no sien picapedrés, los quals sien vesadors de las padreres, de
totas aquellas on se pot trencar pedra covinent a hobrar, e aquells sian assignadors de plasses
en les dites padreras, e limitadors de aquellas entre tots aquells qui hi volran tallar, stimadors
de tots interesses si alguns hi an feta scombra, haüt esguart al proffit que n’auran tret, fins que
serà fet de aquell es compartiment a algun. E que tenguen nets los lochs e carregadors e
asignen lochs covinents ab menys dan per gitar les scombras, rebrade o padruscada qui s’hi
romendrán dels talls de les pedres.
Ítem, que els dos dits prohòmens, en les dites coses a veure, regonèxer, stimar, compertir e
hordenar, hagen consell e deslibaració dels sobraposats qui en aquell temps seran de l’offici
dels picapadrés a hoyr les gents qui aurán dabat de tallar o volran part de padreras, e aquells
qui hi contrestaran e al·legaren interèssers e qui hi procehesquen, ells ho parteschan o declaren
segons a ells semblarà.
Ítem, que en lo loch no scombrat de Rafalbayt puxen ésser assignades al travers a cascun
picapadrés deu gualgades de pedra a tots cayres, los quals hajan a tellar e asolar dins quatra
anys del temps que·ls seran asignades, e aquellas puxen traura per carregador que els sia al
costat, tanint-lo net e tornant-lo, que com n’agen treta lur pedra romanga en lo primer stament
que l’auran trobat ans que·n posassen lur pedra.
Ítem, que en los altres lochs de padreres de la illa de Mallorques qui són pus ampliats, so és a
saber, Campos e Salmonia, pusquen pendra los dits confrares de quinze en vint galguades a
tots cayres, a hun pahiments sa tallen. E més, que tots haquells qui pahiment talleran per
aportar en la dita ciutat, agen a pagar sis diners per dotzena de payment a la dita luminària.
E asò s’és ordonat per no poder bastar a la dita lumina; e asò hordonam nós, dits confraras,

137
Joan Domenge i Mesquida

per dar compliment a la dita luminària. E assò sots pena de cent sous, aplicadors, la meyat a
la Verge Maria e l’altra meytat als cóffrens del senyor rey.
Ítem, que en lo spay de vint gualguades de pedra ascombrat o pres per hun altra, no s’i puxa
metra dins los quatre anys si no desemperada aquella e relexade per lo primer.
Ítem, que si algun piquaperas haurà fetas moltes scombres e de gran tret en molts lochs e
possades creus e ffites, per axò no sia reputat ne agut per senyor de totes, possat que ho age
comprat de quisvulla, ans satisfet a ell an sos mals trets e despeses de la scombra, no del cost,
aguda axí matex rahó del profit que n’aurà tret, reservades a ell vint gualguades, ne puxa ésser
supertit a altres qui u vullen en la manera demunt dita.
Ítem, que per los precedents capítols no sia fet prejudici en la senyoria de la propietat e en
asmenas de satisfaccions de dans e interès qui s’aguessen a fer de dret comú o per custuma o
en altra manera als senyors de les propietats en les quals ffossen les dites padreras. Vidit
assesor.
Ítem, ordonam que tots los mestras de la part forana, tant mestras de tall com paradadós da
pedre roge qui paletas manegen, haia a pagar dos diners tots disaptes a la dita almoyna de la
Verge Maria e dels quatre beneyts coronats, e qui contrafarà aja a paguar tres liures de ban,
confiscades la maytat als còffrens del senyor rey e l’altra a la luminària dels quatra beneyts
martris.
Ítem més, ordonam que nagú no gos anar per mestra si ja clarament no amostra aver estat
quatre anys ab mestra. E si per ventura aquell tal no avia estat complidament los dits quatre
anys ab mestra, que los sobraposats li aguessen allegir mestra per fer compliment als cotra
anys. E aquell qui lo dit temps aurà acabat sa puga alegrar de totas les honres del dit offici e
pugua pendre places en tots lochs de les ditas padreres. E més, que qui no aurà estat tots los
quatra anys complits no gos ni presumescha nagun sobraposat donar-li places en naguna de
ditas padreres, que aquell tal no conexeria dita menas de les pedres. E qui contrafarà, pach deu
liuras de ban, aplicadores, la maytat a Nostra Dona e l’altra maytat als còffrens del senyó rey.

Document 2

8 juny, 1487 Palma de Mallorca


(ARM, Còdex 45, ff. 28v-34r. Ordinacions publicades, a partir d’un altre original, per: A. PONS, Els
gremis. Capitols..., cit., pp. 266-267)

