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A huevo khuala Lumpur, narra la vida de Enrique, de una manera no habitual y con

esto me refiero a los temas que se abordan en este libro, abuso, política y uno de
los más importantes, la sexualidad, este último es recurrente en su vida, y los
abusos definen su orientación sexual. Es un libro que va de la mano con una lectura
entendible, en algunos casos hay partes en donde son un poco confusos los
términos que ocupa, la narración es lo que más me llama la atención, cosas muy
puntuales, como por ejemplo, “Íbamos por la calle de Isabel la Católica por el
costado de templo de San Agustín”, me gusta por el hecho que la mayoría de
descripciones parecidas a estas o situaciones y ubicaciones, las conozco y me hace
situarme en ese lugar e imaginarlo.
Se empieza con la narrativa en primera persona del personaje principal llamado
Enrique, un niño huérfano, que vivía con su abuela, es confuso porque después va
con su tía, donde sufre su primer abuso por parte de Baltazar, y ya hasta el final se
queda con Leonorcita, con quien pasa la mayor parte del tiempo, gracias a ella
conoce a Víctor, que después de resulta ser un político, también abusa de Enrique,
pero no se refiere como un abuso, realmente aquí es cuando empieza el dilema de
su orientación sexual, nunca nos describió cómo fue que le empezó a atraer Víctor
simplemente se enamoró, no nos describió si era malo o bueno sentir eso, casi no
expreso emociones más bien todo era con acciones, nunca hubo ese pensamiento
de repudio hacia él, creo que ni el mismo sabe cuál es su preferencia sexual. Todo
el libro se centra en su relación con Víctor. Su admiración hacia el, fue creciendo
cada vez más y se fue convirtiendo en una fuerte atracción. Durante el transcurso
de su niñez hacia su adolescencia surgieron varios problemas. Hasta mucho tiempo
despues entra a la facultad de filosofia

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