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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA

IMPUNIDAD”

Curso : Psicología del Desarrollo

Docente : Amalia Ames Arista

Ciclo : III

Carrera : Idiomas

Responsable : Gallegos Ramírez, Xiomara Siboney

TARAPOTO - 2019 – I
1. Enfermedades de la madre gestante
1.1 Toxoplasmosis
La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa ocasionada por el parasito intracelular,
llamado Toxoplasma gondii. Puede aparecer en animales, principalmente en los gatos y
animales de granja, y en humanos. Muchas personas pueden padecerla sin tener
conocimiento de ello, puede estar latente en el organismo una o dos semanas, o tener
síntomas similares a otras patologías. Hay que tratar de prevenirla especialmente en el
embarazo.
Las principales causas para contraer esta patología son establecer contacto con animales
infectados o sus excrementos, transfusiones de sangre, trasplante de órganos o ingesta
de carne (generalmente cerdo o cordero) cruda o poco hecha que contenga Toxoplasma.
Comer frutas, verduras u hortalizas poco lavadas o cocinadas, que hayan estado en
contacto con estiércol infectado, otro factor de riesgo, aparte de la ingesta de tierra con
este parásito. Se puede contraer esta patología por beber agua contaminada o manipular
tierra y plantas con el toxoplasma. Otra vía de contagio posible es por vía materno-fetal
durante el embarazo.
Síntomas
La mayoría de los pacientes que tienen toxoplasmosis son asintomáticos. Las
manifestaciones de esta enfermedad pueden ser muy inespecíficas, atribuibles a otras
patologías. Pueden variar dependiendo de algunos factores:
Toxoplasmosis en pacientes con sistema inmune competente o sano: los infectados por
el Toxoplasma pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, muscular o de garganta.
También pueden padecer inflamación de los ganglios linfáticos de la cabeza y el cuello,
modificación de su tamaño o sensibilidad de estos al tacto y coriorretinitis.

Toxoplasmosis en pacientes inmunodeprimidos: puede manifestarse de forma similar, con


dolor de cabeza o fiebre. Estos síntomas pueden ir acompañados de otros, como visión
borrosa debida a una inflamación en la retina, convulsiones y psicosis. Algunos pacientes
presentan problemas de vista, habla, motricidad o pensamiento.

Toxoplasmosis congénita: es la transmisión al feto del Toxoplasma gondii, previamente


contraído por la madre a través de la placenta. Las consecuencias para el niño pueden ser
considerables, por eso es de gran importancia la prevención para evitar el contagio.
Toxoplasmosis en el embarazo

El Toxoplasma gondii se puede contagiar al feto durante el embarazo a través de la


