INTERVENCIÓN DEL
TRASTORNO AUTISTA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA Y TECNOLÓGICA DE COLOMBIA
FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE PSCOLOGÍA
Elaborado por:
Lyda Yolima Rincón Bayona
El trastorno autista tiene un origen neurobiológico, este afecta de manera global distintas
funciones cerebrales superiores del individuo, como el coeficiente intelectual, la capacidad del
lenguaje, la interacción social, la flexibilidad conductual y los intereses (DSM-V, 2014; Mulas, et., al.
2010).
Según Barthélemy, et al. (2000) los síntomas que específicamente llevan a identificar la
presencia de este trastorno en un niño se evidencian en tres áreas de funcionamiento:
Interacción social
•Aislamiento o pasividad en relaciones
•Relaciones intrusivas
•Poco empáticos
Repertorio conductual
•Limitacación en capacidad de imaginación
•Conductas ritualistas
•Movimientos estereotipados
•Apego a objetos
Según Min educación (2006) se encuentran las siguientes características:
El trastorno autista tiene un curso de inicio antes de los tres años de edad, áreas como el
lenguaje y la interacción social que mejoran con intervención además del ingreso del niño a
entornos escolares; sin embargo hay algunos niños diagnosticados con trastorno autista que no
logran la independencia total incluso en la vida adulta, ya que sus limitaciones en especial la de
interacción social persisten, al igual que la restricción de gustos e intereses (Grupo de Trabajo de la
Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en
Atención Primaria, 2009)
III. Epidemiología
Los estudios epidemiológicos a nivel mundial establecen que existe un promedio de 4 casos
de trastorno autista por cada mil niños; el diagnostico se da entre los 3 y los 10 años de edad, con
una relación de 2,2 hombres por cada mujer (Talero, et al. 2003), en cuanto a estadísticas
epidemiológicas el estudio anterior y otras investigaciones (referencias) aseguran que no existe un
consolidado nacional donde se establezca la proporción de población colombiana diagnosticad con
esté trastorno; solo se evidencian estadísticas que informan que el 6,4 % de la población
colombiana presenta algún grado de discapacidad; sin embargo, no se hacen aproximaciones a las
clasificaciones. En la Encuesta Nacional Poblacional del DANE, se encuentra que de cada 100
personas con alguna limitación, 12 tienen limitación para aprender o entender, pero no se obtienen
otros datos de la población sobre esta discapacidad (Cabarcas, Espinosa, & Velasco, 2013).
IV. Comorbilidad
2. OBJETIVO
I. ¿Qué se pretende?
3. POBLACIÓN
I. Pacientes a considerar
El grupo de pacientes considerados en el proceso de atención que es orientado por esta guía
son niños y niñas entre 0 meses y los 10 años de edad, en los cuales se evidencia la presencia de
cualquiera de los síntomas nombrados con anterioridad y que sean posibles candidatos a ser
diagnosticados con un trastorno autista. En procesos de intervención la guía puede ser usada en
todos los grupos poblacionales, desde la infancia hasta la adultez; sin embargo es importante que al
realizar diagnóstico en edades posteriores a la adolescencia se revisen los instrumentos de
evaluación para que estos sean acordes a la edad del sujeto.
Esta guía está diseñada para uso de psicólogos que se encuentren en ambientes clínicos
o educativos, aquí se puede encontrar desde la conceptualización, los síntomas, la evaluación,
pasando por el diagnóstico y recopilando una serie de tratamientos para lograr una mayor
funcionalidad e independencia de los niños y niñas diagnosticados con trastorno autista.
5. RECOMENDACIONES GENERALES
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Checklist for Autism in Toddlers –CHAT– (53), que identifica prospectivamente el autismo a
los 18 meses de edad, y está basada en preguntar a los padres sobre los juegos e intereses
de su hijo, más la observación de su comportamiento al realizar órdenes específicas.
Para confirmación de diagnóstico basado en el DSM-V consulte el anexo 3 donde se encentran los
criterios diagnósticos.