Noverint universi quod anno a nativitate Domini Mº CCCCº LXXXVIIº, die videlicet veneris, VIII
mensis iunii, coram spectabile domino4 regente seu verius eius nomine coram magnifico
domino eius assessore comparuerunt Martinus Creix et Mathias Seguals, lapiscide, et
Bernardinus Ysern, guixerius, suprapositi collegii lapiscidarum et guixeriorum, et obtulerunt
et reverenter presentarunt eidem perlegique et intimari requisiverunt et fecerunt per me,
Iohannem Porcarii, notarium et scribam regentem scribaniam curie civilis gubernacionis regni
Maioricarum, hec que seguitur:
Senyor molt spectable:
Considerans los sobreposats, pròmens e consel dels col·legis e confreries dels picapadrés e
guixés que per estar seperats un col·legi de l’altre causaven e feyen més despeses que no ferian
si estaven units, car si algú dels picapadrés volia usar de l’ofici de guixer havia de pagar
cascun any vuyt sous e vuyt diners a la confraria dels guixés, ultra los vuyt sous e vuyt que
paguen en la confraria dels picapedrés. E asò matex era en los guixés, car volent usar de offici
de picapadrer havian e eran tenguts pagar en la confraria dels dits picapedrés la dita cantitat,
ultra que cascun any paguaven en la confraria dels guixés. E per aquest asguart, e encara per

138
Ciutat de Mallorca

los dits col·legis, cascú de per si, no podent comportar les despeses e càrrechs de aquells,
anaven enderer e staven endeutats.
Considerans, noresmenys, que entra los dits officis e exercici de aquells és poca la diffarència
e cascú té pràtica e parteix de exercir e usar de l’offici de l’altra, e estans units [diminuhiran]
de les despeses e càrrechs, e entra tots sostindran los càrrechs e despeses molt millor que fins
así no han fet stants separats e cascú de per sí. E per tots aquests esguarts e altres és estat
considerat e deslibertat dels dits dos col·legis o confreries fer un col·legi e confraria. E los
sobreposats que sien cascun any elegits en la manera ya exprimida en los capítols infra
següents, ço és, que dels dos sachs dels picapedrés sien trets dos picapedrés, hu dels vells e
altre dels jòvens, e que del sach dels guixés sia tret un guixer; en així que sien tres sobreposats
de la dita confreria. E axí sia fet e servat cascun any. E perquè aquestes coses no·s poden fer
sens auctoritat, licència e decret de vostre senyoria, per tant, en Martí Creix e Macià Seguals,
picapedrés, e Bernadí Ysern, guixer, sobreposats dels dits picapedrés e guixés, supliquen a
vostra magnifficència vos plàcia auctoritzar e decretar les dites coses e los capítols per ells
ordinats e composts, accedint als capítols que cascun col·legi de per sí tenia, als no entenen ne
volen en alguna manera perjudicà ne derogar, ans com a molts útils volen que restan en lur
força e virtut. E són los capítols novament ordinats los qui·s sagueixen:
Primerament que los guixés sien acullits en la dita confraria dels picapadrés e aquells se puxen
alegrar de totes aquelles coses que los picapadrés sa alegren de la dita confraria e almoyna.
Ítem, que la segona festa de Sincogesma se agen a fer dos5 sobraposats de picapedrés e hun
sobreposat de guixer e dos clavaris, hun de cada part. E açò per governar e regir la dita
confraria la almoyna d’els.
Ítem, han ordenat que picapadrer, are sia confrare ara sia fadrí, no gos acceptar ne pendre
qualsevulla hobre qui toch a l’art dels guixés, de un jorn o dos avant, si donchs en la dita obra
no acullia hun mestra guixer. E asò sots pena de sinch sous, aplicadors le meytat al senyor rey
e l’altra a la almoyna de la confraria.
Ítem, que los dits confrares picapedrés e guixés e fadrins paguen a l’almoyna, ço és, los mestres
dos diners e los fadrins dos diners tots disaptes, que sumen vuyt sous e vuyt dinés l’any; e que
de dos en dos mesos agen paguar la dita almoyna que·ls tocarà per porrata de dits vuyt sous
e vuyt diners. E si no, que lo dit clavari puxe aquells tals axecutar de aquella quantitat per ço
que al cap de l’any age pagada complidament la dita almoyna.
Ítem, que los dits collidors o levadors hajen a cullir e exigir la dita almoyna de llur any e que
no sien oyts del compte fins agen íntregament cullida tota la dita almoyna, per ço com molts
derreriatges se perdien. E qui contrafarà, paguarà vint sous de ban, la mytat al senyor rey e
l’altra a la dita confreria.
Ítem, que los dits clavaris puxen anar ab lo lenter a panyorar e fer manaments a·n els dits
conffrares e fadrins e que los dit executats hajan a fer obediència al dit lenter, e si no, aquell
aytal sia caygut en tres liures, la mitat al senyor rey e l’altra a la caxa; e que lo dit lenter puxe
pendre hun capdeguayta e panyorar a aquells de tota la cantitat.
Ítem, que algú qui no aurà estat quatra anys a carta ab picapedrer ne tindrà muller en la illa
de Mallorques, que aquell tal los sobreposats no li gossen donar places en les padreras, e açò
sots pena de C sous, la mitat al senyor rey e l’altra a la caxa de la dita confraria. E asò perquè
tallen molta pedra qui·s menge, de què los obrés venen a ruyna.
Ítem, que si per ventura aquell aytal per sa malícia volia tallar pedre, que no sia algú
picapadrer ne guixer qui li gos comprar pedra de qual maneres vulla. E qui contrafarà pagarà
de ban xexanta sous, aplicadors ut supra.
Ítem, que qualsevulla traginer de aquells qui viuhen entre los picapadrés e guixés agen paguar
dos6 diners tots disaptes [a l’almoyna], e que no sien tinguts per confrares, e açò perquè vihuen
del cabal e despesa dels picapadrés sens [ells incorre dan o pèrdua alguna].