placenta, causando al bebé secuelas considerables. En las mujeres con un sistema inmune
competente, no suelen presentar un cuadro sintomático específico, la mayoría de los
casos se diagnostican por cribado para el diagnóstico precoz.
La probabilidad de que se transmita la enfermedad aumenta cuanto más avanzado esté el
embarazo. A las 40 semanas de gestación, la probabilidad se incrementa en un 80 por
ciento de casos de contagio. La toxoplasmosis en el feto se denomina Toxoplasmosis
congénita y ocasionar los siguientes síntomas:
 Tamaño anormal del cerebro.
 Fiebre.
 Inflamación de los ganglios linfáticos.
 Ictericia por la concentración de bilirrubina en la sangre (aspecto amarillento de
piel y ojos).
 Erupciones en la piel.
 Anemia
 Hematomas.
 Hepatomegalia (hígado más grande) o esplenomegalia (agrandamiento del bazo).
Algunos bebés pueden presentar anomalías en el sistema nervioso que pueden provocar
convulsiones, bajo tono muscular, retraso de las capacidades mentales o pérdida de
audición.
Las mujeres en estado de gestación deben evitar entrar en contacto con heces de
animales, o insectos que puedan haber entrado en contacto con excrementos. Es
conveniente cocinar la carne a 66ºC o congelarla para matar al Toxoplasma. Lavar
adecuadamente las frutas y las verduras, en especial si han estado en contacto con tierra,
y eludir labores de jardinería y derivados.
Si la infección materna se produce y se trata antes del embarazo, no supone riesgos para
el feto. Si la infectada está embarazada se le medicará para evitar el contagio. La
medicación no garantiza que no se produzca la infección, pero disminuirá las
consecuencias que pueda suponer para el embrión.
1.2 Rubéola
La rubéola es una infección vírica aguda y contagiosa. Aunque el virus de la rubéola suele
causar una enfermedad exantemática y febril leve en los niños y los adultos, la infección
durante el embarazo, sobre todo en el primer trimestre, puede ser causa de aborto
espontáneo, muerte fetal, muerte prenatal o malformaciones congénitas, que constituyen
el llamado síndrome de rubéola congénita.
El virus de la rubéola se transmite por gotículas en el aire, cuando las personas infectadas
estornudan o tosen. Los humanos son el único huésped conocido.
Síntomas
En los niños, por lo general la enfermedad es leve, con síntomas que incluyen erupción
cutánea, fiebre poco intensa (<39 °C), náuseas y conjuntivitis leve. El exantema, que se
observa en el 50% al 80% de los casos, habitualmente comienza en la cara y el cuello antes
de progresar hacia los pies, y permanece de 1 a 3 días. La inflamación de los ganglios
linfáticos en la parte posterior de las orejas y el cuello es la característica clínica más
saliente. Los adultos infectados, con mayor frecuencia mujeres, pueden padecer artritis y
dolores articulares, por lo general de 3 a 10 días.
Una vez que se contrae la infección, el virus de disemina por todo el organismo en
aproximadamente 5 o 7 días. Habitualmente, los síntomas aparecen de dos a tres semanas
después de la exposición. El periodo más contagioso por lo general es de 1 a 5 días después
de la aparición del exantema.
Cuando el virus de la rubéola infecta a una mujer embarazada en las primeras etapas del
embarazo, la probabilidad de que la mujer transmita el virus al feto es del 90%. Esto puede
provocar aborto espontáneo, nacimiento muerto o defectos congénitos graves en la forma
del síndrome de rubéola congénita. Los lactantes con el síndrome de rubéola congénita
pueden excretar el virus durante un año o más.
Síndrome de rubéola congénita
Los niños con síndrome de rubéola congénita pueden padecer defectos de audición,
defectos oculares y cardíacos y otros trastornos permanentes como autismo, diabetes
mellitus y disfunción tiroidea, muchos de los cuales requieren tratamiento costoso, cirugía
y otras modalidades de atención caras.
El mayor riesgo de síndrome de rubéola congénita se registra en los países en los que las
mujeres en edad fértil no tienen inmunidad contra la infección (adquirida por vacunación o
por haber contraído antes la enfermedad). Antes de la introducción de la vacuna, hasta
cuatro niños de cada 1000 nacidos vivos nacían con síndrome de rubéola congénita.
1.3 Enfermedades de Transmisión sexual
Las enfermedades de transmisión sexual son infecciones que se contagian de una persona
a otra durante el sexo vaginal, anal u oral. Son muy comunes, y muchas personas que las
tienen no presentan síntomas. Las ETS pueden ser peligrosas, pero las buenas noticias
son que hacerse la prueba no es complicado y que la mayoría de estas enfermedades son
fáciles de tratar. Tenemos: Clamidia, Verrugas genitales, Gonorrea, Hepatitis B, Herpes,
VIH/SIDA, Virus del Papiloma Humano VPH, Molluscum congtagiosum, Piojos púbicos,
Sarna, Sífilis, Tricomionasis.
Una mujer infectada puede transmitir la enfermedad a su bebé. Además, la infección puede
causar trastornos en el desarrollo del feto y aumenta el riesgo de aborto espontáneo.
Si una madre tiene una STD/STI, es posible que el feto o el recién nacido se contagien la
infección. Algunas STD/STI, entre ellas la clamidia, la gonorrea, el herpes genital y el
citomegalovirus, pueden transmitirse de la madre al bebé durante el parto, cuando el bebé
pasa a través del canal de parto infectado. Algunas STD/STI, entre ellas la sífilis, el VIH y el
CMV, pueden infectar al feto antes de nacer, durante el embarazo.1 Es importante que una
mujer embarazada se haga pruebas de detección de STD/STI, incluido el VIH/SIDA y la sífilis,
como parte de los cuidados prenatales.
1.4 Colestasis del embarazo

Su nombre correcto es colestasis intrahepática del embarazo y se trata de un trastorno de


aparición única durante el embarazo, caracterizado por picazón e ictericia (color amarillento
de la piel, los ojos y las membranas mucosas).

