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Los marcadores y los conectores

(Según Helena Calsamiglia y Amparo Tusón; Ma A. Martín Zorraquino y Estella Montolío Durán; Manuel
Martí Sánchez)

Los marcadores discursivos constituyen una realidad compleja, donde persisten lagunas y
zonas de oscuridad. Son complejos:

1. Porque muchos de ellos son propios de la siempre inestable lengua hablada.


2. Por su dispersión funcional. “Estos se presentan como unidades que encierran una
instrucciones de uso e interpretación” (Moeschler y Reboul, 1999 [1994]: 196).
3. Porque son el fruto de un proceso de cambio no concluido del todo, y en donde el
marcador discursivo convive con formas del significado originario y/o retenien
parte de este.

“Una reciente publicación ofrece un ejemplo revelador de este problema terminológico.


Clasifica los marcadores discursivos interactivos en empáticos, antipáticos, apáticos y
ambiguos.”

Los marcadores discursivos:

Los marcadores discursivos son signos procedimentales, puesto que contribuyen al proceso
de interpretación de los mensajes. Son concebidos como unidades lingüísticas que cuentan
con un contenido funcional y una expresión propia. Son herramientas especializadas en
facilitar las respectivas tareas, constructiva e interpretativa de hablantes y oyentes,
realizadas en las capas más externas de los enunciados.

Son piezas lingüísticas que relacionan de forma explícita segmentos textuales, sean
enunciados o secuencias de enunciados, estableciendo entre ellos diversas relaciones
semánticas. (Ducrot, 1980a, 1980b; Cortés, 1991; Martín Zorraquino, 1990, 1991, 1994;
Montolío, 1992, 1993; Martínez, 1997; Portolés, 1993, 1998; pons, 1995, 1998a y b).
Los conectores están implícitos: así se suele dar en el uso coloquial, con el apoyo del
entorno entonativo, o en el uso estilístico escrito, con yuxtaposición de segmentos cortos,
sin conectores (asíndeton).

Los conectores se expresan para evitar malentendidos y para asegurar una adecuada
conexión.

Características de los marcadores y los conectores

Desde el punto de vista de su forma son muy variados: pueden ser piezas simples o
compuestas, conjunciones, adverbios y locuciones sintagmas nominales, verbales o
preposicionales; también es recurrente la presencia de deícticos.

Función de los marcadores y los conectores

Su función es relacionar y poner en contacto dos enunciados o secuencias de enunciados;


en otras palabras, su presencia enlaza un segmento textual previo con el siguiente,
estableciendo una relación semántica; algunos de ellos tienen la doble función de relacionar
enunciados (en el plano local, oracional) y conjunto de enunciados (en el plano global
textual). Otros se usan exclusivamente como relacionantes textuales.

Finalidad discursiva de los marcadores y los conectores

Proporciona cohesión y estructura, y sirve de guía o instrucción para la interpretación del


sentido. Algunos de ellos pueden adjudicar una orientación argumentativa, es decir, dirigida
hacia una conclusión a partir de los enunciados puestos en contacto.

Facilitan al hablante el modo de relacionar, en muchos casos, unas partes del discurso con
otras, y guiar al destinatario respecto a la manera de procesar las partes del discurso con las
que van.
Clasificación de los marcadores y los conectores

1. Los marcadores de ordenación del discurso, reciben el nombre de conectores


metatextuales porque no se orientan a la conexión del contenido de los enunciados
sino al desarrollo mismo de la enunciación. Los marcadores de ordenación textual
funcionan como pistas para que el receptor interprete adecuadamente el texto así
organizado (Luscher, 1994). Se desenvuelven a partir de un inicio, seguido de un
desarrollo y una conclusión y además se despliega en el espacio y en el tiempo.
Ejemplo de expresiones que proporcionan pistas en la organización del discurso:
 Iniciadores: para empezar, antes que nada, primero de todo…
 Distribuidores: por un lado, por otro; por una parte, por otra; éstos,
aquellos…
 Ordenadores: primero, en primer lugar, en segundo lugar…
 De transición: por otro lado/parte, en otro orden de cosas…
 Continuativos: pues bien, entonces, en este sentido, el caso es que, a
todo esto…
 Aditivos: , eniva… defini, para te, igualmente, asimismo…
 Digresivos: por cierto, a propósito…
 Espacio-temporal:
o De anterioridad: antes, hasta el momento, más arriba, hasta
aquí…
o De simultaneidad: en este momento, aquí, ahora, al mismo
tiempo, mientras, a la vez…
o De posterioridad: después, luego, más abajo, seguidamente,
más adelante…
 Conclusivos: en conclusión, en resumen, en suma, en resumidas
cuentas, total…
 Finalizadores: en fin, por fin, por último, para terminar, en
definitiva…