139
Joan Domenge i Mesquida

Quibus quidem oblatis et presentatis lectisque et intimatis, dictus magnificus dominus assesor
premissorum tenore audit, retinuit super predictis acordium et deliberacionem.
Deinde, autem, die XIIIIª mensis iulii, anno predicto a nativitate Domini millesimo CCCCº
LXXXVII, comparuerunt in curia civili gubernacionis Maioricarum Jacobus Martí, Miquael
Garcia, Mathias Rubert, Matheus Nicolau, Miquael Garau, maior, et Andreas Lobet, treginerii
sive letoris lapidum, et verbo dixerunt michi, notario dicto et scribe, quod ipsi contenti erant
de ultimo ex capitulis predictis, illud quod aprobarunt et laudarunt et secundum illud dicte
confratrie solvere parati erant dictos duos denarios qualibet die sabati, in cuius rey fide per
me, dictum notarium et scribam, fuit presens huiusmodi scriptura continuata.
Postmodum, die iovis, XVIIIIª proxime dictorum mensis iulii et anni millesimo CCCCº LXXXVII,
spectabilis dominus locumtenens7 generalis seu verius eius nomine prefectus magnificus eius
assessor, visis suplicacione et capitulis predictis, admitens, approbans atque laudans eam et ea
et unum quodque eorum et contenta in eisdem pro eorum omnium8 maiori corroboracione,
validitate et stabilitate, interposuit illis auctoritatem dicti domini locumtenentis generalis
pariterque decretum illa manu sua subsignando, prout in fine ipsorum continetur. Et hoc ad
beniplacitum regie dignitatis seu dicti domini locumtenentis generalis suorumque in dicto
oficio succesorum, in quorum omnium9 fidem et testimonium per dictum notarium et scribam
fuit presens huiusmodi scriptura continuata.

Document 3

20 agost, 1506 Palma de Mallorca


(Archivo de la artigua curia de la Gobernación, letras reales de 1506 á 1511. Extret de: P. A. SANXO,
Constituciones del gremio de albañiles (20 Agosto de 1506), in «BSAL», 4, 1891-92, pp. 311-12)10

Nos, Ferdinandus, Dei gratia rex Aragonum, Sicilie citra et ultra pharum, Hierusalem,
Valentie, Maioricarum, Sardinie et Corsice, comes Barchinone, dux Athenarum et Neopatrie,
comes Rossilionis et Ceritanie, marchio Oristanny et Gotiani. Exhibitis nobisque reverenter
presentatis pro parte vestri, fidelium nostrorum suprapositorum et proborum hominum
officii et confratrie dels picapedrers et operariorum de vila sive magistrorum domorum
civitatis nostre et regni Maioricarum, nomine et pro parte omnium dicti officii et confratrie,
capitulis quibusdam in viam supplicationis tenoris sequentis:
Molt alt y molt poderós rey y senyor. Los sobreposats y prohòmens de l’offici y confraria dels
picapedrers y obrers de vila de la vostra ciutat y regne de Mallorques, per benefici y augment
de dit offici y confraria, supliquen a vostra excelencia que vulla provehir, decretar y autorizar
los capítols davall scrits y continuats, los quals ab la present se oferen a vostra majestat, y són
los qui·s segueixen:
Primo, qualsevol home stranger qui·s volrà alegrar de fer feina en la dita illa de Mallorques,
en lo dit offici, hage e sia tengut pagar vint sous en la caxa de la dita confraria abans de fer dita
fahena, e si qualsevol mestre li donava fahena sens pagar los dits vint sous, que sia caigut lo
dit mestre en pena y ban de altres vint sous, aplicadors en la forma sobredita, la mitat a la dita
caxa y l’altra mitat als pobres de dit offici. Plau al senyor rey.
Ítem, que los sobreposats ni prohòmens de dit offici qui vuy són y per avant seran, no gosen
prestar a alguna persona les joyes de la capella de la dita confraria, sots pena de altres vint
sous, aplicadors en la forma sobredita. Plau al senyor rey.
Ítem, que qualsevol persona qui aporta paiment a vendre en ciutat, que no sia confrare de la
dita confraria, que hage de pagar per cascuna dotsena de paiment un diner á la dita caxa y
confraria. Plau al senyor rey.