Habitualmente se presenta en el tercer trimestre de la gestación, aunque puede aparecer


antes. Las embarazadas con colestasis comienzan con picazón en la palma de las manos y
plantas de los pies sobre todo por la tarde/noche, que al cabo de poco tiempo se hace
continuo y puede alcanzar todo el cuerpo. Aproximadamente dos semanas después puede
aparecer la ictericia, que generalmente es leve. Los síntomas habitualmente desaparecen
dos días después del parto.

El riesgo de parto prematuro y de muerte fetal puede verse aumentado en mujeres con
colestasis intrahepática del embarazo. Por eso es importante ante estos síntomas consultar
al médico para evaluar el tratamiento y los cuidados a seguir.

2. Complicaciones de la madre gestante


2.1 Hiperémesis gravídica
Es la presencia de náuseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo. Pueden llevar a
la deshidratación, pérdida de peso y desequilibrios electrolíticos. Las naúseas matutinas se refieren
a las naúseas y vómitos que ocurren al inicio del embarazo.

Causas

La mayoría de las mujeres experimenta algo de náuseas o vómitos (náuseas del embarazo),
particularmente durante los primeros 3 meses de gestación. Se desconoce la causa exacta de las
náuseas y los vómitos durante el embarazo. Sin embargo, se cree que pueden ser ocasionados por
una elevación rápida de los niveles sanguíneos de una hormona llamada gonadotropina coriónica
humana (GCH), La GCH es liberada por la placenta. Las náuses del embarazo leves son comunes. La
hiperémesis gravídica es menos común y más grave.
Las mujeres con hiperémesis gravídica presentan náuseas y vómitos extremos durante el embarazo.
Esto puede provocar una pérdida de más del 5% del peso corporal. La afección puede suceder en
cualquier embarazo, pero es ligeramente más probable en caso de estar esperando gemelos (o más
bebés) o si tiene una mola hidatiforme. Las mujeres presentan un riesgo mayor de padecer
hiperémesis si han tenido el problema en embarazos previos o si son propensas a los mareos por
movimiento.