2. Marcadores que introducen operaciones discursivas particulares. Son elementos que


están situados en una posición inicial de un enunciado o como preámbulo del
segundo miembro de la relación. Estos procedimientos orientan hacia un tipo
concreto de tratamiento de la información:

 De expresión de punto de vista: en mi opinión, ami juicio, a nuestro


entender, desde mi punto de vista, a mi parecer…
 De manifestación de certeza: es evidente que, es indudable, todo el
mundo, sabe, nadie puede ignorar, es incuestionable…
 De confirmación: en efecto, por supuesto, desde luego, efectivamente,
claro…
 De tematización: respecto a, a propósito de, por lo que respecta a, en
cuanto a, referente a, en lo que concierne…
 De reformulación, explicación o aclaración: esto es, es decir, en otras
palabras, quiero decir, o sea, bueno, mejor dicho…
 De ejemplificación: por ejemplo, a saber, así, en concreto, ponbh gamos
por caso, sin ir más lejos…
 De cita: según, para, como dice…

Los marcadores del discurso que se pueden llamar más propiamente conectores son
los que sirven para establecer una relación lógico-semántica segmentos textuales,
sean enunciados o conjunto de enunciados, ejemplos:

 Aditivos o sumativos, con estos conectores el texto avanza en una misma


línea y el locutor manifiesta una misma orientación en la información,
añadiendon más elementos. Estos pueden ser: y, además, encima, después,
incluso, igualmente, también, asimismo…
 Contrastivos o contraargumentativos, con estos conectores el texto cambia
de orientación en sentido contrario al segmento inmediatamente anterior,
bien sea de forma total o de forma parcial, ejemplo: pero, en cambio, sin
embargo (oposición); sino, en lugar/vez de, por el contrario, antes bien,
contrariamente…(sustitución); excepto si, a no ser que…(restricción); de
todos modo; sea como sea, en cualquier caso, a pesar de, no obstante, co
todo…(concesión)
 De base causal:
o Causativos: (introduce la relación de causa entre segmentos
textuales) a causa de ello, por eso, porque, pues, puesto que, ya que,
dado que, gracias a…
o Consecutivos: (introduce la consecuencia entre segmentos textuales)
de ahí que, pues, luego, por eso, de modo que, de ello resulta que,
así que, de donde se sigue, así pues, por (lo) tanto, en
consecuencia…
o Condicionales: (introducen la causa hipotética, indicada en el primer
segmento, y el segundo se introduce con un conector consecutivo)
si, con tal de que, cuando, en el caso de que, según a menos que,
siempre que…
o Finales: (introducen la causa como meta o propósito que se
persigue) para que, a fin de que, con el propósito/objeto de, de tal
modo que…

 Temporales: (introducen relaciones temporales) cuando, de pronto, en ese


momento, entonces, luego, más tarde, mientras tanto, una vez, un día, de
repente, enseguida…
 Espaciales: (introducen relaciones espaciales) enfrente, delante, detrás,
arriba, abajo, al fondo, a la derecha, a la izquierda, a lo largo…

Un dato interesante es que entre los conectores de base causal deberíamos


añadir el signo gráfico de los dos puntos, una de cuyas funciones es la de
poner en relación dos segmentos textuales.

La secuencia narrativa requiere marcadores temporales, estos son


exclusivos, pues, la inmediatez, el cara a cara, son indispensable para darle
sentido al enunciado, estos pueden ser:
a. Marcadores interactivos: éstos se generan por la necesidad
de lograr la cooperación, el seguimiento, la atención, el
acuerdo o la confirmación del contenido transmitido.
b. Los estructuradores del discurso oral: éstos no se orientan
solo a lograr el control del hilo discursivo en « tiempo real»,
sino que el interlocutor siga y respete su turno. Estas
expresiones pueden convertirse fácilmente en elementos de
relleno que se van repitiendo.