140
Ciutat de Mallorca

Ítem, que lo levador e colector del dit offici y confraria qui és vuy y serà per avant, hage y sia
tengut de donar y cullir dins l’any del seu offici tota la almoina dels confrares, axí dels que stan
en la ciutat e illa com de tots los picapedrers que vindran strangers, ensemps ab los dits vint
sous que són tenguts pagar dits strangers per entrada de l’offici, com en lo primer capítol és
contengut, segons que de aquesta deliberació apar per determinació feta per lo concell de dit
offici en la capella de Sancta Eulàlia a dotse de maig mil sinch-cents y sinch. Plau al senyor rey.
Ítem, que segons per lo dit concell és stat determinat, lo levador, qualsevol que serà, hage de
dar en lo introit de son offici idònea caució que de lo que levarà y rebrà dels dits confrares y
altres, donarà bo, just y vertader compte als sobreposats y deposarà les reliques en poder de
l’altre cullidor qui aprés sucehirà. Plau al senyor rey.
Ítem, que lo dit levador hage per sos treballs de cullir y exhigir la quantitat que exhigit y cullit
haurà, y açò per son salari y treballs. Y si res hi restarà per cobrar, que sia tengut dit levador
donar-ho de pecúnia pròpia, com per axò li sien stats taxats devuit diners per liura per exhigir
la dita almoina y altres coses. Los quals devuit diners hage per liura de tota la quantitat que
exhigit y cullit haurà, y açò per son salari y treballs. Plau al senyor rey.
Ítem, que tot home stranger o de la ciutat e illa de Mallorques sia tengut abans de obrar com
a mestre examinar-se en lo dit offici, com sia de molta rahó per ésser lo offici de tanta
importància, y que altrement no puguen obrar per la ciutat ni per la illa obres de mestre sens
expressa licència dels sobreposats. Plau al senyor rey.
Ítem, com s’esdevenga algunes vegades metre·s foch en les cases de la ciutat, y per apagar
aquell és molt necessari posar-hi hòmens destres per scalar les cases y muntar per los lochs
perilosos de aquelles, per ço, precehint deliberació feta per los dits sobreposats y prohòmens
del dit offici de picapedrers, aquells se oferen cascun any donar y nomenar deu persones del
dit offici, destres y dispostes, les quals, ocorrent lo cars de foch en alguna casa de la dita ciutat,
treballarán per lur poder de apagar dit foch, axí com se acustuma en Barcelona y València. Y
que per causa de dit servey y treball, que tenguen facultat los officials de dit offici de
picapedrers de poder portar segurament, sens teme de algun official, les armes dels membres
principals de lurs persones, per defensió de aquelles. Plau al senyor rey. Fuitque nobis et cetera.

Document 4

22 agost, 1514 Palma de Mallorca


(ARM, Còdex 45, ff. 1-9v. Ordinacions publicades, a partir d’un altre original, per: A. PONS, Els gremis.
Capitols..., cit., pp. 208-210)

Noverint universi quod anno a nativitate Domini millesimo quingentesimo quartodecimo, die
videlicet martis, XXIIª mensis augusti intitulata, coram multum spectabili et nobili domino
locumtenente generali et huius regni gubernatore seu verius in sui personam coram magnifico
regente cancellerie, comparuerunt magistri Petrus Sanxo et Vincentius Pou, supprapositi
confratrie lapiscidorum, et presentarunt legique et intimari requisierunt et fecerunt per me,
Ioannem Rull, notarium, unum ex scribis curie civilis gubernacionis, capitula infrainserta.
Molt spectable y noble senyor:
Per los honorables sobreposats, pròmens y consellers de l’offici de picapedrés són stats, ab
madura desliberació y per bé y utilitat del present regne, ordonats los següents capítols, per
validitat dels quals és necessària auctoritat y decret de vostra spectable y noble senyoria. Per
tant, los honorables sobreposats y pròmens del dit offici demanen y supplican a vostre
spectable y noble senyoria li plàcia en e sobre aquells interposar vostre auctoritat y decret
presidal. Et licet et cetera.

141
Joan Domenge i Mesquida

Considerants los honorables sobreposats y pròmens de l’offici de picapadrés que en lo consell