La intervención temprana es soporta desde las neurociencias por la plasticidad cerebral que
potenciaría los beneficios de la intervención (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el
Manejo de Pacientes con Trastornos del Espectro Autista en Atención Primaria, 2009).
Una vez se establece un posible factor de riesgo es necesario vigilar la evolución de los niños
en la adquisición de los hitos del desarrollo, para evidenciar las primeras señales de alarma que
lleven al profesional a diagnosticar el trastorno o continuar con la vigilancia. A continuación se
relacionan algunos signos de alarma y la etapa de desarrollo.
En primer lugar se deben revisar los antecedentes familiares de personas que hayan sido
diagnosticadas con autismo u otra psicopatología; luego es necesario hacer la revisión de las
condiciones de desarrollo del embarazo y del parto, si se consumió algún medicamento. A
continuación se indaga por lo hitos de desarrollo más importantes en la comunicación, socialización
y en la parte motriz, además de aspectos como hábitos de sueño, control de esfínteres y hábitos
alimenticios, muy importante recolectar información alrededor del momento en que los padres
empezaron a sospechas de alguna anormalidad en el niño. Finalmente es importante descartar
posibles problemas médicos o déficit sensoriales que tenga el niño (Diez-Cuervo, et al. 2005).
A los 18 meses el pediatra se puede aplicar un Screening, instrumento que evalúa tres
conductas: protodeclarativas, coorientacion visual y juego de simulación, sí el pediatra observa que
el niño no realiza los ejercicios que debería realizar de acuerdo a su edad, es importante realizar el
seguimiento.
Para recordar: Los primeros signos del trastorno autista se empiezan a evidenciar antes de los dos
años de edad; sin embargo el diagnóstico solo podrán realizarse después de los tres años de edad,
antes de esta edad es importante hacer seguimiento a niños que presenten cualquier signo de
alarma.
El primer aspecto para generar adherencia es involucrar a la familia, pues ellos son
parte fundamental para apoyar el proceso de intervención y serán los encargados de reforzar en
casa muchos de los procesos manejados en el consultorio.
En segundo lugar, los programas de intervención se diseñen con base en las habilidades
que el niño ya posee, a su singularidad proponiendo una intervención flexible. Además se debe
tener en cuenta la maduración cerebral y la evolución de desarrollo biológico del niño. En tercer
lugar la intervención debe extenderse a los entornos donde el niño normalmente se desenvuelve
como el colegio, su hogar, entre otros. Por último la intervención debe suministrar al niño
habilidades que fortalezcan su capacidad cognitiva, social y de lenguaje; favoreciendo la
independencia del niño y una mejor calidad de vida (Millá & Mulas, 2009).
Sobre el autismo aún se desconocen muchos aspectos de la etiología y del tratamiento, como
tal el trastorno no tiene cura, lo que se logra con la intervención es mejorar el funcionamiento y la
independencia del sujeto.
I. Tratamiento farmacológico
No existe una medicamento específico para esté trastorno, sin embargo se usan
medicamentos como ansiolíticos, antidepresivos, inhibidores de serotonina, antipsicóticos,
estimulantes, entre otros, se usan para controlar síntomas asociados al autismo como disminuir la
agresividad, las pataletas, la hiperactividad, tratar la ansiedad y comportamientos obsesivo-
compulsivos, estimular la concentración, etc. Sin embargo se debe estudiar los efectos adverso de
los medicamentos y la calidad de vida del niño (Mebarak, Martínez & Serna, 2009).
En algunos casos se ha probado las dietas libres de gluten o caseína, la ingesta de vitaminas
principalmente del complejo B, sin embargo estos tratamientos carecen de evidencia de su eficacia
y aunque en algunos casos los padres reportan mejoría en algunos síntomas en otros caso se han
evidenciado daños, por lo que se recomienda cautela y tener la asesoría de un médico para iniciar
este tipo de tratamientos (Mulas, et al. 2010).
Las capacidades, necesidades, edad cronológica, prever capacidades futuras, valorar el contexto y
pensar en los intereses y motivaciones particulares de cada niño.
