Está en la página 1de 3

Leer y escribir, ¿ciencia o magia?

La mayoría de nosotros durante nuestra etapa de infantes , percibíamos el arte


de leer y escribir como una de las cosas más complicadas de aprender , puesto a
que esto no funcionaba como creíamos , pues para nosotros era un mundo
totalmente desconocido , y veíamos a todo aquel que lo hubiese explorado
como una persona muy sabia , e incluso aun lo hacemos , pero como Ricardo
Moura dice “Hay gente que porque sabe leer y escribir , cree que sabe leer y
escribir” . Sin embargo con el tiempo y experiencia que obtenemos con la
práctica a lo largo de este proceso , notamos que no se trata únicamente de
leer y escribir sino de hacerlo bien , de utilizar las palabras adecuadas en el orden
correcto para transmitir eficazmente lo que queremos decir , así que ¿Por qué no
profundizamos en cómo fue este proceso? .

Todo inicio desde nuestra infancia , cuando comenzamos a aprender los sonidos
más simples , que después con orientación de nuestros padres y maestros
empezamos a darle una representación escrita , lo cual conocemos como
vocales , que desde mi punto de vista y en mis historia personal , recuerdo
tenían un aspecto terrorífico , sobre todo la “e” , por quien varias veces mi mama
me acaricio no tan cariñosamente con la regla , ya que desde mi parecer la “e”
tenía cara de “i” , lo que causo que mi mama tuviera que neutralizar mi
terquedad con un par de pellizcos . No obstante, con el tiempo entendí que ella
tenía razón, pero que yo también lo tenía, pues en el abecedario ingles al
parecer creían lo mismo que yo, y llamaron a nuestra “e” una “i”, así que quizás
cuando era pequeña no estaba equivocada, solo me encontraba en el
abecedario incorrecto.

Poco a poco las vocales tomaron mayor facilidad , pero ahora tenía que
aprender algo aún más complicado: el abecedario. La primera vez que lo vi
probablemente me asuste a ver su extensión, pero cuando la profesora empezó a
enseñarlo con un poco de ritmo, comenzó a verse divertido y a agradarme, para
lentamente hacer uso de él. A los 7 años, mi papa me regalo una cartilla muy
conocida llamada “Nacho”, la cual contenía muchas ilustraciones divertidas y
eso era de mi gusto, sin embargo también tenía planas y ese detalle ya no me
agradaba tanto.
La primera palabra que aprendí a escribir fue “mama” (bastante “original , lo sé) ,
y vaya coincidencia porque también fue la primera que dije ; y con el tiempo ese
“mama” empezó a acompañarse de muchas otras más palabras , con esto vino
la primera frase que escribí “Mi mama me mima” , y así sucesivamente diversos
tipos de oraciones , entre estas mi nombre , en donde empecé a tener
complicaciones con la diferenciación de las mayúsculas con minúsculas ; De
manera análoga , un anécdota sobre esto , fue que un día se me ocurrió la
brillante pero torpe idea de escribir mi nombre junto con mi edad , en las paredes
de la casa , con el propósito de ir apreciando mi mejoría en la letra , pero como
si de un castillo de naipes se tratase esta idea se derrumbó cuando nuestra casa
fue pintada y perdí todo mi esfuerzo .

Para ese entonces ya tenía una idea como escribir , así que paulatinamente
comencé a leer , un proceso al principio de autoengaños , puesto que en el inicio
percibía esta actividad como un ejercicio de memoria y adivinanza , debido a
que cuando sabía que decía en algún lugar lo memorizaba para luego fingir que
podía leerlo , o cuando veía un anuncio en la calle y podía inferir que decía por
su contexto fingía que leía lo que decía en él para que mis padres pensaran que
ya dominaba la lectura ; Aunque fue cuestión de tiempo para saber que este
tipo de autoengaño nunca me llevaría a ningún lugar. Así que lo primero que
empecé a leer honestamente, fue mi horario, todas las noches lo alistaba, y
mientras lo hacía practicaba la lectura, al principio fue muy útil, pero con el
tiempo se convirtió de nuevo en un ejercicio de memoria. Entonces de nuevo,
volví donde mi viejo amigo “Nacho” para mejorar mi lectura; y para evolucionar
en mi escritura, empecé a tener un diario, en donde procuraba contar lo
divertido de mi día.

De esta forma transcurrieron los años, y cada vez era más notoria mi mejoría en
estas actividades, comencé a evolucionar en mi tipo de letra y en mi ortografía,
empecé a conocer diversos tipos de textos, y a tener mis preferidos, para luego
producir y leer con más frecuencia. Y aunque en el principio leer y escribir
representaba una obligación académica , con textos como “Apología de
Sócrates” , cuando conocí los libros correctos y los temas indicados, empezó a
apasionarme esto, tal como dice la popular frase: “No es que no te guste leer, es
que no has encontrado el libro correcto” , y en mi caso este papel de “libro
correcto” lo encontré en “Hush , Hush” de Becca Fistpatrick , una historia juvenil
con un toque de ciencia ficción , que me envolvió para así mostrarme lo
interesante que es leer.

Durante una etapa de mi vida, quizás una un poco oscura, la idea de expresar
mis ideas y sentimientos me generaba algo de terror, lo que causo que
mantuviera todo en mi mente, pero guardar todo esto para mi pesaba un poco,
de tal manera que empecé a escribir todo aquello que no me atrevía a decir,
para hacer de eso que pensaba o sentía algo inmortal, que reviviría con tan solo
leerlo de nuevo.

Leer y escribir se convirtieron en necesidad, a tal punto que veo estas actividades
como un arte lleno de magia, como una manera de ver el mundo, de
comunicarnos, de proyectarnos, de hacer y rehacer historia, y de volvernos
eternos, porque no es un secreto que todo aquello que enmarcamos en un
papel, hará que una parte de nosotros siempre quede con ella para así vivir por
eternamente en letras.

Y Así es como finaliza mi proceso, un proceso extenso como los 17 años que tengo
de vida, y frio y lluvioso como el lugar que me vio nacer, con uno que obstáculo
como las calles de mi ciudad , pero lleno de esos pequeños rayitos de sol que
iluminan un buen instante, con la esperanza de algún día escribir una variedad
de libros, guiones, crónicas y poemas, y ser reconocida por eso, pero sin dejar a
un lado el proceso que tengo con lo que actualmente curso (ingeniería industrial),
ya que creo que las ideas más locas y extraordinarias se dan cuando mezclamos
lo que nadie por lógica se atrevería a hacer ; no puedo terminar este escrito sin
antes decir que leer y escribir es un proceso mágico, tal como dice Francisco
Umbral “Escribir es la manera más profunda de leer la vida”, por eso invito a todo
aquel que lea esto , a que lo haga , sin importar cuando loco , absurdo ,
desquiciado o perturbador puede ser se escriba , pues después de todo siempre
va a tener un poco de magia , y ¿a quién no le gusta la magia?.

También podría gustarte