lur acustumen de congregar y convocar tots los del dit offici per fer determinació y conclusió
de coses concernents al dit offici y bé de aquell, e per quant per la joventut de alguns et altres
hi acustuma de haver gran discrepància y discòrdia, de modo que moltes vegades se segueix
que no·s fa determinació ni conclusió alguna, lo que redunda en gran dan de dit offici, per ço,
per obviar aitals inconvenients, han determanat y conclús que de qui avant en lo dit consell
entrevenguen tant solament les persones següents, ço és: los dos sobreposats, y dos pròmens,
y quatre examinadors, e sis altres persones elegidores per los dos sobreposats y pròmens; e
que de dites sis persones n’i hage tres de edat de XXX anys en avall. De Gualbis, regens.
E més, és estat conclús y determenat que les dites XIIII persones, en la forma desús dita
elegidores, puguen tenir y celebrar lo dit consell, e que no sien tinguts de apleguar ni convocar
altres persones. E lo que per dites XIIII persones serà conclús, diffinit, desliberat y determenat,
o la major part de aquelles, sia complit y executat y hage sortir son effecta sens contradictió de
algú e vàlega tant quant si per tots de dit offici era determanat y fer sens alguna discrepància.
De Gualbis, regens.
Ítem, és ordonat que los sobreposats e pròmens, com seran exits, hagen elegir quatre bons
hòmens, sufficients e de bones conscièncias, per fer lo examen; e que los dits quatre
examinadors deguen prestar jurament en lo introit de lur offici, en poder dels dos sobreposats
e pròmens vells. E aquell qui·s volrà examinar prengua hun home per padrí, aquel que li
plaurà e ben vist li serà. Lo qual jurament fet e prestat en poder dels sobreposats e pròmens
vells per los sobredits quatre examinadors prestat, hagen bé mirar, iudicar e examinar aquell
o aquells de l’art del dit offici. E més, que per medi del jurament prestat quant seran convocats
y demanats per lo consell o consells celebrador se hauran bé e lealment segons lurs
consciències los acusarà e Nostre Senyor Déu los spirarà, remoguda tota passió de part. De
Gualbis, regens.
E més, és stat conclús y determenat que les dites sis persones del nombre de XIIII per los
sobreposats, pròmens e per tot lo consell o la major part elegidores, hagen y deguen jurar en
poder de dits sobreposats vells que aconselleran bé y justament y a tota utilitat de dit offici,
tota passió y amor a part posada. De Gualbis, regens.
Ítem, és stat ordonat y statuït, per augment de la capella y per subvenir als càrrechs del dit
offici, que qualsevol qui s’examinarà per ésser mestre de dit offici, que sia tingut de pagar per
lo examen XXXX sous, si ja doncs no era fill de mestre; que aquell tal hage de pagar XX sous tant
solament, aplicadors al dit offici y confraria. E més, qualsevulla qui se examinarà hage e sia
tingut de fer y dar la col·lació acustumada. E no volent-la dar, hage de pagar per dita col·lació
XVI sous, aplicadors als sobreposats, pròmens y examinadors, y açò per lurs treballs. De
Gualbis, regens.
Ítem, és ordonat que d’equí avant ningun fadrí ni home qui no serà examinat per los
sobreposats, pròmens e examinadors del dit offici, que de qui avant no gos ni presumesca fer
feyna del dit art en ninguna manera, si donchs aquell tal no stave a soldade bé e legítimament
ab mestre. E qui lo contrari farà, pach de ban tres liures, e açò per cascuna vegade que tal serà
provat, aço és, lo terç al fisch del senyor rey e l’altre part al acusador e l’altre part a la dita
confraria. De Gualbis, regens.
E més, és ordenat que d’equí avant ningun mestre picapadrer no gosen ne presumescan tenir
fadrí algú més avant de hun, mes, segons és ja per altre capítol ordonat, que encontinent ne
fassa de aquell carta, e açò sots pena de vint sous per lo mestre e deu sous per lo fadrí, los quals
pagarà dit mestre faent lo contrari del present capítol. Serà pagat dit ban segons dessús és dit.
La qual carta hagen a fer en poder del notari que per los dits sobreposats elegiran. La qual
elecció de notari, una vegade feta, per major benefici de l’offici de picapadrés, no·s puga
revocar sens consell y determinació de les demunt dites XIIII persones. Axí mateix, se age a

142
Ciutat de Mallorca

continuar tots los exàmens de mestres qui de aquí avant se feran en lo libre de dita confraria.
De Gualbis, regens.
Més, és ordenat que, de ací avant, qualsevulla qui tindrà botiga de fer guix sia tingut e forsat
de pagar dos diners tots disaptes a la dita confraria. E més, qualsevol11 trencador de guix sia
tingut pagar tots disaptes un diner. Més, qualsevol qui tindrà botiga de calç o serà venedor de
calç en la present ciutat hage de pagar dos diners tots disaptes, e que de açó puguen ésser
executats segons los mestres per cascun de aquells12 viuen del dit offici. E aquell que li darà a
trenchar que pach per ell e que s’o reserva de la soldade li té a dar. De Gualbis, regens.
Ítem, és ordenat que ningun trencador no puga trencar ni vendre pedre de ninguna manera si
no és mestre, e aquell dit mestre sia tingut pagar per lo dit trencador un diner tot disaptes e
que s’o ature del preu que li aurà a donar, com sia cosa molt justa, com lo dit offici ne tingua
ja capítols antichs que ningun no pot tenir plassa ni trencar, sinó fill de mestre; o aquell tal
hage stat per quatre anys a carta. E qui lo contrari farà, pach vint sous de ban, ço es, lo terç al
fisch reyal e l’altre terç al acusador e l’altre terç a la confraria del dit offici. E açò sia entès per
tants trencadors com tindrà. E lo mestre hage de pagar segons la forma demunt dita per dits
trencadors, per manera que la dita confraría, com a [pubil], no perdre res, si donchs no eren
mossos de carta o sclaus propis del dit mestre. De Gualbis, regens.
Ítem, és stat statuït y ordenat que qualsevol que serà stat inobedient aprés que serà stat citat y
demanat en no ésser stat en lo combregar de confrare ni en lo cors o albat de la casa de mestre
ho de confrare o de home qui pach a la confraria de dit offici, o que sia stat demanat en lo
consell o per qualsevol cosa sia demanat que pach la pena de V sous que és incorregut,
applicadors a la capella, y per lo deute del dit offici puga ésser penyorat per l’ome qui té
càrrech de la capella o per un vergueta, y que age de paguar VI diners al dit home o vergueta,
y açò puguen manar los sobreposats sens licència d’altre jutge. Y qui no volrà dar panyora al
dit home o vergueta, que sia caygut en V sous de pena, aplicadors al dit offici. De Gualbis,
regens.
Ítem, és ordonat y determanat per lo consell que d’equí avant ningun sobreposat, present ni
sdevenidors, que lo die de retre comptes de les coses consernents al dit offici ne al die de
Corpuschrist, ne axí poch en altres dies de festa, per mà directe o indirecte no despenga en
manjar ni en beure ninguna quantitat de moneda del dit offici. E qui lo contrari farà, vindrà
contra jurament e no li serà pres en compte en la redditió dels comptes cosa alguna, exceptat,
emperò, que puguen despendre en los dit dies de retre·ls comptes, Corpuxrist e altres festes,
per cascuna vegada deu sous. De Gualbis, regens.
Ítem, és ordonat que lo clavari qui vuy és ne d’equí avant serà que no li hagen a pessar ne
pendre en compte ningunes despeses de menjar ni de beure més avant de deu sous per
cascuna vagada o festa que farà encortinar e dar col·lació en aquells e per lo semblant als
trompetés. De Gualbis, regens.
E més, és ordenat que d’equí avant ningú qui no serà stat tatxat ara ne d’equí avant a la caxa
del privilegi, obtés de la majestat del rey nostre senyor, se volrá alegrar del dit privilegi, age
de pagar vuyt sous al dit offici. E si tal recusarà pagar dit vuyt sous, aquell tal no·s pugue
alegrar del dit privilegi.13
Ítem, és stat ordonat y statuït que qualsevol qui no sia mestre, que aquell tal perdà la
farramenta, y sia aplicada a la dita capella de l’offici e, noresmeys, sia caygut en pena de vint
sous, applicadors, la terça part als còfrens reyals y l’altre terça part al denunciador y l’altre
terça part al dit offici, si ya donchs no tindrà licència dels sobreposats. De Gualbis, regens.
Ítem, és stat conclús y determenat que los confrares, y tots los de dit offici, ni altre persona per
ells, sots pena de V sous per cascuna vegada que contrafaran, no puguen donar les càrregues
ni ports de coses tocants al dit offici a persones altres sinó als traginers qui paguen en la
confraria; y açò for per for o preu per preu. E no volent-ho acceptar preu per preu, o si no·s