Los anteriores objetivos son descriptores a nivel general de temáticas a trabajar con niños
diagnosticados con autismo, como se indicó anteriormente se debe tener en cuenta las habilidades
que ya tiene el niño y los gustos particulares del mismo para desde allí motivar el proceso de
intervención. A continuación se relacionará un ejemplo desarrollado por Pérez, et al. (s.f) de
estructuración escolar, donde se evidencia que la diseñar un plan de intervención hay unos
objetivos generales que luego tendrán que ser explicitados o específicos y operacionalizados para
lograr el mayor avance:
Modelo terapéutico que se basa en los principios del conductismo operante, para moldear
las habilidades de sociabilización, imaginación y comunicación en los niños con trastorno autista,
entregando refuerzos positivos (refuerzo primario hasta el refuerzo social). Este tratamiento se
usa principalmente para la adquisición de nuevas conductas y para reducir la presencia de otras
(Departamento de Discapacidad y Rehabilitación, División de Prevención y Control de
Enfermedades Chile, 2011). En Colombia las técnicas conductuales especialmente el A.B.A son
empleadas por profesionales, además se encuentran centros especializados que ofrecen este
servicio. El A.B.A es un tratamiento que no está incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS) sin
embargo existen sentencias de la corte constitucional como las Sentencias T-807/13 y T-179 de
2000 donde tres niños diagnosticados con discapacidades intelectuales y físicas a los que se les
había negado el tratamiento A.B.A prescrito por sus médicos y la corte constitucional restablece sus
derechos ordena ofrecer el tratamiento.
Applied Behaviour Analysis (ABA), este método en primer lugar realiza un análisis funcional
de la conducta del sujeto y con base en ello se detalla la conducta y los posibles refuerzos
que hacen que esta conducta se repita y se realiza la intervención comportamental que
pretende disminuir la frecuencia de la ocurrencia de la conducta problema hasta
desparecer, en generar estas técnicas son utilizadas para la aplicación de conductas
positivas y para lograr el aprendizaje de aquellas conductas que el niño no adquirió en el
medio (Mulas, et al. 2010).
Entrenamiento en ensayos separados (Discrete Trial Training, DTT) Es uno de los métodos
de instrucción que usa el ABA. Descompone habilidades específicas (por ejemplo, en leguaje
expresivo se inicia dando las instrucciones para que el niño sople, luego para qua imite los
gestos de las vocales, y se va aumentado la complejidad a medida que el niño desarrolle la
competencia) en pequeños pasos, que se aprenden de una manera gradual, a grandes rasgo
se interviene así: El terapeuta presenta una orden o pregunta clara (estímulo), en caso
necesario, la orden va seguida de un refuerzo, el niño responde de manera correcta o
incorrecta (respuesta) y el terapeuta proporciona una consecuencia: una respuesta correcta
recibe un refuerzo, mientras que una incorrecta se ignora o se corrige (Mulas, et al. 2010).
Análisis de la conducta verbal: Presta una atención a los elementos del lenguaje como
objetivos de la intervención funcionales. Las principales operantes verbales son las ecoicas,
los mandos, los tactos y las intraverbales (Mebarak, Martínez & Serna, 2009).
Las evidencias empíricas demuestran que el desarrollar una intervención para trastornos
autista basándose en técnicas conductuales es beneficioso para los niños, dado que sus métodos
ayudan a la consecución de nuevos repertorios conductuales y extinguen conductas no funcionales
en los niños; no obstante hay quienes establecen críticas este tipo de intervenciones, pues
consideran que el realizar la enseñanza de estas habilidades en espacios estructurados y simulados
no permiten que el niño posteriormente generalice estas habilidades a entornos naturales de
interacción social con niños y adultos (Mulas, et al. 2010).
