CAPITULO 1
La perspectiva de la libertad
No es raro que las parejas se planteen la posibilidad de ganar mas,
pero existe una conversacién sobre este tema que data del siglo vin
a. J.C. aproximadamente y que tiene especial interés. Tal como se
cuenta esa conversacién en el texto sanscrito Bribadaranyaka Upa-
znishad, una mujer llamada Maitreyee y su esposo, Yajnavalkya, pasan
sin dilacién a discutir una cuestién més importante que la de la for-
ma de ser mas ricos y los medios para conseguitlo: ceudnto les ayn
daria la riqueza a conseguir lo que quieren? ' Maitreyee se pregunta si
podria lograr la inmortalidad si fuera suya «toda la tierra, lena de ri-
queza», «No —responde Yajnavalkya—, tu vida sera como la de los
ricos, Pero en modo alguno esperes conseguir la inmortalidad por
medio de la riqueza» Maitreyee dice entonces: «¢Para qué me sirve
una cosa con la que no voy a volverme inmortal?»
La pregunta retorica de Maitreyee se ha citado una y otra vez en
la filosofia religiosa india para ilustrar tanto la naturaleza de las difi-
cultades del hombre como las limitaciones del mundo material, So-
mos muy escépticos respecto al uso de la mundana frustracién de
Maitreyee para suscitar cuestiones espirituales, pero hay otro aspec-
to de esta conversacién que tiene un interés bastante inmediato para
la economia y para la comprensién de la naturaleza del desarrollo. Se
refiere a la relacién entre la renta y los logros, entre los bienes y las
capacidades, entre nuestra tiqueza econémica y nuestra capacidad
para vivir como querriamos. Aunque existe una relacién entre la
opulencia y los logros, ésta puede o no ser muy estrecha y puede muy
bien depender extraordinariamente de otras circunstancias. La cues-
tién no es la capacidad para vivir eternamente a la que se referia Mai-
treyee —bendita sea—, sino la capacidad para vivir en realidad mu-
cho (sin morir en la flor de la vida) y para vivir bien mientras se esté
296n de libertad),
cosas a las que casi todos nosotros concederfamos mucho valor y de
vivo (y no para vivir una vida de miseria y de privac
searfamos tener fervientemente. La diferencia entre las dos perspec-
tivas (es decir, entre la concentracion de la atencién exclusivamente
en la riqueza econdmica y la concentracién més general en la vida
gue podemos llevar) es una importante cuestién en la conceptualiza
cién del desarrollo. Como sefialé Aristételes al comienzo dle Erica a
Nicémaco (que recuerda mucho a la conversacién que mantuvieron
Maitreyee y Yajnavalkya a cinco mil kilémetros de distancia), «da
queza no es, desde luego, el bien que buscamos, pues no es més que
un instrumento para conseguir algtin otro fin»?
Si tenemos tazones para querer més riqueza, hemos de pregun-
tarnos: cuales son esas razones, cémo actiian, de qué dependen y
qué cosas podemos «hacer» con mas riqueza? En realidad, general-
mente tenemos excelentes razones para querer poser més renta 0
mas riqueza, y no es porque la renta y la riqueza sean deseables en si
mismas, sino porque, por norma, son admirables medios de uso ge-
neral para tener més libertad con la que poder Hlevar el tipo de vida
que tenemos razones para valorar.
La utilidad de la riqueza reside en las cosas que nos permite ha-
cer, es decir, en las libertades fundamentales que nos ayuda a conse-
guir, Pero esta relacién no es ni exclusiva (ya que existen otros fac-
tores, ademés de la riqueza, que influyen de forma significativa en
nuestra vida) ni uniforme (ya que la influencia de la riqueza en nues-
tra vida varia con otras influencias). Tan importante es reconocer el
papel fundamental que desempefia la riqueza en la determinaci6n de
las condiciones de vida y de la calidad de vida como comprender el
céracter limitado y eventual de esta relacién. Una concepcidn satis-
factoria del desarrollo debe ir mucho més allé de la acumulacién de
riqueza y del crecimiento del producto nacional bruto y de otras va-
riables relacionadas con la renta. Sin olvidar la importancia del cre-
cimiento econmico, debemos ir mucho més alla.
Es necesario examinat e investigar los fines y los medios del de-
sarrollo para comprender mejor el proceso de desarrollo; sencilla-
mente, no es suficiente fijarse como objetivo basico la maximizacién
de la renta o de la riqueza, que, como sefialé Aristételes, «no es mas
que un instrumento para conseguir otro fin». Por esa misma raz6n,
30no es sensato concebir el crecimiento econémico como un fin en si
mismo. El desarrollo ti mas de mejorar la vida que
e que ocupars
mos y |
bertade
lle
s libertades de que disfrutamos
La expansién de las li
que tenemos razones para valorar no sélo enriquece nues
tra vida y la libera de restricciones, sino que también nos permite sex
personas sociales mas plenas, que ¢jercen su propia voluntad e inte-
racttian con —c influyen en— el mundo en el que viven. En el capi-
tulo 3 proponemos y analizamos més este enfoque general y lo eva-
luamos en comparacién con otros enfoques que reclaman nuestra
atencién.”
Tivos DE PRIVACION D
ui
TAD
En todo el mundo hay muchas personas que sufren muchos tipos de
privacién de libertad, En algunas regiones continia habiendo ham-
brunas que niegan a millones de personas la libertad basica de so-
brevivir. Incluso en los paises que ya no son devastados esporadica-
mente por hambrunas, la desnutricién puede afectar a un gran
numero de vulnerables seres humanos. Ademds, un elevado nimero
de personas apenas tiene acceso a la asistencia sanitaria, aun sistema
de saneamiento 0 a agua limpia y se pasa la vida luchando contra la
innecesaria morbilidad, sucumbiendo a menudo a una muerte pre-
matura, En los paises mas ricos, hay con demasiada frecuencia per-
sonas profundamente desfavorecidas, que carecen de la oportunidad
basica de recibir asistencia sanitaria 0 una educacién funcional o de
conseguir un empleo remunerado 0 seguridad econémica y social.
Incluso dentro de los paises muy ricos, a veces la longevidad de al-
gunos grandes grupos no es mayor que la de muchas economias mas
pobres del llamado Tercer Mundo. Ademés, la desigualdad entre las
mujeres y los hombres aflige a millones de mujeres —y a veces ter-
mina de manera prematura con su vida— y limita gravemente de di-
ferentes formas las libertades fundamentales de que disfrutan,
Pasando a otros tipos de privacién de libertad, en algunos pafses
hay un gran niimero de personas a las que se les niegan por sistema
la libertad politica y los derechos humanos basicos. A veces se dice
que la denegaci6n de estos derechos ayuda a estimular el crecimien-
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