143
Joan Domenge i Mesquida

trobaven, que en tal cars, y no altrement, los dits confrares y de dit offici ho puguen donar a
qui volran. E la dita pena sia applicade, la terça part al senyor rey e l’altre terça part al acusador
e l’altre part al dit offici. De Gualbis, regens.
Quibus quidem oblatis et presentatis lectisque et intimatis prefato spectabili et nobili domino
locumtenenti generali seu verius in sui personam magnifico regenti cancellerie, ilico idem,
visis et perlectis dictis capitulis et eorum quolibet illisque debite atque mature consideratis
et attentis attendendis illorum et unumquodque eorum que rationabilia esse videntur,
confirmavit atque laudavit et pro maiori eorum corroboratione et validitate suam
interposuit auctoritatem pariterque decretum. De Gualbis, regens.

Document 5

3 març, 1522 Palma de Mallorca


(ARM, Còdex 45, ff. 10-13)

Nouerint universi quod anno a nativitate Domini millesimo quingentesimo vicesimo


secundo, die videlicet lune, tercia mensis martii intitulata, coram spectabili et magnifico
domino regente officium gubernationis seu verius in sui personam coram magnifico
Anthonio de Verino, locumtenente magnifici regentis cancellariam, comparuerunt
honorabiles Babtista Garau et Petrus Sard, supprapositi officii lapiscidorum, et magister
Gabriel Sanctmartí et Vicentius Pou, proceres dicti officii, et presentarunt supplicationem
et capitula sequentia:
Molt spectable senyor governador:
Per los honorables sobreposats e pròmens he altres de l’offici de picapedrés, per lo bé comú
e de llur confraria, han concordat los capítols següents, per validitat dels quals és necessària
auctoritat y decret de vostre senyoria. Per tant, los honorables sobreposats y pròmens
demanen y supliquen a vostre senyoria li plàcia en e sobre aquells interposar vostre
auctoritat y decret presidal. Et licet.
Ítem, jacsia per altre capítol del dit offici de picapedrés sia disposat que ningú pugua tenir
plassa de trencar pedra si primer no avia stat quatre anys a carta, emperò, per quant appar
millor e més expedient per lo bé públich y augment de la confraria que tenen los
honorables picapedrés, que aquell tal hage ésser mestre o fill de mestre y hu dels confrares
de dita confraria, per çò és stat determenat per los honorables sobreposats y pròmens y
altres de dit offici, ajustant a dit capítol, que d’equí avant ningú puxa tenir plassa en la
present ylla si ja donchs aquell no serà mestre de dit offici y confrare de dita confraria, ni
los sobreposats de dit offici puxen designar plassa sinó en la forma demunt dita, sots pena
de deu liuras, lo14 terç a la dita confraria y l’altre terç al fisch reyal, l’altre terç a l’accusador.
Anthonius de Verino, locumtenens regentis.
Ítem, per levar tota occasió de frau, és stat determenat per dits honorables sobreposats y
pròmens y altres de dit offici que lo mestre o confrare qui tenga plassa de trencar pedra no
pugua en assò fer companya ab altre qualsevol si ja donchs ab altre mestre he confrare, sots
pena de deu liures, lo terç a dita confraria y l’altre terç al fisch reyal, hi l’altre terç a
l’accusador. Anthonius de Verino, locumtenens regentis.
Qua quidem supllicatione oblata et presentata lectaque et intimata, ilico idem magnificus
locumtenens regentis cancelleriam fecit super15 premissis supplicationem sequentis:
Spectabilis et magnificus dominus regens gubernationem, visa supplicationem coram eo
oblata pro parte dictorum suprapositorum, visis et accurante prospectis precedentibus
capitulis et in eisdem contentis ceterisque aliis videndis, visis et attentis attendentis. Christi