VI. Estrategias
En primer lugar Miguel (2013) presenta una serie de tópicos para tener en cuenta a la hora
de formular el tratamiento:
Los anteriores objetivos son genéricos y deberán ser adaptados a las necesidades que el
terapeuta identifica en el niño. A continuación se describirá el procedimiento paso a paso para
lograr que el niño desarrolle habilidades en cada una de las áreas, estas pueden ser trabajadas
sesión a sesión dependiendo de la evolución que tenga el niño a lo largo del proceso.
En lo referente al juego funcional lo que se pretende es que el niño use de manera correcta
lo diferentes objetos, por ejemplo que aprenda que un tambor es para tocar una melodía.
Específicamente estas sesiones son modeladas por el terapeuta a los padres para que sean
ellos los que a través de sesiones cortas distribuidas a lo largo del día se practique un juego
de mesa, juegos con instrumentos musicales y en general juego que permitan la integración
grupal con reglas claras y con una causalidad establecida
En el juego simbólico busca utilizar los objetos con otra función diferente a la establecida
funcionalmente, ejemplo de ello puede ser hacer una tienda o campin con sábanas y simular
estar acampando en el exterior o fomentar juego como a la mamá y al papá, o al médico.
Además de esto se pretende que el niño logre interpretar lo que piensa otros personajes
esto a través de historietas donde el niño tenga que a partir de la información visual que
obtiene del dibujo cuente una historia referente a lo que sucede, como se sienten los
personajes y que puede pasar en la historia.
3. Conocimiento y uso de rutinas sociales, actividades estructuradas y rutinarias: uso de
agendas y realizar horarios gráficos donde los niños se apoyen para identificar las
actividades que van a realizar durante el día.
4. Aprendizaje de reglas básicas de conducta: además de estructurar planes de intervención
desde métodos como ABA, se pueden usar claves visuales donde el niño asocie una
conducta y su consecuencia, ejemplo de ello sería el implementar una silla en el salón con
un dibujo de la silla y otro de un niño con expresión facial de tristeza y con una leyenda de
“castigo” donde le permita al niño asociar que debido a uno de sus comportamientos está
castigado y por lo tanto esta conducta no se puede repetir.
5. Área comunicativa: para la adquisición de lenguaje se debe realizar trabajo conjunto entre
padres, escuela y profesionales. Es clave tener en cuenta usar técnicas de encadenamiento
hacia atrás, es decir se plantean objetivos delimitados, secuenciados y con ayuda pero
progresivamente la ayuda será retirada desde el final de la tarea hacia adelante, para
obtener aprendizaje en el niño. Además es importante propiciar ambientes en los cuales el
niños tenga que hacer uso del lenguaje gestual y verbal para conseguir un objeto, por
ejemplo si el niño obtiene los juguetes con fácil acceso por que se encuentran en un baúl a
lado de su cama se pueden cambiar de lugar dejándolos visibles en un mueble donde el niño
necesariamente tiene que buscar la ayuda de un adulto para alcanzarlos y por su parte los
padres deben modelar conductas pidiendo al niño que señale lo que quiere y el padre decir
por ejemplo “quieres el oso, di oso” así por imitación el niño adquiere el lenguaje (Miguel,
2013).
6. Fomentar la espontaneidad: el adulto si media en la obtención del objeto que quiere el niño
iniciado la comunicación, pero luego se debe enseñar al niño pautas de comunicación que le
permitan pedir o solicitar no solo objetos sino cualquier tipo de información ante otra
persona iniciando ellos la conversación; se hace un cambio de un entrenamiento por
ensayos discretos a una enseñanza incidental motivada por el niño que resulta más efectiva
y funcional (VV. AA. 1989).
Los dominios más frecuentes de los que se encargan los terapeutas ocupacionales incluyen
tareas sensoriales, de atención, juego, coordinación y habilidades motoras finas. Otra de las áreas
consignadas a esta especialidad es la enseñanza de habilidades para vivir independientemente y de
habilidades relacionadas con el trabajo (Dawson y Watling, 2000 citados por González, Williams &
Pérez –González. s.f). El Departamento de Discapacidad y Rehabilitación, División de Prevención y
Control de Enfermedades Chile (2011) resalta las siguientes funciones de un terapista ocupacional
en el abordaje interdisciplinario del trastorno autista:
El psicólogo (a) debe evaluar en todos los pacientes de factores que predicen mala
respuesta para ajustar el seguimiento y modificar la terapia de acuerdo a la evolución. Así mismo
debe verificar la presencia de factores asociados a buena respuesta para el tratamiento de la
depresión e informarlos al paciente.
