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Las garantías procesales son los medios o los instrumentos procesales que brinda el
ordenamiento, la constitución, con el fin de que los derechos fundamentales materiales
puedan hacerse valer con eficacia. Son los medios de protección de la persona que hacen
referencia a un conjunto de prevenciones o cautelas institucionalizadas bajo la forma de
límites al ejercicio del poder estatal. Se erigen en parámetros de legitimidad del proceso.
Su finalidad es doble: a) imparcial aplicación del derecho. Por lo que pretende evitar la
obtención de la verdad a cualquier precio; y b) evitar situaciones de indefensión y
violación de derechos fundamentales materiales.
Se debe distinguir entre garantías genéricas y garantías específicas. Las primeras son reglas
generales, polivalentes, que inciden en el ámbito general o integral del proceso, y se proyectan
a todas las etapas del proceso. Las garantías específicas son reglas puntuales, circunscriptas a
una institución procesal o a un ámbito preciso del proceso.
Son cuatro las garantías genéricas del proceso penal: 1. Debido proceso 2. Tutela
jurisdidiccional 3. Defensa procesal 4.Presunción de inocencia. Estas proporcionan
cobertura y fundamento a cualquier pretensión frente a toda actuación que traspase los
límites constitucionales.
Las garantías especificas del proceso penal son numerosas, la motivación de las resoluciones,
juez legal, pluralidad de la instancia, interdicción de la condena en ausencia, ne bis in ídem
procesal, conocimiento previo de los cargos penales, prohibición condicionada de
incomunicación, inmunidad, acusación constitucional, aforamientos
La más genérica de todas las garantías procesales. Integra el debido proceso todo aquel
conjunto de normas que sean concordes con el fin de justicia a que está destinada la
tramitación de un proceso o cuyo incumplimiento ocasiona graves defectos en la regularidad,
equitativa y justa, del procedimiento. Indica, las condiciones mínimas del desenvolvimiento del
proceso y que aseguren, ampliamente la participación de las partes en la solución de las
controversias.
Carácter residual y subsidiario, pues es una garantía-síntesis que está destinada a compensar
todos aquellos ámbitos que no son abarcados por garantías más específicas. Esta garantía
incorpora relevantemente derechos-garantía específicos de primer orden, como el juez legal,
el juez imparcial, el plazo razonable o interdicción de las dilaciones indebidas, el ne bis in ídem
procesal, el doble grado de jurisdicción y la legalidad procesal penal.
3.2 Juez legal
El juez legal es una garantía que está anclada (a) en la predeterminación legal del órgano
jurisdiccional (b) en el carácter ordinario del órgano jurisdiccional dentro del ámbito del
poder judicial (c) en la predeterminación legal del procedimiento que ha de seguirse para
dilucidar la imputación (d) y finalmente en la prohibición de órganos judiciales de excepción o
de comisiones especiales destinadas a un caso especifico
El juez ha de ser independiente del resto de poderes del Estado y de sus superiores
jerárquicos frente a la sociedad y los intereses objetivos. El juez ha de ser independiente, el
juez como titular de la potestad jurisdiccional, no ha de tener la calidad de parte en el proceso.
Los parámetros, objetivos y subjetivos influyentes, que será de rigor tomar en cuenta son:
carácter y complejidad del proceso, conducta procesal del supuesto afectado,
comportamiento de las autoridades judiciales.
Derecho fundamental que tiene toda persona a no ser procesada, con el riesgo de una sanción,
más de una vez por un mismo hecho, siempre que se trate del mismo sujeto y fundamento:
triple identidad.
La legalidad procesal penal comprende el respeto por el procedimiento, y por los derechos y
garantías de las partes procesales. Desde una perspectiva subjetiva, la legalidad procesal
importa que todos los sujetos procesales han de acomodar su actuación a lo que el código
establezca. Desde el punto de vista objetivo, la legalidad procesal significa que todos los actos
del proceso penal han de ser tramitados de conformidad con el procedimiento.
Las sentencias y resoluciones equivalentes, agotadas todos los recursos posibles, ya no pueden
ser impugnadas. A su vez un efecto interno de las resoluciones judiciales es su invariabilidad:
no puede desconocerse, en modo alguno lo decidido en ellas.