144
Ciutat de Mallorca

nomine invocato, de consilio locumtenentis magnifici regentis providet et decernit super


premissis ut sequitur:
Cum contenta et expressata in dictis capitulis videantur [confeceri] ad utilitatem dicti officii
et pro bono publico et consequenter sint approbanda et emologanda atque laudanda,
iccirco et alias, cum presenti approbat et admittit dicta capitula et providet illa de cetero
omnino observari et in libro aliorum capitulorum inseri, describi et continuari. Super
predictis et dictis capitulis suam auctoritatem interpondendo pariterque decretum.
Anthonio de Verino, locumtenens regentis.

145
CONTRATO DE APRENDIZAJE

ARM, Prot. P-416, f. 60

1502, juny, 16

Ego Amingo Sucha, ville de Asglesies, insule Sardinie, minor XXV annis major
vero XXII annis, non habens curatorem nec habere volens, gratis mitto et affirmo me
ipsum vobiscum Johanne Segrera, lapiscida magistro maiore fabrice eccesie Sedis
Maioricarum presenti, ad tempus trium annorum a die presenti in antea continue
numerandorum, causa addiscendi officium vestrum ac serviendi vobis et domui vestre
in omnibus causis et negociis licitis et honestis tam de die quam de nocte sub tali tamen
pacto et conditione que dicto tempore durante teneamini docere et instruere me in
dicto vestro officio ac me tenere sanum et egrum ac provisum in potu et cibo et pro
vestibus et calciamentis mihi dare teneamini quolibet anno dicto tempore durante tres
libras et decem solidos monete Maioricarum. Ego enim [?] promitto vobis que dicto
tempore durante a domo et servitio vestris non recedam neque aufugiam ac furtum
neque damnu vobis ac rebus vestris et in vestra posse existentibus non faciam neque
facienti consentiam. Et si premissorum contrarium fecero quod absit possitis meis
expensis compellere me ac compelli et reduci facere juris remediis in servitium vestrum
in quo morari promitto donech dictum tempus adimpletum fuerit ac damna et
expensas ac de uno die quo absens per fugam fuero alium diem ex pacto vestro indilate
[?] satisffaciam et emendabo. Obligo me personaliter et omnia bona mea, renuncio
largo et foro. Et quia minor sum XXV annis major vero XXII juro large. Egoquidem
Johannes Sagrera, lapiscida, his omnibus et singulis presens, gratis ea acceptans et
laudans et te dictum Amingum in discipulum meum recipiens promitto juxta vires meas
te docere et instruere in dicto meo officio ac cetera omnia et singula que per me
attendenda sunt et complenda juxta preambula servabo et complebo. Obligo omnia
bona mea, renuncio large et foro et large.

Testes discretus Michael Umbert, prebiter, et Bartholomeus Çalleres, lapiscida


Maioricarum, in quorum presentia onmes firmarunt.
INVENTARIO DEL LAPISCIDA ANTONI GALMÉS

ARM, Prot. P-368, f. 55-58

1468, agost, 11

Cum ob doli maculam evitandam omneique fraudis suspicionen tollendam onmes


heredes, tutores, curatores et hereditatum detentores et precipne [?] illare creditores
inventarium seu reportorium conficere tenentur a deo ut onmis suspicionis et ffraudis
materia remoneatur et emitetur id circo ego Joanneta uxor et heres Antonii Galmés,
lapisside civis Maioricarum quondam prout de dicta herencia costat testamento facto
et firmato in posse notarii inffrascripti sub die octava mensis et anni infrascriptorum
volens non inconsulte sed cum (f. 55) inventarii beneficio dicte hereditati me in missere
ne vetra vires hereditarias tenear et ut onmia benefficia in inventarium confficiencia a
iure debita et indulta michi dicto nomine in integrum reserventur presens inventarium
seu reportorium de omnibus bonis tam mobilibus quam inmobilibus que iuvem [?] in
dicta hereditate secundum tamen usum et longevam ac aprobatam Regni Maioricarum
consuetudinem et scatutum domini instimavi servandum premisso tamen et iussu meo
per notarium inffrascriptum anteposito nomine Sancte Cruciis signo facere procuravi
conssescum cum potui post dicti viri mei obitum in hunc qui sequitur modum omni dolo
onmique fraude et maxmacione [?] inde cessantibus et xclussis.