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Anexos
Anexo 1: Lecturas recomendadas
Guía de buena práctica para el diagnóstico de los trastornos del espectro autista. Disponible en
http://autismodiario.org/wp-content/uploads/2014/05/Guia-de-buena-practica-para-el-
diagn%C3%B3stico-TEA.pdf
Preguntas Si No
Nota: Para considerar la presencia de un posible trastorno autista la anterior lista de chequeo
debe tener el siguiente patrón de respuesta: para las preguntas 12,11, 5 y 2 la respuesta debió ser
Si; mientras que la repuesta a las preguntas 10, 9,8,7,6,4,3 y 1 debió ser No. De cumplir con el
patrón de respuesta o por lo menos con las respuestas a las preguntas 1, 2, 4, 8, 10 y11 es
necesario continuar con el proceso de evaluación para confirmar el diagnóstico.
Guía de observación para el profesional
Preguntas Si No
Nota: Para considerar la presencia de un posible trastorno autista la anterior observación tiene
el siguiente patrón de respuesta todas las preguntas son resultas de forma negativa, es decir el
niño no realiza ninguna de las actividades descritas en la observación, por lo que se pasaría a la
fase de evaluación para confirmar el diagnóstico.
Lista de chequeo para profesores
Preguntas Si No
1. El niño juega con otros compañeros a la hora del descanso
Nota: Para considerar la presencia de un posible trastorno autista la anterior lista de chequeo
debe tener le siguiente patrón de respuesta: las preguntas 2, 3,4 y 5 con respuestas de si y la
pregunta número 1 con respuesta de no. De ser así es importante continuar con proceso para
confirmar diagnóstico.
Las listas de chequeo presentadas arriba, son aplicables a niños escolarizados con
edades entre los 3 años a los 10 años. Para realizar seguimiento en edades anteriores se puede
realizar la verificación de los siguientes Signos de alarma:
A los 12 meses: No balbucea – No hace gestos (decir adiós con la mano) – Ausencia de
sonrisa social – No anticipa cuando va a ser cargado o alzado
A los 18 meses: No dice palabras sencillas - no dirige su foco atencional hacia donde
otras personas señalan
A los 24 meses: No dice frases espontaneas de dos palabras
Anexo 3: criterios diagnósticos DSM-V (2014)
1.1.Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en
diversos contextos, manifestado por lo siguiente, actualmente o por los antecedentes
(los ejemplos son ilustrativos pero no exhaustivos):
Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional, varían, por ejemplo, desde un
acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos
sentidos pasando por la disminución en intereses, emociones o afectos
compartidos hasta el fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.
Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la
interacción social, varían, por ejemplo, desde una comunicación verbal y no
verbal poco integrada pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje
corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total
de expresión facial y de comunicación no verbal.
Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones,
varían, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento en diversos
contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o
para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.
Checklist for Autism in Toddlers –CHAT– (53): Estudio de validación para Colombia
información disponible en http://www.bdigital.unal.edu.co/44819/1/80039340.2013.pdf
Cuadro de decisión
Remisión de docente o padre de
familia
Síntomas
Aislamiento social
1 No comparte con amigos Descartar
Trastornos de la
comunicación
Trastorno con déficit de
Si atención con hiperactividad
Trastorno especifico del
2 Ausencia de lenguaje
Descartar aprendizaje
Trastorno motores
Trastornos de tics
Déficit sensoriales (audición,
Si visión)
Repertorio conductual
3 restringido (pataletas y Descartar
movimiento estereotipados)
Diagnóstico de trastorno
No
autista