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Barcelona 31 MAY 1985

"Lo más triste del accidente de Bhopal, es que en absoluto era un incidente
necesario. No tenía que haber ocurrido si se siguiese mínimamente la regla de
evitar riesgos innecesarios".

Esos principios de seguridad fueron ignorados en la planta que tenía la


trasnacional norteamericana Union Carbide (UC) en la ciudad india de
Bliopal. El 3 de diciembre de 1984 escapaban a la atmósfera los gases
producto de la reacción del agua al entrar en contacto con el isocianato
de metilo. Los sistemas de seguridad fracasaron estrepitosamente: 2.500
personas murieron y más de 25.000 resultaron heridas.

Para explicarlo pongamos el ejemplo de un parque zoológico: la química


es como un león en una jaula, que alguna vez se escapa y mata a
alguien. ¿Por qué hemos de tener leones en un zoo y no sólo ovejas?
Para mí, en el caso de Bhopal era totalmente innecesario tener
estos leones que son las sustancias químicas peligrosas. El problema no
fue ni de las instalaciones ni de que hubiese casas al lado, sino que no
hacía falta para nada tener tanta concentración de sustancias
peligrosas".

Kletz cree que Bhopal es un buen ejemplo de la falta de flexibilidad de las


legislaciones sobre el tema. "El problema de la planta india no fue
carecer de tecnología adecuada, sino el no inspeccionarla. El Gobierno
indio tiene una ley que establece que, después de un determinado
número de años de haber construido una planta química, los expertos
extranjeros deben irse y dejar paso a técnicos indios. Al parecer, el
personal indio que cuidaba la planta no estaba entrenado o no tenía la
suficiente experiencia. Hubiese sido mejor que los técnicos
norteamericanos de Union Carbide se hubiesen quedado más tiempo. Un
accidente así hubiese sido impensable en las plantas norteamericanas
de UC, donde existen duchas de seguridad, sistemas de refrigeración y
otros medios de seguridad".

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