Síntomas
Las naúseas del embarazo pueden causar una disminución del apetito, un bajo nivel de
náuseas o vómitos. Esto es diferente a la verdadera hiperémesis debido a que las personas
generalmente todavía son capaces de comer y beber líquidos algunas veces.
Los síntomas de la hiperémesis gravídica son mucho más graves. Estos pueden incluir:
 Náuseas y vómitos intensos y persistentes durante el embarazo
 Mucha más salivación de lo normal
 Pérdida de peso
 Signos de deshidratación, como orina oscura, piel seca, debilidad, mareos o
desmayos
 Estreñimiento
 Incapacidad para ingerir cantidades adecuadas de líquidos o alimentos
2.2 La placenta previa
Es un problema del embarazo en el cual la placenta crece en la parte más baja de la matriz
(útero) y cubre toda la abertura hacia el cuello uterino o una parte de esta.
La placenta crece durante el embarazo y alimenta al feto. El cuello uterino es la abertura
hacia la vía del parto.
Causas
Durante el embarazo, la placenta se desplaza a medida que el útero se estira y crece. Al
inicio del embarazo, es muy común que la placenta esté en la parte baja del útero. Pero a
medida que el embarazo avanza, la placenta se desplaza hacia la parte superior de este.
Hacia el tercer trimestre, la placenta debe estar cerca de la parte superior del útero, de
manera que el cuello uterino esté despejado para el parto.
Algunas veces, la placenta cubre parcial o totalmente el cuello uterino. Esto se denomina
placenta previa.
Existen diferentes formas de placenta previa:
 Marginal: La placenta está al lado del cuello uterino, pero no cubre la abertura.
 Parcial: La placenta cubre parte de la abertura cervical.
 Completa: La placenta cubre toda la abertura cervical.
La placenta previa ocurre en 1 de cada 200 embarazos. Es más común en mujeres que
tienen:
 Un útero anormalmente formado
 Muchos embarazos previos
 Embarazos múltiples como gemelos, trillizos
 Cicatrización del revestimiento del útero debido a antecedentes de cirugía, cesárea
o aborto
 Fertilización in vitro
Las mujeres que fuman, consumen cocaína o tienen niños a una edad avanzada también
pueden tener un mayor riesgo.
Síntomas
El síntoma principal de la placenta previa es un sangrado vaginal súbito. Algunas mujeres
también presentan cólicos. El sangrado a menudo comienza cerca del final del segundo
trimestre o empezando el tercer trimestre.
El sangrado puede ser intenso y potencialmente mortal. Puede detenerse por sí solo, pero
puede empezar de nuevo días o semanas después.
El trabajo de parto algunas veces empieza al cabo de varios días después del sangrado
abundante. Algunas veces, es posible que el sangrado no ocurra hasta después del
comienzo del trabajo de parto.
2.3 Amenaza de aborto
Es un estado que sugiere que se podría presentar un aborto espontáneo. Esto puede
suceder antes de la semana 20 del embarazo.
Causas
Algunas mujeres embarazadas experimentan algún sangrado vaginal, con o sin cólicos
abdominales, durante los primeros 3 meses del embarazo. Cuando los síntomas indican que
es posible que se presente un aborto espontáneo, la afección se denomina "amenaza de
aborto". (Esto se refiere a un episodio que ocurre de manera natural y no a abortos médicos
o quirúrgicos).
El aborto espontáneo es común. Pequeñas caídas o estrés durante el primer trimestre de
embarazo pueden causarlo. Se presenta en casi la mitad de todos los embarazos. La
probabilidad de un aborto espontáneo es más alta en mujeres mayores. Cerca de la mitad
de las mujeres que presentan sangrado en el primer trimestre sufrirá un aborto
espontáneo.
Síntomas
Los síntomas de una amenaza de aborto incluyen:
 Sangrado vaginal durante las primeras 20 semanas de embarazo (el último período
menstrual fue hace menos de 20 semanas). El sangrado vaginal se presente en casi
todas las amenazas de aborto espontáneo.
 Cólicos abdominales también se pueden presentar. Si los cólicos abdominales se
presentan en ausencia de sangrado significativo, consulte a su proveedor de
atención médica para detectar otros problemas aparte del aborto espontáneo.
Nota: durante un aborto espontáneo, se puede presentar lumbago o dolor abdominal
(sordo o agudo, constante o intermitente). Se puede dar expulsión de tejido o material con
apariencia de coágulos a través de la vagina.
2.4 Embarazo extrauterino
El embarazo extrauterino o embarazo ectópico es un embarazo que ocurre fuera del útero
y conlleva un gran riesgo para la futura mamá. En la mayoría de los casos, este tipo de
embarazo tiene lugar cuando, tras la fecundación del óvulo, el embrión se asienta en la
trompa de Falopio y empieza ahí su desarrollo.
El proceso considerado “normal” de concepción del embrión se produce en el interior de
las trompas de Falopio, llamadas así como reconocimiento al cirujano y anatomista italiano
que las descubrió: Gabrielle Falloppio (1523-1562). Cuando el óvulo ha sido fecundado se
desplaza hasta colocarse en el útero, que es donde el feto se desarrollará hasta
aproximadamente 40 semanas, momento en el que está preparado para salir del cuerpo de
la madre. El embarazo extrauterino o ectópico se produce cuando, por algún motivo, el
óvulo se implanta en otras partes de la mujer distintas del útero.
A medida que el óvulo fecundado se va desarrollando, es posible que la trompa de Falopio
se pueda romper y que esto provoque una hemorragia interna que puede ser muy
perjudicial para la futura madre, derivando también en la pérdida del bebé.
Tipos de embarazo extrauterino

En función del lugar donde se implanta el embrión, siendo el más frecuente pero no el único las
trompas de Falopio, existen diversos tipos de embarazo extrauterino o ectópico:

 Embarazo ectópico tubárico o ampular. Es el más frecuente, el embrión se asienta en las


trompas de Falopio en vez de desplazarse hacia el útero.
 Embarazo ectópico ístmico. El embrión anida en el istmo, al final de la trompa de Falopio.
 Embarazo ectópico ovárico. En este caso el embrión se implanta en el ovario, pudiendo
ser confundido con un quiste.
 Embarazo ectópico cervical. La anidación se produce en el cuello uterino o cérvix.
 Embarazo ectópico abdominal. Se dan muy pocos casos y consiste en que el embrión se
implanta en el interior de la cavidad peritoneal
 Embarazo ectópico intramural. El embrión se localiza en la capa muscular interna del
útero. Es muy infrecuente.
ANEXOS

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