E primerament atrobí hun alberch e hum ort contigu al dit alberch a hon lo dit deffunt
finà sos derres dies. Scituat en la Ciutat de Mallorca en la parròquia de sant Miquel en
lo carrer maior de sant Miquel tingut sots alou e dreta senyoria dels aniversaris de la
Seu de Mallorques a (…) de loysme e a cens de dues liures vuyt solidos censals en la
festa de Nadal pagadors e sots los dits alous estingut per en Vicens Montanyà o per lo
comanador de sant Antoni de Viana a cens de sis liures pagadores en la festa de sancta
Catharina. E affronta lo dit alberch de una part ab la via pública apellada de sant
Miquel e d’altra part ab les cases de Jaume Ramis, tixedor, e d’altre part ab hun verger
del honorable mossen Johan Çacasa, canonge e (…) de Mallorques, e d’altre part ab
unes cases e ort del dit Jaume Rami

Item atrobí en la entrada del dit alberch hun coffre pintat buyt e hun banch e sis fusts
podrits e una lanta ab son gorniment. (f. 55v)

Lo menjador davall
Item en lo menjador devall atrobí una taula de manjar ab sos petges.
Item hun banch.
Item huna cadira plegadissa.
Item huna cadira de romania migensera.
Item quatre stormies de palma dolentes.
Item hun tros de stora de paret es de la dona Nicholava, filla sua.
Item hun arquibanch de dues caxes buyt.
Item hun arquibanc petit de una caxa buyt.
Item una alffabia migencera.
Item hun bassi de leutó.
Item dos paners de omnium saurtor (?)
Item huna stora de peus lo qual és de la dita dona Nicholava.
Item dos barrals de vidre hun deescobert e l’altre cobert, la hun des dos quorters e
l’altre de hun quorter (?)
Item quatre lansols de bri estopat de quatre teles dolents.
Item hun (…) de lana.
Item dues scales de fust. (f. 56)
Item hun orinal ab sa coberta.
Item una servidora de vidre es de la dona Nicholava, filla sua.
Item una empolla e broqual de vidre e hun got e huna salcera.
Item huna capa de drap negre vella.
Item hun seler (?) de pany.
Item uhuna ganiveta.
Iten huna castanya de vidre.
Item hun torn de filar.

La cuyna
Item en la cuyna atrobí una caldera migensera.
Item unes graelles velles.
Item huna pella ab sa giradora.
Item tres olles de terra migenseres.
Ite, hun cadaff d’aram.
Item sis telladors de fust.
Item huna dotzena de scudelles de terra.
Item hun plat de stany gran.
Item III plats de terra. (f. 56v)
Item hun cossi fes (?)
Item dues cosquossoneres de terra.
Item dues librelles envernissades.
Iten huna gerra verda obra de Barchinona.
Ite, dos cedassos.
Item hun librell de pastar e un servador de fust.
Item hunes balanses petites.

Lo menjador demont
Item en lo menjador demont atrobí una cadira dolenta.
Item hun mirall.
Item huna caxeta petita.
Item hun canalobre de leutó petit.
Item hun canalobre de vidre de la dona Nicholava.
Item un ymatge de nostra dona vell.
Item huna lanta de vidre.
Item dues servidores de fust.
Item hun (…) és de la dita dona Nicholava.
Item hun arquibanch de dues caxes non buyt lo qual es de la dita dona hereva e de la
dita dona Nicholava.
Item huna cadira plegadissa de la dita dona Nicholava. (f. 57)
La cambra
Item en la cambra atrobí hun lit encaxat sotil (?) ab hun arquibanch de una caxa vell ab
màrfega vella ab hun travesser e una vanova (?) dolenta tallada.
Iten hun altre lit encaxat petit de repos de la dita dona Nicholava ab banqueta e
màrffega e hun matalass e una flassada nova.
Item set ciris.
Item dos coffrens pintats vells buyts.
Item dues gonelles una rosada e huna d’ala de corp totes scapolades.
Item huna gonella verda de la dita hereva.
Item dos cossiets petits, la hun de la dita hereva e l’altre de na Joana
Item mig coffie nou es de la dita dona Nicholava.
Item dos lomaners vells.

Item atrobí hun ort lo qual és de la dita dona Nicholava e de na Joanneta, filles del dit
deffunt scituat en lo camí de Incha tingut sots alou e dreta senyoria.

Item devia lo dit deffunt a la dita dona Nicholava, filla sua, vint lliures en poder del
notari devall scrit. (f. 57v)

Hec non alia bna iuveni in dicta hereditate que ad mei noticiam et posse meum
devenerunt protestans que si ad in ffuturum alia bona et iura dicte hereditati
pertinencia iuvenero illa consescum (?) millo posito internallo ni presenti inventario
ponam et scribi faciam per notarii inffrascriptum omni dolo et fraude cessantibus. Quos
est actum in Civitate Maioricarum die jovis undecim mensis augusti, anno a nativitatis
domini millesimo quadringenntesimo sexagesimo octavo. (…) mei Joannete predicte
que hec laudo concedo et firmo.

Testes inde sunt: Anthonius Comes, causidicus, et Thomàs Puig, ortolanus cives
Maioricarum, ac venerabili Johannes Brech, parator, civis dicte civitatis. (f. 58)

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