 Marcadores de apelación: ¡eh!, ¡oye!, ¡usted!, ¡señora!, ¡joven!...


 Marcadores de demanda de confirmación o de acuerdo: ¿eh?, ¿verdad?, ¿sí o
no?, ¿no?, ¿me entiendes?, ¿me sigues?, ¿vale?, ¿ves?, ¿oyes?, ¿sabes?...
 Marcadores de advertencia: mira, oiga, ojo, cuidado, fíjate…
 Marcadores reactivos de acuerdo: bueno, perfecto, claro, sí, bien, vale, de
acuerdo, sí, exacto, evidente, okey, ya…
 Marcadores estimulantes: venga, va…
 Marcadores iniciativos: bueno, bueno pues, mira, veamos, mire usted, a ver,
vamos a ver, ¿sabes qué?...
 Marcadores reactivos: ¡hombre!, ¡mujer!, tío, vaya, es que…
 Reactivos de desacuerdo: bueno, pero; vaya, no, tampoco, nunca, en
absoluto, qué va, para nada, por favor; ni hablar, ni modo…
 Marcadores de duda: bueno, o sea, este, esto, eee, mm…
 Marcadores de aclaración, corrección o reformulación: o sea, mejor dicho,
quiero decir, bueno…
 Marcadores de atenuación: bueno, un poco, yo diría, como, como muy, de
alguna manera, en cierto modo, digamos…
 Marcadores de expresividad: ¡no me digas!, ¿ah, sí?, ¡oh!, ¡uuuy!, ¡qué
horror!...
 Marcadores de transición: bueno…
 Marcadores continuativos: luego, después, entonces, así pues, con que, total,
pues, pues nada, así que…
 Marcadores de finalización y conclusión: y tal, y eso, y todo. Venga, hala,
hale, bueno…
 Marcadores de cierre: y ya está, nada más, eso es todo…

La cohesión y sus mecanismos


(Según Helena Calsamiglia y Amapro Tusón)

La cohesión constituye una de las manifestaciones de la coherencia, identificable a partir de


elementos lingüísticos visibles y materiales. Se da en el interior del texto y funciona como
un conjunto de enlaces intratextuales para establecer las relaciones semánticas que precisa
un texto para constituirse como unidad de significación.

Los dos principales mecanismo de cohesión son:

1. Por medio de procedimientos léxicos


2. Por medio de procedimientos gramaticales

Procedimientos léxicos

Los mecanismos de reiteración es el principal recurso empleado para mantener


la referencia iniciada; los mecanismos más habituales para mantener los
referentes son:
a) Repeticiones (exactas o parciales)
b) Sustitución por sinónimos o cuasi sinónimos (palabras, sintagmas,
oraciones)
c) Sustitución por hipónimos o hiperónimos y por antónimos
d) Sustitución por metáfora o por metonimia
e) Sustitución por denominaciones valorativas (terremotos=catástrofe;
accidente=desgracia; aborto=asesinato)
f) Sustitución por proformas léxicas, palabras muy generales que pueden
usarse en vez de otras más precisas: hacer, cosas, tema, idea, lugar…

Procedimientos gramaticales

Entre las formas gramaticales , la referencia deítica, que cuando un elemento lingüístico
determinado adquiere su significado pleno anclado en una situación enunciativa (yo, ayer,
aquí, antes, éstas). El contexto situacional proporciona en el intercambio oral cara a cara el
sentido preciso de estas palabras.

Deixis textual, es cuando el texto se aleja del contexto situacional, las mismas formas
actúan en un nuevo espacio: el del mismo texto.
Deixis textual, son piezas que reducen la redundancia sin dejar de señalar de qué se está
hablando. Se dan principalmente a través de las categorías gramaticales nominales con
función sustantiva o adjetiva (pro-nombres: demostrativos, personales, posesivos,
cuantificadores…), en las adverbiales (pro-adverbios: modales, temporales, locativos).

La elipsis es otro fenómeno de cohesión textual, quizás el más frecuente, que reduce la
redundancia y aligera el peso que supondría la repetición.

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