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ACCIÓN DE GRACIAS

Hna Gloria

Gracias es lo que en estos momentos nace en el corazón de cada uno de los que
estamos aquí esta noche. Hace 125 años, en 1893, Las oblatas llegamos a que a
esta parcela del Señor, y gracias a Ti hoy continuamos. Tú, mejor que nadie, sabes
que el principio no fue fácil pero aquellas Hermanas se fiaron de ti, confiaron y no
les fallaste.
Gracias por aquellas primeras Religiosas dispuestas a luchar para que creciera tu
obra, dispuestas a sacrificarse y a entregarse sin medida. (Padre de familia )

Gracias porque por el esfuerzo, la superación y el sacrificio de tantas personas, hoy


podemos decir orgullosos que somos la Unidad Educativa Julio María Matovelle
y ver hecha realidad en muchas de nosotras la frase de Matovelle: las cosas de Dios
se las hace bien o mejor no se las hace

Gracias porque hoy la Unidad Educativa Julio María Matovelle puede seguir
formando personas cristianas aquí y ahora. Aquí están algunas de las primeras
Hermanas maestras y de las primeras alumnas y pueden ver gozosas cómo
continúa aquella primera obra y siguen formándose niños, adolescentes, jóvenes,
con la misma ilusión y objetivo del principio.

Gracias por todo lo recibido en esta Unidad Educativa Julio María Matovelle. Aquí
nació y creció nuestro seguimiento a Cristo y nuestra misión de vivir llenando de
amor y esperanza nuestro mundo. Aquí te recibimos muchas por primera vez en la
Eucaristía y aquí nos sellaste con tu Espíritu en la Confirmación. Aquí nació y
creció nuestro amor a la Virgen María, nuestra Madre de Corazon Inmaculado. Y
desde aquí empezamos a formar parte de esta gran familia Matovellana. En
definitiva, aquí muchas nos formamos como las personas que somos. Seguro que
Julio María Matovelle que va ser entronizado hoy aquí en esta iglesia para ser
venerado por muchos fieles, nos mira con cariño y nos dice “Siempre adelante”.
Su vida y su obra siguen presente con nosotros. Con paz y alegría miramos el
futuro de esta Institución que desde el primer momento las religiosas te confiaron
y hoy nosotros volvemos a dejar en manos de María, para que ella siga siendo
quien lo guarde y lo bendiga.
Gracias Señor, gracias es la única palabra que nace de cada uno de los corazones
de todos los que hoy nos hemos reunido aquí, en torno a ti.

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